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Rev. Méd. Hosp. Na!. Niños Costa Rica 18 (1): 69-86, 1983.

ASPECTOS INMUNOLOGICOS DE LA LECHE MATERNA *

Dr. Lars A. Hanson ** y Dr. Osear Porras **


MECANiSMOS DE DEFENSA DE LAS MEMBRANAS MUCOSAS

Las infecciones son aún la principal causa de morbilidad en el mundo. Esto es espe-
cialmente evidente durante la niñez temprana. La mayoría de las infecciones ocu-
rren a través de las membranas mucosas y muchos de los mecanismos de defensa es-
tán concentrados en dichas estructuras (431. Más de la mitad de todos los linfoci-
tos se encuentran en relación con las membranas mucosas; solamente en el intestino
hay cerca de 10 10 linfocitos/m (52). Cerca de la mitad de todos los anticuerpos
producidos son inmunoglobulina A (lgAI, la clase de inmunoglobulina que contine
la inmunoglobulina A secretora (SlgAI, la cual predomina en las secreciones exo-
crinas que protegen las membranas mucosas (53). Los anticuerpos del tipo SigA
son producidos localmente como dímeros de 19A con un polipéptido extra, la cade-
na J, por las células plasmáticas que se encuentran adyacentes a la porción basal de
las células epiteliales en las !':jlándulas exocrinas, como las mamarias, lacrimales y sa-
livales; así como en las glándulas situadas en el sistemas respiratorio, digestivo y en
el tracto urogenital. Los dímeros de IgA se ligan a una glicoproteína, el Componen-
te Secretor (SCI, presente en y producida por las células de la membrana del epite-
lio glandular. El complejo IgA dimérica - Cadena J - SC que compone la SigA es
transportado a través de la célula epitelial y aparece en las secreciones exocrinas
sobre las membranas mucosas. Cuadro 1.

Los anticuerpos del tipo SigA no activan el complemento, ni estimulan la fagocito-


sis, como sí lo hacen los anticuerpos de las clases inmunoglobulina G y M (IgG,
IgM); pero parece ser que simplemente se ligan a los organismos contra los que son
producidos. Como consecuencia se previene el contacto entre los microorganismos
y las células epiteliales del huésped, protegiendo contra la invasión tisular y la infec-
ción, o previniendo la unión de toxinas con los receptores epiteliales (43,49,541.

MECANISMOS DE DEFENSA DE LAS MEMBRANAS MUCOSAS EN EL NIÑO

En el niño el sistema de la SigA tiene un desarrollo relativamente lento (43,51).


Esto puede estar relacionado con el hecho de que las células productoras de IgA son
bastante escasas durante los primeros 2 años de vida (31. Anticuerpos del tipo SigA
contra el antígeno O de Escherichia coli aparecen en poca cantidad durante la pri-
mera semana de vida y pueden tomar parte en la defensa del recién nacido; sin em-
bargo, aumentan solamente después de algunos meses (431. los anticuerpos del ti-
po IgG transferidos activamente por vía transplacentaria al feto producen mucha de
la protección del recién nacido a nivel de las mucosas. En E I modelo de infección
experimental con ratas recién nacidas, hemos demostrado que la administración

* Presentado en el Taller Nacional sobre Lactancia Materna con participación in-


ternacional.
** Departamento de Inmunología Clínica, Instituto de Microbiología Médica y
Departamento de Pediatría, Universidad de Goteborg, Goteborg, Suecia.

69
70 REVISTA MEDICA HOSPITAL NACIONAL DE NIÑOS DR. CARLOS SAENZ HERRERA

subcutánea de anticuerpos del tipo IgG e IgM contra el antígeno capsular K de E.


'coli puede ,prevenir la bacteremia inducida por la administración oral de .§¡coli (43,
91 l. El hecho de que el neonato es bastante eficiente en la produción de anticuer-
pos de tipo IgM, probablemente contribuye también a la defensa de las membranas
mucosas (3,61,

LECHE MATERNA Y SISTEMA INMUNE

El neonato es un blanco fácil para las enfermedades infecciosas, debido a que mu-
chos de sus mecanismos de defensa están parcialmente desarrollados. Con el cono-
címíento actual sobre muchos de los factores de defensa presentes en la leche hu-
mana, es necesario considerarla como una importante fuente de protección del re·
cién nacido. Esta revisión se va a concentrar en los componentes de la leche que
pueden colaborar en la protección contra las enfermedades infecciosas, del niño
alimentado con leche materna.

SIgA EN LA LECHE HUMANA

Muchos estudios previos han demostrado que la leche humana contiene anticuerpos
contra bacterias, virus (36) y parásitos (831. Estudios reciente~ demuestran que la
mayoría de los anticuerpos son del tipo SIgA y que están dirigidos contra los antí-
genos él los que la madre ha sido expuesta a nivel intestinal. Así pues hay anticuer-
pos del tipo SigA en la leche contra los antígenos O de g, f.Q.!l, Shi ella y Salmone-
IIa, antígenos K de .s..
eoli, enterotoxinas de.s. coli y 'i.il!!.i2 chale rae 50). Noso-
tros también hemos encontrado que hay anticuerpos en la leche del tipo SIgA con-
tra proteínas de alimentos como proteínas de la leche de vaca, soya y frijol negro
(22,50). Estas observaciones demuestran también que el contenido de anticuerpos
de la leche materna refleja la exposición intestinal. De este modo las madres en Pa-
kistán tienen en la leche niveles significativamente más altos de anticuerpos del tipo
SIgA contra É,. coli enteropatogénica que las madres suecas, las cuales e$tán menos
expuestas a dichas bacterias (14). Las madres guatemaltecas tienen niv'eles más
elevados de anticuerpos del tipo SigA en su leche contra los antígenos O de Salmo-
nella y Shigella que las madres suecas por la misma raZÓn (50). Las madres guate-
maltecas de bajo nivel socioeconómico tienen menos anticuerpos del tipo SIgA con-
tra la proteína de la leche de vaca que aquellas de buen nivel socioeconómico,
debido a que éstas tienen regularmente fa leche de vaca como parte de su dieta (22),

La inmunización de varias clases de animales de experimentación por vía oral puede


resultar en la aparición de anticuerpos del tipo SigA en la leche (B, 6B). La infec-
ción durante el embarazo con Salmonella !YRhimurium induce la aparición de anti·
cuerpos en la leche (2) y la colonización del intestino con E. coli durante la etapa
final del embarazo, con las mismas cepas, hace que anticuerpos del tipo SigA contra
la cepa usada, aparezcan en la leche pocos días después, sin evidencia de anticuerpos
séricos (35a).

Estudios experimentales han demostrado que este ~j~ enteromamárico se basa en el


transporte de células linfoides desde las Placas de Peyer en el intestino delgado hasta
las glándulas mamarias donde éstos producen SigA (571. Las Placas de Peyer oTeji-
do Linfoide Asociado al Intestino (GAL Tl están cubiertas por las células llamadas
M con capacidad pinocítica (75). las cuales parece que muestrean el contenido in-
testinal y lo presentan a 105 linfocitos en las placas. Muchos de estos linfocitos son
productores del dímero IgA-cadena J y pueden después de ser expuestos al antígeno
dejar las placas, migrar ("home") hacia las glándulas exocrinas, dond€ producen an-
ticuerpos que a través de su unión con el SC, pueden ser transportados hasta las se-
erecciones, en la forma en que se de~cribió previamente (Figura 1). Por medio del
Hanson, L. Y Porras, O.: ASPECTOS INMUNOLOGICOS DE LA LECHE MATERNA 71

eje enteromamárico la leche materna va a contener anticuerpos del tipo SigA con-
tra todos los microorganismos y antígenos alimentarios a los que la madre ha sido
expuesta. Como resultado el niño alimentado con leche materna recibe anticuerpos
contra todos los microorganismos para los que necesita protección en su medio amo
biente (Figura 21.

Recientemente se ha demostrado que las infecciones pulmonares por virus respira-


torio sincicial en la madre también producen la aparición de anticuerpos del tipo
IgA en la leche. Esto se explica debido a que los bronquios contienen Tejido linfá-
tico Asociado a los Bronquios (BAL TI que corresponde al GAL T en el intestino (7).
BAL T Y GAL T son parte de un mismo sistema de defensa a nivel de las mucosas,
donde los linfocitos de los tejidos linfoides en el intestino y pulmones migran hacia
las glándulas exocrinas (Tabla 1), Más de 2,5 g diarios de IgA pueden ser produ-
cidos (53). La glándula mamaria produce únicamente cerca de 0,5 - 1 g diario de
SigA y existen reportes que indican que la glándula mamaria contiene un número
suficiente de células productoras de IgA, para producir dicha cantidad localmente
(91. No se excluye la posibilidad, sin embargo de que alguna cantidad de IgA pueda
a través de la circulación alcanzar, como IgA dimérica, las glándulas mamarié.:í y ser
transferida a la leche después de unirse al SC en el epitelio de las glándulas (Figura
1). Este parece ser el origen de alguna de la IgA láctea en el ratón (42), pero no en
la rata donde toda la IgA láctea es aparentemente producida localmente (251.

La respuesta inmune con SigA en la mayoría de tos estudios, es de corta duración,


usualmente menos de 3 meses. Sin embargo, el nivel de anticuerpos del tipo SigA
en la leche contra varios antígenos microbianos puede permanecer a relativamente
el mismo nivel por más de 9 meses (21,451. La explicación de este fenómeno pue·
de ser que la madre está siendo expuesta continuamente a una gran variedad de mi-
croorganismos a través de los alimentos, o que posiblemente la migración de linfoci-
tos de memoria es eficientemente dirigida hacia las glándulas mamarias por el efecto
de las hormonas lactogénicas en el epitelio glandular. El resultado práctico es que el
niño alimentado con leche materna es provisto continuamente de una amplia varie-
dad de anticuerpos lácteos, a través de todo el período de lactancia.

En el calostro temprano la SigA puede estar presente en algunos gramos por litro y
disminuye a niveles alrededor de 1 g/ I en la leche que se produce después del 3er.
día de lactancia (48,65). Paralelamente a esta disminución en concentración, hay
un incremento en el volumen de leche (47), por lo que el rendimiento de SigA se
mantiene a un alto nivel de 0,5 - I g/24 horas. Hay reportes que sugieren que leche
recolectada después de más de 1 año de lactancia, puede contener hasta 2,4 g/ I de
IgA (63).

La producción local de SigA da en la madre una tasa de anticuerpos leche/suero de


16, 46 (2,0 - 90, O) Carlsson et al., datos no publicados). La IgM se encuentra en
niveles más bajos en leche, y su tasa leche/suero es de 0,56; la concentración de IgG
es aún menor y su tasa leche/suero es 0,22, lo que sugiere una transferencia limitada
desde el suero (65, 71,. 79). Una producción muy limitada de 19M e IgG ha sido
sugerida a nivel de las glándulas mamarias (28).

Es interesante el hecho de que la concentración de IgA es mayor en la leche de las


madres de niños prematuros que en la de las madres de niños de término, y esta di·
ferencia prevalece durante el primer mes de lactancia (38).

Los anticuerpos del tipo SigA en la leche predominan quantitativamente, pero tam-
bién cualitativamente, porque resisten ia degradación proteol ítica más eficiente-
mente que los anticuerpos séricos del tipo IgG, IgM oigA (49).
72 REVISTA MEDICA HOSPITAL NACIONAL OE NI"'OS DR. CARLOS SAENZ HERRERA

La estructura compacta con las cadenas J y SC adicionales, parece conferir estabi·


Iidad a la unión de la molécula del anticuerpo la cual normalmente es sensible a la
proteolisis. Como resultado los niños alimentados con leche materna están provis-
tos de anticuerpos lácteos que pueden permanecer funcionales durante su paso a
través del tracto gastrointestinal (34).

ANTICUERPOS EN LA LECHE MATERNA Y DESNUTRICION

Las madres de bajo nivel socioeconómico y desnutridas parece que no producen


menos anticuerpos del tipo SigA en leche, que aquellas de buena condición socioe-
conómica. Esto ha sido sugerido por estudios con anticuerpos contra varias proteí-
nas alimentarias (22) y antígenos bacterianos (21,50). La concentración total de
SigA es también similar en madres bien y mal nutridas (21,79). Recientes experi-
mentos de vacunación con poliovirus inactivo, por vía parenteral, sugieren también
que la respuesta con anticuerpos lácteos del tipo SigA no está debilitada por la des-
nutrición (43,45). En contraste, datos preliminares indican que la respuesta con
SigA en saliva está alterada por la desnutrición (45), como había sido demostrado
ya en la respuesta de S IgA nasal (17, 86). La desnutrición lleva a depleción de lin-
focitos y altera la respuesta inmune. Las hormonas lactogénicas dirigiendo el desa-
rrollo del epitelio de las glándulas mamarias hacen que los linfocito!: migren ("ha·
me") hacia las glándulas como se ha demostrado en el modelo animal con ratones
(57, 94). El hecho de que madres desnutridas tienen niveles más altos de hormonas
lactogénicas (60), puede compensar el efecto de la desnutrición a nivel de las glán·
dulas mamarias y hacer de éstas y de su respuesta inmune un lugar privilegiado.

Se debe agregar, sin embargo, que madres severamente desnutridas procedentes de


los cinturones de miseria de una ciudad, que acuden al hospital porque sus niños es-
tán enfermos, experimentan una disminución en el rendimiento de anticuerpos del
tipo SigA (14,15). Los niveles de SigA no disminuyen, pero el volumen promedio
de leche es cerca de 100 ml/24 horas solamente, posiblemente debido a la fuerte
tensión a que son sometidas al vivir en condiciones antihigiénicas, de hacinamiento
y extrema pobreza con un niño severamente enfermo.

ANTICUERPOS EN LA LECHE Y VACUNACION

Se ha descrito que madres Pakístaníes que recibieron una vacuna parenteral prepa-
rada con células completas de '1.. cholerae incrementaron los anticuerpos del tipo
SigA en leche y saliva contra el antígeno O de y.. cholerae (89).

Este fenómeno no se ha observado, por el contrario en madres suecas que no han


sido expuestas naturalmente al y. cholerae. Similarmente, la inmunización parente-
ral con una vacuna de poliovirus inactivado elevó los niveles de anticuerpos del tipo
SigA en leche de madres Pakistaníes que habían sido naturalmente expuestas al vi-
rus (88). En contraste madres Suecas que fueron inmunizadas parenteralmente
mostraron sólo una pequeña e insignificante respuesta de S IgA contra el virus.

Usando una vacuna preparada con virus polio vivo por vía oral, únicamente unas
pocas madres responden con un incremento en los niveles de anticuerpos del tipo
SigA en leche, algunas no responden y muchas disminuyen sus niveles de anticuer·
pos contra poliovirus en leche (43,88). Vacunación simultánea contra V. cholerae
disminuye aún más la respuesta en leche contra el virus de la polio (89~ El meca-
nismo que explique estos fenómenos en la respuesta inmun'e mediada por anticuer·
pos del tipo SigA es desconocido. A pesar de que el fenómeno de "tolerancia oral",
que significa tolerancia general como resultado de la exposición por vía oral de un
Hanson, L. Y Porras, O.: ASPECTOS INMUNOLOGICOS DE LA LECHE MATERNA 73

antígeno, es bien conocido, la "tolerancia local" o tolerancia de la respuesta con an-


ticuerpos del tipo SigA solamente, no ha sido reportada. Parece ser, sin embargo,
que la vacunación utilizada apropiadamente, puede ser usada para dirigir y aumen-
tar el mecanismo de defensa mediado por SigA en la leche, protegiendo a la madre,
así como al niño alimentado con leche materna.

OTROS FACTORES DE DEFENSA EN LA LECHE.

La leche humana contiene varios factores con actividad antimicrobiana. En general


su contribución específica en la protección del niño no ha sido evaluada.

Lactoferrina. Bullen et al. (13) demostraron que lactoferrina, una de las principales
proteínas en la leche (1 - 6 g/ 1) (65), tiene efecto bacteriostático e inhibe el creci-
miento de Candida albicans (56). Su acción se explica en base a su capacidad de li-
gar hierro, el cual es un factor de crecimiento para la mayoría de las bacterias anae-
róbicas, con excepción de los lactobacilos. Dicho efecto no se produce cuando la
lactoferrina está saturada con hierro; por lo cual se ha sugerido que la administra-
ción de hierro por vía oral puede bloquear una parte importante del mecanismo
de defensa en el niño. No hay evidencia cl ínica definitiva a favor o en contra. Re-
ddy et al (79) demostraron que no se produce cambio en la saturación de lactofe-
rrina láctea, cuando la madre en período de lactancia recibe suplementación con
hierro.

Ciertas bacterias come Streptococcus mutans y Y... cholerae son destruidas por la ac-
tividad quelante del hierro de lactoferrina (4).

Anticuerpos contra S. coli tienen un efecto bacteriostático que es sinérgico con el


de lactoferrina (11). Este sinergismo se ha demostrado también con anticuerpos del
tipo SIgA, al menos contra ciertas cepas bacterianas (32,87). Los anticuerpos pue-
den funcionar ligándose a los agentes quelantes que la bacteria usa para obtener hie-
rro. la actividad bacteriostática es independiente del complemento y se da única-
mente en presencia de una proteína con capacidad para ligar hierro (80). La lacto-
fenina no saturada enlimáticamente se degrada más fácil que la forma saturada, pe-
ro no se ha evaluado el papel de este fenómeno in vivo. Brock (10) y Samson et al.
(82) no demostraron que la tripsina degrade lact;fu;r]ñ'a bacteriostática.

Lisozima se ha observado que en mujeres indúes aumenta hasta niveles de 400


ug/ml después de un año de lactancia, lo cual es mucho mayor que en la leche bo-
vina (79}. En mujeres inglesas, este incremento no se observa (65). Lisozima es una
enzima que corta los peptidog/icanes de la pared celular bacteriana. En presencia de
lisozima los anticuerpos del tipo IgA pueden activar el complemento y destruir É..:.
coli (1}. El rol in vivo de esta actividad es desconocido. Esto también se aplica a
lactoReroxidasa,qu;-¡;-uede destruir ¡.a. estreptococos in vitro (36,95). La mayoría
de los factores de! complemento están también presentes en la leche materna, así
como un factor anti-estafilocóccico y el factor bífido, un polisacárido que contiene
nitrógeno, al que se atribuye \a promoción del crecimiento de Lactobacillus pifidus
en el intestino del niño alimentado con leche materna (36).

La leche humana es rica en células, especialmente durante la lactancia temprana, pe-


ríodo durante el cual se pueden encontrar hasta 10 7 células/mi; hasta un 90% ma-
crófagos, el resto linfocitos, células epiteliales y granulocitos (36,95). Los macrófa-
gas son activos contra C. albicans y E. eoli. Los linfocitos B pueden producir IgA
(36) Y los linfocitos T pueden producir interferon (29). Es posible que los macró-
fagos y granulocitos protejan no sólo la glándula mamaria, sino que también al re-
cién nacido.
74 REVISTA MEDICA HOSPITAL NACIONAL DE NIr'lOS DR. CARLOS SAENZ HERRERA

Los macrófagos pueden prevenir enterocolitis necrotizante en el modelo animal


(76). Existen reportes que sugieren una transferencia temporal de actividad inmu-
ne mediada por células en el niño alimentado con leche materna, probablemente a
través de los linfocitos T de la leche (72).

FACTORES DE DEFENSA Y LOS BANCOS DE LECHE MATERNA

Debido a que la leche materna no puede ser recolectada estéril, usualmente es calen-
tada, cuando se colecta en los bancos de leche. Esto produce una disminución signi-
ficativa en el número de células y en los niveles de anticuerpos del tipo SigA y lac-
toferrina, aunque la lisozima es estable a la pasteurización (62,5 oC, 30 minutos)
(31). El congelamiento (-20 oC,3 meses) no interfiere con las proteínas lácteas
(30). Las concentraciones de Iisozima, lactoferrina y SigA, así como el número y
actividad de las células no cambia si se guarda calostro a 4 OC por 24 hrs. Sin em-
bargo, los factores inmunes disminuyen durante el almacenamiento de leche reco-
lectada después del 3 °día de lactancia (35b, 35c). Se puede usar en general Pasteu-
rización, ya que produce poca alteración de los mecanismos de defensa (26,78).

LACTANCIA MATERNA Y DEFENSA CONTRA LA INFECCION

La leche humana obviamente transfiere anticuerpos, fagocitos y algunos otros fac·


tares potencialmente importantes para el sistema de defensa del niño. A pesar de
que los anticuerpos no previenen la colonización con bacterias que contienen antí-
genos contra los cuales está dirigida la SigA (14, 16), sí pueden prevenir la infec-
ción. Los anticuerpos al unirse a las bacterias disminuyen la capacidad de los mi-
croorganismos de adherirse a las membranas mucosas, primer paso para iniciar la in-
fección. El contenido de factor bífido y lactoferrina, la baja capacidad "buffer" y
la alta concentración de lactosa (11, 12) pueden promover el crecimiento de Lacto-
bacillus, dando como resultado un bajo pH y una disminución de la flora de.f.. !<!ili
(67). Como resultado de esto es menor la dosis infectante de É.. coli potencialmen-
te patogénica y mayor la posibilidad de que los mecanismos de defensa la manejen.
Parece ser que las cepas de.~. fecales de los niños alimentados con leche mater-
na son menos virulentas que aquellas de pacientes alimentados con fórmula, posi-
blemente como resultado del efecto de los anticuerpos lácteos sobre la bacteria
(37).

Hay una serie de estudios que analizan la frecuencia de infecciones en niños que re·
ciben fórmula. Estos trabajos no son a menudo muy concluyentes porque es difícil
controlar todos los factores envueltos, como son las diferencias en las condiciones
de vida y en el nivel educacional de los padres.

En investigaciones recientes se ha demostrado que las infecciones son menes fre-


cuentes en niños con lactancia materna que en niños sin ella. (33, 39,40,97). En
una población de clase media en los Estados Unidos una diferencia similar se encon-
tró en la frecuencia de gastroenteritis (59). Compensando las diferencias socioeco-
nómicas Cunninghan (23,24) reporta que prevalece una mayor frecuencia de infec-
ciones en niños sin lactancia materna. Esta diferencia también ha sido reportada
por Chandra (18,19) en poblaciones de una sociedad occidental y de un país en de-
sarrollo. En el área rural de Chile se ha demostrado la protección de la lactancia
materna contra las infecciones (77). A pesar de que la exposición a Shi~ ~­
monella y E. coli enteropatogénica es común, en un estudio en el área rural de Gua-
temala, la diaoo fue menos frecuente dentro del grupo de niños alimentados con
Hanson. L.. Y Porras. O.: ASPECTOS INMUNOLOGICOS DE LA LECHE MATERNA 75

leche materna (62), Se ha demostrado también la capacidad de la lactancia materna


de proteger contra cólera {41,61). Calostro fresco puede ser usado para controlar
epidemias de t. ~ enteropatogénica (58L efecto descrito previamente en los estu-
dios de Tassovats y Kotsitch (92) y de Svirsky-Gross (90l.
La administración de leche materna previene infecciones en niños prematuros como
lo demostró un estudio prospectivo de Narayanan et al. (69), También parece ser
que la lactancia matema puede prevenir septicemia neonatal posiblemente porque
impide que E. coli invada el torrente sanguíneo desde el intestino (96). Se ha re-
portado también que disminuye la tasa no solamente de gastroenteritis, sino que
también de infecciones respiratorias (19,24) y otitis media (18,66,81,84); sin em-
bargo, esto no ha sido demostrado en otros estudios (18).

Downham et al.(27) indican que la leche humana protege contra el virus respirato-
rio sincicial; este efecto antiviral lo demuestra también el hecho de que la vacuna
contra poliovirus por vía oral puede ser neutralizada si se administra muy cerca de
una toma de leche con 'títulos altos de anticuerpos tipo SigA contra poliovirus (95),
La leche humana tiene un componente no-inmunoglobulínico que neutraliza rotavi·
rus, además de los anticuerpos específicos (73,74,85). La excresión de rotavirus fue
menos frecuente y en el niño infectado rotavirus fue excretado en menos cantidad
cuando recibían leche materna que cuando la alimentación era de otro tipo (201.'
No está claro si los anticuerpos del tipo IgA o IgG específicos contra rotavirus pro-
tegen Rer ~ (93); sin embargo un estudio reciente sugiere que inmunoglobulina
humana administrada por vía oral protege niños de bajo peso al nacer contra diarrea
causada por rotavirus (5).

LACTANCIA MATERNA Y ALERGIA

Algunos estudios sugieren que la alimentación con leche materna protege contra el
desarrollo de atopia; sin embargo, estos postulados pueden ser cuestionables (641.
Un efecto como éste puede deberse a que el niño alimentado con leche materna no
está expuesto a alergenos potenciales, como proteínas de la leche de vaca; sin em-
bargo,esta exposición puede darse a través de la leche si la madre toma leche de vaca
en grandes volúmenes (55).

La leche materna contiene también anticuerpos contra proteínas alimentarias, in-


cluso contra la proteína de la leche de vaca (46). No está claro si estos anticuerpos
pueden disminuir la exposición de la mucosa intestinal a la proteína durante la
ablactación, si se continua la lactancia materna (451. Finalmente, la leche humana
contiene factor ,gp-idérmico de crecimiento. que puede influir en la maduración del
epitelio de la mucosa intestinal y en su capacidad de manejar alergenos potenciales.
Este factor as í como muchos otros componentes de la leche humana de importan-
cia potencial para el bIenestar del niño que la recibe requieren más estudio, para
poder obtener una evaluación final de su significado biológico {70L

RESUMEN

La leche humana contíene una cantidad de factores que pueden agregarse a los me-
canismos de defensa contra la infección en el niño alimentado con leche materna.
Entre éstos están los anticuerpos específicos del tipo SigA.

A través de un mecanismo especial -el eje enteromamárico·antígenos de microorga-


nismos y alimentos que alcanzan el intestino materno específicamente obligan a los
linfocitos a migrar ("homing") de las placas de Peyer hacia las glándulas mamarias
16 REVISTA MEDICA HOSPITAL NACIONAL DE NI';¡OS DR. CARLOS SAENZ HERRERA

donde producen anticuerpos del tipo SigA. Como resultado de esto el recién naci·
do alimentado con leche materna es provisto de 0,5 . 1,0 9 de estos ant.icuerpos dia-
riamente contra los agentes infecciosos que lo rodean. Los anticuerpos del tipo
SigA son especialmente resistentes a variaciones de pH y proteolisis y adaptados pa-
ra proteger contra infecciones a través de las membranas mucosas, en dance co·
mienzan la mayoría de las infecciones. Los anticuerpos de la leche materna pueden
actuar en conjunto con lactoferrina, fagocitos y otros factores de defensa de la le-
che materna, explicando el hecho de que la gastroenteritis y ciertas otras infeccio-
nes son menos frecuentes en niños alimentados con leche materna que en aquellas
sin lactancia materna.

La desnutrición no parece ser que necesariamente disminuya la respuesta mediada


por anticuerpos del tipo SigA en las glándulas mamarias; sin embargo, es conocido
que produce este fenómeno en otros puntos de la inmunidad iocal.

SUMMARY

Human milk contains a number of factors that may add to the defense against in-
fections of the breast·fed baby. Among these are the specific secretory IgA antibo·
dies. Through a special mechanism - the enteromammaric axis· antigens of micro-
organism$ and food which reach the mother's intestine specifically commit Iympho-
cytes to move from the Peyer's patches to the mammary gland where thy produce
the secretory IgA antibodies. As a result the breast-fed baby is provided with 0.5 -
1 g of these antibodies daily against the infectious agentes in its surroundings. The
secretory IgA antibodies are especially resistant to pH variations and proteolysis
and adapted to protect against infections vía mucous membranes where most ¡nfec-
tions are initiated. The milk antibodies may act in concert with lactoferrin, phago-
cytes and other defense factors of the human mil k explaining the fact that gastro-
enteritis and certain other infections are less common in breast·fed than formula-
fed infants.

Vaccinations of the mother can enhance the milk antibody·mediated defense.

Undernutrition does not seem to necessarity decrease the secretory IgA antibody
response in the mammary gland, although it is known to do so in other local sites.

Nota: Estos estudios fueron financiados por el Consejo Sueco de Investigación Mé·
dica (No. 215), SAREC y la Fundación Ellen, Walter y Lennart Hasselman para In-
vestigación Científica, Suecia.
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lial, que funciona como receptor en la porción basal de la célula. la molécula completa de IgA Secretora es
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transferida a la superficie de la mucosa.

Además los complejos IgA dimérica-cadena J pueden a través de la circulación alcanzar los receptores del .....
Componente Secretor sobre el epitelio glandular. Como resultado serán transferidos hasta la superficie de la .....
mucosa. Este último mecanismo puede no ser importante en humanos.
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FIGlJ RA 2. Diagrama esquemático que muestra la relación enteromamárica de la inmunidad de las mucosas. 1:
Antígenos (microorganismos, alimentos) a los que se expone el intestino materno, pueden iniciar una respuesta ';;a"a
mediada por IgA Secretora, Que es transferida a las glándulas mamarias. Como resultado el niño alimentado
con leche materna es provisto con protección específica mediada por anticuerpos del tipo IgA Secretora contra ;a'"
l>
los microorganismos en su medio ambiente.
I:
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CUADRO 1 o
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REPRESENTACION ESQUEMATICA DEL SISTEMA COMUN DE DEFENSA DE LAS MUCOSAS o
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Migración ("Homing") Producción de Anticuerpos SigA l'Il
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Exposición al antígeno de linfocitos anticuerpos de! protectores sobre -i
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productores de IgA tipo SigA las membranas mucosas
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Intestino: GAL T Glándulas exocrinas: Anticuerpos del tipo 2
o
Tracto respiratorio, SigA en secreciones: í
oC)
digestivo, y genito- lágri mas, saliva, le-
Antígeno urinario, glándulas che, jugo intestinal, n
o
Ul
lacrimales, salivales orina, secreciones
b e
Pulmones: BALT y mamarias. bronquiales. l'Il
í
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I:
al GAL T: Tejido linfojde asociado al intestino. l'Il
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