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Palabras Claves: Ley General de Concejos Municipales, Concejo municipal de distritos, Creación
y competencia, Condiciones de los caminos públicos.
CONTENIDO
RESUMEN .................................................................................................................... 1
NORMATIVA ................................................................................................................ 2
Ley General de Concejos Municipales de Distrito ..................................................... 2
JURISPRUDENCIA ...................................................................................................... 6
1. Concejo municipal de distrito: Incompetencia para la administración de la zona marítimo
terrestre ..................................................................................................................................... 6
2. Concejo municipal de distrito: Requisitos para la creación y competencia de su trámite 8
3. Concejo municipal de distrito: Análisis sobre sus competencias y autonomía funcional 12
4. Concejo Municipal de Distrito de Monteverde: Incumplimiento de obligaciones
municipales de velar por las condiciones de los caminos públicos ........................................ 21
5. Proceso contencioso administrativo: Consideraciones sobre el órgano competente para
la declaratoria de lesividad del acto ........................................................................................ 27
RESUMEN
El presente informe trata el tema del Concejo Municipal, se cita la Ley General de
Concejos Municipales de Distrito, y sobre ella las sentencias relacionadas, citando
temas como: la incompetencia para la administración de la zona marítimo terrestre, los
requisitos de creación y competencia de los Consejos municipales, la obligación de
velar por el buen estado de los caminos, entre otros.
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NORMATIVA
8173
decreta:
Como órganos adscritos los concejos tendrán, con la municipalidad de que forman
parte, los ligámenes que convengan entre ellos. En dichos convenios se determinarán
las materias y los controles que se reserven los concejos municipales. La
administración y el gobierno de los intereses distritales se ejercerá por un cuerpo de
concejales y por un intendente, con sujeción a los ligámenes que se dispongan.
(Así reformado por el artículo 1° de la ley N° 9208 del 20 de febrero del 2014)
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Artículo 3.- A los concejos municipales de distrito se les aplicará la normativa
concerniente a las competencias y potestades municipales, así como el régimen
jurídico general de las corporaciones locales y del alcalde y los regidores.
(Así reformado por el artículo 2° de la ley N° 9208 del 20 de febrero del 2014)
Artículo 4.- Los concejos municipales de distrito podrán convenir con las
municipalidades creadoras toda clase de alianzas de interés común.
Todos los convenios de cooperación que celebren las municipalidades y sus concejos
municipales de distrito serán informados a la Contraloría General de la República, al
igual que los previstos en el párrafo tercero del artículo 1 y el párrafo segundo del
artículo 9.
(Así reformado por el artículo 2° de la ley N° 9208 del 20 de febrero del 2014)
Artículo 5.- En los distritos administrados por concejos municipales de distrito habrá
comités distritales de deportes y recreación, salvo que se disponga por el concejo
asumir directamente la función.
(Así reformado por el artículo 2° de la ley N° 9208 del 20 de febrero del 2014)
Los concejales devengarán dietas por sesión cuyos montos no sean superiores a los
contemplados para los regidores en el Código Municipal.
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Artículo 7.- El órgano ejecutivo de los concejos municipales de distrito será la
Intendencia, cuyo titular también será elegido popularmente, en la misma fecha, por
igual período, bajo las mismas condiciones y con iguales deberes y atribuciones que el
alcalde municipal.
(Así reformado por el artículo 2° de la ley N° 9208 del 20 de febrero del 2014)
(Así reformado por el artículo 2° de la ley N° 9208 del 20 de febrero del 2014)
Artículo 9.- Las tasas y los precios de los servicios distritales serán percibidos
directamente por los concejos municipales de distrito, así como las contribuciones
especiales originadas en actividades u obras del mismo concejo.
(Así reformado por el artículo 2° de la ley N° 9208 del 20 de febrero del 2014)
(Así reformado por el artículo 2° de la ley N° 9208 del 20 de febrero del 2014)
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Artículo 11.-Toda partida específica o transferencia pública de fondos para obras o
proyectos del distrito, deberá girarse directamente al concejo municipal de distrito.
Artículo 13.-Derógase la Ley No 7812, del 8 de julio de 1998, Adición del título VIII y
del transitorio IV al Código Municipal.
Transitorio IV.- Se mantienen en vigencia los convenios suscritos a tenor del artículo
10 original de esta ley, hasta por el plazo establecido en estos o, en su defecto, hasta
por dos años más a partir de la entrada en vigencia de la reforma de esta ley.
(Así adicionado por el artículo 1° de la ley N° 9208 del 20 de febrero del 2014)
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JURISPRUDENCIA
Voto de mayoría:
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horas del tres de febrero de mil novecientos noventa y cinco, de la Sala Primera de la
Corte Suprema de Justicia y voto 2000-03773, de las doce horas con quince minutos
del cinco de mayo del dos mil de la Sala Constitucional). Al respecto la misma
Procuraduría General de la República había señalado esa situación apuntando que:“A
la luz de lo expuesto y en aplicación de la normativa vigente, no es posible sostener
que los concejos municipales de distrito sean competentes para administrar la zona
marítimo terrestre. Ésta sigue siendo una competencia propia y exclusiva de las
corporaciones municipales en coordinación con el Instituto Costarricense de Turismo
(ICT), en los casos previstos por la ley. Tal determinación, se encuentra expresamente
contemplada en la ley sobre la zona marítimo terrestre, por lo que pretender delegar
esa competencia en los concejos municipales de distrito fundamentándose en lo que
dispone el artículo 4º de la Ley 8173, resulta abiertamente ilegal, e incluso podría
eventualmente calificarse de inconstitucional, pues a la fecha no ha operado una
transferencia legal de competencias en ese sentido.” (Dictamen C-253-2003 de 22 de
agosto de 2003 y C-244-2009 3 de setiembre de 2009). Es de aclarar que la
Administración de la zona no sólo comprende los actos de otorgar concesiones o
cederlas, sino que lleva implícito todos los actos propios de esa actividad (Ver
dictamen de la Procuraduría General de la República número C-253-2003 del 22 de
agosto de 2003), entre los cuales necesariamente está la defensa o expulsión de
cualquier ocupante, independientemente si esa persona se encuentra o no al amparo
de actos administrativos ya firmes, como es el caso que nos ocupa. Igual situación
ocurre con la colocación de otras personas (sean físicas o jurídicas) dentro de la zona
marítimo terrestre, pues estamos frente a actos de administración de ese demanio
público. Sin mayores cuestionamientos los actos de administración de esa zona no
pueden ser considerados por un Consejo Municipal de Distrito, pues es un tema que
escapa de competencia. Muestra clarade la improcedencia del acto, es que la
Municipalidad del Cantón de Puntarenas, quien es la jurídicamente llamada a estar
presente en la sumaria ni siquiera se ha apersonado, sino solo la representación del
distrito; sobre un tema cuya competencia es exclusiva y excluyente sobre los restantes
óranos del ayuntamiento. Diferente es si lo hubieran recomendado o solicitado al
jerarca municipal, pero ese no es el caso que nos ocupa. Téngase a la vista que se
trata de un vicio de incompetencia en razón de la materia, que como tal es
insubsanable y que necesariamente produce la nulidad del acto; generando que sea
irrelevante entrar a considerar los aspectos de fondo invocados por la parte recurrente,
o su contraparte. Véase como a la hora de establecer los actos tendientes a revocar
los derechos que presenta el hoy recurrente, el órgano colegiado distrital si tuvo la
debida prudencia de considerar su manifiesta incompetencia, limitándose a solicitar la
conducta administrativa que a su juicio resultaba la más adecuada frente al órgano
competente, presupuesto que no se cumple con respecto al tema ahora valorado. En
ese paradigma no queda más que anular el argumento aquí señalado.”
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2. Concejo municipal de distrito: Requisitos para la creación y competencia
de su trámite
Voto de mayoría
“La creación de concejos municipales de distrito deberá ser dispuesta al menos por
dos terceras partes del total de integrantes del concejo municipal del cantón, cuando lo
soliciten un mínimo de doscientos cincuenta vecinos del distrito respectivo y, solo en el
caso de los distritos distantes de la cabecera del cantón, según el reglamento que
dicte previamente cada municipalidad.
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esta impugnación está constreñido a la interpretación y aplicación del numeral 2
de la Ley General de Concejos Municipales de Distrito, número 8173, que según
se vió, establece de manera taxativa los requisitos para la creación de tales órganos.
No compete a los órganos administrativos -en tanto se advierte que este Tribunal
actúa como jerarca impropio de las municipalidades conforme lo prevén el artículo 173
de la Constitución Política, 156 del Código Municipal y 190 del Código Procesal
Contencioso Administrativo, o a la Procuraduría General de la República-, ni tampoco
a los jurisdiccionales -como sería la Sala Constitucional, por ejemplo, como lo alega el
apelante-, sino al Tribunal Supremo de Elecciones, la labor interpretativa de las
normas electorales, conforme a la competencia constitucionalmente asignada en el
numeral 102 inciso 3 de la Carta Fundamental. Además, es de notar que esa
importante tarea ya fue realizada con antelación a la resolución de este asunto, de
manera oficiosa, mediante resolución número 3528-E8-2008 , de las trece horas
cincuenta minutos del ocho de octubre de dos mil ocho ,ante consulta realizada por el
Secretario de la Comisión Pro-Creación del Concejo Municipal de Distrito Pejibaye -
Eduardo Salas Sandoval-. En esa ocasión el Tribunal Supremo de Elecciones
consideró:
(...)
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resuelva por mayoría. La Constitución o las leyes pueden establecer mayorías
especiales pero siempre serán mayorías.
A diferencia de, por ejemplo, una recolección de firmas, en la que se busca acreditar
un interés ciudadano respecto de un asunto particular, todo proceso electoral, sea este
electivo o consultivo, está dirigido a obtener una expresión popular de voluntad (esto
es, un voto mayoritario) respecto de un asunto en el que, por lo menos, existen dos
alternativas.
Ningún efecto jurídico tiene, por ejemplo, que frente a la solicitud de los doscientos
cincuenta vecinos del distrito, exigida en el párrafo primero del artículo en cuestión,
otros quinientos vecinos del mismo distrito se apersonen a manifestar su oposición a la
activación del proceso de creación del concejo municipal de distrito. No se trata, en
este caso, de acreditar mayorías, sino simplemente un apoyo mínimo que demuestre
el interés social del asunto. En cambio, tanto las consultas populares como los
procesos electivos, toda vez que existen alternativas en conflicto sometidas a la
voluntad popular, deben decidirse por mayoría.
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procesos de referéndum, respecto del padrón electoral (en el caso en cuestión,
cantonal), y no con relación a los votos válidamente emitidos, como está fijado para la
elección presidencial.
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plebiscito, en que el resultado final fue la victoriosa la tesis de los que votaron por la no
creación del nuevo cantón, que obtuvo mil ochocientos cuarenta y dos (1842) votos
frente a mil seiscientos cincuenta y tres (1653) votos que votaron por el sí .”
Voto de mayoría
“V.- DEL CONTENIDO DEL ACUERDO VETADO.- Teniéndose como base que el
origen del acuerdo vetado es la gestión que formula Melvin López Sancho, en su
condición de Presidente de la Asociación Solidarista Coocique, R.L., en nota fechada
el veintiuno de abril del dos mil nueve (nota 52 a 53) , al Concejo Municipal de Distrito
de Peñas Blancas de San Ramón, resulta necesario tener claro lo pedido en aquella
ocasión al órgano local. Y es así como se constata que se pide el visado de los
siguientes planos catastrados 1-2426095, con un área de 1.4281 metros cuadrados, 1-
2426096, con un área de 5.800 metros cuadrados, 1-2426097, con un área de 12272
metros cuadrados, indicando que todos son parte del folio real de Alajuela 2258634-
000, ubicados en San Rafael de Chachagua, de 50.942.42 metros cuadrados, de los
cuales, una hectárea y media está en bosque, y el resto está sembrada de piña.
Añade que se trata de un proyecto para que los socios de la asociación puedan
adquirir un pequeño lote, de manera que se trata de formar una pequeña comunidad ;
y a tal efecto, señala que “se terminaron los caminos con las medidas que la ley
establece, según el topógrafo y se hicieron mejoras en la entrada, como aporte a la
comunidad, arreglamos uno de los puentes que comunica a San Rafael con
Chachagua y estamos anuentes a ayudar en la mejora del otro puente, se le puso
alcantarillado nuevo y se lastreó el camino, tenemos visto bueno de Coopelesca para
la electrificación, como único requisito era las calles lastreadas las cuales ya están,
también estamos esperando el estudio de factibilidad del acueducto para las tomas de
agua, sin embargo ya hemos tenido comunicación con el Acueducto y la idea es traer
el agua directamente del tanque de abastecimiento a 1400 metros del proyecto, con
esto se beneficiarían todas las parcelas que aún no tienen agua potable en sus casas,
lo cual nos alegra ya que es parte de la proyección social que como asociación
también tenemos el compromiso de aportar a esta comunidad de San Rafael” (folios
52 a 53) . Inmediatamente, en sesión ordinaria número 14-2009, del veintiocho de abril
siguiente, se adopta la decisión vetada, que declara vía pública " el camino que da
acceso a las fincas según planos, tomo 15790, folio 174, 176, 178 del protocolo del
Ingeniero David Fernando González Acuña que son parte de la finca, folio real
2258634-000 ubicada, tal como se indica en los planos a catastral.” Se advierte que el
único antecedente de esa decisión, fue la discusión que se dio en la sesión ordinaria
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número 13-2009, del veinituno de abril anterior, el mismo día en que se formuló la
gestión, y sin que conste ningún criterio técnico que lo respalde, siendo evidente que
tiene un evidente contenido urbanístico, en tanto, no sólo facilita el acceso al
proyecto de fraccionamiento propuesto por el Presidente de la Asociación
Solidarista Coocique para sus socios, sino que de manera implícita, confiere el
visado de los planos de ese proyecto de fraccionamiento. Por ello, se impone la
revisión de la alegada falta de competencia del Concejo Municipal de Distrito de Peñas
Blancas, para la adopción del acuerdo vetado.
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También se delega en exclusiva a los Concejos Municipales. En este sentido, por la
trascendencia derivada de las implicaciones jurídicas que conllevan los procesos de
fraccionamiento y urbanizaciones, resulta necesario clarificar el significado de ambos
conceptos. Así,
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pretenda dar al terreno y las normas al respecto. No obstante lo anterior, la suma de
los terrenos que deben cederse para vías públicas, parques y facilidades comunales
no excederá de un cuarenta y cinco por ciento de la superficie total del terreno a
fraccionar o urbanizar. (…)
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proponer al Concejo la problemática del distrito para que ésta adopte las decisiones
del caso, y en tal sentido, resultan conformes con el esquema organizacional
establecido en la Constitución Política, como lo señaló nuestro Tribunal Constitucional
en sentencia número 6000-94, de las nueve horas treinta y nueve minutos del catorce
de octubre de mil novecientos noventa y cuatro; de los Concejos Municipales de
Distrito, creados primero por mandato legal, a la luz de la Ley número 118, de mil
novecientos treinta y nueve, normativa pre-constitucional, que permitió que se
establecieran los "concejos de distrito" como pequeñas municipalidades para
administrar distritos alejados de la cabecera del cantón, la cual, se entiende
tácitamente derogada con la promulgación de la vigente Constitución Política, del siete
de noviembre de mil novecientos cuarenta y nueve, en tanto dispuso un diseño
organizacional del Estado costarricense en el que las Municipalidades son las únicas
entidades descentralizadas por el territorio según el espíritu del constituyente
originario (sentencias 6000-94, supra citada y 5445-99, de las catorce horas treinta
minutos del catorce de julio de mil novecientos noventa y nueve), motivo por el que
nuestro Tribunal Constitucional en la citado resolución 6000-94 estimó su derogatoria
expresa con la promulgación de la nueva Carta Fundamental. En el Código Municipal
anterior, aprobado por Ley número 4574, del cuatro de mayo de mil novecientos
setenta, se les confirió reconocimiento jurídico a estas instituciones, al tenor del
Transitorio I del artículo 63 del Código Municipal, creadas por Decretos Ejecutivos
(números 22, del dieciocho de diciembre de mil novecientos sesenta siete; número 22,
del diez de julio de mil novecientos sesenta y ocho; número 21, del veintiséis de julio
de mil movimientos sesenta y nueve y número 16934-G, del veinte de marzo de mil
novecientos ochenta y seis, que crean a los Concejos Municipales de Distrito de San
Isidro de Peñas Blancas, de Cervantes, de Tucurrique y de Cóbano, respectivamente).
En razón de lo anterior, en el citado fallo 6000-94 de la Sala Constitucional, declaró
inconstitucionales estas instituciones, en tanto se dispusieron como "circunscripciones
territoriales a las que se les reconoce, por la sola voluntad del Poder Ejecutivo,
personalidad jurídica y se les encarga, también, la administración de los intereses y
servicios locales. Es decir, por simple decisión del Presidente de la República, se
pueden crear nuevas municipalidades sin observar el procedimiento que exige el
artículo 168 de la Constitución Política. Estos concejos tienen, entre otras de menor
importancia para el caso, las siguientes características, reservadas todas al Poder
Ejecutivo: nombra al concejo integrado por cinco propietarios y tres suplentes, dos
propietarios y un suplente, de ternas que le remita la Municipalidad del cantón al que
pertenece el distrito; nombra y remueve, libremente, al "intendente" con las mismas
atribuciones y deberes que el Código Municipal le asigna a los Ejecutivos Municipales;
puede crear nuevos concejos municipales de distrito, cuando se cumplan ciertos
requisitos formales contenidos en el inciso g) de ese mismo artículo; y por último,
reglamenta la organización y funcionamiento de estos concejos. " Posteriormente, con
la promulgación del vigente Código Municipal, número 7794, del treinta de abril de mil
novecientos noventa y ocho, vigente a partir del dieciocho de julio siguiente, se
vuelven a introducir estas figuras organizacionales, lo que motiva, nuevamente su
nulidad por declaratoria de inconstitucional -mediante la citada sentencia 5445-99, con
un dimensionamiento de conformidad con lo dispuesto en el artículo 91 de la Ley de la
Jurisdicción Constitucional, a fin de evitar que se produzcan graves dislocaciones de la
seguridad, la justicia y la paz sociales, en los siguientes términos:
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"a.- todas las comunidades que integran los concejos de distrito o concejos
municipales de distrito, que ahora se declaran inconstitucionales, se reintegran, de
inmediato, bajo la administración de las Municipalidades de los cantones a que
pertenecen sus territorios; b.- todo lo concerniente a la materia presupuestaria
(recaudación de ingresos y control de egresos), se incorporarán en los presupuestos
ordinarios correspondientes a las Municipalidades a las que se reintegran. La
Contraloría General de la República dispondrá lo necesario para ajustar los
presupuestos e integrarlos en uno sólo; c.- La Municipalidad respectiva dispondrá lo
necesario sobre el personal administrativo. En caso de que se opte por la supresión de
plazas, se aplicarán las normas pertinentes del artículo 146 inciso b) del vigente
Código Municipal y la Contraloría General de la República aprobará las enmiendas
presupuestarias necesarias para hacerle frente a los gastos; y d.- todos los ingresos y
las rentas serán recaudadas e incorporadas por las municipalidades a sus propios
presupuestos y los gastos, cuentas por pagar, contratos y obligaciones pendientes en
general, serán asumidos por las municipalidades respetando los derechos adquiridos
por terceros."
Para la administración de los intereses y servicios en los distritos del cantón, en casos
calificados las municipalidades podrán crear concejos municipales de distrito como
órganos adscritos a la respectiva municipalidad con autonomía funcional propia, que
se integrarán siguiendo los mismos procedimientos de elección popular utilizados para
conformar las municipalidades. Una ley especial, aprobada por dos tercios del total de
los diputados, fijará las condiciones especiales en que pueden ser creados y regulará
su estructura, funcionamiento y financiación. "
"Artículo 3.-
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Así, es claro que forman parte de la estructura organizativa de la municipalidad a la
que pertenecen, que, conforme al mandato constitucional -172- y desarrollo legislativo,
gozan de "autonomía funcional", es decir "aquella capacidad de auto-administrarse
que otorga al órgano libertad para organizar su trabajo y disponer de sus recursos con
independencia de la Municipalidad "madre", en pocas palabras, para "funcionar" de
forma independiente", explica la Sala Constitucional en sentencia número 2006-10395,
de las diecinueve horas dieciocho minutos del diecinueve de julio del dos mil seis;
diferenciándolo de la autonomía administrativa o de primer grado, en tanto ésta
"supone un grado de independencia como el que tienen las instituciones autónomas",
siendo que de "la lectura de las actas legislativas permite concluir que eso no fue lo
que tuvo en mente el legislador al crear los concejos municipales" de distrito; y añade,
"El legislador les otorgó autonomía funcional con el objeto de que puedan utilizar las
herramientas administrativas básicas para funcionar de manera eficiente, con algún
grado de independencia organizativa de la municipalidad madre. La idea del legislador
fue que tales concejos sirvieran como"punto de apoyo en su gestión municipal", en
aquellos sitios que por su lejanía tuvieran dificultades de comunicación con la
cabecera del cantón. .. No tienen iniciativa en materia presupuestaria y no pueden
intervenir en la recaudación e inversión de los ingresos de la Municipalidad "madre".
Su presupuesto es el que les asigne la Municipalidad a la cual están adscritos y de la
cual dependen orgánicamente, pues si bien el Intendente es el órgano ejecutivo, su
jerarca sigue siendo el Concejo Municipal, que se mantiene como superior."
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y de derecho que han llevado a la respectiva administración pública al dictado o
emanación del acto administrativo. La motivación es la expresión formal del motivo y,
normalmente, en cualquier resolución administrativa, está contenida en los
denominados 'considerandos' -parte considerativa-. La motivación, al consistir en una
enunciación de los hechos y del fundamento jurídico que la administración pública tuvo
en cuenta para emitir su decisión o voluntad, constituye un medio de prueba de la
intencionalidad de esta y una pauta indispensable para interpretar y aplicar el
respectivo acto administrativo." (JINESTA LOBO, Ernesto. Tratado de Derecho
Administrativo. TomoI. (Parte General). Biblioteca Jurídica Dike. Primera edición.
Medellín, Colombia. 2002. p. 388.)
Es por ello que al tenor del artículo 136 de la Ley General de la Administración
Pública, resulta exigido para la Administración motivar los actos que imponen
obligaciones; limiten, supriman o denieguen derechos subjetivos; resuelvan recursos;
los que se dictan con separación del criterio seguido en actuaciones precedentes o del
dictamen de los órganos consultivos; los que mantienen la ejecución del que es
impugnado; los generales de carácter normativo (reglamentos) y los discrecionales de
carácter general. Así, si no hay motivación, se incurre en un vicio de forma que
afecta gravemente el acto, viciándolo de nulidad absoluta. Por su parte, y muy
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ligado al anterior, e l motivo es un elemento material esencial del acto administrativo
(al tenor de lo dispuesto en el artículo 133 de la Ley General de la Administración
Pública), constituido por "los antecedentes, presupuestos o razones jurídicas (de
derecho) y fácticas, que hacen posible o necesaria la emisión del acto administrativo, y
sobre las cuales la Administración Pública entiende sostener la legitimidad,
oportunidad o conveniencia de éste." (JINESTA LOBO, Ernesto. Tratado de Derecho
Administrativo. Tomo I. (Parte General). Biblioteca Jurídica Dike. Primera edición.
Medellín, Colombia. 2002. p. 370). Así, son las causas o presupuestos, antecedentes
jurídicos y fácticos que inducen a la Administración a la adopción del acto concreto; y
que denota la conformidad que debe existir entre éste y el propósito que el
ordenamiento jurídico le asigna, ya sea, la satisfacción de un interés público a
satisfacer en cada caso. Por ello, el citado numeral 133 exige que sea legítimo, por
cuanto está supeditado al ordenamiento jurídico, como corolario del principio de
legalidad que rige la actuación Administrativa (artículos 11 de la Constitución Política y
de la Ley General de la Administración Pública); y además, debe existir tal y como la
Administración lo invoca, y que precisamente, sustentan la decisión adoptada, lo
que denota su íntima relación con el otro elemento comentado (la motivación del acto),
de donde, el contenido debe ser correspondiente con el motivo.
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respaldo, declara como vía pública lo consignado como tal en los planos, que tampoco
se identifican ni se consignan para su correcta identificación, lo que constituye
además, una omisión en las funciones de control en la materia de urbanismo, se
repite, propias y exclusivas del Concejo Municipal.
[Sala Constitucional]v
Voto de mayoría
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o de otras personas, e inclusive, de la misma naturaleza. De ahí que, por ejemplo, los
temas ambientales han pasado a ser, al menos en nuestro país, un asunto de índole
constitucional, puesto que el derecho a un ambiente sano y ecológicamente
equilibrado fue elevado a rango de derecho fundamental. Ahora bien, es menester
aclarar que la existencia objetiva de una obligación del Estado en lo referente a la
protección del derecho a la vida no apareja, ineludiblemente, un derecho subjetivo de
las personas a exigir, a través de los organismos judiciales, que se tome una medida
determinada, pero sí a que se tomen las medidas idóneas en tutela de ese derecho,
ante actitudes abiertamente negligentes de las autoridades públicas. Se trata así que
el Estado adquiere la obligación de regular las áreas de la vida social de las cuales
puedan surgir peligros para la existencia física de los habitantes de su territorio, ya sea
a través de la ley, de reglamentos, de acuerdos o de otras medidas relacionadas con
la organización y los procedimientos administrativos, y del derecho subjetivo de las
personas a que así se proceda, en forma diligente. En consecuencia, la posibilidad de
exigir, judicialmente, a través del recurso de amparo, un tipo específico de actividad
prestacional por parte del Estado en cumplimiento de su deber de protección a la vida
e integridad física de sus habitantes, es restringida a la clara verificación de un peligro
inminente contra esos derechos de las personas, de forma tal que si por ejemplo, una
determinada comunidad estimara necesario contar con un hospital para la atención de
sus pobladores (o de cualquier otra obra pública), no es por la vía del amparo que se
debe exigir sino a través de los mecanismos previamente establecidos y ante los
órganos y entes competentes, quienes deberán atender la petición y resolver su
procedencia técnica, que no implica, necesariamente, una respuesta positiva. De lo
que se desprende que la injerencia de la jurisdicción constitucional solamente es
viable ante la inercia comprobada del Estado, a través de sus órganos competentes,
en atender las demandas que en ejercicio de sus derechos realicen los habitantes del
país.
V.- En la especie, el recurrente solicitó a la Sala que ordene a las autoridades del
Ministerio de Obras Públicas y Transportes la construcción de una acera en la ruta
nacional No. 10, específicamente, en los alrededores de la Quebrada Barahona, en
tutela de la vida de quienes transitan a pie por ese sector. De los autos se desprende,
que el Jefe de Señalamiento Vial, de la Dirección General de Ingeniería de Tránsito,
luego de haber realizado una inspección a la zona en mención concluyó: ‘(...) 1) la
carretera se encuentra en buen estado, 2) la demarcación horizontal existente (líneas
de centro y borde) es adecuada para las condiciones de la vía, 3) el límite de velocidad
establecido en el sentido Cartago- Turrialba- es de 50 km/h; mientras que en el sentido
Turrialba-Cartago es de 40 km/h, 4) los vehículos tienen a circular excediendo la
velocidad permitida, razón por la cual muchas veces invaden el carril adyacente 5) no
existen aceras o espaldones en la vía 6) los peatones deben caminar por el lado
derecho en la vía sentido Turrialba-Cartago. A raíz de lo anterior, ordenó colocar un
conjunto de señales preventivas conformado por las señales P-1-1 (curva
pronunciada) y P-1- 14 (40 km/h) con el fin de mitigar el riesgo de un accidente. Indicó
que tales señales serán colocadas en ambos sentidos de la vía a una distancia
aproximada de 100 metros de la curva, con el propósito de evitar el exceso de
velocidad, la invasión del carril contrario y el riesgo para los peatones. Finalmente, y
en aras de garantizar el derecho a la vía y seguridad de los peatones, recomendó al
CONAVI construir con la mayor brevedad una acera en el lado derecho de la vía en el
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sentido Turrialba-Cartago’. De acuerdo con tales probanzas y dadas las
particularidades del caso concreto, estima este Tribunal Constitucional que la
pretensión del recurrente es viable en esta sede, ya que aparte de ser un hecho
público y notorio, el inminente peligro que corre la vida de aquellas personas que
transitan a pie por los alrededores de la carretera en cuestión, (ya sea por razones de
trabajo, estudio o simplemente porque desean trasladarse de un lugar a otro); los
estudios técnicos, conclusiones y recomendaciones emitidas por el Jefe de
Señalamiento Vial, de la Dirección General de Ingeniería de Tránsito dejan entrever la
gran necesidad que poseen los vecinos de la localidad de El Recreo en Turrialba de
contar con la construcción de dicha acera.
VI.- Además, debe tenerse presente que la vida en sociedad conlleva la aceptación de
diversos peligros, algunos de los cuales pueden ser sorteados más fácilmente que
otros, sin que resulte viable que el Estado pueda removerlos todos a efecto de
proteger la vida de sus habitantes. Sin embargo, sí está obligado a adoptar,
oportunamente, todas aquellas medidas preventivas necesarias para enfrentar esos
peligros inherentes a la vida en sociedad, reduciéndolos al mínimo posible.
Específicamente, el tránsito vehicular es una de esas actividades necesarias
socialmente pero riesgosas, tanto para los conductores como para los peatones, de
ahí que el Estado tiene el deber de regular la circulación de peatones, animales y
vehículos por las vías públicas y por las privadas que estén abiertas al público, de
manera tal que se pueda garantizar un tránsito terrestre, vehicular y peatonal con el
mínimo de peligros para la vida humana, siempre y cuando se respete aquella
regulación. Se sabe que el problema de la seguridad vial es multicausal e
interdisciplinario, habida cuenta que el riesgo o peligro no depende solamente de la
existencia o de la ausencia de medidas de seguridad imputables a la Administración,
sino de múltiples factores, tales como la velocidad de circulación, pericia de los
conductores, la precaución de los peatones, el estado mecánico de los vehículos que
circulan, el estado del tiempo y otros, por lo que resulta imposible exigir del Estado la
eliminación de todos y cada uno de los riesgos que se ciernen sobre la existencia y
seguridad de las personas en las vías públicas dedicadas al tránsito automotor; no
obstante, en el subjudice se observa una actitud abiertamente negligente de las
autoridades recurridas en el cumplimiento de sus competencias, al no haber adoptado,
oportunamente, las medidas mínimas necesarias para evitar el riesgo que representa
el tránsito peatonal en las cercanías de la localidad del El Recreo en Turrialba, que, a
juicio de este Tribunal Constitucional debieron preverse en el mismo momento en que
se autorizó la reparación y recarpeteo de dicha carretera. (…)”
23
tienen las competencias locales en el respectivo distrito. Este Tribunal Constitucional
se pronunció en relación a la naturaleza de estos concejos, analizando el tipo de
autonomía que poseen para el cumplimiento de sus funciones. Sobre el particular, se
resolvió lo siguiente:
(…)
Tanto la Constitución Política como la Ley N° 8105 otorgan a los Concejos de Distrito
‘autonomía funcional’ para la administración de intereses y servicios locales. Mientras
el texto de ley aprobado contiene el concepto autonomía funcional’, en la discusión los
diputados aluden a la ‘autonomía administrativa’. Es oportuno advertir que se trata de
dos autonomías distintas. Al analizar los límites y el contenido que los legisladores
dieron a dicha autonomía, se concluye que se refieren a la autonomía funcional, es
decir, aquella capacidad de auto- administrarse que otorga al órgano libertad para
organizar su trabajo y disponer de sus recursos con independencia de la Municipalidad
‘madre’, en pocas palabras, para ‘funcionar’ de forma independiente.
En segundo lugar, la norma señala que la creación del concejo se hará en ‘casos
calificados’. Su creación constituye un acto voluntario de las municipalidades, las que
deciden si se resulta oportuno o no establecer una organización de esa naturaleza. El
artículo 2° de la Ley N° 8173 dispone que su creación deberá ser dispuesta al menos
por dos terceras partes del total de integrantes del concejo municipal del cantón,
previa solicitud de un mínimo de doscientos cincuenta vecinos del distrito.
(…)
24
supondría desmembrar el territorio nacional y dar a la reforma constitucional hecha, un
alcance mayor al que tuvo en mente el legislador.
El legislador les otorgó autonomía funcional con el objeto de que puedan utilizar las
herramientas administrativas básicas para funcionar de manera eficiente, con algún
grado de independencia organizativa de la municipalidad madre. La idea del legislador
fue que tales concejos sirvieran como ‘punto de apoyo en su gestión municipal’, en
aquellos sitios que por su lejanía tuvieran dificultades de comunicación con la
cabecera del cantón.
Los concejos no pueden actuar en forma autónoma más allá de los límites que esa
autonomía les impone, teniendo claro que son ‘órganos adscritos a la respectiva
municipalidad’, que carecen de personalidad jurídica y están sujetos a la relación de
subordinación en materia presupuestaria, de gobierno y normativa. Sentencia Nº
10395-2006 de las 19:18 hrs. del 19 de julio de 2006, criterio que fue reiterado en la
resolución Nº 13381-2006 de las 9:00 hrs. del 8 de setiembre de 2006.
25
“Artículo 20.
Todos los poseedores de bienes raíces, por cualquier título, están obligados a recibir y
dejar discurrir dentro de sus predios, las aguas de los caminos cuando así lo
determine el desnivel del terreno y, cuando sus fundos estén inmediatos a los
desagües de un camino, deberán mantener estos desagües limpios, en perfecto
estado de servicio y libres de obstáculos.(…)”
“Artículo 21.-
Disposiciones que han sido reiteradas en el Código Municipal en el artículo 75, el que
dispone, en lo conducente, lo siguiente:
Artículo 75.-
(…)
De lo anterior se desprende que existe una obligación para todos aquellos habitantes
que tengan una propiedad colindante con las calles públicas de mantener las orillas de
las vías en buenas condiciones. Ante el incumplimiento de los munícipes, las propias
Municipalidades, en este caso, a través del Concejo Municipal de Distrito, están
facultadas para suplir la omisión de los deberes referidos realizando en forma directa
las obras, máxime, cuando se trata de una situación de peligro tanto para los peatones
como para los transeúntes en vehículos automotores, trasladando, posteriormente, al
propietario el cobro de las obras realizadas. En el caso que se examina, el Concejo
Municipal de Distrito de Monteverde escuda su incumplimiento al mandato señalado,
en las carencias tanto de recursos económicos como a la falta de personal operativo
que ejecute las obras. Alega que ello, en parte, obedece a que los recursos para las
vías públicas son transferidos por el Estado a la Municipalidad de Puntarenas y que
sus competencias están limitadas respecto a las de aquella Corporación Municipal.
Por su parte, la Alcaldesa Municipal de Puntarenas se limita a informar que de
conformidad con el artículo 179, inciso g), del Código Municipal le corresponde a los
Concejos Municipales de Distrito velar por el ornato y la limpieza del distrito. Sobre el
26
particular, cabe empezar señalando que la norma citada por la Alcaldesa Municipal así
como todo el Título VIII del Código Municipal fue declarado inconstitucional mediante
la sentencia Nº 5445-1999 de las 14:30 hrs. del 14 de julio de 1999 y fue mediante la
reforma constitucional señalada supraque se consolidó en nuestro Ordenamiento
Jurídico la figura de los Concejos Municipales de Distrito. Ahora bien, de conformidad
con las consideraciones realizadas anteriormente, estos concejos poseen autonomía
funcional para la administración de los intereses y servicios en los distritos del cantón,
pero no tienen autonomía presupuestaria ni normativa por lo que, efectivamente,
dependen de la Municipalidad que los creó y a la que se encuentran adscritos. Así las
cosas, considera este Tribunal que existe una omisión tanto del Concejo Municipal de
Distrito de Monteverde como de la Municipalidad de Puntarenas en atender la
situación que aqueja a los vecinos y transeúntes en el caserío de San Luis de
Monteverde, respecto a la cual se pone en peligro su integridad física y su vida por
transitar por calles que no cumplen las condiciones idóneas. Nótese, por lo demás,
que en materia de protección efectiva a la vida, la salud y la integridad física no es de
recibo el argumento de la falta de recursos económicos para obviar las obligaciones
objetivas de la Administración en el resguardo de los derechos constitucionales de las
personas. En virtud de lo anterior, lo procedente es estimar el recurso y ordenar a las
autoridades recurridas que en forma coordinada y en atención a sus respectivas
competencias, tomen las medidas que sean necesarias para corregir la situación
denunciada por el amparado, de manera que se garantice la seguridad de los
peatones y transeúntes del caserío San Luis de Monteverde.
Voto de mayoría
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de distrito, el funcionario ejecutivo indicado en el artículo 7 de la Ley N.° 8173, es el
intendente distrital quien tendrá las mismas facultades que el alcalde municipal.
Además, existirá un(a) viceintendente distrital, quien realizará las funciones
administrativas y operativas que le asigne el o la intendente titular; también sustituirá,
de pleno derecho, al intendente distrital en sus ausencias temporales y definitivas, con
las mismas responsabilidades y competencias de este durante el plazo de la
sustitución. Todos los cargos de elección popular a nivel municipal que contemple el
ordenamiento jurídico serán elegidos popularmente, por medio de elecciones
generales que se realizarán el primer domingo de febrero, dos años después de las
elecciones nacionales en que se elija a las personas que ocuparán la Presidencia y las
Vicepresidencias de la República y a quienes integrarán la Asamblea Legislativa.
Tomarán posesión de sus cargos el día 1º de mayo del mismo año de su elección, por
un período de cuatro años, y podrán ser reelegidos. (Así reformado por el artículo 310
aparte a) del Código Electoral, Ley N° 8765 del 19 de agosto de 2009) Interpretado por
Resolución del Tribunal Supremo de Elecciones N° 405 de 8 de febrero de 2008 de la
siguiente forma: “Se interpreta el artículo 14 del Código Municipal en el sentido que, en
las elecciones de diciembre del 2010, se escogerán los cargos de alcaldes,
vicealcaldes, intendentes y viceintendentes, síndicos, concejales de distrito
propietarios y suplentes y miembros propietarios y suplentes de los consejos
municipales de distrito y el nombramiento de estos funcionarios se extenderá hasta
que los electos en febrero del 2016 asuman el cargo, sea hasta el 30 de abril del 2016.
Asimismo, para armonizar el régimen electoral municipal a efecto que todos los cargos
se elijan a la mitad del período presidencial y legislativo, los regidores que resulten
electos en febrero del 2010 continuarán en sus cargos hasta el 30 de abril del 2016,
fecha en que serán sustituidos por los regidores electos en febrero del 2016”....
(artículo 14 del Código Municipal) la anterior cita vino a reformar el numeral 14
respecto a la introducción de la figura del Vicealcalde primero y segundo, que
originalmente antes de la reforma del mes de setiembre de 2009, establecía la
existencia de los Alcaldes Suplentes, quienes sustituirían al Alcalde Municipal en sus
ausencias temporales y definitivas, los cuales también eran elegidos popularmente. En
conclusión el Alcalde es un funcionario electo en forma popular y directa, por el voto
mayoritario de los vecinos de su cantón, para encabezar y dirigir el gobierno de ese
municipio. Es el principal funcionario ejecutivo de la Municipalidad, institución a la cual
constitucionalmente se le otorga autonomía para atender sus asuntos y cumplir con
sus funciones. Al ser un servidor público y el más relevante en materia administrativa
dentro de la Municipalidad debe llevar a cabo su trabajo teniendo en cuenta el bien
común y la solución de los problemas de su cantón. Corresponden al Alcalde
Municipal las siguientes atribuciones y obligaciones entre otras: a) Ejercer las
funciones inherentes a la condición de administrador general y jefe de las
dependencias municipales, vigilando la organización, el funcionamiento, la
coordinación y el fiel cumplimiento de los acuerdos municipales, las leyes y los
reglamentos en general. b) Delegar las funciones encomendadas por esta ley, con
base en los artículos 89 y siguientes de la Ley General de la Administración Pública
(...)
28
entrar a analizar el tema de la competencia no alegado formalmente por la parte
actora, la Sala Primera en reiterados fallos entre estos el 775-A-S1-2013 de las 16
horas 5 minutos del 13 de junio de 2013, dispuso:
29
Alcalde de la Municipalidad del Cantón de Osa en los períodos 2007 al 2011 y reelecto
del 2011 al 2016 cargo que ocupa en la actualidad. Los actos que se cuestionan por
parte del ente Contralor fueron dictados el 16 de mayo de 2008 (acción de personal
00269) y el 29 de enero de 2010 (acción de personal 0062). De la revisión del primero
de ellos visible a folio 3 del tomo I del expediente administrativo, se desprende el
formulario de la Acción de Personal de la Municipalidad de Osa, que el trámite es a
nombre del Servidor Jorge Alberto Cole de León con un rige desde el 16 de mayo de
2008, puesto Alcalde Municipal, que se dispone un aumento de sueldo, y en las
Observaciones "Pago del reconocimiento de la Proibicion (sic) de un 20%, según oficio
FOE-SM-0754 con base en la Ley 8422 contra la Corrupción y el Enriquecimiento
ilícito en la función Pública" documento suscrito por el señor Alberto Cole de León en
su condición de Alcalde Municipal, en el segundo documento visible a folio 38 del
expediente administrativo del tomo I, se observa Acción de Personal de la
Municipalidad de Osa, nombre del servidor Cole de León Alberto, puesto Alcalde
Municipal, por concepto de aumento de salario y en observaciones " Reconocimiento
de la diferencia de la prohibición 45% ya que según acción de personal N° 00269, se
le cancelada 20%, y de acuerdo a la Ley 8422 corresponde el 65% por lo que se le
cancela a partir del 01/01/2010 dicho porcentaje, según oficio DAM-ALCAOSA-0070-
2010" documento suscrito por Alberto Cole de León en su condición de Alcalde
Municipal, expuesto lo anterior, se encuentra acreditado que el señor Jorge Alberto
Cole de León en su condición de Alcalde Municipal procedió a aprobar en su propio
beneficio los aumentos de salario por concepto de pago de prohibición primero por el
20 % y luego por el 65% que corresponde a las acciones de personas aquí
cuestionadas 00269-2008 de mayo de 2008 y 062 de enero de 2010, resta por
establecer si el señor Alcalde estaba en condiciones de suscribir actos administrativos
que le conferían derechos como funcionario de la Municipalidad o debía abstenerse de
participar en el trámite, aprobación y orden de pago en su propio beneficio. Al respecto
en su demanda el señor Cole de León indica que para el momento de dictado de los
actos, solo él podía firmarlos, porque para la época en que aprobó"los rangos de
vicealcalde no existían a tiempo completo."
30
cuerpo normativo en su ordinal 70, impone que la competencia será ejercida por el
titular del órgano respectivo, salvo casos de delegación, avocación, sustitución,
subrogación y en concordancia con lo anterior, el numeral 230 impone que serán
motivo de abstención los mismos de impedimento y recusación que se establezcan en
la Ley Orgánica del Poder Judicial y además de los resulten del artículo 102 de la Ley
de la Administración Financiera de la República, acudiendo a tales citas la Ley
Orgánica del Poder Judicial. En el artículo 31 impone que a falta de regla expresa
sobre impedimentos, excusas y recusaciones, se estará a lo dispuesto por el Código
Procesal Civil y en revisión de tal cuerpo normativo se establece en el inciso 1) del
numeral 49, que habrá impedimento para conocer en asuntos en que tenga interés
directo, aplicado tal supuesto al que aquí se analiza de forma evidente para esta
Cámara de Jueces, el señor Alberto Cole de León debió abstenerse y excusarse de
conocer y autorizar una actuación administrativa que le otorgaba derechos a sí mismo.
No es válida la excusa del señor Cole de León que no había funcionario nombrado a
tiempo completo, y esto para el primer acto porque para la fecha del dictado el
segundo ya se había previsto la figura del Vicealcalde, por lo que su justificación no
encuentra para este Colegio de Jueces asidero alguno, el señor Alcalde tenía la
obligación legal y ética como funcionario público y más aún de elección popular de ser
transparente en sus actuaciones, y esto lo obligado a separarse del conocimiento de
condiciones que pudieren otorgar beneficios propios como en el caso concreto.
Considera éste Tribunal que el mismo Código Municipal le otorgada en el inciso b) del
numeral 17, la vía legal para abstenerse de conocer los actos aquí impugnados, no
obstante, por el contrario el señor Cole de León procedió a aprobar derechos y pagos
de dineros de la Hacienda Pública a su favor, lo anterior, sin que ésta cámara haya
emitido criterio sobre la legalidad del motivo de los mismos, concluye que los actos
administrativos cuestionados, conforme a la doctrina de los numerales 129 y 166 de la
Ley General de la Administrativa Pública impone un vicio de nulidad absoluta en los
actos cuestionados, en razón del sujeto que lo dictó, en este caso el señor Cole de
León y en consecuencia por mismos se encuentran viciados y deben ser declarados
nulos.
31
dicta el decreto ejecutivo 32333 Reglamento a la Ley Contra la Corrupción y el
Enriquecimiento Ilícito en la Función Pública vigente a partir del 29 de abril de 2005, en
el que se desarrolla en el inciso 39 del artículo primero lo que constituye la
“Prohibición: Para efectos del artículo 14 de la Ley contra la Corrupción y el
Enriquecimiento Ilícito en la función pública, se entenderá por prohibición la obligación
de no ejercer la profesión objeto de contratación en forma liberal o de manera
particular. Dentro de esta prohibición se entenderán comprendidas las otras
profesiones que el funcionario posea, aunque no constituyan requisito para ocupar el
respectivo cargo público” Por su parte sobre el tema de la prohibición, la Sala
Constitucional ha señalado: "(...) los funcionarios o empleados sujetos a prohibición,
están imposibilitados en forma absoluta no sólo para el ejercicio de otros cargos
públicos, sino también para desempeñar, en la empresa privada, actividades relativas
a los puestos que ocupan en el Estado, salvo claro está, en las excepciones que la
propia norma establece, fundadas bien en la naturaleza de la actividad –docencia- o
cuando se trata de la defensa de intereses personales o de sus parientes cercanos.
Dicha limitación se impone (...) cuando el ejercicio liberal de la profesión o actividad
sea incompatible con el cargo público que se desempeña, es decir, cuando pueda
generar perjuicios graves a los intereses de la Administración Pública (...) Resulta
claro, a partir de lo dicho, que sólo aquellas actividades cuyo ejercicio privado resulte
incompatible con la función que el servidor desempeña, están sujetas a la prohibición
(...) La inexistencia de dicha incompatibilidad, por el contrario, faculta al servidor
público para ejercer privadamente su profesión u oficio, sujeto a las responsabilidades
del caso si por ello incurriere en laguna falta laboral (...)" (Sentencia Nº 3369-96 de las
10:27 horas del 5 de julio de 1996). Expuesto lo anterior, no cabe la menor duda que el
Legislador impuso a la figura de los Alcaldes Municipales una prohibición para ejercer
profesiones liberales e impuso la indemnización de un 65 % sobre el salario por la
limitación que efectivamente se impone al ejercicio liberal de la profesión. En Concreto
sobre el tema de a Libertad profesional la Sala Constitucional ha desarrollado: “III.-
SOBRE LA LIBERTAD PROFESIONAL. La Constitución Política no consagra
expresamente la libertad profesional, sin embargo, esta libertad fundamental puede
deducirse de la interpretación armónica de varios derechos constitucionales,
concretamente, de los numerales 46 y 56 de la Carta Política que garantizan en
nuestro ordenamiento el derecho al trabajo y la libertad empresarial. El contenido
esencial de la libertad profesional comprende el derecho de elección de la profesión y
el libre ejercicio de la actividad profesional. Si bien estos dos conceptos se encuentran
estrechamente relacionados, las intervenciones estatales en cada de una de esas
facetas se presentan con distinta intensidad. Así pues, la elección de la profesión debe
ser un acto de autodeterminación de la libre voluntad del individuo y debe permanecer,
en lo posible, resguardado de toda intervención del poder público. Por su parte,
mediante el ejercicio de la profesión, el individuo interviene directamente en la vida
social, por consiguiente, se le puede imponer restricciones en interés de los demás.
De esa forma, la no afectación a terceros, la protección de la moral y el orden público
son condiciones que justifican el establecimiento de limitaciones al ejercicio de la
actividad profesional (artículo 28 constitucional). Ahora bien, aquí se aplica el principio
de reserva de ley que determina que sólo mediante una norma con rango de ley - en
sentido formal y material - es posible restringir los derechos fundamentales. Asimismo,
se aplica el principio “pro libertatis” que dispone que toda norma jurídica debe ser
interpretada en forma que favorezca la libertad. Sin embargo, se reitera, la libertad de
ejercer una profesión se puede restringir por medio de ley en la medida que
consideraciones razonables sobre el interés público lo demanden, mientras que la
libertad de elegir la profesión, por el contrario, sólo puede ser restringida en la medida
que la protección de un bien común especialmente importante lo justifique. Desde esa
perspectiva, la protección de valores tan diversos como la salud, la educación, el
bienestar y la seguridad, fundamenta la intervención del Estado -por medio de ley - en
el ejercicio de las profesiones liberales, a efectos de garantizar la calidad y
32
confiabilidad de los servicios que se brinden, así como la no afectación de terceros y el
respeto de la moral y el orden público”. (Énfasis agregado) voto 1819-2005 del 25 de
febrero de 20005 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, resulta
además de importancia mencionar algunas consideraciones que ha emitido el Órgano
Constitucional: "V.- DIFERENCIA ENTRE EL EJERCICIO DE UNA PROFESIÓN
LIBERAL Y UNA ACTIVIDAD LUCRATIVA. Tradicionalmente, dentro de las
profesiones liberales se aglutinan aquellas que suponen el ejercicio de una actividad
de orden intelectual o técnico, mediante la aplicación de ciertas reglas científicas y
técnicas que deben ser manejadas con suma propiedad por su titular, previa
habilitación para ejercerla a través de la obtención de un título idóneo y adecuado y,
eventualmente, la incorporación al colegio profesional respectivo. La singularidad de
las profesiones liberales surge de la inexistencia de una relación de dependencia con
su clientela, de modo que el profesional liberal tiene autonomía e independencia plena
en la forma de prestar los servicios profesionales -horario, lugar, etc.- dado que lo
hace por cuenta propia, razón por la cual sus servicios son remunerados mediante
honorarios. El profesional liberal aplica, para un caso concreto, sus conocimientos
científicos o técnicos sin someterse a ninguna dirección y bajo su exclusiva
responsabilidad, esto es, de acuerdo a su leal saber y entender. Es menester señalar
que el ejercicio de una profesión liberal, está íntimamente ligado a la libertad
profesional, la cual incluye la de elegir libremente la profesión que se pretende ejercer
y, una vez obtenida ésta a través de una titulación adecuada y la correspondiente
colegiatura, la de ejercerla libremente sin otros límites que los necesarios para
garantizar la corrección, supervisión y fiscalización en su ejercicio y la protección del
interés público y, en particular, de los consumidores de los servicios profesionales. El
ejercicio de una profesión liberal tiene por objeto proveer a quien la despliega una
remuneración que le asegure una calidad de vida digna, tanto en lo personal como en
lo familiar.” voto 18141-2009 de las 11.12 horas del27 de noviembre de 2009 […].”
33
i
Asamblea Legislativa. Ley 8173 del 07/12/2001. LEY GENERAL DE CONCEJOS
MUNICIPALES DE DISTRITO. Fecha de vigencia desde 10/01/2002. Versión de la norma 4 de
4 del 20/02/2014. Gaceta 7 del 10/01/2002. Alcance: 2-A.
ii
Sentencia: 00184 Expediente: 07-000346-0161-CA Fecha: 26/03/2010 Hora: 02:50:00
p.m. Emitido por: Tribunal Contencioso Administrativo, Sección I.
iii
Sentencia: 00195 Expediente: 08-000512-1027-CA Fecha: 22/01/2010 Hora: 10:35:00
a.m. Emitido por: Tribunal Contencioso Administrativo, Sección III.
iv
Sentencia: 00303 Expediente: 09-001559-1027-CA Fecha: 29/08/2011 Hora: 03:00:00
p.m. Emitido por: Tribunal Contencioso Administrativo, Sección III.
v
Sentencia: 04428 Expediente: 06-014755-0007-CO Fecha: 28/03/2007 Hora: 04:50:00
p.m. Emitido por: Sala Constitucional.
vi
Sentencia: 00089 Expediente: 11-006191-1027-CA Fecha: 08/12/2014 Hora: 11:30:00
a.m. Emitido por: Tribunal Contencioso Administrativo, Sección IV.
34