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TRATADO DE PSIQUIATRÍA

C apítulo 6

Clasificaciones en psiquiatría
J. E. Rojo Rodes, J. Vallejo Ruiloba

INTRODUCCIÓN ferentes o que niegan la propia existencia de la en-


fermedad mental. Esta situación complica la clasifi-
l hombre siempre ha agrupado y clasificado

E
cación psiquiátrica convirtiéndola en un tema de
las cosas que le rodean, según el diccionario continuo cambio y discusión. Además, no siempre es
María Moliner “clasificación es la acción y el posible clasificar o estructurar, pues para ello se su-
efecto de clasificar”, entendiendo por clasifi- ponen dos postulados previos: la existencia de tras-
car “dividir un conjunto de cosas en clases o grupos”. tornos mentales y la posibilidad de describirlos, y una
Pinel introduce en psiquiatría el término nosografía condición: la utilidad de esa estructuración o clasifi-
(1), de uso en botánica, refiriéndose al carácter lógi- cación.
co, homogéneo, científico, razonado y razonable de El primer postulado incluye la definición del uni-
la clasificación propuesta, características que en verso o dominio a clasificar o estructurar, ligado a los
aquellas época se resumían como característica “filo- conceptos de salud y enfermedad, normalidad y
sófica”. Como es conocido, Pinel intentó agrupar y patología. Con lo que los autores que niegan la exis-
distribuir metódicamente las enfermedades en clases, tencia del trastorno mental o del modelo médico
órdenes, géneros y especies. Por último, tenemos el indudablemente niegan la posibilidad de su estructu-
término taxonomía, introducido a principios del si- ración. Curiosamente el movimiento de la antipsi-
glo XIX, también, desde la botánica. Trata de la teo- quiatría, al plantear la negación del concepto general
ría y método de construir sistemas de clasificación, es de trastorno mental ayudó a esbozar su definición.
decir, el estudio de las leyes y reglas que deben deter- La posibilidad de clasificar el dominio psiquiátri-
minar el establecimiento de métodos y sistemas de co exige un mínimo de dos objetos o formas de en-
clasificación. Es un término de gran aceptación en el fermar y un máximo que debe ser numerable y fi-
mundo anglosajón (“taxonomy”), donde es definido nito. Además debe existir la posibilidad de
como “clasificación, especialmente en relación a descripción de los objetos pertenecientes al domi-
leyes o principios generales”. nio, es decir, debe ser posible representar el conoci-
El conocimiento psiquiátrico está en fase de es- miento importante sobre esos objetos de forma váli-
tructuración, desconociéndose en gran parte los me- da. De esta forma, el creer en la inexistencia de
canismos fisiopatológicos y los factores etiológicos diferentes trastornos, como defienden algunas teorí-
responsables de la sintomatología, existiendo múlti- as organicistas del siglo XX, como las “reacciones
ples escuelas que defienden modelos de enfermar di- mórbidas en los predispuestos” de Bonhoeffer, Raec-

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ke, Birnaum..., o la creencia en la naturaleza cuanti- de una verdadera clasificación debe disponer de una
tativa de la diferencia entre distintos trastornos, dado hipótesis que constituya el plan taxonómico; como el
que todo lo que se altera en más y en menos tam- caso de las etaminas en la clasificación de Linneo o
bién se convierte en otro, excluye la clasificación. In- la estructura atómica en el caso de Mendelejew.
dudablemente las escuelas que creen en la individua-
lidad también creen en la infinita forma del enfermar
y por tanto ven inútil o negativa la estructuración. La LA ESTRUCTURACIÓN DEL CONOCIMIENTO
utilidad de la clasificación está relacionada con el PSIQUIÁTRICO
resultado de su aplicación: pronóstica o terapéutica.
La psiquiatría a lo largo de su historia (Tabla I) ha
ido estructurando su conocimiento sobre distintas
EL DESARROLLO DE UN SISTEMA cuestiones, inicialmente con la formación y defini-
DE CLASIFICACIÓN ción del concepto global, es decir con la afirmación
de la existencia de la enfermedad mental, y con su
Inicialmente una clasificación no explica un fe- definición intensional y extensional, es decir a través
nómeno; únicamente lo describe e identifica. En este de la descripción de sus cualidades o de las entidades
nivel la clasificación es llamada alfataxonomía (2), que forman el concepto general. Posteriormente en-
tratándose de una recopilación o lista de objetos y de tran en juego las reglas diagnósticas y los criterios de
su descripción. Esta fase es importante para la reco- clasificación. La mayoría de estas etapas aún están
pilación y construcción de una nomenclatura ordena- en fase de construcción en psiquiatría, como vere-
da y adecuada. En una segunda fase se define el do- mos a continuación.
minio o concepto a clasificar y la descripción de los
objetos o elementos incluidos en él. En una tercera
fase se buscan y aplican leyes o principios que orga- LA FORMACIÓN Y DEFINICIÓN
nicen su estructura, convirtiendo las listas anteriores DE LA ENFERMEDAD MENTAL
en un verdadero sistema taxonómico, que tiene que
disponer de conceptos clasificatorios (3) y un sistema La definición del dominio o concepto a clasificar
comprensivo y simple de leyes (4) que posea una es- debe abarcar a todas las entidades del sistema de cla-
tructura clara y sistemática y que abarque todos los sificación. En el caso de la enfermedad mental exis-
elementos de la clasificación, incluso el conjunto de ten problemas incluso con la nomenclatura. La pala-
palabras utilizado por el sistema (5). La construcción bra “trastorno mental” es el resultado de una lucha

Tabla I
Evolución del conocimiento psiquiátrico

Descripción
Dominio del Naturaleza extensional Descripción
Época conocimiento del objeto (nº de objetos) Límites intensional Reglas Hipótesis

Primeras Medicina Enfermo — — — — —


descripciones
Grecorromana Medicina Enfermo <10 — — — Humoral
Metodismo
Edad Media Social Enfermo — — — — Extranatural
Médica
Siglos XIII-XVII Medicina Enfermedad <10 — — — Mecanicismo
Fisognomía
Siglos XVII-XVIII Psiquiatría Enfermedad <10 Flexibles No sistematizada — Vitalismo
Empirismo
Pinel Psiquiatría Enfermedad 8 Flexibles No sistematizada — Vitalismo
Signos y síntomas Emociones
Kraepelin Psiquiatría Enfermedad 16 Rígidos Sistematizada Criterios Positivismo
Diacrónica Somática
Sistemas actuales Psiquiatría Enfermedad 100 Rígidos Sistematizada Jerarquía Ateorismo
internacionales Diacrónica

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CLASIFICACIONES EN PSIQUIATRÍA

de términos y conceptos asociados que ha llevado al Thomas Willis y Sydenham acuñaron el concepto
desafortunado destierro, en los grandes sistemas de de “enfermedad nerviosa”, individualizando este tipo
clasificación, de la palabra “enfermedad”, debido, de enfermedad del resto de enfermedades médicas.
justamente, a su significado. A partir de ese momento y con el siglo XVIII se in-
La definición del concepto debe realizarse desde tensifican los intentos de sistematización y clasifica-
dos perspectivas: una definición “intensional”, rela- ción de los síntomas y las enfermedades mentales.
tando las propiedades de ese concepto, y una defini- Podemos citar el intento, basado en la iatromecáni-
ción “extensional”, listando los objetos que pertene- ca, de George Cheyne, o el de Robert Whytt, que
cen a ese dominio. Ambos tipos de definición se han amplió el pensamiento de Willis dividiendo las dife-
ido formando y definiendo a lo largo de la historia rentes afecciones en hipocondriasis, histeria y agota-
(Tabla I). miento nervioso. Por último podemos citar a William
Las primeras descripciones de enfermedades Cullen que en su obra “First lines of the practice of
mentales se encuentran en el papiro de Ebers, aun- Physick” dedica cuatro libros a las enfermedades
que Menninger cita como primera referencia el dete- mentales, usa el término “neurosis”, y las divide en
rioro senil del príncipe Ptah-hotep en el año 3.000 comata, adynamiae y spasmi.
a.C. Sin embargo para encontrar una primera lista En estos momentos se cuenta con los primeros
de términos debemos llegar a la medicina griega. Es- intentos de descripción intensional y extensional del
ta considera los trastornos mentales como alteracio- concepto de enfermedad mental, con una lista mal
nes corporales en función de la teoría humoral (Hi- definida de entidades o trastornos y una descripción
pócrates y Galeno después), o siguiendo a la escuela cualitativa no sistematizada.
metódica (Sorano de Efeso) según un exceso de con-
tracción (status strictus) o relajación (status laxus)
de los tejidos. LA DESCRIPCIÓN DE LAS ENFERMEDADES
En esa época los trastornos mentales no existen
como concepto aislado sino que están incluidos en el Para construir una clasificación es muy importan-
conocimiento médico en general. Aún así hay varias te la descripción del objeto que debe ser clasificado.
nosografías simples: la de Hipócrates de Cos, Sora- La descripción se realiza mediante la selección de las
no de Efeso, Celso o Areteo de Capadocia. En el an- características sobresalientes que definen la enferme-
tecedente de lo que pudiera ser la definición del do- dad y que son individualizadas como atributos, apro-
minio, es decir del trastorno o enfermedad mental, vechando la semiótica y la semiología asociada a ca-
podemos citar al médico bizantino del siglo VI Aecio da dominio.
de Amida, que en su obra Tetrabiblon da tres clases La preocupación por describir los distintos tras-
de “frenitis”: las que afectaban la memoria, radica- tornos se inicia en la época de Sydenham donde el
das en la parte anterior del cerebro, las que afecta- punto de interés cambia desde el enfermo a la enfer-
ban la razón, que se hallarían en la parte media, y las medad, las lamentaciones y confidencias del pacien-
que afectaban la imaginación, que estarían en la par- te pierden importancia y, del mismo modo, las apa-
te posterior. riencias o comportamientos pierden fuerza en favor
En la Edad Media el avance de las teorías extrana- de signos creados por maniobras y de síntomas reco-
turales o mágicas cobra protagonismo, disminuyendo nocidos por el “cuerpo neutro” de anatomofisiologis-
el interés por cualquier concepto relacionado con la tas. De esta forma se propicia el concepto de clasifi-
nosografía. Esta tendencia se debilita con la llegada cación en Medicina, concretándose el modelo de
del Renacimiento, se abandona el espiritismo y se re- Sydenham: “reducir todas las enfermedades a deter-
afirma el soma como origen de las afecciones de la minadas especies con el mismo cuidado y la misma
mente, que son consideradas como alteraciones de la precisión con que los botánicos cuidan sus plantas”.
“physis” individual y equiparadas al resto de las enfer- En el siglo XVIII, dentro de la Ilustración y de la
medades humanas. En esta época hay pocos trabajos Revolución francesa se prima la observación cuida-
nosográficos, se puede citar a Zacchias que intenta dosa del enfermo. Desde el punto de vista teórico es-
organizar las “Rationis laesio” (heridas inflingidas a tamos en el empirismo, con una psiquiatría de orien-
la razón) e incluso a San Vicente de Paul, que men- tación clínica y terapéutica que se apoya en la locura
ciona distintos cuadros en una época donde el vulgo como enfermedad mental, es decir, debida a una al-
también diferenciaba varios tipos de alienados: locos, teración funcional del sistema nervioso y regida por
imbéciles, idiotas, cretinos y poseídos (6). las mismas leyes y factores que el resto de las enfer-
El interés por las sistematizaciones renace con medades corporales. Tiene una orientación metodo-
Paracelso, que en el siglo XVI distingue los “lunatici, lógica, un pensamiento causal (las pasiones) y una
insani, vesani y melancholici”, con una lógica bas- doctrina terapéutica (el tratamiento moral). En esta
tante clara para Foucault. Paracelso influye en Félix época surge Pinel que usa el modelo botánico,
Platter, cuya Práctica Médica intenta construir una aprendido de Boissier de Sauvages. Introduce el mé-
nosografía de las alteraciones mentales con base sin- todo experimental y obtiene una clasificación y des-
tomática. cripción empíricas, basadas en sus propias observa-

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ciones, agrupando las enfermedades en clases, órde- cación serán aquellos más relevantes para agrupar
nes y géneros, apoyándose en los síntomas observa- familias de trastornos y no aquellos propios de cada
dos. La cuarta clase de enfermedades de la nosogra- subgrupo o entidad diagnóstica. Los niveles, valores
fía filosófica de Pinel contiene las “neurosis” o o categorías de un criterio relevante señalarán a dis-
“lesiones del sentimiento y del movimiento sin infla- tintos grupos de trastornos, por lo que se debe evitar
mación ni lesión de estructuras”. la dispersión de información y eliminar el “ruido”,
La importante nosografía de Pinel recibió distin- inútil para clasificar y describir.
tas críticas. Por un lado, hacia la falta de interés y El avance nosográfico más importante, en ese
desconfianza que muestra Pinel por la definición in- sentido, ocurre en la segunda mitad del siglo XIX.
tensional del concepto, es decir, del “qué”. También Tiene lugar el planteamiento del concepto científico-
se critica la nueva condición del síntoma, apreciado natural de la enfermedad mental; la clarificación, or-
más como símbolo que como hecho; introduciéndo- denación y sistematización de la clínica psiquiátrica y
se conceptos elaborados, complejos y abstractos, la introdución de las técnicas de la investigación cien-
que no corresponden directamente a las percepcio- tífica en el campo de la Psiquiatría, iniciándose la
nes observadas sino a algunos juicios sobre situacio- búsqueda de los atributos más relevantes que con-
nes, muchas veces ambiguas y cambiantes. Por otro duzcan a una nosografía ordenada y científica. Gries-
lado, se critica la definición de especie, donde Pinel singer afirma que las enfermedades psíquicas no son
incluía datos no semiológicos como sexo y constitu- más que “enfermedades del cerebro”, dentro de un
ción física, dando importancia a la categorización de punto de vista neuropsiquiátrico que da lugar a inten-
los depresivos. tos de interpretación anatomoclínica de las enferme-
A partir de este momento la nosografía de Pinel dades mentales, como los protagonizados por
sufre modificaciones, fundamentadas en la mejora o Westphal, Meynert y Wernicke. La esperanza en
variación de una observación psiquiátrica aún no de- descubrir causas específicas para los trastornos men-
finida y que lleva a repetidos aumentos del número tales impulsó un gran trabajo de observación e inves-
de subclasificaciones y de elementos constituyentes. tigación que, aunque fracasó en su búsqueda princi-
De esta forma, Esquirol modifica la clasificación de pal, ayudó al desarrollo y definición de los distintos
Pinel, aunque no su metodología. Divide la demencia trastornos, desapareciendo el concepto de “especie
en idiocia y demencia en sí y crea el grupo de las clínica” y detallándose la exploración. El nacimiento
monomanías. La clasificación de Esquirol tuvo vigen- de la escuela clínica alemana es el momento de ma-
cia hasta mediados del siglo XIX, sufriendo varias yor interés. Sus miembros fueron describiendo sín-
modificaciones, como la división del concepto de de- dromes que por su sintomatología, forma de apari-
mencia y de las monomanías, a la vez que se perfila- ción y curso evolutivo, parecían tener autonomía
ban otros conceptos. clínica y no podían ser explicados según la noción de
A partir de aquí la psiquiatría se vuelca en las cla- “formas de estado”. El núcleo central fueron las lla-
sificaciones y su nomenclatura se enriquece y com- madas psicosis endógenas. Se pueden considerar
plica progresivamente. Como muestra del interés trabajos pioneros a los de Falret o Baillarger, que
despertado por la nosografía en la primera parte del con su “folie à double forme” describe una unidad
siglo XIX podemos citar el trabajo del psiquiatra ruso nosológica de rango superior al síndrome.
Lebedev (7) que publica un análisis crítico de las cla- La negatividad de los hallazgos anatomoclínicos
sificaciones disponibles, intentando escoger la mejor afectó a la Escuela clínica, que desplazó su interés
de aquellas que estaban de moda. Sin embargo ape- hacia la definición y descripción de los trastornos, a
nas hay avances en la definición general del concep- los que dio la consideración de evento, resaltando su
to, ni existen criterios que organizen las distintas en- dimensión temporal y tomando la forma del curso
fermedades, descritas con diferentes amplitudes y clínico y el modo de terminación como criterios de
puntos de vista. clasificación.
Emil Kraepelin, figura muy importante en la no-
sografía psiquiátrica, dio mucha importancia a la psi-
LOS CRITERIOS Y REGLAS DE CLASIFICACIÓN quiatría descriptiva y la observación clínica y detectó
el proceso degenerativo utilizando el deterioro como
Una verdadera nosografía sería aquella al estilo criterio de investigación o criterio metodológico en
de las de Linneo o Mendelejew, es decir siguiendo orden a investigar la predicción de los cuadros clíni-
una ley o criterio de organización. Este criterio debe cos. La observación y diseño usados por Kraepelin
subdividir, según sus distintos valores, el concepto son cuidadosos. En la cuarta edición de su “Lehr-
global en grupos de conceptos. A su vez los grupos buch” introduce los términos “proceso degenerativo
conseguidos son subdivididos, por nuevos criterios, psicológico” y “demencia precoz” (8). En la quinta
en conjuntos cada vez más pequeños. De esta forma edición describe el método de diagnóstico. Su sexta
las diferentes entidades o enfermedades son agrupa- edición diferencia la psicosis maniacodepresiva y la
das en especies, familias o géneros ségun los crite- demencia precoz. Kraepelin fue imponiendo su mo-
rios más útiles. Los criterios superiores de una clasifi- delo, a través de sucesivas ordenaciones y ampliacio-

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CLASIFICACIONES EN PSIQUIATRÍA

nes nosotáxicas desde 1883 hasta la publicación de de Kraepelin a la nosografía psiquiátrica ha sido muy
la novena edición en 1927 (Tabla II). Expresó desa- importante, de hecho sus clasificaciones son la base
cuerdo y críticas con las clasificaciones y conceptos de la mayoría de intentos posteriores, no siendo supe-
anteriores a él, al igual que hizo Kahlbaum, del que rada hasta nuestros días.
no aceptó inicialmente los conceptos de forma Con posterioridad se han realizado críticas, modi-
(esencia) y fenómenos (presentaciones), aunque aca- ficaciones y reacciones a sus clasificaciones, a la vez
baron pesando mucho en su punto de vista. que aparecían nuevas teorías y puntos de vista. Se
Su nosotaxia tiene una base etiológica al diferen- ha criticado el curso como criterio idóneo propo-
ciar los trastornos psíquicos adquiridos o exógenos, niéndose otros como el tipo de personalidad o la
ordenados entorno al delirium y la demencia orgáni- tipología física. La lista de trastornos definida por
ca, y los trastornos psíquicos endógenos o por pre- Kraepelin fue ampliada o reducida por distintos auto-
disposición patológica, donde están las neurosis, las res y las definiciones de algunas enfermedades modi-
reacciones psicógenas y las psicosis endógenas. Es- ficadas. K. Schneider introdujo las personalidades
tas últimas son la psicosis maniacodepresiva, la de- psicopáticas y esquematizó las epilepsias, mientras
mencia precoz, la epilepsia y provisionalmente la pa- Langfeldt agrupó los estados esquizofrénicos. Poco a
ranoia o locura primaria, que después Kraepelin poco se fueron añadiendo elementos intermedios
incluiría en la demencia precoz. En la séptima edi- entre la dementia praecox y la locura maniacode-
ción de su Lehrbuch las psicopatías pasan a ser con- presiva.
sideradas como trastornos endógenos, concebidas Diferentes escuelas han criticado la existencia de
como alteraciones de la personalidad de índole cons- una clasificación en sí. En parte motivadas por la
titucional. Se ha discutido si Kraepelin daba más im- preocupación en la definición del concepto general
portancia al criterio de incurabilidad o al cuadro clíni- de trastorno mental, como es el caso de los defenso-
co, pero de hecho ambos eran importantes para él, res de la reacción inespecífica, como Bonhöffer o
el criterio metodológico era la incurabilidad, y el cri- Adolf Meyer, o de los síndromes preformados, como
terio clínico el cuadro de síntomas. Hoche. En estos casos la propia inespecificidad o in-
Kraepelin definió los estudios clínicos y los estu- dividualidad restaba toda importancia a la existencia
dios estadísticos, desarrollando bases de datos clíni- de una clasificación, centrándose su interés en la
cas. Su metodología y minuciosidad ayudaron a defi- propia definición del dominio general, es decir del
nir la descripción de los distintos trastornos mentales, concepto de enfermedad mental. Los defensores del
estudiando las psicosis desde cada una de las principa- concepto del trastorno único, claramente definido
les dicotomias: psicosis-neurosis, unitaria-múltiple, or- por Neumann y apoyado por autores como Zeller o
gánica-funcional, exógena-endogéna. La aportación Menninger, no consideraban que se cumplieran las
condiciones necesarias para clasificar, estando, al
igual que los anteriores, más preocupados por la de-
Tabla II finición del dominio o concepto general.
La escasa relevancia práctica de las clasificacio-
Clasificación de Kraepelin en 1989 nes y estructuraciones propuestas tras el período
kraepeliniano hizo disminuir el interés por su cons-
1. Psicosis infecciosas trucción. Las aportaciones en el campo nosográfico
2. Psicosis de catástrofe se realizan de forma indirecta. Así se plantean nue-
vos límites o definiciones sobre el dominio debido a
3. Psicosis tóxica la aparición de nuevas teorías y tendencias como el
4. Locura tiroidea psicoanálisis, el conductismo, la psiquiatría social o
5. Demencia precoz la antipsiquiatría. Esta última defensora de la imposi-
bilidad y negatividad de las clasificaciones pero inte-
6. Parálisis general resada por los límites y definición del concepto de
7. Psicosis orgánica cerebral enfermedad mental, aunque fuera a través de su ne-
gación. El estudio y teorización impulsados por la fe-
8. Psicosis involutiva
nomenología y la psicopatología influyen en la des-
9. Psicosis maniacodepresiva cripción y definición de los distintos elementos. Sin
10. Paranoia embargo se pierde el interés por la descripción clíni-
ca, dirigido ahora hacia el análisis psicopatológico y
11. Neurosis generales
el “desarrollo natural” de las enfermedades. Su avan-
Histeria
Epiléptica ce más notable es la creación y perfeccionamiento
Emotiva de la nomenclatura utilizada.
A pesar de no conseguir avances espectaculares
12. Oligofrenias en el campo nosográfico a mediados del siglo actual
13. Estados psicopáticos el número de clasificaciones se ha hecho muy impor-
tante, incluso aparecen estudios de revisión como los

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TRATADO DE PSIQUIATRÍA

de Birnbaum, Gruhle u otros. Muchas de las clasifi- nos psiconeuróticos (9 categorías) y trastornos del
caciones existentes son poco usadas o sólo de forma carácter, comportamiento e inteligencia (7 catego-
local, Pörksen halla 340 clasificaciones psiquiátricas rías). La OMS investigó el uso y utilidad de su siste-
en uso. ma, estudio realizado por Stengel (4) que encontró
38 clasificaciones psiquiátricas modernas y vigentes.
La mayoría estaban basadas en Kraepelin y divididas
LAS CLASIFICACIONES PSIQUIÁTRICAS en grandes categorías (Tabla III). En ese momento la
ACTUALES CIE (versiones 6 y 7) estaba en uso sólo en Finlandia,
Nueva Zelanda, Perú, Tailandia y el Reino Unido,
El conocimiento etiológico aún es escaso para la siendo desplazado en la mayoría de países. Así, se
mayoría de los trastornos, por lo que se encuentran usaba la clasificación de la APA en USA, salvo en el
múltiples aproximaciones nosológicas que, en defec- estado de New York; la clasificación Standar francesa
to del criterio etiológico, recurren a criterios en ge- en Francia, el esquema de Wurzburg en Alemania,
neral basados en la descripción del comportamiento, en España existía la clasificación del Profesor López-
en la exploración psicopatológica y en la evolución. Ibor. En algunos países se utilizaban varios sistemas a
El saber psiquiátrico se encuentra con una nosogra- la vez, por ejemplo, Japón disponía de cuatro dife-
fía multiteórica compartida que ha impulsado la crea- rentes sistemas oficiales: Mental Hygiene Law
ción de sistemas teóricamente basados en la “ateo- (1950), Servicio Nacional (1954), Servicio de pa-
ria”; término muy desafortunado dado que la teoría cientes hospitalizados psiquiátricos (1956) y la CIE
es la base de cualquier clasificación y su falta la defi- (1957). Stengel propuso que los diagnósticos fueran
niría como simple lista o nomenclatura. La situación simplificados a síndromes clínicos, dada las divergen-
actual de la nosografía psiquiátrica se ha enriquecido cias encontradas entre escuelas, zonas e incluso psi-
con la aparición de sistemas internacionales de clasi- quiatras de la misma tendencia. Recomendó la crea-
ficación, que han puesto en evidencia los problemas ción y uso de un glosario que aclarase y definiese
de definición y nomenclatura, la aparición de los términos de nomenclatura, iniciando en cierta mane-
instrumentos de evaluación, que han intentado nor- ra las definiciones operacionales, con la finalidad de
malizar la exploración del paciente, y los criterios lograr avances hacia la etiología. Se crearon grupos
diagnósticos, que han intentado homogeneizar los de estudio y con la octava edición y, más, con la no-
diagnósticos. vena, se pactaron el número de trastornos, los con-
ceptos asociados, y se creó un glosario, solución al
grave problema de la nomenclatura, dado que la mis-
SISTEMAS INTERNACIONALES ma palabra se utilizaba para conceptos distintos o
DE CLASIFICACIÓN palabras diferentes se usaban para el mismo concep-
to. El glosario ideal debería recoger definiciones y ex-
Paso esencial en la taxonomía, las clasificaciones plicaciones, no sólo de los términos referentes a los
internacionales han sufrido muchas vicisitudes y han nombres de los distintos trastornos sino también de
puesto en evidencia múltiples contradicciones, como los términos descriptivos de fenómenos y de los tér-
ya demostró Stengel y cómo se demuestra en cada minos diagnósticos, incluyendo sinónimos y equiva-
nueva versión, al poner en común el conocimiento lentes, así como referencias en otros lenguajes (12).
entre distintos países, culturas, escuelas y psiquiatras La CIE-8, creada en 1966, disponía de 26 categorí-
planteando la definición universal del concepto, en as e incluyó un glosario en 1974 (13). La CIE-9 fue
sus formas intensional y extensional, poniendo en editada en 1975, el capítulo V corresponde a los
común la descripción de los distintos objetos y bus-
cando los criterios de clasificación más relevantes.
Actualmente se utiliza la CIE-10 y el DSM-IV, siste-
Tabla III
mas cada vez más compatibles pero que, debido a la
rigidez de sus criterios, han visto aumentar el núme- Categorías principales encontradas
ro de categorías diagnósticas hasta la centena, nú- por Stengel en la mayoría
mero muy lejano de las clasificaciones clásicas de Pi- de clasificaciones
nel o Kraepelin.
La Clasificación Internacional de Enfermedades 1. Oligofrenias
(CIE) se origina como la International Classification
2. Síndromes orgánico-cerebrales
of Causes of Death, puesta en marcha en 1893 por
el International Statistical Institute, en París. En la 3. Psicosis mentales
quinta versión de la CIE, los trastornos mentales es- 4. Trastornos de personalidad y otros
tán agrupados en una única categoría. Con la sexta
revisión la sección de trastornos mentales crece has- 5. Neurosis
ta 26 categorías de 3 dígitos, estando agrupadas en 6. Trastornos psicosomáticos
tres amplias clases: psicosis (10 categorías), trastor-

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CLASIFICACIONES EN PSIQUIATRÍA

trastornos psiquiátricos e incluye 30 categorías de 3 ficos: trastornos de conducta perturbadores, trastor-


dígitos, organizadas en cuatro subsecciones, un glo- nos generalizados del desarrollo y trastornos por an-
sario y términos equivalentes para cada trastorno. La siedad generalizada y agorafobia sin crisis de angus-
utilización internacional de los mismos glosarios ha tia. En 1987 sale a la luz. El eje II contiene ahora,
supuesto un gran avance para unificar la nomencla- sumados a los trastornos de la personalidad y del de-
tura psiquiátrica. sarrollo, el retraso mental y el funcionamiento intelec-
El único sistema oficial que prevaleció junto a la tual borderline. El eje IV se ha movido hacia la especi-
CIE, fue el sistema de la APA (American Psychiatry ficación de los acontecimientos vitales (previos o
Association). La primera edición del “APA Diagnos- posteriores a seis meses). El eje V añade el estatus
tic and Statistical Manual” (DSM-I) fue publicada sintomatológico al nivel de actividad interpersonal y
en 1952, dando mucha importancia al concepto de ocupacional. A los ejes I y II se suma la valoración de
reacción de Adolf Meyer. En 1965 es sustituido por la severidad con códigos adicionales.
el DSM-II, que disponía de un glosario y estaba basa- La compatibilidad con los códigos del CIE-9-CM
do en el CIE-8, eliminándose el concepto de reac- mejora, aunque persisten problemas de terminología
ción de la versión anterior. que dificultan las tareas de la burocracia americana,
En 1980 la APA edita la tercera edición del Diag- por lo que la American Medical Records Associa-
nostic and Statistical Manual (DSM-III), basada en tion realiza trabajos de doble traducción entre ambos
el estudio de 12.667 pacientes (ensayos de campo) sistemas.
evaluados por 550 psiquiatras clínicos (212 centros La lucha por la imposición de un sistema u otro
diferentes). Renuncia a la diferenciación “psicosis parecía de difícil solución. La CIE presentaba la ven-
versus neurosis” e introduce el uso de criterios diag- taja del uso internacional y de la utilización en común
nósticos de inclusión y exclusión, a la vez que utiliza con otras partes de la medicina, mientras el DSM
un sistema multiaxial de diagnóstico (Tabla IV). El presentaba la existencia de criterios y herramientas
DSM-III intentó evitar problemas definiéndose como normalizadas. Cada nueva versión de uno u otro sis-
ateórico, hecho conseguido sólo parcialmente como tema ha hecho un esfuerzo en el camino de la com-
se deduce de las observaciones y estudios de Foulds patibilidad de sistemas, hecho evidente en las últimas
(14), Boyd (15) o Edlund (16). Fue desarrollado en versiones de ambos sistemas: la CIE-10 y el DSM-IV.
estrecha relación con el CIE-9, estando más próximo Paso esencial en la taxonomía, las clasificaciones in-
a la modificación clínica de este (CIE-9-CM) (17). En ternacionales han sufrido muchas vicisitudes y han
1983 la World Psychiatric Association comparó su puesto en evidencia múltiples contradicciones, como
utilización sobre una muestra de 175 expertos de 52 ya demostró Stengel y cómo se demuestra en cada
países: 77% usaban la CIE-9 y 72% el DSM-III, 46% nueva versión, al poner en común el conocimiento
daban más utilidad al DSM-III y 29% a la CIE-9 (18). entre distintos países, culturas, escuelas y psiquiatras
En Mayo de 1983 la Sociedad Americana de Psi- planteando la definición universal del concepto, en
quiatría, respondiendo a las críticas recibidas, decide sus formas intensional y extensional, poniendo en co-
revisar el DSM-III, a la vez que contribuía a elaborar el mún la descripción de los distintos objetos y buscando
capítulo correspondiente de la CIE-10. Los objetivos los criterios de clasificación más relevantes. Actual-
de esa revisión eran mejorar la utilidad clínica, la fiabi- mente existen dos grandes sistemas de clasificación,
lidad de las categorías diagnósticas, la aceptación por ambos muy extendidos: CIE-10 y el DSM-IV.
parte de los clínicos e investigadores, la utilidad aca-
démica y la compatibilidad con la CIE-9-CM y con los
puntos de vista tradicionales. Se hicieron comités de LOS INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
asesores (26), participando más de doscientos miem-
bros. Se discutieron las distintas propuestas y se reali- Desde el punto de vista de las clasificaciones la
zaron tres estudios de campo sobre tres temas especí- mayoría de autores dan importancia a la sintomato-
logía clínica o al punto de vista psicopatológico. La
búsqueda de objetividad se convierte en uno de los
Tabla IV retos más importantes de la psiquiatría actual donde
la instrumentalización va abriéndose camino, al igual
Ejes diagnósticos de la clasificación que en el resto de la medicina. Los instrumentos usa-
DSM-III dos surgen, principalmente, del análisis cuantitativo
de los síntomas psicopatológicos, debiendo dar valo-
Eje I. Síndromes psiquiátricos
res fieles, estables, válidos y reproducibles. Los mé-
Eje II. Trastornos de la personalidad y desarrollo todos de evaluación son importantes desde el punto
Eje III. Trastornos físicos de vista de las clasificaciones, entre los instrumentos
de evaluación encontramos las entrevistas psiquiá-
Eje IV. Estrés psicosocial tricas, que intentan estructurar y estandarizar los
Eje V. Nivel más alto de adaptación en el último año procedimientos de recogida de información (entre-
vista y exploración), de forma más o menos rígida,

153
TRATADO DE PSIQUIATRÍA

en general disponiendo de un glosario o de una lista


de síntomas. La primera entrevista ampliamente usa- Tabla V
da fue el Present Status Mental de Wing (PSE) (11). Sistemas internacionales
La recolección normalizada de las entrevistas psi- de clasificación
quiátricas puso en evidencia las divergencias existen-
tes entre los criterios utilizados por distintos países y CIE-10
culturas en el proceso diagnóstico de los mismos
trastornos recogidos en las clasificaciones internacio- CATEGORÍAS PRINCIPALES
nales, como se demostró en el estudio USA-UK o en
el Estudio Piloto Internacional de la Esquizofrenia, F00-09 Trastornos mentales orgánicos
trabajos que utilizaron el PSE. F10-19 Trastornos mentales y del comportamiento de-
Desde los años setenta el uso de entrevistas ha si- bidos al consumo de sustancias psicotropas
do creciente, buscando diagnósticos fiables, tanto el F20-29 Esquizofrenia, trastorno esquizotípico y trastor-
PSE, como el NIMH-DIS o el SADS obtienen gran nos de ideas delirantes
concordancia en el diagnóstico. F30-39 Trastornos del humor (afectivos)
F40-49 Trastornos neuróticos, secundarios a situacio-
nes estresantes y somatomorfos
LOS CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
F50-59 Trastornos del comportamiento asociados a
disfunciones fisiológicas y a factores somáticos
La aplicación de entrevistas estructuradas detectó
una fiabilidad muy baja para el diagnóstico psiquiátri- F60-69 Trastornos de la personalidad y del comporta-
co. Los estudios transnacionales como el “US-UK miento del adulto
Project” o el “International Pilot Study of Schizo- F70-79 Retraso mental
phrenia”, que utilizaron el PSE (Present State Exa- F80-89 Trastornos del desarrollo psicológico
mination), demostraron la similitud entre pacientes y F90-98 Trastornos del comportamiento y de las emo-
la diferencia entre diagnósticos, tanto en el reconoci- ciones de inicio habitual en la infancia y ado-
miento de síntomas como en las definiciones dadas lescencia
por psiquiatras de distintos países. La amplitud de uso F99 Trastorno mental sin especificación
de los sistemas internacionales confirmó la necesidad
de una definición clara de los síntomas y reglas de cla-
sificación. Desde el Renard Hospital de St Louis sur- DSM-IV
gen los criterios de Feighner (19), su artículo dió lu-
gar a múltiples citas. En ellos se da una definición CATEGORÍAS PRINCIPALES
formal de cada categoría diagnóstica, con criterios de Delirium, demencia, trastornos amnésicos y otros trastor-
inclusión y exclusión y descripciones de las caracterís- nos cognoscitivos
ticas de cada síntoma para 15 entidades clínicas, la
Trastornos mentales debidos a enfermedad médica, no
mayoría trastornos afectivos y trastornos esquizofré- clasificados en otros apartados
nicos. Posteriormente surgen los RDC que compren-
dían 25 categorías, y muchos otros como los de New Trastornos relacionados con sustancias
Haven, Carpenter, Taylor y Abrams. En 1974 Wing Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos
define el sistema CATEGO usando el PSE, con una Trastornos del estado de ánimo
lista de 360 síntomas y signos psiquiátricos. Derivado Trastornos de ansiedad
directamente de los anteriores surge la tercera ver-
Trastornos somatomorfos
sión del sistema americano, el DSM-III, mientras la
OMS construye la CIE-10. El texto de los tratados Trastornos facticios
clásicos es reemplazado por criterios, con lo que los Trastornos disociativos
trastornos quedan definidos “operacionalmente”: Trastornos adaptativos
“Los síntomas de E son A, B, C... sin estar M, N...”. Trastornos sexuales y de la identidad sexual
La aplicación de criterios de perspectivas distintas
obtiene clasificaciones diferentes incluso al ser apli- Trastornos de la conducta alimentaria
cadas sobre los mismos pacientes. Esto motivó que Trastornos del sueño
los suecos Essen-Mollër y Wohlfahrt (20) propusie- Trastornos de la personalidad
ran un sistema multiaxial de clasificación, intentando Trastornos del control de los impulsos no clasificados en
separar valores descriptivos y etiológicos. En su ver- otros apartados
sión de 1961 el sistema multiaxial de Essen-Möller Trastornos de inicio en la infancia, niñez o adolescencia
disponía de dos ejes uno sindrómico, dividido en sin-
tomatología y estado habitual, y otro para etiología. Otros problemas objeto de atención clínica
A este sistema multiaxial siguieron otros como los de Códigos adicionales
Lecomte, Langfeldt, Zeh, Ottosson y Perris y mu-

154
CLASIFICACIONES EN PSIQUIATRÍA

chos otros que pueden ser revisadas en el trabajo de CIE-10. En la Tabla V podemos ver las categorías
Helmchen (20). El modelo nosotáxico-multiaxial de principales, en general muy parecidas al del sistema
Essen-Möller influyó en los sistemas americanos CIE-10. Se sigue considerando un sistema ateórico
DSM-III, DSM-III-R y DSM-IV, mientras la OMS pre- y sigue una orientación descriptiva. En cada trastor-
paró una versión multiaxial del CIE-10. no se hace una descripción sistemática, evita la je-
Los sistemas multiaxiales solucionan la compati- rarquía entre trastornos y utiliza diferentes ejes de
bilidad entre tipos distintos de criterios pero, como clasificación (Tabla V) que proporcionan informa-
dice Helmchen, varios de sus pretendidos “ejes” no ción adicional en cada caso. El eje II recoge los tras-
son ejes o dimensiones sino simplemente distintos tornos de personalidad, el III se ocupa de la condi-
aspectos (24). ción física, el IV de los problemas psicosociales y
ambientales y el eje V la evaluación de la actividad
global del paciente.
LOS SISTEMAS INTERNACIONALES ACTUALES

En la actualidad persisten dos sistemas, la CIE-10 CONCLUSIÓN


y el DSM-IV, ambas incluyen criterios diagnósticos y
suponen un acercamiento entre los dos grandes sis- Muchos de los problemas de las clasificaciones ac-
temas. tuales están ocasionados por el modelo de clasifica-
ción categorial, que aunque útil en una primera
aproximación al ordenamiento de un conocimiento
CIE-10 es ineficaz para detectar los criterios más relevantes
de la psiquiatría. En otros campos del conocimiento
En 1992 la OMS publica la CIE-10, realizada tras la existencia de distintos modelos de clasificación es
varios años de estudios de campo, buscando la fiabi- una cuestión superflua, sin embargo, en Psiquiatría,
lidad interexaminador y la validez de las categorías a mientras su nosología siga incompleta, supone un
través de diferentes culturas y países, acercándose punto de máximo interés. El estudio de diferentes
más a la DSM-IV, los códigos numéricos son sustitui- modelos de clasificación solamente tiene sentido si
dos por cadenas alfanuméricas, el número de cate- tratamos de clasificaciones científicas o biológicas.
gorías principales pasa de 30 a 100 (Tabla V). Esta Estas deben definirse por la existencia de un sistema
clasificación ha creado diferentes versiones para subyacente de leyes y una ordenación jerárquica, tal
usos distintos. Así tiene las descripciones clínicas y como dispuso Carl von Linneo. Actualmente se debe
pautas para el diagnóstico, destinada a uso clínico y decidir el criterio más relevante para organizar todos
administrativo, los criterios diagnósticos para la in- los trastornos. La psiquiatría no debe jerarquizar los
vestigación, desarrollados en 1994. También existe objetos sino los atributos que describen esos objetos
una versión multiaxial y una versión destinada a asis- y que realmenten deciden la clasificación.
tencia primaria. La mayoría de administraciones to- A pesar de los cambios acaecidos siguen siendo
davía siguen utilizando la CIE-9. de actualidad las palabras escritas por Solé-Sagarra
25 años después de la última clasificación de Krae-
pelin:
DSM-IV “Misión de los psiquiatras de nuestro tiempo es no
deshacer irreflexivamente el edificio kraepeliniano, si
El DSM-IV es publicado en 1994, se basa en da- no contamos de antemano con una mejor sistemáti-
tos empíricos y sus trabajos son simultáneos a la ca psiquiátrica para sustituirlo”.

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