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1. Invalidez causada por enfermedad: Que haya cotizado cincuenta (50) semanas
dentro de los últimos tres (3) años inmediatamente anteriores a la fecha de
estructuración y su fidelidad de cotización para con el sistema sea al menos del
veinte por ciento (20%) del tiempo transcurrido entre el momento en que cumplió
veinte (20) años de edad y la fecha de la primera calificación del estado de invalidez.
2. Invalidez causada por accidente: Que haya cotizado cincuenta (50) semanas
dentro de los últimos tres (3) años inmediatamente anteriores al hecho causante de
la misma, y su fidelidad (de cotización para con el sistema sea al menos del veinte
por ciento (20%) del tiempo transcurrido entre el momento en que cumplió veinte
(20) años de edad y la fecha de la primera calificación del estado de invalidez.
Para acceder a la pensión por riesgo o enfermedad común, el afiliado debe cumplir
con los siguientes requisitos:
Tener reconocida una pérdida de la capacidad laboral del 50% más, es decir, tener
un grado de invalidez igual o superior al 50%.
Cuando el afiliado haya cotizado por lo menos el 75 por ciento de las semanas
mínimas requeridas para acceder a la pensión de vejez, solo se requerirá que haya
cotizado 25 semanas en los últimos tres años.
Téngase en cuenta que la pensión de invalidez por riesgo común no puede ser
superior al 75% y de allí que se repita ese porcentaje para los últimos rangos de la
tabla.
Esa pensión es pagada por la ARL a la que esté afiliada la persona o trabajador.
Al igual que en la pensión por invalidez en riesgo común, en este caso se requiere
que el afiliado haya perdido el 50% o más de su capacidad laboral.
Y contrario a lo que se exige en la pensión por invalidez por riesgo común, en la
pensión por riesgos laborales no se exige un mínimo de semanas cotizadas, sino que
el riesgo se asegura desde que el trabajador es afiliado formalmente.
Por lo anterior es que un trabajador no debe iniciar actividades hasta tanto no estén
afiliado a la ARL, es decir que el trabajador debe iniciar labores el día siguiente a la
afiliación.
Es evidente que en Colombia no existen las garantías suficientes para cobijar a las
personas que padecen de una invalidez ya sea de tipo profesional o de origen común,
en relación al nivel cultural de algunos sectores de la población y del neoliberalismo
que se vive dentro del sector, pues la salud y la vida solo se contempla como un
derecho en los artículos 13 y 48 respectivamente de nuestra constitución política, pero
que finalmente es un privilegio de unos pocos que cuentan con mayor capacidad
económica y que pueden sufragar una medicina prepagada.