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Análisis
del art. 482 del Código Civil
El autor precisa los alcances del reajuste de la pensión fijada en porcentaje que está regulada
en el artículo 482 del Código Civil.
1. Consideraciones previas
Tres son los presupuestos legales[1] que deben establecerse cuando se trata de otorgar una
pensión alimenticia. Estos son: “a) un presupuesto subjetivo, constituido por la existencia del
vínculo familiar, caracterizado por su carácter y vocación de permanencia, mientras los otros
dos, de carácter objetivo: b) el estado de necesidad del acreedor; y, c) la disponibilidad
económica del obligado, que pueden variar con el transcurso del tiempo”[2].
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De otro lado, como ejemplos de disminución de posibilidades del demandado, encontramos la
tasa elevada de natalidad que trae como consecuencia la evidente realidad que un padre
tenga más de dos hijos en diferentes “compromisos”, así como el desempleo.
Entonces, una pensión fijada judicialmente puede variar al concurrir posteriormente alguna de
las circunstancias antes precisadas u otras. Así, la regla general establecida en el artículo 482
del Código Civil, establece:
Esto posibilita solicitar el aumento o disminución de la pensión alimenticia sin tener en cuenta
si ésta ha sido fijada en suma líquida o en porcentaje, pues se debe atender al principio que
“no se puede hacer distinciones donde la ley no distingue”.
2. Tendencia interpretativa
Para resolver la cuestión planteada en el título del presente comentario, y dentro del marco
antes detallado, debemos tener en cuenta primero que si bien la tendencia interpretativa es
por una respuesta afirmativa, lo cierto es que no han tratado con claridad de establecer las
razones de aquello, sino que se han limitado a indicar aspectos genéricos, tal es así que, por
ejemplo:
En el primer encuentro de Jueces de Paz Letrado del Distrito Judicial de Junín[7], realizado en
junio de 2011, incorporaron como tema 5, la siguiente pregunta: ¿Si se ha fijado una pensión
alimenticia en % se puede solicitar el aumento de alimentos? Ante lo cual han indicado la
siguiente respuesta: Hay circunstancias en cada caso concreto, en que puede proceder el
aumento del porcentaje asignado inicialmente, siempre teniendo en cuenta el incremento de
las necesidades de los alimentistas y la capacidad económica del demandado; además al
respecto ya existe uniforme jurisprudencia que indica que es posible el aumento de las
pensiones de alimentos aun cuando éstas se hayan fijado en porcentaje.
Ahora bien, interpretando el segundo párrafo del artículo 482 ya citado, tenemos que el
término “no es necesario”, no es igual al término “no se puede o no procede”. En ese sentido,
no puede ser utilizado como causal de improcedencia, pues ello no ha sido indicado de manera
taxativa, sino que deja a salvo la posibilidad y aquello opera como una solución a que las
partes tengan que iniciar un nuevo juicio para aumentar el monto líquido que resultaba de la
operación matemática de aplicación de la regla de tres simple, al momento de la fijación de la
pensión, esto es, si es que en determinado periodo de tiempo no se condice con la percepción
del total de ingresos.
Es decir, si por ejemplo en el año 2008, se fijó una pensión del 20% de la remuneración cuando
el demandado ganaba S/ 1,000.00, se entiende que el monto líquido era de S/ 200.00, y si
posteriormente, percibe la cantidad de S/ 1,500.00, entonces es justo que la beneficiaria de los
alimentos también experimente el incremento de su pensión, pues según el porcentaje fijado,
ya no le corresponderá S/ 200.00, sino S/ 300.00.
Pero caso distinto es cuando se pretende el aumento del porcentaje fijado en sí, petición que
considero sí puede ser tramitada en un nuevo proceso judicial, salvo que las variaciones antes
indicadas resulten suficientes y acordes. Por ejemplo, si la pensión alimenticia fue fijada en el
30% del haber mensual del demandado y ahora se pretende que se incremente dicho
porcentaje al 40% o que se reduzca al 20%. Es que ya no se está solicitando el reajuste de la
pensión sobre el mismo porcentaje, como en el caso anterior, del que concluimos la
innecesaridad, sino que ahora debido a que el porcentaje fijado es insuficiente o es muy
elevado actualmente y tomando en cuenta que las circunstancias para su otorgamiento han
variado, es que se solicita un aumento o reducción del mismo, lo que implica el análisis de
nuevos presupuestos, tales como el aumento de las necesidades del alimentista o el aumento
de las posibilidades del demandado; o la reducción de las necesidades del alimentista o la
reducción de las posibilidades del obligado, según la pretensión.
Aquí la ley ya no puede aplicarse ni interpretarse como impedimento para iniciar un nuevo
proceso porque, no puede condenarse a las partes a percibir u otorgar, durante el tiempo que
el derecho y la obligación subsistan, un mismo porcentaje, pues este fue asignado atendiendo
a ciertas circunstancias que a la fecha quizá ya se torna en injusta, por éstas habrían variado.
Además, se debe tener en cuenta que “Las normas procesales no pueden ser aplicadas ni
interpretadas rígidamente porque se estaría omitiendo el Principio procesal previsto en el
artículo tercero del Título Preliminar del Código Procesal civil, según el cual, la finalidad del
proceso es la de resolver un conflicto intersubjetivo de intereses o la eliminación de una
incertidumbre jurídica”[9]; lo cual puede ser también aplicado al interpretar normas
sustantivas que hacen referencia a la tramitación de los procesos, como ocurre con la segunda
parte del artículo 482 del Código Civil.
4. Otras razones
Negar tal derecho sería como afirmar que las necesidades o posibilidades del alimentista y del
obligado, respectivamente, no varían, lo cual no se condice con la realidad, puesto que las
variaciones automáticas que hemos precisado, no necesariamente significan un aumento o
disminución sustancial y que se condiga con el aumento o disminución que como presupuestos
para el otorgamiento de pensión se requiere. Es necesario que a través de un nuevo proceso
judicial se verifique si ese porcentaje cumple la finalidad actual o si se puede reducir o
aumentar teniendo en cuenta el tope máximo permitido por ley del 60%. En todo caso, le
corresponde al Juez la determinación de los presupuestos de la variación, pues puede ocurrir
el caso que no se haya variado significativamente, y las situaciones y los requerimientos se
satisfagan con la variación automática del monto líquido, pero de una u otra forma requerirá
un análisis de fondo, con la valoración de los medios probatorios incorporados, no de manera
liminar en la calificación de la demanda.
Asimismo, negar la cuestión planteada sería como vulnerar las características de circunstancial
y variable de la pensión alimenticia que trae como consecuencia que ningún convenio ni
sentencia tenga carácter definitivo, pues todo depende de las circunstancias. Si éstas varían
también debe modificarse la obligación, aumentar, disminuir o cesar la pensión que se
mantiene inalterable sólo en caso de que también se mantengan los presupuestos de hecho
sobre cuya base se la fijó, tal como lo afirma Borda[12].
Recordemos, por último, que en todo caso al momento de interpretación y aplicación de las
leyes, si encontramos discordancia entre la justicia y el derecho, debemos preferir la primera,
según el Decálogo del Abogado, cuya autoría es del maestro Couture. Esto que pareciera un
aspecto ideal, en realidad se condice con los fines del proceso civil, esto es, resolver un
conflicto de intereses. Además, ya se ha superado aquella frase de Montesquieu que indicaba
que el juez es “boca de la ley”, y aún cuando encuentre inconvenientes en la restricción a la
interpretación literal y la regulación penal de prevaricato, lo cierto es que existen principios y
fines procesales que nos ayudan a interpretar las leyes, valorar adecuadamente los medios
probatorios y resolver el caso en concreto.
6. Referencia bibliográfica
Cornejo Chávez, Héctor, Código Civil Comentado, Gaceta Jurídica Edición, 2004, p. 264.
Borda, Guillermo, Manual de Derecho de Familia, 9° Edición, Perrot, Buenos Aires, 1984
Plácido v., Alex, “El Interés Superior del Niño en la Interpretación del Tribunal Constitucional”,
En: Cuadernos Jurisprudenciales Nº 62, Agosto, 2006, Editorial Gaceta Jurídica.
[1] Interpretación concordada de los artículos 474 inciso 2) y 481 del Código Civil.
[2] Cornejo Chávez, Héctor, Código Civil Comentado, Gaceta Jurídica Edición, 2004, p. 264.
[5] Estas expresiones son utilizadas de manera cotidiana, para diferenciar la actividad realizada
en el Despacho Judicial por los jueces y personal jurisdiccional, al resolver “casos”, y la
actividad realizada por los abogados al pretender o defender a una de las partes en los
procesos judiciales.
[6] Cas. N° 725-99, Lambayeque, publicado en el diario oficial El Peruano con fecha 31 de
Agosto de 1999, p. 3388.
[12] Borda, Guillermo, Manual de Derecho de Familia, 9° Edición, Perrot, Buenos Aires, 1984,
pp. 476-477.
[14] Plácido v., Alex, “El Interés Superior del Niño en la Interpretación del Tribunal
Constitucional”, En: Cuadernos Jurisprudenciales Nº 62, Agosto, 2006, Editorial Gaceta Jurídica,
p. 52.