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La guerra de la restauración
Los Conocimientos señaló -“hacen parte del capital de una nación, pueden establecerse
como axioma- si es ignorante no saldrá nunca de la miseria-“.
“La República Dominicana ha presentado el universo el poema más bello del patriotismo,
de heroísmo y de sacrificios durante la guerra de la restauración en contra de España,
demostrando cuanto puede la acción potente de un pueblo decidido, cuando se trata de
alcanzar tan grandiosos principios.”
(Gregorio Luperón)
Natural de Lozano (Montecristi), hijo de Jacinto Pimentel y Juana Chamorro, tuvo una
trayectoria militar desde un primer momento en las filas de la República. Ocupó diversos
cargos a lo largo de su carrera y afrontó numerosas responsabilidades en su carrera militar.
Su decisión resultó clave para derrocar al general Polanco en lo que calificó como la
necesidad de regenar la vida militar y salvar el honor del general Salcedo y Ramírez,
fusilado por una conjura que le acusó de estar pactando con los anexionistas.
Gaspar Polanco
Militar y político. Nació en 1816. Hijo de dos campesinos, Valentín Polanco y Martina
de Borbón. No asistió a las escuelas en su niñez. Jamás aprendió a leer y escribir.
Derrocó a Salcedo de la Presidencia, tomando posesión del cargo. Salcedo fue fusilado.
Luego Polanco tuvo que renunciar, y fue procesado por el fusilamiento de Salcedo. Logró
salvar su vida escapando de la cárcel. Un consejo de guerra tomó en consideración su
condición de analfabeto y lo descargó de esa acusación.
Pero Pimentel insistió en perseguirlo durante su gobierno, por lo que se alzó en las lomas.
Se ocultó esperando la caída del régimen de Pimentel.
Ulises Hilarión Heureaux Lebert, más conocido como Ulises Heureaux alias Lilis (San
Felipe de Puerto Plata, 21 de octubre de 1845-Moca, 26 de julio de 1899), fue un militar
y político dominicano.
Tan pronto le fue posible, se incorporó a las operaciones de Santiago donde quedó al
mando del comandante en jefe de la guerra restauradora, el general Gaspar Polanco, quien
había sido designado como tal por el consejo formado por Pedro Antonio Pimentel,
Benito Monción y Jose Antonio Salcedo (Pepillo), por su antigüedad en el ejército de la
primera república. Desde su puesto, hostilizó a los españoles el 6 de septiembre en la
Batalla de Santiago.
Fue un hombre de un fuerte sentido patriótico y de gran valor en el uso de las armas y las
estrategias de guerra. Por estos méritos, cuando se supo que Pedro Santana pretendía
invadir el Cibao, se le designa Jefe Superior de Operaciones en las provincias del sur y
del este. En Santo Domingo, se bate de frente al ejército español, que era comandado por
Pedro Santana, por entonces Marqués de Las Carreras. Pese a ser poderoso y disciplinado,
el ejército español fue derrotado en una estrategia de guerra de guerrillas, debido esto a
la inferioridad en número y en calidad de medios por parte de los rebeldes.
Luego reforzó las operaciones de Baní y San Cristóbal donde expulso a los anexionistas.
Retornó a Santiago, donde apoyó sin reservas el gobierno de Gaspar Polanco, a pesar de
haberse negado a participar en el movimiento que derrocó a Salcedo, ya que entendía que
bajo el gobierno de Polanco la guerra restauradora recuperaría el vigor que había perdido
durante el gobierno de Salcedo.
José María Imbert
El general José María Bartolomé Imbert Duplessis (nacido como Joseph Marie
Barthélemy Imbert, en Le Plessis-Grammoire, Países del Loira, Francia, 24 de agosto de
1798-Puerto Plata, Cibao, República Dominicana, 14 de mayo de 1847) era un militar
dominicano y alcalde de Moca, oriundo del noroeste de Francia.
A principios del mes de marzo de 1844, a días de haber sido declarada la independencia
dominicana respecto de Haití, Matías Ramón Mella se convierte en el gobernador del
distrito de Santiago y la máxima autoridad militar del Cibao, designando a José María
Imbert como su lugarteniente. El 29 de marzo de 1844 el ejército del general haitiano
Jean-Louis Pierrot se encontraba cerca de Santiago de los 30 Caballeros y Mella recluta
gente para un improvisado ejército dominicano para defender el país. José María Imbert
dirige la defensa de la ciudad con la ayuda de Fernando Valerio, Ángel Antonio Reyes y
José María López. El papel jugado por Imbert durante la Batalla de Santiago fue
fundamental para la victoria sobre el ejército haitiano.
En el año 1845 Imbert luchó nuevamente contra los haitianos en Beler, regresando a Moca
tras esta campaña como comandante del ejército. Posteriormente se trasladó a Puerto
Plata, donde fallecería en 1847. Se encuentra enterrado en la Catedral de Santiago, junto
con otros héroes de la Independencia y de la Restauración.
Convenciones 1903
El Tratado Hay-Bunau Varilla fue establecido entre Panamá y los Estados Unidos el 18
de noviembre de 1903, pocos días después de la Separación de Panamá de Colombia.
Dicho tratado ponía prácticamente la tutela estadounidense sobre Panamá, y permitió que
se tomara una franja de 10 millas de ancho sobre el cual pasaría el Canal de Panamá y
que fue llamado Zona del Canal de Panamá.
Convenciones 1905
Por cuanto el Gobierno Dominicano en atención a las deudas que agobian a la República
Dominicana, al peligro inminente y a la apremiante amenaza de intervención de parte de
naciones cuyos súbditos tienen reclamaciones ya establecidas o por establecer, hallándose
como se halla, imposibilitado de cumplir perentoriamente sus compromisos por el estado
a que han traído la Hacienda Pública los disturbios políticos y otras concausas, dando
lugar a que esos compromisos se venzan sin haberlos podido cubrir ni siquiera sus
intereses, desea llegar a un arreglo con todos sus acreedores y que el Gobierno consiga
asegurar la percepción regular de suficientes ingresos para el pago de su administración
interior y el mantenimiento de su autonomía administrativa sin ninguna interrupción por
las exigencias de acreedores extranjeros o por disturbios políticos interiores; y
Por cuanto el Gobierno de los Estados Unidos de América previendo una tentativa de
parte de gobiernos del otro hemisferio de opresión o control sobre los destinos de la
República Dominicana, como manifestación de enemistad hacia los Estados Unidos, está
dispuesto, según los deseos del Gobierno Dominicano, a prestarle su ayuda para efectuar
un arreglo satisfactorio con todos los acreedores de éste, obligándose a respetar la
completa integridad de la República Dominicana.
Artículo 1º. El Gobierno de los Estados Unidos conviene en hacerse cargo de todas las
obligaciones que tiene el Gobierno Dominicano tanto extranjeras como interiores; del
arreglo de los pagos y las condiciones de amortización; de la consideración de las
reclamaciones conflictivas e irrazonables; y determinar la validez y el monto de todas las
reclamaciones pendientes de arreglo.
Artículo 2º. Para poner en condiciones al Gobierno de los Estados Unidos para prestar la
ayuda arriba mencionada, se hará cargo de las aduanas existentes y de las que en adelante
pueden ser creadas; nombrará los empleados necesarios para su manejo, y recaudará y se
hará cargo de todas las entradas de aduana. Estos empleados estarán sujetos a la
jurisdicción civil y penal de la República Dominicana. El Gobierno Dominicano podrá
nombrar en cada una de las aduanas un empleado, con el objeto de hacer la inspección
necesaria en beneficio de los intereses de los dominicanos.
Artículo 3º. De las entradas que se recauden en todas las aduanas de la República le
entregará el Gobierno de los Estados Unidos al Gobierno de la República Dominicana,
una suma que no podrá bajar del 45% del total bruto recaudado para atender a las
necesidades del Presupuesto Administrativo, los cuales recibirá el Gobierno Dominicano
en pagos mensuales desde el día en que tomen posesión las aduanas los empleados de los
Estados Unidos, divididos estos pagos en entregas de la manera siguiente: cuarenta y
cinco por ciento de la suma total cobrada mensualmente en plazos que terminarán los días
8, 15, 22 y último de cada mes.
Artículo 4º. El Gobierno de los Estados Unidos aplicará el 55% que él retiene a los pagos
siguientes: a) Los empleados de todas las aduanas.
Artículo 6º. Mientras no esté del todo pagado el monto de la deuda que los Estados Unidos
toma a su cargo, no podrá hacerse ninguna reforma arancelaria sino de acuerdo con el
Presidente de los Estados Unidos, no pudiendo por tanto reducirse los actuales derechos
de aduana y puertos, sin su consentimiento. En cuanto a los derechos de exportación de
los productos nacionales, el Gobierno Dominicano podrá abolirlos o reducirlos
inmediatamente; pero no podrá aumentarlos ni aumentar tampoco su deuda pública sin el
consentimiento del Presidente de los Estados Unidos.
Artículo 7º. El Gobierno de los Estados Unidos a solicitud del Gobierno de la República
Dominicana, auxiliará a éste, en la forma que estime conveniente para restablecer el
crédito, conservar el orden, aumentar la eficacia de la administración civil y promover el
adelanto material y el bienestar de la República.
Artículo 8º. Este convenio durará todo el tiempo que sea necesario para la amortización
de la deuda que el Gobierno de los Estados Unidos ha tomado a su cargo.
Artículo 9º. Este Convenio empezará a surtir sus efectos después de su aprobación por el
Senado de los Estados Unidos y el Congreso de la República Dominicana.
Hecho en cuatro originales, dos en idioma castellano y dos en inglés, firmándolos los
representantes de la Altas Partes contratantes en la ciudad de Santo Domingo a los siete
días del mes de febrero de 1905.
Convenciones 1907
La convención dominico americana de 1907, que se adueñó del país y sus aduanas.
Al asumir el control de las aduanas, Estados Unidos se comprometió a pagar con los
ingresos a los acreedores externos e internos. La Convención Dominico-Americana fue
ratificada por el Congreso dominicano el 3 de mayo de 1907.
En virtud de ese convenio, la República Dominicana se comprometió a entregar el control
y administración de las aduanas al Gobierno de los Estados Unidos hasta tanto el país
pagara la deuda a los acreedores estadounidenses.
Modus Vivendi
Modus vivendi es una locución latina que significa "modo de vida" o "forma de vida". A
menudo se usa para referirse a un arreglo o acuerdo que permite que las partes en un
conflicto coexistan en paz. En la ciencia, se usa para describir los estilos de vida.
Modus significa modo, método o manera; Vivendi significa vivir o medio de vida. Juntos
manera de vivir. La frase se usa a menudo para describir arreglos informales y temporales
en asuntos políticos. Por ejemplo, si dos partes llegan a un modus vivendi con respecto a
los territorios en disputa, a pesar de las incompatibilidades políticas, históricas o
culturales, se establece una acomodación de sus respectivas diferencias en aras de la
contingencia.
En el ámbito del idioma castellano suele designarse a la actividad mediante la cual una
persona se gana la vida: «Su modus vivendi es la pesca».