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Aplicaciones de la energía eólica

En la actualidad la aplicación típica de la energía eólica es la producción de electricidad,


aunque aún siguen utilizándose pequeñas máquinas eólicas para el bombeo mecánico de
agua.
Las instalaciones eólicas pueden clasificarse en dos grupos: aerogeneradores conectados
a la red eléctrica de distribución general y aerogeneradores aislados. En cualquier caso,
cuando se emplean más de un aerogenerador la instalación recibe el nombre de parque
eólico.
El primer grupo es el más numeroso y puede a su vez clasificarse en dos subgrupos:
aerogeneradores que inyectan toda la energía generada en la red y aerogeneradores que
utilizan la energía para consumos particulares y que utilizan la red para inyectar el exceso
de producción y para tomar energía en los períodos de bajo viento.

Las instalaciones aisladas o autónomas se suelen destinar a la electrificación de viviendas.


Estos sistemas normalmente emplean aerogeneradores síncronos con rectificador e inversor
y almacenamiento en baterías.

También se utilizan los aerogeneradores para constituir sistemas híbridos con fotovoltaica o
con grupos diésel para proporcionar energía a comunidades aisladas. Normalmente estas
instalaciones se dimensionan para satisfacer un determinado consumo y se ubican en la
proximidad del lugar de consumo.

Parques eólicos conectados a la red


A la hora de instalar un parque eólico, además de precisarse un estudio detallado y riguroso
del potencial eólico, se requiere la construcción de una serie de infraestructuras civiles,
eléctricas y de control.

Infraestructura civil
La infraestructura civil de parques de grandes dimensiones comprende las edificaciones
necesarias para instalar el centro de control, ubicar los servicios generales y proteger las
estaciones transformadoras.

Asimismo, se consideran infraestructuras civiles las obras que se precisan realizar para
llevar a cabo las cimentaciones de los aerogeneradores, el trazado de los caminos
necesarios para acceder con grúas y camiones a la plataforma donde instalarán las
máquinas eólicas y el acondicionamiento de la propia plataforma. También pertenecen a
este bloque las zanjas que se necesitan excavar para el tendido de redes eléctricas.
En el momento de decidir la ubicación concreta de los aerogeneradores en la plataforma
han de tenerse en cuenta diversos aspectos. Entre dichos aspectos hay que señalar las
características del viento (velocidades, direcciones, turbulencias, etc.) y la tipología del
terreno (llano, ondulado o accidentado).

Dichas características determinarán la disposición de los aerogeneradores en la plataforma


eólica y las distancias entre ellos.

En el proceso de extracción de energía cinética del viento por una aeroturbina se origina
una fuerza de empuje y un efecto de frenado del viento, que da lugar a que se produzca tras
ella un defecto de cantidad de movimiento y un incremento del nivel de turbulencia. La
difusión de estas perturbaciones de velocidad y turbulencia aguas abajo da origen a la
inestabilidad de la máquina.

Si un aerogenerador se encuentra dentro de la estela de otro situado aguas arriba, verá


reducido su potencial eólico. Con el objeto de evitar este tipo de interferencias, es necesario
disponer las turbinas en el parque con una distancia de separación entre ellas lo
suficientemente grande.

Ilustración 1
Por otra parte, la superficie de terreno disponible para instalar el parque suele estar
limitada. Incluso no estándolo, es deseable la proximidad entre los
aerogeneradores con objeto de reducir los costes de instalación, interconexión, operación y
mantenimiento. Por tanto, es necesario llegar a una solución de compromiso para optimizar
la configuración del parque, evitando en lo posible los efectos de interferencia y
aprovechando al máximo la superficie de terreno disponible, teniendo en cuenta además la
influencia de la orografía.

Las diversas técnicas propuestas para ubicación de aerogeneradores en parques van desde
los modelos experimentales a los más o menos complicados modelos numéricos.
En un programa de valoración regional de energía eólica del Pacífico noroeste, que tenía
por objetivo la identificación de áreas de alto potencial eólico y la estimación de la máxima
capacidad eléctrica instalable, Baker et al. (1978) indican que el número de turbinas eólicas
que se pueden ubicar en un área determinada puede ser aproximadamente calculado en
función de la rugosidad superficial del lugar, de la topografía, de la superficie de terreno
disponible, y de un examen de la rosa de los vientos.

Con estas separaciones se estima que la perdida de energía es inferior al 10%.


En el caso de terrenos llanos con direcciones predominantes del viento se pueden ocupar
grandes extensiones con aerogeneradores de manera que éstos estén alineados con cómodos
accesos internos (Ilustración 2).

Ilustración 2
Infraestructura eléctrica
La infraestructura eléctrica comprende todos aquellos dispositivos y circuitos eléctricos
que intervienen en la conexión del parque eólico con la red. Es decir, las líneas de
transporte, los transformadores y los equipos eléctricos de seguridad (pararrayos,
disyuntores para descarga a tierra de sobreintensidades, etc.).

Normalmente, en instalaciones grandes se suelen conectar varios aerogeneradores a un


transformador (1.000-2.000 kVA) de baja-media tensión. Las líneas de media tensión se
extienden desde los grupos de transformadores hasta una subestación transformadora de
media-alta tensión.

Infraestructura de control
La infraestructura de control de un parque eólico es automática. Es decir, cuenta con un
ordenador central equipado con un software de control que no precisa de la intervención del
personal del parque para realizar su cometido.

Esta infraestructura tiene como misión realizar la conexión-desconexión del parque a la red
y registrar los datos de explotación del mismo y los parámetros de funcionamiento de cada
máquina.

Desde el ordenador central es posible visualizar los diversos parámetros de funcionamiento


de las máquinas y actuar sobre cada una de ellas (marcha, paro, etc.). Mediante conexiones
vía módem con el ordenador central se puede disponer de información del parque.

Parques eólicos en el mar (offshore)


Desde que en 1991 se instalase en Dinamarca el primer prototipo de parque eólico en el
mar (offshore) y, especialmente, desde que a comienzo del año 2000, comenzase el montaje
de los primeros parques eólicos comerciales en la costa del Mar del Norte, ha sido notable
el número de proyectos que se han propuesto realizar en este ámbito en diversas partes del
mundo (Estados Unidos, China, Japón, Alemania, España, Bélgica, Noruega, Francia, etc.).

Los argumentos que se han esgrimido para ubicar los aerogeneradores en el mar en lugar
de llevar a cabo las tradicionales instalaciones en tierra han sido variados.

Uno de ellos es que desaparecerían los frenos a la expansión de esta fuente energética
en aquellos países, tales como Holanda, Dinamarca y Alemania, que presentan limitaciones
de suelo apto para ubicar los parques eólicos. Sin embargo, hay que señalar que existen
muchas zonas del mundo donde todavía existen importantes áreas de terreno con recursos
eólicos que aún no han sido explotados.

Otro de los argumentos que tratan de justificar el emplazamiento de los parques eólicos
en el mar es que la intensidad de viento es mayor en el mar abierto que en la tierra. Dicha
justificación se apoya en que la rugosidad superficial y la turbulencia es menor en el mar
y, por tanto, se consiguen velocidades de viento más altas a menor altura que en tierra.

Esta reducción en la altura de la torre se utiliza como base para deducir que los costes de
inversión disminuyen. Hay que indicar que la instalación de las torres en el mar conlleva
unos costes de instalación superiores, sin embargo, el incremento de energía que se puede
conseguir en el mar puede compensar, durante la vida útil del parque, dicho incremento de
costes.
Un tercer argumento que se suele emplear para justificar la explotación de la energía
eólica offshore es la reducción del impacto visual y acústico (ruido) que dichas
instalaciones presentan en este medio comparado con el terrestre. Sin embargo, hay que
indicar que en algunos lugares la propuesta de instalación de dichos parques marinos no ha
tenido aceptación social, ya que se considera que dichas instalaciones suponen riesgos para
la flota pesquera artesanal y para las rutas migratorias de los atunes, además del impacto
visual que retraería a los turistas.

Ilustración 3
Partes de aerogenerador y mantenimiento

Ilustración 4

Con la medición de vibraciones se consigue identificar posibles problemas antes de que


vayan a mayor en diferentes partes del aerogenerador, estas medidas son tomadas mediante
un colector portátil, en puntos representativos de la Ilustración 4.

INSPECCIONES.

Las inspecciones realizadas de los trenes helicoidales (figuras 5 y 6), de las muestras de
aceite y partículas de cárteres, han evidenciado de forma general los siguientes defectos:

Ilustración 5
Ilustración 6

1) Presencia de picadura en grado muy avanzado, incluso con acusadas pérdidas de


material, en los trenes helicoidales de los engranajes.

2) Alto contenido partículas metálicas en suspensión en el aceite.

3) Abundante depósito de partículas en los cárteres de las cajas multiplicadoras.

4) Deterioro de rodamientos (Ilustración 7).

Ilustración 7

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