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La industria de la

construcción
Si bien el sector de la construcción ha sido uno de los más afectados en los
últimos años, recordemos que viene de un declive muy importante por la
burbuja inmobiliaria en EU; este país ha visto un gran repunte en el
sector, con una tendencia creciente desde el 2010.

Roberto Andrade30 de enero de 2018, 21:15


Si bien el sector de la construcción ha sido uno de los más afectados en
los últimos años, recordemos que viene de un declive muy importante
por la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos; este país ha visto un
gran repunte en el sector, con una tendencia creciente desde el 2010; sin
embargo, para las economías latinoamericanas no ha sido del todo
bueno
En el caso de México, la industria creció 1.8% durante el 2016, de
acuerdo con cifras mostradas por el Inegi; para el 2017 los datos
anules mostraron una disminución de -4.1% en las empresas
constructoras a pesar de los recursos liberados por el Fondo de
Desastres Naturales (Fonden), derivado de los sismos sufridos en
septiembre pasado.

Las estimaciones para el 2018 apuntan a un crecimiento moderado


de 1.1% y, de acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la
Construcción, se espera que el sector tenga un crecimiento de
2.0% en los próximos tres años.

Con base en la Federación Internacional de la Industria de la


Construcción, el segmento de la construcción aportó 6.5% del PIB
mundial.

Esta federación está constituida por las cámaras nacionales de la


construcción de 18 países de Latinoamérica, incluyendo a México,
el cual es el segundo participante con mayor ponderación, por
debajo de Brasil.

De acuerdo con sus resultados, el crecimiento promedio de la


economía en esas 18 regiones fue de 1.3%, con una expansión en la
industria de la construcción promedio de 0.6% al cierre del 2016,
en donde México representó 25.8% del total, con una tasa de
crecimiento de 1.8% en el PIB; para el 2017, esperan que la región
(los 18 países) tengan en el sector un crecimiento promedio en el
PIB de 2.2%, y para el 2018 sea de 2.8%, mientras que para
México el sector tendría un crecimiento promedio en el PIB de
1.7%, para el 2017, y de 2.0%para el presente año.
En México existen diferentes planes de desarrollo que podrían
ayudar a este sector en el largo plazo; por ejemplo, el Plan
Nacional de Desarrollo, el cual es determinado por el presidente
de la República y es utilizado durante su mandato, incluye cinco
metas con los objetivos que ayudarán al gobierno federal a
cumplirlos. Una de estas estrategias promueve el desarrollo
urbano sustentable e inteligente para procurar la vivienda digna de
los mexicanos, este modelo incluye fomentar ciudades más
competitivas, prosperas, seguras y sustentables.

Por parte de la inversión privada, algunos proyectos que se tienen


considerados son: el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, la
construcción inmobiliaria residencial, así como el crecimiento de
la infraestructura turística, comercial y de servicios.

Sin olvidar el plan de reconstrucción, en donde aún se tiene mucho


por trabajar, hasta ahora la ley abre un panorama donde se podrá
construir un inmueble de iguales dimensiones al que se tuvo que
demoler y se pueda edificar 35% (en cada edificio se tendrá que
evaluar el porcentaje adicional) más, con el fin de que la venta de
esos nuevos espacios financie el o los proyectos, y ayude a los
habitantes a pagar menos.

Por otro lado, también tenemos el programa nacional de


desarrollo urbano, el cual es un modelo que fomenta el
crecimiento ordenado de las ciudades, haciendo que las distancias
no sean un obstáculo para los ciudadanos.

Es importante ver la toma de decisión al adquirir un inmueble, y


los factores que transcienden después de los sismos ocurridos. En
donde tanto para el habitante como para las aseguradoras, y todos
los involucrados al momento de adquirir un inmueble, se podrá
solicitar a la inmobiliaria, todos los documentos que respalden que
el lugar fue construido con los requerimientos señalados por el
reglamento de construcción, así como nuevas disposiciones por
parte del reglamento de la Ciudad de México.

Podemos concluir que el panorama para el sector de la


construcción se tornará un poco incierto para lo que resta del año,
ya que el incremento en los materiales de la construcción, así
como el aumento en los precios del cemento en este primer mes
del año, podrían impactar el nivel de demanda.

Adicionalmente, las negociaciones del TLCAN, el incremento en


las tasas de interés que pueden hacer costosos los proyectos, la
inestabilidad del tipo de cambio, y un año de elecciones
presidenciales, harán que sea un poco probable que se encuentre
un impulsor de corto plazo para la industria de manera local.
El PBI sectorial creció 5.77% en 12 meses. También hubo un aumento en el nivel de
operaciones de las constructoras.

El PBI del sector construcción creció 5.6% entre enero y noviembre del 2018, con
respecto al 1.74% alcanzado en el mismo periodo del 2017. Del mismo modo, creció
5.77% en los últimos 12 meses (diciembre 2017-noviembre 2018), informó
la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco) en su último Informe Económico de
la Construcción.
Luego de dos años de caídas en el sector, -2.03% en el 2015 y -2.27% en el 2016, este
crecimiento también se evidenció en el aumento del nivel de operaciones de las
empresas del sector (+4.3%), según el gremio.
Por otro lado, el sustento del crecimiento sectorial en el 2018 se basó en la inversión
pública, la cual creció en 9.9%. “El segmento de vivienda también presentó un
importante dinamismo el año pasado (6.9% en unidades). El
segmento MiVivienda fue el más dinámico (28.9% en nuevos créditos), siendo la
consolidación del Bono Verde el principal motor de este resultado”, señaló Capeco.
Del mismo modo, también crecieron las expectativas de las empresas para el 2019
en torno a la construcción. Con una proyección de crecimiento de 5.1%, según
Capeco, la cifra es menor a la previsión del BCR para el desempeño del PBI sectorial
(6.9%).
“La encuesta a empresarios revela que la construcción de infraestructura será el
segmento más dinámico en el 2019 (6.4%). En el segmento inmobiliario también
habrá un importante crecimiento (5.4%), previéndose la consolidación
de Mivivienda“, comunicó el informe, que además sostiene que las obras públicas
dejarán de ser el motor principal del sector construcción debido a una menor tasa de
crecimiento de la inversión del Estado (2.8%).

Así, el
gremio asegura que la apuesta para el 2019 se basa en el crecimiento de la inversión
privada (6.5%). “Se ha identificado una cartera de megaproyectos privados por más
de US$19,000 millones para los próximos dos años, poco más de la mitad de esta
inversión corresponde a proyectos mineros y el 25% a grandes obras de
infraestructura“, afirmó la entidad.
Infraestructura y competitividad
En el último Reporte de Competitividad Global del 2018, realizado por el Foro
Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), el Perú ocupó el puesto 63 de
140 naciones. En el pilar de infraestructura del reporte, se ubicó en el puesto 85. “A
nivel del colectivo solo se logra superar a Paraguay y Venezuela, y se desciende una
posición respecto al índice general de infraestructura del 2017″, aseguró el informe.

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técnicos en infraestructura
Capeco también criticó la metodología de la Política Nacional de Competitividad y
Productividad del Ejecutivo. Desde su perspectiva, el Estado no desarrolla el
“enfoque territorial” dentro su análisis y solo considera un indicador en
el componente infraestructura, “mientras que para su valoración el WEF utilizó 12
indicadores para este importante pilar de competitividad”.
La publicación también señaló la reducción de proyectos a gran escala en Lima
Este en los últimos cuatro años, lo cual ocasionó la disminución de las ventas y el
aumento del precio del metro cuadrado. “Aunque Lima Este ha tenido un
interesante desarrollo habitacional, las ventas de los últimos 15 años equivalen al
34% del déficit cuantitativo existente y cubren sólo la formación de nuevos hogares
de un año”, señaló. Entre las principales trabas para la inversión, estarían la
dificultad para acceder a servicios de agua y desagüe.

En ese sentido, Capeco propuso una solución que “sincere las tarifas“,
otorgue subsidios directos a hogares carenciados, contemple la creación de un fondo
para servicios a proyectos con oferta de vivienda social y se desarrollen asociaciones
público y privadas (APP) para proveer agua a zonas con potencial inmobiliario.

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