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El género lírico
El género lírico se caracteriza por tener la presencia de un:
a.- Hablante o yo lírico, el cual es el que expresa todos los sentimientos en el
poema respecto a un objeto lírico. Si se expresa en primera persona, se llama “yo lírico”;
si se expresa en otra persona (segunda o tercera), se llama “hablante lírico”.
b.- El objeto lírico es el ente, objeto o situación que provoca los sentimientos en
el poeta, los que son expresados por el hablante lírico.
c.- El motivo lírico es el tema del cual trata la obra lírica, eso quiere decir que es
el sentimiento predominante que expresa al objeto lírico el hablante lírico.
d.- La actitud lírica. El hablante o yo lírico es la voz que expresa los hechos, sentimientos
y emociones en un poema y que no se corresponde con el autor, pues este es un ser real
que está fuera del texto, en tanto que el hablante lírico es un ente ficticio presente solo en
el poema.. Según el carácter y la intención comunicativa que adopta en cada poema, se
pueden identificar tres actitudes del hablante lírico:
Actitud del hablante o yo lírico Ejemplo
Apostrófica “Tómame ahora que aún es temprano […]
El hablante lírico se dirige al objeto que Hoy, y no mañana. ¡Oh, amante! ¿no ves
llama su atención en 2da persona (tú) que la enredadera crecerá ciprés?”.
para expresar sus sentimientos o “La hora”, Juana de Ibarbourou
emociones. Predomina la función apelativa
del lenguaje.
Enunciativa “Miró Celia una rosa que en el prado
El hablante lírico narra o describe en 3ra ostentaba feliz la pompa vana […]
persona (él, ella) hechos que ocurren y dijo: —Goza, sin temor del Hado,
exteriormente para darlos a conocer. el curso breve de tu edad lozana”.
Predomina la función referencial del “Escoge antes el morir que exponerte a los ultrajes de la vejez”,
Sor Juana Inés de la Cruz
lenguaje.
Carmínica “Breve combate de importuna guerra,
El hablante lírico expresa su interioridad, en mi defensa, soy peligro sumo; y mientras con
mis armas me consumo,
sus impresiones y sus sentimientos más menos me hospeda el cuerpo, que me entierra”.
profundos en 1ra persona (yo). Predomina “Soneto”, Francisco de Quevedo
la función expresiva del lenguaje.
Veamos esos cuatro elementos rítmicos en el cuarteto inicial del poema “En horas
de insomnio”, del escritor español de la Generación del 98, don Miguel de Unamuno:
Me - voy - dea- quí,- no- quie – ro – más – o – ( ír )- me;/ = 11 sílabas
de - mi – voz- to – da – voz – sué – na - mea –( e )- co,/ = 11 sílabas
y a – fal – taa - sí - de – con – fe - sor,- si – ( pe ) - co /= 11 sílabas
se - me es – ca - pa el - po – der - a – rre – pen – ( tir )- me./ = 11 sílabas
Todos los versos anteriores miden once sílabas (11). Al repetirse esa medida, se
produce un ritmo.
Al final de cada verso, aparece una pausa (/), escrita o de entonación; eso representa
otro factor rítmico.
Hay un acento principal en la décima sílaba de cada verso, con lo cual se contribuye
al ritmo.
Por último, se repiten periódicamente las terminaciones –irme / -eco, constituyendo
la rima, de efectos rítmicos también.
Por lo tanto, verso es cada uno de los renglones que componen un poema, sujetos a
ritmo y cadencia determinados. Los versos se agrupan en estrofas, estas son conjuntos de
versos cuyas rimas se distribuyen de un cierto modo fijo, a lo largo del poema. Un poema
es la obra literaria realizada totalmente en verso. Es la unidad poética superior en la que se
manifiesta la idea o el sentimiento que el poeta quiere expresar. Poesía es la expresión de
la belleza por medio de las palabras, ya sea en prosa o en verso.
Pero en poesía, debemos tomar en cuenta las licencias poéticas, que son leyes
que los poetas aplican a sus poemas con el fin de acortar o alargar el verso, contribuyen al
ritmo. Algunas son obligatorias; otras, opcionales. Veamos:
a.- Sinalefa: es la unión, en una sola sílaba, de la vocal final de una palabra y la inicial de
la siguiente.
que en-un- co-llar- de – per- las ( 7 sílabas ) / La ho-ja- que- bri- lló ( 6 sílabas ).
b.- Hiato: Consiste en la separación de dos sílabas que forman sinalefa, cuando en la
segunda vocal hay acento marcado:
Y hu – yó – su – al – ma – a – la – man – sión – di – cho – sa = 11 sílabas
b.- Diéresis: consiste en dividir un diptongo para aumentar las sílabas de un verso, por
efecto sonoro:
Yo- gui-én- tu- som- braa - me-na ( 8 sílabas ).
c.- Sinéresis: consiste en unir un hiato para disminuir la sílaba de un verso, por efecto
sonoro:
El poe- ta- llo-ró– su – can- to ( 8 sílabas).
d.- Acento final: si el verso termina en palabra aguda, se cuenta una sílaba más. Si el
verso termina en palabra grave, el número de sílabas no varía. Si el verso termina en
palabra esdrújula, se disminuye una sílaba:
“la – que – mu- rió – dea- mor ” (6 + 1 = 7 )
“in- te- li- gen- te – ma- no” ( 7 )
“con- si- gue- las – in-dó- ci- les ” ( 8 – 1 =7 )
Clases de versos
Existen dos grandes clases de versos según el número de sílabas que tengan:
Versos de arte menor Versos de arte mayor
Versos de ocho o menos sílabas Versos de nueve o más sílabas
Bisílabos = 2 sílabas Eneasílabos = 9 sílabas
Trisílabos = 3 sílabas Decasílabos = 10 sílabas
Tetrasílabos = 4 sílabas Endecasílabos = 11 sílabas
Pentasílabos = 5 sílabas Dodecasílabos = 12 sílabas
Hexasílabos = 6 sílabas Tridecasílabos = 13 sílabas
Heptasílabos = 7 sílabas Alejandrinos = 14 sílabas
Octosílabos = 8 sílabas
Las pausas
Todos los versos castellanos tienen una pausa final o versal obligatoria (/),
marcada o de entonación. Muchas veces esa pausa final no se da, entonces se produce el
fenómeno llamado encabalgamiento. Se da este nombre al fenómeno por el cual el final
de una construcción sintáctica no coincide con el final del verso, por lo cual aquella debe
proseguir en el verso siguiente. La construcción sintáctica se encabalga, pues, repartiéndose
entre dos versos consecutivos y tiene que quedar interrumpida por la pausa obligatoria del
final del verso. El encabalgamiento es abrupto cuando la parte que pasa al verso siguiente
no la ocupa por completo. El encabalgamiento es suave su la ocupa enteramente:
Encabalgamiento abrupto Encabalgamiento suave
Mas luego vuelve en sí el engañado Del mayor infanzón de aquella pura
ánimo, y conociendo el desatino, república de grandes hombres era
la rienda suelta largamente al lloro. una vaca sustento y armadura…
(Fray Luis de León) (Francisco de Quevedo)
Los versos de arte mayor pueden llevar una pausa central llamada cesura (//),
y que divide los versos en dos partes iguales o proporcionales llamadas hemistiquios (o
medios versos). Para medir estos versos, hay que sumar por separado las sílabas de cada
hemistiquio, y para ello se aplican en cada hemistiquio las mismas reglas que al final de
cada verso (acento final, por ejemplo):
Ni - los – cis - nes – u – ná – ni – mes = 8 – 1 = 7 // en - el - la - go - dea – zur = 6 +
1=7
Los acentos
Todos los versos castellanos llevan un acento final u obligatorio en la penúltima
sílaba, porque nuestro idioma español es un idioma netamente grave. Esta es la razón por
la que se aplica la ley del acento final en los versos castellanos:
Volverán las oscuras golondrinas = acento grave (verso endecasílabo 11 sílabas)
En tu jardín los nidos a colgar… = acento agudo (verso endecasílabo 10 + 1 = 11)
Yo, que estudié las leyes y los cánones… (Verso endecasílabo 11 – 1 = 11)
La rima
Es la coincidencia de sonidos a partir de la última vocal acentuada de cada verso. La
rima puede ser consonante o perfecta cuando coinciden todos los sonidos, tanto
consonantes como vocales. También la rima puede ser asonante o imperfecta, cuando
sólo coinciden las vocales. Cuando los versos son de arte menor, la rima se marca con letras
minúsculas (abab); si son de arte mayor, con letras mayúsculas (ABAB).
Rima consonante o perfecta Rima asonante o imperfecta
ADetente sombra de mi bien esquivo, APara mi corazón basta tu pecho,
Bimagen del hechizo que más quiero, Bpara tu libertad bastan mis alas.
Bbella ilusión por quien alegre muero, ADesde mi boca llegará hasta el cielo,
Adulce ficción por quien penoso vivo. Blo que estaba dormido sobre tu alma.
(Sor Juana Inés de la Cruz) (Pablo Neruda)
Versolibrismo
No todos los poetas han utilizado, para conseguir el ritmo propio de la poesía, las
formas métricas que acabamos de revisar. Muchos autores contemporáneos escriben sus
poemas sin rima ni metro fijos, mezclando versos de distintas medidas y sin acentos en
lugares fijos. El ritmo lo logran mediante otros recursos, generalmente las repeticiones 8de
palabras, esquemas sintácticos, pausas y otros). Este fenómeno se denomina
versolibrismo.
No me digas
que estás llena de arrugas, que estás llena de sueño,
que se te han caído los dientes,
que ya no puedes con tus pobres remos hinchados,
deformados por el veneno del reuma.
Dámaso Alonso