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Desde hace al menos tres décadas se está produciendo un cambio significativo en el modo de en-
tender y de hacer la universidad; un cambio de paradigma que puede transformarla en una institu-
ción completamente diferente. En este artículo se analizan algunas características de la universidad
medieval —entre las que cabe destacar el interés por el conocimiento, la autonomía académica y la
argumentación racional como medio para resolver discrepancias—, para plantear seguidamente si es
normativo este modelo de cara a la construcción de una universidad a la medida del siglo XXI; y de
manera más radical, si se puede defender actualmente la existencia de una institución como la uni-
versidad. Sin duda, es posible sostener que una sociedad democrática necesita proteger aquellas ins-
tituciones en las que se cultivan los ideales que han caracterizado tradicionalmente a la universidad
—pasión por la verdad, autonomía académica, libertad para investigar, etc.—. Y hay que velar para
que en ellas se pueda proporcionar a los estudiantes una formación que tenga horizontes más am-
plios que la estricta adquisición de conocimientos y habilidades que capaciten para el ejercicio de
las profesiones que demanda en cada momento el mercado laboral. La universidad, por tanto, puede
considerarse una comunidad necesaria para el buen desarrollo de la sociedad actual.
Fecha de recepción: 12/03/2012 • Fecha de aceptación: 03/05/2012 Bordón 64 (3), 2012, 65-75, ISSN: 0210-5934 • 65
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todo —universitas studii—: un lugar donde era clima intelectual que los valoraba positiva-
posible entrar en contacto con una tradición mente (Flanagan, 2006).
(Barnett, 1994) y que se proponía alcanzar una
triple finalidad: la conservación y transmisión Junto con estos rasgos, hay que señalar también
del saber; la formación de los alumnos mediante otras dos prerrogativas exclusivas que configu-
el estudio y el trato entre ellos y con los maes- raban estructuralmente a las primeras universi-
tros; y la preparación de profesionales cualifi- dades europeas, y a las que nunca renunciaron:
cados —médicos, juristas, clérigos, funciona- nos referimos concretamente a la autonomía
rios— para el servicio y buen desarrollo de la académica y a la libertad de pensamiento.
sociedad.
La autonomía académica fue, en efecto, un ele-
Las primeras universidades europeas se dife- mento esencial de la universidad desde sus ini-
renciaban de otros centros de educación medie- cios, hasta el punto de que las más antiguas es-
vales —como las escuelas episcopales y los ta- tuvieron avaladas por bulas pontificias o
lleres gremiales— (Barnett, 1990; Rashdall, decretos imperiales con el fin de garantizar su
1997) porque: libertad frente a la presión que pudieran ejercer
sobre ellas los poderes locales —civiles, econó-
• Atraían, o al menos invitaban, a estu- micos o religiosos—. Esta situación produjo en
diantes de todas partes y no exclusiva- bastantes momentos fuertes tensiones entre los
mente del país o distrito en el que estaban miembros de la ciudad y los de la academia, y
situadas. no pocos episodios sangrientos. Sin embargo,
• Eran lugares en los que se podía estudiar, asegurar y mantener esta autonomía era de vital
al menos, una de las disciplinas conside- importancia para la universidad que, por su
radas superiores: Teología, Derecho y Me- propia naturaleza, se consideraba vinculada ex-
dicina. clusivamente a la autoridad de la verdad
• Cada disciplina era impartida por varios (García Amilburu, 2010); y aunque no recla-
maestros y nunca por uno solo. mase su posesión en exclusiva, siempre se dis-
• Los estudiantes y los maestros partici- tinguió por el empeño en su búsqueda y trans-
paban de manera conjunta en el desa- misión. La autonomía académica se consideró
rrollo y gobierno de la vida universitaria. siempre una de las condiciones sine qua non de
• La validez de los grados obtenidos en la existencia de la universidad, de manera que
cualquier universidad era reconocida casi solo es posible promover estas instituciones en
automáticamente en todas las demás. las sociedades donde se generan ámbitos espe-
cialmente protegidos en los que existe libertad
En resumen, las primeras universidades eran para hablar, explorar, criticar y enseñar teorías
centros de estudio donde se tenía acceso a los e ideas de todo tipo, aunque resulten incó-
saberes que se consideraban más elevados y modas, no estén de moda, o parezcan despro-
que, al integrar a profesores y alumnos prove- vistas de utilidad práctica inmediata. Por el
nientes de lugares próximos y lejanos, se carac- contrario, en los lugares gobernados por regí-
terizaban por su espíritu abierto, no localista menes totalitarios no existen universidades
(Laspalas, 2001). Constituían, por tanto, ám- —aunque haya instituciones que lleven este
bitos privilegiados de comunicación y circula- nombre— sino centros de formación ideológica
ción de las ideas gracias a las relaciones inter- bajo el control de la autoridad política
personales que allí se establecían. En ellas, (Graham, 2008).
aunque cada alumno no era capaz de asimilar
todos los conocimientos disponibles en la En las universidades medievales cada maestro
época, se beneficiaba del hecho de vivir en un gozaba de total libertad para determinar los
contenidos que merecían ser transmitidos; y futuro y, también, si es adecuado proponer que
gracias a ello fue posible reunir y conservar lo la universidad conserve los rasgos que la carac-
mejor de la herencia grecorromana, árabe y ju- terizaron en sus orígenes.
deocristiana y ponerla al alcance de los estu-
diantes, al mismo tiempo que se les facilitaban Para evitar malentendidos, adelanto que no se
los medios necesarios para el aprendizaje —fun- va a defender aquí —no se considera posible ni
damentalmente la convivencia y el diálogo con deseable— reproducir la estructura y rasgos pe-
los maestros, y la biblioteca—, los edificios culiares de las universidades medievales, como
para vivir y reunirse y, en algunos casos, la po- si el conocimiento, la sociedad y la vida hu-
sibilidad de un trabajo que les permitiera rea- mana no hubieran evolucionado a lo largo de
lizar los estudios. los nueve siglos que han transcurrido desde en-
tonces.
La autonomía académica hizo posible que, en
algunas épocas de la historia, las universidades Por una parte, la viabilidad del modelo de uni-
fueran los únicos espacios en los que estaba versidad medieval en la actualidad presenta se-
permitido institucionalmente plantear, someter rios inconvenientes tanto desde el punto de
a examen crítico, defender y resolver en libertad vista gnoseológico como en el plano sociológico:
los principales desacuerdos intelectuales y reli- porque ya no se sostiene pacíficamente que
giosos del momento —tanto los que se produ- exista una verdad que pueda ser conocida por
cían en el seno de cada disciplina, como los que todos y porque la autonomía de las institu-
presentaba la armonización de los distintos sa- ciones universitarias ha sido prácticamente
beres—. Por eso no es de extrañar que cuando neutralizada por las presiones legales, políticas
las universidades empezaron a desarrollarse y económicas de la mentalidad neoliberal con-
también se multiplicaran los conflictos intelec- temporánea que, entre otras cosas, solo favo-
tuales (MacIntyre, 2009a); porque promover rece la investigación que se desarrolla en áreas
debates sobre asuntos complejos y controver- de conocimiento consideradas prioritarias de
tidos ha sido siempre un rasgo propio de la uni- acuerdo con criterios mercantilistas, laborales y
versidad y una muestra de su buena salud, así pragmáticos, ajenos al propio mundo universi-
como un hecho sumamente beneficioso para el tario (Barnett, 1990).
crecimiento del ser humano en cuanto humano:
como un ser racional y libre. Sin embargo, tampoco parece adecuado pensar
que la universidad pueda seguir siendo ella
misma si prescindiera de las tareas que tradicio-
Modelo(s) de universidad nalmente han constituido sus objetivos princi-
pales: la conservación del saber heredado y su
Se han recordado algunos rasgos característicos transmisión mediante la docencia, la amplia-
de las primeras universidades europeas con el ción del conocimiento por la investigación, y la
fin de comprender mejor la fisonomía de esta formación de profesionales cualificados para el
institución. Pero comprender una realidad no servicio de la sociedad. Nos encontramos por
significa justificar su existencia ni en el pasado, tanto ante la necesidad de adaptar el ideal uni-
ni en la actualidad (Hellemans, 2007). Por lo versitario —en el caso de que se considere que
tanto, es lícito preguntarse si es normativa la existe algo que merezca ese nombre— a las cir-
idea original de universidad de cara a la cons- cunstancias actuales.
trucción de una universidad a la medida del
siglo XXI; o incluso si es necesaria en la actua- ¿En qué puede consistir ese ideal? Aunque no
lidad (White, 2011). Cabe, en definitiva, plan- sea fácil precisarlo con nitidez y se trate de una
tearse la supervivencia de la institución en el cuestión sometida a permanente debate (Allen,
1988), se puede afirmar que para que pueda ha- interesa subrayar que la institución universi-
blarse de instituciones universitarias estas taria existe además y específicamente para
deben tener —por emplear la expresión de formar otras dimensiones de la persona. De ese
Wittgenstein— un cierto aire de familia y com- modo, debería ser posible distinguir a quienes
partir ciertos rasgos que tienen un carácter nor- han estudiado Derecho, Medicina, Geología,
mativo que permitan discernir qué es o qué no Economía política, etc., en la universidad de los
es una universidad. Entre ellos, Graham (2008) que han recibido formación en estas materias
destaca los siguientes: en otras instituciones de educación superior
porque, en el caso de los primeros, la univer-
• Los planteamientos educativos no están sidad les habrá enseñado además dónde están
orientados exclusivamente a la prepara- situados tanto ellos como su ciencia, permitién-
ción para el ejercicio de una profesión. doles adquirir una visión panorámica y contex-
• La investigación no se desarrolla con cri- tualizada del saber (Newman, 1996).
terios prioritariamente pragmáticos o uti-
litaristas. La expansión de la mente que debe proporcionar
• Ha de gozar de suficiente autonomía —tanto la educación universitaria es lo más opuesto a la
en el ámbito legal como en el económico— recepción pasiva de información desconocida
para no estar a merced del poder político. hasta ese momento, porque ese hábito requiere
• En sus actas de constitución, en su forma que la mente actúe en relación con esas nuevas
gobierno y en el modo de presentarse a sí ideas y sobre ellas; esta acción tiene un carácter
misma la universidad asume siempre de performativo pues produce orden y da sentido a
manera explícita los tres criterios ante- lo que se aprende. No hay expansión de la
riores, como parte central de sus propó- mente a menos que se comparen unas ideas con
sitos e identidad. otras y se ordenen en un sistema. Y este es el re-
sultado específico de lo que Newman entiende
Pues bien, dentro del espacio delimitado por estas por educación liberal, que es el tipo de forma-
coordenadas, tienen cabida ideales o modelos de ción que corresponde impartir a la universidad
universidad muy diferentes (Barnett, 2011). y que se orienta a que cada persona pueda for-
mular una visión conexa y armónica de lo viejo
Una de las materializaciones del ideal universi- y lo nuevo, lo pasado y lo presente, lo lejano y
tario que goza de mayor tradición en la cultura lo próximo, de manera que perciba la influencia
occidental es el modelo británico encarnado en de todas estas realidades unas sobre otras, refi-
las universidades de Oxford y Cambridge, asu- riéndolas a un todo, viéndolas en sus mutuas re-
mido también por J. H. Newman (1996) en sus laciones (Newman, 1996).
Discursos sobre el fin de la universidad. Newman
propone una educación universitaria entendida Se ha criticado a Newman aduciendo que la vi-
como cultivo de lo humano, que se juzga valiosa sión de la universidad que propone es elitista y
por sí misma porque se orienta fundamental- utópica; que atribuye a esta institución unas
mente a la excelencia intelectual y a la mejora de cualidades que la convierten en un lugar casi
toda la persona sin cifrar su valor en considera- mítico, que quizá nunca existió (Tight, 2010);
ciones pragmáticas, relacionadas con la utilidad y también, que el ideal universitario de Newman
práctica que pueda reportar2 (Newman, 1996). solo puede hacerse realidad en condiciones se-
mejantes a las que se vivieron en Oxford en el
Newman sostiene que la universidad —tal siglo XIX.
como ha venido haciendo desde sus inicios me-
dievales— debe preparar a los estudiantes para Todo esto es verdad, e incluso alguien tan favo-
el ejercicio de una profesión; sin embargo, le rable al planteamiento de Newman como es
MacIntyre, señala que la universidad que vivió Unidos, actualmente solo se imparte educación
y con la que este soñó es inviable hoy en día, superior en las universidades (Barnett y Stan-
al menos por dos motivos: en primer lugar dish 2003), después de que los antiguos politéc-
porque el desarrollo actual de la ciencia hace nicos y otros centros de formación profesional
necesaria la especialización en un campo con- avanzada hayan sido integrados en su estructura
creto, favoreciendo la fragmentación del saber administrativa (Kerr, 2001).
frente al ideal de la unidad del conocimiento; y
en segundo término porque la mentalidad ac- La universidad siempre ha sido considerada
tual —que justifica la existencia de la univer- como un centro de educación superior; y, si se
sidad en el tejido social en cuanto proveedora admite que la educación tiene una triple fina-
de conocimientos y profesionales que puedan lidad —promover el perfeccionamiento per-
convertir al país en una potencia económica sonal de quien se educa, favorecer su socializa-
competitiva en el concierto del mercado mun- ción, y procurar que adquiera las habilidades
dial— se opone al ideal del conocimiento que le permitan ganarse dignamente la vida
como algo valioso en sí mismo (MacIntyre, contribuyendo al desarrollo de la sociedad (Ha-
2009b). lliday, 2002)—, entonces la universidad, en
cuanto institución de educación superior, de-
Aún así, el ideal de universidad defendido por bería cumplir estas funciones de modo paradig-
Newman tiene elementos que pueden ser de mático por tratarse de un centro dedicado a la
interés para orientar la vida de esta institución educación superior, aunque existan también
en nuestros días. Pero para entender adecuada- otros centros de educación superior no univer-
mente el planteamiento de Newman y esta pro- sitaria.
puesta hay que tener presente, por un lado, el
contexto histórico, la finalidad y el público ¿Qué se entiende por superior cuando nos refe-
para el que Newman pronunció las conferen- rimos a la educación que se imparte en la uni-
cias recogidas en los Discursos sobre el fin y la versidad? John White ha sostenido desde hace
naturaleza de la educación universitaria (Kerr, algunos años que en vez de hablar de «educa-
1999) que son muy diferentes de los nuestros ción superior» —higher education— sería
y, por otro lado, es fundamental no identificar más adecuado llamarla «educación posterior»
las expresiones «educación universitaria» y —further education— porque, en su opinión,
«educación superior», aunque se empleen ha- no existe ninguna cualidad esencial, propia y
bitualmente de manera indistinta en el lenguaje exclusiva de la educación que se imparte en la
ordinario (Carr, 2009). universidad, sino que se trata de una división
meramente administrativa. Debería conside-
rarse exclusivamente como una etapa educativa
Universidad y educación superior de carácter no obligatorio que viene después de
la educación primaria o secundaria —que po-
Ortega y Gasset describe la universidad como dría denominarse educación terciaria— a la que
«la institución donde reciben la enseñanza su- hay que despojar de todo resto de mitificación
perior casi todos los que en cada país la re- que lleva a considerarla una etapa en la que se
ciben» (1930: 48). En este punto interesa su- adquieren conocimientos o habilidades supe-
brayar especialmente la expresión casi todos, riores (White, 1997; 2011).
porque esto significa —al menos implícita-
mente— que puede haber otros centros de edu- Por el contrario, otros autores defienden que la
cación superior distintos de la universidad; formación que se debe impartir en la univer-
aunque en Europa, a diferencia de lo que sucede sidad en el conjunto de las instituciones dedi-
en otros lugares, como por ejemplo en Estados cadas a la educación superior, debe distinguirse
por tender a un cierto grado de excelencia que En definitiva, una institución de educación su-
está íntimamente relacionado —al menos, con- perior merece el nombre de universidad cuando
ceptualmente— con cuestiones tales como promueve procesos educativos que:
comprobación científica, verdad, razón, tota-
lidad, diálogo, investigación, capacidad de crí- a. Proporcionan a los estudiantes una
tica racional, responsabilidad social, relación comprensión profunda de un conjunto
adecuada con el mundo, formación del ca- amplio de conocimientos en algún campo
rácter, etc. (Barnett, 1990), que constituyen un del saber.
valor añadido, que es cualitativamente diferente b. Favorecen llevar a cabo una labor crítica
y no solo posterior a la educación secundaria. en relación con los conocimientos ad-
La educación superior, desde esta perspectiva, quiridos.
debería asumir un compromiso con el desa- c. Facilitan que esa capacidad crítica se de-
rrollo intelectual y personal de cada estu- sarrolle en el diálogo y en compañía de
diante, conduciéndole a través del conoci- otras personas.
miento teórico y del conocimiento en la d. Impulsan a los estudiantes a determinar
acción, hacia estados cognitivos que favorecen por sí mismos la dirección de sus inves-
y fomentan una reflexión crítica sobre sus pro- tigaciones.
pias experiencias. e. Fomentan la autorreflexión, incremen-
tando la responsabilidad personal a la
Frente a la visión homogeneizante de la educa- hora de evaluar los propios conoci-
ción superior que parece defender White, R. S. mientos, avances y actuaciones.
Peters (1977) señala que existe algo específico f. Permiten a los estudiantes implicarse en
de la formación universitaria: en concreto, que actividades de investigación y en pro-
con ella se trata de alcanzar simultáneamente los cesos de diálogo abierto y cooperativo
fines que otras instituciones de educación su- (Barnett, 1990).
perior —como son los graduate schools, los ins-
titutos tecnológicos o los colleges de artes libe- La educación superior universitaria se dis-
rales— se proponen conseguir por separado. tingue también por el empleo simultáneo y siste-
Por eso, se reconocen como funciones propias mático de procedimientos metodológicos que
del trabajo del profesorado universitario: fomentan ese tipo de aprendizajes y que no se
utilizan en otras etapas y modalidades educa-
• Hacer avanzar el conocimiento por la in- tivas. Entre ellos, cabe mencionar la docencia
vestigación, e iniciar a otros en un ámbito —orientada principalmente a la transmisión
de conocimiento a través de la docencia. del saber—; la investigación —con la que se
• Contribuir a aplicar el conocimiento a la busca ampliar el conocimiento disponible y que
solución de las necesidades prácticas de es imprescindible para mantener un adecuado
la sociedad. nivel en la docencia—; la formación para el ejer-
• Preparar para el ejercicio laboral a cicio de profesiones que requieren conoci-
quienes van a desempeñar las profesiones mientos teóricos especializados y complejos;
que requieren conocimientos teóricos y la transferencia y aplicación del conocimiento
avanzados y competencias prácticas espe- a la sociedad.
cializadas.
• Ofrecer a los estudiantes la oportunidad Las universidades, en cuanto instituciones de
de adquirir una amplia educación hu- educación superior, tienen como fin primario
mana, entendida como la comprensión de proporcionar a sus alumnos una educación al
lo que es relevante para su propio desa- más alto nivel (Graham, 2005); y fruto del em-
rrollo como personas. peño por alcanzar esta finalidad principal, se
favorece también el logro de otros objetivos se- también que si en la obra de Nussbaum se sus-
cundarios que deben ser considerados —sin tituye la palabra «Humanidades» por la ex-
que esto suponga menosprecio alguno— bene- presión «educación universitaria» —con las ca-
ficios colaterales, subproductos positivos deri- racterísticas que hemos descrito en este
vados del fin principal. Entre ellos cabe men- artículo—, se puede comprender por qué, y en
cionar la prosperidad económica, la inclusión qué medida, la universidad es una institución
social, la generación de puestos de trabajo, etc., necesaria en nuestro tiempo.
todo ello sin perder de vista que estos últimos
resultados pueden lograrse también —y quizá Desde el punto de vista de la lógica formal se
se logren de manera más eficaz— en institu- dice que algo es necesario cuando no puede dejar
ciones no universitarias promovidas expresa- de ser. Ciertamente, no nos estamos refiriendo
mente para ello. a ese tipo de necesidad al hablar de la univer-
sidad porque, de la misma manera que hubo
Recientemente, David Carr ha señalado tam- épocas y también hoy en día hay lugares sin
bién la necesidad de que la universidad recu- universidades, estas pueden desaparecer en el
pere su papel como institución de educación futuro. Aquí se menciona el tipo de necesidad
superior en un sentido más amplio del que se propio de las condiciones de posibilidad de
maneja en los círculos políticos y económicos ciertas realidades, como sucede cuando se
actuales. Y apunta que, aunque la universidad afirma que un mínimo grado de bienestar ma-
se encuentra sometida a tremendas presiones terial es necesario para el desarrollo intelectual
para rendirse a metas más estrechas y utilita- de las personas.
ristas, se percibe también un loable esfuerzo
por parte de algunos académicos para ofrecer Concluyendo, es posible sostener que una so-
resistencia en favor de una visión más rica ciedad democrática necesita proteger aquellas
—más socrática— de la universidad como insti- instituciones en las que se cultivan los ideales
tución comprometida no solo con la formación que han caracterizado tradicionalmente a la
profesional de los estudiantes, sino también universidad —pasión por la verdad, autonomía
con la promoción de la virtud cívica y profe- académica, libertad para investigar, argumenta-
sional y con un perfeccionamiento total per- ción racional como medio para resolver discre-
sonal (Carr, 2009). pancias, etc.—. Y hay que velar para que en
ellas se pueda proporcionar a los estudiantes
En esta línea puede situarse también la tesis de una formación que tenga horizontes más am-
Martha Nussbaum (2010) cuando apunta que plios que la estricta adquisición de conoci-
las democracias modernas tienen necesidad de mientos y habilidades que capaciten para el
las Humanidades para la formación de ciuda- ejercicio de las profesiones que demanda en
danos autónomos y responsables. Algunos au- cada momento el mercado laboral. La univer-
tores han criticado el razonamiento empleado sidad, por tanto, puede considerarse una comu-
por Nussbaum para mostrar la conexión que nidad necesaria para el buen desarrollo de la so-
existe entre el cultivo de las Humanidades y el ciedad actual y para proteger, como solo ella
fomento de la ciudadanía responsable por no puede hacerlo, a una de las especies que se en-
considerarlo suficientemente sólido (Standish, cuentran actualmente en mayor peligro de ex-
2011). Aunque comparto esa opinión, pienso tinción: el homo sapiens.
Notas
1
Se emplea el término «normatividad» para referirnos a la capacidad o legitimidad de una idea, modelo, institu-
ción o teoría, para constituirse como patrón o regla de actuación en un determinado ámbito de la actividad humana.
2
Considero importante subrayar que Newman no sostiene que la educación liberal sea un fin en sí misma, sino
que defiende que este tipo de educación es valiosa en sí misma porque facilita que la persona educada pueda alcanzar
su plenitud, que es el fin al que se orienta toda educación.
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Abstract
In the last three decades of the 20th century, there have been significant changes in the way that
university is understood and developed. We are witnessing a change of paradigm that seems to
transform universities into different institutions. In this article, the main features of medieval uni-
versities are analyzed, namely, a passion for truth, academic autonomy, and rational argumentation
as a means to solve discrepancies. At this point, two questions arise: Are these features normative
in order to guide the development of universities in the 21st century? Should we take for granted
the existence of universities in the future?
Certainly, it is possible to argue that a democratic society needs to protect those institutions in which
the ideals that have traditionally characterized the university are cultivated: a passion for truth, aca-
demic autonomy, freedom of inquiry, etc. And we must ensure that they can provide education to
students, which is beyond the scope of the strict acquisition of knowledge and skills that equip them
for the professional requirements and demands of an ever-changing labour market. The university,
therefore, as a community may be considered necessary for the proper development of society.
Résumé
—parmi lesquels nous soulignons l’intérêt pour le savoir, l’autonomie académique et l’argumentation
rationnelle comme un moyen de résoudre les divergences, pour ensuite se demander si ce modèle
est normatif pour la construction d’une Université dans la mesure du XXIème siècle ; et plus
radicalement, s’il est possible de défendre actuellement l’existence d’une institution comme
l’Université. Il est certainement possible de faire valoir qu’une société démocratique a besoin de
protéger les institutions qui cultivent les idéaux qui ont traditionnellement caractérisé l’Université
—passion pour la vérité, l’autonomie universitaire, la liberté de recherche, etc.—. Et nous devons
veiller à ce qu’elles puissent fournir aux étudiants une formation avec des horizons au-delà de
l’acquisition de connaissances et de compétences qui les prépareront à la pratique professionnelle
qui demande le marché du travail. L’Université, par conséquent, peut être considérée une
communauté nécessaire pour le bon développement de la société actuelle.