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SIP-VII - seminario de integración y práctica profesional VII

EDUBP | ABG | décimo cuatrimestre

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 1


í ndice

 presentación 3

 programa 4
contenido módulos

 mapa conceptual 8

 macroobjetivos 9

 agenda 9

 material 10
material básico
material complementario

 glosario 41

 módulos *
m1 | 42
m2 | 83
m3 | 113
m4 | 199

* cada módulo contiene:


microobjetivos
contenidos
material
actividades
glosario

 evaluación 259

impresión total del documento 259 páginas !

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pr e se n t ación

En esta materia, Seminario de Integración y Práctica Profesional VII, se aborda la


faz práctica de los conocimientos adquiridos en Derecho Constitucional.
El objeto de estudio es lo que la doctrina ha dado en llamar Derecho Procesal
Constitucional.
La pretensión de este seminario es que usted logre poner en práctica los
conocimientos teóricos desarrollados en Derecho Procesal Constitucional.
Esto implica saber desenvolverse con propiedad a la hora de realizar la actividad
netamente abogadil del ejercicio profesional, propio del derecho público.
Al recibirse y comenzar a ejercer su profesión, podrá observar que el rol del
abogado en la sociedad no se agota en el litigio, sino también en funciones
jurisdiccionales. En ambos casos, el manejo de los temas de esta materia
corresponde a aspectos importantes y fundamentales para el desarrollo
profesional.
Tal como se ha expresado anteriormente, el desarrollo de esta asignatura requiere
que usted tenga conocimiento de los derechos de raigambre constitucional y
conocimientos de derecho procesal; cuyo repaso le recomendamos.
A los fines de orientarlo en su proceso de aprendizaje, se ha considerado
conveniente dividir la Asignatura en cuatro módulos. El estudio de los mismos le
posibilitará aprender los fundamentos del derecho procesal constitucional, para
luego tomar conocimiento de las distintas acciones y procesos constitucionales
y arribar finalmente al aprendizaje de las vías recursivas, tanto a nivel nacional
como supranacional.
Es importante advertir que no sólo el abogado es litigante o integrante del Poder
Judicial, sino que, además, puede cumplir funciones de asesoramiento o ejercer
funciones dentro de la órbita del Estado, en sus distintos niveles. A su vez para
un adecuado ejercicio de esa actividad, son indispensables los conocimientos
que se brindan en esta materia.
Tal como usted sabrá, la práctica no se limita a saber redactar un amparo o
un habeas corpus, sino que incluye la capacidad de conocer cuándo son
procedentes los remedios procesales constitucionales, saber evaluar sus efectos
y alcances en los casos concretos y comprender el grado de operatividad de
nuestros derechos constitucionales.
Considerando los requerimientos de la sociedad y de la realidad judicial y con tan
sólo la lectura de los diarios, podremos advertir la actualidad que han adquirido
los procesos constitucionales, (-amparo por el “corralito”, habeas data- como
vías idóneas para garantizar los derechos de los ciudadanos). De allí incluso,
deriva su reconocimiento expreso en el art. 43 de la CN., merced a la reforma
constitucional de 1994.
A partir de esta presentación, lo invitamos a recorrer las distintas situaciones que
se abordan en el Derecho Procesal Constitucional, las que le serán propuestas
para desarrollar y resolver a lo largo de las actividades planificadas en los
distintos módulos del Programa.
Finalmente, resulta aconsejable que proceda a repasar el mapa conceptual al
finalizar cada módulo. Ello le permitirá integrar los conceptos particulares dentro
del todo, como así también formular su propio mapa conceptual, cuya discusión
podemos articular a través de las consultas programadas. Incluso, es muy factible
que al momento del examen final se comience con un intercambio de opiniones
sobre el mapa conceptual general o de alguno de los módulos.

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p r o g rama

MÓDULO 1: FUNDAMENTOS DE DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

UNIDAD 1: DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL


1. Distinción entre Derecho Procesal Constitucional y Derecho Constitucional
Procesal
2. Derecho Procesal Constitucional: Concepto
3. Contenido: Posturas: Amplio, intermedio y restringido

UNIDAD 2: SISTEMAS DE CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD


1. Modelos o Sistemas de Control de Constitucionalidad:
a) Modelos Originarios: Político, Judicial Difuso y Judicial Concentrado:
origen, características principales. Modelos Derivados: Mixto y Dual o
Paralelo: Características
b) Clasificaciones Modernas: Fernández Sesgado, García Pelayo y Nogueira
Alcalá

2. Sistema de Control de Constitucionalidad en el Orden Federal Argentino.


a) Recepción Normativa
b) Recepción Jurisprudencial. Casos fundadores
c) Características:
En función de su admisión en la Constitución.
Según el órgano que ejerce el control: Poder Judicial, Poder Ejecutivo:
Tribunales Administrativos, Poder Legislativo
Según el Procedimiento: modo de articular, sujeto legitimado:
Inconstitucionalidad de oficio
Según el radio de acción: total o parcial: Cuestiones políticas no
justiciables
Según los efectos: Doctrina del leal acatamiento de los fallos de la CSJN,
Sentencias atípicas.

MÓDULO 2: COMPETENCIA FEDERAL

UNIDAD 3: COMPETENCIA FEDERAL

1. La Jurisdicción Federal y Provincial


2. Regulación Constitucional y Legal
3. Organización de la Justicia Federal
4. Caracteres
5. Clasificación de la Competencia Federal
a) En razón de la materia: Principios generales y Casuística
b) En razón de las personas. Fundamento y casuística. Tres presupuesto
ineludibles
c) En razón del lugar.
d) En razón del Grado: Competencia Originaria de la CSJN.: Carácter,
fundamento y casuística
6. La competencia federal en materia penal

MÓDULO 3: ACCIONES Y PROCESOS CONSTITUCIONALES

UNIDAD 4: ACCIÓN DECLARATIVA DE INCONSTITUCIONALIDAD


1. Acción declarativa de inconstitucionalidad a nivel federal: Legislación

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2. Jurisprudencia: Etapas
3. Requisitos de procedencia
4. Trámite

UNIDAD 5: HABEAS CORPUS


1. Habeas corpus: Recepción constitucional y normativa
2. Naturaleza constitucional y procesal
3. Clases:
a) Clásico o reparador
b) Preventivo
c) Restringido
d) Correctivo o por agravamiento en las condiciones de detención
e) Por negativa del derecho de opción
f) Por demora en el traslado de detenidos legalmente
g) Por desaparición forzada de personas
h) Por restricción al ingreso o salida del país
i) Colectivo
4. Habeas corpus ante particulares
5. Habeas corpus en el Estado de Sitio
6. El proceso de habeas corpus: Características, legitimados, competencia y
trámite

UNIDAD 6: AMPARO
1. Amparo: Sus casos fundadores: Siri y Kot
2. Recepción Normativa: Constitucional, C.A.D.H., D.U.D.H. y Legislación
Nacional
3. Procedencia del Amparo: Acto lesivo. Vía directa o subsidiaria. Supuestos de
Improcedencia que subsisten de la Ley 16.986
4. El proceso de amparo: Legitimación activa y pasiva, competencia y trámite
5. Amparos Especiales:
a) Amparo Colectivo: Derechos protegidos, legitimados, sentencia: efectos
b) Amparo contra actos de particulares. Acto lesivo y reglas del
procedimiento
c) Amparo Ambiental: Derecho protegido, legitimados, objeto, sentencia:
efectos
d) Amparos por Mora:
i. De la Administración pública en general. Supuestos y regulación
normativa
ii. De la Administración Impositiva y Aduanera. Supuestos y regulación
normativa
e) Amparo Sindical: Derecho protegido, supuestos y regulación normativa
f) Amparo Electoral: Derecho protegido, supuesto y regulación normativa

UNIDAD 7: HABEAS DATA


1) Habeas data: Recepción constitucional. Sus antecedentes jurisprudenciales:
Los casos Urteaga, Ganora
2) Derechos protegidos
3) Tipos de Habeas Data
4) Recepción Legislativa:
a) Clases de Datos: Sensible, relativos a la salud, datos administrativos
y cuestiones de defensa y seguridad, dato económico o financiero, dato
publicitario.
b) El consentimiento del titular para el tratamiento de datos: Características:
Libre. Expreso. Excepciones.
c) Archivos, registros o bancos de datos
d) Derechos de los titulares de los datos

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5) El proceso de Habeas Data:
a) Legitimación activa y pasiva
b) Competencia
c) Trámite: Etapa prejudicial y judicial

MÓDULO 4: VÍAS RECURSIVAS

UNIDAD 8: RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL


1. Normativa Legal
2. Finalidades del REF
3. Requisitos comunes:
a) Tribunal de Justicia
b) Juicio
c) Cuestión justiciable
d) Gravamen
e) Subsistencia de los requisitos
4. Requisitos propios
a) Cuestión federal: Simple, compleja directa e indirecta
b) Sentencia definitiva: Concepto
c) Superior Tribunal de la causa: Concepto. Jurisprudencia
d) Relación directa
e) Resolución contraria
f) Trascendencia. Art. 280 del C.P.C.C.N.
5. Requisitos Formales
a) Planeamiento de la cuestión federal: Sujeto, forma y oportunidad
b) Mantenimiento de la cuestión federal
c) Fundamentación autónoma
6. Sentencia arbitraria: Causales
7. Gravedad institucional: Concepto
8. Procedimiento
9. Per Saltum: Concepto y antecedentes jurisprudenciales

UNIDAD 9: PROCEDIMIENTOS ANTE LOS ÓRGANOS DE LA CONVENCIÓN


AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS
1. Sistemas de Protección de los Derechos Humanos
2. Sistema Interamericano de Promoción y Protección de los Derechos
Humanos:
a.Principios que rigen el Sistema Interamericano
b.Derechos garantizados
c.i.Órganos: Comisión IDH y Corte IDH
ii. Comisión: Integración, designación, funciones
Procedimiento de las Reclamaciones o Peticiones Individuales
iii. Competencia de la Comisión: en razón de Materia, Persona y Lugar
iv. Legitimación: Activa y Pasiva
v. Requisitos de Admisibilidad
vi. Trámite
vii. Recomendaciones: Efectos en el derecho interno
Corte: Integración, designación
Función Consultiva
Objeto:
Legitimados
Procedimiento
Efectos

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Función Contenciosa:
Objeto
Requisitos de la Competencia Contenciosa
Legitimados
Procedimiento: Etapas
Efectos de la jurisprudencia de la Corte IDH en el derecho
interno

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m a p a c o n c eptual

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m a c r o o b j etivos

• Conocer la jurisprudencia básica de los temas de la materia y comprender


los fundamentos de la institución procesal de que se trata, a los fines de
contar con elementos para desplegar el rol de abogado consustanciado
con los valores y principios que modelan a cada institución del Derecho
Procesal Constitucional.
• Conocer las normas constitucionales y legales que regulan la competencia
federal, la acción de inconstitucionalidad, la acción de amparo, habeas
corpus, habeas data, recurso extraordinario federal y del procedimiento
ante la Corte y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
• Desarrollar la habilidad para diferenciar, a partir de un caso concreto, a
qué proceso constitucional corresponde encuadrarlo.
• Profundizar los conocimientos teóricos trabajados en otras asignaturas
de la carrera, respecto de los procesos constitucionales, con el objeto de
comprender su operatividad.

agenda

Porcentaje estimativo por módulo según la cantidad y complejidad de


contenidos y actividades

MÓDULOS PORCENTAJES ESTIMADOS

1 15%

2 20%

3 40%

4 25%

TOTAL 100%

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Representación de porcentajes en semanas

SEMANAS MÓDULOS

1 2 3 4

8 PARCIAL

10

11

12

13

14

15 PARCIAL

m a terial

Material Básico:
• Barone, Lorenzo “RECURSO EXTRAORDINARIO”. (Requisitos,
Sentencia Arbitraria, Gravedad Institucional, Trámite, Trascendencia –
Certiorari, Per Saltum). Ed. Alveroni. Año 2006. Córdoba
• Valdez, Carlos; Barone, Lorenzo y otros “Elementos de Derecho Procesal
Constitucional” Tomo I Advocatus. Córdoba 2004. Capítulo 1 puntos I al V
inclusive.
• Haro, Ricardo “Curso de Derecho Constitucional Argentino” Tomo II.
Córdoba, Advocatus, 2003. Capítulo XIX punto VIII pág. 469 hasta el final
del Capítulo. Capítulo XX punto XI hasta el punto XIII inclusive pág. 493 a
500.

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Código de Procedimientos Civiles y Comerciales de la Nación. (Arts. 257,
258, 259 y 280) IC 1
Acordada 4/07 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación IC 2.
Acordada 28/04 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación IC 3.

Constitución Nacional
Ley 27 IC 4
Ley 48 IC 5 (Arts. 14, 15 y 16)
Decreto Ley 1285/58 IC 6

Material Complementario:
Haro, Ricardo: “La Competencia Federal”. Ed. Depalma. 1987.
Haro, Ricardo: “El Control de Constitucionalidad”. Ed. Zavalía 2003. Los
capítulos de interés para este módulo son:
o Cap. II “Evolución y estado actual del control de oficio de
constitucionalidad”;

o Cap. IV “Las cuestiones políticas: ¿Prudencia o evasión judicial?


(Este trabajo se encuentra publicado también en la página web
www.acader.unc.edu.ar/artcuestionespoliticas.pdf)

o Cap. VI “El control de constitucionalidad comparado y el rol


paradigmático de las cortes y tribunales constitucionales” (Este
trabajo se encuentra publicado también en la página web (http://
ww.acader.unc.edu.ar/artelcontroldeconstitucionalidadcomparado.
pdf)

García Belaunde, Domingo: “Derecho Procesal Constitucional”. Ed. Temis. 2001


Los capítulos de interés para este módulo son:

o Cap. I “El Derecho Procesal Constitucional: Antecedentes,


Concepto, Contenido y Perspectivas”,

o Cap VII “La jurisdicción constitucional y el modelo dual o


paralelo”;

o Cap. X “De la jurisdicción constitucional al derecho procesal


constitucional”.

García Belaunde, Domingo y Fernández Sesgado, Francisco (Coordinadores)


“La jurisdicción constitucional en Iberoamérica” Ed. Dykinson. Madrid 1997.

“Constitucionalidad” 2 Tomos. Ed. Abaco de Rodolfo Depalma. Año 2002

Manili, Pablo (Coordinador) “Derecho Procesal Constitucional” de interés


para esta asignatura es:

o Cap. I Manili, Pablo: “Introducción al Derecho Procesal


Constitucional”

Fernández Sesgado, Francisco: “La jurisdicción constitucional ante el siglo


XXI ((La quiebra de la bipolaridad “sistema americano-sistema europeo-
kelseniano” y la búsqueda de nuevas variables explicativas de los sistemas
de control de constitucionalidad). Conferencia pronunciada en la Academia
Nacional de Derecho de Córdoba al momento de su incorporación y publicada
en la página web de la Institución (http://ww.acader.unc.edu.ar/artelcontrolde
constitucionalidadcomparado.pdf)

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Nogueira Alcalá, Humberto: “Tópicos sobre jurisdicción constitucional y
Tribunales constitucionales”, Formato Documento Electrónico (ISO) Rev.
Derecho (Valdivia). [on-line]. jul. 2003, Vol. 14 [citado 08 Noviembre 2007],
pp. 43-66.

Sagüés, Néstor Pedro: “Derecho Procesal Constitucional. Logros y


Obstáculos” Ed. Ad Hoc. Agosto 2006.

o Cap. II El desarrollo del Derecho Procesal Constitucional: Logros


y Obstáculos.

o Cap. VII “La declaración de inconstitucionalidad de oficio en la


Corte Suprema Argentina”

Cap. XIX “La eficacia vinculante de la jurisprudencia de la C.S.J.N. en Estados


Unidos y en Argentina”.

Corte Suprema de Justicia de la Nación www.csjn.gov.ar

Jurisprudencia:

• Fallos 32:120 (año 1887) “Sojo” (Control de Constitucionalidad)

• Fallos 33:162 (1888) “Municipalidad de la Capital c/ Doña Isabel A. de


Elortondo”. (Control de Constitucionalidad)

• Fallos 53:420 (1893) Cullen c/ Llerena (Cuestiones Políticas)

• Fallos 313:63 (1990) “Colombo Marúa” (Cuestiones Políticas)

• Fallos 154:192 (1929) “Orfila” (Cuestiones Políticas)

• Fallos 268:352 (1967) “Collela c/ S.A. Fevre y Basset” (Cuestión Política


y Proceso Legislativo)

• Fallos 307:1094 (1985) “Cerámica San Lorenzo” (Eficacia de las


sentencias de la C.S.J.N.)

• Fallos 204:671 (1946) Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires c/


Rodríguez (Declaración de Inconstitucionalidad de Oficio)

• Fallos 190:142 (1941) “S.A. Ganaderos Los Lagos” (Declaración de


Inconstitucionalidad de Oficio)

• Fallos 27-9-2001 “Mills de Pereyra, Rita y Otros c/ Prov. de Corrientes”


(Declaración de Inconstitucionalidad de Oficio) LL 2001-F-886

• Fallos Provincia de Mendoza (Consulta al Poder Judicial)

• Fallos 306:1125 (1984) Baeza c/ Estado Nacional (Existencia de perjuicio


para litigar) LL 1984-C-1125

• Fallo: 329:759 (Año 2006) “BARRETO” Competencia Federal Originaria


– concepto de causa civil en donde una Provincia es parte.

• Fallo: 240:311 “CARDILLO” Competencia Federal en razón del Lugar

• Fallo: 296:432 “BRIZUELA” Competencia Federal en razón del Lugar

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Tratados Internacionales

• - Art. 8 de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre (incl.


en la CN. por el art. 75 inc. 22).
• - Arts. 7 (H.C.) 25 de la Convención Americana de Derechos
Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) (incl. en la CN. por el art.
75 inc. 22).

material | IC

información complementaria 1

Código de Procedimientos Civiles y Comerciales de la Nación. (Arts. 257,


258, 259 y 280)

Secc. 4 - Apelación extraordinaria ante la Corte Suprema


Artículo 256 procedencia.- El recurso extraordinario de apelación ante la
Corte Suprema procederá en los supuestos previstos por el art. 14 de la ley
48.
Artículo 257 forma, plazo y trámite. El recurso extraordinario deberá ser
interpuesto por escrito, fundado con arreglo a lo establecido en el art. 15
de la ley 48, ante el juez, tribunal u organismo administrativo que dictó la
resolución que lo motiva, dentro del plazo de diez días contados a partir de
la notificación.
De la presentación en que se deduzca el recurso se dará traslado por
diez días a las partes interesadas, notificándolas personalmente o por
cédula. Contestado el traslado, o vencido el plazo para hacerlo el tribunal
de la causa decidirá sobre la admisibilidad del recurso. Si lo concediere,
previo notificación personal o por cédula de su decisión, deberá remitir
las actuaciones a la Corte Suprema dentro de cinco días contados desde
la última notificación. Si el tribunal superior de la causa tuviera su asiento
fuera de la Capital Federal, la remisión se efectuara por correo, a costa del
recurrente.
La parte que no hubiera constituido domicilio en la Capital Federal quedara
notificada de las providencias de la Corte Suprema por Ministerio de la ley
regirá respecto de este lo dispuesto en el art. 252.
Artículo 258. Ejecución de sentencia. Si la sentencia de la cámara o
tribunal fuese confirmatoria de la dictada en primera instancia, concedido
el recurso, el apelado podrá solicitar la ejecución de aquélla, dando fianza
de responder de lo que percibiese si el fallo fuera revocado por la Corte
Suprema.
Dicha fianza será calificada por la cámara o tribunal que hubiese concedido el
recurso y quedara cancelada si la Corte Suprema lo declarase improcedente
o confirmase la sentencia recurrida. El fisco Nacional está exento de la fianza
a que se refiere esta disposición.

Secc. 5 - Procedimiento ordinario en 2a instancia


Artículo 259 trámite previo. Expresión de agravios.- Cuando el recurso
se hubiese concedido respecto de sentencia definitiva dictada en proceso
ordinario o sumario, en el día en que el expediente llegue a la cámara el
secretario dará cuenta y se ordenara que sea puesto en la oficina.

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Esta providencia se notificará a las partes personalmente, o por cédula. El
apelante deberá expresar agravios dentro del plazo de diez días o de cinco
días, según se tratare de juicio ordinario o sumario.
Secc. 6 - Procedimiento ante la Corte Suprema
Artículo 280. Llamamiento de autos. Rechazo del recurso extraordinario.
Memoriales en el recurso ordinario.
Cuando la Corte Suprema conociere por recurso extraordinario, la recepción
de la causa implicará el llamamiento de autos. La Corte, según su sana
discreción, y con la sola invocación de esta norma, podrá rechazar el recurso
extraordinario, por falta de agravio federal suficiente o cuando las cuestiones
planteadas resultaren insustanciales o carentes de trascendencia.
Si se tratare del recurso ordinario del artículo 254, recibido el expediente
será puesto en secretaría, notificándose la providencia que así lo ordene
personalmente o por cédula.
El apelante deberá presentar memorial dentro del término de DIEZ (10) días,
del que se dará traslado a la otra parte por el mismo plazo. La falta de
presentación del memorial o su insuficiencia traerá aparejada la deserción
del recurso.
Contestado el traslado o transcurrido el plazo para hacerlo se llamará
autos.
En ningún caso se admitirá la apertura a prueba ni la alegación de hechos
nuevos. (Texto según Ley 23.774 Publicación en el B.O.: 16/04/1990)

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material | IC

información complementaria 2

Acordada n° 4/2007 Expediente n° 835/2007

Corte Suprema de Justicia de la Nación

En Buenos Aires, a los dieciseis días del mes de marzo de 2007, reunidos
en la Sala de Acuerdos del Tribunal, los señores Ministros que suscriben
la presente,

Consideraron:
Que el Tribunal considera conveniente sancionar un
ordenamiento con el objeto de catalogar los diversos requisitos que, con
arreglo a reiterados y conocidos precedentes, hacen a la admisiblidad
formal de los escritos mediante los cuales se interponen el recurso
extraordinario que prevé el art. 14 de la ley 48 y, ante su denegación, la
presentación directa que contempla el artículo 285 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación.
Que, precisamente, dicha ley del 14 de septiembre de
1863 es la que reconoció en cabeza de esta Corte la atribución de dictar
los reglamentos necesarios para la ordenada tramitación de los pleitos,
facultad que diversos textos legislativos han mantenido inalterada para
procurar la mejor administración de justicia (art. 10 de la ley 4055; art. 21
del decreto ley 1285/58; art. 4°, ley 25.488); y que, con particular
referencia a los escritos de que se trata, justifica la sistematización que se
lleva a cabo como un provechoso instrumento para permitir a los
justiciables el fiel cumplimiento de los requisitos que, como regla,
condicionan el ejercicio de la jurisdicción constitucional que este
Tribunal ha considerado como eminente

Por ello,
Acordaron:
I. Aprobar el reglamento sobre los escritos de
interposición del recurso extraordinario y del recurso de queja por
denegación de aquél, que como anexo forma parte integrante de este

1
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acuerdo. II. Agregar como inciso 8° del artículo primero de la acordada
n° 1/2004 el siguiente texto: “Los formularios con las carátulas a que se
refieren los arts. 2° y 5° del reglamento sobre los escritos de interposición
del recurso extraordinario y del recurso de queja por denegación de
aquél”. III. Disponer que este reglamento comenzará a regir para los
recursos que se interpusieren a partir del primer día posterior a la feria
judicial de invierno del corriente año. IV. Ordenar la publicación del
presente en el Boletín Oficial.
Todo lo cual dispusieron y mandaron, ordenando que se comunicase y
registrase en el libro correspondiente, por ante mí, que doy fe.
Fdo.: Dr. Lorenzetti, Dra. Highton de Nolasco, Dra. Argibay, Dr.
Petracchi, Dr. Maqueda, Dr. Zaffaroni y Dr. Fayt (por su voto) –
Ministros CSJN
Dr. Cristian Abritta Secretario CSJN

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Acordada n° 4/2007 Expediente n° 835/2007

Corte Suprema de Justicia de la Nación

-VO-//
-//-TO DEL SEÑOR MINISTRO DOCTOR DON CARLOS SANTIAGO
FAYT:
Que el ordenamiento aprobado en el presente acuerdo
constituye un fiel catálogo de los diversos requisitos que conocidos y
reiterados precedentes del Tribunal vienen exigiendo con respecto a los
escritos de interposición del recurso extraordinario, y de la presentación
directa ante la denegación de aquél, por lo que no hay divergencias
acerca de que la sistematización de los recaudos de que se trata sólo
pone en ejercicio las atribuciones estrictamente reglamentarias con que
cuenta esta Corte en los precisos y concordes términos contemplados
por los arts. 18 de la ley 48, 10 de la ley 4055, 21 del decreto ley 1285/58
y 4° de la ley 25.488.
Que con esta comprensión, este régimen se diferencia
de la situaciones examinadas en las acordadas nros. 77/90, atinente a
una materia tributaria, y 28/2004, que reconoció a un sujeto procesal no
contemplado legalmente para actuar ante este estrado, (Fallos 313:786 y
327:2997, respectivamente, disidencias del Juez Fayt), por lo que el
infrascripto concuerda con los fundamentos y el reglamento aprobado
por los señores Ministros del Tribunal.
Todo lo cual dispusieron y mandaron, ordenando que se comunicase y
registrase en el libro correspondiente, por ante mí, que doy fe.
Fdo.: Dr. Fayt Ministro CSJN

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Acordada n° 4/2007 Expediente n° 835/2007

Corte Suprema de Justicia de la Nación

Reglas para la interposición del recurso extraordinario federal

1°. El recurso extraordinario federal deberá interponerse mediante un


escrito de extensión no mayor a cuarenta (40) páginas de veintiséis (26)
renglones, y con letra de tamaño claramente legible (no menor de 12).
Igual restricción será de aplicación para el escrito de contestación del
traslado previsto en el art. 257 del Código Procesal Civil y Comercial de
la Nación.

2°. Contendrá una carátula en hoja aparte en la cual deberán consignarse


exclusivamente los siguientes datos:
a) el objeto de la presentación;
b) la enunciación precisa de la carátula del expediente;
c) el nombre de quien suscribe el escrito; si actúa en representación de
terceros, el de sus representados, y el del letrado patrocinante si lo
hubiera;
d) el domicilio constituido por el presentante en la Capital Federal;
e) la indicación del carácter en que interviene en el pleito el presentante
o su representado (como actor, demandado, tercero citado, etc.);
f) la individualización de la decisión contra la cual se interpone el
recurso;
g) la mención del organismo, juez o tribunal que dictó la decisión
recurrida, como así también de los que hayan intervenido con
anterioridad en el pleito;
h) la fecha de notificación de dicho pronunciamiento;
i) la mención clara y concisa de las cuestiones planteadas como de índole
federal, con simple cita de las normas involucradas en tales cuestiones y
de los precedentes de la Corte sobre el tema, si los hubiere; como así
también la sintética indicación de cuál es la declaración sobre el punto

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debatido que el recurrente procura obtener del Tribunal; no se
considerará ninguna cuestión que no haya sido incluida aquí;
j) la cita de las normas legales que confieren jurisdicción a la Corte para
intervenir en el caso.

3°. En las páginas siguientes deberá exponerse, en capítulos sucesivos y


sin incurrir en reiteraciones innecesarias:
a) la demostración de que la decisión apelada proviene del superior
tribunal de la causa y de que es definitiva o equiparable a tal según la
jurisprudencia de la Corte;
b) el relato claro y preciso de todas las circunstancias relevantes del caso
que estén relacionadas con las cuestiones que se invocan como de índole
federal, con indicación del momento en el que se presentaron por
primera vez dichas cuestiones, de cuándo y cómo el recurrente introdujo
el planteo respectivo y, en su caso, de cómo lo mantuvo con
posterioridad;
c) la demostración de que el pronunciamiento impugnado le ocasiona al
recurrente un gravamen personal, concreto, actual y no derivado de su
propia actuación;
d) la refutación de todos y cada uno de los fundamentos independientes
que den sustento a la decisión apelada en relación con las cuestiones
federales planteadas;
e) la demostración de que media una relación directa e inmediata entre
las normas federales invocadas y lo debatido y resuelto en el caso, y de
que la decisión impugnada es contraria al derecho invocado por el
apelante con fundamento en aquéllas.

Reglas para la interposición de la queja por denegación del recurso


extraordinario federal.

4°. El recurso de queja por denegación del recurso extraordinario


federal deberá interponerse mediante un escrito de extensión no mayor

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6
Acordada n° 4/2007 Expediente n° 835/2007

Corte Suprema de Justicia de la Nación

a diez (10) páginas de veintiséis (26) renglones, y con letra de tamaño


claramente legible (no menor de 12).

5°. Contendrá una carátula en hoja aparte en la cual deberán consignarse


exclusivamente los datos previstos en el art. 2°, incisos a, b, c, d y e; y,
además:
f) la mención del organismo, juez o tribunal que dictó la resolución
denegatoria del recurso extraordinario federal, como así también de los
que hayan intervenido con anterioridad en el pleito;
g) la fecha de notificación de dicho pronunciamiento;
h) la aclaración de si se ha hecho uso de la ampliación del plazo prevista
en el art. 158 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación;
i) en su caso, la demostración de que el recurrente está exento de
efectuar el depósito previsto en el art. 286 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación.

6°. En las páginas siguientes el recurrente deberá refutar, en forma


concreta y razonada, todos y cada uno de los fundamentos
independientes que den sustento a la resolución denegatoria.
El escrito tendrá esa única finalidad y no podrán introducirse en él
cuestiones que no hayan sido planteadas en el recurso extraordinario.

7°. El escrito de interposición de la queja deberá estar acompañado por


copias simples, claramente legibles, de:
a) la decisión impugnada mediante el recurso extraordinario federal;
b) el escrito de interposición de este último recurso;
c) el escrito de contestación del traslado previsto en el art. 257 del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación;
d) la resolución denegatoria del recurso extraordinario federal.

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7
Con el agregado de las copias a que de refiere este artículo no podrán
suplirse los defectos de fundamentación en que hubiera incurrido el
apelante al interponer el recurso extraordinario.

Observaciones generales.

8°. El recurrente deberá efectuar una transcripción -dentro del texto del
escrito o como anexo separado- de todas las normas jurídicas citadas que
no estén publicadas en el Boletín Oficial de la República Argentina,
indicando, además, su período de vigencia.

9°. Las citas de fallos de la Corte deberán ir acompañadas de la mención


del tomo y la página de su publicación en la colección oficial, salvo que
aun no estuvieran publicados, en cuyo caso se indicará su fecha y la
carátula del expediente en el que fueron dictados.

10. La fundamentación del recurso extraordinario no podrá suplirse


mediante la simple remisión a lo expuesto en actuaciones anteriores, ni
con una enunciación genérica y esquemática que no permita la cabal
comprensión del caso que fue sometido a consideración de los jueces de
la causa

11. En el caso de que el apelante no haya satisfecho alguno o algunos de


los recaudos para la interposición del recurso extraordinario federal y/o
de la queja, o que lo haya hecho de modo deficiente, la Corte
desestimará la apelación mediante la sola mención de la norma
reglamentaria pertinente, salvo que, según su sana discreción, el
incumplimiento no constituya un obstáculo insalvable para la
admisibilidad de la pretensión recursiva.
Cuando la Corte desestime esas pretensiones por tal causa, las
actuaciones respectivas se reputarán inoficiosas. Del mismo modo
deberán proceder los jueces o tribunales cuando denieguen la concesión
de recursos extraordinarios por no haber sido satisfechos los recaudos
impuestos por esta reglamentación.

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8
Acordada n° 4/2007 Expediente n° 835/2007

Corte Suprema de Justicia de la Nación

En caso de incumplimiento del recaudo de constituir domicilio en la


Capital Federal se aplicará lo dispuesto por el art. 257 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación.

12. El régimen establecido en este reglamento no se aplicará a los


recursos interpuestos in forma pauperis.
Fdo. : Dr. Lorenzetti, Dra. Highton de Nolasco, Dra. Argibay Dr.
Petracchi, Dr. Zaffaroni , Dr. Maqueda y Dr. Fayt (por su voto)
Dr. Cristian Abritta Secretario CSJN

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Acordada n° 4/2007 Expediente n° 835/2007

Corte Suprema de Justicia de la Nación

RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL


(Carátula artículo 2° reglamento)

Expediente
Nro. de causa:
Carátula:

Tribunales intervinientes
Tribunal de origen:
Tribunal que dictó la resolución recurrida:
Consigne otros tribunales intervinientes:

Datos del presentante


Apellido y nombre:
Tomo:___ folio:___
Domicilio constituido:

Carácter del presentante


Representación:
Apellido y nombre de los representados:

Letrado patrocinante
Apellido y nombre
Tomo:___ folio:___
Domicilio constituido:

Decisión recurrida
Descripción:

Fecha:
Ubicación en el expediente:
Fecha de notificación:

Objeto de la presentación
Norma que confiere jurisdicción a la Corte:
Oportunidad y mantenimiento de la cuestión federal
(enumere las fojas de expediente donde se introdujo y mantuvo)
______________________________________________________________
Cuestiones planteadas (con cita de normas y precedentes involucrados):

Exponga qué decisión pretende de la Corte Suprema


11 de Justicia de la Nación:
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________

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Fecha____________________ Firma:______________________
La omisión de los requisitos de este formulario dará lugar a la aplicación del art. 11 del reglamento.
Fdo. Dr. Abritta Secretario CSJN

12

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Acordada n° 4/2007 Expediente n° 835/2007

Corte Suprema de Justicia de la Nación

QUEJA POR RECURSO EXTRAORDINARIO DENEGADO*


(Carátula artículo 5° reglamento)

Expediente
Nro. de causa:
Carátula:

Tribunales intervinientes
Tribunal de origen:
Tribunal que dictó la resolución:
Consigne otros tribunales intervinientes:

Datos del presentante


Apellido y nombre:
Tomo:___ folio:___
Domicilio constituido:

Carácter del presentante


Representación:
Apellido y nombre de los representados:

Letrado patrocinante
Apellido y nombre
Tomo:___ folio:___
Domicilio constituido:

Decisión recurrida
Descripción:

Fecha:
Ubicación en el expediente:
Fecha de notificación:
Ampliación del plazo (art. 158 CPCCN):

Presentación
Depósito art. 286 CPCCN (se deberá acompañar la boleta o constancia de su exención)

Detalle de las copias que se acompañan (las copias deberán ser legibles:

13
Exponga qué decisión pretende de la Corte Suprema de Justicia de la Nación:
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________

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Fecha____________________
Firma:______________________
La omisión de los requisitos de este formulario dará lugar a la aplicación del art. 11 de este reglamento.
Fdo. : Dr. Abritta Secretario CSJN

material | IC

información complementaria 3

Acordada 28 /2004 1

Corte Suprema de Justicia de la Nación

AMIGOS DEL TRIBUNAL

-N° 28-

En Buenos Aires, a los catorce días del mes de julio del año dos mil cuatro, reunidos en la Sala de
Acuerdos del Tribunal los señores Ministros que suscriben la presente,

CONSIDERARON:

1°) Que como un provechoso instrumento destinado, entre otros objetivos, a


permitir la participación ciudadana en la administración de justicia, el Tribunal considera apropiado
que, en las causas en tramite ante sus estrados y en que se ventilen asuntos de trascendencia
institucional o que resulten de interés público, se autorice a tomar intervención como Amigos del
Tribunal a terceros ajenos a las partes, que cuenten con una reconocida competencia sobre la
cuestión debatida y que demuestren un interés inequívoco en la resolución final del caso, a fin de
que ofrezcan argumentos de trascendencia para la decisión del asunto.

2°) Que, en efecto, en el marco de las controversias cuya resolución por esta
Corte genere un interés que trascienda al de las partes y se proyecte sobre la comunidad o ciertos
sectores o grupos de ella, a fin de resguardar el más amplio debate como garantía esencial del
sistema republicano democrático, debe imperar un principio hermenéutico amplio y de apertura
frente a instituciones, figuras o metodologías que, por su naturaleza, responden al objetivo de
afianzar la justicia entronizado por el Preámbulo de la Constitución Nacional, entendido como valor
no sólo individual sino también colectivo.
De otro lado, la intervención que se postula encuentra su fundamento, aún con
anterioridad a la reforma de 1994, en lo dispuesto en el art. 33 de la Constitución Nacional, en la
medida en que los fines que inspiran dicha participación consultan substancialmente las dos
coordenadas que dispone el texto: la soberanía del pueblo y la forma republicana de gobierno.
No debe prescindirse, por último, que la actuación de los Amigos del Tribunal
encuentra sustento en el sistema interamericano al cual se ha asignado jerarquía constitucional
(art. 75, inc. 22), pues ha sido objeto de regulación en el Reglamento de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (art. 62.3) y ha sido expresamente autorizada por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos con sustento en los arts. 44 y 48 de la Convención
Americana.

3°) Que desde su Constitución en 1863, durante todo su ulterior funcionamiento y hasta la
más reciente legislación sancionada por el Congreso de la Nación, le han sido reconocidas a esta
Corte las atribuciones necesarias para dictar reglamentos como el presente.
En efecto, la ley 48, del 14 de septiembre de 1863, previó que “La Corte Suprema
podrá establecer los reglamentos necesarios para la ordenada tramitación de los pleitos, con tal
que no sean repugnantes a las prescripciones de la ley de procedimientos” (art. 18). La ley 4055,
del 11 de enero de 1902, concordemente reiteró que “La Suprema Corte ejercerá
superintendencia...debiendo dictar los reglamentos convenientes para procurar la mejor
administración de justicia” (art. 10). Por último, la ley 25.488 de reformas al Código Procesal Civil
y Comercial de la Nación, del 19 de noviembre de 2001, expresamente dispuso que “La Corte

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14
2 Acordada 28 /2004

Corte Suprema de Justicia de la Nación

Suprema de Justicia de la Nación queda facultada para dictar las medidas reglamentarias y todas
las que considere adecuadas para el mejor cumplimiento de las normas y fines de esta reforma”
(art. 4°, 2° párrafo).
En las condiciones expresadas y sobre la base de que la figura que se trata, lejos de
repugnar a las normas procesales, ha sido admitida por el Congreso de la Nación para ciertas
situaciones especiales (leyes 24.488 y 25.875), en ejercicio de las atribuciones indicadas y con
particular referencia a las causas en trámite por ante esta Corte y sometidas a su jurisdicción
originaria o apelada, corresponde autorizar la intervención de Amigos del Tribunal, con arreglo al
reglamento que, como anexo, forma parte integrante de este acuerdo.

Por ello,

ACORDARON: I. Autorizar la intervención de Amigos del Tribunal, con arreglo al


reglamento que, como anexo, forma parte integrante de este acuerdo. II. Ordenar la publicación de
la presente en el Boletín Oficial.
Todo lo cual dispusieron y mandaron, ordenando que se comunicase y registrase en el libro
correspondiente, por ante mí, que doy fe.

ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI – AUGUSTO CESAR BELLUSCIO (en disidencia) – CARLOS


S. FAYT (en disidencia) – ANTONIO BOGGIANO – ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ (en
disidencia) – JUAN CARLOS MAQUEDA – E. RAUL ZAFFARONI – ELENA I. HIGHTON DE
NOLASCO. Cristian S. Abritta (Secretario de la Corte Suprema de Justicia de la Nación).

Reglamento sobre Intervención de Amigos del Tribunal.

Artículo 1°- Las personas físicas o jurídicas que no fueran parte en el pleito, pueden presentarse
ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación en calidad de Amigo del Tribunal, en todos los
procesos judiciales correspondientes a la competencia originaria o apelada en los que se debatan
cuestiones de trascendencia colectiva o interés general.
La presentación deberá ser realizada con la única finalidad de expresar una opinión
fundada sobre el objeto del litigio, dentro de los quince días hábiles del llamado de autos para
sentencia.
En la presentación deberá constituirse domicilio en los términos del art. 40 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación.
Artículo 2°- El Amigo del Tribunal deberá ser una persona física o jurídica con reconocida
competencia sobre la cuestión debatida en el pleito; fundamentará su interés para participar en la
causa e informará sobre la existencia de algún tipo de relación con las partes del proceso.
Su actuación deberá limitarse a expresar una opinión fundada en defensa de un interés
público o de una cuestión institucional relevante.
Dicha presentación no podrá superar las veinte carillas de extensión.
Artículo 3°- Si la Corte Suprema considerara pertinente la presentación, ordenará su incorporación
al expediente.

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Acordada 28 /2004 3

Corte Suprema de Justicia de la Nación

Artículo 4°- El Amigo del Tribunal no reviste carácter de parte ni puede asumir ninguno de los
derechos procesales que corresponden a éstas. Su actuación no devengará costas ni honorarios
judiciales.
Artículo 5°- Las opiniones o sugerencias del Amigo del Tribunal tienen por objeto ilustrar a la Corte
Suprema. No vinculan a ésta pero pueden ser tenidas en cuenta en el pronunciamiento del
Tribunal.
ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI-– ANTONIO BOGGIANO- JUAN CARLOS MAQUEDA – E.
RAUL ZAFFARONI - ELENA I. HIGHTON DE NOLASCO.
DISIDENCIA DE LOS SEÑORES MINISTROS DOCTORES DON AUGUSTO C. BELLUSCIO,
DON CARLOS S. FAYT Y DON ADOLFO R. VÁZQUEZ:

CONSIDERARON:
1°) Que la participación en el proceso de personas distintas de las partes y los
terceros en los términos de los arts. 90 y concordantes del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación no se encuentra prevista de manera general por el derecho federal, por lo que debe
desentrañarse si tiene esta Corte Suprema de Justicia de la Nación facultades para dictar una
reglamentación que admita y regule la intervención de los denominados “amigos del tribunal”,
“amicus curiae”, o “asistentes oficiosos”.

2°) Que las tantas veces citadas “Rules” de la Suprema Corte americana constituyen
un supuesto de legislación delegada por el Congreso de ese país en su Suprema Corte, tal como
resulta de la “Rules Enabling Act, 28 U.S.C ap. 2071, que expresamente faculta al Tribunal a dictar
reglas para regular los asuntos de competencia de la justicia federal. Esa delegación -de tal
amplitud que ha llevado al aquel tribunal a dictar verdaderos códigos procesales- ha sido
considerada constitucional (488 US 361). Es así como las Rules of the Supreme Court of the
United States “legislan” sobre los requisitos que deben contener los escritos que se presentan
ante el Tribunal (Regla 21), la suspensión del procedimiento (Regla 23), la extensión máxima de
las presentaciones (Regla 33), las tasas que deben abonarse por la actuación del Tribunal (Regla
38), el curso de los intereses (Regla 42), la distribución de costas (Regla 43), crean recursos
contra sus propias decisiones (Regla 44), y, entre otras, regulan sobre la oportunidad, forma y
posibilidad de desistir (Regla 46). El contenido de este tipo de disposiciones es claramente ajeno a
la facultad reglamentaria que corresponde a esta Corte en virtud del art. 113 de la Constitución,
que sólo le autoriza a dictar “su reglamento interior” .

3°) Que esa misma situación se presenta -entre otros tribunales internacionales- en
los sistemas europeo y americano de protección de los derechos humanos, que cuentan con
normas expresas que habilitan la intervención de los llamados “amigos del tribunal”. Así en el
ámbito europeo, el Protocolo 11 -cuyo art. 36 prevé la intervención de “cualquier persona distinta
del demandante” en las causas que tramiten ante la Gran Sala o una Sala del tribunal respectivo.
Pero dicho protocolo ha sido suscrito por los representantes de los estados y no por los jueces
que integran aquel tribunal.
En cambio, el Reglamento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
dictado por ese tribunal, confiere a su Presidente la facultad de invitar o autorizar a cualquier
persona a que presente su opinión (art. 62.3). Sin embargo, esa regulación -al igual que la que
resulta de las Reglas de la Suprema Corte de los Estados Unidos de Norteamérica- es fruto de la
expresa delegación contenida en el art. 25 ap. 1° del Estatuto de la Corte Interamericana de

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4 Acordada 28 /2004

Corte Suprema de Justicia de la Nación

Derechos Humanos, aprobado mediante Resolución n° 448 de la Asamblea General de la OEA,


celebrada en La Paz, Bolivia, en el mes de octubre de 1999, que dispone que “[L]a Corte dictará
sus normas procesales” mientras que en el apartado 3° dispone que “[L]a Corte dictará también su
reglamento”.

4°) Que con relación a la existencia de regulaciones legales que en el orden nacional
admiten la participación de algunos funcionarios estatales como amigos del tribunal en
circunstancias por cierto excepcionales, debe recordarse que la aplicación extensiva de un
estatuto particular “puede comportar una anarquizante perturbación de la compleja estructura que
el respectivo sistema legal está en vías de constituir atendiendo a factores y circunstancias cuya
consideración incumbe primordialmente a los poderes ejecutivo y legislativo” (Fallos 229:824).
Tal es lo que ocurriría si de las delimitadas y concretas situaciones en que leyes
24.488 (art. 7) y 25.875 (art. 18, inc. e) admiten la participación de amigos del tribunal, se extrajera
un principio general de admisión de la figura en cualquier otra circunstancia. La primera de esas
normas autoriza al Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internación y Culto a expresar
su opinión sobre algún aspecto de hecho o de derecho en su carácter de “amigo del Tribunal” en
casos de demanda contra un estado extranjero. La segunda contempla la atribución del
Procurador Penitenciario de expresar ante los jueces a cuya disposición se encuentra un interno
su opinión sobre algún aspecto de hecho o de derecho en el mismo carácter -“amigo del tribunal”-
. Tales previsiones serían claramente superfluas si se concluyera en que, frente a la ausencia de
previsión legal al respecto, la intervención de los amicus curiae debiera admitirse.
No obsta a esa conclusión lo dispuesto en el art. 113 de la Constitución, el cual no
faculta a la Corte a dictar la legislación procesal ni la de organización los tribunales nacionales,
todo lo cual son atribuciones del Congreso (art. 67, incs. 12 y 20 de la Constitución; cfr. acordada
77/90, disidencia del juez Belluscio).

5°) Que, por último, algunas de las características de los consultores técnicos
permitirán descartar cualquier asimilación posible a ellos de los llamados “amicus curiae”
Esta figura ingresa en nuestro ordenamiento procesal a raíz de la limitación a un solo
perito que dispuso la ley 22434 de reformas del CPCC de la Nación, respecto el número de
expertos que cumplirían la tarea pericial en los procesos ordinarios. Así, el código contempla
después de esta reforma que la prueba pericial estará a cargo de un único perito -en lugar de tres
como eran antes- y que “cada parte tiene la facultad de designar un consultor técnico” (art. 458).
El consultor técnico es una persona especializada en algún arte, ciencia o técnica que, a
diferencia del perito, no es un auxiliar del juez o tribunal sino que es un verdadero defensor en
cuestiones técnicas de la parte a quien asiste y que lo designa. Por ello, se lo ha definido como
una figura análoga a la del abogado en tanto opera en el proceso a la manera de este último. Su
participación se encuentra absolutamente reglada por las normas procesales y su labor es
remunerada e integra la condena en costas (art. 461 del Código Procesal).
Se advierte entonces que los consultores técnicos no ingresan en el proceso por
voluntad propia, sino por designación de las partes; no asisten al tribunal sino a las partes, su
actividad es legalmente reglada y onerosa y sus honorarios integran la condena en costas, por lo
que carece de toda similitud con la figura considerada en este acuerdo.

6°) Que en conclusión, cabe señalar que la admisión de esta figura corresponde al
legislador. Su voluntad en tal sentido no puede extraerse de las leyes 24.488 y 25.875, dado su

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Acordada 28 /2004 5

Corte Suprema de Justicia de la Nación

carácter de leyes especiales. Antes bien, el haberlo reconocido con tal limitado alcance permite
entender exactamente lo contrario.
La existencia de proyectos en este momento a consideración del Congreso de la
Nación corroboran aquella liminar conclusión que se ha adelantado. En este aspecto, cabe hacer
notar que en los proyectos con estado parlamentario se requeriría que se trate de derechos de
incidencia colectiva o cuestiones de interés público no patrimonial, limitación que no aparece
contenida en el reglamento aprobado por la mayoría del Tribunal. Del mismo modo, mientras en
este último no se prevé el traslado a las partes, en el proyecto de ley se contempla el deber del
tribunal de hacerlo (art. 3). La iniciativa legal incluye la posibilidad expresa de sancionar la
conducta de los amigos del tribunal. Finalmente, cabe señalar que en uno de los dictámenes se
contempla una cuestión por demás importante -cuyo tratamiento por parte del Congreso no cabe
sin más descartar- como es la indicación tanto respecto de quien elaboró la opinión que se
pretendería agregar, como la fuente de financiamiento con que cuenta quien pretende intervenir
en un conflicto que en principio le es ajeno y cuya actuación no puede generar costas. Estos
extremos son de suma importancia si se tiene en cuenta que la figura puede ser utilizada por
grupos de interés con la finalidad de influir en la decisión de la Corte y, en tal caso, sería
conveniente saber concretamente “quien está atrás” del que eventualmente se presente.
Por ello,
ACORDARON: Declarar que esta Corte carece de atribuciones para regular la
intervención procesal del Amigo del Tribunal.
Todo lo cual dispusieron y mandaron, ordenando que se comunicase y registrase en el libro
correspondiente, por ante mí, que doy fe.
AUGUSTO CESAR BELLUSCIO – CARLOS S. FAYT – ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ. Cristian
S. Abritta (Secretario de la Corte Suprema de Justicia de la Nación).

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.30


material | IC

información complementaria 4

LEY 27
ORGANIZACIÓN DE LA JUSTICIA
(Sancionada. 13/X/1862. Promulgada. 16/X/1862)
TRIBUNALES FEDERALES

Capítulo I
NATURALEZA Y FUNCIONES GENERALES DEL PODER JUDICIAL
NACIONAL

Art. 1. La Justicia Nacional procederá siempre aplicando la Constitución y las


leyes nacionales a la decisión de las causas en que se versen intereses, actos o
derechos de ministros o agentes públicos, de simples individuos, de Provincia
o de la Nación.

Art. 2. Nunca procede de oficio y sólo ejerce jurisdicción en los casos contenciosos
en que es requerida a instancia de parte.

Art. 3. Uno de sus objetos es Sostener la observancia de la Constitución Nacional,


prescindiendo, al decidir las causas, de toda disposición de cualquiera de los
otros poderes nacionales, que esté en oposición con ella.

Art. 4. Conoce y decide en todos los asuntos regidos por la Constitución y leyes
nacionales, y en todas las causas expresadas en los arts. 100 y 101 (hoy: 116
y 117) de la Constitución, pero cuando fuere llamada, de conformidad con el
art. 100 – hoy: 116-, a juzgar entre vecinos de diferentes Provincias, lo hará con
arreglo a las respectivas leyes provinciales.

Art. 5. No interviene en ninguno de los casos en que, compitiendo ese


conocimiento y decisión a la jurisdicción de Provincia no se halle interesada la
Constitución ni ley alguna nacional.

material | IC

información complementaria 5

LEY 48
(Sancionada 25/VIII/1863)
JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES NACIONALES

Art. 1. - Ver Decr. - ley 1285/58, art. 24-.

Art. 2. Los Jueces Nacionales de Sección conocerán en primera instancia de las


causas siguientes:
1º) Las que sean especialmente regidas por la Constitución Nacional, las
leyes que haya sancionado y sancionare el Congreso y los tratados públicos con
naciones extranjeras.
2º) Las causas civiles en que sean partes un vecino de la provincia en
que se suscite el pleito y un vecino de otra, o en que sean parte un ciudadano
argentino y un extranjero.
3º) Las que versen sobre negocios particulares de un cónsul o vicecónsul
extranjero.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 31


4º) Todo pleito que se inicie entre particulares, teniendo por origen actos
administrativos del gobierno nacional.
5º) Toda acción fiscal contra particulares o corporaciones, sea por cobro
de cantidades debidas o por cumplimiento de contratos, o por defraudación de
rentas nacionales, o por violación de reglamentos administrativos.
6º) En general todas aquellas causas en que la Nación o un recaudador
de sus rentas sea parte.
7º) Todas las causas a que den lugar los apresamientos o embargos
marítimos en tiempo de guerra.
8º) Las que se originen por choques, averías de buques, o por asaltos
hechos, o por auxilios prestados en alta mar, o en los puertos, ríos y mares en
que la República tiene jurisdicción.
9º) Las que se originen entre los propietarios o interesados de un buque,
sea sobre su posesión o sobre su propiedad.
10º) Las que versen sobre la construcción y reparos de un buque, sobre
hipoteca de su casco; sobre fletamentos y estadías; sobre seguros marítimos;
sobre salarios de oficiales y marineros; sobre salvamento civil y militar; sobre
naufragios; sobre avería simple y gruesa; sobre contratos a la ventura; sobre
pilotaje; sobre embargos de buques y penas por violación de las leyes de impuestos
y navegación; sobre la nacionalidad del buque y legitimidad de su patente o
regularidad de sus papeles; sobre arribadas forzosas; sobre reconocimientos;
sobre abandono, venta y liquidación de créditos del buque; sobre cumplimiento
de las obligaciones del capitán, tripulantes, y en general sobre todo hecho o
contrato concerniente a la navegación y comercio marítimo.

Art. 3. Los Jueces de sección conocerán igualmente de todas las causas de


contrabando, y de todas las causas criminales cuyo conocimiento competa a la
justicia nacional, a saber:
1º) Los crímenes cometidos en alta mar, a bordo de buques nacionales o
por piratas extranjeros, serán juzgados por el juez de sección del primer puerto
argentino a que arribase el buque.
2º) Los crímenes cometidos en los r(os, islas y puertos argentinos serán
juzgados por el juez que se halla más inmediato al lugar del hecho, o por aquel
en cuya sección se encuentren los criminales, según sea el que prevenga en la
causa;
3º) Los crímenes cometidos en el territorio de las provincias en violación
de las leyes nacionales, como son todos aquellos que ofenden la soberanía y
seguridad de la Nación, o tiendan a la defraudación de sus rentas, u obstruyan
o corrompan el buen servicio de sus empleados, o violenten o estorben la
correspondencia de los correos, o estorben o falseen las elecciones nacionales
o representen falsificación de documentos nacionales o de moneda nacional, o
de billetes de banco autorizados por el Congreso, serán juzgados en la sección
judicial en que se cometieren.
4º) Los crímenes de toda especie que se cometan en lugares donde el
gobierno nacional tenga absoluta y exclusiva jurisdicción, serán juzgados por los
jueces de sección allí existentes.
5º) (Agregado por ley 20.661 y sustituido por ley 23.817). Los delitos
previstos por los arts. 142 bis, 149 ter, 170, 189 bis, a excepción de la simple
tenencia de arma de guerra salvo que tuviere vinculación con otros delitos de
competencia federal, 212 y 213 bis del Código Penal.

Art. 4. - Según Decr.- ley 1285/58, art. 24, inc. 6-.

Art. 5. Las cuestiones que se susciten entre los individuos de la tripulación de un


buque mercante, o entre alguno de ellos y su capitán u otros oficiales del mismo,
y cuya importancia no pase de m$n 50, serán decididas en juicio verbal por el

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.32


capitán del puerto donde se halle el buque con apelación para ante el juez de
sección que conocerá también en juicio verbal. (Ver ley 20.094).

Art. 6. Siempre que un juez de sección se excuse de conocer en una causa


de su competencia o retarde el administrar justicia, se podrá ocurrir a la Corte
Suprema por el recurso de justicia denegada o retardada. Y siempre que conozca
de causa que no le competa, y rehusare inhibirse, podrá igualmente apelarse a la
Corte, que resolverá el artículo según su mérito.

Art. 7. La jurisdicción criminal atribuida por esta ley a la justicia nacional, en nada
altera la jurisdicción militar en los casos en que, según las leyes existentes, deba
procederse por consejos de guerra.

Art. 8. En las causas entre una provincia y vecinos de otra, o entre una provincia
y un súbdito extranjero, o entre un ciudadano y un extranjero o entre vecinos de
diversas provincias; para surtir el fuero federal, es preciso que el derecho que se
disputa pertenezca originariamente, y no por cesión o mandato, a ciudadanos
extranjeros vecinos de otras provincias respectivamente.

Art. 9. Las corporaciones anónimas creadas y haciendo sus negocios en una


provincia, serán reputadas, para los efectos del fuero, como ciudadanos vecinos
de la provincia en que se hallen establecidas, cualquiera que sea la nacionalidad
de sus socios actuales.

Art. 10. En las sociedades colectivas, y en general en todos los casos en que
dos o más personas asignables pretendan ejercer una acción solidaria o sean
demandadas por una obligación solidaria, para que caigan bajo la jurisdicción
nacional, se atenderá a la nacionalidad o vecindad de todos los miembros de
la sociedad o comunidad, de tal modo que será preciso que cada no de ellos
individualmente tenga el derecho de demandar, o pueda ser demandado ante los
tribunales nacionales, con arreglo a lo dispuesto en el inc. 2 del art. 2.

Art. 11. La vecindad en una provincia se adquirirá para los efectos del fuero, por
la residencia continua de 2 años, o por tener en ellas propiedades raíces, o un
establecimiento de industria o comercio, o por hallarse establecido de modo que
aparezca el ánimo de permanecer.

Art. 12. La jurisdicción de los tribunales nacionales en todas las usas especificadas
en los arts. 1, y 3 será privativa, excluyendo a los juzgados de provincia, con las
excepciones siguientes:
1º) En todos los juicios universales de concurso de acreedores y partición
de herencia, conocerá el juez competente de provincia, cualquiera que fuese la
nacionalidad o vecindad de los directamente interesados en ellos, y aunque se
deduzcan allí acciones fiscales de la Nación.
2º) En los lugares en que no haya establecidos jueces de sección o que
se halle distante la residencia de éstos, los fiscales o colectores de rentas, o
individuos comisionados al efecto, podrán demandar a los deudores del fisco
ante los jueces de provincia.
3º) Cuando cometiere un crimen de los que por esta ley caen bajo la
jurisdicción nacional, los jueces de provincia de cualquier categoría, podrán
aprehender a los presuntos reos, que pondrán a disposición del juez nacional de
sección correspondiente, con la remisión del sumario que hayan levantado para
justificar la prisión.
4º) Siempre que en pleito civil un extranjero demande a una provincia
o a un ciudadano, o bien el vecino de una provincia demande al vecino de otra
ante un juez o tribunal de provincia, o cuando siendo demandados el extranjero

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o el vecino de otra provincia, contesten a la demanda, sin oponer la excepción
de declinatoria, se entenderá que la jurisdicción ha sido prorrogada, la causa se
sustanciará y decidirá por los tribunales provinciales; y no podrá ser traída a la
jurisdicción nacional por recurso alguno, salvo en los casos especificados en el
art. 14.

Art. 13. Las autoridades dependientes del Poder Ejecutivo Nacional prestarán
todo auxilio para la ejecución de las sentencias del Poder Judicial, y siempre
que un juez nacional dirija un despacho precautorio a un juez provincial sea
para hacer citaciones o notificaciones, o recibir testimonios o practicar otros
actos judiciales, será cumplido el encargo. Y siempre que un alguacil u oficial
ejecutor presente una orden escrita de un juez o tribunal nacional para ejecutar
una prisión o embargo, las autoridades provinciales y personas particulares
estarán obligadas a prestar el auxilio que él les requiera para el cumplimiento de
su comisión.

Art.14. Una vez radicado un juicio ante los tribunales de provincia, será
sentenciado y fenecido en la jurisdicción provincial, y sólo podrá apelarse a la
Corte Suprema de las sentencias definitivas pronunciadas por los tribunales
superiores de provincia en los casos siguientes:
1º) Cuando en el pleito se haya puesto en cuestión la validez de un
tratado, de una ley de Congreso, o de una autoridad ejercida en nombre de la
Nación y la decisión haya sido contra su validez.
2º) Cuando la validez de una ley, decreto o autoridad de provincia se
haya puesto en cuestión bajo la pretensión de ser repugnante a la Constitución
Nacional, a los tratados o leyes del Congreso, y la decisión haya sido en favor de
la validez de la ley o autoridad de provincia.
3º) Cuando la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución o de un
tratado o ley del Congreso o una comisión ejercida en nombre de la autoridad
nacional haya sido cuestionada y la decisión sea contra la validez del titulo,
derecho, privilegio o exención que se funda en dicha cláusula y sea materia de
litigio.

Art. 15. Cuando se entable el recurso de apelación que autoriza el artículo anterior,
deberá deducirse la queja con arreglo a lo prescrito en él, de tal modo, que su
fundamento aparezca de los autos y tenga una relación directa e inmediata a
las cuestiones de validez de los artículos de la Constitución, leyes, tratados o
comisiones en disputa quedando entendido, que la interpretación o aplicación
que los tribunales de provincia hicieren de los Códigos Civil, Penal, Comercial
y de Minería, no dará ocasión a este recurso por el hecho de ser leyes del
Congreso, en virtud de lo dispuesto en el inc. 11, art. 67 -hoy: art 75, inc. 12- de
la Constitución.

Art. 16. En los recursos de que tratan los dos artículos anteriores, cuando la Corte
Suprema revoque, hará una declaratoria sobre el punto disputado y devolverá
la causa para que sea nuevamente juzgada; o bien resolverá sobre el fondo, y
aun podrá ordenar la ejecución, especialmente si la causa hubiese sido una vez
devuelta por idéntica razón.

Art. 17. La Corte Suprema decidirá las competencias que se susciten a instancia
de parte, sobre jurisdicción de jueces nacionales (Ver decr. ley 1285/58, art.24,
inc.7).

Art. 18. La Corte Suprema regido anteriormente a la Nación y podrá establecer


los reglamentos necesarios para la ordenada tramitación de los pleitos, con tal
que no sean repugnantes a las prescripciones de la ley de procedimientos.

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Art. 19. - Ver Decr. - ley 1285/58, arts. 16 a 19.

Art. 20. -Derogado por ley 23.098, art. 28.

Art. 21. Los tribunales y jueces nacionales en el ejercicio de sus funciones


procederán aplicando la Constitución como ley suprema de la Nación, las
leyes que haya sancionado o sancione el congreso, los tratados con naciones
extranjeras, las leyes particulares de las provincias, las leyes generales que han
regido anteriormente a la Nación y los principios del derecho de gentes, según
lo exijan respectivamente los casos que se sujeten a su conocimiento en el orden
de prelación establecido.

Art. 22. Las causas que se hallen pendientes ante los tribunales de provincia
a la promulgación de esta ley, serán terminadas y fenecidas en los mismos
tribunales, aunque por su materia o por las personas interesadas en ellas
pudieran pertenecer a la jurisdicción nacional.

Art. 23. La presente ley será considerada como adicional y correctiva de la del
16 de octubre de 1862.

Art. 24. De forma.

material | IC

información complementaria 6

DECRETO LEY 1285/58


(Sancionada y promulgada. 4/II/1958; Ratificado por ley 14.467)
ORGANIZACIÓN DE LOS TRIBUNALES NACIONALES

Art. 1. El Poder Judicial de la Nación será ejercido por la Corte Suprema de Justicia,
los Tribunales Nacionales de la Capital Federal y los Tribunales Nacionales con
asiento en las provincias y Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e
Islas del Atlántico Sur (hoy: Provincia).

Art. 2. Los Jueces de la Nación son nombrados por el Presidente de la Nación


con acuerdo del Senado y, durante el receso del Congreso, en comisión hasta
la próxima legislatura. La compensación será uniforme para todos los jueces de
una misma instancia, cualquiera sea el lugar donde desempeñen sus funciones.
Este principio se aplicará igualmente para la retribución de todos los funcionarios
y empleados de la justicia nacional.

Art. 3. Los Jueces de la Nación son inamovibles y conservarán sus empleos


mientras dure su buena conducta. Sólo pueden ser juzgados y removidos en la
forma establecida por la Constitución Nacional.

Art. 4. Para ser juez de la Corte Suprema de Justicia y procurador general de la


Nación, se requiere ser ciudadano argentino, abogado graduado en universidad
nacional, con 8 años de ejercicio y las demás calidades exigidas para ser
senador.

Art. 5. -Según ley 24.050-. Para ser juez de la Cámara Nacional de Casación Penal,
de las cámaras nacionales de apelaciones y de los tribunales orales se requiere,
ser ciudadano argentino, abogado con titulo que tenga validez nacional, con 6
años de ejercicio de la profesión o función judicial que requiera el título indicado
y 30 años de edad.
Art. 6. Para ser Juez Nacional de Primera Instancia se requiere ser ciudadano

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argentino, abogado graduado en universidad nacional, con cuatro años de
ejercicio y veinticinco años de edad.

Art. 7. Antes de asumir el cargo, los jueces prestarán juramento de desempeñar


sus obligaciones administrando justicia bien y legalmente y de conformidad con
lo que prescribe la Constitución Nacional.

Art. 8. No podrán ser, simultáneamente, jueces del mismo tribunal colegiado,


parientes o afines dentro del cuarto grado civil. En caso de afinidad sobreviniente,
el que la causare abandonará el cargo.

Art. 9. - Según ley 21.341-. Es incompatible la magistratura judicial con toda


actividad política, con el ejercicio del comercio, con la realización de cualquier
actividad profesional, salvo cuando se trate de la defensa de los intereses
personales, del cónyuge, de los padres y de los hijos, y con el desempeño
de empleos públicos o privados, excepto la comisión de estudios de carácter
honorario. No estará permitido el desempeño de los cargos de rector de
universidad, decano de facultad o secretario de las mismas. Los magistrados
de la justicia nacional podrán ejercer, exclusivamente, la docencia universitaria
o de enseñanza superior equivalente, con la autorización previa y expresa, en
cada caso, de la autoridad judicial que ejerza la superintendencia. A los jueces
de la Nación les está prohibido practicar juegos de azar, concurrir habitualmente
a lugares destinados a ellos o ejecutar actos que comprometan la dignidad del
cargo.

Art. 10. Los jueces residirán en la ciudad en que ejerzan sus funciones o en
un radio hasta de 70 km. de la misma. Para residir a mayor distancia, deberán
recabar autorización de la Corte Suprema.

Art. 11 - Según ley 24.050-. Los jueces de primera instancia concurrirán a su


despacho todos los días hábiles, durante las horas que funcione el tribunal.
Los jueces de la Corte Suprema, de la Cámara Nacional de Casación Penal, de
las Cámaras Nacionales de Apelaciones y de los tribunales orales, lo harán los
días y horas que el respectivo tribunal fije para los acuerdos y audiencias.

Art. 12. Para ser secretario o prosecretario de los tribunales nacionales, se requiere
ser ciudadano argentino, mayor de edad y abogado graduado en universidad
nacional. No podrá designarse secretario o prosecretario al pariente del juez
dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad. La Corte
Suprema podrá establecer en sus reglamentos las circunstancias excepcionales
en que cabrá prescindir del título de abogado.

Art. 13. El nombramiento y remoción de los funcionarios y empleados que


dependan de la justicia de la Nación se hará por la autoridad judicial y en la forma
que establezcan los reglamentos de la Corte Suprema. En esos reglamentos
se establecerá también lo referente a la decisión de cualquier otra cuestión
vinculada con dicho personal.

Art. 14. Los funcionarios y empleados de la justicia de la Nación no podrán


se removidos sino por causa de ineptitud o mala conducta, previo sumario
administrativo con audiencia del interesado.

Art. 15. Los funcionarios y empleados tendrán los derechos, deberes,


responsabilidades e incompatibilidades que la ley o los reglamentos establezcan.
La Corte Suprema acordará un escalafón que asegure la estabilidad y el ascenso
en la carrera, atendiendo ante todo a los títulos y eficiencia de los funcionarios y

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empleados, debidamente calificada, y a su antigüedad .

Art. 16. - Según ley 24.289-. Los magistrados, funcionarios, empleados y auxiliares
de la Justicia de la Nación, excepto los agentes dependientes de otros poderes,
podrán ser sancionados con prevención, apercibimiento, multa, suspensión
no mayor de 30 días, cesantía y exoneración, conforme lo estableció en este
decreto-ley y los reglamentos. La multa será determinada en un porcentaje de
la remuneración que por todo concepto perciba efectivamente el sancionado,
hasta un máximo del 33% de la misma.
La cesantía y exoneración serán decretadas por las autoridades judiciales
respectivas que tengan la facultad de designación. Los jueces serán punibles
con las tres primeras sanciones mencionadas en el primer párrafo, sin perjuicio
de lo dispuesto sobre enjuiciamiento y remoción.

Art. 17. Toda falta en que incurran ante los tribunales nacionales los funcionarios
y empleados dependientes de otros poderes u organismos del Estado nacional
o provincial, actuando en su calidad de tales, será puesta en conocimiento de
la autoridad superior correspondiente a los mismos a los efectos de la sanción
disciplinaria que proceda.

Art. 18 - Según ley 24.289-. Los tribunales colegiados y jueces podrán sancionar
con prevención, apercibimiento, multa y arresto de hasta cinco (5) días, a los
abogados, procuradores litigantes y otras personas que obstruyeren el curso de
la justicia o que cometieren faltas en las audiencias, escritos o comunicaciones
de cualquier índole, contra su autoridad, dignidad o decoro. La multa será
determinada en un porcentaje de la remuneración que por todo concepto perciba
efectivamente el juez de primera instancia hasta un máximo del 33% de la misma.
El arresto será cumplido en una dependencia del propio tribunal o juzgado o en
el domicilio del afectado.

Art. 19 - Según ley 24.050-. Las sanciones disciplinarias aplicadas por la Corte
Suprema de Justicia, por la Cámara Nacional de Casación Penal, por las cámaras
nacionales de apelaciones y por los tribunales orales, sólo serán susceptibles de
recursos de reconsideración.
Las sanciones aplicadas por los demás jueces nacionales serán apelables por
ante las cámaras de apelaciones respectivas. Los recursos deberán deducirse
en el término de 3 días.

Art. 20. Las autoridades dependientes del Poder Ejecutivo Nacional prestarán
de inmediato todo el auxilio que les sea requerido por los jueces nacionales
dentro de su jurisdicción, para el cumplimiento de sus resoluciones, y siempre
que un juez nacional dirija un despacho a un juez provincial, para practicar actos
judiciales, será cumplido el encargo.

Art. 21 - Según ley 23.774-. La Corte Suprema de Justicia de la Nación estará


compuesta por 9 jueces. Ante ella actuarán el procurador general de la Nación
y los procuradores fiscales de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en los
casos y con el alcance previstos por el art. 2 de la ley 15.464.
Tendrá su asiento en la Capital Federal y designará su presidente. Dictará
su reglamento interno y económico y el reglamento para la justicia nacional,
estableciendo las facultades de superintendencia de la Corte Suprema y
tribunales inferiores.

Art. 22 - Según 23.498-. En los casos de recusación, excusación, vacancia o


licencia de alguno de los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
este tribunal se integrará, hasta el número legal para fallar, mediante sorteo

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entre los presidentes de las cámaras nacionales de apelación en lo Federal de la
Capital Federal y los de las Cámaras Federales con asiento en las provincias.
Si el tribunal no pudiera integrarse mediante el procedimiento previsto en el
párrafo anterior, se practicará un sorteo entre una lista de conjueces, hasta
completar el número legal para fallar. Los conjueces de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, en número de 10 serán designados por el Poder ejecutivo
con acuerdo del Senado. La designación deberá recaer en personas que reúnan
las condiciones establecidas en el art. 4 de esta ley y tendrá una duración de 3
años. Esa duración se extenderá al solo efecto de resolver las causas en que el
conjuez hubiere sido sorteado, hasta tanto se dicte el pronunciamiento.

Art. 23 - Según ley 15.271-. Facúltase a la Corte Suprema de Justicia a dividirse


en salas, de acuerdo al reglamento que a tal efecto se dicte. Hasta que el mismo
no esté en vigencia, las decisiones de la Corte Suprema se adoptarán por el
voto de la mayoría absoluta de los jueces que la integran, siempre que éstos
concordaren en la solución del caso, si hubiere desacuerdo, se requerirán
los votos necesarios para obtener la mayoría absoluta de opiniones. La Corte
actuará en tribunal pleno en los asuntos en que tiene competencia originaria y
para resolver las cuestiones de inconstitucionalidad.

Art. 24 - Según ley 21.708-. La Corte Suprema de Justicia conocerá:


1) Originaria y exclusivamente, en todos los asuntos que versen entre 2 o
más provincias y los civiles entre una provincia y algún vecino o vecinos de otra
o ciudadanos o súbditos extranjeros; de aquellos que versen entre una provincia
y un Estado extranjero; de las causas concernientes a embajadores u otros
ministros diplomáticos extranjeros, a las personas que compongan la legación y
a los individuos de su familia, de modo que una corte de justicia puede proceder
con arreglo al derecho de gentes; y de las causas que versen sobre privilegios y
exenciones de los cónsules extranjeros en su carácter público.
No se dará curso a la demanda contra un Estado extranjero sin requerir
previamente de su representante diplomático, por intermedio del Ministerio de
Relaciones Exteriores y Culto, la conformidad de aquel país para ser sometido
a juicio.
Sin embargo, el Poder Ejecutivo puede declarar con respecto a un país determinado
la falta de reciprocidad a los efectos consignados en esta disposición, por decreto
debidamente fundado. En este caso el Estado extranjero, con respecto al cual
se ha hecho tal declaración, queda sometido a la jurisdicción argentina. Si la
declaración del Poder Ejecutivo limita la falta de reciprocidad a determinados
aspectos, la sumisión del país extranjero a la jurisdicción argentina se limitará
también a los mismos aspectos. El Poder Ejecutivo declarará el establecimiento
de la reciprocidad, cuando el país extranjero modificase sus normas al efecto.
A los efectos pertinentes de la primera parte de este inciso, se considerarán
vecinos:
a) Las personas físicas domiciliadas en el país desde 2 o más años antes de la
iniciación de la demanda, cualquiera sea su nacionalidad.
b) Las personas jurídicas de derecho público del país.
c) Las demás personas jurídicas constituidas y domiciliadas en el país.
d) Las sociedades y asociaciones sin personería jurídica, cuando la totalidad
de sus miembros se halle en la situación prevista en el apartado “a”.
Son causas concernientes a embajadores o ministros plenipotenciarios
extranjeros, las que les afecten directamente por debatirse en ellas derechos
que les asisten o porque comprometen su responsabilidad, así como las que
en la misma forma afecten directamente por debatirse en ellas derechos que
les asisten o porque comprometen su responsabilidad, así como las que en la
misma forma afecten a las personas de su familia, o al personal de la embajada
o legación que tenga carácter diplomático.

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No se dará curso a las acciones contra las personas mencionadas en el punto
anterior, sin requerirse previamente, del respectivo embajador o ministro
plenipotenciario, la conformidad de su gobierno para someterlas a juicio. Son
causas concernientes a los cónsules extranjeros las seguidas por hechos o
actos cumplidos en el ejercicio de sus funciones propias, siempre que en ellas
se cuestione su responsabilidad civil o criminal.

2) Por recurso extraordinario en los casos del art. 14 de la ley 48 y 6 de


la ley 4055.
3) En los recursos de revisión referidos por los arts. 2 y 4 de la ley 4055
y en el de aclaratoria de sus propias resoluciones.
4) En los recursos directos por apelación denegada.
5) En los recursos de queja por retardo de justicia en contra de las
cámaras nacionales de apelaciones.
6) Por apelación ordinaria de las sentencias definitivas de las cámaras
nacionales de apelaciones, en los siguientes casos:
a) Causas en que la Nación, directa o indirectamente, sea parte, cuando
el valor disputado en último término, sin sus accesorios, sea superior a A
7.265.232.203,08.
b) Extradición de criminales reclamados por países extranjeros.
c) Causas a que dieren lugar los apresamientos o embargos marítimos
en tiempo de guerra, sobre salvamento militar y sobre nacionalidad del buque,
legitimidad de su patente o regularidad de sus papeles.
7) De las cuestiones de competencia y los conflictos que en juicio se
planteen entre jueces y tribunales del país que no tengan un órgano superior
jerárquico común que deba resolverlos, salvo que dichas cuestiones o conflictos
se planteen entre jueces nacionales de primera instancia, en cuyo caso serán
resueltos por la cámara de que dependa el juez que primero hubiese conocido.
Decidirá asimismo sobre el juez competente cuando su intervención sea
indispensable para evitar una efectiva privación de justicia.

Art. 25. Las Cámaras Nacionales de Apelaciones se dividirán en Salas. Designarán


su presidente y uno o más vicepresidentes, que distribuirán sus funciones en la
forma que lo determinen las reglamentaciones que se dicten.

Art. 26. Las decisiones de las cámaras nacionales de apelaciones o de sus salas
se adoptarán por el voto de la mayoría absoluta de los jueces que las integran,
siempre que éstos concordaran en la solución del caso. Si hubiere desacuerdo,
se requerirán los votos necesarios para obtener mayoría de Opiniones. Si se
tratara de sentencias definitivas de unas u otras en procesos ordinarios, se
dictarán por deliberación y voto de los jueces que las suscriben, previo sorteo
de estudio. En las demás causas las sentencias podrán ser redactadas en forma
impersonal.

Arts. 27 y 28. - Derogados por ley 24.050.

Art. 29. Las diligencias procesales se cumplirán ante la cámara o, en su caso,


ante la sala que conozca cada juicio.

Art. 30. - Derogado por ley 24.050-.

Art. 31. - Según ley 24.050-. La Cámara Nacional de Casación Penal, los Tribunales
Orales y las Cámaras Nacionales de Apelaciones en lo Criminal y Correccional
Federal, en lo Criminal y Correccional y en lo Penal Económico, se integrarán por
sorteo entre los demás miembros de aquéllas; luego, del mismo modo, con los
jueces de la otra Cámara en el orden precedentemente establecido y, por último,

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también por sorteo, con los jueces de primera instancia que dependan de la
Cámara que debe integrarse.
El sistema de integración antes establecido se aplicará, asimismo, para las
Cámaras Nacionales de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal y en lo
Contencioso Administrativo Federal de la Capital Federal.
También regirá ese sistema para las Cámaras Nacionales de Apelaciones en
lo Civil, en lo Comercial, del Trabajo y de la Seguridad Social de la Capital
Federal.
Las Cámaras Federales de Apelaciones con asiento en las provincias se integrarán
de la siguiente manera:
a) con el Fiscal de Cámara.
b) con el Juez o Jueces de la sección donde funciona el tribunal.
c) con los conjueces de una lista de abogados que reúnan las condiciones
para ser miembros de la misma cámara y que cada una de éstas formará por
insaculación en el mes de diciembre cada año.
En caso de recusación, excusación, licencia, vacancia u otro impedimento de
los jueces de la Cámara Nacional Electoral, ésta se integrará por sorteo entre los
miembros de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional
Federal de la Capital Federal. No serán aplicables las disposiciones del decr.
5046 del 14 de marzo de 1951 y sus modificaciones, a los magistrados que, por
las causales indicadas, integren la Cámara Nacional Electoral.

Art. 32 - Según ley 24.050-. Los tribunales nacionales de la Capital Federal


estarán integrados por:
1) Cámara Nacional de Casación Penal.
2) Cámaras Nacionales de Apelaciones de la Capital Federal:
a) en lo Civil y Comercial Federal.
b) en lo Contencioso Administrativo Federal.
c) en lo Criminal y Correccional Federal.
d) en lo Civil.
e) en lo Comercial.
f) del Trabajo.
g) en lo Criminal y Correccional.
h) Federal de la Seguridad Social, ley 24.463.
i) Electoral.
j) en lo Penal Económico.
3) Tribunales Orales:
a) en lo Criminal.
b) en lo Penal Económico.
c) de Menores.
d) en lo Criminal Federal.
4) Jueces Nacionales de Primera Instancia:
a) en lo Civil y Comercial.
b) en lo Contencioso Administrativo Federal.
c) en lo Criminal y Correccional Federal.
d) en lo Civil.
e) en lo Comercial.
f) en lo Criminal de Instrucción.
g) en lo Correccional.
h) de Menores.
i) en lo Penal Económico.
j) del Trabajo.
k) de Ejecución Penal.
l) en lo Penal de Rogatorias.

Arts. 33 y 34. - Sustituidos por ley 21.628 y por ley 24.050.

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g l osario

Demanda por consignación: Se trata de la acción judicial iniciada ante la


negativa del demandado de recibir el dinero, que el actor entiende corresponde,
en mérito a la relación jurídica que fuere.
A modo de ejemplo: el inquilino que desea entregar el inmueble alquilado y el
locador se niega a recibir el pago del último mes de alquiler, por un motivo que
el inquilino considera que no corresponde. Ante tal negativa se presenta una
demanda de consignación en donde se pone el dinero a disposición del locador,
quién podrá aceptar el dinero sin observación, o podrá negarse a recibirlo, en
cuyo caso contestará la demanda de consignación dando los fundamentos por
los cuales el monto consignado es insuficiente. Finalmente, el juez puede resolver
hacer lugar a la consignación, en cuyo caso el monto puesto a disposición por
el inquilino al locador era el correcto; en cambio, si se rechaza la consignación
el monto era incorrecto.

Entidad Autárquica Nacional: La Administración Pública Nacional actúa a través


de órganos y entes administrativos para cumplir sus funciones administrativas
específicas. Para ese fin asume distintas formas de organización: centralizada,
descentralizada y desconcentrada.
En la organización descentralizada se crea legalmente un órgano administrativo
separado de la Administración Central para cumplir determinadas funciones
administrativas.
Se sostiene que los entes autárquicos tienen las siguientes características:
* Personalidad jurídica propia.
* Asignación de recursos.
* Patrimonio considerado estatal.
* Competencia para administrarse por sí mismo.
* Creación legal.
* Sujeción a una relación de control o tutela por parte de la Administración
Central.

Relator: Se trata de una función dentro de los juzgados, que consiste en


elaborar proyectos de sentencia para el juez.

Rubro: Se entiende por tal uno de los ítems pretendidos en la demanda. Por
ejemplo, cuando se interpone una demanda por un accidente de tránsito, se
reclaman en ella los siguientes rubros: daño material, lucro cesante, daño
moral.

VERAZ S.A.: Se trata de una de las empresas más importantes del país, como
banco privado de datos destinado a proveer informes de carácter crediticio.

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m ó dulos

m1

m1 microobjetivos

• Conocer los distintos sistemas de control de constitucionalidad a fin de


comprender los alcances y posibilidades de desarrollo de nuestro sistema
de control de constitucionalidad al momento del ejercicio profesional en sus
distintas modalidades.
• Reconocer las diferencias entre los alcances temáticos del Derecho
Procesal Constitucional y los del Derecho Constitucional Procesal.
• Reconocer las características del control de constitucionalidad de la ley
en el Sistema Federal argentino, a los efectos de manejar adecuadamente
las distintas posibilidades procesales que ofrece el sistema para la defensa
de los derechos constitucionales frente a normas y actos que sean contrarios
a la Constitución.

m1 contenidos

FUNDAMENTOS DE DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL


Tal como se ha explicitado en la Presentación, esta asignatura corresponde a la
disciplina jurídica del Derecho Procesal Constitucional.
En este primer módulo se aborda el estudio del concepto y alcance de la
materia Derecho Procesal Constitucional y de los modelos de Control de
Constitucionalidad, con especial referencia y análisis al correspondiente en
nuestro régimen federal.
El primer debate sobre la materia es su nombre. Al respecto, aclaramos que la
cuestión no es meramente formal dado que, desde el momento que se adscriba
a una u otra nomenclatura, se hará referencia a dimensiones conceptuales
diferentes. En efecto, no es lo mismo Derecho Procesal Constitucional que
Derecho Constitucional Procesal. La distinción entre ambos conceptos se
encuentra debidamente tratada en la bibliografía básica de la materia.
Por su parte, el Derecho Procesal Constitucional (DPC) es una disciplina
jurídica de reciente desarrollo, que implica un desprendimiento del Derecho
Constitucional. En efecto, la temática que aborda la materia era objeto de
estudio en (dos o tres unidades de) los programas de Derecho Constitucional.
La primera currícula que incluyó al DPC como una materia, con la categoría de
Seminario, fue la Universidad Blas Pascal. La juventud de la materia hace que
existan distintas opiniones doctrinarias en orden a su alcance o contenido. En
este sentido, encontramos, fundamentalmente, tres posturas:
a) Restringida: Le corresponde el estudio de los procesos constitucionales
(acción declarativa de inconstitucionalidad, habeas corpus, acción de amparo
y sus distintas modalidades, habeas data y recurso extraordinario federal) y
los órganos que la ejercen, es decir de los tribunales constitucionales, cortes
supremas etc.1.

Notas ...............................................
1. Sagüés, Néstor; en su libro “Derecho Procesal Constitucional. Logros y
Obstáculos” se inclina por esta postura, cfe. pág. 21 Ed. Ad-Hoc Año 2006.

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b) Intermedia: Además de incluir los procesos constitucionales y la magistratura
constitucional le agrega la jurisdicción constitucional, la cual incluye el control
de constitucionalidad.
Esta es la posición a la que se adscribe el programa de la materia, con el aditivo
de considerar como tema de la disciplina al procedimiento ante los organismos
internacionales de derechos humanos, en especial los procesos ante la Comisión
y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
c) Amplia: La Postura Amplia le agrega a los temas expuestos el estudio del
debido proceso.2
En función de la postura asumida en cuanto al contenido del DPC, en la segunda
unidad del programa se refiere al tema Control de Constitucionalidad. Esta
unidad se divide en dos partes. La primera aborda los distintos modelos o
sistemas de control de constitucionalidad y la segunda, el sistema de control de
constitucionalidad en el orden federal argentino.
A los fines del estudio de este tema sería necesario que realice un repaso de
los contenidos desarrollados en Derecho Constitucional sobre la Supremacía
Constitucional, puesto que el control de constitucionalidad de las leyes resulta
una consecuencia necesaria de la Supremacía Constitucional. No existe ésta
última si no hay un sistema de control.
Es interesante advertir que los sistemas de control de constitucionalidad
se refieren a las formas, estilos, usos o estructuras existentes para analizar,
procesar y resolver los problemas que plantean la Constitución y su defensa.
Originariamente existen dos modelos: el Político (francés) y el Judicial difuso
(americano). Estos dos fueron los primeros, pero con posterioridad nace un
tercer modelo, que es el Judicial concentrado (austriaco).
Señala García Belaunde que la caracterización de los modelos en “concentrado”
y “difuso”, se debe a Carl Schmitt, autor del libro titulado “El Defensor de la
Constitución”, entendiendo por difuso el norteamericano, y concentrado, el
europeo continental. 3
Estos tres modelos son denominados originarios, puesto que tal como lo
mencionábamos anteriormente, nacieron de manera autónoma y tuvieron sus
propios desarrollos. No obstante, estos modelos fueron susceptibles de influencias
externas y se le introdujeron modificaciones al ser adoptados por otros regímenes
constitucionales. Esto ha llevado al profesor peruano García Belaunde a ampliar
la clasificación de los modelos de control de constitucionalidad, incorporando
los modelos derivados, que son: el modelo mixto y modelo dual o paralelo:
• Modelo mixto, propio, en realidad, de nuestra América, como
es el caso de Venezuela o México, en donde sólo un órgano,
la Corte Suprema, aparece como única instancia o como
instancia final, pues conoce tanto del control incidental (modelo
americano) como del control abstracto (mediante la acción
popular de inconstitucionalidad); (cfr. a ALLAN R. BREWER-
CARÍAS, El control concentrado de la constitucionalidad de las
leyes, Caracas, Editorial Jurídica Venezolana, 1994, y SALVADOR

Notas ......................................................
2 . Gozaíni, Osvaldo; en su libro “Introducción al Derecho Procesal Constitucional”
incluye como tema objeto de estudio del DPC al debido proceso. Rubinzal
Culzoni Editores Año 2006.
3. García Belaunde, Domingo; “Derecho Procesal Constitucional” pág. 130 Ed.
Temis Año 2001 Colombia.

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VALENCIA CARMONA, Derecho constitucional mexicano a
fin de siglo, México, Edil. Porrúa, 1995). Es decir, se fusionan
armoniosamente las peculiaridades del modelo americano con
el europeo, y dan origen a un tertium quid. Generalmente, con
esta mixtura se cubre una muy amplia variedad de situaciones,
motivo por el cual algunos lo llaman integral, y;
• Modelo dual o paralelo, cuando se dan las dos situaciones
básicas en un mismo ordenamiento; esto es, cuando coexisten
dos modelos en un solo sistema jurídico nacional, sin mezclarse ni
desaparecer (como sería el caso de los mixtos); así, por ejemplo,
Perú desde 1979 y Ecuador desde 1996.4

Resulta de interés detenernos, brevemente, en otras clasificaciones que se apartan


de las denominadas originarias o clásicas, desde el momento que la realidad
normativa de los muy plurales sistemas de control de constitucionalidad de nuestro
tiempo, si bien han tenido como inspiración alguno de los referidos modelos los
han superado para adaptarlos a sus realidades. Las dos clasificaciones que se
proponen son las de García Pelayo que tiene como criterios de clasificación la
composición y competencias:
1) Jurisdicción descentralizada y no especializada: cualquier juez o tribunal
puede entender de la constitucionalidad, sin perjuicio de su apelación hasta la
Corte Suprema que decide en definitiva. Tal es, con matices que no son del caso
detallar, el sistema originado en Estados Unidos y extendido a otros países.
2) Jurisdicción descentralizada y especializada: es el caso de Alemania
Federal, donde junto al Tribunal Constitucional Federal, único competente para
juzgar de la constitucionalidad de los actos en relación con la Ley Fundamental,
pueden existir tribunales constitucionales de los Länder, competentes para
entender de la constitucionalidad en relación con sus propias constituciones y
autoridades.
3) Jurisdicción centralizada y no especializada: sólo un tribunal que
normalmente es la Corte Suprema y, por tanto, no específicamente constitucional,
puede entender de los litigios constitucionales.
4) Jurisdicción centralizada y relativamente especializada: la materia
constitucional se encomienda a una sala especializada de la Corte Suprema,
sistema seguido con frecuencia y, hasta podríamos decir, originario de
Iberoamérica, aunque también se extiende a otros países.
5) Jurisdicción especializada y centralizada en un tribunal único para todo
el país; por ejemplo, Italia y España.5

Una segunda clasificación es la formulada por el profesor español Fernández


Sesgado IC 1.

La tercera y última clasificación es la del profesor chileno Nogueira Alcalá, en su


artículo “Tópicos sobre jurisdicción constitucional y tribunales constitucionales”
IC 2 .

Notas................................................
4. García Belaunde, Domingo: “Derecho Procesal Constitucional” pág. 17 Ed.
Temis Año 2001 Colombia.
5. García Belaunde, Domingo: “Derecho Procesal Constitucional” pág. 18 Ed.
Temis Año 2001 Colombia.

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A los fines de que Ud. pueda apreciar y conocer a grandes rasgos la referida
pluralidad de sistemas de control de constitucionalidad, en el presente desarrollo
se agregan dos cuadros con los modelos de los países de Europa Continental
IC 3 (Favoreau y Bianchi) y de América IC 4 (BELAUNDE, D; FERNANDEZ
SEGADO, F (1997). La Jurisdicción constitucional en Iberoamérica. Dykinson.
Madrid. Págs: 112 a 115).

Luego del necesario y esquemático estudio de los sistemas comparados


debemos centrar nuestra atención en el estudio del modelo de Control de
Constitucionalidad a nivel Federal. De ingreso, debemos aclarar que las
provincias, en función de los art. 1; 5 y 121 de la C.N., han elaborado sus propios
sistemas de control de constitucionalidad de las leyes provinciales. Lo cual no va
a ser objeto de nuestro estudio en este Seminario.
El tema será abordado en primer término desde la recepción
normativa, tanto constitucional como legal.
Finalmente, se analizan las características del sistema federal de
control de constitucionalidad de las leyes:
a) en función de la manera en que se realiza la admisión del control, es decir si
el mismo se encuentra receptado en la Constitución de una manera expresa o
implícita, como es en nuestro caso.
b) Según el órgano que proceda al control, que como Ud. ya sabe, por lo
estudiado en Derecho Constitucional, nuestro sistema es jurisdiccional difuso.
Resulta necesario tener debidamente claro que el Poder Judicial es el único que
concreta un control de constitucionalidad de la ley declarando la inaplicabilidad
de una norma en un caso concreto, no obstante lo cual cabe señalar que tanto
el Poder Ejecutivo (veto) y el Poder Legislativo (deroga una ley por considerarla
inconstitucional) y los particulares (cuando se le aconseja a una cliente que no
aplique una tasa de interés tan alta puesto que se torna excesiva y puede ser
reputada de inconstitucional) concretan actos de control de la supremacía de la
constitución.
c) Otro aspecto que resulta relevante analizar es el procedimiento del control.
Ello se refiere al modo de articular el control, es decir si se lo instrumenta de
manera directo o indirecta. En nuestro sistema prevalece la indirecta, también
denominada de excepción o incidental. En este punto resulta necesario aclarar
que los tres términos que usa la doctrina (indirecta, excepción o incidental) pueden
llevar a equívocos por la vaguedad de los mismos. De allí que se recomienda
prestar un especial énfasis al tema cuando lo estudie de la bibliografía básica
indicada, en donde se encuentra debidamente explicado el tema.
d) Según el radio de cobertura del control encontramos que el mismo puede
ser total o parcial y comprender a los actos y omisiones. En nuestro sistema
federal de control conforme la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación el control es parcial, desde el momento que existen cuestiones no
justiciables. Cuáles son y con qué alcance es uno de los puntos centrales de
estudio en este tema.
e) Finalmente, la última característica se refiere a los efectos que tiene el control,
que en nuestro sistema es “inter partes”, pero con aspectos o cuestiones de interés
que deben ser debidamente considerados, como es el caso de la jurisprudencia
elaborada por la propia Corte Suprema, en su calidad de interprete final de la
Constitución, donde enarbola la doctrina del leal acatamiento IC 5 a los fallos de
la propia Corte. Otro tema de interés actual lo constituye que la Corte ha dictado
una serie de fallos donde no ha seguido el esquema tradicional de admitir o
rechazar un recurso extraordinario o pretensión, sino que ha dictado sentencias
que pueden ser encuadradas como exhortativas (el caso del Habeas Corpus
Correctivo y Colectivo en donde en lugar de admitir la demanda o rechazar se
procedió a exhortar al Poder Ejecutivo a un hacer), lo cual nos obliga estudiar el

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tema de las llamadas sentencias atípicas.

Para obtener una mirada global de este módulo, lo invito a ver el mapa conceptual
IC 6.

m1 |contenidos | IC

información complementaria 1

LA JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL ANTE EL SIGLO XXI1


(La quiebra de la bipolaridad “sistema americano-
sistema europeo-kelseniano” y la búsqueda de
nuevas variables explicativas de los sistemas de
control de constitucionalidad)
...
4. A la búsqueda de una nueva tipología explicativa
de las variables conformadoras del control de la
constitucionalidad

... amplios sectores doctrinales (así, Pizzorusso, Baldassarre y Pegoraro


en Italia, Fromont en Francia y Rubio Llorente en España) han postulado la
necesidad de avanzar hacia una nueva clasificación de los distintos modelos
que, total o parcialmente abandone la vieja contraposición bipolar “sistema
americano-sistema europeo-kelseniano”.

En esta misma dirección, por nuestra parte, creemos que sólo atendiendo a
una articulación de las distintas variables en presencia podremos conseguir
una clasificación capaz de ofrecer una elevada capacidad analítica. ...
Hemos de partir, como núcleo central de esta vertebración, de una doble
modalidad de control de la constitucionalidad: el control de la ley, que
presupone que éste se lleva a cabo en ausencia de todo litigio judicial previo,
como también de todo conflicto de intereses subjetivos, y aquel otro control de
constitucionalidad que se verifica con ocasión de la aplicación de la ley, que
presupone, como es obvio, unos rasgos contrapuestos al anterior.

A partir de aquí, en la primera modalidad de control, habría que atender a


dos nuevas variables: A) De un lado, al momento de verificación del control,
que propiciará la diferenciación entre un control a priori, previo o preventivo
y otro a posteriori, sucesivo o represivo, según que el control se lleve a cabo
antes o después de la entrada en vigor de la ley. B) De otro lado, atenderemos
a la naturaleza del interés constitucional que se trata de salvaguardar por
intermedio del control, debiendo diferenciar así entre un control objetivo o en
interés del orden constitucional general, y un control competencial, que, en el
marco de un Estado por lo general compuesto, pretende salvaguardar el orden
constitucional de competencias establecido en relación con los diferentes
entes territoriales.

En la segunda modalidad de control, esto es, en el control de constitucionalidad


con ocasión de la aplicación de la ley, sería preciso a su vez atender a tres
diversas variables:

B-1) La primera de esas variables atendería al hecho de que la competencia


se atribuya a una pluralidad de órganos o a un órgano único, diferenciando de
esta forma un control difuso, en el que cualquier juez puede efectuar el control
constitucional de una norma que ha de aplicar, y un control concentrado, en el

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.46


que ese control corresponde a un órgano único, sea el Tribunal Constitucional,
sea, como acontece por ejemplo en Panamá o en el Paraguay, el Tribunal
Supremo.

B-2) La segunda variable atiende a la instancia desencadenante del control,


pudiéndose diferenciar aquí cuatro modalidades:

a) El control instado por un órgano jurisdiccional, como es el caso característico,


y muy frecuente en Europa, de la cuestión de inconstitucionalidad.

b) El control que insta una persona lesionada en sus derechos o intereses


legítimos. Contra lo que pudiera pensarse esta modalidad de control no es
consustancial a un procedimiento de amparo o queja constitucional; por el
contrario, al margen del amparo, en ocasiones, un individuo puede desencadenar
un control de constitucionalidad. Pensemos, por poner algunos ejemplos
concretos, que el art. 140.1 in fine de la Constitución austriaca habilita a toda
persona para presentar ante el Tribunal Constitucional un recurso individual
sobre la inconstitucionalidad de una ley, cuando hubiere sido directamente
lesionada en sus derechos por tal inconstitucionalidad, siempre que tal lesión
se produjera de modo actual e inmediato, sin mediar la previa adopción de una
resolución judicial o administrativa. En Uruguay, todo aquel que se considere
lesionado en su interés directo, personal y legítimo puede instar de la Corte
Suprema, por vía de acción, la declaratoria de inconstitucionalidad de un acto
legislativo formal. Diferente sería, desde luego, el caso de Colombia, pues
la acción popular de inconstitucionalidad no tendría encaje aquí, sino en la
modalidad de control de constitucionalidad de la ley en su vertiente de un
control objetivo o en interés del orden constitucional general, dado que en
Colombia, la muy conocida acción popular de inconstitucionalidad, cuyo origen
se remonta a mediados del siglo XIX se halla desligada de la afectación de la
ley a los derechos o intereses de una persona, vinculándose expresamente
con el derecho de todo ciudadano de participar en la conformación, ejercicio
y control del poder político.

c) El control instado por los propios órganos constitucionales del Estado,


encaminado a la reivindicación de una atribución que, entendiéndola propia,
consideren que ha sido indebidamente asumida por otro órgano estatal.

d) Finalmente, el control desencadenado por los entes territoriales de un


Estado compuesto, dirigido a reivindicar la titularidad de una competencia
indebidamente asumida por otro ente territorial,

B-3) La última de las variables a las que se ha de atender es la relativa a la


eficacia de las sentencias, particularmente de las sentencias estimatorias,
habiéndose de distinguir aquí según las sentencias tengan efectos en el caso
concreto (inter partes) o proyecten sus efectos con carácter general (erga
omnes). Podría pensarse que esta diferenciación es innecesaria en cuanto
que quedaría subsumida en la distinción fijada en atención a la pluralidad o
unicidad de órganos para llevar a cabo el control, en forma tal que en el control
difuso los efectos serían inter partes y en el control concentrado, erga omnes.
Esta regla, que desde luego tiende a la generalidad, quiebra sin embargo, en
algunos casos, haciendo por ello mismo conveniente esta nueva categorización.
Así, por poner un ejemplo específico, el control concentrado en manos de la

Notas .............................................
1 Academia Nacional de Derecho de Córdoba.

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Corte Suprema uruguaya no se traduce en que sus sentencias tengan efectos
generales circunscribiéndose tales efectos al caso concreto. Lo mismo puede
afirmarse respecto de la Corte Suprema de Justicia de Paraguay (a través de
su Sala Constitucional). Y otro tanto habría que decir en relación a los efectos
de las sentencias de la Corte Suprema chilena, que monopoliza el control
sucesivo de las leyes, mientras el Tribunal Constitucional asume igual monopolio
preventivamente dictadas con ocasión de un recurso de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad.

m1 |contenidos | IC

información complementaria 2

TÓPICOS SOBRE JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL Y TRIBUNALES


CONSTITUCIONALES *

Humberto Nogueira Alcalá **

* Este artículo forma parte del proyecto de investigación Fondecyt Nº


1030581 del año 2003, sobre teoría de la jurisdicción constitucional
en América del Sur y Chile, en actual desarrollo por el autor.
** Doctor en Derecho, Profesor Titular de Derecho Constitucional de la Universidad
de Talca, Director del Centro de Estudios Constitucionales de la Universidad de
Talca, Chile.

Resumen

En el presente artículo a partir de los principios de supremacía y jurisdicción


constitucional se analizan los diversos aspectos y modelos de control de
constitucionalidad en el contexto espacio-temporal del siglo XX en Europa y
América, deteniéndose en la necesidad de diferenciar claramente el concepto
genérico de jurisdicción constitucional concentrada que puede concretarse por
tribunales ordinarios como por tribunales constitucionales, del concepto mismo
de control de constitucionalidad por tribunales constitucionales, los cuales se
definen en virtud de elementos formales y materiales.

TRIBUNALES CONSTITUCIONALES, JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL,


SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL.

1. SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL, DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN,


JUSTICIA Y JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL Y SUS GARANTÍAS

1.1. La supremacía constitucional es una calidad política de toda Constitución,


en cuanto ella es un conjunto de reglas jurídicas que se tiene por fundamentales
y esenciales para preservar la forma política del Estado, su sistema de valores y
el sistema de fuentes formales del derecho. La Constitución asegura y garantiza
los principios y reglas que determinan la convivencia en dicha sociedad política.
Ella determina las normas fundamentales de carácter sustantivo y establece
el procedimiento de creación de las demás normas internas del Estado y la
forma de incorporar y darle eficacia a las normas provenientes del Derecho
Internacional. La supremacía constitucional afirma el carácter normativo de la
Carta Fundamental, lo que tiene como consecuencia admitir que las normas
inferiores no pueden contradecirla.

Si bien los antecedentes remotos de esta supremacía pueden encontrarse en la

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.48


idea de la existencia de un derecho superior como lo plantea el jusnaturalismo
racionalista de Grocio a Locke, es así en el mundo anglosajón que se concreta
la idea de un derecho común (common law) que se sitúa como derecho superior
respecto de las leyes (statutes), las cuales se entienden subordinadas al primero.
A su vez, será el juez Coke en el Bonham’s case de 1610 el que determinará
que las leyes contrarias al derecho común deben ser anuladas, dejando claro
la superioridad del derecho común como equivalente al derecho natural, el que
se encuentra sobre la voluntad regia, la que se entiende expresada a través del
parlamento,1 concepción que luego será abandonada en virtud de la concepción
de la soberanía parlamentaria que rige ininterrumpidamente hasta fines del siglo
XX.2

En la realidad, serán los padres del constitucionalismo norteamericano de


fines del siglo XVIII, entre ellos fundamentalmente Hamilton y Madison, los que
precisarán el principio de la Constitución como norma jurídica fundamental del
ordenamiento jurídico del Estado, de lo que quedará constancia en los Federalist
Papers.3

La supremacía constitucional implicará el desarrollo de su garantía jurídica


que es el principio de supralegalidad;4 así, las constituciones contemporáneas
auténticas, salvo excepciones, tienen vocación de transformar la supremacía en
supralegalidad.

La supralegalidad generará como consecuencia la rigidez constitucional, que


constituye, a su vez, la garantía de la supremacía de la Constitución, vale decir,
la determinación de que en la cúspide del ordenamiento jurídico estatal se
encuentra la Constitución establecida por decisión del poder constituyente y
sólo modificable por él.

Las Constituciones del último medio siglo se han transformado en norma jurídica
de aplicación directa e inmediata, dotando a la Carta Fundamental de auténtica
fuerza normativa sobre gobernantes y gobernados, lo que si bien es novedad
para algunos países europeos, ello constituía una regla vigente en Norteamérica
y en algunos países de América Latina como Colombia y Venezuela durante
el siglo XIX, en los cuales el juez se entendía más fuertemente vinculado a la
Constitución que a la ley, por lo que consideraban inaplicable o nula la ley que
contradecía la Carta Fundamental.

A la Constitución en cuanto regla de fondo y de procedimiento se le garantiza


así su supremacía y estabilidad, debiendo anularse las normas y actos que le
son contrarios. De esta forma nace la justicia y la jurisdicción constitucional; no
existe la soberanía del legislador dentro de un Estado constitucional, ya que éste
está subordinado a la Carta Fundamental.

1.2. La defensa de la Constitución es la que permite que la Constitución formal


se constituya en Constitución material real y efectiva. Cappelletti señala que
“La defensa constitucional implica un concepto genérico de salvaguardia de
las disposiciones fundamentales, que abarcan no sólo el aspecto que podemos
denominar patológico de la Constitución, sino también su carácter fisiológico,
que comprende sistemas políticos, económicos, jurídicos y sociales”.5. “En tal
virtud, dentro de ese género, debemos distinguir, por un lado, la protección de
la ley suprema, que se refiere a todos los métodos establecidos para preservar
las normas fundamentales y mantener su vigencia por lo que tienen un carácter
eminentemente ‘preventivo’ o ‘preservativo’; y por el otro, las ‘garantías’, que
constituyen los remedios jurídicos de índole procesal, destinados a reintegrar los
preceptos constitucionales desconocidos, violados o inciertos, por lo que son de
índole ‘restitutoria’ o ‘reparadora’”. 6

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La defensa de la Constitución se concreta a través de un conjunto de instituciones
e instrumentos jurídicos y procesales establecidos por el constituyente para
mantener a los órganos y agentes del Estado dentro de las competencias
trazadas por la Carta Fundamental, como asimismo, dentro del respeto de los
derechos fundamentales,7 con el objeto de prevenir y eventualmente reprimir
su incumplimiento, restableciendo la fuerza normativa y la supremacía de la
Constitución.

La defensa de la Constitución se realiza a través de la justicia o jurisdicción


constitucional, lo que explicita que “el poder del gobierno está limitado por
normas constitucionales y que se han creado procedimientos e instituciones
para hacer cumplir esta limitación”,8 como asimismo, precisa la existencia de un
‘nuevo tipo de normas, institucionales y procedimientos constitucionales en un
intento de limitar y controlar con ellos el poder político”, 9 como señala Mauro
Cappelletti.

1.3. La jurisdicción constitucional es una de las expresiones de la defensa de la


Constitución de tipo institucionalizada y jurídica, constituyendo una limitación
del poder político con carácter objetivo y de control generalmente solicitado.10
El desarrollo de la jurisdicción constitucional otorga plena fuerza normativa a la
Constitución, además de transformar, como dice García Pelayo,11 el Estado Legal
de Derecho en Estado Constitucional de Derecho.

Como señala Rubio Llorente, es necesario precisar en qué sentido se emplea


la expresión jurisdicción constitucional ya que ésta va desde una perspectiva
restringida sólo a resolver sobre la constitucionalidad de los preceptos legales
hasta una jurisdicción protectora de los derechos fundamentales, aunque tal
protección no se brinde en aplicación de Constitución alguna.12.

Existirá así jurisdicción constitucional cuando existan tribunales que ejerzan la


potestad para conocer y resolver, mediante un procedimiento preestablecido y
con efecto de cosa juzgada, los conflictos constitucionales que se promueven
dentro del Estado respecto de las materias o actos que la Constitución determine,
garantizando la fuerza normativa de la Constitución.

Por tratarse de un control jurídico es siempre un control interórgano que hace


efectiva la supralegalidad como garantía de la supremacía constitucional.

Que el control sea objetivo significa que existe un orden normativo preexistente,
que la valoración del objeto sometido a control está basada en razones jurídicas
y que el órgano es independiente, imparcial y calificado.

Que el control sea necesario implica que el órgano controlante debe ejercer el
control cuando le sea solicitado, y si del resultado del control resulta la infracción,
el órgano que desarrolla el control debe emitir en su fallo la sanción, sea la
anulación o la inaplicación de la norma o acto controlado, según sea el caso.

Los órganos que ejercen el control jurídico son órganos generalmente verificadores
de limitaciones preestablecidas, órganos que, como señala Manuel Aragón, “no
mandan, sino que sólo frenan”. 13 Esta afirmación debe ser atemperada en el caso
de declaración de inconstitucionalidad por omisión donde el Tribunal ordena
dar cumplimiento a la norma constitucional (Portugal, Venezuela y Brasil), como
asimismo por las sentencias manipuladoras.

La legitimidad democrática del control jurisdiccional de la constitucionalidad


de las leyes no proviene sólo de la protección de los derechos de la minoría
frente a los abusos o arbitrariedad de la mayoría, sino también de la protección

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.50


de los sistemas de distribución de potestades o funciones determinados por la
Constitución.

1.3.1. Jurisdicción constitucional orgánica genera instituciones y procedimientos


de control de constitucionalidad de las normas infraconstitucionales y de
instituciones e instrumentos para resolver los conflictos de competencia entre
diferentes órganos del Estado.

1.3.2. La jurisdicción constitucional de la libertad14 o protectora de derechos


fundamentales o de derechos humanos establece las instituciones de carácter
procesal que protegen los derechos frente a acciones u omisiones antijurídicas
que amenacen, perturben o priven del legítimo ejercicio de los derechos.

1.4. La garantía objetiva de la supremacía constitucional: Nulidad o anulabilidad


de actos y normas inconstitucionales. Como ya lo indicó Hans Kelsen en 1928,
la garantía objetiva de la supremacía constitucional es la nulidad o anulabilidad
de los actos y normas inconstitucionales.

Por nulidad se entiende que el acto inconstitucional del Estado no puede


considerarse un acto jurídico, por tanto, no se requiere de ningún otro acto
jurídico para quitarle su calidad usurpada de acto jurídico, pudiendo cualquier
autoridad pública o individuo examinar la regularidad del acto, pudiendo en caso
de considerarlo irregular estimándolo nulo o inválido. En caso contrario, si fuere
necesaria la intervención de otro acto jurídico para establecer la nulidad del acto
inconstitucional, la garantía no sería la nulidad, sino la anulabilidad.15

Un aspecto fundamental que muestra la racionalidad del sistema concentrado


de control de constitucionalidad de las leyes, es el principio de anulabilidad
de los actos del Estado que contradicen la Constitución. Así dicho acto
irregular o inconstitucional, una vez producido por una institución pública, debe
considerarse como un acto del Estado y, como tal, válido y eficaz, hasta que
el órgano que lo produjo lo revoque o derogue, o hasta que éste sea anulado
por otro órgano estatal con potestad constitucional para ello. Este es el sistema
específico de los sistemas de control concentrado de constitucionalidad, en los
cuales la Constitución otorga el poder de anular determinados actos estatales
considerados inconstitucionales a un solo órgano constitucional, lo que constituye
una restricción constitucional a la regla de nulidad de los actos violatorios de la
Constitución.

En los sistemas de control concentrado de constitucionalidad el deber de los


jueces es examinar la constitucionalidad de los actos del Estado, pero cuando
el acto o norma es inmediatamente subordinado o de ejecución directa de la
Constitución, los tribunales no pueden juzgar su inconstitucionalidad, ya que esa
potestad se encuentra reservada para un órgano único que la propia Constitución
determina (Corte Suprema, Sala Constitucional de Corte Suprema o Tribunal
Constitucional), donde la garantía objetiva de la Constitución se reduce a la
anulabilidad del acto o norma inconstitucional.

En el caso de normas de rango inferior o actos administrativos, la regla general es


que los tribunales ordinarios pueden considerarlos nulos como inconstitucionales,
en relación al juicio particular en el caso concreto en que fueron cuestionados.

En los sistemas de control concentrado de constitucionalidad el poder de anular


las leyes está entregado a un órgano con jurisdicción constitucional especialmente
creado al efecto, además de que dichos órganos tienen una potestad limitada de
anular actos estatales, generalmente las normas inmediatamente subordinadas
a la Constitución o las dictadas en ejecución directa de ella16.

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En los sistemas de control difuso de constitucionalidad el ordenamiento
jurídico para evitar la anarquía restringe la posibilidad de declarar nulo un acto
inconstitucional, decisión que se entrega únicamente a los tribunales de justicia,
quienes examinan la regularidad del acto jurídico determinando su eventual
nulidad, lo que significa que hasta ese momento es válido y eficaz; sólo si el
tribunal lo declara nulo éste pierde obligatoriedad y eficacia en relación a ese
caso concreto.

2. LOS PRESUPUESTOS DE UN CONFLICTO CONSTITUCIONAL

Para que se ponga en aplicación la jurisdicción constitucional es necesario que


exista un conflicto constitucional, el que requiere la existencia de determinados
elementos o requisitos,17 los cuales son básicamente los siguientes:

1. Existencia de una Constitución formal;

2. La acción u omisión de un órgano estatal o de una persona en relación


a conductas determinadas por la Carta Fundamental; y

3. Que el resultado de dicha acción u omisión provoque el efecto de


vulnerar la Constitución.

Este conflicto puede darse por la acción de cualquier órgano o agente estatal
(Parlamento, gobierno, tribunales), que a través de una acción u omisión vulnere
la Carta Fundamental, lo que también puede ocurrir como acción u omisión de
particulares.

Dicho conflicto se concreta cuando el Parlamento aprueba leyes inconstitucionales,


cuando los tribunales no respetan y aseguran a través de sus normas o de sus
resoluciones los derechos fundamentales, entre otros, el derecho a la jurisdicción
y al debido proceso; cuando actos o normas reglamentarias del gobierno vulneran
derechos de las personas, cuando se generan conflictos de competencias o
atribuciones entre órganos estatales, etc.

La supremacía de la Constitución no tendría ninguna aplicación real si no


existieran garantías que la efectivicen frente a los conflictos constitucionales que
se producen al interior de cada sociedad política. La jurisdicción constitucional
contribuye a la resolución pacífica de los conflictos dentro del marco constitucional.
Esta garantía está dada por la existencia de diversos sistemas de control de
constitucionalidad.

3. LOS PRESUPUESTOS JURÍDICOS PARA LA EXISTENCIA DE UN SISTEMA DE


CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y SUS MODALIDADES

En el mundo contemporáneo, los conflictos constitucionales son resueltos


a través de los sistemas de control de constitucionalidad, los cuales pueden
revestir distintas modalidades.

La instauración de un sistema de justicia constitucional y su eficacia frente


a órganos estatales y particulares determinan la fuerza normativa de la
Constitución, lo que es una de las columnas básicas del Estado constitucional
contemporáneo.

En lo referente a los sistemas de control de constitucionalidad, éstos pueden


clasificarse en sistemas plenos de control constitucional y en sistemas limitados
o incompletos de control de constitucionalidad. 18

3.1. Los i jurídicos de los sistemas plenos o completos de control de

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.52


constitucionalidad. Los requisitos necesarios para que pueda señalarse la
existencia de un sistema completo de control de constitucionalidad son los
siguientes:

a) La existencia de una Constitución total o parcialmente rígida. El control


de constitucionalidad requiere que los preceptos constitucionales puedan
distinguirse claramente de los preceptos legales por su distinto y más complejo
procedimiento para su establecimiento, reforma o derogación.

b) La existencia de un órgano de control que sea independiente y autónomo de


los órganos sometidos al control. No hay posibilidad de un efectivo control de
constitucionalidad si el órgano encargado de realizar el control se encuentra
subordinado a uno de los órganos que debe ser controlado o el órgano que
realiza el control es, al mismo tiempo, el que debe ser objeto de control.

c) El órgano encargado de efectuar el control debe estar dotado de facultades


decisorias. Ello significa que las resoluciones o sentencias del órgano contralor
producen efectos jurídicos vinculantes para los afectados, los que no pueden
actuar al margen de lo decidido por el órgano que realiza el control.

d) Facultad de las personas afectadas o con intereses legítimos de impugnar por


sí mismas el precepto o acto inconstitucional.

e) Sometimiento de todo el sistema normativo estatal al control de


constitucionalidad. Ello implica que todos los preceptos o normas que emanan
de los órganos del Estado están sometidos al control de constitucionalidad.

A estos cinco presupuestos básicos se agregan otros dos de carácter accesorio


que son los siguientes:

a) La existencia de un plazo concreto en que el tribunal u órgano de control


debe desarrollar su función. La inexistencia de plazos dejaría el control al criterio
discrecional del órgano de control.

b) La decisión del órgano de control produzca efectos ergas omnes que impiden
que la norma considerada inconstitucional se integre o se mantenga dentro del
ordenamiento jurídico.

Sin embargo, producto de los exigentes presupuestos establecidos, son escasos


los países dotados de un sistema completo de control de constitucionalidad.

3.2. Los presupuestos jurídicos de un sistema limitado o incompleto de control de


constitucionalidad. La realidad de la mayoría de países que desarrollan sistemas
de control de constitucionalidad lo hacen a través de un sistema incompleto
o limitado de control de constitucionalidad, el cual requiere como mínimo los
siguientes requisitos:

a) Una Constitución total o parcialmente rígida.

b) La existencia de un órgano estatal que desarrolle el control de constitucionalidad,


no importando si éste es un órgano independiente separado de la jurisdicción
ordinaria o si es un órgano dentro de la misma.

c) La decisión del órgano que realiza el control tiene efectos vinculantes.

El sistema es limitado o incompleto por el hecho de que el control no se concreta


sobre todas las disposiciones normativas que emanan de los órganos estatales,
porque el control se realiza reductivamente por la ausencia de las personas

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particulares legitimadas para requerir directamente el pronunciamiento del
órgano que realiza el control.

4. LA CLASIFICACIÓN DE LAS DIFERENTES MODALIDADES DE CONTROL DE


CONSTITUCIONALIDAD

Se puede realizar una clasificación de las diferentes modalidades de control


atendiendo a distintos criterios como son, entre otros, la admisión o no del
sistema de control de constitucionalidad; en función del órgano que realiza el
control; en función del procedimiento de control; en función del radio de acción
del control; en función del efecto producido por el control.19

4.1. En función de la admisión o no del sistema de control de constitucionalidad.


Los sistemas pueden clasificarse en negativos, que son aquellos que no
establecen sistemas de control de constitucionalidad, como son, por ejemplo, el
Reino Unido, Luxemburgo y el Vaticano; y en positivos, que son los que admiten
controles de constitucionalidad, que constituyen la inmensa mayoría de los
estados de América y Europa, como asimismo, diversos países de Asia y África.

4.1.1. A su vez, los sistemas positivos pueden subclasificarse de acuerdo a si son


sistemas completos de acuerdo a los requisitos ya analizados con anterioridad,
o constituyen sistemas incompletos al carecer de los requisitos para constituirse
en un sistema completo.

4.1.2. Una segunda subclasificación que puede realizarse permite distinguir entre
los sistemas expresos que son aquellos que están establecidos en la Constitución
del Estado, como son la mayoría de los casos en que el control existe, y los
sistemas de control implícito en el texto constitucional, lo que permite que éste
se concrete por vía interpretativa, como es el caso de los Estados Unidos de
Norteamérica a partir del fallo de la Corte Suprema “Marbury v/s Madison” de
1803; también nace por vía jurisprudencial en Australia, Dinamarca, Noruega y
Suiza.

4.2. En función del órgano que realiza el control se pueden desarrollar diversas
subclasificaciones en virtud de su naturaleza, en virtud de su ámbito de acción,
en virtud de su composición y en virtud de su duración.

4.2.1. De acuerdo al criterio de la naturaleza del órgano que realiza el control


éste puede ser realizado por órganos políticos, tribunales de justicia ordinarios
o a través de tribunales especializados como son las Cortes o Tribunales
Constitucionales.

4.2.1.1. Por regla general, el control por órganos políticos se radica en el


propio Parlamento, como ocurre entre otros países en China y en Cuba; o en
órganos de naturaleza “sui generis” como fue “El Consejo de la Revolución”,
en la Constitución portuguesa de 1976, hasta que una reforma constitucional lo
eliminó reemplazándolo por un Tribunal Constitucional en la década de los años
ochenta; un caso especial de control teológico lo constituye el Consejo de los
Custodios en Irán, integrado por teólogos musulmanes que verifican la armonía
del texto jurídico con el Corán que constituye la Ley Suprema del Estado y se
sitúa por sobre la Constitución Jurídica.

4.2.1.2. El control a través de órganos judiciales. En este caso nos encontramos


ante un control ejercido por los tribunales ordinarios de justicia, control que
puede subclasificarse en control difuso cuando puede efectuarse por diversos
tribunales e instancias de la judicatura ordinaria, como es el caso de los Estados
Unidos de Norteamérica, Argentina, Canadá, Nueva Zelanda y la India, o en

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control concentrado, cuando dicho control sólo lo ejerce el órgano superior del
Poder Judicial, la Corte Suprema de Justicia, como son los casos de Costa Rica,
Uruguay, Paraguay.

Esta clasificación ha perdido parcialmente su poder explicativo por la mezcla


o mixtura cada vez más desarrollada de modelos de jurisdicción constitucional
que combinan en dosis variables los controles concentrados y difusos.

4.2.1.3. El control a través de tribunales constitucionales, que están integrados


por miembros letrados, donde una parte importante de ellos no provienen del
Poder Judicial y son nombrados por órganos políticos representativos, como
son el Parlamento o el Gobierno o por ambos, sin perjuicio de la existencia
de nombramiento de algunos miembros eventualmente por los tribunales
superiores. Ejemplos de ellos son los tribunales constitucionales de Andorra,
Alemania, Austria, Bélgica, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, España, Francia,
Guatemala, Hungría, Italia, Perú, Portugal, Polonia, entre otros. Es necesario
precisar que por regla general los tribunales constitucionales no forman parte
del Poder Judicial. Esta regla tiene excepciones, como son los casos de los
tribunales constitucionales de Alemania, de Bolivia y de Colombia, los cuales
forman parte de la estructura orgánica del Poder Judicial aún cuando cuentan
con plena independencia para el ejercicio de sus funciones específicas. A su
vez, la existencia de tribunales constitucionales puede verse complementada
por elementos de jurisdicción difusa o concentrada en manos de tribunales
ordinarios como ocurre como regla general en América del Sur, de lo cual son
ejemplos Chile, Ecuador, Perú, Colombia, como asimismo, en Europa, como
ocurre en Portugal, Chipre, Malta.

4.3. En virtud de su ámbito de acción es posible clasificar los sistemas de control


en:

a) sistemas de control nacionales que es el modelo clásico,

b) sistemas de control internacional o supranacional que están constituidos


entre otros por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Corte Europea
de Derechos Humanos y el Tribunal Europeo de Justicia que aplica el derecho
comunitario de la Unión Europea.

4.4. En virtud de su composición los órganos que realizan control de


constitucionalidad pueden clasificarse en:

a) órganos letrados, cuando están compuestos de abogados y jueces, como son


todos los controles desarrollados por los tribunales de justicia y por tribunales
constitucionales compuestos sólo de letrados, es el caso de Alemania, Austria,
Bolivia, Colombia, Chile, España, Guatemala, Hungría, Italia, Perú, Portugal,
entre otros;

b) órganos legos como sería el Consejo de los Custodios en Irán o como fue el
Consejo de la Revolución en Portugal;

c) órganos mixtos compuestos tanto de letrados como de legos, es el caso


del Consejo Constitucional Francés, el cual está integrado, además de los
magistrados, por los ex presidentes de la República.

4.5. Los órganos de control de constitucionalidad pueden clasificarse de acuerdo


a su duración en:

a) tribunales permanentes son aquellos que tienen una existencia continua en el

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ordenamiento constitucional, no dejando de existir como institución en ningún
momento, que es la regla general.

b) tribunales ad hoc son órganos que se constituyen sólo en los momentos en


que se necesitan para conocer y fallar los asuntos sometidos a su consideración,
tal como ocurre con el Tribunal ad hoc y transitorio existente en Grecia.

4.6. En función del procedimiento de control. De acuerdo a este criterio se


pueden establecer ciertas subclasificaciones, que son las siguientes:

1) en virtud del momento en que se realiza el control,

2) en virtud del modo como se activa el control,

3) por la modalidad en que se expresa el control,

4) por la forma en que se tramita, y

5) en virtud de los sujetos que lo impulsan.

4.6.1 Momento en que se realiza el control. De acuerdo a este criterio puede


clasificarse en control preventivo o a priori y control represivo o reparador o a
posteriori, pudiendo encontrar también sistemas mixtos.

4.6.1.1. El control preventivo o a priori es el que se realiza antes de que la norma


forma parte del ordenamiento jurídico y tenga carácter vinculante. A modo de
ejemplo, puede señalarse el control que realizan el Tribunal Constitucional
chileno y el Consejo Constitucional francés sobre los proyectos de ley antes de
que éstos sean promulgados y publicados.

4.6.1.2. El control represivo o reparador se concreta cuando las normas jurídicas


ya forman parte del ordenamiento jurídico y tienen carácter vinculante como
ocurre en México, Argentina, España, Alemania, Perú, Guatemala, Polonia,
Hungría, entre otros casos.

4.6.1.3. Los controles de carácter mixto son aquellos que combinan en distintas
proporciones los controles preventivos y represivos, como ocurre a manera de
ejemplo con los tribunales constitucionales de Chile (artículo 82 de la Constitución)
y Portugal (artículos 279 a 281 Constitución). En el sistema italiano, el control
de constitucionalidad del Tribunal Constitucional es, en general, de carácter
represivo, pero se admite también el control preventivo en materia de normas
regionales a instancias del gobierno central. Algo similar ocurre en Austria, donde
el control preventivo es excepcional y se practica sólo respecto de la distribución
de competencias entre el Gobierno central los gobiernos estatales.

4.6.2. De acuerdo al modo en que se activa el control, se puede clasificar en


acción de inconstitucionalidad y en excepción de inconstitucionalidad.

4.6.2.1. El control por vía de acción cuando se demanda la declaración de


inconstitucionalidad sin que haya una gestión judicial previa dentro de la cual
se plantea el tema como incidente o excepción. El control por vía de acción lo
encontramos en el caso de los tribunales constitucionales de Austria, Alemania,
Bolivia, Colombia, Chile, España, Francia, Guatemala, Italia, Polonia, Portugal,
o entre otras Cortes Supremas o Salas especializadas de éstas en jurisdicción
constitucional, pueden mencionarse las de Costa Rica, Venezuela, México o el
Supremo Tribunal Federal de Brasil.

4.6.2.2. El control por vía de excepción se desarrolla cuando hay una gestión

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judicial o un juicio, como defensa procesal, donde una de las partes cuestiona la
constitucionalidad de una disposición normativa que considera inconstitucional,
como ocurre en el caso de los tribunales constitucionales de Alemania, España,
Italia y Bolivia a través del control incidental o cuestión de inconstitucionalidad,
o a través de los tribunales ordinarios de Brasil, Argentina o a través del recurso
de inaplicabilidad por inconstitucionalidad ante la Corte Suprema chilena, entre
otros casos.

4.6.3. De acuerdo a la modalidad en que se expresa, el control puede desarrollarse


a través de un control abstracto o un control concreto.

4.6.3.1. Existe acción de constitucionalidad de carácter abstracto cuando quien


promueve la acción no está vinculado por ninguna relación jurídica en que
intervenga la norma supuestamente inconstitucional. Por ejemplo, si hay acción
popular o si se reserva a determinados órganos la impugnación de una norma
considerada inconstitucional. La modalidad de acción popular la encontramos
en países como México, Panamá, Italia, Venezuela, entre otros. La modalidad de
acción directa restringida a ciertos órganos existe por regla general en el caso de
los tribunales constitucionales, como los de Alemania, España, Portugal, Francia,
Guatemala, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Hungría, Bélgica, entre otros.

4.6.3.2. La acción de constitucionalidad de carácter concreto, se produce cuando


quien promueve la acción o excepción tiene un interés específico en la causa
como ocurre en el caso del recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad
ante la Corte Suprema en Chile o el recurso extraordinario ante la Corte
Suprema de Argentina, o las cuestiones de constitucionalidad ante el Tribunal
Constitucional de Bolivia, España o Italia, como asimismo en el caso de los
amparos extraordinarios ante los tribunales constitucionales de Alemania o
España.

4.6.4 Respecto de la forma de tramitarlo, el sistema de control puede clasificarse


en control condicionado o control incondicionado.

4.6.4.1. El control condicionado existe si está subordinado a un cierto preexamen


que concreta el órgano competente con el objeto de determinar la procedencia o
determinar la trascendencia del asunto. Este tiene por objeto filtrar las acciones
o recursos improcedentes o intrascendentes, de acuerdo con la modalidad de
cada país.

Un caso de control condicionado se encuentra en los Estados Unidos de


Norteamérica mediante el mecanismo de “writ of certiorari” ante la Corte
Suprema federal, que posibilita el rechazo discrecional de los recursos carentes
de relevancia.

Otro ejemplo, es el caso de Italia, donde el juez ordinario ante el cual se formula
la cuestión de constitucionalidad evalúa si la petición carece o no de fundamento,
decidiendo dicho magistrado sobre la relevancia o la improcedencia de ella,
pudiendo plantearla si no es manifiestamente infundada; se puede volver a plantear
el asunto en la Corte Constitucional donde nuevamente el tribunal evaluará la
pertinencia o no de darle curso. En Alemania Federal es una Comisión especial
de tres magistrados del Tribunal Constitucional quienes tienen facultades para
rechazar recursos infundados, que no incluyan problemas de constitucionalidad
o no generen un agravio irreparable a los recurrentes.

En el caso de España, toda cuestión de constitucionalidad pasa por el filtro


del Tribunal, buscando evitar planteamientos dilatorios o fraudulentos. El juez
determina si la ley cuestionada es aplicable al caso que ha de resolver y si el fallo

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depende de la validez de dicha norma. Así el Tribunal Constitucional español
tiene un criterio más estricto que la norma italiana.

4.6.4.2. Las formas de control incondicionado son aquellas que no exigen un


examen preliminar de procedencia por un órgano distinto del que realizará el
control de constitucionalidad. Este es el caso de los tribunales constitucionales de
Bélgica, Colombia, Chile, Ecuador, Francia, Perú, Portugal, entre otros Estados.

4.6.5. En relación con los sujetos que impulsan el control, este puede clasificarse
en control restringido, control amplio o control amplísimo.

4.6.5.1. Existe control restringido, cuando al mecanismo de la acción no


comprende la participación de los particulares afectados por el acto considerado
inconstitucional y existe un número limitado de entes autorizados para requerir
el control. Esta situación se plantea generalmente en los sistemas de control
preventivo como son los casos del Consejo Constitucional francés, de los
Tribunales Constitucionales chileno y de Polonia, entre otros.

4.6.5.2. Existe control amplio cuando los particulares afectados o agraviados


están habilitados para concurrir por sí mismos a los órganos de la jurisdicción
constitucional como ocurre en Argentina, Brasil, Estados Unidos de Norteamérica,
Venezuela, entre otros; todos los cuales tienen sistemas de control de
constitucionalidad represivos y difusos.

4.6.5.3. El control amplísimo se da en aquellos países que establecen la acción


popular y el órgano de control puede actuar de oficio sin mediar petición de
parte.

4.7. Clasificación en función del radio de acción del control de


constitucionalidad.

En esta perspectiva puede darse una situación de cobertura total o parcial del
control de constitucionalidad, como asimismo en control por acción y control
por omisión.

4.7.1. El control total se da cuando cualquier norma, acto u omisión estatal


puede verse sometido al control de constitucionalidad. Este sistema parece de
difícil aplicación, ya sea por eliminarse del control “cuestiones políticas” o por no
poderse analizar materias después de ciertos períodos de tiempo desde que han
entrado en vigencia o sólo puede realizarse control sobre cierto tipo de normas
o de actos y no de otros.

4.7.2. El control parcial puede ser más o menos amplio dependiendo de las
normas jurídicas y actos de los órganos estatales que son objeto de control.

4.7.3. Respecto de las normas o actos estatales el control de constitucionalidad


se desarrolla, por regla general, por acción, cuando la norma dictada o la acción
del agente estatal vulnera la norma constitucional.

4.7.4. El control puede también ser desarrollado por omisión, donde el Tribunal
ordena al legislador regular por ley normas que la Carta Fundamental manda
concretizar lo que no ha hecho el órgano legislativo. Así, el control parcial puede
realizarse no tan sólo por actos o acciones, sino también por omisiones.

El control por omisión fue ejercido por la Corte Constitucional de la ex Yugoslavia;


estando actualmente expresamente consagrado entre las atribuciones del
Tribunal Constitucional de Portugal; y en Brasil, entre las atribuciones del
Supremo Tribunal Federal.

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La Constitución yugoslava de 1974 establecía en su artículo 377 un control por
omisión cuando verificaba que un órgano competente no había dictado las normas
de ejecución de la Constitución, las leyes y otras disposiciones y actos generales
federales, estando obligado a dictarlas. La Constitución de Portugal, reformada
en 1982, en su artículo 283, establece la facultad del Tribunal Constitucional para
declarar inconstitucionalidad por omisión, comunicándola al órgano legislativo
pertinente.

La Constitución de Brasil de 1988 entrega también la declaración de


inconstitucionalidad por omisión al Supremo Tribunal Federal, el cual al constatar
dicha inconstitucionalidad por omisión, debe instruir al órgano competente a
efecto de que adopte las providencias necesarias.

4.8. Clasificación del control en función del efecto que produce la decisión de
inconstitucionalidad. Esta clasificación atiende a si la sentencia produce efectos
vinculantes o no. El primer caso, la declaración de inconstitucionalidad del
tribunal tiene efectos decisorios. En el segundo, constituye en la práctica un
órgano auxiliar del Poder Legislativo.

En derecho comparado es ejemplo de sentencia vinculante la decisión del


Supremo Tribunal Federal del Brasil que suspende total o parcialmente los efectos
de las leyes, decretos u ordenanzas que considere inconstitucionales, ya sea en
la forma o en el fondo (artículo 138 de la Constitución). Así ocurre también con
Tribunales Constitucionales en materia de control de constitucionalidad de las
leyes, como es el caso de Alemania, Austria, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador,
España, Francia, Hungría, Italia, Perú, Polonia, entre otros. Un caso histórico
de Tribunal que dictaba resoluciones sin efecto vinculante fue el Tribunal de
Garantías Constitucionales del Ecuador, en el texto original de la Constitución de
1978-79, por lo que no podía considerarse un verdadero órgano de jurisdicción
constitucional.

4.8.1. En los casos en que la resolución del órgano de control produce efectos
decisorios y vinculantes, es necesario distinguir si dichos efectos son generales
(erga omnes) o inter partes.

4.8.1.1. Si el fallo produce efectos generales o erga omnes, la norma cuestionada


se excluye del sistema jurídico. Es lo que ocurre con las sentencias de los
tribunales constitucionales de Perú, Polonia, Hungría, Bolivia, Guatemala, Italia,
Austria, Bélgica, España, Portugal, Alemania, Yugoslavia, Colombia, entre otros.
Asimismo, tiene el mismo efecto el control por vía de acción pública ante la Corte
Suprema en Costa Rica, México, y los fallos del Supremo Tribunal Federal en
Brasil, entre otros.

El fallo con efectos erga omnes otorga una mayor seguridad jurídica y eficacia,
propias de un auténtico sistema de control de constitucionalidad. No obstante
se señala como riesgo “el gobierno de los jueces”, lo que exige de los jueces la
prudencia debida.

4.8.1.2. Si el fallo sólo produce efectos particulares o inter partes, la norma


cuestionada continúa vigente y sólo no se aplica únicamente a ese caso
particular. Es lo que ocurre con los fallos de los tribunales y la Corte Suprema
de los Estados Unidos; los fallos de los tribunales ordinarios argentinos, como
asimismo los fallos de la Corte Suprema a través del recurso extraordinario;
en Venezuela, respecto de los fallos de los jueces ordinarios que declaran la
inaplicabilidad de las leyes; en Chile, con los fallos de la Corte Suprema en
recursos de inaplicabilidad por inconstitucionalidad, entre otros.

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4.8.2. Pueden clasificarse los efectos de los fallos en el tiempo en términos de
si se producen efectos hacia el pasado (ex tunc) o desde el momento del fallo
hacia el futuro (ex nunc).

4.8.2.1. Un efecto ex tunc se da en el supuesto de declaración de nulidad de


la sentencia, la que tiene un carácter declarativo. Este es el efecto propio del
sistema norteamericano de “judicial review”, aun cuando ya en 1965 la Suprema
Corte de EE.UU. determinaría que los efectos retroactivos no eran necesarios. El
efecto ex tunc está considerado también en los fallos de los jueces en materia
de inconstitucionalidad de Venezuela y Argentina, entre otros países de América
Latina.

4.8.2.2. El modelo de control concentrado austriaco mantuvo la tesis de que la


sentencia producía la anulación de la norma ex nunc, pro futuro, a partir de un
año (arts. 139 y 140 Constitución). La reforma a la Constitución introducida en
1975 permite al Tribunal Constitucional austriaco determinar que la sentencia
tenga afecto retroactivo (arts. 139.6 y 140.7 de la ley constitucional federal).
Así leyes anteriormente derogadas por la ley invalidada por el tribunal vuelven
a entrar en vigor, si éste lo determina expresamente (artículo 140.6 de la ley
constitucional).

Los efectos ex nunc se han previsto en los ordenamientos jurídicos de Alemania


(artículo 79 ley del T.C.). España (art. 40 L.O.T.C.), Portugal (artículo 282.1
Constitución), entre otros países. Existe también efecto ex nunc o constitutivo en
el control por vía de acción pública en Colombia y Brasil, entre otros casos.

5. LOS MODELOS CLÁSICOS DE JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL

La doctrina considera como exponentes básicos de jurisdicción constitucional el


modelo norteamericano de control difuso y efectos inter partes desarrollado por
vía jurisprudencial a principios del siglo XIX, como el modelo europeo germano
austriaco, de control concentrado y efectos erga omnes.

5.1. El modelo norteamericano de jurisdicción constitucional difusa. El modelo


norteamericano tiene su antecedente más importante en la doctrina. Es Alexander
Hamilton en su obra El Federalista (1788) quien precisa que ninguna ley contraria
a la Constitución puede ser válida. Negar esto sería afirmar que el mandatario es
superior al mandante (…). Que los representantes del pueblo son superiores al
pueblo mismo y que los hombres que obran en virtud de determinados poderes
pueden hacer no sólo lo que éstos no permiten, sino lo que expresamente
prohíben. 20 En efecto, Hamilton sostendrá: “La afirmación –según la cual los
tribunales deben preferir la Constitución a las leyes– no implica de ninguna
manera una superioridad del Poder Judicial sobre el cuerpo legislativo. Sólo
supone que el poder del pueblo está por encima de ambos; y que cuando la
voluntad de la legislatura declarada en sus leyes esté en oposición con la del
pueblo declarada en la Constitución, los jueces deben regirse por la última más
que por la primera. Ellos deben basar sus decisiones en las leyes fundamentales,
antes que en aquellas que no son fundamentales”.

En la carta Nº 78, Hamilton afirmará que “Limitaciones de este tipo sólo pueden
ser preservadas, en la práctica, mediante los Tribunales de justicia, cuyo deber
tiene que ser el de declarar nulos todos los actos contrarios al tenor manifiesto
de la Constitución. De lo contrario, todas las reservas de derechos o privilegios
particulares, equivaldrían a nada”. Esta doctrina fue materializada en el fallo de
la Suprema Corte de los Estados Unidos, caso Marbury vs. Madison de 1803. Sin
embargo, este precedente histórico no tiene continuidad hasta el año 1857, en el
caso Dred Scott, en que se declara inaplicable una ley, atacando el compromiso

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de Missouri. En todo caso, la revisión judicial de la constitucionalidad de las
leyes (“judicial review”) se generalizará después de la guerra civil, en aplicación
de las enmiendas constitucionales, a través de la teoría de la incorporación.

Las características básicas del modelo están dadas por ser un control judicial,
practicado por los jueces que integran el Poder Judicial; es un control represivo o
reparador, se concreta respecto de normas vigentes que integran el ordenamiento
jurídico, es un control de constitucionalidad difuso, vale decir, practicado por
todos los jueces y cortes; es de carácter concreto, al desarrollarse a partir de una
impugnación de un precepto legal que intenta aplicarse en un procedimiento
judicial en curso, es por vía de excepción por regla general, lo que indica que
en el litigio se impugna el precepto considerado inconstitucional solicitando
al tribunal que no lo aplique a dicho caso; y las sentencias tienen efecto de
cosa juzgada, pero sólo con efectos inter partes, vale decir, con efectos para
las partes y para el asunto que está substanciando el tribunal. En el sistema
norteamericano se aplica el sistema del precedente y el principio del stare
decisis, lo que determina que los tribunales inferiores quedan vinculados por
los principios de derecho que emanan de los fallos de los tribunales superiores
en los casos análogos que les toque resolver. A su vez, la Corte Suprema de
los Estados Unidos, desde 1925 desarrolla el certiorari, que es un privilegio que
le permite seleccionar discrecionalmente los casos que resolverá a través del
control de constitucionalidad.

La justiciabilidad de un caso constitucional no se produce sólo por un conflicto


entre la ley y la Constitución, es necesario además que exista una parte procesal,
a la cual la norma legal le produzca un agravio suficiente y actual, que por la vía
jurisdiccional ordinaria pueda obtener reparación en defensa de sus derechos,
ya que no es posible deducir cuestiones de inconstitucionalidad directamente
y en forma abstracta, debe existir un hecho específico concreto que demuestre
la existencia de un daño o agravio (injury) directo e inmediato que sufre la
persona del demandante, producido por el demandado (relación de causalidad:
causation), que puede ser superado o remediado (redress) por una decisión
favorable del tribunal.

Este modelo o sistema difuso de control de constitucionalidad de las leyes21 fue


seguido hasta ahora por algunos países de América, con algunas matizaciones,
ellos son Argentina y Canadá; en Europa, en Suecia (de acuerdo con la reforma
constitucional de 1975), en Noruega, en Dinamarca, en Finlandia (desde 1999),
en Suiza respecto de leyes cantonales22 pero no de leyes federales (Constitución
de 1874); en Grecia dentro de un sistema mixto,23 donde todos los tribunales
pueden desaplicar leyes consideradas inconstitucionales (artículo 95 de la
Constitución de 1975); en Asia, se desarrolla el modelo en Japón; y en Oceanía,
en Australia.

Puede sostenerse que este modelo difuso ha funcionado en sistemas jurídicos


de common law como de derecho romano.

En América Latina, desde mediados del siglo XIX se desarrolló en algunos países
el recurso de inconstitucionalidad de las leyes y el recurso de amparo de los
derechos fundamentales frente a cualquier acto estatal.24

5.2. El modelo europeo germano austriaco de jurisdicción constitucional


concentrado. En el modelo de control concentrado lo contencioso constitucional
se distingue de lo contencioso ordinario, pudiendo ser un control preventivo o
a priori o un control represivo o reparador; es competencia de un solo tribunal
determinado constitucionalmente con tal fin el que resuelve dichas controversias
a iniciativa de determinadas autoridades u órganos estatales, a petición de las

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jurisdicciones ordinarias o de particulares, en base a razonamientos jurídicos,
produciendo su sentencia efecto de cosa juzgada.

Hans Kelsen fue quien desarrolló la idea de los tribunales constitucionales,


refiriéndose al tema en su recensión ¿Quién debe ser el defensor de la
Constitución?25 (publicada en Die Justiz, 1930-1, Heft 11-12, db. VI pág.576-628)
respondiendo a Carl Schmitt y su trabajo Der Huter Verfosseng (Archivos de
Derecho Público, Nueva Serie, XVI, págs. 161-237), traducido como defensa de
la Constitución. 26 En su trabajo, Kelsen sostenía que la idea de defensor de
la Constitución apunta a las garantías que deben establecerse respecto de los
órganos constitucionales capaces de provocar infracciones, como asimismo que
el órgano que defiende la Constitución no debe ser el mismo que el que puede
violarla.27 En tal caso, el garante de la Constitución no debiera ser ninguno de los
tres órganos clásicos: gobierno, parlamento o judicatura ordinaria.

En el esquema kelseniano, un Tribunal Constitucional se caracteriza por ser un


Tribunal especial, situado fuera del Poder Judicial; que desarrolla la jurisdicción
constitucional en forma concentrada, vale decir, en forma exclusiva; dicho
control es de carácter abstracto, analizando la ley en su constitucionalidad con
independencia de los casos concretos; ejercido por vía de acción, presentando el
fallo o sentencia los efectos de cosa juzgada y de efectos erga omnes, anulando
el precepto legal y expulsándolo del orden jurídico, como asimismo, el fallo tiene
efectos ex nunc, vale decir, anula el precepto legal e impide que éste produzca
efectos desde el momento del fallo y hacia el futuro, no teniendo el fallo efecto
retroactivo.

Los primeros tribunales constitucionales nacen en Europa.28 El primero es el


Tribunal Constitucional de Checoslovaquia establecido por la Constitución de 29
de febrero de 1920. El mismo año se concreta el Alto Tribunal Constitucional de
Austria en la Constitución del 1º de octubre de 1920.

En el período de entreguerras se creó en la Constitución española de 1931 el


Tribunal de garantías constitucionales,29 que desaparece con el advenimiento al
poder del régimen de Franco. A su vez, en América Latina, siguiendo el antecedente
español, en la Constitución de 1940, Cuba crea un Tribunal de Garantías
Constitucionales y Sociales, el cual integraba el Poder Judicial como Sala de la
Corte Suprema,30 ejerciendo un control concentrado de constitucionalidad sobre
todo tipo de normas jurídicas.

Kelsen considera al Tribunal Constitucional un legislador negativo,31 ya que


tiene poder de anular una ley, que es equivalente a dictar una norma general, lo
que es el acto contrario a la producción de normas legislativas que concreta el
Parlamento.

En un sentido similar, Rubio Llorente señalará que “El legislador positivo y el


‘negativo’ están sujetos del mismo modo a la Constitución y este distinto modo
permite considerar como órgano jurisdiccional al Tribunal Constitucional, pero
su función es, sin lugar a dudas, legislativa ‘pues la anulación de una ley tiene el
mismo carácter general que una promulgación de una ley. La anulación es sólo
una promulgación precedida de un signo de negación’”.32

No compartimos la tesis de Kelsen, ya que cuando un Tribunal Constitucional


resuelve anular una ley no lo hace discrecionalmente, no tiene libre iniciativa
creadora de normas generales como el Parlamento, sino que actúa ajustado
a criterios jurídicos teniendo como parámetro la Constitución, ejerciendo una
función jurisdiccional como los jueces, dentro del marco de un procedimiento
iniciado a instancia de parte legitimada para ello, con la única diferencia

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de resolver sobre la supremacía constitucional que implica decisiones con
consecuencias políticas. Además, por regla general, el Tribunal Constitucional
actúa a requerimiento de otros órganos, autoridades o personas. Por último, debe
señalarse que los tribunales constitucionales desarrollan cada vez una labor de
garantía activa de los valores y principios constitucionales a través del control
de omisiones inconstitucionales33 y a través de las sentencias denominadas
manipuladoras, donde a veces desempeñan el carácter de legislador sustituto.

El modelo kelseniano de Tribunal Constitucional sufre diversas modificaciones


en el desarrollo de los tribunales constitucionales de la post segunda guerra
mundial, permaneciendo como características esenciales la acción directa ante el
Tribunal y los efectos generales de las sentencias, ya que algunas jurisdicciones
constitucionales adoptan junto con el control de carácter abstracto el control
concreto por vía incidental, como ocurre en diversos tribunales constitucionales
europeos y latinoamericanos (Austria, Alemania, Italia, España, Bolivia, entre
otros) , además, algunos tribunales constitucionales aplican el principio de la
nulidad de pleno derecho que implica la nulidad de la norma legal declarada
inconstitucional con efectos declarativos o ex tunc, vale decir, se determina
que el precepto legal inconstitucionalidad nunca ha producido efectos en el
ordenamiento jurídico.

Las principales razones del desarrollo de los tribunales constitucionales se


deben a la constatación de que los tribunales ordinarios tienden a sacralizar
las leyes, producto de su cultura continental de aplicadores de la ley, más que
juzgadores de la ley a partir de la Constitución. Los magistrados ordinarios no
están preparados para realizar interpretación constitucional y juzgar las leyes y
demás normas internas desde los valores, principios y reglas constitucionales.

Por otra, parte, en diversos países de América y Europa se ha constatado el


fracaso de la jurisdicción constitucional en manos de los jueces ordinarios.

Hoy la legitimidad de los tribunales constitucionales se ha acrecentado en la


medida que son los protectores de los derechos humanos o fundamentales de
las minorías frente a las eventuales embestidas de la mayoría que suele controlar
el gobierno y el Parlamento, como asimismo órganos de garantía del respeto de
la distribución de competencias hecha por el constituyente entre los órganos
constituidos.

Como señala Favoreu, sólo después de la Primera Guerra Mundial, y


particularmente después de la Segunda Guerra Mundial, los países europeos
han “redescubierto” la Constitución como texto jurídico y norma fundamental,34
lo que ya era una realidad en diversos países americanos desde el siglo XIX.

La tendencia al establecimiento de tribunales constitucionales se ha acrecentado


después de la Segunda Guerra Mundial con fuerza en Europa, América Latina,
Asia y África, a través de sucesivas olas como señala Favoreu.

La primera ola (vague) ocurre en el período entre las dos guerras mundiales,
en que se desarrollan los tribunales de Checoslovaquia (1920), Austria (1920),
Liechtenstein (1921) y España (1931), a los cuales puede agregarse el Tribunal
de Garantías Constitucionales y Sociales de Cuba (1940).

La segunda ola se desarrolla al término de la Segunda Guerra Mundial y hasta la


década del sesenta se reconstruye el Tribunal Constitucional de Austria (1945),
se generan los tribunales constitucionales de Italia (1948), Alemania Federal
(1949), Francia (1959), Turquía (1961) y Yugoslavia (1963).

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La tercera ola se produce en las décadas de los setenta y principio de los
ochenta, en que se crean los tribunales constitucionales de Portugal (1976),
España (1978), Bélgica (1983), Polonia (1985). Son parte de esta tercera ola en
América Latina los tribunales constitucionales de Guatemala (1965-1985); Chile
(1970), restablecido en 1981; de Perú (1979-1993).

Una cuarta ola se produce a la caída del muro de Berlín en 1989 y se desarrolla
hasta la década de los noventa en los países de Europa Central y Oriental,
como asimismo en algunos países de América del Sur; entre los primeros se
encuentran: Albania, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Hungría, Lituania, Macedonia,
Moldavia, Rusia, Rumania; entre los segundos: Colombia (1991), Bolivia (1994),
Ecuador (1995-1999).

5.3. Los sistemas de control de constitucionalidad en América del Sur. En el


contexto latinoamericano se ha desarrollado un conjunto de modelos de control
de constitucionalidad que desbordan el estrecho marco conceptual del modelo
norteamericano de control difuso y el modelo germano austriaco de control
concentrado en un Tribunal Constitucional, generándose sistemas mixtos
con distintas dosis de ambos modelos originarios o desarrollando fórmulas
originales.

La variedad de sistemas de control de constitucionalidad existentes actualmente


en América del Sur,35 de acuerdo a los órganos que ejercen el control, pueden
clasificarse en:

1. Sistema judicial difuso que ejercen los tribunales ordinarios de justicia


(Argentina).

2. Sistema judicial concentrado en Corte Suprema (Uruguay).

3. Sistema judicial concentrado en la Corte Suprema y en su Sala Constitucional


(Paraguay, Venezuela).

4. Sistemas mixtos.

4.1. Sistema de control judicial difuso en tribunales ordinarios y control


concentrado en Tribunal Supremo (Brasil).

4.2. Sistema de control judicial difuso y control concentrado en Tribunal


Constitucional (Colombia).

5. Sistema de control de constitucionalidad dualista de tribunales ordinarios y


control concentrado en tribunales constitucionales (Perú, Ecuador).

6. Sistema de doble control concentrado de constitucionalidad en Tribunal


Constitucional (preventivo) y Corte Suprema (represivo) (Chile).

7. Sistema de control concentrado únicamente en Tribunal Constitucional


(Bolivia).

En todo caso, debemos señalar que la clasificación entre control difuso americano,
control concentrado europeo y controles mixtos o híbridos latinoamericanos,
si bien contribuyen a clasificar los modelos de control de constitucionalidad
de normas, ella es claramente insuficiente y carece de valor explicativo para
la protección de los derechos fundamentales o humanos, que constituye un
ámbito cada vez más importante de la jurisdicción constitucional europea y
latinoamericana, a través del amparo de los derechos fundamentales (Alemania,
España, Italia) o al hecho de ser instancia de revisión de hábeas corpus y

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acciones de amparo o tutela de derechos fundamentales (Bolivia, Colombia,
Ecuador, Perú).

5.4. El control concentrado de constitucionalidad puede ser desarrollado por


tribunales constitucionales o por un órgano jurisdiccional ordinario. El órgano
jurisdiccional que ejerce el control concentrado puede ser un Tribunal o Corte
Constitucional o un Tribunal Supremo o una Sala del mismo expresamente
previsto por la Constitución, como ocurre en América del Sur con las salas
constitucionales de la Corte Suprema de Paraguay y Venezuela, o por la propia
Corte Suprema, como ocurre en Uruguay, y también en el caso chileno, en este
último caso a través del recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad ante
la Corte Suprema.

Así, independientemente del órgano que realiza el control de constitucionalidad,


es posible sostener, junto a Brewer Carias, como características del modelo
concentrado de constitucionalidad, las siguientes:

1. Poder de anulabilidad de los actos inconstitucionales del Estado.

2. Combina el control de carácter principal e incidental.

3. Efectos erga omnes de las decisiones de la Corte o Tribunal Constitucional.

4. Los efectos constitutivos del fallo (ex nunc o pro futuro: anulabilidad) o
declarativo (nulidad: efecto retroactivo de las sentencias).

6. HACIA UN CONCEPTO DE TRIBUNAL O CORTE CONSTITUCIONAL Y LA


DETERMINACIÓN DE SUS CARACTERÍSTICAS ESENCIALES

De acuerdo con lo señalado en el párrafo anterior, no es posible confundir


control concentrado de constitucionalidad con tribunales constitucionales; en tal
sentido, Favoreu señala adecuadamente que “un Tribunal Supremo o, incluso,
la cámara constitucional de un tribunal supremo pueden ser jurisdicciones
constitucionales, pero no son Tribunales constitucionales”. 36

Louis Favoreu señala en un enfoque formal que “un Tribunal Constitucional es


una jurisdicción creada para conocer especial y exclusivamente en materia de
lo contencioso constitucional, situada fuera del aparato jurisdiccional ordinario e
independiente tanto de éste como de los poderes públicos.”37

Ferrer MacGregor, siguiendo a Fix Zamudio,38 en un enfoque material, entiende


por “Tribunal Constitucional al órgano jurisdiccional de mayor jerarquía que
posee la función esencial o exclusiva de establecer la interpretación final de las
disposiciones de carácter fundamental”. 39

Por nuestra parte, consideramos que deben reunirse algunos aspectos formales
y materiales para determinar la existencia de un Tribunal Constitucional y no
asimilar toda jurisdicción constitucional concentrada a los primeros, que es uno
de los errores cometidos por diversos autores europeos.

Así podemos conceptualizar los Tribunales Constitucionales como órganos


supremos constitucionales de única instancia, de carácter permanente,
independientes e imparciales, que tienen por función esencial y exclusiva
la interpretación y defensa jurisdiccional de la Constitución, a través de
procedimientos contenciosos constitucionales referentes como núcleo esencial
a la constitucionalidad de normas infraconstitucionales y la distribución vertical y
horizontal del poder estatal, agregándose generalmente la protección extraordinaria
de los derechos fundamentales, que actúan en base a razonamientos jurídicos y

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cuyas sentencias tienen valor de cosa juzgada.

1. Los tribunales constitucionales son órganos supremos constitucionales,


ya que la propia Carta Fundamental establece su estatuto jurídico esencial,
determina su integración y sus competencias, las que ejercen en forma exclusiva
y excluyentemente en el plano estatal, siendo independientes de todo otro órgano
en el ejercicio de dicha función jurisdiccional.

2. Los tribunales constitucionales son órganos jurisdiccionales y no órganos


legislativos negativos, ya que resuelven como órganos independientes, sólo
sometidos a la Constitución, conflictos por medio de un proceso que debe ser
justo, aun cuando sea de derecho objetivo, en base a razonamientos jurídicos
y cuyas sentencias tienen valor de cosa juzgada.40 Así, como señala Colombo,
“cada vez que un tribunal resuelve un conflicto con efecto de cosa juzgada está
ejerciendo jurisdicción”.41 Como señaló en su momento Bachof, el carácter
político de un acto “no excluye un conocimiento jurídico del mismo, ni el resultado
político de dicho conocimiento le despoja de su carácter jurídico”.42

Los tribunales constitucionales tienen la potestad de determinar la ilegitimidad


constitucional de diversas normas infraconstitucionales y actos jurídicos, con un
ámbito de competencia más o menos amplio en la materia dependiendo de cada
Tribunal y ordenamiento constitucional, eliminando las normas que contravienen
las respectivas constituciones, lo que lo diferencia claramente de un órgano
legislativo que crea, modifica o deroga normas legales ateniéndose a criterios
de conveniencia y no de legitimidad.

No puede negarse el carácter de órganos jurisdiccionales de los tribunales


constitucionales por el hecho de realizar en ocasiones control preventivo, por
resolver sin contradicción o ultra petita, ya que existen variados ejemplos de
jurisdicciones ordinarias que actúan de la misma manera.

3. Los tribunales constitucionales son Tribunales independientes, ya que ejercen


sus funciones sin que ningún otro órgano constitucional pueda interferir en sus
funciones específicas, ya sea avocándose causas pendientes, revisando los
contenidos de los fallos, ni reviviendo causas resueltas, ni darle instrucciones
sobre su cometido jurisdiccional. Consideramos que no es una característica
esencial a un Tribunal o Corte Constitucional el situarse como órgano extra
poder, ya que eventualmente puede formar parte del Poder Judicial, siempre
y cuando disponga de independencia orgánica y funcional y no se encuentre
sometido a la superintendencia correccional o disciplinaria de la Corte Suprema
de Justicia, pudiendo hacer respetar sus fallos a la Corte Suprema o las demás
salas de la misma, como ocurre entre otros tribunales constitucionales como los
de Alemania en Europa y de Colombia y Bolivia en América del Sur.43

En todo caso concordamos con Favoreu, en que un Tribunal Constitucional debe


ser independiente de cualquier otro poder o autoridad, dotado de un estatuto
constitucional que precise su integración, organización y competencias.44
Debiendo contar, además, con garantías de independencia funcional, autonomía
estatutaria, administrativa y financiera.

4. Un Tribunal Constitucional debe estar integrado por magistrados letrados


imparciales, ya que resuelven conflictos jurisdiccionales en los cuales son
terceros, con desinterés objetivo o sin intereses comprometidos en la resolución
del conflicto.

5. Los tribunales constitucionales son órganos permanentes, ya que su


funcionamiento es de carácter continuo y estable dentro de los respectivos

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ordenamientos jurídicos, al igual que los tribunales ordinarios de justicia, no
siendo ejercida su función por tribunales o comisiones ad hoc o de carácter
transitorio.

6. Los tribunales constitucionales resuelven a través de procedimientos


contencioso constitucionales, que es su competencia especializada la
determinación de la inconstitucionalidad de normas infraconstitucionales o que
provienen del derecho internacional al incorporarse al derecho interno, resuelven
conflictos entre órganos constitucionales y protegen a través de acciones
o recursos extraordinarios, por regla general, los derechos fundamentales,
sin perjuicio de ejercer otras competencias no esenciales, en todo caso, las
materias contenciosas reservadas al Tribunal Constitucional deben contener
como mínimo la constitucionalidad de las leyes,45 siendo los únicos órganos
que pueden impedir su incorporación o su expulsión del ordenamiento jurídico
y la distribución horizontal y vertical del poder estatal. Además, ellos no ejercen
jurisdicción ordinaria. Este aspecto determina el elemento material de la definición
de un Tribunal Constitucional.46

Consideramos que un Tribunal Constitucional no debe tener, como elemento


esencial de su cualificación, un control monopólico de constitucionalidad de
las leyes. Este elemento no nos parece indispensable si el Tribunal ejerce un
contencioso constitucional sustantivo sobre la materia en el respectivo Estado,
al determinar sobre la incorporación de los preceptos legales al ordenamiento
jurídico (control preventivo o a priori) o su expulsión del mismo ordenamiento
(control represivo), pudiendo existir otros órganos jurisdiccionales que realizan
control de constitucionalidad de preceptos legales con efectos inter partes o de
inaplicación al caso concreto, como ocurre en América del Sur en países que
tienen tribunales constitucionales como es el caso de Colombia, Chile, Perú y
Ecuador. Sólo el Tribunal Constitucional de Bolivia tiene hoy el monopolio de la
jurisdicción constitucional de los preceptos legales en América del Sur. En todo
caso, hay una excepción generalizada respecto de las leyes preconstitucionales,
las cuales sin perjuicio de estar sujetas al control del Tribunal Constitucional
pueden ser objeto de control por parte de los tribunales ordinarios de
justicia determinando su derogación tácita, como ocurre también en algunas
jurisdicciones europeas, entre otras, la española.

A su vez, este núcleo material básico de jurisdicción y procedimiento constitucional


no es incompatible con otras funciones adicionales que tienen los tribunales
constitucionales, aunque ellas no sean esenciales.

7. Los tribunales constitucionales dictan sentencias que tienen valor de cosa


juzgada y gozan de imperio, además de ser irrevocables, no pudiendo ser
desconocidas por ningún otro órgano estatal o persona dentro del respectivo
Estado.

8. Los tribunales constitucionales los integran jueces letrados nombrados por las
autoridades políticas (Gobierno, Congreso Nacional y, eventualmente, la Corte
Suprema o las jurisdicciones superiores del Estado), no siendo en su mayoría
magistrados de carrera,47 todo ello refuerza la legitimidad política del Tribunal,
sin descuidar la legitimidad jurídica. Esta perspectiva no es incompatible con el
hecho de que una parte minoritaria de sus integrantes puedan provenir de las
más altas magistraturas del país como ocurre, por ejemplo, con el caso de Italia
en Europa y de Chile en América del Sur.

Consideramos que el conjunto de estos criterios formales y materiales permiten


identificar a un Tribunal Constitucional y diferenciarlo de otros tipos de jurisdicción
constitucional concentrada. No concordamos con aquellas conceptualizaciones

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de los tribunales constitucionales puramente formales o puramente materiales,
que por su ambigüedad, unilateralidad o generalidad no dan cuenta de la
naturaleza jurídica de los tribunales constitucionales.

NOTAS
1
Ver Fernández Rodríguez, José Julio (2002). La Justicia Constitucional Europea
ante el siglo XXI. Editorial Tecnos, Madrid, España, página 22.
2
Esta situación empieza a cambiar con el fallo de la High Court de 31 de julio
de 1997, la que conforma un fallo que determina la responsabilidad patrimonial
del Estado por una ley, como asimismo al aceptar el Reino Unido la Convención
Europea de Derechos Humanos y la jurisdicción vinculante de la Corte Europea
de Derechos Humanos.
3
Hamilton, en el artículo LXXVIII de los Federalist Papers, señalará: “Si ocurre
que entre las dos –Constitución y ley– hay una discrepancia, debe preferirse,
como es natural, aquella que posee fuerza obligatoria y validez superiores; en
otras palabras, debe preferirse la Constitución a la ley ordinaria, la intención del
pueblo a la intención de sus mandatarios”.
4
Ver Aragón, Manuel. 1986. “Sobre las nociones de supremacía y supralegalidad”.
Revista de Estudios Políticos Nº 50, Madrid, España.
5
Cappelletti, Mauro. La jurisdicción constitucional de la libertad, páginas 140-
141.
6
Cappelletti, Mauro. La jurisdicción constitucional de la libertad, página 141.
7
Ver Schmitt, Carl (1931). La Defensa de la Constitución. Ed. Labor Barcelona,
España.
8
Cappelletti, Mauro (1986). “¿Renegar de Montesquieu, la expansión y
la legitimidad de la justicia constitucional?” Revista española de Derecho
Constitucional Nº 17. Pág. 12-13.
9
Cappelletti, Mauro (1986). Ob. cit. Pág. 13.
10
Fix Zamudio, Héctor (1982). “La Constitución y su defensa”, en Coloquio
Internacional, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Universidad Autónoma de
México, agosto de 1982.
11
García Pelayo, Manuel. (1986). “Estado Legal y Estado Constitucional de
Derecho”. En El Tribunal de Garantías en Debate. Consejo Latinoamericano de
Derecho y Desarrollo. Fundación Friedrich Naumann. Lima, Perú, página 23.
12
Ver Rubio Llorente, Francisco (1992). “Seis tesis sobre la jurisdicción
constitucional en Europa”. Revista española de Derecho Constitucional Nº 35,
mayo-agosto de 1992, páginas 9 y siguientes.
13
Aragón, Manuel (1986). “La interpretación de la Constitución y el carácter
objetivado del control jurisdiccional”. Revista española de Derecho Constitucional
Nº 17. Mayo-agosto pág. 89 y sgtes.
14
Ver Cappelletti, Mauro (1955). “La giurisdizione costituzionale delle libertà.
Primo studio sul ricorso costituzionale con particolare riguardo agli ordinamenti
tedesco, svizzero e austriaco”. Ed. Giuffrè, Milán, 1974 (2ª reimpresión de la 1ª
edición de 1955).

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15
Kelsen, Hans (1928). Op. cit., página 214.
16
Ver Brewer Carias, Allan. (1996). Instituciones Políticas y Constitucionales,
tomo VI, página 459.
17
Colombo, Juan (2001). “Protección jurisdiccional de la Constitución”. En
Revista de Derecho, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad
Austral de Chile, Volumen XII, agosto de 2001, páginas 9-10.
18
Sagüés, Néstor Pedro (1989). Derecho Procesal Constitucional. Ediciones
Astrea. Argentina, página 30.
19
Esta clasificación la hemos tomado de Néstor Sagüés de la obra citada en la
nota anterior.
20
Citado por Rodríguez Zapata, José (1996). Teoría y Práctica del Derecho
Constitucional, Ed. Tecnos, Madrid, España, página 230.
21
Cappelletti, Mauro (1966), “El control judicial de la constitucionalidad de
las leyes en el derecho comparado”, en Revista de la Facultad de Derecho de
México, Nº 61, página 28.
22
El sistema suizo se complementa con la potestad de la Corte Federal de
declarar la inconstitucionalidad de las leyes cantonales con efectos erga omnes,
a través del recurso de derecho público en caso de violación de derechos
fundamentales.
23
El sistema griego se complementa con un Tribunal Especial con potestad
para dirimir materias de inconstitucionalidad de leyes cuando hay decisiones
contradictorias del Consejo de Estado, la Corte de Casación o la Corte de
Cuentas.
24
La Constitución venezolana de 1858 consagró la acción popular de
inconstitucionalidad. El recurso de amparo de derechos fundamentales se
instituyó en la Constitución del Estado de Yucatán en México en 1841 y a nivel
federal, en el Acta de reformas constitucionales de 1847.

Kelsen, Hans. ¿Quién debe ser el defensor de la Constitución? Ed. Tecnos.


25

Madrid, España, 1995.


26
Schmitt, Carl. La defensa de la Constitución. Ed. Tecnos. Madrid, España,
1998.
27
Citado por García Laguardia, Jorge Mario. La defensa de la Constitución. Ed.
Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala-
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. 1983. Págs. 10-12.
28
Ver Cruz Villalón, P. (1987). “La formación del sistema europeo de control
de constitucionalidad (1918-1939)”. Ed. Centro de Estudios Constitucionales,
Madrid, España.
29
Ver al respecto, Cruz Villalón, Pedro (1982). “Dos modos de regulación del
control de constitucionalidad: Checoslovaquia (1920-1938) y España (1931-
1936)”, Revista española de Derecho Constitucional Nº 5, Madrid, España.
30
Ver García Belaúnde, Domingo (2002). “El Tribunal de Garantías Constitucionales
y Sociales de Cuba”. Ed. Universidad Nacional Mayor de San Marcos - Instituto
Iberoamericano de Derecho Constitucional (Sección Peruana), Lima, Perú.

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31
Ver Kelsen, Hans (1984). “La garantía constitucional de la Constitución (la
justicia constitucional)”, traducción española. Madrid, España, 1984, página 21.
Ver también, Kelsen, Hans, Teoría General del Derecho y del Estado, página
282.

Rubio Llorente, Francisco (1997). “La forma del poder”, Ed. Centro de Estudios
32

Constitucionales, Madrid, España, página 476.


33
Ver Fernández Rodríguez, José Julio (1998). La inconstitucionalidad por
omisión. Teoría general, Derecho comparado y caso español. Ed. Civitas, Madrid,
España. Bazán, Víctor (coord.) (1997). Inconstitucionalidad por omisión, Ed.
Temis, Santafé de Bogotá, Colombia.
34
Favoreu, Louis (1984). “Actualité et legitimité du control jurisdiccionel des lois
en Europe Occidentale”. En Revue de Droit public et de la Science Politique en
France et à l’étranger, París, Francia, página 1.176.
35
Sobre la materia pueden verse los completos trabajos publicados en Varios
Autores, “Una mirada a los Tribunales Constitucionales. Las experiencias
recientes”. Ed. Comisión Andina de Juristas - KAS, Lima, Perú, 1995. Brewer-
Carias, Allan R. “Instituciones políticas y constitucionales”. Tomo VI, La
Justicia Constitucional, Editorial Jurídica Venezolana - Universidad Católica
del Táchira, Venezuela, 1996. García Belaúnde, Domingo y Fernández Segado,
Francisco (coordinadores). “La jurisdicción constitucional en Iberoamérica”.
Editorial Dykinson y otras, Madrid, España, 1997. Nogueira Alcalá, Humberto,
“Consideraciones sobre la jurisdicción constitucional en América y Europa”, en
Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional Nº 4, Madrid, España, 2000,
páginas 243-307. Eguiguren Praeli, Francisco. “Los Tribunales Constitucionales
en Latinoamérica. Una visión comparativa”. Ed. CIEDLA, Fundación Konrad
Adenauer, Buenos Aires, Argentina, 2001.
36
Favoreu, Louis. Op. cit., página 15.
37
Favoreu, Louis. Los Tribunales Constitucionales. Ed. Ariel, Barcelona, España,
1994. Página 15.
38
Fix Zamudio, Héctor (2000). “Voz Tribunales Constitucionales”. Diccionario
Jurídico Mexicano. Ed UNAM, México.
39
Ferrer MacGregor, Eduardo (2002). “Los tribunales constitucionales en
Iberoamérica”. Ed. Funda, México, páginas 55-56.
40
Favoreu, Louis. Op. cit., página 31.
41
Colombo, Juan (2001). Op. cit., página 18.
42
Bachof, O. Jueces y Constitución (1985). Ed. Civitas, Madrid, España, página
61.
43
En el mismo sentido, ver Fernández Rodríguez, José Julio (2002). La Justicia
Constitucional Europea ante el siglo XXI. Ed. Tecnos, Madrid, España, página
19.
44
Favoreu, Louis. Op. cit., página 28.
45
Favoreu, Louis. Op. cit., página 28.
46
Ver Fernández Rodríguez, José Julio (2002). Op. cit., página 20.
47
Favoreu, Louis. Op. cit., página 29.

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m1 |contenidos | IC

información complementaria 3

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m1 |contenidos | IC

información complementaria 4

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m1 |contenidos | IC

información complementaria 5

Leal acatamiento

El artículo que se pone a Vs. consideración es una parte de uno de mayor


extensión y que se encuentra próximo a ser publicado.
Se advierte que se ha procedido a realizar una selección de párrafos y
síntesis del artículo en cuestión de su mejor comprensión. Se aclara que se ha
consignado con “...” los párrafos que han sido extraídos.

EFICACIA DE LA JURISPRUDENCIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


DE LA NACIÓN

Prof. Lorenzo Barone


Tutor y Docente de Seminario III (DPC) de Abogacía de la UBP
Prof. Adj. de Derecho Constitucional y Administrativo de C.E. de la UNC
Derecho Procesal Constitucional de la Fac. Derecho y Cs.Sc. UNC
Derecho Constitucional de la Fac. Derecho y Cs. Sc. UNC

I.- Planteo del Tema


La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en
fallo del año 2006, ha reiterado la jurisprudencia que los tribunales inferiores
deben acatar y seguir para los casos análogos los pronunciamientos que emanan
de dicho tribunal (1), a lo cual cabe agregar que, en otra causa, puntualiza la
necesidad que la propia Corte sea respetuosa de su propia jurisprudencia.
Por otra parte, el Tribunal Superior de Justicia
de la Provincia de Córdoba dicta una sentencia en la causa “ORTIZ, Jorge
Emiliano c/ SUPERIOR GOBIERNO PROVINCIA DE CORDOBA – ORDINARIO
– RECURSO DIRECTO” (2). En donde, a pesar de que existe un precedente
de un caso análogo, por parte de la Corte Suprema, señala que no cabe su
seguimiento, puesto que, no se trata de derecho federal; sino que, al tratarse
de la interpretación de normas de derecho común no resulta obligatoria su
seguimiento.
La situación jurídica descripta motiva el
tratamiento de los efectos in casu et inter partes que se le asigna, como
principio general a los fallos de los Tribunales de Justicia en el marco del
control de constitucionalidad. Como ya sabemos nuestro sistema de control de
constitucionalidad es jurisdiccional difuso.
Una de las críticas que se le formulan al
sistema jurisdiccional difuso lo constituye, no sólo la ausencia de uniformidad
de las decisiones de control, sino la incertidumbre que podía derivarse de las
eventuales decisiones contradictorias que podían dictarse en la materia.

III.- Breve reseña de las características del control de constitucionalidad de


las leyes en nuestro sistema federal

El control de constitucionalidad a nivel federal tiene sustento en el art. 31

Notas ...............................................
1 C.S.J.N. Fallo en la causa “Ferreyra, V?tor Daniel y Ferreyra, Ram? c/ V.I.C.O.V.
S.A. s/ da?s y perjuicios?del 21-03-2006.
2 Sala Civil Sent Nº Veintisiete, de fecha veintiséis de abril de dos mil seis

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de la C.N., en cuanto establece la supremacía de la Constitución; pero nada dice
respecto del procedimiento, alcance, sujeto legitimado para ejercerlo o efectos
del control. Por su parte, el art. 116 de la C. N. dispone que “corresponde a la Corte
Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el conocimiento y decisión de
todas las causas que versan sobre puntos regidos por la Constitución”. De allí,
que en función de la interpretación armónica de estas normas se da sustento
al control de la constitucionalidad de las normas inferiores a la Constitución a
cargo de los Tribunales de Justicia.
La Constitución Nacional fija las pautas
generales dejando a la jurisprudencia primero y, luego, a la legislación el diseño
de su organización.

El control de constitucionalidad de las leyes se


encuentra diseñado normativamente en los referidos arts. 31 y 116 de la C.N. y
por las leyes 27 y 48. A lo cual debemos añadir necesariamente la jurisprudencia
que fluye de la causa “Sojo”, que tiene como inspiración el caso “Marbury
vs. Madison”. De lo expuesto se postulan como características del control de
constitucionalidad que el mismo es:

De naturaleza jurisdiccional difusa o desconcentrada.

Para su aplicación se requiere de petición expresa de parte interesada dentro


de un proceso judicial.(3)

Efectos de la sentencia solo para el caso concreto, lo que significa que tiene
efectos inter partes.

Los efectos de la decisión que adopten los Tribunales en relación a la


constitucionalidad o aplicabilidad de la ley en un caso concreto se vincula
sobre quienes afecta la resolución judicial.

La racionalidad del método jurisdiccional difuso se da entre la decisión


adoptada por el Juez, la que sólo tiene efecto en relación a las partes en el
proceso judicial concreto en la cual aquélla se adopta. En otras palabras, en
el sistema jurisdiccional difuso de control de constitucionalidad, la decisión
adoptada en un caso sobre la inconstitucionalidad e inaplicabilidad de la
ley, sólo tiene efecto in casu et inter partes, es decir, en relación al caso
concreto y exclusivamente en relación a las partes que han participado en el
proceso, por lo que no puede ser aplicada a otros particulares. Esto es una
derivación lógica del carácter incidental, indirecto o de excepción del control
jurisdiccional difuso de constitucionalidad.

En consecuencia, si una ley es considerada inconstitucional en una decisión


judicial, esto no significa que dicha ley haya sido invalidada y que no sea
efectiva y aplicable en otros casos. Sólo significa que en cuanto concierne a
ese proceso particular y a las partes que en él intervinieron en el cual el Juez
decidió la inaplicabilidad de la Ley, ésta debe considerarse inconstitucional,
nula y sin valor, sin que ello tenga ningún efecto en relación a otros procesos,
otros jueces y otros particulares.

Además, resulta necesario apuntar que los efectos inter partes de la decisión
judicial adoptada sobre la constitucionalidad de una ley, en donde se la

Notas .................................................
3 A partir del caso Mills de Pereyra se admite el control de constitucionalidad de
oficio, pero siempre dentro de un proceso judicial.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.74


declara inconstitucional e inaplicable a un caso concreto, es porque la
considera nula y sin valor, tal cual como si nunca hubiera existido. De allí,
es que la resolución jurisdiccional adquiere efectos declarativos; es decir,
declara que una ley es inconstitucional y, consecuentemente, que ha sido
inconstitucional desde que se dictó. Así, la ley cuya inaplicabilidad se decida
por ser contraria a la Constitución debe ser considerada por el Juez como si
nunca hubiera tenido validez y como si siempre hubiese sido nula y sin valor.
Por ello es que se dice que la decisión del Juez, de carácter declarativa,
tiene efectos ex tunc, pro praeterito o de carácter retroactivo, en el sentido de
que dichos efectos se retrotraen al momento en el cual la norma considerada
inconstitucional fue promulgada. El acto legislativo declarado inconstitucional
por un Juez conforme al método difuso de control de constitucionalidad,
por tanto, es considerado, ab initio como nulo y sin valor, por lo que no es
anulado por el Juez sino que éste sólo lo considera como nulo.

Por tanto, en estos casos de control constitucional difuso los jueces no pueden
anular la ley sino considerarla inconstitucional, no pudiendo los efectos
de su decisión extenderse o generalizarse a otros casos o sujetos. Por el
contrario, tal como sucede en todos los sistemas con control judicial difuso,
el Tribunal debe limitarse a decidir la no aplicación de la ley inconstitucional
en el caso concreto, por supuesto, sólo cuando ello resulta pertinente para
la resolución del caso. Por ello, la ley que ha sido inaplicada en un caso
concreto, sigue vigente, y otros jueces pueden seguir aplicándola. Inclusive,
el juez que decide no aplicar la ley en un caso concreto, podría cambiar de
opinión en un juicio posterior.

II.- Crisis del control de constitucionalidad difuso con efectos para el


caso concreto y solo para las partes del proceso

...

III.- Distintas Hipótesis de la Eficacia de los Fallos de la Corte


La Corte Suprema de Justicia de la Nación a
elaborado una importante doctrina judicial respecto del valor o eficacia o efectos
que tienen sus fallos. Una primera clasificación sería la siguiente:

1. Acatamiento de los Tribunales Inferiores de los fallos


dictados por la C.S.J.N. en la misma causa.
2. Acatamiento de los Tribunales Inferiores de los fallos
dictados por la C.S.J.N. en casos análogos entre las mismas
partes.
3. Acatamiento de los fallos dictados por la Corte en casos
análogos o similares por los tribunales inferiores.
4. Acatamiento de la Corte respecto de su propia
jurisprudencia.
5. Acatamiento de los fallos de la Corte en casos análogos
por parte de las Autoridades Administrativas.

Análisis de cada una de las variantes

1. Acatamiento de los fallos dictados en la misma causa.


• Postura mantenida de manera muy firme.
• La falta de acatamiento autoriza a considerar que hay causal del
art. 14 de la Ley 48.
• Cambio de Jurisprudencia entre el fallo de la Corte y el posterior
fallo del Tribunal Inferior

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...

2. Acatamiento de los fallos dictados en casos análogos entre las


mismas partes
...

Postula el seguimiento del precedente porque


“es fundamental para la vida de la Nación, para el mantenimiento del orden
público, la paz social y la estabilidad de las instituciones el resguardo de la
integridad de las sentencias de la Corte Suprema. Su desconocimiento importa
un agravio al orden constitucional, y cuando proviene de sentencias del tribunal
superior mencionado por el art. 14 de la ley 48, autoriza el recurso extraordinario.”
(Provincia de Córdoba c/ Mattaldi Simón Limitada S.A. 1946 T. 205, P. 614)

...

3. Acatamiento de los fallos dictados por la Corte en casos análogos o


similares por los tribunales inferiores

En la jurisprudencia de la Corte se advierten


dos tendencias al respecto. Una, que podemos llamar Tesis del Acatamiento,
el cual puede ser puro y simple o condicionado. Y la otra postura que vamos a
denominar Tesis Negativa.

Tesis del Acatamiento:

1) Acatamiento Puro y Simple: El primer


pronunciamiento fue en el año 1870, en la causa “Videla c/ García Aguilera”
(4). Allí la Corte se limito a confirmar un fallo en donde se consideraba que
“los juzgados seccionales deben ajustar sus procedimientos y resoluciones
a las decisiones de la Suprema Corte, que en casos análogos dicte haciendo
jurisprudencia.”

El seguimiento de la jurisprudencia de la Corte


surge como una aceptación lógica y necesaria por parte del Juzgador de primera
instancia y no, como una imposición de arriba hacía abajo.

Cabe señalar que de la lectura del fallo de la


Cortes como el del Juzgado se advierte la ausencia del desarrollo concreto de
los argumentos que avalan esta postura.

...
2) El Acatamiento Condicionado:

Importa que:

• a) Los fallos de la Corte no resulta obligatorios para casos


análogos.
• b) No obstante ello, los jueces inferiores tienen el deber de
conformar sus decisiones a ellos.

Notas...................................................
4 Fallos 9:53, Año 1870

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•c) Carecen de fundamento las sentencias que se apartan de
los precedentes de la Corte sin aportar nuevos argumentos
que justifiquen modificar lo decidido por ella como intérprete
supremo de la Constitución.
Se han desarrollado fundamentos diversos
para sostener esta postura, a saber:

a. La superior autoridad de que está institucionalmente investida.


(Santin)
b. Se trata de una autoridad que no sólo es moral sino que es
institucional (García Rasm c/ Herrera)
c. Los jueces inferiores tienen el deber de conformar sus decisiones
a aquellas. (Cerámica San Lorenzo 1985 se repite en Gay de Marín
Elba 1998) Más adelante señala que es un deber moral
d. Deber moral que se funda: (Pastorino 1883 T25:364)
i. Presunción de verdad y justicia que a su doctrinas da la
sabiduría e integridad de los magistrados que la componen
ii. Evitar recursos inútiles
iii. Interprete supremo de la C.N. y de las Leyes (Balbuena
1981)
iv. Es indispensable para la (González Herminia vs. ANSES
–2000)
tranquilidad pública
la paz social
la estabilidad de las instituciones

Tesis Negativa:
Se encuentra algunos pocos fallos, los que
corresponde al período comprendido entre los años 1963 y 1966.

Así, podemos citar el caso de autos “Schvartz,


Luis c/ Reconstrucción de San Juan” (año 1963) en donde la Corte sostuvo que
“La prescindencia de la doctrina de un fallo anterior de la Corte, establecida en
juicio distinto, no sustenta el recurso extraordinario, con base en la tacha de
arbitrariedad, si la sentencia apelada se halla suficientemente fundada.”.

...

4. Acatamiento de la Corte respecto de su propia jurisprudencia


• Diversos fundamentos para sostener que no resulta inamovible
ni perenne.
...

5. Acatamiento de los fallos dictados por la Corte en casos análogos


por parte de las Autoridades Administrativas.
• Que las autoridades administrativas deben conformar sus
resoluciones a la jurisprudencia de la Corte.
...

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m1 |contenidos | IC

información complementaria 6

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m1 material

Material Básico:
• Valdez, Carlos; Barone, Lorenzo y otros “Elementos de Derecho Procesal
Constitucional” Tomo I Advocatus. Córdoba 2004. Capítulo 1 puntos I al V
inclusive.
• Constitución Nacional
• Ley 27
• Ley 48

Material Complementario:
• Haro, Ricardo “El Control de Constitucionalidad”. Ed. Zavalía 2003. Los
capítulos de interés para este módulo son:

o Cap. II “Evolución y estado actual del control de oficio de


constitucionalidad”;

o Cap. IV “Las cuestiones políticas: ¿Prudencia o evasión judicial?


(Este trabajo se encuentra publicado también en la página web www.
acader.unc.edu.ar/artcuestionespoliticas.pdf)

o Cap. 6 “El control de constitucionalidad comparado y el rol


paradigmático de las cortes y tribunales constitucionales” (Este trabajo
se encuentra publicado también en la página web (http://ww.acader.
unc.edu.ar/artelcontroldeconstitucionalidadcomparado.pdf)

• García Belaunde, Domingo “Derecho Procesal Constitucional” Ed.


Temis. 2001 Los capítulos de interés para este módulo son:

o Cap. I “El Derecho Procesal Constitucional: Antecedentes, Concepto,


Contenido y Perspectivas”,

o Cap. VII “La jurisdicción constitucional y el modelo dual o


paralelo”;

o Cap. X “De la jurisdicción constitucional al derecho procesal


constitucional”.

• Sagüés, Néstor Pedro “Derecho Procesal Constitucional. Logros y


Obstáculos”. Ed. Ad Hoc. Agosto 2006.

o Cap. II “El desarrollo del Derecho Procesal Constitucional: Logros


y Obstáculos”.

o Cap. VII “La declaración de inconstitucionalidad de oficio en la Corte


Suprema Argentina”

o Cap. XIX “La eficacia vinculante de la jurisprudencia de la CSJN en


Estados Unidos y en Argentina”.

• Bianchi, Alberto “Control de Constitucionalidad” 2 Tomos. Ed. Ábaco de


Rodolfo Depalma. Año 2002

• Manili, Pablo (Coordinador) “Derecho Procesal Constitucional” de


interés para este módulo es:

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o Cap. I Manili, Pablo: “Introducción al Derecho Procesal
Constitucional”

• García Belaunde, Domingo y Fernández Sesgado, Francisco


(Coordinadores) “La jurisdicción constitucional en Iberoamérica” Ed.
Dykinson Madrid 1997.

• Fernández Sesgado, Francisco: “La jurisdicción constitucional ante


el siglo XXI ((La quiebra de la bipolaridad “sistema americano-sistema
europeo-kelseniano” y la búsqueda de nuevas variables explicativas de los
sistemas de control de constitucionalidad). Conferencia pronunciada en la
Academia Nacional de Derecho de Córdoba al momento de su incorporación
y publicada en la pagina web de la Institución (http://ww.acader.unc.edu.
ar/artelcontroldeconstitucionalidadcomparado.pdf)

• Nogueira Alcalá, Humberto “Tópicos sobre jurisdicción constitucional y


Tribunales constitucionales”, Formato Documento Electrónico (ISO) Rev.
derecho (Valdivia). [online]. jul. 2003, Vol. 14 [citado 08 Noviembre 2007],
pp. 43-66. Disponible en la World Wide Web: <http://mingaonline.uach.
cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-09502003000100003&lng=e
s&nrm=iso>. ISSN 0718-0950.

Jurisprudencia:

• Fallos 32:120 (año 1887) “Sojo” (Control de Constitucionalidad)

• Fallos 33:162 (1888) “Municipalidad de la Capital c/ Doña Isabel A. de


Elortondo”. (Control de Constitucionalidad)

• Fallos 53:420 (1893) Cullen c/ Llerena (Cuestiones Políticas)

• Fallos 313:63 (1990) “Colombo Marúa” (Cuestiones Políticas)

• Fallos 154:192 (1929) “Orfila” (Cuestiones Políticas)

• Fallos 268:352 (1967) “Collela c/ S.A. Fevre y Basset” (Cuestión Política


y Proceso Legislativo)

• Fallos 307:1094 (1985) “Cerámica San Lorenzo” (Eficacia de las


sentencias de la C.S.J.N.)

• Fallos 204:671 (1946) Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires c/


Rodríguez (Declaración de Inconstitucionalidad de Oficio)

• Fallos 190:142 (1941) “S.A. Ganaderos Los Lagos” (Declaración de


Inconstitucionalidad de Oficio)

• Fallos 27-9-2001 “Mills de Pereyra, Rita y Otros c/ Prov. de Corrientes”


(Declaración de Inconstitucionalidad de Oficio) LL 2001-F-886

• Fallos Provincia de Mendoza (Consulta al Poder Judicial)

• Fallos 306:1125 (1984) Baeza c/ Estado Nacional (Existencia de perjuicio


para litigar) LL 1984-C-1125

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m1 actividades

m1 | actividad 1

“Inconstitucionalidad en debate”

En el estudio jurídico donde Ud. se desempeña como abogado consultor en


asuntos de derecho público, llevan un juicio civil por la parte demandada donde,
al dictar sentencia, el Juez de Primera Instancia declara la inconstitucionalidad
de la norma civil en que se funda la demanda, sin que hubiere sido pedida por
la parte demandada, es decir de oficio. En consecuencia, se ha rechazado la
demanda y para el cliente del estudio significa que ha ganado el juicio.
No obstante ello, la parte actora ha presentado un recurso de apelación donde
sostiene que el Juez no puede declarar la inconstitucionalidad de una norma de
oficio puesto que ello vulnera el derecho de defensa en juicio (Art. 18 de la C.N.) y
que la parte no ha tenido oportunidad de defenderse sobre la inconstitucionalidad
de la norma. También sostiene que vulnera la presunción de constitucionalidad
de las leyes.
Ante dichos planteos de naturaleza propia del derecho público, le consultan y Ud.
acostumbra a emitir informes. Esta vez no es la excepción y elabora un Informe,
donde expone los argumentos que pueden ser de utilidad para la defensa de
los derechos de los clientes del estudio.
En el marco de la presente actividad, se le pide que realice dicho informe.

m1 | actividad 2

“¿Está despedido?”

En el estudio jurídico donde usted trabaja son tiempos de mucho trabajo. Como
cada día, hoy se presenta un nuevo desafío.
Con motivo de llevar a cabo la evaluación para iniciar una demanda laboral en
contra de una empresa importante, le solicitan elaborar un informe. Usted, en
cuanto se notifica de este pedido comienza a indagar para conocer un poco más
de qué se trata.
El motivo de la consulta es que analizando los antecedentes legislativos
descubren que el Artículo 75 que fija que la causal de despido invocada por la
empresa no fue aprobada en particular por la Cámara de Diputados de la Nación,
actuando como Cámara Revisora. A su vez, el Art. 75 se encuentra dentro del
Título III Capítulo II que consta de treinta artículos.
Luego de conocer esto quiere saber en qué consiste específicamente esta consulta
ante la que usted deberá dar respuesta. Básicamente, consiste en averiguar si
pueden o no iniciar la demanda laboral cuestionando la inconstitucionalidad del
artículo 75 por vicios en el procedimiento de formación y sanción de las leyes.
Tal como usted realiza habitualmente, en esta oportunidad elabora un informe
donde responde con claridad y precisión lo que se solicita en esta instancia.

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m1 | actividad 3

Dictamen

El estudio jurídico del que se encuentra a cargo no es la única actividad laboral


que desempeña. Hace un par de años, usted ha sido designado como abogado
del Estado Nacional.
En la última tarea asignada en ese contexto, usted está a cargo de emitir un
dictamen en el sumario administrativo que se le sigue al Jefe de Departamento
del Ministerio de Salud por cumplir actividades incompatibles con el cargo que
desempeña. Dichas actividades se encuentran acreditadas.
Al presentar el descargo, el Jefe de Departamento, con asesoramiento legal,
plantea la inconstitucionalidad de la causal de incompatibilidad funcional que
establece la Resolución nro. 567/06 del Ministerio de Salud de la Nación. El
planteo se basa en que las incompatibilidades deben ser establecidas por
el Poder Ejecutivo Nacional o el Jefe de Gabinete de Ministros conforme la
interpretación efectuada por Ud. de la Ley de Empleo Público Nacional.
Emita un dictamen donde exprese si el Ministro de Salud tiene o no competencia
para resolver el planteo de inconstitucionalidad.

m1 glosario

Demanda por consignación: Se trata de la acción judicial iniciada ante la


negativa del demandado de recibir el dinero, que el actor entiende corresponde,
en mérito a la relación jurídica que fuere.
A modo de ejemplo: el inquilino que desea entregar el inmueble alquilado y el
locador se niega a recibir el pago del último mes de alquiler, por un motivo que
el inquilino considera que no corresponde. Ante tal negativa se presenta una
demanda de consignación en donde se pone el dinero a disposición del locador,
quien podrá aceptar el dinero sin observación, o podrá negarse a recibirlo, en
cuyo caso contestará la demanda de consignación dando los fundamentos por
los cuales el monto consignado es insuficiente. Finalmente, el juez puede resolver
hacer lugar a la consignación, en cuyo caso el monto puesto a disposición por
el inquilino al locador era el correcto; en cambio, si se rechaza la consignación
el monto era incorrecto.

Entidad Autárquica Nacional: La Administración Pública Nacional actúa a través


de órganos y entes administrativos para cumplir sus funciones administrativas
específicas. Para ese fin asume distintas formas de organización: centralizada,
descentralizada y desconcentrada.
En la organización descentralizada se crea legalmente un órgano administrativo
separado de la Administración Central para cumplir determinadas funciones
administrativas.
Se sostiene que los entes autárquicos tienen las siguientes características:
∗ Personalidad jurídica propia.
* Asignación de recursos.
* Patrimonio considerado estatal.
* Competencia para administrarse por sí mismo.
* Creación legal.
* Sujeción a una relación de control o tutela por parte de la Administración
Central.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.82


m2

m2 microobjetivos

• Desarrollar habilidades para incorporar correctamente los conocimientos


sobre Competencia Federal en el abordaje de situaciones jurídicas
concretas.
• Adquirir las destrezas necesarias para saber distinguir cuándo una
situación o conflicto jurídico debe ser planteado y resuelto ante los
Tribunales Federales o Provinciales.
• Saber elegir y aplicar un método a través del cual le sea posible resolver
las cuestiones de competencia.
• Reconocer cuándo un caso judicial es de competencia federal en
razón de la materia, del lugar o de las personas.

m2 contenidos

COMPETENCIA FEDERAL
En este módulo, le proponemos trasladar a la práctica aquellos conocimientos
sobre el Derecho Procesal y sobre la Competencia Federal, que usted
seguramente ha trabajado en instancias anteriores al estudiar Derecho
Constitucional.
No sólo con la finalidad de mantener la coherencia, sino también por convicción
didáctica se ha seguido la orientación y estructura del programa de Derecho
Constitucional elaborado por el Profesor de la casa, Dr. Ricardo Haro. Justamente,
en el desarrollo de este tema se sigue principalmente el libro1 del referido docente
y los capítulos respectivos del manual 2 de la materia.
Le recomiendo que previo a comenzar el abordaje y estudio del tema referido
a la Competencia Federal repase con detenimiento cuestiones que aludan al
Poder Judicial, en especial, revise con detenimiento cuál se considera que es el
rol institucional y político de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Competencia Federal
El primer tema de la Unidad 3 hace referencia a la organización federal del
Estado Argentino, lo cual importa la existencia de un Poder Judicial Nacional y
de Poderes Judiciales Provinciales, sin entrar a analizar la situación de la Justicia
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El tema Competencia Federal, tiene puntos de contacto con el estudio de Derecho
Procesal Civil, principalmente y Derecho Penal. De allí, que en ambas materias
sea propuesto su estudio.
El abordaje que se concreta sobre la temática de competencia federal por
parte del Derecho Procesal Constitucional, consiste en trasladar a la práctica
los principios y normas que regulan la distribución de competencias en materia
judicial entre el Estado Federal y las Provincias. En otras palabras, lo que interesa
en esta materia es que Ud. logre distinguir cuándo un conflicto judicial debe ser

Notas .....................................................
1. Haro, Ricardo: “La Competencia Federal” Depalma. Año 1989, Bs. As.
2. Haro, Ricardo: “Curso de Derecho Constitucional Argentino” Advocatus. Año
2003. Córdoba

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 83


resuelto en la competencia de la Justicia Federal y cuándo por la competencia
de los Tribunales Provinciales.
No será objeto de estudio, en el marco de la presente asignatura, determinar
si la demanda debe ser presentada ante los Tribunales Federales de Córdoba
o de Santa Fe, o si es competencia civil, comercial o laboral. Tampoco serán
abordadas las reglas de la competencia federal o provincial respecto de si se
trata de una acción real o personal.
Éstas son cuestiones que deben ser tratadas en el marco de la Teoría General del
Proceso y luego en el estudio particular de los distintos procesos, tal es el caso
de civil, penal, laboral, etc.
La precisión del alcance de lo que será materia de estudio en esta unidad se
advierte en el marco regulatorio que le sirve de sustento. En esta asignatura,
deberemos tener en cuenta lo establecido por la Constitución Nacional y las
leyes de organización y estructura del Poder Judicial de la Nación. Será
mínimo nuestro ingreso al análisis del Código Procesal Civil de la Nación y de
las demás materias. En efecto, la regulación normativa constitucional se refiere
principalmente a los Art. 116 y 117 de la C. N. y, fundamentalmente, de las leyes
Nro. 27 (Organización de la Justicia Nacional) y Nro. 48 (Jurisdicción de los
Tribunales Nacionales). A estas leyes las encontrará linkeadas en el material
básico de la asignatura.

En el capítulo primero, la Ley Nro. 27, se refiere a la “Naturaleza y funciones


generales del Poder Judicial Nacional” y consta de cinco artículos que son
lo únicos que se encuentran vigentes. En estos últimos, al decir del Dr. Haro
“se establecen los principios fundamentales y permanentes que hacen al
funcionamiento de la justicia federal”.3
Por su parte, en la Ley Nro. 48, que consta de 24 artículos y que ha sido modificada
en algunas de sus normas, mantienen vigencia la mayoría de sus disposiciones.
Se trata de la ley reglamentaria de la Competencia Federal más importante a la
hora de determinar cuándo un conflicto legal debe ser sustanciado y resuelto en
la Competencia Federal (CF). Los artículos que son de muy especial análisis en
nuestra materia son los siguientes: Art. 2, 5, 8, 9, 10, 11, 12, 21.
Resulta ilustrativo, y sirve para comprender el funcionamiento de la competencia
federal, contar con una noción clara en lo que respecta a la organización de
la Justicia Nacional. En este sentido, cabe considerar que de la interpretación
armónica y finalista de las normas constitucionales y legales que regulan la
competencia federal, se desprenden una serie de caracteres que nos serán
de suma ayuda al momento de emprender la tarea de determinar cuándo
corresponde competencia federal. Los caracteres son los siguientes: que es
constitucional, de orden público constitucional, contenciosa, es limitada y de
excepción, es privativa y excluyente y es inalterable.
También es importante tener presente unos pocos principios generales, que ha
elaborado la jurisprudencia de la C.S.J.N. y que en la voz competencia federal
y bajo el título principios generales se puede consultar en los fallos del máximo
órgano jurisdiccional nacional. A 1
En el material básico recomendado, tales principios se encuentran desarrollados
y expuestos de manera dispersa. De allí, que se han elaborado, conjuntamente
con este desarrollo, una enumeración y breve explicación de ellos:
Los principios generales de la competencia federal que nos interesan son los
siguientes:

1) Para determinar si una demanda corresponde a la competencia federal se


debe analizar al contenido de la demanda. En ese sentido se trae a colación el

Notas ...................................................
3. Haro, Ricardo: “La Competencia Federal” Pág. 67 Depalma. 1989. Bs. As.

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siguiente sumario del repertorio de fallos de la C.S.

“Para la determinación de la competencia corresponde atender de modo principal


a la exposición de los hechos que el actor hace en la demanda y después, sólo
en la medida que se adecue a ellos, al derecho que invoca como fundamento de
la pretensión” (Fallos T 323:2992). Se agrega en otro precedente “y no por lo que
en su defensa sostenga la parte demandada” (C.S. 4-9-90)

2) Para que procede la C.F. se requiere de manera imperativa que debe existir
una afectación de los intereses de la Nación de manera directa.
Así se puede citar el siguiente sumario:

“La intervención del fuero de excepción está condicionada a la existencia de


hechos que puedan perjudicar directa y efectivamente a la Nación.” Fallos T
326:4988

3) Las normas sobre competencia federal tienen aplicación inmediata.


“La circunstancia de no encontrarse vigente al momento de la comisión del
hecho la ley 25.752 –Convenio de Transferencia Progresivas de Competencias
Penales de la Justicia Nacional del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires-
no implica dejar de lado el criterio que indica que las leyes modificatorias de la
jurisdicción y competencia se aplican de inmediato a las causas pendientes, pues
si esa hubiera sido la intención del legislador, lo hubiese previsto expresamente,
por lo que no cabe interpretar a su silencio como olvido o imprevisión, que no se
presumen en él.” Fallos T 328:867

La competencia federal puede ser clasificada conforme a distintos criterios, a


saber; en razón de la materia, en razón de las personas, en razón del lugar y de
criterios funcionales como en razón del grado y del turno.
A los fines de complementar el desarrollo del presente contenido, le proponemos
leer con detenimiento el cuadro elaborado por el Dr. Haro (Curso de Derecho
Constitucional. Tomo II. Pág. 475). Consideramos que el mismo le resultará
sumamente pertinente para el estudio del tema en cuestión.
Ingresando al análisis de la clasificación, observamos que el Art. 116 C.N. agrupa
tres clases de cuestiones que le corresponden a la competencia federal en razón
de la materia. Se trata de aquellas que versan sobre los puntos regidos por la
Constitución Nacional, por Leyes Federales y por los Tratados Internacionales.
A su vez, el Art. 2 de la Ley 48, al reglamentar, enumera cuestiones que también
se encuentran comprendidas. Tal el caso de las causas originadas en actos
administrativos del Gobierno Nacional, causas contenciosas administrativas,
causas originadas en recursos contencioso administrativas, cuestiones que
versen sobre contribuciones nacionales y las cuestiones de almirantazgo y
jurisdicción marítima. También, cabe incluir a las causas concernientes a los
medios de transporte terrestre.
En cada una de las cuestiones supra indicadas corresponde un estudio específico
sobre sus alcances, que se hallan moldeados por la propia jurisprudencia de la
C.S.J.N. y que se pueden abordar sin mayores dificultades desde el material
básico recomendado.
En cuanto a la C.F. en razón de las personas significa, en la práctica, que
corresponderá la C.F., aunque la materia no sea de las señaladas con anterioridad
en función de las personas que participan en la relación jurídica. El objetivo de
este último criterio clasificatorio es el de asegurar la convivencia armónica y la
imparcialidad, tanto en el orden nacional (causas de distinta vecindad), como en

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 85


el internacional (en relación a los Estados y ciudadanos extranjeros).
En orden a este tema existen tres principios generales que deben ser tenidos en
cuenta, a saber:
a) Titularidad originaria de las personas aforadas,
b) Pluralidad de litigantes
c) Desplazamiento de la jurisdicción federal. Son abordados expresamente en
el material de estudio sugerido, pero, no muy tenidos en cuenta a la hora de
resolver los casos prácticos de las actividades como de los parciales.
En este tema de la C.F., en razón de las personas, se debe prestar especial
atención al alcance que se le asigne a cada una de las personas a las que
les corresponde el fuero federal. Es decir, qué se entiende por Nación, a los
fines del fuero federal. Se trata de un concepto amplio que alcanza tanto a
la Administración Pública centralizada como descentralizada, entidades
autárquicas, etc. Por otra parte, los requisitos necesarios para que funcione la
causal de vecindad y de extranjería.
La C.F. en razón del lugar, ha tenido un interesante derrotero jurisprudencial
sobre su alcance. La tesis actual es de carácter restrictivo y finalista; para su
mejor comprensión, lo invitamos a leer el caso Cardillo, José c/ Ind. y Com.
Marconetti Ltda. S.A. IC 1 y Brizuela, Pablo César c/Cia. Swift S.A.F.. IC 2
Nos resta abordar la Competencia Originaria (CO) de la C.S.J.N.
es decir, cuando la demanda se debe presentar directamente ante la Corte para
su tramitación y resolución.
Las causas que corresponden a la C.O. están expresamente fijadas en el art. 117
de la C.N. y se encuentran reglamentadas por la Ley 48. Al respecto, cabe indicar
que es un principio fundamental en materia de reglamentación de la competencia
originaria que la misma no puede ser ampliada por ley del Congreso Nacional,
aunque si se admite que sea restringida como sucede con el art. 2 inc. 3 de la
referida norma reglamentaria. Un tema central en este punto se refiere al concepto
de Provincia, a los fines de determinar la C.O. de la Corte. En este aspecto luce
necesario un debido deslinde de lo que se entiende por causa civil.

Al respecto, cabe advertir que en la causa “Barreto” (T. 329, P. 759 Año 2006)
la Corte procedió a modificar su jurisprudencia respecto de lo que se debe
entender como causa civil. Para una mejor ilustración del tema, se agrega el fallo
de referencia Barreto IC 3, en donde se ha procedido a remarcar con negrita los
párrafos relevantes y que fijan la nueva jurisprudencia.

El otro tema se refiere a las causas concernientes a embajadores, ministros


públicos y cónsules extranjeros. La práctica será articulada a través de la resolución
de casos o situaciones jurídicas, donde se deberá determinar si la causa debe
ser presentada y resuelta ante los Tribunales Federales o Provinciales.
Las actividades prácticas que se presentan han sido extraídas y debidamente
adaptadas, de casos judiciales reales. Es decir, las actividades le presentan a
Ud. el desafío de desplegar la actividad propia de un abogado.

Para obtener una mirada global de este módulo, lo invito a ver el mapa
conceptual.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.86


m2 |contenidos | AA

asistente académico 1

Recuerde que usted puede consultar los Fallos de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación en la siguiente página web: www.csjn.gov.ar

Competencia federal en razón del lugar m2 |contenidos | IC

información complementaria 1

Cardillo, José c/ Ind. y Com. Marconetti Ltda. S.A.

A continuación se transcriben los sumarios del caso Cardillo, José c/ Ind. y


Com. Marconetti Ltda. S.A. del año 1958 y correspondiente a los colección de
fallos de la C.S.J.N. al T. 240, P. 311.

Se ha resaltado en negrita el sumario que tiene mayor incidencia en la cuestión

“La Constitución Nacional debe ser analizada como un conjunto armónico, dentro
del cual cada una de sus disposiciones ha de ser interpretada de acuerdo al
contenido de las demás, pues sus distintas partes forman una unidad coherente.
En la inteligencia de sus cláusulas debe cuidarse de no alterar el equilibrio del
conjunto.”

“El imperio y la jurisdicción de las provincias en los lugares donde se


establecen obras de utilidad nacional, sólo quedan excluidos en la medida
en que su ejercicio obstaculice directa o indirectamente el fin de esos

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 87


establecimientos. Así, puesto que la aplicación de la ley procesal provincial
del trabajo en el puerto nacional de Santa Fe en nada puede obstaculizar el
fin nacional del establecimiento portuario, corresponde confirmar, por la vía
del recurso extraordinario, la sentencia que declara competente a la justicia
provincial para conocer del despido de un obrero que trabajó en el Puerto
de Santa Fe, para una empresa domiciliada en dicho puerto.”

“Las diferencias entre el texto del art. 67, inc. 27, de Constitución Nacional, y la
cláusula de la Constitución de los Estados Unidos que es su fuente inmediata,
permiten inferir que la voluntad de los constituyentes fue extender la atribución del
Congreso para dictar una legislación exclusiva, a todos los lugares adquiridos en
las provincias con destino a establecimientos de utilidad nacional, sin necesidad
del consentimiento de las legislaturas provinciales; pero esto no puede significar
la federalización de los lugares adquiridos.”

“Las provincias, en virtud de su autonomía, tienen, dentro de sus poderes


reservados, la plena potestad normativa correspondiente a su calidad de Estados
y no de divisiones administrativas de la Nación. Pueden darse sus propias
instituciones y regirse por ellas y legislar sobre sus bienes públicos.”

“La federalización de lugares situados dentro de las provincias, que implica la


absorción por la Nación de toda la potestad legislativa, administrativa, y judicial
en esos lugares, exige el consentimiento expreso y formal de los órganos
legislativos provinciales, en la forma y modo establecidos por las respectivas
constituciones. De otra manera la federalización, cualquiera sea su objeto, es
inconciliable con el sistema de organización política estatuido por la Constitución
Nacional.”

“La facultad a que se refiere el art. 67, inc. 27, de la Constitución es únicamente
la de someter a la legislación exclusiva del Congreso los lugares que dicho
texto menciona, legislación concerniente a la realización de la finalidad de los
establecimientos; las facultades legislativas y administrativas de las provincias
sólo quedan excluidas en tanto su ejercicio interfiera en la realización de la obra
nacional y la obste directa o indirectamente. La jurisdicción nacional ajena a la
legislación exclusiva queda limitada a la materia específica del establecimiento
creado, sin afectar la potestad política de la provincia sobre el resto de la vida y
de la actividad cumplidas en el lugar cedido.”

“En virtud de lo dispuesto por los decretos 27.650/50 y 8416/51, el puerto


provincial de Santa Fe pasó al dominio de la Nación y por consiguiente, ha
quedado afectado a fines de utilidad nacional.”

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información complementaria 2

Competencia federal en razón del lugar

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m2 |contenidos | IC

información complementaria 3

Fallo de referencia Barreto

Estimado alumno: a los fines de una mejor comprensión del fallo se han
consignado en negrita los párrafos relevantes.

B. 2303. XL.
ORIGINARIO
Barreto, Alberto Damián y otra c/ Buenos
Aires, Provincia de y otro s/ daños y perjuicios.

Procuración General de la Nación

S u p r e m a C o r t e:

Alberto Damián Barreto y Mirta Liliana Galarza, quienes denuncian tener su


domicilio en la Capital Federal, promueven demanda, con fundamento en el
art. 1112 del Código Civil, contra la Provincia de Buenos Aires y contra Javier
Francisco Talavera, con domicilio en ese Estado local, a fin de obtener una
indemnización por los daños y perjuicios sufridos a raíz de la muerte de su hija
-Gisela Barreto-, quien fue asesinada por un oficial de la policía bonaerense.
Atribuyen responsabilidad a la Provincia en tanto la menor fue baleada por uno de
sus dependientes, en ejercicio de la función y con el arma reglamentaria provista
por la repartición policial. Además, por ser el Estado local quien lo entrenó
técnica y psicológicamente para cumplir en forma adecuada esa actividad.
A fs. 70 vta., se corre vista, por la competencia, a este Ministerio Público para
que proceda la competencia originaria de la Corte, conferida por el art. 117 de
la Constitución Nacional y reglamentada por el art. 24, inc. 11, del decreto- ley
1285/58, en las causas civiles en que una Provincia es parte, resulta necesario
que el otro litigante tenga distinta vecindad respecto a dicho Estado local (Fallos:
269:270; 272:17; 294:217; 310:1074; 313:548, entre muchos otros).
En el sub lite, según se desprende de los términos de la demanda y de las
constancias agregadas al expediente (v. fs. 1/2), los actores no cumplen
con el recaudo señalado, extremo que en estos supuestos resulta esencial
(Fallos:208:343; 270:404; 285:240; 302:238; 303:1228; 304:636;311:1812;
312:1875; 313:1221; 322:1514; 323:3991, entre otros).
En efecto, si bien denuncian domiciliarse en la Capital Federal, esa afirmación
no se corresponde con la información que surge del poder general judicial que
adjuntan (v. fs. 1/2), del que se desprende que viven en Los Polvorines, Provincia
de Buenos Aires, por lo que en autos se hallarían enfrentados una provincia con
sus propios vecinos.
En consecuencia, como el que invoca el fuero federal tiene la obligación de
probar los extremos necesarios para hacerlo surtir, toda vez que se trata de un
fuero de excepción (Fallos: 135:431; 249:623), los actores deberían probar la
distinta vecindad que invocan.
Al respecto, tiene dicho el Tribunal que la “vecindad” exigida por el art. 11 de la
ley 48 a los efectos del fuero, es la constituida por la residencia caracterizada
como domicilio real o voluntario, conforme con los arts. 89, 91 y siguientes del
Código Civil, la cual depende de las circunstancias de hecho que permitan
comprobarla con los caracteres que la ley exige: residencia efectiva y ánimo de
permanecer (Fallos: 242:329; 295:259; 317:1326), a lo que debe agregarse un
período mínimo de dos años de residencia continua, según el citado artículo.
En tales condiciones, hasta que no se aclare dicho domicilio real, dado que el

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art. 117 de la Constitución Nacional establece de modo taxativo los casos en que
la Corte ejercerá su competencia originaria y exclusiva, la cual, por su raigambre,
es insusceptible de extenderse a otros casos no previstos (Fallos: 312:1875;
313:936 y 1019; 317:1326; 323:2944 y 3273), opino que el proceso resulta ajeno
a esta instancia.
Buenos Aires, 11 de abril de 2005.-
RICARDO O. BAUSSET.-
ES COPIA.-

B. 2303. XL.
ORIGINARIO
Barreto, Alberto Damián y otra c/ Buenos
Aires, Provincia de y otro s/ daños y
perjuicios.
Corte Suprema de Justicia de la Nación

Buenos Aires, 21 de marzo de 2006.


Autos y Vistos; Considerando:

1 ) Que a fs. 62/70 comparecen Alberto Damián Barreto y Mirta Liliana Galarza,
denuncian domicilio real común en el ámbito de la Capital Federal (fs. 73) y
promueven demanda contra la Provincia de Buenos Aires y contra un miembro
de las fuerzas policiales de ese Estado, cabo Javier Francisco Talavera, con el
objeto de obtener una indemnización por los daños y perjuicios sufridos a raíz
de la muerte de Gisela Barreto, hija de los demandantes.

Atribuyen responsabilidad a la provincia en tanto la menor fue baleada por un


suboficial dependiente de la policía local en ejercicio de sus funciones -mientras
perseguía a dos personas sorprendidas cuando intentaban abrir la puerta de un
vehículo estacionado en la vía pública- y mediante el uso del arma reglamentaria
provista por la repartición. Afirman que, además, la demandada cumplió en
forma defectuosa con la obligación de entrenar al suboficial, tanto técnica como
psicológicamente, para cumplir adecuadamente con sus funciones. Fundan su
pretensión en el art. 1112 del Código Civil.

2) Que a fs. 71 el señor Procurador Fiscal subrogante dictamina que el proceso


resulta ajeno a la instancia originaria de esta Corte hasta tanto se aclaren las
contradicciones existentes entre el domicilio real denunciado por los actores a
fs. 62 y el que surge de la fotocopia simple del poder general judicial obrante a
fs. 1/2. Con ese objeto a fs. 80/81 se produjo la información sumaria ordenada
a fs. 74.

3) Que frente a asuntos de naturaleza substancialmente análoga al ventilado en


el sub lite y, como formulación general, a todos aquellos otros en que también
se hubo promovido “con apoyo en normas de derecho común” pretensiones
indemnizatorias de los daños y perjuicios originados por la presunta falta de
servicio imputada a cualquiera de los órganos que integran los poderes de
gobierno de las provincias, esta Corte “al expandir el riguroso criterio doctrinal
seguido desde la sentencia del 31 de julio de 1869 publicada en Fallos: 7:373”
viene sosteniendo a partir del pronunciamiento dictado el 6 de octubre de 1992
en la causa “De Gandia, Beatriz Isabel” (Fallos: 315:2309), la conclusión de que
los procesos de la índole mencionada deben ser calificados como causa civil
en los términos del art. 24, inc. 1 , del decretoley 1285/58. Sobre la base de
esta premisa, y acreditada la distinta vecindad, o extranjería, del reclamante, el
Tribunal ha declarado desde entonces su competencia originaria para conocer
de estos casos con arreglo al supuesto que “entre otros” prevé el art. 117 de

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la Constitución Nacional, consistente en los casos en que litiga una provincia
contra un vecino domiciliado en otro estado local o un extranjero.

4) Que los miembros del Tribunal que suscriben esta decisión consideran
que debe abandonarse la generalizada calificación del concepto de “causa
civil” que se viene aplicando desde el citado precedente de 1992.

En efecto, por un lado no está en discusión el reconocimiento del principio


“sentado por el Tribunal desde el tradicional precedente dictado en el caso “Miguel
Barretta” de Fallos: 183:409” con arreglo al cual es deseable y conveniente
que los pronunciamientos de esta Corte sean debidamente considerados
y consecuentemente seguidos en los casos ulteriores, a fin de preservar la
seguridad jurídica que resulta de dar una guía clara para la conducta de los
individuos(Fallos: 248:115). Mas con parejo énfasis cabe igualmente aceptar que
esa regla no es absoluta ni rígida con un grado tal que impida toda modificación
en la jurisprudencia establecida, pues los tribunales no son omniscientes y como
cualquier otra institución humana, también pueden aprovechar del ensayo y del
error, de la experiencia y de la reflexión. Por cierto que para que ello suceda, tal
como fue señalado en los precedentes recordados, tienen que existir “causas
suficientemente graves, como para hacer ineludible tal cambio de criterio” o
es necesario que “medien razones de justicia al efecto”, entre las cuales se
encuentra el reconocimiento del carácter erróneo de la decisión, la adecuada
apreciación de las lecciones de la experiencia o si las cambiantes circunstancias
históricas han demostrado la conveniencia de abandonar el criterio establecido
(Fallos: 313:1333, disidencia del juez Petracchi, y sus citas).

5) Que con tal comprensión, adquiere un valor decisivo la evidencia empírica que
demuestra que el criterio empleado a partir de 1992 para discernir la presencia
de una “causa civil” ha tenido, como consecuencia de su amplia formulación
semántica, una significativa expansión en el ámbito de la competencia originaria
del Tribunal de procesos de esta naturaleza, caracterizados por una gran diversidad
de temas fácticos y jurídicos concernientes a la responsabilidad patrimonial
de los estados de provincia por la llamada falta de servicio, o regulados por el
derecho común y el derecho público local, con la consecuente afectación de
los siempre limitados recursos humanos y materiales existentes que en gran
medida están siendo destinados al conocimiento y decisión de asuntos que, por
su naturaleza y más allá de su fuente, son ajenos a la trascendente e insustituible
atribución institucional de este Tribunal como intérprete final de la Constitucional
Nacional y custodio último de las garantías superiores reconocidas en dicha Ley
Suprema.

La más evidente demostración de la naturaleza de esta clase de asuntos está


dada, por un lado, por la posibilidad que desde 1863 prevé el ordenamiento
normativo infraconstitucional de someter estas causas a los jueces de provincia
(art. 12, inc. 4 , ley 48), sin infringir el carácter exclusivo de la jurisdicción originaria
según lo decidido por esta Corte en la centenaria sentencia del 19 de marzo de
1901, dictada en el caso “Rodríguez del Busto, Antonio” (Fallos:90:97); así como
que, además, tampoco se verifican óbices constitucionales para que las partes
voluntariamente excluyan a controversias de esta naturaleza de la competencia
originaria del Tribunal a fin de someterlas al conocimiento y decisión de órganos
inferiores del Poder Judicial de la Nación, aun federales de la Ciudad de Buenos
Aires (Fallos:273:378). Y, por último, que por sustentarse la competencia que se
pretende atribuir a esta Corte en la condición de las personas “por ser partes un
Estado provincial y un vecino de otro Estado, o un extranjero, y suscitarse un
asunto civil” también se ha aceptado el voluntario sometimiento, aun tácito, a los
tribunales inferiores de la Nación según los precedentes de Fallos: 315:2157 y

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321:2170.

Frente a lo expresado en torno a la impostergable necesidad de preservar


y fortalecer el rol institucional correspondiente a esta Corte, se impone un
nuevo y prudente examen del ámbito de aplicación de este capítulo temático
en especial de su competencia originaria que, con base en una razonable
interpretación que arraigue objetivamente en el texto normativo en juego y en
la amplitud de opiniones fundadas que permite (Fallos: 306:1672), se incline
por la alternativa de mayor rigurosidad que, a la par de dejar en el ámbito de la
jurisdicción originaria del Tribunal un núcleo de asuntos nítidamente previsto por
la Ley Fundamental, permita atenderlo de modo compatible con el responsable
ejercicio de otras atribuciones que hacen de modo directo a las altas funciones
jurisdiccionales subrayadas con anterioridad, que de modo indelegable
corresponden a este Tribunal en su condición de Supremo.

De ahí, pues, la imperiosa necesidad de revisar un criterio que, sostenido


en una hermenéutica posible y fundada, se muestra como gravemente
inconveniente en su aplicación actual. No debe olvidarse que a este Tribunal no
incumbe emitir juicios históricos, ni declaraciones con pretensión de perennidad,
sino proveer justicia en los casos concretos que
se someten a su conocimiento (doctrina de Fallos: 308:2268 y del voto de
los jueces Maqueda y Zaffaroni in re I.349.XXXIX. “Itzcovich, Mabel c/ ANSeS
s/ reajustes varios”, sentencia del 29 de marzo de 2005), alta finalidad que se
encuentra comprometida y cuyo apropiado logro impone la revisión que se
postula.

6) Que los poderes del Tribunal para preservar el rol preeminente e insustituible
que la ha reconocido la Constitución Nacional, naturalmente desplazan el
principio funcional de la perdurabilidad de su jurisprudencia. En efecto, si en
trance de juzgar la constitucionalidad de una ley sancionada por el Congreso
de la Nación que, en ejercicio de las atribuciones reconocidas por la Ley
Suprema, regulaba la competencia apelada del Tribunal en materia previsional
(ley 24.463, art. 19), esta Corte la descalificó “a pesar de que inicialmente no se
había exhibido como ostensiblemente irrazonable y después de recordar que
una decisión de esa naturaleza es la más grave de sus competencias por ser la
ultima ratio de su decisión” sobre la base de que, entre otros motivos, alteraba
el rol institucional como intérprete final de la Constitución Nacional (caso
“Itzcovich”, antes citado), mayor justificación aún encuentra una modificación de
parte del Tribunal con respecto a los dinámicos criterios hermenéuticos de los
textos infraconstitucionales en juego, a la luz de los fines y principios superiores
arraigados en la Constitución Nacional y frente a la diversidad de conclusiones
que razonablemente autoriza el texto normativo en juego.

7 ) Que el objeto de la jurisdicción originaria conferida por los arts. 116 y


117 de la Constitución Nacional en asuntos, como el presente, de distinta
vecindad -o extranjería- de la parte litigante con una provincia no es otro -
según lo ha expresado desde antiguo el Tribunal- que darles garantías a los
particulares para sus reclamaciones, proporcionándoles jueces al abrigo de
toda influencia y parcialidad.

Pero ese alto y respetable interés institucional encuentra su preciso límite


en el respeto al principio constitucional que consagra la autonomía de los
estados provinciales, de manera
de no perturbar su administración interna, porque si todos los actos de sus
poderes pudieran ser objeto de una demanda ante la Corte vendría a ser
ella quien gobernase a las provincias desapareciendo los gobiernos locales

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(Fallos: 14:425; 310:1074).

En estas condiciones se le reconoce el carácter de exclusiva y no susceptible


de extenderse, tal como lo ha establecido una constante jurisprudencia del
Tribunal (Fallos: 270:78; 271:145; 280:176; 285:209; 302:63, entre otros), y
sólo procede en razón de las personas cuando a la condición de vecino de
otra provincia “o de extranjero” se une el requisito de que el litigio asuma el
carácter de “causa civil” (doctrina de Fallos: 272:17; 294:217, entre otros).

8) Que una calificación de esa naturaleza se ha atribuido a los casos en los que
su decisión hace sustancialmente aplicables disposiciones de derecho común,
entendiendo como tal el que se relaciona con el régimen de legislación contenido
en la facultad del art. 75, inc. 12, de la Constitución Nacional.

Por el contrario, quedan excluidos de tal concepto los supuestos en los que,
a pesar de demandarse restituciones, compensaciones o indemnizaciones
de carácter civil, se requiere para su solución la aplicación de normas de
derecho público provincial o el examen o revisión, en sentido estricto, de
actos administrativos, legislativos o judiciales de las provincias en los que
éstas procedieron dentro de las facultades propias reconocidas por los arts.
121 y sgtes. de la Constitución Nacional (Fallos: 180:87; 187:436; 311:1597,
entre otros).

9 ) Que en el sub lite los actores persiguen “con apoyo en disposiciones


contenidas en el Código Civil” la reparación de los perjuicios derivados del
accionar irregular de personal de la policía provincial en la realización de tareas
de prevención de delitos.

La pretensión procesal subsume el caso, entonces, en un supuesto de


responsabilidad extracontractual del Estado local por la presunta “falta de
servicio” en que habría incurrido un órgano de la Provincia de Buenos Aires
derivada del cumplimiento irregular de las funciones estatales que le son propias
(Fallos: 306:2030 y sus citas; 320:1999, dictamen de la señora Procuradora Fiscal
a la que adhiere este Tribunal).

10) Que se trata, pues, de un daño que los actores atribuyen a la actuación
del Estado provincial en el ámbito del derecho público, como consecuencia del
ejercicio imperativo del “poder de policía de seguridad” entendido como una
“potestad pública” propia del Estado, quien la ejerce cuando lo estima conveniente
para satisfacer exigencias de bien público o de interés general; materia cuya
regulación corresponde al campo del derecho administrativo y de resorte
exclusivo, por ende, de los gobiernos locales, de conformidad con lo dispuesto
por el art. 121 y concordantes de la Constitución Nacional; y que encuentra
su fundamento en principios extraños a los propios del derecho privado (confr.
Marienhoff, Miguel S., “Tratado de Derecho, Administrativo”, Abeledo Perrot,
Buenos Aires, segunda edición actualizada, T. IV, nros. 1527,1601, 1625, 1648,
1686, 1687 y 1688; Fiorini, Bartolomé A.,”Manual de Derecho Administrativo”, La
Ley S.A., Buenos Aires, 1968, Primera Parte, capitulo IV, págs. 82, 83, Segunda
Parte, capítulo I, págs. 1103, 1112, 1113, 1131; Forsthoff, Ernst,”Tratado de
Derecho Administrativo”, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1958, págs.
427).

11) Que lo expuesto conduce necesariamente “a fin de resolver el caso” al


estudio del régimen jurídico administrativo local que sienta las bases del sistema
provincial de seguridad pública y que determina las funciones esenciales y
obligaciones del personal que lo integra (leyes 12.154 y 12.155, entre otras),

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interpretándolo en su espíritu y en los efectos que la soberanía provincial
ha querido darle, todo lo cual no es del resorte de la Corte Suprema (Fallos
312:606;319:1407; 322:617).

12) Que no obsta a tal conclusión la circunstancia de que para resolver el sub lite
se invoquen eventualmente disposiciones contenidas en el Código Civil, pues
todos los principios jurídicos -entre los que se encuentra el de la responsabilidad
y el resarcimiento por daños ocasionados-aunque contenidos en aquel cuerpo
legal no son patrimonio exclusivo de ninguna disciplina jurídica y menos aun del
derecho privado, pues constituyen principios generales del derecho aplicables
a cualquiera de ellas, aunque interpretándolos teniendo en cuenta el origen y
naturaleza de la relación jurídica de que se trate (Fiorini, op. cit., primera parte,
págs. 90 y sgtes.).

Tampoco obsta a lo expuesto la circunstancia de que, ante la ausencia de normas


propias del derecho público local se apliquen subsidiariamente disposiciones de
derecho común, toda vez que ellas pasan a integrarse en el plexo de principios
de derecho administrativo en el que, prima facie, se encuadra el presente caso
(Fiorini, op. cit., primera parte, pág. 92 y sgtes.; Fallos: 187:436; 306:2030;
307:1942; 312:1297; 314:620; 315:1231).

13) Que en concordancia con los principios enunciados y en ejercicio de las


competencias constitucionales que le son propias la provincia demandada
sancionó el Código Contencioso Administrativo que establece, en lo que aquí
interesa, la competencia de los tribunales contencioso administrativos en el
conocimiento y decisión de las pretensiones que se deduzcan en los casos
originados por la actuación u omisión, en el ejercicio de funciones administrativas,
de los órganos
de la provincia. Agrega, asimismo, que “(l)a actividad de los órganos del Poder
Ejecutivo...se presume realizada en el ejercicio de funciones administrativas y
regida por el derecho administrativo. Procederá esta presunción aun cuando se
aplicaren por analogía normas de derecho privado o principios generales del
derecho” (art. 1 , ley 12.008).

A título meramente ejemplificativo determina que la competencia contencioso-


administrativa comprende las controversias “que versen sobre la responsabilidad
patrimonial, generada por la actividad lícita o ilícita de la Provincia...regidas por
el derecho público, aún cuando se invocaren o aplicaren por analogía normas de
derecho privado” (art. 2 ,inc. 4); en tanto excluye de esa competencia las “que
se encuentren regidas por el derecho privado...” (art. 4 , inc. 1,texto según ley
13.101).

14) Que el desarrollo argumentativo expresado impone entender por “causa


civil” -a los efectos de determinar la competencia originaria de este Tribunal
por razón de la distinta vecindad o de extranjería- a aquellos litigios regidos
exclusivamente por normas y principios de derecho privado, tanto en lo que
concierne a la relación jurídica de que se trata, como en el examen sobre
la concurrencia de cada uno de los presupuestos de la responsabilidad
patrimonial ventilada y, en su caso, en la determinación y valuación del daño
resarcible.

De igual modo al que esta Corte declina su competencia originaria para conocer
de aquellos asuntos, cuando es parte una provincia, en que pese a estar en
tela de juicio de modo predominante una cuestión federal la decisión del caso
también impone el tratamiento de puntos del derecho público local, tampoco
tomará intervención en esta sede cuando el examen de un caso que se califica

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como de responsabilidad civil de un Estado provincial se atribuya a la falta
de servicio o remita al examen de materias no regladas por disposiciones
dictadas por el Congreso de la Nación sino por las autoridades locales
de gobierno, en ejercicio de una atribución no delegada a la Nación. Este
concepto excluye, por lo tanto, todos aquellos casos en que, como el sub
examine, quiera hacerse responsable patrimonialmente a una provincia por
los daños y perjuicios que crean sufrir los ciudadanos de otro Estado local,
o un extranjero, por la actuación o por la omisión de los órganos estatales en
el ejercicio de sus funciones administrativas, legislativas y jurisdiccionales.

15) Que la doctrina expuesta no hace más, en rigor, que proseguir con el
desarrollo argumental formulado por el Tribunal desde cuando menos el
precedente registrado en Fallos: 7:373 del 31 de julio de 1869. Allí se sostuvo
que “la Constitución Federal de la República se adoptó para su gobierno como
Nación, no para el gobierno particular de las provincias, las cuales, según la
declaración del artículo ciento cinco [hoy ciento veintidós], tienen derecho a
regirse por sus propias instituciones y elegir por sí mismas sus gobernadores,
legisladores y demás empleados; es decir: que conservan su soberanía absoluta
en todo lo relativo a los poderes no delegados a la Nación, como lo reconoce el
artículo ciento cuatro [hoy ciento veintiuno]...que de este principio fundamental
se deduce, que a ella corresponde exclusivamente darse leyes y ordenanzas
de impuestos locales, de policía, higiene, y en general, todas las que juzguen
conducentes a su bienestar y prosperidad, sin más limitación que las enumeradas
en el artículo ciento ocho [hoy ciento veintiséis] de la misma Constitución”. Este
mandato constitucional veda a esta Corte juzgar sobre el funcionamiento de las
instituciones locales creadas en su consecuencia, so pena de producirse una
inadmisible intervención federal por el Poder Judicial de la Nación en el ámbito
del derecho público local no delegado (Fallos: 315:2309, considerando 3 de la
minoría).

16) Que esta inhibición para entender en forma originaria en este proceso no frustra
la intervención del Tribunal a fin de conocer sobre las cuestiones federales que
pudieran suscitarse en el proceso, mediante la instancia revisora que -verificados
los demás recaudos que condicionan su admisibilidad- regla desde septiembre de
1863 el art. 14 de la ley 48, y de la cual no está excluida la cuestión concerniente
a la violación de garantías constitucionales por la ausencia de imparcialidad del
órgano judicial interviniente, como patentemente lo demuestra el emblemático
precedente dictado por esta Corte, recurso extraordinario mediante, en el caso
“Penjerek” del 14 de noviembre de 1963 (Fallos: 257:132).

La interpretación que postula este pronunciamiento se exhibe en las actuales


circunstancias como valiosa en grado sumo, pues a la par que armoniza
y concilia los legítimos intereses de los particulares a ser juzgados con
imparcialidad con el debido respeto a las autonomías provinciales, tiene
esencialmente en miras -sin prescindir de la competencia examinada-
profundizar los instrumentos apropiados para mejorar el funcionamiento
de esta Corte, concentrando sus decisiones de modo preferente en el
responsable ejercicio de su jurisdicción constitucional más eminente y de
mayor trascendencia institucional.

Por ello, y oído el señor Procurador Fiscal, se resuelve: Declarar la incompetencia


de esta Corte para entender en forma originaria en este juicio. Notifíquese.
Comuníquese al señor Procurador General y, oportunamente, remítanse las
actuaciones al Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Buenos Aires a fin
de que, conforme a lo resuelto, decida lo concerniente al tribunal que entenderá
en la causa por razón de la materia. ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI - ELENA

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I. HIGHTON de NOLASCO - JUAN CARLOS MAQUEDA - E. RAUL ZAFFARONI
– RICARDO LUIS LORENZETTI - CARMEN M. ARGIBAY

A continuación se transcriben sumario en donde se sigue el precedente Barreto

“A partir del precedente “Barreto” la Corte ha definido un nuevo contorno al


recaudo de causa civil -a fin de determinar su competencia originaria por
razón de la distinta vecindad o de extranjería- atribuyendo ese carácter con un
criterio riguroso a los litigios regidos exclusivamente por normas y principios
de derecho privado, tanto en lo que concierne a la relación jurídica de
que se trata, como en el examen sobre la concurrencia de cada uno de los
presupuestos de la responsabilidad patrimonial ventilada y, en su caso, de la
determinación y valuación del daño resarcible. “(Mayoría: Lorenzetti, Highton
de Nolasco, Fayt, Petracchi, Maqueda, Zaffaroni, Argibay S. 366. XXXVII
Securfin S.A. c/Santa Fe, Provincia de s/daños y perjuicios. 17/07/2007)

Quedan excluidos de la instancia originaria de la Corte Suprema aquellos


procesos en los que se debatan cuestiones de índole local que traigan aparejada
la necesidad de hacer mérito de ellas o que requieran para su solución la
aplicación de normas de esa naturaleza o el examen o la revisión en sentido
estricto de actos administrativos, legislativos o jurisdiccionales de las autoridades
provinciales -Del dictamen de la Procuración General, al que remitió la Corte
Suprema. Mayoría: Highton de Nolasco, Fayt, Petracchi, Maqueda Abstención:
Lorenzetti, Zaffaroni, Argibay A. 1509. XLII Arias, Luis Federico c/ Buenos Aires,
Provincia de s/acción meramente declarativa. 11/09/2007

Otra cuestión de interés que se indica en este último fallo se refiere a la necesidad
de que la cuestión se deba resolver por aplicación directa y exclusiva de normas
Constitucionales, Nacionales o Internacionales.

“Una de las hipótesis en que procede la competencia originaria de la Corte


si es parte una provincia, según el art. 117 de la Constitución Nacional, es
cuando la acción entablada se funda directa y exclusivamente en prescripciones
constitucionales de carácter nacional, en leyes del Congreso o en tratados con
las naciones extranjeras, de tal suerte que la cuestión federal sea la predominante
en la causa. -Del dictamen de la Procuración General, al que remitió la Corte
Suprema-. “

“La cuestión federal no es la predominante en la causa si para solucionar el


pleito deberá necesariamente evaluarse y analizar instituciones de derecho
público local, como lo es la facultad de superintendencia asignada a la Suprema
Corte provincial y el ejercicio de facultades disciplinarias en cabeza del Consejo
de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento respecto de magistrados y
funcionarios del Ministerio Público, lo cual exige examinar y revisar los actos
emanados de las autoridades provinciales desplegados en razón de tal poder
disciplinario e interpretar y aplicar las normas infraconstitucionales de derecho
público local que lo regulan, confrontándolas, primero, con las disposiciones de
la Constitución local y, recién luego, con la Constitución Nacional. -Del dictamen
de la Procuración General, al que remitió la Corte Suprema-. “

Mayoría: Highton de Nolasco, Fayt, Petracchi, Maqueda. Abstención: Lorenzetti,


Zaffaroni, Argibay A. 1509. XLII Arias, Luis Federico c/ Buenos Aires, Provincia
de s/acción meramente declarativa. 11/09/2007

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“La calidad de parte de la provincia -a los fines de la competencia originaria-
debe surgir, en forma manifiesta, de la realidad jurídica, más allá de la voluntad
de los litigantes en sus expresiones formales, pues lo contrario importaría dejar
librado al resorte de éstos la determinación de esa instancia. -Del dictamen de
la Procuración General, al que remitió la Corte Suprema-. “Mayoría: Highton de
Nolasco, Fayt, Petracchi, Maqueda. Abstención: Lorenzetti, Zaffaroni, Argibay
M. 696. XLII Malvicino, Horacio Esteban c/ Misiones, Provincia de s/acción de
amparo.27/03/2007

m2 material

Material Básico:

• Haro, Ricardo: “Manual de Derecho Constitucional Argentino”. Tomo II Capítulo


XIX punto VIII pág. 469 hasta el final del Capítulo. Capítulo XX punto XI hasta el
punto XIII inclusive pág. 493 a 500.

• Ley 27

• Ley 48

• Decreto Ley 1285/58

Material Complementario:

• Haro, Ricardo: “La Competencia Federal”. Ed. Depalma. 1987.

Jurisprudencia:
• Fallo: 329:759 (Año 2006) “BARRETO” Competencia Federal Originaria – con-
cepto de causa civil en donde una Provincia es parte.

• Fallo: 240:311 “CARDILLO” Competencia Federal en razón del Lugar

• Fallo: 296:432 “BRIZUELA” Competencia Federal en razón del Lugar

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.106


m2 actividades

m2 | actividad 1

Determinación de Competencia
Ud. integra un estudio jurídico dedicado, entre otras cosas, al asesoramiento
legal brindado a instituciones oficiales y particulares. A su vez el staff de
abogados que componen el estudio se dedica a interponer demandas ante las
jurisdicciones judiciales Federal y Provincial.
En este caso, la Dirección Nacional de Vialidad -entidad autárquica nacional- le
envía la liquidación sobre la obra de reparación de una ruta de la Provincia de
Córdoba, realizada en cumplimiento de un contrato de locación de obra civil. En
dicha liquidación, figura un saldo impago de pesos Cien Mil, deuda que no es
reconocida por la Provincia.
Las autoridades de la Dirección Nacional de Vialidad le solicitan que elabore un
informe donde fundamente si se puede iniciar una demanda para el cobro en los
Tribunales Federales de Córdoba.
Resulta conveniente que Ud., al momento de analizar la cuestión planteada en
esta actividad y en las subsiguientes, conozca y comprenda un método. Por tal
motivo, tenga siempre presente consultar el Método IC 1sugerido cada vez que
así se lo señale el texto.

m2 |actividad 1 | IC

información complementaria 1

Método
El método sugerido es el siguiente:
1. Verifique si corresponde la C.F. en razón de la materia.
• Atento a que la C.F. en razón de la materia es improrrogable, es
decir que si la causa integra la C.F. en razón de la materia deberá ser
sustanciada y resuelta en esa jurisdicción, no interesando las cuestiones
atinentes al lugar y las personas.
2. En el supuesto de que la materia no sea de C.F. ingrese en el análisis a fin
de determinar si en razón del lugar el caso integra la C.F.
• La C.F. en razón del lugar es en principio improrrogable, aunque
existen excepciones.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 107


3. En caso que no corresponda la C.F. en razón de la materia, ni del lugar,
deberá tener en cuenta si la causa es de C. F. en razón de la personas.
4. Finalmente, en caso de ser de C.F. en razón de las personas verifique si no
ha operado la prórroga expresa o tácita del fuero federal.

m2 | actividad 2

Cliente con doble nacionalidad


En el Estudio Jurídico donde Ud. trabaja se presenta el Sr. Sebastián Verona,
quien tiene doble nacionalidad: argentina y española. Esta persona acude
con la pretensión de iniciar una demanda por los daños y perjuicios debido al
incumplimiento de un contrato de compraventa por parte del Sr. Patricio Garay,
ciudadano argentino.
El jefe del departamento legal del estudio solicita informes a distintos abogados
del staff, sobre temas de cada especialidad, solicitándole a Ud. un informe a fin
de determinar ante qué Tribunal debe plantear la demanda.
Tal como le hemos mencionado en otra oportunidad, resulta conveniente que
Ud. al momento de analizar la cuestión conozca y comprenda un método. Por tal
motivo, le sugerimos tener presente aquel método presentado en la Actividad 1
del presente módulo.

m2 | actividad 3

Cliente extranjero
En el Estudio Jurídico donde Ud. trabaja se presenta el Sr. Juan Snaider, de
nacionalidad española, con la pretensión de iniciar una demanda por daño moral,
por los insultos recibidos de parte del Sr. William White, ciudadano de EE.UU.
El jefe del departamento legal del estudio solicita informes a distintos abogados
del staff, sobre temas de cada especialidad, solicitándole a Ud. un informe a fin
de determinar ante qué Tribunal debe plantear la demanda.
Tal como lo sugerimos en las actividades anteriores, no deje de consultar el
método propuesto en la Actividad 1.

m2 | actividad 4

Cobro de impuestos provinciales


El Estado provincial de Córdoba, le solicita al Estudio donde usted trabaja un
informe a fin de que le indiquen ante qué tribunal deben presentar las demandas
para el cobro de una cuota del impuesto inmobiliario provincial en contra de un
vecino de Córdoba. A su vez, están interesados en conocer ante qué tribunal
deben hacerlo con respecto a los propietarios con domicilio en otras provin-
cias.
Usted es designado como responsable de dicho informe.

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m2 | actividad 5

Cobro de impuestos nacionales


La dependencia Córdoba de la DGI, le solicita al Estudio donde usted trabaja,
que le informe ante qué tribunal debe plantear una demanda por el cobro de una
liquidación del impuesto a las ganancias en contra de un vecino de la ciudad de
Córdoba.
A los fines de responder adecuadamente ante la inquietud planteada, tenga
presente remitirse al método sugerido en la Actividad 1 de este módulo.

m2 | actividad 6

Cliente locador de inmueble a vecinos de otra provincia


Se presenta en el Estudio donde usted trabaja, una importante inmobiliaria de
Córdoba que solicita asesoramiento sobre el tribunal ante el que se deben
radicar las demandas por vencimiento de contrato en los siguientes casos:
El primero es el del Sr. Juan Cantil, vecino de Córdoba, que alquiló su casa por
el mes de enero al matrimonio Valdez, que son vecinos de Bs. As. En el otro
contrato, el Sr. Juan Candil le alquiló un departamento a dos hermanos, uno con
domicilio en Córdoba y otro en San Juan.
A los fines de responder adecuadamente ante la inquietud planteada, tenga
presente remitirse al método sugerido en la Actividad 1 de este módulo.

m2 | actividad 7

Demanda contra un Cónsul


El propietario de un importante local del centro de la ciudad de Córdoba concurre
al estudio jurídico donde usted trabaja, porque el cónsul de Noruega le adeuda
los alquileres por el referido local, donde funciona una sastrería de propiedad
del cónsul. El periodo adeudado es de los meses de enero/abril de 2001.
Le piden que informe dos cuestiones, la primera, si corresponde o no plantear
la demanda ante la competencia federal en razón de la materia. La segunda
cuestión a indagar es si la demanda debe ser interpuesta ante los Tribunales
Federales de Córdoba o ante la C.S.J.N. en razón de la competencia originaria
de ésta.
A los fines de responder adecuadamente ante la inquietud planteada, tenga
presente remitirse al método sugerido en la Actividad 1 de este módulo.

m2 | actividad 8

Contra actos de la Administración Nacional


La AFIP -Administración Federal de Ingresos Públicos- dicta una Resolución -
acto administrativo- por la que establece que los comercios ubicados en la calle
9 de Julio del centro de la Ciudad de Córdoba deben presentar una Declaración
Jurada de Ingresos antes del día 30 de abril de 2008. Los comerciantes afectados
concurren a su Estudio Jurídico en busca de asesoramiento a fin de iniciar

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demanda por entender que se trata de una resolución discriminatoria. Además,
les dijeron que la demanda debe ser presentada ante los tribunales Ordinarios
de la ciudad de Córdoba.
Con relación a dicha cuestión, desde la jefatura del Estudio le piden que elabore
un informe dando respuesta al interrogante planteado.
A los fines de responder adecuadamente ante la inquietud planteada, tenga
presente remitirse al método sugerido en la Actividad 1 de este módulo.

m2 | actividad 9

Demanda contra una listisconsorcio pasiva


El primer cliente del Estudio, la RIAL S.A., que tiene domicilio social en la ciudad
de Santa Fe y una sucursal en la Ciudad de Córdoba, dedicada a la fabricación
de artefactos eléctricos se presenta y pide se le informe a sus abogados internos
ante qué tribunal deben interponer una demanda con motivo del incumplimiento
de un contrato de compraventa con la Provincia de Córdoba y la Empresa
Provincial de Energía de Córdoba.
A los fines de responder adecuadamente ante la inquietud planteada, tenga
presente remitirse al método sugerido en la Actividad 1 de este módulo.

m2 | actividad 10

Cuestiones aduaneras
Un funcionario aduanero, amigo de la infancia del socio principal de Estudio, le
pide un consejo sobre el Tribunal competente en dos casos distintos. De allí se
le solicita un informe urgente sobre ambos casos.
El primero es para saber a quién le corresponde instruir una causa por supuestas
infracciones aduaneras atribuidas a empleados administrativos de una embajada
extranjera.
En el segundo, la solicitud radica en que usted indique qué Tribunal es
competente, en caso de un proceso penal por uso de instrumentos falsos para
retirar mercadería de la Receptoría Aduanera del puerto de La Plata.
A los fines de responder adecuadamente ante la inquietud planteada, tenga
presente remitirse al método sugerido en la Actividad 1 de este módulo.

m2 | actividad 11

Un robo en una Universidad


El Decano de la Facultad de Ingeniería le consulta al Estudio donde usted se
desempeña, sobre qué Tribunal es competente en el caso de un estudiante,
vecino de Córdoba que le ha robado la billetera a un profesor, con doble
nacionalidad, argentino e italiano, mientras salían del aula de la Facultad de
Ingeniería de la UNC.
A los fines de responder adecuadamente a la inquietud planteada, tenga presente
remitirse al método sugerido en la Actividad 1.

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m2 | actividad 12

Cliente con una cesión de créditos


En el estudio le piden que informe sobre la competencia del tribunal para
interponer la demanda en el caso que se le relata de la siguiente manera: Los
Sres. Brownells, extranjeros y vecinos de Buenos Aires, cedieron a Don Domingo
Dávila, -cliente del estudio- vecino de La Rioja, un crédito de 21.799 pesos fuertes
oro, contra D. Ricardo Valdez, vecino de la Rioja.
A los fines de responder adecuadamente ante la inquietud planteada, tenga
presente remitirse al método sugerido en la Actividad 1 de este módulo.
A 1

m2 |actividad 12 | AA

asistente académico 1

El caso puesto a consideración en la actividad fue adaptado de un caso resuelto


por la CSJN. De allí que si Ud. desea profundizar el tema, puede tener acceso a
la sentencia completa en FALLOS 23:726.

m2 glosario

Entidad Autárquica Nacional: La Administración Pública Nacional actúa a través


de órganos y entes administrativos para cumplir sus funciones administrativas
específicas. Para ese fin, asume distintas formas de organización: centralizada,
descentralizada y desconcentrada. En la organización descentralizada se crea
ilegalmente un órgano administrativo separado de la Administración Central
para cumplir determinadas funciones administrativas. Se sostiene que los entes
autárquicos tienen las siguientes características:
• Personalidad jurídica propia.
• Asignación de recursos.
• Patrimonio considerado estatal.
• Competencia para administrarse por sí mismo.
• Creación legal.
• Sujeción a una relación de control o tutela por parte de la Administración
Central.

Demanda por consignación: Se trata de la acción judicial iniciada ante la


negativa del demandado de recibir el dinero, que el actor entiende corresponde,
en mérito a la relación jurídica que fuere. A modo de ejemplo podríamos citar lo
siguiente: El inquilino que desea entregar el inmueble alquilado y el locador se
niega a recibir el pago del último mes de alquiler, por un motivo que el inquilino
considera que no corresponde. Ante tal negativa se presenta una demanda de
consignación en donde se pone el dinero a disposición del locador, quién podrá
aceptar el dinero sin observación, o podrá negarse a recibirlo, en cuyo caso
contestará la demanda de consignación dando los fundamentos por los cuales
el monto consignado es insuficiente. Finalmente, el Juez resolverá hacer lugar a
la consignación, en cuyo caso el monto puesto a disposición por el inquilino al
locador era el correcto; en cambio si se rechaza la consignación el monto era
incorrecto.

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m3

m3 microobjetivos

 Reconocer qué situaciones de hecho habilitan la interposición


de una acción constitucional, como son la acción declarativa de
inconstitucionalidad, el habeas corpus, el amparo y el habeas data.

 Comprender los contenidos teóricos relativos a las acciones


constitucionales, a los fines de utilizarlos para la resolución de casos
prácticos, extraídos en su mayoría, de fallos jurisprudenciales de la
CSJN.

 Reconocer las diferencias entre las acciones constitucionales, atento al


diferente procedimiento de cada una de ellas.

 Comparar los procedimientos de las distintas acciones constitucionales,


a fin de comprender y manejar adecuadamente cada uno de ellos.

 Comprender al procedimiento como un medio para la obtención de


un fin, entendiendo que al ser distinto del fin, necesariamente deberá ser
diferente la forma de regular su protección.

m3 contenidos

ACCIONES Y PROCESOS CONSTITUCIONALES

En este módulo abordaremos el estudio de los procesos constitucionales. Para


ello, dividiremos el presente desarrollo en cuatro apartados, que coinciden con
las cuatro unidades comprendidas en este módulo, a saber:
 Acción Declarativa de Inconstitucionalidad (ADI),
 Habeas Corpus (H.C.),
 Amparo,
 Habeas Data (H.D.).
A continuación, procedemos a desarrollar cada uno de los puntos
mencionados.
Acción Declarativa de Inconstitucionalidad (ADI)
La acción declarativa de inconstitucionalidad será abordada en el marco de la
legislación y trámite a nivel federal. No obstante ello, corresponde indicar que
todas las provincias argentinas prevén su regulación normativa. En la mayoría de
ellas, dicha regulación es establecida en las mismas Constituciones Provinciales.
La procedencia y el trámite en las provincias es, en líneas generales, muy parecido,
pero en algunos casos con notas que las diferencian significativamente. De allí,
la dificultad de tratar la ADI a nivel provincial en esta unidad.
La ADI con esta denominación no se encuentra legislada de manera expresa
hasta el presente. Es por ello, que su surgimiento como proceso constitucional se
debe a la interpretación judicial de la CSJN, respecto del Art. 322 del C.P.C.C.N.
Cabe indicar que la CSJN sostuvo originariamente una doctrina negatoria de la
ADI, la cual se mantuvo hasta el año 1985 y se encuentra totalmente superada
en la actualidad.

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Los fundamentos de la doctrina negativa de la ADI, como los antecedentes
jurisprudenciales respectivos, no van a ser objeto de estudio en esta asignatura.
No obstante, cabe indicar que dicha posición se funda, entre otros argumentos,
en que, conforme el Art. 2 de la Ley 27, la justicia federal sólo entiende en casos
contenciosos y no en acciones que tiendan exclusivamente a ser declarativas.
Pero, es interesante señalar que, en el año 1968, se pone en vigencia la Ley Nro.
17.454, que modificó el C.P.C.C.N. y que introdujo el Art. 322, donde se admiten
las acciones meramente declarativas.
Con esa base normativa encontramos el primer antecedente, citado con
frecuencia cuando se estudia este tema, el dictamen del Procurador General
de la Nación, Dr. Eduardo Marquardt, que tiene lugar en el caso “Hidronor c/
Pcia. de Neuquen” IC 1(año 1971). Le sugerimos advertir su relevancia como
antecedente doctrinario y fuente de consulta permanente. Dada su importancia,
hemos optado por incorporarlo para que Ud. cuente con este material por si
desea profundizar en el tema, o bien consultar algunos aspectos.
El primer caso jurisprudencial, admitiendo la ADI, fue en año 1985, en los autos
“Pcia. de Santiago del Estero c/ Estado Nacional y/o YPF” (Fallos 307:1379),
continuándose, desde entonces, una postura jurisprudencial favorable a la
admisión de la ADI.
A 1
A modo de introducción al tema en cuestión, cabe señalar que la procedencia de
esta acción se encuentra delimitada entre la inadmisibilidad de efectuar consultas
o indagaciones al Poder Judicial, por un lado y; por el otro, de que no se haya
consumado la lesión al derecho constitucional. Es decir, en otras palabras,
debe haber caso judicial, o cuestión judicial o controversia judicial pero sin que
se hubiere consumado la afectación del derecho, puesto que en ese caso, la
mera declaración no es suficiente y se requiere de la reparación del daño, en
cuyo caso serán procedentes las otras acciones, ya sea ordinarias, sumarias o
constitucionales (Amparo, H.C. etc.). Como una ayuda para la comprensión del
tema se ha elaborado una síntesis de la jurisprudencia de la CSJN IC 2, a la que
usted puede acceder para continuar abordando el tema.
Habeas Corpus (H.C.),
Comencemos ahora a desarrollar el segundo punto planteado al iniciar este
módulo, que corresponde a la segunda unidad. Nos estamos refiriendo
específicamente al Habeas Corpus. Los antecedentes históricos y el origen
de esta garantía son interesantes por cuanto han moldeado a la institución en
su recepción normativa en nuestro país. Esta temática seguramente ya ha sido
abordada por usted en Derecho Constitucional, por lo cual sugiero su repaso.
Se propone un enfoque del H.C., desde una perspectiva normativa y práctica.
Por su parte, el H.C. tiene recepción constitucional, en los Arts. 18, versión
clásica o reparadora y en el Art. 43, 3º párrafo (Ref. Const. 1994) de la C.N. Así
también, se encuentra regulado a nivel de tratados internacionales de derechos
humanos que han sido incorporados con jerarquía constitucional, como es el
caso del Art. 7 de la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH) y,
a nivel legal, por medio de la Ley 23.098. Le sugerimos consultar todas estas
normas jurídicas IC 3.
También, se halla regulado por la normativas provinciales, tanto constitucionales
como legales, que no serán objeto de estudio en esta oportunidad, puesto que,
si bien son interesantes e importantes, su tratamiento implicaría un desarrollo
que excede los objetivos que nos hemos planteado en esta asignatura, relativos,
principalmente, a un enfoque hacia el ámbito nacional. Además, en líneas
generales, los principios que surgen del sistema nacional o federal están
contenidos por las normativas provinciales; en este sentido, resulta necesario
indicar que muchas de las características o modalidades del HC a nivel nacional,

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 113


tienen como fuente o antecedente al Derecho Público provincial.
Del análisis de dicha normativa, advertirá que el HC tiene una naturaleza
constitucional y procesal, cuestiones que se encuentran debidamente tratadas
en el material básico de esta asignatura.
En función de la interpretación armónica de dicha normativa, resulta interesante,
por criterios prácticos procesales, diferenciar distintas modalidades o tipos
de H.C. El criterio clasificatorio de las distintas modalidades está dado por la
finalidad del derecho protegido. Es así como tenemos el H.C. clásico o reparador,
preventivo, restringido, correctivo o por agravamiento en las condiciones de
detención, por negativa del derecho de opción, por demora en el traslado de
detenidos legalmente, por desaparición forzada de personas, por restricción
al ingreso o salida del país y colectivo. En esta oportunidad, nos detendremos
en esta última modalidad.
La Constitución Nacional, en el Art. 43, no menciona en forma expresa al Habeas
Corpus como instrumento deducible, también, en forma colectiva, ante lo cual
la C.S.J.N. lo ha reconocido en el caso “Verbisky” (año 2005). Entre otros
argumentos, la Corte Suprema sostuvo que es lógico suponer que si se reconoce
la tutela colectiva de los derechos citados en el párrafo segundo del Art. 43, con
igual o mayor razón, la Constitución otorga las mismas herramientas a un bien
jurídico de valor prioritario, como es la libertad, y del que se ocupa en especial,
no precisamente para reducir o acotar su tutela sino para privilegiarla.
En dicho caso, se planteó la acción en beneficio de intereses colectivos de todos
los sujetos privados de libertad en el ámbito de la provincia de Buenos Aires,
cuya satisfacción no podría lograrse mediante peticiones individuales. Es decir,
se ha admitido un H.C. correctivo colectivo.
Dada la envergadura del tema que venimos planteando, se ha incorporado el
fallo completo de Verbisky IC 4, con indicación de las partes más importantes
del mismo, para que Ud. pueda consultarlo.
A 2

El último tema de la unidad se refiere al trámite o procedimiento del H.C. a nivel


nacional, que se encuentra establecido en la Ley Nro. 23.098. A 3
Amparo
La tercera unidad que se trabaja en el presente módulo, que corresponde a la
Unidad 6 del programa de la asignatura, trata sobre la Acción de Amparo. El
reconocimiento de la existencia de una vía procesal rápida para la defensa de los
derechos constitucionales que no sea la libertad física (H.C.) tuvo que esperar
hasta el año 1957, cuando la Corte Suprema en el caso “Siri” IC 5 admitió por
primera vez la Acción de Amparo -aunque la causa había sido tramitada como
H.C.- para la defensa del derecho de imprenta y trabajo.
Al año siguiente, se dictó el fallo en el caso “Kot” IC 6. La importancia de estos
fallos reside en que allí están receptados los principios permanentes de esta
garantía. Justamente, por su importancia, es que se agrega un extracto de un
trabajo vinculado al tema IC 7.
La procedencia del amparo se refiere a los requisitos que resultan necesarios
para su viabilidad jurídica. Los mismos se encuentran perfilados en el Art. 43 de
la C.N. y las causales o supuestos de inadmisibilidad surgen, fundamentalmente,
de los cinco incisos del Art. 2 de la Ley 16.986. Al respecto, cabe indicar que
varias de las disposiciones que dimanan de los referidos incisos se contraponen
con el Art. 43 de la C.N. De allí que le recomiendo una lectura, atento de ambas
normativas para configurar adecuadamente el concepto y el alcance de la
garantía, para ello, se agrega un cuadro sobre los requisitos del amparo IC 8.
Vinculado con lo anterior, aparece una de las cuestiones que mayor debate
suscitan en la doctrina y jurisprudencia. Se trata del tema referido a si la acción
de amparo es o no una vía directa o subsidiaria. De manera simplificada,
podemos señalar que la polémica gira en torno a si para la admisibilidad del
amparo se requiere que no exista otra vía (subsidiaria) o que, directamente, ante

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.114


la situación jurídica de ilegalidad y/o arbitrariedad manifiesta se pueda presentar
y sea admitida la acción de amparo. A fin de profundizar el tema se agrega un
texto para que Ud. pueda conocer la postura de los distintos autores IC 9, así
como también los distintos criterios jurisprudenciales y la jurisprudencia de la
C.S.J.N. hasta agosto de 2007.
Es importante señalar lo contundente del primer párrafo del Art. 43 de la C.N.,
respecto a que en el marco de la Acción de Amparo es admisible la declaración
de inconstitucionalidad de una ley, aún se advierten ciertas falencias en la
comprensión del tema, que pueden tener su razón de ser en la prohibición
impuesta por el inc. e del Art. 2 de la Ley 16.986. Por tal motivo, se propone
la lectura y análisis del caso “Outon” IC 10 de la C.S., donde se declaró la
inconstitucionalidad de una ley en el marco de una acción de amparo.
Respecto del proceso de Amparo, para facilitar su estudio y comprensión,
se agrega un esquema del trámite de la acción de amparo IC 11 conforme lo
establece la Ley 16.986.
Las distintas modalidades de amparo han sido agrupadas, en el programa de
la materia, bajo el punto “Amparos Especiales”, puesto que todos responden
a la naturaleza de la acción de amparo, pero por tratarse de situaciones con
características distintivas se han desarrollado mecanismos de la garantía para
su protección específica. De esta forma, otorgan una respuesta pronta y eficaz a
situaciones que merecen la defensa garantía del amparo.
Entre las distintas modalidades sobresale por su importancia el amparo
colectivo, que se encuentra expresamente establecido en el Art. 43 2º párrafo
de la C.N. Con relación a las otras modalidades las exigencias, se concentran en
el conocimiento de la normativa, con especial referencia a la determinación de
los supuestos que son protegidos.
Habeas Data (H.D.).
Llegamos ahora a la última unidad que trabajaremos en el presente módulo. Esta
se refiere a la Acción de Habeas Data, que adquiere notoriedad y relevancia
con posterioridad a su incorporación en el Art. 43 3º párrafo de la C.N, ello
es así puesto que con anterioridad a su constitucionalidad no se encuentran
antecedentes jurisprudenciales de esta garantía y de su desarrollo teórico se
encontraba limitado a artículos de doctrina especializados.
Desde su constitucionalización hasta su reglamentación legal, pasaron casi seis
años. La Ley Nro. 25.326 fue publicada en noviembre de 2000. En ese período, se
dictaron una serie de fallos de la Corte Suprema que fijaron algunos parámetros
de la acción. Entre dichos fallos podemos citar las causas “Urteaga” IC 12(1998),
“Matimport S.A.” IC 13 (1999) y “Ganora” IC 14(1999).
La doctrina ha desarrollado ampliamente la cobertura de derechos que son
protegidos por medio del Habeas Data. Así es que se han indicado, entre otros,
el derecho a la intimidad, de los datos personales y de la autodeterminación
informativa, como los más relevantes.
A continuación le presentamos una producción del Dr. Oscar Puccinelli que
desarrolla las distintas clases o modalidades de Habeas Data IC 15, lo que nos
ayuda a comprender el alcance de la garantía.
De la Ley 25.326, reglamentaria del tercer párrafo del art. 43 de la C.N., se pueden
observar dos principios: a) Limites en la recolección de datos y b) Control: El
cual es b-1) General: A través del Órgano de Control, y b-2) Personal: A cargo de
los afectados por medio de las acciones judiciales instrumentadas en la norma
jurídica.
Nuestro estudio sobre la ley será realizado sobre los aspectos que inciden
de manera más directa en la actividad práctica del abogado. De allí que cabe
comenzar su análisis sobre las distintas clases de datos que la ley ha regulado.
En este sentido, aludimos a los datos sensibles que parten del principio general
de la prohibición de recolección y continuando con una serie de excepciones
que deben ser debidamente conocidas.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 115


La otra clase de datos que le recomiendo que tenga muy presente es la relativa
a lo económico o financiero, desde el momento en que ese es el dato que tiene
mayor activismo jurídico y comercial actualmente.
Otro tema central, es el consentimiento a los fines del tratamiento de los datos
por parte del titular de los mismos. En este punto, se fija como principio cardinal
la exigencia del consentimiento previo del titular del dato (Art. 5 Ley 25.326). Este
principio ya se encontraba reconocido jurisprudencialmente en el caso “Lascano
Quintana”, que fuera citado precedentemente.
Además, la norma impone como característica del consentimiento que el mismo
debe ser libre y expreso. Éste último debe ser realizado por escrito o por otro
medio equiparable. No obstante ello, la norma regula de manera expresa diversas
hipótesis de excepción. Se sugiere el estudio detenido de dicha norma.
En el capítulo tercero, la Ley regula los derechos de los titulares de los datos
personales. Se trata de la individualización concreta de los derechos que se
pueden ejercer y, fundamentalmente, el alcance que los mismos tienen. Por tal
motivo, se ha considerado conveniente incorporar aquí un análisis de la normativa
IC 16 que, si bien es bastante parecida con la del material básico, brinda una
serie de aspectos ampliatorios sobre el tema.
Finalmente, de los dos ámbitos de control, el general y el particular, nos
vamos a concentrar en el segundo, a través del estudio del proceso de H.D.
La problemática de la legitimación para ejercer la acción de Habeas Data,
no reviste mayor complicación. Lo que sí es de interés es la ampliación de la
legitimación activa que llega por vía directa o colateral hasta el segundo grado
de consanguinidad, siguiendo al precedente jurisprudencial “Urteaga” que fuera
citado con anterioridad.
Para finalizar, le sugerimos que detenga su análisis en la etapa prejudicial, donde,
para interponer la demanda de H.D. deberá haber procedido, previamente, al
emplazamiento del legitimado pasivo.

Para obtener una mirada global de este módulo, lo invito a ver el mapa
conceptual.

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m3 |contenidos | IC

información complementaria 1

HIDRONOR c/PROVINCIA DEL NEUQUÉN


CSJN, Fallos, 307 apéndice; LL, 154-515

OPINIÓN DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN

“1) La provincia del Neuquén ha intimado a la Sociedad Anónima Hidronor Hidroeléctrica


Norpatagónica el pago de 1.655.624,20 pesos (ley 18.188) en concepto de impuesto de
sellos por el contrato celebrado entre dicha sociedad y la empresa constructora de El
Chocón, Impregilo Sollazzo SA, pago que Hidronor se niega a realizar porque considera
que con arreglo al arto 12 de la ley 15.336, a la ley 17.574 Y al contrato de concesión
aprobado por el decr. 8053/68, la provincia carece de facultades para imponer el grava-
men exigido.
El gobierno del Neuquén no ejecutó judicialmente hasta ahora el crédito que manifiesta
poseer, pero no ha cesado de reclamar su pago a Hidronor por vía administrativa.
Ante tal situación de incertidumbre, dicha empresa inicia contra la provincia del Neuquén
la acción declarativa prevista por el arto 322 del Cód. Proc. Civil y Como de la Nación, con
el propósito de obtener que V.E. establezca la invalidez constitucional de los impuestos
mencionados, en cuanto ellos se aplican a Hidronor SA.
2) La instauración de esta demanda determina la necesidad de examinar su procedencia
frente a los arts. 100 y 101 de la Const. Nacional puesto que, como se pondrá de mani-
fiesto en el curso de este dictamen, los precedentes del Tribunal llevarían a concluir que
el ejercicio de la acción declarativa no da lugar a un caso o causa de conocimiento del
Poder Judicial de la Nación. Dada esa circunstancia, el punto debe ser considerado de
oficio por V .E., en virtud de la doctrina según la cual el control constitucional de tal índole
procede en el supuesto de que la reglamentación exceda los límites constitucionales de
la jurisdicción propia de la Corte Suprema (Fallos, 238:288, consid. 3; 251:455, consid. 3
y, en sentido concordante, Fallos, 270:85, consid. 5).
Importa señalar, al respecto, que las acciones meramente declarativas han sido conside-
radas por el Tribunal como ajenas al concepto de causa antes referido con fundamento
en decisiones de la Corte Suprema norteamericana que, sin embargo, ha abandonado
ese criterio a consecuencia de una sensible evolución en la doctrina, la legislación y la
jurisprudencia, tanto en los países de common law como en los de derecho romano,
evolución conocida en nuestro medio sobre todo a través de la obra de Chiovenda, y que
ha determinado ahora la expresa adopción por el legislador argentino del instituto de la
acción declarativa.
3) El examen de la doctrina elaborada sobre el tema y del desarrollo del problema en la
jurisprudencia norteamericana indica que las dificultades en torno a las acciones mera-
mente declarativas, esto es, aquellas que, a diferencia de las acciones de condena, no
persiguen un pronunciamiento que cree en los órganos de ejecución el deber de actuar
compulsivamente contra el obligado (ver Calamandrei, Estudios sobre el proceso civil, tr.
de Santiago Sentís Melendo, p. 551 y ss. con precisiones sobre las diversas doctrinas),
se vinculan en forma directa con un concepto muy difundido, pero inexacto, acerca de la
naturaleza de la función jurisdiccional.
Según dicho concepto, la misión del Poder Judicial se reduce en el orden privado a repa-
rar las lesiones materialmente producidas en los derechos del actor mediante el ejercicio
de sus facultades compulsivas y, por consiguiente, las acciones de mera certeza resultan
ajenas a la esfera de aquel poder.
No es así, por el contrario, cuando se ve la esencia de la función jurisdiccional en la indi-
vidualización de la voluntad de la ley respecto de las relaciones concretas de derecho,
controvertidas o inciertas, y se considera la ejecución compulsiva como una consecuen-
cia independiente y no necesaria del pronunciamiento...

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Dice Borchard acerca de la primera de las concepciones mencionadas: ‘Desde que el
Estado monopolizó la administración de la justicia es notorio que la función esencial del
Poder Judicial se dirige hacia la estabilización de las relaciones legales y hacia la paz
social originada por ese medio. Las condiciones estabilizadoras y las circunstancias en
cuya virtud actúan los tribunales, pueden variar de un país a otro y de una a otra época.
Hasta tiempos relativamente modernos, en una mayoría de países se sostenía que la per-
petración de algún daño físico, consumado o intentado, al constituir una condición previa
de la actividad judicial, presentaba al tribunal como vengador del damnificado a través de
penas civiles o criminales adecuadas para restituir el equilibrio desaparecido y vindicar
la ley. El concepto de Blackstone sobre la función judicial: «los tribunales de justicia son
instituidos en toda sociedad civilizada para llevar a cabo más eficazmente la reparación
de los daños privados» llegó a ser el punto de vista predominante en el mundo angloame-
ricano y, en gran parte, del mundo civilizado’.
Y más adelante agrega: ‘A la hipótesis de que los tribunales actúan únicamente después
de cometido o intentado el perjuicio, debe imputarse muy verosímilmente la responsabili-
dad de la difundida premisa que concibe al Poder Judicial como un órgano coactivo que
actúa sobre los violadores del derecho y compone entuertos o, por lo menos, previene su
inminente ejecución. De aquí, asimismo, la hipótesis de que la ejecución o las sanciones
de la sentencia constituyen la característica esencialísima del Poder Judicial.
El hecho es, sin embargo, que el tribunal, sin compeler O restringir decide, determina,
establece y fija las relaciones legales que vinculan a las partes en conflicto. Una sentencia
de un tribunal es una afirmación por cuyo intermedio el representante social, como auto-
ridad legítima, en nombre de la ley y del Estado, proclama las consecuencias legales que
sub siguen a los hechos admitidos o probados. Es en virtud de esa determinación de la
ley o sentencia que los vínculos jurídicos existen o no.
La facultad de impartir decisiones, el llamado Poder Judicial, es el poder de verificar dere-
chos controvertidos, de interpretar en qué consiste o en qué ha consistido la ley. La indi-
vidualización definitiva de los derechos de las partes que litigan y de sus efectos legales
es lo que distingue el fallo de cualquier otra actividad público-procesal. De este modo
se atribuyen al vencedor ciertos poderes y prerrogativas necesarias, se certifica sobre
vínculos jurídicos preexistentes (o se los establece sobre nuevas bases) y se protegen y
garantizan los derechos negados o en peligro de desconocimiento.
Nunca se insistirá demasiado en que la ejecución de una sentencia connota una actividad
independiente del pronunciamiento y aun de la decisión que imparte el tribunal y que la
orden dirigida contra el condenado para que haga algo o se abstenga de hacerlo, si no se
cumple voluntariamente, es encomendada a los funcionarios ejecutores, que constituyen
órganos del Estado distintos del tribunal que pronunció la sentencia. La función de este
tribunal se cumple y agota cuando se imparte una decisión que obliga a las partes, lo que
demuestra que es la sentencia -y no la ejecución-la que enuncia los derechos y define la
verdadera naturaleza del Poder Judicial. Toda sentencia, según apunta Mr. Black, no tiene
en general nada de común con los actos o medios en cuya virtud se ejecuta, y realiza la
responsabilidad declarada en la misma. La función declarativa, determinante y discrimi-
natoria constituye entonces su característica diferencial.
La coerción o compulsión originada por un pronunciamiento, aun cuando sea indispen-
sable para ejecutarlo, no se debe a una orden coactiva o a un acto intimatorio o represivo,
sino a la propia existencia de la decisión misma en cuanto derecho legalmente recono-
cido por la justicia. Muchos fallos no requieren o no tienen la posibilidad de ser material-
mente ejecutados. Es cierto que fijan, con carácter irrevocable, una relación jurídica o
un estado de derecho que hasta entonces permanecía desconocido o en incertidumbre,
pero ahí concluye y a eso se reduce todo lo que razonablemente haya podido esperarse
de dicha decisión. A través de esta función determinante o individualizadora se produce
la res iudicata’ (Revista de Derecho Procesal, cit., p. 566/567 y 568/570)...
4) La posibilidad de existencia de la acción declarativa se relaciona también con la natu-
raleza del interés que puede sustentarla. La idea básica, según Chiovenda (Revista de
Derecho Procesal, cito p. 561), consiste en entender que se da interés suficiente cuando
la situación de hecho es tal que el actor, sin la declaración judicial de certeza, sufrirá un

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daño, de modo que la declaración judicial se presenta como medio necesario para evi-
tarlo...
Así, son casos típicos de interés la negación pública de un derecho que el actor juzga
poseer, la jactancia de un derecho por parte del demandado, asimismo la falta de certeza
en manifestaciones de voluntad de las que Chiovenda ofrece un verdadero catálogo de
hipótesis en su trabajo sobre el tema incluido en los Ensayos de derecho procesal civil
(conf. la traducción de Santiago Sentís Melendo, Bs. As., 1940, t. 1, p. 198/200).
5) Es preciso advertir que, en cambio, la admisibilidad de la acción declarativa no se
subordina a la naturaleza del derecho discutido.
Así resulta de la legislación, jurisprudencia y doctrina de los países anglosajones, en los
cuales la tutela de los derechos públicos subjetivos está confiada a los tribunales ordi-
narios, al igual de lo que ocurre en la Argentina, y también en otras naciones ajenas a la
tradición jurídica anglosajona (conf. Lascano, Jurisdicción y competencia, Bs. As., 1941,
p. 194 Y sobre la aplicación de la acción meramente declarativa en el derecho público
de los países anglosajones, Borchard, Judicial relief for peril and insecurity, ‘Harvard Law
Review’, 1932, t. 45, p. 793, desde la p. 839 en adelante)...
De lo expuesto surge que no parece acertado el criterio según el cual el art. 322 del Cód.
Proc. Civil y Comercial tiende a tutelar sólo las relaciones de derecho privado y no com-
prende los actos realizados por órganos públicos en ejercicio de su poder de policía (fallo
de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, citado por Colombo, t. 1, § 19, p. 90).
6) El análisis de la cuestión planteada exige no sólo referirse a la procedencia de la acción
declarativa como tal, sino también a su pertinencia como medio para obtener el ejercicio
del control de constitucionalidad confiado a los tribunales de justicia.
Es frecuente en efecto, la confusión entre el control constitucional concreto provocado
por una acción declarativa y el que puede llamarse abstracto, que es ajeno al derecho
federal argentino.
En el control abstracto, cuyo más notorio exponente se encuentra en la República Federal
Alemana, la intervención del órgano encargado de la tutela constitucional no importa el
ejercicio de funciones propiamente jurisdiccionales, ya que no se determina ni reconoce
ningún derecho subjetivo a favor de una persona en concreto. La actuación del órgano
aludido aparece más bien como legiferante, y su decisión tiene carácter anulatorio gene-
ral de la norma cuestionada. Se trata, pues, de un poder que se desenvuelve en el campo
de la normación general, y es puesto en movimiento por el empleo de una atribución
especial de derecho público (en Alemania, por el gobierno federal, por un gobierno local
o por un tercio de los miembros del Bundestag; conf. el volumen del Max Plank, lnstitut für
ausliindisches offentliches Recht un Volkerrecht, titulado ‘Verfassugsgerichtsbarkeit in der
Gegenwart’, Colonia, Berlín, 1962, relación de Friesenhabn, cap. 11, núm. 1 a, p. 108).
En el sistema de control constitucional concreto la atribución ejercitada es en cambio
estrictamente judicial. El tribunal interviene para dar certeza a una relación jurídica con-
trovertida, y su pronunciamiento tiene por efecto inmediato reconocer el derecho de una
de las partes en litigio frente a otra, de un administrado contra la administración, o vice-
versa. De tal guisa, la conservación de la Ley Fundamental se realiza por la tutela de los
derechos constitucionales de los habitantes -lo que incluye el control sobre la formación
correcta de las normas tanto respecto de la competencia de los órganos como del pro-
cedimiento de sanción (conf. vol. cit., artículo de Priesenhabn, p. 121 Y 122)-, mediante la
declaración de nulidad de los preceptos que afectan aquellos derechos (vol. cit. loco cit.,
p. 161, b, Y 189 infine y 190). Esta declaración, como es propio de los pronunciamientos
judiciales, sólo tiene eficacia inler por/es.
Para establecer si en este régimen de control constitucional cabe admitirla acción decla-
rativa es indispensable referirse a la evolución, antes mencionada, de la jurisprudencia de
los Estados Unidos de Norteamérica, puesto que la organización constitucional de ese
país fue modelo de la nuestra, y a ella se remiten los precedentes de V.E. en esta materia
(Fallos, 115:163; 166:318; 242:354; 255:262; 256:104) al igual que en tantas otras.
7) Para comprender el desarrollo de la doctrina norteamericana es preciso tener en cuenta
que cuando se puso allí en práctica el sistema de control jurisdiccional de constituciona-
lidad a través del pronunciamiento in re ‘Marbury v. Madison’, un sector importante de la

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opinión pública se negaba a admitir, debido a la influencia de las ideas revolucionarias
francesas, cualquier tipo de control judicial sobre la actividad legislativa o administrativa
(conf. Verfassungsgerichtsbarkeit, cit. p. 351 Y siguientes).
Por ese motivo fue preciso poner especial acento en que no se trataba de reeditar el poder
de voto que se habían arrogado los jueces del antiguo régimen y, en consecuencia, se
insistió una y otra vez en que los tribunales sólo debían dejar de aplicar las leyes opuestas
a la Constitución en los casos y controversias que les fueran sometidos, lo cual exigía la
existencia de partes realmente adversarias, con intereses legales opuestos. Esto es, el
Poder Judicial podía y debía apartarse de la voluntad legislativa en homenaje a la voluntad
de la Constitución, pero únicamente actuando como verdadero organismo jurisdiccional
frente a un caso o controversia...
Cabe consignar primeramente a este respecto que años antes de iniciarse la serie de
precedentes que condujo a la admisión de las acciones de mera certeza, se produjo un
caso, del que hizo mérito la jurisprudencia argentina (Fallos, 115:163), en el cual la Corte
Suprema de los Estados Unidos estableció que no era controversia justiciable una acción
que realmente parecía declarativa (‘Muskrat V. United States’, 210 US 346, año 1910).
Se trataba de lo siguiente: varias personas de la tribu cherokee, por sí y por los demás
integrantes de la tribu en situación similar a la suya se presentaron al Congreso alegando
la inconstitucionalidad de determinadas leyes de los años 1904 y 1906 que imponían res-
tricciones a la disposición de tierras asignadas antes a los miembros del grupo y aumen-
taban el número de participantes en la distribución final de tierras.
El Congreso autorizó se siguiera una demanda contra los Estados Unidos ante el Tribunal
de Reclamaciones (Court 01 Claims) con apelación a la Corte Suprema.
Ésta decidió, en definitiva, que no se hallaba frente a un caso o controversia en el sentido
de la Constitución. La definición de Poder Judicial de la que partió fue la clásica de Miller
(citada en Fallos, 115:163 y 156:818) que, en verdad, pone énfasis en el carácter determi-
nativo del pronunciamiento y no establece como conditio sine qua non que aquél requiere
ejecución coactiva para producir efecto (la definición reza: el ‘Poder Judicial... es el poder
de un tribunal para decidir y pronunciar una sentencia y llevarla a efecto entre personas y
partes que llevan un caso a él para su decisión’ -judicial power is the power of a court to
decide and pronunce a judgment and carry it into effect between persons and parties who
bring a case before it for decision-) .
[Está omitida una descripción de la evolución gradual en la jurisprudencia norteamericana
para permitir acciones declarativas.]
La situación se aclaró por fin en el célebre caso ‘Nashville, Chattanooga y Saint Louis
Railway Co. v. Wallace, Comptroller of the Treasury of Tennessee et al.’ (228 US 249, año
1933).
La acción tendía a impedir el cobro compulsivo de impuestos impugnados de inconstitu-
cionalidad, ya determinados y cuyo pago había sido exigido. Dado ese supuesto normal-
mente se concedía el injunction. Pero en la especie no se impetraba a tal remedio sino
una mera declaración de certeza, mediante acción iniciada ante los tribunales del Estado
de Tennessee, con arreglo a la ley sobre sentencias declarativas allí vigente.
Cuestionada la naturaleza del caso en el sentido constitucional atribuido al proceso lle-
gado en apelación a la Corte Suprema, ésta declaró que efectivamente el procedimiento
seguido investía dicho carácter.
Las consideraciones del pronunciamiento que emitió en nombre de la Corte el juez Stone
fueron las siguientes: a) la controversia era suficientemente real y concreta, y conformaba,
por tanto, una cuestión justiciable; b) el problema a tratar radicaba, pues, en si una contro-
versia de tal género cuyo carácter de caso contencioso no hubiera sido puesto en duda
de solicitarse injunction, dejaba de serio por pedirse la simple determinación del derecho;
c) la respuesta fue que no dejaba de constituir un verdadero caso, dado que no era requi-
sito indispensable de toda decisión judicial la posibilidad de llevar aparejada ejecución.
Cuando en 1934 se sancionó en los Estados Unidos la ley federal de sentencias declarati-
vas, ella estableció que procedería en supuestos de “actual cases or controversias”.
La Corte Suprema al declarar (‘Aetna Life Insurance Co. v. Haworth’, 300 US 227) con
apoyo en la doctrina del fallo emitido en los autos ‘Nashville Chattanooga y St. Louis Ry.

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Co. v. Wallace’, la validez constitucional de aquella ley, subrayó que el adjetivo ‘actual’ era
más enfático que definitorio. Según lo destacó el chief justice, Mr. Charles Evans Hughes,
lo importante era que existiese una ‘controversia real y sustancial, que admitiese solución
específica mediante una decisión de carácter definitivo’.
De allí en más, sólo restaba precisar las pautas del interés suficiente capaz de dar lugar a
un caso real y sustancial.
Los fallos posteriores indican que la Corte Suprema ha aplicado criterios que caben
dentro de las ideas propiciadas por Borchard como índices para determinar la existen-
cia de legitimación para obrar, es decir, que haya un conjunto de hechos dotados de
eficacia (aggregate 01 operative lacts) de suficiente madurez (ripeness), que produzca
inseguridad acerca de la situación jurídica del actor y que ponga en peligro su tranquili-
dad espiritual, su libertad o sus intereses pecuniarios, pautas que Roberto Goldschmidt
encuentra análogas a las de la doctrina alemana (conf. La sentencia declarativa, de dicho
autor, en la Revista de Derecho Procesal, año 1, 1943, parte 13, p. 380, 390, artículo con-
sagrado a comentar la obra de Borchard, Declaratory Judgements, ed. 1941, de la cual
no dispongo).
Como ejemplo ilustrativo me interesa recordar, en primer término, el caso ‘Maryland
Casualty Co. v. Pacific Coal y Oil Co.’ (312 US 270, año 1941) en el cual el juez Murphy,
manifestando la decisión del Tribunal Supremo favorable a la admisibilidad de la acción,
expresó: ‘La diferencia entre una cuestión abstracta y una «controversia» prevista por la
ley de sentencias decIarativas es necesariamente una diferencia de grado, y sería difícil,
sino imposible, establecer un patrón definido para determinar en todo caso cuándo hay tal
controversia. Básicamente, la cuestión es en cada caso si los hechos alegados, teniendo
en cuenta todas las circunstancias, muestran que hay una sustancial controversia, entre
partes que tienen intereses legales opuestos, de suficiente inmediatez y realidad para
autorizar la emisión de una sentencia decIarativa (ver ‘Aetna Life Ins. Co. v. Haworth’, 300
US 227, 239-242). Es irrelevante que frecuentemente, en los procedimientos por senten-
cia decIarativa, la posición de las partes en un proceso corriente esté invertida: la cuestión
discutida es la misma en cualquiera de los dos casos’ (p. 273)...
Esto conduce a destacar que el Tribunal Supremo norteamericano mantiene con la mayor
firmeza que la acción decIarativa no es pertinente cuando se la emplea para obtener un
pronunciamiento de carácter consultivo (advisory) sobre una situación de hecho hipoté-
tico, de conformidad con lo expresado in re ‘Electric Bond Co. v. Securities and Exchange
Commission’ (303 US 419, p. 443) donde se agrega con referencia a las circunstancias
específicas del caso: ‘Él ofrece un conjunto de controversias hipotéticas que pueden no
llegar a ser nunca reales. Somos invitados a entrar en una indagación especulativa con el
propósito de invalidar disposiciones legales cuyo efecto en situaciones concretas, todavía
no desarrolladas, no puede percibirse definidamente. Debemos declinar esta invitación’
(vid. asimismo ‘Ashwander v. Tennessee Valley Authority’ 207 US 288, p. 324)...
Terminado este análisis, cabe afirmar que el sistema de control constitucional norteameri-
cano es de carácter concreto, pero se ejerce no sólo por vía reparatoria o retributiva, sino
también preventiva, desde sus mismos orígenes, a través del injunction y remedios simi-
lares, que la acción decIarativa complementa y perfecciona. Rasgo característico de ese
régimen es la posibilidad de impedir la ejecución de las leyes inconstitucionales mediante
pronunciamientos que sólo valen inter partes y para cuya omisión se exigía antes la exis-
tencia de una amenaza de daño irreparable por otra vía y ahora que medie un interés real
y sustancial en el pronunciamiento, sin que como principio sea necesario, en los supues-
tos de normas dotadas de sanción penal, correr el riesgo de las consecuencias de su
violación para obtener que se determinen judicialmente los derechos invocados.
8) El régimen argentino no ha seguido los mismos lineamientos. Aquí el control jurisdic-
cional de constitucionalidad se ejerce en unos casos directamente por vía reparatoria
cuando se persigue la indemnización del daño ocasionado por el cumplimiento de las
normas inválidas (Fallos, 179:169 y 262:22).
Otro tipo de tutela está reservado para aquellos que conculcan las normas impugnadas y
logran evitar la sanción mediante un pronunciamiento absolutorio fundado en la incons-
titucionalidad de aquéllas. Pero el riesgo de la transgresión es precio inevitable de la
protección jurisdiccional buscada.
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También tiene importancia la defensa de inconstitucionalidad en la esfera civil, y es la
generalmente empleada para obtener la desestimación de pretensiones fundadas en
normas inválidas, o para lograr la admisión de las basadas en preceptos cuya aplicación
se halla limitada por disposiciones inconstitucionales.
En cambio, ha sido ajena a nuestro derecho la institución de los mandatos positivos o pro-
hibitivos de los jueces a los funcionarios públicos tendientes a forzar el cumplimiento de
la ley o de la Constitución (injunctions y recursos similares). Respecto de ello importaba
excepción el recurso de hábeas corpus.
Ahora, particularmente después de la sentencia recaída in re ‘Outon, Carlos Jo’ (Fallos,
267:215), ha quedado admitido, en cierta medida, este tipo de remedios, a condición de
que -como en el injunction tradicional exista la posibilidad de un daño irreparable por otra
vía, incluso para declarar por excepción la inconstitucionalidad de leyes, reglamentos y
ordenanzas. Y, por las circunstancias del caso aludido, sirvió para reparar una lesión pre-
sente y evitar que se siguiera produciendo en el futuro.
Dentro de estas características generales, la Corte Suprema ha tenido oportunidad de
pronunciarse reiteradamente y desde antiguo, sobre la admisibilidad de acciones decla-
rativas y especialmente en materia constitucional. Los fallos de los últimos años han pre-
cisado el criterio que puede reputarse actual, y en cuya virtud el tribunal excluye tal tipo
de acciones de la categoría de causas en el sentido de los arts. 100 y 101 de la Ley
Fundamental.
El razonamiento comienza por establecer la idea básica del control concreto de constitu-
cionalidad, afirmando con todo acierto en Fallos, 242:353, que el fin y las consecuencias
del control encomendado a la justicia sobre las actividades ejecutivas y legislativa exigen
que el requisito de la existencia de un caso o controversia judicial sea observado riguro-
samente para preservar el principio de la división de poderes.
Después, en Fallos, 243:176, se dice que tales casos o causas, en los términos de los
arts. 100 y 101 de la Consto Nacional son aquellos que contempla el art. 2° de la ley 27,
con la exigencia de que los tribunales federales sólo ejerzan jurisdicción en los casos con-
tenciosos. De allí extrae el fallo, a renglón seguido, la exacta idea de que están excluidas
las declaraciones generales y directas de inconstitucionalidad, o sea, agrego, de confor-
midad con los conceptos desarrollados en la parte 63 de esta vista, la actuación de los
tribunales que importe participar en el ejercicio del Poder Legislativo mediante el control
abstracto de constitucionalidad.
Luego se formula en el fallo una aserción algo ambigua pero que, sin embargo, no importa
de modo necesario adherir a la tesis que persiste en considerar al Poder Judicial sólo
como función reparadora y retributiva de lesiones materialmente causadas al derecho
ajeno.
La afirmación referida indica que no cabe declarar la inconstitucionalidad de las normas
o actos de otros poderes en tanto su aplicación no haya dado lugar a un litigio conten-
cioso para cuyo fallo se requiera la revisión del punto constitucional propuesto (pronun-
ciamiento cit., consid. 2).
Como se recordará, la jurisprudencia norteamericana demanda, en principio, para con-
siderar satisfecho el requisito del interés en la impugnación de leyes que prescriben o
autorizan una determinada actividad administrativa, que las normas hayan tenido cierto
grado de aplicación...
No obstante ello, en Fallos, 245:552, la Corte dedujo como consecuencia directa de tales
principios que la aplicación de las leyes de la Nación no puede impedirse por medio de
una acción declarativa de inconstitucionalidad.
En la sentencia aludida se tiene como punto de partida la necesidad de que el control judi-
cial de constitucionalidad sea ejercitado en casos o controversias, necesidad que emana
del principio de la división de poderes.
Pero no sólo el control de constitucionalidad, sino todo ejercicio de la jurisdicción de los
tribunales federales requiere la existencia de caso o controversia en el sentido constitu-
cional. Esto es lo que significa el consid. 2 del fallo, cuando afirma, citando la sentencia
del t. 243, p. 176, qué casos o causas en los términos de los arts. 100 y 101 de la Const.
Nacional son los contemplados por el art. 2° de la ley 27 con la exigencia de que los tribu-

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nales federales sólo ejerzan jurisdicción en los casos contenciosos.
Resulta, entonces, que la base del razonamiento viene a ser formulada de este modo:
el control judicial de constitucionalidad importa el ejercicio del Poder Judicial federal, y
dicho poder únicamente se extiende a los casos o causas de los arts. 100 y 101 de la
Constitución.
De esta premisa se va, per saltum, a la conclusión consistente en que el cumplimiento de
las leyes nacionales (y lo mismo se dirá respecto de las provinciales: Fallos, 260:45) no
ha de impedirse por medio de acción declarativa.
Resulta, en consecuencia, implícitamente declarado que las acciones de aquel género no
comportan casos o causas en el sentido constitucional. Así se lo explicita por lo demás
en Fallos, 256:104 al sostener la Corte (consid. 5, p. 110) que ‘la necesidad de que las
causas en que se plantean cuestiones constitucionales persigan la determinación de
derechos debatidos entre partes adversarias y deban conducir a la condena o absolución
de alguna de ellas... es exigencia necesaria del principio de coordinación y separación
de los poderes, que impone al Judicial la permanencia en el ámbito jurisdiccional y le
impide la invalidación genérica de las leyes objetadas ante sus estrados’. Y, del mismo
modo, en Fallos, 260:45 ‘es jurisprudencia reiterada de esta Corte que, en el orden nacio-
nal, no existe acción declarativa de inconstitucionalidad (Fallos, 256:104 y 386). Que se
sigue de lo dicho que la causa tendiente a obtener la declaración de inconstitucionalidad
de una norma provincial, sin objeto de condena ni de otra concreta tutela judicial, es in
susceptible de admisión en jurisdicción federal, por estar vedado a los jueces nacionales
resolver cuestiones abstractas o genéricas... Que a los fines de obviar lo expresado...
es insuficiente la sola reserva de una ulterior demanda por daños y pef1uicios... Que la
misma conclusión corresponde con respecto a las posibles «medidas o resoluciones» de
las autoridades provinciales en tanto lo requerido en la demanda no conduzca a sentencia
de condena en los términos antes señalados’.
En el consid. 3 de Fallos, 256:104, citado en el precedente que parcialmente acabo de
transcribir, se hace mérito de la doctrina constitucional norteamericana. Ahora bien, ya
he examinado in extenso dicha doctrina, cuyos principios actuales se oponen a las ideas
reflejadas en las argumentaciones sub examen, fundamento, entre nosotros, del rechazo
de la acción declarativa.
Pero, para destacar mejor tal circunstancia, señalaré un pasaje del leading case de 300
US 227 (‘Aetna Life Ins. Co. v. Haworth’), en el cual no me detuve particularmente al estu-
diar la evolución experimentada sobre la materia en la jurisprudencia del Alto Tribunal de
los Estados Unidos.
Dicho párrafo es el dictum pronunciado por Charles Evans Hughes que se halla en las
p. 240 in fine, 241 y reza así: ‘La controversia debe ser definida y concreta, tocante a las
relaciones jurídicas de partes que tengan intereses legales opuestos... Ella debe ser una
controversia real y sustancial que admita remedio específico a través de una decisión de
carácter definitivo, entendida como diferente de una opinión que advierta cuál sería la
norma en un estado de hecho hipotético... Cuando hay caso concreto tal que admita una
inmediata y definitiva determinación de los derechos legales de las partes en un proce-
dimiento contradictorio con arreglo a los hechos alegados, la función judicial puede ser
adecuadamente ejercida aunque la fijación de los derechos de los litigantes pueda no
requerir el mandato de ejecución o el pago de daños’...
9) ...En resumen, el único fundamento efectivo del rechazo de la acción declarativa es la
idea de que este tipo de acción no da lugar a un verdadero ejercicio de la función judicial,
que invadiría. al pronunciarse sobre aquélla el ámbito reservado a la función legislativa,
infringiendo así el principio de división de poderes.
Ello importa, evidentemente, la confusión entre control abstracto y concreto de constitu-
cionalidad a que antes me he referido (6). El primer sistema no es compatible con nuestro
régimen constitucional, en tanto que el segundo sí lo es. En efecto, mientras los tribuna-
les se limiten a resolver definitivamente situaciones dudosas o controvertidas en las que
exista interés suficiente, aunque el fallo no comporte ejecución compulsiva, y en tanto
sus efectos se limiten al caso sometido a la decisión, no es posible considerar que se ha
usurpado el Poder Legislativo.

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El equívoco radica en que las sentencias declarativas no alteran la situación de hecho y
disponen, en realidad, para el futuro, carácter que les es común con las leyes. Pero, como
es obvio, ello no afecta la sustancial diferencia que, según se ha señalado, media entre
unas y otras...
11) Sólo cabe agregar qué consecuencias acarrearía mantener, en las condiciones actua-
les, la idea de que la acción declarativa no da lugar a un caso o causa en sentido cons-
titucional.
a) La acción declarativa establecida por el arto 322 del Cód. Proc. Civil y Como de la
Nación resultaría inconstitucional en cuanto dicha norma rige para la generalidad de los
tribunales nacionales.
Lo mismo ocurriría con las acciones. declarativas: previstas en el art. 10 de la ley de loca-
ciones 16.739 Y las normas referentes a los juicios de prescripción adquisitiva, de cuyo
carácter declarativo se ocupó Couture (Fundamentos del derecho procesal civil, 1961, p.
217).
b) Como quiera que son también acciones declarativas aquellas que persiguen una decla-
ración de certeza, desde luego desprovista de carácter ejecutivo, pero determinante de
una obligación de pago a cargo del demandado (conf. Chiovenda, Ensayos de derecho
procesal, tr. S. Sentís Melendo, Bs. As., 1949, t. 1, p. 194), inviste tal carácter la establecida
por la ley 3952 de demandas contra la Nación (ver Borchard, art. cit., Harvard Law Review,
p. 940, V. nota 154), que sería en consecuencia inconstitucional. c) Si bien serían válidas
las acciones declarativas admitidas por los ordenamientos provinciales, las decisiones
sobre puntos federales recaídas en tales acciones no serían revisables por vía del recurso
extraordinario.
En efecto, si la justicia federal sólo puede conocer de los casos o causas a que se refieren
los arts. 100 y 101 de la Constitución, y si las acciones declarativas no son tales casos o
causas, la Corte Suprema tampoco puede conocer de ellas por vía de apelación (conf.
Fallos, 184:620, p. 634, Y también 238:494 y 243:439. En igual sentido: Robertson y Kiri-
cham, lurisdiction and procedure ofthe Supreme Court ofthe United States, párr. 341, p.
415).
Ello importaría, o frustrar el control constitucional de la Corte Suprema respecto de las
decisiones recaídas en tales juicios, o bien privar de la autoridad de cosa juzgada a lo
resuelto en ellos con referencia a puntos federales, con el consiguiente desmedro para
la seguridad jurídica (ver sobre la materia el caso ‘Fidelity National Bank V. Swope’ -274
US 123- antes citado; además, parece que la decisión de Fallos, 273:63 se inclina por el
segundo término de la alternativa).
No sería posible oponer a lo dicho que el recurso extraordinario cabe en todo tipo de pro-
cedimiento jurisdiccional que envuelva la decisión de puntos federales, cualquiera fuese
la naturaleza del procedimiento.
En efecto, como no se puede negar que la Corte Suprema ejercite por medio del recurso
extraordinario el Poder Judicial de la Nación creado por los arts. 100 y 101 de la Ley
Fundamental (conf. lmaz y Rey,.EI recurso extraordinario, 23 ed., p. 13), habría así dos
conceptos para definir el mismo y único Poder Judicial federal, uno conciliable con pro-
cedimientos de cualquier tipo, con el cual se caracterizarían las atribuciones de la Corte
Suprema en la apelación extraordinaria, y otro, sólo compatible con cierto género de
causas, que se aplicaría a dicho Poder Judicial cuando se ejerce en forma ordinaria
(sobre la naturaleza del recurso extraordinario cfr. el nO 32 de El Federalista y los votos
de los jueces Story y Marshall, el primero emitido in re ‘Martin V. Hunter’ -1 Wheat, 304- y
el segundo, en los autos ‘Cohens V. Virginia’ -6 Wheat, 264-, cuya traducción en lo perti-
nente, se halla en la obra de Espil, La Suprema Corte Federal y su jurisdicción extraordi-
naria, Bs. As., 1916, p. 210 Y ss., Y asimismo García Merou, El recurso extraordinario ante
la Corte Suprema de Justicia de la Nación, p. 44 Y 45 Y las referencias a los Comentarios
de Story indicados en ese lugar).

...................................................................................................

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14) Creo haber demostrado que no existen obstáculos de índole constitucional para que
se admita el carácter de causa que inviste el ejercicio de las acciones declarativas regla-
das por el arto 322 del Cód. Proc. Civil y Comercial, inclusive cuando ellas persigan la
declaración de invalidez de una ley frente a los preceptos de la Carta Fundamental; y que
una conclusión opuesta traería consecuencias de todo punto de vista inconvenientes.
Estimo, por el contrario, que con la introducción del instituto en el derecho público federal,
contará éste con una vía apta para que los derechos y obligaciones de los particulares,
el Estado o las corporaciones públicas, afectadas por normas inconstitucionales pueden
dilucidarse apenas medie un interés suficientemente real y concreto, con la consiguiente
economía de tiempo y la posibilidad de evitar la lesión material del derecho invocado.
Además, la admisión de la acción declara ti va en orden a los litigios de derecho privado
significará para las actividades ordinarias civiles y comerciales las comprobadas ventajas
resultantes de dicha acción en los ordenamientos que la incluyen.
15) De conformidad con todo lo expuesto, las conclusiones que, en ejercicio de mi minis-
terio propongo a V.S. son las siguientes:
1) El sistema de control constitucional vigente en el orden nacional impide que se dicten
sentencias cuyo efecto es privar de valor erga omnes a las normas impugnadas, como
asimismo obsta a la emisión de pronunciamientos sobre agravios meramente conjetura-
les e hipotéticos.
2) La acción de mera certeza, iniciada sobre la base de un interés sustancial concreto
y definido, con arreglo a las pautas ya montadas por la Corte Suprema de los Estados
Unidos, y con efecto limitado a una declaración válida únicamente inter partes, constituye
causa en los términos de la Ley Fundamental.
3) La acción declarativa reglada por el arto 322 del Cód. Proc. Civil y Como de la Nación
se refiere tanto a las relaciones jurídicas de derecho privado como a las de derecho
público.
4) La presunción de constitucionalidad de las leyes no se opone al empleo de aquella
acción en orden a impugnaciones de este género; pues por su naturaleza sólo decla-
rativa, durante el desarrollo de la causa la ley podrá ser igualmente ejecutada, no así
después de resuelta su inconstitucionalidad por sentencia pasada en autoridad de cosa
juzgada, que desde luego hace desaparecer la presunción.
5) En materia fiscal, el principio solve et repete no obsta, por análogas razones, al uso de
esta acción, excepto en las hipótesis en que la ley prescriba lo contrario, como sucede
con los gravámenes nacionales comprendidos en el régimen de la ley 11.683, y de todos
modos, no sería dable invocarlo cuando, como sucede en la especie, las exenciones
que fundan la demanda pueden ser opuestas en un eventual apremio, con arreglo a la
doctrina del Tribunal. .
16) Opino, en consecuencia, que, tratándose en la especie de una acción declarativa sus-
tentada en legítimo y concreto interés, que comprende sólo cuestiones de carácter federal
y está dirigida contra una provincia, la demanda configura un caso o causa con arreglo a
los arts. 100 y 101 de la Constitución y 1° de la ley 27, cuyo conocimiento, con arreglo a
dichas normas, cae bajo la competencia originaria y exclusiva de Vuestra Excelencia.
En cuanto a la tasa de justicia, la entidad accionante se halla exenta por virtud de lo dis-
puesto en el art. 11, párr. 3° de la ley 15.336 y el art. 16 del convenio aprobado por decr.
8035/68”. Diciembre 17 de 1971. EDUARDO H. MARQUARDT.
[Una vez dictada la opinión del Procurador General las partes acordaron desistir del liti-
gio con arreglo a lo dispuesto en el art. 304, párr. 2°, del Cód. Proc. Civil y Como de la
Nación.]

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m3 |contenidos | IC

información complementaria 2

Síntesis de la jurisprudencia de la CSJN


ACCIÓN DECLARATIVA DE INCONSTITUCIONALIDAD

Concepto de causa en la ADI

Hemos indicado en el contenido de este módulo que la ADI tiene un ámbito


de procedencia muy estrecho. El mismo se encuentra delimitado entre, por un
lado, que el planteo no constituye una consulta o indagación al P.J. sobre la
constitucionalidad de una ley; y del otro extremo, que no se hubiere concretado
la lesión del derecho constitucional en cuestión, puesto que en ese caso
corresponde utilizar la vía judicial, ya sea ordinaria o sumaria o constitucional
(amparo) para obtener la reparación del daño sufrido. Es decir, que la acción
declarativa de inconstitucionalidad requiere la existencia de una lesión que
no se haya concretado o producido aún; pero que, a su vez, haya una lesión
“en ciernes” en términos de la Corte, o en otras palabras actos positivos que
demuestren la certeza de que la lesión esta en proceso de consumarse.

La Corte Suprema ha dicho a modo de definición que:

“La acción declarativa de inconstitucionalidad debe responder a un “caso”, ya


que dicho procedimiento no tiene carácter simplemente consultivo, ni importa una
indagación meramente especulativa; la acción debe tener por finalidad precaver
las consecuencias de un acto en ciernes -al que se atribuye ilegitimidad y lesión
al régimen constitucional federal- y fijar las relaciones legales que vinculan a
las partes en conflicto.(T. 329, P. 3184 15/08/2006 Policonsultorios de Cabecera
S.R.L. c/ Buenos Aires, Provincia de y otro s/ acción meramente declarativa.
Mayoría: Petracchi, Highton de Nolasco, Fayt, Maqueda, Zaffaroni, Argibay.
Abstención: Lorenzetti. P. 960. XLI. ORI)

“Para que exista un caso a los fines de la acción declarativa de inconstitucionalidad


se exige que medie: a) actividad administrativa que afecte un interés legítimo; b)
que el grado de afectación sea suficientemente directo; c) que aquella actividad
tenga concreción bastante.” (T. 329, P. 3184 15/08/2006 Policonsultorios de
Cabecera S.R.L. c/ Buenos Aires, Provincia de y otro s/ acción meramente
declarativa. Mayoría: Petracchi, Highton de Nolasco, Fayt, Maqueda, Zaffaroni,
Argibay. Abstención: Lorenzetti. P. 960. XLI. ORI. También lo sostuvo en T. 329: P
1554 -2006- Nación Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones S.A.
c/ Tucumán, Provincia de s/ acción declarativa.)

“La declaración de certeza, en tanto no tenga carácter simplemente consultivo,


no importe una indagación meramente especulativa y responda a un “caso”
que busque precaver los efectos de un acto en ciernes, al que se atribuye
ilegitimidad y lesión al régimen federal, constituye causa en los términos de la
Ley Fundamental.” -Del dictamen de la Procuración General, al que remitió la
Corte Suprema-. (autos: Petrobras Energía S.A. c/Entre Ríos, Provincia de s/
acción declarativa. 05/06/2007 Mayoría: Lorenzetti, Highton de Nolasco, Fayt,
Petracchi, Maqueda, Zaffaroni, Argibay P. 2280. XXXVIII. Sostuvo esta posición
con anterioridad en Fallos T. 329, P. 4259 -2006-)

A continuación se transcriben sumarios de casos que sirven de ejemplo de


la existencia de “caso”, “controversia” o “cuestión” a los fines de la ADI.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 127


“Se encuentran cumplidos los requisitos establecidos por el art. 322 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación si ha mediado una actividad de la Dirección
General de Rentas de la demandada, dirigida a la “percepción” del impuesto
que estima adeudado, ya que esta actividad sumió a la actora en un “estado de
incertidumbre sobre la existencia, alcance y modalidad de una relación jurídica”,
entendiéndose por tal a aquella que es “concreta” al momento de dictarse el
fallo”. -Del dictamen de la Procuración General, al que remitió la Corte Suprema-
. (autos: Petrobras Energía S.A. c/Entre Ríos, Provincia de s/acción declarativa.
05/06/2007 Mayoría: Lorenzetti, Highton de Nolasco, Fayt, Petracchi, Maqueda,
Zaffaroni, Argibay P. 2280. XXXVIII.)

Otro ejemplo de lesión “en ciernes” es cuando:

“La resolución por la que se inicia el procedimiento determinativo y sumarial y se


procede a la determinación del monto imponible -requerimiento al que la actora
atribuye ilegitimidad y lesión al régimen federal- representa una conducta explícita
de la provincia dirigida a la percepción del impuesto que estima adeudado,
por lo que la actora tiene un interés sustancial y concreto que busca precaver
los efectos de un acto en ciernes y que constituye un caso contencioso en los
términos del art. 2° de la ley 27 y del art. 116 de la Ley Fundamental.” (autos
El Cóndor Empresa de Transportes S.A. c/Buenos Aires, Provincia de s/acción
declarativa. 03/05/2007; Mayoría: Lorenzetti, Highton de Nolasco, Petracchi,
Maqueda, Argibay Disidencia: Fayt Abstención: Zaffaroni E. 115. XXXIV)

“La pretensión tendiente a obtener una declaración general y directa de


inconstitucionalidad de la norma local que establece el pago del impuesto
sobre los ingresos brutos sobre la actividad de transporte interjurisdiccional de
pasajeros de la actora no constituye causa o acto contencioso que permita la
intervención del Poder Judicial de la Nación si no se acompañó documentación
alguna que acredite los referidos requerimientos de pago, ni sus contestaciones,
ni tampoco se intentó demostrar por otros medios de prueba la existencia de
actos concretos de la Dirección de Rentas del Estado local dirigidas a gravar la
actividad.” (Fallos T. 329, P. 4259 en autos Expreso Quilmes Sociedad Anónima
c/Buenos Aires, Provincia de s/acción declarativa 03/10/2006 Mayoría: Petracchi,
Highton de Nolasco, Fayt, Maqueda, Argibay Abstención: Zaffaroni, Lorenzetti E.
121. XXXV)

“La acción declarativa resulta un medio eficaz y suficiente para satisfacer


el interés de la actora, pues existe una controversia actual y concreta que
concierne a la materia federal, que se vincula con la correcta aplicación de la
alícuota del impuesto sobre los ingresos brutos a una administradora de fondos
de jubilaciones y pensiones, y ha mediado una actividad explícita por parte de
la provincia dirigida a la percepción del tributo con la alícuota cuestionada.” (T.
329, P. 59 E.D. 17-04-05, nro. 53.956 07/02/2006 en autos Nación Administradora
de Fondos de Jubilaciones y Pensiones S.A. c/ Santiago del Estero, Provincia de
s/ acción declarativa. Mayoría: Petracchi, Highton de Nolasco, Fayt, Maqueda,
Zaffaroni, Argibay. Voto: Disidencia: Abstención: Lorenzetti. N. 196. XXXVII.)

No constituye “caso”, “controversia” o “causa” a los fines de la ADI, por


ejemplo, cuando:

“La acción declarativa, deducida por jueces y funcionarios del Poder Judicial de
Mendoza, tendiente a que se declare la inconstitucionalidad del texto reformado
del art. 151 de la Constitución provincial, en cuanto les impediría efectuar reclamos
de actualización monetaria de sus compensaciones, no constituye un interés
jurídico inmediato o directo que dé lugar a una controversia actual y concreta y,

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.128


sobre esta base insoslayable, que se presente un asunto apto de ser juzgado y
definido por la Corte Suprema en la instancia originaria promovida con sustento
en el art. 117 de la Ley Suprema.” (Brandi, Eduardo Alberto y otros c/ Mendoza,
Provincia de s/acción declarativa de inconstitucionalidad. 11/07/2007 Mayoría:
Lorenzetti, Highton de Nolasco, Petracchi, Maqueda, Zaffaroni Disidencia:Argibay
Abstención: Fayt B. 2596. XLI)

“Si no se ha intentado demostrar cómo a partir de la vigencia del art. 151 de


la Constitución de Mendoza, dicho régimen ha comprometido la garantía de
intangibilidad hasta el momento en que se concretó la pretensión, ello lleva a
concluir que la pretensión carece de uno de los recaudos que condicionan su
procedencia, en la medida en que no se observa, con mínimo grado de concreción,
un perjuicio o lesión suficientemente inmediato o directo de los demandantes a la
garantía constitucional que les asiste, cuya vulneración, por el contrario, aparece
como hipotética, remota o conjetural”. (en autos: Brandi, Eduardo Alberto y
otros c/ Mendoza, Provincia de s/acción declarativa de inconstitucionalidad.
11/07/2007. Mayoría: Lorenzetti, Highton de Nolasco, Petracchi, Maqueda,
Zaffaroni Disidencia:Argibay Abstencion: Fayt B. 2596. XLI)

“Si el agravio vinculado a la abrogación -por el art. 151 de la Constitución de


Mendoza- de la garantía de intangibilidad de los haberes judiciales por entender
que los tribunales provinciales no tendrían otra posibilidad que convalidar una
disminución del salario real de la magnitud temida por los actores no pasa de
mera conjetura, es ineficaz para remitir el asunto directamente a la garantía federal
prevista en el art. 5° de la Constitución Nacional (Disidencia de la Dra. Carmen
M. Argibay).” (Brandi, Eduardo Alberto y otros c/Mendoza, Provincia de s/acción
declarativa de inconstitucionalidad. 11/07/2007 Mayoría: Lorenzetti, Highton de
Nolasco, Petracchi, Maqueda, Zaffaroni Disidencia:Argibay Abstención: Fayt B.
2596. XLI)

Otra hipótesis de ausencia de caso, a los fines de la ADI, lo constituyen los


sumarios que se transcribe a continuación:

“Corresponde rechazar la demanda de inconstitucionalidad del impuesto sobre los


ingresos brutos que la provincia pretende aplicar sobre la actividad de transporte
interjurisdiccional de pasajeros, si la actora prestó conformidad a la determinación
de deuda, desistió de la facultad de interponer el recurso contemplado por el
código fiscal local y concluyó un convenio de pago de la deuda en cuotas, por lo
que no se configura un caso en que se verifique un estado de incertidumbre sobre
la existencia, alcance o modalidades de una relación jurídica en los términos art.
322 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.” (T. 329, P. 3872. 19-
09-2006. autos El Cóndor Empresa de Transportes S.A. c/Chubut, Provincia del
s/acción declarativa. Mayoría: Petracchi, Highton de Nolasco, Fayt, Maqueda,
Lorenzetti, Argibay Abstención: Zaffaroni E. 144. XXXIV).

“No cabe tener por verificados los requisitos que el art. 322 del ordenamiento
procesal exige para la procedencia de la acción declarativa de certeza si la
demandante afirmó haber abonado el tributo bajo la alícuota general mas no
requirió la repetición de los pagos ni logró demostrar la existencia de una actividad
concreta de la autoridad fiscal tendiente a obtener el pago por la diferencia,
extremo configurativo del “acto en ciernes” que se requiere para dar lugar a un
caso contencioso.” (T. 329, P. 1568 09/05/2006 Nación Administradora de Fondos
de Jubilaciones y Pensiones c/ Neuquén, Provincia del s/ acción declarativa.
Mayoría: Petracchi, Highton de Nolasco, Fayt, Maqueda, Zaffaroni, Argibay. Voto:
Disidencia: Abstención: Lorenzetti.N. 179. XXXVII.)

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m3 |contenidos | IC

información complementaria 3

Normas Jurídicas

Constitución Nacional:
Arts. 18. “… nadie puede ser arrestado sino en virtud de orden escrita de
autoridad competente...”
Art. 43 4to. párrafo
Cuando el derecho lesionado, restringido, alterado o amenazado fuera de la
libertad física, o en caso de agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones
de detención, o en el de desaparición forzada de personas, la acción de habeas
corpus podrá ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en su favor y el
juez resolverá de inmediato, aun durante la vigencia del estado de sitio.
Convención Americana de Derechos Humanos:

Art. 7.

Derecho a la Libertad Personal

1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personal.

2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y
en las condiciones fijadas de antemano por las constituciones políticas
de los Estados partes o por las leyes dictadas conforme a ellas.
3. Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios.
4. Toda persona detenida o retenida debe ser informada de las razones de su
detención y notificada, sin demora, del cargo o cargos formulados contra ella.
5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un
juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales
y tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta
en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso. Su libertad podrá estar
condicionada a garantías que aseguren su comparecencia en el juicio.
6. Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal
competente, a fin de que éste decida, sin demora, sobre la legalidad de su arresto
o detención y ordene su libertad si el arresto o la detención fueran ilegales. En los
Estados partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera amenazada de
ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal competente a
fin de que éste decida sobre la legalidad de tal amenaza, dicho recurso no puede ser
restringido ni abolido. Los recursos podrán interponerse por sí o por otra persona.
7. Nadie será detenido por deudas. Este principio no limita los mandatos de
autoridad judicial competente dictados por incumplimientos de deberes
alimentarios.

LEY N° 23.098

PROCEDIMIENTO DE HÁBEAS CORPUS

Disposiciones Generales. Procedimiento. Reglas de Aplicación. Vigencia.

Sanción: 28 setiembre 1984.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.130


Promulgación: 19 de octubre 1984.

EL SENADO Y LA CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA NACIÓN ARGENTINA


REUNIDOS EN CONGRESO, ETC.,

SANCIONAN CON FUERZA DE LEY:

CAPÍTULO I – Disposiciones generales

Art. 1º – Aplicación de la ley. Esta ley regirá desde su publicación.

El capítulo tendrá vigencia en todo el territorio de la Nación, cualquiera sea


el tribunal que la aplique. Sin embargo ello no obstará a la aplicación de las
constituciones de Provincia o de leyes dictadas en su consecuencia, cuando se
considere que las mismas otorgan más eficiente protección de los derechos que
se refiere esta ley.

Art. 2º – Jurisdicción de aplicación. La aplicación de esta ley corresponderá a


los tribunales nacionales o provinciales, según el acto denunciado como lesivo
emane de autoridad nacional o provincial. Cuando el acto lesivo proceda de un
particular se estará a lo que establezca la ley respectiva.

Si inicialmente se ignora la autoridad de quien emana el acto denunciado como


lesivo, conocerá cualquiera de aquellos tribunales, según las reglas que rigen su
competencia territorial hasta establecer el presupuesto del párrafo anterior que
determinará definitivamente el tribunal de aplicación.

Art. 3° – Procedencia. Corresponderá el procedimiento de hábeas corpus


cuando se denuncie un acto u omisión de autoridad pública que implique:

1° Limitación o amenaza actual de la libertad ambulatoria sin orden escrita de


autoridad competente.
H.C. clásico o reparador y preventivo
2° Agravación ilegítima de la forma y condiciones en que se cumple la privación
de la libertad sin perjuicio de las facultades propias del juez del proceso si lo
hubiere. Hábeas corpus correctivo
Art. 4º – Estado de sitio. Cuando sea limitada la libertad de una persona
en virtud de la declaración prevista en el art. 23 de la Constitución Nacional,
el procedimiento de hábeas corpus podrá tender a comprobar, en el caso
concreto:

1° La legitimidad de la declaración del estado de sitio.

2° La correlación entre la orden de privación de la libertad y la situación que dio


origen a la declaración del estado de sitio.

3° La agravación ilegitima de la forma y condiciones en que se cumple la privación


de la libertad que en ningún caso podrá hacerse efectiva en establecimientos
destinados a la ejecución de penas.

4° El efectivo ejercicio del derecho de opción previsto en la última parte del art.
23 de la Constitución Nacional.

Art. 5º – Facultados a denunciar. La denuncia de hábeas corpus podrá ser


interpuesta por la persona que afirme encontrarse en las condiciones previstas
por los artículos 3º y 4º o por cualquier otra en su favor.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 131


Art. 6° – Inconstitucionalidad. Los jueces podrán declarar de oficio en el caso
concreto la inconstitucionalidad, cuando la limitación de la libertad se lleve a
cabo por orden escrita de una autoridad que obra en virtud de un precepto legal
contrario a la Constitución Nacional.

Art. 7° – Recurso de Inconstitucionalidad. Las sentencias que dicten los


tribunales superiores en el procedimiento de hábeas corpus serán consideradas
definitivas a los efectos del recurso de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema.
El recurso procederá en los casos y formas previstas por las leyes vigentes.

CAPÍTULO II – Procedimiento

Art. 8º – Competencia. Cuando el acto denunciado como lesivo emana de


autoridad nacional conocerán de los procedimientos de hábeas corpus:

1° En la Capital Federal los jueces de primera instancia en lo criminal de


instrucción.

2° En territorio nacional o provincias los jueces de sección, según las reglas que
rigen su competencia territorial.

Art. 9° – Denuncia. La denuncia de hábeas corpus deberá contener:

1° Nombre y domicilio real del denunciante.

2° Nombre, domicilio real y demás datos personales conocidos de la persona en


cuyo favor se denuncia.

3° Autoridad de quien emana el acto denunciado como lesivo.

4° Causa o pretexto del acto denunciado como lesivo en la medida del


conocimiento del denunciante.

5° Expresará además en qué consiste la ilegitimidad del acto.

Si el denunciante ignorase alguno de los requisitos contenidos en los Nros. 2°, 3°


y 4°, proporcionará los datos que mejor condujeran a su averiguación.

La denuncia podrá ser formulada a cualquier hora del día por escrito u
oralmente en acta ante el secretario del tribunal; en ambos casos se comprobará
inmediatamente la identidad del denunciante y cuando ello no fuera posible, sin
perjuicio de la prosecución del trámite, el tribunal arbitrará los medios necesarios
a tal efecto.

Art. 10. – Desestimación o incompetencia. El juez rechazará la denuncia que


no se refiera a uno de los casos establecidos en los artículos 3º y 4º de esta ley;
si se considerara incompetente así lo declarará.

En ambos casos elevará de inmediato la resolución en consulta a la Cámara


de Apelaciones, que decidirá a más tardar dentro de las veinticuatro horas; si
confirmare la resolución de incompetencia remitirá los autos al juez que considere
competente.

Cuando el tribunal de primera instancia tenga su sede en distinta localidad


que la Cámara de Apelaciones sólo remitirá testimonio completo de lo actuado
por el medio más rápido posible. La Cámara a su vez si revoca la resolución,
notificará por telegrama la decisión debiendo el juez continuar de inmediato el
procedimiento.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.132


El juez no podrá rechazar la denuncia por defectos formales, proveyendo de
inmediato las medidas necesarias para su subsanación, sin perjuicio de las
sanciones que correspondan (artículo 24).

Art. 11. – Auto de hábeas corpus. Cuando se tratare de la privación de la libertad


de una persona, formulada la denuncia el juez ordenará inmediatamente que la
autoridad requerida, en su caso, presente ante él al detenido con un informe
circunstanciado del motivo que funda la medida, la forma y condiciones en que
se cumple si ha obrado por orden escrita de autoridad competente, caso en el
cual deberá acompañarla, y si el detenido hubiese sido puesto a disposición
de otra autoridad a quien, por qué causa, y en qué oportunidad se efectuó la
transferencia.

Cuando se tratare de amenaza actual de privación de la libertad de una persona


el juez ordenará que la autoridad requerida presente el informe a que se refiere
el párrafo anterior.

Si se ignora la autoridad que detenta la persona privada de su libertad o de


la cual emana el acto denunciado como lesivo, el juez librará la orden a los
superiores jerárquicos de la dependencia que la denuncia indique.

La orden se emitirá por escrito con expresión de fecha y hora salvo que el juez
considere necesario constituirse personalmente en el lugar donde se encuentre
el detenido caso en el cual podrá emitirla oralmente, pero dejará constancia en
acta.

Cuando un tribunal o juez de jurisdicción competente tenga conocimiento por


prueba satisfactoria de que alguna persona es mantenida en custodia, detención
o confinamiento por funcionario de su dependencia o inferior administrativo,
político o militar y que es de temerse sea transportada fuera del territorio de
su jurisdicción o que se le hará sufrir un perjuicio irreparable antes de que
pueda ser socorrida por un auto de hábeas corpus, pueden expedirlo de oficio,
ordenando a quien la detiene o a cualquier comisario, agente de policía u otro
empleado, que tome la persona detenida o amenazada y la traiga a su presencia
para resolver lo que corresponda según derecho.

Art. 12. – Cumplimiento de la orden. La autoridad requerida cumplirá la orden de


inmediato o en el plazo que el juez determine de acuerdo con las circunstancias
del caso.

Si por un impedimento físico el detenido no pudiera ser llevado a presencia del juez
la autoridad requerida presentará en el mismo plazo un informe complementario
sobre la causa que impide el cumplimiento de la orden, estimando el término
en que podrá ser cumplida. El juez decidirá expresamente sobre el particular
pudiendo constituirse donde se encuentra el detenido si estimare necesario
realizar alguna diligencia y aún autorizar a un familiar o persona de confianza
para que lo vea en su presencia.

Desde el conocimiento de la orden el detenido quedará a disposición del juez


que la emitió para la realización del procedimiento.

Art. 13. – Citación a la audiencia. La orden implicará para la autoridad requerida


citación a la audiencia prevista por el artículo siguiente, a la que podrá comparecer
representada por un funcionario de la repartición debidamente autorizado, con
derecho a asistencia letrada.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 133


Cuando el amparado no estuviere privado de su libertad el juez lo citará
inmediatamente para la audiencia prevista en el artículo siguiente, comunicándole
que, en su ausencia, será representado por el defensor oficial.

El amparado podrá nombrar defensor o ejercer la defensa por si mismo siempre


que ello no perjudique su eficacia, caso en el cual se nombrará al defensor
oficial.

En el procedimiento de hábeas corpus no será admitida ninguna recusación, pero


en este momento el juez que se considere inhabilitado por temor de parcialidad
así lo declarará, mandando cumplir la audiencia ante el juez que le sigue en
turno o su subrogante legal, en su caso.

Art. 14. – Audiencia oral. La audiencia se realizará en presencia de los citados


que comparezcan. La persona que se encuentra privada de su libertad deberá
estar siempre presente. La presencia del defensor oficial en el caso previsto por
los párrafos. 2º y 3º del artículo 13 será obligatoria.

La audiencia comenzará con la lectura de la denuncia y el informe. Luego el juez


interrogará al amparado proveyendo en su caso a los exámenes que correspondan.
Dará oportunidad para que se pronuncien la autoridad requerida y el amparado,
personalmente o por intermedio de su asistente letrado o defensor.

Art. 15. – Prueba. Si de oficio o a pedido de alguno de los intervinientes se


estima necesario la realización de diligencias probatorias, el juez determinará‚ su
admisibilidad o rechazo de acuerdo con la utilidad o pertinencia al caso de que
se trata. La prueba se incorporará en el mismo acto y de no ser posible el juez
ordenará las medidas necesarias para que se continúe la audiencia en un plazo
que no exceda las 24 horas.

Finalizada la recepción de la prueba se oirá a los intervinientes de acuerdo a lo


previsto en el articula anterior.

Art. 16. – Acta de la audiencia. De la audiencia que prevén los artículos 14 y 15


se labrará acta por el secretario, que deberá contener:

1° Nombre del juez y los intervinientes.

2° Mención de los actos que se desarrollaron en la audiencia, con indicación de


nombre y domicilio de los peritos, intérpretes o testigos que concurrieron.

3° Si se ofreció prueba, constancia de la admisión o rechazo y su fundamento


sucinto.

4° Cuando los intervinientes lo pidieran, resumen de la parte sustancial de la


declaración o dictamen que haya de tenerse en cuenta.

5° Día y hora de audiencia, firma del juez y secretario y de los intervinientes que
lo quisieren hacer.

Art. 17. – Decisión. Terminada la audiencia el juez dictará inmediatamente la


decisión, que deberá contener:

1° Día y hora de su emisión.

2° Mención del acto denunciado como lesivo, de la autoridad que lo emitió y de


la persona que lo sufre.

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3° Motivación de la decisión.

4° La parte resolutiva, que deberá versar sobre el rechazo de la denuncia o su


acogimiento, caso en el cual se ordenará la inmediata libertad del detenido o la
cesación del acto lesivo.

5° Costas y sanciones según los artículos 23 y 24.

6° La firma del juez.

Si se tuviere conocimiento de la probable comisión de un delito de acción pública,


el juez mandará sacar los testimonios correspondientes haciendo entrega de
ellos al Ministerio Público.

Art. 18. – Pronunciamiento. La decisión será leída inmediatamente por el juez


ante los intervinientes y quedará notificada aunque alguno de ellos se hubiere
alejado de la sala de audiencia. El defensor oficial que compareciere según el
artículo 13, párrafos 2 y 3, no podrá alejarse hasta la lectura de la decisión.

Art. 19. – Recursos. Contra la decisión podrá interponerse recurso de apelación


para ante la Cámara en plazo de 24 horas, por escrito u oralmente, en acta ante
el secretario, pudiendo ser fundado.

Podrán interponer recurso el amparado, su defensor, la autoridad requerida o


su representante y el denunciante únicamente por la sanción o costas que se le
hubieren impuesto, cuando la decisión les cause gravamen.

El recurso procederá siempre con efecto suspensivo salvo en lo que respecta a


la libertad de la persona (artículo 17, inciso 4°), que se hará efectiva.

Contra la decisión que rechaza el recurso procede la queja ante la Cámara


que resolverá dentro del plazo de 24 horas; si lo concede estará a su cargo el
emplazamiento previsto en el primer párrafo del artículo siguiente.

Art. 20. – Procedimiento de apelación. Concedido el recurso los intervinientes


serán emplazados por el juez para que dentro de 24 horas comparezca ante el
superior, poniendo el detenido a su disposición. Si la Cámara tuviere su sede
en otro lugar, emplazará a los intervinientes para el término que considere
conveniente según la distancia.

En el término de emplazamiento los interviniente podrán fundar el recurso


y presentar escritos de mejoramiento de los fundamentos del recurso o la
decisión.

La Cámara podrá ordenar la renovación de la audiencia oral prevista en


los artículos 13, 14, 15 y 16 en lo pertinente, salvando el tribunal los errores
u omisiones en que hubiere incurrido el juez de primera instancia La Cámara
emitirá la decisión de acuerdo a lo previsto en los artículos 17 y 18.

Art. 21. – Intervención del Ministerio Público. Presentada la denuncia se


notificará al Ministerio Público por escrito u oralmente, dejando en este caso
constancia en acta, quien tendrá en el procedimiento todos los derechos
otorgados a los demás intervinientes pero no será necesario citarlo o notificarlo
para la realización de los actos posteriores.

Podrá presentar las instancias que creyere convenientes y recurrir la decisión


cualquiera sea el sentido de ella.

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Art. 22. – Intervención del denunciante. El denunciante podrá intervenir en el
procedimiento con asistencia letrada y tendrá en él los derechos otorgados a los
demás intervinientes, salvo lo dispuesto en el párrafo 2º del artículo 19, pero no
será necesario citarlo o notificarlo.

Art. 23. – Costas. Cuando la decisión acoja la denuncia a las costas del
procedimiento serán a cargo del funcionario responsable del acto lesivo, salvo
el caso del artículo 6º en que correrán por el orden causado.

Cuando se rechaza la denuncia las costas estarán a cargo de quien las causó,
salvo el caso de improcedencia manifiesta declarada en la decisión en que las
soportará el denunciante o el amparado o ambos solidariamente, según que la
inconducta responda a la actividad de uno de ellos o de ambos a la vez.

Art. 24. – Funciones. Cuando la denuncia fuere maliciosa por ocultamiento o


mendacidad declaradas en la decisión se impondrá al denunciante multa de
$a 50 a 1.000 o arresto de 1 a 5 días a cumplirse en la alcaldía del tribunal
o en el establecimiento que el juez determine fijadas de acuerdo al grado de
su inconducta. El pronunciamiento podrá ser diferido por el juez expresamente
cuando sea necesario realizar averiguaciones; en este caso el recurso se
interpondrá una vez emitida la decisión, la que se notificará conforme a las
disposiciones del libro Primero, título VI del Código de Procedimientos en Materia
Penal.

La sanción de multa se ejecutará conforme lo prevé el Código Penal, pero


su conversión se hará a razón de $a 200 de multa o fracción por cada día de
arresto.

Los jueces y los funcionarios intervinientes que incurran injustificadamente en


incumplimiento de los plazos que la ley prevé serán sancionados con la multa
determinada según el párrafo anterior, sanción que aplicará el juez en la decisión
cuando se tratare de funcionarios requeridos y el superior cuando se tratare
de magistrados judiciales, sin perjuicio de lo dispuesto por el art. 45 de la
Constitución Nacional.

CAPITULO III – Reglas de aplicación

Art. 25. – Turno. A los efectos del procedimiento previsto en la presente ley regirán
en la Capital Federal turnos de 24 horas corridas según el orden que determine
la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional.

En territorio nacional o provincial regirá el mismo turno que distribuirá la Cámara


de Apelaciones respectivas sin obligación de permanencia del juez y funcionarios
auxiliares en la sede del tribunal pero deberá expresarse en lugar visible para el
público que concurra el lugar donde parece reclamarse la intervención del juez
de turno a los efectos del art. 9°.

El turno del día en la jurisdicción respectiva se publicará en los periódicos así


como también se colocarán avisadores en lugar visible para el público en los
edificios judiciales y policiales.

Las Cámaras de Apelaciones reglamentarán las disposiciones aplicables para


los demás funcionarios y empleados que deban intervenir o auxiliar en el
procedimiento.

Art. 26. – Organismos de seguridad. Las autoridades nacionales y los organismos


de seguridad tomarán los recaudos necesarios para el efectivo cumplimiento de

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la presente ley y pondrán a disposición del tribunal interviniente los medios a su
alcance para la realización del procedimiento que ella prevé.

Art. 27. – Registro. En el Poder Judicial de la Nación las sanciones del artículo
24 de esta ley serán comunicadas, una vez firmes a la Corte Suprema, la que
organizará, por intermedio de su Secretaría de Superintendencia, un registro.

Art. 28. – Derogación. Quedan derogados el artículo 20 de la Ley N° 48 y el Título


IV, Sección II del Libro Cuarto de la Ley N° 2372 (Código de Procedimientos en
Materia Penal).

Art. 29. – Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Dada en la Sala de Sesiones del Congreso Argentino, en Buenos Aires, a los


veintiocho días del mes de setiembre del año mil novecientos y ochenta y
cuatro.

J. C. PUGLIESE

E. OTERO

Hugo Belnicoff

Antonio J. Macris

– Registrada bajo el número 23.098. –

DECRETO N° 3.383

Bs. As., 19/10/84.

POR TANTO:

Téngase por Ley de la Nación N° 23.042, cúmplase, comuníquese, publíquese


dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese. – ALFONSIN –
Carlos R. S. Alconada Aramburú

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m3 |contenidos | IC

información complementaria 4

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información complementaria 5
AMPARO
Caso Siri
TRIBUNAL: CSJN.
FECHA: 27/12/1957
TEMA: ACCIÓN DE AMPARO. ACTOS DE PODER PÚBLICO

Siri, Angel S.

Opinión del procurador general de la Nación.

De lo informado a fs. 37 y vta. así como de las propias manifestaciones formuladas


por el interesado en su escrito de fs. 35, surge que la clausura del periódico
“Mercedes”, que dio origen a las presentes actuaciones, ha sido dejada sin
efecto.

En consecuencia, puesto que cualquier pronunciamiento de V. E. respecto de la


cuestión planteada revestiría en la actualidad el carácter de abstracto, opino que
corresponde declarar mal concedido el recurso extraordinario de fs. 46. - Agosto
13 de 1957. - Sebastián Soler.

Opinión del procurador general de la Nación.

Atento el informe de fs. 59, y sin perjuicio de observar que su contenido es


contradictorio con el de fs. 37 -razón por la que correspondería aclarar cuál es
en definitiva la situación actual del diario “Mercedes”-, paso a dictaminar sobre
el fondo del asunto.

En este aspecto, ya he tenido oportunidad en el caso de Fallos, t. 236, p. 41, de


opinar que el recurso de hábeas corpus sólo protege a las personas privadas
de su libertad corporal sin orden de autoridad competente, por lo que, si V. E.
decide admitir la procedencia del recurso intentado, estimo que correspondería
confirmar lo resuelto en cuanto ha podido ser materia de apelación extraordinaria.
- Octubre 14 de 1957. - Sebastián Soler.

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Buenos Aires, diciembre 27 de 1957.

Que en los autos “Siri, Angel, s./interpone recurso de hábeas corpus”, en los
que a fs. 47 vta. se ha concedido el recurso extraordinario contra la sentencia de
la Cám. de Apel. en lo Penal del departamento de Mercedes (Prov. de Buenos
Aires), de fecha 28 de mayo de 1957.

Considerando:

Que el solicitante compareció ante el Juzgado en lo Penal Nro 3 de la ciudad


de Mercedes (prov. de Buenos Aires) manifestando que el diario “Mercedes”,
de su propiedad y administración, continuaba clausurado desde comienzos de
1956, “mediante custodia provincial en el local del mismo”, lo que vulneraba
la libertad de imprenta y de trabajo que consagran los arts. 14, 17 y 18 de la
Constitución nacional y los arts. 9°, 11, 13, 14 y 23 y demás de la Constitución
de la provincia. Solicitó que, previo informe del comisario de policía del partido
de Mercedes sobre los motivos actuales de la custodia del local del diario,
se proveyera lo que correspondía, conforme a derecho y de acuerdo con las
cláusulas constitucionales citadas.

Que requerido dicho informe por el juez actuante, el comisario de policía informó
que “con motivo de una orden recibida de la Dir. de Seguridad de esta policía,
con fecha 21 de enero ppdo., al mismo tiempo que se procedió a la detención de
Angel Siri, director-propietario del diario «Mercedes», se cumplió con la clausura
del local donde se imprimía el mismo, el que desde aquella fecha viene siendo
custodiado por una consigna policial colocada al efecto”.

Que ante la falta de especificación sobre los motivos de la clausura del diario,
el juez requirió sucesivamente informe del Jefe de policía de la Prov. de Buenos
Aires y del Ministerio de Gobierno de dicha provincia, todos los cuales manifiestan
ignorar las causas de la clausura y la autoridad que la dispuso. Reiterada por el
solicitante la declaración pedida al comienzo de estas actuaciones, el juez resolvió
no hacer lugar a ella en razón de no tratarse en el caso de un recurso de hábeas
corpus, el cual sólo protege la libertad física o corporal de las personas.

Que el solicitante interpuso recurso de revocatoria, y en subsidio el de apelación,


en cuya oportunidad el juez dispuso requerir nuevo informe del comisario de
policía sobre si el local del diario “aún continúa con custodia policial”, informando
este funcionario que desde el 29 de abril fué dejada sin efecto la consigna y se
vigila el local mediante recorridas que efectúa el personal de servicio de calle”.
En mérito de este informe, el juez no hizo lugar a la revocatoria pedida, en
consideración a que “carece de actualidad y fundamento el presente recurso de
amparo, ya que no existe restricción alguna que afecte al recurrente”; y concedió
el recurso de apelación para ante el superior. La Cám. de Apel. en lo Penal de
Mercedes confirmó, por sus propios fundamentos, la decisión apelada.

Que contra esta sentencia el solicitante ha deducido el presente recurso


extraordinario, fundado en la supuesta violación de las garantías constitucionales
que invocó en su escrito originario, el cual le ha sido concedido por la Cám. de
Apelación.

Que, radicada la causa ante esta Corte Suprema y con el objeto de actualizar
los elementos de hecho, el tribunal requirió del juez en lo penal de Mercedes
informe sobre si subsistía en la actualidad la clausura del diario, respondiendo el
comisario de la localidad, en oficio dirigido al juez comisionado, que sí subsistía
esa clausura.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 139


Que según resulta de los antecedentes antes relacionados, no existe constancia
cierta de cuál sea la autoridad que ha dispuesto la clausura del diario ni cuáles
son, tampoco, los motivos determinantes de ella. En estas condiciones, es
manifiesto que el derecho que invoca el solicitante de publicar y administrar el
diario debe ser mantenido.

Que, por otra parte, en sus diversos escritos el compareciente no ha dicho que
interponía el recurso de hábeas corpus -como lo hace notar, además, en el
escrito de fs. 40-, por lo que es erróneo el único fundamento de la sentencia
denegatoria de fs. 33, confirmada con el mismo fundamento por la Cám. de
Apelación, que da origen a este recurso. El escrito de fs. 1 sólo ha invocado la
garantía de la libertad de imprenta y de trabajo que aseguran los arts. 14, 17
y 18 de la Constitución nacional, la que, en las condiciones acreditadas en la
causa, se halla evidentemente restringida sin orden de autoridad competente y
sin expresión de causa que justifique dicha restricción.

Que basta esta comprobación inmediata para que la garantía constitucional


invocada sea restablecida por los jueces en su integridad, sin que pueda
alegarse en contrario la inexistencia de una ley que la reglamente: las
garantías individuales existen y protegen a los individuos por el solo hecho
de estar consagradas por la Constitución e independientemente de las leyes
reglamentarias, las cuales sólo son requeridas para establecer “en qué caso y
con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación”, como
dice el art. 18 de la Constitución a propósito de una de ellas. Ya a fines del
siglo pasado señalaba Joaquín V. González: “No son, como puede creerse, las
«declaraciones, derechos y garantías», simples fórmulas teóricas: cada uno de
los artículos y cláusulas que las contienen poseen fuerza obligatoria para los
individuos, para las autoridades y para toda la Nación. Los jueces deben aplicarla
en la plenitud de su sentido, sin alterar o debilitar con vagas interpretaciones
o ambigüedades la expresa significación de su texto. Porque son la defensa
personal, el patrimonio inalterable que hace de cada hombre, ciudadano o
no, un ser libre e independiente dentro de la Nación Argentina” (“Manual de la
Constitución argentina”, en “Obras completas”, vol. 3, Buenos Aires, 1935, núm.
82; confr., además, núms. 89 y 90).

Que en consideración al carácter y jerarquía de los principios de la Carta


fundamental relacionados con los derechos individuales, esta Corte Suprema, en
su actual composición y en la primera oportunidad en que debe pronunciarse sobre
el punto, se aparta así de la doctrina tradicionalmente declarada por el tribunal
en cuanto relegaba al trámite de los procedimientos ordinarios, administrativos
o judiciales la protección de las garantías no comprendidas estrictamente en
el hábeas corpus (Fallos, t. 168, p. 15; t. 169, p. 103 y los posteriores). Los
preceptos constitucionales tanto como la experiencia institucional del país
reclaman de consuno el goce y ejercicio pleno de las garantías individuales para
la efectiva vigencia del Estado de derecho e imponen a los jueces el deber de
asegurarlas.

Por tanto, habiendo dictaminado el procurador general, se revoca la sentencia


apelada. Vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de que haga saber a la
autoridad policial que debe hacer cesar la restricción impuesta al solicitante en
su calidad de director-propietario del diario clausurado. - Alfredo Orgaz. - Manuel
J. Argañarás. - Enrique V. Galli. - Benjamín Villegas Basavilbaso. - En disidencia:
Carlos Herrera.

Disidencia del Dr. Carlos Herrera.

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Considerando: Que según resulta de las constancias de autos, la autoridad
policial de la Prov. de Buenos Aires mantiene clausurado el diario “Mercedes”,
que se publicaba en la ciudad del mismo nombre de dicha provincia; y que
Ángel Siri, invocando la calidad de director y administrador del periódico y la
libertad de imprenta y de trabajo consagradas por la Constitución nacional, se
presentó a fs. 1 ante el juez del crimen local solicitando se requiriera informe a
la policía sobre los motivos de la clausura y con su resultado se proveyera de
acuerdo con - las cláusulas constitucionales que citó; solicitud reiterada a fs. 32,
después de los diversos informes producidos, con los cuales no se pudo aclarar
debidamente quién había ordenado la clausura y por qué razones.

Que el juez resolvió a fs. 33 desestimar la presentación del recurrente en


razón de que el recurso de hábeas corpus ha sido instituido solamente para la
protección de la libertad personal; decisión de la que Siri pidió revocatoria a fs.
35 manifestando que no obstante no existir ya consigna policial en el local del
diario y haber sido sacados los precintos de la puertas del mismo, no se atrevía
a abrirlas “sin antes obtener el «bill» de indemnidad declarativa” de sus jueces
naturales.

Que después de un nuevo informe policial confirmatorio de lo aseverado por


Siri, el a quo desestimó a fs. 38 la revocatoria invocando los fundamentos de su
resolución anterior y la inexistencia actual de restricción alguna, pronunciamiento
que fue confirmado por sus fundamentos por el tribunal de apelación. Contra
esa resolución se interpuso por el afectado el presente recurso extraordinario,
manifestando que se mantenía la clausura, hecho que resulta confirmado por el
informe policial de fs. 59, expedido a requerimiento de esta Corte.

Que no obstante la imperfección con que la cuestión ha sido planteada por el


recurrente, se deduce de sus expresiones que pretende que el juez del crimen
tome alguna medida, que no concreta, para hacer cesar la clausura del diario
por ser ella violatoria de la libertad de imprenta garantizada por el art. 14 de
la Constitución nacional. A ello, por lo demás, reduce sus manifestaciones en
el memorial de fs. 51, aclarando que no ha interpuesto un recurso de hábeas
corpus sino el remedio legal de peticionar a las autoridades.

Que el procurador, en su dictamen de fs. 64, sostiene que el recurso extraordinario


de hábeas corpus sólo protege a las personas privadas de su libertad corporal
sin orden de autoridad competente y se remite a lo que expusiera en Fallos, t.
236, p. 41, donde expresó que esa conclusión no implica, por cierto, que no
existan medios para hacer efectivo el derecho de publicar las ideas por la prensa
sin censura previa cuando él es afectado por actos de autoridad; y que de igual
manera que la protección del derecho de propiedad se ejerce mediante diversas
acciones, civiles y criminales, sin que quepa decir que la garantía constitucional
correspondiente sea anulada porque no constituya materia del recurso de
hábeas corpus, el recurrente puede también perseguir el reconocimiento de los
derechos que invoca y el cese de trabas que, según afirma, se oponen a su
ejercicio, mediante las acciones civiles, contencioso-administrativas y criminales
correspondientes.

Que esa es indudablemente la doctrina que surge de la jurisprudencia de esta


Corte (Fallos, t. 183, p. 44 ; t. 169, p. 103; t. 168, p. 15), que ha establecido
reiteradamente que la vía del hábeas corpus solamente procede cuando se
invoca una restricción ilegal a la libertad corporal de las personas; y que los
demás derechos garantizados por la Constitución deben ser defendidos por
otras acciones ajenas al remedio indicado. Es cierto que el recurrente manifiesta
que el que ha interpuesto no es un recurso de hábeas corpus; pero no solamente

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 141


no concreta de qué acción se trata sino que el trámite impreso a la causa a su
pedido y con su conformidad ha sido el establecido por las leyes procesales
para dicho recurso.

Que no es discutible que en un régimen constitucional como el vigente en la


República, la jurisdicción proviene de la ley. Entendido el término en su acepción
más amplia, es decir, como comprensivo de las normas constitucionales, se
da así la necesidad de que la actuación de cualquiera de los agentes de los
poderes constituidos, debe ajustarse a ellas, no sólo en cuanto al contenido
de sus resoluciones, sino también en cuanto a la competencia y a la forma de
expedirlas. Y estos requisitos, que diferencian la actuación reglada de los órganos
de un Estado constitucional, a la manera americana, de la actividad discrecional
propia de otros regímenes, es particularmente imperiosa respecto de los
judiciales. Ellos, en efecto, por lo mismo que son custodios de la observancia de
la Constitución nacional por los demás poderes, están especialmente obligados
al respeto de las propias limitaciones, entre las cuales figura, en primer término,
la de no exceder la propia jurisdicción (Fallos, t. 155, p. 250).

Que evidentemente el argumento no se abate con la invocación de la posible


subsistencia de principios constitucionales conculcados. Está claro, en efecto,
que el contralor de constitucionalidad está también sujeto a la reglamentación
de los procesos judiciales, porque de otra manera la división y la igualdad de
los poderes se habría roto, en beneficio del Judicial. Por eso la jurisprudencia de
esta Corte no ha reivindicado la supremacía de sus propias resoluciones, sino en
cuanto se las ha expedido en el ejercicio de sus atribuciones constitucionales y
legales (Fallos, t. 205, p. 614 y otros).

Que si aún fuera admisible argüir con la posibilidad de que el silencio legislativo
o la inoperancia de los procedimientos legales no pueden impedir la vigencia de
los derechos y principios consagrados por la Constitución, debería observarse
que semejante razonamiento, que reviste carácter extremo, indudablemente
supone la demostración acabada de aquellos requisitos. Porque no es so color
de que una vía pueda estimarse, por los jueces, preferible a otra, que les sea
dado prescindir de las prescriptas por el órgano legislativo, titular como es de
la soberanía popular en esa materia. Y menos cabría hacerlo sobre la base
de la posible aplicación defectuosa de las leyes vigentes para la tutela de los
derechos patrimoniales, o de aquellos otros que se ejercitan con la disposición
de lo que es propio, como es la de publicar ideas por medio de la prensa por
el dueño de un periódico. Se trataría, en todo caso, de corruptelas que no son
insalvables y que de cualquier modo no justifican la excedencia señalada de
la propia jurisdicción. Porque los derechos que la Constitución acuerda son
tales conforme con las leyes que reglamentan su ejercicio (art. 14, Constitución
nacional). Y entre éstas figuran las de la defensa judicial de aquéllos en la manera
prescripta por el ordenamiento jurídico, si ha de ser verdad, como esta Corte ha
dicho, que el orden de nuestra convivencia reposa en la ley (Fallos, t. 234, p. 82
y sus citas). El prudente y decoroso respeto de las propias limitaciones al par
que de las facultades de los demás poderes, hace evidente que la prescindencia
de base normativa para la actuación jurisdiccional, sólo puede ser admisible en
condiciones vitalmente extremas, entre las que las circunstancias relatadas del
caso, impiden encuadrar a éste.

Por ello, y de acuerdo con lo dictaminado por el procurador general, se confirma


la resolución apelada en cuanto ha podido ser materia de recurso. - Carlos
Herrera.

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AMPARO m3 |contenidos | IC

información complementaria 6

Caso Kot
TRIBUNAL: CSJN
FECHA: 05/09/1958
TEMA: ACCION DE AMPARO CONTRA ACTOS DE PARTICULARES.

Kot, Samuel (Soc. de Resp. Ltda. (Habeas corpus)).

Opinión del procurador general de la Nación.

El presente recurso de amparo se funda en los mismos hechos que han dado
lugar a la instrucción de la causa “Houssay, Abel F. A. representando a Kot,
Samuel (Soc. de Resp. Ltda.), denuncia Kot, Juan” en la que dictamino también
el día de la fecha.

Aquí, sin embargo, se hace especial hincapié en lo resuelto en Fallos, t. 239, p.


459 para fundar de ese modo la intervención de los tribunales del crimen en la
cuestión de que se trata, aun al margen del proceso penal antes mencionado.

Y bien, lo decidido en el recurso planteado por Ángel Siri no es, a mi juicio,


de aplicación al sub júdice. Allí, lo mismo que en los casos jurisprudenciales a
que expresamente se refirió V. E. para destacar su apartamiento de la doctrina
tradicional hasta entonces observada (Fallos, t. 168, p. 15; t. 169, p. 103), se
pedía amparo, no contra un hecho realizado por particulares, sino contra un acto
arbitrario de la autoridad para el que no existía remedio expreso en la legislación
a pesar de que comportaba la violación de garantías individuales aseguradas
por la Constitución.

Como se observa, pues, la situación es fundamentalmente distinta: en primer


lugar, porque aquí no se trata de dejar sin efecto un acto de autoridad, puesto
que los obreros ocuparon la fábrica por su propia cuenta y, en segundo término,
porque al contrario de lo que ocurría en el caso citado, la legislación del Estado
en cuya jurisdicción se produjo el hecho de autos prevé un remedio procesal
específico para solucionar situaciones como la que se plantea en este recurso:
me refiero concretamente al interdicto de recobrar o de despojo arbitrado por el
art 599 del Cód. de Proced. Civil y Comercial de la Prov. de Buenos Aires a favor
de quienes hayan sido despojados con violencia o clandestinidad de la posesión
o tenencia de una cosa.

Por ello y sin perjuicio de señalar la confusión que derivaría de la admisión de


recursos de amparo no legislados para solucionar situaciones que las normas
procesales vigentes ya contemplan de modo expreso, observo que hacer
lugar a la pretensión del recurrente importaría tanto, a mi juicio, como dejar
implícitamente sin efecto una institución procesal bonaerense (la del art. 599 cit.)
que no ha sido tachada en esta causa de inconstitucional.

En consecuencia, opino que corresponde desestimar el recurso del que se me


ha corrido vista. Julio 24 de 1958. Ramón Lascano.

Buenos Aires, setiembre 5 de 1958.

La firma Samuel Kot (Soc. de Resp. Ltda.), propietaria de un establecimiento


textil situado en la calle Arias 228 de Villa Lynch, partido de San Martín, Prov.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 143


de Buenos Aires, mantiene desde el 21 de marzo próximo pasado un conflicto
con su personal obrero. La huelga de este personal fué primeramente declarada
ilegal por la Delegación San Martín del Departamento Provincial del Trabajo con
fecha 28 de marzo, por lo cual la firma patronal dispuso la concurrencia de los
obreros a su trabajo dentro de las 24 horas, con excepción de los delegados
Aarón Fistein y Aníbal Villamayor. Un mes y medio más tarde, el presidente
del Departamento Provincial del Trabajo declaró nula aquella resolución de la
Delegación San Martín e intimó a ambas partes a reanudar el trabajo. La empresa
se negó a reincorporar a los obreros que había despedido y entonces éstos y otros
compañeros ocuparon la fábrica el día 9 de junio y se mantienen en ella hasta
ahora; los patrones pueden entrar al establecimiento y sacar objetos dejando
constancia escrita, mas se impide la entrada al personal de administración y a
los capataces. Desde el día de la ocupación, “el establecimiento no realiza labor
alguna” de suerte que “la fábrica está totalmente paralizada” (informe policial de
fs. 36 del citado expediente).

El mismo día de ocupación de la fábrica, el sociogerente de la empresa, Juan Kot,


formuló denuncia por usurpación ante la comisaría de Villa Lynch (San Martín)
y reclamó la entrega del inmueble, iniciándose el sumario correspondiente.
Estando en trámite las actuaciones fueron requeridas telefónicamente por el juez
penal de La Plata el día 16 de junio quien, después de avocar el conocimiento
del sumario, resolvió 2 días después el 18 de junio sobreseer definitivamente en
la causa “en cuanto al hecho de la ocupación del inmueble de la calle Arias 228
de la localidad de Villa Lynch, partido de San Martín y no hacer lugar al pedido
de desocupación de la misma”. El fundamento de esta resolución consistió, en
lo esencial, en que habiendo sido ocupado el inmueble a causa de la existencia
de un conflicto colectivo de trabajo entre la mencionada empresa y su personal
obrero, “es evidente que en la especie esa ocupación no tiene por objeto el
despojo de la posesión de esa cosa inmueble, con ánimo de «someterla al
ejercicio de un derecho de propiedad» (art. 2351, Cód. Civil), sino que lo ha sido
en función de la existencia de ese conflicto laboral”.

Apelada esta resolución por el apoderado de la empresa y luego de diligenciarse


algunas medidas para mejor proveer dispuestas por la Cám. 3ª de Apel. en
lo Penal de La Plata, ésta “por sus fundamentos” confirmó el sobreseimiento
definitivo que había sido objeto del recurso. Contra esta sentencia, el interesado
dedujo recurso extraordinario el que, concedido por el tribunal ha sido declarado
improcedente por esta Corte en el día de la fecha.

El mismo día de la sentencia de la cámara, pero antes de dictarse, el apoderado


de la empresa se presentó ante la misma cámara deduciendo “recurso de
amparo” a fin de obtener la desocupación del inmueble: invocó la sentencia
de esta Corte, de fecha 27 de diciembre de 1957, recaída en el “caso Siri”, “las
garantías a la libertad de trabajo (art. 14); a la propiedad (artículo 17); a la libre
actividad (art. 19); de la Constitución Nacional”, que estarían afectadas e hizo
presente que la situación que planteaba era de “una gravedad extraordinaria.
Al acto delictuoso de la ocupación de una fábrica y la desposesión de sus
legítimos propietarios, se suman los constantes pedidos de amparo que por
mi parte vengo repitiendo ante las autoridades policiales y administrativas
y que formalizo con este escrito”. El mismo día, la Cám. de Apelación antes
mencionada desechó el recurso planteado con el fundamento de “que el recurso
de «habeas corpus», como ha resuelto invariablemente este tribunal y lo tiene
decidido la más autorizada doctrina, tiene por objeto esencial la protección de
la libertad personal o corporal y no puede hacerse extensivo a la protección de
otros derechos que se pretenden vulnerados. Tales derechos deben ejercitarse
conforme a los respectivos procedimientos creados por las leyes de la materia”
(Corte Federal, Fallos, t. 216, p. 606; J. A., 1950 III, p. 486, entre otros).

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Contra esta sentencia, el interesado interpuso recurso extraordinario, el cual,
concedido por la Cám. de Apelación, llega ahora a la decisión de esta Corte.

Considerando:

Que, ante todo, corresponde apartar el fundamento expresado por el tribunal


a quo para desechar la pretensión del interesado. Este no dedujo recurso de
“habeas corpus”, sino de amparo, invocando los derechos constitucionales de
la libertad de trabajo, de la propiedad y de la libre actividad, o sea, dedujo una
garantía distinta a la que protege la libertad corporal y que, a semejanza del
hábeas corpus, procura asimismo una protección expeditiva y rápida que emana
directamente de la Constitución. Esta Corte lo ha declarado así en la sentencia de
fecha 27 de diciembre del año próximo pasado en la causa “Siri Angel” (Fallos,
t. 239, p. 450 [1]), con fundamentos que se dan aquí por reproducidos en todo
lo pertinente.

Que si bien en el precedente citado la restricción ilegítima provenía de la autoridad


pública y no de actos de particulares, tal distinción no es esencial a los fines de
la protección constitucional. Admitido que existe una garantía tácita o implícita
que protege los diversos aspectos de la libertad individual (art. 33, Constitución
Nacional), ninguna reserva cabe establecer de modo que excluya en absoluto y
“a priori” toda restricción que emane de personas privadas.

Es verosímil presumir que, en el ánimo de los constituyentes de 1853, las garantías


constitucionales tuvieron como inmediata finalidad la protección de los derechos
esenciales del individuo contra los excesos de la autoridad pública. En el tiempo
en que la Constitución fue dictada, frente al individuo solo e inerme no había
otra amenaza verosímil e inminente que la del Estado. Pero los constituyentes
tuvieron la sagacidad y la prudencia de no fijar exclusivamente en los textos sus
temores concretos e históricos, sino, más bien, sus aspiraciones y sus designios
permanentes y aun, eternos: la protección de la libertad. Esto último es lo que
resulta del inequívoco y vehemente espíritu liberal de la ley suprema, aquello
otro lo que se comprueba objetivamente en los textos constitucionales mismos.
Nada hay, ni en la letra ni en el espíritu de la Constitución, que permita afirmar
que la protección de los llamados “derechos humanos” porque son los derechos
esenciales del hombre esté circunscripta a los ataques que provengan sólo de
la autoridad. Nada hay, tampoco, que autorice la afirmación de que el ataque
ilegítimo, grave y manifiesto contra cualquiera de los derechos que integran la
libertad, “lato sensu”, carezca de la protección constitucional adecuada que es,
desde luego, la del “habeas corpus” y la del recurso de amparo, no la de los juicios
ordinarios o la de los interdictos, con traslados, vistas, ofrecimientos de prueba,
etc. por la sola circunstancia de que ese ataque emane de otros particulares
o de grupos organizados de individuos. Intentar construcciones excesivamente
técnicas para justificar este distingo, importa interpretar la Constitución de modo
que aparezca ella amparando realmente, no los derechos esenciales, sino las
violaciones manifiestas de esos derechos. Las circunstancias concretas de esta
causa constituyen por sí solas un ejemplo significativo.

Aun menos admisible es el distingo a que antes se ha hecho referencia,


considerando las condiciones en que se desenvuelve la vida social de estos
últimos 50 años. Además de los individuos humanos y del Estado, hay ahora una
tercera categoría de sujetos, con o sin personalidad jurídica, que sólo raramente
conocieron los siglos anteriores: los consorcios, los sindicatos, las asociaciones
profesionales, las grandes empresas, que acumulan casi siempre un enorme
poderío material o económico. A menudo sus fuerzas se oponen a las del Estado
y no es discutible que estos entes colectivos representan, junto con el progreso

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material de la sociedad, una nueva fuente de amenazas para el individuo y sus
derechos esenciales.

Si, en presencia de estas condiciones de la sociedad contemporánea, los jueces


tuvieran que declarar que no hay protección constitucional de los derechos
humanos frente a tales organizaciones colectivas, nadie puede engañarse
de que tal declaración comportaría la de la quiebra de los grandes objetivos
de la Constitución y, con ella, la del orden jurídico fundamental del país.
Evidentemente, eso no es así. La Constitución no desampara a los ciudadanos
ante tales peligros ni les impone necesariamente recurrir a la defensa lenta y
costosa de los procedimientos ordinarios. Las leyes no pueden ser interpretadas
sólo históricamente, sin consideración a las nuevas condiciones y necesidades
de la comunidad, porque toda ley, por naturaleza, tiene una visión de futuro,
está predestinada a recoger y regir hechos posteriores a su sanción: “Las
leyes disponen para lo futuro”, dice el art. 3° del Cód. Civil, con un significado
trascendente que no se agota, por cierto, en la consecuencia particular que el
precepto extrae a continuación. Con mayor fundamento, la Constitución, que
es la ley de las leyes y se halla en el cimiento de todo el orden jurídico positivo,
tiene la virtualidad necesaria de poder gobernar las relaciones jurídicas nacidas
en circunstancias sociales diferentes a las que existían en tiempo de su sanción.
Este avance de los principios constitucionales, que es de natural desarrollo y
no de contradicción, es la obra genuina de los intérpretes, en particular de los
jueces, quienes deben consagrar la inteligencia que mejor asegure los grandes
objetivos para que fué dictada la Constitución. Entre esos grandes objetivos y
aun el primero entre todos, está el de “asegurar los beneficios de la libertad,
para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que
quieran habitar en el suelo argentino” (Preámbulo).

Con respecto a la protección de la libertad corporal, la interpretación amplia


es la que surge del pertinente precepto de la ley suprema: “Nadie puede ser…
arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente”, dice el art.
18 con fórmula muy general, lo que significa establecer que, no tratándose de
esa única hipótesis estricta, toda privación ilegítima de la libertad personal, sin
distinción alguna acerca de quien emana, autoriza el amparo de la Constitución.
Esta amplitud del “hábeas corpus” es la que corresponde a la tradición del
recurso en el derecho angloamericano fuente inmediata del nuestro, a través
de la Carta de los Estados Unidos del Norte y si bien ha sido indebidamente
restringido por la mayoría de los códigos procesales que han tomado por
“ratio” lo que era sólo “ocasio”, es la que corresponde a la letra y al espíritu
de la Constitución. Así lo reconocen diversos tratadistas de nuestro derecho:
“La ley no debe dar una garantía limitada, una protección parcial, diremos así,
contra los actos de determinados poderes. Contra todos los poderes, incluso el
judicial, contra los avances de los particulares, en cuanto afectan las garantías
individuales, debe ella tener el mismo imperio e igual eficacia” (Tomás Jofré,
“Manual de procedimiento criminal”, Buenos Aires, 1914, núm. 164). Esta crítica
del eminente jurista, exacta con respecto a la ley de procedimiento, no alcanza al
texto amplio de la ley suprema. Entre las Constituciones de provincias, es digna
de señalar la de Entre Ríos, que conserva expresamente el alcance tradicional
del “hábeas corpus”, extendiéndolo, aun a la protección de cualquiera de las
garantías establecidas en la Constitución Nacional o provincial o las leyes (art.
25).

La misma amplitud corresponde reconocer al recurso de amparo, que esta


Corte, en el precedente antes mencionado (Fallos, t. 239, p. 459), extrajo de
la sabia norma del art. 33 de la Constitución. Sin una reseña que, expresa o
implícitamente, emane de los preceptos constitucionales y que imponga una

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inteligencia restringida del recurso de amparo, la interpretación amplia es la
que mejor consulta los grandes objetivos de la ley suprema y las genuinas
finalidades de aquellas garantías. Lo que primordialmente tienen en vista el
hábeas corpus y el recurso de amparo, no es el origen de la restricción ilegítima
a cualquiera de los derechos fundamentales de la persona humana, sino estos
derechos en sí mismos, a fin de que sean salvaguardados. Dichas garantías no
atienden unilateralmente a los agresores, para señalar distinciones entre ellos,
sino a los agredidos, para restablecer sus derechos esenciales. La Constitución
está dirigida irrevocablemente a asegurar a todos los habitantes “los beneficios
de la libertad” y este propósito, que se halla en la raíz de nuestra vida como
nación, se debilita o se corrompe cuando se introducen distinciones que, directa
o indirectamente, se traducen en obstáculos o postergaciones para la efectiva
plenitud de los derechos.

En el mismo sentido, la Declaración Universal de Derechos del Hombre, aprobada


por la Asamblea General de las Naciones Unidas con fecha 10 de diciembre de
1948, establece en su art. 8°: “Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo,
ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución o por la
ley”.

Siempre que aparezca, en consecuencia, de modo claro y manifiesto, la


ilegitimidad de una restricción cualquiera a alguno de los derechos esenciales
de las personas así como el daño grave e irreparable que se causaría remitiendo
el examen de la cuestión a los procedimientos ordinarios, administrativos o
judiciales, corresponderá que los jueces restablezcan de inmediato el derecho
restringido por la rápida vía del recurso de amparo. Todo lo que puede añadirse es
que, en tales hipótesis, los jueces deben extremar la ponderación y la prudencia
lo mismo que en muchas otras cuestiones propias de su alto ministerio a fin
de no decidir, por el sumarísimo procedimiento de esta garantía constitucional,
cuestiones susceptibles de mayor debate y que corresponde resolver de
acuerdo con los procedimientos ordinarios. Pero, guardadas la ponderación y
la prudencia debidas, ningún obstáculo de hecho o de derecho debe impedir
o retardar el amparo constitucional. De otro modo, habría que concluir que los
derechos esenciales de la persona humana carecen en el derecho argentino de
las garantías indispensables para su existencia y plenitud, y es obvio que esta
conclusión no puede ser admitida sin serio menoscabo de la dignidad del orden
jurídico de la Nación.

En el caso de autos, se trata de la ocupación material de una fábrica por parte


del personal obrero, determinada exclusivamente por un conflicto de carácter
laboral con la empresa. Los ocupantes no han invocado ni pretenden tener ningún
derecho a la posesión o detención de la fábrica. Según sus manifestaciones
expresas y concordantes, la ocupación obedece al conflicto existente con la
empresa patronal y se mantienen en el inmueble “sin ejercer violencia alguna,
y defendiendo de esa manera su trabajo y a la espera de una resolución
definitiva”.

Ahora bien, la acción directa, o sea “el aseguramiento o la satisfacción de


una pretensión por autoridad propia” (Enneccerus Nipperday, “Derecho civil.
Parte general”, vol. II, § 223, Barcelona, 1935), no está consagrada por nuestra
legislación, salvo en los casos de legítima defensa o de estado de necesidad,
que presuponen indispensablemente la circunstancia de que el agente no pueda
obtener en tiempo el auxilio de la autoridad. Con respecto a la posesión de las
cosas, es un caso particular de aquellas defensas el legislado por el art. 2470
del Cód. Civil. Pero ni este código ni otra ley alguna de nuestro ordenamiento

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reconocen a nadie, sin mediar aquellas situaciones de excepción, la facultad
de recurrir por sí mismo a las vías de hecho para asegurar o defender lo que
estima su derecho y mantenerse en ellas ante la pasiva presencia de la autoridad
pública. Ningún precepto legal confiere esa facultad a los obreros o a cualquier
otro sector del pueblo argentino.

No se trata de negar o discutir la existencia del derecho de huelga ni poner


en duda la legitimidad de las reclamaciones de los obreros en el conflicto que
mantienen con la empresa patronal, aspectos absolutamente extraños a la
instancia extraordinaria de esta Corte en la ocasión presente. Lo que aquí se
afirma es la obvia conclusión de que todos los ciudadanos están sometidos a
las leyes y que ninguno puede invocar en su favor derechos supra legales, es
decir, derechos que existirían por encima y con prescindencia de las normas
que integran el derecho positivo argentino. No otra cosa significa decir, desde
el punto de vista del imperio de la ley, que una comunidad humana exista como
Estado de Derecho.

De las circunstancias de esta causa y, en particular, de las declaraciones expresas


de los obreros que ocupan la fábrica, surge de modo manifiesto e indudable la
ilegitimidad de esa ocupación. Nada hay, por tanto, en este solo aspecto de la
ocupación, que corresponda diferir a los procedimientos ordinarios establecidos
por las leyes para la dilucidación de los aspectos de fondo del conflicto gremial
y de los derechos de las partes. Nada hay tampoco que requiera ser debatido
en una acción real o en un interdicto posesorio. Aun en la hipótesis de que los
obreros tuvieran toda la razón y la empresa ninguna, sería siempre verdad que
la ocupación de la fábrica por aquéllos es ilegítima, como vía de hechos no
autorizada por nuestras leyes.

También es manifiesto el agravio serio e irreparable que resulta de esta situación


para los propietarios de fábricas y aun para los intereses generales. La ocupación
de los obreros dura desde hace casi 3 meses y desde entonces la fábrica está
“totalmente paralizada”, sin que pueda saberse qué tiempo tardará aún para que
el conflicto sea resuelto por las autoridades competentes ni cuál es el estado de
los procedimientos respectivos. La magnitud del agravio y su carácter irreparable
son, así, patentes.

Que, como surge de las consideraciones que anteceden, se hallan reunidas en


este caso las condiciones necesarias para la procedencia del recurso de amparo
deducido. Los hechos de la causa revelan de modo indudable que existe una
restricción ilegítima de los derechos constitucionales invocados por el recurrente:
desde luego, el de propiedad; también y, sobre todo, el de la libertad de trabajo,
pues lo ocupado por los obreros no es un inmueble baldío o improductivo,
sino una fábrica en funcionamiento y mediante la cual el propietario ejerce su
actividad económica de fabricante.

En estas condiciones, no es juicioso pretender que el afectado reclame la


devolución de su propiedad por los procedimientos ordinarios; si cada vez que,
a raíz de un conflicto, muchas personas ocupan materialmente una fábrica, un
instituto privado de enseñanza o cualquier otro establecimiento, los propietarios
no tuvieran más recurso, para defender sus derechos constitucionales, que
deducir un interdicto posesorio o de despojo, con múltiples citaciones a estar
a derecho para todos y cada uno de los ocupantes, con la facultad de éstos
de designar sus propios abogados, de contestar traslados y vistas, de ofrecer
y producir pruebas, etc., cualquiera comprende a qué quedaría reducida la
protección de los derechos que habrían concedido las leyes y de qué modo
habría quedado subvertido el orden jurídico del país. En situaciones como las

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mencionadas, que es también la de estos autos, la protección judicial de los
derechos constitucionales no tolera ni consiente semejantes dilaciones.

Por ello, habiendo dictaminado el procurador general, se revoca la sentencia


apelada de fs. 5, haciendo uso de la facultad que acuerda a esta Corte el art.
16, 2ª parte de la ley 48 (1), y habida cuenta de las constancias existentes en
el expediente K. 21. XIII, de las que resulta haberse oído a los ocupantes del
inmueble de que trata la causa, se hace lugar al recurso de amparo deducido.
En consecuencia, y sin más trámite, líbrese oficio por secretaría al comisario
de Villa Lynch, Prov. de Buenos Aires, a fin de que proceda de inmediato, con
habilitación de días y horas, a entregar a Sabatino Kot, representante de Samuel
Kot (Soc. de Resp. Ltda.), el establecimiento textil situado en la calle Arias
228, Villa Lynch, partido de San Martín, libre de todo ocupante. Alfredo Orgaz.
Benjamín Villegas Basavilbaso. Juan C. Beccar Varela. En disidencia: Aristóbulo
Aráoz de Lamadrid. Julio Oyhanarte.

Disidencia.

Considerando:

1° Que en el caso de Ángel Siri, el tribunal declaró la existencia, en el derecho


público argentino, de una acción o recurso de amparo destinado a tutelar
las llamadas “garantías constitucionales”. La doctrina que en tal oportunidad
quedó establecida, tuvo por fundamento la afirmación de que dichas “garantías
constitucionales” existen y protegen al hombre por el solo hecho de hallarse
consagradas en la Ley Fundamental, de modo que deben hacerse efectivas,
en cada caso ocurrente, aun cuando no medien leyes reglamentarias. Por lo
tanto, para que los principios entonces expuestos sean aplicables, es necesario
que se produzca la restricción o vulneración de una “garantía constitucional”.
Si esta primaria exigencia no se cumple, ninguna razón autoriza a poner en
funcionamiento los mecanismos defensivos que aquella doctrina presupone.

2° Que no todos los derechos de que una persona puede ser titular están
incluidos en el concepto jurídico de “garantía constitucional”. Para que un
derecho individual revista este carácter, es preciso, en principio, que se trate
de un derecho público subjetivo reconocido al hombre frente al poder público.
En términos generales, únicamente los derechos que poseen esta naturaleza
hállanse dotados de jerarquía constitucional y comprendidos dentro de los arts.
14 y 17 de la Ley Fundamental, que el recurrente cita. Y ello, en virtud de que, por
constituir verdaderas e insalvables limitaciones a la autoridad estatal contribuyen
a formar la esencia del Estado de Derecho y hacen parte de su definición. Tal
es la razón por la que Alberdi, en el art. 20 de su proyecto de Constitución para
la Confederación Argentina, se ocupa de las libertades del hombre llamándolas
“garantías de derecho público”. En mérito al principio señalado, asimismo, una
reiterada jurisprudencia tiene resuelto que las “garantías constitucionales” no
son sino restricciones a la acción de los gobiernos, tendientes a impedir la
extralimitación de los poderes públicos y han sido dadas a los particulares contra
las autoridades” (Fallos, t. 134, p. 37; t. 138, p. 71; t. 141, p. 65; t. 174, p. 175; t.
183, p. 190). No se trata, por supuesto, de considerar a las libertades del hombre
como otros tantos obstáculos que circundan el Estado, que lo comprimen, que
le niegan la posibilidad de desarrollar una actividad positiva encaminada a la
conquista del bien social. Caracterizar la libertad como limitación a la autoridad,
significa que las acciones que el poder público emprenda llevan insita la idea de
que la libertad del hombre es el presupuesto de la autoridad, lo que convierte
en constitucionalmente inválido todo acto que conduzca a su aniquilamiento o
desvirtuación.

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En suma, las “garantías constitucionales” para cuyo resguardo puede decirse
que existe el remedio de amparo, tal como lo caracterizó la doctrina del caso
Siri, son los derechos públicos subjetivos que el hombre tiene frente al Estado.
Por ello, justamente, esa doctrina posee alta significación política; expresa una
de las premisas de la forma democrática de gobierno y su vigencia resulta
imprescindible a fin de lograr que el acrecentamiento de las funciones del Estado
moderno, que se inclina a ser cada vez en mayor grado un Estado positivo y
asume tareas económicosociales de magnitud creciente, se realice sin desmedro
de las libertades públicas, a las que debe servir.

3° Que el bien jurídico invocado en la especie, carece de la entidad constitucional


requerida para que le sea aplicable la doctrina “sub examine”. En efecto, lo
alegado en autos no es más que el desconocimiento de atributos inherentes
al derecho de dominio, según se infiere con certeza del escrito presentado con
fecha 8 de agosto próximo pasado en que se formula agravio por “la ocupación
de la fábrica y la prohibición de acceso a los propietarios”.

El que está en discusión, pues, no tiene carácter de derecho público subjetivo


ni de “garantía constitucional”; es simplemente un derecho subjetivo privado,
de los que se originan en las relaciones entre particulares (Fallos, t. 176, p.
363), de donde se infiere que la doctrina a que el recurrente quiere acogerse es
por completo extraña al tema litigioso. Cuando un particular lesiona el derecho
privado de otro, como se dice que habría acontecido en la especie, su acto no es
inconstitucional; tampoco vulnera “garantías constitucionales” ni es susceptible
del remedio de amparo que según la doctrina antes vista resguarda esas
garantías. Por el contrario, trátase de un acto ilícito y sujeto a las previsiones de
la legislación ordinaria, las que deben efectivizarse de acuerdo con las normas
procesales pertinentes, cuyo dictado incumbe privativamente a las provincias.

Jurídicamente hablando, pues, todo derecho del hombre muestra una


configuración que podría llamarse bifronte; uno de sus lados mira hacia el Estado
y presenta al derecho revestido de la calidad de “garantía constitucional”; el otro
lado, en cambio, mira hacia los terceros particulares y, desde él, el derecho es
específicamente derecho privado. De este principalísimo aspecto conceptual,
se ha ocupado el profesor de la Universidad Católica del Sacro Cuore, G.
Balladore Pallieri, quien, refiriéndose a la libertad religiosa y a los derechos de
inviolabilidad personal y de propiedad, consagrados por las Constituciones
modernas, escribe: “Es de hacer notar que los derechos que examinamos son
tutelados sólo en cuanto a su posible violación por parte del Estado o de los actos
públicos… En la práctica, un individuo tiene tanto interés en que su libertad no
sea violada por un policía como por un particular. Pero de esta segunda hipótesis
no se ocupa la Constitución. La defensa de los derechos de la libertad ante los
posibles atentados de los particulares, corresponde a otras normas contenidas
en la legislación ordinaria; el texto constitucional se preocupa sólo de su defensa
contra la autoridad pública” (”Diritto constituzionale”, ed. 1957, p. 332). Esta
concepción jurídica, que nace con los inicios del Estado moderno, lejos de ser
inactual, está presente en las más recientes expresiones del derecho público
contemporáneo, por cuanto, como más arriba se dijo, es uno de los elementos
constitutivos del Estado de Derecho. Así, la Comisión para la reorganización
del Estado, designada en Italia por el Ministero por la Costituente, entre las
conclusiones que presentara en mayo de 1946 y que influyeron decisivamente
sobre los redactores del texto constitucional, definió las aquí llamadas “garantías
constitucionales” como verdaderos derechos públicos subjetivos, con el alcance
ya visto (”Relazione all’Asamblea Costituente”, ed. 1946, t. 1, ps. 79 y sigts.,
informe preparado por C. Mortati. V. en el mismo sentido: G. Jellinek, “Teoría
general del Estado”, ed. 1943, ps. 340 y 641; C. A. Colliard, “Les libertés

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publiques”, ed. 1950, p. 434; A. de Cupis, “I diritti della personalitá”, ed. 1950,
ps. 86 y sigts.).

4° Que conforme a lo resuelto, la doctrina del caso Siri no guarda relación directa
ni inmediata con la situación jurídica planteada en autos. Para que pudiera
hacerse extensiva a esta última, habría que modificarla en su esencia y sostener
que el amparo no es un medio defensivo implícito en la Ley Fundamental para
la tutela de “garantías constitucionales”, sino una acción sumarísima creada por
los jueces, al margen de toda norma legal autoritativa, con el fin de posibilitar
la defensa procesal de todos los derechos individuales imaginables, incluso
los meros derechos privados existentes en el orden de las relaciones entre
particulares, como lo son el dominio y sus atributos. He aquí el aspecto central
del problema, que precisa ser subrayado. En el caso Siri se resolvió un conflicto
entre la libertad y la autoridad, en amparo de la primera, cuya custodia esta
Corte estimó deber indeclinable. Mientras tanto, lo que ahora se pide es que el
más alto tribunal de la Argentina inaugure una doctrina y cree una acción que,
inevitablemente, servirán para que el enfrentamiento de dos derechos privados
sea resuelto en perjuicio de uno de ellos.

5° Que semejante extensión no puede ser judicialmente aceptada sin causar


grave daño a principios y preceptos de observancia ineludible.

6° Que, ante todo, el otorgamiento de amparo en casos como el que se juzga,


desvirtuaría la naturaleza jurídica del instituto en cuestión, según ella aparece
configurada por la legislación y la doctrina contemporáneas, de las cuales se
desprende, por vía de principio prácticamente uniforme, que hay amparo de
la libertad contra actos emanados de autoridades públicas, pero no contra los
que provengan de sujetos particulares (en la Argentina: Constituciones de Entre
Ríos y Santiago del Estero; ley 2494 de Santa Fe y Constitución de 1921, de la
misma provincia. En el extranjero: Constituciones de Brasil, México, Guatemala,
Honduras, Panamá, Nicaragua, Italia, República Federal Alemana, Baviera,
España de 1931, Austria de 1920, etc. V. además, Bielsa, “Estudios de derecho
público”, ed. 1952, t. 3, p. 401; J. A. González Calderón, “Comisión de estudios
constitucionales”, ed 1957, t. 2, ps. 36 y 39; Federación Argentina de Colegios
de Abogados, Quinta Conferencia Nacional de Abogados, ed. 1941, ps. 66 y
sigts., declaración ponencia adicional y, especialmente, discurso del miembro
informante, doctor A. Walter Villegas). Y si es posible, por vía de hipótesis, que el
legislador amplíe la esfera de acción del amparo, extendiéndolo a las violaciones
cometidas por personas privadas, lo que de ningún modo puede admitirse es que
los jueces, sobre la base de supuestos principios implícitos en la Constitución,
tengan la misma potestad ampliatoria.

7° Que ello, asimismo, estaría en oposición a la doctrina jurisprudencial


norteamericana referente al “Writ of mandamus”, con el que habitualmente
se compara al remedio de amparo. De modo uniforme y sin excepciones, los
tribunales de Estados Unidos han decidido que el mencionado “Writ” existe
respecto de los actos de un oficial público, (”officer”) o de una corporación
pública o semipública, en tanto que no opera contra actos de particulares ni se
extiende a las relaciones privadas entre individuos (Suprema Corte de Estados
Unidos, caso “Rorick v. U. S. Sugar C°”, Federal Reporter, Second Series, t. 120,
p. 418, y fallos de los tribunales de Georgia, W. Virginia, Wisconsin, Missouri, S.
Dakota, California, Oklahoma, etc., citados en el Corpus Juris Secundum, ed.
1948, t. 55, ps. 451 y sigts.).

8° Que, por lo demás, es preciso advertir que las facultades de uso y goce
que se dicen infringidas, gozan de minuciosa y adecuada protección legal. El
argumento, enfáticamente planteado por el recurrente, de que la denegación

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del amparo peticionado dejaría a su derecho desprotegido, debe ser examinado
como asunto de legislación y no de pura teoría. Cabe preguntar, pues, ¿es exacto
que sin el amparo concebido como “protección constitucional” el dominio y sus
atributos quedarían, jurídicamente, en estado de indefensión? La respuesta
negativa surge sin esfuerzo. Si por algo se caracteriza el derecho positivo del
país es por la forma precisa y completa en que ha previsto la defensa procesal
de las facultades jurídicas que el apelante dice le han sido violadas. Hablar de
omisión o de indiferencia legislativa es, por lo menos, equivocado, ya que el
examen más rápido y superficial revela la existencia de un nutrido conjunto de
previsiones normativas en la materia (arts. 2490, Cód. Civil; 29, inc. 2°, Cód. Penal;
disposiciones procesales sobre interdictos posesorios y acción de desalojo, etc.).
Ante esta circunstancia, de cualquier cosa puede hablarse menos de inexistencia
e insuficiencia de una tutela jurisdiccional predispuesta por el legislador. Si el
recurso en consideración se rechazara, el dominio y sus atributos que se alegan
distarían mucho de quedar desprotegidos, por cuanto el amparo que se pide no
supone otra cosa, en definitiva, que colocar una nueva acción de origen judicial
junto a los múltiples procedimientos sumarios establecidos por la ley.

Por lo tanto, aunque fueran invocables los arts. 14 y 17 de la Constitución,


de todos modos tendría fuerza obligatoria el principio de que las “garantías
constitucionales”, cuando han sido reglamentadas, deben ejercitarse en la forma
y dentro de los términos prescriptos por las leyes de procedimiento, que son de
orden público y de cumplimiento inexcusable (Fallos, t. 159, p. 69).

9° Que esta es la doctrina que rige el caso y no la que el recurrente reclama. Si algo
no puede afirmarse con verdad, es que en el derecho argentino falta una amplia
y expeditiva tutela jurisdiccional ofrecida por la ley al dominio y sus atributos. Por
consiguiente, siendo innegable que ello existe, ¿por qué razón esencial debería
concederse el amparo? La respuesta no parece difícil, ciertamente. El amparo
debería concederse no por inexistencia, sino por una supuesta ineficacia de
aquella tutela. Y ante esta comprobación, se hace forzoso reiterar que al juzgador
le está vedado pronunciarse sobre el acierto del Congreso, o de una legislatura,
en la elección de los medios que estimó aptos para el logro de los fines legales
(Fallos, t. 153, p. 111; t. 181, p. 264 [1]; t. 196, p. 295).

10. Que, por lo demás, el remedio procesal eficaz, aparte haber existido, ha
sido empleado por el recurrente. En efecto, éste compareció ante la justicia
ordinaria de la Prov. de Buenos Aires, y basándose en jurisprudencia reiterada,
así como tácitamente en los arts. 29, inc. 2° del Cód. Penal y 80 del respectivo
Cód. de Proced., requirió la inmediata desocupación del inmueble. Es claro que
el resultado fue negativo, por cuanto los jueces de la causa, en ejercicio de
facultades propias e irrevisibles, desecharon la petición; pero, de todos modos,
la circunstancia indicada revela una de las peculiaridades más notables de este
litigio. El recurso expeditivo previsto por la ley para la tutela del derecho, estuvo
a disposición del propietario y fue utilizado sin éxito. De donde se sigue que al
amparo solicitado debería darse no porque haya faltado un régimen procesal
adecuado, sino porque el empleo de éste resultó infructuoso. Si la justicia
ordinaria de la Prov. de Buenos Aires hubiera dispuesto la desocupación, no
habría habido cuestión de amparo. La hay, únicamente, debido a que Samuel
Kot (Soc. de Resp. Ltda.) reproduce por una vía inexistente que quiere abrir
valiéndose de la doctrina del caso Siri, la misma pretensión que ya le fuera
rechazada en una de las instancias legalmente pertinentes.

11. Que la naturaleza de un instituto jurídico está supeditada, exclusivamente, a


la reunión de los elementos que lo configuran y determinan su esencia. Por ello,
cualquiera sea el nombre que quiera dársele, lo que el recurrente intenta no es
demanda ni recurso de amparo. Por su naturaleza y sus fines, es una especie de

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interdicto sumarísimo que el juzgador debería instituir y tramitar, sin audiencia
de la contraparte, en reemplazo de los procedimientos ordenados por la ley. En
el caso Siri, tantas veces citado, el amparo vino a suplir la omisión del legislador
con respecto a ciertas “garantías constitucionales”. Por el contrario, la sentencia
a dictarse en el sub lite, si acogiera las pretensiones de Samuel Kot (Soc. de
Resp. Ltda.) no sería supletoria sino sustitutiva, en el plano de la reglamentación
procesal de los derechos privados: tendría contenido normativo y desplazaría
normas expresas sancionadas por una legislatura provincial.

12. Que la decisión que otorgara amparo en caso como este, introduciría una
absoluta inseguridad jurídica. Sin que se encuentren comprometidos los bienes
de suprema jerarquía constitucional que dieron sentido a la doctrina del caso
Siri, al hacerse lugar al recurso interpuesto estaría creándose una facultad
absolutamente discrecional, no reglada, reconocida a todos los jueces del
país, incluso a los jueces de paz legos que en muchas provincias existen y esa
facultad podría o debería ejercitarse en orden a los conflictos suscitados entre
particulares con motivo del ejercicio de sus derechos privados, quedando las
modalidades del procedimiento audiencia, prueba, apelación también deferidas
al libre arbitrio de los jueces. Las consecuencias que de ello derivarían son
imprevisibles, pero indudablemente riesgosísimas. A título ilustrativo, recuérdese
los desapasionados juicios de Vallarte, quien, ya a fines del siglo pasado, cuando
examinó el recurso de amparo vigente en México, dejó escrita esta frase, como
una advertencia: “Jueces ha habido que han hecho del amparo un arma política
para herir a sus enemigos”. Téngase presente, además, que un procedimiento
semejante al que en estos autos se discute, el “writ of injunction”, llegó a ser en
Estados Unidos “un instrumento usado por los tribunales contra la huelga en los
conflictos del trabajo” (M. E. y G. O. Dimock, “American goverment in action”,
edición 1947, p. 772), al extremo de que, para eliminar tan nociva manifestación
del discrecionalismo judicial, debió incluirse previsiones especiales en la ley
Morris La Guardia del año 1932.

Frente a estas reveladoras comprobaciones que nos brinda la experiencia ajena,


más que nunca parece oportuno reproducir aquí la regla sobria y comprometedora
que, desde antiguo, se impusieron los jueces argentinos: “La misión más delicada
de la justicia es la de saber contenerse dentro de la órbita de su jurisdicción, sin
menoscabar las funciones que incumben a los demás poderes” (Fallos, t. 155,
p. 248).

13. Que en cuanto a la libertad de trabajo, también invocada en el recurso,


las consideraciones que preceden tienen valor decisivo. Por otra parte, habida
cuenta de las circunstancias de la causa, la violación de esa libertad, si hubiera
ocurrido, sería en todo caso, un efecto secundario o accesorio derivado de la
privación de la cosa. Es obvio, pues, que las acciones o interdictos previstos
por la ley para obtener la restitución, son igualmente idóneos para hacer cesar
el daño que, según asevera el propietario, habríase causado a su libertad de
trabajo.

14. Que, por último, la impugnación referente al art. 19 de la Constitución, debe


desecharse, ya que no se advierte que ese precepto guarde relación con lo
decidido por el tribunal a quo.

Por ello, habiendo dictaminado el procurador general, se declara improcedente


el recurso extraordinario concedido a fs. 15. Aristóbulo D. Aráoz de Lamadrid.
Julio Oyhanarte.

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AMPARO m3 |contenidos | IC

información complementaria 7

Extracto de un trabajo vinculado al tema

A continuación se inserta un extracto de un trabajo sobre el tema en


cuestión, cuya autoría se encuentra a cargo de Lorenzo Barone. En el extracto
se han efectuado adaptaciones a fin de que sea pertinente para el desarrollo del
tema que venimos analizando.

En el artículo se había puntualizado precedentemente que la evolución del


amparo reconocía distintas etapas en función de su reconocimiento normativo,
y que las mismas son: la primera etapa de negativa de su procedencia, atento
la ausencia de un proceso legal establecido expresamente y que el H.C. no
contemplaba la tutela de otro derecho que no sea la libertad ambulatoria. Luego
viene su nacimiento jurisprudencial, del cual se extracta lo que se expone. Las dos
etapas posteriores son la de su regulación legal (Ley 16986) y del reconocimiento
constitucional (art. 43 C.N.).

Nacimiento Jurisprudencial:

El nacimiento del reconocimiento de la acción de amparo se produjo por


vía jurisprudencial, a través de dos casos señeros, como son Siri 1...... y Kot2.

Cabe recordar que con motivo del golpe de estado del año 1955 se produjo
el reemplazo de la totalidad de los miembros que integraban la Corte Suprema
de Justicia 3 de la Nación. La nueva integración del Tribunal fue la que dictó la
sentencia del caso Siri por mayoría de cuatro a uno.

El segundo caso –Kot- fue dictado al año siguiente, habiendo cambiado


nuevamente las Autoridades Nacionales, lo que produjo un cambio de los
integrantes de la C.S.J.N.4, en la cual subsistían dos de la anterior conformación
y los tres restantes eran nuevos miembros.

Caso Siri:

En el caso Siri se plantea un recurso de habeas corpus con motivo de la


clausura dispuesta en contra de un diario, sin saberse qué autoridad pública
la había ordenado, afectando ello la libertad de imprenta y de trabajo. En las
instancias judiciales inferiores se produjo el rechazo de la acción por no tratarse
de una restricción al derecho constitucional de la libertar física o ambulatoria.

A su turno la Corte, luego de solicitar de oficio una serie de Informes,


concluye que, efectivamente, la clausura del diario había sido llevada adelante
sin expresión de causa que justifique dicha restricción para ello; configurando,
de esa manera, una vulneración a la libertad de imprenta y de trabajo asegurada
constitucionalmente.

Notas .......................................................
1. Fecha 27-12-1957 (F239:459 LL 89:l531 J.A. 1958-II-476).
2. Fecha 5/09/1958 (F 241:291; LL 92:627; J.A 1958-IV-216).
3 Los miembros de la C.S.J.N. eran: Alfredo Orgaz, Manuel Argañarás, Enrique
V. Galli, Carlos Herrera (disidencia) y Benjamín Villegas Basavilbaso
4 Los miembros de la C.S.J.N. eran. Dres. Orgaz, Villegas Basavilbaso, Béccar
Varela, Oyhanarte y Aráoz de Madrid

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Para sostener ello señala un principio fundamental para la interpretación de
la Constitución, y en especial, para la salvaguarda de los derechos y garantías,
cuando sostuvo que los jueces deben aplicar la Constitución en “la plenitud de
su sentido, sin alterar o debilitar con vagas interpretaciones o ambigüedades la
expresa significación de su texto”.

A los fines de la procedencia de la acción de amparo indica que los


derechos constitucionales invocados resultan evidentemente restringidos “sin
orden escrita de autoridad competente y sin expresión de causa que justifique
dicha restricción. Que basta esta comprobación inmediata para que la garantía
constitucional invocada sea restablecida por los jueces en su integridad, sin
que pueda alegarse en contrario la inexistencia de una ley que la reglamente:
las garantías individuales existen y protegen a los individuos por el sólo hecho
de estar consagradas por la constitución e independientemente de las leyes
reglamentarias, las cuales sólo son requeridas para establecer “en qué casos
y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación”como
dice el art. 18 de la Constitución a propósito de una de ellas”.

Del fallo se deducen los siguientes principios:


a) La Constitución es operativa respecto de la aplicación de los
derechos que consagra, reconoce y garantiza.
b) La Constitución debe ser aplicada en la plenitud de su sentido y
sin interpretaciones restrictivas o desvirtuantes.
c) Es deber de los jueces velar por tal vigencia y reestablecerla si
fuese alterada o amenazada por la conducta de la Administración.
d) La protección pertinente, dada la índole y naturaleza de las
cuestiones en juego, ha de otorgarse dejando de lado las vías
ordinarias, sean administrativas, sean judiciales. En otras palabras,
si no es por adecuación del hábeas corpus habrá que utilizar otra
vía de similar contundencia aun cuando no exista como regulación
positiva, ya que la protección está impuesta por la propia Ley
Suprema.
e) La protección procede en todo caso y contra cualquier tipo de
poder público sin distinción de origen.
f) La protección debe hacerse efectiva apenas aparezca
determinada la violación o amenaza del derecho.

Sobre el particular señala Rivas que “Es de hacer notar que el criterio de la
Corte es muy claro: al momento en que queden comprobadas las circunstancias
configurativas de la conducta lesiva, es decir una situación de hecho, debe operar
la protección sin esperar más. No se precisa, por tanto, agotar etapas formales
típicas de los procesos ordinarios. Para nada dice -al contrario- que el amparo
pueda descartarse porque sea necesaria una prueba más profunda acerca de
tal conducta o que el particular no pueda aportar en su favor toda la prueba que
quiera; tampoco que la conducta lesiva pueda merecer una graduación en su
consideración jurídica, de modo que si no es clara su ilegalidad deba ser juzgada
en un proceso de mayor amplitud,- tampoco, por fin, que el amparo deba jugar
únicamente cuando haya una urgencia especial en restaurar el derecho lesionado
o evitar la lesión por su irreparabilidad,- al contrario, se deduce que la tutela
correspondiente está justificada por la sola afectación del derecho. Para nada
deja entrever la Corte que el amparo puede justificar la pérdida de la facultad de
ejercer el control de constitucionalidad de leyes.
Debe apuntarse también que la Corte no se detuvo ni requirió especiales
pruebas sobre la existencia del derecho del demandante, lo advirtió como un
mero pero ineludible presupuesto del amparo deducible sin más de lo actuado.
Operó sobre la base de un derecho cierto a la manera del amparo o “mandado
de seguranqa” brasileño5.
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De tal manera y en esta línea, el amparo ocupa un lugar específico frente a la
sola afectación de los derechos constitucionales de incuestionable presencia,
supuesto en el que no son aptos los procesos ordinarios.
Caso Kot:

La Corte en el caso Kot ratifica la utilidad de amparo como herramienta protectora


de los derechos constitucionales y, da un importante paso adelante porque
sostiene que puede ser aplicado a las conductas vulneratorias que provengan,
no sólo de la Autoridad Pública, sino también de particulares.
No obstante ese avance, al momento de diseñar el alcance de la garantía no
basta con la simple comprobación, como en el caso “Siri”, sino que el amparo
procederá “siempre que aparezca, en consecuencia, de modo claro y manifiesto,
la ilegitimidad de una restricción cualquiera a alguno de los derechos esenciales
de las personas así como el daño grave e irreparable que se causaría remitiendo
el examen de la cuestión a los procedimientos ordinarios, administrativo o
judiciales, corresponderá que los jueces restablezcan de inmediato el derecho
restringido por la rápida vía del recurso de amparo. Todo lo que puede añadirse es
que, en tales hipótesis, los jueces deben extremar la ponderación y la prudencia
-lo mismo que en muchas otras cuestiones propias de su alto ministerio- a fin
de no decidir, por el sumarísimo procedimiento de esta garantía constitucional,
cuestiones susceptibles de mayor debate y que corresponda resolver de acuerdo
con los procedimientos ordinarios”.

Así, el amparo resulta procedente cuando:

a) Aparezca “de modo claro y manifiesto” la ilegitimidad de una restricción


a los derechos esenciales.
b) Aparezca de un modo claro y manifiesto que la utilización de los
procedimientos ordinarios, administrativos y judiciales ocasionaría al afectado
por la lesión “un daño grave e irreparable”.
c) No resultaré necesario para dilucidar o resolver las cuestiones planteados
un mayor debate, para lo cual los procesos ordinarios son los adecuados.
d) Se indica como pauta de interpretación para los jueces que deben aplicar
el amparo con ponderación y prudencia.

De tal modo, la Corte le agrega en el caso “Kot” una serie de condiciones a la


procedencia del amparo que, en líneas generales subsisten hasta la fecha.
La postulación del amparo que emana del caso “Kot” resulta restrictiva en
relación a la del caso “Siri”, quizás una de las razones de las restricciones sea
que en “Kot” era entre particulares y en “Siri” ante el Estado. Pero esa razón se
desvanece a poco que se observe el desarrollo jurisprudencial posterior de la
acción de amparo que fue configurándose conforme el modelo de “Kot”.

Notas ....................................................
5 Con referencia al caso Siri: “El problema concreto de la Corte era decidir
qué correspondería al interesado que reclamaba el auxilio de la justicia para
el goce de un indudable derecho constitucional”, y con referencia al caso
Kot: “Lo mismo que en el caso ‘Siri’, eliminada la solución de la arbitrariedad,
no quedaba otro camino que hacer lugar al recurso de amparo con una
construcción positiva favorable a las libertades de la Constitución.
“Las circunstancias de hecho eran tan inequívocas aquí como allá: a) existía, ante
todo, un derecho constitucional indiscutible y no discutido (de propiedad del
inmueble y de la fábrica)” (ORGAZ, Alfredo, El recurso de amparo. Comentario a
los casos “Siri “ y “Kot “, Depalma, Buenos Aires, 196 1, ps. 24 y 47).

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m3 |contenidos | IC

información complementaria 8

m3 |contenidos | IC

información complementaria 9
Postura de los distintos autores

A continuación se transcriben partes de la conferencia que estuvo a mi cargo


sobre el tema la “La Subsidiariedad Hoy”, en el marco de la “X JORNADAS
NACIONALES DE DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL” celebradas en
Noviembre de 2007.

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El Sumario: Introducción. Posturas de la Doctrina. Posturas de la Jurisprudencia
de los Tribunales Federales. Postura de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación. Postura del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba.

Introducción

El tema de la subsidiariedad del amparo ha despertado


desde el nacimiento de la garantía un importante debate sobre sus alcances. La
doctrina no ha dejado de fijar posiciones que van desde posturas que conciben
al amparo como una vía principal hasta quienes la entienden subsidiario o
supletoria de las vías administrativas o judiciales.

Asimismo, los Tribunales de Justicia, tanto nacionales como


provinciales, han tenido pronunciamientos que no han sido uniformes sobre la
materia. Los hay que fueron restrictivos en la recepción del amparo y otros que
tuvieron un actitud de mayor apertura.

La Reforma Constitucional del año 1994 produjo la recepción


constitucional del amparo incorporando en el art. 43 esta garantía. En dicho
precepto constitucional se ha utilizado la expresión “siempre que no exista un
medio judicial más idóneo”.

La formula constitucional no tuvo el éxito de acallar el debate


y que la jurisprudencia se inclinara a una interpretación uniforme de la cláusula
constitucional.

Incluso, la diversidad de opiniones sobre el alcance de


la norma constitucional se produjo entre los despachos de la mayoría y de la
minoría en la Convención Constituyente.

Posturas de la Doctrina

La opinión de los autores se divide entre quienes sostienen


que el amparo tiene un rol o carácter subsidiario (1) y de aquellos que le niega
tal condición. A la hora de recorrer las posturas de los autores que participan
de éste última posición se observan diferencias entre ellos que, incluso, pueden
llevarnos a subdividirlos entre quienes piensan que el amparo es una acción
principal y directa (Rivas 2 Morello3) y quienes no le otorgan al amparo tal
carácter principal, puesto que lo consideran como una vía excepcional (Bidart
Campos 4 Palacios 5 Gelli 6).

Notas ......................................................
1 Cfe. Sagüés Néstor 172 y ss op. cit.
2 Rivas, Adolfo A. “Vigencia constitucional del amparo y derogación de la ley
16.986, en JA 1996-III-46.
3 Morello, Augusto Mario “El derrumbe del amparo, ED 18/4/96.
4 Bidart Campos, Germán “Manual de la Constitución Reformada” Tomo II pág.
377 Ediar.
5 Cfe. Palacio, Lino Enrique, “Una sensata contención al desborde del amparo”,
ED, 169:377.
6 Gelli María Angélica Constitución de la Nación Argentina – comentada y
Concordada 2ed. Ampliada y actualizada Ed. La Ley Bs.As. 2003. pág. 393.

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Subsidiario: Obsta a la admisibilidad del amparo la existencia
de otras vías en las que se pueda reparar el derecho, sean estas administrativas
o judiciales y sin importar el tiempo que el trámite demande.

El fundamento de esta postura se basa en una interpretación


auténtica de la voluntad del Constituyente de 1994. En efecto, al momento de la
exposición del miembro informante del despacho de la mayoría, el convencional
Díaz, se lo califico al amparo como una acción subsidiaria, excepcional y
heroica.

No Subsidiario:

En esta postura se encuentran quienes entienden que el


amparo es una vía principal y los que sin otorgarle tal carácter, sostienen que el
mismo es excepcional.

a) El amparo es una vía principal, en ese sentido Rivas


sostiene que “si se parte de la operatividad constitucional, resulta contradictorio
seguir atendiendo a precedentes jurisprudenciales (excepcionalidad del amparo,
vías ordinarias como alternativa válida, uso conjunto de medidas cautelares, etc.)
elaboradas antes del nuevo ordenamiento supremo. El art. 43 habilita al amparo
como expedito y rápido; el ordinario no lo es y por tanto no puede servir como
medio más idóneo; ni tiene la finalidad del amparo ni opera en las situaciones
en las que se da, pues aquél apunta a dar certidumbre al derecho y éste sirve
teniendo como presupuesto un derecho cierto; ¿qué sentido tiene imponer el
uso de una vía que prolonga la inseguridad jurídica y no está prevista a los fines
protectores? ¿por qué el apego a estructuras complicadas y paquidérmicas,
cuando el derecho moderno evoluciona hacia la combinación de vías rapidísimas
con adecuado derecho de defensa y en general, cuando como al parecer ocurrió
en el caso, el demandado tuvo todas las posibilidades necesarias para exponer
su postura, configurándose al respecto una cuestión de puro derecho de la
que, hasta en el juicio ordinario se limitan las oportunidades de alegación?;...
también corresponde preguntarse ¿cómo puede conciliarse el fin de la función
jurisdiccional con la opción por una medida cautelar que congela o retrotrae
situaciones, pero que por eso mismo abre la posibilidad, si se rechaza la pretensión
ordinaria, de futuros entuertos, reclamos e indemnizaciones teniéndose a mano
la específica y veloz respuesta protectora?

Por su parte, Morello señala que “toda persona puede


interponer acción expedita y rápida de amparo... siempre que no exista otro
medio judicial más idóneo. Esta exigencia es clave, crucial, al optar por el amparo
(en las condiciones y contando con los presupuestos habilitantes que prescribe
la misma norma). En modo alguno esa pretensión, solicitud, requerimiento del
amparo debe invocar que las otras vías ordinarias no aseguran la protección
del derecho afectado con eficiencia suficiente para impedir un daño grave e
irreparable. La Constitución habla cualitativamente de algo muy diferente; que se
vale del amparo porque no dispone de otra vía más idónea, lo que no es igual que
fundamentar que las existentes no lo son. La Constitución abre únicamente dos
alternativas (dada la gravedad de la arbitrariedad o ilegalidad manifiesta con que
se restringen o amenazan derechos y garantías reconocidos por la Constitución,
un tratado o una ley y la necesidad proclamada de disponer de la vía rápida y
expedita del amparo): 1) contar siempre con el amparo; 2) o disponer de una
vía mejor; sólo de existir esta otra, el amparo no se admite; 3) se ha subido un
escalón; no se ha bajado otro... El amparo -en el cielo constitucional- es una vía

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 159


principal, directa; la mejor y común de las alternativas para comunicarse con los
jueces...” (7).

b) El amparo es una vía excepcional explica Bidart Campos


porque “si acaso el amparo fuera una vía procesal sustitutiva, de las demás
habría que decir que cada persona estaría en condición de elegir la vía de
su preferencia, lo que sin duda arrasaría con todos los demás procesos, que
quedarían transferidos en acumulación exhorbitada al juicio de amparo”.

“No creemos que éste sea el alcance de la norma cuando


hace procedente el amparo, siempre que no exista otro medio judicial más
idóneo”. En verdad, si este otro medio judicial más idóneo existe en las leyes
procesales, no es viable acudir al amparo.

“Pero tampoco la cláusula recién citada admite interpretarse


en el sentido riguroso de que el amparo queda descartado por el hecho de que
haya cualesquiera otras varias vías disponibles. Lo que la norma quiere decir es
que si una o todas no son más idóneas, entonces debe admitirse el amparo en
reemplazo de cualquier otra menos idónea.

“¿Y si las que hay son igualmente idóneas que el amparo?


Acá sí nos atrevemos a afirmar que, dada la equivalencia, y por no haber una
más idónea, el sujeto puede optar por el amparo”(8).

Gelli, por su parte, sostiene que “a partir de la norma


constitucional iluminada por los antecedentes registrados en los debates,
puede concluirse en que a) la admisibilidad del amparo no exige la existencia
ni agotamiento de las vías administrativas, b) la existencia de medios judiciales
descarta, en principio, la acción de amparo, c) el principio cedería cuando la
existencia y empleo de los remedios judiciales impliquen demoras u ineficacias
que neutralicen la garantía.”

Posturas de la Jurisprudencia de los Tribunales Federales

Respecto de la jurisprudencia de los tribunales inferiores,


con posterioridad a la Reforma Constitucional, se observan las siguientes
tendencias (9)

a) Tribunales que juzgan al amparo vía subsidiaria o supletoria, inadmisible


si existen otros procedimientos legales idóneos;

b) Tribunales que juzgan el amparo vía subsidiaria o supletoria pero no


respecto de los procedimientos administrativos y

c) Que lo consideran una vía principal y directa, que aún existiendo vías
idóneas el interesado puede optar entre estas y el amparo.

Notas .....................................................
7. Morello, Augusto Mario “El derrumbe del amparo, ED 18/4/96
8. Bidart Campos, Germán “Manual de la Constitución Reformada” Tomo II pág.
377 Ediar
9. Cfe. Sagüés, Néstor op. cit. pág. 176 y ss.

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Postura de la Corte Suprema de Justicia de la Nación: Un análisis de los
fallos desde la Reforma de 1994.

Con anterioridad a la Reforma Constitucional de 1994 la


Corte Suprema sostenía que la acción de amparo constituía una vía excepcional
y que no resultaba procedente “si el recurrente no demuestra que el objeto que
persigue la acción, sea inaccesible por la vía administrativa o judicial ordinaria”
10. Se trata de un remedio excepcional que no esta destinado a “reemplazar
los medios ordinarios instituidos para la solución de las controversias, ni para
obviar los procedimientos administrativos o judiciales.”11 . Además, “cabe exigir
la demostración de la carencia de vías o procedimientos aptos para solucionar
el conflicto y, en su caso, su ineficacia para contrarrestar el daño concreto y
grave.”12

Es decir, que la Corte sostenía que el amparo era una vía


excepcional que resulta procedente ante la ineficacia de los procedimientos
administrativos u ordinarios, ya sea porque ocasionan un daño grave o
irreparable. Sin olvidar, que resultaba una carga para el amparista demostrar
dicha ineficacia.

Con posterioridad a la Reforma Constitucional de 1994


la Corte Suprema empieza a recorrer un camino tendiente a modificar su
jurisprudencia anterior.

Al abordar la temática se advierten dos cuerpos de doctrina


constitucional que se presentan con posturas que resultan antagónicas
entre si. Una que tiende progresiva y decididamente dispuesta a cambiar la
visión subsidiaria del amparo. Y otra, que mantiene la postura de un amparo
subsidiario.

Primera postura: Amplia, tal vez Directa.

1) Uno de los primeros fallos que se indican respecto de


la modificación de la citada línea jurisprudencia es el caso de “Video Club
Dreams”13. Allí se indica que la alegada existencia de otras vías procesales aptas
que harían improcedente el amparo no deben ser postulable en abstracto sino
que depende -en cada caso- de la situación concreta de cada demandante, cuya
evaluación, como es obvio, es propia del tribunal de grado.

“Desde esta óptica, los argumentos de orden fáctico y


procesal que el apelante formula, no tienen entidad suficiente para refutar
los fundamentos del a quo ni para dilatar el control de constitucionalidad que
constituye la primera y principal misión de esta Corte”.

De tal forma, que no fue rechazado el amparo por la existencia


de otra vía procesal.

2) Luego en la causa “Mases de Díaz Colodrero”, ... 14

Notas ..................................................
10 C.S.J.N. 16-04-71
11 Fallos 303:101
12 F: 3003:433
13 F: 318:1154 fecha 06-06-1995
14 T. 320, P. 1339 in re Mases de Díaz Colodrero, María Agustina c/ Estado de la
Provincia de Corrientes s/ amparo. 08/07/1997.

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Es decir que la Corte avanza al exigir que el Juzgador al
rechazar la acción de amparo, no basta con indicar la existencia de otro medio,
sino que se requiere la explicitaciones de las razones que justifican que la
demanda deba ser tramitada a través de otro proceso.

...

4) En la causa “Berkley International ART S.A.”...

En este precedente se avanza hacía un amparo como acción


directa, puesto que resulta necesario para desplazar a la acción de amparo que
exista un proceso que este dotado de una mayor aptitud procesal, extremo que
debe ser alegado y demostrado.

...

5) En los autos “CLÍNICA DE LA MERCED C/ ASOCIACIÓN


DE CLINICAS Y SANATORIOS PRIVADOS DE LA PROVINCIA DE SALTA (06-11-
2006)” ...

En la disidencia Lorenzetti puntualiza que el estándar de la


excepcionalidad establece que si existe una vía procesal alternativa, el amparo
no es procedente.

...

Al respecto agrega, que “el estándar de la idoneidad,


incorporado con la reforma del art. 43 de la Constitución Nacional, no tiene por
finalidad evitar la desnaturalización de una vía procesal, sino de un derecho
tutelado de un modo especial. Cuando se trata de derechos fundamentales
protegidos de tal modo en la constitución o en tratados internacionales, toda
interpretación debe estar guiada por la finalidad de lograr una tutela efectiva,
lo que se presenta como una prioridad cuando la distancia entre lo declarado y
la aplicación efectiva perturba al ciudadano común. Conforme con esta finalidad,
la Constitución Nacional regula el amparo como un instrumento propio de la
jurisdicción que ella crea y como una garantía, confiriéndole autonomía típica
a un proceso de carácter urgente. De tal modo, dentro del derecho procesal
constitucional el amparo es un instrumento que es presuntivamente el más
idóneo toda vez que se trate de la tutela de un derecho fundamental. Por
aplicación de este segundo criterio pueden existir casos en los que el transcurso
del tiempo propio de la vía ordinaria conduce a una grave e irreversible afectación
del derecho, y por ello el amparo es admisible aun cuando exista otra vía
alternativa. “

De tal manera, que en función del estándar de la idoneidad


que surge del art. 43 de la C.N., resulta que el amparo se constituye en la vía
procesal presuntivamente más idónea, puesto que tiende a la protección de un
derecho fundamental. De allí, que en caso de que el tiempo propio de la vía
ordinaria conduzca a graves e irreversible afectación del derecho, el amparo es
admisible aún cuando exista otra vía alternativa.

6) Esta tendencia se puede ver ratificada en causas como “Floreancig,


Andrea Cristina y otro por sí y en representación de su hijo menor H., L. E. c/
Estado Nacional s/ amparo. (11/07/2006 T. 329, P. 2552), en donde están en
consideración el derecho a la salud y a la vida.
...

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.162


“la Corte ha dicho reiteradamente que tiene –el amparo- por objeto
una efectiva protección de derechos (Fallos: 321:2823) y ha explicitado la
imprescindible necesidad de ejercer esa vía excepcional para la salvaguarda
del derecho fundamental de la vida y de la salud (Fallos: 325:292 y sus
citas).”
...

A modo de síntesis de esta evolución del rol del amparo


podemos señalar que:

Antes de la Reforma del 94 el amparo era desplazado por la existencia


de otras vías administrativas o judiciales, y se debía demostrar que seguirlas
ocasionaría un perjuicio grave o irreparable.
Luego, el amparo podía ser desplazado en la medida que las otras vías
aptas lo sean en función de una ponderación de su utilidad en el caso concreto.
Es decir, que el desplazamiento del amparo no era postulable en abstracto
sino que dependía en cada caso concreto y en función de la evaluación que le
correspondía efectuar al tribunal de grado. (“Video Club Dreams”)
Se agrega que quién entienda que existen otras vías más idóneas que el
amparo tiene a su cargo el deber de alegarlo y demostrarlo.
En Berkley International” el amparo podrá ser desplazado si existe una
vía procesal que tenga una mayor aptitud para resolver la cuestión, extremo
que debe ser alegado y demostrado por quien lo plantea –la demandada- y el
Tribunal debe fundar la decisión sobre la existencia de otra vía mas apta.
En la disidencia del Dr. Lorenzetti el amparo es presuntivamente
la vía más idónea para la defensa de los derechos constitucionales. De allí que el
amparo no podrá ser desplazado aún cuando exista otra vía alternativa.

Para afirmar que el amparo para la salvaguarda del derecho


fundamental de la vida y la salud es la vía de imprescindible necesidad de
ejercer.

Posición Restrictiva:

1) En el sentido restrictivo del amparo encontramos el fallo


dado en el caso “Provincia de San Luis”15 (2003).

...

Es decir que se trata de un proceso excepcional.

Utilizable ante la carencia de otras vías aptas.

Exige Arbitrariedad o Ilegalidad manifiesta.

Ineficacia de los procesos ordinarios

Origina daño concreto y grave solo reparable por el amparo.

También, reitera que las cuestiones complejas no son


admisibles por el amparo por requerir un más amplio debate y prueba, por lo
que no se configura el requisito de arbitrariedad o ilegalidad manifiesta.

Notas ..............................................
15. F fecha 05-03-2003

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 163


En ese sentido señala el fallo que: “la doctrina sobre el
alcance de la acción de amparo y su carácter de vía procesal excepcional no
ha sido alterada, sin más, por su inclusión en la reforma constitucional de 1994
del art. 43. Esta norma, al disponer que “toda persona puede interponer acción
expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo”
mantiene el criterio de excluir la acción cuando por las circunstancias del
caso concreto se requiere mayor debate y prueba y por tanto no se da el
requisito de “arbitrariedad o ilegalidad manifiesta” en la afectación de los derechos
y garantías constitucionales, requisitos cuya demostración es imprescindible para
la procedencia de aquélla”.

Además, resulta exigible a la parte amparista la demostración


que su pretensión no encuentra tutela en los procedimientos ordinarios, ni que
se encuentre reparación de los perjuicios que pueden causarle la lesión que
denuncia.

...

Es decir, que se postula una interpretación restrictiva a la


hora de ponderar los extremos de procedencia de la acción de amparo.

Ello debe ser así puesto que de lo contrario se produciría


una deformación de la tutela garantísta que le impedirían ser una remedio útil y
ágil para la salvaguarda de aquellas situaciones que revistan la calidad de ser
manifiesta su arbitrariedad o ilegalidad.

Conclusiones:

El proceso de amparo es de naturaleza excepcional.

Se mantiene el criterio de inadmisibilidad del proceso de


amparo si para la demostración de la arbitrariedad o ilegalidad manifiesta se
requiere un mayor ámbito de prueba.

Se requiere demostrar la inexistencia de la idoneidad de la


vía procesal ordinaria.

La iniciación de un proceso ordinario por el amparista en


una cuestión análoga demuestra la falta de idoneidad del proceso de amparo.

Resulta conveniente por razones de economía procesal y


más rápida solución del litigio que se dicte resolución disponiendo que el proceso
de amparo no constituya la vía idónea, antes de que se hubieren cumplido las
etapas procesales previas al dictado de la sentencia. Ello en la medida que no
implique un perjuicio al peticionante.

...

3) En el fallo dictado en al causa Granillo Fernández16 se


cuestiona la decisión del Consejo Académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas
y Sociales de la Universidad Nacional de la Plata por haber dejado sin efecto un
concurso docente.

Notas ..........................................
16 CSJN 10-04-07

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.164


La Cámara Federal confirmo el fallo de primera instancia que
hacía lugar al amparo.

La Corte en su fallo adhiere a lo dictaminado por el Procurador


General. En el dictamen se realiza un primer análisis sobre la admisión de la vía
de amparo intentada. Concluye que la vía resulta inadmisible.

Entre los argumentos sobresalen dos cuestiones:

La cita de fallos anteriores al año 1994 (Fallos 306:1254;


307:747; 310:576 entre otros) en donde se considera que el “amparo es un
proceso excepcional, utilizable en las delicadas y extremas situaciones en las
que por carencia de otras vías legales aptas peligra la salvaguarda de derechos
fundamentales, y exige para su apertura circunstancias muy particulares
caracterizadas por la presencia de arbitrariedad o ilegalidad manifiesta que, ante
la ineficiencia de los procedimientos ordinarios, originan un daño concreto y
grave, sólo eventualmente reparable por esta vía urgente y expedita.”

Incluso sostiene que como se trata de una resolución del


“Consejo... el planteo debe efectuarse por la vía prevista en el citado art. 32 de la
ley 24.521 e importa el agotamiento previo de la instancia administrativa.”

Además afirma que dicha vía es la más idónea conforme lo


ha considerado el legislador.

Sin bien a partir del reconocimiento constitucional el


amparo, se ha interpretado que el cumplimiento de dicho requisito no constituye
obstáculo para su admisibilidad formal, tal criterio interpretativo no puede
utilizarse de manera irrestricta en todos aquellos supuestos en que se cuestionan
decisiones de carácter universitario que no emanen de su máxima autoridad
–tal como ocurre en el caso-, pues implicaría soslayar la vía específica prevista
por el legislador como la más idónea para su tratamiento y resolución, máxime
teniendo en cuenta que en el sub lite no existía una situación de urgencia que
tornara necesaria la restitución inmediata de los derechos que el actor decía
conculcados y, por lo demás, él mismo siguió la vía del recurso jerárquico ante
el Consejo Superior”.

En esta causa la Corte mantiene la jurisprudencia de fallos


306:1254 y otros en las cuales sostuvo que el amparo es un proceso de carácter
excepcional.

Ello importa que se requiere para su admisibilidad:

• la carencia de otras vías aptas.

Y exige para su apertura circunstancias muy particulares:

• La presencia de una arbitrariedad o ilegalidad manifiesta

• Ineficacia de los procedimientos ordinarios.

• Originan un daño concreto y grave sólo reparable por esta


vía urgente y expedita.

En orden al análisis de las vías aptas efectúa una serie de


puntualizaciones indica:

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 165


• Que el agotamiento de la vía administrativa y la
posterior instancia judicial que prevé el art. 32 de la
Ley 24.521 constituyen para el legislador la vía más
idónea.

Es decir, que la Corte considera que las vías procesales


establecidas por el Legislador son, sin más, la vía más idónea.

Luego agrega que si bien el art. 43 de la C.N. ha establecido


que la tramitación de las vías administrativas no son obstáculo a la utilización del
amparo; ello no es un criterio irrestricto en todos aquellos supuestos en donde
se cuestionan decisiones administrativas y, menos aún si no constituye la de la
máxima autoridad administrativa.

Para soslayar esta vía administrativa se requiere la existencia


de una situación de urgencia que tornara necesaria la restitución inmediata de
los derechos.

En definitiva, las conclusiones que puedo extraer de este


fallo son.

El amparo es un proceso excepcional.

Para su admisibilidad se requiere la carencia de vías aptas.

Los procedimientos administrativos y judiciales fijados por


el Legislador son las vías aptas.

El art. 43 de la C.N. sin bien tramitar las vías administrativas


no son obstáculo para la procedencia del amparo, ello no constituye un criterio
interpretativo que pueda utilizarse de manera irrestricta.

Las vías aptas ceden ante una situación de urgencia. La


cual, debe ser alegada y demostrada.

4) Posteriormente, en fallo del 15 de mayo de 2007 en los


autos Gianola, reitera que el proceso de amparo es de naturaleza excepcional.

...

m3 |contenidos | IC

información complementaria 10

Caso Outon

OUTON

Dictamen del Procurador General de la Nación

La cuestión planteada en autos es similar a la que la Corte resolvió, en contra


de pretensiones análogas a las que sustentan los actores, al pronunciarse en
la causa “Leguiza, Luis E. c. Poder Ejecutivo Nacional s/recurso de amparo”
(sentencia del 11 de marzo de 1966).

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.166


Sin embargo, la nueva integración del tribunal me mueve a mantener aquí el
criterio que en aquella ocasión sostuvo mi antecesor en el cargo, doctor Ramón
Lascano, en el sentido de que situaciones como la presente autorizan una
excepción a la jurisprudencia de Fallos, 249:221 y otros, que estableció que la
vía de amparo no es procedente, en principio, para discutir la constitucionalidad
de normas legales o reglamentarias.

Me remito, pues, en lo pertinente, a las razones que hizo valer el Procurador


General en el aludido caso “Leguiza”, y sólo debe poner de manifiesto que, en
el sub judice, las partes interesadas en sostener la validez del art. 16, inc. b)
del reglamento aprobado por decreto 280/64 han tenido ocasión de alegar en
momento oportuno al respecto, como lo demuestran las presentaciones de fs.
66 y 108, efectuadas en nombre del Sindicato Obreros Marítimos Unidos, y la
circunstancia de que se haya puesto en conocimiento del Ministerio de Trabajo
y Seguridad Social la interposición de este amparo, con remisión de una copia
de la demanda inicial, en la que los actores sostuvieron que aquella norma era
contraria a garantías de la Constitución Nacional y a disposiciones de la ley
14.455.

En cuanto al problema de fondo, comparto los fundamentos de las disidencias


que en la sentencia recordada al comienzo suscribieron los doctores Boffi
Boggero y Zavala Rodríguez, en cuanto declaran inconstitucional el art. 16,
inc. b) del reglamento aprobado por decreto 280/64, y en su mérito estimo que
corresponde revocar el fallo de fs. 133 de estas actuaciones, y hacer lugar al
amparo pedido por los accionantes.

Octubre 6 de 1966.

FDO.: EDUARDO H. MARQUARDT

Buenos Aires, marzo 29 de 1967.

Considerando:

1°) Que hasta el 27 de diciembre de 1957, fecha en que se resolvió el caso “Siri”
(Fallos, 239:459), el recurso de amparo sólo se admitió, en el orden nacional,
para proteger la libertad cuando mediase detención, arresto o prisión ilegal de
las personas (arts. 20, ley 48 y 617 y sigts., Cód. de Proced. Criminal).

2°) Que, sin embargo, a partir de entonces el amparo no se circunscribió a los


tradicionales casos de hábeas corpus sino que se extendió a otras situaciones
que pudieran comportar ataques flagrantes, evidentes e insusceptibles de una
reparación ulterior adecuada contra las garantías individuales que consagra
la Constitución, porque dichas garantías integran -como lo dijo este tribunal
con palabras de Joaquín V. González- “el patrimonio inalterable que hace de
cada hombre, ciudadano o no, un ser libre e independiente dentro de la Nación
Argentina”.

3°) Que, de este modo, por medio de la interpretación de los textos constitucionales
se ha venido a reconocer la necesidad del remedio excepcional del amparo
judicial no solamente cuando se halla en juego la libertad de las personas sino
también cualquiera de las otras garantías individuales que consagra la Ley
Suprema.

4°) Que, en consecuencia, como dijo esta Corte al fallar el caso “Kot”: “Siempre
que aparezca de modo claro y manifiesto la ilegitimidad de una restricción
cualquiera a alguno de los derechos esenciales de las personas, así como el

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 167


daño grave e irreparable que se causaría remitiendo el examen de la cuestión a
los procedimientos ordinarios, administrativos o judiciales, corresponderá que
los jueces restablezcan de inmediato el derecho restringido por la vía del recurso
de amparo” (Fallos, 241:291).

5°) Que es cierto que la admisión de este remedio excepcional puede engendrar
la falsa creencia de que cualquier cuestión litigiosa tiene solución por esta vía;
o peor aún, que mediante ella es dable obtener precipitadas declaraciones de
inconstitucionalidad. Y, por tanto, la jurisprudencia de esta Corte estableció que
no es pertinente, como principio, la declaración de inconstitucionalidad en esta
clase de procedimiento (Fallos, 249, ps. 221; 449 y 569; 252:167; 253, ps. 15 y
29; 258:227, entre otros).

6°) Que ello no obstante, el principio no debe reputarse absoluto. Regirá, sin
duda, en la gran mayoría de los casos. Mas cuando las disposiciones de una ley,
decreto a ordenanza resultan claramente violatorias de alguno de los derechos
humanos, la existencia de reglamentación no puede constituir obstáculo
para que se restablezca de inmediato a la persona en el goce de la garantía
fundamental vulnerada; porque de otro modo bastaría que la autoridad recurriera
al procedimiento de preceder su acto u omisión arbitrarios de una norma previa
-por más inconstitucional que ésta fuese- para frustrar la posibilidad de obtener
en sede judicial una inmediata restitución en el ejercicio del derecho esencial
conculcado.

7°) Que por este motivo y porque precisamente la ley 16.986, reglamentaria de la
acción de amparo, se ha propuesto normar este procedimiento excepcional para
asegurar mejor el ejercicio de las garantías individuales contra la arbitrariedad
y la ilegalidad manifiestas, su art. 2°, inc. d), debe ser interpretado como el
medio razonable concebido para evitar que la acción de amparo sea utilizada
caprichosamente con el propósito de obstaculizar la efectiva vigencia de las
leyes y reglamentos dictados en virtud de lo que la Constitución dispone; pero
no como un medio tendiente a impedir que se cumplan los fines perseguidos
por la misma ley 16.986, cuando el acto de autoridad arbitrario se fundamenta
en normas que resultan palmariamente contrarias al espíritu y a la letra de la ley
de las leyes.

8°) Que -como dijo esta Corte en Fallos, 235:453- “la solución justa del caso
impone no aplicar rigurosamente las palabras de la ley con exclusión del
indudable espíritu que la anima”, lo cual conduce a admitir -según lo señaló el
voto en disidencia de Fallos, 258:17- que “el mejor método de interpretación es
el que tiene en cuenta la finalidad perseguida por la norma”; por donde resulta
ser “principio básico de hermenéutica jurídica el de atender, en la interpretación
de las leyes, al contexto general de ellas y a los fines que las informan” (Fallos,
260:171), cuidando asimismo que “concuerde con los principios, derechos y
garantías consagrados por la Constitución Nacional, en tanto ello sea posible
sin violencia de su letra o de su espíritu” (Fallos, 253:344; 261:36). A todo lo cual
debe agregarse, de acuerdo con lo expresado en Fallos, 254:362. “Que, como
esta Corte lo ha declarado reiteradamente, la determinación del alcance de las
normas legales constituye tarea específica judicial, que no requiere, en términos
genéricos, que se la practique en forma literal ni restrictiva (Fallos, 249:37;
causas “Riera, Blas L. s/hábeas corpus” y “La Americana, S. R. L. querella a
Cavalli, Vicente s/art. 48, ley 3975”, sentencias del 23 y 28 de noviembre de
1962, respectivamente). Que, por lo contrario, descartada la impertinencia de
la interpretación extensiva en el ámbito penal o impositivo, la norma genérica
es que los preceptos legales deben entenderse en forma tal que el propósito
de la ley se cumpla de acuerdo con los principios de una razonable y discreta

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.168


interpretación (Fallos, 179:337; 180:360; 182:486 y otros).

9°) Que, en consecuencia, aunque la letra del art. 2°, inc. d) de la ley
16.986 autorice, prima facie, a sostener que nunca puede ser declarada la
inconstitucionalidad de una norma en el procedimiento de amparo, una correcta
hermenéutica -que tenga en cuenta no sólo la literalidad del texto sino también
los fines perseguidos con su sanción- debe conducir, en la especie, a la
conclusión de que, en rigor de verdad, la mencionada disposición se ha limitado
a consagrar la tesis, ya sentada por la jurisprudencia, de que, en principio, no
cabe declarar inconstitucionalidades en un juicio de naturaleza sumaria, como
lo es el de amparo. Pero esto entendido no de un modo absoluto, porque tanto
equivaldría a destruir la esencia misma de la institución, que ha sido inspirada por
el propósito definido de salvaguardar los derechos sustanciales de la persona,
cuando no existe otro remedio eficaz al efecto.

10) Que, en todo caso, ello debe ser así porque, cualquiera sea el procedimiento
mediante el cual se proponga a decisión de los jueces una cuestión justiciable,
nadie puede sustraer a la esfera de acción del Poder Judicial la atribución
inalienable y la obligación que tiene -directamente emanadas del art. 31 de la
Constitución Nacional- de hacer respetar el Estatuto Fundamental y, en particular,
las garantías personales reconocidas en su primera parte. Sin olvidar que en el
art. 100 se dispone de modo expreso que “corresponde a la Corte Suprema y
a los tribunales inferiores de la Nación, el conocimiento y decisión de todas las
causas que versan sobre puntos regidos por la Constitución...”.

11) Que ese es el motivo por el cual esta Corte dejó sentado en Fallos, 33:162
-donde se cuestionó la validez constitucional de la ley de expropiaciones
1583- (consid. 25) que “es elemental en nuestra organización constitucional
la atribución que tienen y el deber en que se hallan los tribunales de justicia,
de examinar las leyes en los casos concretos que se traen a su decisión,
comparándolas con el texto de la Constitución para averiguar si guardan o no
conformidad con ésta, y abstenerse de aplicarlas, si las encuentran en oposición
con ella; constituyendo esa atribución moderadora uno de los fines supremos
y fundamentales del Poder Judicial nacional y una de las mayores garantías
con que se ha entendido asegurar los derechos consignados en la Constitución
contra los abusos posibles e involuntarios de los poderes públicos”.

12) Que, en consecuencia, nada obsta a que en el presente caso -en el que se
hallan en juego, como se verá, derechos fundamentales de la persona- este
tribunal examine y resuelva en definitiva si la decisión administrativa fundada en
el texto del art. 16, inc. b) del reglamento aprobado por el decreto 280/64, que
impide a los actores hacer uso del derecho que invocan, es contraria o no al
texto y al espíritu de la Constitución Nacional.

13) Que, en efecto, en el caso de autos Carlos J. Outon y otros -todos ellos
trabajadores marítimos- requieren amparo judicial para que se les restablezca
en el goce de los derechos de trabajar y agremiarse libremente, que estiman
violados por el decreto 280/64, reglamentario de la Bolsa de Trabajo Marítimo
para Marinería y Maestranza. Los actores consideran particularmente lesiva de
los derechos referidos la norma del art. 16, inc. b) del reglamento aprobado por
ese decreto, que exige como condición para inscribirse en la Bolsa contar con
el carnet de afiliación sindical a la asociación profesional con personería gremial
reconocida, lo que supone -dicen- la agremiación forzosa a un determinado
sindicato y la negación del derecho de trabajar a quienes no se hayan sometido
a tal exigencia.

14.) Que el juez nacional del trabajo, por sentencia de fs. 48/50, resolvió conceder

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 169


el amparo y ordenar la inscripción de los peticionantes sin previa presentación
del carné sindical. En cambio, la cámara a quo, en su sentencia de fs. 133/134,
resolvió revocar la decisión del inferior por el mérito de la jurisprudencia de esta
Corte sentada en Fallos 258:227, sin perjuicio de admitir que pueda valorarse la
contradicción de la norma cuestionada con el texto de la Ley Fundamental por
la vía del recurso extraordinario a que se refiere el art. 14 de la ley 48.

15) Que contra esa sentencia los actores interponen a fs. 138/145 el recurso
extraordinario, que fundan en la inconstitucionalidad de la norma cuestionada
y en la circunstancia de ser éste el único medio que les resta para reparar la
violación de las garantías constitucionales desconocidas en el fallo del a quo. El
recurso se concede a fs. 146 y debe admitírselo como procedente, por cuanto
ha sido ejercitado en las condiciones previstas en el art. 14, inc. 3° de la ley 48.

16) Que en su dictamen de fs. 158 el Procurador General, remitiéndose a lo


sostenido por su antecesor en el cargo al pronunciarse en la causa “Leguiza,
Luis R. c. Poder Ejecutivo Nacional s/recurso de amparo” (sentencia del 11
de marzo de 1966), considera que en el presente caso debe hacerse lugar al
amparo pedido por los accionantes.

17) Que como lo tiene dicho esta Corte y se ha puntualizado precedentemente,


el objeto de las demandas de amparo es la tutela inmediata de los derechos
humanos acogidos en la Constitución Nacional (Fallos, 241:291; 245:435;
247:462; 248:837; 249, ps. 221, 569 y 670; 253, ps. 29 y 35, etcétera).

18) Que en el caso subexamen no cabe duda sobre la naturaleza de los derechos
que se tiende a preservar con la demanda, esto es, los de trabajar y agremiarse
libremente.

19) Que, en esas condiciones, desde que en autos se invocan derechos humanos
fundamentales heridos por una norma reglamentaria que contraviene el texto
de la Constitución Nacional y causa grave daño que exige urgente remedio,
la demanda de amparo interpuesta se ajusta a los presupuestos establecidos
por la Corte desde los precedentes de Fallos, 239:459 y t. 241:291. Y aun debe
añadirse que cuando -como en el caso ocurre- está comprometida la atención de
las necesidades primarias del hombre, no puede argumentarse con razones de
forma, si de tal modo se sacrifica el derecho sustancial que debe salvaguardarse
y que aparece consagrado en la ley positiva de más alta significación (Fallos,
246:179; 251:469).

20) Que no puede obstar al progreso del amparo la circunstancia de que la


violación de los derechos fundamentales se atribuya a un decreto del Poder
Ejecutivo que daría al acto la presunción de legitimidad. Tal presunción
debe descartarse cuando la ilegitimidad del acto es palmaria por contravenir
manifiestamente lo dispuesto en la Constitución Nacional y las leyes dictadas en
su consecuencia, y los tribunales no pueden negar el amparo cuando no cabe
otra vía que la invalidación del decreto para preservar el derecho fundamental y
evitar el daño grave e irreparable en tiempo oportuno.

21) Que, por otra parte, se dan efectivamente en este caso todas las circunstancias
de excepción exigibles para debatir, al sustanciar el amparo, la cuestión de
constitucionalidad: la violación del derecho humano y constitucional que se
invoca es evidente; el daño que se ocasiona a los trabajadores accionantes es
grave e irreparable. En fin, no existe controversia sobre la situación de hecho
que origina la reclamación a que se refiere la comprobación notarial de fs. 1/2,
y se han llenado todos los recaudos exigibles para asegurar la defensa en
juicio como lo demuestran las presentaciones efectuadas a fs. 66 y 108 por el

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.170


Sindicato de Obreros Marítimos Unidos y la circunstancia de haberse puesto
en conocimiento del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social la promoción
del amparo, con remisión de copia de la demanda, donde ya se impugna
la constitucionalidad de la norma en cuya virtud se niega el derecho de los
recurrentes. Por último, es el propio Poder Ejecutivo el que manifiesta, frente
a la cuestión de constitucionalidad que se plantea en el amparo, su interés
en contar con el pronunciamiento judicial sobre el punto, como resulta de los
considerandos del decreto 7695/65, cuya copia obra a fs. 71/72.

22) Que, en consecuencia, reunidos todos esos extremos, entiende esta Corte
que cabe considerar la constitucionalidad de la disposición cuestionada frente a
los derechos sustanciales garantizados por el art. 14 de la Constitución Nacional,
y establecer, asimismo, si la facultad que atribuye al Poder Ejecutivo el art. 86,
inc. 2°, ha sido excedida por el art. 16, inc. b) del reglamento aprobado por el
decreto 280/64.

23) Que sobre ese punto esta Corte juzga que es incompatible con los derechos
de trabajar y agremiarse libremente la exigencia del carné sindical que otorga
un solo sindicato para que los obreros puedan inscribirse en la Bolsa de Trabajo
y obtener y conservar su empleo. La libertad de agremiación importa el derecho
de afiliarse al sindicato que se prefiera o no afiliarse a ninguno, y no puede
admitirse como congruente con la Constitución un ordenamiento según el cual
el derecho de trabajar queda supeditado a una afiliación gremial necesaria y a la
permanencia en determinado sindicato mientras dure la ocupación.

24) Que la agremiación coactiva no puede cohonestarse con supuestas


razones de interés sindical y bien común. La organización sindical útil y justa,
prestigiada por la bondad de sus fines y realizaciones, reclama una afiliación
libre y consciente, que atienda sólo a la defensa del interés profesional, sin
sujeción a un régimen de aceptación forzosa. La afiliación compulsiva frustra la
libertad de agremiación y puede ser la base de un odioso sistema de sumisiones
y preeminencias ilegítimas.

25) Que esta doctrina es conforme con la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, que proclama la naturaleza fundamental del derecho al trabajo y a la
libre agremiación de los trabajadores para la defensa de sus intereses (art. 23)
y consagra el derecho a un recurso efectivo ante los tribunales competentes,
que ampare a todas las personas contra los actos que violan sus derechos
fundamentales, reconocidos por la Constitución o por la ley (art. 8°). Es también
la doctrina de la convención internacional 87 de la Organización Internacional
del Trabajo (O. I. T.), sobre libertad sindical, ratificada por la ley 14.932. Es, por
último, la doctrina que mejor se aviene con el art. 14 de la Constitución Nacional,
que garantiza “una organización sindical libre y democrática”.

26) Que siendo así debe admitirse que el Poder Ejecutivo Nacional, cuando
aprobó el art. 16, inc. b) del decreto 280/64, desconoció el derecho de trabajar y
agremiarse libremente. Y también que excedió la facultad de reglamentación que
le confiere el art. 86, inc. 2° de la Constitución Nacional con referencia al art. 2°
de la ley 14.455 en cuanto éste dispone que “el derecho de afiliarse comprende
el de no afiliarse y desafiliarse”, máxime desde que dicha regla constitucional -
concordable con la del art. 28 - dispone que el Poder Ejecutivo no puede alterar
el espíritu de las leyes con excepciones reglamentarias.

Por todo ello, de conformidad con lo dictaminado por el Procurador General,


se revoca la sentencia apelada y se hace lugar al amparo deducido por los
actores contra las decisiones de la Bolsa de Trabajo Marítimo para Marinería y
Maestranza (Puerto de San Fernando), en cuya virtud se les niega la inscripción

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 171


y boleta de embarco solicitadas por no haber acreditado su afiliación a la
asociación profesional con personería gremial legalmente reconocida.

FDO.: EDUARDO A. ORTIZ BASUALDO. - ROBERTO E. CHUTE. - MARCO A.


RISOLÍA. - LUIS C. CABRAL. - JOSÉ F. BIDAU

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información complementaria 11

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.172


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información complementaria 12, 13, 14

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información complementaria 15

TIPOS Y SUBTIPOS DE HÁBEAS DATA EN AMÉRICA LATINA


(UN INTENTO CLASIFICADOR CON FINES DIDÁCTICOS)
Por Oscar Raúl Puccinelli*
•Abogado. Doct or en Der echo Const it ucional (UBA)
•Pr of esor de “Der echo Const it ucional ” y
“Der echo Pr ocesal Const it ucional y Tr ansnacional ”
Univer sidad Nacional de Rosar io (Ar gent ina)

Sumario: 1. MARCO CONCEPTUAL . 2. TIPOS Y SUBTIPOS DE HÁBEAS DATA


EN EL DERECHO LATINOAMERICANO . 2.1. HÁ B E A S D A TA P RO P I O . 2.1.1. Hábeas data
informativo: subtipos localizador, finalista, exhibitorio y autoral. 2.1.2.
Hábeas data aditivo: subtipos actualizador, aclaratorio e inclusorio. 2.1.3. Hábeas
data rectificador o correctivo. 2.1.4. Hábeas data exclutorio o cancelatorio.
2.1.5. Hábeas data reservador. 2.1.2.6. Hábeas data disociador. 2.1.7. Hábeas
data encriptador. 2.1.8. Hábeas data bloqueador. 2.1.9. Hábeas data asegurador.
2.1.10. Hábeas data impugnativo. 2.1.11. Hábeas data resarcitorio. 2.2. Hábeas
data impropio. 2.2.1. Hábeas data de acceso a información pública (hábeas
data público). 2.2.2. Hábeas data replicador.
1. MARCO CONCEPTUAL.
Los primeros avances tecnológicos en materia de telecomunicaciones
– verificados apenas antes de que la humanidad entrase de lleno en la “era
informática”–, trajeron, entre muchas cuestiones anexas, la honda preocupación
por los efectos perniciosos que podrían resultar del cóctel conformado a partir de
la conjunción de totalitarismos y nuevas tecnologías1. La aparición y vertiginosa
evolución del fenómeno informático llevó a la configuración de una nueva forma
de poder: el “poder informático”, respecto del cual el derecho debió adoptar
una postura conciliadora, esto es, legitimándolo por un lado, en virtud de los
innumerables beneficios que la telemática proporciona, y conteniéndolo por el
otro, debido a la exponencial potenciación de los antiguos peligros generados
por los rudimentarios sistemas de registro de datos.
En esa labor de contención, en el plano jurídico se generaron nuevas
herramientas a disposición de las personas, tendientes a su protección frente a
los abusos de este nuevo poder, entre las cuales, a fin de garantizar judicialmente
el “derecho a la protección de datos”, se creó la acción procesal constitucional de
hábeas data (originada en el art. 5, numeral LXXII de la Constitución brasileña),
que en la Argentina se insertó en el art. 43 constitucional, en la reforma de
1994.
2. TIPOS Y SUBTIPOS DE HÁBEAS DATA EN EL DERECHO LATINOAMERICANO.
En tren de aportar a la mejor comprensión de las reales potencialidades
del hábeas data como instrumento procesal constitucional, en especial respecto
de su radio de acción –esto es, de las diversas pretensiones que pueden
articularse por su intermedio– nos ocuparemos a continuación de evaluar las
diversas especies, subespecies, tipos y subtipos de hábeas data vigentes en el
derecho latinoamericano, siguiendo troncalmente la propuesta clasificatoria de
Sagüés2.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 173


Advertimos que cada clasificación que se esbozará pretende cumplir
fines meramente didácticos, y de ningún modo implica que los tipos y subtipos
aquí mencionados constituyan los únicos posibles, ni que sean compartimentos
estancos y en consecuencia deban ser utilizados aisladamente, ya que, por el
contrario, pueden ser incoados dos o más de manera conjunta o sucesiva en
cualquier proceso de hábeas data (v.gr., pretendiendo acceder formalmente a
una información de la que ya se tomó conocimiento indirecto y, para el caso de
coincidencia con lo así obtenido, formulando su cuestionamiento simultáneo –p.
ej., exigiendo la rectificación de los datos, su confidencialización por tratarse de
datos sensibles, y para el caso que esto último no fuera factible, su exclusión del
registro–).
En una primera aproximación, los hábeas data pueden ser clasificados
paralelamente en:
a) Propios (ejercidos en estricta conexión con el tratamiento de datos de
carácter personal) e impropios (utilizados para resolver problemáticas conexas,
pero bien diferenciables, como el acceso a la información pública o el ejercicio
del derecho de réplica).
b) Individuales y colectivos (según si es ejercido a título personal o en
representación de un número determinado o indeterminado de personas)3.
c) Preventivos (persiguen evitar daños no consumados) y reparadores
(cuyo objetivo es el de subsanar daños ya proferidos o que se están
ocasionando).
d) Ortodoxos (los estrictamente relacionados con las facultades
ordinariamente conferidas a los titulares de los de datos para operar sobre éstos)
y heterodoxos (los que exceden dicha tipología y que generalmente son inferidos
de los principios básicos de la protección de datos, como aquellos que pudieran
ser articulados por el defensor del pueblo, en tutela de derechos de incidencia
colectiva, o por los responsables o usuarios de bancos de datos, articulados
respecto de otros responsables o usuarios a quienes le cedieron la información
y la están tratando ilegítimamente –allí estarían tutelando derechos propios y
de los registrados, ya que el incumplimiento de las pautas contractuales fijadas
en desmedro de éstos le significaría extender solidariamente, a tenor de ciertas
disposiciones, como el art. 11, ap. 4, de la ley argentina de protección de datos
personales, la responsabilidad civil y administrativa del cesionario de los datos–
).
A continuación nos referiremos exclusivamente a los hábeas data
propios e impropios, revistan el carácter de ortodoxos o heterodoxos, preventivos
o reparadores, individuales o colectivos.
2.1. Hábeas data propio.
2.1.1. Hábeas data informativo: subtipos localizador, finalista,
exhibitorio y autoral.
El hábeas data informativo, como se anticipó, es aquél que no está
destinado a operar sobre los datos registrados, sino que solamente procura
recabar la información necesaria para permitir a su promotor decidir a partir de
ésta –si es que la información no la obtuvo antes por vía extrajudicial– si los datos
y el sistema de información está funcionando legalmente o si, por el contrario
no lo está y por lo tanto solicitará operaciones sobre los asientos registrados o
sobre el sistema de información en sí mismo. Se subdivide en tres subtipos:
a) localizador, destinado a indagar sobre la existencia y ubicación de
bancos y bases de datos, y encuentra su razón lógica en que, para poder ejercer
los derechos reconocidos por las normas protectoras de datos de carácter
personal, resulta necesario previamente localizar las fuentes potencialmente
generadoras de información lesiva. Varios países —v.gr., España, a través de su
Ley Orgánica sobre el Régimen del Tratamiento Automatizado de Datos, de 1999,
y Argentina, en su ley 25.326—, con el objeto de garantizar el ejercicio de los
derechos de aquellos que se encuentren potencialmente afectados, establecen

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la obligatoriedad de inscribir a las bases y bancos de datos ante el órgano de
aplicación de la ley.
b) finalista, reconocido con el objeto de determinar para qué se creó el
registro, lo que permitirá luego a su promotor establecer si las categorías de los
datos almacenados se corresponden con la finalidad declarada en el acto de su
creación.
c) exhibitorio, dirigido a conocer qué datos de carácter personal se
encuentran almacenados en determinado sistema de información y verificar el
cumplimiento de los demás requisitos que le exige la ley para proceder a la
registración de aquéllos (v.gr., consentimiento informado del interesado).
d) autoral, cuyo propósito es inquirir acerca de quién proporcionó los
datos con que cuenta la base o banco de datos.
De estos subtipos, el primero es ordinariamente de fuente legal,
mientras que los tres restantes se encuentran regulados expresamente en las
constituciones de Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay,
Perú y Venezuela. También lo prevén expresamente la Constitución de Portugal,
y en el plano de nuestras autonomías locales, se encuentra regulado por las
constituciones de Buenos Aires (Ciudad Autónoma y provincia), Córdoba, Chaco,
Chubut, Jujuy, Río Negro, San Juan, San Luis y Tierra del Fuego.
También se refieren a ellos la ley argentina 25.326 (arts. 6, 13, 14 y 15)
y la ley chilena sobre protección de la vida privada (nº 19.628), arts. 9 y 12.
2.1.2. Hábeas data aditivo: subtipos actualizador, aclaratorio e
inclusorio.
El hábeas data aditivo tiene por finalidad agregar al sistema de
información datos de carácter personal no asentados en éste. En este subtipo
confluyen tres subtipos distintos, los dos primeros, destinados a actuar sobre
los datos del interesado que ya se encuentran asentados en un banco o base de
datos, y el tercero, dirigido a que los datos de aquél sean ingresados a registro
en el que fueron omitidos. Así, puede aludirse al hábeas data:
a) actualizador, que es el diseñado para actualizar datos vetustos
pero ciertos (v.gr., si alguien figura como abogado, pero ha sido designado
juez, aunque el título profesional lo sigue teniendo, su perfil de ejercicio –y de
identidad– es sustancialmente diferente),
b) aclaratorio, que es el destinado a aclarar situaciones ciertas pero
que pueden ser incorrectamente interpretadas por quien acceda a los datos
contenidos en el registro (v.gr., si bien un banco de datos puede colectar y
proporcionar a terceros datos sobre las personas que han obtenido créditos
comerciales y registraron atrasos en el pago, quien figure como deudor podría
pretender que el banco de datos a coloque que su carácter no era de deudor
principal sino de garante de la obligación contraída, o que la misma se encuentra
controvertida por el deudor principal y se encuentra inhibido de cancelarla hasta
tanto sea determinada su exigibilidad), y
c) inclusorio, cuya finalidad es la de operar sobre un registro que ha
omitido asentar los datos del interesado, quien se encuentra perjudicado por
dicha omisión (v.gr., el titular de un establecimiento hotelero cuyo dato no figura
en un banco de datos de la Secretaría de Turismo de la Nación destinada a los
turistas en los aeropuertos)4.
El único subtipo regulado expresamente en el plano constitucional es el
hábeas data actualizador, y lo incluyen las Cartas de Argentina, Brasil, Colombia,
Ecuador, Paraguay y Venezuela. También lo contienen las constituciones de
Portugal y las de la Ciudad Autónoma y de la Provincia de Buenos Aires, Córdoba,
Chaco, Chubut, San Juan y Tierra del Fuego.
También se refieren a ellos la ley argentina 25.326 (art. 16) y la ley
chilena sobre protección de la vida privada (nº 19.628), arts. 6 y 9.
2.1.3. Hábeas data rectificador o correctivo.
Este subtipo está dirigido a corregir no sólo a los datos falsos (aquellos

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que no se corresponden siquiera mínimamente con la realidad), sino también a
los inexactos o imprecisos (v.gr., el dato registrado es incompleto o puede dar
lugar a más de una interpretación).
Se encuentra regulado en las constituciones de Argentina, Brasil,
Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Venezuela. Lo prevén también
expresamente la Constitución de Portugal las de la Ciudad Autónoma y provincia
de Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Chubut, Jujuy, San Juan y Tierra del Fuego.
También, en el plano subconstitucional, refieren a ellos la ley argentina
25.326 (art. 16) y la ley chilena sobre protección de la vida privada (nº 19.628),
art. 6.
2.1.4. Hábeas data exclutorio o cancelatorio.
Este subtipo está diseñado a fin de eliminar total o parcialmente los
datos almacenados respecto de determinada persona, cuando por algún motivo
no deben mantenerse incluidos en el sistema de información de que se trate.
Ello puede ocurrir en múltiples supuestos, como en el caso de la registración
de cualquier tipo de datos que no se correspondan con la finalidad del banco o
base de datos, de datos falsos que el registrador se niega a rectificar o actualizar,
del tratamiento ilegal de los denominados “datos sensibles” 5 (que en algunos
casos no pueden ser objeto de tratamiento, y en otros sólo pueden ser tratados
por escasos registros expresamente autorizados legalmente para ello, como los
datos de afiliación política, por los partidos políticos), etc.
La figura se encuentra regulada expresamente en las constituciones
de Argentina, Ecuador, Paraguay y Venezuela. También lo prevén las cartas de
Portugal, Ciudad Autónoma y provincia de Buenos Aires, Chaco y Chubut.
Refieren a este subtipo la ley argentina de protección de datos de
carácter personal (art. 16) y la ley chilena sobre protección de la vida privada (nº
19.628), art. 6.
2.1.5. Hábeas data reservador.
Este subtipo tiende a asegurar que un dato correcta y legítimamente
almacenado sea mantenido en confidencialidad y en consecuencia sólo se
comunique a quienes se encuentran legalmente autorizados y exclusivamente
en los supuestos en que tales sujetos han sido habilitados para ello.
En general –pero no exclusivamente– se vincula a los casos de
datos “sensibles” (v.gr., si el Registro Nacional de Reincidencia evacuara
indiscriminadamente vía Internet los informes sobre los antecedentes penales de
quienes se encuentran registrados en ellos, con lo cual vulneraría las limitaciones
que la ley de su creación le impone respecto de la acotación de los legitimados
para acceder a ellos y las situaciones en que pueden hacerlo).
Fue incorporado por primera vez de manera expresa en el plano
constitucional en la reforma constitucional federal argentina de 1994 y ha sido
objeto de ciertas críticas, no por su indudable utilidad, sino por la forma de su
inclusión.6
También pueden encontrarse previsiones que permiten configurarlo en
las constituciones de Perú y Portugal y —ya en el ámbito interno argentino—, en
las Cartas de la Ciudad Autónoma y provincia de Buenos Aires, Córdoba, Chaco,
Chubut, Jujuy y Tierra del Fuego.
En el plano subconstitucional está regulado por la ley argentina 25.326
(arts. 8 y 10) y la ley chilena sobre protección de la vida privada (nº 19.628), art.
7.
2.1.6. Hábeas data disociador.
Ordinariamente, las normas sobre protección de datos de carácter
personal (y también otras, como las que regulan el secreto estadístico), prevén la
posibilidad de que uno o más datos referidos a una persona determinada pueda
ser valorado dentro de determinados parámetros (v.gr., pertenencia grupal,
ubicación social, sexo, edad, estado de salud, etc.), pero sin que quien opera

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sobre los mismos tenga acceso a conocer la identidad de la persona a la cual
se refieren esos datos. Esto se hace a partir de un proceso de desvinculación
del dato mediante técnicas de disociación, que como regla no deben permitir la
identificación de quien fue registrado. La falta de cumplimiento de estas normas
habilita al perjudicado a plantear un hábeas data disociador, precisamente para
que ese dato sea sometido a las técnicas correctas que aseguren el cumplimiento
de la finalidad legal.
Este subtipo tiene similitud con los hábeas datas reservador y
exclutorio, por cuanto en definitiva apunta a que los datos en cuestión puedan ser
valorados dentro de determinados parámetros –aunque sin conocer la identidad
del registrado– y a que se eliminen las referencias de esos datos respecto
del promoviente, pero difiere de ellos en cuanto a que no necesariamente
implica la eliminación de un dato del registro ni su confidencialización, sino su
transformación en otro respecto del cual no puede predicarse la identidad de su
titular.
Entre sus diversas utilidades puede ser eficaz para, por ejemplo,
contrarrestar violaciones a las normas que autorizan a recoger datos anónimos
con fines epidemiológicos (v.gr., comunicación de enfermos de sida en los
términos que impone la ley 23.798, es decir, codificados de manera que no
pueda predicarse precisamente el titular de los datos).
Se refiere a la disociación de datos la ley argentina 25.326 (arts. 11 y
28), y también la ley chilena sobre protección de la vida privada (nº 19.628), art.
3.
2.1.7. Hábeas data encriptador.
Más allá del derecho a que determinados datos sean reservados o
disociados, en algunos supuestos, y a fin de brindar mayor seguridad y agilidad
a la operación sobre determinados datos, puede ser necesario acudir a técnicas
de encriptación, lo que implica en definitiva otra perspectiva, donde el dato está
de algún modo oculto, y sólo puede ser conocido por quienes cuenten con la
clave para descifrarlos7.
Este subtipo entonces está dirigido a que se lleve a cabo tal tarea de
encriptación, y no cuenta hasta el momento con reconocimiento legal expreso
en el ámbito latinoamericano.
2.1.8. Hábeas data bloqueador.
Muy emparentado al hábeas data reservador y al exclutorio se
presenta un subtipo ligeramente distinto, que pretende “trabar” el tratamiento
–generalmente en lo relativo a la transmisión o cesión a terceros– de los datos
asentados en un registro.
Ese impedimento de comunicación de los datos puede o no ser
temporalmente limitado, según las circunstancias. El bloqueo transitorio
comúnmente se peticiona y ordena judicialmente como medida cautelar dentro
del marco de una pretensión de fondo que, para que no se frustre, requiere de
esa traba (v.gr., por la que se pretende la eliminación de un dato discriminatorio),
mientras que el bloqueo definitivo ordinariamente surgirá de una decisión
de fondo por la que no pueda solicitarse la eliminación del dato, pero sí su
bloqueo por haber expirado el tiempo legal para su comunicación generalizada
a terceros.
La ley argentina de protección de datos personales prevé el primero de
estos supuestos (art. 38), y se refiere a éste la ley chilena sobre protección de la
vida privada (nº 19.628), en el art. 6.
2.1.9. Hábeas data asegurador.
Uno de los más importantes principios relativos al tratamiento de datos

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es el que indica que, para que un tratamiento sea legal, debe garantizarse la
seguridad de los datos, pues de nada sirve que se reconozcan los derechos
a operar sobre los bancos de datos si los procedimientos técnicos utilizados
para dicho tratamiento permiten fugas o alteraciones ilegales de la información
almacenada.
Por tal motivo, cabe la utilización de este subtipo para lograr la
constatación judicial de las condiciones en que opera el sistema de información
que contiene los datos y –en su caso– la imposición de condiciones técnicas
mínimas de seguridad para que se pueda proseguir con el tratamiento de datos
de carácter personal, bajo apercibimientos de cancelación del registro o bien de
exclusión de los datos en él registrados.
El hábeas data asegurador se asimila al reservador por cuanto ambos
persiguen la efectiva vigencia de la confidencialidad y permiten el control técnico
de la actividad del registrador, pero es de otro lado más amplio en el sentido de
que no opera sólo respecto de datos confidenciales, sino de cualquier tipo de
datos.
La ley argentina de protección de datos personales prevé este supuesto
(art. 9), y la ley chilena sobre protección de la vida privada (nº 19.628), lo trata
en su art. 11.
2.1.10. Hábeas data impugnativo.
Las normas sobre protección de datos suelen prever el derecho del
registrado a impugnar las valoraciones que de sus datos realice el registrador,
como asimismo a que se adopten decisiones judiciales o administrativas con
único fundamento en el resultado del tratamiento informatizado de datos de
carácter personal que suministren una definición del perfil o personalidad del
interesado.
Este subtipo presenta cierta similitud con el hábeas data rectificador o
correctivo, si por vía de esa impugnación se pretende establecer una conclusión
distinta a la que aparece en el registro, y con el exclutorio, cuando a través de esa
impugnación se persigue la eliminación total de dicha valoración o decisión.
La ley argentina de protección de datos personales prevé el derecho
de impugnación de las valoraciones personales en su art. 20.
2.1.11. Hábeas data resarcitorio.
Este subtipo, al que rotulamos resarcitorio aunque preferiríamos
denominarlo “reparador” –pues se vincula con lo que los iusprivatistas denominan
actualmente derecho a la reparación8, pero no recurrimos a tal rótulo a fin no
confundirlo con la clasificación entre hábeas datas preventivos y reparadores–,
tiende precisamente a lograr la satisfacción de indemnizaciones, y en los países
que ello es factible –en la mayoría de los ordenamientos que regulan el hábeas data
o las acciones procesales constitucionales por las que se vehiculiza el derecho
a la protección de datos no pueden articularse pretenciones resarcitorias–, suele
utilizarse conjuntamente con otras pretensiones conexas, como la rectificación
o exclusión de los datos.
La Constitución del Ecuador lo prevé de manera expresa al regular
el hábeas data, y en Colombia se han admitido regularmente acciones de
tutela frente a la violación del “derecho de hábeas data” donde se pretendían
indemnizaciones por los perjuicios sufridos por el accionante.
Asimismo, algunas leyes sobre protección de datos también se ocupan
de destacar la pertinencia de la reparación de los daños causados por la violación
de las normas del derecho a la protección de datos (v.gr., el art. 19 de la ley
española 15/99 de protección de datos de carácter personal; el art. 31 de la ley
argentina de protección de datos personales, y la ley chilena sobre protección

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de la vida privada, art. 11).
2.2. Hábeas data impropio.
El hábeas data impropio, como se adelantó, no está dirigido a la
protección de datos de carácter personal asentados en bases o bancos de
datos, sino a obtener información pública que le es indebidamente negada al
legitimado activo, o replicar información de carácter personal difundida a través
de los medios de difusión tradicionales.
Puede estar regulado de manera conjunta con reglas sobre protección
de datos de carácter personal, como ocurre en las Constituciones de Perú y
Venezuela, o bien independientemente de ellas.
2.2.1. Hábeas data de acceso a información pública (hábeas data
público).
Como ya fuera expresado inicialmente, algunas constituciones (como
las de España y –en el plano interno argentino–, las de las provincias de Chaco,
Formosa, Río Negro, San Luis y San Juan), contienen reglas que garantizan el
libre acceso a la información pública (que en algunos casos incluso declaran
restringibles si hubiera en juego asuntos vitales para la seguridad del Estado,
como en las constituciones de San Juan y Perú). Adicionalmente, algunas
constituciones establecen acciones procesales constitucionales específicas para
su tutela, dentro de las cuales la del Perú adjudica al hábeas data tal naturaleza
protectoria.
Algunos autores rotulan a este tipo de hábeas data impropio como
“hábeas data público”, pero tal denominación nos parece que puede llevar a
confusión por no ser claramente definitoria de sus alcances.
2.2.2. Hábeas data replicador.
La única constitución que previó al hábeas data como medio de ejercicio
del derecho de réplica fue la carta peruana de 1993, que en su art. 200 inc. 3
dispuso que la acción de hábeas data procedía, entre otros supuestos, contra
el hecho u omisión por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que
vulnera o amenaza los derechos “Al honor y a la buena reputación, a la intimidad
personal y familiar así como a la voz y a la imagen propias. Toda persona afectada
por informaciones o agraviada en cualquier medio de comunicación social, tiene
derecho que éste se rectifique en forma gratuita, inmediata y proporcional, sin
perjuicio de las responsabilidades de ley”.
Las duras críticas de la doctrina y de las entidades periodísticas
provocaron la eliminación de la remisión a este derecho por la reforma
constitucional realizada por la ley 26.470, por lo que ya no subsiste esta vía para
el ejercicio de la réplica, que se vehiculiza ahora por la ruta del amparo.

(Footnotes)
1 Al respecto resulta altamente ilustrativa la ya clásica obra de Orwel
“1984”, que escribiera el autor en 1948 a modo de advertencia por la vía de una
suerte de exorcismo literario respecto de una sociedad antiutópica que quería
desalentar.
2 Néstor P. Sagüés, Subtipos de hábeas data, “J.A.” 20/12/95, p. 31 y ss.
3 La mayoría de los hábeas data revistados son sólo ejercibles por las
personas físicas o jurídicas a las que se refieren los datos respectivos (y en
los ordenamientos que así lo reconocen, como el argentino, también por los
sucesores universales de las personas físicas).
De allí que se aluda al hábeas data individual, por contraposición al hábeas
data colectivo, ejercible no ya en tutela de un mero interés individual, sino en
representación colectiva, esto es, en la intención de tutelar no ya a un solo sujeto
sino también a un grupo determinado o indeterminado de personas afectadas
por un tratamiento ilegal de datos de carácter personal.
Sin embargo, el hábeas data es también ejercible en representación
colectiva, esto es, con el objetivo específico, del sujeto demandante, de tutelar

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 179


los datos de carácter personal de un grupo determinado o indeterminado de
personas afectadas (entre las que puede o no encontrarse) frente a un tratamiento
indebido de datos.
En concreto, puede ser incoado tanto por la persona registrada (cuando
considera que además de ella existen otras personas afectadas igualmente por
un tratamiento ilegal), como por ciertas asociaciones (vulgarmente conocidas
bajo las siglas ONG) constituídas en pro de determinados fines de bien común
(v.gr., de defensa del consumidor, de lucha contra la discriminación, etc.) y por el
defensor del pueblo (en virtud de su usual legitimación procesal a fin de tutelar
judicialmente los derechos de las personas). Así, en este hábeas data no se
tutela ya un mero interés individual, sino el de muchas individualidades y a la vez
uno general, y por ello se acude a la representación colectiva.
Su origen fue doctrinario, en concreto a propuesta nuestra y de Palazzi,
frente a la inserción del hábeas data como subtipo de amparo en la reforma
constitucional argentina de 1994 (se entendió que el Constituyente, al remitir
a la acción de amparo en el mismo artículo regulada –en concreto, tratada en
sus especies individual y colectivo– también habilitaba ambas posibilidades del
hábeas data, en especial por funcionar, al igual que el amparo colectivo, frente a
supuestos de discriminación).
Luego fue reconocido normativamente de manera expresa en la
Constitución venezolana de 1999, al disponer, en su art. 281, inc. 3°, que entre las
atribuciones del Defensor del Pueblo se encuentra la de interponer las acciones
de inconstitucionalidad, amparo, hábeas corpus, hábeas data y las demás
acciones o recursos necesarios para ejercer las atribuciones señaladas en los
ordinales anteriores, cuando fuere procedente de conformidad con la ley.”
Desde luego, tal legitimación colectiva nunca podrá servir para acceder
directamente a los datos de personas distintas del impetrante (en especial, en
los casos en que es incoado por una persona física o de existencia ideal), sino
para reparar lesiones de orden colectivo (cuando, v.gr., se solicita la eliminación
de una determinada categoría de datos que son incompatibles con la finalidad
del registro y pueden causar discriminación), en cuyo caso sólo el juez del
hábeas data y en todo caso el funcionario legalmente legitimado para ello (v.gr.,
el defensor del pueblo, o el titular del órgano de control) podrán tener contacto
con ellos (en el caso mencionado, a fin de verificar su eliminación).
4 Apunta al respecto Bergel —citando a Roppo— que “En un cierto sentido
(el derecho de inserción) es simétrico al derecho de cancelación y se funda en las
circunstancias que los sujetos tienen un interés preciso en que los propios datos
sean insertados en un determinado banco de datos que los omitió, insertar junto
a otros datos suyos que pueden modificar su perfil o despejar dudas al respecto”
(Salvador Darío Bergel, El hábeas data: instrumento protector de la privacidad, en
“Revista de Derecho Privado y Comunitario”, nº 7, Derecho privado en la reforma
constitucional, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 1994, p. 209).
5 Según la Declaración sobre la regulación de datos personales
automatizados, adoptada por la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas en su 45a sesión ordinaria bajo el nombre de “Directrices
para la regulación de ficheros automáticos de datos personales” los datos
sensibles son ciertos tipos de datos personales cuya utilización puede dar lugar
a “discriminaciones ilegales o arbitrarias”. Entre los datos que no deben ser
recogidos se menciona explícitamente los que hacen referencia a raza, origen
étnico, color, vida sexual, opinión política, religión, filosofía y otras creencias, así
como el ser miembro de asociaciones o uniones sindicales (parágr. 5).(Para un
análisis más particularizado ver el trabajo de Miguel A. Ekmekdjian y Calogero
Pizzolo, Hábeas data. El derecho a la intimidad frente a la revolución informática,
Depalma, Buenos Aires, 1996, p. 43).
6 Bergel entiende que la confidencialidad no es meta propia de esta garantía
(Salvador Darío Bergel, El hábeas data: instrumento protector de la privacidad, en

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.180


“Revista de Derecho Privado y Comunitario”, nº 7, Derecho privado en la reforma
constitucional, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 1994, p. 216). Esta posición sólo se
entiende si se parte de una interpretación literalista del art. 43 de la Constitución,
y se limita al hábeas data sólo cuando exista falsedad o discriminación, y se
entiende que en tales casos no corresponde sino la cancelación del dato y no su
confidencialización (de todas formas, nos parece que puede ser suficiente con
la reserva del dato para eliminar la potencial discriminación). Palazzi, advirtiendo
las deficiencias de la formulación constitucional, también indica que en el caso
de falsedad tendrá sentido pedir supresión, rectificación o actualización, pero no
la confidencialidad de los datos, y que cuando éstos fueron recabados con el
propósito de discriminar, el paso más lógico parece el de pedir la supresión del
dato (Pablo A. Palazzi, El hábeas data en la Constitución nacional. (La protección
de la privacidad en la “era de la información”), “L.L.”, 20/12/94, p. 14).
7 Según Villalobos, encriptación “es el proceso de convertir un mensaje en
texto cifrado, utilizando una clave. De esta manera, el mensaje se hace ilegible por
los símbolos y grafías aparentemente sin sentido que contiene. Sin embargo, el
destinatario, que se supone tiene otra clave similar, puede descifrarlo.” (Edgardo
A. Villalobos A., Diccionario de Derecho Informático, Panamá, 2002, p.71).
8 Desde el ángulo lexicológico, preferimos utilizar el término reparación,
pese a que suele aludirse a un “derecho de daños” y también existen otros
términos que ordinariamente suelen ser utilizado como sinónimos del que
proponemos (v.gr., indemnización o resarcimiento). En esta inteligencia, la
voz “reparación” nos parece conceptualmente más apropiada, especialmente
porque el término indemnización, a pesar de que lexicológicamente pareciera
cubrir todos los daños ocasionados (indemne: sin daño), ello no siempre es así
(v.gr., en el caso de las expropiaciones si bien se exige la indemnización previa
y justa, la extensión del resarcimiento es más limitado). El término reparación
nos da la idea de que su objetivo esencial es el de llevar las cosas al estado lo
más similar posible al anterior al momento en que se produjo el daño, aunque,
por cierto, no en todos los casos borra la totalidad de los aspectos que fueron
modificados por efecto del hecho, acto u omisión generadora del daño. De otro
lado, la indemnización suele ser asociada más a la compensación pecuniaria,
que a las otras formas de reparación y la voz “reparación” tiene tres acepciones,
que incluye a esta última: arreglo de años o averías; satisfacción tras ofensa
o agravio; indemnización (Manuel Ossorio, Diccionario de ciencias jurídicas,
políticas y sociales, Editorial Heliasta, 1986, p.663).

m3 |contenidos | IC

información complementaria 16

Análisis de la normativa

DERECHOS DE LOS TITULARES DE LOS DATOS:

A los fines de la protección de los datos personales se le confieren a los titulares


de los mismos determinados derechos, a saber: a) De Información, b) De Acceso,
c) De Rectificación, Actualización, Supresión y Confidencialidad.

Derecho a la Información:

El derecho a la información es una garantía general para la publicidad de los


actos que lleven a cabo los archivos La regla mínima es difundir el nombre
y los responsables de cada banco de datos, y las extensiones radica en las

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 181


consecuencias que pueda tener la información aportada sin dicho conocimiento
general. (1)
Es el derecho de todo ciudadano de requerir al Órgano de Control que informe
sobre la existencia, finalidades e identidad de los responsables de los archivos,
registros, bases o bancos de datos.
Corresponde aclarar que el derecho a la información consagrado en el arto 13 de
la Ley de Habeas Data no debe ser confundido con la información que se le debe
proporcionar al sujeto que admite la incorporación de sus datos a un archivo con
el fin de darles un tratamiento automatizado. Como así, tampoco, con el derecho
a la exactitud de los datos existentes en un registro.
El arto 13 refiere a los registros sin distinguir si se trata de públicos o privados
destinados a proveer informe, o si incluye a todos los existentes, excedan o no
del uso exclusivamente personal.
El derecho de información consiste en saber de la existencia de ficheros que
contienen datos individuales, el propósito o finalidad que se persigue con la
creación del archivo, la identidad y residencia del titular o responsable del
fichero, y si este fichero va a entrar a formar parte de la circulación internacional
de datos. Al conocimiento de estas generalidades tienen derecho los individuos
en cuanto forman parte de la sociedad.
Este derecho de información debiera permitir a los titulares de los derechos de
contar con la información indispensable para individualizar:
. Quiénes tratan sus datos
. Cómo lo hacen
. Con qué finalidad

Aunque, en la realidad, como hemos dicho se agota en el derecho de consulta


sobre la finalidad del archivo e identidad del responsable, lo que implica un
domicilio para que el interesado pueda gestionar su reclamo.
Resulta excluido lo relativo al:
. Procedimiento de recolección de datos
. Estructura del archivo
. Medidas de seguridad
. Cesiones
. Clase de datos que contiene

Otro aspecto a tener presente de la norma, en materia de exclusión, constituye


que no se encuentran alcanzados los usuarios.
Corresponde remarcar que el concepto de información tiene un alcance más
amplio que el restringido ámbito otorgado en la norma, a simplemente conocer
cuales son, que finalidades han denunciado y conocer quienes son sus
responsables, pero ello no le “quita mérito al reconocimiento del derecho ni deja
de tomar útil la posibilidad de su ejercicio”.(2)

Derecho de Acceso

Es la facultad que tiene el titular de los datos para requerir y obtener la información
relativa a sus datos personales que se encuentren contenido en un registro
público o privado destinado a proveer informes. Conocer si el registro cuenta
o no con información personal constituye el fundamento esencial del habeas
data.
Los artículos 14 y 15 de la Ley de Habeas Data, regulan el modo y el alcance
del derecho.

Modo o Forma:
No se establecen formas especiales, ni sacramentales para su ejercicio. Incluso,
de la lectura detenida del artículo y de su reglamentación tampoco resulta

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exigible que sea de manera escrita, permitiendo que el requerimiento pueda ser
solicitado por cualquier medio.
En efecto, basta con acreditar la identidad de manera fehaciente. Ello resulta
un recaudo razonable y necesario, desde el momento que se trata del acceso a
la información obrante en el banco de datos relativa al propio solicitante, quien
debe demostrar tal calidad.
Si bien la cuestión parece sencilla, al momento de su instrumentación
aparecen algunas dificultades para su efectivo ejercicio.
La exigencia de acreditación de identidad e intimación fehaciente marcan
el modo en que se podrá ejercer el derecho con entidad suficiente para que
tenga efectos jurídicos.
El ejercicio del derecho de acceso se puede efectuar de diversas
maneras:
1) Presentarse personalmente ante el Registro y acreditar la identidad con
el correspondiente documento. Ello no resulta tan sencillo si el domicilio del
Registro se encuentra en una Ciudad distinta de la que habita el interesado.
2) Indirecta a través de una intimación fehaciente por medio escrito que
deje constancia de recepción.
3) Servicios de acceso directo o semidirecto, como los medios
electrónicos, las líneas telefónicas, la recepción del reclamo en pantalla u otro
medio idóneo a tal fin.

Gratuidad:
Asimismo, para permitir un ejercicio sin obstáculos económicos se establece la
gratuidad del requerimiento, pero compensando los intereses de los registros se
estipula que la gratuidad es por intervalos no inferiores a seis meses, salvo que
el solicitante demuestre un interés legítimo.
Si bien la petición es gratuita debe ser instrumentada de manera tal que el
responsable del banco de datos se encuentre fehacientemente intimado a brindar
el acceso requerido. Ello así, a fin de poder computar en debida forma el plazo
para su cumplimiento.
El plazo de seis meses se refiere a la gratuidad y no al derecho de acceso.
La norma admite que se podrá requerir de manera gratuita antes de vencido
dicho plazo cuando se acredite un interés legítimo a criterio del registro.
La locución interés legítimo no constituye una expresión adecuada, desde el
momento que se refiere a la existencia de una facultad, cuando la idea se refiere
a la aparición de un hecho nuevo o de una situación de urgencia.

Sucesores Universales:
Da lugar a una interpretación restrictiva, desde el momento que por ejemplo
en caso de fallecimiento de un hermano, la viuda y los hijos son los sucesores
universales y desplazan al hermano, el cual no podría ejercer el derecho.
La condición impuesta en la norma del arto 14 se contrapone con el arto 34 de
la Ley.
Además el caso Urteaga se le admitió la legitimación al hermano para requerir
datos personales de aquel.
Alcance:
A través del derecho de acceso se puede requerir:
a) Conocer si el titular de los datos se encuentra o no en el archivo
b) Conocer todos los datos relativos a su persona que constan en el registro.
c) Solicitar información sobre las fuentes y los medios a través de los cuales se
obtuvieron sus datos.
d) Solicitar las finalidades para las que se recabaron.
e) Conocer el destino previsto para los datos personales.
f) Saber si el archivo está registrado conforme a las exigencias de la ley 25.326.
Agrega Peyrano que el derecho de acceso comprende, también, la posibilidad

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de requerir información sobre las finalidades del tratamiento y destinatarios de
estas informaciones. (3)

Respuesta del Registro:

Plazo: El responsable o usuario tiene la obligación de responder dentro


de los diez días corridos de haber sido intimado.
Vencido el plazo de la intimación sin que se hubiere brindado informe
requerido habilita a la interposición de la acción de habeas data.

Forma de la Respuesta:

No se trata que el titular del derecho ingrese a la base de datos para observar
personalmente los datos contenidos en ella, sino que el registro le brindará la
información al solicitante.
La manera que se procede a exhibir la información contenida en la base
de datos es un derecho que le corresponde determinar al requirente.
El mismo puede ser, a opción del solicitante, por escrito, por medios
electrónicos, telefónicos, de imagen, u otro idóneo a tal fin.
Asimismo, en la norma reglamentaria de la ley se indica que podrán
ofrecerse como medios alternativos para responder a los siguientes:

a) Visualización en Pantalla,
b) Informe escrito entregado en el domicilio del requerido.
c) Informe escrito entregado al domicilio denunciado por el requirente
d) Transmisión electrónica de la respuesta, siempre que esté garantizada la
identidad del interesado y la confidencialidad, integridad y recepción de la
información.

Contenido de la información:
La Información debe ser Clara, Decodificada y Completa.

Clara: Ello implica que se debe acompañar al informe un anexo en lenguaje que
permita al común de la gente entender su contenido.

Decodificada: Es decir exento de códigos, abreviaturas o referencias.

Completa: El art. 15 dice utiliza el término “amplia”, la cual implica que el informe
debe versar sobre la totalidad del registro perteneciente al titular, aún cuando el
requerimiento haya sido formulado de manera parcial.

Peyrano indica que “la ley debió ser más terminante y disponer que la
información debe contener todo el registro, y no diferir de la que se proporcione
a terceros.”(4)
Se prohíbe la inclusión de terceros en el informe aunque estén relacionados.
No obstante ello, en el caso Lazcano Quintana la Corte resolvió en sentido
contrario, admitiendo las referencias de terceros. Cabe señalar, que en ese caso
la traba de la litis fue anterior al dictado de la Ley de Habeas Data y fallo de la
Corte es posterior.

Obligación de Informar
En caso de no contar con informes sobre el requirente lo mismo el registro tiene
la obligación de comunicar, en este caso, que no cuenta con datos personales
del solicitante.

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Derecho de Rectificación. Actualización. Supresión y Confidencialidad

Derecho de Rectificación
Luego de haber tomado conocimiento de los datos existentes en el banco de
datos, ya sea por medio de haber ejercido el derecho de acceso o conocer de
manera fehaciente por otro medio; puede resultar, eventualmente, la posibilidad.
de que el requirente de la información advierta la inexactitud, total o parcial,
de los datos a ella referidos. Entonces, en esa instancia aparece el derecho de
rectificar los datos.
El derecho se encuentra regulado en el arto 16 de la Ley, que en sus siete
puntos, se refiere, también a los derechos de actualizar, suprimir o solicitar la
confidencialidad de los mismos.

Se trata de rectificar el dato incompleto, inexacto o erróneo, que una vez


transmitida provoca un dato incierto por resultar ajeno a la realidad. En otras
palabras “se pretende que los datos sean modificados, de manera que reflejen la
situación real del interesado, es decir que cumplan con el requisito de veracidad,
que integra el de calidad de los datos (art. 4 aps. 1 y 4 arto 5 de la ley)”(5)
Se lo llama en doctrina a este habeas data rectificador o correctivo.
El objetivo es corregir o sanear informaciones falsas, aunque también podría
abarcar a las inexactas o imprecisas, respecto de las cuales es factible solicitar
determinadas precisiones terminológicas, especialmente cuando los datos son
registrado de manera ambigua o pueden dar lugar a más de una interpretación.
(6)

Derecho de Actualización:

Lo que se pretende con el derecho de actualización es que el dato


personal obrante en el registro sea vigente, es decir, que sea temporalmente
verdadero.
Esto se logra completando la información que resulta temporalmente
superada o sustituyéndola por una nueva.

Derecho de Supresión:

Con este derecho se persigue eliminar un dato del archivo cuando, entre otros
casos, se trate de: (7)
a) Información incompleta cuya integridad no sea posible
b) Información almacenada que hubiere cumplido con la finalidad para la que
fue colectada.
c) Datos sensibles archivados sin conocimiento o autorización del titular
d) Datos archivados por terceros mediando un contrato de tratamiento
cumplido
e) Información crediticia que haya cumplido más de cinco años de afectación al
registro o dos años desde que la obligación se canceló.
f) Datos registrados con fines policiales y se haya cumplido la investigación
g) Se trata de datos registrados con fines de publicidad y el titular solicite la
exclusión del archivo

Derecho de Confidencialidad

Aquí lo que se procura es “restringir el acceso a la transmisión del dato


sólo a los casos estrictamente necesarios, en virtud de la naturaleza especial
(íntima) del dato almacenado, (8)
Asimismo, Gozaini (9) señala que la ley prevé la confidencialización
desde lo expreso, cuando los datos:

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a) Se obtengan sin consentimiento del titular y estén destinados a cumplir una
relación contractual, científica o profesional,
b) Sean sensibles, almacenados con autorización de la ley o que tengan
finalidades estadísticas o científicas;
c) Sean conservados por la Iglesia Católica, organizaciones religiosas, políticas
o sindicales, respecto de sus miembros.
d) Se refieran a transferencias bursátiles, bancarias o financieras
e) Aludan a salud física o mental
f) Se encuentren almacenados con fines administrativos que sean necesarios por
razones de seguridad del Estado.

Referencias:
(1) GOZAINI, Osvaldo Alfredo en obra cito precedentemente.
(2) UICICH, Rodolfo Daniel “Habeas Data Ley 25236” pág. 83. Ed. Ad Hoc Primera
Edición 2001.
(3) Peyrano, Regimen Legal de los datos personales y habeas data pág. 155/6.
(4) Peyrano, Regimen Legal de los datos personales y habeas data pág. 168/9.
(5) PucineIli, Oscar “Protección de datos de carácter personal” pág. 294 Ed.
Astrea Año 2004
(6) PucineIli, Oscar citado por Gozaini, Osvaldo A. en ob. cito pág. 363
(7) Gozaini, “Derecho Procesal Constitucional” pág. 226 Ed. Rubinzal Culzoni
Año
(8) Pucinelli, Oscar “Protección de datos de carácter personal” pág. 294 Ed.
Astrea Año 2004
(9) Gozaini, “Derecho Procesal Constitucional” pág. 230 Ed. Rubinzal Culzoni
Año

m3 |contenidos | AA

asistente académico 1

El fundamento de la admisión se basa en la interpretación que se concreta del


Art. 322 del CPCCN. Le sugiero que estudie con detenimiento los requisitos
de procedencia de la ADI, que se encuentran expresamente enunciados en el
material básico.

m3 |contenidos | AA

asistente académico 2
Tal como le hemos comentado anteriormente, el estudio que venimos abordando
se trabajará, además, de manera práctica. Esto se realizará a través del planteo
de actividades donde Ud. deberá subsumir una situación problema a la
normativa aplicable por un lado y, por el otro, como resultado de la solución
jurídica del problema planteado proceda Ud. a la redacción concreta de una
acción de H.C.

m3 |contenidos | AA

asistente académico 3

Le sugerimos que, a medida que estudie la norma y la bibliografía básica, realice


un esquema del proceso, puesto que ello le ayudará en la comprensión del
mismo.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.186


m3 material

Material Básico:

• Valdez, Carlos; Barone, Lorenzo y otros: “Elementos de Derecho


Procesal Constitucional”. Tomo I Advocatus. Córdoba 2004.

1. Capítulo I Punto VI Pág. 128/133.


2. Capítulo II Punto I, II, III al VI Pág. 139/150 y 164/189
3. Capítulo III Punto I al III-b inclusive y IV al VII-a inclusive. Pág. 193/215
y 218/227
4. Capitulo IV Punto II al VI inclusive. Pág. 238/286

• Valdez, Carlos; Barone, Lorenzo y otros: “Elementos de Derecho


Procesal Constitucional”. Tomo II Advocatus. Córdoba 2004.
1 Capítulo X Punto II al VI inclusive. Pág. 152/191

Legislación nacional
• Constitución Nacional
• Ley Nro. 27
• Arts. 322 y 498 del Código de Procedimientos Civiles y Comerciales
de la Nación.
• Ley 16.986 Ley de Amparo.
• Ley 23.098 Ley de Habeas Corpus.
• Ley 25.326 Ley de Habeas Data.
• Decreto Nro. 1558/01 Reglamentario del H.D.
• Disposiciones Generales del Órgano de Control Nro. 1/03, 2/03 y
1/04.
• Art. 28 Ley 19.549 Ley de Procedimientos Administrativos Nacional.
(Amparo por Mora)
• Art. 10 Ley 19.945 Código Electoral Nacional. (Amparo Electoral)
• Arts. 47 y 52 Ley 23.551 Ley de Asociaciones Sindicales. (Amparo y
Tutela Sindical)

Tratados Internacionales

• - Art. 8 de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre (incl.


en la C.N. por el art. 75 inc. 22).
• - Arts. 7 (H.C.) 25 de la Convención Americana de Derechos
Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) (incl. en la C.N. por el art.
75 inc. 22).

Material Complementario:

• Haro, Ricardo: “El Control de Constitucionalidad”. Ed. Zavalía 2003. El


capítulo de interés para este módulo es:
Cap. I “La acción declarativa de inconstitucionalidad en el derecho federal
argentino” (Un artículo académico sobre este tema y por el mismo autor
se puede consultar en la página web; (http://ww.acader.unc.edu.ar)

• Torricelli, Maximiliano: “El Sistema de Control de Constitucionalidad


Argentino (La acción declarativa de inconstitucionalidad como mecanismo
de tutela)” Ed. Lexis Nexis Depalma 2002.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 187


• Sagüés, Néstor: “Derecho Procesal Constitucional – Acción de Amparo”
Tomo 3 Pág. 172 y ss Ed. Astrea 2007 5ta. Edición actualizada y ampliada.

• SAGUÉS, Néstor Pedro: Elementos de Derecho Constitucional. Segunda


edición, actualizada y ampliada. Ed. Astrea, Bs. As., 1997. El capítulo de
interés para este módulo es:
Tomo I, Cap. VIII, puntos 307 a 327.

• MORELLO, Augusto y VALLEFIN, Carlos: El amparo. Régimen procesal.


Segunda edición. Editora Platense. El capítulo de interés para este módulo
es:
Capítulo II “Presupuestos sustanciales del amparo”.
• Rivas, Adolfo A,: “Vigencia constitucional del amparo y derogación de la
ley 16.986”, en JA 1996-III-46.

• Morello, Augusto Mario: “El derrumbe del amparo”, ED 18/4/96.

• Bidart Campos, Germán: “Manual de la Constitución Reformada”. Ediar


(Tomo II pág. 377).

• Palacio, Lino Enrique: "Una sensata contención al desborde del amparo”.


ED, 169:377.

• Gelli, María Angélica: Constitución de la Nación Argentina – comentada


y concordada 2ed. Ampliada y actualizada Ed. La Ley Bs. As. 2003. (pág.
393.)

Jurisprudencia
• Fallos 239:459 caso Siri, publicado en La Ley 89-531 y J.A. 1958-II-
476.
• Fallos 241:291 caso Kot, en L.L. 92627 y J.A. 1958-IV-216.
• Fallos 267:215 caso Outon, en L.L. 126-293 y J.A. 1967-II-369.
(Declaración de inconstitucionalidad de una ley en el marco de una acción
de amparo)
• Fallos 318:1154 (1995) caso Video Club Dreams. (vinculado con la
problemática de la subsidiariedad o no del amparo)
• Fallos 320:1339 in re Mases de Díaz Colodrero, María Agustina c/ Estado
de la Provincia de Corrientes s/ amparo. 08/07/1997. (Subsidiariedad tesis
amplia)
• Fallos Berkley International ART S.A.”(21-11-2000) (Subsidiariedad
tesis amplia)
• Fallos “Provincia de San Luis” fecha 05-03-2003 (Subsidiariedad tesis
restringida)
• Fallos “ Granillo Fernández” fecha 10-04-07 (Subsidiariedad tesis
restringida)
• Fallos CSJN 15/10/98 caso Urteaga, también publicado en L.L. 1998-
F-237. (H.D.)
• Fallos CSJN 9/3/99 caso Matimport S.A. (H.D.)
• Fallos CSJN 16/9/99 caso Ganora, pub. en L.L. 2000-A-352. (H.D.)
• Fallos CS 2001/03/06 caso Linares Quintana, pub. por el diario de LA
LEY del 6 de junio de 2001. (H.D.)

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.188


m3 actividades

m3 | actividad 1

Incertidumbre
Usted se presenta en calidad de asesor de un Miembro de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, que debe emitir su voto en la demanda declarativa de
inconstitucionalidad presentada por el Sr. Porta, en contra de la Provincia de
Buenos Aires.

El Sr. Porta inicia su demanda a fin de que se declare la inconstitucionalidad del


decreto-ley provincial 9.686 y otras resoluciones administrativas reglamentarias
del citado Decreto Ley, los que, a su juicio, afectan su derecho a comercializar
libremente en el territorio de la demandada los productos y especialidades
veterinarias de venta libre que fueron habilitados por el Servicio de Sanidad
Animal (SENASA), en la medida en que esa legislación restringe su venta
en hipermercados obligando a “tener presente en la góndola respectiva un
médico veterinario”. Según sostiene, dichas disposiciones son manifiestamente
contrarias a las normas constitucionales que invocan a las leyes federales 13.636
y 24.307 y al decreto del PEN 2284/91, entre otros.

La Provincia de Buenos Aires, a través de su representante legal comparece


y contesta la demanda solicitando su rechazo liso y llano por no encontrarse
acreditados los requisitos fijados jurisprudencialmente para su admisión.
De la prueba colectada, surge que no se ha demostrado que los medicamentos
incluidos en las actas de infracción de fs. 48/60 se encuentren comprendidos
entre los habilitados por la Nación y sean comercializados como de venta libre.
Por otro lado, las fechas en que aquéllas han sido redactadas y la circunstancia
de que los certificados de uso y comercialización de los productos en cuestión
se encuentren vencidos de acuerdo a lo dispuesto en el decreto 583/67.

En función de los antecedentes indicados le requieren a Ud. que elabore los


considerandos del voto, donde debe verificar si se encuentran reunidos los
requisitos para la procedencia de la acción declarativa de inconstitucionalidad.
A 1

m3 |actividad 1 | AA

asistente académico 1

Es importante que usted recuerde que la elaboración de los considerandos de


un fallo no tienen fórmulas especiales. Lo que Ud. debe hacer, es señalar cuáles
son los recaudos de procedencia de la ADI y luego analizar cada uno de ellos en
función de los datos del caso.

m3 | actividad 2

El arresto

Se presenta en su estudio jurídico la Sra. Ramona Bracamonte y le comenta


que ella es concubina del Sr. Juan Carlos Romero, quien ha sido detenido por
dos policías que le mostraron un papel oficial que tenía como título “ORDEN DE

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 189


DETENCIÓN”; en el interior se encontraba escrita la fecha, los datos personales
del detenido y una firma con un sello que decía “Comisario Sr. Jorge Acusto”.
Además, le informaron que se lo llevaban detenido a la Comisaría N° 1.

Ante ello, Ud. le informa a la Sra. Bracamonte que se trata de una detención
ilegal y que debe presentar una acción de Habeas Corpus.

En este contexto, la Sra. Bracamonte le solicita que lleve a cabo la acción cuanto
antes y que ella va a pagar lo que sea.

Por tales motivos, Ud. debe hacer una demanda de Habeas Corpus, para lo cual
debe seguir los siguientes pasos:

1.- Determinar concretamente por qué se trata de una detención ilegal. A 1

2.- Determinar qué tipo de Habeas Corpus tiene que redactar. A 2

3.- Determinar los requisitos formales de la demanda. A 3

4.- Redactar el Habeas Corpus. A 4

m3 |actividad 2 | AA

asistente académico 1

Aquí se trata del fundamento de la acción. Para su debida concreción, se


requiere el análisis de la normativa constitucional implicada (arts. 18 y 43), de
la Ley 23.098 y del material básico. En relación con este último, le sugiero lea
especialmente el tema “Autoridad Competente”.

m3 |actividad 2 | AA

asistente académico 2

Teniendo en cuenta la finalidad de la acción, usted podrá determinar el tipo de


habeas corpus que debe interponer.

m3 |actividad 2 | AA

asistente académico 3

La Ley 23.098 establece expresamente aquellos requisitos que debe contener el


escrito de habeas corpus.

m3 |actividad 2 | AA

asistente académico 4

A los fines de ayudarlo en la resolución de esta consigna, se indican a


continuación las pautas que usted debería seguir para la correcta redacción del
escrito de demanda de Habeas Corpus

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.190


Habeas Corpus

1. Título

2. A quién se dirige la presentación. Generalmente a la derecha se


consigna: Señor Juez

Señor Juez:

3. A continuación se comienza con un párrafo con los datos del


presentante conforme los requisitos de la Ley.

XXX, DNI.... Nacionalidad, estado civil, documento número,......... domicilio


en.......... fijando domicilio legal en.......... respetuosamente, ante V.S. comparezco
y digo:
4. Debe indicar de manera concreta su pretensión y la normativa que la
sustenta. Generalmente se consigna como Subtítulo: I.- OBJETO:

I.- OBJETO: Vengo....


5. Debe narrar a continuación los Hechos. Se consigna, usualmente como
subtítulo: II.- HECHOS

II.- HECHOS: Con fecha...


6. Debe exponer los fundamentos de derecho que sustentan su pretensión.
Se utiliza como subtítulo: III.- DERECHO:

III.- DERECHO: Fundo mi pretensión en lo establecido.........


7. Finalmente, se acostumbra concretar de manera sintética la pretensión,
bajo el subtitulo IV.- PETITUM:
IV.- PETITUM:
A.- Me tenga por presentado por parte, en el carácter invocado y con el domicilio
legal constituido.
B.- Le dé el trámite que por derecho corresponde disponiendo el......
C.- En definitiva, y previo los trámites de ley haga lugar al Habeas Corpus.... con
costas.
ES DE LEY

m3 | actividad 3

El Derecho de Defensa

Ud. se desempeña como abogado asesor del Estudio Jurídico del representante
del boxeador conocido como la “Mole” Moli. Éste último, ha sido sancionado
por la Federación de Box, por el plazo de seis meses para participar en eventos
boxísticos por los hechos antideportivos constatados, a través de las imágenes
que surgen del tape de la transmisión televisiva del evento boxístico de la noche
del 23-11-06, sin que se le hubiere pedido descargo alguno al sancionado.

El representante les manifiesta a los miembros del Estudio Jurídico que tiene
contratada una pelea para dentro de tres meses por una chance para desafiar
al campeón del mundo.
Ante esta situación, le solicitan a Ud. que brinde un Informe sobre las
posibilidades de iniciar alguna acción legal de carácter constitucional. En
especial, si se puede interponer un Amparo.
A 1

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 191


m3 |actividad 3 | AA

asistente académico 1

Para la elaboración de un informe que ilustre adecuadamente la solución de la


cuestión puesta a su consideración, se le recomienda lo siguiente:

1) Verifique qué derecho se encuentra en juego, para determinar qué acción


constitucional puede ser la idónea.

2) Determinada la posible acción, constate si en el caso concurren los


presupuestos de admisibilidad de la acción de que se trata.

3) Recuerde que para la procedencia de la acción de amparo, de acuerdo al


juego armónico del Art. 43 C.N. y la Ley de Amparo 16.986, se requiere de tres
condiciones para que proceda: 1) lesión: cuando por medio de un acto u omisión
de autoridad pública o de particulares, ya sea en forma actual o inminente, se
lesione, restrinja, altere o amenace un derecho o garantía explícita o implícitamente
reconocido por la Constitución Nacional, un Tratado Internacional o una Ley; 2)
arbitrariedad o ilegalidad manifiesta del acto lesivo; 3) inexistencia de otro
remedio legal, o habiendo un procedimiento judicial existiera la posibilidad de
inferir un daño grave e irreparable si se utilizara dicho procedimiento judicial.

4) A los fines de comprender los alcances del presupuesto de arbitrariedad


o ilegalidad manifiesta, tenga en cuenta las causales de inadmisibilidad, que
mantienen vigencia, del Art. 2 de la Ley 16.986.

5) En el informe, indique si se da cada uno de los presupuestos, dando razón


de ello.

Se trata de un ... (acto o una omisión) porque........

Dicho....... ha sido producido por......... (Autoridad Pública o particulares)


puesto que.......

Le sugerimos que proceda de la misma manera con cada uno de las


condiciones.

m3 | actividad 4

Reglamentación para el Ingreso al Profesorado de Matemática y


Astronomía

Usted se desempeña como abogado junior en un estudio jurídico dedicado al


derecho público, donde le han delegado recientemente el caso del hijo de un
cliente importante. De la minuta con los antecedentes del caso, surge que al
Sr. Juan Valdez le han denegado el ingreso al Profesorado de Matemática y
Astronomía, que se dicta en el Instituto Nacional de Profesorado Dr. Joaquín V.
González, mediante Resolución Nro. 43, del Director con fecha 26 de febrero de
2007. A 1

Asimismo, de la lectura de la resolución denegatoria, se puede observar que


el único fundamento es la falta de cumplimiento del apto psicofísico, al no
cumplimentar con el requisito de estatura mínima de 1,60 metros, requerido

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.192


por la resolución 957/81 del Ministerio de Educación de la Nación. Ello es así
puesto que el Sr. Valdez mide 1,58 cm. A 2

Le han remitido a Ud. todos los antecedentes, con fecha 3 de marzo. De los
antecedentes en cuestión, se destacan los siguientes:
• La Notificación de la Resolución denegatoria, con fecha de recepción 1
de marzo de 2007. Al pie de la notificación se agrega en Nota que se puede
plantear recurso de reconsideración dentro de los cinco días hábiles.
• La fecha de inicio de las clases está previsto para el día 15 de marzo de
2007.

En el Memorando le solicitan que estudie el caso y que, en la hipótesis, plantee


alguna acción constitucional que acompañe el escrito pertinente.

m3 |actividad 4 | AA

asistente académico 1

Para el estudio del presente caso, le recomiendo lo siguiente:

1) Verifique qué derecho se encuentra en juego para determinar qué acción


constitucional puede ser la idónea.

2) Determinada la posible acción, constate si en el caso concurren los


presupuestos de admisibilidad de la acción de que se trata.

3) Recuerde que para la procedencia de la acción de amparo, de acuerdo al


juego armónico del Art. 43 C.N. y la Ley de Amparo 16.986, se requiere de tres
condiciones para que proceda: 1) lesión: cuando por medio de un acto u omisión
de autoridad pública o de particulares, ya sea en forma actual o inminente, se
lesione, restrinja, altere o amenace un derecho o garantía explícita o implícitamente
reconocido por la Constitución Nacional, un Tratado Internacional o una Ley;
2) arbitrariedad o ilegalidad manifiesta del acto lesivo; 3) inexistencia de otro
remedio legal, o habiendo un procedimiento judicial existiera la posibilidad de
inferir un daño grave e irreparable si se utilizara dicho procedimiento judicial.

4) A los fines de comprender los alcances del presupuesto de arbitrariedad


o ilegalidad manifiesta, tenga en cuenta las causales de inadmisibilidad, que
mantienen vigencia, del art. 2 de la Ley 16.986.

Para la adecuada resolución del caso advierta la contradicción entre el art. 43 y


el art. 2 inc. d segunda parte, en cuanto a declaración de inconstitucionalidad
de una norma.

5) Para el supuesto que Ud. entienda que debe presentar una demanda de
amparo, le recomiendo:

• Lea el artículo que establece los requisitos que debe contener la


demanda de amparo.

• Para la redacción del escrito, siga los siguientes pasos:

1 Título: Allí se consigna el tipo de acción que se presenta: AMPARO

2 A quién se dirige la presentación. Generalmente a la derecha se consigna:

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 193


Señor Juez Acción de Amparo
Señor Juez:

3 A continuación se comienza con un párrafo con los datos del presentante


conforme los requisitos de la Ley.

XXX, DNI.... nacionalidad, estado civil, documento número,.........


domicilio en.......... fijando domicilio legal en.......... respetuosamente, ante
V.S. comparezco y digo:
4 Debe indicar de manera concreta su pretensión y la normativa que la
sustenta. Generalmente se consigna como Subtítulo: I.- OBJETO:

I.- OBJETO: Vengo....


5 Debe narrar a continuación los Hechos. Se consigna, usualmente como
subtítulo: II.- HECHOS

II.- HECHOS: Con fecha...


6 Debe fundar la admisibilidad formal del amparo, que se refiere a la
inexistencia de otra vía idónea, no se requiere mayor ámbito de prueba
y debate, el plazo, etc., normalmente se consigna como subtítulo: III.-
ADMISIBILIDAD FORMAL.

III.- ADMISIBILIDAD FORMAL:


7 Debe exponer los fundamentos de derecho que sustentan su pretensión,
es decir los derechos constitucionales vulnerados dando las razones de tal
extremo. Se utiliza como subtitulo: III.- ADMISIBILIDAD (O PROCEDENCIA)
SUSTANCIAL DEL AMPARIO:

III.- ADMISIBILIDAD SUSTANCIAL DEL AMPARO:


8 Se debe acompañar la prueba documental y ofrecer la prueba. Se
consigna como subtítulo: IV. PRUEBA
IV. PRUEBA
9 De manera optativa, aunque casi siempre se hace, puede pedir una
medida cautelar:
V. MEDIDA CAUTELAR
10 Finalmente, se acostumbra concretar de manera sintética la pretensión,
bajo el subtitulo IV.- PETITUM:
VI.- PETITUM:
A.- Me tenga por presentado por parte, en el carácter invocado y con el domicilio
legal constituido.
B.- Le dé el trámite que por derecho corresponde disponiendo el......
C.- Conceda la cautelar solicitada a cuyo fin libre el correspondiente oficio.
D.- En definitiva, y previo los trámites de ley haga lugar al Amparo con costas.
ES DE LEY

m3 |actividad 4 | AA

asistente académico 2

En caso que usted desee profundizar las cuestiones debatidas en esta actividad,
puede recurrir a lo resuelto por la CSJN en Fallos 306:400.

Recuerde que usted puede consultar tales fallos en la página Web de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación www.csjn.gov.ar.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.194


m3 | actividad 5

Protección ante un informe crediticio falso

A Juan Dinero, cliente del estudio jurídico, del cual Ud. es socio y a cargo de las
cuestiones de juicios contenciosos, le deniegan un crédito para cambiar el auto.
La razón dada es porque según el informe de Veraz S.A. tiene una deuda con el
Banco José S.A. que no ha sido cancelada.

El estudio tuvo a su cargo la defensa del juicio referido en el informe de Veraz


S.A., el cual terminó con una sentencia que resolvió rechazar la demanda de
cobro. El cliente, Sr. Juan Dinero, está enojado con el estudio porque no puede
obtener el crédito y lo acusa de no haberle informado debidamente la situación
del juicio y su situación patrimonial. En el estudio le aclaran que el informe es
falso y que corresponde iniciar una acción de Habeas Data.

A continuación le remiten los antecedentes a fin de estudiar el caso para iniciar las
acciones judiciales que permitan solucionar el problema. Redacte la actuación
judicial correspondiente.

A 1

m3 |actividad 5 | AA

asistente académico 1

Al estudiar qué acción judicial será la procedente, luce conveniente que analice
lo dispuesto por el Art. 43 C.N. y los Arts. 13 a 19 y 26 de la Ley 25.326.

Determine los pasos extrajudiciales, prejudiciales y judiciales que deben llevar


adelante.

En caso de ser necesario la realización de actos prejudiciales proceda a su


concreción.

m3 glosario

Relator: Se trata de una función dentro de los juzgados, que consiste en


elaborar proyectos de sentencia para el juez.

Rubro: Se entiende por tal uno de los ítems pretendidos en la demanda. Por
ejemplo, cuando se interpone una demanda por un accidente de tránsito, se
reclaman en ella los siguientes rubros: daño materia, lucro cesante, daño
moral.

VERAZ S.A.: Se trata de una de las empresas más importantes de país, como
banco de datos privado destinado a proveer informes de carácter crediticio.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 195


m4

m4 microobjetivos

• Conocer la normativa legal que regula el recurso extraordinario federal,


a los fines de comprender los mecanismos de su funcionamiento.

• Advertir las diferencias entre admisibilidad formal y sustancial del


recurso extraordinario.

• Reconocer qué situaciones jurídicas constituyen cuestión federal a


los fines de la interposición del recurso extraordinario.

• Comprender los contenidos teóricos sobre recurso extraordinario con


el objeto de incorporarlos en la resolución de casos prácticos, extraídos
en su mayoría de fallos jurisprudenciales de la C.S.J.N.

• Desarrollar habilidades en la resolución de casos prácticos en el marco


de la doctrina de la sentencia arbitraria.

• Conocer el contenido del procedimiento ante la Comisión y la Corte


Interamericana de Derechos Humanos, a los fines de poder desarrollarlo
adecuadamente.

m4 contenidos

VIAS RECURSIVAS

Hasta ahora hemos estudiado las acciones procesales constitucionales. Se


ha trabajado también sobre la tramitación en primera instancia hasta el dictado
de la sentencia y de las vías recursivas resueltas por los Tribunales de Justicia
jerárquicamente anteriores a la Corte Suprema de Justicia.

En este módulo se emprende el estudio del recurso que se interpone a los fines
de obtener una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se trata
del Recurso Extraordinario Federal (REF), en la Unidad 8 correspondiente
al presente módulo y, en la Unidad 9, abordaremos el estudio de la instancia
internacional que regula la Convención Americana de Derechos Humanos
(CADH).

RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL

A los efectos de abordar la primera de las unidades, conviene comenzar


determinando y leyendo detenidamente la normativa que lo regula. No se
preocupe si al leer el Art. 14 de la Ley 48 no lo comprende cabalmente. Le
recomiendo leerlo varias veces y con detenimiento, intentando comprender sus
distintas partes. Pero, de ningún modo, se esfuerce en aprender de memoria el
artículo citado ya que no va a ganar nada si no entiende su funcionamiento.

El estudio del REF ha sido estructurado teniendo en cuenta el esquema que la


misma C.S.J.N. ha elaborado a través del índice temático de la publicación de

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.196


sus fallos. Se han estructurado tres clases de requisitos:

• Los comunes

• Los propios

• Los formales

Los requisitos comunes son los que normalmente se solicitan para la


interposición de un recurso judicial. Las notas particulares de estos recaudos
en el marco del REF se encuentran explicitadas en el material de estudio
señalado para el presente módulo.

Los requisitos propios son los exclusivos del REF, y que se encuentran
regulados, principalmente, en el Art. 14 de la Ley 48. Resulta fundamental el
conocimiento preciso y claro de estos requisitos a los fines de poder comprender
el tema. Para su comprensión se han elaborado varias actividades que le
posibilitarán identificar y comprender los alcances de los distintos requisitos.

Por último, los requisitos formales se refieren a las exigencias procesales


para su interposición. Estas últimas pueden dividirse entre las previas a la
presentación al recurso y las necesarias al momento de su articulación. A
modo de ejemplo, diremos que es un recaudo formal previo el haber realizado
la introducción del caso federal y reserva de interponer el REF en la primera
oportunidad procesal. El plazo de diez días, desde la notificación de la
sentencia definitiva del tribunal superior de la causa, constituye un recaudo
formal que se debe cumplir para articular el REF en debido tiempo.

Después, corresponde abordar el REF por Sentencia Arbitraria que fue


admitido por la Corte en la década del 50´ del siglo XX, primero, en algunos
votos en disidencia y, finalmente, en el caso “Rey vs. Rocha”. En el material
recomendado se propone una serie de conceptos de arbitrariedad, nuevamente
le recordamos que nuestra propuesta no consiste en que usted los aprenda
de memoria, sino que construya usted mismo una idea aproximada sobre el
alcance de un concepto de extremada vaguedad.

A su vez, existen distintos criterios para estructurar la jurisprudencia de la CSJN


sobre el tema. Actualmente, consideramos que posiblemente a usted le resulte
más comprensible y pertinente para su futura utilización profesional, la elaborada
en el índice de fallo de la CSJN. Esta última, está explicada en los distintos
libros sobre el tema. Además, en el material básico propuesto para el presente
módulo, hay un trabajo que puede ayudarnos a complementar el desarrollo del
tema en cuestión. Éste se incorpora como material complementario.

Las situaciones que la misma CSJN ha considerado como de gravedad


institucional, han tenido impacto sobre los requisitos, tanto comunes,
como propios y formales. Las distintas modalidades en que la gravedad
institucional ha incidido sobre el REF es un tema sumamente relevante, que
Ud. debe comprender muy especialmente. En ese sentido, cabe remarcar que
actualmente, una de las finalidades del REF lo constituye el tratamiento de los
casos que revistan de trascendencia, cuestión íntimamente vinculada con
este tema.

El procedimiento del REF merece una especial atención de su parte. Lo


invitamos no sólo a conocer acabadamente el plazo para su interposición, sino
también la sustanciación del trámite recursivo. Por tal motivo, se considera

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 197


conveniente agregar para su consulta, una parte del trabajo IC 1 que resulta
sumamente pertinente.

A partir del primer día posterior a la feria judicial de invierno (mes de julio) del
año 2007, tuvo lugar una importante modificación sobre la forma en que tiene
que ser presentado el escrito del REF. La regulación ha sido establecida por
Acordada Nro. 4 de la CSJN de fecha 16/03/2007. Podrá encontrar la misma
en el material básico de la asignatura.

El contenido de la Acordada es bastante claro y específico sobre la forma que


debe reunir el escrito del REF, por lo que no merece mayores comentarios
explicativos para su comprensión. Las complicaciones sobre el tema son
más de orden práctico, es decir, al hacer el escrito del REF siguiendo las
regulaciones, se presentan algunas complicaciones.

Además, atento la importancia del procedimiento del REF, he considerado


conveniente mencionarlo y abordarlo en el presente desarrollo.

Otra importante modificación está constituida por la reglamentación de la


institución de los Amigos del Tribunal (amicus curiae), en el marco originario
de la competencia o apelada de la CSJN. Es importante que usted tome
especialmente en cuenta y consulte la Acordada Nro. 28/04 de la CSJN. Podrá
encontrar la misma en el material básico de la asignatura.

PROCEDIMIENTOS ANTE LOS ÓRGANOS DE LA CONVENCIÓN AMERICANA


SOBRE DERECHOS HUMANOS

En la Unidad 9, correspondiente al presente módulo, abordaremos el


procedimiento de las reclamaciones individuales ante la Comisión y la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. Justifica su estudio el hecho de que
en la actualidad se ha incrementado de manera importante, recurrir ante la
Comisión IDH las sentencias dictadas por la CSJN. No debemos olvidar aquí
el valor, cada vez mas preponderante, tanto político como jurídico, que se le
otorga al Derecho Internacional de los derechos humanos.

Para comprender el procedimiento de las reclamaciones individuales se


requiere un conocimiento, aunque sea general, de la existencia de los sistemas
de protección de los derechos humanos, entre los cuales se encuentra el
sistema interamericano de promoción y protección de los derechos humanos.

Dentro la multiplicidad de normativas y cuestiones a las que se atienden


en el Sistema Interamericano, nosotros concentraremos la atención en la
determinación de los principios que lo rigen y los derechos que se encuentran
garantizados. En cuanto a los órganos, nos limitaremos al conocimiento
normativo de su integración, designación y funciones, para detenernos sí, en
el estudio de una de las funciones de la Comisión IDH: el procedimiento de
las reclamaciones o denuncias individuales, por una parte y de las funciones
consultiva y contenciosa de la Corte IDH, por la otra.

En cuanto al tema del procedimiento ante la Comisión y la Corte, es necesario


que usted tenga en cuenta no sólo las normas establecidas en la CADH, sino
también, resulta necesario recurrir al Estatuto y el Reglamento de ambos órganos
de la CADH. En especial, el Reglamento de la Comisión IDH, que tiene una

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.198


serie de disposiciones específicas referidas al procedimiento, indispensables
para conocer acabadamente el tema.

En el procedimiento de las reclamaciones individuales ante la Comisión, se


destaca la amplitud de la legitimación activa, su carácter de complementaria y
la finalidad indicada por las disposiciones reglamentarias de la Comisión, que
procuren una solución amistosa entre las partes. También, merece su atención
la etapa de la admisibilidad de la denuncia. Resulta importante que Ud. maneje
adecuadamente los requisitos que se deben cumplir para la presentación y
tramitación de las denuncias o reclamaciones individuales ante la Comisión.

Otra cuestión a la que Ud. debería estar atento, es el valor que tienen las
recomendaciones de la Comisión IDH en el Derecho Interno. Así también, es
interesante la jurisprudencia de la CSJN sobre la significación jurídica que cabe
asignarle a la jurisprudencia de la Comisión y de la Corte IDH. A continuación,
serán señalados los casos más relevantes sobre el tema. Sin perjuicio de ello,
le sugiero que se mantenga actualizado en este tema por medio de la consulta
de la jurisprudencia de la CSJN IC 2, a través de su página web (http://www.
csjn.gov.ar).

Asimismo, a fin de ofrecerle un panorama más avanzado sobre el tema, se ha


agregado un compendio IC 3 donde se reúne la jurisprudencia de la CSJN
sobre el tema.

Con relación a la Corte IDH, resulta necesario destacar que tiene competencia
consultiva y contenciosa. Respecto de la contenciosa, cabe apuntar que la
misma no puede ser instada por el reclamante, sino que la legitimada activa es la
Comisión IDH. Las resoluciones de la Corte IDH, en el ejercicio de competencia
contenciosa, son obligatorias para el Estado condenado. Es decir, tienen fuerza
vinculante y pueden ser ejecutadas dentro del Derecho Interno.

En cambio, las opiniones consultivas que emite la Corte IDH, dictadas en


el marco de la competencia consultiva de la misma, no tienen fijada dicha
obligatoriedad en la normativa de la CADH.

Para obtener una mirada global de este módulo, lo invito a ver el mapa
conceptual.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 199


EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.200
Consideraciones Finales

De esta manera, hemos arribado al final del módulo. Espero que las nociones
desarrolladas sobre el tema Recursivo Nacional e Internacional, le resulten
de utilidad para avanzar en su proceso de estudio.

m4 |contenidos | IC

información complementaria 1

Trabajo

TRÁMITE
La regulación normativa del trámite del REF se encuentra establecida,
principalmente, en los arts. 256 al 258; 280, 281, 282 y 285 del Código de Procesal
Civil y Comercial de la Nación y Acordada Nro. 4/07 de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación.
La tramitación del REF puede ser dividida, teniendo en cuenta para ello
los órganos jurisdiccionales que intervienen, en dos etapas, a saber:
1. ante el tribunal superior de la causa, y
2. ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

1. ANTE EL TRIBUNAL SUPERIOR DE LA CAUSA


a) Interposición del REF:
La presentación del escrito del REF debe ser realizada ante el tribunal o
juez que dictó la sentencia.
Forma: El REF debe ser presentado por escrito siguiendo las indicaciones
establecidas en la Acordada 04/07 de la Corte Suprema de Justicia.
En dicha Acordada se fijan una serie de exigencias formales que deben
ser cumplidas baja pena de inadmisibilidad
La interposición del recurso extraordinario no puede ser condicionada o
subordinada al resultado de otros recursos. (1)
La fundamentación debe ser autónoma (2), es decir, debe bastarse a
sí mismo, lo que implica una reseña de los hechos y antecedentes de la causa
hasta la sentencia que se recurre. En sentido inverso, carece de fundamentación
autónoma el recurso cuando “no especifica cuales son los concretos elementos
de prueba que considera viciado o indebidamente utilizados, en que consisten
tales vicios ni de que modo su exclusión por la cámara hubiese permitido variar
la solución del caso”. (3)

Notas ........................................................
1 Cfe. Doctrina de Fallos: 313:165 y otros más reciente 327:4368 en donde
lo considera una impugnación prematura, aunque aclara que no se trata
de un principio riguroso y que puede ser dispensado en circunstancias
excepcionales.
2 Fallos 313:1193 “el escrito en el que se deduce el recurso extraordinario debe
cumplir el requisito de fundamentación autónoma”.
3 Fallos 313:891

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 201


Además, esta exigencia importa la obligación de refutar todos y cada
uno de los argumentos que sustentan el decisorio recurrido.
También se debe proceder a la constitución de domicilio en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires (art. 257 CPCCN). En caso de no hacerlo la parte
quedará notificada de las providencias que se dictaren por ministerio de la ley.
Plazo: el término para interponer el recurso extraordinario es de diez días
hábiles (4) desde la notificación de la resolución o sentencia del tribunal superior
de la causa. El plazo es fatal y perentorio y no se suspende por la interposición
de recursos declarados improcedentes (5).
Efectos: La interposición del REF, como principio general, no tiene
efectos suspensivos.
No obstante ello, la Corte ha hecho excepción de ello cuando en algunos
supuestos ha juzgado que en tanto los jueces de la causa no se pronuncien sobre
su concesión o rechazo, el recurso extraordinario tendría efectos suspensivos.
(6)
b) Decreto o Resolución de Trámite:
El Tribunal al recepcionar el REF puede dar traslado a las partes
interesadas, que serán las que tengan intereses contrapuestos con el recurrente;
o rechazarlo en determinados casos.
En el caso que el Tribunal disponga el traslado del recurso extraordinario,
el mismo se formalizará de manera personal o por Cédula de Notificación. La
forma en que debe practicarse la Cédula se rige por la normativa procesal
local.
En el otro caso, el tribunal puede disponer el rechazo del REF cuando
el recurso fuera presentado fuera de término. También, se puede disponer el
rechazo, cuando el recurso fuere presentado sin firma de letrado o sin las copias
de ley y no los supla dentro del plazo de intimación. Al respecto, Palacios sostiene
que en estos casos “se trataría de un rechazo implícito en tanto el tribunal debe
limitarse a tener por no presentado el escrito y a disponer su devolución al
presentante” (7).
c) Contestación del REF:
La parte recurrida tendrá que contestar el recurso extraordinario
interpuesto:
Presentación: Ante el tribunal que dictó la sentencia.
Forma: Escrito y sin fórmulas sacramentales.
Constitución de domicilio en la Ciudad Autónoma de Bs. As.

Notas ...................................................
4 No se consideró hábil los días que la Ley 24.571 declara no laborables. Se
trata de los días del Año Nuevo Judío y el Día del Perdón. Cfe. J.A. 2002-III-762
con Nota de Fernando Cesari.
5 Fallos 327:4484
6 Fallos 319:3470 “Saiegh, Rafael H. y conjunción S.A. v. Banco Central de la
República Argentina, Ministerio de Economía de la Nación”,27/12/1996, y C.S.,
“Andrioli, José M. y otros v. Provincia de Santa Fe y otra”, de fecha 9/11/2000
publicado en JA 2001-IV-779
7 Palacio Lino “El Recurso Extraordinario Federal” Cap. XIII pág...... Año 2001
Abeledo Perrot

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.202


Plazo: El término es de diez días hábiles desde la notificación del recurso
extraordinario. El mismo es fatal y perentorio.

d) Resolución de Concesión o Denegación del REF

La resolución de concesión o denegación del REF resulta un trámite


necesario para la apertura de la jurisdicción de la Corte y por ello constituye una
obligación del Tribunal proveer a su respecto.
El tribunal, una vez cumplidas las etapas anteriores, debe emitir de
manera expresa un primer juicio acerca de la admisibilidad formal del recurso
extraordinario, a cuyo fin debe dictar una resolución fundada, en la cual se
pueden dar alguna de las dos alternativas siguientes:
Concede el recurso extraordinario y procede a su elevación ante la Corte
Suprema de Justicia de la Nación.
Deniega el recurso extraordinario. En este caso el recurrente podrá
interponer recurso de queja ante la Corte Suprema de Justicia (art. 285,
CPCCN).
Corresponde aclarar que si bien es a la Corte Suprema a quien le
corresponde determinar sobre la admisibilidad formal del recurso extraordinario,
es decir si existe o no una cuestión federal, o una causal de arbitrariedad
de la sentencia o de gravedad institucional, “esto no releva a los órganos
judiciales de resolver circunstanciadamente si la apelación federal `prima facie´
valorada, cuenta con fundamentos suficientes para dar sustento a la invocación
del referido caso excepcional pues, de ser seguida la orientación opuesta, el
Tribunal debería admitir que su jurisdicción extraordinaria se viese, en principio,
habilitada o denegada sin razones que avalen uno u otro resultado, lo cual irroga
un claro perjuicio al derecho de defensa de los litigantes y al adecuado servicio
de justicia de la Corte” (8)
La resolución del tribunal sobre la admisibilidad del recurso extraordinario
limita la jurisdicción apelada de la Corte (9), que deberá avocarse al conocimiento
de los agravios concedidos y considerar los omitidos como denegados
tácitamente y no dar tratamiento a los denegados expresamente.
El juicio sobre el recurso extraordinario que exige la Corte, como requisito
necesario para habilitar su jurisdicción, significa que el Tribunal debe verificar
que se encuentren cumplimentados todos los requisitos, que hemos llamado,
formales y comunes. En cuanto a los requisitos propios, -superior tribunal de
la causa, sentencia definitiva, resolución contraria, relación directa- también
debe pronunciarse sobre su cumplimiento. En cambio, con relación al requisito
propio, de cuestión federal, el juicio se debe limitar a verificar su existencia `prima
facie´, es decir que haya sido invocado y que los fundamentos expuestos tengan
entidad jurídica suficiente para constituir un agravio y no ser meras expresiones
de disconformidad con la resolución que se impugna.
Debe concretar igual juicio cuando en el recurso se invoque una causal
de arbitrariedad o de gravedad institucional.

Notas ...........................................
8. Fallos 327:3732 en sentido igual cabe citar Fallos 308:2457; 310:1789, 2122 y
2306; 311; 527,1456 y 1960; 313:934 y 1303; 314:1081 y otros.
9. Fallos 327:3140

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 203


En otras palabras, el superior tribunal de la causa no debe transformar
el Auto de Admisibilidad en una contestación del REF, ni tampoco concretar
un juicio sobre la procedencia definitiva del recurso. Se trata de un análisis
sobre la existencia, no evaluación, de cuestión federal, arbitrariedad o gravedad
institucional, expuesta de tal manera que la misma tenga la consistencia
argumental suficiente como para considerado como agravio.
La doctrina entiende que el superior tribunal de la causa no se encuentra
habilitado para desestimar el REF con sustento en las causales que prevé el art.
280 del CPCCN. (10)
La Corte ante la deficiente fundamentación de la resolución de concesión
ha dictado la nulidad de las mismas. Cabe traer a colación, a modo ejemplificativo,
las siguientes:
“Corresponde declarar la nulidad de la resolución por la que se concedió
el recurso extraordinario, omitiendo pronunciarse acerca de si se encontraba
observado el requisito referente al tribunal del que debe provenir la sentencia
apelada.” (11)
“Es nula la denegatoria del recurso de extraordinario que se limita a
sostener que la resolución atacada no posee el carácter de definitiva, sin
explicar de qué modo podría obtener el apelante, dentro del marco de las vías
impugnativas locales, la tutela del derecho federal que estima lesionado.”(12)
Asimismo, en caso de “ambigüedad” (13) en los términos de la concesión,
o que se “no se distinga de manera concreta por cuales agravios se adopta la
decisión” (14) se ha entendido que se lo ha concedido por el todo (15) o con la
amplitud necesaria que exige la garantía de la defensa en juicio. (16)
Plazo: El superior tribunal de la causa debe proveer sobre la concesión
o no del REF en un plazo razonable, puesto que la demora indefinida importa la
denegación implícita de aquel. (17).

Efectos del Auto de Concesión del REF:

Al respecto el art. 258 dispone que “si la sentencia de la Cámara o tribunal


fuese confirmatoria de la dictada en primera instancia, concedido el recurso, el
apelado podrá solicitar la ejecución de aquélla, dando fianza de responder de
lo que percibiese si el fallo fuera revocado por la Corte Suprema. Dicha fianza
será calificada por la Cámara o Tribunal que hubiese concedido el recurso y
quedará cancelada si la Corte Suprema lo declarase improcedente o confirmase
la sentencia recurrida. El fisco nacional está exento de la fianza a que se refiere
este artículo.”.
La doctrina clásica entendió que la mera interposición del REF no tenía
efectos suspensivos, resultando posible la ejecución de la sentencia que fue

Notas .....................................................
10. Cfe. Tribiño Carlos R. “Aspectos sustanciales y formales del certiorari en el
recurso extraordinario” públ. en J.A. 2005-III-1358.
11. Fallos 311:1988 “Cerruda v. Varela”
12. Fallos 311:1960
13. Fallos 8/10/1981 “Astilleros Alianza SA v. Estado Nacional”
14. Fallos 310:1070
15. Fallos 310:1070
16. Fallos 307:142: 306:1825
17. Fallos 233:213, más reciente 307:2504 JA 1986-II-Índice-136-sum 1

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.204


recurrida, hasta que el REF no fuera formalmente concedido por el superior
tribunal de la causa.
No obstante lo apuntado cabe indicar la existencia de otra corriente
jurisprudencial, en función de la cual resulta que: 1) desde la interposición del
REF hasta la concesión del mismo no se puede ejecutar provisionalmente la
sentencia del superior tribunal de la causa. No obstante ello, cabe señalar que
se puede ejecutar provisionalmente la sentencia con los alcances del art. 499
del CPCCN.
2) El superior tribunal de la causa puede conceder o denegar formalmente
el REF.
En caso de denegación la ejecución es posible, y las únicas variables
pendientes están dadas por los efectos de la posible interposición del recurso
de Queja.
En caso de concesión se podrá ejecutar, en los términos del art. 258,
es decir, en la medida que la sentencia de “Cámara” fuese confirmatoria de la
dictada en primera instancia. (18)
Esta regla resulta clara en el marco del procedimiento nacional, pero
puede suscitar algunas cuestiones en los procedimientos provinciales. Ello así,
puesto que en las instancias provinciales al coincidir, en la casi totalidad de los
casos el superior tribunal de la causa con el máximo órgano jurisdiccional de
Provincia (Corte Suprema Provincial o Tribunal Superior de Justicia), tendríamos,
en algunos procedimientos, como el civil, tres sentencias, la de primera instancia,
la de Cámara (segunda instancia) y la del Tribunal Superior de Justicia.
Al respecto se abren dos posiciones, una que señala que bastaría
con que la sentencia del superior tribunal de la causa fuese coincidente con
cualquiera de las dictadas en las instancias anteriores (19), o con todas las
previas, en consideración a la ratio de la norma, más cuando se repara que el
referido artículo debe ser interpretado en forma estricta. (20)

2. ANTE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

Aquí se dan dos supuestos: a) cuando el recurso extraordinario es


concedido, y b) cuando el recurrente presenta el recurso de queja por denegación
del recurso extraordinario.
a. Recurso extraordinario concedido
En este caso la Corte debe requerir dictamen del Procurador General de
la Nación (art. 33 Ley 24.946). Dicho dictamen versará sobre si corresponde la
cuestión a la competencia extraordinaria de la C.S.J.N.

Notas ........................................
18. Resulta de interés los artículos de Sagues Néstor “Efectos de la interposición
del REF trascendencia y difusión periodística” J.A. 1995-III-594 y Morello Augusto
“La interposición del recurso extraordinario y la suspensión del trámite del
proceso” J.A. 2001-IV-780 y Gozaini, Osvaldo “La fundamentación del recurso
extraordinario” J.A. 2003-II-1214
19. Palacio Lino “el recurso extraordinario federal. Teoría y técnica” Ed. Abeledo
Perrot Pág. 312 con cita de Imaz, Rey y Sagüés
20. Kielmanovich, Jorge L “Algunas reflexiones sobre la ejecución provisional de
la sentencia pendiente el recurso extraordinario” JUL. 2005-III-876.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 205


La Corte podrá no disponer la vista al Procurador General del REF
en caso que entienda corresponde aplicar el art. 280 del CPCCN o que sean
manifiestamente improcedente.(21)
Evacuado el dictamen la Corte procederá a dictar sentencia en donde
procederá a analizar, primero, la admisibilidad formal, y después la admisibilidad
sustancial o procedencia del recurso.
En la resolución de la Corte se pueden dar alguna de las siguientes
posibilidades:
1) Rechazar el recurso por resultar inadmisible formalmente,
procediendo a remitir el expediente al Tribunal de origen.
2) Admitir formalmente el REF y rechazarlo sustancialmente
confirmando la sentencia apelada extraordinariamente,
devolviendo al Tribunal de origen.
3) Admitir el recurso, y revocar la sentencia. Al revocar puede:
a) formular una declaración del agravio acogido y ordenar al
Tribunal de origen que dicte nueva resolución, siguiendo los
parámetros fijados por la Corte, o b) dictar sentencia sobre el
fondo de la cuestión y ordenar la ejecución de la misma.
4) El rechazo del REF por aplicación del art. 280 del CPCCN.
En virtud de la cual la Corte podrá, según su sana discreción,
y con la sola invocación de dicha norma, rechazar el recurso
extraordinario por falta de agravio federal suficiente, o
cuando las cuestiones planteadas resultaren insustanciales
o carentes de trascendencia.
En este caso la C.S.J.N. podrá prescindir del dictamen previo del
Procurador General de la Nación (22)
La Sentencia de la Corte no es susceptible de recurso alguno (23) para
que sea revisado por la misma Corte. Ello así, en función del carácter de definitivo
que tiene el fallo dictado en el marco del recurso extraordinario del art. 14 de la
Ley 48; como así también, por la calidad de órgano máximo del Poder Judicial
de la Nación que tiene asignada institucionalmente la C.S.J.N.
Ha dicho la Corte que sus sentencias “no son susceptibles de recurso de
nulidad.”(24) No obstante, ha dejado la puerta abierta en el supuesto de “error
de hecho evidente” (25), sin dar precisiones acerca del alcance y modalidades
de la situación excepcional.
El máximo Tribunal ha entendido, en un planteo de nulidad de la

Notas ...............................................
21 Cfme. lo establecido en el inc. 5 del art. 33 de la Ley 24946. “...la Corte
Suprema dará vista al procurador general de los recursos extraordinarios... y de
las quejas..., con excepción de los casos en los que, según la sana discreción del
tribunal, corresponda el rechazo in limine por falta de agravio federal suficiente
o cuando las cuestiones planteadas resultaran insustanciales o carentes de
trascendencia, o el recurso o la queja fuesen manifiestamente inadmisibles,
supuestos en los que podrá omitir la vista al procurador general.”
22 Ley del Ministerio Público (Nro. 24.946) Art. 33 inc. “a” aptdo “5” 2do.
Párrafo.
23 Fallos 321:1826
24 Fallos 320:2496
25 CSJN Sent. 23/10/2001 in re “Gavier Tagle c/ Loustau Bidaut”

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.206


sentencia y recusación de sus miembros, que de darle trámite “el tribunal
debiera ser reemplazado por entero por conjueces desinsaculados al efecto,
se vendría a establecer un procedimiento de revisión que echaría por tierra la
supremacía de la Corte y el carácter final de sus decisiones, lo cual no puede ser
consentido.”(26)
b. En caso de queja

Cuando el superior tribunal de la causa deniega el REF, el recurrente


podrá ocurrir directamente en queja ante la C.S.J.N.. El recurso de Queja es
la vía procesal idónea para cuestionar validamente los fundamentos del Auto
denegatorio del REF por ante la CSJN.
Resultan improcedentes en contra del Auto denegatorio del REF la
interposición de un incidente de nulidad (27) o un recurso de reposición o un
nuevo recurso extraordinario directamente ante la Corte (28).
Plazo: El término para presentar la queja es de cinco días, con la
ampliación que corresponda por razón de la distancia, de acuerdo con lo
dispuesto en el art. 282, segundo párrafo, del Código Procesal Civil y Comercial
de la Nación.
A los fines del cómputo del plazo para la presentación de la queja se debe
tener en cuenta el lugar donde se encuentra ubicado el Tribunal que denegó la
concesión del recurso extraordinario y no el domicilio real del recurrente.
En otras palabras, para que proceda la extensión del plazo para
interponer el recurso de queja, por razón de la distancia, previsto en el art. 282
del Cód. Procesal, se debe atender al lugar de asiento del tribunal que desestimo
el recurso extraordinario. (29)
El plazo para la interposición del recurso de queja por recurso
extraordinario denegado es de carácter fatal y perentorio.
Asimismo, se debe tener muy presente que para el computo del plazo
del recurso de queja no inciden los feriados locales (30), sólo los nacionales. Se
admite el plazo de gracia de las dos horas del día siguiente al del vencimiento,
feneciendo indefectiblemente pasada las dos horas de gracia que otorga el
Código de Procedimientos. La Corte “no ha admitido presentaciones tardías,
ni siquiera con demora de minutos” (31), esgrimiendo razones de seguridad
jurídica fundada en la perentoriedad de los términos.
A los fines de computar la ampliación de los plazos en razón de la
distancia, debe tenerse en cuenta la planilla de distancias por ferrocarril y plazos
que se exhibe en Mesa de Entradas de la Corte. Se trata de un calendario al
cual acuden la gran mayoría de los letrados, cuyos cómputos de plazo han sido
efectuados por la propia Corte.

Notas .............................................................
26. Fallos 320:2496
27. Fallos 312:260
28. Fallos 308:2147
29. Cfe. Fallos 302:1520; 313:105; 319:1894 y ratificado el 31-05-2005 en Guzmán,
Alicia c/ Adm. Nac. De la Seg. Social, Publicado La Ley
30. C.S.J.N. en “Guzmán, Alicia c/ Adm. Nac. De la Seg. Social” fecha 31-05-
2005, Publicado La Ley
31. Cfe. C.S. 289:126; 296:251; 307:1016; 316:246; 319:2446; “Ponce J c/
Manferro S.A del 23-2-1999

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 207


Al respecto ha considerado que para determinar “la ampliación de
los plazos en razón de la distancia, a los efectos del recurso de queja por
denegación del recurso extraordinario, debe tenerse en cuenta la planilla de
distancias y plazos que se exhiben en la mesa general de entradas de la Corte
(Fallos 306:558)” (32)

Catamarca 9 días
Córdoba 9 días
Corrientes 10 días
Formosa 17 días
Jujuy 13 días
La Plata 5 días
La Rioja 11 días
Mendoza 10 días
Paraná 8 días
Posadas 11 días
Resistencia 10 días
Rawson 12 días
Río Gallegos 18 días
Salta 13 días
San Juan 11 días
San Luis 9 días
Santa Fe 7 días
Santiago del Estero 10 días
Tucumán 11 días
Viedma 10 días
Santa Rosa 8 días
Neuquén 11 días
Bahía Blanca 9 días
Rosario 7 días
Comodoro Rivadavia 14 días

Forma: La queja debe presentarse por escrito y, nuevamente, se requiere


que la misma cuente con fundamentación autónoma, es decir que debe bastarse
a sí misma. Por lo tanto, deberá efectuarse un relato sucinto de los hechos de la
causa, enunciar la cuestión federal involucrada en el caso y su vinculación con el
resultado del pleito, así como la crítica razonada de la sentencia dictada y de los
argumentos en que se basó la denegación del recurso extraordinario.
Deberá, además, efectuarse un depósito en el Banco Nación (depósitos
judiciales) a la orden de la Corte Suprema de Justicia (art. 286, CP). Si el
recurrente omitiere este depósito o lo hiciere con posterioridad al plazo33
procederá la desestimación del recurso. En cambio, si lo efectuare en forma
insuficiente, se le hará saber que debe integrarlo en el plazo de cinco días. En
caso de incumplimiento la queja será desestimada.
Otra cuestión que debe ser tenida presente es que aún en los casos de
concesión del recurso extraordinario federal, se deberá interponer la queja si en
el Auto de concesión se omite el tratamiento o se lo deniega por algún agravio.

Notas .................................................
32. Chiappini, Julio “el plazo para interponer la queja: ¿planilla o ley? J.A. 2003-
III-754
33. Fallos 321:1826 “no corresponde atribuir un plazo propio e independiente del
establecido (para el recurso de queja) para la realización del depósito”.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.208


En el caso de omisión la Corte tiene dicho que ello implica una tácita
denegatoria parcial del recurso, que, al no haber interpuesto la queja no resulta
posible un pronunciamiento sobre tal extremo. (34)
También ha sostenido que “cuando la Cámara no hace lugar al recurso
por arbitrariedad, concediéndolo en cuanto articula la violación de normas
constitucionales, sin que se interponga queja, la jurisdicción de la Corte
queda abierta exclusivamente en la medida en el apelante haya cuestionado
la inteligencia a otorgarse a alguna cláusula de la Constitución sin que pueda
entrar a conocer de los agravios referidos al derecho común, sea sustantivo o
procesal, en los cuales se invocara la tacha de arbitrariedad”(35)

Efectos:
En función de lo establecido por el art. 285 del CPCCN resulta que la
sola interposición del recurso de queja no suspenderá el curso del proceso, lo
cual recién ocurrirá al momento de ser admitida la queja.
Ahora bien, no obstante lo expuesto resulta necesario indicar que existen
excepciones, en donde con la sola interposición del escrito del recurso de queja
se decreto la suspensión del curso del proceso. Ello ha sido admitido cuando
median “circunstancias excepcionales” (36), “razones excepcionales limitadas
a los supuestos de interés público” (37), “estén en juego cuestiones de interés
público” (38), “razones de orden institucional o de interés público” (39), hipótesis
que deben ser probadas por quien las invoca.
Esta excepción no ha sido admitida en causas entre particulares, en
las cuales no resulta comprometido el interés público, en un caso ha indicado
que no basta la magnitud económica de los agravios invocados para otorgar la
suspensión del proceso con la sola interposición de la queja. (40)

Resolución de la Corte

Recibida la Queja, y verificados los requisitos procesales, corresponde


se disponga una vista al Procurador General de la Nación para que se expida,
mediante dictamen fundado, sobre la competencia de la Corte para entender en
el recurso planteado.
Las alternativas son:
1) Rechazar la queja 1-a) con fundamentos y 1-b) por aplicación del
art. 280 del C.P.C.C.N.
1-b) En el caso de disponer el rechazo de la Queja por aplicación del art.
280 CPCCN, se podrá omitir la vista al Procurador General.41

Notas ...................................................
34. Cfe. Fallos 327:3140
35. Fallos 300:130
36. Fallos 232:528
37. Fallos 236:670
38. Fallos 265:252
39. Fallos 294:327
40. Cfe. Fallos 253:445
41. Ley del Ministerio Público (Nro. 24.946) Art. 33 inc. “a” aptdo “5” 2do.
Párrafo

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 209


En este caso la Corte no esta obligada a explicitar en cual de las causales que
menciona el art. 280 sustenta la desestimación del recurso. La formula que utiliza
la Corte, generalmente, es la siguiente:
Buenos Aires, 7 de febrero de 2006.
Vistos los autos: “Recurso de hecho deducido
por la actora en la causa Marquet, Raúl y otra c/
Asociación Colegio Villa Devoto”, para decidir sobre su
procedencia.
Considerando:
Que el recurso extraordinario, cuya denegación origina la
presente queja, es inadmisible (art. 280 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación).
Por ello, se desestima esta presentación directa. Intímese a los
recurrentes a que dentro del plazo de cinco días, hagan efectivo
el depósito establecido por el art. 286 del Código Procesal Civil
y Comercial de la Nación, de conformidad con lo dispuesto en
las acordadas 77/90 y 28/91, bajo apercibimiento de proceder
a su ejecución. Notifíquese y previa devolución de los autos
principales, archívese. (Fdo. ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI
- ELENA I. HIGHTON de NOLASCO - CARLOS S. FAYT - JUAN
CARLOS MAQUEDA - RICARDO LUIS LORENZETTI.)

Respecto a los alcances de la desestimación del REF por aplicación


del art. 280, tres miembros de la Corte sostuvieron que “no importa confirma ni
afirmar la justicia o el acierto de la decisión recurrida. Implica, en cambio, que
la Corte ha decidido no pronunciarse sobre la presunta arbitrariedad invocada,
por no haber hallado en la causa elementos que tornen manifiesta la frustración
del derecho” (42).
De tal manera que cuando el recurso de queja ha sido rechazado con
la invocación del art. 280 CPCCN la sentencia recurrida extraordinariamente
ha quedado firme, sin que se pueda predicar de dicho rechazo que exista por
parte de la Corte coincidencia o aprobación de los términos de la resolución en
cuestión.
Lo expuesto, abre un interesante interrogante sobre el valor como
antecedente jurisprudencial de los fundamentos del fallo cuyo recurso
extraordinario ha sido declarado inadmisible.
2) Admitir la Queja y dar tratamiento al REF. en cuyo caso puede: a)
Hacer lugar al REF y revocar la sentencia 2-a) y mandar a dictar nuevo fallo
siguiendo lo resuelto por la sentencia de la Corte; 2-b) y resolver el fondo de la
cuestión.

Notas .......................................................
42. Fallos 316:64 Rodríguez c/ Rodríguez de Sobreyer (2/2/93) Voto conjunto de
Barra, Boggiano y Belluscio. Doctrina confirmada en Fallos 322:3217 y 323:86
Cfe Gustavino Elías “Recurso Extraordinario de inconstitucionalidad” t. 1 pág.
496

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m4 |contenidos | IC

información complementaria 2

Jurisprudencia

Fallos: 315:1492 (1992) Ekmekdjian c/ Sofovich IC 2.1

Fallos 318:512 (1995) causa “Giroldi, Horacio” (cons.12) IC 2.2

Fallos 319:1840 (1996) causa “Bramajo, Hernán” (cons.15) IC 2.3

Fallos 321:3555 (1998) causa “Acosta Claudia” IC 2.4

Fallos 321:1328 (1998) causa “Sánchez Reisse, Leandro Ángel” IC 2.5

Fallo:326:4816 (2003) causa “Brusa, Víctor Hermes” (L.L. 02-04-04 (supl.), nro.
107.202 (resumen del fallo). L.L. 29-10-04 (supl.), nro. 108.227, nota al fallo.
E.D. 23-06-05, nro. 257.) IC 2.6

Fallos 327:5668 (2004) causa “Espósito, Miguel Ángel” (L.L. 28-02-05 (supl),
nro. 108.597, resumen del fallo. L.L. 19-04-05 (supl.), nro. 108.805, nota al
fallo. L.L. 21-04-05 (supl.), nro. 108.824, nota al fallo. L.L. 30-09-05 (supl.), nro.
109.449, nota al fallo.) IC 2.7

Fallos: 328:2056 (2005) causa “Simón, Julio Héctor” (L.L. 21-06-05, nro.
109.047, nota al fallo. L.L. 30-06-05, nota al fallo. L.L. 25-07-05 (supl.), nro.
109.191, nota al fallo. L.L. 04-08-05, nota al fallo. L.L. 14-09-05 (supl.), nro.
109.394, nota al fallo. E.D. 17-10-2005, nro. 270, nota al fallo. L.L. 25-10-05
(supl.), nro. 109.554, nota al fallo.) IC 2.8

Fallo: del 10/04/2007 causa “Marchal, Juan” IC 2.9

m4 |contenidos | IC2 | IC

información complementaria 2.1

Para acceder al contenido de esta Información Complementaria, diríjase al CD


ROM.

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m4 |contenidos | IC2 | IC

información complementaria 2.2

G. 342. XXVI.
RECURSO DE HECHO
Giroldi, Horacio David y otro s/
recurso de casación -causa N° 32/93.

Buenos Aires, 7 de abril de 1995.


Vistos los autos: "Recurso de hecho deducido por
Osvaldo Iuspa (defensor oficial) en la causa Giroldi,
Horacio David y otro s/ recurso de casación -causa N°
32/93", para decidir sobre su procedencia.
Considerando
1°) Que el Tribunal Oral en lo Criminal N° 6 de
la Capital Federal condenó a Horacio David Giroldi a la
pena de un mes de prisión en suspenso, como autor
penalmente responsable del delito de robo simple en grado
de tentativa. Contra dicho pronunciamiento, la defensora
oficial interpuso recurso de casación.
Sostuvo, en cuanto al fondo del litigio, que la
sentencia del tribunal oral violaba la garantía de la
defensa en juicio. Consideró, además, a fin de fundar la
admisibilidad del mencionado recurso, que era
inconstitucional el límite impuesto por el artículo 459,
inc. 2°, del Código Procesal Penal de la Nación, por
contrariar lo dispuesto en el artículo 8°, inc. 2°, ap. h)
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que
otorga a toda persona inculpada de delito el derecho "...de
recurrir del fallo ante juez o tribunal superior".
2°) Que la Cámara Nacional de Casación Penal
(Sala I) rechazó el planteo de inconstitucionalidad y, en
consecuencia, declaró inadmisible el recurso de casación.
Para llegar a ese resultado, el a quo invocó, en lo que
interesa, el caso "Jáuregui" (Fallos: 311:274), en el que
esta Corte resolvió que el requisito de la doble instancia
judicial en
-//-
EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.212
-//-materia penal quedaba satisfecho con la posibilidad de
interponer el recurso extraordinario previsto en el artículo
14 de la ley 48. Contra el pronunciamiento de la Cámara de
Casación, la defensa interpuso recurso extraordinario, cuya
denegación dio origen a la presente queja.
3°) Que el recurso es admisible en tanto se ha
puesto en tela de juicio la validez de una ley nacional por
ser contraria a normas de la Constitución Nacional y de un
tratado internacional al que ella hace referencia, y la de-
cisión ha sido adversa al derecho fundado en estas últimas
(artículo 14, inciso 3°, de la ley 48).
4°) Que el a quo sostuvo que: "Por virtud de los
límites objetivos fijados en los arts. 458 a 462 del Código
Procesal Penal no hay posibilidad de recursos de casación ni
inconstitucionalidad... y la causa ha fenecido en instancia
única, por lo que su sentencia es final y contra ella cabe el
recurso extraordinario de apelación".
5°) Que la reforma constitucional de 1994 ha confe-
rido jerarquía constitucional a varios acuerdos internaciona-
les (artículo 75, inciso 22, segundo párrafo), entre ellos la
Convención Americana sobre Derechos Humanos que, en su ya
recordado artículo 8°, párrafo 2°, inciso h, dispone que toda
persona inculpada de delito tiene derecho "de recurrir del
fallo ante juez o tribunal superior".
6°) Que en virtud de lo expuesto corresponde deter-
minar si dentro del ordenamiento procesal penal existen el
órgano y los procedimientos para dar adecuada satisfacción a
la garantía constitucional antes invocada. En ese sentido,
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 213


2 G. 342. XXVI.
RECURSO DE HECHO
Giroldi, Horacio David y otro s/
recurso de casación -causa N° 32/93.

-//-la inexistencia de recursos en la ley de rito ha


conducido al a quo a sostener que la sentencia del tribunal
oral era susceptible del recurso extraordinario ante esta
Corte, sobre la base del precedente "Jáuregui" (cit.).
7°) Que en el caso antedicho, el Tribunal
consideró que el requisito previsto en el ya señalado
artículo 8°, párrafo 2°, inciso h, de la Convención se
hallaba satisfecho por la existencia del recurso
extraordinario federal ante este Tribunal (Fallos: 311:274,
considerando 6° del voto de la mayoría, 7° del voto del
juez Caballero y 6° del voto del juez Petracchi).
Sin embargo, las reglas y excepciones que en
aquella época determinaban la competencia apelada de la
Corte Suprema sufrieron modificaciones a partir de la
reforma introducida en el año 1990 por la ley 23.774, que
otorgó al Tribunal la facultad de rechazar, por la sola
aplicación del artículo 280 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, recursos extraordinarios por falta
de agravio federal suficiente o cuando las cuestiones
planteadas resultaren insustanciales o carentes de
trascendencia.
8°) Que en tales condiciones puede sostenerse hoy
con nuevos fundamentos que, en hipótesis como la de autos,
el recurso extraordinario no constituye un remedio eficaz
para la salvaguarda de la garantía de la doble instancia
que debe observarse dentro del marco del proceso penal como
"garantía mínima" para "toda persona inculpada de delito"
(artículo 8°, párrafo 2°, apartado h, de la Convención).
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.214


-//- 9°) Que, asimismo, las reformas introducidas por
las leyes 23.984 y 24.050 respecto de los distintos órganos
judiciales que conforman los "tribunales inferiores" de la
justicia nacional (artículo 75, inciso 20, de la Ley Funda-
mental), incluyeron la creación de la Cámara Nacional de
Casación Penal.
Esta circunstancia modificó la organización del Po-
der Judicial de la Nación existente para la época en que fue
fallado el caso "Jáuregui" -que no contemplaba un "tribunal
intermedio" entre la Corte Suprema y las Cámaras Nacionales o
Federales de Apelación-. La Cámara Nacional de Casación Penal
ha sido creada, precisamente, para conocer, por vía de los
recursos de casación e inconstitucionalidad -y aún de re-
visión- de las sentencias que dicten, sobre los puntos que
hacen a su competencia, tanto los tribunales orales en lo
criminal como los juzgados en lo correccional.
10) Que lo expuesto determina que la forma más ade-
cuada para asegurar la garantía de la doble instancia en ma-
teria penal prevista en la Convención Americana sobre Dere-
chos Humanos (artículo 8°, inc. 2°, ap. h), es declarar la
invalidez constitucional de la limitación establecida en el
artículo 459, inc. 2, del Código Procesal Penal de la Nación,
en cuanto veda la admisibilidad del recurso de casación
contra las sentencias de los tribunales en lo criminal en
razón del monto de la pena.
11) Que la ya recordada "jerarquía constitucional"
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (conside-
rando 5°) ha sido establecida por voluntad expresa del cons
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 215


3 G. 342. XXVI.
RECURSO DE HECHO
Giroldi, Horacio David y otro s/
recurso de casación -causa N° 32/93.

-//-tituyente, "en las condiciones de su vigencia"


(artículo 75, inc. 22, 2° párrafo), esto es, tal como la
Convención citada efectivamente rige en el ámbito
internacional y considerando particularmente su efectiva
aplicación jurisprudencial por los tribunales
internacionales competentes para su interpretación y
aplicación.
De ahí que la aludida jurisprudencia deba servir
de guía para la interpretación de los preceptos
convencionales en la medida en que el Estado Argentino
reconoció la competencia de la Corte Interamericana para
conocer en todos los casos relativos a la interpretación y
aplicación de la Convención Americana (confr. arts. 75 de
la Constitución Nacional, 62 y 64 Convención Americana y
artículo 2° ley 23.054).
12) Que, en consecuencia, a esta Corte, como
órgano supremo de uno de los poderes del Gobierno Federal,
le corresponde -en la medida de su jurisdicción- aplicar
los tratados internacionales a que el país está vinculado
en los términos anteriormente expuestos, ya que lo
contrario podría implicar responsabilidad de la Nación
frente a la comunidad internacional. En tal sentido, la
Corte Interamericana precisó el alcance del artículo 1 de
la Convención, en cuanto los Estados parte deben no
solamente "respetar los derechos y libertades reconocidos
en ella", sino además "garantizar su libre y pleno
ejercicio a toda persona sujeta a su juridicción". Según
dicha Corte, "garantizar" implica el deber del Estado de
tomar todas las medidas necesarias para remover los
obstáculos que puedan existir para que los individuos
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.216


-//-puedan disfrutar de los derechos que la Convención reco-
noce. Por consiguiente, la tolerancia del Estado a circuns-
tancias o condiciones que impidan a los individuos acceder a
los recursos internos adecuados para proteger sus derechos,
constituye una violación del artículo 1.1 de la Convención
(opinión consultiva n° 11/90 del 10 de agosto de 1990 -"Ex-
cepciones al agotamiento de los recursos internos"- parráfo
34). Garantizar entraña, asimismo, "el deber de los estados
parte de organizar todo el aparato gubernamental y, en gene-
ral, todas las estructuras a través de las cuales se mani-
fiesta el ejercicio del poder público, de manera tal que sean
capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio
de los derechos humanos" (íd., parágrafo 23 ).
13) Que síguese de lo expresado, que la solución
que aquí se adopta permite, desde el punto de vista de las
garantías del proceso penal, cumplir acabadamente los compro-
misos asumidos en materia de derechos humanos por el Estado
Nacional a la vez que salvaguarda la inserción institucional
de la Cámara Nacional de Casación Penal en el ámbito de la
justicia federal y respeta el sentido del establecimiento de
órganos judiciales "intermedios" en esa esfera, creados para
cimentar las condiciones necesarias para que el Tribunal
satisfaga el alto ministerio que le ha sido confiado sea
porque ante ellos pueden encontrar las partes la reparación
de los perjuicios irrogados en instancias anteriores, sin ne-
cesidad de recurrir ante la Corte Suprema, sea porque el ob-
jeto a revisar por ésta ya sería un producto seguramente más
elaborado (Fallos: 308:490, considerando 5°, con cita del
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 217


4 G. 342. XXVI.
RECURSO DE HECHO
Giroldi, Horacio David y otro s/
recurso de casación -causa N° 32/93.

-//-Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores, período


de 1901, Congreso Nacional, Buenos Aires, 1961).
Por ello, habiendo dictaminado el señor Procurador
General, se declara procedente la queja y el recurso
extraordinario y se deja sin efecto el pronunciamiento
apelado. Hágase saber, acumúlese al principal y devuélvase
al tribunal de origen, a fin de que, por quien corresponda,
se dicte un nuevo fallo conforme a lo resuelto en el
presente. JULIO S. NAZARENO - EDUARDO MOLINE O'CONNOR -
CARLOS S. FAYT - AUGUSTO CESAR BELLUSCIO - ENRIQUE SANTIAGO
PETRACCHI - ANTONIO BOGGIANO.
ES COPIA

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m4 |contenidos | IC2 | IC

información complementaria 2.3

B. 851. XXXI.
RECURSO DE HECHO
Bramajo, Hernán Javier s/ incidente
de excarcelación -causa n° 44.891-.

Buenos Aires, 12 de setiembre de 1996.


Vistos los autos: "Recurso de hecho deducido por
Norberto Julio Quantin (fiscal ante la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional) en la causa
Bramajo, Hernán Javier s/ incidente de excarcelación -causa
n° 44.891-", para decidir sobre su procedencia.
Considerando:
1°) Que contra la resolución de la Sala IV de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional de la Capital Federal que concedió la
excarcelación de Hernán Javier Bramajo, el señor fiscal de
cámara dedujo recurso extraordinario, cuya denegación dio
lugar a la presente queja.
2°) Que de las constancias de la causa surge:
a) que el procesado Bramajo fue detenido el 1 de julio
de 1992, habiendo sido excarcelado por aplicación del art.
1° de la ley 24.390, al cumplir tres años de detención en
prisión preventiva.
b) que el fiscal acusó al procesado por el delito de
homicidio calificado criminis causae en concurso
materialcon el de robo doblemente agravado por haber sido
cometido con armas, en poblado y en banda y requirió la
pena de reclusión perpetua con la accesoria de reclusión
por tiempo indeterminado.
3°) Que el tribunal anterior en grado concedió la
excarcelación por estricta aplicación de lo dispuesto por
el art. 1° de la ley 24.390. En relación a este aspecto
estimó
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 219


-//- que "los plazos fijados por la ley 24.390 no resultan
irrazonables ya que el propio legislador es quien los ha es-
tablecido y tampoco se vislumbra que esa determinación con-
culque alguna garantía fundamental". No obstante lo expuesto
concedió la excarcelación bajo caución real debido a la gra-
vedad de los delitos atribuidos al procesado, la pena solici-
tada por el fiscal y la circunstancia de que registra una
condena.
4°) Que en el escrito de apelación federal el re-
presentante del Ministerio Público cuestiona la validez del
art. 1° de la ley 24.390 debido a que se hallaría en colisión
con lo dispuesto por el art. 7°, inc. 5°, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. Al respecto aduce que bajo
el pretexto de reglamentar un tratado internacional la ley
24.390 lo ha desvirtuado, pues "convierte una cuestión
subjetiva, como es el determinar cuál plazo es razonable, en
una cuestión netamente objetiva, supeditada al simple cumpli-
miento de un plazo fijo". Añade que al establecer la ley
24.390 plazos fijos la excarcelación se ha convertido "en
algo automático y en un beneficio que debe otorgárseles sin
importar la índole o mayor o menor gravedad del delito que se
les impute". Considera que continúa siendo aplicable la
jurisprudencia de este Tribunal en la causa "Firmenich" (Fa-
llos: 310:1476).
5°) Que el recurso federal resulta procedente en la
medida en que se ha cuestionado la validez de una ley na-
cional (24.390) por ser contraria a un tratado internacional
y la decisión ha sido contraria al derecho fundado en la úl-
tima (art. 14, inc. 3°, de la ley 48), a lo que cabe agregar
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.220


2 B. 851. XXXI.
RECURSO DE HECHO
Bramajo, Hernán Javier s/ incidente
de excarcelación -causa n° 44.891-.

-//- que la resolución impugnada es equiparable a sentencia


definitiva pues se trata de una cuestión que reviste grave-
dad institucional, en tanto el criterio adoptado por el a
quo compromete la administración de justicia al afectar la
forma de aplicación de la ley procesal penal.
6°) Que bajo esos supuestos, corresponde señalar
que las consecuencias de la aplicación de la doctrina cues-
tionada por el recurrente comprometen al Tribunal -en su
específica misión de velar por la vigencia real y efectiva
de los principios constitucionales- a ponderar
cuidadosamente aquéllos a fin de evitar que la aplicación
mecánica e indiscriminada de una norma aislada del contexto
de la disposición que reglamenta, conduzca a prescindir de
la preocupación por arribar a una decisión objetivamente
justa en el caso concreto, lo cual iría en desmedro del
propósito de "afianzar la justicia" enunciado en el
Preámbulo de la Constitución Nacional, propósito liminar y
de por sí operativo, que no sólo se refiere al Poder
Judicial sino a la salvaguarda del valor justicia en los
conflictos jurídicos concretos que se plantean en el seno
de la comunidad.
7°) Que la Convención Americana sobre Derechos
Humanos dispone en el art. 7°, inc. 5°, que "toda persona
detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un
juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer
funciones judiciales y tendrá derecho a ser juzgada dentro
de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin
perjuicio de que continúe el proceso".
Por su parte la ley 24.390, que se autodefine
como reglamentaria del art. 7°, inc. 5°, de la Convención
America
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 221


-//- na sobre Derechos Humanos (art. 9°) determina un plazo
fijo de dos años, con una prórroga de un año y otra de seis
meses para los procesados que habiendo cumplido aquel lapso
de detención en prisión preventiva no hubiesen sido juzgados
en forma definitiva (arts. 1° y 2°). Además dispone que
transcurrido el plazo mencionado, se computará por un día de
prisión preventiva dos de prisión o uno de reclusión (art.
7°).
8°) Que la "jerarquía constitucional" de la Conven-
ción Americana sobre Derechos Humanos ha sido establecida por
voluntad expresa del constituyente, "en las condiciones de su
vigencia" (art. 75, inc. 22, 2° párrafo) esto es, tal como la
convención citada efectivamente rige en el ámbito in-
ternacional y considerando particularmente su efectiva apli-
cación jurisprudencial por los tribunales internacionales
competentes para su interpretación y aplicación.
De ahí que la opinión de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos debe servir de guía para la interpre-
tación de los preceptos convencionales en la medida en que el
Estado argentino reconoció la competencia de aquélla para
conocer en todos los casos relativos a la interpretación y
aplicación de la Convención Americana, art. 2° de la ley
23.054 (confr. doctrina de la causa G.342.XXVI. "Giroldi,
Horacio David y otro s/ recurso de casación", sentencia del 7
de abril de 1995).
9°) Que sobre la base de tales pautas y a los efec-
tos de determinar si la ley 24.390 armoniza con el art. 7°,
inc. 5°, del tratado internacional mencionado, resulta perti-
nente reseñar la opinión de la Comisión Interamericana de De
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.222


3 B. 851. XXXI.
RECURSO DE HECHO
Bramajo, Hernán Javier s/ incidente
de excarcelación -causa n° 44.891-.

-//- rechos Humanos, desarrollada en el informe sobre el


caso 10.037 de la República Argentina del 13 de abril de
1989 el que, si bien es anterior a la vigencia de la ley
24.390 resulta de significativa importancia para el caso
debido a que el mencionado organismo internacional ha
fijado las pautas que los Estados Partes deben tener en
cuenta al reglamentar lo que se ha denominado "plazo
razonable de detención sin juzgamiento".
Así, consideró la Comisión que "...la determina-
ción del plazo razonable en el derecho interno argentino
surge en cada caso de la consideración armoniosa de estas
dos disposiciones -hizo referencia al art. 379, inc. 6° y
al art. 380 del Código de Procedimientos en lo Criminal-
quedando librada esa consideración al criterio del juez que
debe decidir en base a los parámetros que la ley le marca
taxativamente para que los valore en forma conjunta".
10) Que en el informe citado en el párrafo ante-
rior la comisión continuó refiriendo que "la razonabilidad
del plazo se encuentra fijada por los extremos del art. 380
del Código de Procedimientos Penal de la Argentina, junto
con la apreciación que de ellos hace el juez de la causa",
temperamento que -según dijo- coincide con lo manifestado
por la Corte Europea cuando dice: "El Tribunal opina igual-
mente que para apreciar si, en un determinado caso, la
detención de un acusado no sobrepasa el límite razonable,
corresponde a las autoridades judiciales nacionales
investigar todas las circunstancias que, por su naturaleza,
lleven a admitir o a rechazar que existe una verdadera
exigencia de interés público que justifique la derogación
de la regla del res
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 223


-//- peto a la libertad individual (caso "Neumeister", sen-
tencia del 27 de junio de 1968, TEDH-5, pág. 83, "Fundamentos
de Derecho", parágrafo 5).
Concluyó expresando que "si bien cuatro años no se-
ría un plazo razonable, en el presente caso por las circuns-
tancias propias del mismo y por la complejidad de las causas
envueltas en su desarrollo, ello no constituiría un retardo
injustificado en la administración de justicia" (el Ministe-
rio Público había solicitado la pena de reclusión perpetua,
accesorias legales y costas).
11) Que en tales condiciones, cabe tener presente
que el espíritu que determinó la sanción de la ley 24.390 y
el fin último por ella perseguido, surge del debate parlamen-
tario, el que puede sintetizarse en la necesidad de resolver
la situación de los detenidos en prisión preventiva sin haber
sido juzgados, los cuales, no obstante gozar de la presunción
de inocencia por no haber sido condenados, continúan
detenidos sin sentencia definitiva, más allá de lo que la
Convención Americana sobre Derechos Humanos denomina "plazo
razonable de detención". En relación a este último concepto,
en la Cámara de Senadores se expresó que "el origen de la ra-
zonabilidad de este plazo de dos años debe buscarse en el an-
tiguo Código de Procedimientos en lo Criminal, que establecía
que la instrucción debía durar dos años".
12) Que si bien la ley 24.390 fija plazos para la
procedencia de la libertad caucionada, de ello no se deriva
que vulnere lo establecido por el art. 7°, inc. 5°, de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, puesto que la
comisión no prohíbe que cada Estado Parte establezca plazos
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.224


4 B. 851. XXXI.
RECURSO DE HECHO
Bramajo, Hernán Javier s/ incidente
de excarcelación -causa n° 44.891-.

-//- de duración de la detención sin juzgamiento, lo que no


admite es la aplicación de aquéllos en forma automática sin
valorar otras circunstancias. Así, en el informe del caso
10.037 de la República Argentina la comisión expresó que
"...el Estado Parte no está obligado (por la convención) a
fijar un plazo válido para todos los casos con
independencia de sus circunstancias...quedando el concepto
de plazo razonable sujeto a la apreciación de la gravedad
de la infracción, en cuanto a los efectos de establecer si
la detención ha dejado de ser razonable".
A ello corresponde agregar que la ley 24.390 no
ha derogado las normas que rigen el instituto de la
excarcelación, razón por la cual las disposiciones de
aquélla deben ser interpretadas a la luz de las normas
respectivas del Código de Procedimientos en Materia Penal y
del Código Procesal Penal.
13) Que bajo los presupuestos enunciados, este
Tribunal considera que la validez del art. 1° de la ley
24.390 se halla supeditada a la circunstancia de que los
plazos fijados en aquella norma no resulten de aplicación
automática por el mero transcurso de los plazos fijados,
sino que han de ser valorados en relación a las pautas
establecidas en los arts. 380 y 319 del Código de
Procedimientos en Materia Penal y Código Procesal Penal,
respectivamente, a los efectos de establecer si la
detención ha dejado de ser razonable.
14) Que la conclusión expuesta no significa
desconocer las palabras de la ley, sino interpretarla a la
luz del tratado con jerarquía constitucional que aquélla
reglamenta.
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 225


-//- Además, cuando la inteligencia de un precepto, ba-
sada exclusivamente en la literalidad de uno de sus textos
conduzca a resultados concretos que no armonicen con los
principios axiológicos enunciados en otro de rango superior y
produzca consecuencias notoriamente disvaliosas, resulta
necesario dar preeminencia al espíritu de la ley, a sus fi-
nes, al conjunto armonioso del ordenamiento jurídico y a los
preceptos fundamentales del derecho en el grado y jerarquía
en que éstos son valorados por el ordenamiento normativo.
De lo contrario aplicar la ley se convertiría en
una tarea mecánica incompatible con la naturaleza misma del
derecho y con la función específica de los magistrados que
les exige siempre conjugar los principios contenidos en la
ley con los elementos fácticos del caso, pues el consciente
desconocimiento de unos u otros no se compadece con la misión
de administrar justicia (confr. doctrina de Fallos: 302:1284
y la jurisprudencia allí citada).
15) Que por los argumentos expuestos, en el caso
sometido a estudio del Tribunal, el examen de las condiciones
personales del procesado, la gravedad de los hechos que se le
imputan, la condena anterior que registra -que eventualmente
ha de ser unificada con la que pueda resultar en la presente-
así como la pena solicitada por el fiscal, hacen presumir que
en caso de obtener la libertad intentará burlar la acción de
la justicia, razón por la cual debe revocarse la resolución
impugnada, puesto que la interpretación efectuada por el a
quo del art. 1° de la ley 24.390 ha sido incompatible con la
jurisprudencia elaborada por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos y la establecida por esta
-//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.226


5 B. 851. XXXI.
RECURSO DE HECHO
Bramajo, Hernán Javier s/ incidente
de excarcelación -causa n° 44.891-.

-//- Corte en la causa "Firmenich" (Fallos: 310:1476).


Por ello, se rechaza la inconstitucionalidad del art.
1° de la ley 24.390 y se revoca la resolución impugnada.
Hágase saber y vuelva al tribunal de origen para que se
dicte nuevo fallo con arreglo a derecho. Agréguese la queja
al principal. JULIO S. NAZARENO - EDUARDO MOLINE O'CONNOR -
CARLOS S. FAYT (en disidencia) - AUGUSTO CESAR BELLUSCIO
(en disidencia) - ANTONIO BOGGIANO - GUILLERMO A. F. LOPEZ
- GUSTAVO A. BOSSERT (en disidencia) - ADOLFO ROBERTO
VAZQUEZ.
ES COPIA

DISI -//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 227


6 B. 851. XXXI.
RECURSO DE HECHO
Bramajo, Hernán Javier s/ incidente
de excarcelación -causa n° 44.891-.

-//- DENCIA DE LOS SEÑORES MINISTROS DOCTORES DON CARLOS S.


FAYT, DON AUGUSTO CESAR BELLUSCIO Y DON GUSTAVO A. BOSSERT
Considerando:
Que el recurso extraordinario cuya denegación
motiva esta queja no se dirige contra una sentencia
definitiva o equiparable a tal (art. 14 de la ley 48).
Por ello, se rechaza la queja. Notifíquese,
devuélvanse los autos principales y, oportunamente,
archívese. CARLOS S. FAYT - AUGUSTO CESAR BELLUSCIO -
GUSTAVO A. BOSSERT.
ES COPIA

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.228


m4 |contenidos | IC2 | IC

información complementaria 2.4

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ROM.

m4 |contenidos | IC2 | IC

información complementaria 2.5

S. 222. XXXIII.
Sánchez Reisse, Leandro Angel s/ excar-
celación.

Buenos Aires, 7 de mayo de 1998.


Vistos los autos: "Sánchez Reisse, Leandro Angel s/
excarcelación".
Considerando:
Que por los fundamentos y conclusiones del dicta-
men del señor Procurador Fiscal, a cuyos términos cabe
remitirse en razón de brevedad, se declara improcedente el
recurso extraordinario concedido a fs. 140 y se confirma la
decisión impugnada. Hágase saber y devuélvase. JULIO S.
NAZARENO - EDUARDO MOLINE O'CONNOR -CARLOS S. FAYT- AUGUSTO
CESAR BELLUSCIO- ANTONIO BOGGIANO - GUILLERMO A. F. LOPEZ -
GUSTAVO A. BOSSERT (en disidencia)- ADOLFO ROBERTO
VAZQUEZ.
ES COPIA
DISI -//-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 229


2 S. 222. XXXIII.
Sánchez Reisse, Leandro Angel s/ excar-
celación.

-//- DENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DOCTOR DON GUSTAVO A.


BOSSERT
Considerando:
Que en autos se discuten cuestiones
sustancialmente análogas a las tratadas en la causa
E.381.XXXII. "Estévez, José Luis s/ solicitud de
excarcelación -causa n° 33.769-", fallada el 3 de octubre
de 1997, voto del juez Bossert, a cuyas conclusiones cabe
remitirse por razones de brevedad.
Por ello, se declara procedente el recurso
extraordinario concedido y se deja sin efecto la resolución
apelada. Hágase saber, agréguese copia del precedente
citado y vuelva al tribunal de origen a fin de que, por
quien corresponda, se dicte una nueva resolución con
arreglo a la presente.
GUSTAVO A. BOSSERT.
ES COPIA

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.230


m4 |contenidos | IC2 | IC

información complementaria 2.6, 2.7, 2.8

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EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 231


m4 |contenidos | IC2 | IC

información complementaria 2.9

M. 1771. XL.
Marchal, Juan s/ apelación.

Buenos Aires, 10 de abril de 2007


Vistos los autos: "Marchal, Juan s/ apelación".
Considerando:

1°) Que el recurso extraordinario concedido a fs.


59/60, se interpuso contra la sentencia de la Suprema Corte de
Justicia de la Provincia de Buenos Aires que desestimó el
recurso de inaplicabilidad de ley interpuesto contra la reso-
lución del Tribunal de Casación Penal (Sala II) que declaró
inadmisible el recurso de casación deducido contra la senten-

cia del Juzgado en lo Criminal y Correccional de Transición N°


2 de la ciudad de Mar del Plata que había confirmado la
sanción de tres días de clausura impuesta por la Dirección
Provincial de Rentas al establecimiento comercial de Juan H.

Marchal por la infracción prevista en el art. 63, inc. 3°, del


Código Fiscal de esa provincia (T.O. 1996).

2°) Que en el recurso de casación el interesado alegó


la inexistencia de la infracción y, en lo que al caso
interesa, arguyó en favor de la procedencia de esa vía recur-
siva por considerar que el art. 66 del Código Fiscal Cdonde se
establece que es inapelable la decisión del juez que resuelve
la apelación deducida contra la sanción de clausuraC resulta
violatorio de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
en cuanto consagra el derecho a la doble instancia en materia
penal, toda vez que la Corte Suprema le había reconocido
naturaleza criminal a la sanción de clausura por cuestiones
fiscales.

3°) Que el tribunal de casación no hizo lugar al


pedido de revisión de la sanción por considerar que "...el
ámbito de aplicación del recurso de casación se encuentra
legalmente delimitado por la normativa prevista por la ley
11.922, y sólo aparece viable respecto de sentencias defini-

-1-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.232


tivas cuando resulten dictadas por órganos jurisdiccionales en
el marco de esa ley y en razón de la comisión de conductas
ilícitas que configuren delitos (art. 421 del C.P.P.). La ley
10.397/96 y su decreto reglamentario 9.394/86, (Código Fis-
cal), establece un sistema propio para el juzgamiento de las
infracciones fiscales cometidas en la Jurisdicción de la Pro-
vincia de Buenos Aires, en el que la resolución dictada por el
Director de la Dirección Técnica Tributaria de la Dirección
Provincial de Rentas, resulta apelable ante el Juez de Primera
Instancia en lo Criminal y Correccional, rigiendo lo dispuesto
en el artículo 66 y ccdtes. del Código Fiscal citado. El hecho
de que la ley 10.397/96 Cordenamiento aplicable al sub liteC
prevea un control judicial suficiente para los actos

administrativos (art. 63, inc. 3° C.F.), no puede significar


que las faltas cuenten con el mismo marco impugnativo que los
propios delitos, situación ésta que provocaría que las faltas
posean más instancias revisoras que estos últimos".

4°) Que esta decisión fue llevada a conocimiento del


superior tribunal provincial, que desestimó el recurso de
inaplicabilidad de ley por considerar que no se daban en el
caso las hipótesis en las que procedía la impugnación deducida
(inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva o
doctrina legal, según el art. 494 del código procesal penal
provincial), y que si bien se había alegado violación de ga-
rantías contempladas en la Constitución Nacional, en realidad
los agravios se dirigían a cuestionar el tratamiento dado a
cuestiones de orden procesal (fs. 28/33).

5°) Que de esta manera, al resolver con estricto


apego a las limitaciones establecidas por el ordenamiento
adjetivo local, el a quo omitió examinar y resolver la cues-
tión constitucional que había sido planteada oportunamente en

-2-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 233


M. 1771. XL.
Marchal, Juan s/ apelación.

la instancia casatoria y que estaba claramente involucrada en


el caso, como lo era la de determinar si el art. 8.2.h de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos resultaba o no
aplicable al caso de autos.

6°) Que, en tales condiciones, el pronunciamiento


apelado incurrió en un excesivo rigor formal que frustró el
debido control jurisdiccional del efectivo cumplimiento de los
derechos reconocidos por la Convención, por lo que corresponde
su descalificación como acto judicial válido, sin que esto
implique emitir juicio sobre el fondo del asunto.
Por ello y oído el señor Procurador Fiscal, se declara
procedente el recurso extraordinario y se deja sin efecto la
sentencia apelada. Hágase saber y devuélvanse las actuaciones
a la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires
para que se dicte un nuevo pronunciamiento con arreglo a lo
expuesto. RICARDO LUIS LORENZETTI - ELENA I. HIGHTON de
NOLASCO - CARLOS S. FAYT (según su voto)- ENRIQUE SANTIAGO
PETRACCHI - JUAN CARLOS MAQUEDA - E. RAUL ZAFFARONI (según su
voto)- CARMEN M. ARGIBAY (en disidencia).
ES COPIA
VO-//-

-3-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.234


M. 1771. XL.
Marchal, Juan s/ apelación.

-//-TO DE LOS SEÑORES MINISTROS DOCTORES DON CARLOS S. FAYT Y


DON E. RAÚL ZAFFARONI
Considerando:

1°) Que el recurso extraordinario concedido a fs.


59/60, se interpuso contra la sentencia de la Suprema Corte de
Justicia de la Provincia de Buenos Aires que desestimó el
recurso de inaplicabilidad de ley interpuesto contra la reso-
lución del Tribunal de Casación Penal (Sala II) que declaró
inadmisible el recurso de casación deducido contra la senten-

cia del Juzgado en lo Criminal y Correccional de Transición N°


2 de la ciudad de Mar del Plata que había confirmado la
sanción de tres días de clausura impuesta por la Dirección
Provincial de Rentas al establecimiento comercial de Juan H.

Marchal por la infracción prevista en el art. 63, inc. 3°, del


Código Fiscal de esa provincia (T.O. 1996).

2°) Que en el recurso de casación el interesado alegó


la inexistencia de la infracción y, en lo que al caso
interesa, arguyó en favor de la procedencia de esa vía recur-
siva por considerar que el art. 66 del Código Fiscal Cdonde se
establece que es inapelable la decisión del juez que resuelve
la apelación deducida contra la sanción de clausuraC resulta
violatorio de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
en cuanto consagra el derecho a la doble instancia en materia
penal, toda vez que la Corte Suprema le había reconocido
naturaleza criminal a la sanción de clausura por cuestiones
fiscales.

3°) Que el tribunal de casación no hizo lugar al


pedido de revisión de la sanción por considerar que "...el
ámbito de aplicación del recurso de casación se encuentra
legalmente delimitado por la normativa prevista por la ley
11.922, y sólo aparece viable respecto de sentencias defini-

-5-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 235


tivas cuando resulten dictadas por órganos jurisdiccionales en
el marco de esa ley y en razón de la comisión de conductas
ilícitas que configuren delitos (art. 421 del C.P.P.). La ley
10.397/96 y su decreto reglamentario 9.394/86, (Código Fis-
cal), establece un sistema propio para el juzgamiento de las
infracciones fiscales cometidas en la Jurisdicción de la Pro-
vincia de Buenos Aires, en el que la resolución dictada por el
Director de la Dirección Técnica Tributaria de la Dirección
Provincial de Rentas, resulta apelable ante el Juez de Primera
Instancia en lo Criminal y Correccional, rigiendo lo dispuesto
en el artículo 66 y ccdtes. del Código Fiscal citado. El hecho
de que la ley 10.397/96 Cordenamiento aplicable al sub liteC
prevea un control judicial suficiente para los actos

administrativos (art. 63, inc. 3° C.F.), no puede significar


que las faltas cuenten con el mismo marco impugnativo que los
propios delitos, situación ésta que provocaría que las faltas
posean más instancias revisoras que estos últimos".

4°) Que esta decisión fue llevada a conocimiento del


superior tribunal provincial, que desestimó el recurso de
inaplicabilidad de ley por considerar que no se daban en el
caso las hipótesis en las que procedía la impugnación deducida
(inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva o
doctrina legal, según el art. 494 del código procesal penal
provincial), y que si bien se había alegado violación de ga-
rantías contempladas en la Constitución Nacional, en realidad
los agravios se dirigían a cuestionar el tratamiento dado a
cuestiones de orden procesal (fs. 28/33).

5°) Que de esta manera, al resolver con estricto


apego a las limitaciones establecidas ordenamiento adjetivo
local, el a quo omitió examinar y resolver la cuestión cons-
titucional que había sido planteada oportunamente en la ins-

-6-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.236


M. 1771. XL.
Marchal, Juan s/ apelación.

tancia casatoria y que estaba claramente involucrada en el


caso, como lo era la de determinar si el art. 8.2.h de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos resultaba o no
aplicable al caso de autos. Más aún, la pertinencia de esta
cuestión debió haber sido analizada a la luz de la jurispru-
dencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos pues,
siendo que ella debe servir de guía para la interpretación de
esos preceptos convencionales, en la sentencia dictada el 31
de enero de 2001 en el "Caso del Tribunal Constitucional"

(Serie C, n° 71) se sostuvo lo siguiente:


69. Si bien el artículo 8 de la Convención Americana se titula "Ga-
rantías Judiciales", su aplicación no se limita a los recursos ju-
diciales en sentido estricto, "sino el conjunto de requisitos que
deben observarse en las instancias procesales" a efectos de que las
personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto
emanado del Estado que pueda afectar sus derechos.
70. Ya la Corte ha dejado establecido que a pesar de que el citado
artículo no especifica garantías mínimas en materias que conciernen a
la determinación de los derechos y obligaciones de orden civil,
laboral, fiscal o de cualquier otro carácter, el elenco de garantías
mínimas establecido en el numeral 2 del mismo precepto se aplica
también a esos órdenes y, por ende, en ese tipo de materias el
individuo tiene también el derecho, en general, al debido proceso que
se aplica en materia penal.

6°) Que, en tales condiciones, el pronunciamiento


apelado incurrió en un excesivo rigor formal que frustró el
debido control jurisdiccional del efectivo cumplimiento de los
derechos reconocidos por la Convención, por lo que corresponde
su descalificación como acto judicial válido, sin que esto
implique emitir juicio sobre el fondo del asunto.
Por ello y oído el señor Procurador Fiscal, se declara
procedente el recurso extraordinario y se deja sin efecto la
sentencia apelada. Hágase saber y devuélvanse las actuaciones
-//-

-7-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 237


-//-a la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos
Aires para que se dicte un nuevo pronunciamiento con arreglo a
lo expuesto. CARLOS S. FAYT - E. RAUL ZAFFARONI.
ES COPIA
DISI-//-

-8-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.238


M. 1771. XL.
Marchal, Juan s/ apelación.

-//-DENCIA DE LA SEÑORA MINISTRA DOCTORA DOÑA CARMEN M.


ARGIBAY
Considerando:
Que el recurso extraordinario es inadmisible (art.
280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación).
Por ello, se lo declara mal concedido. Hágase saber y
devuélvase. CARMEN M. ARGIBAY.
ES COPIA

Recurso extraordinario interpuesto por Juan H. Marchal, con el patrocinio del Dr.
Marcos Jaureguiberry
Traslado contestado por la Fiscalía de Estado de la Provincia de Buenos Aires,
representada por el Dr. Martín Jorge Lasarte
Tribunal de origen: Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires

-9-

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 239


m4 |contenidos | IC

información complementaria 3

Compendio

A continuación se expone un compendio de los sumarios sobre el valor de las


recomendaciones y/u opiniones que emiten la Comisión y la Corte IDH.

Respecto de la jurisprudencia de la Comisión IDH

A los efectos de determinar si la ley 24.390 armoniza con el art. 7°, inc. 5°, de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, resulta de significativa
importancia la opinión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos al
fijar las pautas a tener en cuenta al reglamentar el “plazo razonable de detención
sin juzgamiento”. (T. 319, P. 1840 – año 1996)

(Magistrados: Nazareno, Moliné O’Connor, Boggiano, López, Vázquez. Voto:


Disidencia: Fayt, Belluscio, Bossert. Abstención: Petracchi. B. 851. XXXI.
Bramajo, Hernán Javier s/ incidente de excarcelación - causa n° 44.891. 12-09-
1996)

La opinión de la Comisión Interamericana de Derechos humanos, a partir de la


jerarquía constitucional otorgada al Pacto de San José de Costa Rica, debe servir
de guía para la interpretación de los preceptos convencionales en la medida que
el estado argentino reconoció la competencia de aquélla para conocer en todos
los casos relativos a la interpretación y aplicación de la Convención Americana
(art. 2° de la ley 23.054). (T. 321, P. 1328 año 1998)

(Mayoría: Nazareno, Moliné O’Connor, Fayt, Belluscio, Boggiano, López, Vázquez.


Votos: Disidencia: Bossert. Abstención: Petracchi. S 222 XXXIII Sánchez Reisse,
Leandro Angel s/ excarcelación. 07-05-1998)

La jurisprudencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos


debe servir de guía para la interpretación de los preceptos de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, así como corresponde adoptar sus pautas
interpretativas para resolver cuestiones traídas a su conocimiento, en la medida
en que el Estado argentino reconoció la competencia de aquella comisión para
conocer en todos los casos relativos a la interpretación y aplicación de la aludida
convención (ley 23.054, art. 2°) (Voto de los Dres. Antonio Boggiano y Adolfo
Roberto Vázquez) (F: 326:4816 – año 2003)

(Mayoría: Petracchi, Zaffaroni. Voto: Belluscio, Boggiano, Vázquez, Maqueda.


Disidencia: Abstención: Fayt, López. B. 450. XXXVI. Brusa, Víctor Hermes s/
pedido de enjuiciamiento. 11/12/2003)

Respecto de la jurisprudencia de la Corte IDH

La interpretación del Pacto de San José de Costa Rica debe guiarse por la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. (T. 315, P.
1492 – año 1992)

(Magistrados: Cavagna Martinez, Barra, Fayt, Nazareno, Boggiano. Disidencia:


Levene, Belluscio, Petracchi, Moliné O’Connor. E. 64. XXIII. Ekmekdjian, Miguel

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Angel c/ Sofovich, Gerardo y otros. 07-07-1992)

La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos debe


servir de guía para la interpretación del Pacto de San José de Costa Rica.
(F: 324:3143 – año 2001)

(Mayoría: Nazareno, Moliné O’Connor, López. Voto: Fayt, Belluscio, Petracchi,


Boggiano, Bossert, Vázquez. Disidencia: Abstención: A. 671. XXXVII. Alianza
“Frente para la Unidad” (elecciones provinciales gobernador y vicegobernador,
diputados y senadores provinciales) s/ oficialización listas de candidatos -Romero
Feris-. 27-09-2001)

La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos debe


servir como guía para la interpretación del Pacto de San José de Costa Rica,
en la medida en que el Estado Argentino reconoció la competencia de dicho
tribunal para conocer en todos los casos relativos a la interpretación y aplicación
de los preceptos convencionales (arts. 41, 62 y 64 de la Convención y 2° de la
ley 23.054). (F: T325:292 –año 2002)

(Mayoría: Nazareno, Moliné O’Connor, Boggiano, López, Vázquez. Voto:


Disidencia: Fayt, Belluscio, Petracchi, Bossert. Abstención: P. 709. XXXVI. Portal
de Belén - Asociación Civil sin Fines de Lucro c/ Ministerio de Salud y Acción
Social de la Nación s/amparo. 05/03/2002)

La jurisprudencia de la Corte Interamericana pronunciada en causas en


las que son parte otros Estados Miembros de la Convención constituye una
insoslayable pauta de interpretación para los poderes constituidos argentinos
en el ámbito de su competencia y, en consecuencia, también para la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, a los efectos de resguardar las obligaciones
asumidas por el Estado argentino en el sistema interamericano de protección a
los derechos humanos (Disidencia parcial de los Dres. Juan Carlos Maqueda y
Luis Roberto Rueda). (Fallo del 28-11-2006)

(Mayoría: Zaffaroni, Argibay Voto: Petracchi, Fayt Disidencia: Highton de Nolasco,


Maqueda, Lorenzetti M. 687. XXXVIII Mesquida, Gregorio Hugo y otro c/Estado
Nacional - Armada Argentina y otro s/accidente en el ámbito militar y fuerzas de
seguridad. 28-11-2006)

La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos debe


servir de guía para la interpretación de los preceptos convencionales (Voto de
los Dres. Carlos S. Fayt y E. Raúl Zaffaroni). (10/04/2007)

(Mayoría: Lorenzetti, Highton de Nolasco, Petracchi, Maqueda Voto: Fayt,


Zaffaroni Disidencia: Argibay M. 1771. XL Marchal, Juan s/apelación. 10-04-
2007)

La Corte Suprema debe subordinar el contenido de sus decisiones a las de


la Corte Interamericana de Derechos Humanos (art. 68.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos). (Fallos 327:5668 – año 2004)

Mayoría: Petracchi, Zaffaroni. Voto: Belluscio,

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Fayt, Boggiano, Maqueda, Highton de Nolasco.
Disidencia: Abstención: Lorenzetti. E. 224. XXXIX. Espósito, Miguel Ángel s/
incidente de prescripción de la acción penal promovido por su defensa -Bulacio,
Walter David-. 23-12-2004

Casos en que la CSJN se refiere a la jurisprudencia internacional de los


DDHH de la CADH

La jurisprudencia internacional, por más novedosa y pertinente que se repute,


no podría constituir un motivo de revisión de las resoluciones judiciales
- equiparable al recurso de revisión -, pues ello afectaría la estabilidad de
las decisiones jurisdiccionales, la que, en la medida en que constituye un
presupuesto ineludible de la seguridad jurídica, es exigencia del orden público y
posee jerarquía constitucional. (T. 321, P. 3555 – año 1998)

(Mayoría: Nazareno, Moliné O’Connor, Fayt, Belluscio, López, Vázquez. Votos:


Boggiano, Bossert. Disidencia: Petracchi. Abstención: A 61 XXXIV Acosta,
Claudia Beatriz y otros s/ hábeas corpus. 22-12-98)

La jurisprudencia de los tribunales internacionales competentes para la


interpretación y aplicación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
debe servir de guía para la interpretación de los preceptos convencionales en
la medida en que el Estado Argentino reconoció la competencia de la Corte
Interamericana para conocer en todos los casos relativos a la interpretación
y aplicación de la Convención Americana (confr. arts. 75 de la Constitución
Nacional, 62 y 64 Convención Americana y artículo 2° ley 23.054). (T. 318, P. 514
año 1995)

(Magistrados: Nazareno, Moliné O’Connor, Fayt, Belluscio, Petracchi, Boggiano.


Voto: Disidencia: Abstención: Levene, López, Bossert. G 342 XXVI Giroldi, Horacio
David y otro s/ recurso de casación - causa n° 32/93. 07-04-1995)

La jurisprudencia de los tribunales internacionales competentes para la


interpretación y aplicación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
debe servir de guía en la interpretación de los preceptos convencionales en
la medida en que el Estado argentino reconoció la competencia de la Corte
Interamericana para conocer en todos los casos relativos a la interpretación y
aplicación de la Convención Americana (Disidencia de los Dres. Horacio E. Prack
y Carlos Antonio Müller). (T. 329, P. 3235 – año 2006)

(Mayoría: Otero, Pacilio, Argañaráz, Fernández Vecino, Enderle. Voto: Leal de


Ibarra, Tazza. Disidencia: Prack, Müller. Abstención: B. 2286. XLI. RHE Boggiano,
Antonio s/ recurso de queja. 16-08-2006)

La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, así como


las directivas de la Comisión Interamericana, constituyen una imprescindible
pauta de interpretación de los deberes y obligaciones derivados de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. (T. 328, P. 2056 – año 2005)

(Mayoría: Petracchi. Voto: Boggiano, Maqueda, Zaffaroni, Highton de


Nolasco,Lorenzetti, Argibay. Disidencia: Fayt. Abstención: S. 1767. XXXVIII.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.242


Simón, Julio Héctor y otros s/ privación ilegítima de la libertad, etc. (Poblete)
-causa N° 17.768-. 14-06-2005)

Caso referido específicamente a las recomendaciones de la Comisión IDH

Si bien por el principio de buena fe que rige la actuación del Estado argentino
en el cumplimiento de sus compromisos internacionales, aquél debe realizar
los mejores esfuerzos para dar respuesta favorable a las recomendaciones
efectuadas por la Comisión Interamericana sobre Derechos Humanos, ello no
equivale a consagrar como deber para los jueces el de dar cumplimiento a su
contenido, al no tratarse de decisiones vinculantes para el Poder Judicial. (T.
323, P. 4130 – año 2000)

Mayoría: Nazareno, Moliné O’Connor, Belluscio, López, Vázquez. Voto: Disidencia:


Fayt, Petracchi, Boggiano, Bossert. Abstención: F. 787. XXXVI. Felicetti, Roberto
y otros (La Tablada). JA. 07-02-01

m4 material

Material Básico:

• BARONE, Lorenzo: “RECURSO EXTRAORDINARIO” (Requisitos, Sentencia


Arbitraria, Gravedad Institucional, Trámite, Trascendencia – Certiorari, Per
Saltum). Ed. Alveroni. Año 2006. Córdoba
• Valdez, Carlos; Barone, Lorenzo y otros: “Elementos de Derecho Procesal
Constitucional” Tomo I Advocatus. Córdoba 2004.
o Capítulo V por Lorenzo Barone “Procedimiento ante los Órganos
de la Convención Americana de Derecho Humanos”, puntos I, II-2,
III-3, IV-2 pág. 305/9; 313; 323/34 y 336/347.
• Arts. 14, 15 y 16 de la Ley 48.
• Arts. 257, 258, 259 y 280 del Código de Procedimientos Civiles y
Comerciales de la Nación.
• Acordada Nro. 4/07 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
• Acordada Nro. 28/04 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Material Complementario:

• Valdez, Carlos; Barone, Lorenzo y otros: “Elementos de Derecho Procesal


Constitucional” Tomo II Advocatus. Córdoba 2004.

o Capítulo VII por Daniel Godoy y Félix López Amaya: “Recurso


Extraordinario” pág. 8/97

• Manili, Pablo (Coordinador) “Derecho Procesal Constitucional” Ed.


Universidad. Bs. As. 2005. Los capítulos de interés para este módulo
son:
o Capítulo XIII por Alberto Spota (h) “Recurso Extraordinario Federal

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 243


y arbitrariedad de Sentencia” pág. 359/382
o Capítulo XIV por María Sofía Sagüés “Recurso Extraordinario
Federal y Gravedad Institucional”, pág. 385/419
o Capítulo XVI por Andrea Loianno “El Procedimiento ante la
Comisión Interamericana de Derecho Humanos” pág. 447/479.
o Capítulo XVII por Andrea Gualde “El Procedimiento ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos” pág. 483/508.

Jurisprudencia
• Fallos:315:1492 (1992) Ekmekdjian c/ Sofovich
• Fallos 318:512 (1995) causa “Giroldi, Horacio” (cons.12)
• Fallos 319:1840 (1996) causa “Bramajo, Hernán” (cons.15)
• Fallos 321:3555 (1998) causa “Acosta, Claudia”
• Fallos 321:1328 (1998) causa “Sánchez Reisse, Leandro Ángel”
• Fallo: 326:4816 (2003) causa “Brusa, Víctor Hermes”
• Fallos 327:5668 (2004) causa “Espósito, Miguel Ángel”
• Fallos: 328:2056 (2005) causa “Simón, Julio Héctor”
• Fallo: del 10/04/2007 causa “Marchal, Juan”

m4 actividades

m4 | actividad 1

Los intereses me matan

En el estudio donde usted trabaja se presenta el Sr. Juan Deuda, disconforme


con la actuación de los anteriores abogados, manifestando que él había perdido
un juicio en primera instancia y que lo había apelado porque los intereses fijados
eran excesivos y que ahora, la Cámara había confirmado dicho fallo. A su vez,
sostiene que la sentencia es ilegal e inconstitucional.

Del análisis de los elementos que acompaña el cliente se observa que en el


juicio caratulado José Acreedor c/ Juan Deuda – “Daños y Perjuicios” se ha
dictado la sentencia Nro. 85, por la Excma. Cámara Civil y Comercial de 5ta.
Nominación de la Provincia de Córdoba, donde han confirmado la sentencia de
primera instancia, en lo que era materia de recurso, respecto de la fijación de
una tasa de interés del tres por ciento mensual sobre el capital mandado a pagar
desde la fecha del hecho hasta la de su efectivo pago.

El cliente, el Sr. Juan Deuda, quien ha estudiado hasta cuarto año de abogacía
y se considera un experto en juicios, les manifiesta que se debe interponer un
recurso extraordinario fundado en el Art. 14 inc. 3 de la Ley 48.

Por ello, entre las cuestiones en análisis, le piden que haga un breve informe,
donde determine lo siguiente:

• Si constituye cuestión federal la determinación de la tasa de interés


aplicada en la sentencia en función del Art. 622 del Código Civil. A 1

• Si constituye sentencia definitiva del superior tribunal de la causa, la


dictada en el caso.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.244


m4 |actividad 1 | AA

asistente académico 1

Para la realización del análisis solicitado, es importante que usted recuerde que
la existencia de cuestión federal es uno de los requisitos de procedencia del
recurso extraordinario, de acuerdo a lo establecido por el Art. 14 de la ley 48.

Asimismo, resulta conveniente que tenga en cuenta la clasificación de cuestión


federal en simple o compleja, directa o indirecta.

Igualmente, recuerde que el Congreso de la Nación dicta tres clases de leyes:


los Códigos de Fondo art. 75 inc. 12, Leyes Locales que rigen para los territorios
federales y Leyes Federales que son todas las restantes.

m4 | actividad 2

No puede ser que siempre haya que pagar los impuestos. ¿Existe al menos
un Tratado Internacional de Comercio que me pueda salvar?

En el estudio jurídico en donde Ud. trabaja como especialista en recursos, están


analizando un fallo adverso a los intereses de un cliente del estudio, que se
dedica a la importación.

En la sentencia del Superior Tribunal de la causa, se confirmó la sentencia


de la instancia judicial previa que había rechazado el pedido de nulidad de la
resolución administrativa de la Autoridad Nacional, por la cual se dispuso no
otorgar la exención impositiva vigente por el Tratado Internacional de relaciones
de comercio internacional bilateral con Venezuela, incorporado a nuestro
ordenamiento jurídico por Ley 24.444.

En los fundamentos de las sentencias se sostiene lo siguiente:

1) Que la cuestión está encuadrada expresamente como hecho imponible en


la Ley Impositiva Nro. 25.555.

2) Que esta Ley es posterior a la Ley de incorporación del Tratado Internacional


invocado.

Por tal motivo le piden a usted que informe sobre los siguientes aspectos:

• Si hay cuestión federal en los términos del Art. 14 de la Ley 48. A 1

• En su caso, si hay resolución contraria al derecho federal invocado.

m4 |actividad 2 | AA

asistente académico 1

En la presente actividad, se le solicita la elaboración de un informe. Le


recomendamos que, para determinar la existencia de cuestión federal, tenga
presente la clasificación de cuestión federal que la divide en simple (directa o
indirecta) y compleja.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 245


m4 | actividad 3

Al fin una consulta jurídica paga

Un abogado le solicita una consulta profesional. Le manifiesta que tiene un juicio


donde la contraparte le ha presentado un REF y que tiene que contestar dicho
recurso.

Para ello, le solicita a usted que elabore por escrito un informe sobre una serie de
dudas y le confirme también cuánto le va a cobrar por la consulta escrita.

Para tal fin, le entrega una minuta con los siguientes antecedentes:

El actor del juicio interpuso un recurso extraordinario contra la Sentencia Nro.


23 de fecha 1-10-01, Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba
alegando que constituye cuestión federal la interpretación del art. 56 de la Ley de
Seguros que establece: “El asegurador debe pronunciarse acerca del derecho
del asegurado dentro de los 30 días de recibida la información complementaria
prevista en los párrafos 2 y 3 del art. 46. La omisión de pronunciarse importa
aceptación.”

El recurso ha sido presentado ante el Tribunal Superior de Justicia con fecha


10-10-01.

El abogado le consulta lo siguiente:

• ¿Hay cuestión federal en los términos del Art. 14 de la Ley 48?

• ¿Se trata de sentencia definitiva dictada por el superior tribunal de la


causa?

• ¿Se cumple con el requisito de resolución contraria al derecho federal?

• ¿Hay sentencia arbitraria?

• ¿Hay gravedad institucional?

• ¿La cuestión reviste la trascendencia que exige el art. 280 del CPCCN?

• ¿Ha sido presentado en término?

• ¿Está bien presentado ante el Tribunal Superior de Justicia de la


Provincia? Esto se indaga porque él considera que se debió presentar ante
la misma CSJN.

• ¿Cuál es el monto del valor de la consulta?

m4 | actividad 4

¿Podré hacer una resolución judicial?

Ud. trabaja como relator del Superior Tribunal de su provincia, donde deben
resolver la admisibilidad formal del REF presentado por la demandada

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.246


SOLDADORES S.A.

De los antecedentes de la causa, se indica que: La Cámara 4ta. Civil y Comercial


de la Ciudad de Córdoba confirmó la sentencia de Juzgado de Primera instancia
en cuanto hizo lugar a la demanda de daños y perjuicios y condenó a pagar a
SOLDADORES S.A. la suma de $250.000 en concepto de lucro cesante y la suma
de $ 77.000 por daño moral a favor del actor, el Sr. Juan Chispa.

El Superior Tribunal de la Provincia de Córdoba al resolver el recurso extraordinario


local, recurso de casación de la parte actora, elevó la reparación en concepto
de daño moral y la fijó en el 150% adicional a la otorgada por el Juez de primera
instancia en concepto de lucro cesante.

La demandada y obligada al pago, SOLDADORES S.A. presenta REF, fundado en


que ha sido elevado el monto de condena por daño moral en forma exorbitante
y desproporcionada y, que la vinculación efectuada al rubro Lucro Cesante, sólo
satisface en apariencia la exigencia de una adecuada fundamentación, puesto
que en el fallo de Cámara se han utilizado pautas genéricas que no permiten
verificar cuál ha sido el método seguido para fijar aquel importe.

La sentencia se dictó el día lunes 3 de septiembre de 2007 y el recurso


extraordinario fue presentado a las 12 hs. del día viernes 14 de septiembre del
mismo año, ante el Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba.

En su calidad de relator del S.T.J. de su provincia, Ud. deberá entregar al Vocal


un “borrador”:

Incorpore allí los considerandos de la resolución judicial por la cual se resuelve


conceder o no el REF.

A 1

A 2
m4 |actividad 4 | AA

asistente académico 1

Para realizar lo solicitado, Ud. deberá, primero que nada, determinar si resulta
admisible o no formalmente el REF planteado, a cuyo fin debe verificar si se
cumple con los requisitos de admisibilidad del REF.

Le sugerimos realizar la lectura del tema Trámite del REF y prestar atención a
donde se indican, de manera precisa, los alcances del contenido de la resolución
judicial sobre la admisibilidad formal del REF ante la instancia del superior
tribunal de la causa.

m4 |actividad 4 | AA

asistente académico 2

Incorporamos en la presente actividad, una resolución judicial referida a la


admisión de un REF, para que Ud. pueda observar cómo se desarrolla en la
práctica judicial.

Una cuestión importante: no vaya a considerar que la resolución del caso práctico
tiene necesariamente la misma resolución que la del Auto que se agrega.

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 247


AUTO NÚMERO: TREINTA Y CUATRO
Córdoba, dos de junio de dos mil cinco.-------------------------------------------------
VISTOS: --------------------------------------------------------------------------------------
Estos autos caratulados: “LAPENTA, LUIS I. C/ PROVINCIA DE
CÓRDOBA - CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - RECURSO DE APELACIÓN”
(Expte. Letra “L”, N° 11, iniciado el treinta y uno de octubre de dos mil uno),
en los que: -----------------------------------------------------
1) El actor (fs. 222/235vta.) deduce recurso extraordinario del artículo
14 de la Ley 48 para ante la Excma. Corte Suprema de Justicia de la Nación, en
contra de la Sentencia Número Sesenta y cinco, dictada por este Tribunal el tres
de septiembre de dos mil tres (fs. 208/221vta.).-
Con sustento en la pretoriana causal de arbitrariedad el recurrente
desarrolla los siguientes agravios.--
Expresa como primer agravio que impugnó los Decretos Número
8145/85 del Poder Ejecutivo Provincial, en cuanto ordenó su pase a situación de
retiro y 2431/86 de la misma autoridad que rechazó el recurso de reconsideración
incoado en contra de aquél, agotando así la vía administrativa necesaria para
habilitar la instancia.---
Indica que invocó la improcedencia de la aplicación del artículo 1° inciso
“d” del Decreto Número 6051/85, reglamentario del artículo 115 inciso “a” de la
Ley 6702, para disponer su retiro obligatorio porque según el artículo 112 ib. las
causales de retiro las enumera el artículo 115 ib. y en el caso se crearon nuevas
por vía reglamentaria.--
Aduce que en el Decreto Número 6051/85 se advierte el ejercicio de
facultades legislativas impropias del Poder Ejecutivo, ante el claro mandato del
artículo 112 de la Ley 6702 que menciona al retiro obligatorio “por imposición de
la ley” en sentido material.
Argumenta que el acto administrativo atacado fue dictado con
desatención de los elementos esenciales que vician su validez, tales como: falta
de causa, ausencia de fundamentación suficiente y afectación de los principios
que informan el procedimiento en el que se concretó la voluntad de la autoridad
estatal, entre otros.--
Plantea que lo afirmado se corrobora en la Sentencia del Tribunal a-quo
cuando dice que la ausencia del expediente en el que se habría producido el
dictamen fundado de la Junta impide considerarlo cumplido conforme a derecho
(fs. 173vta.).----------------------------------------------------------------------------------
Aprecia que dicha interpretación surge del escrito de ofrecimiento de
prueba (fs. 110), en el cual se hizo referencia a expedientes distintos al exigido
y se manifestó que se acompañaba copia auténtica en dos fojas del acta de la
Junta de Retiros. Aclara que no se trataba del texto original de la misma ni se
pidió su autenticación por el Tribunal de la causa. Manifiesta que el proveído de
fs. 110vta. estableció que se debía agregar copia del acta acompañada y ordenó
que se notificara, sin que se haya verificado en autos la cédula de cumplimiento
ni agregado la copia. Se pregunta si no corresponde anotar tales circunstancias
como reconvención procesal implícita por su gravedad y significación en los
términos del artículo 83 del Código Procesal Civil y Comercial. Transcribe parte
de la sentencia de la Cámara a-quo.-------------------------------------------------------
Expone que el argumento utilizado por el Tribunal de Alzada para
rechazar su planteo, sosteniendo la sentencia del A-quo, no se corresponde con
la situación debatida en la causa y se visualiza como un fundamento aparente
desde que pretende justificar la constitucionalidad del Decreto Número 6051/85,
que reglamenta la Ley 6702, admitiendo como legítimo el Decreto Número
8145/85 que dispuso su pase a retiro.---------------------------------------------------------
-------
Considera que el axioma de derecho que se enuncia a fs. 217 in fine
es insuficiente, por cuanto la norma superior no puede prevalecer respecto de

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag.248


la inferior generada como consecuencia de aquélla. Agrega que no se justifica
constitucionalmente la norma particular de retiro, en la general reglamentaria de
la Ley 6702.-----------------------------------------------------------------------------------
Sostiene que resulta procedente el recurso extraordinario federal, por
cuanto se cuestionó la validez del decreto reglamentario dictado por la Provincia,
bajo la pretensión de ser repugnante a la Constitución Nacional y la decisión del
Tribunal fue a favor de su validez (art. 14 inc. 2° Ley 48).---------------------------
Como segundo agravio alega que el Sentenciante incurrió en una
interpretación adjetiva de una laxitud inaceptable al admitir el argumento de la
Administración.------------------------------------------------------------------------------
Señala que en oportunidad de contestar el recurso de apelación
interpuesto por la Provincia (fs. 183/187), se rebatieron las críticas con las que
se intentó desmerecer la sentencia del Tribunal de Mérito so pretexto de que no
habría existido valoración suficiente de las constancias y pruebas rendidas en
autos para condenar a su parte. Transcribe partes del fallo impugnado.-------------
-------------
Estima incomprensible que el Juzgador haya restado todo valor
probatorio al Expediente Administrativo Número 0002-05075/85, a través del cual
se desarrolló el procedimiento previo a la decisión (fs. 211vta. segundo párrafo)
y entiende que es inexplicable la justificación que de ello se hizo para hacer
prevalecer la interpretación de las normas rituales mencionadas en la sentencia
(arts. 18 inc. “b”, 31 y 38 de la Ley 7182).----------------------------------------------
Apunta que la desatención de los elementos de juicio estimados dirimentes
por su parte y el Tribunal de la causa, implica un supuesto de arbitrariedad que
descalifica el resolutorio de la instancia.--------------------------------------------------
Pone de manifiesto que la cita doctrinaria efectuada a fs. 213, antepenúltimo
párrafo, insinuada como justificante frente a una supuesta situación dudosa y
opinable, no sirve para validar la duda razonable como respaldo probatorio que
aliente el rechazo de la demanda. Transcribe argumentos de la sentencia de la
Cámara a-quo.-------------------------------------------------------
Indica que no puede admitirse la justificación ensayada en nota remitida
al Tribunal de Mérito por el Señor Fiscal de Estado cuando en respuesta al oficio
librado en autos expresó que efectuada la búsqueda pertinente del Expediente
Número 0002-05075/85, no pudo ser ubicado por cuanto no obraban las fichas
de registros de expedientes anteriores al año mil novecientos noventa (fs. 162).-
-----
Esgrime que ello es, como sostuvo la Cámara a-quo, una actitud que
mereció calificarse de negligente (fs. 172vta.), lo que invalida la dispensa del
Tribunal al sostener que el sólo extravío del expediente no es razón suficiente
que justifique sin más el acogimiento de la demanda (fs. 212vta.).-------------------
Tilda de llamativa la falta de reserva y cuidado de la Administración desde
que el presente pleito fue iniciado cuatro años antes de mil novecientos noventa,
esto es, el veintisiete de junio de mil novecientos ochenta y seis. Adita que no
obstante ello el Sentenciante calificó el hecho como extravío.------------------------
Afirma que debe cotejarse el oficio librado por el Tribunal a-quo el
primero de septiembre de mil novecientos ochenta y seis (fs. 28), la recepción de
la respuesta producida por la Administración de fecha veintidós de septiembre
(fs. 41), el proveído del seis de noviembre (fs. 43) -ambos de aquel año- y el
oficio librado contemporáneamente a fs. 44 y se tendrá a la impugnación como
procedente. Transcribe parte del resolutorio impugnado.------------------------------
Opina que las afirmaciones del fallo resultan de contenido sólo aparente,
incurriendo asimismo en contradicción con lo expresado, puesto que lo
reprochado a su parte sólo puede comprobarse en el expediente administrativo
citado que la demandada resistió de acercar a la causa, siendo de su exclusiva
responsabilidad la suerte de ésta (fs. 172/172vta.).--------------------------------------
Puntualiza que la prueba dirimente en autos está dada por los Decretos

EDUBP | ABOGACÍA | seminario de integración y práctica profesional VII - pag. 249


del Poder Ejecutivo Números 8145/85 y 2431/86, valorados correctamente por el
Tribunal de Mérito, al punto de concluir que debían anularse los actos impugnados
por falta de causa (fs. 174, segundo párrafo) y con fundamento en la doctrina
de la carga dinámica de la prueba que consiste en el desplazamiento del onus
probandi según fueren las circunstancias del caso (fs. 173).--------------------
Añade que al admitir el recurso de la Administración, el Sentenciante
frustró la sana expectativa de conseguir un adecuado servicio de justicia. Cita
doctrina y jurisprudencia.-------------------------------------------------------------------
Postula que el decisorio fue dictado en violación de disposiciones
contenidas en la legislación aplicable, desatendiendo normas de carácter ritual
específico y quebrantando el precepto contenido en el artículo 326 del Código
Procesal Civil y Comercial, en cuanto establece que la sentencia definitiva debe
ser fundada bajo pena de nulidad.---------------------------------------------------------
Recalca que constituye la manera de proscribir el arbitrio judicial dentro
de un proceso e implica el reconocimiento del inalienable derecho de las partes
de saber cuál ha sido el razonamiento determinante del rechazo de las quejas
planteadas. Explica que la sentencia de alzada está defectuosamente motivada
ya que su estructura no responde a las leyes de la lógica, en particular al
principio de razón suficiente, pues no se dan razones mínimamente adecuadas
para justificar el pronunciamiento atacado.----------------------------------------------------
------------
Denuncia que el resolutorio impugnado es arbitrario por falta de revisión
judicial suficiente, debido a la interpretación que de normas rituales efectúa -
Considerando 12, arts. 18 inc. “b”, 31, 38 y concordantes Ley 7182-, con afectación
a los derechos constitucionales de defensa y debido proceso legal.-----
Remarca que se encuentra vulnerada la garantía de la legalidad (art. 19
C.N.) porque el Tribunal desatendió normas rituales apartándose de la ley sin
razón plausible y de la garantía de defensa en juicio, al privarle del derecho que
le asiste, violentando normas del proceso regular mediante un fallo que no reúne
los requisitos de tal.--------------------------------------------------------------------------
Como tercer agravio esgrime que el decisorio impugnado tiene sólo una
fundamentación aparente, incurriendo en afirmaciones dogmáticas. Transcribe
partes del fallo atacado.---------------------------------------------------------------------
Asevera que el Tribunal recurrió al argumento de la facultad discrecional
ejercida por la Administración al disponer su pase a retiro obligatorio por razones
de servicio, en atención a una norma cuya constitucionalidad fue discutida (art.
1°, inc. “d” Decreto Nro. 6051/85 conforme lo dispuesto por los arts. 28, 14 bis y
cc. C.N.).-------------------------------------------------------------------------------------
Acusa que el Sentenciante hizo valer la acreditación de los quince años
de servicios policiales como causa legal impuesta por el artículo 112 de la Ley
6702, cuando ello sólo hace referencia a una de las condiciones mínimas para la
procedencia del retiro obligatorio, puesto que las razones de servicio apuntan a la
selección del mejor posicionado en atención a sus antecedentes, del más idóneo
en competencia funcional, solvencia moral, etc., debidamente acreditada. Alega
que en ese punto es donde se evidencia el ejercicio de la potestad actuada como
eminentemente reglada al establecerse las formas y condiciones del pase a retiro
(fs. 214, considerando 14 in fine y lista de fallos enunciados en el Considerando
15 de la sentencia impugnada).------------------------------------------------------------
Expresa que el decisorio recurrido viola el artículo 18 de la Constitución
Nacional que reconoce la garantía de defensa en juicio que implica el derecho
a una sentencia fundada razonablemente, el derecho consagrado en el artículo
14 bis y el derecho a la propiedad contenido en el artículo 17 de la Carta Magna.
Adita que se ha conculcado igualmente la garantía constitucional del artículo
33, por cuanto no fundar en derecho la sentencia o hacerlo sólo en apariencia
significa dejar sin efecto el debido proceso legal. Cita jurisprudencia.---------------
Repara que el Tribunal no se sintió limitado por el contenido del agravio

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expresado por la Administración (fs. 183/187) contra el fallo de la Cámara a-
quo que admitió la demanda (fs. 167/176vta.). Opina que la ausencia de
fundamentación es suplida indebidamente en el afán de admitir el recurso que
desatendió los requisitos de autosuficiencia, crítica razonada, acreditación
de las afirmaciones concretadas, etc.. Interpreta que el Juzgador excedió su
competencia jurisdiccional al fundamentar la pieza recursiva dando completividad
y corrección a la presentación efectuada por la Administración a fs. 183 y
siguientes.--------------------------------------------------------------------------
Destaca que la demandada en su planteo impugnativo tampoco
controvirtió el fallo de primera instancia con el argumento de que la anulación de
los actos cuestionados por falta de causa resultaba improcedente o incorrecta,
sino que el agravio versaba sobre la supuesta existencia del acta policial y
proveído del Tribunal a fs. 110 y 110vta.. Entiende que el recurso debió declararse
inadmisible por no reunir las formalidades correspondientes (art. 355 C.P.C. y
C.).----------------------------------------------------------------------------------
Aduce que agotó la instancia local sin que su reclamo haya sido atendido
por el Tribunal Superior de Justicia. Califica de manifiesta la inconstitucionalidad
del fallo atacado a la luz de las garantías federales de defensa en juicio y
adecuada prestación del servicio de justicia.----------------------
4) A fs. 236 se corre traslado del recurso interpuesto a la contraria, quien
lo evacua a fs. 237/243, solicitando por las razones que allí expresa, se rechace
el mismo, con costas.---------------------------------------------------------------------------
5) A fs. 244 se dicta el decreto de autos, el que firme (fs. 245), deja la
causa en estado de ser resuelta.------------------------------------------------------------
Y CONSIDERANDO: ---------------------------------------------------------------------
I) Que el recurso extraordinario federal ha sido interpuesto oportunamente,
por quien tiene capacidad para recurrir, en contra de una sentencia definitiva
dictada por el Órgano Judicial erigido como supremo por la Constitución de la
Provincia y que, en cuanto tal, no admite revisión alguna en el orden local (arts.
256, 257 y cc. del C.P.C.C.N.). Por ello, corresponde analizar si el mismo reúne
los demás recaudos formales necesarios para su concesión.--------
II) Que la doctrina jurisprudencial elaborada por la Corte Suprema
de Justicia de la Nación en materia de sentencias arbitrarias, ha establecido
reiteradamente que ella no tiene por objeto la corrección en tercera instancia
de decisiones que a criterio de los impugnantes se estimen equivocadas
(Fallos 245:327) sino que, por el contrario, está dirigida a la revisión de los
pronunciamientos en los que se advierta la inexistencia de las calidades mínimas
para que el acto impugnado constituya una sentencia judicial (Fallos 237:74 y
239:126).--------------------------------------------------------------------------------------
Su finalidad es resguardar las garantías de defensa en juicio y debido
proceso, exigiendo que los pronunciamientos de los Jueces sean fundados
y constituyan una derivación razonada del derecho vigente con aplicación a
las circunstancias comprobadas de la causa (Fallos 261:209, 274; 284:110 y
297:100).--------------------------------------------------------------------------------------
III) Que el cumplimiento de los requisitos propios de la impugnación
federal, condicionante para el ejercicio de la competencia extraordinaria del
Máximo Tribunal de la Nación debe ser observado en todos los casos.-------------
-
Ello, por cuanto el recurso de que se trata, por su fin y naturaleza,
traducidos en su nombre, es un remedio excepcional, cuya aplicación debe
hacerse tratando de no desnaturalizar su función, so riesgo de convertirlo en una
nueva instancia ordinaria de todos los pleitos que se tramitan ante los Tribunales
del país (Fallos 245:327; 247:713, etc.).--------------------------------------------------
IV) Que en ese orden, es menester destacar que resulta inadmisible
el recurso extraordinario si los argumentos desarrollados en el decisorio
que se impugna, no son rebatidos en términos que satisfagan el requisito de

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“fundamentación autónoma” a que se refiere el artículo 15 de la Ley 48.--------
No configura una correcta fundamentación del remedio intentado el aserto
de determinada solución jurídica en tanto no esté razonada, constituya agravio
concretamente referido a las circunstancias del juicio y contemple los términos
del fallo en recurso del cual deben rebatirse, mediante una prolija crítica, todos
y cada uno de los argumentos en que se apoya y dan lugar a agravios (Fallos
308:761, 2263 y 2421; 310:722; 311:499 y 2619, etc.).--------------------------------
V) Esto, sin embargo, no ocurre en el sub lite, pues se evidencia una ausencia
de debida fundamentación, toda vez que en primer término, no ha logrado el
recurrente formular concreta y razonadamente la propia cuestión federal que
a su juicio se configura en el caso, en tanto procede a denunciar una serie de
vicios que tiñen a la sentencia de arbitrariedad, sin que dicha crítica se halle
vinculada a los concretos términos del fallo.--------------------------------------
En efecto, el Tribunal realizó un pormenorizado análisis de la normativa
aplicable a la causa (cfr. fs. 214/214vta.) y de los aspectos fácticos de la misma
(cfr. fs. 219/219vta.) llegando a la conclusión que el procedimiento administrativo
a través del cual se dispuso el pase a retiro obligatorio por razones de servicio del
Suboficial Principal Luis I. Lapenta se desarrolló correctamente, no verificándose
la existencia de una supuesta violación a las garantías constitucionales alegadas
por el actor (cfr. fs. 219vta./220).---------------------------
Asimismo y en relación a la supuesta interpretación inconstitucional del
artículo 1° inciso “d” del Decreto Número 6051/85, el Sentenciante entendió que
lo dispuesto por dicho precepto legal no vulneraba el derecho a la estabilidad en
el servicio efectivo y a la carrera policial del actor, por cuanto: “...como lo tiene
dicho el máximo Tribunal de la Nación, los derechos tutelados por la Constitución
no son absolutos y se gozan conforme a las normas que los reglamentan. En el
caso, la especial estructura de la institución de la que hablo y en relación a la
consecución de sus fines, impone establecer reglas respecto a idoneidad, ingreso,
funciones, derechos, deberes, retiros, etc., prevaleciendo el interés general de
asegurar el orden y seguridad públicas (art. 1ro. Ley 6701) sobre el particular de
resguardo de la estabilidad. El derecho a la estabilidad se encuentra asegurado
por cuanto dicho personal policial si bien deja de pertenecer al servicio activo
conserva estado policial, significando ello que ante una situación de emergencia
puede ser llamado nuevamente a servicio.” (cfr. fs. 218vta.).-----------------------------
----------------------------------------------------------
Tales argumentos, que encuentran sustento no sólo en claros preceptos
legales, sino también en doctrina y jurisprudencia citada por el Tribunal (cfr. fs.
214vta.), no han sido eficazmente rebatidos por el quejoso quien se limita a
alegar deficiencias en la fundamentación del resolutorio atacado e insistir en la
ilegitimidad de los actos administrativos enjuiciados, lo que trasluce un subjetivo
disenso que en modo alguno acredita la arbitrariedad que reputa y, menos aún,
demuestra que el fallo carezca de las calidades mínimas para constituir una
sentencia judicial, situación que vacía de sustento a la pretensión recursiva.----
---
VI) Por otro lado, en atención a la naturaleza de los agravios, de la
cuestión debatida y del marco jurídico aplicable (arts. 112 y 115 de la Ley 6702,
Decreto Reglamentario Nro. 6051/85 y arts. 95 y 98 de la Ley 5846, reformada
por la Ley 6118), cabe concluir que la impugnación es improcedente pues
las cuestiones juzgadas por el Tribunal en la resolución impugnada atañen
exclusivamente al orden institucional local, de modo que se agotan en el ámbito
de la jurisdicción provincial sin control de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, cuya competencia apelada ha sido creada en resguardo exclusivo de las
instituciones nacionales, las que en el caso no se encuentran comprometidas.
La inteligencia que se atribuye a las leyes y normas locales y el alcance que les
otorgan los Jueces de la causa son materia irrevisable, como principio, por la vía
del recurso extraordinario (Fallos 296:642).--------------------------------------------

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VII) A más de lo expuesto y en relación a la arbitrariedad fáctica invocada
por el recurrente por la supuesta omisión de tratar “elementos de juicio dirimentes”
para la resolución de la causa, es dable señalar que el Tribunal ha realizado su
propia valoración de la prueba en cuestión, manifestando que a pesar de no
contar con el expediente administrativo propuesto por el actor como instrumental,
contaba con otros elementos de los que surgían los actos producidos en Sede
Administrativa. En tal sentido, enumeró prolijamente los elementos de prueba que
le permitían tener por acreditado el cumplimiento de los pasos administrativos
previos a la determinación de pase a retiro obligatorio por razones de servicio
del actor -en particular la intervención de la Junta de Promociones y Retiros- (cfr.
fs. 219/220), sin que el recurrente, en cambio, aporte argumento alguno para
revertir dicho razonamiento a partir de la crítica circunstanciada de los elementos
de convicción ponderados por el Juzgador.------
A la luz de estas consideraciones, la argumentación del impugnante
configura una mera discrepancia con el criterio asumido por el Sentenciante, lo
que sin duda, obsta a la procedencia del remedio que se intenta. En tal sentido
cabe destacar que “...Es improcedente la tacha de arbitrariedad si ella se funda
en la simple discrepancia del apelante con la apreciación de los hechos y de
la interpretación de la prueba efectuada por los jueces de la causa...” (Fallos
235:462; 249:354 y 683; 250:132; 251:245 y 453; 253:66 y 354, etc. y Carrió,
Genaro y otro en “El Recurso Extraordinario por Sentencia Arbitraria”, 3° Ed.,
Edit. Abeledo Perrot, Bs. As. 1983, pág. 198).------------------------------------------
En efecto, en el caso, el recurso planteado se traduce en un ensayo del
recurrente por revalorizar la prueba arrimada a autos, de manera contraria a lo
sostenido por el Tribunal, atribuyendo arbitrariedad por el solo hecho de que
su pronunciamiento no satisface sus pretensiones y soslayando así que tanto
la selección y valoración de las pruebas como la carga de su producción no
constituyen regularmente materia federal, sin que los Jueces estén obligados
a considerar todas las constancias de la causa sino sólo aquéllas que estimen
conducentes para fundar sus conclusiones (Fallos 306:395).
VIII) Que igualmente es dable señalar que al no haberse cuestionado en
el pleito la validez de una ley, decreto o autoridad de Provincia bajo la pretensión
de ser repugnante a la Constitución Nacional, a los tratados o leyes del Congreso
y decidido a favor de la validez de la ley o autoridad de Provincia, no resultan de
recibo los agravios fundados en el artículo 14 inciso 2 de la Ley 48.----------------
En tal sentido y contrariamente a lo postulado por el impugnante, no se ha
producido en autos “un conflicto entre normas dictadas por diferentes autoridades
nacionales o entre normas o actos nacionales o locales, discutiéndose cuál es
el acto o norma que, conforme a las prescripciones constitucionales, reviste
carácter preeminente” (cfr. Palacio, Lino Enrique, “El Recurso Extraordinario
Federal - Teoría y técnica”, Abeledo Perrot, Bs. As. 1992, pág. 145), ya que como
señaló el Tribunal “...las facultades que ha tenido el Poder Ejecutivo Provincial
para dictar el Decreto 1061/85 son indudables conforme lo dispuesto por el art.
144 inciso 2 de la Constitución Provincial, ya que el Legislador le confirió tal
atribución en el propio texto de la ley que vino a reglamentar (art. 115 inc. “a” de
la Ley 6702)” -cfr. fs. 218/218vta.-).--------------
IX) Que a las deficiencias apuntadas ha de sumarse la falta de acreditación
del requisito de la relación directa, que, como es sabido, debe asimismo
necesariamente existir a efectos de la procedencia del remedio impetrado. La
sola mención de los derechos constitucionales pretendidamente desconocidos
(cfr. fs. 222, 228vta. y 233vta./234) no autoriza a concluir que la misma se haya
demostrado.-----------------------------------------------------------------------------------
Antes bien, para poder considerar que en el caso existió relación directa,
era menester indicar porqué la decisión del Tribunal violó ésta o aquella garantía
y sobre todo, demostrar el nexo entre los fundamentos del fallo y la efectiva
lesión, esto es, proporcionar una clara exposición del adecuado ensamble

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entre la cuestión federal planteada, los términos de la resolución recurrida y
las cláusulas de la Constitución afectadas, lo que claramente no ha ocurrido en
autos.-----------
X) Que finalmente, en relación a las costas, corresponde sean impuestas
por su orden, atento las particularidades de la causa que pudieron hacer creer al
actor con mejor derecho para litigar (art. 68 C.P.C.C.N.).-----------------------------
XI) Que los fundamentos expuestos justifican una decisión adversa a la
apertura de la instancia federal.------------------------------------------------------------
Por ello, -------------------------------------------------------------------------------
SE RESUELVE: ----------------------------------------------------------------------------
I. No conceder el recurso extraordinario para ante la Excma. Corte
Suprema de Justicia de la Nación, interpuesto por la parte actora (fs.
222/235vta.) en contra de la Sentencia Número Sesenta y cinco, dictada por este
Tribunal el tres de septiembre de dos mil tres (fs. 208/221vta.).-----------------
II. Imponer las costas por su orden (art. 68 C.P.C.C.N.).----------------------
III. Disponer que los honorarios profesionales de los........ por la
labor desarrollada en esta instancia, sean regulados por la Cámara a-quo, si
correspondiere (arts. 1 y 25 Ley 8226), previo emplazamiento en los términos del
artículo 25 bis ib., en conjunto y proporción de ley, en el treinta y un por ciento
(31%) del mínimo de la escala del artículo 34 de la Ley Arancelaria (arts. 37, 38 y
91 ib.), teniendo presente las reglas establecidas en el artículo 29 ib.-------------
Protocolícese, hágase saber, dése copia y bajen.-

m4 | actividad 5

Al fin litigo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

El Sr. Juan Comercio, el cliente más importante del Estudio Jurídico donde Ud.
trabaja, pide una reunión con el dueño del estudio y lo pone al tanto de lo que le
ha sucedido a un amigo suyo, el Sr. Juan Esperanza Deprimido.
El estudio se dedica a cuestiones de Derecho Comercial.
Como resultado de la reunión, el dueño del Estudio lo llama y le cuenta lo
conversado con el cliente y el requerimiento de atención jurídica del caso.

Le cuentan a usted, que el Sr. Juan Esperanza Deprimido es inocente y ha sido


mal juzgado. Que se encuentra muy deprimido y no quiere hacer nada. Pero le
comentan también que el Sr. Juan Comercio quiere que el estudio haga todo lo
necesario para anular la sentencia, que pagará lo que sea necesario y que si hay
que recurrir ante los Tribunales Internacionales, así se hará.
También le informa que al caso judicial lo llevaba un abogado contratado por el
Sr. Juan Esperanza Deprimido, el cual dictaminó que ya no se puede hacer más
nada y le entregó una minuta con los antecedentes del juicio.
En la minuta se consigna lo siguiente:

Que el Tribunal Oral en lo Criminal N° 6 de la Capital Federal condenó a Juan


Afligido a la pena de un mes de prisión en suspenso, como autor penalmente
responsable del delito de robo simple en grado de tentativa.
Contra dicha sentencia, se interpuso recurso de casación.
Al fundar el recurso sostuvo que, en cuanto al fondo del litigio, la sentencia del
tribunal oral violaba la garantía de la defensa en juicio. Consideró, además, a
fin de fundar la admisibilidad del mencionado recurso, que era inconstitucional

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el límite impuesto por el artículo 459, inc. 2°, del Código Procesal Penal de la
Nación,-que establece que para recurrir se requiere la fijación de una pena mínima
de un año de prisión efectiva, por ende no son apelables las penas en suspenso-
por contrariar lo dispuesto en el artículo 8°, inc. 2°, ap. h) de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, que otorga a toda persona inculpada de
delito el derecho “...de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior”.
Éste fue denegado en virtud de que conforme los límites objetivos fijados en
las normas procesales concordantes con el art. 459 inc. 2 del Código Procesal
Penal; no hay posibilidad de recursos de casación ni inconstitucionalidad y la
causa ha fenecido en instancia única. Por lo que su sentencia es final y contra
ella cabe sólo el recurso extraordinario de apelación.
Contra esta sentencia de Cámara se interpone REF con iguales fundamentos.
La CSJN en sentencia del 4 de diciembre de 2006, resuelve rechazar el REF y
confirmar las sentencias apeladas por entender que no se ha vulnerado ni la C.N.
ni la CADH.

Al finalizar su relato, el dueño del estudio le entrega un Memorando con fecha 9


de marzo de 2007 con una serie de dudas que tiene sobre el tema y le pide que
haga un informe que procure responder a los siguientes interrogantes:

• Las actuaciones ¿deberían iniciarse ante la Corte IDH o ante la Comisión


IDH?
• Estos Órganos Internacionales ¿tienen competencia en razón de materia
y el lugar para entender?
• ¿Se han vencido los plazos procesales para hacer alguna
presentación?
• El Sr. Juan Comercio ¿puede interponer la acción? ¿Ello podría ocurrir
porque el Sr. Esperanza Deprimido se niega a firmar cualquier presentación
judicial o extrajudicial, nacional o internacional?
• ¿A dónde se presenta? Es decir, ¿en qué lugar físico?
• ¿Quién es la contraparte? Es decir, el legitimado pasivo.
• Seguro que existen requisitos de admisibilidad ¿están cumplidos en
nuestro caso?
• ¿Qué efecto jurídico tiene una resolución de la Comisión IDH a favor de
nuestro cliente?

A 1

m4 |actividad 5 | AA

asistente académico 1

A los fines de hacer el Informe, tenga en cuenta lo establecido por la CADH y el


Reglamento de la Comisión de IDH. Ante cualquier duda, recurra a la bibliografía
recomendada como básica.

m4 glosario

Rubro: Se entiende por tal uno de los ítems pretendidos en la demanda. Por
ejemplo, cuando se interpone una demanda por un accidente de tránsito, se
reclaman en ella los siguientes rubros: daño material, lucro cesante, daño
moral.

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e v a l u ación

La versión impresa no incluye las auto-evaluaciones parciales. Las mismas se


encuentran disponibles desde su CD-ROM de materias.

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