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Escrito sobre la vocación docente

Jorge Luis Puerta Marín


Sebastian Alzate Zapata

Universidad de Antioquia
Facultad de educación
Curso de Historia, imágenes y concepciones del maestro

Medellín, Antioquia
2019
Cuando se suscita en una conversación de estudiantes de secundaria temprana (sexto,

séptimo) la imagen de un maestro normalmente se piensa al mismo simplemente como un

ente de saber el cual no tiene aspiraciones, deseos o momentos de ocio, se concibe como la

imagen que el docente muestra en el aula, pero, fuera del aula el docente es un sujeto de

deseo, un sujeto publico y político, no solo un ente de saber el cual me pone de tarea algo

que ni usare en la vida y en este texto se demostrara porque el maestro no es solo un sujeto

de saber de una manera peculiar ya que el texto se intercala entre una parte narrativa, la cual

cuenta como es la cotidianidad de un docente y una parte argumentativa la cual a partir de la

narración y de los textos leídos con anterioridad resaltara estos puntos y demostrara más allá

de lo inferencial el porque el maestro tiene mas facetas que solo la académica.

El maestro, un sujeto de deseo:


Despierto en una mañana lluviosa, muy lluviosa, recordando vagamente como terminé allí,

con un titulo pegado a la pared que declara:” La universidad de Antioquia certifica que Fabio

de Jesús Caro Palacios cursó y aprobó el programa de licenciatura en lengua castellana”. Me

levanto de mi cama, me dirijo a la cocina y comienzo con mi ritual mañanero: calentar un

poco de aguapanela, tomar mi taza favorita y echarle un poco de café mientras revuelvo un

par de huevos, la aguapanela y los huevos suelen estar al mismo tiempo por ende cojo un

plato y sirvo los huevos, sirvo el aguadulce hirviendo en la taza con café hasta la mitad y

tomo la leche de la nevera para así hacerme el típico café con leche que le da ánimo a mis

mañanas. Desayuno de la manera más tranquila posible mientras escucho algunos sonidos

que me hacen rememorar mis años joviales, aquella causante de estos sonidos es una banda

que se hace llamar Led Zeppelin.


Una vez concluido este ritual del desayuno termino mi mañana preparándome para

desplazarme a ejercer mi profesión.

Mi hogar no queda alejado de la escuela por ende me demoro alrededor de 15 minutos

llegando, pero no sin antes desafiar mi pésimo estado físico con una subida demasiado

pronunciada antes de arribar a la escuela. Por fin concluyo mi odisea diaria y llego a la sala

de profesores de lengua castellana.

Antes de comenzar con mi labor comparto algunas ideas del partido del día anterior con mis

colegas y parto a impartir clase al primer grupo del día, cabe resaltar que el día de hoy,

miércoles, solo tengo clase con dos grupos, clase de seis a ocho y de ocho y media a diez y

media.

Como se puede denotar, el maestro es un individuo formado dentro de un contexto cultural

y social que ha ido nutriendo su subjetividad por medio de experiencias que el mismo entorno

le permite, por consiguiente, las condiciones en las que se ha desenvuelto durante toda su

vida han influido no solo en su decisión de ser docente, sino también en su carácter, en sus

gustos e incluso en su afinidad política.

Cuando se habla del maestro como sujeto público se tiende a invisibilizar su humanidad,

como si el hecho de prestar un servicio al estado lo eximiera de sus frustraciones, de sus

problemas, de sus luchas personales. Al enseñante se le exige una actitud vehemente incluso

en las situaciones más extremas olvidando por completo su condición humana.

Por todo lo anteriormente mencionado, es oportuno aclarar que, aunque el maestro está

formado para ejercer su profesión y es un sujeto reflexivo y dispuesto a mejorar, debe ser

concebido como un ser humano con todo lo que esto implica.


Los actores del acto formativo:

Cuando llegué al salón donde tenía clase con el primer once me dispuse a colocar mis cosas

encima del escritorio, mientras lo hacia saludaba a los estudiantes de manera cordial para

entrar directamente en el tema a tratar ese día, la entrega del informe y el debate sobre

Umberto Eco, más específicamente sobre su libro “El nombre de la rosa”.

La mayoría de estudiantes entregaron su informe como yo se los había pedido en clases

anteriores, hubo unos cuantos que no lo entregaron así que los cuestioné del por qué no lo

hicieron, un par de ellos dijeron la verdad, que habían olvidado el trabajo, pero otros solo “lo

olvidaron sobre la mesa y la próxima clase lo traerían”, a estos últimos les respondí con que

le había dado demasiado tiempo para leerlo y hacer el mismo informe ya que se lo asigné con

dos semanas de anticipación, por ende no podrían entregarme el informe en la próxima clase

y que tristemente tendrían un uno en la casilla del informe de lectura a todo aquel que no me

entregara en ese momento la asignación.

Es evidente que en la práctica educativa se puede identificar tres factores principales que

componen este acto con un vistazo rápido: el sujeto que está predispuesto a transmitir

determinado conocimiento (maestro), el sujeto que está predispuesto a recibir ese

conocimiento (alumno) y el lugar concreto en el que estos dos sujetos se desenvuelven e

interactúan (aula).

Es entonces en el aula el lugar donde se pone a prueba lo que el maestro cree que es su

vocación, precisamente en la interacción entre sujetos de deseo, sujetos con su propio carácter

y manera de concebir el mundo. Es en este contexto donde el docente, después de una ardua

capacitación, es consciente de que controlar o, por lo menos, reducir sus emociones negativas
y sus impulsos, es lo correcto. Porque precisamente la inteligencia emocional y su

conocimiento especifico lo distinguen y lo certifican para guiar a sus aprendices.

Es necesario aclarar que la docencia como profesión no solo se vive dentro del aula, sino que

trasciende más allá de la propia vida académica y profesional hasta la vida personal del

enseñante.

El maestro, guía y formador:

Posterior a este momento la clase continuo con un tema que siempre es bueno abordar,

principalmente en jóvenes los cuales piensan apuntar a estar en una universidad y esto es la

estructura de los textos, los cuales tienen una micro, macro y superestructura, cada uno de

estos apartados tiene unas características las cuales permiten concretar un texto de manera

idónea para el mundo de la academia.

Evidentemente el conocimiento técnico del maestro sobre determinada disciplina es lo que

hace posible la transmisión de este tipo de conocimientos al estudiante, pero no lo garantiza.

Si bien, un matemático tiene un conocimiento profundo sobre su campo, esto no lo capacita

para enseñar la materia y mucho menos para formar a un estudiante de manera integral. Es

por eso que el docente, aparte de tener dominado los saberes específicos de su campo está

formado también en la pedagogía y tiene la capacidad para leer el contexto del estudiante y

actuar de determinada manera que posibilite la asimilación de los contenidos por parte de su

aprendiz.

Además de transmitir determinado conocimiento de manera efectiva a sus estudiantes, un

buen maestro debe poseer otra característica que no por ser mencionada en último lugar es la

menos importante: la bondad. Un maestro bondadoso se preocupa porque sus estudiantes


adquieran ciertos valores y actitudes que los hacen mejores sujetos, personas dispuestas a

tratar con esa misma bondad a las demás personas.

El maestro, un ser crítico y evolutivo:

Subsiguiente a esto uno de los alumnos realizó una acotación bastante valiosa para abrir el

debate sobre el texto de Eco. Esta es una actividad evaluativa, por ende, cada uno de los

estudiantes tendrían que participar en la misma, lastimosamente mis dos horas de clase no

lograron alcanzar para que todos y cada uno de los treinta estudiantes alcanzaran a compartir

su apreciación sobre el texto.

Una vez los alumnos desalojaron las instalaciones procedí a sentarme en la cafetería de la

escuela para poder degustar un cálido tinto con uno de los egresados al cual yo le impartí

clase y ahora, dos años después, me cuenta que estudia en mi alma mater y, encima, mi misma

carrera lo cual me dejo anonadado ya que él nunca se había inclinado por estos lados de la

profesión, sabía que disfrutaba las letras casi tanto como yo, pero nunca creí poder verlo

como un colega. Después de unos cuantos minutos de hablar sobre cosas banales me comento

sobre un encargo que le habían dejado en la universidad, este se trata sobre la rutina del

maestro, así que me dispuse a comentarle como mi mañana lluviosa se convirtió en una grata

sorpresa e incorporación de un nuevo colega.

Consecuentemente el docente piensa su profesión de manera crítica, cuestiona sus propias

prácticas y está dispuesto a sacar sus propias conclusiones para hacer un juicio de valor que

le permita mejorar como maestro y como persona. Además, tiene una mente ávida de

conocimiento, es consciente de que incluso dentro del aula de clase se pueden recoger las
mejores lecciones. Es por esto que la obstinación es un antivalor que no es compatible con el

enseñante y que, de estar presente, perjudicará profundamente su oficio.

Asimismo, dignificar la profesión docente también es responsabilidad del enseñante. Dicho

sujeto reivindica su quehacer como importante, como lo que realmente es: un acto de gran

transcendencia que involucra la formación integral de otros sujetos. Así pues, no solo lo hace

frente al estado a través de luchas políticas, sino también dentro del aula valiéndose de su

actuar.

De acuerdo con todo lo anteriormente dicho y para concluir es posible darse cuenta de la

complejidad de la profesión docente, de todos los factores y adversidades que atraviesan su

vida, tanto en el ámbito profesional como en el personal. Es por eso que la decisión tomada

por el sujeto para convertirse en maestro debe estar mediada por la vocación. Vocación que

debe ser lo suficientemente fuerte para prevalecer incluso en los momentos de crisis en los

que una parte de su ser desea desistir. Pero no todo es sufrimiento, para el maestro con

vocación siempre prevalecerá la gratificación, porque la misma pasión lo mantiene en la

lucha.

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