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AUTOR
Equipo de MundoEntrenamiento.com
EDITORES
Si bien todas las precauciones se han tomado en la preparación de este libro, el editor
y los autores no asumen responsabilidad alguna por errores u omisiones, ni de los daños
que resulten del uso de la información contenida en este documento.
Juan Fariñas.
Mateo Rodríguez.
Brais Ruibal.
Pablo Sánchez.
Robert Tejero.
Laura Salmonte.
Alejandro Miraut.
Jorge Polvorinos.
ROTURAS FIBRILARES
La fisioterapeuta Silvia Molins (5) escribe que "esta lesión solemos observarla sobre todo
en recto anterior (parte anterior del muslo), aductores (parte interna del muslo),
gemelos (pantorrilla) e isquiotibiales (parte posterior de muslo) y, en ocasiones, puede
ocurrir en músculos del tronco, aunque esto último es más extraño."
En cuánto al tipo de músculo, los estudios señalan que los músculos biarticulares se ven
más afectados por las roturas fibrilares que el resto (1).
2. Grado II, rotura parcial: Existe un mayor número de fibras rotas, pero el vientre
muscular no se encuentra del todo afectado. Mediante una ecografía se
puede apreciar la rotura y un hematoma intramuscular. Existe tumefacción y
cierta pérdidad de la movilidad (5).
3. Grado III, rotura total: Rotura total del músculo en la que se separan ambos
extremos que se retraen. Suele ir acompañada de un dolor intenso, de
deformidad muscular y de una incapacidad funcional total, por lo que es
necesaria una cirugía con el objetivo de suturar la rotura completa del vientre
muscular, de la unión miotendinosa o de la inserción del tendón (5).
Rehabilitación
Durante las primeras 48 horas de la lesión (fase aguda) el tratamiento es el siguiente
(6):
Con el fin de evitar posibles recaídas, es muy importante, llevar a cabo un trabajo de
fortalecimiento muscular progresivo previo al regreso a la actividad deportiva (4).
Conclusiones
Cuando hablamos de roturas fibrilares nos estamos refiriendo a la lesión más común
del mundo del deporte. Es difícil no encontrar a un deportista de alto nivel que no la
haya padecido en algún momento de su trayectoria deportiva. Conocer en qué
consisten y cómo prevenirlas es fundamental para todos los profesionales del deporte,
con el fin de mitigar su incidencia.
Bibliografía
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La suplementación con creatina (SCr) acaparó la atención en los años 90 tras el alto
nivel alcanzado por los atletas de fuerza y velocidad en los Juegos Olímpicos de
Barcelona, en 1992, se creía que sus resultados habían sido gracias a la
suplementación con creatina (SCr) (2).
El uso de este suplemento no constituye una acción deportiva ilegal para el atleta o el
entrenador ya que no está considerada una sustancia dopante (1).
¿Qué es la creatina?
La creatina es un compuesto que se crea en el organismo a partir de ciertos
aminoácidos que están presentes en la dieta. La mayor parte de la creatina corporal
se almacena en el músculo, en forma de fosfocreatina (PCr) donde tiene un papel
importante en el metabolismo (4).
A nivel teórico, esto serviría para mejorar la capacidad de producir energía durante
acciones explosivas, ejercicio intermitente de alta intensidad y para recuperarse antes
tras la realización de un ejercicio intenso. En apoyo de esta teoría, la investigación
Además, altos niveles de PCr pueden contribuir a mantener los niveles óptimos de pH
dentro del músculo y permitir continuar con el ejercicio con una mínima fatiga (9).
Los datos presentados por Pearson y sus colaboradores (10) revelan que los atletas que
ingirieron 5 gramos al día durante la realización de un programa de entrenamiento de
fuerza durante 10 semanas, aumentaron de forma significativa los valores de fuerza y
potencia, y también de la masa muscular en comparación con un grupo “control”.
Volek y sus colaboradores (11) asignaron al azar a 19 hombres sanos con experiencia
en el entrenamiento de fuerza. Un grupo recibió una SCr y el otro un placebo. Durante
la primera semana la ingesta fue de 25 gramos al día, seguido de una dosis diaria de 5
gramos durante las 12 semanas que duró el entrenamiento de fuerza.
Los autores concluyeron que la suplementación con creatina (SCr) mejora el aumento
de la masa libre de grasa, el rendimiento físico y la respuesta de la musculatura ante
cargas altas en el entrenamiento de fuerza (11).
realizado beneficios:
Ciclos de 20 gramos al
durante 5 17 jugadores - 35,3% de mejora en la
día x 1 mes y aparición de la fatiga.
Meir, 1995 (14) meses en un profesionales
3 semanas sin ingesta - 29,4% de mejora en la
equipo de de rugby. recuperación entre sprints.
entre ciclos.
rugby - 23,5% de mejora en la
recuperación entre
profesional.
entrenamientos.
Abreviaturas: HIIT: Entrenamiento Interválico de Alta Intensidad; 1RM: Máxima contracción muscular
dinámica voluntaria; CMJT: Salto en contra movimiento; RPRT: Test de sprints repetidos; IET: Test de resistencia
intermitente.
Conclusiones
Las investigaciones vigentes indican que la suplementación con creatina (SCr) puede
incrementar la cantidad de PCr en el músculo y puede mejorar el rendimiento en
actividades de corta duración y alta intensidad, especialmente cuando estas se
repiten en un período corto de tiempo (1).
Además, la suplementación con creatina (SCr) parece ser una estrategia nutricional
segura para la salud de los deportistas que participan en deportes donde existen uno
o varios esfuerzos máximos (1).
Bibliografía
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Hoy en día todavía sigue viva esta concepción, debido a una falta de información y
ciertos conceptos erróneos que mantiene a las mujeres alejadas del entrenamiento de
fuerza y esto es, un grave error.
Ciertas evidencias científicas muestran que esta ganancia de fuerza en las mujeres se
puede llegar a estabilizar tras un período de entre 3 a 5 meses de entrenamiento y no
progresar tanto como en los varones (9). Esta diferencia se puede pronunciar más
todavía en tren superior, en donde la fuerza absoluta de la mujer es menor a la de los
hombres.
funcional. Además, los datos recogidos de las investigaciones científicas indican que
una mayor masa muscular y una mayor área transversal del músculo se correlaciona
con una mayor fuerza a nivel muscular (3, 6, 7).
Conclusiones
Tal y como hemos podido observar en el presente artículo, podemos concluir que la
musculatura en ambos sexos tiene las mismas características fisiológicas y responde
de igual modo al entrenamiento. Además, este tipo de entrenamiento reporta a la
mujer muchos beneficios para la salud en general.
Cuando realizan el mismo tipo de entrenamiento de fuerza, las mujeres ganan fuerza
en la misma proporción que lo hace un hombre o incluso más rápido. Como hemos
podido observar a pesar de que los valores de fuerza absoluta son mayores en los
hombres, los aumentos relativos (en porcentaje) pueden ser iguales o incluso mayores
en las mujeres.
Podemos finalizar diciendo que es creencia tan extendida de que las mujeres se
hipertrofiarán en exceso por el efecto del entrenamiento de fuerza y que los
programas de entrenamiento deben ser totalmente diferentes para las mujeres que
para los hombres son totalmente infundados.
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El fútbol se trata de un deporte con una gran repercusión en España (11), lo que hace
que esté abierto a una continua crítica y valoración por parte de los agentes externos,
como el público o la prensa. A ello han contribuido en gran manera los éxitos
obtenidos recientemente por el fútbol español, en los que los medios de comunicación
abandonan la posición neutral que se les supone, reemplazándola por una
escenificación del entusiasmo (12).
En este artículo vamos a tratar de exponer algunas de las realidades que se dan en el
fútbol, y tratar de demostrar la importancia que tienen los aspectos contextuales y
situacionales sobre el rendimiento y comportamiento de los equipos. Para ello
debatiremos así sobre ciertos tópicos desde una perspectiva científica, especialmente
en el campo de la preparación física.
Para demostrarlo nos apoyamos en el estudio realizado por Rey, Casais, Lago y Lago
(18). Estos autores determinaron que el tiempo efectivo de juego en un partido oscila
en torno a los 54 minutos, siendo significativamente mayor en la primera parte con
respecto a la segunda. Por lo tanto es lógico que las distancias totales recorridas sean
mayores en la primera parte, ya que se ha jugado más tiempo. Sin embargo, si se
dividía el partido en franjas de 15 minutos, y se analizaba el tiempo efectivo de juego y
la distancia recorrida en dichas franjas por parte de los jugadores, se vio como no
había diferencias significativas entre las distancias recorridas entre la primera y la
segunda parte. De hecho, entre los minutos 75-90 era cuando más distancia se
cubría con respecto a las demás, ya que era también cuándo más tiempo efectivo de
juego había (Gráfico 1).
En conclusión, los autores determinaron que el recorrer una mayor o menor distancia
durante el partido va a depender del tiempo real jugado. En la segunda parte se corre
menos, pero porque también se juega menos. Los autores concluyen que hay que
considerar situaciones contextuales del partido, para poder determinar el porqué de
la variabilidad en el tiempo efectivo de juego.
1. Localización del partido: Cuando los equipos juegan en casa, recorren una
mayor distancia a baja intensidad (menos de 14,1 km/h). Además, cuanto
mayor es el nivel del rival, más aumenta esta distancia recorrida a baja
intensidad.
2. Situación del marcador: Los futbolistas recorren un 25% menos de distancia alta
intensidad (más de 19,1km/h) cuando van ganando. Esto hace pensar que el
despliegue físico del equipo depende más de si está obligado a llevar la
iniciativa para reducir la desventaja. En otras palabras, cuando los equipos van
perdiendo corre más y a más intensidad ya que se encuentran en situación de
iniciativa.
En resumen, los jugadores no están los 90 minutos utilizando sus capacidades físicas al
máximo (15), sino que esto va a depender del contexto en el que se desarrolle el
partido y las situaciones que se den en el mismo. En concreto, se ha demostrado que
cuando un equipo va perdiendo es cuando recorre más distancia a alta intensidad,
por lo cual el factor físico no parece ser una causa directa sobre la que justificar la
derrota.
Como vemos, los jugadores están capacitados para afrontar dos partidos por semana
sin que esto afecte a su rendimiento físico. Sin embargo, si que se ha determinado que
el riesgo de lesión aumenta significativamente en periodos cargados de partidos (7),
por lo que en este contexto se antoja vital el establecer estrategias adecuadas de
recuperación (17).
Desde este articulo señalamos que dicha afirmación no es del todo cierta, ya que se
han hallado correlaciones significativas entre una alta percepción del esfuerzo por
parte de los jugadores con respecto a las sesiones de entrenamiento, y una mayor
distancia recorrida a alta intensidad en el partido inmediatamente posterior. Esto
indica que establecer sesiones intensas tanto física como psicológicamente no resulta
perjudicial para la competición (9). Cabe señalar aquí que el uso de la percepción
subjetiva del esfuerzo (PSE) se encuentra ampliamente extendido, y que es una
herramienta válida y fiable para cuantificar la carga impuesta al deportista (1-4).
Vemos por tanto que se trata de un concepto que no debe ser aplicado de forma
categórica, ya que cuando hablamos de fútbol no estamos hablando de un deporte
de finalización, como podría ser el baloncesto o el balonmano, caracterizados por
marcadores muy elevados en los cuales el ataque supera significativamente a la
defensa. El fútbol, dentro del deporte contemporáneo, se trata de un deporte
diferente (16).
Sin embargo, si bien es cierto que disponer de una mayor posesión de balón hace que
se den un mayor número de situaciones de ataque y finalización (8), y que por tanto se
pueda vincular al éxito (2), solo se ha encontrado una correlación del 31% entre la
posesión de balón y los puntos ganados a final de temporada (8). Asimismo, se ha visto
que la estadística que mayor relación tiene con la victoria final no es la posesión, sino
la relación entre tiros totales y tiros a puerta, estableciéndose que unos buenos índices
de rendimiento son efectuar en torno a 15 tiros, de los cuales al menos un 40%
deberían ir a puerta (2).
puede intuir por tanto que en el resultado final influyen más aspectos como el sistema
y la estrategia utilizada, que el hecho por si mismo de tener una mayor posesión.
Conclusiones
A lo largo del artículo, se han ido poniendo en tela de juicio tan solo algunos de los
tópicos que en ocasiones se encuentran al hablar de fútbol. Con esto no se pretende
desmentirlos totalmente, sino demostrar que en el deporte no existen las verdades
absolutas, y que por ejemplo, la derrota de un equipo no puede achacarse
categóricamente a correr menos que el rival, tener una menor posesión, o estar
cansado por haber jugado un partido entre semana.
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Puede que nos encontremos con dos deportistas (A y B) que quieran entrenar con su
40% de la RM, durante un ejercicio, pero para lo que uno puede ser bueno con 6
repeticiones (deportista A) para el otro (deportista B) no lo sea tanto, puesto que
puede mantener la velocidad máxima durante 3 repeticiones más y llegar a las 9.
Siendo éste último más resistente a la fuerza explosiva, por lo que optimizaría aún más
su entrenamiento.
Una de las posibles consecuencias que podamos tener es que si por ejemplo el
deportista A no esta muy adaptado podamos sobrepasar el numero de repeticiones
optimas para ese tipo de manifestación (fuerza explosiva) y por lo tanto aumentar el
número de lesiones por una acumulación de ejercicio excesivo puesto que la técnica
del mismo se vera mermada.
personal determine el porcentaje a partir del cual esa cualidad de la fuerza deja de
ser la óptima.
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Human Kinetics. USA
El surf tiene su origen en Hawaii, pero no es hasta mediados del siglo XX cuando se
empieza a despertar el interés por la competición. Los primeros eventos del surf
amateur y profesional de la era moderna tuvieron lugar en 1960 en California,
Australia y Hawaii (5). El surf es un deporte que ha experimentado un alto crecimiento
en los últimos años, sin embargo, poco se sabe sobre sus lesiones.
Hasta ahora las tasas de lesiones surf más publicadas se han basado en encuestas de
datos a los propios surfistas para hacer un sondeo del tipo de lesiones y su frecuencia
por horas de surf practicadas(4,5). En 1977, Allen y sus colaboradores revisaron las
historias clínicas de todos los pacientes hospitalizados (N = 36) por lesiones
relacionadas con el surf durante un período de 56 meses en un hospital de la
Fundación Kaiser junto a la playa de Waikiki en Honolulu, Hawaii. Estimaron que había
500 surfistas recreativos en Waikiki cada día, dando lugar a una tasa de
hospitalización de 1 por 17 500 días de práctica de surf, pero siendo todos estos
estudios poco precisos.
Por lo tanto se propuso realizar un estudio para calcular la tasa precisa de lesiones en
surf dependiendo del tiempo de práctica en surfistas de competición, describiendo la
relación entre frecuencia, mecanismos y factores de riesgo.
Método de análisis
Para realizar el estudio se escogió una muestra de surfistas de 32 campeonatos de surf
de diferentes lugares del mundo (Hawaii, Australia, California, Tahiti, Argentina y la
Costa Este de EEUU) (2), todos ellos contaban con la asistencia de un grupo de
profesionales de la salud (médicos, enfermeras…) y contando con la fiabilidad de la
documentación clínica del Hospital de Rhode Island. 10 campeonatos eran Amateurs
y 22 campeonatos eran profesionales. La muestra se dividió:
• Edad
• Sexo
• Condición del surfista (profesional o amateur)
• Tipo de lesión: Lesión significativa ( cuando le impedía al surfista realizar su
actividad normal durante más de un día. Lesiones leves (el resto). No se incluían
lesiones crónicas ni lesiones preexistentes.
• Parte del cuerpo lesionada
• Mecanismo de la lesión
• Tamaño de ola
• Tratamiento
El número total de lesiones agudas de surf que se produjeron durante las mangas (n =
89) se utilizó para calcular la tasa de lesiones. Las lesiones que se produjeron durante
cualquiera de las eliminatorias o en tiempo de práctica (N = 116) se utilizaron para
calcular la frecuencia relativa del tipo de lesión, las partes del cuerpo lesionadas, y el
mecanismo de la lesión. La tasa de lesión se calculó en función de la condición del
surfista, numero de mangas y horas de práctica.
Resultados
• La tasa de lesiones durante la competición fue de 5,7 lesiones por 1000 mangas
por surfista o de 13 de cada 1000horas de surf de competición.
• La incidencia de lesiones significativas (n=45) fue de 2,9 por 1000 mangas o de
6,6 por 1000 horas de surf de competición.
• La edad media de los surfistas lesionados era de 23,6 años; el más joven tenía
11 años de edad, y el mayor tenía 55 años.
Los análisis mostraron que el tamaño de las olas, el tipo de fondo y la longitud de la
manga, de forma independiente, se asociaron significativamente con la aparición de
una lesión durante la práctica de surf. (Tabla 1).
• A su vez esta tasa era 2,4 veces mayor cuanto se practicaba en olas grandes.
• Y 2,6 veces mayor cuando se practicaba en fondo de roca o arrecife de coral.
• La tasa de lesión no mostraba diferencias significativas entre hombre y mujeres
(Tabla 2)
• La tasa de lesiones en un campeonato profesional fue de 8,7 por 1000 mangas
por surfista en comparación con los campeonatos amateurs con un 2,7,
aunque hay que tener en cuenta que la gran mayoría de los campeonatos
profesionales fueron celebrados en playas con fondo duro.
Tabla 2. Ratio de lesiones durante una manga de surf. Nathanson, 2007 (1).
Tipo de lesión
Las lesiones más comunes eran esguinces y distensiones seguido por laceraciones,
contusiones y fracturas. (Tabla 3).
Mecanismo de lesión
El impacto con la tabla de surf causó el 29% de todas las lesiones, el 24% por el
contacto con el fondo del océano, el 16% por el propio error del gesto técnico del
surfista, y 12% por la fuerza hidráulica de una ola.
Menos comunes son las lesiones por picaduras de medusas, colisiones con otros
surfistas, o una colisión con una embarcación.
Una cuarta parte de las lesiones en surf fue debido a takeoffs fallidos, el 20% las
maniobras de giro,y el 16% se asociaron con tubos.
Conclusiones
El establecimiento de un índice de lesiones preciso para el surf no es sólo un dato de
interés académico, sino que también tiene implicaciones para los seguros, la industria
y para las escuelas que quieran iniciar un equipo de surf. La información relativa a la
tasa de lesiones para campeonatos profesionales y amateurs podría ayudar a predecir
las necesidades de un grupo de personal de apoyo médico y ayudar en el diseño de
equipos de protección.
Tabla 4. Comparativa de ratio de lesión entre diferentes deportes. Nathanson, 2007 (1).
Se necesitan más estudios para determinar la tasa de lesiones entre los surfistas
recreativos y para evaluar la eficacia de modificaciones en entrenamientos en
equipos de surf para la reducción de la incidencia de la lesión.
Los tipos más comunes de lesiones agudas atendidas en campeonatos de surf son
esguinces y desgarros, predominantemente en las extremidades. En este estudio, el
contacto con la tabla de surf y el golpeo contra el fondo del océano fueron los
mayores factores de lesión. La incidencia de lesión es más alta cuando el surf se
practica en olas grandes o en playas con fondo de arrecife o roca.
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Para demostrar esto, el estudio de investigación (1) se centró en explorar las respuestas
del cerebro (a través de la actividad eléctrica) del componente N400, relacionado
directamente con la comprensión lectora. Estos estudios, denominados ERPs (Event-
Related Potentials), indagan en otra onda del cerebro denominada P600, que se
relaciona con la verificación de las reglas gramaticales de una oración. La velocidad y
el alcance de estas son las que determinan la capacidad cognitiva de cada persona.
En una segunda parte del estudio mencionado (1), los investigadores compararon el
rendimiento académico de los adolescentes con los resultados obtenidos en los
electroencefalogramas, comprobando de nuevo, que aquellos con mejores notas
eran también aquellos con ondas N600 y P600 más cortas y por ello, los que
presentaban una mayor capacidad aeróbica.
La capacidad motora está asociada con el aumento del número de sinapsis, ello
produce un mejora en el control cognitivo y dicho control cognitivo está asociado con
el rendimiento académico (2).
Podríamos decir por tanto que si nuestros jóvenes realizan actividad física que
suponga una mejora de dicha capacidades físicas podrán beneficiarse de un mejor
rendimiento académico.
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En el deporte, una de las claves para llegar al éxito es saber diseñar y llevar a cabo
una adecuada planificación del entrenamiento acorde a las capacidades de los
deportistas (1). Esta planificación se concreta en sesiones en las cuales, ajustando las
cargas de entrenamiento, tratamos de llegar al objetivo que nos hemos planteado (2).
Para poder determinar esta percepción subjetiva del esfuerzo Borg creó la escala RPE
6-20. Mediante dicha escala se le pide al deportista que puntúe su nivel de esfuerzo
desde el 6 hasta el 20, teniendo la puntuación una analogía con la frecuencia
cardiaca de 60 a 200 ppm (7). De esta forma, una persona que se encuentra a 160
pulsaciones debería señalar un nivel de esfuerzo 16. En 1982 Borg revisó y adaptó la
escala cambiando su sistema de puntuación de 1 a 10 para facilitar una mayor
comprensión (8).
Desde la aparición de estas escalas, son numerosas las investigaciones que han
demostrado la alta correlación que existe entre la puntuación que se otorgue, con
diversas variables fisiológicas de incremento lineal como la frecuencia cardiaca, el
porcentaje del VO2max, ventilación pulmonar, cociente respiratorio, lactato en
sangre, cortisol en saliva...etc (9).
Sin embargo, y a pesar de estas dificultades, en las últimas décadas ha habido una
gran evolución en el desarrollo de instrumentos para medir la percepción del esfuerzo
en diferentes grupos de población (10) dada la fiabilidad que se le concede a estas
Metodología Sesión-RPE
Con el objetivo de simplificar la cuantificación de las cargas vamos a hablar del
método Sesión-Percepción Subjetiva del Esfuerzo o Sesión-RPE (20) el cual se ha
mostrado como un buen indicador de la carga de entrenamiento (13).
Consideraciones metodológicas
Para una correcta aplicación de este método, se deben tener en cuenta
especialmente dos consideraciones (21):
Conclusiones
Como hemos visto, con la simple aplicación de una escala de valoración a nuestros
jugadores podemos determinar de una forma fiable la carga de entrenamiento que
estamos aplicando.
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esfuerzo percibido de Borg para monitorizar la intensidad en esfuerzos
El fútbol es el deporte más popular a nivel mundial y en los últimos años ha habido
una importante expansión de las ciencias para explicar y entender mejor este
deporte. Este cambio ha hecho que tanto los entrenadores como jugadores estén más
abiertos a estos enfoques científicos para preparar la competición (2,8,16).
Demandas físicas
Distancias recorridas
La distancia típica abarcada por un jugador de campo de élite durante un partido de
fútbol es de 10-13 km. (2,9). Un estudio con partidos amistosos jugados por jugadores
no profesionales obtuvieron resultados similares a un nivel de élite y estas distancias
fueron de 9.75 ± 0.33 km (11), por lo que no hay una gran diferencia entre el fútbol
semi-profesional y el fútbol de élite salvo que los jugadores del más alto nivel recorren
un 5% más de distancia que jugadores de nivel moderado (12).
Bien es cierto que las mayores distancias están cubiertas por los jugadores del centro
del campo, mientras que los defensores centrales suelen cubrir la menor
distancia (1,2,5,7,9).
• Los defensas cubren una distancia considerable a una alta intensidad y sprint.
• Los atacantes cubren una distancia a alta intensidad igual a los defensas y a
los jugadores del mediocampo, pero realizan más sprints que los jugadores del
mediocampo y los defensores.
• Los mediocentros cubren una distancia total y una distancia a una alta
intensidad similar a los zagueros y atacantes, pero realizaron menos sprints.
• Demostrándose que los jugadores internacionales realizan un 28% más de
carrera de alta intensidad (2.43 vs. 1.90 km) y un 58% más de sprint (650 vs. 410
m) que jugadores profesionales de un nivel inferior (12).
Demandas fisiológicas
VO2máx
El consumo de oxígeno promedio en los futbolistas en un partido de fútbol está
alrededor del 70% del VO2máx (2).
Un estudio calculó los valores medios de jugadores croatas de VO2max (60.1 ± 2.3
mL/min/kg), y obtuvieron resultados similares a los de los mejores jugadores de fútbol
del mundo, cuyos valores varían desde 55 hasta 67 mL/kg/min (16, 17). Siendo
diferente este consumo diferente ente jugadores ofensivo, de medio campo y
defensivos (los jugadores de mediocampo tiene un consumo de VO2máx mayor) (17).
Frecuencia cardíaca
La FC media registrada durante un partido oscila entre 165 y 175 pulsaciones/min ,
tanto en partidos de competición como en amistosos (8). Datos que van en la misma
línea que la investigación (11) donde la frecuencia cardíaca media durante el partido
era 156 ± 13 latidos/min y el pico cardíaco máximo fue 187 ± 9 latidos/min, sin haber
diferencias entre la primera y la segunda parte.
Se ha observado que la concentración de ácidos grasos libres (FFA, free fatty acids) en
la sangre aumenta durante un partido, sobre todo en la segunda mitad (1,11). Los
períodos frecuentes de pausa y ejercicio de baja intensidad en un partido permiten un
flujo sanguíneo significativo hacia el tejido adiposo que promueve la liberación de
ácidos grasos libres.
Un estudio con jugadores de élite del equipo sueco de Malmø FF demostró que el
glucógeno muscular disminuía después de un partido y también que la concentración
de glucógeno muscular era sólo el 50% del valor de pre-partido 2 días después del
partido (10) y aunque los jugadores recibieran una dieta alta de carbohidratos
después del partido, ellos sólo tenían el glucógeno muscular ligeramente superior. Así,
el glucógeno muscular puede estar en niveles bajos antes de una sesión de
entrenamiento 2 días después de un partido, lo que a menudo está asociado con las
sensaciones de cansancio de los jugadores.
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