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JUEZ SEMPRONIO: este juez tienen una posición iusnaturalista, es decir, no separa
la moral del derecho, por el contrario la divisa como una base fundamental para
desarrollar la sentencia. El señor Sempronio, dictamina que hay unas normas
universales que rigen los principios de todos los individuos y estas normas establecen
unos criterios de justica y se incluye una determinación a los derechos de todo hombre.
Estos principios son denominados como un conjunto de derechos naturales. Por lo que
condena a los procesados.
JUEZ CAYO: el juez Cayo se ubica en la cortina del iuspositivismo, ya que determina
una separación entre las normas jurídicas y las disposiciones morales o valores morales
de disposiciones jurídicas. Él niega cualquier existencia del derecho natural que sostiene
el juez Sempronio, también expresa que los juicios valorativos son subjetivos y
arbitrarios, por lo que determina su validez e invalidez. Por lo que argumenta que la
condena debe hacerse meramente guiada con disposiciones jurídicas. Cayo determina
que si nos encontráramos en un lugar determinado y estuviéramos bajo las normas de un
grupo de personas que tienen el monopolio de la fuerza, se podría inferir que nos
encontramos bajo un sistema jurídico que debe ser reconocido y tenido en cuenta,
incluso, sobre nuestras disposiciones morales. Por lo anterior nos encontramos en deber
generalizado de obedecer al derecho, ya que el ordenamiento jurídico nos determina lo
que es válido. Por lo que condena a los procesados.
JUEZ TICIO: Iusnaturalista. Comparte la inconformidad que tienen con los dos jueces
anteriores y de sus argumentos. Ticio argumenta que las normas establecidas por unas
disposiciones jurídicas, pueden ser respaldadas, válidas y legitimadas en un lugar y
momento determinado, pero que ante estas disipaciones jurídicas deben ser cuestionadas
y valorar el derecho a la vida. Por lo que condena a los procesados.
QUINTA POSICIÓN: se les está otorgando a los líderes nazis un juicio justo basado
en la ley, de no ser así, actuaríamos al mismo nivel de estos “presuntos criminales”. El
motivo por el cual se realiza este juicio, además de procesar a los oficiales alemanes de
alto rango por los delitos cometidos un tiempo atrás; es para delimitar las acciones de
las posibles guerras futuras y entrelazar unas normas de conductas entre naciones, para
mantener un orden y protección de los derechos humanos.
Podemos entender que estos prisioneros de guerra fueron los actores principales de este
elenco, los cuales bajo el mandato de un régimen determinaban las órdenes a un sinfín
de soldados. Tanto oficiales como soldados, fueron educados para no cuestionar la
autoridad y para obedecer sin pensar (debían ser hombres servibles); es decir, la
obediencia es un código que para estos hombres debe respetarse. Lo que quiero decir
con lo anteriormente expuesto, es que algunos de estos individuos obedecieron órdenes
(respaldadas por el régimen) a ciegas, por el miedo que les causaba terminar en prisión
o peor, en los campos de concentración junto con su familia (campos que ellos habían
ayudado a construir).
Por las razones expuestas anteriormente la sentencia que dictamino, es condena para
estos seres humanos que se sientan hoy ante mis ojos.