El control corporativo falla en Fannie Mae y Freddie
Mac La compensación ejecutiva en la industria de servicios financieros a mediados de
la década de 2000 destaca entre los ejemplos de fallas en el control corporativo. El control corporativo en las gigantescas hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, patrocinadas por el gobierno, era particularmente débil. Las juntas directivas, que tenían origen político en ambas empresas, no entendieron los riesgos de las estrategias de préstamos subprime (de menor calidad) que se utilizaban, no vigilaron bien las decisiones de sus directores generales, no supervisaron de manera eficaz sus principios de contabilidad (que inflaron las ganancias) y aprobaron sistemas de compensación ejecutiva que permitieron que la administración manipulara las ganancias para obtener lucrativos bonos de desempeño. Los comités de auditoría y compensaciones de Fannie Mae fueron especialmente deficientes en proteger los intereses de los accionistas, pues el comité de auditoría permitió que los funcionarios financieros de la compañía se hicieran cargo de auditar los informes financieros preparados bajo su dirección, con los cuales se determinaron los bonos de desempeño. El comité de auditoría de Fannie Mae también sabía que la administración aplicaba prácticas contables cuestionables que reducían las pérdidas y registraban ganancias únicas para alcanzar las metas financieras ligadas a los bonos. Además, este comité se abstuvo de investigar acusaciones formales de fallas contables que presentó un administrador ante la oficina del contralor. El comité de compensaciones de Fannie Mae también fue igualmente ineficiente, pues permitió que el director general de la compañía, Franklin Raines, seleccionara al consultor que se contrató para diseñar el plan de compensación a ejecutivos, y aceptó un plan de bonos escalonado que permitió que Raines y otros altos administradores obtuvieran bonos máximos sin grandes dificultades. El plan de compensaciones permitió que Raines ganara bonos por desempeño por un monto de 52 millones de dólares y una compensación total de 90 millones de dólares entre 1999 y 2004. Raines se vio forzado a renunciar cuando la oficina de supervisión de las empresas de vivienda federal descubrió que los ejecutivos de Fannie Mae inflaron de manera fraudulenta los ingresos para recibir bonos por desempeño financiero. Los investigadores de la bolsa de valores (SEC) también encontraron pruebas de una contabilidad inapropiada en Fannie Mae, y exigieron que la compañía rebajara sus ingresos entre 2002 y 2004 en 6.3 mil millones de dólares. Por su parte, la falta de control en Freddie Mac también permitió que su director general y la alta administración manipularan los datos financieros para recibir compensaciones por desempeño. El director de Freddie Mac, Richard Syron, recibió en 2007 una compensación de 19.8 millones de dólares mientras el precio de las acciones de la hipotecaria se hundían de un máximo de 70 dólares en 2005 a 25 a fines de 2007. Durante el periodo en que Syron fue director general, la compañía se enredó en un escándalo de contabilidad por miles de millones de dólares, y Syron personalmente descartó informes internos que venían desde 2004 y advertían de una crisis financiera inminente. Las advertencias internas, de los reguladores federales y de los observadores externos de la industria resultaron correctas, y los créditos suscritos por Fannie Mae y Freddie Mac provocaron pérdidas combinadas en ambas hipotecarias por más de 100 mil millones de dólares en 2008. El precio de las acciones de Freddie Mac habían caído a menos de un dólar para septiembre de 2008, cuando Syron renunció.