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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA CORTE SUPREMA -

Sistema de Notificaciones Electronicas SINOE

SEDE PALACIO DE JUSTICIA,


Secretario De Sala - Suprema:SALAS CAMPOS Pilar
Roxana (FAU20159981216)
Fecha: 01/10/2018 10:28:14,Razón: RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: CORTE SUPREMA /
LIMA,FIRMA DIGITAL - CERTIFICACIÓN DEL
CORTE SUPREMA SALA PENAL PERMANENTE CONTENIDO

DE JUSTICIA CASACIÓN N.° 1699-2017


DE LA REPÚBLICA PIURA
PODER JUDICIAL

SUMILLA. El Tribunal Constitucional, en el Expediente


número cero dos mil novecientos ochenta y nueve-dos
mil doce-PA/TC, ha establecido criterios para evaluar
la legitimidad constitucional del mantenimiento de la
medida de incautación de los bienes en el marco de
un proceso penal respecto de un tercero o de un
afectado ajeno al mismo. Así, en los casos en los que
se encuentra objetivamente acreditada la no
vinculación absoluta del propietario del vehículo con
los hechos investigados, el mantenimiento de la
medida de incautación sobre el vehículo, más allá de
la necesaria etapa investigatoria, constituye una
limitación ilegítima en el derecho de propiedad, por lo
que corresponde su devolución. En el caso en
concreto, don Heriberto Chávez Domínguez adquirió el
vehículo bajo el principio de la buena fe. En el proceso
no se ha demostrado la naturaleza ilícita de bien. El
solicitante del reexamen es un tercero ajeno a la
relación procesal penal. En consecuencia, resulta
correcta la devolución del vehículo incautado, al no
haberse demostrado que dicho bien era
intrínsecamente delictivo.

SENTENCIA DE CASACIÓN

Lima, veintisiete de septiembre de dos mil dieciocho

VISTOS: en audiencia pública, el recurso de


casación interpuesto por el ACTOR CIVIL-PROCURADORA PÚBLICA DE LA

SUPERINTENDENCIA NACIONAL DE ADUANAS Y ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA (SUNAT), contra la


Resolución número veinte, a fojas doscientos doce, de fecha dieciséis de
octubre de dos mil diecisiete, emitida por la Primera Sala Penal de Apelaciones
de la Corte Superior de Justicia de Piura, en el extremo que confirma la
resolución de primera instancia que resuelve cancelar la medida de incautación
dispuesta contra el vehículo de placa de rodaje P 1 E-923 y ordena devolver el
citado vehículo a su legítimo propietario, Heriberto Chávez Domínguez.
Intervino como ponente la señora jueza suprema CHÁVEZ MELLA.

FUNDAMENTOS DE HECHO
§. ANTECEDENTES DEL PROCESO
PRIMERO. Mediante la formalización y continuación de la investigación
preparatoria, a fojas dos, se prosiguió la investigación contra Ricardo Bazán
Calderón como autor por la presunta comisión del delito aduanero, en su

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modalidad de contrabando agravado, previsto y sancionado en el artículo siete


de la Ley número veintiséis mil cuatrocientos sesenta y uno –Ley de Delitos
Aduaneros–, vigente al momento de la comisión de los hechos, en agravio del
Estado peruano-Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración
Tributaria (en adelante, Sunat).

SEGUNDO. Posteriormente, la fiscal provincial de la Tercera Fiscalía Provincial


Penal Corporativa de Piura, con fecha veintisiete de abril de dos mil quince,
solicitó el sobreseimiento del proceso seguido contra Ricardo Bazán Calderón
por el delito aduanero, en agravio del Estado-Sunat –véase a fojas uno–. Mostró
su oposición la representante de la Sunat –véase a fojas diecisiete–. Razón por la
cual el señor juez de investigación preparatoria elevó en consulta ante el fiscal
superior el requerimiento de sobreseimiento en la investigación –véase a fojas
setenta y nueve–.

TERCERO. El señor fiscal superior en grado, mediante Disposición número ciento


setenta y tres-dos mil dieciséis-MP-4ta.FSPA-PIURA, de fojas ochenta y nueve,
ratificó el requerimiento de sobreseimiento solicitado por la fiscal provincial.
Asimismo, agregó que a la fecha de formalización de la denuncia penal ya
había operado la prescripción de la acción penal.

CUARTO. Con fecha veinte de octubre de dos mil dieciséis, don Heriberto
Chávez Domínguez solicitó el reexamen de la medida de incautación y su
posterior entrega, al considerarse legítimo propietario del vehículo de placa de
rodaje WB-6973 y tres –véase a fojas ciento diecinueve–. Ante tal pedido, la
representante del procurador de la Sunat formuló su oposición.

QUINTO. Con fecha diez de febrero de dos mil diecisiete, el Juzgado de


Investigación Preparatoria emitió el auto de sobreseimiento, dispuso sobreseer la
causa a favor de Ricardo Bazán Calderón, canceló la medida de incautación
dispuesta contra el vehículo de placa de rodaje P 1 E-923 y ordenó devolver la
referida unidad vehicular a su legítimo propietario, Heriberto Chávez Domínguez
–véase a fojas ciento treinta y seis –. Dicha resolución fue impugnada vía
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apelación por la representante del procurador público de la Sunat –fojas ciento


cincuenta y nueve-. Así, la decisión cuestionada fue confirmada por la Primera
Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Piura, con fecha
dieciséis de octubre de dos mil diecisiete, mediante Resolución número veinte,
de fojas doscientos doce.

SEXTO. La PROCURADORA PÚBLICA DE LA SUPERINTENDENCIA NACIONAL DE ADUANAS Y


ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA interpuso recurso de casación –fojas doscientos setenta
y cinco– contra la sentencia de vista –véase a fojas doscientos doce–. En
aquella oportunidad invocó las causales establecidas en los numerales tres,
cuatro y cinco del artículo cuatrocientos veintinueve Código Procesal Penal; así
como el numeral cuatro del artículo cuatrocientos veintisiete del citado código;
el cual fue concedido y elevado a esta Corte Suprema.

SÉPTIMO. Este Supremo Tribunal, mediante auto de calificación de fojas treinta y


siete del cuadernillo supremo, declaró bien concedido el recurso de casación,
acogiendo la doctrina de la voluntad impugnativa; estableció liminarmente la
infracción del precepto procesal en lo que concierne a la cancelación de la
medida de incautación y devolución de vehículo incautado a su actual
propietario, sin considerar que el vehículo ingresó a nuestro país de forma ilegal.

OCTAVO. Instruidas las partes procesales de la admisión del recurso de casación,


se señaló fecha para la audiencia de casación el seis de septiembre de dos mil
dieciocho. La audiencia de casación se realizó con la intervención del
representante de la Superintendencia Nacional Pública de la Superintendencia
Nacional de Aduanas y Administración Tributaria y la defensa técnica de
Heriberto Chávez Domínguez. Culminada esta, se produjo la deliberación de la
causa en sesión secreta. En virtud de ello, tras la votación respectiva,
corresponde pronunciar la presente sentencia casatoria, cuya lectura se dará
en audiencia pública el veintisiete de septiembre de dos mil dieciocho, de
conformidad con el artículo cuatrocientos treinta y uno, numeral cuatro, del
Código Procesal Penal.

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FUNDAMENTOS DE DERECHO
§. ÁMBITO DE CASACIÓN
PRIMERO. Conforme a la ejecutoria suprema del seis de abril de dos mil
dieciocho –calificación de casación–, el motivo de la casación admitida está referido
a la presunta infracción de determinados preceptos procesales en lo que
concierne a la cancelación de la medida de incautación y devolución del
vehículo a su actual propietario, sin considerar que el vehículo habría ingresado
al territorio nacional en forma ilegal. Es decir, en el presente caso, la cuestión a
establecer es la correcta devolución de un bien que por sí mismo constituye el
objeto material del delito. Bajo ese contexto, corresponde hacer las siguientes
precisiones.

§. CONTEXTO DEL PROCESO


SEGUNDO. De los actuados se tiene que el treinta de enero de dos mil trece
personal de la División de Investigación de Delitos Aduaneros intervino a la altura
de la cuadra catorce de la avenida Arriola, en el distrito de San Luis, provincia y
departamento de Lima, el vehículo de marca Mitsubishi, con placa de rodaje
P1E-923, VIN FJ6173511964 y motor 6D16796501, conducido por Pablo Córdova
Robles y de propiedad de Heriberto Chávez Domínguez, al tenerse
conocimiento de que dicho vehículo había ingresado de manera ilegal al
territorio nacional, burlando los controles aduaneros, por lo que se dispuso su
inmovilización1.

TERCERO. Estos hechos generaron que la Tercera Fiscalía Provincial Penal


Corporativa de Piura formalizara la continuación de la investigación
preparatoria contra Ricardo Bazán Calderón como presunto autor del delito
aduanero, en su modalidad de contrabando agravado, previsto y sancionado
en el artículo siete de la Ley número veintiséis mil cuatrocientos sesenta y uno –
Ley de Delitos Aduaneros–, vigente al momento de la comisión de los hechos, en

1
Mediante Resolución número dos, emitida por el Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Piura,
se declaró fundada la resolución de confirmatoria de la medida de coerción real de incautación del
vehículo de placa de rodaje P1E-923.

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agravio del Estado peruano-Sunat, en mérito de los siguientes presupuestos


fácticos:
3.1. Con fecha anterior al cuatro de julio de dos mil dos, el vehículo de placa de
rodaje P1E-923 ingresó a territorio nacional eludiendo los controles aduaneros del
país; fue inscrito por el investigado Ricardo Bazán Calderón ante la Oficina
Registral de Piura de la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (en
adelante, Sunarp) el cuatro de julio de dos mil dos; presentó para ello la boleta
de venta número 001-027148 emitida por Tecnimotors E.I.R.L., con número de
RUC 10076195455, de fecha catorce de noviembre de dos mil uno, a nombre del
acusado, y la declaración única de aduana (DUA); y obtuvo la placa de rodaje
WB-6973. De esta manera el investigado logró introducir el vehículo de presunta
procedencia ilícita al tráfico jurídico.
3.2. Una vez inscrito el vehículo, con fecha catorce de octubre del dos mil dos, el
procesado Ricardo Bazán Calderón lo vendió a Carlos Enrique Rodríguez,
mediante un acta de transferencia de vehículo automotor celebrado ante
notario público en la ciudad de Lima, por la suma de veintiún mil setecientos
veinticuatro dólares americanos.
3.3. Posteriormente, el vehículo en referencia fue transferido a Bacilio Luperio
Neri, quien a su vez enajenó el bien a favor de Héctor Cuyan Paza y Meri Luci
Malca Cayao.
3.4. Luego fue transferido a César Burga Flores, quien a su vez, con fecha cuatro
de diciembre de dos mil nueve, enajenó el vehículo a Heriberto Chávez
Domínguez, mediante acta de transferencia de vehículo automotor usado ante
notario público de Chiclayo.

CUARTO. La fiscal provincial de la Tercera Fiscalía Provincial Penal Corporativa


de Piura –fojas uno–, con fecha veintisiete de abril de dos mil quince, después de
efectuar la investigación correspondiente, formuló el pedido de sobreseimiento
del proceso seguido contra Ricardo Bazán Calderón por el delito aduanero, en
agravio del Estado, al no poder atribuírsele al imputado la comisión del delito
aduanero de contrabando agravado ni haber elementos de convicción
suficientes que permitan sustentar el enjuiciamiento del imputado, y por no existir
razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos datos a la investigación.
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Frente a ello, la representante de la Procuraduría Pública de la Sunat se opuso.


Razón por la cual el señor juez de investigación preparatoria elevó en consulta
ante el fiscal superior el requerimiento de sobreseimiento.

QUINTO. El señor fiscal superior en grado, mediante Disposición número ciento


setenta y tres-dos mil dieciséis-MP-4ta.FSPA-PIURA, ratificó lo solicitado por la
fiscal provincial, bajo los siguientes argumentos:
5.1. No existen elementos de convicción que permita establecer con certeza la
fecha exacta en que el vehículo objeto del presente pronunciamiento ingresó al
territorio nacional; pues, si bien se cuenta con los documentos que se utilizaron
para la inmatriculación, también lo es que estos no acreditan que el acusado
haya ingresado el vehículo al territorio nacional de manera ilícita; tampoco
acreditan la fecha de ingreso del vehículo al país.
5.2. Al no poderse establecer fehacientemente el año de ingreso del vehículo al
territorio nacional, existe una imposibilidad de fundar la concurrencia de la
circunstancia agravante, pues, si el vehículo ingresó en mil novecientos noventa
y seis (año de su fabricación) hasta el último día del año dos mil uno, el hecho
no constituía delito. En el supuesto de que el vehículo haya ingresado el año dos
mil dos (año de su inmatriculación), sí constituiría delito2. En consecuencia, no se
tiene certeza de su fecha de ingreso al país.
Asimismo, agregó que a la fecha de formalización de la denuncia penal ya
había operado la prescripción de la acción penal.

SEXTO. En esa continuidad, Heriberto Chávez Domínguez, con fecha veinte de


octubre de dos mil dieciséis, solicitó el reexamen de la medida de incautación y

2Pues se debe tomar en cuenta que el Decreto Legislativo N.º 843, restableció la importación de vehículos
usados que tengan una antigüedad no menor de cinco años. Conforme se detalla a continuación: el
artículo 1 del Decreto Legislativo N.° 843, de 21 de agosto de 1991, establecía lo siguiente: “A partir del 1 de
noviembre de 1996, queda restablecida la importación de vehículos automotores de transporte terrestre usados, de carga o pasajeros, que
cumplan con los requisitos mínimos de calidad que se señalan a continuación: a) Que tengan una antigüedad no mayor de cinco años, con
excepción d los vehículos automotores para el transporte de carga motores diésel, cuya antigüedad deberá ser no mayor de ocho años. La
Acápite modificado por el artículo 1 del
antigüedad de los vehículos se contará a partir del año siguiente al de su fabricación”.
Decreto Supremo N.° 100-96-EF, del 7 de octubre de 1996, quedando redactado de la siguiente manera: “a)
Que tengan una antigüedad no menor de cinco años, con excepción de los vehículos automotores para el transporte de carga y pasajeros con
capacidad mayor de veinticuatro pasajeros, con motores diésel, cuya antigüedad de los vehículos se contará a partir del año siguiente al de su
Posteriormente modificado por el artículo primero del Decreto Supremo N.° 045-2000-MTC, del 20
fabricación”.
de septiembre de 2000, de la siguiente manera: “a) Vehículos automotores de carga y pasajeros que tengan una antigüedad no
mayor de 5 años. La antigüedad de los vehículos se contará a partir de años siguiente de su fabricación”.

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su posterior entrega, al considerarse legítimo propietario del vehículo de placa


de rodaje WB-6973, al haberlo adquirido de su anterior propietario, César Burga
Flores, ante notario público, en tanto que el vehículo, conforme consta de la
boleta informativa expedida por la Sunarp, no registraba afectaciones, y fue
adquirido bajo al amparo de la buena fe pública registral.

SÉPTIMO. Ante tal pedido, la procuradora de la Sunat mostró su oposición bajo


los siguientes argumentos:
7.1. Que la naturaleza del delito investigado –esto es, contrabando agravado–
conlleva a la aplicación de normas propias, siendo de aplicación el artículo
trece de la Ley número veintiocho mil ocho –Ley de Delitos Aduaneros–, que
prohíbe la entrega o devolución de las mercaderías, medios de transporte,
bienes y efectos que constituyan objeto del delito, por preeminencia del
principio de especialidad, por encima de lo que considere el Código Procesal
Penal.
7.2. Que el vehículo incautado es objeto del delito y que, si bien Heriberto
Chávez Domínguez lo adquirió bajo el amparo de la buena fe registral, ello no
enerva la naturaleza de mercadería intrínsecamente delictiva que ostenta el
bien incautado.

OCTAVO. Con fecha diez de febrero de dos mil diecisiete, el Juzgado de


Investigación Preparatoria emitió el auto de sobreseimiento de fojas ciento
treinta y seis, tomando como base los siguientes puntos importantes:
8.1. Ratificó la vigencia del principio acusatorio, amparó los fundamentos de la
prescripción de la acción penal y sobreseyó la causa.
8.2. Emitió pronunciamiento respecto al pedido de reexamen y devolución de
vehículo, solicitado por Heriberto Chávez Domínguez en su calidad de tercero
no investigado, disponiendo la cancelación de la medida de la incautación
dispuesta en contra del vehículo de placa de rodaje WB-6973 y su devolución a
su legítimo propietario, el solicitante Heriberto Chávez Domínguez. Corresponde
hacer las siguientes precisiones al respecto:
8.2.1. Se recalcó la existencia del precedente vinculante establecido en la
Casación número ciento trece-dos mil trece/Arequipa y su aplicación en el
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caso en concreto. Utilizando el test de semejanza, determinó que: a) el


vehículo, al ser inmatriculado ante la Sunarp, adquirió legalidad; b) desde la
fecha de la inmatriculación hasta de incautación del vehículo, el Estado a
través de sus entidades no cuestionó el tráfico de dicho vehículo; c) el
solicitante del reexamen, Heriberto Chávez Domínguez, adquirió de buena fe
el vehículo a quien aparecía como legítimo propietario en la Sunarp; además,
cumplió con verificar que sobre dicho vehículo no pesaba ninguna carga ni
gravamen; d) Heriberto Chávez Domínguez no es el imputado, por lo que no es
de aplicación el principio de “nadie puede ser beneficiado con su propio
delito”; e) solo existe presunción de que el vehículo ingresó ilegalmente al país
al no tener registro de ingreso; y d) la Sunat no comunicó oportunamente a las
demás entidades sobre el presunto ingreso ilegal del vehículo. La aludida
resolución fue impugnada vía apelación por la representante del procurador
público de la Sunat.

NOVENO. Con fecha dieciséis de octubre de dos mil diecisiete, la Primera Sala
Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Piura afirmó la vigencia
del principio acusatorio respecto al requerimiento de sobreseimiento. Y, en
cuanto a la cancelación de la medida de incautación del vehículo de placa de
rodaje P1E-923, realizó las siguientes precisiones:
9.1. De los actuados no se ha acreditado fehacientemente la procedencia ilícita
del vehículo para que se pueda determinar que en efecto el Estado es el
propietario, pues en la etapa de la investigación preliminar no se ha logrado
recabar suficientes elementos de convicción para acreditar el delito de
contrabando agravado y que el vehículo tenía procedencia ilegal, tal como lo
ha expresado el representante del Ministerio Público en su requerimiento de
sobreseimiento.
9.2. Heriberto Chávez Domínguez, cuando se produjo la incautación de dicho
bien, tenía la condición de propietario, desconociendo además cualquier
procedencia irregular del vehículo que pudiera haber existido hasta el momento
de su adquisición, y lo ostentó de buena fe. Por ende, resulta correcta la
devolución del vehículo.

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§. ANÁLISIS DEL CASO


DERECHO A LA PROPIEDAD
DÉCIMO. De los detalles expuestos, se advierte que no se ha llegado a acreditar
la procedencia ilícita del vehículo, por lo que en efecto corresponde la
devolución de este al legítimo propietario. Como se sabe, el derecho de
propiedad es un derecho fundamental que guarda una estrecha relación con
la libertad personal, pues a través de él se expresa la libertad económica que
tiene toda persona en el Estado social y democrático de derecho. El derecho
de propiedad garantiza la existencia e integridad de la propiedad (corporal o
incorporal) para el propietario, así como la participación del propietario en la
organización y el desarrollo de un sistema económico-social. De ahí que en el
artículo setenta de la Constitución Política del Estado se reconozca que el
“derecho de propiedad es inviolable” y que el “Estado lo garantiza”3.

UNDÉCIMO. Por ello, el derecho de propiedad faculta a su titular para usar,


gozar, explotar y disponer de ella, siempre y cuando, a través de su uso, se
realice la función social que le es propia. De ahí que el artículo setenta de la
Constitución precise que el derecho de propiedad se “ejerce en armonía con el
bien común”. Y no solo esto; además, incluye el derecho de defender la
propiedad contra todo acto que tenga efectos de privación en la integridad de
los bienes protegidos. En consecuencia, el goce y ejercicio del derecho de
propiedad solo puede verse restringido en los siguientes supuestos: a) estar
establecidas por ley; b) ser necesarias; c) ser proporcionales, y d) hacerse con el
fin de lograr un objetivo legítimo en una sociedad democrática. En conclusión,
el derecho de propiedad solamente puede ser materia de restricciones por las
causas y finalidades señaladas en la propia Constitución4.

RESTRICCIÓN DE DERECHOS
DUODÉCIMO. La restricción de derechos fundamentales del sujeto en la
búsqueda y obtención de fuentes de prueba en el contexto de un proceso

3 STC Expediente número 03258-2010-PA/TC, segundo y tercer fundamento jurídico; y STC Expediente número
03881 2012-PA/TC, séptimo y octavo fundamento jurídico.
4 STC Expediente número 03881 2012-PA/TC, décimo fundamento jurídico. Véase también STC Expediente

número 3889-2004-AA/TC, séptimo fundamento jurídico.


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penal debe estar informada de los siguientes principios5: 1) Legalidad, referida a


la regulación de su adopción, presupuestos de su aplicación contenido y
limitaciones. 2) De suficiencia indiciaria, estos están constituidos por datos
objetivos de la comisión de un delito. 3) Jurisdiccionalidad, solo los órganos
jurisdiccionales están facultados a restringir derechos fundamentales. 4)
Motivación, tal exigencia es necesaria para las resoluciones judiciales, así como
para los requerimientos fiscales. 5) Proporcionalidad.

INCAUTACIÓN
DECIMOTERCERO. Entre estas medidas se encuentra la incautación, regulada en
los artículos doscientos dieciocho a doscientos veintitrés del Código Procesal
Penal; así también, ha sido materia de desarrollo en el Acuerdo Plenario número
cinco-dos mil diez/CJ-ciento dieciséis, en el cual se han precisado sus alcances,
características y objetivos. Así, la incautación es una medida cautelar de
carácter real, por lo que recae en el patrimonio del imputado o, en todo caso,
sobre bienes jurídicos patrimoniales, limitándolos con la finalidad de impedir que,
durante el proceso, determinadas actuaciones dañosas o perjudiciales por
parte del imputado afecten la efectividad de las sentencias con relación a las
consecuencias jurídicas de carácter económico del delito o en cuanto a la
propia eficacia del proceso6.

DECIMOCUARTO. La incautación en el ámbito aduanero es una medida


preventiva y provisional, consistente en el apoderamiento forzoso, por parte de
las autoridades competentes, de los bienes objeto de los delitos de
contrabando o defraudación de rentas de aduanas, hasta la expedición de la
sentencia o resolución que decida su situación legal7.

DECIMOQUINTO. Así, el artículo trescientos veinte, inciso uno, del Código


Procesal Penal establece que, dictada sentencia absolutoria, auto de
sobreseimiento o de archivo de las actuaciones, los bienes incautados se

5 SAN MARTÍN CASTRO, César. Búsqueda de pruebas y restricción de derechos. Actualidad jurídica N.° 144,

Lima, p. 251.
6 NEYRA FLORES, José Antonio. Manual del nuevo proceso penal y litigación oral. Lima, Idemsa, 2010, p. 491.

7 STC Exp. N.° 1210-2004-AA/TC, sexto fundamento jurídico.

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restituirán a quien tenga derecho, salvo que se trate de bienes intrínsecamente


delictivos. El auto, que se emitirá sin trámite alguno, será de ejecución inmediata.
Asimismo, el artículo trece de la Ley número veintiocho mil ocho –Ley de Delitos
Aduaneros– establece que las mercancías, medios de transporte, bienes y
efectos que constituyan objeto del delito, así como los instrumentos utilizados
para la comisión del mismo serán custodiados por la administración aduanera
en tanto que se expida el auto de sobreseimiento, sentencia condenatoria o
absolutoria proveniente de resolución firme que ordene su decomiso o disponga
su devolución al propietario. En el caso bajo análisis no puede existir mayor
discusión sobre el bien mueble, pues a lo largo de la investigación no se ha
logrado determinar que este sea de procedencia ilícita, es decir, que sea un
bien intrínsecamente delictivo.

LEGITIMIDAD DE DERECHOS
DECIMOSEXTO. El artículo trescientos diecinueve, literal b), del Código Procesal
Penal establece que las personas que se consideren propietarios de buena fe de
los bienes incautados y que no han intervenido en el delito investigado podrán
solicitar el reexamen de la medida de incautación, a fin de que se levante y se
le entreguen los bienes de su propiedad. Bajo esa línea, don Heriberto Chávez
Domínguez fue el quinto propietario adquiriente del vehículo, materializado a
través de un contrato de compraventa, celebrado con fecha cinco de
noviembre de dos mil nueve. Dicho acto fue inscrito en la Superintendencia
Nacional de los Registros Público, Zona Registral número uno, Sede Piura, y
conforme a la boleta informativa emitida por dicha entidad el vehículo no
registraba ningún tipo de afectación8. Sin embargo, fue privado de su derecho
a la propiedad mediante la medida de incautación en el marco del proceso
penal seguido contra Ricardo Bazán Calderón por la presunta comisión del
delito de contrabando agravado.

DECIMOSÉPTIMO. El Tribunal Constitucional, en el expediente número cero dos


mil novecientos ochenta y nueve-dos mil doce-PA/TC, ha establecido criterios

8 Véase a fojas ocho y nueve del cuaderno de reexamen del Expediente N.° 03704-2014-95-2001-JR-PE-03.

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para evaluar la legitimidad constitucional del mantenimiento de la medida de


incautación de los bienes en el marco de un proceso penal respecto a un
tercero o a un afectado ajeno al mismo. Así, en los casos en los que se
encuentra objetivamente acreditada la no vinculación absoluta del propietario
del vehículo con los hechos investigados, el mantenimiento de la medida de
incautación sobre el vehículo, más allá de la necesaria etapa investigatoria,
constituye una limitación ilegítima en el derecho de propiedad, por lo que
corresponde su devolución.

DECIMOCTAVO. Bajo esa línea de ideas, se concluye que don Heriberto Chávez
Domínguez:
18.1. No fue comprendido –como investigado, autor, coautor, cómplice y otros– en el
proceso penal seguido contra Ricardo Bazán Calderón como autor por la
presunta comisión del delito aduanero, en su modalidad de contrabando
agravado, previsto y sancionado en el artículo siete de la Ley número veintiséis
mil cuatrocientos sesenta y uno –Ley de Delitos Aduaneros–, vigente al momento
de la comisión de los hechos, en agravio del Estado peruano-Sunat.
18.2. Fue el quinto propietario adquiriente del vehículo materia de litis, mediante
un contrato de compra venta, celebrado con fecha cinco de noviembre de
dos mil nueve, por un valor de veintitrés mil quinientos dólares americanos; dicho
acto fue inscrito en la Superintendencia Nacional de los Registros Público, Zona
Registral número uno, Sede Piura, y conforme a la boleta informativa emitida por
dicha entidad el vehículo no registraba ningún tipo de afectación9, y se obtuvo
bajo la buena fe registral10, y conforme al artículo dos mil trece del Código Civil,

9Véase a fojas ocho y nueve del cuaderno de reexamen del Expediente N.° 03704-2014-95-2001-JR-PE-03.
10 Así, en la Casación N.° 2095-2013/Lima, del veintiuno de noviembre de dos mil trece, de la Sala Civil
Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, en el duodécimo fundamento jurídico se
precisó que el artículo 2014 del Código Civil regula el principio de la buena fe registral, cuya importancia
radica en la necesidad de asegurar el tráfico patrimonial con la finalidad de proteger las adquisiciones que
por negocio jurídico efectúen los terceros adquirentes y que se hayan producido confiados en el contenido
del registro. Del mismo modo. en la Casación N.° 3975-2013/Lima Norte, del quince de mayo de dos mil
catorce, de la Sala Civil Permanente de la Corte Superior de Justicia de la República, en el considerando
5.5., se precisó que la fe pública registral contenido en el artículo 2014 del Código Civil radica en la
necesidad de asegurar el tráfico patrimonial, cuyo objeto consiste en proteger las adquisiciones que
efectúen terceros adquirientes bajo la fe del registro; para ello, la ley reputa exacto y completo, el contenido
de los asientos registrales. Así, la principal finalidad de la inscripción es amparar a los terceros que contraen
de buena fe, a título oneroso y sobre la base de lo que aparezca en el registro. La doctrina ha señalado que
el artículo 2014 del Código Civil, en concordancia con el artículo VIII del título preliminar del Reglamento
General de los Registros Públicos, y se puede concluir que entre los requisitos necesarios para que el principio
de la buena fe registral surta sus efectos figuran: adquisición válida de un derecho, previa inscripción del
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el contenido de la inscripción se presume cierto y produce todos sus efectos,


mientras no se rectifique o se declare judicialmente su invalidez. Del mismo
modo, el artículo dos mil catorce del referido código indica que el tercero que
de buena fe adquiere a título oneroso algún derecho de persona que en el
registro aparece con facultades para otorgarlo mantiene su adquisición una vez
inscrito su derecho, aunque después se anule, rescinda o resuelva el del
otorgante por virtud de causas que no consten en los registros públicos.
18.3. Tomó las previsiones que le conciernen como adquiriente del bien, pues la
Superintendencia Nacional de los Registros Públicos, Zona Registral número uno,
Sede Piura, evidenciaba que el vehículo no registraba ningún tipo de
afectación.
18.4. Para la compra del vehículo adquirió una deuda hipotecaria de la Caja
Municipal de Ahorro y Crédito de Piura, y al perder su herramienta de trabajo –el
vehículo en cuestión– no pudo cumplir sus obligaciones ante la aludida entidad
financiera, por lo que el juez del Quinto Juzgado Civil de la Corte Superior de
Justicia de Piura, en el Expediente número cero dos mil cuatrocientos trece-dos
mil catorce-cero-dos mil uno-JR-CI-cero cinco, ejecutó la garantía hipotecaria,
mediante Resolución número cuatro, de fecha primero de julio de dos mil
quince, y dispuso el remate del inmueble dado en garantía, por lo que perdió
dicho bien inmueble a consecuencia de la incautación del vehículo11.

Estos datos revelan que don Heriberto Chávez Domínguez adquirió el vehículo
bajo el principio de la buena fe. En el proceso no se ha demostrado la
naturaleza ilícita de bien. Si bien es cierto que en un primer momento la medida
de incautación del vehículo fue legítima y necesaria, ahora, al haberse
determinado que no existe prueba alguna que acredite la ilicitud del bien,
dicha medida deviene en ilegítima; por ende, de mantenerse este, constituiría
una vulneración de un derecho constitucional –a la propiedad– a un tercero
ajeno a la relación procesal penal, por lo cual resulta insostenible su incautación.

derecho transmitido; inexpresividad registral respecto de causales de ineficacia del derecho transmitido;
onerosidad en la transmisión del derecho; buena fe del adquiriente; e inscripción del derecho a su favor.
11 Véase fojas once del cuaderno de reexamen del Expediente número 03704-2014-95-2001-JR-PE-03.

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CORTE SUPREMA SALA PENAL PERMANENTE
DE JUSTICIA CASACIÓN N.° 1699-2017
DE LA REPÚBLICA PIURA
PODER JUDICIAL

DECIMONOVENO. Asimismo, en la Sentencia Casatoria número sesenta y seis-dos


mil once/Cusco, séptimo fundamento jurídico, se estableció que, en los casos en
que se haya dado por finalizada la investigación preparatoria con la
consiguiente declaración de archivo, los bienes que hayan sido materia de
incautación deben ser devueltos en virtud de la norma procesal. Aunado a ello,
mediante la Sentencia Casatoria número cuarenta y cinco-dos mil doce/Cusco,
se estableció como doctrina jurisprudencial que: “Los vehículos incautados si bien
quedan bajo custodia de la Administración Aduanera por disposición del Fiscal, ello debe ser así
hasta que se expida el auto de sobreseimiento, sentencia condenatoria o absolutoria proveniente
de resolución firme que ordene su decomiso o disponga su devolución; limitándose la función de
dicha entidad a la custodia del bien, no siendo este quien determine el futuro del bien incautado;
sino el juez quien reexamina y dispone su devolución del bien”.

VIGÉSIMO. No son de aplicación los conceptos de las Sentencias Casatorias


número ciento treinta y seis-dos mil quince/Cusco y número ciento trece-dos mil
trece/Arequipa por la sencilla razón de que en el caso en concreto, pese a las
investigaciones del ente persecutor del delito, no se ha acreditado que el
vehículo incautado sea de procedencia ilícita o tenga la calidad de un bien
intrínsecamente delictivo.

VIGESIMOPRIMERO. Finalmente, el origen de la presente casación fue por la


presunta infracción de determinados preceptos procesales en lo que concierne
a la cancelación de la medida de incautación y devolución del vehículo a su
actual propietario, sin considerar que el vehículo habría ingresado al territorio
nacional en forma ilegal. Estando a los considerandos esgrimidos anteriormente,
se advierte que el juez de garantía y la Sala Penal de Apelaciones invocaron la
norma correcta a efectos de establecer el destino del vehículo, pues no se ha
llegado a determinar la procedencia ilícita de dicho bien. Así, el presente
recurso debe ser declarado infundado.

VIGESIMOSEGUNDO. La impugnación del procurador público ha sido


desestimada. Y el inciso uno del artículo cuatrocientos noventa y nueve del
Código Procesal Penal establece que se encuentran exentos del pago de
costas dichos representantes del Estado.

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CORTE SUPREMA SALA PENAL PERMANENTE
DE JUSTICIA CASACIÓN N.° 1699-2017
DE LA REPÚBLICA PIURA
PODER JUDICIAL

DECISIÓN
Por estos fundamentos:
I. Declararon INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por el ACTOR
CIVIL-PROCURADORA PÚBLICA DE LA SUPERINTENDENCIA NACIONAL DE ADUANAS Y
ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA (SUNAT) contra la Resolución número veinte, de fojas
doscientos doce, de fecha dieciséis de octubre de dos mil diecisiete, emitida
por la Primera Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de
Piura, en el extremo que confirma la resolución de primera instancia que
resuelve cancelar la medida de incautación dispuesta contra el vehículo de
placa de rodaje P1E-923 y ordena devolver el citado vehículo a su legítimo
propietario, Heriberto Chávez Domínguez.
II. EXONERARON al recurrente del pago de las costas del recurso, conforme
a ley.
III. DIPUSIERON que la presente sentencia casatoria se lea en audiencia
pública por intermedio de la secretaria de esta Suprema Sala; y, acto seguido,
se notifique a todas las partes personadas a la instancia, incluso a las no
recurrentes.
IV. DISPUSIERON que se remita la causa al Tribunal Superior para los fines
legales correspondientes, y se archive el cuaderno de casación en esta Corte
Suprema.
Intervino el señor juez supremo Bermejo Ríos por licencia de la señora jueza
suprema Barrios Alvarado.
S. S.
SAN MARTÍN CASTRO

PRÍNCIPE TRUJILLO

SEQUEIROS VARGAS

CHÁVEZ MELLA

BERMEJO RÍOS

CHM/mrvc

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