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Liderazgo en el profesor, una cualidad indispensable

Por: Bertha Patricia Del Toro Sánchez.

Introducción
No siempre nos percatamos de las cualidades que tenemos, por lo tanto es importante realizar lo necesario
para identificarlas y después fortalecerlas. Se pueden adquirir destrezas y habilidades nuevas; sin embargo, es
preferible mejorar los talentos que ya se poseen.
Dentro de las habilidades que debe poseer un docente se encuentra el liderazgo. El profesor que desee ser
líder con sus alumnos debe identificar sus debilidades y después trabajar para superarlas. Por otro lado, es
fundamental que el profesor sea responsable y exija responsabilidad; además debe cuidar que sus
pensamientos, sentimientos, palabras y actos sean congruentes, no sólo con el fin de brindar una mejor
calidad en sus clases, sino para formar a sus alumnos como individuos íntegros y valiosos.

Liderazgo para el cambio


La vida está conformada por cambios. El ser humano no es estático; por eso en todas las sociedades,
empresas, escuelas y grupos hay cambios, mismos que se pueden dar de manera tajante o paulatina.
En el entorno educativo no sólo los directivos deben tener la exclusividad para participar con ideas nuevas y
originales para el cambio; así pues, todos los miembros de un grupo tienen la capacidad de contribuir; sin
embargo, no siempre se tiene la cultura de la participación, pues se dan casos en que los líderes de un grupo
suelen acaparar el derecho de aportar, obstaculizando así la mejora. Además de la problemática anterior, la
mayoría de las personas nos resistimos cambiar, quizás por el temor a lo desconocido.
El personal y los alumnos de reciente ingreso en una escuela por lo regular se caracterizan por poseer mucha
energía e ideas frescas, mientras que el personal con antigüedad suele distinguirse por tener experiencia.
Puede resultar conveniente para todos aprovechar las características de ambos, porque la combinación de la
experiencia con el entusiasmo puede llevar a cambios útiles y positivos para la organización escolar.
Es conveniente que los líderes de grupos, tanto directores, jefes y coordinadores en una escuela acepten
críticas constructivas por parte del resto del personal y que lo mismo hagan los profesores de parte de los
alumnos, ya que cuando realizamos un trabajo de manera constante y repetitiva, se corre el riesgo de caer en
lo rutinario, lo obsoleto, lo mediocre y muchas veces en lo erróneo.
Si un profesor pretende influir como líder para que los alumnos hagan cambios positivos es necesario hacerles
ver lo valiosos que son como integrantes del grupo y sobre la importancia de ser constantes en las decisiones
una vez tomadas. Lo anterior es una tarea ardua para el profesor, quien debe trabajar junto con sus alumnos.
El ego es un obstáculo para progresar y fortalecer los talentos que se poseen, pues si se cometen errores
cuando se cree que se ha perfeccionado una cualidad, entonces puede sobrevenir el miedo al fracaso. Pero
esto es falta de autoestima y seguridad, pero se debe entender que la vida se vive para aprender.
Para saber si se posee o no una cualidad es necesario experimentar y probar con diferentes habilidades y
destrezas.

Cualidades de un profesor líder


Cuando se solicita a los alumnos que expresen su manera de pensar y de sentir por lo regular experimentan
temor a decirlo, miedo a ser desaprobados, reprobados. Quizás esta situación se relaciona con una cultura en
la cual el profesor ha sido quien manda y el alumno quien obedece. De ninguna manera significa lo anterior que
al estudiante se le deba permitir la indisciplina y el libertinaje, sino considerar sus opiniones y percepciones.
La búsqueda del cambio no significa desechar lo pasado, porque si no se recuerda lo vivido se convierte en
una desventaja ya que se corre el riesgo de cometer los mismos errores. Los errores cometidos no deben
restar seguridad para actuar ni producir la sensación de que no se puede mejorar. La actitud idónea consiste
en recordar el pasado para identificar las fallas y tratar de no repetirlas.
En cuanto a pensar en el futuro tiene como ventaja el sentido de planear. Si logramos la felicidad y plenitud
disfrutando todo lo que estamos haciendo en el presente utilizamos el pasado como referencia de los aciertos y
de los errores y en el futuro cumplir lo planeado, entonces es más factible lograr de manera exitosa los
objetivos propuestos.
Por otro lado, realizar las cosas con pasión es indispensable para ser un buen líder. Ante las adversidades de
la vida es mejor pensarse como un personaje que aprovecha su situación actual para aprender y crecer.
También es valioso analizar los patrones que estamos siguiendo al actuar, con el fin de identificar si todavía
son viables y nos ayudan a crecer y mejorar, o si son obsoletos y sólo nos están obstaculizando.
Existen cualidades que poseen la mayoría de los líderes, una de estas cualidades consiste en mostrarse ante
el grupo de manera sencilla dejando ver algún defecto sin que esto comprometa la credibilidad que los
seguidores tienen en él; así el alumno percibe que el maestro también se equivoca y esto lo vuelve más
empático. Otra cualidad común es la confianza que el profesor-líder tiene en sí mismo para resolver los
problemas; el líder confía en sus instintos, lo cual aprovecha para tomar decisiones en el tiempo y forma
correctas.

El profesor líder, al revelar alguna deficiencia debe tener en cuenta que esa deficiencia no comprometa su
función primordial. Es mejor que el docente escoja un defecto propio y exponerlo, a que los seguidores le
inventen algún otro, perjudicando así su imagen.
Los profesores líderes revelan cualidades que los hacen diferentes de los demás. Para que un profesor sea
considerado líder no es suficiente que se cumplan los objetivos de aprendizaje porque además de esto debe
provocar que los alumnos confíen en él y sigan su ejemplo.
Otra característica que se ha observado en los profesores líderes radica en que se interesan por conocer a sus
alumnos, se preocupan sinceramente por sus problemas, tareas, actividades y conflictos con el fin de
ayudarlos, asesorarlos y guiarlos oportuna y eficazmente. Esto se refiere a detectar mensajes no verbales,
identificar información en los silencios, entre otros.

Liderazgo y personalidad
Un buen liderazgo tiene mucha relación con los diversos rasgos de personalidad tanto del alumno como del
profesor; Velásquez (1994) hace alusión a tres tipos de personalidad los cuales se pueden aplicar muy bien
tanto al docente como al discente y son los siguientes: el batallador tenaz, el colaborador amistoso y el
pensador objetivo.
El batallador tenaz se identifica con la actitud agresiva, egoísta, conflictiva y manipuladora; por lo que le
convendría ser más considerado con los demás si quiere lograr una relación adecuada dentro del salón de
clases. El colaborador amistoso se determina por no defender sus convicciones, pero es muy cooperador, a él
le vendría bien socorrer más sus argumentos e intereses aún en contra de los fundamentos de los demás,
debe aprender a enfrentar las situaciones, tener firmeza y coraje para no rehuir los problemas ni atenuarlos. El
pensador objetivo se caracteriza por ser primordialmente analítico y racional, pero poco afectivo; pelea y lucha
por lograr los objetivos. Este tipo de personalidad tiene a su favor la tendencia a esforzarse objetivamente para
llegar a la meta, pero sería conveniente desarrollar un poco más el área afectiva.
Aristóteles ya hablaba de diferentes personalidades existentes en el educador y el educando,asimismo planteó
un justo medio entre estos tipos de personalidad. Quizás si los profesores trabajasen para lograr este justo
medio entonces se pudiera conseguir practicar un liderazgo ideal dentro del aula.

El profesor debe tener la capacidad para identificar en los alumnos y para diagnosticar posibles conflictos;
asimismo debe poseer la capacidad y madurez necesaria para resolver los problemas; para esto conviene que
utilice como herramienta la administración, pues mediante su proceso podrá lograr un liderazgo encaminado
hacia una educación de excelencia.

El papel del docente no se limita solamente a transmitir a los alumnos conocimientos; sino que además debe
dominar y manejar de manera eficiente y eficaz su materia, su área o profesión y también es indispensable que
cuente con las herramientas pedagógicas y didácticas para transmitir esos conocimientos y experiencia.

La instrucción debe realizarse conjuntamente con la formación integral del educando, y esta formación se
puede brindar dentro de la escuela, con el ejemplo que el maestro proporcione al discente; es decir; la
conducta, valores morales, creencias, principios y actitudes que aquél demuestre, serán las que el alumno
seguirá y aprenderá; siempre y cuando el docente posea las cualidades de líder, para que, de esa manera
pueda inspirar al educando hacia un cambio positivo y conmoverlo para que siga superándose día a día,
haciendo las cosas con amor.

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