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1) Resulta difícil definir la propiedad en las fuentes cuneiformes ya que no hay términos

acadios ni términos sumerios que designen el concepto de propiedad en sí mismo. Se


utiliza la palabra (bēlum) como señor/patrón expresando la relación directa entre un sujeto
y un objeto, pero no el poder absoluto sobre una cosa. El derecho de propiedad no es
realmente distinto del objeto al cual se refiere. Es concebido como modo concreto y no
abstracto.

2) Para la época paleobabilónica la tierra como bien inmueble pertenece a manos


privadas pero la dificultad consiste en la ausencia de una palabra específica que designe
la tierra familiar distinta al de la tierra pública. Como consecuencia de ello resulta difícil
distinguir las superficies que dependen de la corona de aquellas que constituyen la
“propiedad privada” independiente. De este modo, los criterios de distinción entre unos y
otros no son suficientes, por ejemplo; Una parcela no trabajada desde largo tiempo e
incluso en la “casa paterna” puede pertenecer a la categoría de bienes propios, pero
también a la de los bienes inmobiliarios, en virtud de una tendencia precoz a la
patrimonialización de los campos concedidos. Porque, en la práctica, el detentor y el
propietario del alodio se comportan del mismo modo, los textos no permiten siempre
distinguir estas dos categorías.

3) La legislación establece que la tenencia del servicio (Ilkum) por parte de un soldado
resulta inalienable mientras éste viva y es transmisible a los hijos varones mayores. Sin
embargo, en caso de que el soldado esté ausente o resulte prisionero la tierra es
reasignada a un nuevo detentor. Si la tierra es transferida a un nuevo detentor, pero el
soldado regresa recuperará el campo después de un año, pero lo perderá definitivamente
al cabo de los tres años dependiendo de quien lo suceda en sus funciones. A su vez, un
campo abandonado o libre a causa de la muerte de su detentor retorna a la Corona. Estas
disposiciones establecidas por la legislación en cuanto a la tenencia de la tierra pública
tienen como objeto impedir al titular de actuar libremente con el bien que le ha sido
concedido por el palacio como institución que posee el dominio absoluto sobre estas
tierras.

4) La propuesta de la autora es que se debería evitar el uso de la palabra propiedad o las


diversas formas de pertenencia del suelo porque los mesopotámicos no lo hacen, y que el
uso de la palabra propiedad en Babilonia es una realidad compleja y no un concepto bien
definido. Esto último, es más bien propio de la tradición jurídica europea continental.

Así, para referirse a esta categoría [propiedad], conviene partir de los aspectos concretos,
como hacían los mismos babilónicos. Así, las fuentes paleobabilónicas expresan
que; para que la propiedad exista debe ser visible y manifestarse en actas que refieran a
los derechos y las obligaciones del propietario.

5) El propietario puede vender su bien, prestarlo, alquilarlo, darlo en garantía o transmitirlo


a sus herederos. A cada uno de estos actos corresponde un tipo de contrato, distinto
según se trate de un bien mueble o de un inmueble, conteniendo cláusulas
específicas. El objeto de la venta es en general material, pero se pueden vender también
prebendas, bienes inmateriales, asimilados a los muebles. En lo referido a las ventas
muebles se refiere a ventas de animales, de esclavos, de niños o de grano y en cuanto a
los bienes inmuebles, se trata de campos, casas o jardines, etc. A veces se precisa
cuáles son los accesorios vendidos con la casa, en particular si se trata de objetos de
madera como por ejemplo la venta de una puerta.

6) El edicto de perdón servía para la anulación de las ventas. En lo que se refiere a las
ventas inmobiliarias de la época paleobabilónica ante un cambio de propiedad el
adquirente debía depositar una suma de dinero correspondiente al precio de venta para
compensar al vendedor.

En cuanto a la anulación de las ventas en virtud de un edicto de perdón, los reyes


mesopotámicos intervenían para anular los débitos no comerciales de los individuos, para
así restablecer la justicia social en los periodos de crisis económica. Pero también
intervenían para celebrar ya sea la llegada del rey o una victoria militar importante.

7) Existen modos diferentes de división del patrimonio familiar, en cuanto a las sucesiones
en primer lugar de sucesor se encuentran los hijos, después los nietos en representación
de los hijos, faltando los hijos heredan las hijas y faltando los hijos legítimos heredan los
descendientes de relaciones con una prostituta. En caso de no haber herederos de línea
directa son los hermanos del difunto quienes ocupan su lugar. Cabe destacar que la
esposa no hereda automáticamente del marido, sino que recibe una parte del patrimonio
paterno a título de dote y este funciona como un anticipo de la herencia directa; ya que el
matrimonio de la mujer representa un riesgo y su capacidad sucesoria debe ser
controlada.

La constitución de una dote no es obligatoria, es decir que puede ser obviada por el padre
de familia, mientras que este no puede desheredar a sus hijos sin justificación.

La esposa puede recibir un don por parte de su marido (generalmente luego del
nacimiento de un niño), y estos bienes que reciben le sirven como sustento cuando su
marido falte, y de estos bienes no podrán apropiarse los hijos. Este don significa que la
mujer permanezca en la casa conyugal y que no vuelva a casarse, para así no transmitir
los bienes del marido fuera de su familia.

La devolución del don depende con frecuencia de la mujer, y esta puede elegir transmitir
el don a aquel hijo que la mantuvo durante la vejez o servirá para constituir una dote a
una hija.

En cuanto a la sucesión masculina, los hijos heredan en partes iguales así sean hijos de
matrimonios distintos, pero el padre puede privilegiar a su hijo preferido (obligatoriamente
del cónyuge principal).

El hijo privilegiado va a tener el derecho de elegir su parte antes que los otros herederos y
además de su parte sucesoria puede adquirir un bien inmueble.
La división de los bienes muebles aventaja aún más al hijo mayor, el cual es
generalmente el privilegiado, ya que recibe un esclavo y una esclava, mientras que su
hermano solo una esclava

Selección del código de Hammurabi

a. En el código es posible identificar una sociedad dividida en clases siendo estas;

 Awilum entendido como hombre libre o miembro de la elite.

 Mushkenum quien se encuentra por debajo del Awilum. Disfruta de ciertos


privilegios, pero está sometido a determinadas obligaciones (corveas).

 Wardum entendido como esclavo.

De este modo, es posible apreciar que la mayoría de las leyes y castigos que presenta el
código giran en torno a estas tres clases, donde las penas son diferentes en función del
estatuto jurídico del acusador y el acusado.

Por ejemplo: en caso de que un Awilum o Mushkenum asesinaran a un esclavo la pena


consistía en un resarcimiento económico o humano (se devolvía un esclavo). Pero, en
caso de que la muerte se haya dado entre miembros de clase alta, la pena consistía en la
muerte de ambos. O como expresa el artículo 8 del código “Si un hombre roba un buey o
una oveja, o un asno, o un cerdo, o una barca, sean del dios o del Palacio, lo devolverá
30 veces; si son de un individuo común, lo devolverá 10 veces. Si el ladrón no tiene con
qué devolver, será ejecutado”.

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