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TIERRA, TRADICION Y

PODER EN COLOMBIA
ENFOQUES ANTROPOLOGICOS

Obra a cargo de:


NINA S. DE FRIEDEMANN

I N S T IT U T O C O L O M B IA N O DF. C U L T U R A

S U B D lR E C C IO N DE CO M U N ICA C IO N E S C U L T U R A L E S
BIBLIOTECA BASICA C O L OM BIANA

I
EL ENDEUDE EN EL PROCESO
PRODUCTIVO EN LA AMAZONIA
Camilo Domínguez
Impreso en la División de Edición del
Departamento Administrativo
Nacional de Estadística, DAÑE
Bogotá, D.E., Colombia, Julio de 1976
Puerto Leguízamo. Rio Putumayo. Amazonia Colombiana. Maloca o casa comunal
de indígenas Murui-Muinane. 1971. Selva lluviosa tropical. Suelos pobres con alta
acidez y constante pérdida de nutrientes. (Foto cortesía de Fernando Urbina).

/

El endeude com o forma servil de trabajo

Uno de los rasgos más notorios que nos indica las formas imperfectas
que adquirió el surgimiento del capitalismo en América Latina, lo
constituye la adopción del endeude como sistema básico de relación entre
la mano de obra nativa y los nuevos empresarios criollos, herederos
directos de la infraestructura y gran parte de la superestructura colonial.
Cuando el empresario o mercader adelanta manufacturas o dinero a su
“endeudado” , no se somete a las reglas de oferta y demanda del
capitalismo clásico. Crea sus propias reglas del juego que llevan a un nuevo
tipo de relación servil, al surgir “lealtades” espurias, como resultado de la
ignorancia o del terror. El endeudado no sólo se somete a pagar la deuda,
sino que también adquiere vinculaciones morales que, velada o
abiertamente, siempre van en su perjuicio.
En nuestro país, el sistema de endeude se perfecciona en el campo de
la minería, a partir de la “libertad” de los esclavos, hecho que en gran
parte se motivó en la poca rentabilidad del sistema esclavista. Cuando el
antiguo amo se transforma en patrón, cambia el látigo y las cadenas por la
tienda de raya y la prisión por deudas.
Al vincularse un minero a la cuadrilla de una mina, quedaba obligado
moral y económicamente a comprar en la tienda del patrón, donde las
cuentas se llevaban por medio de rayas, debido a la ignorancia del minero
(de ahí el nombre de tienda de raya). Cada nueva cuenta se transforma en
un eslabón más para formar la cadena que aprieta cada vez con mayor
dureza al endeudado, pues el precio de la mercancía es muy alto y el
salario muy bajo; además, el manejo amañado de la contabilidad coadyuva
a que la cuenta nunca pueda ser redimida y, por lo tanto, el minero
permanezca hasta la muerte al servicio de la mina, ganando apenas lo
Indígena Murui-Muinane. Puerto Leguízamo, Putumayo, Amazonia Colombiana. necesario para sobrevivir. Si en algún momento se propone evadir la deuda,
Elaboración de la yuca brava. 1971. (Foto cortesía de Fernando Urbina), la “justicia” siempre estará presta para colaborar con el patrón, utilizando

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el garrote, el cepo y la cárcel para quien trata de robar al honrado Muy diferente es la situación en la región amazónica, donde se repiten
empresario. en este siglo los mismos procesos sufridos por el interior del país durante la
Con el surgimiento de la hacienda republicana también surge el Conquista y el coloniaje a través de cuatro siglos.
sistema del endeude para los nuevos trabajadores, que en su mayoría son El nativo amazónico permaneció relativamente libre de la expoliación
indígenas puros o en proceso de mestizaje precoz. La tienda de la hacienda española y criolla, hasta ese momento, debido a la pobreza de su región en
es un trapiche mediante el cual se extraen las escasas ganancias del metales y piedras preciosas y a las grandes dificultades que se presentan allí
asalariado. Un cuadro perfecto de su funcionamiento lo da Medardo Rivas para las explotaciones agropecuarias (Domínguez, 2, p. 28).
en su libro Los trabajadores de tierra caliente, cuando refiere con Con los inicios del siglo penetran unos pocos colonos “blancos”
orgullo cómo se utilizó la tienda de la hacienda “ Las Juntas de Apulo” colombianos hacia la Amazonia, a raíz del boom internacional del caucho
(Cundinamarca), con la cual sus dueños "... formaron una gran fortuna y promovido por la nueva industria automovilística de Inglaterra, Alemania y
levantaron una familia honorable” (Rivas, 1, p. 101). Realmente, el salario EE. UU. R áp id am en te, estos nuevos caucheros aprenden técnicas
del trabajador le sirve sólo como medida de trueque al fin de la semana extractivas desarrolladas por los “siringueros” del Brasil y que fueron
para pagar los víveres y mercancías que retira de la tienda. Todo el llevadas hasta su más refinada crueldad por las empresas caucheras
circulante vuelve a manos del hacendado, lo cual indica lo bajo de los extranjeras, especialmente por los grupos mixtos anglo-peruanos.
salarios y la cobertura permanente del “fiado” , que es la regla y no la En la región amazónica del Brasil, el sistema comercial siempre ha
excepción en la época. estado regido por el endeude como pauta en el intercambio. Al iniciarse la
Este sistema de explotación de tipo capitalista se ve reforzado por una explotación del caucho en gran escala, hacia 1870, se conforma un
serie de vínculos semi—feudales que podríamos llamar de patronazgo. complicado sistema comercial al débito, que, según Charles Wagley, “ ... es
Cuando el patrón sirve de padrino para bautizos, confirmaciones y controlado en la cima por las compañías importadoras exportadoras de
matrimonios, está creando, a través de la iglesia, vínculos sacros con el Belén y Manaos (aviadores). Estas grandes compañías envían mercancías a
peón, que toman el nombre genérico de compadrazgo. Se está creando así crédito a los comerciantes locales (siringalistas), y ellos proveen caucho y
un tratado de fidelidad entre el tiburón y la sardina. otros productos en retorno. Estas casas abastecedoras y exportadoras son
El compromiso tácito más importante que adquiere el patrón es el propietarias de los vapores que surcan regularmente los principales ríos y
préstamo o adelanto de dinero a su “compadre” para salir de los trances sus tributarios, proveyendo, en muchos casos, el único medio de
más difíciles de penuria, a los cuales les ha conducido su propia comunicación entre los puntos de comercio y los poblados y ciudades de la
explotación. A medida que progresa el endeude, va progresando también la región. A su vez, los comerciantes locales suplen las necesidades de sus
sumisión del endeudado, quien se somete a todas las arbitrariedades que el clientes, los recolectores de caucho, quienes venden a ellos el resultado de
patrón le exige, tanto a él como a su familia, como contraprestación en ese su recolecta. Cada uno es un deudor del otro. El colector al comerciante y
doble vínculo moral y económico contraído; multitud de servicios gratis, el comerciante a la firma importadora—exportadora. Cada uno avanza
como mandadero, proveedor de leña o cacería, que presta el varón y los mercancías al otro a crédito. E, innecesario es decirlo, en negocios tan
hijos hombres, o cocinera, lavandera y hasta amante ocasional, que prestan inciertos, los grandes exportadores de Manaos y Belén están en débito con
su esposa y sus hijas. A esto se suma la fidelidad política, pues el peón es los bancos e importadores de caucho en Río de Janeiro, Londres y New
un voto cautivo en las elecciones y un soldado raso en las contiendas York” (Wagley, 3, p. 91).
políticas, donde lo único que gana son las heridas o la muerte, mientras Debido a su influencia política en los centros de decisión, los grandes
que el patrón, convertido en guerrero, añade más tierras a sus propiedades comerciantes logran conseguir inciertos títulos sobre enormes propiedades
o pasa a la historia como el héroe de cualquier batalla ganada o perdida por y se convierten en verdaderos sátrapas en zonas donde la única ley era la
sus peones (véase Rivas, 1). impuesta por su mano, con ayuda de sus asesinos a sueldo; surgen así los
coroneles con poder absoluto.
El endeude en el Amazonas Los indígenas reducidos en poblados eran endeudados con baratijas y
enviados a los siringaies, de donde muy pocos lograban retornar, y los
Aunque el endeude sigue subsistiendo en algunos enclaves del interior indígenas libres eran cazados como fieras y esclavizados para “civilizarlos ’
del país, sin embargo es ya una institución caduca, rechazada abiertamente en las caucherías. El control de estos siervos y esclavos se lograba
por la nueva mano de obra. colocando los centros de comercio (barracones) en la boca de los ríos

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afluentes y en sitios de paso obligado, donde se custodiaba día y noche enorme riqueza necesaria para comprar honra, vida y bienes de toda una
con gente armada para que no huyesen los endeudados. gran región. Por el contrario, su debilidad y lo imposible del tráfico con el
Muy pronto la mano de obra indígena es insuficiente y se envían interior del país, los hizo depender de los coroneles y barones del caucho,
agentes para enganchar trabajadores en el nordeste del país, el famoso con los cuales comerciaban en Manaos, Belén e Iquitos, llegando hasta
cuadrilátero del hambre. Estos campesinos analfabetos, expoliados por la venderles sus propiedades, como en el caso de Rafael Larrañaga con la
sequía y la esterilidad de la tierra, dan fácil crédito a los emisarios de los Peruvian (Arana & Cía). De estos grandes comerciantes recibían a crédito
coroneles, que les hablan de la riqueza fácil en las caucherías. Reciben el avío necesario para endeudar a los indígenas que trabajaban para ellos. Por
pasaje a crédito para llegar hasta el barracón, y allí se acaban de endeudar esto, todo el caucho producido descendía en canoas o vapores por las
con herramientas, escopeta, munición, sal y víveres, para marchar luego grandes arterias, hasta confluir en los enormes alm acenes de los
hacia la cabecera de los caños en busca del látex, el cual nunca lo va a comerciantes importadores—exportadores del Brasil y Perú. A su vez, a los
librar de su deuda y menos a enriquecer, pues entre el barracón, el hambre muelles de estos puertos llegaban los transatlánticos provenientes de Nueva
y el paludismo pronto encuentra la muerte, si antes no la recibió al tratar York o Liverpool, para llevar el producto hacia los máximos detentadores
de huir cuando se dio cuenta de su verdadera situación. de esta gran pirámide económica sostenida con el sudor, lágrimas y sangre
Los caucheros colombianos penetran hacia el oriente, buscando las del indígena.
mejores “ manchas” de caucho, situadas en los cursos medios y bajos de los En el año de 1911, cuando se produjo el ataque peruano al puesto
ríos enmarcados dentro del triángulo Río Negro—Amazonas. Allí existían fronterizo de La Pedrera, promovido desde Iquitos por la Casa Arana, se
unas hipotéticas fronteras que cada país trazaba en sus propios mapas del dio también el año de máximo apogeo del caucho, exportándose cerca de
modo más favorable para sí mismo, pero que sólo vienen a definirse de facto cien mil toneladas producidas en la Cuenca Amazónica. A partir de ese
con el dominio efectivo de los caucheros, cuando razones económicas año tuvo lugar la crisis que llevaría a su total decadencia a esta industria
poderosas los llevaron a ello. Los caucheros colombianos llegan tarde en extractiva. La principal causa fue la competencia de las plantaciones
este avance y les toca trabajar la parte superior de los ríos, muy poco caucheras del Oriente, realizadas por los ingleses, quienes utilizaron
navegables y con caucho de mala calidad (Hevea benthamiana y Castilloa), semillas extraídas furtivamente del Amazonas, aclimatadas en el Jardín
mientras que al Perú, y especialmente al Brasil, les corresponden las tajadas Botánico de Kiev, y luego las sembraron en sus colonias asiáticas. Allí, la
de león en el reparto. Aún así, les tocó retroceder en el área falta de enemigos naturales de la planta la hizo prosperar y una mano de
Caquetá-Putumayo, ante el avance tardío del barón peruano del caucho, obra barata, ofrecida por antiquísimos agricultores, hizo muy rentable su
Julio C. Arana, quien, en compañía con casas importadoras inglesas, se explotación.
apoderó de esta zona, promoviendo luego el conflicto con el Perú en 1932 Cuando el caucho de sus colonias fue más rentable que el de sus socios
(Uribe, 4). del Amazonas, Inglaterra se retiró de la sociedad y promovió un escándalo
Los colombianos no contaban con mano de obra “blanca” del interior internacional sobre las atrocidades del Amazonas, el cual condujo a la
del país o de las costas, como en el caso brasileño, debido a la tremenda ruina total de las caucherías en esta parte del mundo y a su florecimiento
dificultad de atravesar los Andes. Por eso, sólo se sirvieron de mano de en el Oriente (Casament, 5; Hardenburg, 6)
obra indígena endeudada y a veces esclavizada, utilizando para ello No obstante los bajos precios del producto y un relativo control por
capataces indígenas de los grupos más aculturados que consideraban a los parte de las autoridades colombianas, el pequeño cauchero sigue
grupos libres como unos salvajes. subsistiendo hasta hoy, pues es la única actividad relativamente rentable en
Hay que hacer hincapié en que esta forma de pensar no fue inculcada el extremo oriental de la Amazonia colombiana, que, aunque sujeta a crisis
sino utilizada por los caucheros. Es una constante el fuerte etnocentrismo periódicas, sigue teniendo demanda internacional. La pauta de intercambio
en todos los grupos indígenas; cada grupo se considera la gente, y los sigue siendo el endeude, aunque con características más suaves. El indígena
demás grupos sólo son cosas, animales y, en el mejor de los casos, gentes de se somete a él porque no tiene otro medio de adquirir numerosas
rango inferior; por eso, matar o esclavizar a un miembro de otro grupo manufacturas a las cuales se habituó porque le hacen sus actividades más
étnico no es delito, sino una acción honrosa o baladí. fáciles y rápidas, como machetes, hachas, anzuelos, nylon, escopetas,
Entre los caucheros colombianos no surge ningún barón del caucho, munición, ollas, cucharas, cuchillos, fósforos, sal, etc. Hay otras
pues actúan prácticamente a espaldas del poder político del interior del país manufacturas que se adquieren por prestigio, un factor sumamente
y su explotación no es tan rentable como para permitirles acumular la importante dentro de la vida social indígena y que rige la mayor parte de

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sus actividades, aun las más elementales. Esto se hace más claro si se tiene aquel que haya trasegado la Amazonia con cierto detenimiento se da
en cuenta que ésta no es una sociedad de tipo capitalista, sino pequeños cuenta que ello no pasa de ser un hermoso mito. El indígena intocado ya
grupos cerrados donde la acumulación de uno es un peligro para el resto no existe y todos los grupos étnicos del área dependen en menor o mayor
del grupo (Goldman, 7, p.97). medida del comerciante para proveerse de una amplia gama de necesidades,
Los caucheros aprovechan este factor y les entregan a crédito relojes, creadas artificialmente o por simple contacto, de las cuales no se le puede
radios, tocadiscos, ropa cara, etc. Cuando un individuo del grupo adquieré pedir al indígena que prescinda. Esto sería igual que pedirle al colombiano
este producto, el resto del grupo se siente en la obligación de “ no ser medio del interior que prescinda del televisor y del avión jet, porque esas
menos” y se endeuda también para adquirirlo. La deuda se hace aún son tecnologías que el país aún no domina en su totalidad.
mayor a la siguiente venida del cauchero, quien trae relojes automáticos, La labor del antropólogo no debe dirigirse hacia tratar absurdamente
radios de 3 o 4 bandas y nuevos modelos o marcas más sofisticadas, que, al de mantener aislados y “puros” estos grupos, sino en servir de colaborador
ser adquiridos por un solo indígena, se difunden a todo el grupo, aunque para que el choque con la “sociedad mayor” no represente la destrucción
tengan el anterior modelo en excelentes condiciones o hayan sido cultural y física del grupo indígena. Esto se logra si la comunidad sigue
estafados con él. conservando las pautas culturales básicas que le dan cohesión y, al mismo
El indígena endeudado se compromete a pagar su deuda extrayendo tiempo, logra situarse en una posición dentro del sistema productivo que le
caucho del “siringal” durante la temporada seca, o “ fábrico” . Sise tiene en permita tener la autonomía económica necesaria para oponerse a las
cuenta que la mercancía ha sido recibida al doble o triple de su valor real y fuerzas económicas externas que tratan de atomizar al grupo para poderse
que el kilogramo de caucho se paga cuatro o cinco veces menos que su servir de sus miembros como mano de obra barata.
valor en el mercado, se puede entender que la deuda es muy difícil de
redimir, aunque las cuentas se lleven honradamente, que es la excepción y El endeude en otros campos
no la regla. Cuando al cabo de dos o tres “fábricos” la cuenta sigue igual o
más grande, por los nuevos endeudes, el indígena se desespera y huye (el
picureo ). Hasta hace unos 25 o 30 años, el picureo era castigado con la En la actualidad se genera una fuerte presión demográfica en el
mutilación de las orejas, la flagelación o la muerte. En los últimos años van interior del país, como resultado, no tanto del crecimiento poblacional,
siendo cada vez más atemperados los caucheros, debido a la presencia de sino del estancamiento industrial y del obsoleto sistema de uso y tenencia
corregidores y policías, que no permiten que aquellos castiguen al de la tierra. Debido a ello, se está produciendo una corriente cada vez más
indígena. Sin embargo, hasta 1974, el endeude era respaldado por la fuerte de desesperados que se lanzan hacia el oriente del país en busca de
autoridad, que se encargaba de hacer regresar A picureado para que pagase una difícil solución para su miseria, pero sin poseer la formación técnica
su deuda, sin informarse mucho sobre la legalidad de ella; hoy es prohibido necesaria para enfrentarse a un medio que desconocen.
explícitamente que las autoridades respalden cuentas de endeude y Estos nuevos colonos entran a compartir la suerte del indio ante el
persigan a los “picures”, pero esta es una medida que se introduce muy poder de los comerciantes. Esto, tanto si pretenden convertirse en
lentamente, porque muchas de las autoridades en la zona son caucheros o agricultores o ganaderos en la parte occidental del piedemonte amazónico,
están directamente vinculados con la cauchería por relaciones familiares o como también si se dedican a la industria extractiva en la parte central u
políticas. oriental de la región.
Por las razones anteriores, más lo enraizado de la costumbre, el Como ya se analizó en un trabajo anterior (Domínguez, 2), estos
endeude sigue rigiendo la vida económica del área y su extirpación es muy colonos que llegan a la zona, empobrecidos al máximo, sólo pueden
difícil. Especialmente en la frontera oriental, las condiciones de transporte dedicarse a una agricultura de subsistencia cuando tienen la suerte de
—tan difíciles y peligrosas- hacen que el alto riesgo trate de ser encontrar tierra disponible para hacerlo. Sin embargo, las condiciones de
compensado por los comerciantes con una ganancia muy alta. Esta baja fertilidad de los suelos no permiten sino un par de cosechas y luego se
ganancia excesiva que se logra a través del endeude, sólo se podrá controlar deben sembrar pastos para convertir los desmontes en potreros y
en la medida que se generen actividades económicas más lucrativas y que se dedicarlos a la ganadería extensiva. Mientras dura este proceso, el colono
mejore el sistema de comunicaciones en el área. es aprovisionado por los comerciantes ambulantes o situados en los centros
Posiblemente, la frase anterior suene como una herejía para muchos de mercadeo, quienes les entregan víveres, herramientas, drogas y dinero a
antropólogos que aún sueñan con el “buen salvaje” puro e intocado. Todo crédito, con la condición que la madera y las cosechas que obtenga en su

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“chagra” sólo les sean vendidas a ellos, con un precio convenido de efectivo en la zona, el autocontrol. Esa autonomía sólo se obtendrá
antemano, que en ocasiones llega a ser hasta el 50o/o del valor real. cuando ellos no estén sometidos a los imperativos del endeude, que les
Para montar una ganadería se necesita una inversión alta, pues los obliga a destruir sus propios recursos futuros para satisfacer la voracidad de
animales son caros y se necesitan entre 15 y 20 animales para estabilizar unos pocos.
una producción rentable. Ante este dilema, más la deuda contraída con el
comerciante, el colono le entrega la tierra a este último y se marcha igual o
peor que en sus inicios, hacia los frentes de colonización nuevos. “ Resulta
así el caso del típico ganadero—comerciante, única persona con
posibilidades de prosperar económicamente en las áreas de colonización.
Más aún si tenemos en cuenta que su, relativo, alto poder económico, le va
a permitir actuar convenientemente para adquirir el poder político”
(Domínguez, 2, p.40).
Se conforma así, para las áreas de colonización, la típica estructura de
tenencia de la tierra existente en el interior del país, puesto que la tierra se
concentra en pocas manos, mientras que la mayoría se ve privado de ella.
Para el colono que marcha a los frentes de colonización existe un
lím ite de rentabilidad, a partir del cual la tierra pierde su valor como
medio de producción. Esto se debe a que el costo de transportar los
insumos a la chagra y de sacar el producido de ella es superior al producto
vendido.
A partir de este límite, el “colono” entra a buscar su ingreso en la
extracción de productos forestales o faunísticos de la selva, invadiendo, la
mayoría de la veces, los terrenos de caza y pesca de los grupos indígenas.
Pero, para penetrar a través de los ríos y la selva en busca de caza y
pesca, el cazador o pescador necesita víveres, sal, anzuelos, escopetas y
municiones, productos que son sumamente costosos en el área. En su
“ayuda” viene el comerciante, quien le entrega todo esto, a crédito (con el
consiguiente sobreprecio), con la condición de pagarle con pieles o
pescado, a precios determinados de antemano.
Mas no son sólo el blanco o mestizo quienes intervienen en este nuevo
sistema de endeude, que ha llevado al exterminio casi total de numerosas
especies faunísticas del Amazonas, como el jaguar, tigrillo, nutria, perro de
agua, caimanes, etc. Los indígenas también han sido incorporados en él, lo
cual es doblemente destructivo, pues el indio es un excelente cazador y es
capaz de asolar una extensa zona en muy poco tiempo y, simultáneamente,
acaba con la cacería que le sirve de sustento a su grupo, pues necesita miles
de señuelos o carnadas para atraer los mamíferos carniceros de piel fina,
como el jaguar y el tigrillo u ocelote.
Muy poco efectivas han sido las prohibiciones de caza y pesca
emanadas del Instituto Colombiano de los Recursos Naturales Renovables
(INDERENA), por no contar con el personal y poder suficiente para
controlar esta explotación, y nada se podrá hacer hasta que el indígena y el
colono no tengan la autonomía económica suficiente para ejercer control

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