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Área/asignatura CIENCIAS SOCIALES GRADO : SEXTO


INSTITUCIÓN EDUCATIVA TÉCNICO RAFAEL GARCÍA HERREROS
“Formando en valores, emprendimiento y cultura proyectamos el campo
hacia el futuro”
Tema: La crisis del imperio romano y las invasiones Bárbaras

TUS CONOCIMIENTOS PREVIOS


Responde las siguientes preguntas con base en tus conocimientos previos.
1. ¿Qué es una crisis?
2. Qué entiendes por una invasión?

LA CRISIS DEL IMPERIO ROMANO


Entre los siglos III y V, el Imperio Romano, que había llevado sus conquistas desde las Columnas de Hércules hasta los ríos Tigris y Eufrates y, en
sentido norte-sur, desde los ríos Rhin y Danubio hasta el norte de África, convirtiendo al Mar Mediterráneo en un “lago romano”, entró en un
período de agudas crisis que, finalmente, llevaron a su decadencia y caída. Conviene que nos detengamos un momento en el tema de la crisis del
Mundo Antiguo, puesto que es una crisis originante, de manera que el fin es, al mismo tiempo, un comienzo, gracias a la lucidez de los
protagonistas de aquella época, que supieron rescatar lo mejor del mundo que terminaba para fundar otro. Como sabemos, las crisis en sí no son
negativas, si se encuentran las respuestas históricas apropiadas; no obstante, cuando ello no ocurre, se acumula una crisis detrás de otra,
agravando cada vez más la situación, llevando finalmente al colapso. Eso fue lo que, de una u otra manera, aconteció con el Imperio Romano.
La crisis de Roma puede ser catalogada como una crisis total, por cuanto abarcó prácticamente todos los niveles de existencia histórica. El fin del
expansionismo romano, por ejemplo, afectará a distintos ámbitos del Imperio; de algún modo, significaba pasar del plano del ideal -la conquista del
mundo, dada la vocación universal de Roma-, al de la realidad -no es posible continuar expandiéndose más allá de las fronteras, estabilizadas desde
el s. III- y al de la ficción -esto es, se sigue actuando como si el ideal ecuménico continuase vigente-. Sin conquistas, ya no habrá botín, y, en
consecuencia, faltará una importante fuente de recursos para el estado así como un incentivo para el ejército. Éste, por su parte, no contaba con el
número suficiente de efectivos para defender las extensas fronteras, lo que obligó a contratar bárbaros, especialmente germanos, tantos que, para
el siglo IV, miles (soldado) era sinónimo de bárbaro. Además, el ejército no estaba en buenas condiciones para hacer frente a las acometidas -cada
vez más numerosas- de los bárbaros en las fronteras: a la indisciplina y falta de recursos y entrenamiento, hay que agregar el hecho de que no se
hicieron las innovaciones técnicas adecuadas para enfrentar a los enemigos externos del Imperio. Contrasta este hieratismo romano con el caso del
Imperio Chino en el siglo II a.C., cuando, enfrentado a la amenaza de los Hiung-nu (antepasados de los hunos), caballeros armados, se cambió la
táctica de guerra adoptando el sistema de caballería y repeliendo así en forma exitosa a las hordas bárbaras. Roma, no obstante, siguió confiando
en la legión que había hecho grande al Imperio. Un ejército gravoso y poco efectivo implicará que el imperio no es capaz de garantizar la paz dentro
de sus fronteras, lo que genera una inseguridad generalizada; algunos hombres poderosos contratarán, en consecuencia, mercenarios a su servicio,
los buccellarii, situación anómala y que combatirá el Imperio -puesto que no se puede aceptar la existencia de ejércitos privados dentro del estado-
, aunque finalmente sin éxito.

Esto último, la crisis y decaimiento del espíritu militar, estará, pues, en directa relación con el debilitamiento del espíritu cívico, público, que lleva a
que la ciudadanía ya no considere los cargos públicos como un honor sino como una pesada carga. Un ejemplo es el de los curiales, funcionarios
encargados de recaudar los impuestos; una ley del año 396 prohibía a los curiales abandonar sus puestos, por mostrarse impíos hacia la patria. Para
evitar que los funcionarios o los soldados dejasen sus puestos, el Imperio aplicó un sistema de fijación social: las personas debían permanecer en sus
ocupaciones y en sus lugares de nacimiento de por vida, lo mismo que sus hijos. Ello implicaba, no obstante, una pérdida de libertad del hombre, no
ya un ciudadano, sino un súbdito de la Majestad Imperial. Ésta, influida por las formas políticas orientales, especialmente de Persia, había entrado
en un proceso de absolutización y sacralización del poder, proceso que alcanzará una acabada expresión con Diocleciano (284-305), emperador que
aplicó una serie de reformas que vinieron a dar un respiro a la agotada maquinaria imperial; sin embargo, se trataba de medidas de alcance solamente
temporal, que no servirán para salvar Roma, aunque algunas de las reformas tendrán una amplia repercusión en tiempos posteriores. Es, pues, con
este emperador, que el Imperio se convierte en una suerte de Monarquía Absoluta, en la cual el emperador es un dios, cuya palabra tiene fuerza de
ley, ante el cual hay que hacer una profunda reverencia hasta caer postrado, llamada proskynesis; el culto imperial se transforma en religión oficial
del estado; es la época del Dominado, porque el emperador es el “señor” (dominus). Entre otras medidas tomadas por Diocleciano podemos nombrar
la reforma monetaria, orientada a detener el proceso inflacionario, la heredabilidad obligatoria de los oficios, el famoso Edicto de Precios Máximos
para combatir la carestía y la inflación, la descentralización de la administración con el sistema de la Tetrarquía.

Roma tenía una economía de gasto, de conquista, y, a medida que avanzamos en el tiempo, el gasto va en aumento, de tal manera que llega un
momento en que las necesidades exceden la capacidad de producción, y la insatisfacción de las primeras acarrea a la larga frustración y pesimismo
en la sociedad. El Imperio no tenía un sistema productivo eficiente, no poseía industria ni capacidad de inversión; la única salida para aumentar los
ingresos del estado era elevar los impuestos, cuya base será la tierra; ya que no se podía confiar en una moneda progresivamente devaluada, se
cobrará el tributo en especie (que implicaba normalmente la pérdida de dos tercios de la recaudación), lo que es en la práctica una economía
natural, frente a la economía monetaria que había sido la nota característica de Roma. El aumento del impuesto y el consiguiente agobio tributario
se tradujo rápidamente en elevados índices de evasión y corrupción; en un intento por detener este fenómeno, la burocracia imperial se
transforma en un sistema de fiscalización y el Imperio en un verdadero “estado policíaco”, utilizando una terminología moderna.

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Característico de esta época es, pues, el desequilibrio, entre la resistencia del limes (frontera) y la presión de los bárbaros, entre el costo de la
guerra y los recursos del Imperio, entre producción y consumo, entre la atracción de la ciudad y la del ámbito rural, entre la autoridad senatorial y
la imperial, etc.

Además, se irá acentuando cada vez más la diferencia entre la Parte Occidental y la Oriental del Imperio, ya dividido desde el año 395, a la muerte
del emperador Teodosio el Grande (379-395). El Occidente, eminentemente latino, empobrecido, ruralizado, contrasta con el Oriente,
esencialmente helénico, rico, con una economía monetaria sólida, de carácter urbano y mejor defendido. A la larga, será precisamente el Imperio
Romano de Oriente el que logrará sobreponerse a las adversidades, prolongando la historia de Roma por todo un milenio: es lo que conocemos
como Imperio Bizantino o Imperio Griego Medieval, que sólo caerá en manos de los turcos en 1453. Occidente, agobiado por los problemas, morirá
en 476 de enfermedad interna -algunos de cuyos síntomas hemos explicado brevemente-; las invasiones bárbaras jugaron un rol importante en el
proceso, es cierto, pero no lo explican por completo. En rigor, lo que sucedió ese año fue que el Imperio Romano perdió sus provincias occidentales

Período de las grandes migraciones


.

Invasiones bárbaras en el Imperio romano.


Período de las grandes migraciones (en la historiografía tradicional europea
también se han denominado invasiones bárbaras o migraciones germánicas) es un
período situado entre el siglo III y el siglo VII d.C que afectó a extensas regiones de
la zona templada de Eurasia, y que acabó provocando la caída o desestabilización
de grandes imperios consolidados el Imperio romano, el Imperio sasánida,
el Imperio Gupta o el Imperio Han.
En sentido más restringido, las denominaciones "invasiones bárbaras" o
"migraciones germánicas" son distintas denominaciones historiográficas para
el periodo histórico caracterizado por las migraciones masivas de pueblos
denominados bárbaros ("extranjeros", que no hablaban una
lengua "civilizada" como el latín o el griego) hacia el Imperio romano, que llegaron
a invadir grandes extensiones de este, ocupandolas violentamente o llegando a
acuerdos políticos, y que fueron la causa directa de la caída del Imperio romano de
Occidente (la deposición del último emperador de Occidente se produjo en el 476,
aunque su poder ya no era más que una ficción jurídica).
Tuvieron lugar a lo largo de un ciclo histórico de larga duración, entre los siglos III y VII, y afectaron a la práctica totalidad de Europa y la cuenca del
Mediterráneo, marcando la transición entre la Edad Antigua y la Edad Media que se conoce con el nombre de Antigüedad tardía.

¿Invasiones o imperio?
Variación de las temperaturas globales, en los últimos dos milenios entre el 400 d. C. y el 800
d.C hubo temperaturas anormalmente bajas en promedio.
Entre los siglos III y VI hubo una gran cantidad de migraciones y desplazamientos de población.
Las causas no son bien conocidas pero parecen haber afectado a numerosas regiones
templadas de Eurasia, por lo que tras ellas pudo haber habido un empeoramiento del clima, en
concreto un período frío. Es bien conocido que entre los años 535 y 536 d. C. se dio un período
de frío extremodocumentado tanto arqueológicamente, como por las crónicas de la época. Los
registros de hielos árticos sugieren durante la época de las grandes migraciones hubo
temperaturas relativamente frías, lo cual habría empujado a pueblos de las regiones más frías
de Eurasia a migrar hacia el sur, empujando a su vez a otros pueblos que acabaron presionando
sobre la fronteras de los imperios de la zona templada como el Imperio romano, el Imperio
sasánida o el Imperio Gupta.
Aunque la historiografía tradicional ha usado el término "invasiones", en gran parte fueron
migraciones de pueblos seminómadas que buscaban lugares de asentamiento más favorables,
en las que no existía un liderazgo militar claro o intenciones expansionistas. Si bien hubo algunas incursiones bélicas lideradas por caudillos
militares germanos y hunos en Occidente y de los heftalitas en el norte de la India, muchos de los contingentes de población cruzaron las fronteras
relativamente desarmados y no al modo de una invasión militar organizada. De hecho las migraciones hacia regiones más templadas siguieron
produciéndose hasta bien entrado el Período cálido medieval, antes de ese período se produjeron la formación del primer imperio búlgaro por
pueblos procedentes del río Volga o la migración de los magiares hasta la actual Hungría.

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Pueblos bárbaros
Europa
Migraciones en Europa entre los siglos III y siglo VI.
En la Antigüedad el etnocentrismo era muy común, y muchos pueblos recelaban de
los pueblos vecinos, con los cuales tenían relaciones limitadas que a veces llegaban
a ser hostiles. Los autores clásicos dieron el nombre de «bárbaros» a todos los
extranjeros de las regiones fronterizas con el Imperio romano. A partir del siglo III
d.C. algunos contingentes de pueblos germanos y otros pasaron la frontera oriental
del imperio, ocasionalmente el ejército romano combatió algunas incursiones como
la de godos tervingios en la batalla de Adrianópolis (378 d. C.). A partir del período
micro-glaciar iniciado c. 400 d.C. fueron más numerosas las incursiones militares y
los desplazamientos de población en las fronteras del imperio romano. Atendiendo
a su condición etnolingüística, estos pueblos eran muy diferentes entre sí, pudiendo distinguirse cuatro grupos culturales:
Pueblos túrquicos: como los ávaros, los hunos y posteriormente los búlgaros del Volga.
Pueblos eslavos: como los vendos, en lo que hoy es Polonia, y posteriormente los eslavos meridionales en los Balcanes.
Pueblos iranios: como los escito-sármatas, entre el Danubio y el Tisza, y los alanos, a orillas del mar Negro.
Pueblos germánicos: como los godos, suevos, vándalos, hérulos, anglos, sajones, jutos, francos, burgundios, longobardos y otros.
A excepción de los pueblos túrquicos, el idioma de los otros tres grupos pertenece a la rama indoeuropea.
Durante la decadencia del Imperio romano, fueron muchos los pueblos bárbaros que, aprovechando las disidencias internas, se aproximaron a sus
fronteras y se establecieron en ellas, presionando en forma permanente para entrar. Los bárbaros lograron penetrar lentamente entre los siglos I y
IV y establecerse en el interior, hasta que, finalmente, empujados por otros pueblos, lo hicieron en forma violenta.
Entre los germanos las aficiones guerreras se muestran en grado sumo, a la vez que el trabajo se considera como menos digno. Había hombres
privilegiados, nobles y plebeyos, existiendo también la esclavitud. La patria potestad tenía un concepto bastante análogo, en lo absoluto, al de los
romanos. Aunque lo general era la monogamia, la poligamiaaparece admitida entre los nobles.
Persia, India y China[editar]
Durante el mismo período en que Europa notó presiones migratorias procedentes del norte y noreste de Europa en China e India se registraron
migraciones de pueblos procedentes del centro y norte de Asia que, al igual que sucedió con el imperio romano, ocasionaron fragmentación
política de los imperios establecidos en India y China.
El Imperio Gupta y el Imperio sasánida sufrieron las migraciones de los heftalitas o "hunos blancos", que al igual que los hunos que atacaron el
imperio romano parecen haber sido un pueblo túrquico. Mientras que en el Imperio Han rechazó las incursiones militares de
los xiongnu (posiblemente relacionados con los hunos), aunque finalmente durante el período de los Tres Reinos los tuoba, un pueblo
mongólico llegó a establecer su propio reino, el reino Wei del norte (386-534 d. C.).

Principales pueblos bárbaros que


llegaron a Roma
La migración de los croatas en Panonia en 620.
Entre los pueblos germanos invasores encontramos a los godos, divididos
en visigodos en Occidente y los ostrogodos en Oriente. Los francos,
los suevos, los burgundios, los anglos, los sajones y los jutos, los vándalos,
los frisones, los alanos(iranios) y los alamanes constituían el resto de los
pueblos.
Los vándalos arrasaron las Galias, pasaron por Hispania, se dirigieron
al norte de África, conquistaron Cartago, y desde su puerto se dedicaron a
la piratería, asolando el Mediterráneo.
Los ostrogodos detentaron el poder, con la asunción de Teodorico el
Grande, que mató a Odoacro. Los visigodos debieron retirarse de Italia, dirigiéndose al oeste, a la Galia, estableciendo su gobierno en el sur de la
región y en casi toda Hispania.
Los suevos se establecieron en la Gallaecia, fundando uno de los primeros reinos de Europa.
Los francos se ubicaron en el norte de las Galias, adoptando la fe católica tradicional, convirtiéndose en los defensores del catolicismo.
Los sajones, aliados con los anglos y los jutos, se instalaron en Britania, con costumbres muy diferentes a las romanas.
Salvo casos aislados, la mayoría eran respetuosos de la cultura romana y fusionaron las costumbres romanas con las propias.
La aristocracia germana comenzó a utilizar como su idioma el latín, que luego —modificado— dio lugar a las lenguas romances.

Cambios sociales y estructurales


Europa
Los pueblos germánicos adoptaron, a veces tras un período de aculturación prolongado, tanto la ley escrita, según la modalidad romana, ya que
ellos se regían por el derecho consuetudinario (costumbres), así como la religión. Los germanos aceptaron el sistema de la personalidad de la ley,
por la cual cada uno debía ser juzgado por sus propias leyes. Los romanos carecían de normas, ya que Roma ya no existía, y por eso, tuvieron que
redactarse las que los regirían en lo sucesivo.
Teodorico el Grande, rey de los ostrogodos, redactó la primera recopilación de leyes en el año 500, conocida como el Edicto de Teodorico, para
godos y romanos, siendo una excepción al referido principio de personalidad de las leyes. Estaba compuesto de 154 artículos basados en
resúmenes de fuentes romanas.
Asia
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En China, se produjeron adaptaciones similares y así los tuoba del período de los Tres Reinos adoptaron el sistema de administración de la
civilización china, limitándose en gran parte los cambios en el norte de China al cambio de las élites dominantes.
En Persia e India, por el contrario los heftalitas fueron derrotados militarmente y desalojados del poder. En la India fueron abatidos por pueblos
túrquicos en el año 528 mientras que, en Persia, Cosroes I (aliado con los túrquicos) aplastó a los heftalitas establecidos en Irán. Los heftalitas
sufieron un revés adicional, en el 563, cuando fueron derrotados pueblos rivales (en especial por los köktürks), y de este modo desaparecieron
como grupo reconocible de las fuentes históricas.

Los hunos
Los hunos eran un pueblo nómada procedente de la zona de Mongolia, en el Asia Central, que empezó a emigrar hacia el oeste en el siglo III,
probablemente a causa de cambios climáticos. El caudillo de esta confederación en su máximo apogeo fue Atila, probablemente un guerrero ligado
a la nobleza (Kan) de origen túrquico.
Los caballos tenían una gran importancia para este pueblo, habituado a combatir montados, utilizando como armamento lanzas y arcos. Emigraron
con sus familias y grandes rebaños de caballos y otros animales domésticos en busca de nuevas tierras de pastos donde instalarse.
Por su destreza y disciplina militar, nadie fue capaz de detenerlos y desplazaron a todos los que encontraron a su paso. Provocaron así una oleada
de migraciones, ya que los pueblos huían antes de que llegaran, para no enfrentarse con ellos.

Atila
Atila (hacia 406-453) fue el último y más poderoso rey de los hunos. Gobernó el mayor imperio de su tiempo desde el 434 hasta su muerte. Sus
posesiones se extendían desde la Europa Central hasta el mar Negro, y desde el Danubio hasta el mar Báltico.
Durante su reinado fue uno de los más acérrimos enemigos de los Imperios romanos Oriental y Occidental. Invadió dos veces los Balcanes, tomó la
ciudad de Roma y llegó a sitiar Constantinopla en la segunda de las ocasiones. Logró hacer huir al emperador Valentiniano III de su capital, Rávena,
en 452. Marchó a través de Francia hasta llegar incluso a Orleans, la que saqueó, antes de que le obligaran a retroceder en la batalla de los Campos
Cataláunicos (Châlons-sur-Marne).
Aunque su imperio murió con él y no dejó ninguna herencia destacada, se convirtió en una figura legendaria de la historia de Europa.

El comienzo de las invasiones al Imperio romano


Expansión de los pueblos germánicos.
Entre los años 235 y 285 Roma estuvo sumida en un
periodo de anarquía y guerras civiles. Esto debilitó las
fronteras. Los germanos, en busca de nuevas tierras, se
desplazaron hasta la frontera norte del imperio. Los
emperadores de la época permitieron la entrada de los
germanos bajo dos condiciones: debían actuar
como colonos y trabajar las tierras, además de ejercer
como vigilantes de frontera. Sin embargo, esta pacificación
terminó cuando Atila, el rey de los hunos, comenzó a
hostigar a los germanos, que habían invadido el Imperio.
Luego de la retirada de los hunos, las tribus bárbaras se
establecieron en el interior del imperio: los francos y
burgundios tomaron la Galia; los suevos, vándalos y
visigodos se asentaron en Hispania; los hérulos tomaron
la península itálica tras derrotar y destituir al último
emperador romano, Rómulo Augústulo (476).
Posteriormente, los hérulos se enfrentarían a
los ostrogodos, saliendo estos últimos victoriosos, y
haciéndose con el control de toda la península itálica. Cabe
destacar que, si bien los germanos no eran muy
desarrollados culturalmente, asimilaron muchas de las costumbres romanas, desarrollándose así como parte de la actual cultura occidental.

Causas del derrumbamiento del Imperio romano


Después de los siglos dorados del Imperio romano (periodo denominado Pax Romana, siglos I al II), comenzó un deterioro en las instituciones del
Imperio, particularmente la del propio Emperador. A consecuencia de las malas administraciones de la Dinastía de los Severos, en particular la
de Heliogábalo, y tras la muerte del último de ellos, Alejandro Severo, el Imperio cayó en un estado de ingobernabilidad al cual se le
denomina crisis del siglo III.
Entre 238 y 285 pasaron 19 emperadores, los cuales —incapaces de tomar las riendas del gobierno y actuar de manera concorde con el Senado—
terminaron por situar a Roma en una verdadera crisis institucional. Durante este mismo período comenzó la llamada invasión pacífica, en la cual
varias tribus bárbaras se situaron, en un principio, en los limes del Imperio debido a la falta de disciplina por parte del ejército, además de la
ingobernabilidad producida en el poder central, incapaz de actuar en contra de esta situación.
Por otro lado, las guerras civiles arruinaron al Imperio, el desorden interno no sólo acabó con la industria y el comercio, sino que debilitó a tal
punto las defensas de las fronteras imperiales que, privadas de la vigilancia de antaño, se convirtieron en puertas francas por donde penetraron las
tribus bárbaras.
Tras una breve «estabilización» del Imperio, en manos de algunos emperadores fuertes como Diocleciano, Constantino I el Grande y Teodosio I, el
Imperio se dividió definitivamente a la muerte de este último, dejándole a Flavio Honorio el sector de Occidente, con capital en Roma, y
a Arcadio el sector Oriental, con capital en Constantinopla.

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Consecuencias del colapso


Las invasiones provocaron la paralización del comercio y la industria, la destrucción del Imperio romano de Occidente, es decir, el fin de una
civilización antigua avanzada, y también el comienzo de una nueva era en Europa, la Edad Media. Los cimbrios eran poblaciones que incorporaban
contingentes celtas y germánicos; si bien su origen último se sitúa en Jutlandia, el componente celta pudo proceder de Alemania, y salvo por
algunos nombres propios que a veces pueden ser explicados como celtas y otras veces como germánicos, no se sabe virtualmente nada de la
situación sociolingüística de estos pueblos. Los cimbrios migraron al sur durante el siglo II a. C. y mantuvieron batallas con pueblos celtas como
los boyos. Los boyos se extendían principalmente por República Checa, Eslovaquia, Hungría y Austria y su influencia era notoria también en el sur
de Alemania, estos boyos habrían hablado una variante del galo. Los pueblos germánicos del norte de Alemania eran diversos y en época romana
habrían hablado lenguas diferentes, con un grado de inteligibilidad mutua difícil de establecer. Los que ocuparon el territorio de la actual Alemania
en su mayor parte hablaban lenguas del grupo germánico occidental, más específicamente germánico del Elba y germánico del Rin. El primer grupo
sería el origen de las lenguas bajogermánicas y el segundo de las lenguas altogermánicas (entre ellas el moderno alemán estándar). En la Edad
Media está bien testimoniadas el alto alemán antiguo antecesor medieval de las alto alemán, esta lengua estaría emparentada con
el lombardo hablado por la nobleza germánica de Italia y Panonia durante la alta Edad Media.

ACTIVIDAD DE LAS INVASIONES BARBARAS Y DECADENCIADEL IMPERIO ROMANO

Esta actividad deben realizarla en el cuaderno. Lee el texto con atención y responda las siguientes preguntas: a.
1. Busca el significado de las siguientes palabras:
 Anarquía
 Saquear
 Decadencia
 Estancamiento
 Invasión
 Tetrarquía
2. Realice un esquema explicativo sobre las causas del la decadencia del Imperio Romano.
3. ¿Cuáles fueron las razones que motivaron a los bárbaros invadir el Imperio Romano?.
4. ¿Por qué el emperador Dioclesiano estableció la tetrarquía en el imperio Dioclesiano
5. ¿Qué decisiones tomaron los emperadores Constantino y Teodosio?
6. ¿Crees que las decisiones tomadas por estos emperadores favoreció al Imperio? Justifique la respuesta.
7. Realice el mapa de la división del Imperio Romanoh. Consulte en qué consiste el Cisma de Orientei.
8. Repasar la guía de las características políticas y sociales de Roma Antigua, las invasiones Bárbaras y caída del Imperio
Romano, para evaluación la próxima semana.

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