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INTRODUCCIÓN.

A mediados del siglo XX el escritor Merleau-Ponty, publica su obra más importante la


“Fenomenología de la Percepción (1945)”, en ella el filósofo francés se ocupa de la reflexión en
torno a la relación del cuerpo, el conocimiento y las maneras en que los seres humanos se
relacionan con el mundo, concentrando la reflexión, principalmente, en la idea de la
fenomenología planteada por Husserl, la cual plantea la forma de definir las ideas sobre las cosas
es a través de la descripción de ellas, volviendo así, al sentido de las cosas mismas.
Ahora bien, se entenderá la fenomenología como el sistema filosófico, que permite entender el
mundo desde una experiencia fáctica del mismo, creando una relación entre el pensamiento
subjetivo y objetivo, encontrando así, una forma de descripción del mundo a partir de la
intersubjetividad. A partir de Husserl, las construcciones de estas ideas son posibles a partir de la
descripción del concepto que permita ser común a los objetos que le contengan, permitiendo
que el concepto defina el objeto o el fenómeno y no en el sentido inverso.
Entonces lo que se encuentra en Merleau-Ponty es la idea de reflexionar los fenómenos a partir
de nuestra experiencia en correlación a la tética, sin caer en procesos de subjetividad propios del
pensamiento filosófico o en pragmatismos objetivos propios del pensamiento científico. Lo que
propone Merleau-Ponty es establecer una serie de intersubjetividades que permitan entender el
fenómeno en todas sus dimensiones.
Así pues, todo se explica a partir del mundo factico, así como “Todo el universo de la ciencia está
construido sobre el mundo vivido” (Merleau-Ponty, 1945, pág. 8) ya que el mundo existe antes
que yo pueda realizarlo, seria artificioso pensarlo solamente a partir de las ideas interiores; ya
que estas a su vez se construyen de lo conocido. Por ello para el pensamiento fenomenológico la
realidad se describe, no se construye, pues la realidad siempre está allí, otra cosa es ser consiente
de ella. Ante esto afirma Merleau-Ponty:
El mundo no es un objeto cuya ley de constitución yo tendría en mi poder; es el medio
natural y el campo de todos mis pensamientos y de todas mis percepciones explicitas. La
verdad no “habita” únicamente al “hombre interior”1 mejor aún, no hay hombre interior,
el hombre está en el mundo, es en el mundo que se conoce. Cuando vuelvo hacia mí a
partir del dogmatismo del sentido común o del dogmatismo de la ciencia, lo que
encuentro no es un foco de verdad intrínseca, sino un sujeto brindado al mundo.
(Merleau-Ponty, 1945, págs. 10-11)

Es en esta relación que se desliga el idealismo fenomenológico de la significación, este se da en


una correlación de significados entre sujetos a partir del reconocimiento del mundo real común,
para establecer los códigos de intersubjetividad que permiten la comprensión de aquello que
percibimos. Ya que, con el solo yo pienso no se define la existencia del objeto por el simple acto
del pensamiento la posibilidad de entenderlo en referencia con el mundo es lo que constituye su
significación y borra cualquier idealismo. Es, así pues, que el mundo es lo que percibimos, por lo
cual no vale la pena preguntarse por cosas que esta fuera de este “El mundo no es lo que yo

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c /n te redi; in interiore homine habitat veritas≫. San Agustin.
pienso, sino lo que yo vivo; estoy abierto al mundo, comunico indudablemente con él, pero no lo
poseo, es inagotable” (Merleau-Ponty, 1945)
En este orden de ideas el autor, configura la reflexión a partir del reconocimiento del sujeto como
una conciencia encarnada en un cuerpo, el cual funge como medio de interacción perceptiva con
el mundo, este construye una experiencia particular en tanto que figura una manera de estar y
relacionarse con el mundo, para Merleau-Ponty la conciencia del sujeto no es completamente
pura, pues ella posee una serie de memorias que se conjugan de manera particular a través de
los sentidos.

Ese cuerpo construye la experiencia a partir del espacio y el tiempo con los cuales se relaciona
por eso, esta es siempre particular para cada uno de los sujetos que construye la experiencia
perceptiva. Así, el filósofo plantea la idea de que “las cosas coexisten en el espacio porque están
presentes al mismo al mismo sujeto perceptor y envueltas en una misma onda temporal”
(Merleau-Ponty, 1945, pág. 290), entonces las cosas existen en relación al espacio y el tiempo
que se perciban, por eso la percepción es un acto del cuerpo definida en un tiempo particular y
por un espacio específico; estos dos elementos definirán entonces la experiencia perceptiva.

La experiencia perceptiva, está determinada por un a priori y configura un a posterior;


entenderemos que todo conocimiento que se funda esta antecedido por un conocimiento previo,
sin embargo, la propuesta de la fenomenología es darle una nueva definición del a priori
propuesto por Kant. Es, así pues, la percepción pensada desde la fenomenología se propone
como un acto entre la experiencia consiente y la memoria del cuerpo, allí el conocimiento a priori
se presenta como un conjunto de memorias no necesariamente reflexivas o consientes de las
mismas, que a su vez afectaran las percepciones futuras.

La percepción confiere en si una historia particular, sin dejar de lado una relación de
intersubjetividades que las configuran códigos de percepción cultural. Allí encontraremos
entonces la idea de una construcción de la percepción antropológica, una física y una sensorial,
las tres utilizan el cuerpo como mediador, por ello son inseparables.

Ahora ubicaremos el papel de los sentidos en esta construcción de la idea de la percepción “Pues
bien, si la percepción reúne nuestras experiencias sensoriales en un mundo único, no lo hace tal
como reúne objetos y fenómenos el coleccionismo científico, sino como la visión binocular capta
un objeto” (Merleau-Ponty, 1945, pág. 245. ) La experiencia sinestesia, esta adherida a los
estados sensoriales y a las cargas simbólicas de estas, mediado así las formas de la percepción.
Esto a través de la construcción de sentido a partir de los vocablos las cuales se cargan de
imaginarios simbólicos sobre el fenómeno de la percepción. Así lo plante el autor “Antes de ser
el indicio de un concepto, es primero, un acontecimiento que capta mi cuerpo, y sus puntos de
prese en mi cuerpo circunscriben la zona de significación a la que aquél se refiere.” (Merleau-
Ponty, 1945, pág. 250) Volvemos entonces al cuerpo pues es el que le da sentido a lo que se
percibe, cuanto podemos frecuentar y comprender el mundo para darle sentido.

Los sentidos entonces no son los que perciben, sino en conexión con nuestra conciencia partida
de nuestra experiencia, los órganos como la vista, los oídos, el tacto o el olfato solo son
mediadores de la experiencia perceptiva. Lo que realmente percibimos son construcciones que
media entre el mundo factico que estimula los sentidos en conjugación con las estructuras
simbólicas y las ideas sensibles.

Es importante enmarcar que los sentidos devienen también de una condición particular del
sujeto, esto determina también las maneras en que el sujeto percibe el mundo factico.

Se invita a pensar “De cada punto del campo primordial parte unas intenciones, vacías y
determinadas; al efectuar estas intenciones, el análisis llegará al objeto de la ciencia, a la
sensación como fenómeno privado, y al sujeto puro pro-pone al uno y a la otra (…) Es en la
experiencia de la cosa que se fundará el ideal reflexión del pensamiento tético.” (Merleau-Ponty,
1945, pág. 257.)

EJES DE DISCUCIÓN

El espacio
El espacio como estado de realidad reflexiva a través de la experiencia corporal que se mueve a
través del espacio, lo arriba o debajo está configurado como una estructura cultural y simbólica.
Profundidad
Entender la sensación de profundidad también está determinada por la corporalidad, la idea matemática
(Construcción de artificio) y realidad
El movimiento:
La experiencia del movimiento es una relación del desplaza cimiento de un objeto en el tiempo de un
objeto en el tiempo de un punto de otro tiendo un fijo, dando una percepción viva del movimiento, “El
movimiento desaparece en el mismo instante en que más se conforma a la definición que el mismo da el
pensamiento objetivo” (Merleau-Ponty, 1945, pág. 285)

La sensación del movimiento a partir de la excitación de los sentidos y la conciencia de la realidad,


depende del punto que se defina como movimiento esta vira la idea de movimiento.
El espacio vivido

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