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2 VIeI / Vol. 11, N.° 2 / julio-diciembre 2016 / Bogotá, D. C. / Universidad Santo Tomás / pp. 2-3
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Editorial.................................................................................................................7
Carolina Blanco Alvarado
Editorial.................................................................................................................7
Carolina Blanco Alvarado
Legal Instruments for the Protection and Restitution of Land and Abandoned
Stripped Necessarily...........................................................................................127
Alberto Álvarez Silva
Me resta por agradecer a los autores de la presente Edición, a los árbitros, a los miem-
bros de los comités y directivos de la Facultad que han entendido la importancia de
esta ventana académica.
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The July/16 to December/16 Edition of the journal Via Inveniendi et Iudicandi has
sought to contextualize different topics in the proper context of Colombian reality.
In this vein, we present to the Academic Community issues that address aspects
of juncture, such as the protection and restitution of forcibly abandoned land, the
Right to Education of children of rural school, terrorism and international crime,
military justice, the reality of open State from the thinking of Karl Popper, the State
and Law in postmodernity and the consistency principle in criminal procedure.
All that remains is to thank the authors of this Edition, the peer reviewers, the mem-
bers of the committees and the Faculty directors who have understood the impor-
tance of this academic window.
We hope that the content of this edition is of interest and appreciation by the Aca-
demic Community
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Resumen
El presente artículo pretende explorar la génesis social que fue dando origen a la imple-
mentación y constitución de lo que en nuestros días se conoce como el campo neoliberal y
neoinstitucional como fórmulas novedosas de regulación global de las relaciones sociales de
producción del capitalismo globalizado. La hipótesis que se defiende en estas líneas es que
estos campos son el fruto del agotamiento que sufrió el modelo Taylorista-Fordista-Keynesia-
no, propio del denominado Estado de Bienestar, debido a la naturaleza de las luchas sociales
que se desarrollaron dentro de ese contexto. El objetivo general que se quiere mostrar en la
argumentación es que el tipo de Derecho asociado al Estado de Bienestar está íntimamente
asociado a las tesis que sobre el mismo desarrolló Max Weber, pero que en nuestros días ese
tipo de racionalidad cada vez más tiende a carecer de sentido. El artículo quiere introducirse
en la discusión contemporánea sobre el carácter y significado del Derecho en la sociedad del
1 Este artículo es resultado del proyecto de investigación titulado “El Pasaje del Estado y el Derecho a la
Posmodernidad” que se desarrolla dentro del marco institucional de la Facultad de Derecho de la Universidad
La Gran Colombia. Este proyecto se desarrolla desde el año 2014. El proyecto de investigación pertenece al
grupo de investigación denominado Teoría del Derecho, la Justicia y la Política, categorizado por Colciencias.
2 Abogado, mágister en Sociología, doctor en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas de la Universidad
Externado de Colombia. Profesor de la Maestría en Derecho de la Universidad la Gran Colombia. Profesor
Asociado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia. jrodriguezm2@hotmail.com
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Palabras clave: Sociología del Derecho, Derecho Económico, Crisis del Derecho, Monismo
Jurídico, Instituciones Formales e Informales, Movimientos Sociales.
Abstract
The present article seeks to explore the social genesis that he/she came giving origin to the
implementation and constitution of what is known as the neoliberal field and neoinstitucio-
nal like novel formulas of global regulation of the social relationships of production of the
capitalism globalization in our days. The hypothesis that defends in these lines is that these
fields are the fruit of the exhaustion that suffered the Taylorista-Fordista-Keynesian pattern
characteristic of the compound number State of Well-being, due to the nature of the social
fights that you/they were developed inside that context. The general objective that one wants
to show in the argument is that the type of Right associated to the State of Well-being is
intimately associated to the theses that it has more than enough the same one Max Weber it
developed but that in our days that type of rationality more and more it spreads to lack sense.
The article wants to be introduced in the contemporary discussion on the character and mea-
ning of the Right in the society of the capitalism globalization to register in the theoretical
and political plane of its regulation nature and subordination or of its nature emancipator in
the breast of the social movement.
Keywords: Sociologic Law, Economic Right, Crisis of the Right, Juridical Monism, Formal
and Informal Institutions, Social Movements.
Objetivos.
1. General.
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2. Específicos.
Problema de investigación.
Para efectos de esta investigación, se formuló el siguiente problema de investigación:
¿Las tendencias de la globalización del derecho constituyen un paradigma orientado
por los estudios económicos del derecho?
I. Introducción.
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económico dentro de una sociedad. Estos estudios han sido la base central de las
experiencias y estudios de las denominadas corrientes neoinstitucionalistas (Coase,
1994; North, 2001; Williamson,1989), que vienen pretendiendo darle una significa-
ción no ortodoxa al papel del derecho y la justicia, particularmente como estructura
determinante del desarrollo sostenible y del crecimiento económico de los diferentes
países (Burgos, 2006; Burgos, 2006i).
Por tales motivos, el texto quisiera trasegar a través de un breve recuento por los di-
lemas del Fordismo y de su Estado de Bienestar, que aquí lo caracterizamos más que
Estado Plan, como Estado Crisis (Altamira, 2006). Con esta caracterización quere-
mos proseguir con la anticipación o la lectura contextualizada de la obra de Friedman
(1985, 1980) que anticipada y provocadoramente (conservadoramente) parece ad-
vertir los límites de la regulación Keynesiana frente a la dinámica de los movimientos
sociales, queriendo advertir desde muy temprano los dilemas que el Fordismo podía
suscitar al orden capitalista y su constitución democrática.
3 El campo al que nos referimos está constituido por las corrientes teóricas denominadas neoliberales, neoinstitucionales
y los estudios económicos del Derecho que para efectos las consideramos un campo paradigmático.
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rica. Este trabajo parte del paradigma teórico iniciado por Pashukanis en el campo
del Derecho y de la denominada escuela de la lógica del capital. A partir de estos
paradigmas teóricos conceptuales, hicimos la lectura crítica de los textos asociados
con la escuela denominada de estudios económicos del derecho.
II. Análisis Socio Político del Contexto Fordista de donde surge los
Campos Neoliberales y Neoinstitucionales.
Los estudios sobre el fordismo nacen de manera más sistemática desde los trabajos
de autores franceses e ingleses aglutinados o conocidos bajo el nombre de la Escuela
de la Regulación (Coriat, 1979; Aglietta, 1987; Jessop, 1999; Lipietz, 1992; Boyer,
1992) quienes, intentando hacer un análisis y desarrollo de los trabajos de Marx
(1977), con relación a la época de la manufactura, de la subsunción formal y de la
vigencia del plusvalor absoluto, advierten un pasaje cualitativamente distinto con la
llegada o instalación de la gran industria, de la subsunción real y de la vigencia del
plusvalor relativo.
Dentro del período del plusvalor absoluto se consolida la denominada economía po-
lítica (clásica y neoclásica) propia del Estado del Capitalismo Liberal que dio origen
a la obra más conocida de Marx, en su forma de Crítica de la Economía Política. De
manera muy reduccionista, se puede caracterizar a esta manera (Rodríguez, 2012)
algunos rasgos constitutivos de este período, a saber:
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c. Los dilemas asociados con los derechos y garantías civiles y políticas (los
asuntos relacionados con la ciudadanía) constituyen el campo de las con-
troversias y las disputas sociales en la medida en que no se han desarro-
llado plenamente las bases para una organización racional del mercado de
trabajo.
La crisis del 29 constituye el primer campanazo de alerta para el capital de las debi-
lidades de este modelo que Friedman (1985) trata de explicar posteriormente como
un asunto no relacionado con el equilibrio perfecto que genera la mano invisible
sino con asuntos relacionados con la mala intervención de la Reserva Federal y su
entendimiento de la crisis.
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Antes de proseguir con este recuento es necesario hacer una breve digresión. ¿Cómo
aparece la forma jurídica en este escenario? Hemos insistido en que en esta época
del plusvalor relativo requiere la estandarización del producto a nivel del proceso de
trabajo (la división técnica de este). Pero al unísono desde el horizonte de la división
social del mismo es necesario desarrollar una nueva significación de la forma jurídica
que permita otorgarle al sistema legal un doble carácter: de un lado, propiciar un
mecanismo objetivo desde donde se pueda apreciar materialmente cuando nacen
las obligaciones4 de los sujetos que participan dentro de este nuevo escenario y, de
otro lado, es menester juridizar las relaciones sociales para que el proceso anterior
sea posible. Este doble movimiento lo entiendo con una lectura en argolla entre el
nacimiento de la Teoría Pura del Derecho (Kelsen, 2005) y la Teoría del Derecho de
Weber (1977), que confluyen en los siguientes puntos esenciales, a saber:
Esta digresión sirve para establecer cómo en esta época el fordismo no puede ser
considerado como un proyecto económico, tecnológico o jurídico, sino un paradig-
ma tecno-estructural (Rodríguez, 2008), un orden global de la producción social
en donde el sistema jurídico es parte constitutiva de ese mismo orden (Moncayo,
1990; Rodríguez, 1990). De la misma manera, las instituciones correspondientes a
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En otros términos, la reproducción obrera debe hacerse o realizarse con los mismos
niveles de eficiencia como se produce en el taller. Es aquí donde aparece el Estado
de Bienestar con la asistencia pública y el salario no monetario o indirecto. La in-
tervención pública aparece como una respuesta o contra tendencia a la crisis pro-
piciada por el descenso de la tasa general de beneficio. Su participación, por tanto,
se entremezcla como un dispositivo de asegurar la reproducción global de la fuerza
laboral de conformidad a la relación salarial y las normas de consumo que permitan
el abaratamiento de la parte variable del capital. Más que esto. Comenzamos asistir a
un desplazamiento, en donde la reproducción social (el consumo) lentamente tiende
a vincularse al proceso inmediato de producción como un escenario propicio para la
obtención de plusvalor.
Las políticas del bienestar se centran, entonces, en la provisión de los elementos va-
riables de la reproducción, como es el caso de la vivienda, la salud, la educación, la
recreación, los servicios públicos domiciliarios, etc., proveídos por el Estado como
productor y como parte de los fines esenciales del Estado. En el orden constitucional,
en muchos lugares se introducen reformas constitucionales, animadas por las tesis del
jurista y sociólogo León Duguit, sobre la función social de la propiedad que pretende
afectar vía tributación (impuestos directos) a la propiedad para cumplir esta nueva
naturaleza esencial del Estado.
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Es dentro de este período que se producen los trabajos de Friedman (1980, 1985),
que de manera anticipada, y que tendremos más adelante oportunidad de presentar
mejor sus tesis, advierte las debilidades del Estado de Bienestar.
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4. La lucha por los derechos multiculturales, sin duda, rompen frontalmente con
la estructura del Estado de Derecho Constitucional y su Monismo Jurídico al
tener lentamente que reconocer las autonomías surgidas en las luchas por el
reconocimiento, por la pluralidad de derechos o por la aparición del Pluralis-
mo Jurídico (Palacio, 1993; Rodríguez,1991).
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11. Este nivel de análisis nos sirve para avanzar hacia algunas breves consideracio-
nes en el terreno del sistema legal y del derecho. Empecemos diciendo que las
teorías liberales de la justicia (Rodríguez, 2012) que se sitúan a finales de los
70 denotan el impacto de este contexto en el terreno del derecho. En primer
lugar, podemos decir que el esfuerzo y el recurso del velo de ignorancia de
Rawls (1995) no logró ser suficiente para encontrar un espacio de medida
a la inconmensurabilidad de derechos que estuvieron en juego por tratarse,
a nuestro juicio, de derechos por fuera del Sujeto de Derecho, hacia formas
anticipatorios de formas de propiedad anteriormente sugeridas.
Hemos señalado más arriba como los trabajos de H. Kelsen y M. Weber pueden ser
leídos en la misma clave. El primero construyó las bases para el positivismo jurídico
moderno (Bobbio, 1998) y el orden constitucional e internacional del fordismo; el
segundo, visualizó en el derecho una herramienta muy importante de racionalización
de la acción social que no solo permitía borrar toda huella del derecho natural sino
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Sin duda, hoy por hoy, con el advenimiento de un capitalismo industrial se rompie-
ron los principios anteriormente mencionados como fueron los de la vida austera y la
ética del trabajo. Con la sociedad de masas y del consumo asistimos a un proceso si
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Siendo así las cosas podemos afirmar que el éxito ya no estaría centrado en los princi-
pios desarrollados por la ética de la reforma protestante sino por la individualización
y despersonalización de las relaciones sociales, por su carácter anónimo de las mis-
mas, por la capacidad de dar placer y poder a los sujetos, al despilfarro y al consumo
inmediato.
Sin embargo, podemos señalar que esas no fueron las únicas inquietudes de Weber.
En Economía y Sociedad se ocupa muy profundamente de otros temas que pre-
tenden dar cuenta de las características de la sociedad emergente, particularmente
del papel del derecho y las instituciones que de manera laxa podríamos señalar las
siguientes, a saber:
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e. Así las cosas el derecho, como tipo ideal, tiene cuatro formas de existencia:
El irracional material (decisiones éticas o morales de naturaleza subjetiva que
se toman por fuera del sistema legal), el irracional formal (decisiones previas
pero apelando a oráculos, etc.), el derecho racional material (las decisiones
son internas al sistema legal pero son impredecibles) y finalmente el derecho
racional formal (decisiones lógicas dentro del sistema legal).
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Ahora bien, es necesario a partir de aquí pensar más crítica y detenidamente la rela-
ción entre derecho y desarrollo económico, tal como nos lo sugieren los neoinstitu-
cionalistas para efectos de comprender de mejor forma el carácter y naturaleza del
derecho y sus instituciones dentro de la sociedad.
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Ahora bien, con relación a las posibles respuestas de la Teoría Crítica frente a los
desarrollos precedentes es posible presentar anticipada y brevemente algunas de sus
reacciones, particularmente frente a la relación entre derecho y desarrollo económico
de la siguiente manera, a saber:
– La Teoría Crítica (Pashukanis, 1976) no entiende que el derecho sea una realidad
separada y autónoma del mundo económico. De la misma manera, no entiende
el mundo económico separado e independiente del mundo jurídico. En realidad,
no comparte cierto estructuralismo funcionalista de corte Parsoniano sino, por el
contrario, comprende el mundo de la realidad social, y dentro de él el de la pro-
ducción, como una totalidad. El derecho es concebido como una relación social de
producción que constituye y permite el accionar del mundo separado entre la esfera
de la circulación y la esfera de la producción. La primera es el reino de la libertad y
la igualdad, tanto económica como política, necesarios para el desdoblamiento de la
mercancía. La segunda es el reino de la producción inmediata lugar privilegiado de
la producción y obtención de valor, del excedente productivo. El derecho no tiene
relación de exterioridad con el mundo económico sino que este lo constituye y pro-
duce. Tiene la capacidad, mediante el ejercicio de la violencia, física o simbólica, de
constituir los agentes o sujetos de la circulación mercantil mediante la constitución
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– El derecho produce las condiciones básicas del mercado. De allí el apelo de North
por insistir en la importancia del derecho y sus instituciones en la estabilidad de éste.
Los procesos de la racionalidad tanto material como formal de que tanto nos habla
Weber se constituyen mediante el apelo a la violencia. Por eso que para él las formas
de dominación son o tienen signo positivo, no son cuestionables sino animadas. Sin
embargo, la racionalización que produce el derecho, los sistemas de cooperación que
éste establece, constituyen tan solo formas históricas nacidas del proceso técnico y
social del trabajo pero no constituyen las únicas formas de cooperación de éste en
la historia de la producción. Son formas de cooperaciones históricas y socialmente
construidas.
– De lo anterior se puede deducir que los llamados subsistemas sociales, como lo son
el económico y el jurídico, no son autónomos, a pesar de las múltiples vinculaciones
de reciprocidad que se les aducen. También su crecimiento y capacidad auto refe-
rente y autopoiético no son ilimitadas sino que ambos “subsistemas” están abocados
a llevar la misma suerte. Las crisis de uno constituyen las formas y modalidades de
las crisis del otro. Podríamos expresar que no existe para la Teoría Crítica crisis de
uno u otro subsistema sino que como totalidad social lo que se presenta en el mundo
moderno es crisis de las relaciones sociales de producción.
– Con relación a las virtudes que se aducen del modelo clásico de economía la Teoría
crítica ha insistido que se trata de relaciones sociales que entrañan en su seno contra-
dicciones esenciales que le otorgan su dinámica evolutiva. En ese sentido, podemos
decir en primer lugar que la pretendida fórmula de equilibrio entre oferta y demanda
teórica e históricamente no se ha podido realizar. Ya desde muy temprano se viene
advirtiendo que en las sociedades de acumulación ampliada, como lo es la moderna,
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Una primera crítica al modelo clásico proviene de las tesis sobre la monopolización
de los mercados. A pesar de la existencia de los mercados de competencia perfecta
que fijan los precios de equilibrio de conformidad al dinamismo de la oferta y la
demanda y la estabilidad que puede suministrarles el recurso de la mano invisible, las
diferencias de productividad van señalando diferencias en la composición orgánica
del capital que genera necesariamente procesos de sanción de la ley del valor. Las em-
presas con mayor productividad logran apropiarse cada vez más de sumas adicionales
de la ganancia socialmente producida generando un paulatino desarrollo de los pro-
cesos de concentración y centralización del capital. Esta circunstancia tiene efectos
desintegradores de los mercados de competencia perfecta con la aparición de merca-
dos monopólicos. Los monopolios desnaturalizan el mercado en un doble sentido, a
saber: de un lado, por apropiarse de una ganancia extraordinaria por poder establecer
sus puntos de equilibrio por debajo de los mercados de competencia perfecta; de otro
lado, por fijar ellos de manera autónoma los precios de mercado permitiendo que el
mercado y su dinamismo pierdan dicha capacidad. La mano invisible y el mercado
pierden su capacidad de asignador de los recursos productivos.
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Por último, están las contribuciones de Marx para quien si bien es cierto que es posi-
ble que afloren crisis de realización la verdadera o más protuberante crisis del modelo
está en lo que él denominó la ley de la baja tendencial de la tasa de ganancia. El pro-
ceso de trabajo tiende cada vez más a elevar la composición orgánica de capital y esta
medida trae como consecuencia la sustitución de trabajo vivo por trabajo muerto. La
producción social cada vez tiene mayores dificultades para producir nuevo valor. Se
presenta una crisis de rentabilidad de la producción en la medida en que para obtener
las mismas cantidades de valor la producción debe introducir masas cada vez mayores
de capital. Esta situación detiene o retarda la valorización y acumulación ampliada
del capital. La producción cada vez más se desvaloriza y el fin último de ésta se pierde
en la dinámica de producir sumas cada vez mayores de valor.
Conclusiones.
De lo anterior podemos señalar como los postulados del modelo clásico han sido
cuestionados en el sentido de que no se trata de un sistema lineal y sin contradic-
ciones. El sistema legal y la normalidad de las instituciones, la predecibilidad de la
acción del Estado y de los agentes económicos. En otros términos, la capacidad de
los costos de transacción pueden servir para morigerar las crisis y ser un paliativo
importante para reducir los costos, pero todavía no es suficientemente comprobado
su capacidad para contribuir como contradentencia eficaz a la crisis ya sea de mono-
polización de los mercados, de la crisis de realización de las mercancías o de la baja
tendencial de la tasa de ganancia.
Las tesis neoliberales aducen permanentemente que las fallas del mercado están bási-
camente centradas en la falta de información y comunicación de los agentes econó-
micos. La oportuna y eficaz información puede lograr una asignación más racional
de los recursos económicos y permitir que la mano invisible logre cumplir con sus
propósitos. La predicibilidad jurídica haría parte de esos sistemas de información
oportunos necesarios para que las empresas lograran tener todo el acervo disponible
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Resumen
El estudio de la configuración de las normas en la justicia militar y del contenido de los fallos
de los tribunales civiles y militares permiten la realización de una prospectiva de la justicia
militar para que, en el caso de suceder un cambio sustancial en la organización sociocultural
del país, se logre establecer con probabilidades cercanas a la exactitud, si se continuara el
proceso de penalización de las conductas de los militares en favor del mantenimiento de una
subordinación, con matices de subyugación, puesto que es posible observar que el Estado
sigue reclamando su imperio sobre los ciudadanos, a los cuales con normas, que incluso van
en contra de sus propios mandatos constitucionales, les impone la condición obligatoria de
defensa del Estado, antes que una posición en contrario como la señalada en el artículo se-
gundo de la Constitución Política de Colombia.
1 Artículo asociado al Proyecto de Investigación de la Universidad Militar Nueva Granada, DER 1793, Delitos
contra el servicio y la disciplina en la justicia penal militar colombiana: una mirada desde la realidad.
2 Investigador principal. Doctor en Derecho de la Universidad San Pablo CEU Madrid, profesor de Derecho
Administrativo de la Facultad de Derecho de la Universidad Militar Nueva Granada, daniel.vasquez@unimilitar.
edu.co
3 Coinvestigadora. Magíster en Derecho Administrativo - UMNG. Profesora de la Facultad de Derecho de la
Universidad Militar Nueva Granada. luz.gil@unimilitar.edu.co
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gradualmente ha perdido importancia frente a lo penal, haciendo inclusión del militar como
persona objeto de la Constitución, con absoluta igualdad de derechos para sus conciudadanos.
Abstract
The analysis of setting rules of military justice and the concept of decisions of civil and mili-
tary courts may allow a likely performance of military justice. In case of a prominent change
in the socio-cultural organization of the country, this instance may be able to establish proba-
bilities close to the accuracy, whether there is a process of criminalizing the military conduct
to encourage a subordination with subjection traits, since it is possible a State that continues
to claim its empire against citizens, which imposes rules even against their own constitutio-
nal mandates, a compulsory condition of defense of the State instead of a contrary position
provided in the second article of the Colombian Constitution.
Introducción
Las normas jurídicas se transforman en la medida en que suceden cambios sociales a
partir de las transformaciones económicas, políticas y culturales que viven pueblos,
de manera que se considera consecuente que ad portas de alcanzar una negociación
positiva, respecto del conflicto armado en Colombia, es oportuno investigar la posi-
ble injerencia en las problemáticas de la justicia penal militar, mediante la revisión
de los textos del Código Penal Militar, del Reglamento de Régimen Disciplinario y
de las sentencias del Tribunal Superior Militar. Conocer, por ejemplo, los efectos del
posible transito del conflicto a la paz y determinar si lo relacionado con los delitos
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Aunque parezca una herejía en derecho, no sería posible que cada juez militar interpre-
tara la norma de acuerdo con su leal saber y entender, ya que estaría desvirtuando la
existencia de una justicia especializada. En este sentido, cualquier juez de la República
pudiera atender los casos militares dando término legal al fuero militar.
De esta manera, se pueden establecer diferencias básicas en uno y otro caso: mientras
lo penal está a cargo de la Justicia Penal Militar, como una jurisdicción especializa-
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Para este cometido el Estado es una persona jurídica que debe ser representada, dis-
poniendo para ello de unos servidores públicos con funciones detalladas, de con-
formidad con la Carta Política “no habrá empleo público que no tenga funciones
detalladas en ley o reglamento” (Const., 1991, art. 122), mediante los cuales cumple
con sus obligaciones administrativas y dentro de ellas están las correspondientes a las
Fuerzas Militares. Pero así mismo, él tiene la obligación de velar porque estas funcio-
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nes sean cumplidas de acuerdo con las facultades que a cada uno se le encomiendan y
con aquellas que se establezcan en relación con los asociados y atendiendo a cumplir
cabalmente los cánones que le impone el Estado Social de Derecho.
Respecto de las Fuerzas Militares, el legislador expidió el Código Penal Militar (Ley
1407, 2010) y el Reglamento de Régimen Disciplinario para las Fuerzas Militares
(Ley 836, 2003). Estas normas manifiestan la existencia de esa garantía exigida a los
militares en la prestación de sus servicios, de acuerdo con los compromisos que les
señala la Constitución y la ley. Particularmente, en el Código Penal Militar, la posi-
ción de garante está determinada en el artículo 27, que reza:
“Acción u omisión. La conducta punible puede ser realizada por acción u omi-
sión. El miembro de la Fuerza Pública que tuviere el deber jurídico de impedir
un resultado perteneciente a una descripción típica, cuente con los recursos
y medios disponibles y no actuare estando en posibilidad de hacerlo dentro
de su ámbito propio de dominio, quedará sujeto a la pena contemplada en la
respectiva norma penal, si no concurriere causal de exclusión de responsabili-
dad. A tal efecto se requiere que tenga a su cargo la protección real y efectiva
del bien jurídico protegido o la vigilancia de determinada fuente de riesgo,
conforme a la Constitución, la ley o los reglamentos.
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Tal como se advierte, la posición de garante es exigida por el Estado en materia penal
con referencia a las conductas que se relacionan con la vida, la integridad personal
y la libertad individual, mientras que en lo disciplinario lo hace en relación con el
estricto cumplimiento de las funciones.
Aun así, es necesario entender que un fundamento del poder del Estado es el de de-
terminar los límites en su relación con sus asociados y parte de ello está contemplado
en el ordenamiento jurídico al que deben subordinarse las personas que hacen parte
de él. Según Bobbio (2006), el Estado mantiene esas normas con las cuales busca pre-
servar su legitimidad “hasta que la ineficacia ha llegado a tal punto que hace probable
o previsible la eficacia de un ordenamiento alternativo” (p.125), es decir, hasta donde
las normas le hagan posible su gobernabilidad.
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El Código Militar mexicano trata en el libro segundo sobre los delitos, faltas, de-
lincuentes y penas, clasificando los delitos en el Capítulo I en intencionales y no
intencionales o de imprudencia (art.101) y en el Capítulo II las faltas, que dice “serán
castigadas de acuerdo con lo que prevenga la Ordenanza o leyes que la sustituyen
(art. 104) (Código de Justicia Militar, 1933 -última reforma publicada en el Diario
Oficial de la Federación 13 de junio de 2014.)
En Argentina, el Código de Justicia Militar comprende los delitos y las faltas, cuyo
Anexo I corresponde al ámbito penal y procesal penal, dejando a partir del Anexo IV
el Código de Disciplina de las Fuerzas Armadas y en el Título II las Faltas Discipli-
narias, señalando además en el Título IV las atribuciones de los Consejos Generales
de Guerra, los Consejos Generales de Disciplina y los Consejos de Disciplina, como
los encargados de la administración de los procesos disciplinarios.
En el caso concreto de la justicia militar, por razones de intervención política del Es-
tado, la rigurosidad de la sanción penal se ha impuesto sobre lo disciplinario, a pesar
de ser este igualmente severo, por la privación de la libertad con la cual se presume
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Sobre los miembros de las Fuerzas Militares, el Estado ha impuesto funciones, inha-
bilidades y prohibiciones mayores a las que obligan a los demás servidores, con las
cuales busca forzar el cumplimiento adecuado de las ocupaciones que les atribuye la
Constitución Política o la ley, como también pretende que, con mínimas garantías
realice la acción de la fuerza, que es la función generadora de mayor contradicción
con el Estado. Esta presión con la que se pretenden establecer comportamientos per-
fectos en individuos con las mismas falencias culturales y formativas que el resto de
la sociedad, llevó al organismo militar a un proceso de vaciamiento de su atribución
disciplinaria para entregarla a los jueces, quienes han juzgado y condenado descono-
ciendo lo expresado por la Corte Constitucional que consideró que:
Según lo enseña Galán (2010), con el tipo penal se precisan las conductas que hacen
una acción prohibitiva porque perturban la convivencia pacífica o dañan los intereses
de los individuos o de la sociedad, además, tienen; entre otras, la función de sistema-
tizar las conductas delictivas según características como la calidad de los sujetos o los
bienes jurídicos afectados.
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“Ha definido un tipo penal en blanco como aquel en que el supuesto de he-
cho se encuentra desarrollado total o parcialmente por una norma de carácter
extrapenal’ y agrega que ‘la remisión o reenvío del tipo penal en blanco a nor-
mas de rango administrativo tiene sus propias reglas” (Corte Constitucional,
Sentencia C-121, 2012).
Dado que el tipo penal en blanco remite a otra u otras, según se señaló en la senten-
cia C-605 de 2006, la remisión que opera en la complementación de este tipo penal
puede ser impropia cuando se hace referente a otra disposición legal o propia cuando
se hace a normas de jerarquía inferior. Respecto de la remisión estipula que se:
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Para cerrar el punto del proceso de elaboración de la norma, se tiene en cuenta que
tanto a lo penal (Ley 1407, 2010, art. 21) como a lo disciplinario (Ley 734, 2002,
art. 27) se llega por acción o por omisión, donde la omisión propia está plenamente
descrita en los artículos 115, 119, 145, 148, 149, 158 y 166 de la Ley 1407 de 2010;
donde se remite a normas de menor categoría. Los que se refieren a la omisión im-
propia están descritos y estructurados en el artículo 27, bajo el concepto general de
la posición de garante del personal militar en relación con los punibles que atenten
contra la vida e integridad personal y la libertad individual, los cuales remiten a nor-
mas de categoría superior, es decir, que deben deducirse de un tipo penal de resultado.
Género y especie
Al tratar sobre la responsabilidad jurídica sancionatoria, García Amado (2012) hace
las siguientes reflexiones:
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“En relación con el concepto de servicio, tal como sin dificultad surge de la
previsión contenida en el estatuto castrense, se tiene que es término referido a
los específicos deberes que atañen a los miembros activos de la Fuerza Pública
a quienes se asignan labores de dirección o vigilancia” (Corte Suprema de
Justicia, Sala de Casación Penal, Rad. 12878).
Y por disciplina también indica que: “Implica la observancia de las normas y órdenes
que consagra el deber profesional” (ibíd.).
Por su parte, la Corte Suprema de Justicia, por medio de su Sala de Casación Penal,
ha determinado que en relación con los bienes jurídicos que se protegen en la justicia
militar, hay una correspondencia de género y especie entre los injustos, de manera tal
que la disciplina es el género y el servicio es la especie, haciendo distinción en que:
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Se entiende, entonces, que los delitos contra el servicio son todas las trasgresiones que
cometen los militares en la realización de sus funciones constitucionales de defensa
de la soberanía, la independencia, la integridad territorial y el orden constitucional,
a las que además, deben añadirse los delitos que en cualquier tiempo exigen el deber
de presencia como la deserción y el abandono del puesto, porque con ellos se busca
garantizar la prestación del servicio y el cumplimiento de la función4, quedando lo
demás para el ámbito de contenidos de las transgresiones a la disciplina.
Así pues se entiende que el uso ilegitimo e ilegal de la fuerza, para que sea objeto de
conocimiento por la Justicia Penal Militar, solo debe relacionarse con la ejecución
de las operaciones militares, por lo que se excluye de ella toda tarea del planeamiento
y con mayor precisión, toda tarea administrativa anterior como el entrenamiento.
4 Tribunal Superior Militar, MP. Suárez Aldana Camilo Andrés, Proceso 156500-730-XIV-392- PNC, p. 16; en
donde manifiesta que “Lo que busca el legislador con el delito de Abandono del Puesto no es la protección de un
espacio geográfico determinado, entendido éste desde la perspectiva ontológica, sino garantizar la prestación de
un servicio y el ejercicio de la función”, explicación analógicamente aplicable a la deserción.
5 Tribunal Superior Militar, MP. María Paulina Leguizamón Zárate, Proceso 1560 54-4451-XIV-340 EJC, p.
14; donde respecto a los delitos contra el servicio manifiesta “(...) olvida que el Servicio y todas las actividades
operacionales, logísticas y administrativas, que lo integran enervan uno de los pilares fundamentales de cualquier
institución castrense y que, para el caso de las Fuerzas Militares, se orientan al cabal cumplimiento de la Misión
Constitucional.”
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“Esta norma que debe ser interpretada de forma sistemática con los artícu-
los 2 y 6 Superior, lo que sugiere una posición de garantía por Institución
y Organización en quienes fungen como militares para proteger a todas las
personas residentes en Colombia en su vida, honra, bienes, derechos y liber-
tades, orientando toda su actividad de instrucción y entrenamiento, logístico
administrativa, de servicios de guarnición, de régimen interno, operacional,
etc., a la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio
nacional y del orden constitucional. Presupuestos de tal magnitud hacen que
se llene de contenido el concepto servicio que se pretende proteger por vía de
lo consagrado en el Título II del Código Penal Militar. (Tribunal Superior
Militar, Proceso 156602-7040-XIV-402-EJC, p. 9).
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6 Fiscalía General de la Nación, Directiva No. 003 de 17 de diciembre de 2015, citando a Tribunal Penal Militar
de Núremberg, Estados Unidos vs Wilhelm List en Casos de Crímenes de guerra ante el Tribunal Penal Militar
de Núremberg, No. 10, Vol. XI TWC (1948) P. 1297
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La antijuricidad
Manifiesta el Código Penal Militar:
“Artículo 17. Antijuridicidad. Para que una conducta típica sea punible se
requiere que lesione o ponga efectivamente en peligro, sin justa causa, el bien
jurídicamente tutelado por la ley penal” (Ley 1407, 2010).
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Justicia Penal Militar adquiera plena vigencia durante los tiempos de guerra o con-
flicto armado y en las zonas de operaciones que a la misma autoridad militar se le
delimita, de la acaecida en tiempo o zonas de paz, donde es casi inocuo el daño que
con algunos delitos o faltas se deteriora al Estado.
Se hace necesario conocer en forma clara la idea de bien jurídico, que según lo seña-
lado por Hans-Heinrich Jescheck (1993):
“Los bienes jurídicos son intereses vitales de la comunidad a los que el derecho
penal otorga su protección. Protección significa que mediante normas jurídi-
cas se prohiben con amenaza de pena las acciones idóneas para menoscabar de
modo particularmente peligroso los intereses vitales de la comunidad. El tipo
arranca así de la norma, y la norma, del bien jurídico” (p. 231)
Respecto del Código Penal Militar, vale decir que no se encuentra la materialización
del daño al bien jurídico de la disciplina o del servicio en delitos como la desobedien-
cia o el abandono del puesto, sin embargo se les ha entregado un valor superior bajo
la presunción del daño a la prestación del servicio militar, que se castiga hasta con
tres (3) años de prisión. Igual consideración se tiene respecto del delito del centine-
la, donde a la acción (por ejemplo, dormir) el operador judicial suma un resultado
presunto en consideración a la posición de garante (riesgo sobre la vida) para llegar a
una sanción con privación de la libertad por lo que pudo llegar a suceder, tan incierto
que es imposible demostrarlo.
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“El injusto está conformado tanto por el desvalor de acción (dentro del cual
se examinan las condiciones objetivas del autor, los elementos subjetivos del
injusto, el dolo y la culpa) como el desvalor del resultado (que comprende la
lesión o puesta en peligro del bien jurídico y el modo externo con el que se
produce esa lesión o puesta en peligro” (p. 462)
Visto de esta manera, lo que se ve es que el injusto o ilícito en los delitos contra el
servicio y contra la disciplina no se determinan por la gravedad de la conducta o
el acto, sino por el posible resultado a que conduzcan, que estando definido por el
legislador como daño al bien jurídico de la vida o del servicio (es decir contrario al
interés general), convierte el acto en doloso, sin ninguna posibilidad de alegato en
contrario, con lo cual cumple el presupuesto de contradictorio frente a la norma
jurídica y merecedor de la sanción penal.
Sin desconocer que el Estado da a su sistema penal unos conceptos de bien jurídico,
acordes con los intereses que la realidad social le posibilita para garantizar la convi-
vencia y el funcionamiento de su sistema social, parece que la tendencia de la Justicia
Penal Militar está orientada en el sistema, inseparable del bien jurídico tutelado dis-
ciplina, que Galán (2010) relaciona así:
“En un Estado respetuoso del fuero interno del sujeto, queda claro que con
culpabilidad penal no se alude a un juicio moral sobre el autor, sino a las
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El Código Penal Militar describe la culpabilidad en el artículo 18, que “solo se podrá
imponer penas por conductas realizadas con culpabilidad. Queda erradicada toda
forma de responsabilidad objetiva” (Ley 1407, 2010).
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militar, mientras estar de servicio es ejecutar una tarea o misión temporal designada
por sus comandantes como ser centinela, comandante de guardia u oficial de servicio,
“El órgano ejecutivo por Decreto No. __ha nombrado (trasladado o destina-
do) al señor __ (grado y nombres) al cargo de __ (nombre y número de la uni-
dad o cargo), en tal virtud, todo el personal lo obedecerá, acatará y respetará
en todos los actos del servicio como fuera de él” (p. 77).
Con ello, se está rompiendo toda consideración de igualdad entre el superior y los
subalternos, como personas al interior de la sociedad, fuera del servicio militar.
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Manifestar, como lo hace el Tribunal Superior Militar, que toda actividad adminis-
trativa es un acto del servicio que el Estado protege como bien jurídicamente tutelado
del servicio mediante la posición de garante por la razón de que es un acto necesario
para emprender el cumplimiento de la función constitucional es apenas una razón
hipotética respecto de cualquier miembro de las Fuerzas Militares, pues nadie puede
asegurar que la guerra se habrá de presentar durante el tiempo de prestación de su
servicio. Además, tampoco se puede aseverar que por falta de entrenamiento no se
defiendan los intereses del Estado, quizás se defiendan mal, pero, de igual manera,
puede suceder con quienes han recibido el entrenamiento. En síntesis, no entrenarse
convenientemente para cumplir su misión será una falla ética, pero no un delito.
Tampoco asiste razón al decir que las operaciones militares de defensa empiezan con
el entrenamiento, porque ellas inician legalmente con la emisión de las órdenes de
operaciones. Corresponde al comandante militar elegir entre los hombres mejor pre-
parados para el cumplimiento de una misión y, a partir del momento, establecer las
responsabilidades a que haya lugar por el cumplimiento cabal de las funciones y las
instrucciones. Será responsable el comandante cuando elija entre sus hombres aque-
llos que no han tenido entrenamiento, pero también ocurre la posibilidad de la misma
responsabilidad en quien conociendo su incapacidad asume el riesgo y acepta la orden.
Por otra parte, hay un claro desconocimiento de la doctrina militar para la determi-
nación de la tipología de los delitos, que no puede ser la misma durante los estados de
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paz o de guerra, tampoco podrá ignorarse que las guerras pueden ser totales, parciales
o limitadas, pero en Colombia lo que se ha reconocido es un conflicto interno que
se desarrolla en zonas geoestratégicas, es decir, en territorios de importancia para el
cumplimiento de sus objetivos económicos. De esta manera, abandonar el servicio
en la guerra tiene una connotación bien diferente a hacerlo durante el desarrollo de
un conflicto o en el tiempo de paz.
Por tal razón, es necesario diferenciar el lugar donde se está prestando el servicio,
pues no es lo mismo realizar la labor de centinela en la ejecución de una operación
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militar o en una unidad ubicada en zona de alto riesgo o en las conocidas zonas rojas,
a diferencia de los cantones militares situados en ciudades capitales y poblaciones
donde no se hace manifiesta la situación de conflicto. Se hace necesario, para no ser
injustos, que se diferencie lo correspondiente a la Justicia Penal Militar y al Régimen
Disciplinario para casos como los citados.
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manera que cuando un militar deja su cargo o lo abandona comete un acto de des-
cortesía al no solicitar por escrito o verbalmente su retiro, pero no siempre coloca
en peligro el servicio militar ni la disciplina, pues, aunque se diga lo contrario, los
subalternos, incluidos sus compañeros de curso y grado, inclusive con un puesto
menos de antigüedad en la jerarquía, actúan ansiosos esperando el retiro de los más
antiguos para subir en el escalafón, presentándose muy raras veces una renuncia
masiva o solidaria. La razón de ello es que la carrera militar es la única en donde in-
gresan unos funcionarios que desarrollan una competencia para alcanzar la máxima
jerarquía institucional, cosa que no ocurre en ningún otro estamento del Estado, es
decir funciona bajo la modalidad de ascensos.
Excesos y defectos
El Código Penal Militar, en su artículo 97, tipifica el delito de desobediencia de
personal retirado que sanciona con uno (1) a dos (2) años de prisión cuando no se
presente ante decretos de movilización o de llamamiento especial al servicio. Contra-
dictorio, frente al mandato constitucional que prohíbe el juzgamiento de civiles por
la Justicia Penal Militar7 y contra sus propios mandatos que señalan que en ningún
caso podrán investigarse o juzgarse a civiles por la Justicia Penal Militar8, es un exceso
en la legislación militar.
7 Constitución Política de Colombia, art. 213. “(….) En ningún caso los civiles podrán ser investigados o juzgados
por la justicia penal militar”.
8 Código de Justicia Penal Militar, Ley 1407 de 2010, art. 5. “Investigación y juzgamiento de civiles. En ningún
caso los civiles pueden ser investigados o juzgados por la justicia penal militar”.
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De otra parte, sin la existencia de una modificación constitucional que así lo con-
sienta, el legislador militar ha permitido que el juez ordinario defina la situación
militar de los colombianos, cuando ante la objeción de conciencia y ante los actos de
reclutamiento forzoso realizados por las Fuerzas Militares las decisiones de los jueces
tienen prioridad sobre las determinaciones constitucionales y de la ley.
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Todos los colombianos están obligados a tomar las armas cuando las necesi-
dades públicas lo exijan para defender la independencia nacional y las institu-
ciones públicas.
La Ley determinará las condiciones que en todo tiempo eximen del servicio
militar y las prerrogativas por la prestación del mismo” (Const., 1991).
9 Ley 48 de marzo 03 de 1993, Por la cual se reglamenta el servicio de Reclutamiento y Movilización, art. 9
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Conclusiones
El Código Penal Militar y el Reglamento de Régimen Disciplinario para las Fuerzas
Militares, de acuerdo con las normas doctrinarias del derecho, se han elaborado te-
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niendo en cuenta no solo las necesidades del servicio de defensa de la sociedad, sino
también las de supervivencia del Estado aun a costa de sus asociados.
El afán del Estado y de los mandos militares por el mantenimiento de un statu quo
que permita el ejercicio del mando militar bajo formas de relación comandante-súb-
dito y no líder-subalterno, genera el traslado de la norma disciplinaria a la penal, con
las consecuentes implicaciones de afectación a la libertad de quienes no se ajusten a
sus condiciones.
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68 VIeI / Vol. 11, N.° 2 / julio-diciembre 2016 / Bogotá, D. C. / Universidad Santo Tomás / pp. 39-68
Resumen
Siempre que nos referimos al termino Inmunidad Diplomática, lo relacionamos con el prin-
cipio de Igualdad Soberana entre los Estados (Par In Parem Not Habet Imperium), entendien-
do esta como la imposibilidad absoluta de ejercer jurisdicción sobre otro Estado, incluyendo
sus agentes, que en el ámbito internacional se conocerán como Agentes Diplomáticos.
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Es en razón a esta nueva tendencia que debemos evolucionar y cambiar la antigua mentalidad
absolutista en materia de inmunidad jurisdiccional que venía imperando, armonizándola
con la era de los derechos humanos y su efectivo goce, pretendiendo definir esa delgada línea
que separa Inmunidad de Impunidad, y esto solo se logrará cuando el legislador y los jueces,
quienes son los encargados de proferir y hacer cumplir las leyes que rigen a los ciudadanos y
a los extranjeros que se encuentren dentro del país, entiendan la importancia y necesidad de
sentar un precedente jurídico frente a este tema.
Palabras clave: inmunidad Jurisdiccional, Inmunidad Diplomática, Actos Jure Imperi, Ac-
tos Iure Gestionis, convención de Viena de 1961, Inmunidad Restringida, Inmunidad de
Ejecución.
Abstract
Whenever we refer to diplomatic immunity, we relate to the principle Equality sovereing
between States, (Par In Parem Not Habet Imperium), understood as the absolute inability to
turn jurisdiction to another State, including its agents in the field they are known as interna-
tional diplomatic agents.
The new trend in immunity to the concept of immunity Restricted, which should apply only
in cases in which a State or its agents run their own function actions (Jure imperi), otherwise
the current rules applied in the forum state.
It is due to this new trend we must evolve and change the old absolutist mentality on im-
munity court came to prevail, harmonized with the era of human rights and their effective
enjoyment, trying to define the thin line that separates Immunity from Impunity, and this
only it is achieved when the legislators and judges who are in charge of uttering and enforce
laws governing citizens and foreigners who are in the country, understand the importance
and necessity of setting a legal precedent addressing this issue.
Key words: Jurisdictional immunity, Diplomatic Immunity , Jure Imperi Acts , Jure Ges-
tionis acts, The Vienna Convention on Diplomatic Relations of 1961, Restricted immunity,
Immunity from execution.
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Introducción
La inmunidad de jurisdicción es un tema eminentemente diplomático e interna-
cional, es por esto que la mayoría de personas pasan inadvertidas del alcance y la
importancia que conlleva este término, y es tan solo cuando se ven involucradas
en un proceso judicial donde también sea parte un agente diplomático que toman
conciencia y requieren a la rama judicial para hacer efectivo su derecho de acceder a
la justicia. Sin embargo, actualmente este conjunto de órganos judiciales ha segui-
do una línea jurisprudencial de vieja data, presentando la inmunidad jurisdiccional
como la piedra en el zapato que impide poner en movimiento el aparato jurisdic-
cional colombiano con el fin de reclamar un derecho laboral adquirido y que, por
supuesto, no fue reconocido ni pagado por el agente diplomático implicado.
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garantice tanto los derechos de los ciudadanos colombianos, como los de las misiones
diplomáticas en el país.
“El atributo de todo Estado soberano, que impide que otros Estados ejerzan
jurisdicción sobre los actos que realice en ejercicio de su potestad soberana,
o bien sobre los bienes de los cuales es titular o utiliza en ejercicio de dicha
potestad soberana” (p.25).
Esta definición de inmunidad implica que para que un Estado pueda alegar en su
favor este principio, su actuar debe estar ajustado a un acto iure imperii, o un acto
derivado de su poder político.
Esta figura fue la que aplicó el Congreso de la República en la Ley 6 de 1972, por
medio de la cual se aprueba la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas,
realizada en la capital austríaca el 18 de abril de 1961, es por esto que no podemos
hablar de inmunidad de jurisdicción de las Misiones Diplomáticas en Colombia,
puesto que a quien se concedieron dichos beneficios fue a los agentes diplomáticos
como personas naturales y solo en cuanto al cumplimiento de sus funciones.
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Sin embargo, este criterio no fue de completo recibo en la Corte, ya que al año
siguiente el 2 de julio de 1987 la sala plena de esa corporación rectifico la tesis plan-
teada. Retornando a la tesis de inmunidad absoluta que aún considera vigente, como
se puede observar en sentencias como la del proceso radicado bajo el número 10009
en 1997, donde la corte expresó:
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Dentro del mismo radicado, en materia laboral, la sala de casación de la Corte justi-
fica el rechazo in límine de las demandas contra Misiones Diplomáticas Extranjeras
en Colombia, aduciendo:
“Es por esto apenas obvio entender que si se refirió expresamente a tales personas
que se hallan en una relación cuya naturaleza es innegablemente laboral, en cuan-
to prestan un servicio personal subordinado al Estado acreditante o a uno de los
miembros de la misión diplomática, y no obstante ello mantuvo la inmunidad de
jurisdicción del agente diplomático, forzoso resulta entonces concluir que dicha
exención o inmunidad de jurisdicción frente al Estado receptor comprende tam-
bién los eventuales litigios surgidos de conflictos de índole laboral, los cuales que-
dan sujetos a la jurisdicción del Estado acreditante, que es con el que realmente
se da el vínculo jurídico, por ser a dicho Estado y no a su embajador a quien se
le prestan los servicios personales que aquí invoca quien pretende demandar en
Colombia” (Corte Suprema, 1987).
A pesar del criterio tan marcado que sostiene la orte, en el año 2005 dentro del ra-
dicado 25679, el magistrado Eduardo López Villegas expresa en su salvamento de
Voto razones que encuentran su asiento en la nueva tendencia legislativa en materia
de inmunidad jurisdiccional a nivel internacional, y otorga una luz con respecto a la
confusión que tiene la sala al aceptar como iguales la inmunidad jurisdiccional de un
Estado y la de sus agentes diplomáticos, además de abrir las puertas a la responsabi-
lidad Estatal generada por la figura jurídica del Daño Especial.
Tan solo hasta el año 2007 con el caso Adelaida García de Borrisow Vs Misión Di-
plomática del Líbano, la Corte cambia nuevamente su línea jurisprudencial y acepta
su competencia en el ejercicio jurisdiccional en materia laboral cuando se suscite
una controversia entre un particular y una misión diplomática, teniendo a bien estas
consideraciones:
“Bien es sabido que los Tratados materializan los postulados que los Estados han
creado a través de la costumbre internacional, o el ius cogens, por lo que, pese a no
estar ratificado el aludido Convenio4 en nuestro ordenamiento, en el momento
4 Convención de las Naciones Unidas sobre las inmunidades de los Estados y de sus Bienes, 2004.
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“En tal sentido, como se advirtió, si bien el título ejecutivo reúne los requisitos
legales, la República del Líbano, está amparada con inmunidad absoluta de ejecu-
ción, por así encontrarse previsto en la normatividad aplicable al asunto” (Corte
Suprema, 2010).
Recientemente, con la sentencia de tutela del 13 de enero de 2016, dentro del ra-
dicado 11001-02-03-000-2015-02659-00, M.P. Luis Armando Tolosa Villabona,
la Corte cambia un poco su radical concepto, al conceder acción de tutela a la Em-
bajada de la República Árabe de Egipto en Colombia por el derecho de acceso a la
jurisdicción, argumentando que aunque la acción de tutela en principio no procede
por tratarse de una embajada cobijada por el principio de Inmunidad Jurisdiccional,
en virtud de garantizar los derechos de acceso a la justicia de esta, es viable aceptar la
renuncia tácita a la inmunidad y procede a conceder el amparo.
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b. Consejo de Estado
Debido a esta nueva posición adoptada por la Corte Suprema de Justicia, los ciudada-
nos colombianos han optado por seguir su proceso ante la jurisdicción contencioso-ad-
ministrativa teniendo como base las luces que dio el salvamento de voto del Magistrado
López, en cuanto a la Responsabilidad del Estado por Daño Especial ante la desigual-
dad de las cargas públicas en que se encuentran los ciudadanos frente a la inmunidad,
no solo del Estado ni de los agentes diplomáticos, sino ahora también de sus bienes.
El Consejo de Estado ha sido muy claro en su posición frente al tema y es por esto
que en sentencia IJ-001 de 1998, en el caso Vitelvina Rojas Robles Vs Ministerio de
Relaciones Exteriores y el Congreso de la Republica, consideró que la responsabilidad
del Estado Colombiano no está determinada por la naturaleza del acto que concede
las inmunidades jurisdiccionales a los agentes diplomáticos, que por cierto es de ca-
rácter complejo en razón a que necesita de la concertación de varias voluntades, sino
porque no es equitativo que los privilegios concedidos a otro Estado tengan que ser
soportados por un particular, máxime cuando este el principal afectado, así:
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c. Corte Constitucional
Siendo la Corte Constitucional uno de los órganos judiciales más importantes en ma-
teria de interpretación normativa y constitucional en Colombia, no podía pasar inad-
vertida en manifestar su posición frente al tema de inmunidades jurisdiccionales, es así
como en sentencias C-137, C-442 de 1996 y T-883 de 2005, entre otras, dispone que
las inmunidades jurisdiccionales concedidas a otros Estados o a sus agentes diplomáti-
cos no pueden ser consideradas como absolutas, ya que si lo hiciéramos de ese modo es-
taríamos sacrificando principios tan importantes en la constitución de un Estado, como
lo son la soberanía y el poder de asegurar la defensa de los derechos de sus nacionales
cuando se vean comprometidos por agentes que deben someterse a su jurisdicción.
Es así como se hace más fuerte y se define la posición de la Corte en este tema, siempre
mostrando su lado garantista y en favor de los derechos de los nacionales colombianos.
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Por otro lado, el Ministerio no goza de facultades judiciales ni tampoco puede ejercer
algún tipo de coerción en contra de las misiones diplomáticas, ni puede imponer
pólizas que garanticen sus obligaciones presuntamente no cumplidas por las que los
ciudadanos acuden a la Cancillería. En razón a esto, en la sentencia del 23 de julio de
2011, el Tribunal Contencioso Administrativo de Cundinamarca, decide negar las
pretensiones de la señora Susana Hermoso de Villate, así:
b. Congreso de la República
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Es así como se ve reflejada la teoría del Consejo de Estado, cuando encuentra respon-
sables a las entidades que en ejercicio de una actividad legítima del Estado (como lo es
legislar), causa un perjuicio a un particular que no está en el deber legal de soportar.
c. Rama judicial
Por otro lado, aducen que si bien se tiene como sujeto pasivo a la nación, la rama ju-
dicial no es representante de la misma por lo que los únicos llamados a responder son
el Ministerio del Interior y el Ministerio de Relaciones Exteriores, que por mandato
legal tienen el deber de representarla.
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Para el año 1998, el Ministerio de Relaciones Exteriores envió una circular a todas
las misiones diplomáticas que tenían sede para la época en Colombia, con el fin
de saber cuáles de ellas aceptaban la inmunidad absoluta en materia laboral. Para
sorpresa de todos y teniendo en cuenta que estamos hablando de aproximadamente
17 años atrás, la mayoría de países resolvió que no se aceptaba la inmunidad en ma-
teria laboral, dentro de los cuales tenemos a países como Estados Unidos, Argentina,
Brasil, Perú, Guatemala, Grecia, Nicaragua, entre otros, países todos firmantes de la
convención de Viena de 1961 al igual que Colombia5.
5 Comunicaciones EDM 240-156, E-2765/882, E-13/05, E-636/359, No. 890/225, No. 22698, E-389/189,
E-749/452, EM-539/232, E-2134/518.
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5. Análisis jurídico
Todas las legislaciones tienen su origen en el código civil colombiano que desde un
principio fue el encargado de regular los aspectos jurídicos de las relaciones entre
nacionales, con el pasar de los años y las necesidades del sistema judicial, se fueron
separando constituyendo así una jurisdicción especial para cada tema de derecho.
Las relaciones entre empleados y patronos no podían ser ajenas a esta evolución y es
por esto que desde el año 1915 con la ley 57, que regulaba los accidentes de trabajo
se empezó a legislar sobre aspectos propios de una relación laboral. Así transcurrió la
evolución de esta rama del derecho, siempre tratando aspectos puntuales mediante
leyes y decretos leyes que siempre debían ser ejecutados por medio de las directrices
del código civil, ya que no existía un código que planteara un procedimiento propio.
Fue para el año 1948, por medio del decreto 4133 que el gobierno adopta como
norma legal el Código procesal Laboral, y en 1950 se adoptó el código sustantivo
del trabajo, con lo que se complementan los instrumentos necesarios para ejercer
jurisdicción laboral propiamente dicha.
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Teniendo en cuenta que las leyes en Colombia son aplicables a todos los habitantes
del territorio, incluyendo a los extranjeros que residan en él6, cuando se quiere con-
ceder un privilegio de no aplicación de la jurisdicción laboral se debe hacer taxativa-
mente, de otro modo se entendería que está sujeto a la regla general.
d. Inmunidad de ejecución
Este es el segundo aspecto que preocupa a los afectados por la concesión de inmunida-
des diplomáticas, teniendo en cuenta que de nada sirve que se garantice el derecho de
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acceso a la justicia para que se ventile un caso en contra de un Estado o de sus repre-
sentantes, si la decisión producto de este proceso judicial no se puede hacer efectiva.
Tan así es la evolución del concepto, que en la convención de las Naciones Unidas
de 2004, en donde por cierto Colombia tuvo una amplia participación, se consagran
expresamente los casos en los que la inmunidad de ejecución no se podrá hacer valer,
permitiendo medidas ejecutivas posteriores al fallo cuando, “esté determinado que
los bienes se utilizan específicamente, o se destinan a la utilización por el Estado para
fines distintos de los oficiales no comerciales, y que se encuentran en el territorio del
Estado del Foro”.
6. Conclusión
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En definitiva, la única forma de integrar el concepto de las altas cortes sería apli-
cando la costumbre internacional, que como ya se dijo evolucionó y actualmente se
encuentra a favor de la teoría restrictiva, por lo que es tiempo de que el legislativo le
otorgue la importancia jurídica que merece el tema, y regule la materia, para lo cual
tiene una opción ya determinada y, sobre todo, muy debatida por Colombia a nivel
internacional que es la adhesión a la convención de Naciones Unidas de 2004, claro
está previo cumplimiento de los trámites internos que debe surtir para que se haga
exigible en el territorio nacional.
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Referencias:
Aranguren Quintana, J.J. y Guzmán Carrasco, G. (2006) De espaldas al derecho internacio-
nal: Colombia y la inmunidad de jurisdicción de los estados. International Law: Revista
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Corte Suprema De Justicia. Expediente No. 10009. M. P. Dr. Jorge Ivan Palacio. 1987.
Corte Suprema De Justicia. Radicación No. 32096. M. P. Camilo Tarquino Gallego 2007.
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llabona. 2016.
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Presidencia de la Republica. Decreto 3355. (7 De Septiembre De 2009). Por medio del cual
se modifica la estructura del ministerio de relaciones exteriores y se dictan otras disposi-
ciones. Bogotá. D.c. 2009.
Rodríguez Camargo, G. (2001) Curso de Derecho Procesal Laboral. Bogotá: Ediciones Li-
brerías del Profesional. p. 5.
Tribunal Contencioso Administrativo De Cundinamarca. Radicado 200301880. M. P. Ber-
tha Lucy Ceballos Posada. 2011.
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Resumen
El presente artículo pretende arrojar una serie de perspectivas relevantes en materia de segu-
ridad contra el terrorismo y el crimen internacional desde la experiencia colombiana. Este
trabajo articula dimensiones estratégicas de manera general, pero se enfoca en las relaciones
con África, especialmente con el Cuerno de África. Este documento es una visión panorámica
sobre una de las dimensiones en las que Colombia es exportador de conocimiento. En ese
orden de ideas, se presentan líneas generales pero estratégicas en la materia, en especial en la
lucha contra la piratería.
1 Este artículo es producto del proyecto de investigación institucional titulado: “Seguridad y Paz en escenarios
transformados” del Grupo de Estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Santo
Tomás.
2 Director del Centro de Investigación y profesor titular de la Facultad de Gobierno y Relaciones
Internacionales de la Universidad Santo Tomás. PhD en Derecho Internacional de la Universidad Alfonso
X el Sabio, Magister en Seguridad y Defensa Nacionales de la Escuela Superior de Guerra, politólogo e
internacionalista de la Universidad Sergio Arboleda. Correo Electrónico: cesarnino@usantotomas.edu.co
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Abstract
This paper aims to shed a number of relevant perspectives on security against terrorism and
international crime from the Colombian experience. This work articulates strategic dimen-
sions in general but focuses on relations with Africa, especially in the Horn of Africa. This
document is an overview of one of the dimensions in which Colombia is exporting knowled-
ge. In that vein, but general strategic lines are presented in the matter, especially in the fight
against piracy.
1. Introducción
El terrorismo internacional se ha convertido en un asunto de gran interés no solo
para las grandes potencias, sino también, para la seguridad internacional, involucran-
do a la gran mayoría de actores en el sistema. Este fenómeno, no es una filosofía ni
movimiento, es un método (Wilkinson, 2007) que se configura como procedimiento
en la generación de terror con fines políticos antes, durante y después de los actos.
En ese sentido, aprovechando las ventajas comparativas que ostenta el Estado colom-
biano en materia de seguridad y defensa por la guerra irregular y asimétrica dadas
las condiciones internas, Bogotá se ha convertido en un punto de referencia en el
hemisferio y fuente de conocimiento para otros Estados en el combate contra el
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mente significativo del terrorismo yihadista, aunque sea en estos momentos cuando
adquiera una especial relevancia (Reinares, 2011) por el convulsionado espectro de la
seguridad en el continente, la variedad de actores irregulares, la expansión y control
territorial de facciones terroristas. África se ha convertido en un importante cliente
para Colombia, en el cual logra converger un gran portafolio de instrumentos en la
lucha contra el terrorismo y demás amenazas al continente.
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En ese orden de ideas, el Gobierno de Colombia diseñó una matriz referente a las
áreas temáticas para la cooperación. En ella los ejes sustanciales y sus componentes
son los siguientes:
Capacidades
DDHH y DHI operativas
• Entrenamiento de aviación • Entrenamiento de aviación
• Entrenamiento de guardacostas • Entrenamiento de guardacostas
• Capacidades de combate • Capacidades de combate
• Fuerzas especiales • Fuerzas especiales
• Inteligencia militar • Inteligencia militar
• Tecnología de la información • Tecnología de la información
y comunicaciones y comunicaciones
3 El sector industrial, empresarial, bancario y, de alguna manera, los estudios de área del país han excluido de sus
portafolios y enfoques de análisis los temas relevantes con África. Si bien se han empezado a tejer canales de
comunicación y relaciones bilaterales con África bajo la cooperación sur-sur, aún no existe un plan estratégico de
cooperación profunda con dicho continente. Hasta el momento se han trabajado asuntos concernientes al cambio
climático, los cuales han arrojado resultados preliminares sobre talleres hechos en Cali con la participación de los
gobiernos de Kenia, Senegal y Ghana (Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia, 2014).
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En primer lugar, las misiones colombianas en esta zona tienen que ver con el Cuerno
de África. Allí, la Armada colombiana -ARC- participa como actor clave y estratégico
en la operación multinacional Atalanta-2015 bajo el mandato de la Fuerza Naval de
la Unión Europea –EUNAVFOR-. En dicha operación, la unidad colombiana inter-
viene de manera directa la embarcación OPV-80 ARC “7 de Agosto” con actividades
en las costas de Somalia, la península Arábiga y las Islas Seychelles. Las maniobras
de seguridad de la ARC han contribuido a la captura de más de 1.500 piratas y 90
embarcaciones utilizadas para actividades criminales (Saumeth E. , 2015). Este even-
to proporciona niveles estratégicos en cuanto a la voluntad operacional en conflictos
asimétricos e irregulares de Colombia.
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Unidad Número de
Misión Fuerza Año
operacional efectivos
4 Según Naciones Unidas, cuando una crisis estalla o amenaza con detonar la violencia, la acción diplomática
pronta (también conocida como diplomática preventiva) es uno de los utensilios disponibles más antiguos de
las Naciones Unidas para evitar que se agrave la situación. Hoy en día, este instrumento ha tomado fuerza en
la ONU a medida que los logros pacíficos alimentan la confianza en su aplicación, las últimas inversiones en
capacidad se asientan, las posibilidades de las asociaciones efectivas se expanden y los Estados Miembros
buscan respuestas a las crisis en un momento de tensión económica a nivel mundial (Organización de las
Naciones Unidas, 2012).
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Unidad Número de
Misión Fuerza Año
operacional efectivos
Fuente: (Conferencia de Ejércitos Americanos, 2014), (Ejército Nacional, 2014), (Escuela de Misiones Internacio-
nales y Acción Integral, 2015), (Policía Nacional, 2012). Elaboración propia.
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cano. Es relevante mencionar que los resultados de la operación militar Atalanta han
sido evidentes pasando de los 163 ataques de 2009 a los 2 de 2014 (Villarejo, 2015).
En los últimos años han aumentado significativamente los ataques piratas, en parti-
cular en el Golfo de Adén, Somalia y el Océano Índico. Este tipo de sucesos afecta a
amplias zonas marítimas, por lo que resulta difícil prevenirlos (Interpol, 2014).
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Factores Datos
Operaciones piratas 4.000.000 km21
Pérdidas económicas 315-385 millones de dólares en pérdidas
Buques rescatados 149
Muertes registradas 100
Secuestros por parte de piratas 3.741 personas de 125 nacionalidades
Tiempo promedio de personas en estado de secuestro 3 años
Pérdidas comerciales marítimas para Somalia 7,4 % anual
Pérdidas al comercio mundial 18 mil millones de dólares al año
Pagos por rescate de personas y mercancías 53 millones de dólares al año
Afectación a las importaciones y exportaciones 25 %
Afectación de la industria del atún 26,8 %
Ganancias repartidas entre políticos y líderes 70-86 %
corruptos de la región
Barcos pesqueros cautivos 44
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En la dinámica colombiana, los grupos criminales y los carteles del narcotráfico ha-
cen uso de sofisticados equipos militares a bordo de sus embarcaciones o vehículos
para custodiar las mercancías ilícitas, proteger las rutas y corredores de narcotráfico
o para movilizarse de manera rápida por los canales fluviales y marítimos del país.
Los carteles del narcotráfico en Colombia han logrado construir y adquirir subma-
rinos para llegar con total autonomía a las costas de los países centroamericanos con
principal destino las costas de México y de Estados Unidos (BBC, 2011). Es decir,
las lanchas rápidas y las avionetas ya no son los instrumentos más sofisticados para
los criminales, se valen de la alta tecnología para evadir a los operadores de seguridad.
Las interdicciones son ataques aéreos a las rutas de abastecimiento del enemigo para
impedir o limitar que se refuerce (Fuerza Aérea Colombiana, 2014). Este tipo de
operaciones busca cortar los canales estratégicos de las comunicaciones y suministros
y pueden darse como medida preventiva para evitar avances en las rutas de los crimi-
nales por aire y por mar.
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Los registros en materia de interdicciones contra grupos del narcotráfico y redes cri-
minales en las operaciones estratégicas de las fuerzas colombianas arrojan resultados
en materia cuantitativa relativamente preocupantes. No obstante, la capacidad de
los operadores de seguridad de controlar y desmantelar rutas de tráfico ilícito es in-
cuestionable, la sensación de los resultados estadísticos genera una gran ambigüedad.
Por un lado, que se están descubriendo y detectando las acciones ilegales gracias a los
recursos tecnológicos y estratégicos de las unidades de combate o, por el otro, que la
actividad ilegal se encuentra en crecimiento y proliferación constante.
La segunda tiene que ver con las interceptaciones. Estas son procesos para llevar
un arma aérea al encuentro de una “traza” (aeronave) clasificada como enemiga o
desconocida (Fuerza Aérea Colombiana, 2014). Las interceptaciones son concebidas
como parte de las Operaciones Defensivas de Contrapoder Aéreo. La mixtura estra-
tégica entre las interdicciones y las interceptaciones responde a cuestiones concretas
en la exportación de conocimiento hacia Somalia y la región. La piratería es un fe-
nómeno irregular y asimétrico, en el cual la experticia colombiana logra acomodarse
en la proyección de capacidades y recursos para afrontar la multicriminalidad. En ese
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Este tipo de maniobras militares, a pesar de estar bajo un mando combinado, per-
mite la puesta en marcha de planes y procedimientos de experticia de los actores
involucrados en áreas temáticas. Colombia, dentro de Atalanta, es un actor clave y
fundamental en cuanto a la lucha contra la piratería marítima y terrestre se refiere.
7 Unitas es un ejercicio naval promovido por los Estados Unidos que surgen a partir de la Primera Conferencia
Naval sostenida en Panamá en 1959 y realizada bajo el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).
Colombia y Estados Unidos son los dos únicos países que han participado de forma ininterrumpida en sus 54
versiones (El Universal, 2013). Unitas es la Operación multinacional más antigua del mundo (Partnership of the
America, 2015).
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4. Conclusiones
El presente documento es una visión panorámica y preliminar de las acciones exterio-
res en materia de seguridad en el combate contra el terrorismo y el crimen organiza-
do. Ha sido una apuesta por presentar de manera general espacios extracontinentales
que se escapan en buena medida a los análisis académicos nacionales en política
exterior e incluso a los actores gubernamentales.
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Los puntos clave en exportación de dichos conocimientos son relativos a las opera-
ciones conjuntas, coordinadas y combinadas. Ellas tres son un capital estratégico, en
el cual los operadores de seguridad colombianos diseñan y modelan prototipos de
escenarios de prevención, combate y mantenimiento de zonas seguras gracias a las
interdicciones e interceptaciones.
Referencias
Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia (21 de Julio de 2014). Co-
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104 VIeI / Vol. 11, N.° 2 / julio-diciembre 2016 / Bogotá, D. C. / Universidad Santo Tomás / pp. 87-104
The Open State: The Thinking of Karl R. Popper in the Work of Peter Häberle
Resumen
El objetivo primordial del presente texto es coadyuvar a la comprensión de la ideología aca-
démica del constitucionalista alemán Peter Häberle. Para alcanzar un entendimiento con-
sistente de su obra es necesario tener como presupuesto el trabajo de varios pensadores de
importancia histórica en los que Häberle fundamentó su pensamiento; este texto se ocupa
exclusivamente y parcialmente de uno de ellos: Karl Raymund Popper. Häberle reconoce
abiertamente que su obra ha sido realizable gracias a los trabajos de Popper y remite con fre-
cuencia a los mismos, en ocasiones dando por supuesto su conocimiento, por lo que conviene
explicitar algunas nociones fundamentales, así como la forma en que operan la recepción y
aplicación de las mismas.
Palabras clave: K. Popper, P. Häberle, sociedad abierta, racionalismo crítico, Estado consti-
tucional.
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Abstract
The main purpose of this text is to aid in the comprehension of the academic ideology of
the German constitutionalist Peter Häberle. In order to have a coherent understanding of
his work it is necessary to take into account the presumption of the works of several thinkers
of historic relevance on which Häberle based his thinking; here we will be talking about one
of them: Karl Raymund Popper. Häberle publicly acknowledges that his work was possible
thanks to the work of Popper and frequently refers to him, occasionally taking for granted
that the reader possesses that knowledge, therefore it is advisable to explain some of the fun-
damental notions, and how the learning and application thereto is performed.
Key words: K. Popper, P. Häberle, open society, critical rationalism, Constitutional Sate.
I. Introducción.
La Sociedad Abierta de Karl R. Popper es una estructura teórica a partir de la cual
Peter Häberle desarrolla su obra académica; algunos de sus elementos le sirven como
guías para su labor científica y como inspiración para el desarrollo de teorías y con-
ceptos propios. Häberle expresa de manera reiterada y abierta que gran parte de su
obra ha sido realizable gracias a los trabajos de Popper y remite con frecuencia a los
mismos, casi siempre dando por supuesto su conocimiento, por lo que, si se pretende
comprender la obra häberleana, conviene explicitar algunas nociones fundamentales,
así como la forma en que operan la recepción y aplicación de las mismas. El presente
trabajo no tiene pretensiones de exhaustividad, solo busca abordar ciertos puntos de
contacto básico y ejemplificar con algunos casos esclarecedores que, sin embargo,
permitan sustentar las siguientes afirmaciones:
106 VIeI / Vol. 11, N.° 2 / julio-diciembre 2016 / Bogotá, D. C. / Universidad Santo Tomás / pp. 105-126
C. Para Häberle, los componentes de la Sociedad Abierta son las premisas del
arquetipo Estado constitucional.
El trabajo tiene como sustento, por una parte, el estudio de tres trabajos principales
en la obra de Karl R. Popper, a saber, La Sociedad Abierta y sus Enemigos, la Lógica
de la Investigación Científica y, finalmente, Conjeturas y Refutaciones, y, por otra
parte, el estudio contrastado de la obra de Peter Häberle en general, pero, principal-
mente, de los siguientes textos: El Estado Constitucional, Verdad y Estado Consti-
tucional y Constitución como Cultura.
II. L
a sociedad abierta y el racionalismo crítico
1. E
l racionalismo crítico de Popper y la teoría constitucional propuesta
por Häberle.
En su obra denominada La sociedad abierta y sus enemigos, Popper (2006) realiza la
descripción de un modelo o arquetipo cultural cuyos fundamentos son la razón, la
libertad y la igualdad humanas. En dicho trabajo, la exposición de los elementos
que la componen se realiza contrastándolos con los rasgos de lo que llama la “so-
ciedad cerrada”3. La sociedad cerrada o tribal se erige sobre el miedo humano a la
incertidumbre y el apego al dogma, a la autoridad y a la tradición como medios para
adquirir certeza, mientras que el racionalismo crítico es el elemento que estructura a
la sociedad abierta. Puede decirse que la sociedad abierta es primariamente una socie-
dad en la que la razón crítica opera en todos los ámbitos de la vida humana. El juego
argumentativo del racionalismo crítico es en última instancia un modelo epistémico,
es decir, un mecanismo para generar y acumular conocimiento científico.4 Ello es
posible gracias a que, como señala Popper (2006), “la actitud de la razonabilidad es
3 Se ha publicado, por el mismo autor del presente artículo, una síntesis de la obra de Popper referida, misma que
se puede encontrar en: Jiménez Gómez, Juan Ricardo (coordinador), Revolución Mexicana, Constitución de
1917 y Neoconstitucionalismo, El bajo nivel de constitucionalidad en México como un problema cultural, México,
Instituto de Estudios Constitucionales, Universidad Autónoma de Querétaro, México, 2006.
4 La descripción del modelo es exhaustiva en varias obras de Popper, las más importantes son: La sociedad abierta
y sus enemigos y La lógica de la investigación científica; aunque también se pueden encontrar desarrollos de varios
de sus elementos y ejemplos de su uso en Conjeturas y refutaciones.
VIeI / Vol. 11, N.° 2 / julio-diciembre 2016 / Bogotá, D. C. / Universidad Santo Tomás / pp. 105-126 107
muy semejante a la actitud científica”. Y como sucede con todo juego, la adopción
de sus reglas depende de una convención. En el caso que nos ocupa, nuestro pensa-
dor receptor, es decir, Peter Häberle, declara que participa del juego descrito cuando
afirma: “ejerzo autocrítica en mi trabajo científico, eligiendo todas las formulaciones
de manera provisional, adoptando de Popper su procedimiento trial-and-error” (Va-
ladés, 2006, p.143), mientras que la revisión y ajuste de las propias teorías por parte
del autor a lo largo de su vida académica dan cuenta de su afección al paradigma
referido,5 por lo que es razonable la afirmación de que dicho esquema de racionalidad
es el sustento básico de la investigación académica de Peter Häberle.
5 Un ejemplo respecto de esta actitud en Häberle se encuentra en la obra Teoría de la Constitución como ciencia de la
cultura, la cual se presenta en su segunda edición con una gran cantidad de revisiones, ajustes y desarrollos. Otro
caso también ilustrativo es el texto El Estado constitucional, el cual presenta muchas de sus nociones, previamente
elaboradas de forma aislada, en una codificación que demandó la sistematización, revisión y ajuste de varios
conceptos con el ánimo de actualizarlos al estado de la cuestión.
6 Ejemplos de este ejercicio crítico sobre la obra de Popper pueden encontrarse en: Häberle, Peter, Verdad y Estado
constitucional, traducción de Guillermo José Mañón Garibay, México, unam, 2006, pp. 11-12; VALADÉS,
Diego (compilador), Conversaciones académicas con Peter Häberle, México, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
unam, 2006. pp. 48-49, 139; Häberle, Peter, El Estado constitucional, trad. de Héctor Fix Fierro, México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas, unam, 2003, pp. 304-305.
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En la sociedad abierta encontramos que las reglas del racionalismo crítico no solo
norman el ámbito académico, sino que este mecanismo se aplica para resolver todas
las cuestiones sociales, buscando eliminar el uso de la fuerza y la violencia entre los
hombres. Popper sostiene que la cultura abierta o democrática contiene entre sus
mecanismos básicos los de la razón y “proporciona un marco institucional capaz
de permitir las reformas sin violencia” (Popper, 2006, p. 18), “a través del debate
crítico en el que nuestras batallas se libran con palabras en lugar de con armas” (Pop-
per, 2006, p. 807). Igualmente, expresa que la “actitud de la razonabilidad” es muy
semejante a la actitud científica, a la creencia de que en la búsqueda de la verdad
necesitamos cooperación y que, con la ayuda del raciocinio, podremos alcanzar, con
el tiempo, algo de objetividad” (Popper, 2006. p. 438). A lo largo de la obra referi-
da expresa razonadamente las consecuencias de la adopción del racionalismo crítico
dentro de la cultura democrática; el resultado son todos los rasgos de la cosmovisión
abierta que describe en su obra, con lo que resulta patente que el racionalismo crítico
es el elemento que da piso y estructura a la cultura de la sociedad abierta; se trata de
la “civilización que se basa en la ciencia” (Popper, 2008, p. 191).
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como “Sociedad abierta”,7 es válido deducir que para Häberle el Estado constitucio-
nal se encuentra impregnado íntegramente de racionalismo crítico. Esta tesis tam-
bién haya fundamento en múltiples afirmaciones hechas por Häberle a lo largo de
su obra; a continuación se refieren algunas de las más importantes, mismas que se
presentan atendiendo a la amplitud del ámbito respectivo y en orden incremental:
“La apertura hacia las alternativas debe existir efectivamente, por lo que en este pun-
to los ordenamientos democráticos han de someterse continuamente a la crítica”
(Häberle, 2003, p. 51). Texto que, en relación con el tema de los sistemas jurídicos,
refiere al principio fundamental de la revisabilidad y derrotabilidad respecto de cual-
quier orden normativo y sus partes.
7 Häberle (2002, p. 75), texto en el que el autor afirma: “El susodicho pensamiento posibilista representa el troquel
específico que configura el racionalismo crítico junto con el omnipresente postulado de falsabilidad popperiano
respecto de conjeturas y refutaciones. En todo caso esta forma de filosofía alternativo-posibilista presupone un
modelo de constitución siempre abierto, como también abierto debe ser el modelo de Estado, el de sociedad y el
de pensamiento…”.
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Es decir que, para Häberle, el Estado constitucional, con su rasgo democrático inelu-
dible, implica la operación generalizada del racionalismo crítico en todos los ámbitos
de la vida social. En el Estado constitucional, la virtud cívica implica el manejo per-
manente del racionalismo crítico como mecanismo para encontrar las soluciones a
los problemas sociales, con lo que se corrobora la tesis de que, para Häberle, el Estado
constitucional tiene como rasgo cultural primario el juego argumentativo descrito
originalmente por Popper.
Cerraremos esta apartado con la siguiente cita de Häberle que, después de lo dicho
hasta el momento, resulta esclarecedora:
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tura descrita por Popper como sociedad abierta. Así como la sociedad abierta es un
paradigma sociocultural, el Estado constitucional es un arquetipo jurídico-político
de esa misma cultura. Ambos tienen el mismo objeto pero difieren en la postura
teórica desde la que abordan el objeto de estudio; Popper hace el análisis desde un
ángulo enteramente sociológico, observa una colectividad de hombres, mientras que
Häberle observa los aspectos que constituyen una comunidad de ciudadanos. Popper
estudia la cultura humana en general; Häberle se concentra en su aspecto jurídico-
político. Por ello, para Häberle “la constitución es una parte de la cultura” (Häberle,
2003, p. 21). Es en este sentido que Häberle habla de las sociedades abiertas como
aquellas que son constituidas en forma de Estados constitucionales (Häberle, 1997,
p. 328) y de la constitución del Estado constitucional como aquella que registra la
sociedad abierta (Häberle, 2006, p. 76). En el estudio de la influencia de Popper en
Häberle debe observarse que la sociedad abierta del primero es previa y más amplia
que el Estado constitucional del segundo; puede haber hombres sin ciudadanos pero
no viceversa. Es así que la teoría constitucional de Häberle es “una teoría constitu-
cional de la sociedad abierta” (Häberle, 2003, p. 54).
El propio Häberle y algunos de sus estudiosos han descrito cómo es que se conforma
el tipo Estado constitucional8; prácticamente consiste en identificar aquellos elemen-
tos típicos en las constituciones democráticas (entendiendo a estas como los textos
y sus respectivos contextos culturales), aquellos rasgos que por su pertinencia y per-
sistencia se vuelven indispensables para una cultura constitucional con pretensiones
democráticas.9 Se puede corroborar fácilmente que este catálogo proviene de dicho
8 Una descripción detallada de la técnica de construcción del tipo Estado constitucional puede encontrarse en:
González Rivas Martínez, Pedro Daniel, “Una aproximación al Iusculturalismo de Peter Häberle”, Cuestiones
Constitucionales, Revista Mexicana de Derecho Constitucional, Instituto de Investigaciones Jurídicas, unam,
México, núm. 27, julio-diciembre de 2012, p. 165.
9 Según Häberle, el catálogo de los elementos típicos del Estado constitucional contemporáneo es el siguiente: la
dignidad humana como premisa, la garantía de los derechos humanos fundamentales, el principio de igualdad,
la democracia efectiva, el principio del pluralismo, el principio de la tolerancia, el principio de la soberanía
popular, el principio de laicidad o imparcialidad del Estado, la Constitución como contrato, el principio de
la división de poderes, el federalismo o regionalismo, los principios del Estado de Derecho, del Estado social y
del Estado cultural, la independencia de la jurisdicción, la pluralidad de partidos, la protección de minorías, el
principio de desarrollo sustentable ecológicamente, la jurisdicción constitucional, la supremacía constitucional,
la vigilancia ciudadana de los derechos humanos, la economía social de mercado, la protección del medio
ambiente, la protección de las culturas autóctonas, órganos defensores del pueblo, la Constitución escrita... Este
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listado proviene de múltiples obras del referido autor, si bien en Häberle, 2003, pp. 1-2, se puede encontrar una
lista más o menos extensa, aunque no exhaustiva.
10 Ejemplos claros al respecto se encuentran en: Häberle, 2003 págs. 3, 4, 35-36, 68, 197.
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Uno de los casos en que es patente que Häberle busca tejer una urdimbre institucio-
nal que permita la proyección y protección de los elementos de la sociedad abierta es
el del pluralismo. Para clarificar esta operación nos serviremos del caso de la relación
entre la sociedad pluralista de Popper y la Constitución democrática de Häberle.
En primera instancia, haremos referencia específica a algunos rasgos de la sociedad
abierta descrita por Popper y después observaremos el desarrollo teórico realizado
por Häberle a partir de los mismos. En cuanto a la descripción de la sociedad abierta,
utilizaremos el recurso de contrastación con la sociedad cerrada.
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Con la revisión de estos elementos de la sociedad tribal queda claro que el pluralismo
no tiene cabida en su seno. Pasemos ahora a la revisión de los componentes de la so-
ciedad abierta que constituyen los genes del pluralismo. La sociedad liberal sustenta
el pluralismo en diversos componentes culturales que pueden conjuntarse bajo tres
rubros, a saber: a) la teoría individualista de la sociedad y la justicia, b) la visión hu-
manitaria de la sociedad y c) la tradición racional o crítica de la verdad.
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Ahora podemos ver con claridad cómo es que, si se toma el catálogo de elemen-
tos de la cultura abierta como premisas, se puede concluir que el pluralismo es un
rasgo inexorable de dicha cosmovisión. Individualismo, liberalismo, igualitarismo,
responsabilidad personal y racionalismo son los genes que, en conjunto, conforman
el ADN del pluralismo que caracteriza necesariamente a la sociedad abierta. A conti-
nuación procedemos a explicar cómo es que Häberle proyecta la valoración positiva
del pluralismo y los principios que le preservan en el tipo Estado constitucional.
3. Pluralismo y Constitución
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En este sistema jurídico-político, Häberle considera que la base de los procesos cons-
titucionales se encuentra en lo que denomina “pensamiento posibilista o pluralista
alternativo” (Häberle, 2002, p. 63), en la medida y en tanto que se mantenga abierto
--de espíritu-- en el sentido filosófico popperiano del término ‘apertura de espíritu’
(Häberle, 2002, p. 61). Para Häberle, “el racionalismo crítico, cuyos procedimientos
se basan en premisas de avanzar conjeturas y someterlas a refutaciones –trial and
error–, es el primer factor que cabe señalar aquí, hallándose muy próximo al pen-
samiento posibilista…” (Häberle, 2002, p. 62). Para el maestro alemán “tales prin-
cipios comienzan en la educación preescolar infantil y concluyen en el pluralismo
científico epistemológico de las facultades universitarias” (Häberle, 2002, p. 113).
Häberle entiende que estos mecanismos intelectuales y argumentativos son “medios
para conservar y recrear continuamente condiciones de libertad para los ciudadanos
en vistas a la consecución de un justo y razonable equilibrio de intereses” (Häberle,
2002, p. 74).
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Hasta ahora hemos visto cómo los rasgos de la sociedad abierta son compatibles con
el tipo Estado constitucional y cómo es que el principal de sus elementos, el racio-
nalismo crítico, determina tanto el desarrollo de las realizaciones teóricas de Häberle
como el producto de las mismas, el arquetipo Estado constitucional. Ahora nos ocu-
paremos de otra forma de determinación del pensamiento de Popper en los trabajos
de Häberle, el desarrollo de conceptos por aplicación tomando como base diversos
elementos de la sociedad abierta. Nuevamente nuestro análisis será seccional y me-
ramente ejemplificativo, solo referido a la teoría de la interpretación constitucional.
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11 Sobre el carácter y función de los distintos intérpretes constitucionales puede consultarse: González Rivas
Martínez, Pedro Daniel, “Una aproximación al Iusculturalismo de Peter Häberle”, Cuestiones Constitucionales,
Revista Mexicana de Derecho Constitucional, Instituto de Investigaciones Jurídicas, unam, México, núm. 27, julio-
diciembre de 2012, p. 165; específicamente el apartado III. 3 La sociedad abierta de los intérpretes constitucionales,
pp. 175-177.
12 Häberle, 2003, pp. 162-165; Valadés, 2006, p. 9; Häberle, 1997, p. 328. Sobre textos constitucionales en
sentido estricto y amplio véase: González Rivas Martínez, Pedro Daniel, “Una aproximación al Iusculturalismo
de Peter Häberle, p. 165; apartado III. 7, La comparación jurídico-cultural como quinto método de interpretación
constitucional, pp. 180-183.
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V. Conclusiones.
Se ha evidenciado y explicado porque las propuestas metodológica y conceptual de
Peter Häberle constituyen un desarrollo de la filosofía epistemológica y teórico-po-
lítica de Karl R. Popper. Resulta sostenible la afirmación de que la Sociedad Abierta
de Popper es la plataforma y cimentación del Estado Constitucional häberleano.
Para Häberle, el Estado constitucional y la actividad de quienes ordenan sus partes,
se encuentran regulados íntegramente por el racionalismo crítico popperiano. La
columna vertebral de la estructura teórica de ambos pensadores es la misma. Por una
parte, Häberle profesa el racionalismo crítico en cuanto a su propia actividad acadé-
mica y lo propone como método de trabajo para el estudio individual de los diversos
estados y para la construcción del tipo Estado constitucional. Por otra parte, para
que los elementos del tipo Estado constitucional sean admitidos como tales deben
ser congruentes con los rasgos de la Sociedad Abierta y deben desarrollarse a partir de
los genes culturales de esa misma cosmovisión. Los componentes de la cultura abierta
son las premisas del Estado constitucional.
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titucional resulta ser un instrumento para que los elementos de la Sociedad Abierta
se divulguen en la cultura constitucional internacional y, en última instancia, en la
cultura humana universal; es por ello que merece el calificativo de “Estado abierto”.
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Legal Instruments for the Protection and Restitution of Land and Abandoned
Stripped Necessarily
Resumen
¿Son coherentes y efectivas las herramientas jurídicas que tiene la Ley 1448 de 2011 para lograr
la restitución integral de tierras a las víctimas de despojo y abandono forzado en Colombia?
En Colombia se ha establecido que existen aproximadamente 4 millones de personas víctimas
de despojo de tierras, y 6,5 millones de hectáreas abandonadas forzosamente. Por un lado,
la Ley 1448 de 2011 tiene como objetivo reparar integralmente a las víctimas, pero por otro
impone condiciones que reducen el alcance de dicha reparación integral en cuanto a quienes
pueden ser beneficiarios y en cuanto a las posibilidades reales para acceder a la restitución,
como por ejemplo que se incluyan propuestas claras dentro de los planes de desarrollo te-
rritoriales. Del éxito de la aplicación de la Ley de víctimas y restitución de tierras dependerá
también el éxito de las medidas jurídicas y políticas que ha creado el Gobierno del presidente
1 Este artículo es resultado del proyecto de investigación titulado INSTRUMENTOS JURÍDICOS PARA
LA PROTECCIÓN Y RESTITUCIÓN, el cual hace parte de los proyectos de investigación institucionales de la
Corporación Universitaria Republicana.
2 Magister en Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados D.I.C.A. de la Escuela
Superior de Guerra. Abogado y Especialista en Procesal Constitucional y Derecho Comercial de la Corporación
Universitaria Republicana. Docente de la citada Academia. Correo Electrónico: alberas2259@hotmail.com
VIeI / Vol. 11, N.° 2 / julio-diciembre 2016 / Bogotá, D. C. / Universidad Santo Tomás / pp. 127-157 127
colombiano, Juan Manuel Santos, para alcanzar la paz nacional, las cuales suponen la existen-
cia de un escenario de posconflicto que aún está muy alejado de la realidad de Colombia. Por
esa razón, la restitución a las víctimas no cuenta con el escenario ideal para ser una realidad.
Abstract
Are coherent and effective legal tools that have the Law 1448 of 2011 to achieve compre-
hensive land restitution to victims of dispossession and forced abandonment in Colombia?
In Colombia it has been established that there are approximately 4 million victims of dispos-
session of land and 6.5 million hectares necessarily abandoned. On the one hand the 1448
Act of 2011 aims to fully compensate the victims, but otherwise imposes conditions that
reduce the extent of such reparation as to who may be beneficiaries as to the real possibilities
for access to restitution, such that clear proposals within the territorial development plans
are included. The successful implementation of the Law on victims and land restitution also
depend on the success of legal and policy measures that created the government of Presi-
dent Santos to achieve national peace, which assume the existence of a post-conflict scenario
which It is still far removed from the reality of Colombia, why restitution to victims does not
have the ideal scenario a reality.
Introducción
El tema que se desarrollará en este artículo se refiere a la restitución de tierras en
Colombia como componente del derecho a la reparación, y la manera en la que el
Gobierno ha enfrentado el problema de las víctimas que han sido despojadas o for-
zadas a abandonar sus tierras. Este problema no es nuevo y, sin embargo, parece que
así lo fuera, dado el entusiasmo inicial del Gobierno actual que impresionó y dejó a la
opinión pública, e incluso a académicos y expertos en el tema, a la expectativa por el
cumplimiento de las ambiciosas metas que se trazaron con la adopción de un nuevo
cuerpo normativo consignado en la Ley 1448 de 2011, o Ley de Víctimas y Resti-
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Con la realización del presente trabajo se pretende encontrar los principales y más
graves vacíos normativos y las falencias jurídicas de la LVRT. Igualmente, se busca
conocer y determinar la normatividad que resulta necesaria para completar y for-
talecer la aplicación de la LVRT para que los procesos de restitución sean exitosos.
Finalmente, se llegará a identificar otros factores que son ajenos al ámbito jurídico
legal, pero que son determinantes a la hora de lograr que los procesos de restitución
sean eficaces.
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La forma en que un Estado organiza o dispone de la tierra para que esta sea útil para
la sociedad puede ser la causa y a la vez la respuesta a muchos males presentes en va-
rios aspectos de la vida como el social, político y económico. Por eso, cuando en una
sociedad como la nuestra existen varios problemas en torno al tema de la tierra, tales
como un alto nivel de concentración de la misma, problemas de productividad, uso
ineficiente del suelo, índices elevados de pobreza en la población rural, debilitamien-
to de la institucionalidad para solucionar los problemas rurales, entre otros (Franco
Cañas & De los Ríos Carmenado, 2011), lo que se busca es implementar soluciones
a dichos problemas a través de una Reforma Agraria.
Es así como en la época Colonial, en el año de 1591, se dió la primera reforma agra-
ria, por Felipe II, quien dispuso que la tierra debería darse a quienes la trabajaban
(Mendoza Morales , 1998), pero los colonos, según Malagón (2005), frente a esta
decisión opusieron el “recurso de suplicación, o mejor conocido como el se obedece
pero no se cumple que consistía en una suspensión provisional de los actos de Gobier-
no, por considerarlos contrarios a la realidad americana” (p. 3).
Siguiendo a Mendoza (1998) se puede hablar de una segunda reforma agraria. Con-
sistió en que los jesuitas convirtieron las “reducciones”, a las que habían huido los
indígenas perseguidos y asediados por los conquistadores españoles, en haciendas
comunitarias, divididas en dos partes: una, llamada el campo de Dios, que era un
terreno que se trabajaba y cuyos frutos eran para el beneficio colectivo, y, la otra,
llamada el Campo del Hombre, la cual era de apropiación individual pues estaba di-
vidida en lotes para cada miembro de la comunidad, los cuales no se podían enajenar
pero sí usufructuar (Liévano Aguirre, 1996). Las tierras en donde los Jesuitas ade-
lantaban sus Misiones eran realengas, es decir, que pertenecían al Estado y algunas
otras eran legados que los particulares les otorgaban. Sin embargo, esta situación de
prosperidad para los indios terminó cuando los jesuitas fueron expulsados de Amé-
rica en 1767 por decreto del Rey Carlos III, y les fueron expropiadas las haciendas,
cuyas tierras fueron compradas por quienes tenían dinero, es decir, los latifundistas
(Mendoza Morales , 1998).
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Una tercera reforma agraria, según Mendoza (1998), fue impulsada por el oidor An-
tonio Mon y Velarde en 1785, mediante la cual “organizó la población, expropió tie-
rras, las repartió, creo pueblos, escuelas agrarias y fijó cuotas de producción” (pág. 3).
La quinta reforma agraria se presentó en 1850 con otro intento del liberalismo por
eliminar los resguardos indígenas mediante la ley del 22 de junio, que ordenó la libre
enajenación de estas tierras (Mendoza Morales , 1998).
En general, en el siglo XIX hubo muchos intentos por disolver los resguardos indíge-
nas, como también Gobiernos que los restauraron y crearon de nuevo, a la vez que la
resistencia indígena seguía luchando por conservar sus territorios.
Una sexta reforma dentro del siglo XIX, según Mendoza (1998), fue hecha por To-
más Cipriano de Mosquera, quien “decretó la expropiación de los bienes de la Igle-
sia; desamortizó los bienes llamados de manos muertas y pretendió traspasarlos a
pequeños propietarios” (pág. 3). Aunque la reforma fue muy loable y parecía una
salida al régimen del latifundio, las tierras liberadas terminaron en manos de te-
rratenientes, comerciantes y políticos. Es decir, se presentó la misma situación que
cuando los jesuitas fueron expropiados: la tierra quedó en manos de personas que no
la trabajaban, o sea de los latifundistas y comerciantes, quienes veían en la tierra un
bien comercial, más no consideraban que la tierra debía explotarse de forma racional
y que de esa manera llegaría a beneficiar directamente a quienes trabajaban la tierra
y crearía progreso para la sociedad en general.
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En el año de 1968 se promulgó la Ley 1ª, la cual respondió, por una parte, al reque-
rimiento de hacer los procedimientos más ágiles con la introducción de la extinción
de dominio por vía administrativa y, por otra parte, a la exigencia de brindar más
garantías y mejores condiciones de vida al aparcero con la entrega de tierras traba-
jadas por ellos. Según Balcázar et al (2001), la Ley 1ª de 1968, también llamada
de Arrendatarios y Aparceros, fijó nuevas causales de expropiación y reglamentó las
Unidades Agrícolas Familiares que había creado la Ley 135 de 1961, con el fin “de
proteger y regular la tenencia y explotación de las porciones de tierra distribuidas
individualmente a los campesinos beneficiarios principalmente en lo relacionado con
su venta o transferencia” (pág. 13). Otro aporte importante de la Ley 1ª de 1968,
según Machado y Suárez (como se citan en Franco Cañas & De los Ríos Carmena-
do, 2011) es que facilitó la comunicación entre los campesinos y el Estado con “la
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Para lo cual, según Balcázar et al (2001), por medio del Decreto Ley 222 se autorizó
al INCORA para que pudiera “negociar y comprar tierras con precios inferiores al
avalúo comercial fijado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, pero efectuando
el pago en un menor plazo” (pág. 16). La Ley 35 de 1982 con los correspondientes
decretos que la reglamentaron (Decreto reglamentario 3287 de 1987 y Decreto Ley
222 de 1983) tuvo un pequeño avance en comparación con lo ocurrido bajo la Ley 4
de 1973, ya que de 121.860 hectáreas ingresadas al Fondo Nacional Agrario bajo esta
ley, ingresaron 139.412 bajo la ley 35 de 1982. Igualmente, el número de familias
beneficiadas con los programas institucionales aumentaron, ya que bajo la Ley 4 de
1973 fueron de 6.770 y con la aplicación de la ley 35 de 1982 las familias beneficia-
das fueron de 8.016 (Balcázar et al, 2001).
A diferencia de las leyes anteriores, la Ley 30 de 1988 hizo que el concepto de refor-
ma agraria cambiara, porque como sostienen Franco Cañas & De los Ríos Carmena-
do (2011) ya no era un mecanismo que afectara la estructura agraria a través de “la
acción de expropiación y redistribución de terrenos baldíos, sino a través de la com-
pra institucional de tierras y su redistribución a los campesinos beneficiados” (pág.
107). A pesar de esta reactivación mediante la modalidad de compra, Balcázar et al
(2001) afirman que “los resultados obtenidos son todavía muy precarios, si se tiene
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en cuenta que apenas se benefició al 3.8 por ciento de las familias sin tierra o que no
poseen áreas suficientes” (pág. 17). Por tanto, lo que evidenció la experiencia con la
aplicación de la Ley 30 de 1988 fue que a pesar del aumento en la compra de tierras,
esta no redundó en mayores beneficios para las familias sin tierras y que el problema
de la concentración continuaba sin una solución realmente efectiva.
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Algunos de los casos más representativos de despojo ocurridos en Colombia fuera del
contexto de las reformas y contrarreformas agrarias son:
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Para finales de los años 40, la mayoría de la tierra en Córdoba había sido
apropiada a través del despojo, y antes de la época de la Violencia era aceptado
como una práctica permanente de los grandes propietarios de tierras contra
los campesinos e indígenas.
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d. En los años 80, en la zona de los Llanos orientales, concretamente en los de-
partamentos del Meta y Casanare, el despojo de tierras provenía de acciones a
cargo de Gonzalo Rodríguez Gacha, alías “el Mexicano”; “Los Carranceros”,
quienes cuidaban las propiedades de Víctor Carranza y a su vez se apropiaban
de tierras ubicadas desde el Meta hasta Paz de Ariporo y Hato Corozal por la
fuerza o pagando por ellas precios irrisorios; y los Buitrago, quienes eran un
grupo de autodefensa creado por Héctor Buitrago, quien se conoce como el
fundador de las Autodefensas Campesinas del Casanare (El tiempo, 2014)
e. En los años 90, se realizaron acciones de despojo de tierras por parte de las
Autodefensas Unidas de Colombia, y concretamente por el Bloque Centau-
ros, en la zona del Río Ariari, cuando ya estaban organizadas, y por las Auto-
defensas Campesinas del Meta y del Vichada (ACMV) en el norte del Meta y
Vichada (El tiempo, 2014).
Igualmente las AUC despojaron tierras en las zonas de Córdoba y Sucre, las aguas
y playones en las Cíenagas de Martinica (Córdoba) y de San Benito Abad (Sucre),
parcelas que habían sido adjudicadas a los campesinos por el Incora o Incoder, sobre
todo en los Montes de María. (Grupo de Memoria Histórica, 2010).
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Las FARC por su parte se apropiaron de tierras por la fuerza, a manera de estrategia
de defensa con el fin de usarlas como corredor para movilizarse libremente. El mayor
número de predios despojados se encuentra en zonas de influencia de los bloques
Oriental y Sur,identificadas como el corredor de movilidad de dicho grupo armado.
Según el Plan Nacional de Desarrollo 2010 – 2014, se estableció que se han aban-
donado forzosamente en Colombia 6,5 millones de hectáreas de tierras. Según Gon-
zález Posso (2013), investigador del Centro de Memoria Histórica, con base en los
datos registrados en el RUPD estableció que los predios abandonados “entre 1994 a
2002 no son inferiores a 400.000, pertenecientes a 500.000 familias, ni inferiores a
10 millones de hectáreas” (pág. 4)
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a una interpretación exegética ni histórica de las normas, sino que debe tener en
cuenta su propio juicio normativo. Esta idea implica que el operador jurídico debe
ser sensible no solo al contexto de creación, sino al de aplicación de la norma, y debe
estar atento a las variaciones circunstanciales que por cuestiones de tiempo y modo
pueden variar la forma de aplicar la norma (Observatorio, 2013)
La Ley 1448 de 2011 creó una jurisdicción especial, con el objetivo de dar res-
puestas al despojo y abandono masivo de tierras en el marco del conflicto armado.
Este instrumento es respaldado por el sistema jurídico colombiano en su totalidad,
empezando por la Constitución Política y el llamado bloque de constitucionalidad,
pasando por el Código Civil y la Ley 160 de 1994, el primero regulador de las situa-
ciones sobre la propiedad de bienes muebles e inmuebles, y la segunda reguladora de
la propiedad de bienes. (Observatorio, 2013).
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sirve de fundamento al juez para determinar la solución del caso concreto, los jueces
recurren por lo general a interpretaciones constitucionales previas, debido a que la
Ley incluye un gran catálogo de principios cuyo contenido no está determinado de
antemano (Observatorio, 2013).
Al ser una norma con estas limitaciones, el juez de restitución debe desplegar un
esfuerzo interpretativo y dirigirse a otros instrumentos legales, jurisprudenciales o
constitucionales, para dar solución a los casos concretos que no son de fácil resolu-
ción, así como maniobrar el catálogo de principios que incluye la Ley.
Justicia Transicional
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2. Claridad y control sobre el destino de los bienes entregados por los desmovilizados:
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7. Un factor que hace que los procesos de restitución de tierras no sean tan rápi-
dos como se espera es el hecho de que a pesar de que se reciben miles de solici-
tudes de restitución de tierras, el Gobierno adelanta los procesos de restitución
de tierras de manera microfocalizada, es decir, se enfoca en zonas del territorio
nacional, y no en la totalidad del mismo, y esto lo hace siguiendo dos criterios:
(1) el número significativo de reclamantes y (2) las condiciones de seguridad
para el retorno de las víctimas. Esta última condición implica que en las zonas
en las cuales no existan condiciones de seguridad para el retorno de las víctimas
de despojo o abandono forzado, no habrá restitución de tierras, y tratar de
buscar esas condiciones de seguridad en las zonas más peligrosas llevaría más
tiempo que el establecido para la aplicación de la Ley 1448 de 2011.
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El punto de partida del presente análisis es la sentencia como herramienta que garantiza
el reconocimiento del derecho fundamental a la restitución y a la formalización de la
tierra, y en el cual el juez juega un papel fundamental. Es así como Sager (citado en Ob-
servatorio de Regulación de Derechos de Propiedad, 2013) define la sentencia como:
“Una fuente de información sobre la forma como los operadores judiciales entienden
y aplican la ley, y una representación material, prueba del ejercicio mental que realiza
el juez para tomar su decisión. Por ello, analizar la sentencia es de suma importancia,
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pues refiere los hechos relacionados con el despojo y el abandono forzado de tierras
y da cuenta de los pasos y operaciones que se sigue a nivel judicial para otorgar la
reparación” (Observatorio, 2013).
A partir del análisis de sentencias declaradas por los jueces y magistrados especializa-
dos en restitución de tierras, se hace necesario hacer mención del comportamiento
de los funcionarios judiciales, así como los obstáculos y límites que enfrenta la resti-
tución de tierras en el escenario judicial.
Es así como las sentencias se clasifican según las diferentes características y compleji-
dades de las víctimas y sus situaciones particulares en simples, intermedias y comple-
jas de acuerdo con los problemas jurídicos que analizan las medidas adicionales que
el juez adopta y la coexistencia de diversos regímenes jurídicos (Observatorio, 2013).
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es decir, a pesar del carácter de juez constitucional que ostenta un juez de restitución,
en varios casos este enfrenta los problemas jurídicos aplicando normas propias del
derecho civil, con lo cual se comporta como un juez ordinario y no como sería de-
seable frente a la garantía de un derecho fundamental y la discusión constitucional
sobre el mismo (Observatorio, 2013).
Propuesta
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Es así como con la puesta en marcha de la Ley 1448 hay un gran avance en el reco-
nocimiento de las víctimas, pero aún persisten diversas fallas en la Ley y bloquean
el proceso. En relación con el marco jurídico que se está aplicando podría conlle-
var a la legitimación de muchas tierras que fueron despojadas, pero en varias de las
zonas micro focalizadas no ha habido aporte económico de empresas nacionales e
internacionales.
En este orden de ideas, el contenido de los fallos permite ver los indicios sobre los pro-
blemas y complejidades a los que se enfrenta el juez de restitución al abordar las soli-
citudes. Es así como se presentan fuertes inconvenientes en lo que tiene que ver con la
interacción de varios regímenes jurídicos: la justicia transicional, el derecho de familia,
el derecho de bienes y el de sucesiones, entre otros. Incluso, hay que tener en cuenta
que en muchas ocasiones estos sistemas pueden resultar excluyentes los unos con los
otros, obligando al operador jurídico a ponderar los intereses y derechos que están en
juego, y escoger la solución más amable para las víctimas reclamantes de tierras.
Es importante que en el ámbito regional exista una evaluación a partir de las solici-
tudes de reparación administrativa, aportando conocimiento sobre el contexto local;
la implementación de estrategia de divulgación a las víctimas que viven en zonas
rurales y la formulación de los procesos de reparación colectiva debe hacerse con
participación de las víctimas.
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Según Echavarría (2014), algunas de las propuestas para mejorar el proceso de res-
titución de tierras han sido promover la tramitación colectiva de las solicitudes de
restitución de predios vecinos (permitido por la ley 1448/11), y capacitar a las or-
ganizaciones y funcionarios en todos los procedimientos y relaciones con el registro
de víctimas, solicitud de restitución y específicamente para los jueces en el tema de
justicia transicional (Olozaga, 2014).
Conclusiones
La Ley de Víctimas no responde a todos los problemas jurídicos que se pudieran gene-
rar entorno a la restitución; ante esto, el juez queda a la merced de un amplio catálogo
de regímenes jurídicos a partir de los cuales tomará una decisión aunque, en la prácti-
ca, se ha notado que el operador judicial tiende a valerse de aquellos regímenes donde
se siente más cómodo. En este sentido, es necesario analizar que los fallos evidencian
una interpretación rígida de las normas del derecho civil, pudiendo apelar a otros ins-
trumentos, nacionales e internacionales, sobre derechos de las víctimas y a los efectos
que genera considerar la restitución como un derecho fundamental que debe ser pro-
tegido, incluso por encima de las leyes ordinarias. Este hecho se refleja en la forma en
la que los jueces resuelven determinadas situaciones, como en los casos de liquidación
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Resumen
El presente documento obedece a una reflexión personal del autor, mediante la cual se aborda
desde su propia experiencia, conocimientos y, en especial, desde la percepción que tiene del
asunto en contexto.
1 Artículo derivado del proyecto de investigación “La transformación del concepto de víctima en el marco de la
Justicia Transicional” proyecto adelantado para optar el título de mágister en Derecho Penal en la Universidad
Militar Nueva Granada
2 Abogado Universidad Libre, especialista en Derecho Penal y Criminología, mágister en Derecho Penal,
exsecretario de la Sala Penal del Tribunal Superior de Quibdó-Chocó, asesor y litigante, docente Universidad
Militar Nueva Granada. Correo electrónico: ivan.valderrama@unimilitar.edu.co.
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Palabras clave: proceso penal, principio de congruencia, imputado, actuación procesal, juez,
igualdad procesal.
Abstract:
The present document reflects the author’s personal reflection whereby, approached from
his own experience, knowledge and especially from the perception of the particular subject
in context.
The importance of this paper focus on the so-called congruence principle. Focus on the inter-
est of legally explain the actions of the judge, from the time a person is accused of a crime. As
a starting point for beginning the exercise of the right defense and contradiction, and thus,
achieve the procedural equality. But, having always present, that since the beginning the
defense must be oriented to contest the initial accusation created and how that framework
should be immovable over any judicial system, in order to avoid areas of disadvantage in
criminal proceedings.
Keywords: criminal proceedings, matching principle, imputed, procedural act, judge, pro-
cedural equality.
Introducción
Desde tiempos inmemoriales se ha establecido como necesidad la tarea de adminis-
trar justicia, la misma para lograr el equilibrio en las relaciones sociales de todos los
administrados. Esa tarea, quizá, sea una de las más difíciles que puede tener un ser
humano dentro de todas las demás que pueda desarrollar en una comunidad; por
supuesto, la evolución de dicho proceder ha sido enmarcada en varias ramas del de-
recho, pero con mayor relevancia en lo que hoy se conoce como Derecho Penal. Se
debe entender esta acepción como una herramienta de naturaleza coercitiva que po-
see el Estado con el fin, en principio, de prevenir conductas de naturaleza reprocha-
ble. Seguido a ello imponer sanciones, garantizar reparaciones y finalmente ofrecer
a los administrados un respuesta pronta y oportuna a situaciones en concreto, todo
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esto por supuesto sin llegar a los excesos o la precariedad en su materialización, lo que
implica un profundo respeto por los principios y garantías fundamentales.
Ahora bien, el modelo de constitución del Estado es la base fundamental para adop-
tar en las legislaciones internas los principios o garantías que deban regir la actua-
ción procesal penal. Es por ello que, con base en el tipo adoptado por el Estado
colombiano, derivado de la concepción antropocéntrica donde el hombre es el pilar
fundamental del mismo, o denominado social y de derecho, el proceso penal necesa-
riamente se ha tenido que adecuar a dichos postulados, los cuales están enmarcados
en normas de rango constitucional y legal y que tienen como fin proveer una eficien-
te y eficaz actuación procedimental penal, siempre revestida de un plus de extensas
garantías en favor del individuo cuando sea sujeto pasivo de una persecución penal.
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Lo expuesto permite proponer el siguiente objetivo general que señala: determinar los
lineamientos y aplicación del principio de congruencia en el proceso penal. Así, en mate-
ria penal en palabras de la Corte Suprema de Justicia en su Sala de Casación Penal,
el principio de la congruencia puede entenderse como:
En este sentido, y teniendo en cuenta que en la teoría general del proceso, no existe
proceso sin pretensión, más aún en el campo del derecho penal lo que busca el ente
de persecución es una sentencia de tipo condenatorio. Por ende, será inminente que
aquella deba guardar relación con la pretensión inicial, en dicho proceder se trata
de conservar una concordancia, coherencia y congruencia entre la petición inicial
y la decisión. Por ello, desde esa orbita se deberán garantizar los principios como el
derecho a la defensa y debido proceso.
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Antecedentes
La fundamentación del principio de congruencia se remonta a la Grecia antigua
en manos de la lógica Aristotélica que establecía que “la mente reproduce solo la
realidad, la existencia de las cosas tal y como son” (Grambra y Oriol, 2008, pág.
329). Significa que Aristóteles hacía referencia a una ciencia objetiva desglosando los
conceptos en predicables y predicamentos, como parte fundamental del saber onto-
lógico. En este sentido, la lógica analiza juicios y formas de razonamiento y la forma
de expresar resultados es el razonamiento categórico; es decir, se consolida como un
instrumento para la enseñanza en orden al conocimiento de la verdad.
“En este sentido, en la teoría silogística del Derecho, el juicio era comprendido
como una estructura cerrada en el cual la premisa mayor era la norma aplica-
ble al caso y al referirse a la premisa menor era esta entendida como el hecho
relevante, y la conclusión era la decisión que aplica la norma al caso concreto,
por eso se dice que desde la filosofía aristotélica, la decisión del juez y su ra-
zonamiento debe recorrer un determinado camino para alcanzar la respuesta
adecuada al caso” (Artiga, 2013, pág. 29).
En Roma, el juez solía utilizar una fórmula magistral: “si la intentio del actor no está
justificada, debía absolver al demandado si paret condemna; si nono paret, absolve”
(D’ onofrio, 1945, pág. 90). Entonces, se afirmaba como consecuencia que el juez
estaba obligado a condenar al demandado, de lo contrario debía absolverlo. Por su
parte, la intentio enunciaba la razón que el actor hacía valer en un juicio resultando
fundamental, “en ella se contenía la apreciación unilateral que hacia el actor del
punto litigioso; apreciación que sería objeto de la declaración del juez que podía ser
aprobada o rechazada por este” (Martínez, 2012, pág. 24).
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Los antecedentes del principio de congruencia desde el punto de vista civilista resul-
tan de gran importancia, toda vez, que era la forma como se le daba el alcance a los
procesos, siendo la congruencia la vía por la cual se reclamaba la necesaria identidad
de los actos procesales.
La congruencia a partir del Derecho Procesal privado tiene varias razones que abre-
van en la reflexión y en los fundamentos históricos. Por una parte, no se pierde de
vista que muchos fueron los delitos tramitados por la vía del procedimiento civil. Así
que muchas de las causas que posteriormente conocerían la ruta procesal penal, ya
habían transitado la civil, lo cual reclama atenderlo dentro de su escenario natural.
Por otra parte, es preciso destacar que más que una desatención del proceso penal en
las fuentes, dicha desatención parece provenir más de los estudiosos. Es decir, no es
que se trate de un menor desarrollo del proceso penal, sino de una falta de estudios
que relieven ese desarrollo. Pero tampoco se puede confirmar ni afirmar que el pro-
cedimiento civil en algo al menos haya pautado el camino del proceso penal.
Por ello, se hizo alusión al procedimiento civil, el cual otorga la información perti-
nente, para lograr comprender el desarrollo de la congruencia en materia penal, que
emanada del proceso civil, no solamente da cuenta de su existencia efectiva, sino de
las características particulares que, a no dudarlo, contribuyó a la congruencia actual
del proceso penal contemporáneo.
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Bajo este esquema el magistrado adoptaba una determinación que la asamblea podía
aprobar o desaprobar.
Lo cierto es que bajo este esquema el magistrado adoptaba una determinación que la
Asamblea podía aprobar o desaprobar, se podría afirmar que este esquema tenía un
tinte inquisitorial, aunque tal condición no es del todo clara debido a que el magis-
trado indagaba y adoptaba una decisión, finalmente quien fungía como una especie
de juez superior eran los comitia – asamblea –, inicialmente curiados posteriormente
centuriados. Así, el magistrado debía vencer al acusado ante los comicios, mediante
pruebas que este podía desvirtuar ante los mismos comicios, conforme a una reglas
preestablecidas, debería ser más que justa razón para concluir en que hay una mayor
proximidad al esquema acusatorio que al inquisitorial.
Se concluye de este esquema que la verdad procesal no era la que por cognitio quisiera
imponer el magistrado, sino aquella que al constituirse procesalmente en mejores
fundamentos resultaba acogida por el juez. Al fin y al cabo, prosperaba la sentencia
del magistrado solo a condición de haber demostrado sus presupuestos, los cuales
bien podían ser desvirtuados por el procesado.
Si a los comicios les era presentada la causa en los términos propuestos por el magis-
trado, se tienen razones para concluir que no por un simple criterio de ordenación
procesal, era irremediable operar una relación de congruencia con la decisión final.
Pero ello no surge de una cierta concepción jurídica – procesal, sino del curso inevi-
table de los hechos:
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Pugliese (citado en Moya, 2012) señalaba que los comicios no sabían de de-
recho, ni tenían el tiempo bastante para acudir con un jurista para encauzar
su decisión. Si era así, cuanto podían decidir se extrapola en dos opciones
fundamentales e incompatibles: que había cierto en la decisión del magistrado
o por el contrario se había equivocado. Por consiguiente, los comicios podían
reafirmar la decisión del magistrado o por el contrario cambiar su sentido,
pero que se sepa no le era atribuido proferir una sentencia observando alguna
tercera vía (p. 46).
Agrega que así como el procedimiento penal era la realización de las leyes morales
del Estado, “la coerción era la realización del poder supremo discrecional de este
último, el imperium, sin el cual no hay obediencia posible de los ciudadanos, y por
consecuencia, no es posible que exista la comunidad” (p. 30).
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Concepto
De “latín congruentia, conveniencia, coherencia, relación lógica. En Derecho confor-
midad entre los pronunciamientos del fallo y las pretensiones de las partes formula-
das en el juicio” (Diccionario de la lengua española, 2001, pág. 422).
“Las tres clases de incongruencia quedarían dentro de las expresiones: ultra citra y
extra petita: más allá, menos y fuera de lo pedido” (D’ onofrio, 1945, pág. 102).
Incurre en el vicio de extra petita el juez que resuelve a favor o contra personas que
no son sujetos del proceso, cuando acuerda o niega cosa diferente de la demanda o
cuando cambio la causa litigiosa. Por su parte, Chiovenda (1995) expresaba que los
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“jueces son muy inclinados a argumentar con hechos que las partes no han alegado,
con el pretexto que resultan de los autos; temen quedar por debajo de su alta función
si no ejercitan con absoluta independencia su ingenio sobre todo lo que se desprende
de los autos (pág. 218).
“Si el juez se siente a disgusto encerrado en los cauces marcados por la volun-
tad dominadora de las partes, al menos por una consideración práctica debe
conformarse a este sometimiento, y es que las partes, son los mejores jueces
de la propia defensa y que nadie mejor que ellas reconoce qué hechos deben
alegar y cuáles no. La esfera de actividad del defensor y la del juez deben estar
netamente separadas, ya que existe una verdadera incompatibilidad psicoló-
gica entre la función de juzgar y la de buscar los elementos de defensa de las
partes” (D’ onofrio, 1945, pág. 102).
Desde otro punto de vista, Bernal (1995) expresa que el principio de congruencia es
la exigencia de correlación entre acusación y sentencia, y que la sentencia debe tener
como fundamento el recuento de lo investigado en el desarrollo del proceso cuyos
aspectos son concretados en la acusación, la cual cumple la función fundamental de
delimitar el objeto de la relación jurídica, “puesto que la sentencia como acto que
concluye el proceso, debe proferirse en correspondencia con los hechos que motiva-
ron la acusación y los imputados a quienes se formuló pliego de cargos” (pág. 15).
En este sentido, para comprender un poco más el concepto del principio de con-
gruencia, es importante hacer alusión a los dos sistemas que lo desarrollan, el natu-
ralista y el normativista.
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inmutable el hecho, es algo factible y normal que deja a salvo el exigible correlato”
(Vanegas V. , 2013, pág. 16).
Sin embargo, hay quienes consideran, como Vélez (1986), que el principio de con-
gruencia en materia penal recae exclusivamente sobre lo fáctico, demostrándose
como indispensable la coincidencia o conveniencia entre el supuesto de hecho impu-
tado y el contenido fáctico de la decisión. “Significa que la sentencia debe limitar su
contenido fáctico al ámbito de la acusación y, en caso, con las legítimas ampliaciones
que se denominan correlación entre acusación y sentencia” (p. 111).
Creus (1996) citado por Vanegas (2013) define que el proceso penal se rige por
el principio de congruencia, los hechos por los que fue indagado el imputado
son los que informan el contenido de los hechos que pueden ser objeto del auto
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“Se establece que con relación a la imputación jurídica provisional, esta debe tener
ese carácter dado la necesidad de respetar el debido proceso, toda vez que se protege
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De otro lado, el mismo fallo determina que ante su errónea calificación lo procedente
es la declaratoria de Nulidad.
En suma, con motivo de las diversas discusiones que sobre el principio de congruen-
cia se surtieron al interior de la Comisión Redactora Constitucional creada por el
Acto Legislativo N° 003 de 2002, se resaltan posturas como la del comisionado Ra-
mírez Bastidas citado por Narváez (2012) quien subrayó que:
Con lo que se dan los cimientos de la imputación como audiencia, momento deter-
minante para activar el derecho de defensa por parte de quien es indiciado y luego
imputado. Así, el principio de congruencia se circunscribe a la imparcialidad del Juez
como exigencia del juego limpio procesal.
“Quien juzga no puede ser parte, es una máxima del principio acusatorio, que
algún autor se da en llamar imparcialidad, que implica siempre la existencia de
dos partes parciales enfrentadas entre sí que acuden ante un tercero, que no es
parte, titular de la función jurisdiccional” (Tobón, 2011, pág. 49).
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ser un tema complejo, que en muchas ocasiones se ve volcado a una incorrecta apli-
cación, concluyendo en sentencias absolutorias o declaratoria de innecesarias nulida-
des, sacrificando la eficiencia y eficacia de la administración de justicia.
Con lo anterior, se podría decir que el sistema dual o mixto de congruencia exige
varios momentos (Vanegas, 2011, pág. 23):
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Por consiguiente, en la práctica judicial uno de los problemas más importantes que
se presenta es el referente al respeto por el principio de congruencia y la posibilidad
que el funcionario judicial varíe la calificación jurídica, al punto de ser extensa la
jurisprudencia sobre el tema, por parte, de la Corte Constitucional y Corte Suprema
de Justicia en su Sala de Casación Penal.
Conclusiones
En el derecho penal colombiano, un hecho no se puede considerar como una simple
enunciación genérica, abstracta o hipotética, sino que debe concretarse a una situa-
ción definida en el espacio, en el tiempo, en un lugar determinado, con cada uno
de sus protagonistas, se pretende entonces de manera concreta comunicar un obrar
específico; de esa forma quienes fungen como partes y quienes tienen la calidad de
intervinientes en el proceso penal puedan ejercer de manera clara las facultades que la
ley procesal penal establece y satisfacer de esa manera garantías o principios básicos,
entre otros, por ejemplo, el debido proceso, publicidad, contradicción o defensa.
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Es por ello que se habla en desarrollo de la línea jurisprudencial que sobre el tema
maneja la Corte Suprema de Justicia en su Sala de Casación Penal, de hechos con
relevancia jurídico penal, razón por la cual dentro de la sistemática de la Ley 906
de 2004 lo importante es la comunicación de lo fáctico de manera inmodificable o
invariable y la posterior adecuación de ello dentro del mundo jurídico, es decir, la
norma adjetiva penal impone únicamente que el fiscal dé a conocer el eje central, lo
importante, lo trascendente, lo necesario, lo esencial, y solo aquello que ofrezca el co-
nocimiento requerido para preservar los derechos y garantías procesales y fundamen-
tales, desde allí única y sólida por ende entonces la acusación ergo la congruencia.
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Resumen
Tomando las palabras de Smith (1960), sociólogo rural, al señalar que la educación forma
parte de las principales tareas de la sociedad, convirtiéndose en esa herramienta de esperanza;
1 El articulo es producto del proyecto de investigación institucional: “Prácticas pedagógicas de maestros y maestras
de primera infancia en la escuela rural”. El citado proyecto es financiado por la Fundación Universitaria Los
Libertadores (Bogotá)
2 Licenciado en Educación Especial - Corporación Universitaria Iberoamericana. Magister en Docencia -
Universidad de la Salle. Docente de la Fundación Universitaria Los Libertadores. Correo Electrónico:
whmoreraa@libertadores.edu.co
3 Licenciada en Educación Preescolar - Universidad Pedagógica Nacional. Magister en Educación - Pontificia
Universidad Javeriana. Especialista en Educación Especial con énfasis en Comunicación Aumentativa y
Alternativa - Universidad Pedagógica Nacional. Docente de la Fundación Universitaria Los Libertadores. Correo
Electrónico: agfigueroal@libertadores.edu.co
4 Sociólogo - Universidad Cooperativa de Colombia. Magister en Docencia. Universidad de La Salle. Docente de
la Universidad Antonio Nariño y la Fundación Universitaria Los Libertadores. Correo Electrónico: lamart2000@
gmail.com
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en Colombia durante los últimos años se ha aprobado una política educativa para la equidad
social con la intencionalidad de ofrecer mejor educación a los niños y jóvenes de la zona rural
del país. La educación en el sector urbano, como rural, entonces se ha convertido en una
prioridad, y para que esta sea efectiva es necesario fortalecer el rol educativo del docente en
su cualificación para que de esta manera se pueda potenciar en los estudiantes competencias y
destrezas a partir de la construcción de currículos eficientes, en los que se pueda identificar la
articulación de los diferentes criterios, planes de estudio, programas, metodologías y procesos
que contribuyan a la formación integral de los sujetos.
Este artículo permitirá una reflexión frente a la pertinencia del currículo de la escuela rural
con la realidad que circunda al estudiante, en tiempo de globalización, sensible a las transfor-
maciones que se requieran para comprender un mundo cambiante de hace algunas décadas.
Palabras claves: rural acholó, escuela nueva, currículum, estado, entornos, contextos, apren-
dizajes, docentes, globalización y estudiante.
Abstract
Taking into account Lynn Smith’s words, a rural sociologist who quotes that education is
one of the main endeavors in society, so becoming a tool of hope; in Colombia, during the
last years, it has been approved an educational policy for social equality that offers a better
educational for boys, girls and adolescents in rural areas of the country. Both in the urban
and rural sectors, education is a priority and, to make it effective, it is necessary to strengthen
teachers’ qualification in order to increase students’ competencies and skill by means of the
construction of efficient curricula, making it evident the articulation of different criteria,
syllabi, programs, methodologies and the processes that contribute to the integral education
of the subjects involved
This article reflects upon the pertinence rural schools curriculum have with the reality surroun-
ding boys, girls and adolescents in the times of globalization, a curriculum that is sensible to
the transformations required to understand a world that is changing from some decades ago.
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Nelson Mandela
Introducción
Es la pretensión del presente trabajo cursar invitación a la reflexión sobre la perti-
nencia del currículo como una parte integrante e interdependiente de un modelo o
propuesta educativa y, en especial, al identificar las necesidades y nuevas circunstan-
cias que miran como posible la transformación del currículo en especial de aquel que
se desarrolla en la escuela5 rural. Esta inquietud proviene del acercamiento a algunos
debates que en el país empiezan aparecer: estudios sobre las nuevas ruralidades, la
aparición de nuevos actores sociales, los campesinos, los indígenas y las poblaciones
afro, residentes silenciosos por años que irrumpen en las carreteras y cercanías urbanas
mostrando realidades desconocidas y subvaloradas, la relación entre pobreza, rurali-
dad y los problemas ocasionados por el conflicto armado, las dificultades expresadas
en los datos de supervivencia escolar -altas deserciones- y las discusiones planteadas
desde hace años sobre las fronteras de la escuela, esa membrana semipermeable entre
los saberes y conocimientos extraescolares y los saberes y conocimientos escolares.
Para abordar el tema se plantean algunos conceptos marcos con el propósito de de-
limitar la discusión y compartir los esfuerzos académicos que se hacen en cuanto a
comprender la situación actual e imaginarse futuros escenarios para la educación
rural.
5 Escuela es el término utilizado en este escrito para referirse no solo a la educación básica primaria, sino a la
oferta educativa representada en los diferentes espacios de formación, socialización y aprendizaje que la sociedad
ha configurado con el tiempo para los niños y jóvenes y que a pesar de la tensión permanente con las nuevas
necesidades y circunstancias se resiste a cambiar, a tomar otras dinámicas.
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Ruralidad en Colombia
Al revisar el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2011 de PNUD: Colombia
Rural. Razones para la Esperanza (2011), se encuentra que el nuevo concepto de ru-
ralidad utilizado en el documento supera la división clásica entre lo urbano y lo rural,
empleada desde 1950 e impulsada por la apuesta urbanizadora del desarrollo (léase
crecimiento) a partir de los centros urbanos -ciudades- sin importar su diferencia po-
blacional, sus particularidades culturales y su proceso de desarrollo. No es lo mismo
hablar de urbano en ciudades con menos de 5.000 habitantes que aquellas con más
de 50.000, e incluso con las que ya alberga millones de ellos. Sus dinámicas así como
sus problemáticas son muy diferentes.
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Currículo
Nadie desconoce que el currículo clásico viene, por un lado, de Grecia y sus prime-
ras agrupaciones y significados son el Trivium que lo conformaba la gramática, la
retórica y la lógica, considerados como los elementos claves de la formación de la
clase dirigente de Atenas. El Quadrivium lo constituía la aritmética, la geometría, la
astronomía y la física. Necesaria desde la práctica en el comercio, la construcción y,
en general, en el estudio inicial de la naturaleza. Está demostrado que la preferencia
de uno sobre otro se debió al concepto de ser humano que posee intelecto y a la bús-
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queda de la verdad que se consideraba estaba dentro del ser humano y, por lo tanto,
el Trívium fue más importante porque cultivaba el intelecto humano y la verdad que
reposaba en el interior de cada persona, se priorizó por lo tanto la filosofía como la
disciplina por excelencia de la reflexión para no distraerse en falso hacia lo material,
hacia la naturaleza que lo planteaba el Quatrivium (Lundgren, 1991).
En América Latina, poco estudiada por cierto, fueron priorizados unos aprendizajes
para establecer una relación con la naturaleza y se comenta que en el mundo inca,
por ejemplo, fue definitivo el estudio de la astronomía, de la matemática práctica y
de varias técnicas para representar estos hallazgos en su entorno. Sorprende de mane-
ra enorme las ruinas de Nazca y la cantidad de técnicas para trabajar los metales, la
cerámica ceremonial y la conservación de los cuerpos.
Lundgren (1991) plantea una idea que sigue vigente en la actualidad y es acertada: el
currículo es una especie de texto en contexto y, por lo tanto, debe mirarse como proce-
so investigativo. ¿Dónde se ubica la escuela o centro que dinamiza la formación huma-
na y qué desea de manera implícita o explícita esa sociedad, esa cultura, esa economía,
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ese ambiente, esa política? ¿Qué requiere el niño al interior de la escuela? ¿Y qué desea
la sociedad para el niño -lo aparentemente externo de la formación del niño-?
Desde las primeras décadas del siglo XX, Colombia asumió como orientación curri-
cular la incorporación de las enseñanzas de las ciencias, organizadas en disciplinas
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La escuela rural
El Ministerio de Educación Nacional ha orientado y direccionado el trabajo escolar
en lo rural, en especial en los grupos de niños que cursan la educación preescolar y
básica primaria con el modelo de Escuela Nueva, que desde 1975 incursionó en el
país y logró una real innovación en la educación tradicional al aportar elementos de la
Escuela Nueva y Activa de los años 20 del siglo pasado desarrollados en Europa y Esta-
dos Unidos (un modelo esencialmente autoestructurante) con la incorporación de los
rincones pensados y desarrollados por Freinet en Francia, citado por González (1998)
la incorporación de la biblioteca de aula, el trabajo en equipo con el acompañamiento
de textos y guías preparadas en un principio por sus autoras y equipos de apoyo y mo-
dificadas por el propio Ministerio cuando asumió el modelo como un modelo oficial.
Sumado el trabajo con niños de diferentes edades y, por lo tanto, de diversos grados
con una actitud de pensar en su desarrollo, en relaciones entre niños de diferentes
edades y la integración de los padres, madres y comunidad a las actividades escolares,
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La propuesta de Escuela Nueva que empieza en 1975 y para los años 90 (Decreto
1490 del 9 de julio de 1990) es institucionalizada por el Ministerio de Educación
Nacional para todas las zonas rurales de Colombia. Por su parte, en esta etapa recibe
un apoyo permanente de UNICEF, para incorporarle temas y estrategias de apren-
dizajes relativos a salud, nutrición supervivencia y desarrollo infantil, derechos del
niño, re conceptualización de la relación hombre-mujer, entre otras. Por su parte, la
UNESCO invita a esta experiencia a participar de la Conferencia Mundial “Educa-
ción para Todos” celebrada en Tailandia en 1990 gracias al concepto emitido por el
Banco Mundial como una de las tres experiencias internacionales exitosas de Educa-
ción Básica Rural en 1990. (Torres, 1991)
Según Perfetti (2004), los principios orientadores del PER son la descentralización,
la intersectorialidad, la Integralidad, la participación y la equidad, la transparencia, la
investigación – acción y la celeridad. Elementos que se fueron cumpliendo y, según
evaluaciones, han permitido que la cobertura y el rendimiento académico medido
por la pruebas Saber mejoren sustancialmente en el sector rural y se contribuya a
disminuir la inequidad en el campo (Rodríguez, Sánchez y Armenta, 2007. p.28).
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¿De-construir el currículo?
En teoría es claro que la educación debe ser pertinente a tres elementos: A los proce-
sos de desarrollo integral de niños, a la realidad cercana considerada en sus dimensio-
nes del desarrollo (diferente al crecimiento) y que ahora son también organizadoras
de las competencias del Estado en sus diferentes niveles y, en tercer lugar, la edu-
cación debe ser acorde a la normatividad existente -leyes, directrices ministeriales,
decretos y a las políticas públicas del orden nacional, departamental y, en algunos
casos, municipal que ha formulado e implementado el Estado, se han construido de
manera mixta (Estado - Sociedad Civil) o son fruto de los movimientos sociales y de
sus presiones y negociaciones (CONPES Agropecuario, 2014).
Para el primer caso, las Neurociencias tienen mucho que aportar (no lo hacían antes)
o al menos no se relacionaban con la educación y sus desarrollos científicos no eran
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En el segundo caso, la educación debe ser acorde a la realidad que circunda al niño o
joven y en tiempos de globalización sensible a las transformaciones que se requieren
para comprender un mundo mucho más veloz y cambiante que el que ha pasado
apenas hace algunas décadas.
Así se refiere Jiménez (2001) en relación a los procesos en dos sentidos, la rendición
de cuentas y sus relaciones con la autonomía con la anunciada acreditación
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En lo rural, la consideración es aún más válida dada la gran brecha que existe y que
de no hacer algo tiende a aumentar. Se preparan a niños y jóvenes con estándares mí-
nimos que no obedecen o son insuficientes a lo que se requiere. Se prepara para que
salgan del campo pero no existen posibilidades para que lo escaso urbano los acoja.
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Las generaciones mayores ven que sus hijos no son la posibilidad de relevo y que el
propio campo no les garantiza su supervivencia en futuro. Prefieren realizar todos
los esfuerzos para que salgan a la ciudad a preparase en profesiones que la sociedad
globalizada sabe que debe reconfigurarlas. Otros que no pueden salir corren serios
peligros en un mundo conflictivo cercado por el narcotráfico y la violencia política.
La escuela nueva por su gran capacidad, como nació, de innovar puede ser un ca-
mino a explorar, se ha pensado que debería ampliarse al nivel de la educación básica
secundaria, donde se suele romper el proceso. Se requiere pilotajes, apoyo institucio-
nal, reformas curriculares con flexibilidad y creatividad para los niños de los Centros
Educativos cuando pasan a las Instituciones Educativas no rompan el proceso y pier-
dan la esencia de la escuela nueva como experiencia autoestructurante y por supuesto
mejores condiciones de trabajo para las y los maestros y maestras.
Los PER si deben de revisarse, nacieron para facilitar los procesos de mejora de la
cobertura y en algo de la calidad, pero vale la pena profundizar sus propuestas curri-
culares. Podrían ser mucho más cercanas a los contextos y mucho más profundas en
sus aportes a los procesos de desarrollo humano de jóvenes extra edad y de quienes
alguna vez pensaron en abandonar la educación.
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