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GUIA DE MASOTERAPIA

PARA FISIOTERAPEUTAS

María Torres Lacomba


Fisioterapeuta
Profesora Titular de Escuela Universitaria
Departamento de Fisioterapia
Universidad de Alcalá

Isabel Salvat Salvat


Fisioterapeuta
Profesora Titular de Escuela Universitaria
Departamento de Medicina y Cirugía
Universitat Rovira i Virgili

—EDITORIAL MFnira^

Buenos Aires - Bogotá - Caracas - Madrid - México - Sao Paulo


www.medicapanamericana.com
Capítulo 1

De friegas y masoterapia: consideraciones


históricas sobre la evolución del masaje
J. A. Rodríguez Sánchez

• INTRODUCCIÓN

A mediados del siglo xix se publicaba en el periódico médico en


lengua castellana más influyente de la época, el Boletín de Medici-
na, Cirujia [sic] y Farmacia, un artículo del médico Mariano Del-
grás en el que daba cuenta de un «nuevo método de curar las en-
fermedades por medio de las frotaciones y sobamientos». Se hacía
así eco de una noticia publicada en la Gazette Medícale de Varis en
la que se anunciaba la aparición de un tratado sobre massotherapia.
Comentaba Delgrás:

Sin este nombre tan nuevo y altisonante, la cosa no ofrecerla por


cierto gran novedad, porque todo el mundo sabe que no hay mu-
gerzuela, saludador, ó rustico curandero que no haga alarde de po-
seer en alto grado alguna de estas habilidades manuales, espetán-
dolas cuanto lo permite la credulidad de sus adeptos; y nadie que
conozca la historia ignora que estos medios fueron de los primeros a
que se apeló en la infancia de las sociedades para calmar los sufri-
mientos humanos, y que adoptados después misteriosamente por los
sacerdotes paganos, se han ido trasmitiendo á las generaciones su-
cesivas apoyados, no solo en el prestigio de las oraciones y practi-
cas supersticiosas de que suelen ir acompañados, sino en el de los
beneficios que en muchas ocasiones han prestado á los pobres do-
lientes1.

Iniciar este capítulo con la transcripción de este párrafo obede-


ce a varios motivos de especial relieve, pues no sólo es el primer
artículo en castellano en que se halla el término masoterapia,
1
Delgrás M. Nuevo método de curar las enfermedades por medio de las frotaciones
y sobamientos. Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia (Cuarta serie). 1853;3:3-4, p. 3.

J
Fundamentos de la masoterapia De friegas y masoterapia: consideraciones históricas sobre la evolución del masaje

sino que plantea indirectamente todas • «NADIE QUE CONOZCA mientos. La salud residiría en el equili- trumentos, en tanto que el masajista no
las dificultades a las que en ese momen- LA HISTORIA IGNORA... brio de tres humores (doshas) para lo cual sólo se servirá de sus manos. El tratado
to se enfrentaba una terapia que buscaba tendrían que fluir adecuadamente ener- clásico de esta terapia, T'ouei-na pi-kiue
su validación científica. El texto de Del- ... que estos medios fueron de los prime- gías de tipo vital (prana), cósmica o divina (secretos del masaje) fue escrito hacia
grás es un magnífico exponente del des- ros». En ese primer artículo de adverten- (kundalini) y psicológicas (gunas). La re- 1575 probablemente porTcheouYu-fan8.
prestigio de la actividad manual en Occi- cia a los médicos castellanoparlantes, gulación de las mismas se puede llevar a Los principales tratados japoneses sobre
dente y de la reticencia de la cúspide Delgrás no dejaba de reconocer la anti- cabo por muy diversos métodos, entre el masaje datan de finales del siglo xix y
sanitaria hacia habilidades tradicional- güedad del método terapéutico. Efectiva- los que se encuentran los de tipo físico y principios del xx: el An-ma tebiki (intro-
mente empíricas y relegadas a la práctica mente, no cabe duda de que el uso del se integran diferentes formas de masaje5, ducción al masaje) y el An-ma zukai (atlas
de personas sin formación académica. masaje se produce de forma intuitiva y por lo habitual con aceites medicinales, de masaje), de Ryo Haku Fujibayashi y
Fue entonces, a mediados del siglo xix, empírica y, por lo tanto, es consustancial en particular en la compleja práctica de Shinsai Ohta, respectivamente.
cuando se produjo una clara inflexión a la presencia del dolor. Del mismo panchakarma6. En Occidente no se conferirá tanto
que hubo de cambiar desde los propios modo, puede encontrarse entre las prác- También en China las aplicaciones del relieve al masaje en sus acciones tera-
nombres que en el ámbito de la medici- ticas terapéuticas de las primeras culturas masaje han sido inseparables de sus efec- péuticas generales sino que se incidirá
na se aplicaban a esta terapia hasta la que desvincularon la enfermedad de los tos sobre la energía (chi, qi) que circula sobre todo en los tratamientos locales
valoración social que empezó a hacerse elementos creenciales. Egipto, India o por canales (ching) que discurren a lo lar- de músculos y articulaciones. Los trata-
de ella. Un lento proceso, presidido por China ofrecen testimonios de prácticas go del cuerpo, por lo que sus indicaciones dos del Corpus Hippocraticum -«Sobre las
los esfuerzos de adecuación a la estric- de masaje. El papiro de Berlín, los relie- son amplias y variadas 7 . Las primeras articulaciones» y «Sobre el dispensario
ta metodología de la ciencia experimen- ves de la tumba de Ankhmahor o las pin- menciones al masaje se hallan en el médico» 9 - son una buena muestra del
tal, en el que formación, institucionaliza- turas de la de Khety son suficientemente Nei-jing, canon de la medicina de Extre- intento de hallar la precisión en la fre-
ción e intrusismo son temas que revelan descriptivos sobre su uso en Egipto3. mo Oriente, atribuido a Houang-di (el cuencia e intensidad de la fricciones y la
que «historia» no siempre significa «pa- En el caso de India existió una apro- Emperador Amarillo) y cuya primera ver- conciencia de que de ello depende la fi-
sado»2. ximación racional a la interpretación de sión podría datarse entre el año 475 y jación de la articulación o su relajación10.
la enfermedad desde épocas muy tem- 221 a.C. El ngan-mo (o an-ma en japonés), Sin embargo, donde sí pueden encon-
2
Las aproximaciones históricas al masaje no se pranas, si bien es difícil determinarlas con sus muy diferentes maniobras super- trarse esos efectos generales del masaje
han planteado como estudios autónomos. Con la ex-
cepción de la reciente monografía de Calvert RN. The
con exactitud, pues los primeros escritos ponibles a las del masaje occidental con- (coherentes con ese planteamiento hu-
history of massage: an illustrated survey from around que llegan de esa «ciencia de la vida» temporáneo, fue descrito por P'ouTche- moralista que pervivió en algunos aspec-
the world. Rochester: Healing Arts; 2002. Las restan- (ayurueda) son de los primeros siglos de
tes son capítulos introductorios en obras sobre masa-
ou-kouan hacia el año 200 de la presente tos hasta el siglo xix) será en la dieta, la
je. En ocasiones sus únicos objetivos son la pátina cul- nuestra era4. Los tratados (samhita) de los era. Una variante muy conocida ha sido díaita katá physin, concepto que se en-
tural y la legitimación por el pasado, por lo que suelen médicos Caraka y Sushruta (conocidos el t'ouei-na (tui-na), que estaría constitui- tiende mejor como régimen de vida, vivir
carecer de rigor investigador. Existen, sin embargo, tra-
bajos muy apreciables (aunque no exentos en algunos por ello como Caraka samhita y Sushruta do por dos de las ocho técnicas básicas según la naturaleza o higiene. Esta die-
casos de llamativos errores) como los de: Beard G, samhita) son las principales fuentes que (tui, na, an, mo, gun, qian, da y dong) y con- ta fue objeto de especial atención en el
Wood EC. Masaje. Principios y técnicas. México: ínter- permiten aproximarse a estos conoci-
americana; 1966. p. 3-33; Kamenetz HL, Historia del sistente, como su nombre indica, en
8
masaje. En: Licht S, editor. Masaje, manipulación y 3
amasar y pellizcar. En muchos casos se Sigue siendo un magnífico texto para la com-
tracción. Barcelona: Toray; 1973. Id., History of massa- Caballé Lancry C. Historia de un masaje. Medici- prensión del masaje en China el de Huard P, Wong M.
ge. En: Basmajian JV, editor. Manipulation, traction, na Española. 1961;46:299-310, 300-2. combinan movilizaciones o el uso de ins- Soins et techniques du corps en Chine, au Japón et en
and massage. 3rd ed. Baltimore: Williams & Wilkins; 4
Intentar resumir en dos breves párrafos los prin- Inde. Paris: Berg; 1971. p. 88 y 168-82.Véase también
5
1985. p. 3-21,211-55; Rodrigo Rodríguez J. Fundamen- cipios de importantísimas formas de entender la salud Es habitual hacer constar en este punto cómo la Vercammen D. Teoría y práctica de la medicina china.
tos históricos de la masoterapia. Fisioterapia. 1999; y la enfermedad, como las de India y China, es impo- forma de masaje en la cabeza (chambooning) fue incor- En: Van Alphen J, Aris A, editores. Op. cit, p. 157-95.
21:3-13. Las monografías sobre historia de la terapia fí- sible. Del mismo modo, tampoco se van a encontrar porada a la lengua inglesa como shampooing. 9
La colección hipocrática, como es bien sabido, in-
sica también son escasas y en ellas el masaje ocupa transcripciones idénticas cuando de idiomas como el 6
Svoboda R. Teoría y práctica de la medicina ayur- cluye escritos anteriores y posteriores a Hipócrates de
sólo unas discretas páginas: Coulter JS. PhysicalThe- sánscrito o el chino se trata. He realizado una aproxi- védica. En: Van Alphen J, Aris A, editores. Las medici- Cos (460-375 a.C). Los tratados aquí citados, así como
rapy. New York: Paul B Hoeber; 1932. Raspadori F, Sel- mación breve pero más extensa en Rodríguez Sánchez nas orientales. Barcelona: RBA; 1998. p. 67-97. «Sobre la dieta», han sido atribuidos por diversos auto-
mi G, Rizzoli R. La terapia física: evoluzione delle co- JA. Medicinas alternativas en drogodependencias y 7 res al propio Hipócrates.
noscenze. Bologna: Cappelli; 1964. Monografías y La transcripción del chino se ha hecho clásica-
SIDA. En: Curso de Máster en Drogodependencias mente con el método Wade-Giles, aunque actualmen- 10
artículos sobre temas específicos relacionados con la Sobre las articulaciones. En: Tratados hipocráti-
y Sida. Tomo VIII. Málaga: Instituto de Investigación te se usa el pinyin. En el primero se transcribe «chi»,
historia del masaje se consignan en las notas a pie de cos: tratados quirúrgicos. VIL Madrid: Gredos; 1993.
en Ciencias Sociales e Ilustre Colegio Oficial de Médi- mientras que en el segundo se usa «qi». En lengua ja-
página. p. 133-221,143. Sobre el dispensario médico. Loe. cit.,
cos; 1998. p. 39-60. ponesa la transcripción será como «ki». 47-60, p. 57-8.
Fundamentos de la masoterapia De friegas y masoterapia: consideraciones históricas sobre la evolución del masaje

mundo grecolatino como forma de pre- ca, durante la Edad Media15. Los regimina observaciones sobre las «fricaciones» a
vención de la enfermedad y recuperación sanitatis, los consilia, mantienen el correc- los últimos párrafos del libro, indicándo- ENCHf'RIDfOhU>
MAUVAL I í l i T , » . V M N j 0 . p £ SA-
de la salud. Desde el clásico tratado Sobre to uso de las sex res non naturae como las en las parálisis como sustitutivas del
lttd,contra efimbib^ a?üa*lar$
la dieta11, presente en el Corpus, y las base para conservar la salud16. El gale- ejercicio e, incluso, en afecciones de ór-
12
obras de Diocles de Caristos , a la magna nismo arabizado mantiene el masaje en- ganos internos 19 . Pese a ser obras que que Hartan wf*>:J l¿t demos
Higiene o La conservación de la salud de tre estas recomendaciones y así lo trans- propugnan, entre élite culta y médicos, enfermedad^ jfué por catana
Galeno de Pérgamo esta medicina se tra- mitieron los más significativos médicos, una renovada atención al cuerpo y al y de filiación déla caberafe en*
za para ciudadanos libres y acomodados. como Ibn Sina (Avicena) en El poema de ejercicio, no van a suponer una revalori- gendran en la perfona : y para
Galeno, excelente sistematizador de los la medicina17.Tampoco cambió esta fun- zación del masaje. redi*X¿r,y con femar en fu
conocimientos, expuso en sus obras las ción del masaje durante la época rena- Los textos que se ocuparon de materia perfetoefiadodefanidap^^k^.
res non naturae (las cosas no naturales, es centista y así lo atestiguan importantes quirúrgica (con la excepción de la obra de al temperamento \- *'». •«*
decir, no pertenecientes al organismo obras monográficas sobre el ejercicio: el Ámbroise Paré20) también hicieron muy \>.
no.
pero necesarias o convenientes)13 que de- Libro del ejercicio corporal (1553) de Cris- escasa mención a la práctica del masaje O I R. IG I D XA/C'A TOtíCA
'v H
terminarían esa higiene: entre ellas se tóbal Méndez y el De arte gimnástica fuera de lo ya consignado por los clásicos, geftadi v ..• p? ífcKey,
encontrarían el reposo y el movimiento, (1569) de Girolamo Mercuriale. Si este habitualmente en el campo de la trau- yj6rñci- nueftró.
lueilró.
al que se adscribirían las maniobras de último, humanista concienciado en la re- matología. Hipócrates, Galeno o Guy de Qompuefiopor^D r^ernardtm
masaje. Su formación en práctica quirúr- cuperación de los textos clásicos griegos, Chauliac siguieron siendo referentes en GomeTjMUí"
gica, dieta y masaje se consolidó especial- ofrece galénicas descripciones de un ma- este terreno y las menciones que se en- \AÍb¿r
mente durante su regreso a Pérgamo, saje vinculado principalmente a las acti- cuentran al masaje se ubican en los recur-
hacia el año 157, donde aceptó el nom- vidades del gimnasio18, el español se sos terapéuticos ante las luxaciones. Para ImpreíToen <para£
bramiento de médico de gladiadores. En mantiene fiel a los regimina y reserva sus la formación de los especialistas itineran- rcnjo,y Diego de R6We*J&5f*eflrorcs
estas circunstancias desarrolló técnicas tes que se dedicaban a ajustar huesos, del Reyno de Aragón.»5 S $.
de masaje para las que procuró precisar 10 los algebristas, escribió Luis Mercado, en CON P&IVUEÍIO.'
Se cita aquí un trabajo que, por su especificidad
14 en la vinculación de las sex res non naturae y el ejerci-
su intensidad y duración . 1599, sus Instituciones. Aunque la práctica Figura 1-1
cio, es una lectura aconsejable (aunque también ado-
lezca de referencias al galenismo arabizado y a casi terapéutica habitual pasaba sólo por la Portada de la obra de Gómez Miedes de 1589.
todo el período medieval): Berryman JW. Exercise and reducción y aplicación de emplastos y
• NUEVOS ESCRITOS SOBRE the medical tradition from Hipócrates through antebe-
llum america: A review essay. En: Berryman JW, Park
vendajes, en esta obra pueden hallarse,
ANTIGUOS CONCEPTOS: RJ, editores. Sport and Exercise Science: essays in the en su décimo tercer capítulo, la referencia lipe II en 1589, con consejos para tratar
EL MASAJE HIGIÉNICO history of sports medicine. Chicago: University of Illi- a «fregaduras» con diversas sustancias en la gota que le aquejaba (fig. 1-1). Esta
nois; 1992. p. 1-56. obra de Bernardino Gómez Miedes, el
16 los casos de luxaciones21.
La concepción clásica de la dieta per- Para conocer los regimina medievales véase Pa- Enchiridion [...] contra el morbo articular,
niagua Arellano JA. El Régimen sanitatis ad Regem Ara- En este erial resulta insólito el texto se divide en tres libros, el tercero de los
vivió, al igual que toda la doctrina galéni- gonum y otros presuntos regimina arnaldianos. Estudio
que un obispo español dedicó al rey Fe-
introductorio a: Vilanova A. El maravilloso regimiento y cuales está dedicado a explicar las técni-
orden de vivir. Zaragoza: Universidad de Zaragoza;
11
Sobre la dieta. En: Tratados hipocráticos. III. Ma- 1980. p. 31-77.
14
Méndez C. Libro del ejercicio corporal. Jaén: cas de automasaje: «la fricción, o estre-
drid: Gredos; 1986. p. 19-116. Esta obra ha sido atribui- 17 1553; p. 140-1. Existen diversas ediciones facsímiles y gadura, hecha sobre los huesos, y miem-
da generalmente a Herodicos. Ibn Sina. Poema de la Medicina. Valladolid: Uni-
transcripciones: New Haven, 1960; México, 1991; bros de toda la persona, haciéndose no
12 versidad deValladolid, 1997. En la página 144 se pue-
Este uso de un masaje higiénico en Diocles de León, 1996; Málaga, 1997.
de encontrar la recomendación de fricciones en los sólo con el orden, tiento, regimiento, y
Caristo (s. rv-ni a.C.) puede encontrarse en el texto pre- ancianos.
20
En la tradición de las rebus non naturalibus, Paré
sente en la antología de López Pinero JM. Medicina, 18 dedica el capítulo XV de sus obras al movimiento y a la perseverancia debida, más aún con las
historia, sociedad. 3.a ed. Barcelona: Ariel; 1973. p. 40-1. Mercurialis H. De arte gimnástica. Venetia: 1601.
quietud, citando tres tipos de fricciones: duras (de reab- propias manos, aunque cueste trabajo,
13 Citado por la edición facsímil deTorino, Hipólito Galan-
El término no fue usado por Galeno, pero que- sorción y revulsión), blandas (relajantes) y medias (nu-
daron fijadas por los galenistas como sex res non natu-
te, 1960. El autor dedica varias páginas (p. 36-40) a las
tritivas). Cit. Opera Ambrosii Parei. Parisii; 1582. p. 27. harto mejor que con las ajenas»22. Aun-
prácticas de masaje que se realizaban en el eleothesiom,
rae: aire y ambiente, comida y bebida, movimiento y 21
Mercado L. Instituciones [...] para el aprovecha-
alipteriom o unctuarium, pero se trata de un masaje gim- 22
reposo, sueño y vigilia, excreciones y secreciones y los miento y examen de los algebristas. Madrid; 1599. Gómez Miedes B. Enchiridion, o manual instru-
nástico o higiénico. En este masaje se diferenciaría la
movimientos o afectos del alma. p. 20-1 (Edición facsímil con estudio introductorio a mento de salud, contra el morbo articular que llaman
tripsis paraskeuastike (de preparación al ejercicio) y el
14 gota [...]. Zaragoza; 1589. p. 4v-5. La obra de Gómez
García Ballester L. Introducción general. En: Ga- aplicado, tras el baño, con aceites (la apotherapeia). Fren- cargo de Granjel LS, Salamanca, Real Academia de
leno. Sobre la localización de las enfermedades. Ma- te a ellos se encontrarían las fricciones médicas o tera- Medicina de Salamanca e Instituto de Historia de la Miedes conoció una nueva edición en 1731, así como
drid: Gredos; 1997. p. 7-86, 45-9. péuticas, conocidas desde Hipócrates como anatripsis. Medicina Española; 1977). una versión abreviada, impresa en Madrid en 1679.
Fundamentos de la masoterapia De friegas y masoterapia: consideraciones históricas sobre la evolución del masaje

que su base teórica es la movilización de tremo respeto hacia los cheirourgoí (los reflejada en el terreno de la sanidad su práctica (como se pone de manifies-
malos humores y su expulsión mediante que operan con sus manos) en un sen- militar: un hospital de campaña en la to en los diversos tratados publicados en
la sudoración, Gómez Miedes es siste- tido mucho más amplio que el que ha- España del siglo xvni contaba con ciru- la segunda mitad del siglo xvni), llevó
mático y detallado en todos los porme- bría de asumir el cirujano en el mundo jano mayor, primeros ayudantes de ci- a la desaparición de la figura de los al-
nores del masaje, empleando distintas latino26. rugía, ayudante de cirujano, segundos gebristas31.
maniobras23, marcando un orden preci- Sin embargo, el paulatino menospre- ayudantes de cirujano y practicantes Si complejo es catalogar a los dife-
so para cada una e indicando la coloca- cio hacia las actividades manuales en be- de cirugía. Eran estos profesionales de rentes profesionales autorizados para su
ción de las manos y la dirección de los neficio de las intelectuales condujo a una rango inferior los que tenían encomen- ejercicio por los tribunales creados a tal
movimientos. Un hallazgo que tardaría manifiesta división entre los profesiona- dada la misión de aplicar las unturas, efecto, más difícil aún sería intentar es-
mucho en ser tomado en consideración les del arte de curar. Los médicos dejaron tarea en la que estaban presentes las tablecer la lista de los intrusos en el arte
por los profesionales quirúrgicos y mé- de ejercer cualquier terapia que supusie- maniobras básicas de masaje que se de curar a los que parecía atribuir Del-
dicos24. se un contacto físico con el paciente y empleaban en la época28. Pese a ello, la grás el uso del masaje. Entre ellos se en-
procuraron subrayar su estatus a través práctica habitual entre los cirujanos y cuentran los ensalmadores, saludadores
del lenguaje y la indumentaria. La apari- barberos eran las sangrías y ventosas, y otros tipos de prácticos que aunaban
• «MUGERZUELA, SALUDADOR, ción de las universidades en época bajo- no el masaje29. empirismo y creencias. Así, por ejemplo,
Ó RUSTICO CURANDERO»: medieval marcó aún más la diferencia La práctica de la traumatología, a pe- las curanderas o maznadoras aplica-
LOS PROFESIONALES DEL MASAJE entre la formación teórica de los «físicos» sar de la insistencia de diversos autores ban el masaje en los cólicos infantiles32
EN EL MUNDO MODERNO y la empírica de los cirujanos. No obstan- en la necesidad de incorporarla a la for- y «para bajar el útero» en el llamado
te, la evidencia de la necesidad de estos mación del cirujano, fue competencia de mal de madre, padecimiento que podía
Queda patente la importancia que en saberes, en particular para la curación de empíricos llamados algebristas o bizma- incluir desde dismenorrea a epilepsia,
el mundo griego tuvo el masaje como las heridas (abundantes en momen- dores. Reconocidos legalmente para el pero en general cualquier problema de
parte de la labor que debía realizar el tos históricos presididos por los enfren- ejercicio, su cometido fue tratar fracturas salud que se relacionase con el hecho
médico: «es necesario que el médico sea tamientos bélicos), llevó a velar por su y dislocaciones, para lo que, como leí- de ser mujer33.
experto en muchas cosas, pero sobre mejor formación y regular la práctica qui- mos en Mercado, pudieron recurrir al Además de las afecciones trauma-
todo en masaje»25, reza en «Sobre las rúrgica (siendo la institución más carac- masaje30. La creación de los Reales Co- tológicas existió otra enfermedad que
articulaciones». El Corpus refleja el ex- terística la del tribunal del Protomedica- legios de Cirugía en el siglo xvín y la ra- demandó el uso de masajes, si bien tan
to, creado en 1477). Surgieron así los dical transformación en la formación de sólo como forma de facilitar la absor-
23
Estas maniobras comprenden un amplio reper- cirujanos latinistas (lengua presente en los cirujanos, que incorporó la trauma- ción medicamentosa a través de la piel.
torio en el que se diferencian, según el vocabulario los estudios universitarios), que estable- tología a sus conocimientos teóricos y a La sífilis, pues de esta enfermedad se
usado por Gómez Miedes, rascar, estregar, friccionar,
fregar, frotar, apretar, pellizcar, tornear, retorcijar y es- cieron visibles diferencias con sus colegas trata, conoció un gran auge a partir del
tirar. sin preparación teórica, los cirujanos ro- 28
Reglamento y ordenanza que deben observar los contacto epidemiológico con América.
24
Caballé Lancry C, Zaragoza Rubira JR. Bemardi- mancistas27. ministros y empleados en los hospitales que están es-
Los tratamientos que se propugnaron
no Gómez Miedes iniciador de las técnicas de automa- tablecidos, y que se establecieren en las plazas, y asi-
saje. Med Esp. 1969;61:175-8. La cada vez más compleja jerarqui- mismo en los que se ofreciere formar para el exercito; fueron variados, si bien el que gozó de
25
Sobre las articulaciones. En: Tratados hipocráti- zación de las profesiones sanitarias a lo 1739. p. 31,102. [Edición facsímil con estudio prelimi- mayor prestigio fue el de mercurio. Es-
cos: tratados quirúrgicos. VIL Madrid: Gredos; 1993. nar de Juan Riera Palmero y Luis Riera Climent.Valla-
largo del mundo Moderno queda bien dolid: Universidad deValladolid; 1999.] te mineral, dada su toxicidad, se admi-
p. 133-221,143. En este sentido, es muy reveladora la
interpretación que Helena Torres Huertas realiza, en su 26
29
De hecho, al examinar algunas cartas de pago nistraba en forma de unciones o frie-
introducción a «Sobre las fracturas», de las tan citadas Sobre las articulaciones. En: Tratados hipocráti- (como la del cirujano romancista Juan de Ortiz de San-
cos: tratados quirúrgicos. VII. Madrid: Gredos; 1993.
gas (según la terminología de la época),
palabras de La Ilíada homérica: «Un hombre que es tamaría) puede comprobarse que son las sangrías y
médico vale por muchos otros para extraer saetas y es- Nota 5, p. 137. ventosas el quehacer cotidiano, si bien ocasionalmente 31
polvorear benignas medicinas» (citado por la traduc- 27
Resultan de gran utilidad para conocer la regu- puede aparecer el masaje: «A Don Juan Ortiz, 3 san- Riera J. Los textos quirúrgicos españoles de la se-
ción de Emilio Crespo Güemes. Homero. Ilíada. Ma- lación de los profesionales, tanto en su ejercicio como grías y 20 días, que me ocupé por mandato del conde, gunda mitad del siglo xvín. Cuadernos de Historia de la
drid: Gredos; 2000. Canto XI; v. 514-5). Rara Torres esto en su formación, los trabajos de Muñoz Garrido R, mi señor, en darle fricciones y curarle unas llagas en la Medicina Española. 1968;7:35-133.
32
significaría que «cualquiera que pueda aplicar unos Muñiz Fernández C. Fuentes legales de la medicina es- boca - 43 reales» (Martín Santos L. Barberos y ciruja- Decref y Ruiz J. Kinesiterapia. Madrid: Romo;
primeros auxilios por medio de las manos, pronto, con pañola (siglos xm-xrx). Salamanca: Universidad de Sa- nos de los siglos xvi y xvn. Salamanca: Junta de Casti- 1914. p. 9.
efectividad y sin causar demasiado daño, es, al menos lamanca; 1969; Muñoz Garrido R. Ejercicio legal de la lla y León; 2000. p. 43-5). 33
Rojo Vega A. Enfermos y sanadores en la Castilla
eventualmente, [...] un hombre que vale por muchos medicina en España (siglos xv al xvni). Salamanca: 30
Granjel LS. Cirugía española del Renacimiento. del siglo xvi.Valladolid: Universidad deValladolid; 1993.
otros» (p. 65). Universidad de Salamanca; 1967. Salamanca: Universidad de Salamanca; 1968. p. 59-66. p.60-1.
^ D 3 Fundamentos de la masoterapia De friegas y masoterapia: consideraciones históricas sobre la evolución del masaje

pero aun así el azogue tenía a la larga fu- • DEL NATURALISMO AL el danés, cuya figura más destacada fue peos (Priessnitz, Rikli) estaban obte-
nestas consecuencias para los pacientes. ESCEPTICISMO TERAPÉUTICO: Nachtigall, con quien se preparó Pehr niendo con elementos naturales como
Sin embargo, no eran éstos los peor pa- EL REDESCUBRIMIENTO Henrik Ling, creador de la escuela sue- el agua, el aire y la luz solar. Una acep-
rados como es fácil suponer, pues aque- DE LA TERAPIA FÍSICA ca. En 1813 se abría en Estocolmo el tación relativamente fácil si se tiene en
llos que debían administrarlos eran quie- Instituto Central de Gimnasia, que sería cuenta que este empleo partía de un
nes primero veían cómo sus encías se Desde mediados del siglo xvm, co- el principal centro de formación y pro- galenismo popular que, en ocasiones,
llagaban, los dientes ennegrecían y fi- menzaron a realizarse, en el ámbito fran- pulsor de las terapias de movimiento. no quedaba demasiado lejos de los pre-
nalmente caían 34 . También es lógico cófono, diversas aportaciones de relieve Las bases científicas buscadas por Ling ceptos de higiene individual con los que
comprender que pocos profesionales al conocimiento del masaje como las de en el estudio del movimiento (acción los médicos intentaban regenerar al gé-
quisieran arriesgar su salud en este tipo Andry, Tronchin o Quellmalz, aunque la agonista y antagonista, tipos de movi- nero humano, al que percibían cada vez
de práctica. Sin duda, debían existir po- obra de mayor interés, la Gymnastique mientos y contracciones, introducción más debilitado y enfermizo. Gimnasia o
derosos motivos para que alguien de- medicínale et chirurgicale de Clément Jo- de resistencias) y aplicadas en su tera- agua fría se convirtieron en símbolos
cidiese hacerlo. Serían mujeres carentes seph Tissot, no apareció hasta 1780. En pias gimnástica supusieron un rápido de un deseable vigor, también para los
de recursos para sobrevivir (como las ella se describen muy diferentes manio- cambio en las apreciaciones de la clase pacientes que transformaron en movi-
viudas y las prostitutas ancianas), las bras (frotación, fricción, amasamiento, médica. miento social remedios como la hidro-
que asumirían esta labor y dejarían sus trituración, etc.) y su dosificación en tiem- Este renovado interés hacia las tera- terapia.
vidas en ello, en ocasiones antes de po e intensidad según la constitución del pias físicas vendrá motivado por los Revalorizada la práctica empírica,
concluir el mes de cura necesario. En paciente. profundos cambios socioculturales que asumida la necesidad de la observación,
ocasiones eran contratadas por los hos- Es posible comprender esta atención se estaban produciendo. Los médicos perdidos los prejuicios hacia la activi-
pitales, en otros casos lo hacían en sus al masaje si se consideran los cambios que desarrollaron su quehacer en la pri- dad manual, las principales cátedras
propias casas 35 . Recordando ese texto culturales que se estaban produciendo. mera mitad del siglo xix tuvieron que europeas decidieron investigar y dar ca-
de Delgrás que asociaba el masaje a las La Ilustración supuso en algunos aspec- luchar contra un nuevo patrón de mor- tegoría a las terapéuticas físicas y, con
«mujerzuelas», tal vez deba reflexionar- tos, como respuesta a los excesos especu- bimortalidad relacionado con los mo- ellas, al masaje. La más significativa fue
se sobre el hecho de que esta asocia- lativos del Barroco, una valoración de la vimientos migratorios hacia las urbes la clínica interna vienesa, dirigida por
ción surgió más por estas causas que naturaleza y del conocimiento de la mis- propiciados por la Revolución Indus- Johann Oppolzer quien, bajo el pragmá-
por la experimentación en artes ama- ma a través de la razón y el empirismo. trial: el cólera y la tuberculosis, la sífilis tico lema de «curar es el objetivo final de
torias36. Frente al amplio e inútil arsenal terapéu- y las enfermedades carenciales diezma- toda investigación médica», estimuló a
tico existente, el médico ilustrado co- ban a la población. Los conocimientos sus colaboradores a aplicar la metodolo-
34
El clásico tratado de Lobera de Ávila L. Libro de menzó a dirigir su atención hacia las científicos de los facultativos aumenta- gía de la pujante ciencia experimental
las cuatro enfermedades cortesanas. Toledo: 1544, di-
serta sobre el mal francés o de bubas y realiza una re- fuerzas naturales. Súmese a esto las pro- ban, pero sus terapias seguían ancladas al estudio de las terapias con medios fí-
comendación que evitaría este problema: «y si el enfer- puestas que diversos filósofos, de Locke en el clásico humoralismo y recurrían a sicos. Demanda social, interés por parte
mo pudiere, muy buena cosa es que el mismo se unte, sangrías, purgas o inútiles fórmulas de de un amplio grupo de profesionales,
porque con el trabajo quando se acabe de untar ya aya a Rousseau, hicieron sobre ideales edu-
empecado a sudar» (f. LXXVfflv.) cativos y se comprenderá la resurrección materia médica, más iatrogénicas que introducción en el ámbito académico y
35
Rojo Vega A, op. cit, p. 86-91,102-3. de los gimnasios y la renovada aten- beneficiosas. Ante tal perspectiva mu- avales en la investigación configuran
36
No obstante, es innegable esta asociación entre ción de los médicos hacia el ejercicio, al chos optaron por recuperar, bajo el una sólida base para que la medicina fí-
masaje y erotismo; pero en Occidente el masaje como lema de primum non nocere, la también sica se desarrolle a partir de ese mo-
eufemismo de comercio sexual surge en época más re- que, como ya se expresó, el masaje apa-
ciente, cuando sirvió como fachada para un negocio recía vinculado por la tradición. hipocrática confianza en el poder cura- mento como especialidad37.
ilegal, según advertía Boigey: «En ciertos ambientes la
El primer e influyente modelo de dor de la naturaleza, en la capacidad in-
palabra "masaje" ha servido, y sirve aún, de cobertura
a un negocio muy particular. Este estado de cosas ha gimnasio/escuela, el Philantropinum, herente al organismo de luchar contra 37
Lesky E. Patología y clínica en Austria. En: Laín
creado, y crea todavía, entre los médicos y los ciruja-
surgió en Alemania en 1774, iniciando la enfermedad y la posibilidad de ayu- Entralgo P, editor. Historia Universal de la Medicina.
nos, una verdadera repugnancia a aplicar un método Vol.VI. Barcelona: Salvar; 1972-1975. p. 156-62. Sobre
la formación de profesionales que cons- darle en esa tarea mediante medios na- la escuela médica vienesa en el siglo XVIII y las aporta-
terapéutico y aún a emplear un vocablo que ha sido
perjudicado al aparecer en la última página de los pe- tituirían algunos de los núcleos más im- turales. Dirigidos por estos principios se ciones al masaje de Van Swieten, De Haen, Stoll, etc.,
riódicos que hacen un comercio de travesuras liberti- interesaron en comprender los resulta- véase Scháfer U. Physikalische Heilmethoden in der
nas» (Boigey M. Manual de masaje. 3.a ed. Barcelona: portantes de la gimnástica médica y Resten Wiener Medizinischen Schule. Wien: Hermann
Toray-Masson; 1967. p. 8). el masaje: tras el núcleo alemán surge dos que algunos empíricos centroeuro- Bóhlaus; 1967.
| Q Fundamentos de la masoterapia De friegas y masoterapia: consideraciones históricas sobre la evolución del masaje

• «ESTE NOMBRE TAN NUEVO tífica distinguía con precisión las distintas
Y ALTISONANTE»: manipulaciones y las bautizaba con tér- MASAJE
EL MASAJE, SABER CIENTÍFICO minos franceses rápidamente difundi-
dos: effleurage, frictions, pétrissage y tapote-
En la medida en que la práctica del ment41 (fig. 1-2).
masaje podía ser sustentada científica- Esta terminología, aunque meramen-
mente, también fue necesario presentar- te descriptiva de las maniobras, reflejaba
la en sociedad como tal, desvinculándola un abordaje totalmente científico: el pro-
de las connotaciones empíricas, creencia- fesional que adquiría este lenguaje de-
les y marginales. mostraba ser plenamente consciente de
En esta voluntad de ruptura con cier- sobre qué estructuras anatómicas traba-
tos aspectos del pasado, la terapia cambió jaba y qué efectos fisiológicos estaba pro-
su identidad y pasó a llamarse «masaje» o duciendo. Fue la escuela sueca de Ling
«masoterapia»38. El término francés mas- la pionera en estas lides, sumando a los
sage venía así a sustituir al más generali- estudios del propio Ling los de Lied-
zado defriction, común en todos los tex- bechk y Georgii (Los fundamentos genera-
tos latinos39. les de la gimnasia, 1840). Johan Georg
En la lengua castellana los términos Mezger, aunque profesor de gimnasia en
habitualmente empleados ya han queda- Amsterdam, se vinculó a la escuela sue-
do expresados: unciones, frotaciones, so- ca, metodizó el masaje y sus términos,
bamientos (según hacía constar Delgrás). investigó sus efectos en los traumatis-
Fricación, fricción, friega, así como fregar,
frotar y estregar fueron las palabras con 40
D.A.B. [Don Antonio Ballano], en su Diccionario Figura 1-2
las que hasta la segunda mitad del si- de Medicina y Cirugía. Madrid: 1805-1807 (7 vols.), La higiene terapéutica (1891) de Dujardin-Beaumetz conoció una gran difusión. En ella dedica-
glo xix se hizo referencia a las maniobras utiliza como entrada «friegas ó fricciones», tanto como ba un par de capítulos a la masoterapia y este esquema de las maniobras básicas.
materia médica o como higiene, dando cuenta de su
de masaje40. Pero la sistematización cien- aplicación en reumatismos e, incluso, en ascitis (tomo
4, p. 282-4). Para el uso de los términos castellanos es
imprescindible el Diccionario español de textos médicos
mos de tobillo42 y gozó de una populari- dére, con su tesis de 1863 sobre el masa-
38
Existen diversas opiniones sobre la etimología de antiguos (Herrera MT, editor. Diccionario español de dad que lo llevó a ser considerado como je (primer trabajo de carácter académico,
la palabra massage. Su origen, indiscutiblemente fran- textos médicos antiguos. Madrid: Arco Libros; 1996. «padre del masaje». Divulgador de sus anterior al de Mezger)44, y las de Just Lu-
cés y decimonónico (aunque no exista acuerdo sobre 2 vols.) así como los clásicos diccionarios de Covarru-
quién fue el primer autor en utilizarla), es un neolo- bias (1674) y Terreros (1786-1793). Sobre su presencia métodos fue Gustaf Norstróm, el más cas Championniére, especializado en la
gismo basado posiblemente en el griego, árabe o he- en el Diccionario de Autoridades, véase Gutiérrez Rodi- importante difusor, en la transición del investigación del masaje aplicado a las
lla B. Los términos relacionados con la medicina en el
breo -lenguas en las que existen semas con significa-
dos muy sugerentes- o, tal vez, en un latino massam Diccionario de Autoridades. Boletín de la Real Academia siglo xix al xx, del masaje científico, sus fracturas45 (fig. 1-3). Pero si la escuela
agere (hacer una masa). Existían otros términos comu- Española. 1993;73:463-512. acciones fisiológicas y su modo operato- francesa y la sueca fueron las más pujan-
nes a la actividad de amasar (p. ej., el pan) y a la de dar 41
Se citan las cuatro fundamentales y más difundi- rio. Su Traite théorique et pratique du mas- tes, no debe olvidarse que el interés por
un masaje, como el pétrir francés o el maznar castella- das (por ser las descritas por Mezger y Norstróm, como
no, pero, hasta esos momentos, con un uso muy res- sage (1883) conoció varias ediciones en el masaje fue generalizado. Sirva citar al-
podrá verse), respetando los términos franceses inter-
tringido. nacionalizados y, a menudo, usados sin traducción. diversos idiomas, así como su Formulaire gunos de los nombres más significativos:
39
Autores tan señalados en el masaje como Daily, Esta terminología quedó fijada en la obra de Norstróm du massage (1895)43.
mostraron su rechazo al empleo de la palabra masaje, G. Traite théorique et pratique du massage (citado por
considerando que era más adecuado hablar de «mani- la segunda edición, Paris, 1891. p. 27-30). Es recomen- En Francia, sobre las diversas aporta- 44
Estradére JDJ. Du massage, son historique, ses
pulaciones terapéuticas» (Daily E. Manipullations thé- dable, para quienes se interesen en esta evolución ter- ciones realizadas, destacan las de Estra- manipulations, ses effets physiologiques et thérapeu-
rapeutiques. En: Dechambre A, Lereboullet L, editores. minológica, el primer capítulo de Beard G, Wood EC, tiques. Paris: Adrien Delahayes; 1863.
editores. Masaje. Principios y técnicas. México: ínter- 45
Tomo 56. Dictionnaire encyclopédique des sciences 42
De sus múltiples trabajos, sus monografías tratan
medicales. Paris: Masson; 1864-1889. p. 565-97). Sin americana; 1966. p. 3-33. Respecto a los términos cas- Mezger JG. De Behandeling van «distorsio pe- el tema de las fracturas y la movilización. Sirva de re-
embargo, el término manipulaciones quedó reservado tellanos, aparecieron diversas traducciones: Decref usó dís» met fricties: Amsterdam; 1868. ferencia la edición de la que se extrae una de las ilus-
por la mayor parte de los autores del siglo xx para ha- fricción, amasamiento o amasijo, desflore o soba y per- 43
Mucha información sobre Norstróm se encuen- traciones de este capítulo: Championniére JL, editor.
cer referencia a las manipulaciones vertebrales osteo- cusión; Pérez Mínguez empleó fricción, sobado (en vez tra en la obra de Munthe A. La historia de San Miche- Traitement des fractures par le massage et la mobilisa-
páticas y quiroprácticas. de amasijo), roce (por soba) y percusión. le. Barcelona: Juventud; 2001. tion. Paris: Rueff et Cié.; 1895.
KE1 Fundamentos de la masoterapia De friegas y masoterapia: consideraciones históricas sobre la evolución del masaje

• Figura 1-3 Schreiber46 en Austria (fig. 1-4), Zablu- zación de investigaciones sobre los efec-
Championniére fue pionero en el trata- dowski47 en Alemania o Graham48 y Ke- tos fisiológicos producidos y sobre su
miento de fracturas con masaje y movili-
zación. llogg49 en Estados Unidos. Todos ellos acción en mecanismos fisiopatológicos
fueron autores de obras científicas sobre para obtener resultados terapéuticos.
el masaje que alcanzaron gran difusión y Fueron muchos los científicos y profe-
como directores de establecimientos te- sionales del masaje que aunaron sus es-
rapéuticos, contribuyeron de manera de- fuerzos en la investigación de los efec-
cisiva a la institucionalización del masaje. tos sobre la circulación local y general
El ámbito español cuenta con escasas (Mosengeil, Werne, Vinaj, Kellgreen,
investigaciones originales, si bien apare- Colombo), sobre el sistema linfático
cerán autores que difundan entre la clase (Mosengeil, Colombo, Kellgreen, Reym-
médica las teorías foráneas con una consi- bar, Hofinger)51, sistema neuromuscular
derable aportación de las experiencias (Castex, Pflüger, Arndt), aparato respi-
personales. Ezequiel Martín de Pedro, se- ratorio (Leber, Stuve), aparato digestivo
guidor de Estradére, y José García Fra- (Cauntru, Colombo) y aparato urinario
guas, de Mezger, muestran la lenta intro- (Hirshberg)52.
ducción de esta terapia en España. Las Las indicaciones terapéuticas se am-
únicas contribuciones constatables son las pliaron, no ya desde el empirismo, sino
de Vendrell Suriol y Solé Forn respecto al desde los ensayos clínicos. Así, a las tra-
Figura 1-4 masaje abdominal y ginecológico y las de dicionales indicaciones en enfermeda-
Fricciones centrípetas para el tratamiento Joaquín Decref sobre masaje húmedo 50 .
del esguince de tobillo, según Schreiber. des osteoarticulares y musculares se fue-
ron incorporando hasta el período de
entreguerras nuevos usos en afecciones
• NUEVOS CONOCIMIENTOS, dermatológicas (Beauchef), neurológicas
NUEVAS APLICACIONES: (Volpe, Pagliani, Vinaj, Schreiber, Grasset,
«LAS GENERACIONES SUCESIVAS» Onimus, Bramwel, Erb, Norstróm, Hirt),
psiquiátricas (Weir Mitchell, Strumpell,
.^K^^^HI La consideración científica del masa- Beard, Murrel), digestivas (Cerutti), car-
Mtr¿'3¡í- "\ ?1^H
UKSF^IMU je dependía, en gran medida, de la reali- diocirculatorias (Goldscheider, Lagran-
ge), ginecológicas (Thure-Brandt, Stap-
46 fer), oftalmológicas (Donders, Osio, Just,
x¡M§M^ :/*WJwk
Schreiber J. Praktische Anleitung zur Behan-
dlung durch Massage und methodische Muskelübung.
Wien: 1883. La imagen que aquí se utiliza procede de la
Abadio, Junga, Chidin, Becker, Mauthner,
<j¡¡>L
JE-^ÉSÉÉ edición francesa: Traite pratique de massage et de Hirschberg, Gradenigo, Schnabel)53.
gymnastique medícale. Paris: Octave Doin; 1884. El período de entreguerras vino mar-
47
•^^(Üi^liiiÜiiJi^HI
Su obra más popular fue Technik der Massage cado por intensas necesidades sociales
^^HL_ _
:
^^Hu!i' :~-.;. ¡WBÍa ^^Hí^lr-iíí^i&^H (citado por la traducción francesa de la segunda edi-
ción alemana, Zabludowski J.Technique du massage. derivadas de las epidemias de poliomieli-
lft|iliii:::r^|

Hkil Paris; 1904).


48
Graham D. A treatise on massage. New York: Wi-
lliam Wood; 1884 (citado por la segunda edición, de
tis y las discapacidades producidas por

51
1890). Estos estudios precoces no fueron, sin embargo,
49
Kellogg JH. The art of massage. Battle Creek: capaces de sustentar las terapéuticas de Winiwarter y,
Modern Medicine Publishing Co.; 1895 (citado por la sobre todo, el más tardío drenaje linfático manual de
cuarta edición, de 1904). Emil Vodder ante la comunidad científica que desacre-
50 ditó estas técnicas hasta fechas muy recientes.
Sobre estos aspectos véase Climent Barbera JM. 52
Historia de la rehabilitación médica. Barcelona: Edika Raspadori F, Selmi G, Rizzoli R, op. cit, p. 15-6.
53
Med; 2001. p. 79-91. Ibíd.,p.l7-9.
H Q Fundamentos de la masoterapia De friegas y masoterapia: consideraciones históricas sobre la evolución del masaje

los conflictos bélicos. Estas circunstancias and Rehabilitation en 194757. La figura tructura piramidal sanitaria. Con este fin la ciencia dignifica la denostada actividad
llevaron al desarrollo de la rehabilitación más importante en el desarrollo del ma- surgen nuevas titulaciones, nuevos reco- manual cuando sirve a los fines de la
y la terapia física, esta última como espe- saje fue la fisioterapeuta Gertrude Beard, nocimientos profesionales, para ocuparse creación de un nuevo nicho laboral. Este
cialidad médica pero también como es- creadora de nuevas técnicas rápidamente de las actividades manuales considera- afán de llevar la cientifización a los ex-
pecialización de la enfermería y, final- popularizadas58. das de rango inferior y que antes eran tremos de las técnicas de aplicación pue-
mente, profesión independiente. Si en realizadas por los cirujanos. En este pro- de encontrarse tanto en el masaje como
el Reino Unido, durante el siglo xix, fue- ceso, la Ley de Instrucción Pública de en la hidroterapia 62 . Sirvan de ejem-
ron figuras como Grosvenor o Granville • TRANSICIONES PROFESIONALES
1857 (en sus artículos 40 y 41) crea la fi- plo dos textos de los primeros años del
quienes contribuyeron a la expansión gura de practicante que vendrá a sustituir siglo xx, ambos dirigidos a la formación
del masaje, la plena institucionalización a la de ministrante (una especie de auxi- de los practicantes. José González García,
Gertrude Beard (la figura más repre-
va a producirse en esos momentos del - liar de cirugía o cirujano menor)60. Entre médico del Regimiento de Caballería de
sentativa de los nuevos profesionales pa-
siglo xx gracias a la labor de Menell o las funciones del practicante aparece la Farnesio, recoge en un libro las conferen-
ramédicos con actividad no sólo clínica,
Cyriax. James B. Menell, discípulo de del masaje, si bien en estos primeros mo- cias de carácter didáctico pronunciadas
sino también docente y, muy significati-
Championniére, fue decisivo además de mentos el escaso desarrollo científico de en 1900 y, en su visión clásica de la dieté-
vo, investigadora) testimonia un dife-
por sus escritos, por su trabajo en el hos- la masoterapia asocia sus actividades a tica, menciona algunas terapias físicas
rente reconocimiento de la comunidad las ya conocidas de rubefacción y a la
pital St. Thomas de Londres y en la Mas- (entre ellas el masaje) para concluir que
científica hacia los especialistas de las te- aplicación de medicamentos tópicos (he-
sage Training School (recuérdese su apo- «No entra en mis propósitos ni la índole
rapias manuales. Para comprender esta rencia de las fricciones con mercurio). De
yo y vinculación a la Chartered Society de estas conferencias lo permite, hacer
transformación hay que remontarse a los hecho, si se examina un texto formativo
of Massage and Medical Gymnastics) un detenido análisis de esos importantí-
cambios que se iniciaron, en el siglo XVIII, usado por los aspirantes a practicantes simos recursos, cuyo estudio y aplicación
para la adopción del masaje en centros en la formación de los cirujanos merced a
asistenciales y, especialmente, en reha- en estos primeros momentos, puede en- pertenecen indudable y exclusivamente
los Reales Colegios de Cirugía. Dotados contrarse al masaje diferenciado de las al médico»63. Por su parte, Venancio Al-
bilitación, tanto en el Reino Unido como de una mejor preparación que los pro-
en Estados Unidos54. Continuadores de fricciones e, incluso, poco reconocido en mazán, advierte de igual modo a los
pios médicos, incluso en los aspectos su utilidad61. practicantes de Sanidad de la Armada, si
esta importante escuela fueron Edgar F. teóricos, su reconocimiento social con-
Cyriax55 y su hijo James B. Cyriax, espe- Como se ha expuesto, en el último bien realiza ciertas concesiones: «El Mé-
dujo finalmente a la unificación de estos cuarto del siglo xix cambió esta aprecia- dico debe practicar el masage por sí mis-
cialista en ortopedia, quien incorporó una
estudios con los de medicina bajo un ción, aunque con un insospechado revés mo; sólo puede hacer excepción de esta
nueva técnica de masaje dirigida al lugar
único título59. profesional. La fundamentación científi- regla cuando esté seguro de la habilidad
exacto de las lesiones pero abordando la
zona transversalmente: el masaje trans- El nuevo estatus del cirujano, ahora ca del masaje llevó a que su aplicación de la persona á quien confía la maniobra,
verso profundo o fricción transversa56. médico-cirujano, precisaba de un reajus- fuese reclamada por aquellos médicos debiendo aquél vigilar constantemente el
te jerárquico para mantener la clásica es- que buscaban una especialización profe- tratamiento por este medio terapéuti-
En Estados Unidos, médicos como
sional en el campo de las terapias físicas: co»64. Entre las concesiones se encuentra
Frank Krusen tuvieron un papel decisivo 58
Beard G, Wood EC, op. cit., p. 1. el ofrecerles tres páginas explicatorias so-
en el desarrollo de la rehabilitación y las 59
El proceso fue mucho más complejo de lo que 60
Para la legislación relativa a estos profesionales bre fricciones (sencillas y fuertes o ru-
terapias físicas, con la constitución de la aquí puede citarse y en 1861 coexistían en España véase (además del citado trabajo de Albarracín): Martí-
treinta y cinco clases de profesionales sanitarios según das), malaxamientos (o amasamientos),
American Board of Physical Medicine nez Alcubilla M. Diccionario de la Administración Es-
el informe de Francisco Méndez Alvaro (Siglo Médico. pañola. 13 vols. Madrid: 1914-1930, en particular la en- percusiones (o golpeteo) y presiones, se-
1862;9:738-40). Este informe es citado en un trabajo re- trada «Practicantes, matronas y parteras», 1925;XII:
54
Mennell JB. Physical treatment by movement, comendable para quien quiera conocer más sobre esta 311-3.
manipulatipn and massage. 5th ed. London: Churchill; situación: AlbarracínTeulón A. La titulación médica en 61
62
Rodríguez Sánchez JA. Evolución de la terapéu-
España durante el siglo xix. Cuad Hist Med Esp. 1973; Marsillach y Parera J. Vade-mecum del practi-
1945. El primer capítulo, «A personal note» (p. 1-4), da tica balnearia: un espacio interdisciplinar. En: López
12:15-79. Aunque sea de forma imprecisa, pero las cante. Barcelona: 1871. En la página 298 se pueden leer
cuenta de estas actividades. Geta JA, Pinagua Espejel, JI, editores. Panorama actual
equivalencias vendrían a hacer similares a los practi- estas muy significativas líneas: «Pertenecen al grupo de
55
La mayor parte de sus artículos sobre masaje de las aguas minerales y mineromedicinales en Espa-
cantes con los ministrantes, a éstos con los cirujanos de medios capaces de producir la rubefacción el masaje, la
aparecieron recogidos en Collected papers on mecha- ña. Madrid: IGME; 2000. p. 87-103.
tercera y cuarta clase y éstos con los cirujanos sangra- flagelación, la urticación, las fricciones y el sinapismo.
no-therapeutics. London: John Bale; 1924. dores y cirujanos de pasantía, respectivamente. El títu- De estos dos últimos me he ocupado ya en la sección "González García J. Cartilla del practicante de Re-
56
Véase Rodrigo Rodríguez J, op. cit., p. 9. lo de masajista no aparece en ningún momento en el primera de esta tercera parte; de los demás nada diré, gimiento. Valladolid; 1900. p. 127.
"Véase el suplemento monográfico del cincuente- siglo xix y sólo como actividad de los profesionales ci- ya porque son muy poco usados, ya porque no exigen 64
Almazán y García VR. Manual del practicante de
tados. conocimientos especiales para su aplicación». Sanidad de la Armada. Madrid; 1904. p. 523.
nario en Arch Phys Med Rehab. 1997;78 Supl 2.
H Q Fundamentos de la masoterapia De friegas y masoterapia: consideraciones históricas sobre la evolución del masaje

gún los términos por él usados. En el dicos»67 (si bien en cumplimiento de las go estadounidense Silas Weir Mitchell, pone de manifiesto al comparar dos edi-
mismo sentido se pronunciaban los mé- indicaciones del médico) y así se especi- dirigida a combatir principalmente la ciones de un texto clásico en la formación
dicos reunidos en Lieja, en 1905, para ficaba en los programas oficiales para «neurastenia femenina» mediante el de enfermeras, el Aids to orthopaedics for
celebrar el Primer Congreso de Fisiotera- oposiciones a practicantes68. confinamiento en cama, la dieta grasa, nurses: en su edición de 1945, en el capí-
pia: de las tres conclusiones que obte- La evolución del masaje en otras par- la prohibición de la actividad intelectual tulo dedicado a la fisioterapia, se las ins-
nían, la segunda era un acuerdo contra tes del mundo también contribuía a estos y, entre otras cosas, la aplicación de ma- truía entre otra cosas sobre el masaje,
el intrusismo formulado en el sentido de cambios. Ha sido bien estudiado el caso saje para el que concibió especiales reco- pues podían encargarles que lo aplica-
que «toda práctica de Fisioterapia debe del Reino Unido, donde en el invierno de mendaciones para la formación de masa- sen; sin embargo, en la edición de 1959,
ser ejercida por los médicos, ó bajo su 1894-1895 un grupo de enfermeras y jistas (jóvenes, refinadas, encantadoras, se les explica sólo para que puedan com-
responsabilidad y comprobación inme- parteras crearon la Society of Trained amables pero firmes, suficientemente in- prender la labor del fisioterapeuta72.
diata»65. Masseuses69. Mucho tuvo que ver en su teligentes como para conversar con los En España, la orden ministerial de
No eran de la misma opinión los origen la popularización del masaje vivi- pacientes sobre temas cotidianos y capa- 26 de noviembre de 1945 (art. 7, apartado
practicantes, quienes manifestaban sus da en el Reino Unido desde la década de
ces de escribir con buena letra)70. La rea- 8) habilitaba para la profesión de masa-
reivindicaciones en términos que no los ochenta del siglo xrx, en buena medi- jista terapéutico única y exclusivamente
lidad mostró que la formación y la labor
ofrecen dudas: «[Existe una] falta de tra- da asociada a la terapéutica del neurólo- al practicante. En 1955-1956 esta figura
desempeñada por estas primeras masa-
tados que faciliten al Practicante, los 67 jistas fue trascendente en la rehabilita- sanitaria fue sustituida por la de Ayudan-
El empleo del término «paramédico», muy fre-
medios que le precisan para la amplia- cuente en el ámbito angloparlante, se usa en este ca- ción de las discapacidades generadas por te Técnico Sanitario. Un año más tarde,
ción de sus estudios, poniéndolo en pítulo conforme a lo expuesto por Larkin G.The emer-
la Primera Guerra Mundial y las epide- en 1957, se contemplaban las posibles
gence of para-medical professions. En: Bynum WF,
condiciones de poder ejercer este nú- Porter R, editors. Companion Enciclopedia of the his- mias de polio. El necesario uso de otras especializaciones de estos profesionales
mero de profesiones propias á su clase tory of medicine. Vol. II. London: Routledge; 1993.
terapias físicas acabó por transformar (Decreto 26-7-1957, BOE 23-8-1957),
y que precisamente á él le están reserva- p. 1330: una profesión paramédica es cualquier ocupa-
ción organizada en relación al trabajo médico, compar- progresivamente esta sociedad, no sin la entre las que se encontraba la Fisiotera-
das y se le deben respetar, como son, la te sus convenciones conceptuales sobre la enferme- pia (con el nombre de Ayudante en Fisio-
reticencia de quienes deseaban perma-
manipulación de masage medicinal, dad y ha conseguido (o aspira claramente) alguna terapia). Finalmente, el Real Decreto
forma legal de reconocimiento durante el siglo xx. necer como masajistas, hasta constituirse
la vacunación, depilación, manicuro, pe- Como Larkin explica, esta definición excluiría profesio- 2965/80 (BOE 19-1-1981) creó el título
como Chartered Society of Physiothe-
dicuro, etc.»66. nes con reconocimiento legal en algunos países (como de Diplomado en Fisioterapia73. Obvia-
la osteopatía en Estados Unidos) por no compartir la rapy en 194371. La forma en que surgen
En estas mismas fechas de principio concepción oficial de enfermedad. los nuevos profesionales fisioterapeutas, mente, la masoterapia forma parte del
del siglo xx la organización de la terapia h8 aprendizaje teórico y práctico que debe
La convocatoria, de tres de septiembre de 1921, a desplazando así la realización de estas
física como especialidad (en virtud de oposiciones a practicantes profesionales del ejército realizar el futuro fisioterapeuta y consti-
motiva la publicación de Arrans y Díaz LF, Álvarez An- prácticas por parte de enfermeras, se
una ecléctica convivencia en los espacios tuirá una de las habilidades más definito-
tón F. Guía del practicante. Contestaciones completas
asistenciales y de una reivindicación de al programa de oposiciones a practicantes profesiona- 70
Para la terapéutica de Silas Weir Mitchell resulta
rias de la profesión ante la sociedad.
toda nueva técnica por parte de un grupo les del Ejército, Auxiliares del Cuerpo de Sanidad Mili- muy ilustrativa la obra de una escritora sometida a este
tar. Cádiz: 1921. El tema 42 está dedicado a «Masaje. tratamiento y que reflejó en su escrito: Perkins Gilman
de médicos) se abría camino con socie- Fundamentos y resultados. Variedades y técnica para C. El empapelado amarillo. León: Universidad de • «LOS SACERDOTES PAGANOS»:
dades, congresos, revistas y docencia ofi- la aplicación de cada una de ellas» y aunque no le de- León; 1996 [edición crítica a cargo de Victoria Rosado].
cial, como en el caso de la cátedra de Joa- dica excesiva atención, el masaje es considerado trata- 71 EN EL FILO DE LA ORTODOXIA
miento de elección en diversos capítulos al tratar de di- Han sido bien estudiadas las circunstancias ge-
quín Decref en la Universidad Central. ferentes lesiones y, en particular, de esguinces. Sobre neradoras de las especialidades médicas de rehabili-
tación y ortopedia. Sin embargo, en esos trabajos El reconocimiento científico y la regu-
En la medida en que la especialidad mé- este aspecto de las nuevas técnicas delegadas véase
apenas existen menciones a las profesiones paramé-
Climent JM, Ballester R. Los vínculos entre tecnología y lación del ejercicio profesional suponen
dica se consolidaba, la aplicación de las práctica especializada en rehabilitación: el modelo de dicas que surgen de forma simultánea. Cabe destacar
técnicas manuales volvía al área de com- la tecnología gimnástica en la España del siglo xix. aquí las aportaciones presentes en: MacDonald EM. una garantía para los pacientes y tam-
Dynamis. 2003;23:269-306. World-Wide Conquests of Disabilities. London: Bai-
petencias de los profesionales «paramé - lliére Tindall; 1981 (especial atención al capítulo
69 72
Existen dos buenos estudios sobre esta sociedad: 10 sobre la creación de profesiones paramédicas, Waller B. Aids to orthopaedics for nurses. Lon-
Wicksteed JH.The growth of a profesión. London: Ed- p. 166-90); Gritzer G, Arluke A. The making of rehabi- don: Bailliére Tindall and Cox; 1945. p. 169-79. p. 170;
65
El Nuevo Mundo, 12-10-1905. ward Arnold; 1948, y Barclay J. In good hands. Oxford: litation: a political economy of medical specialization Davies WT. Aids to orthopaedics for nurses. London:
66
Turón Carré J. Tratado del Profesor Pedi-mani- Butterworth-Heinemann; 1994. Para Estados Unidos 1890-1980. Berkeley: University of California; 1985; Bailliére Tindall and Cox; 1959. p. 305-315. p. 305.
curo. Cirugía menor, belleza y masaje. Barcelona; 1914. puede consultarse Murphy W. Healing the genera- Martyr P. The professional development of rehabili- 73
Igual Camacho C, Muñoz Díaz E, Aramburu de
p. 2. La cursiva es del autor para subrayar esa reclama- tions: A history of physical therapy and the American' tation in Australia, 1870-1981. University of Western Vega C. Fisioterapia general: Cinesiterapia. Madrid:
ción. PhysicalTherapy Association. Lyme: APTA; 1995. Australia; 1995 [tesis]. Síntesis; 1996. p. 23-30.
•mi Fundamentos de la masoterapia De friegas y masoterapia: consideraciones históricas sobre la evolución del masaje

bien para los fisioterapeutas frente al in- rar la salud, aunque los de fuerte impron- Lief se produce en la confluencia de téc- reputados médicos/gurús como Deepak
trusismo. Sin embargo, existen difusos y ta religiosa, como el kneippismo, no ceja- nicas de masaje hindúes y la quiropra- Chopra78. Las formas de masaje proce-
cambiantes límites respecto a la valida- ron en su condena a estas prácticas75. xia77. dentes de Extremo Oriente, en particular
ción científica de muchas de las técnicas Estados Unidos ofrecía unas particu- En la década de los años sesenta del si- las de digitopresión, también gozan de
de masaje -o a él vinculadas- que se han lares características que permitieron el glo xx, el cambio cultural (llamado «con- gran estima: el an-mo popular y el tui-na
desarrollado en el último siglo y medio. éxito de las medicinas no oficiales y, es- tracultura») crítico hacia el etnocentrismo chinos, el do-in (automasaje) y el shiatsu
El hecho de que determinadas técnicas pecialmente, de aquellas basadas en las y reivindicados de los saberes populares, japonés (descrito por primera vez porTa-
reflexoterápicas sean aplicadas por fisio- manipulaciones. La quiropraxia (de Da- permitió la difusión de las etnomedicinas mai Tempaku en 1919, reformulado al
terapeutas titulados, no les da mayor (ni niel David Palmer) y la osteopatía (de (especialmente las orientales, de India y amparo de la quiropraxia por Takujiro
menor) validez que la homeopatía admi- AndrewTaylor Still) se convirtieron en China) y la resurrección de formas de Namikoshi en los años cuarenta y con la
nistrada por un médico ante el tribunal dos movimientos alternativos de rápida medicina naturista ancladas en el ga- rama disidente del Shiatsu Zen de Shizu-
de la ciencia oficial. La ciencia ha cedi- difusión por todo el mundo76. Estas ver- lenismo popular. Este éxito sólo es jus- to Masunaga desde los setenta) trabajan
do frecuentemente ante planteamientos tebroterapias, difícilmente asumibles por tificable por circunstancias como la ex- sobre una forma de energía (ki) que se
creenciales tanto para adoptar como para la ciencia ortodoxa en sus planteamien- cesiva tecnificación en detrimento de la transmitiría por lo que describen como
desacreditar diferentes formas de curar y tos iniciales, desarrollaron técnicas ob- relación médico/paciente, la despersona- canales o meridianos, si bien no son los
la implantación de estas terapias ha res- viamente emparentadas con otras formas lización del enfermo, la polifarmacia y mismos para Masunaga que para Nami-
pondido con frecuencia a una previa de- de manipulaciones y enriquecieron algu- consecuente iatrogenia, los resultados koshi.
manda social en vez de a un inquisitivo nos aspectos del masaje tradicional: la li- poco satisfactorios en algunas enferme- En Occidente, a pesar de los múltiples
interés científico74. beración miofascial de Robert Ward pro- dades, la prevalencia de intereses poco trabajos publicados, tampoco se asumen
Como queda dicho, la falta de con- viene de la interacción entre osteopatía y éticos en crisis como la generada por el desde la oficialidad todos los presupues-
la terapia postural de Ida Rolf, mientras sida, etc. Son elementos que han propi- tos de la reflexoterapia. Sustentados por
fianza hacia la medicina oficial a media-
que la técnica neuromuscular de Stanley ciado un cuestionamiento de la confian- las teorías de Head y Mackenzie sobre
dos del siglo xix originó el resurgir de un
za acrítica en el sistema sanitario hege- las relaciones entre órganos enfermos y
buen número de empíricos creadores de
mónico y del que se han valido «falsos zonas de piel o músculos y la terapia zo-
terapias con elementos naturales que go- 75
La obra de Sebastian Kneipp tuvo una difu- profetas» para promover acercamientos nal de Fitzgerald, plantearían -según el
zaron del favor social. Si bien muchos de sión muy superior a la de cualquier otra de temática
alternativa o higiénica, especialmente en los ámbitos creenciales, y carentes de perspectiva, tipo de terapia- la existencia de zonas
estos movimientos fueron integrados en de influencia católica. Por eso hay que destacar que hacia algunas terapias no oficiales. Es in-
el corpus médico oficial, otros mantuvie- desde su primera obra hizo constar que «las frotacio- del organismo (pie, mano, lengua, etc.)
nes, ya se hagan por medio de cepillos, con la mano cuestionable la necesidad y los beneficios en las que estaría representado todo el
ron su carácter antialopático. El masaje que se derivan de una aproximación in-
también formó parte de algunos de los
o por otro procedimiento, quedan proscritas en mi
sistema hidroterápico» (Método de hidroterapia. Ma-
cuerpo79. La manipulación de estas zo-
drid; 1893. p. 23). En Mi testamento (Barcelona, 1900,
tercultural desprejuiciada, pero sin dejar nas permitiría establecer diagnósticos y
tratamientos extraoficiales. Así, un buen 3.a ed., p. 115) «condena expresamente» el masaje, de tener presente que las diferencias, cla-
número de tendencias y grupos dentro produciría efectos terapéuticos a distan-
amasamiento o malaxación mediante terroríficas his- ramente objetivables, en el estado de sa-
torias (enfermos con más de cincuenta tumores y úl- cia. Entre sus modalidades se pueden ci-
del movimiento naturista hicieron del lud de grupos distintos (en lo geográfico,
ceras provocadas por el masaje). Tras estas recomen- tar como las más conocidas la reflexote-
masaje un importante pilar para recupe- daciones de Kneipp suele encontrarse siempre una cultural, económico, etc.) también obe-
consigna moralizante (Rodríguez Sánchez JA. Mora-
rapia podal (de Eunice Ingham) y la
lismo higiénico: la terapéutica del abate Kneipp y su decen a las aportaciones de la ciencia quirorreflexología. Su concepción, al
74
También es difícil, desde la perspectiva del his- introducción en España. En: Montiel L, Porras I, edi- «oficial» y a la eficiencia de los sistemas
toriador de la ciencia, establecer criterios para contem- igual que la de la iridología (de Felke) o la
tores. De la responsabilidad individual a la culpabili- de sanidad pública.
plar en tan breve espacio las terapéuticas que pueden zación de la víctima. Madrid: Doce Calles; 1997. auriculoterapia (de Nogier), no puede
considerarse no oficiales. Para tales criterios véase Ro-
dríguez Sánchez JA. Medicinas alternativas en drogo-
p. 33-54). Desde Oriente, y con escala en Esta- sustraerse de las primitivas relaciones
dependencias y SIDA, loe. cit. Respecto a las técnicas
76
Existe una extensa bibliografía sobre osteopatía y dos Unidos, ha llegado el Ayurveda, del hombre-universo, microcosmos-macro-
no oficiales de masaje se utiliza como referencia, en lo quiropraxia, contando esta última con una publicación
fundamental, el número monográfico de Phys Med periódica especializada en su historia. Por eso el autor
que ya se habló al iniciar este capítulo,
Rehabil. 1999;I0(3), dedicado a «Complementary the- de este capítulo se limitará a citar una obra de conjun- difundido por instituciones como la Ma- 78
Jütte R. Geschichte der Alternativen Medizin.
rapies in physical medicine and rehabilitation». De es- to que permite obtener una perspectiva sobre su sig- harishi's International University o por München: Beck; 1996. p. 274-80.
pecial interés resulta el artículo de Braverman DL, nificado en la cultura estadounidense: Whorton JC. 79
En España no se puede olvidar la singularidad de
Schulman RA. Massage techniques in Rehabilitation Nature Cures: the history of alternative medicine in
la reflexoterapia endonasal del trigémino mediante
Medicine; p. 631-49. America. New York: Oxford University; 2002. Rodrigo Rodríguez J, op. cit., p. 9. galvanocauterio ideada por el Dr. Asuero.
De friegas y masoterapia: consideraciones históricas sobre la evolución del masaje
^E£l Fundamentos de la masoterapia

grupos de profesionales sanitarios (prac- Boigey M. Manual de masaje. 3.a ed. Barcelona:
cosmos, defendidas en Occidente, por «sistemas terapéuticos de trabajo cor- Toray-Masson; 1967.
ejemplo, por las melothesias zodiacales o poral» en los que se incluiría el/los ma- ticantes) a quienes, como en el caso del
Braverman DL, Schulman RA. Massage techni-
por autores entre los que destacarían Pa- saje/s, pero también terapias en las que masaje, tradicionalmente correspondían.
ques in rehabilitation medicine. Phys Med
racelso o Mesmer. no llega a existir contacto físico con el Las discapacidades producidas por las Rehab. 1999;10:631-49.
La aromaterapia, cimentada por Mar- paciente (toque terapéutico, reiki), aun- guerras mundiales y las epidemias de Caballé Lancry C. Historia de un masaje. Med
guerite Maury, tiene pilares indiscutibles que existirían unas indefinidas energías polio convirtieron el masaje y las restan- Esp. 1961;46:299-310.
tes terapias físicas en necesidades para Caballé Lancry C, Zaragoza Rubira JR. Bernardi-
para su efectividad: el masaje y las pro- imponderables que inevitablemente re- no Gómez Miedes iniciador de las técnicas
piedades de los aceites esenciales. Los miten a esos saludadores, ensalmado- una sociedad progresivamente sensibili-
de automasaje. Med Esp. 1969;61:175-8.
efectos posteriores de los aromas son res y demás profanos recordados por zada con el concepto de rehabilitación. Calvert RN.The History of Massage: an illustra-
producidos por la inducción del recuer- Delgrás como origen de la profesión de Los profesionales paramédicos asumie- ted survey from around the world. Roches-
do físico de ese estado provocado du- masajista82. ron estas nuevas funciones, reconocidas ter:HealingArts;2002.
inicialmente como especialización de los Championniére JL. Traitement des fractures par
rante el masaje. Por supuesto, nada que le massage et la mobilisation. Paris: Rueff et
pueda relacionarse con la fraudulenta cuidados y más adelante como profesión
Cié.; 1895.
publicidad de los más caros ambienta- autónoma en su formación y reconoci- Climent Barbera JM. Historia de la Rehabilita-
• REFLEXIONES FINALES
dores. miento legal con el título de fisiotera- ción Médica. Barcelona: Edika Med; 2001.
peuta. El masaje terapéutico quedaba así Climent JM, Ballester R. Los vínculos entre tec-
Con patente de origen española debe Hasta la época contemporánea, el nología y práctica especializada en rehabili-
fuera de las competencias de médicos o
reseñarse el quiromasaje de Vicente Fe- masaje en Occidente se vinculó funda- tación: el modelo de la tecnología gimnásti-
enfermeros, de educadores físicos o de
rrándiz. Ensalzado por sus seguidores, mentalmente a las prácticas dirigidas a la ca en la España del siglo xix. Dynamis. 2003;
alternativos voluntariosos, y se reconocía 23:269-306.
los estudiosos del naturismo español preservación de la salud. Su uso como
como actividad propia de esta profesión. Coulter JS. Physical Therapy. New York: Paul B
han mostrado que existieron no pocas terapia fue muy limitado y quedó relega-
Hoeber; 1932.
sombras tanto en sus delitos de intrusis- do a los quehaceres de cirujanos meno- Cyriax EF. Collected papers on mechano-thera-
mo -cuando era practicante- como en res y algebristas, si bien su empleo por BIBLIOGRAFÍA GENERAL peutics. London: John Bale; 1924.
la adaptación de sus teorías a las necesi- curanderos o por mujeres (que aplicaban Daily E. Manipullations thérapeutiques. En: De-
dades de los convulsos tiempos que vi- unciones mercuriales en la sífilis) fue Albarracín Teulón A. La titulación médica en Es- chambre A, Lereboullet L, editores. Diction-
paña durante el siglo xix. Cuadernos de His- naire encyclopédique des sciences medica-
vió80. En cualquier caso, si bien sus prác- mucho más popular. La búsqueda de un
toria de la Medicina Española. 1973;12: les. Paris: Masson; 1889. p. 565-97.
ticas de masaje podrían ser fácilmente empirismo naturalista durante la Ilustra- 15-79. Davies WT. Aids to Orthopaedics for Nurses.
asumidas, elementos como la quiroman- ción y el regreso a las bases hipocráticas Almazán y García VR. Manual del practicante London: Bailliére Tindall and Cox; 1959.
cia o el empleo de un péndulo denomi- en la primera mitad del siglo xix auspi- de Sanidad de la Armada. Madrid; 1904. Decref y Ruiz J. Kinesiterapia. Madrid: Romo;
nado radiquiro ofrecen perspectivas poco ciaron el desarrollo de terapias con ele- Arrans y Díaz LF, Álvarez Antón F. Guía del 1914.
practicante. Contestaciones completas al Delgrás M. Nuevo método de curar las enferme-
defendibles81. mentos naturales, demostrada su efec-
programa de oposiciones a practicantes pro- dades por medio de las frotaciones y soba-
La ausencia de unos criterios homo- tividad y aceptación social a través de fesionales del Ejército, Auxiliares del Cuerpo mientos. Boletín de Medicina, Cirugía y Far-
géneos para determinar dónde empieza movimientos liderados por empíricos. En de Sanidad Militar. Cádiz; 1921. macia (Cuarta serie). 1853;3:3-4.
un masaje terapéutico científico o una el último tercio del siglo se aplicó el mé- Artetxe A. Historia de la medicina naturista es- Estradére JDJ. Du massage, son historique, ses
todo científico al estudio del masaje, se pañola. Madrid: Triacastela; 2000. manipulations, ses effets physiologiques
esotérica práctica creencial (en las últi-
incorporó a las indicaciones terapéuticas Ballano A. Diccionario de Medicina y Cirugía. et thérapeutiques. Paris: Adrien Delahayes;
mas décadas con pretendidos orígenes Madrid: Imprenta Real; 1805-1807. 1863.
en ancestrales técnicas orientales) se y fue reivindicado como parte relevan- Barclay J. In good hands. Oxford: Butterworth Ferrándiz VL. Quiromasaje. Primer curso. Bar-
pone de manifiesto cuando publicacio- te de nuevas especialidades médicas. Heinemann; 1994. celona; 1961.
nes periódicas prestigiosas hablan de Una vez constituidas estas ramificacio- Beard G, Wood EC. Masaje. Principios y técnicas. Ferrándiz VL. Quiromasaje. Segundo curso. Bar-
nes laborales, se produjo un traspaso México: Interamericana; 1966. celona; 1962.
de competencias, técnicas y tecnolo- Berryman JW.-Exercise and the medical tradi- Ferrándiz VL. El poder Técnico-Mental del Qui-
80
Artetxe A. Historia de la medicina naturista es- tion from Hipócrates through antebellum romasaje con Radiquiro. Barcelona: Cedel;
pañola. Madrid: Triacastela; 2000. p. 159-63. gías de los médicos especialistas a los America: A review essay. En: Berryman JW, 1976.
81
Ferrándiz VL. Quiromasaje. Primer curso. Barce- Park RJ, editors. Sport and Exercise Science: García Ballester L. Introducción general. En: Ga-
lona: 1961; Quiromasaje. Segundo curso. Barcelona: essays in the history of sports medicine. Chi- leno. Sobre la localización de las enfermeda-
82
1962; El poder Técnico-Mental del Quiromasaje con McPartland J, Miller B. Bodyworks therapy sys- cago: University of Illinois; 1992. p. 1-56. des. Madrid: Gredos; 1997. p. 7-86.
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