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La pregunta sobre si existe un modo de ser costeño continuo y abierto conflicto con un sistema o un
se podría responder con un rotundo sí, fruto del subsistema y en activa cooperación con otro. Esta
sentimiento provinciano, producto de una rebeldía última idea tomada de A.F.C. Wallace 2, es
nacida también del sentimiento de la tierra olvidada, esencial para entender el tipo de organización
no tanto la costanera, sino más bien la riberana de sociocultural propio del modo de ser costeño
los ancestrales ríos Magdalena, Cesar, San Jorge, contrapuesto al modo de ser andino.
Cauca y Sinú, para mencionar sólo aquellos que se
filtran notoriamente en las depresiones y sabanas
en donde terminan las cordilleras del sur, especie
de signo geográfico que determina la denominación
común de región costeña y que diferencia al
altiplano andino y al poblado interiorano de estas
zonas inundables y cenagosas que llegan hasta el
inconmensurable mar que nos define.
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Tenemos así que con la confluencia de las razas te rindió un informe don Antonio de Herrera ante el
confunden bajo la denominación de lo que hoy Consejo de Indias. Las expresiones eran las justas
llamamos latino, las sangres indígena, hispánica y para un exorcismo: que eran sodomitas, idólatras y
africana. El resultado es la cultura plural del Caribe caníbales; que eran inconstantes; no guardaban fe
Colombiano, que en términos abreviados se conoce ni orden ni guardaban lealtad maridos y mujeres ni
como cultura mestiza y que para nuestro propósito mujeres y maridos, que no tenían barbas y si les
no es otra cosa que el producto del concubinato nacían se las arrancaban. Pero el tiempo de la
cultural de las tres razas, fenómeno único en la acomodación pasó dejando sus huellas indelebles
Costa Atlántica colombiana. hasta que la actitud del dejar pasar se fue
imponiendo aun en aquellos que parecían menos
Esa misma cultura fue posteriormente predispuestos a ello: los grandes nombres como
desplegándose o concentrándose con las los Mier, los Torre Hoyos, los Santa Coa se fueron
corrientes inmigratorias. En los pueblos del río metiendo en esa inercia del dejamiento vital que
Magdalena se oyen leyendas de italianos erróneamente algunos criollos siguen interpretando
profesores de piano, se identifica al turco vendedor como apatía, desinterés o incapacidad. Lo que
de telas y se recuerda, como en una especie de pasa es que no heredamos por ninguna parte la
síntesis de europeos aventureros al “judío errante”. culpabilidad calvinista, ni el sentido de
Yo lo vi pasar, y con eso digo todo. predestinación luterano para hacer fortuna como
preludio del paraíso eterno, ni el afán helvético del
El modo de ser costeño está determinado, pues, reloj.
por un entrecruzamiento racial, lingüístico y cultural
con sus características propias: hasta en los más No hay que mirar ese sentimiento vital del tiempo
recónditos y lejanos pueblos del sur de Sucre se que pasa, sin “menearlo”, con una óptica pesimista
puede encontrar la misma inclinación al universal y negativa; “Se trata de un sentido de adaptación
personaje que resulta de las incesantes corrientes realista al ritmo de los procesos normales de la
migratorias. El gitano Melquíades es una invención vida del río y del ambiente tropical... Se debe
popular más que novelesca. originalmente a la certeza de que la feracidad de la
tierra, la plenitud de los caños y la abundante caza
El criterio del entrelazamiento de razas no es el no dejará pasar hambre o ninguna necesidad
único. Tampoco lo es el de la confluencia de básica. Es, en cierto modo, vivir y dejar vivir”. 12.
culturas. Pero si son el punto de arranque de una
dinámica del mestizaje que, vista en su despliegue Todo eso nos puede escandalizar de pronto. Pero
histórico, le fue dando forma al modo de ser se dice en “América una equivocación”. “Sedienta
costeño. Es cierto que la sangre seguía de trabajo y amor”, para definir al grupo cultural del
renovándose al compás del amor libre -con lo cual Brasil. Válido también para las ciudades y pueblos
quedó la región costeña marcada con un sello de la Costa si no hubiera una concentración de los
imperecedero, una especie de fatun tropical sin poderes centrales. El modo de ser costeño está
tragedia-. Todo empezó con el amancebamiento: marcado por esa inercia histórica que no le impide
“Los más de los españoles vivían amancebados levantarse de la hamaca para entablar una guerra
con las indias: se deban el lujo de poseer varias a de mil días, atravesar a palo seco una región
la manera de los caciques...”, anota Fray Severino plagada de mosquitos, descuartizar terneros y
de Santa Teresa 11. La historia india precolombina comerse de un tirón siete platos de sancocho para
le quedó gustando a los españoles: El marqués volver a dormita en la hamaca. Es una concepción
Juan Bautista de Mier y la Torre -uno de los merece analizarse, no con espíritu de ejecutivo
apellidos más sobresalientes- admitió que había sino con la conciencia histórica de un destino
tenido siete hijos naturales en la región de geográfico que es rico y abundante en recursos
Mompox. Se diría que los cansados españoles del para volver a recuperar lo que perdimos.
Viejo Mundo se dieron a buscar sangre fresca: con
indias, con mulatas, con negras, y mulatos con La confluencia de las razas definió desde los
zambos, y el cuarterón con el quinterón y tente-en- orígenes un sentido de participación social, de la
el-aire y salto-atrás. Aquello era una fiesta de la acción comunitaria que se refleja desde el simple
sexualidad que ha sido tradicionalmente entre los gesto de compartir los domingos una partida de
costeños un asunto sin problemas ni siquiera en el dominó hasta ese marcado a imborrable
aspecto social jerárquico. sentimiento del “ñerismo”. A lo anterior, se añade, a
otro nivel, el de la parentela tan compleja en la
El asunto había comenzado mal porque en 1504 estructura de queridas, hijastros, entenados, hijos
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adoptivos, hermanos de padre y hermanos de de ser costeño se le puede calificar de sistema de
madre, tías honorarias y la invulnerable y sólida una cultura flexible. Una definición que no tiene
estructura del “compadre”. ninguna pretensión didáctica.
Este sistema amplio de solidaridad y apoyo que se Con ello no he pretendido abarcar la complejidad
encuentra en las estructuras mencionadas del urbana de la actualidad que ha trastocado estos
“amor libre”, el “ñerismo” y el compadrazgo, modelos o sistemas y que merece un estudio
precede en su más honda historicidad del aparte que no es objeto de este breve esbozo.
sentimiento de grupo indio anterior a la conquista.
Virginia Gutiérrez de Pineda señala con lujo de NOTAS
detalles históricos estas tradiciones en su libro “La
Familia en Colombia” (12). El individuo siente un 1. CABALLERO, Enrique, América, una
respaldo a través de ese sistema descrito, un equivocación. Ed. Hispana, Bogotá 1978. Pág. 277.
respaldo que lo acompaña desde que nace hasta la
muerte, pasando por los rituales del matrimonio, el 2) WALLACE. A.F.C. Cultura y personalidad,
amancebamiento, la desgracia y la agresión. Si Paidós. Buenos Aires. 1963. Pág. 41.
bien hay elementos comunes con otros
subsistemas culturales colombianos, la tradici6n 3) LOPEZ DE MESA, Luis. De cómo se ha formado
socio-cultural costeña se caracteriza por la la nación colombiana.
flexibilidad que le imprime a esa solidaridad,
producto de su actitud vital que Fals Borda describe 4) CABALLERO, Op. cit, Pág. 262.
como “la naturaleza anti-solemne, alegre, franca,
5) HEGEL, G.F. Lecciones sobre la filosofía de la
directa y ruidosa del Costeño”. Un velorio costeño
Historia Universal.
en los pueblos del Magdalena es un suceso que
invita a la solidaridad, aparentemente festiva, pero
6) FALS BORDA, ORLANDO, Mompox y Loba,
que es en el fondo la manifestación nada trágica ni
Historia doble de la Costa. Carlos Valencia. Bogotá
solemne del destino común de la muerte tomada
1980. Pág. 198.
como un descanso natural. Lo mismo puede
decirse del sentimiento de la igualdad que subyace 7) Ibid. Pág. 448.
en la solidaridad común del costeño. Cuando aquí
se le dice “señor” a alguien nadie se fija en el color 8) CARPENTlER, Alejo, El Arpa y la Sombra,
de la piel ni en la jerarquía social: se saluda así a la siglo XXI. Mexico. 1980. Pág. 133.
persona intuida tropicalmente y sin los
alambicamientos de las abstracciones tomistas de 9) FALS BORDA, Op. cit. Pág. 454.
la materia y la forma de un ente racional ni tampoco
con las categorías del señorío feudal. 10) CABALLERO, E. Op. cit. Pág. 256-257.
A todo ese conjunto de actitudes vitales, de franco 11) SANTA TERESA, Fray Severino de. Historia
mirar a la vida, de naturalidad en el documentada de la Iglesia de Urabá y el Darién,
comportamiento, aun en aquellos aspectos mirados vol. II, Pág. 283.
como nefandos en otras culturas, impregnado ese
sistema por la música, el fandango, lo 12) GUTIÉRREZ DE PINEDA, Virginia, La Familia
“carnavalesco”, lo lúdico, que caracterizan el modo en Colombia. Iquelma. Bogotá. 1963. Pág. 40 y ss.
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