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Poesía, doctrina y experiencia místicas en San Juan de la Cruz

Author(s): JOSÉ LUIS L. ARANGUREN


Source: El Ciervo, Año 40, No. 485/486 (AGOSTO-SEPTIEMBRE 1991), pp. 3-4
Published by: El Ciervo 96, S.A.
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/40815922
Accessed: 15-05-2017 16:01 UTC

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Poesia, doctrina y experiência
místicas en San Juan de Ia Cruz
JOSÉ LUIS L. ARANGUREN
es nada sensual pêro, si, hondamente eró- Io que dejan de comunicamos, Io que poe-
tico en su transposición poética: es ai mo- ticamente silencian- cada uno de estos
van a estudiar aqui, en este Ho-vimiento dei verso y al tempo del poema poemas. Hemos visto que el Cântico es el
menaje, Ias obras de San Juan de a los que se confia Ia "descripción" dei acto canto de Ia acción erótica. En la Llama, por
Ia Cruz y, sin duda, muy en espe-amoroso. Y que en su tiempo también se el contrario, no hay acción alguna. iPor
cial, sus três poemas Ia Noche oscura, leyó
el así queda fuera de duda trás Ia mo- qué? En la secuencia del proceso amo-
dificación de su ordenamiento en la se-
Cântico espiritual y la Llama de amor viva. roso, la Llama recorta y retiene unicamen-
Y, que yo sepa, fue Jorge Guillen el pri- gunda version. (El desposorio ténia que te el instante dei éxtasis puro, el clímax,
mero en abordar estos textos directamen- preceder a Ia unión y no se podia ni men- Ia culminación. Por eso es tan breve, y por
te, considerándolos como poemas "exen- cionar el lecho sino después de celebrado eso consiste en pura exclamación, en rap-
tos" de una religiosa y mística experiência, el matrimonio.) to de amor, en el cual Ia canción última,
que no se trata de descartar sino, simple- También Ia Noche oscura y la Llama de sin salir de él, amansa el ímpetu y permite
mente, de posponer a una lectura literal. amor viva son, en una lectura exenta, poe- acabar el poema sin la sensación de
Ahora bien, para quien se mantenga en mas eróticos. Pêro así como en el Cântico abrupta interrupción.
tal posición, el Cântico espiritual suena a Ia imagen que Io senorea todo, el símbolo Si volvemos ahora por un momento ai
otro bien sabido poema, el bíblico Cantar sin más (en la medida en que puede serio: Cântico, a Ia luz de su símbolo configu-
de los cantares, que en principio, según veremos en seguida Io que quiero decir) rador, precisamente ai Negar ai instante de
los exegetas, habrá cantado el amor hu- es el éxtasis erótico mismo, ahora los sím- Ia unión, Ia estrofa 12, nos quedamos per-
mano de los esposos y que, por muy tem- bolos son, respectivamente, Ia Noche y la plejos. Sus palabras nos suenan extranas,
prana transposición, habría simbolizado Ia Llama. Noche, Unión erótica y Llama en la no son las que, en este momento, espe-
relación de Yahvé con Israel y luego de poesia, Subida y Desierto adernas, en la raríamos de dos amantes, y parecen estar
Cristo con la Iglesia. Pêro, a Ia vez que Ia doctrina, son los símbolos del mensaje diciendo que allí se trata de "otra cosa",
semejanza, se percibe en seguida que, en sanjuanista. De todos ellos el más profun- otra cosa que todavia, en una lectura
cuanto a Ia estructura general, el Esposo do, por Ia original y originaria intensidad exenta, no podemos imaginar cuál sea. O,
habla más en el Cantar que en el Cântico, con que aparece vivido, es el de Ia Noche. dicho de otro modo, tal momento de ex-
que el Coro ha desaparecido y que el ca- Sin duda ello contribuye decisivamente a traneza nos hace sospechar que el sím-
rácter intimista de este contrasta con la que Ia Noche oscura sea el mejor de los bolo erótico solo imperfecta, insuficiente-
celebración ceremonial, comunitária, de los poemas para el gusto de muchos y para mente, responde a Ia misteriosa
amores dei Rey en el Cantar. el mio. experiência que allí ha tenido lugar. Otros
Si de Ia estructura general pasamos a versos dei poema nos confirman en la mis-
Ia lectura en detalle, Ias diferencias se ha- ma sospecha de que estamos ante un
cen aún más visibles. El Cantares un poe- Comunican y silencian "mistério", y de que no se está hablando,
ma oriental, Ileno de sensualidad: perfu- sin más, de Io que nos parecia, de humano
mes de Ias más diversas espécies, Ia Miremos un poco más despacio Io que
amor.

naturaleza en toda su voluptuosidad, los nos comunican -y por su lado en sombra, En la Noche, por el contrario, se da per-
ojos, los cabellos, los lábios, el cuello de fecta adecuación entre el mensaje dei poe-
Ia esposa, sus senos, su vientre, su om- ma y su símbolo, entre Ia comunicación y
bligo, también los encantos dei esposo, y Io comunicado. Es verdad que todavia no
el vino, los aromas de Ias plantas, Ia leche podemos entender, ni mucho menos, todo
y Ia miei, los cedros y cipreses, Ias tórtolas Io que significa "noche" en San Juan de Ia
y Ias palomas, los ciervos y Ias gacelas, Cruz. Pêro no importa e incluso poetica-
Ias sesenta reinas, Ias ochenta concubinas mente más vale así. En la Noche sale la
y las incontables muchachas dei rey, todo amante, a oscuras, sin otra luz sino Ia que
ello en ambiente cargado de exceso me- en el corazón ardia, en la Noche sube
tafórico. A Ia vez Ia sensación que nos da adonde le espera quien ella bien se sabia,
Ia lectura es puramente plástica, un es- en la Noche se juntan el amado y la amada.
plêndido cuadro, un poema en el que no Después todo se duerme en la Noche y
pasa nada. En contraste con el Cantar, el Ella, la Noche, hace césar el cuidado, entre
Cântico es un poema desnudo y, como ve- Ias azucenas olvidado.
remos, mucho más simbólico que meta- Como acabo de reconocer, no enten-
fórico. Y, sobre todo, poema en el que hay demos el poema (ya tendremos tiempo de
acción, un acontecimiento dramático. <,En hacerlo). Pero su mistério es diferente de
qué consiste este? (Recordemos que, por José Luis L. Aranguren. Ha sido ca- aquél con que nos tropezábamos en el
el momento, se trata de una lectura direc- tedrático de Ética y Sociologia de Ia Cântico. El mistério dei Cântico residia en
ta). Universidad Complutense. Profesor que su símbolo parecia no ser perfecta-
El "argumento", Ia "acción" dei Cântico emérito de Ia Universidad de Cali- mente adecuado. El mistério de Ia Noche
es Ia consumación de Ia unión amorosa, fornia en Santa Bárbara. Autor entre reside en su símbolo mismo. Sentimos que
enteramente narrada. El Cantar de los can- otras muchas obras de Ética y Es- la palabra "Noche" es su clave. Sentimos,
tares era, acabamos de decir, un poema túdios literários. para decirlo con aquel otro poema, que
sobrecargadamente sensual. El Cântico no "aunque es de noche" significa "porque es

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de noche". Presentimos que quizás todo Sabemos por el propio Cântico espiri- estados anímicos propícios a Ia oración sin
el Camino e incluso Ia aparente "Hegada" tual que, si no las Canciones mismas, su palabras, puramente espiritual, ai fervor y
ha de recorrerse en plena Noche. La No- "declaración" fue compuesta a petición de al "cântico", a cantar el amor de Dios... Para
che envuelve el poema y nos envuelve a Ia madre Anna de Jesus, priora de Ias Io que no sirve, solo como impulso, es para
nosotros, sus lectores. Todo acontece de Descalças de Sant Joseph" de Beas, Ia más ensenar el camino (y Ia mística es tanto,
noche. Eso es cuanto nos dice el poema. importante y querida discípula de San Juan por Io menos, "camino" o búsqueda, como
No es poço. No es todo. de Ia Cruz. La Subida dei Monte Carmelo "posada" o encuentro). El camino, Ia via
fue escrita por habérselo pedido ai Santo nos son ensenados por Ia doctrina o "pe-
sus hermanos en Religion. Y la declaración dagogia" mística. Y he aqui una segunda
de las Canciones de la Llama de amor viva razón por Ia cual Ia poesia no es el len-
No fueron publicados se hizo a petición de "la muy noble y devota guaje de Ia mística. Por extrano que pa-
senora" dona Ana de Penalosa. Es decir rezca, también Ia prosa es lenguaje de Ia
Desandemos pues Io andado, volvamos que, salvo casos excepcionales, como este mística. Se descubre así, a través de su
atrás. Nosotros podemos y, aun cuando último, de personas sumamente allegadas dualidad, Ia unidad profunda, aunque rota,
no sea más que una primera etapa, de- a la Orden, aunque formalmente no per- poesía-comentario. Las obras de San Juan
bemos considerar Ia Noche oscura, el teneciese a ella, San Juan de la Cruz de noIa Cruz no consisten ni en poemas ni
Cântico espiritual y la Llama de amor viva se dirige a quienes moran en el siglo, pues
en tratados de teologia mística, sino en ese
como poemas "exentos", pêro San Juan,eso concieme a la piedad común, sinogénero a único que es el poema-con-su-co-
de Ia Cruz es seguro que en ningún mo- sus discípulos y, particularmente, a sus mentario. La relación entre uno y otro es
mento los considero así. Durante su vida circular. Una primera lectura dei poema
discípulas, a las aimas que sienten anhelos
no fueron publicados ni se le pasó tal cosa de union con Dios. cumple Ia función de crear el ambiente
por la cabeza a su autor. Más aún: pro- adecuado: un ambiente poético o, si se
Así pues, si la Reforma Carmelita fue ya
bablemente San Juan de Ia Cruz no se "vio" en si misma una "secta", en el sentido po-
quiere, "místico", en el sentido de miste-
siquiera a si mismo como Poeta, así, con sitivo y enriquecedor, no en el negativorioso
y y trascendente, pêro aún inconcreto,
mayúscula, y mucho menos como el poeta oscuramente presentido. De él se ha de
separatista de su común acepción, el res-
más grande de Ias letras castellanas, que tringido círculo de San Juan de la Cruz pasar ai comentário. Este se va haciendo
es Io que, para muchos, ha Ilegado a ser. constituyó una secta dentro de la secta verso
o, por verso. Doctrinalmente, el co-
Decíamos arriba que no se encuentran como diríamos hoy, una "comunidad mentário de es mucho más amplio y preciso
apenas metáforas en su poesia. No es ca- base" o "comuna religiosa". Pues la verdad
que el verso, de tal modo que, a este se-
sualidad: dicho de manera esquemática, Ia es que la vocación y el temple de aimagundo
de nivel, Ia función dei verso no puede
voluntad metafórica es signo de voluntad la fundadora, Teresa de Jesus, y los delser sino meramente evocativa de Ia doc-
de arte poética. San Juan de Ia Cruz es- frailecito Juan de la Cruz fueron bastante
trina correspondiente. Ahora bien, comu-
cribió sus versos, dei mismo modo que sus diferentes. Santa Teresa aunaba la volun- nicar Ia doctrina sobre un nuevo modo de
comentários, con un desígnio puramente tad de "visiones" y "locuciones" que venian vida no es, ni mucho menos, comunicar
ancilar, adyuvante y, en el más profundo a corroborar aquélla. La vocación sanjua- este nuevo modo de vida. La existência
sentido de la palabra, "pedagógico". La nista fue mucho más puramente -o uni- mística ha de ser vivida, no puede ser des-
poesia no es en él un fin en si, no es au- lateralmente, como se prefiera- contem- crita: el comentário de ninguna manera
tónoma o autosuficiente, sino que se plativa. Y su acción, estrictamente ascética. equivale a Ia vida, entre Ia doctrina mística
orienta a un "para qué" exterior a ella mis- El no fue reformador de la Orden; sino re- y la experiência mística hay un hiato, un
ma: Ia comunicación de un modo de vida formador de la vida, la suya para empezar, corte, un abismo. <,Cómo franquearlo? Es
extraordinário, Ia vida mística. Importa, sin y la de sus discípulos y discípulas. Todo imposible, pêro hay que intentarlo. Y el in-
embargo, precisar que Ia vida mística, ai Io que escribió Io hizo para ensenarles a tento es, precisamente, Ia poesia. Por eso
igual que Ia vida erótico-amorosa, no con- vivir como él vivió. No se propuso nunca, ahora, a este tercero y más alto nivel, ai
siste exclusivamente, ni quizás principal- en primer término, escribir poesia o teoria revés que antes, dei comentário somos re-
mente, en "éxtasis" (místico o erótico, res- mística, sino ayudar a los suyos a vivir mís- mitidos de nuevo, cerrándose el círculo, a
pectivamente): San Juan de Ia Cruz se ticamente. Ia poesia. Antes decíamos que, doctrinal-
opone a una vida mística como afanosa mente, el comentário es superior a Ia poe-
búsqueda de raptos, transportes, levita- sia. Ahora es menester decir que, rnísti-
ciones, arrobamientos, etc. La poesia y su comentário camente, Ia poesia es superior ai
Conviene sin embargo precisar que este comentário, en cuanto que, por su esencia
"para qué" de Ia poesia, ai servicio de Ia Y para ello hubo de acudir a la poesia y misma, es más capaz de acercamos -solo
vida mística, no excluye de ninguna ma- a su comentário en prosa. No es que la acercamos- a Ia experiência mística. La
nera otro "para qué", que ha quedado ín- poesia, y menos su comentário, sean el unidad poema-comentario se abre así a Ia
sito en los poemas mismos; Io que tienen lenguaje de la mística. La mística carece más amplia poesía-doctrina-experiencia o
de "cântico" en el sentido estricto de la pa- de lenguaje. La expresión de la mística es vida, en la intimidad, si, e, incoativamente
labra, esto es, de entusiástico, inspirado la experiência mística íntima. La poesia no como hemos visto, también en comunidad.
prorrumpir en celebración de una expe- hace sino traducir en palabras, tanto como
riência única, poeticamente dicha. puede, aquella experiência. La actitud de
Si el "para qué" de Ia poesia mística san- San Juan de la Cruz con respecto al len-
juanista no es la autocomplacencia en el guaje poético es equilibrada: percibe su
éxtasis, y si ni siquiera su mística es tanto insuficiência y, al mismo tiempo, reconoce
fruición como purgatório y Noche, Ia pre- su poder y hace supremo uso de él. Pa-
gunta por su "para qué" nos remite ai "para radójicamente demanda que se cierren los
quién" de su comunicación. Y aqui, ai revés ojos a la naturaleza, que se apaguen la
dei método que hemos seguido para en- imaginación y la fantasia, que se vacien las
tender su poesia, comenzar por leer los potências del alma... y canta a la natura-
poemas "exentos" de toda información ex- leza, imagina grandes símbolos, redacta
terna a ellos, ahora debemos hacer uso de tratados muy inteligentes y meditados y,
toda Ia información a nuestro alcance: Ia en fin, escribe poesia. <,Por qué?
que el propio Santo nos proporciona en La poesia sirve a la actitud mística para
sus Comentários^ Ia que poseemos sobre mover y conmover el alma, evocar Io Ine-
Ia historia de su vida religiosa. fable aludiéndolo y celebrándolo, suscitar

4 - El Ciervo / Agosto-Septiembre - 91

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