Sunteți pe pagina 1din 96

MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS

INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

INMOVILIZADO
MATERIAL

por

Manuel Larrán Jorge


Catedrático de la Universidad de Cádiz

Emiliano Ruiz Barbadillo


Profesor Titular de la Universidad de Cádiz

María Dolores Capelo Bernal


Profesora Asociada de la Universidad de Cádiz

MONOGRAFÍA 9
ÍNDICE

Págs.

I. INTRODUCCIÓN .................................................................. 13

II. ELEMENTOS CONFIGURADORES DE LA NATURALEZA


DE LOS INMOVILIZADOS MATERIALES ................................. 27
1. Definición de Inmovilizados Materiales ............................... 27
2. Criterios de reconocimiento de los Inmovilizados Materiales 30
2.1. Grado de detalle en la revelación de los
Inmovilizados Materiales ............................................. 33
2.2. Inmovilizado adquirido por razones de seguridad
o medioambientales ..................................................... 34
2.3. Tratamiento de los costes incurridos en el
mantenimiento de los Inmovilizados Materiales ............ 35
2.4. Especial referencia al tratamiento de los
arrendamientos financieros como Inmovilizados
Materiales ................................................................... 36
2.5. Resumen de diferencias entre la normativa
internacional y la española en lo que se refiere a la
definición y reconocimiento de Inmovilizados
Materiales ................................................................... 37

III. CRITERIOS DE VALORACIÓN DEL INMOVILIZADO


MATERIAL ............................................................................. 39
1. Referencia especial a la NIC 40: Inmuebles de Inversión ....... 40
1.1. Modelo del valor razonable ......................................... 41
1.2. Modelo del coste ......................................................... 43
2. Adquisición de Inmovilizados Materiales ............................. 51
3. Construcción propia de Inmovilizados Materiales ................ 53
4. Permuta de Inmovilizados Materiales .................................. 53
5. Subvención y donación ...................................................... 54
6. Arrendamiento Financiero .................................................. 58
7. Amortización de Inmovilizados Materiales .......................... 61
8. Baja y enajenación de Inmovilizados Materiales .................. 63

IV. LA CAPITALIZACIÓN DE COSTES FINANCIEROS ................... 65


1. Determinación de los activos a los que pueden incorporarse 65
2. Importe de los gastos financieros a capitalizar ..................... 69
3. Inicio de la capitalización ................................................... 73

11
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

4. Finalización de la capitalización ......................................... 74

V. DETERIORO DEL VALOR DE LOS ACTIVOS ........................... 78


1. Nota introductoria sobre el deterioro del valor de los
activos ............................................................................... 78
2. Indicios de la existencia de posibles pérdidas derivadas
del deterioro del activos ..................................................... 82
3. Valoración de la pérdida por deterioro del activo ................. 83
4. Cálculo de la pérdida por deterioro del activo cuando éste
está valorado previamente por encima del precio de
adquisición o coste de producción ...................................... 89
5. ¿Qué ocurre cuando un activo no tiene identificado
de forma directa cobros y pagos atribuibles a su actividad? .. 90
6. ¿Cuándo comprobar si procede la reversión de una pérdida
reversible contabilizada con anterioridad? ........................... 91
7. Cálculo de la reversión de una pérdida reversible contabiliza-
da con anterioridad ............................................................ 92
8. Principales diferencias entre la normativa contable española
y la norma internacional referidas al deterioro del
Inmovilizado Material ......................................................... 94

VI. INFORMACIÓN A REVELAR EN LOS ESTADOS FINANCIEROS 96


1. Información a revelar en los estados financieros referida
a la NIC 16 ........................................................................ 96
2. Información a revelar en los estados financieros referida
a la NIC 23 ........................................................................ 99
3. Información a revelar en los estados financieros referida
a la NIC 36 ........................................................................ 99

BIBLIOGRAFÍA .............................................................................. 101

12
INMOVILIZADO MATERIAL

Manuel Larrán Jorge


Catedrático de la Universidad de Cádiz
Emiliano Ruiz Barbadillo
Profesor Titular de la Universidad de Cádiz
María Dolores Capelo Bernal
Profesora Asociada de la Universidad de Cádiz

I. INTRODUCCIÓN
La diversidad de criterios de reconocimiento y valoración es uno de
los mayores problemas con que se enfrenta el usuario al interpretar y
analizar las cuentas de una empresa extranjera (Laínez, 1999, p. 19).
Así, frente a las limitaciones inherentes a los esfuerzos aislados de
empresas y usuarios por facilitar o mejorar la comprensión de los
estados contables, actualmente se aboga por un incremento de la
comparabilidad de la información contable amparado por institucio-
nes de carácter regional e internacional. Este acercamiento entre las
normativas contables nacionales se entiende en un contexto de flexi-
bilidad, en el que la aproximación entre los sistemas contables debe
producirse a través de su armonización, es decir, del “incremento de
la compatibilidad entre las prácticas contables mediante la fijación de
límites a su grado de variación” (Parker, 1998, p. 8). En este sentido,
puede resaltarse la labor de armonización realizada por el IASB, tanto
por su consistencia conceptual como porque es el modelo de armoni-
zación escogido por la Unión Europeo para resolver la falta de compa-
rabilidad de la información contable de las empresas europeas.

El IASB cuenta con un procedimiento formal de elaboración, discu-


sión y aprobación de las normas e interpretaciones, que garantiza la
participación de todas las partes interesadas, y que va desde la
publicación de documentos de discusión y borradores de normas,
para recibir comentarios, hasta la celebración de reuniones periódi-

13
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

cas con los organismos contables normalizadores de los distintos


países interesados en la evolución de la normativa internacional. A
pesar de su carácter privado, las normas internacionales de contabi-
lidad emanadas del IASB1 han alcanzado una importante autoridad
moral, de modo que el IASB es más respetado por la calidad de su
trabajo que por la autoridad formal de que pueda estar investido
(Tua, 1999, p.33). Este reconocimiento le ha valido el rango de nor-
malizador mundial, papel por el que ha tenido que pugnar con el
FASB2 –interesado en hacer prevalecer los US GAAP.

Los actuales objetivos del IASB establecidos en su Constitución, de


24 de mayo de 2000, son los siguientes:

— Desarrollar, para el interés público, un conjunto de normas gene-


rales de contabilidad de elevada calidad, comprensibles y aplica-
bles, que permitan exigir una alta calidad, transparencia y com-
parabilidad dentro de la información contenida en los estados
financieros y otra información a suministrar, que ayude a los par-
tícipes en los mercados financieros mundiales, así como a otros
usuarios, en la toma de sus decisiones económicas.

— Promover el uso y aplicación rigurosa de dichas normas.

— Conseguir la convergencia entre las normas contables de ámbito


nacional y las Normas Internacionales de Contabilidad, en solu-
ciones de elevada calidad técnica.

1 Hasta 2001, las normas aprobadas por el IASB se denominaban International


Accounting Standards, que traducido al español equivale a Normas Internacionales de
Contabilidad o NIC. No obstante, desde ese año, el IASB ha comenzado una nueva
etapa, de forma que las nuevas normas se conocen como International Financial
Reporting Standards (IFRS) o NIIF. No obstante, nosotros nos referiremos a ellas con la
denominación tradicional, es decir, NIC.
2 Financial Accounting Standard Board, órgano profesional responsable de la elabora-
ción de normativa contable en EE.UU.

14
INMOVILIZADO MATERIAL

Durante una primera etapa, la labor armonizadora del IASB estuvo


caracterizada por una elevada opcionalidad. Sirviéndose de un enfo-
que descriptivo, a partir de las prácticas utilizadas en los diferentes paí-
ses, se formulaban propuestas excesivamente flexibles. Así, en esta pri-
mera época, no exenta de críticas, existe el convencimiento unánime
de que una de las razones para el escaso nivel de comparabilidad
alcanzado la constituye la multiplicidad de alternativas permitidas3.
Desde 1988, se ha iniciado una segunda etapa tendente a mejorar la
comparabilidad internacional de los estados financieros, introduciendo
una mayor rigidez tanto en las NIC ya existentes como en las que
pudieran publicarse en el futuro. Para ello, se desarrolló un marco con-
ceptual, lo cual suponía un giro en cuanto a que introducía una con-
cepción más normativa, de acuerdo con la cual la elección entre las
alternativas se debería hacer conforme a los objetivos de la informa-
ción contable. Bajo esta nueva perspectiva, el IASB comenzó a elegir
entre las distintas alternativas, de acuerdo con los criterios siguientes:
— Prácticas y tendencias actuales en las normas contables naciona-
les, leyes y principios contables generalmente aceptados.
— Conformidad con el marco conceptual propuesto por el IASB
para la elaboración y presentación de los estados financieros.
— Punto de vista de los reguladores y sus organizaciones, tal como
la IOSCO y similares.
— Consistencia entre una NIC y las demás.
La aplicación de este nuevo enfoque implica que, en las problemáti-
cas en las que la aplicación de estos criterios apoya varias alternati-
vas, el IASB mantiene más de un tratamiento contable, identificando
el que considera como preferente y como permitido de forma alter-
3 Otras críticas realizadas al IASB se refieren al apego demostrado al modelo contable
anglosajón y la concentración del poder de decisión en unos pocos países –dado que
EE.UU y el Reino Unido fueron miembros fundadores. Asimismo, las normas se orientan,
implícitamente, a una empresa grande o mediana, situada dentro de una economía más o
menos competitiva y amplia (Tua, 1999, p. 38-39).

15
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

nativa. En este sentido, cuando las empresas opten por el tratamiento


alternativo, el IASB sugiere que concilien el resultado neto y el patri-
monio neto según el tratamiento preferente.

Desde 1995, el proceso de armonización contable ha entrado en una


etapa distinta, en la que el IASB se encuentra apoyado por la activa
implicación de organismos internacionales –como la IOSCO4– y supra-
nacionales –como la UE– en la aceptación/aplicación de las NIC en sus
respectivas áreas de influencia. Posteriormente, en 2000, se han incor-
porado a este movimiento a favor de la aplicación de las NIC los ban-
cos centrales agrupados en torno al Comité de Basilea.

En lo que se refiere a Europa, en su camino hacia el objetivo del


Mercado Común la CEE se vio en la necesidad de armonizar las legisla-
ciones de los distintos países miembros para así conseguir dos objeti-
vos: (1) eliminar las barreras que suponían las diferencias existentes en
las legislaciones y (2) coordinar las salvaguardias que existían en las
leyes nacionales, garantizando un número mínimo de normas. Más
concretamente, en el ámbito contable, la UE ha instrumentado su estra-
tegia armonizadora en tres Directivas5, que dirigidas a los Estados y a
no a los ciudadanos, obligan a los primeros, en cuanto al resultado a

4 International Organization of Securities Commissions, organismo de carácter interna-


cional al que pertenecen los organismos reguladores de las principales bolsas de valores
del mundo.
5 Nos estamos refiriendo a la cuarta, la séptima y la octava directivas. En la IV directiva
se establecen las normas de elaboración y presentación de los estados financieros por
parte de las empresas que limitan la responsabilidad de sus socios. Su objetivo básico no
es obtener una normalización contable uniforme, sino establecer unas condiciones jurídi-
cas mínimas equivalentes en cuanto al alcance de la información financiera a publicar y
asegurar la comparabilidad y equivalencia de dicha información, contenida en las cuen-
tas anuales (Laínez, 1993, p. 133). Para ello, se concreta en aspectos como los principios
contables, formato y contenido de las cuentas anuales, las reglas de valoración y la cen-
sura y publicidad de las mismas. Bajo estas circunstancias, la deseada comparabilidad se
pretende alcanzar mediante la publicación en la memoria de información relacionada
con los distintos criterios utilizados (Giner, 1998, p. 68). Por otra parte, las Directivas VII
y VIII regulan las cuentas consolidadas y la habilitación de los que ejercen la auditoría,
respectivamente.

16
INMOVILIZADO MATERIAL

alcanzar, a adaptar sus respectivas legislaciones a las líneas generales


trazadas en cada Directiva, dejando a las instancias nacionales la com-
petencia en cuanto a la forma y los medios de efectuarla (Gonzalo y
Tua, 1988, p. 105). Asimismo, la participación de la profesión en este
proceso armonizador se ha conseguido con la presencia de la
Federación de Expertos Contables Europeos (FEE).

A pesar de los esfuerzos realizados por armonizar los sistemas conta-


bles de los países miembros, la flexibilidad de que se dotó a las
Directivas redundó en la persistencia de diferencias importantes sobre
todo en cuestiones relacionadas con la medición y valoración (Giner,
1998, p. 68). Como solución temporal ante el problema de las empre-
sas que cotizaban en mercados europeos extranjeros, los países miem-
bros acordaron el reconocimiento mutuo de los estados financieros
entre sus bolsas. Sin embargo, los usuarios europeos continuaron
sufriendo las consecuencias de la divergencia entre los distintos siste-
mas contables nacionales (Giner, 1998, p. 69). Por otra parte, las
empresas interesadas en captar recursos fuera de Europa siguen sopor-
tando los costes de elaborar información adicional, como en el caso
de EE.UU., donde las empresas extranjeras se ven en la necesidad de
elegir entre adoptar los principios de contabilidad estadounidenses o
cumplimentar el formato 20-F de reconciliación.

A la vista de las circunstancias a que ha conducido el modelo de armo-


nización adoptado inicialmente por la UE, así como del hecho de que
las Directivas han quedado obsoletas para el tratamiento de las opera-
ciones económicas que han surgido desde su aprobación, la Unión
Europea ha abandonado su estrategia inicial, optando por la colabora-
ción con el IASB6, anunciada en noviembre de 1995. Una vez anun-
ciado este compromiso, la incorporación del euro en la información

6 Las NIC ya formaban parte de los principios contables facultativos a utilizar, según
nuestro ordenamiento contable, en caso de que existieran operaciones o hechos econó-
micos no contemplados en la normativa vigente.

17
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

financiera europea, cuyos trámites se iniciaron en 1999, ha actuado


como un acicate más respecto a la necesidad de incrementar la compa-
rabilidad de cifras contables expresadas en una misma unidad de
cuenta (Zorio y Garrido, 1999).

Como primer paso, la ampliación del marco de referencia en materia


de armonización contable requería la identificación y reducción de
las diferencias existentes entre las NIC y las Directivas. Tras sucesi-
vos trabajos en este sentido, contando siempre con el apoyo del
Financial Services Policy Group7, la Comisión Europea publicó en
2000 la comunicación “La estrategia de la UE en materia de infor-
mación financiera: el camino a seguir”, de la cual se extrajeron las
siguientes premisas con relación al proceso de integración de las
NIC en el marco contable europeo:

— El objetivo de comparabilidad se consigue en mayor grado con la


aplicación obligatoria de las NIC. La Comisión se ha marcado
como fecha límite para conseguir esta situación el año 2005. No
obstante, circunstancias como la aceptación generalizada de los
US GAAP en los mercados financieros europeos explican el
hecho de que se haya concedido un aplazamiento de dos años
–hasta el 2007– a las empresas europeas que se encuentran en
esta situación (Martínez y Ortiz, 2002, p. 35).

— La solución indicada obligará, en principio, sólo a las empresas


que cotizan, debiendo ampliarse posteriormente a aquellas que
elaboren prospectos de información de oferta pública de valores

7 Órgano responsable de establecer los planes de actuación a implantar en los mercados


financieros europeos, cuya labor ha sido fundamental para la aceleración y definición de
este proceso armonizador. Más concretamente, desde el mismo se ha manifestado la
importancia de la armonización para el desarrollo del mercado de capitales –conclusión
a la que se llegó en el Consejo Europeo de Lisboa– así como se han señalado aspectos
clave a modificar en las Directivas –p.e. las tendentes a introducir el concepto de valor
razonable.

18
INMOVILIZADO MATERIAL

y quizá a las entidades de ciertos sectores –entidades financieras


sometidas a supervisión. No obstante, los Estados miembros
podrán incorporar una exigencia u opción en lo concerniente a
la aplicación de las NIC a otro tipo de empresas.

— El uso de las NIC se exige para las cuentas consolidadas. Los


Estados miembros tendrán la opción adicional de permitir o exi-
gir la aplicación de las normas internacionales también para las
cuentas individuales. La integración de las normas NIC dentro
del marco contable europeo, debe coordinarse salvaguardando la
conformidad con las Directivas y creando un mecanismo euro-
peo que sea capaz de intervenir cuando éstas no se ajusten al
marco europeo. Así, las normas NIC a aplicar en Europa deben
ser aquellas NIC aprobadas por el citado mecanismo europeo,
manteniéndose las Directivas contables como la base sobre las
que se asientan los requisitos a exigir posteriormente, sobre todo
para las empresas cotizadas.

— Todo ello se debe completar mediante los adecuados procedi-


mientos que aseguren el cumplimiento de las normas en cada
Estado miembro, lo que se puede describir como mecanismos de
refuerzo y control del cumplimiento.

— Cuando, de acuerdo con lo expuesto, se detecten problemas de


incompatibilidad entre las normas internacionales y las
Directivas contables, se podrán adaptar estas últimas.

De acuerdo con la última premisa, los estudios realizados respecto a


la compatibilidad entre las NIC y las Directivas contables redunda-
ron en la aprobación en 2001 de una nueva Directiva dirigida a
modificar la IV y la VII Directivas, con relación a permitir la utiliza-
ción del valor razonable en las operaciones con determinados ins-
trumentos financieros, previa introducción de este concepto en las
normativas respectivas de los países miembros.

19
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

Actualmente, de acuerdo con el compromiso adquirido en el


Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo de 19 de julio
de 2002, disponemos ya –desde el 13 de octubre de 2003– del
cuerpo normativo aplicable en la Comunidad con sus correspon-
dientes traducciones. La obtención del texto definitivo ha requeri-
do de la intervención de un mecanismo de aceptación o endorse-
ment apoyado en dos figuras. La primera, de carácter técnico, la
conforma el European Financial Reporting Advisory Group
–EFRAG– asociación europea de carácter privado responsable de
asesorar a la Comisión Europea en el proceso de filtrado, convali-
dación, adaptación y acabado de las normas IASB a aplicar en el
espacio europeo. La segunda, de carácter político, constituida por
los representantes de países miembros integrados en torno al
Comité de Reglamentación Contable. A este segundo órgano se
habrá dirigido la Comisión Europea para consultarle sobre la adop-
ción de las distintas NIC (ICAC, 2002, pp. 49-50; Cea, 2001,
p. 55). No obstante, para la efectiva aplicación de las NIC ya
aprobadas en el espacio europeo es necesaria la formulación de
una Directiva que modifique las anteriores, en el sentido de evitar
que éstas sean un obstáculo para la aplicación de las NIC.

Una vez superada la etapa de armonización en términos de flexibi-


lidad con la UE, en España tenemos el horizonte temporal de enero
de 2005 para que nuestras empresas cotizadas en mercados de
valores europeos empiecen a presentar sus cuentas consolidadas
conforme a las NIC, aportando información comparativa relativa a
2004 también según las NIC (Giner y Mora, 2003, p. 10). De apli-
carse la decisión de la UE en estos términos, se verían afectados
unos 250 grupos de empresas españolas (Gonzalo Angulo, 2002a,
p. 1). Los grupos de empresas que no cotizan en bolsa tienen a par-
tir de esa fecha la opción de seguir las normas españolas o las NIC
con la condición de que si cambian a las internacionales deberán
continuar con las mismas. Por otra parte, las sociedades individua-

20
INMOVILIZADO MATERIAL

les que cotizan sin formar parte de un grupo seguirán presentando


sus cuentas anuales según las normas españolas, dado que el mar-
gen de tiempo disponible hasta enero de 2005 no permite asegurar
que se pueda cambiar toda la normativa. Por último, el resto de
sociedades individuales seguirán aplicando el Plan General de
Contabilidad, siendo el objetivo del ICAC cambiar nuestra norma-
tiva contable paulatinamente, con el objeto de que se pueda poner
en práctica el modelo internacional en 2007 (López Combarros,
2003, p. 4).

Con relación al modelo de armonización internacional que se va a


adoptar próximamente en nuestro país, es decir, las normas del
IASB, Gonzalo (2002a) identifica las siguientes ventajas:

a) El modelo contable español ha seguido tradicionalmente


las pautas de los países europeos. Ahora que España está inte-
grada en Europa, la adopción de las NIC es el camino encontra-
do para la convergencia de los distintos sistemas contables
europeos.

b) La adopción de las normas del IASB permite que países con sis-
temas contables continentales adquieran una mayor orientación
a las necesidades informativas de los mercados financieros.

c) El IASB ofrece un modelo contable único según el cual: (i) la


elaboración de normas contables se rige por un marco concep-
tual y no por decisiones políticas o administrativas que traten de
favorecer intereses concretos y (ii) no se prevé la formulación
de normas diferentes por razón de características como el obje-
to o tamaño de las empresas, previniéndose la discriminación
de unas empresas en contra o favor de otras, así como la persis-
tencia de determinadas jurisdicciones.

d) Las normas del IASB darían solución a determinadas problemá-


ticas, de reciente emergencia, para las cuales no existe todavía

21
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

desarrollo en nuestro país, con la consiguiente reducción en los


costes de elaboración de la normativa8.

e) La implicación de la UE –e indirectamente de los países miem-


bros- en el proceso de elaboración de las NIC permite que, en
países como España, los esfuerzos por desarrollar nuevas normas
se produzcan de forma sincronizada con los países más avanza-
dos.

f) La adopción del modelo del IASB no supone un cambio tan gran-


de: la regulación y práctica españolas –a través del PGC, p.e.– y
las empresas y profesionales de la contabilidad –debido al traba-
jo desde AECA– ya comparten o están familiarizados con ciertos
desarrollos de las NIC.

La intención de la Comisión de Expertos creada al efecto de estudiar


el proceso de implantación de las NIC es que “todas las empresas
españolas, cotizadas o no y con independencia de su tamaño, apli-
quen en la elaboración de las cuentas individuales exclusivamente
la normativa contable española, la cual necesariamente debería con-
tener criterios de valoración y presentación compatibles con las
NIC/NIIF y su Marco Conceptual para evitar que las empresas espa-
ñolas tengan que llevar un sistema contable dual al confeccionar los
estados consolidados” (ICAC, 2002, p. 93). Asimismo, se aboga por-
que todas las cuentas consolidadas, sin distinguir entre cotizadas o
no, se elaboren conforme a las NIC (Gonzalo, 2002b, p. 15). No
obstante, el logro de estos objetivos requiere adaptar tanto la legisla-
ción mercantil española como el Plan General de Contabilidad, en
aras de incorporar, de entre las distintas posibilidades que planteen

8 Gonzalo (2002a, p. 14) previene de que la incorporación de estas normas a la regula-


ción contable española exigiría, no obstante, esfuerzos con relación a: (i) reelaboración y
emisión por los cauces jurídicos adecuados, (ii) delimitación de opciones admitidas y (iii)
desarrollo de soluciones en cuanto a transacciones e instituciones específicas del país.

22
INMOVILIZADO MATERIAL

las NIC, aquéllas que más sintonicen con la tradición contable espa-
ñola y mejor conduzcan a la presentación de la imagen fiel. En este
sentido, la Comisión de Expertos –a través de su Subcomisión de
Estudio de las Opciones de las NIC– realizó una revisión de las NIC,
identificando aquellos tratamientos a los que habrá que adaptarse, así
como los que desaprueban y cuya revisión solicitan desde una pers-
pectiva internacional (ICAC, 2002, p. 96 y pp. 375-441). Como ya se
indicó anteriormente, las novedades que han de introducirse con la
reforma es previsible que no empiecen a ponerse en práctica por las
empresas afectadas hasta el año 2007 (Giner y Mora, 2003, p. 11).

Más específicamente, con motivo de la revisión de la normativa del


IASB, en el Libro Blanco se aboga por nuevas modalidades de pre-
sentación de información tanto para las empresas cotizadas como
para empresas pequeñas. En cuanto a las primeras, Gonzalo Angulo
(2002b, p. 16) explica que éstas deberían aportar al mercado más
información, resultado compatibles las nuevas exigencias con lo dis-
puesto en las NIC.

Como señala Gonzalo Angulo (2003, pp. 1-2), desde que las NIC han
sido publicadas en el Diario Oficial de la Unión Europea, se han erigi-
do en un conjunto normativo de aplicación obligatoria en todo el
territorio de la UE. A su juicio (Gonzalo Angulo, 2003, p. 23), las dife-
rencias que existen entre lo que ha sido hasta ahora nuestra normativa
oficial (PGC) y la normativa internacional responden al objetivo de
esta última de servir a los usuarios para tomar decisiones respecto al
futuro, finalidad que adquiere más énfasis en dicha normativa interna-
cional. En consecuencia, se producen dos efectos fundamentales:

a) la exigencia de más información –mejora cuantitativa–;

b) y más importante, la preparación de información elaborada con


criterios valorativos y de clasificación distanciados de la tradicio-
nal visión objetiva, prudente y basada en el coste histórico.

23
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

En este sentido, el objetivo de esta monografía es revisar los aspectos


fundamentales que se derivan de la regulación del IASB en lo que se
refiere al inmovilizado material, así como realizar un análisis com-
parativo con la regulación española sobre este extremo. Antes de
proceder al análisis de la problemática contable del inmovilizado
material según las Normas Internacionales de Contabilidad, convie-
ne precisar las distintas normas que van a ser objeto de atención en
esta monografía. En este sentido, a lo largo de este trabajo vamos a
someter a estudio de forma singular las siguientes normas:

• NIC 16: Inmovilizado Material.

• NIC 23: Costes por Intereses.

• NIC 36: Deterioro del Valor de los Activos.

El objetivo de la NIC 16 es la de establecer el tratamiento contable del


inmovilizado material, y en concreto determinar unas reglas específicas
para determinar cuando un inmovilizado será incorporado a los
Estados Contables, los criterios utilizados en la valoración de estos
inmovilizados y los criterios genéricos utilizados en el cálculo de la
depreciación de los mismos. El alcance de esta norma, por tanto, se cir-
cunscribe a los elementos del inmovilizado material, salvo que otra
NIC exija o permita otro tratamiento contable diferente. En este sentido,
cabe precisar como expresamente se recoge en la NIC 16 que esta
norma no será de aplicación a los activos biológicos relacionados con
la actividad agrícola, cuyo tratamiento viene prescrito en la NIC 41, ni
las inversiones en derechos mineros, exploración y extracción de mine-
rales, petróleo, gas natural u otros recursos no renovables similares.

La NIC 16 fue aprobada originalmente en 1982, siendo posterior-


mente revisada en diciembre de 1993 dentro del Proyecto de
Comparabilidad y Mejora de los Estados Financieros. Con posteriori-
dad a esta fecha, la NIC 16 ha sido sometida a revisiones parciales,
habiendo recibido en concreto las siguientes revisiones:

24
INMOVILIZADO MATERIAL

— Tras la aprobación, en julio de 1997, de la NIC 1 Presentación


de Estados Financieros fue parcialmente modificada.

— Posteriormente en 1998 la NIC 16 resultó nuevamente modifica-


da parcialmente al objeto de que su redacción fuese coherente
con otras NIC que estaban siendo sometidas igualmente a revi-
sión, en concreto la NIC 22 (Combinaciones de Negocios), la
NIC 36 (Deterioro del Valor de los Activos) y la NIC 37
(Provisiones, Activos Contingentes y Pasivos Contingentes).

— En abril de 2000 fue modificada parcialmente por la NIC 40,


Inmuebles de Inversión.

— En enero de 2001 fue modificada parcialmente por la NIC 41,


Agricultura.

En lo que se refiere a la NIC 23 tiene como objetivo prescribir el tra-


tamiento contable de los costes por intereses, planteándose dos cri-
terios posibles de tratamiento de los mismos. Como criterio general
se postula que los costes por intereses derivados de la utilización de
deudas habrán de ser incorporados como gastos del ejercicio en el
que se producen. No obstante, esta norma plantea como tratamiento
alternativo permitido la incorporación de los costes financieros
como coste del activo, siempre y cuando estos costes financieros
sean directamente imputables a la adquisición, construcción o pro-
ducción de algunos activos que cumplan determinadas condiciones.
En lo que se refiere al alcance de la NIC 23, ésta no trata con los cos-
tes financieros que se derivan de los fondos propios de la empresa.

La NIC 23 fue originalmente aprobada en marzo de 1984, habiendo


sido posteriormente revisada en 1993.

Por último, el objetivo de la NIC 36 es establecer los procedimientos


que una empresa debe aplicar para asegurar que el valor de sus acti-
vos no supera el importe que puede efectivamente recuperar de los

25
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

mismos. En este sentido, en esta norma se precisa que un determinado


activo estará contabilizado por encima de su importe recuperable
cuando su importe en libros exceda del importe que se puede recupe-
rar del mismo a través de su uso o venta. Si este fuera el caso, el activo
sería calificado como deteriorado por lo que se debería reconocer la
pérdida de valor por deterioro. En la norma se específica igualmente
cuando la empresa debe proceder a revertir la pérdida de valor por
deterioro, exigiéndose igualmente cierta información referente a los
activos que hayan sufrido este tipo de deterioro de valor. Respecto al
alcance de esta norma, se aplicará a cualquier tipo de activos, y en
nuestro caso particular a los activos materiales. Igualmente se hace
referencia a determinados activos, como existencias y activos surgidos
de los contratos de construcción, entre otros, donde el cálculo de la
posible pérdida de valor por deterioro se realiza de forma específica en
otras normas internacionales de contabilidad. También hemos de resal-
tar como esta norma ha sido modificada recientemente, en concreto el
31 de marzo de 2004 (IASB, Impairment of Assets, 2004), aunque la
mayor parte de los cambios hacen referencia a la combinación de
negocios y a los activos intangibles, cuestiones ambas que superan el
alcance de la presente monografía.

26
INMOVILIZADO MATERIAL

II. ELEMENTOS CONFIGURADORES DE LA NATURALEZA


DE LOS INMOVILIZADOS MATERIALES

1. Definición de Inmovilizados Materiales

Uno de los aspectos esenciales regulados en la NIC 16 es la de apor-


tar una serie de atributos que deben contener los activos de la
empresa para ser configurados como activos materiales. Esta cues-
tión adquiere relevancia en la medida que a través de la definición
de los activos materiales se aporta la condición necesaria para que
estos recursos sean revelados en el Balance de Situación. En este
sentido, cabe resaltar el importante papel que juega la definición de
un elemento en la medida que el objetivo básico de la información
contable, contribuir a la toma de decisiones, se hará depender del
contenido específico que adquieran los instrumentos básicos de
información que la empresa divulga para satisfacer las necesidades
de los usuarios de la información. De ahí cabe destacar el papel ins-
trumental que juega dentro de la estructura del marco conceptual la
definición de los elementos que dan contenido a los Estados
Contables, dado que es una de las guías operativas que posibilita
determinar el contenido de dichos estados.

A través de la definición se pretende expresar la esencia, atributos y


características básicas que han de contener los recursos puestos a
disposición de la empresa para adquirir la naturaleza de inmoviliza-
dos materiales. La NIC 16 define los inmovilizados materiales como
aquellos activos tangibles en los cuales concurren dos circunstancias
específicas (párrafo 6):

a) La empresa los posee para su uso en la producción o suministro


de bienes y servicios, para arrendarlo a terceros o para propósitos
administrativos; y

27
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

b) Se esperan usar durante más de un ejercicio.

La definición de inmovilizado material dada resulta coherente con el


objetivo de la información financiera, en concreto de que la informa-
ción que se deriva de los estados financieros posibilite que los usuarios
pueda evaluar la posibilidad de obtener beneficios futuros y generar
liquidez, lo cual se hace estrictamente dependiente de los recursos
controlados por la empresa. De la definición dada de inmovilizado
material se extraen, por tanto, los requisitos a satisfacer por estos ele-
mentos para reconocerse como tales. En primer lugar, como resulta del
todo lógico, debe cumplir con los atributos de todos los activos, es
decir, ser un recurso controlado por la empresa como resultado de
sucesos pasados y del que la empresa espera obtener, en el futuro,
beneficios económicos. En segundo lugar se declara expresamente que
el activo debe ser tangible, lo que permite diferenciarlos de los activos
inmateriales que, en la mayoría de las ocasiones, carece de forma cor-
pórea. Sobre la naturaleza tangible de los activos puede incidirse en el
tratamiento que habrían de recibir aquellos activos en los exista un
componente material y otro inmaterial. A este respecto, La NIC 38 esta-
blece que en el proceso de determinación de si un activo incluye ele-
mentos materiales e inmateriales, debe ser tratado como inmovilizado
material o inmaterial dependiendo de cuál de los dos elementos tiene
más peso específico (NIC 38, párrafo 3). Por ejemplo el software nece-
sario para el funcionamiento de una máquina o el sistema operativo de
un ordenador, podrán ser concebidos como inmovilizado material, cri-
terio éste similar al recogido en la regulación contable española.

En tercer lugar, la empresa debe tener control sobre el activo, es decir,


puede aplicarlo a una finalidad específica dependiendo de la naturaleza
concreta del activo y de los objetivos específicos que la empresa persiga
por el control ejercido sobre el mismo. Ello implica, en suma, que la
empresa mantiene la capacidad de decisión sobre la aplicación del acti-
vo, es decir, la empresa va a disfrutar tanto de los rendimientos que se

28
INMOVILIZADO MATERIAL

obtengan del inmovilizado material, como de los riesgos derivados de su


control. Así los inmovilizados materiales pueden tener diversas finalida-
des como la de contribuir a la actividad productiva de la empresa, la de
ser cedidos a terceros manteniendo rendimientos y, en ocasiones, ries-
gos y la de contribuir a la actividad general de la empresa. Se trata, por
tanto, de la disponibilidad del recurso para su utilización a los objetivos
concretos de la empresa, sin necesidad de que se trate de un derecho
derivado siempre de la propiedad legal. La norma habla de posesión de
un recurso, si bien, no ha de entenderse en términos de una propiedad
legal, cuestión que queda plenamente zanjada cuando en la NIC 17 se
consideran a los activos sujetos a un contrato de arrendamiento financie-
ro, como activos de naturaleza material. Otra cuestión importante a
resaltar es que en la definición de inmovilizados materiales aportada, no
se hace referencia alguna a la forma en la cual se obtiene el recurso, por
lo que serán activos materiales aquellos recursos que cumpla la defini-
ción con independencia de que sean adquiridos a terceros, fabricados
por la propia empresa o controlados por cualquier otro medio.
Sobre este particular, cabe resaltar que según el IASB no se considera-
rán como activos fijos materiales –sino como inversión inmobiliaria–
los inmuebles adquiridos o construidos que cumplan con la definición
de inmuebles de inversión9 cuya construcción o desarrollo esté con-
cluida (NIC 16, pfo. 4; NIC 40), en la medida que exige para los inmo-
vilizados materiales su vinculación con la explotación normal de la
empresa y la consiguiente segregación de los inmuebles no aplicados
al desarrollo de sus actividades productivas o administrativas. Más
9 De acuerdo con la NIC 40 sobre Inmuebles de Inversión, tendrán tal consideración los
inmuebles que se tienen para obtener rentas o plusvalías, o ambas, en vez de para su uso
en la producción o prestación de servicios, fines administrativos o venta en el curso ordi-
nario de la explotación. Es decir, conforme al párrafo 5 de la Introducción de la NIC 40,
tal como figura en el Reglamento de la UE, se considerarán como tales los inmuebles no
ocupados por el dueño. La mencionada norma afecta igualmente a los inmuebles de los
que se dispone en régimen de arrendamiento financiero, introduciéndose como novedad
en el Proyecto de Mejoras, la posibilidad de calificar como inversiones inmobiliarias
aquellos arrendamientos operativos que además de cumplir la definición se llevan por el
valor razonable (IASB, 2002, nuevo pfo. 4).

29
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

concretamente, según el IASB los inmuebles adquiridos con la intención


de obtener rentas o plusvalías se consideran como inversiones inmobilia-
rias (NIC 40). Esta distinción redunda en una clasificación distinta en el
balance así como en la posibilidad de aplicar criterios de valoración más
propios de las inversiones financieras que del inmovilizado. La regula-
ción española no incide sobre esta cuestión, si bien al pronunciarse en el
Libro Blanco sobre la valoración de las inversiones financieras se consi-
deran entre otras estas inversiones inmobiliarias (ICAC, 2002, p. 392).

Por último, cabe resaltar que en la definición de inmovilizado material se


incide en que su control tendrá lugar durante una dimensión temporal
que transciende el ejercicio económico, por lo que su grado de funciona-
lidad va a estar sujeta a su desgaste físico y a la evolución tecnológica.

La regulación española resulta, por el contrario, más escueta en la defini-


ción de los activos materiales. En concreto, los inmovilizados materiales
son definidos como elementos patrimoniales tangibles, ya sean muebles
o inmuebles, pasando posteriormente a un listado de elementos patrimo-
niales que adquieren esta naturaleza.

2. Criterios de reconocimiento de los Inmovilizados Materiales

La necesidad de delimitar criterios específicos para el adecuado


reconocimiento de los inmovilizados materiales resulta necesaria por
dos razones fundamentales. En primer lugar, debido al importante
efecto que tienen estos inmovilizados en la estructura económica de
la empresa, por lo que resultan significativos en la posición financie-
ra de la empresa. En segundo lugar, por que el cumplimiento de
estos criterios va a conllevar que una partida sea incorporada bien al
balance, bien a resultados de la empresa. En este sentido, la NIC 16
plantea una serie de criterios que sirven como guías operativas en el
proceso de incorporación de los inmovilizados materiales al balance
de situación de la empresa. Cabe resaltar como la definición de

30
INMOVILIZADO MATERIAL

inmovilizado material, la cual ha sido objeto de atención en el epí-


grafe anterior, se constituye en el marco conceptual del IASB como
una condición necesaria, si bien no suficiente para que estos ele-
mentos sean incorporados al balance. El planteamiento que subyace
en los criterios de reconocimiento, es el de realizar una diferencia-
ción estricta entre la existencia del inmovilizado material, lo cual
implica que el recurso cumpla con los atributos de la definición de
inmovilizados materiales a los que aludíamos anteriormente, y la deci-
sión de su incorporación a la información contable de la empresa.

A este respecto, la NIC 16 señala en su apartado 7 que para que un


inmovilizado material sea reconocido como activo deben cumplirse
las dos condiciones siguientes:

a) Sea probable que la empresa obtenga los beneficios económicos


futuros derivados del mismo; y

b) El coste del activo para la empresa puede ser valorado con sufi-
ciente fiabilidad

Como puede derivarse de la contemplación de estos criterios de


reconocimiento, resultan estrictamente coherentes con la estructura
del marco conceptual, y en concreto a las cualidades básicas que
debe contener la información contable como la relevancia y la fiabi-
lidad. En lo que se refiere a la relevancia, implica que la información
tenga valor predictivo y de confirmación y que sea oportuna y mate-
rial, es decir, aporte nuevos datos que mejoren los juicios y procesos
decisorios de los usuarios de la información contable, incrementan-
do en general la capacidad de éstos para tomar conocimiento de la
situación económica y financiera de la empresa. La fiabilidad, por el
contrario, hace referencia a que el inmovilizado tenga atributos que
sean medible con cierta fiabilidad, lo que implica dentro de la
estructura del marco conceptual que su cuantificación es neutral,
insesgada y verificable.

31
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

Al objeto de determinar si algún recurso cumple la primera condi-


ción para que sea efectivamente reconocido con un inmovilizado
material, se ha de evaluar el grado de certidumbre relativo a los flu-
jos de beneficios económicos futuros, a partir de la evidencia dispo-
nible en el momento de reconocimiento inicial. Dos cuestiones
importantes surgen de este planteamiento:
1. No se trata de determinar una corriente específica de beneficios
asociables al control que la empresa realiza sobre el activo, lo que
implicaría plantear estrictas relaciones individuales entre inmoviliza-
dos y los beneficios futuros de la empresa. Ello sería difícil de aco-
meter debido, en primer lugar, al nivel de incertidumbre asociada a
toda actividad económica lo que dificultaría precisar la corriente de
beneficios esperados y, en segundo lugar, porque los inmovilizados
interactúan en la generación de beneficios, por lo que sería arbitra-
rio la delimitación de una corriente individual de beneficios asigna-
da a los inmovilizados individuales.
2. Al objeto de incorporar el inmovilizado material al balance de situa-
ción se habrá de tomar la información disponible en el momento
inicial, lo que implica en suma que la configuración del inmoviliza-
do material y los criterios utilizados respecto a su reconocimiento,
estará condicionado a que con posterioridad pueda ser utilizada
información más actualizada. En suma, transacciones o circunstan-
cias posteriores, pueden generar situaciones tales como creación,
agotamiento, obsolescencia, etc., que pueden afectar al reconoci-
miento del inmovilizado material.
En resumen, el reconocimiento del inmovilizado material se hará
depender, según la primera condición resaltada, de que la empresa no
tenga restricción alguna para la utilización del activo, lo que implica
que se obtienen todas las ventajas y riesgos derivadas de su uso.

En lo que se refiere al segundo de los criterios resaltados, es decir, que


el coste del inmovilizado material sea susceptible de ser medido con

32
INMOVILIZADO MATERIAL

fiabilidad, obliga a atender a las distintas formas de incorporación del


activo a la estructura económica de la empresa. Cuando el inmoviliza-
do material es adquirido a terceros, los términos es lo que se resuelve
la transacción revelan el coste de su adquisición. En lo que se refiere a
la incorporación del activo a través de la propia construcción por parte
de la empresa, la valoración fiable de su coste vendrá determinada por
las propias transacciones con terceros por la adquisición de materiales,
mano de obra y otros factores que se incorporen al valor del activo. En
cualquier caso, con posterioridad se analizará con mayor detenimiento
los criterios de valoración utilizados para los inmovilizados materiales,
así como las distintas formas de incorporación de los mismos.

Respecto a la regulación española el criterio de reconocimiento de los


inmovilizados materiales viene fundamentalmente delimitado por el
principio del registro, según el cual, los hechos económicos deben ser
registrados cuando nazcan los derechos y obligaciones que los mismos
originen. De esta forma, puede deducirse que la legislación española
viene a configurar los inmovilizados materiales desde una perspectiva
eminentemente jurídica, haciendo especial hincapié en la concepción
de los activos como derechos a favor de la empresa.

2.1. Grado de detalle en la revelación de los


Inmovilizados Materiales

Una cuestión importante respecto al proceso de incorporación del


inmovilizado material estriba en el grado de detalle con el que los
inmovilizados materiales van a ser reflejados en el Balance de
Situación. En este sentido, habrá de tenerse en consideración el con-
cepto de materialidad que se deriva de la estructura del marco concep-
tual. Esto implicará que se proceda a realizar agregaciones de inmovili-
zados materiales que individualmente resulten poco significativos. Más
concretamente, la NIC 16 precisa en su párrafo 8 que las piezas de

33
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

repuesto y equipo auxiliar se contabilizarán normalmente como exis-


tencias. No obstante, si dadas las circunstancias específicas de la
empresa, estos repuestos y equipo auxiliar van a ser utilizados durante
más de un ejercicio o sólo se utilizan con un elemento de inmovilizado
material, serán considerados como inmovilizados materiales. Si bien,
en la NIC 16, en concreto en su párrafo 9, señala que no se establece
la unidad de valoración para propósitos de reconocimiento, es decir,
no dice en que consiste una partida de inmovilizado material. Por ello
se requiere la realización de juicios para aplicar los criterios de recono-
cimiento a las circunstancias específicas de la entidad, debido a lo cual
se deja abierta la posibilidad de agregar partidas individualmente poco
significativas como los moldes, herramientas y troqueles, de forma que
se apliquen los criterios apropiados a sus valores totales.

En cuanto a los repuestos, la Norma Quinta de la Resolución del


ICAC de 30 de julio de 1991 prescribe que las piezas de recambio
con período de almacenamiento inferior al año se reconocerán
como existencias, si bien las demás se reconocerán como parte del
inmovilizado. En lo que se refiere a las herramientas manuales, el
Plan General de Contabilidad coincide en exigir únicamente una
permanencia superior al año para adscribirlas al inmovilizado. Las
incorporadas a una máquina seguirían el mismo tratamiento que
ésta. Asimismo, el Plan General de Contabilidad restringe el carácter
de activo fijo a los moldes utilizados en la fabricación en serie. En
los demás casos, las herramientas y moldes se registran como gastos
(PGC, Norma de Valoración 3.ª).

2.2. Inmovilizado adquirido por razones de seguridad o


medioambientales

El IASB se refiere explícitamente a los equipos adquiridos por razo-


nes de seguridad o medioambientales, justificando su activación

34
INMOVILIZADO MATERIAL

atendiendo a que la inversión en los mismos posibilita que se obten-


gan beneficios adicionales de los demás equipos. El reconocimiento
como activo de estos desembolsos se autoriza en la medida en que
sean recuperables.

El ICAC en la Resolución de 25 de marzo de 2002, se refiere especí-


ficamente a los activos destinados a minimizar el impacto medioam-
biental y la protección y mejora del medioambiente, incluyendo la
reducción o eliminación de la contaminación futura de las operacio-
nes de la empresa, aunque sin establecer restricciones valorativas
para su reconocimiento (Norma 5.ª).

2.3. Tratamiento de los costes incurridos en el mantenimiento de


los Inmovilizados Materiales

Los costes que se deriven del mantenimiento diario de los activos


inmovilizados no serán reconocidos como activos, es decir, no serán
incorporados como mayor valor de los mismos dado que no cum-
plen con los estrictos criterios de reconocimiento. No obstante, para
determinados activos puede requerirse el cambio de algunos ele-
mentos importantes en plazos temporales regulares y previstos,
donde como aspecto singular cabe resaltar que el cambio de estos
elementos puede realizarse varias veces a lo largo de la vida útil del
inmovilizado material. En estos casos, la NIC 16 permite que estos
elementos sean, siempre y cuando cumplan los criterios de recono-
cimiento a los que nos hemos referido, incorporados al valor del
inmovilizado material, lo que implica que igualmente sean dados de
baja los elementos sustituidos, cuestión ésta sobre la que nos referi-
remos posteriormente.

Otra cuestión importante a tener en consideración son las inspeccio-


nes generales que requieren determinados inmovilizados materiales
para continuar operando, como pudieran ser los aviones, al objeto

35
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

de que sean detectadas posibles ineficiencias y defectos en el fun-


cionamiento del mismo. En este caso, los costes de la inspección
general que cumplan la definición de activos, serán incorporados al
valor del activo como si se tratase de una sustitución, con indepen-
dencia de que tras dicha inspección sean sustituidos determinados
elementos defectuosos. Ello implicará que habrá de darse de baja el
valor incorporado como mayor coste de las inspecciones previas que
permanezcan en el inmovilizado material, que sean distintos de los
componentes físicos no sustituidos. Esto sucederá con independen-
cia de que el coste de la inspección previa fuera identificado conta-
blemente dentro de la transacción mediante la cual se adquirió o
construyó dicha partida, para lo cual si fuese necesario se podrá uti-
lizar el coste estimado de una inspección similar futura.

2.4. Especial referencia al tratamiento de los arrendamientos


financieros como Inmovilizados Materiales

Como ya señalábamos con anterioridad la filosofía que subyace en


la estructura del marco conceptual del IASB obliga al análisis de la
realidad económica que subyace en los hechos económicos con
independencia de la forma jurídica que los recubre. Al objeto de
esta monografía esta cuestión adquiere especial relevancia respecto
al tratamiento que cabe otorgar a los activos sujetos a un contrato de
arrendamiento financiero donde, a diferencia de la normativa espa-
ñola, el IASB, en la NIC 17, defiende su consideración como inmovi-
lizado material. Ello justifica que dediquemos algunas líneas a anali-
zar las principales diferencias que se producen en el tratamiento de
los arrendamientos financieros según la normativa IASB y según la
normativa española.

Al objeto de esta monografía adquiere especial relevancia incidir en


que el IASB prescribe el reconocimiento como activos fijos materia-

36
INMOVILIZADO MATERIAL

les de los elementos de naturaleza material sujetos a un contrato de


arrendamiento financiero. Así, la transferencia de los riesgos y benefi-
cios derivados de un elemento de naturaleza tangible al arrendatario
explica su reconocimiento como activo material (NIC 16, pfo. 4). De
esta forma se atiende, como ya resaltábamos con anterioridad, a la
característica cualitativa de sustancia sobre forma establecida en el
marco conceptual del IASB. El PGC, sin embargo, los reconoce como
inmovilizado inmaterial (Parte Quinta, Norma de valoración 5.ª)10.
Según se informaba en el Libro Blanco, las subcomisiones del ICAC no
llegaron a un acuerdo en este sentido. Así mientras que la Subcomisión
de opciones se ratificaba en este sentido, la de aspectos prácticos reco-
mendaba registrar el activo según su naturaleza (2002, pp. 399 y 458).

Otro aspecto importante en el que también se identifican diferencias


importantes al objeto de este trabajo es respecto al reconocimiento de
las operaciones de venta con arrendamiento posterior o lease-back. La
diferencia fundamental se deriva de lo establecido en el párrafo ante-
rior. Así, mientras que según el PGC este tipo de operaciones implica la
baja del activo vendido y el reconocimiento de un activo inmaterial
por el valor en libros del anterior, para el IASB este tratamiento no
parece necesario, conservando el activo su carácter material.

2.5. Resumen de diferencias entre la normativa internacional y la


española en lo que se refiere a la definición y reconocimiento
de Inmovilizados Materiales

Las principales diferencias sobre la definición y criterios de recono-


cimiento del Inmovilizado Material a las que nos hemos venido refi-
riendo en los apartados anteriores se sintetizan en la siguiente tabla:

10 Un estudio en profundidad sobre el tratamiento del arrendamiento financiero en nues-


tro país excede el objetivo de esta monografía. Para profundizar en esta cuestión puede
consultarse Larriba (1993).

37
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

CONCEPTO U
Regulación internacional Regulación nacional
OPERACIÓN

Segregado del activo


Inversiones inmobiliarias Inmovilizado material
material
No exige opción de
compra. Requiere intencionalidad de
Elementos Activación
Terrenos: siempre compra
adquiridos
arrendamiento operativo
en régimen
de leasing Clasificación Material Inmaterial

Lease-back Beneficios diferidos No se reconocen beneficios

Repuestos Activo fijo o existencias Activo fijo o existencias


Herramientas
No especifica criterio Activo fijo o gasto
Moldes

Para casos específicos Gasto del período


puede incorporarse al
Conservación
valor del inmovilizado
material

Reconocimiento Si permite obtener Sin restricciones valorativas


inmovilizado por razones beneficios económicos de
de seguridad o demás activos y su valor
medioambientales es recuperable

38
INMOVILIZADO MATERIAL

III. CRITERIOS DE VALORACIÓN DEL


INMOVILIZADO MATERIAL
En nuestro PGC, la valoración de los elementos de inmovilizado se
articula, según el modelo valorativo general establecido en la
norma, en torno a dos pilares básicos, el principio de precio de
adquisición –aplicado a la determinación de los valores de entrada–
y el principio de prudencia –que obliga a realizar correcciones a la
baja– los cuales contribuyen a garantizar la consecución de uno de
los objetivos asignados tradicionalmente a nuestra información con-
table, la protección del crédito. De esta forma, y a pesar de
la influencia del proceso armonizador desarrollado en el ámbito
europeo, se obtiene una imagen fiel prudente y a costes históricos
(Martínez Conesa, 1996, p. 310-4).

De forma similar, la NIC 16 establece que todo elemento del inmo-


vilizado material que cumpla las condiciones para ser reconocido
como un activo debe ser valorado, inicialmente por su coste;
pudiéndose aplicar posteriormente, bien el modelo del coste –coste
de adquisición menos la amortización acumulada y el importe acu-
mulado de cualquier pérdida por deterioro que haya sufrido– bien el
modelo de revalorización.

La aplicación del principio de precio de adquisición o coste histórico a


los elementos de inmovilizado afecta a la información contable produ-
ciendo –en épocas inflacionistas– efectos como la infravaloración de
los mismos, la obtención de beneficios ficticios debido al cálculo de
cuotas de amortización no actualizadas, o la determinación de costes
de producción que absorben amortizaciones no actualizadas (Pulido
Álvarez, 2000, pp. 19-20). En definitiva, tal como se deduce de lo ante-
rior, la posible descapitalización de las empresas y la pérdida de rele-
vancia de su información financiera a la que puede conducir la aplica-
ción del coste histórico justifican suficientemente –según los detracto-
res de este principio– la introducción de excepciones al coste histórico.

39
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

Como es sabido, de acuerdo con nuestro marco legal, las empresas


españolas sólo han podido acercar sus cifras contables a los superio-
res valores de mercado cuando así lo ha autorizado una ley de
actualización de balances, aplicando coeficientes que se establecen
dependiendo del año de origen de la inversión. Según el tratamiento
previsto, como contrapartida de estos incrementos de activos, se
genera una Reserva de revalorización de libre disposición.

La normativa del IASB, sin embargo, enfrenta este problema desde su


propio texto estableciendo los mecanismos necesarios para la valo-
ración de los activos fijos por su valor razonable. Con tal propósito,
se ha redactado desde el organismo internacional la NIC 40, que
regula la contabilidad de las inversiones inmobiliarias, y el trata-
miento de revalorización establecido en la NIC 16, aplicable a los
activos fijos en general.

EXCEPCIONES AL PRECIO DE ADQUISICIÓN

Tipo de excepción Criterio de valoración Contrapartida


Coste histórico –
Inversiones inmobiliarias
Valor razonable Resultados
IASB
Tratamiento de Valor razonable/Coste de
Reservas
revalorización reposición

PGC Coste histórico corregido por


Actualizaciones de Balances Reservas
coeficientes

1. Referencia especial a la NIC 40: Inmuebles de Inversión

Tal como se establece en la NIC 16, los inmuebles adquiridos o


construidos que cumplan con la definición de inmuebles de inver-

40
INMOVILIZADO MATERIAL

sión cuya construcción o desarrollo esté concluida no se considera-


rán como activos fijos materiales sino como inversión inmobiliaria
(pfo. 5); regulándose todo lo concerniente a estos activos en la NIC
40, como de forma resumida señalábamos con anterioridad.

Según la NIC 40, son inmuebles de inversión los inmuebles que se tie-
nen –por parte del dueño o por parte del arrendatario que haya acorda-
do un arrendamiento financiero– para obtener rentas o plusvalías, o
ambas, en vez de para su uso en la producción o prestación de servi-
cios, fines administrativos o venta en el curso ordinario de la explota-
ción (pfo. 4). Asimismo, también se permite la adscripción a esta cate-
goría de los activos explotados en régimen de arrendamiento operati-
vo, siempre que se les aplique el modelo de valor razonable11.

La especificidad de estos activos fijos en cuanto a reconocimiento


también se observa, como adelantábamos, en materia de valoración.
Así, la NIC 40 formula dos modelos de valoración posterior a la ini-
cial: modelo de valor razonable y modelo del coste (pfos. 24-50). El
PGC, sin embargo, no hace distinciones entre estos elementos y los
utilizados en su actividad.

1.1. Modelo del valor razonable

La empresa que elija este modelo valorará todos sus inmuebles de


inversión, registrados inicialmente por su coste histórico, al valor
razonable, imputando a resultados las ganancias o pérdidas deriva-
das de los cambios observados en el mismo.

El párrafo 39 de la NIC 40 establece que la mejor evidencia de un


valor razonable se da normalmente por los precios actuales en un

11 Tratamiento establecido para arrendamientos que afecten a activos como los terrenos,
los cuales se tratan siempre como un arrendamiento operativo dado que nunca tendría
lugar la transferencia de todos sus beneficios económicos al arrendatario (Proyecto de
Mejoras del IASB, 2002, nuevo pfo. 4 y Apéndice).

41
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

mercado activo para inmuebles similares en la misma localidad y


condiciones, y sujetos a contratos de arrendamientos u otros, que
sean similares.

Cuando se carezcan de precios corrientes actuales en un mercado


activo, del tipo descrito en el párrafo 39, la entidad considerará
información de diferentes fuentes, incluyendo (pfo. 40):

a) precios actuales en un mercado activo para inmuebles de diferen-


te naturaleza, condiciones o localización (o sujetos a contratos
de arrendamiento u otros que sean diferentes), ajustados para
reflejar dichas diferencias;

b) precios recientes en mercados menos activos, con ajustes para


reflejar cualquier cambio en las condiciones económicas desde la
fecha en que ocurrieron las transacciones a los precios indicados; y

c) proyecciones de flujos de efectivo descontados basadas en esti-


maciones fiables de flujos futuros de efectivo, apoyadas por los
términos que se den en cualquier arrendamiento u otro contrato
existente y (cuando sea posible) por evidencia externa, tales
como rentas actuales de mercado para inmuebles similares en la
misma localidad y condiciones, y utilizando tipos de descuento
que reflejen la evaluación actual del mercado sobre la incerti-
dumbre en la cuantía y oportunidad de los flujos de efectivo.

Existen casos en los que las empresas no son capaces de determinar


de forma fiable y continuamente el valor razonable de un inmueble
de inversión, debido a que no son frecuentes transacciones similares
en el mercado y no se dispone de otras formas de estimar el valor
razonable. Entonces, si estas razones excepcionales impiden valorar
un inmueble por el valor de mercado, se llevará éste por el coste his-
tórico y los demás por el valor razonable, no resultando aplicable la
valoración por coste histórico una vez que el elemento se haya valo-
rado previamente siguiendo el modelo de valor razonable (pfo. 47).

42
INMOVILIZADO MATERIAL

La redacción de la norma incluye expresiones que señalan al mode-


lo de valor razonable como tratamiento preferente (ver pfo. 47), si
bien la NIC 40 no lo manifiesta abiertamente. De acuerdo con este
argumento, el IASB ha manifestado recientemente sus deseos respec-
to a la eliminación de la opción de valoración a coste histórico
(véase el Apéndice de la NIC 40 en el Proyecto de Mejoras).

1.2. Modelo del coste

De acuerdo con este modelo de valoración, la empresa valora sus


inmuebles de inversión aplicando –tanto en el reconocimiento ini-
cial como con posterioridad– el modelo del coste de la NIC 16, es
decir, al coste menos la amortización acumulada y cualquier pérdi-
da por deterioro de activos acumulada (NIC 40, pfo. 50). No obstan-
te, a efectos de la presentación de la información financiera, las
empresas que opten por este modelo deberán informar del valor
razonable de estos inmuebles, salvo en el caso de que resulte impo-
sible determinarlo de manera fiable.

El supuesto siguiente pone de manifiesto las principales implicacio-


nes que se derivan de la elección de uno u otro modelo valorativo
en las inversiones inmobiliarias.

43
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

Supuesto:

XPLUS, S.A., cuya actividad principal consiste en la elaboración de software para


pequeñas empresas, compra un local con fines especulativos. No obstante, antes
de alquilarlo o proceder a la búsqueda de un buen comprador, la empresa realiza
reformas sobre él al objeto de ponerlo en buenas condiciones de explotación.

Implicaciones más significativas:

Reconocimiento
Reconocimiento Valoración Amortización resultados por
valor razonable

Antes de Inmovilizado
concluir material Coste histórico No procede No procede
reformas (NIC 16)
Después Inmueble de Valor Sólo si aplica
Sólo si aplica
de las inversión (NIC razonable/coste modelo valor
coste histórico
reformas 40) histórico razonable

Según la NIC 16, le entidad puede elegir entre el modelo del coste y
el modelo de revalorización (pfo. 29). Se trata, por tanto, de una
opción a elegir por las empresas, consistente en aplicar el valor
razonable –con la regularidad que indiquen las variaciones en dicho
valor– a todos los activos integrantes de una misma clase. Así, se
consideran distintas clases o conjuntos de activos de naturaleza y
uso similar, los siguientes:

— Terrenos.
— Terrenos y edificios.
— Maquinaria.
— Buques.
— Aeronaves.
— Vehículos a motor.
— Mobiliario y útiles.
— Equipo de oficina.

44
INMOVILIZADO MATERIAL

Si las variaciones son importantes se harán con frecuencia, mientras


que si son insignificantes bastará con realizarlas cada tres o cinco
años (pfo. 34).

La determinación del valor razonable se hará de distinta forma


dependiendo del activo (NIC 16, pfos. 33 y 35). De esta forma, si el
activo es difícil de vender resulta más asequible la obtención de su
coste de reposición debidamente amortizado, procediéndose enton-
ces a aplicar un coeficiente corrector tanto al coste histórico como a
las amortizaciones acumuladas. Por el contrario, cuando se dispone
de tasaciones para los elementos a revalorizar, se debe proceder
compensando la amortización acumulada del elemento con su pre-
cio de adquisición y ajustando su valor neto de amortizaciones hasta
expresar su valor razonable.

En ambos casos, como contrapartida, se genera una reserva de reva-


lorización, procediendo su traspaso a reservas de libre disposición
cuando se dé cualquiera de las dos circunstancias siguientes (NIC
16, pfo. 41):

a) conforme se amortiza el elemento, por la diferencia entre las cuo-


tas de amortización antes y después de la revalorización, y
b) al tener lugar su venta o retiro.

También puede ocurrir una devaluación del activo, procediendo


entonces el reconocimiento de una pérdida. No obstante, si el activo
había sido revalorizado previamente, se cargará la reserva de revalo-
rización. Por otra parte, en el caso contrario, cuando la revaloriza-
ción suponga la reversión de una devaluación reconocida con ante-
rioridad no se reconocerá un ingreso a distribuir en varios ejercicios
sino una ganancia directamente.

Una vez considerado este tratamiento, las subcomisiones del ICAC


han mantenido su preferencia por el coste histórico, permitiendo

45
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

que las empresas que lo deseen informen en la memoria del valor


razonable de sus inversiones, aplicando a tal efecto la NIC 16 (2002,
pp. 397-398). Tres factores van disminuir el interés de las empresas
por adoptar este tratamiento, según manifiesta Gonzalo Angulo
(2003, p. 11): (a) los costes asociados a la revisión continua del valor
de los elementos –p.e., tasaciones de inmuebles–; (b) nuestra tradi-
ción contable y (c) la volatilidad que pueden adquirir los resultados
por causas que quedan fuera del control de las empresas. Asimismo,
José Luis Cea (2001, p. 66), presidente de la Subcomisión de opcio-
nes, opina a título particular que, en general, la aplicación de este
valor al activo inmovilizado contraviene el principio de empresa en
funcionamiento. No obstante, en caso de que el elemento en cues-
tión sea un inmueble para el cual se dispone de un valor objetivo y
contrastado –y aunque no esté abocado a la venta– el profesor Cea
entiende que dicho valor razonable se podría presentar en el balan-
ce reconociendo la plusvalía como un ingreso a distribuir cuya
imputación a resultados se haría conforme al tratamiento dispuesto
por el IASB (2001, p. 75).

Supuesto: Revalorización de activos

DELTAPLUS, S.A. tiene a finales del año X1 dos elementos de inmovilizado perte-
necientes a distintas clases.

1. Un inmueble en propiedad en el que se ubican las oficinas (coste histórico,


1.200.000 euros; vida útil, 50 años; amortización acumulada hasta 31/12/X0,
50%), cuyo valor de mercado desciende a 500.000 euros por motivos relacio-
nados con la movida juvenil.

A finales del año X2, las medidas del ayuntamiento generan mejores expecta-
tivas, subiendo el valor de mercado a 660.000 euros.

El valor en uso no desciende en ningún caso por debajo del coste histórico.

46
INMOVILIZADO MATERIAL

2. Una máquina de características muy específicas (precio de adquisición 24.000


euros, amortización acumulada 4.000 euros, vida útil restante 5 años), ha
incrementado su precio de reposición, según informa el proveedor, en un
25%.

El ejercicio X2 no se revisa el valor razonable.

A inicios del ejercicio X3, se vende la máquina por 10.500 euros.

El valor en uso no desciende en ningún caso por debajo del coste histórico.

Solución:

El planteamiento anterior se va a resolver desde los dos modelos valorativos que


ofrece el IASB: (a) coste histórico –en el que se tomará como referencia el valor
recuperable por si procede minorar el valor en libros– y (b) valor razonable.
Asimismo, cuando se utilice el valor razonable la distinta naturaleza de los acti-
vos va a permitir comprobar cómo se aplican dos formas diferentes de estimar el
valor razonable: (b.1) mediante tasación y (b.2) por coste de reposición.

a) Valoración a coste histórico.

Sus implicaciones pueden observarse en la información suministrada en las notas.

Aplicando el modelo de coste histórico, en ninguno de los ejercicios, procede


corregir el valor de ninguno de los elementos dado que sus valores recuperables
(mayor entre valor neto de realización –muy próximo al razonable– y valor en
uso) no están por debajo del precio de adquisición.

Ejercicio X1

Coste

Elemento Saldo Entradas o Salidas o Saldo a 31/12/X1


31/12/X0 dotaciones bajas
Terrenos y 1.200.000 - - 1.200.000
Construcciones
Maquinaria 24.000 - - 24.000

47
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

Amortización Acumulada

Elemento Saldo Entradas o Salidas o Saldo a 31/12/X1


31/12/X0 dotaciones bajas
Terrenos y 600.000 24.000 - 624.000
Construcciones
Maquinaria 4.000 4.000 - 8.000

Ejercicio X2

Se mantienen los valores del ejercicio X1 en cuanto al coste.

Amortización Acumulada

Elemento Saldo Entradas o Salidas o Saldo a 31/12/X1


31/12/X1 dotaciones bajas
Terrenos y 624.000 24.000 - 648.000
Construcciones
Maquinaria 8.000 4.000 - 12.000

b) Valoración a valor razonable

b.1) La información sobre el valor razonable del inmueble procede de su tasación


y se incorpora a la contabilidad compensando la amortización con el precio del
elemento y ajustando éste hasta expresar dicho valor razonable.

Saldo Vida
Amort. Ajustes Saldo neto Ajuste Saldo
Elemento útil Amortización
Acum. A.A. amortización saldo 31/12
1/1 restante
X1 1.200.000 25 24.000 (624.000) 624.000 576.000 (76.000) 500.000
X2 500.000 24 20.833 (20.833) 20.833 479.167 180.833 660.000

En el ejercicio X1, el valor en libros del elemento después de amortizaciones es


de 576.000 euros. Para dejarlo en su valor razonable, se elimina en primer lugar
la amortización acumulada compensándola con la cuenta del elemento (nuevo
valor en libros 576.000). Finalmente, se corrige el saldo de esta cuenta
hasta dejarlo en 500.000, reconociendo una “pérdida por devaluación” de
76.000 euros.

48
INMOVILIZADO MATERIAL

En el ejercicio X2, la base amortizable del elemento ha disminuido, disminuyen-


do también la cuota de amortización. El valor en libros del elemento después de
amortizaciones es de 479.167 euros, mientras que el valor razonable ha subido
hasta 660.000. En primer lugar, se compensa la amortización acumulada
–20.833-, dejando la cuenta del elemento con un saldo de 479.167 y posterior-
mente se aumenta hasta 660.000. Como consecuencia, surgiría una reserva por
revalorización de 180.833. No obstante, dado que parte de la subida de valor es
una reversión de una devaluación anterior, reconocida como pérdida en el ejerci-
cio X1, lo que procede es registrar una ganancia por esa cantidad –76.000- y una
reserva por el resto –104.83.

Pérdidas por devaluación


76.000 (X1)

Ganancia por devaluación


76.000 (X2)

Reservas por revalorización


104.833 (X2)

b.2) La información sobre el valor razonable de la máquina consiste en su precio


de reposición y se incorpora a la contabilidad aplicando un coeficiente corrector
(1,25) tanto al coste histórico como a las amortizaciones acumuladas.
En el ejercicio X2, la base amortizable aumenta y siendo la vida útil restante de 4
años, se obtiene una cuota de amortización de:
(30.000-10.000)/4 = 5.000
La diferencia entre la nueva cuota de amortización –5000- y la antigua cuota
–4.000- justifica el traspaso desde la cuenta de reservas por revalorización –con-
siderada como no realizada- a una reserva disponible.
Una vez dotada la amortización del ejercicio X2, la amortización acumulada
asciende a 15.000.
Finalmente, al producirse la venta del elemento se aplica la reserva por revalori-
zación restante neta de cualquier impuesto.

49
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

Ejercicio X1

Saldo a Ajuste Saldo a 31/12/X1


31/12/X1
Maquinaria 24.000 6.000 30.000
Amortización Acumulada (8.000) (2.000) (10.000)
Valor en libros 16.000 20.000

Ejercicio X2

Saldo a Ajuste Saldo a 31/12/X2


31/12/X1
Maquinaria 30.000 – 30.000
Amortización Acumulada (15.000) – (15.000)
Valor en libros 15.000 15.000

Reservas de revalorización

4.000 (X1)
1.000 (X2)
3.000 (X3)

Reservas disponibles

1.000 (X2)

50
INMOVILIZADO MATERIAL

2. Adquisición de Inmovilizados Materiales


Según la regulación contable española, en el cálculo del precio de
adquisición o coste histórico de un elemento de inmovilizado inter-
vienen dos tipos de limitaciones: la temporal, según la cual, y cum-
pliendo con el principio de correlación de ingresos y gastos, los acti-
vos inmovilizados no deben generar gastos antes de entrar en fun-
cionamiento- y la cuantitativa, que establece como límite el valor de
mercado (Martínez Conesa, 1996, pp. 316-7).

La normativa internacional establece, en línea con la española, que


los elementos de inmovilizado material adquiridos a terceros se
valorarán inicialmente por su coste, el cual comprende el precio de
compra, incluidos los aranceles de importación y los impuestos indi-
rectos no recuperables y deducido cualquier descuento en el precio.
Este precio de entrada se incrementará con cualquier coste directa-
mente relacionado con la colocación del activo en el lugar y las
condiciones necesarias para su funcionamiento. Asimismo, y como
aspecto no considerado en nuestro PGC, destaca la incorporación al
coste de la estimación inicial de los costes de desmantelamiento o
retiro del elemento así como de la rehabilitación del lugar en el que
se asienta cuando surjan obligaciones como consecuencia de aplicar
el activo a propósitos distintos de la fabricación de existencias a la
cual está destinado (NIC 16, pfo. 16). En el caso de que estos últimos
costes se refieran a un terreno, se amortizarán a lo largo del período
en el que se obtengan los beneficios por haber incurrido en dichos
costes (NIC 16, pfo. 59)

A diferencia del PGC, la NIC 16 incluye entre los costes directamen-


te relacionados con el activo las pruebas realizadas para comprobar
el correcto funcionamiento del mismo (pfo. 17) –minorado por los
ingresos obtenidos hasta ese momento con la venta de las unidades
producidas en las pruebas. Otros ejemplos de costes directamente
relacionados son los siguientes:

51
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

a) los gastos de personal asociados directamente con la adquisición


o construcción del elemento;

b) el coste de preparación del emplazamiento físico;

c) los costes de entrega inicial y de manipulación o transporte pos-


terior;

d) los costes de instalación y montaje; y

e) los honorarios profesionales.

Asimismo, la NIC 16 especifica, siendo en este sentido más concreta


que la normativa contable española, los conceptos que no incremen-
tan el coste histórico o precio de adquisición (pfo. 19):

a) los gastos de apertura de una nueva instalación productiva,

b) los costes de introducción de un nuevo producto o servicio,

c) los costes de dirección del negocio en una nueva localización o


con nuevos clientes y

d) los costes de administración y otros costes indirectos de tipo


general.

Según la NIC 16, cuando los activos estén ya en condiciones de fun-


cionamiento, y de acuerdo con la limitación temporal implícita en el
PGC, no resultan susceptibles de activarse los siguientes costes:

a) los costes incurridos por razón de no utilizar el activo o emplear-


lo a una menor capacidad,

b) las pérdidas iniciales originadas, por ejemplo, mientras crece la


demanda de los productos,

c) los costes de reorganizar las operaciones de la entidad.

52
INMOVILIZADO MATERIAL

3. Construcción propia de Inmovilizados Materiales


En el caso de activos fijos producidos por la propia empresa, el coste
de producción incorpora –de acuerdo con la normativa española apli-
cable a las existencias así como al inmovilizado construido por la
empresa (ICAC, 2000)– el precio de adquisición de las materias primas
y otras materias consumibles, los costes directamente imputables y la
parte razonable que corresponda de los costes indirectos. Respecto a
estos últimos, la Resolución del ICAC sobre determinación del coste
de producción establece que entre tales costes se encuentran los de
control de calidad y los de administración específicos, si bien no se
permite la incorporación de los costes de subactividad.

La normativa internacional dispone la valoración de los elementos


construidos por la empresa de acuerdo con los mismos criterios pre-
vistos para los elementos adquiridos en el exterior. Así, la determina-
ción del coste de producción del inmovilizado material queda regu-
lada en la NIC 16 y se completa, siguiendo la misma línea que el
ICAC, con la normativa sobre existencias –NIC 2– en caso de que
sean activos similares a los producidos para la venta. A este respec-
to, destacan dos aspectos no mencionados en la normativa española:
la imputación a resultados de los ingresos y gastos relacionados con
la construcción de los activos –siempre que sean prescindibles– y la
imposibilidad de incrementar el coste de producción por las cantida-
des que excedan los rangos normales de consumo de material, mano
de obra u otros factores empleados.

4. Permuta de Inmovilizados Materiales


En la Resolución del ICAC sobre inmovilizado material se dispone
que el activo nuevo quede valorado por el valor en libros del activo
entregado más, en su caso, la cantidad adicional entregada o por el
valor de mercado del activo recibido si éste fuera menor (ICAC,

53
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

1991, Norma segunda); solución congruente con los principios de


precio de adquisición y prudencia12.

Según consta en la NIC 16, abogando más por la relevancia de la


información que la normativa española, los activos adquiridos
mediante intercambio por otro activo deben quedar valorados por su
valor razonable13 a no ser que (a) la transacción de intercambio no
tenga carácter comercial o (b) no pueda medirse con fiabilidad el
valor razonable del activo entregado ni el del activo recibido (pfo.
24). Cuando no resulte aplicable el valor razonable, el activo adqui-
rido quedará valorado por el valor en libros del activo entregado.

Así, según consta en la NIC 16, una transacción tendrá carácter


comercial si (pfo. 25):

a) la configuración (riesgo, calendario e importe) de los flujos de


efectivo recibidos difiere de la configuración de los flujos de
efectivo del activo transferido; o
b) el valor específico para la entidad de la parte de las operaciones
de la misma afectadas por la transacción, se ve modificado como
consecuencia de la transacción; y además
c) la diferencia identificada en (a) o en (b) resulta significativa al
compararla con el valor razonable de los activos intercambiados.

5. Subvención y donación

El IASB plantea dos métodos para el registro de las subvenciones, el


método de la renta y el método del capital, siendo el primero de
12 Montesinos Julve (1990, p. 68) ya apuntaba esta solución antes de que se aprobara la
Resolución sobre inmovilizado material, manifestando su coherencia con el Documento
de AECA sobre Inmovilizado Material así como con los principios mencionados.
13 Cuando no existan transacciones comparables en el mercado, se entenderá por valor

razonable, si pueden medirse con fiabilidad, el valor razonable del activo entregado o el
valor razonable del activo recibido si la evidencia es más clara (pfo. 26).

54
INMOVILIZADO MATERIAL

éstos el que resulta aplicable en caso de subvenciones relacionadas


con activos (o de capital) y coincidiendo básicamente con el sistema
de registro dispuesto en la Resolución del ICAC. Así, de acuerdo con
el método de la renta, los recursos obtenidos a través de subvencio-
nes de capital se imputan a resultados de forma sistemática, si bien
existen a su vez dos formas de proceder a la aplicación de este
método:

a) reconociéndolas como ingresos diferidos que se imputan a ingre-


sos a lo largo de la vida útil de los elementos financiados (NIC
20, pfo. 26), o

b) deduciendo la subvención del valor por el que se ha contabiliza-


do el activo subvencionado, a efectos únicamente de presenta-
ción en el Balance y del cálculo de la base amortizable (NIC 20,
pfo. 27).

Asimismo, el IASB regula el caso particular de las subvenciones de


carácter no monetario o donaciones, admitiendo dos formas de valo-
rarlas: (a) por el valor razonable o de mercado, al que se refiere
como método habitual, y (b) por un valor simbólico, procedimiento
que considera alternativo (NIC 20, pfo. 23). La primera de estas solu-
ciones se considera equivalente a la prevista por el ICAC en su
Resolución sobre Inmovilizado Material así como en las últimas
adaptación sectoriales del PGC (Martínez Churiaque, 2001, p. 42),
cuando disponen la utilización del valor venal para los inmoviliza-
dos recibidos mediante donación.

En lo que se refiere a la imputación a resultados de las subvenciones


y donaciones, el IASB va más allá que la normativa española, esta-
bleciendo que se hará de forma que los ingresos se enfrenten con los
costes relacionados con los mismos. Esta práctica resulta coherente
con el tratamiento previsto por el ICAC para los activos amortiza-
bles. No obstante, caso de aplicarse en activos no amortizables, la

55
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

normativa del IASB implica que si el disfrute de la subvención está


condicionado al cumplimiento de ciertos requisitos -como la edifica-
ción sobre unos terrenos que han sido subvencionados- estas sub-
venciones se imputen a resultados a lo largo del período en el que se
devenguen los gastos que permitieron su obtención (NIC 20, pfo. 18)
y no el momento en el que se produzca la baja o enajenación de los
activos adquiridos como está previsto en el PGC (Norma de
Valoración 20.ª). El supuesto que se muestra a continuación presenta
un ejemplo de la aplicación de la normativa internacional.

Supuesto. Subvenciones

YMINUS, S.A. ha solicitado y obtenido a principios del año 1 una subvención


para la compra de un solar y construcción de una nave industrial. El importe sub-
vencionado, 600.000 euros en el caso del solar y 240.000 en el caso de la cons-
trucción, financian el 50% de las inversiones a realizar. No obstante, es condi-
ción indispensable para la concesión definitiva de la ayuda la realización de la
construcción en el plazo más breve posible. La vida útil de la construcción se
estima en 50 años.

Análisis del problema: hay que decidir sobre dos cuestiones que no proceden en
la normativa española.

i(i) identificación del período de imputación en el caso del terreno y

(ii) elección del método de imputación a resultados.

(i) Identificación del período de imputación en el caso del terreno.

Siguiendo las indicaciones del IASB, independientemente de que se trate de bie-


nes no depreciables, habrá que enfrentar los ingresos obtenidos –o subvención-
con los gastos que han permitido su obtención –en este caso la construcción de
la nave industrial cuyos gastos se reconocen a través de la amortización. Por con-
siguiente, la subvención relacionada con el terreno se va a imputar a resultados
durante el período de amortización de la construcción (50 años).

(ii) Elección del método de imputación a resultados.

La empresa puede presentar las subvenciones:

a) como ingreso a distribuir en varios ejercicios –en el pasivo–, o

b) minorando el valor en libros de los activos subvencionados –en el activo.

56
INMOVILIZADO MATERIAL

A continuación, se presenta el Balance y la Cuenta de Resultados de la empresa


YMINUS, S.A. a finales del año 1, suponiendo las dos alternativas contempladas
en (ii).

Presentando la subvención en el pasivo como IDVE.

ACTIVO PASIVO

Terrenos y Construcciones 1.680.000


Subvenciones 823.200
— A.A.I.M. (9.600)

1.670.400

DEBE HABER

Amortización del Inmo- Subvenciones


vilizado Material 9.600 aplicadas 16.800

b) Presentando la subvención en el activo, minorando el valor en libros.

ACTIVO PASIVO

Terrenos y Construcciones 1.680.000

– Subvenciones (840.000)
– A.A. I.M. (4.800)
835.200

DEBE HABER

Amortización del
Inmovilizado Material 4.800

Una vez consideradas las diferencias existentes, la Subcomisión de


opciones del ICAC ha manifestado abiertamente su preferencia por
el registro de las subvenciones de capital como ingresos a distribuir
en varios ejercicios, así como por su imputación a resultados confor-

57
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

me a la NIC 20. Asimismo, esta subcomisión aboga por la adscrip-


ción de los ingresos relacionados con los ingresos al margen ordina-
rio (2002, pp. 397 y 413), coincidiendo en este sentido con el IASB.
No obstante, hay ciertos aspectos que la subcomisión no resuelve
totalmente y respecto a los cuales el presidente de la misma se mani-
fiesta en los siguientes términos:

a) registro de las subvenciones como ingreso a distribuir en varios


ejercicios,

b) cuya incorporación a la Cuenta de Pérdidas y Ganancias tendrá


los mismos efectos que los activos fijos subvencionados, y

c) expresado en el activo del balance minorando bien los activos


financiados, bien la rúbrica general del inmovilizado correspon-
diente si no existiese un elemento específico al que vincularla
(ICAC, 2002, p. 432).

Diferencias en el tratamiento de las subvenciones

ASB ICAC

Tipo • Ingreso diferido, o


de • Minoradora de valor en Ingreso diferido
partida libros

Impu- Correlacionado con gastos Correlacionado con


tación necesarios para obtención amortizaciones

6. Arrendamiento Financiero

El PGC dispone que los elementos explotados en régimen de arren-


damiento financiero queden registrados por el valor de contado y los
pasivos que estos contratos originen por el montante de la deuda
total, originándose una diferencia que se recoge como gastos a dis-
tribuir en varios ejercicios (Norma de valoración 5.ª).

58
INMOVILIZADO MATERIAL

Por su parte, la NIC 17 establece que los elementos adquiridos


mediante contratos de arrendamiento financiero darán lugar al regis-
tro de un activo y un pasivo por igual cuantía, que será igual a la
menor de las siguientes cantidades: valor razonable o de mercado y
valor actual de las cuotas a pagar (pfo. 12). En consecuencia, según
el IASB, esta operación no dará lugar al registro de gastos por intere-
ses diferidos por parte del arrendatario.

Tras analizar la postura del IASB en cuanto a la valoración de los


pasivos asociados a los arrendamientos financieros, las dos subcomi-
siones constituidas con motivo del Libro Blanco han manifestado su
acuerdo con aproximarse a la normativa internacional, prefiriéndose
–según la Subcomisión de opciones– el registro de la deuda por el
valor actual de las cuotas a pagar. De esta forma, la información
sobre los gastos financieros de la operación constaría en la Memoria
y no en el Balance de Situación (2002, pp. 399 y 459).

Abundando sobre el valor de los activos adquiridos, en el caso particu-


lar de que los elementos arrendados sean un terreno y una edificación
sobre el mismo, la nueva redacción de la NIC 17 dispone que se distri-
buya el importe invertido en proporción al valor razonable de cada ele-
mento, considerándose por la parte que afecte al terreno un arrenda-
miento operativo. No obstante, se procederá a registrar la operación
íntegramente como arrendamiento financiero si resultara imposible tal
reparto y no existieran evidencias que nos indujeran a pensar que el
arrendamiento es de tipo operativo. Excepcionalmente, si el valor del
terreno resulta inmaterial, se tratarán ambos elementos como uno solo.

Las mismas discrepancias mencionadas anteriormente en cuanto a


valoración de pasivos en operaciones de arrendamiento financiero
pueden extrapolarse a las operaciones de venta con arrendamiento
posterior o lease-back. Así, de acuerdo con la normativa emanada
del ICAC, tras formalizarse un contrato de este tipo, surge un pasivo
en el que se acumulan el total de las cuotas a pagar –capital e intere-

59
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

ses (PGC, Norma de valoración 5.ª). Sin embargo, según la normati-


va internacional, las deudas asociadas a los contratos de arrenda-
miento financiero –en este caso, lease-back– no incorporan los inte-
reses de la operación. Una segunda diferencia surge por la identifi-
cación, según el IASB, de los beneficios asociados a la operación de
venta como ingresos diferidos a imputar como resultados a lo largo
del período que dure la operación –no procediendo de acuerdo con
la normativa española el registro de beneficios.

Diferencias en la valoración de los arrendamientos financieros:

IASB ICAC

Deuda = Activo Deuda = Activo + Intereses

El supuesto siguiente nos ilustra con la aplicación de la normativa


internacional a la valoración de los arrendamientos financieros.

Supuesto. Contabilidad de las operaciones de arrendamiento financiero


La empresa XPLUS, S.A. solicita a una entidad de leasing el suministro de una
máquina especializada cuyas características son completamente especificadas
por XPLUS, S.A. al objeto de explotarla en régimen de alquiler durante un núme-
ro determinado de años, al final de cuyo período la máquina volverá a manos del
proveedor. Asimismo, XPLUS, S.A. procede a la venta de una edificación sobre la
cual formaliza un contrato de arrendamiento financiero. La operación de venta
que afecta tanto a la construcción como al solar, genera beneficios.
Implicaciones más significativas:
Arrendamiento de Reconocimiento
Reconocimiento Valoración Amortización
la máquina de Intereses

Coste del activo Conforme se


Arrendador Derecho de cobro más gastos de la No procede
devenguen
operación

Menor entre:
Inmovilizado valor de mercado Conforme se Duración del
Arrendatario
material y valor actual de devenguen contrato
las cuotas a pagar

60
INMOVILIZADO MATERIAL

Venta con
arrendamiento Reconocimiento Valoración Amortización
posterior

Arrendamiento
Solar Cuota No procede
operativo: gasto

Menor entre: Menor entre


Inmovilizado valor de mercado duración del
Edificación
material y valor actual de contrato
las cuotas a pagar y vida útil

Deuda Igual que edificación —

Diferencia entre valor


Resultado Ingreso Diferido en libros e importe
obtenido

7. Amortización de Inmovilizados Materiales

La normativa internacional introduce un aspecto novedoso en el cál-


culo de las amortizaciones al disponer que se amortizará de forma
independiente cada parte de un elemento del inmovilizado material
que tenga un coste significativo con relación al coste total de la par-
tida. De acuerdo con lo anterior, a efectos del cálculo de amortiza-
ciones, sólo estará justificada la agregación de las partes de un ele-
mento así diferenciadas cuando tengan idénticas vidas útiles y se les
apliquen los mismos métodos de amortización.

Asimismo, existen diferencias entre la normativa española y la nor-


mativa internacional en lo que se refieren a la determinación del
valor residual, de la vida útil y del método de amortización.

En lo que se refiere al valor residual, existe unanimidad respecto a su


escasa importancia en la mayoría de las ocasiones, en cuyo caso los
organismos normalizadores justifican que no se considere (NIC 16,

61
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

pfo. 46; ICAC, 1991, Norma séptima). No obstante, como rasgo dis-
tintivo, la NIC 16 hace constar la necesidad de revisar anualmente el
valor residual de los activos materiales si dicho valor es importante,
afectando en lo sucesivo a las cuotas de amortización (pfo. 51).

En cuanto a la vida útil, el ICAC se refiere a la posibilidad de que


una alteración de las circunstancias consideradas en la fecha de
adquisición haga necesaria su revisión, afectando a las cuotas de
amortización del ejercicio corriente y de los futuros (ICAC, 1991,
Norma séptima). El IASB, abundando sobre la misma idea, pero con
un planteamiento más sistemático, requiere la revisión de la vida útil
al menos al final de cada ejercicio económico (NIC 16, pfo. 51).

Relacionado con lo anterior, la normativa internacional dispone el


inicio de la amortización de un activo cuando se encuentre disponi-
ble para su uso, sin que este proceso cese cuando el activo esté
parado o sea retirado del uso activo y mantenido para su enajena-
14
ción o disposición por otra vía.

Más concretamente, en el caso específico de elementos sujetos a


contratos de arrendamiento financiero, la normativa española
requiere su amortización a lo largo de la vida útil. Sin embargo,
puesto que el IASB no exige la intencionalidad de compra, el perío-
do a considerar en la amortización puede verse condicionado por la
vigencia del contrato. Así, cuando no exista certeza de que se vaya a
obtener la propiedad del elemento al finalizar el contrato, se tomará
como período de amortización el menor entre la vida útil y el plazo
de arrendamiento (NIC 17, pfo. 19).

Por último, en materia de métodos de amortización, el IASB también


ha introducido en su última versión de la NIC 16 la necesidad de
revisarlo al final de cada ejercicio económico al objeto de cambiarlo

14La formalización de un contrato de arrendamiento financiero o la realización de una


donación son ejemplos de disposiciones para otra vía.

62
INMOVILIZADO MATERIAL

en caso de haberse alterado el patrón de beneficios (NIC 16, pfo.


52); extremo que no plantea la normativa del ICAC.

Diferencias en el tratamiento de las amortizaciones

IASB ICAC
Distribución en partes
Base amortizable No se considera
significativas
Valor residual, vida útil y Permite revisión de
Exige revisión
método de amortización vida útil

Si no es segura compra:
Activos en arrendamiento
menor entre vida útil y No sería amortizable
financiero
duración del contrato

8. Baja y enajenación de Inmovilizados Materiales

De acuerdo con la definición de activo establecida en el marco con-


ceptual del IASB, la NIC 16 establece que los activos fijos materiales
serán dados de baja en la contabilidad por motivo de su venta o dis-
posición por otra vía, así como cuando no se esperen beneficios
económicos de su uso, venta o disposición por otra vía (pfo. 67).

Más concretamente, la baja en inventario de un elemento de inmovi-


lizado material va a redundar la obtención de un beneficio o pérdida
que no se integrará en el resultado ordinario, produciéndose en este
sentido una total coincidencia con la normativa española (PGC,
Parte Cuarta).

63
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

Baja y enajenación o disposición por otra vía


IASB ICAC
Dotar si no está
Amortización No se considera
totalmente amortizado
Resultado obtenido
Extraordinario
con la venta

Por último, la NIC 16 se refiere al reconocimiento de las partidas por


cobrar asociadas a la enajenación o disposición por otra vía del
inmovilizado. Así, la cuenta por cobrar se valorará por su valor razo-
nable, aplicándose el precio equivalente al contado si se aplaza el
cobro. En este último caso, los ingresos por intereses se reconocerán
de forma que se refleje el rendimiento efectivo derivado de la cuenta
por cobrar. Esta práctica está en la línea de la establecida por el
ICAC para la valoración de los créditos no comerciales.

64
INMOVILIZADO MATERIAL

IV. LA CAPITALIZACIÓN DE COSTES FINANCIEROS

1. Determinación de los activos a los que pueden incorporarse


La posibilidad de incorporar los costes financieros al valor de los acti-
vos es uno de los aspectos más controvertidos que afecta a la valora-
ción de los inmovilizados materiales. El problema consiste en analizar
en que medida la cobertura financiera que haga la empresa para la
adquisición o fabricación de los inmovilizados materiales puede afectar
a la valoración de los mismos. Esta cuestión resulta importante, dado
que la solución que se proponga no sólo afectará a la valoración de los
inmovilizados materiales, sino también al cálculo del resultado del
período, por lo que el grueso de la información contable que la empre-
sa revele se hará depender de si se posibilita a través de la regulación
específica la activación de las cargas financieras. Ello se agrava si se
atiende a que en muchas ocasiones las empresas tienen que acometer
grandes inversiones y no cuentan con financiación propia, lo que
implica que han de soportar importantes costes financieros en la adqui-
sición o construcción de inmovilizados materiales.

Sobre este extremo, se han venido apuntando una serie de argumen-


tos en contra de la posibilidad de capitalización de los gastos finan-
cieros, según los cuales estos gastos debieran ser imputados a resul-
tados con independencia del uso específico que haga la empresa de
la deuda. En particular se ha venido señalando que la relación entre
la corriente de gastos financieros y la generación del activo puede
conllevar en determinadas ocasiones que se utilicen criterios arbitra-
rios de imputación. Otros argumentos utilizados igualmente en con-
tra de la capitalización se centran en resaltar que los costes financie-
ros no incrementan en si mismos la eficiencia de los inmovilizados,
por lo que no resultaría adecuado su incorporación al valor de los
mismos. Por último, se señala igualmente que la capitalización de

65
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

los gastos financieros crea problemas para la comparabilidad de la


información contable entre empresas, dado que el valor de los inmo-
vilizados materiales se hará depender de la forma en la que la
empresa financia los mismos. Estas razones pueden explicar que el
IASB haya considerado como tratamiento preferente que los costes
por intereses deben ser reconocidos como gastos del ejercicio en
que se incurre en ellos, con independencia de los activos a los que
fuese aplicables (NIC 23, párrafo 7).

No obstante lo señalado, el IASB en la NIC 23 posibilita, como trata-


miento alternativo permitido, que los gastos financieros puedan ser
incorporados al valor del activo, cuestión ésta que resulta coherente
con los principios que se derivan del marco conceptual. En primer
lugar, atendiendo al principio de valoración básico recogido en el
marco conceptual del IASB, es decir, el coste, señala que el valor de
los activos viene determinado por todos los desembolsos en los que
una empresa debe incurrir para que un activo esté capacitado para
generar servicios a la empresa, por lo que los gastos financieros han de
ser concebidos como cualquier otro recurso sacrificado y necesario
para que el activo entre en condiciones normales de uso. Con posterio-
ridad, los costes financieros incorporados al valor del activo serán
imputados a los resultados a través de la amortización de los mismos,
lo que posibilitaría la estricta aplicación del principio de correlación de
ingresos y gastos, es decir, permitiría que los resultados calculados ten-
gan significado económico. Sobre este particular cabe resaltar que el
Comité de Interpretaciones del IASB, en concreto en la SIC-2
Uniformidad-Capitalización de los Costes por Intereses, ha señalado
que cuando una empresa adopte el tratamiento alternativo permitido,
esa forma de contabilización debe ser aplicada uniformemente, para
todos los costes por intereses que sean imputables directamente a la
adquisición, construcción o producción de todos los activos que cum-
plan las condiciones exigidas.

66
INMOVILIZADO MATERIAL

En lo que se refiere a la normativa española, hemos de decir que en


términos generales resulta muy similar a la NIC 23, decantándose
por la posibilidad de incorporar los gastos financieros como mayor
valor del activo tanto con carácter general en el Plan General de
Contabilidad, como a través de la Resolución del ICAC de 30 de
julio de 1991 que determina unos criterios específicos para, funda-
mentalmente, calcular el importe de la capitalización. En este senti-
do, vamos a analizar los aspectos fundamentales que se derivan de
la NIC 23, y en particular describir en qué condiciones es oportuno
la capitalización de los costes financieros, así como las reglas que
esta norma establece para el cálculo de la imputación a realizar.

Como criterio alternativo permitido el IASB señala que los costes


financieros que se deriven de los activos que requieren de un deter-
minado período de tiempo para que adquieran condiciones de uso,
pueden ser objeto de incorporación como mayor valor del mismo.
En suma, la condición básica para posibilitar la capitalización de los
costes financieros es que exista un desfase temporal, más o menos
dilatado, entre la fecha de incorporación de costes al activo y la
fecha en la cual éste adquiere capacidad para entrar en funciona-
miento. El IASB utiliza una denominación especial para estos acti-
15
vos, cual es, la de activos cualificados . En concreto, el párrafo 11
de la NIC 23 señala que los costes por intereses que sean directa-
mente atribuibles a la adquisición o construcción de activos cualifi-
cados deben ser capitalizados formando parte del valor del activo.
No obstante, la incorporación de costes financieros al inmovilizado
material, estará sujeta a los criterios de reconocimiento de dichos

15Entre los activos cualificados se consideran las existencias que requieren de un largo
período de tiempo para su fabricación, tal como puede ser la construcción de buques.
No obstante, al objeto de esta monografía sólo haremos referencia a aquellos activos
cualificados que por su naturaleza son inmovilizados materiales, entre los que se
encuentran edificios, centrales eléctricas, o cualquier otro activo material que requiera
de un largo período de tiempo para entrar en condiciones de uso.

67
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

inmovilizados a los que se aludía en otra parte de la presente mono-


grafía, es decir, que se espera que de dichos inmovilizados surjan
beneficios en el futuro y que tales costes financieros puedan ser eva-
luados con fiabilidad. En resumen, puede señalarse cuatro caracte-
rísticas esenciales que han de darse para que la capitalización de
costes financieros pueda tener lugar:

• Los costes financieros en los que se incurra deben estar vincula-


dos a un inmovilizado material.
• Este inmovilizado material debe ser cualificado.
• Este inmovilizado material debe generar beneficios en el futuro.
• Los costes financieros pueden ser evaluados con cierta fiabilidad.
De este planteamiento surge el hecho de que se convierte como
condición indispensable para la capitalización de los gastos finan-
cieros, que se traten de gastos que se deriven directamente bien de
la adquisición bien de la producción de un inmovilizado material,
entendiéndose que los gastos financieros son atribuibles al inmovili-
zado siempre y cuando se podrían haber evitado si la empresa no
hubiese realizado ningún desembolso en el mismo. La cuestión par-
ticular que surge de aquí es que aparentemente se requiere de una
estricta relación de causalidad entre la fuente financiera que genera
los costes financieros y el activo cualificado. En ocasiones esa rela-
ción de causalidad será fácilmente identificable en la medida que la
empresa obtiene una deuda específica con el único de fin de finan-
ciar la adquisición o construcción del inmovilizado material, lo que
implica que la identificación de los costes financieros que pueden
ser objeto de capitalización resulta un ejercicio de fácil resolución.

No obstante, en otras ocasiones la identificación de esa relación de


causalidad resulta más compleja, señalando la NIC 23 una serie de
situaciones donde la relación entre cargas financieras y activo cuali-
ficado resulta menos nítida. Por ejemplo cuando la actividad de la

68
INMOVILIZADO MATERIAL

empresa está centralizada de manera que el departamento financiero


obtendrá la financiación general requerida para la actividad de la
empresa, lo que implicaría en suma que no existe una fuente de
financiación específica para el activo cualificado.

En cualquier caso cabe resaltar que el hecho de que no exista una rela-
ción causa- efecto entre deuda y activo cualificado no implica que los
costes financieros no puedan ser incorporados como mayor valor del
activo, dado que la empresa podría haber evitado los costes financie-
ros, aun cuando no deriven de deudas específicas, a través de la cance-
lación de las deudas, por lo que bajo esta consideración los costes
financieros resultan capitalizables. No obstante, la existencia de deudas
genéricas simplemente requerirá de una serie de criterios específicos
que permitan determinar el importe de los costes financieros que pue-
den ser objeto de capitalización, dado que en estas situaciones al no
existir una deuda única no existirá igualmente un único tipo de interés
que resulte fácilmente identificable y valorado con fiabilidad. Esta prác-
tica de capitalización de gastos financieros que derivan de fuentes
financieras genéricas ha sido admitida por la normativa española, si
bien, se precisa que no tendrán en consideración aquellas deudas que
no tengan relación alguna con el activo, como pueden ser deudas
generadas por operaciones comerciales.

2. Importe de los gastos financieros a capitalizar

De lo señalado hasta este momento se deduce que el importe de los


costes financieros susceptibles de ser incorporados como mayor
valor del inmovilizado material, se hará depender de la relación de
causalidad entre la deuda que genera las cargas financieras con la
adquisición o fabricación del inmovilizado material. En el caso de
que la financiación haya sido obtenida de forma específica para la
fabricación o adquisición del activo cualificado, los costes financie-

69
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

ros que son susceptibles de imputar al valor del activo vendrán


determinados por el importe real de los costes incurridos durante el
ejercicio, siempre y cuando los mismos hayan sido soportados antes
de que tenga en lugar la entrada en funcionamiento del activo.

Sobre este particular, la NIC 23 (párrafo 15) plantea un caso particu-


lar para el cálculo de los gastos financieros capitalizables cuando
derivan de deudas específicas. En concreto se hace referencia a la
posibilidad de que los fondos obtenidos posibiliten a la empresa la
obtención de algún rendimiento financiero, por su inversión en pro-
ductos financieros de naturaleza temporal, lo cual tendrá lugar cuan-
do exista un desfase temporal entre la obtención de la deuda y el
empleo de la misma para la adquisición o fabricación del activo
cualificado. En este caso, los costes financieros generados por la
deuda que serán susceptibles de ser capitalizados vendrán determi-
nados por la diferencia entre los costes financieros generados por la
deuda menos los ingresos financieros obtenidos por la inversión
temporal realizada, cuestión ésta sobre la que no se pronuncia la
regulación española.

Ejemplo.
Supóngase una empresa que obtiene una deuda específica para la financiación de
la construcción de un determinado activo. La deuda es por un importe de
300.000 €, la cual devenga unos intereses financieros de 10% anual. No obstan-
te, entre el momento de obtención de la deuda y la utilización de la misma en la
financiación del activo existe un desfase temporal que posibilita que la empresa
invierta los fondos obtenidos por la deuda en una inversión financiera temporal
que le ha permitido obtener unos rendimientos financieros brutos de 10.000 €.
Determinar el importe de los costes financieros que pueden ser objeto de capitali-
zación.
Solución:
En este caso los costes financieros susceptibles de ser capitalizados vendrán deter-
minados por los costes financieros totales generados por la deuda específica, esto
es, 30.000 € (300.000 * 0,10), menos los ingresos financieros derivados del rendi-
miento obtenido en la inversión temporal de la deuda, es decir, 10.000 €. En
suma, el importe de gastos financieros susceptibles de ser capitalizados es de
20.000 €.

70
INMOVILIZADO MATERIAL

En el caso de que los fondos obtenidos para financiar la adquisición o


fabricación del activo cualificado procedan de préstamos genéricos, la
NIC 23 señala, en su párrafo 17, un procedimiento específico para
determinar el importe de los costes financieros susceptibles de ser capi-
talizados. En este sentido, los costes financieros capitalizables vendrán
determinados por la aplicación de un tipo de capitalización a la inver-
sión efectuada en dicho activo. De esta forma el importe a capitalizar
vendrá determinado por dos factores específicos: tipo de capitalización
e inversión realizada.
En lo que se refiere al primer factor, es decir, el tipo de capitalización,
vendrá determinado por la media ponderada de los costes por intereses
aplicados a los préstamos recibidos por la empresa que han estado
vigentes durante el ejercicio y son diferentes a los específicamente
acordados para financiar el activo.
Respecto al segundo factor, esto es, la inversión realizada, en ésta será
incluida todos los importes necesarios para preparar el activo para su
uso deseado o su venta, entre los cuales se pueden distinguir:
• Trabajos técnicos y administrativos previos a la construcción física,
tales como las actividades asociadas a la obtención de permisos
anteriores a la construcción propiamente dicha.
• Cualquier coste incorporado para la construcción del activo cualifi-
cado.
El importe de los gastos incurridos en el período se reducirá en la
cuantía de los anticipos y ayudas relacionadas en los activos, como
por ejemplo el caso de subvenciones, por lo que sólo habrán de ser
tenidos en consideración únicamente los importes a financiar duran-
te el ejercicio. En este sentido, la NIC 23 señala en su párrafo 21 que
el importe en libros promedio durante un ejercicio, incluyendo los
costes por intereses capitalizados anteriormente constituye, por lo
general, una aproximación razonable a los gastos a los que se debe

71
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

aplicar el tipo de capitalización de ese ejercicio. Ello implica que


resultará necesario realizar cálculos sobre el tiempo que la empresa
necesita financiar los distintos gastos incurridos al objeto de calcular
la inversión realizada en el ejercicio.

Ejemplo.
Una empresa firma un contrato con una constructora para la fabricación de un
edificio, siendo la corriente de pagos realizada durante el ejercicio la siguiente:

• El 1 de enero realiza un pago de 10.000 €


• El 15 de marzo realiza un pago de 20.000 €
• El 1 de agosto realiza un pago de 30.000 €
Según estos datos, calcúlese la inversión media realizada por la empresa durante
el ejercicio.

Solución:

Para calcular la inversión media nos vamos a servir del siguiente cuadro:

Desembolso Período de financiación Inversión media


1.000 12 meses 1.000
2.000 9,5 meses 1.583
3.000 4,5 meses 1.125

Por tanto, la inversión media realizada durante el ejercicio será de 3.708 €

En el caso particular de que para un mismo activo cualificado se


estén utilizando diversas fuentes financieras, unas obtenidas con
carácter exclusivo para la financiación del mismo, y otras derivadas
de las fuentes financieras genéricas de las empresa, el importe a
capitalizar vendrá determinado por los gastos reales derivados de las
fuentes específicas más el importe de aplicar el tipo medio de finan-
ciación a la inversión realizada durante el período no financiado por
la deuda específica. En cualquier caso el importe por intereses sus-
ceptibles de capitalizar nunca podrá exceder al total de costes por
intereses en los que se ha incurrido durante el período.

72
INMOVILIZADO MATERIAL

Por último cabe resaltar que cuando el importe en libros o el coste final
esperado del activo cualificado exceda a su importe recuperable o a su
valor neto de realización, el importe en libros se eliminará o se dará de
bajo de acuerdo con lo especificado en la NIC 36, cuestión ésta sobre
la que nos detendremos posteriormente. Un planteamiento similar se
reconoce en la regulación española, donde el importe máximo de la
capitalización estará sujeto al valor de mercado del activo.

3. Inicio de la capitalización

Una cuestión importante que afecta al tratamiento de la capitalización


de los gastos financieros es determinar el momento exacto del tiempo
en el que pueden incorporarse los costes financieros como mayor valor
del activo. En este sentido, la NIC 23 señala en su párrafo 20 que dicha
capitalización tendrá lugar cuando concurran las tres circunstancias
siguientes:

• Se haya incurrido en gastos financieros relacionados con algún acti-


vo cualificado, es decir, la empresa ha tenido que realizar algún
desembolso para la adquisición o fabricación del activo;
• Se haya incurrido en algún coste financiero bien derivado de fuen-
tes de financiación específicas o genéricas relacionadas con el acti-
vo cualificado; y
• Se están acometiendo las labores necesarias para que el activo
adquiera capacidad funcional que genere servicios a la empresa.
La NIC 23 precisa sobre este particular que la mera tenencia del
activo, cuando en el mismo no se está llevando a cabo ninguna acti-
vidad de producción o desarrollo, no posibilita la capitalización de
intereses. Así, a modo de ejemplo, los costes financieros en los que
se incurra mientras unos terrenos se están preparando serán capitali-
zados en el ejercicio en que tal preparación tiene lugar, si bien,

73
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

aquellos costes financieros en los que se incurre mientras los terre-


nos, adquiridos para construir sobre ellos, se mantienen inactivos no
pueden ser objeto de incorporación al valor del activo.

En relación con esta cuestión la NIC 23 contempla el caso en el que la


capitalización de los costes financieros habrá de ser suspendidas. Ello
tendrá lugar cuando se interrumpa el desarrollo de la actividad durante
el ejercicio, y cuando tal interrupción se extienda de manera significati-
va en el tiempo. Aun cuando puedan incurrirse en determinados costes
por mantenimiento del activo cualificado, estos costes de manteni-
miento no deben ser considerados como una actividad necesaria para
preparar el activo cualificado, por lo que los costes financieros que se
generen no son susceptibles de ser incorporados como mayor valor del
activo. A este respecto cabe precisar que no pueden capitalizarse gas-
tos financieros cuando se produzcan retrasos derivadas de condiciones
climáticas o geográficas cuando éstas sean previsibles.

4. Finalización de la capitalización

La otra dimensión temporal en tener en consideración en lo que se refie-


re a la capitalización de los costes financieros viene determinada por el
momento del tiempo en el que se concluye el período de incorporación
al activo de los costes financieros. En este sentido, la capitalización de-
berá finalizar cuando hayan sido completadas todas o prácticamente to-
das las actividades necesarias para preparar el activo cualificado, es de-
cir, cuando el mismo esté capacitado para incorporarse al proceso
productivo de la empresa o bien esté en condiciones de procederse a su
venta. Ello supone, por tanto, la culminación de la construcción física del
mismo, aun cuando puedan restar ciertas actividades administrativas o
modificaciones menores como por ejemplo el acondicionamiento gene-
ral de edificios.
En el caso de de que el activo cualificado sea construido por partes,
y éstos a su vez puedan ser utilizados individualmente, la capitaliza-

74
INMOVILIZADO MATERIAL

ción de los costes financieros será realizado en atención a las partes


diferenciadas del activo cualificado, y por tanto la finalización de la
capitalización se realizará igualmente de forma individualizada. Por
ejemplo, un parque industrial que comprende varios edificios,
requerirá para la capitalización de los costes financieros que éstos
sean tratados individualmente, y que la capitalización sea finalizada
cuando los edificios individuales puedan estar en condiciones de
uso.

Ejemplo

Una empresa contrata la construcción de un edificio, siendo el período de cons-


trucción de dos años. Durante estos períodos la empresa ha incurrido en los
siguientes gastos:
a) Año 1:
• Costes del proyecto de diseño incurridos el 1/1: 25.000 €
• Costes por la obtención del permiso de construcción incurridos el 1/1: 10.000 €
• Costes de construcción incurridos el 1/4: 50.000 €
• Costes de construcción incurridos el 1/7: 50.000 €
• Costes de construcción incurridos el 1/12: 30.000 €
b) Año 2:
• Costes de construcción incurridos el 1/4: 50.000 €
• Costes de construcción incurridos el 1/7: 50.000 €
• Costes de construcción incurridos el 1/12: 30.000 €

Para la financiación específica de esta construcción la empresa ha obtenido el 1/1


del año 1 una deuda de 150.000 € cuyo vencimiento será el 1/1 del año 3, a un
tipo de interés del 10% anual. Por otra parte, se tiene conocimiento de que la
empresa disfruta de otras dos deudas, cuyo vencimiento es con posterioridad al
periodo de conclusión de la construcción. En concreto la deuda genérica 1 es de
50.000 € a un tipo de interés anual del 7%, y la deuda genérica 2 de 120.000 € a
un tipo de interés anual del 9%.
Dada esta información, calcúlese los costes financieros incorporables al valor del
inmovilizado material.
Solución:
Para resolver este ejemplo vamos en primer lugar a calcular la inversión media
realizada por la empresa en cada año. Para ello vamos a realizar los cálculos en
el siguiente cuadro:

75
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

Año 1

Desembolso Período de financiación Inversión media

25.000 12 meses 25.000


10.000 12 meses 10.000
50.000 9 meses 37.500
50.000 6 meses 25.000
30.000 1 mes 2.500

Dado los cálculos realizados en el cuadro la inversión media realizada durante el


período, es decir, la inversión promedio a financiar será de 100.000 €. Puesto
que el importe de la inversión media es inferior al importe de la deuda específica
obtenida, sólo cabe incorporar como valor del activo los costes financieros que se
derivan de dicha deuda, es decir, 15.000 €.

2) Año 2

En lo que se refiere al año 2, procedemos igualmente a calcular la inversión pro-


medio realizada durante este ejercicio teniendo en consideración que la inversión
realizada durante el ejercicio 1, incluido los costes financieros, habrán de ser
financiadas durante todo el ejercicio

Desembolso Período de financiación Inversión media

115.000 12 meses 115.000


50.000 9 meses 37.500
50.000 6 meses 25.000
30.000 1 mes 2.500

Dado estos cálculos la inversión media realizada durante el año 2 habrá sido de
180.000 €. En este sentido, dado que el importe a financiar supera a la deuda
específica, en orden a calcular los costes financieros habrán de ser tenidos en
consideración tanto los costes que se derivan de la deuda específica como los
costes financieros que se derivan de deudas genéricas:

• Costes derivados de la deuda específica: 15.000 €


• Para el cálculo de los costes derivados de deudas genéricas se deberá primero
calcular el coste financiero medio de las mismas, así como el importe a finan-
ciar.
En lo que se refiere al coste financiero ponderado de las deudas genéricas vendrá
determinado por el siguiente cálculo:

Coste financiero medio =


(0,07*50.000 + 0,09*120.000) / (50.000+120.000) = 0,084

76
INMOVILIZADO MATERIAL

En lo que se refiere al importe a financiar vendrá determinado por la diferencia


entre el importe total a financiar menos el importe financiado por la deuda especí-
fica:

Importe a financiar por la deuda específica = 180.000 – 150.000 = 30.000

Calculada estas dos variables, el coste financiero incorporable al inmovilizado


material derivado de las deudas genéricas vendrá determinado de la siguiente
forma (redondeados):

Costes derivados de las deudas genéricas = 0,084*30.000 = 2.524

Por tanto, el importe total de los gastos financieros que son susceptibles de ser
capitalizados vendrán calculados como sigue:

Importe gastos a capitalizar = 15.000 + 2.524 = 17.524

Un último cálculo a realizar será verificar si el importe de los gastos financieros


no superan los costes financieros que la empresa soporta, que en el caso particu-
lar de nuestro ejemplo alcanzan la cifra de 29.300 € (0,10* 15.000 + 0,07 *
50.000 + 0,09 * 120.000). Dado que esta cifra es mayor podrán ser activados
todos los gastos financieros calculados, y el valor total de la construcción será de
327.524 €.

77
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

V. DETERIORO DEL VALOR DE LOS ACTIVOS

1. Nota introductoria sobre el deterioro del valor de los activos

Por deterioro de valor de activos nos vamos a referir lo que en la


normativa contable española se asocia a las pérdidas reversibles de
inmovilizado. En concreto, y al amparo del principio de prudencia
valorativa que, entre otras cuestiones, señala que al realizar el cierre
se tendrán presentes todos los riesgos y pérdidas previsibles, cual-
quiera que sea su origen; por lo que si el valor de mercado fuera
inferior al precio de adquisición tendríamos que recoger en la cuen-
ta de resultados tal pérdida de carácter reversible, aún no habiéndo-
se realizado, y valorar el activo por dicho valor de mercado.

Esta cuestión es recogida y ampliamente desarrollada en la NIC 36, la


cual prescribe la contabilización y la información financiera a revelar
en el caso de deterioro de valor de toda clase de activos, así como su
recuperabilidad, si bien en esta monografía vayamos a hacer referencia
únicamente a su aplicación al inmovilizado material.

Las alusiones en nuestra normativa al deterioro del valor de los activos


se encuentran, por una parte, en las Normas de Valoración del PGC. En
concreto, en la norma 3ª relativa a Normas particulares sobre inmovili-
zado material en su apartado 5 se establecen varias causas justificativas
de la corrección de valor de inmovilizado material:
“En todos los casos se deducirán las amortizaciones practicadas, las
cuales habrán de establecerse sistemáticamente en función de la vida
útil de los bienes, atendiendo a la depreciación que normalmente
sufran por su funcionamiento, uso y disfrute, sin perjuicio de consi-
derar también la obsolescencia que pudiera afectarlos.
Deberán efectuarse las correcciones valorativas necesarias con el fin
de atribuir a cada elemento de inmovilizado material el inferior valor
de mercado que le corresponda al cierre de cada ejercicio, siempre

78
INMOVILIZADO MATERIAL

que el valor contable del inmovilizado no sea recuperable por la


generación de ingresos suficientes para cubrir todos los costes y gas-
tos, incluida la amortización.
Por la depreciación duradera que no se considere definitiva, se debe-
rá dotar una provisión; esta provisión se deducirá igualmente a efec-
tos de establecer la valoración del bien de que se trate; en este caso
no se mantendrá la valoración inferior si las causas que motivaron la
corrección del valor hubieran dejado de existir.
Cuando la depreciación de los bienes sea irreversible y distinta de la
amortización sistemática, se contabilizará directamente la pérdida y la
disminución del valor del bien correspondiente”.

En concreto, de todas las anteriores causas de minoración de valor,


la NIC 36 hace referencia a las contempladas en el segundo y tercer
párrafos anteriores, lo que podemos denominar como pérdidas de
valor reversibles, así como su reversión. Por otra parte, en la
Resolución del ICAC del 30/07/91 relativa a la Valoración del
Inmovilizado Material hace referencia en su apartado séptimo sobre
correcciones de valor, cuando se alude a las pérdidas de carácter
reversible en el inmovilizado:
“Cuando el valor de mercado de un inmovilizado sea inferior al valor
neto contable y esta diferencia no se considere definitiva, se proce-
derá a dotar una provisión, siempre que su valor neto contable no
pueda recuperarse mediante la generación de ingresos suficientes
para cubrir todos los costes y gastos, incluida la amortización, que se
producen como consecuencia de su utilización.
Si las causa que motivan la dotación desaparecen, se deberá anular el
importe provisionado”.

Antes de hacer explícitos los planteamientos que sobre este particu-


lar la NIC 36 plantea, podríamos introducirlos a partir de ciertas crí-
ticas al tratamiento que la normativa contable española actual
requiere a este tipo de situaciones. Para ello, y en resumen podría-
mos decir que las pérdidas reversibles en el caso español se calculan
y se hacen efectivas sólo a partir de la diferencia entre valor de mer-

79
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

cado y valor contable neto, aunque la referencia al valor de merca-


do se lleva a cabo en un entorno de extremada prudencia, donde
prima la fiabilidad sobre la relevancia, no es la referencia siempre
adecuada, habida cuenta que no siempre es posible su existencia y
cálculo. Por tanto, pueden darse circunstancias, en que al amparo
de la normativa actual, que aun cuando el valor actual de una inver-
sión (en el caso español referenciado en términos de ingresos y cos-
tes, lo cual no sería lo más apropiado desde el punto de vista finan-
ciero) sea inferior al valor neto contable no pueda reconocerse la
pérdida, en este caso reversible, por la ausencia de un valor de mer-
cado no identificado. Precisamente, esta cuestión es abordada en la
NIC 36, donde la pérdida será la diferencia entre el valor contable
neto y el importe recuperable, siendo éste es el mayor entre su pre-
cio de venta neto y su valor de uso. De lo anterior, y entre otras
cuestiones, señalar la introducción de nuevos conceptos por parte
de la normativa internacional: precio de venta neto (concepto más
amplio que el de valor de mercado y, por tanto, menos restrictivo),
valor de uso de un activo y valor o importe recuperable.

De acuerdo con lo anterior, el valor de uso de un activo es el valor


actual de los flujos futuros estimados de efectivo que se esperan,
tanto de su funcionamiento continuado en el tiempo, como de su
eventual enajenación o abandono al final de la vida útil.
Lógicamente, este valor en uso está mucho más cerca del valor
actual de una inversión desde el punto de vista de la teoría financie-
ra que la tímida alusión realizada en nuestra normativa a tal valor,
referenciado a partir de gastos e ingresos.

Por otra parte, el precio de venta neto de un activo es definido en


la NIC 36 como el importe que se puede obtener por la venta del
mismo en una transacción libre, realizada entre un comprador y un
vendedor adecuadamente informados, una vez deducidos los costes
de enajenación o abandono.

80
INMOVILIZADO MATERIAL

Tal planteamiento, señala una de las diferencias fundamentales entre


nuestra normativa actual y la normativa internacional. En concreto,
la normativa contable española calcula la pérdida por diferencia
entre el valor de mercado y el valor neto contable, exigiendo que el
valor neto contable sea a su vez inferior a un valor en uso calculado
o referenciado de forma distinta a como lo hace la normativa inter-
nacional. Por otra parte, la normativa internacional calcula tal pérdi-
da reversible como la diferencia entre el valor recuperable (el mayor
entre valor de mercado y valor en uso y el valor en libros del activo).

Otra diferencia entre ambas normativas estriba en que tal diferencia es


recogida en la normativa española en los resultados extraordinarios,
mientras que la normativa internacional lo considera como resultado
ordinario. Igualmente, otra diferencia fundamental entre ambas nor-
mativas estriba en el hecho de que el IASB minora del activo directa-
mente tal pérdida reversible, mientras que en el caso español se regis-
tra en una cuenta compensatoria de activo (provisiones de activo),
solución esta última que nos parece más apropiada en orden a la
mayor riqueza informativa de los estados contables, no perdiéndose
de esta forma los valores de referencia hasta llegar al valor final.

No obstante lo anterior, y además de las diferencias apuntadas pre-


viamente, la normativa internacional en la NIC 36 desarrolla y
amplía cuestiones no tratadas en nuestro marco legal, y que hacen
referencia a las siguientes cuestiones:

1 ¿Cuándo comprobar si procede calcular la pérdida reversible?


2 ¿Cómo calcular la pérdida?
3 ¿Qué ocurre cuando el valor neto contable no se calculó de
acuerdo con el principio del precio de adquisición?
4 ¿Qué ocurre cuando un activo no tiene identificado de forma
directa cobros y pagos atribuibles a su actividad?

81
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

5 ¿Cuándo comprobar si procede la reversión de una pérdida rever-


sible contabilizada con anterioridad?
6 ¿Cómo calcularla?
7 ¿Cómo debe informarse en los estados financieros?
Precisamente, la respuesta a tales interrogantes va a constituir el
orden y contenido de los siguientes apartados, con independencia
que dediquemos el último de los mismos a señalar las principales
diferencias entre la normativa española y la internacional sobre este
particular.

2. Indicios de la existencia de posibles pérdidas derivadas


del deterioro de activos

De acuerdo con la NIC 36, la empresa debe evaluar, en cada fecha


de cierre del balance, si existe algún indicio de deterioro del valor
de sus activos. Si se detectase algún indicio, la empresa deberá esti-
mar el importe recuperable del activo en cuestión. Por tanto, sin la
existencia de indicios no procedería el cálculo de valores alternati-
vos al precio de adquisición o coste de producción para la valora-
ción de los elementos del inmovilizado material.
Al evaluar si existe algún indicio de que el activo puede haber dete-
riorado su valor, la empresa debe considerar, como mínimo las
siguientes circunstancias, que son divididas en la normativa interna-
cional en fuentes externas e internas:
– Fuentes externas de información
a) durante el ejercicio, el valor de mercado del activo ha disminui-
do significativamente más de lo que cabría esperar como conse-
cuencia del mero paso del tiempo o del uso normal;
b) durante el ejercicio han tenido lugar, o van a tener efecto en el
futuro inmediato, cambios significativos con una incidencia

82
INMOVILIZADO MATERIAL

adversa sobre la empresa, referentes al entorno legal, económico,


tecnológico o de mercado en los que ésta opera, o bien en el
mercado al que está vinculado el activo en cuestión;
c) durante el ejercicio los tipos de interés de mercado, u otros tipos
de rendimiento de mercado de inversiones, han sufrido incre-
mentos que probablemente afecten al tipo de descuento utilizado
para calcular el valor de uso de activo, de forma que disminuyan
su importe recuperable de forma significativa.
– Fuentes internas de información
a) se dispone de evidencia sobre la obsolescencia o deterioro físico
del activo;
b) durante el ejercicio han tenido lugar, o se espera que tengan lugar
en un futuro inmediato, cambios significativos en la forma o manera
en que se usa o se espera usar el activo, que afectarán desfavorable-
mente a la empresa; entre tales cambios pueden encontrarse los pla-
nes de interrupción o reestructuración de la explotación a la que
pertenece el activo, o que se haya decidido la enajenación o aban-
dono del mismo antes de la fecha prevista; y
c) se dispone de evidencia procedente de informes internos, que
indica que el rendimiento económico del activo es, o va a ser,
peor que el esperado.
Si existe cualquier indicio de que el activo puede haber perdido valor
por deterioro, esto podría indicar que durante la vida útil restante, el
método de amortización utilizado o el valor residual del activo, necesi-
tan ser revisados y ajustados, incluso si finalmente no se llega a recono-
cer ningún deterioro del valor para el activo considerad,

3. Valoración de la pérdida por deterioro del activo

Tal como hemos comentado con anterioridad la pérdida por deterio-


ro del valor de un activo se calcula como diferencia, y de acuerdo

83
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

con la normativa internacional, entre el valor neto contable y el


valor recuperable, siendo este último el mayor entre el precio de
venta neto y el valor en uso. Es por lo anterior que se haría necesario
establecer como calcular cada uno de ellos.

– Precio de venta neto


Antes de proceder a analizar este concepto y su cálculo, habría que
señalar previamente que es posible calcular el precio de venta neto
16
de un activo incluso si éste no cuenta con un mercado activo . Sin
embargo, en ocasiones no será posible determinar el precio de venta
neto, porque no existan bases para hacer una estimación fiable del
importe que podría obtenerse por la venta del activo en cuestión, en
una transacción libre realizada entre un comprador y un vendedor
debidamente informados. En tal caso, puede tomarse como importe
recuperable de un activo su valor de uso. (pfo, 17).

La mejor evidencia del precio de venta neto la constituye la existen-


cia de un precio dentro de un compromiso formal de venta. En el
caso de no existir tal compromiso, pero el activo tuviera un mercado
activo de compra venta, el precio de venta neto estará constituido
por el precio del activo en el mercado menos los costes de enajena-
ción. El precio de mercado adecuado es, normalmente, el precio
vendedor que se dé en cada momento. Cuando no se disponga del
precio vendedor del momento, el precio de transacción más reciente
puede proporcionar la base adecuada para estimar el precio de
venta neto, suponiendo que no se hayan producido cambios signifi-
cativos en las circunstancias económicas, entre la fecha de la tran-
sacción y la fecha en la que se realiza la estimación.

16 Mercado activo es un mercado en el que se dan las siguientes circunstancias:


a) Las partidas objeto de transacción son homogéneas;
b) Siempre es posible encontrar compradores y vendedores; y
c) Los precios están disponibles para el público

84
INMOVILIZADO MATERIAL

Otro problema surgiría cuando no exista acuerdo formal de venta ni


mercado activo para el elemento en cuestión. Para este caso, la
empresa podrá considerar, en el caso de existir, el resultado de las
transacciones recientes con activos similares en el mismo sector
industrial. De acuerdo con los requerimientos que se derivarían de
la gestión continuada o empresa en funcionamiento, el precio de
venta no podrá reflejar el que se derivaría de una venta forzada,
salvo que la empresa se viera forzada a vender inmediatamente.

Por otra parte, los costes de enajenación a detraer serían los relacio-
nados directamente con tal operación (costes de carácter legal,
impuestos, desmantelamiento, traslado, etc.). No obstante, otro tipo
de costes que pudieran derivarse de la venta de un activo, tales
como indemnizaciones por despido, costes derivados de la reorgani-
zación de la empresa, etc., no formarían parte de dichos costes a
detraer del precio de venta.

– Valor de uso

El valor en uso del activo será el valor actualizado de los flujos de


efectivo que se esperan obtener derivados de dicho activo, por lo
que para su cálculo será necesario dar los siguientes pasos:

– estimar las entradas y salidas futuras de efectivo derivadas tanto


del funcionamiento continuado del activo como de su enajena-
ción o abandono final (valor residual);

– aplicar el tipo de descuento adecuado a estos flujos de efectivo o


caja futuros.

En cuanto a los flujos de efectivo futuros deberán estar basadas en


hipótesis razonables y fundamentadas, que representen las mejores
estimaciones de la empresa sobre el conjunto de las condiciones
económicas que se presentarán a lo largo de la vida útil restante del

85
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

activo, debiendo darse mayor peso a las evidencias externas que a


las internas.

De acuerdo con la normativa internacional, estas proyecciones deben


hacerse de acuerdo con los pronósticos más recientes que hayan sido
aprobados por la Dirección de la empresa, recomendándose, salvo jus-
tificación, para un período de cinco años, puesto que es difícil que
para períodos mayores puedan existir pronósticos detallados y fiables.
Para los años posteriores deben realizarse estimaciones con crecimien-
to constante o decreciente, salvo que pudiera justificarse el uso de un
tipo creciente en el tiempo. No obstante, establece una serie de limita-
ciones a esto último, cuando expone que el tipo medio de crecimiento
no deberá exceder del tipo medio de crecimiento a largo plazo para los
productos, sectores, país o países en los que opera la empresa, o para
el mercado en el que se utiliza el activo, salvo que pudiera justificarse
un tipo de crecimiento mayor. Por otra parte, si resultara apropiado el
tipo de crecimiento puede ser nulo o negativo.

Sería importante señalar, y de acuerdo con la NIC 36 (pfo. 37) que los
flujos de efectivo deben ser estimados de acuerdo con el estado actual
del activo, sin considerar posibles contingencias futuras, tales como
posible reestructuración futura de la empresa o desembolsos futuros
para mejorar el estado de uso o rendimiento.

Por otra parte, las estimaciones de los flujos de efectivo futuros deben
incluir:

– Proyecciones de cobros procedentes del funcionamiento continuado


del activo. Tanto en este caso como en los pagos, si el tipo de descuen-
to incluyese el efecto de la inflación, se estimarían en términos nomi-
nales; en caso contrario, se harían en términos reales.

– Proyecciones de los pagos en los que sea necesario incurrir para


generar los cobros anteriores por el funcionamiento continuado del
activo (incluyendo, en su caso, los pagos necesarios para preparar el

86
INMOVILIZADO MATERIAL

activo para su utilización), así como los que puedan ser atribuidos
directamente, o distribuidos según una base razonable, al activo. En
estos pagos no deben incluirse los costes relacionados con actividades
de financiación ni los derivados del pago del impuesto sobre benefi-
cios, en coherencia con el cálculo del tipo de descuento aplicado.

– Por último, y en lo que respecta a los flujos de efectivo, habrá de


considerase también el valor del bien al final de su vida útil, el cual
debe basarse en la cantidad que la empresa espera obtener de la venta
del elemento, en una transacción libre entre un comprador y un vende-
dor adecuadamente informados, una vez que se hayan deducido los
costes estimados de la enajenación o abandono. Para ello, la empresa
utilizará los precios que, en la fecha de la estimación, estén vigentes
para activos de naturaleza similar, que hayan llegado al final de su vida
útil y que hayan estado operando en condiciones similares a las del
activo que se está evaluando.
Una vez calculados los flujos futuros de efectivo, para llegar a determi-
nar el valor de uso del activo, habrá que actualizarlos al momento del
cierre del ejercicio, por lo que se tendrá que aplicar un tipo de des-
cuento apropiado. Sobre este particular la NIC 36 en el párrafo 48,
establece que el tipo o tipos de descuento deben ser tomados antes de
impuestos, y se deben escoger tipos que reflejen las evaluaciones
actuales del mercado sobre el valor temporal del dinero, representado
por la tasa libre de riesgo del mercado, y los riesgos específicos del
activo asociados a su incertidumbre y la posible falta de liquidez. El
tipo o tipos de descuento no deben reflejar ajustes que ya hayan oca-
sionado variaciones en las estimaciones de los flujos de efectivo futu-
ros. Por otra parte, el tipo de descuento será independiente de la
estructura de capital mantenida por la empresa, y también de la forma
en que la empresa haya financiado la compra del activo, porque los
flujos futuros que se esperan obtener del mismo no dependen de la
manera en que se hubiera financiado su adquisición.

87
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

Llegados a este momento, y una vez identificados indicios que justifi-


can el deterioro del bien, y calculados el precio de venta, si diera lugar,
y el valor de uso, el importe en libros del Activo o valor contable neto
se minorará directamente del mismo, a diferencia del caso español que
se dotaría una provisión creando una cuenta compensatoria de activo,
hasta que alcance su importe recuperable. Tal pérdida por deterioro
debe ser reconocida como un gasto en la cuenta de resultados.
En el caso de que el importe estimado de una pérdida sea mayor que el
valor contable neto o valor en libros del activo con el que se relaciona,
la empresa debe proceder a reconocer un pasivo si, y sólo si, estuviera
obligada a ello por otra norma internacional.

Tras el reconocimiento de una pérdida por deterioro, los cargos por


depreciación del activo deben ser objeto del ajuste correspondiente,
con el fin de distribuir en el tiempo el nuevo importe del valor contable
del activo.

Ejemplo: La empresa X tiene un activo inmovilizado cuyo valor en libros, des-


contadas las amortizaciones o depreciaciones, asciende al finalizar el ejercicio a
3.000 u.m. La empresa, ante los indicios de existencia de deterioro de dicho acti-
vo, calcula su valor de uso que asciende a 2800. ¿Cuál sería la pérdida reversible
a registrar, en el caso de la normativa española y la internacional? Si:
A. No es posible calcular el precio de venta neto.
B. El precio de venta neto (valor de mercado) fuera de 2.700
C. El precio de venta neto (valor de mercado) fuera de 2.900

Solución:
A Aplicando la normativa contable española no se registraría tal pérdida al no
existir valor de mercado. En el caso de aplicar la normativa internacional la
pérdida sería de 200 (la diferencia entre el valor en libros y el valor de uso)
B Aplicando la normativa contable española la pérdida sería de 300 (diferencia
entre el valor en libros y valor de mercado, cumpliéndose además la falta de
cobertura de costes al ser el valor de uso inferior también al valor contable
neto). Esta pérdida de 300 minorará el resultado extraordinario y aumentará la
provisión de activo correspondiente. En el caso de la normativa internacional
la pérdida será de 200, puesto que se calcularía como la diferencia entre el
valor en libros (3.000) y el importe recuperable (2.800), siendo éste es el

88
INMOVILIZADO MATERIAL

mayor entre su precio de venta neto (2.700) y su valor de uso (2.800).En


este caso, tal diferencia minorará directamente el activo y se registrará
como gasto ordinario.
C La aplicación de la normativa española llevaría a una pérdida por deterio-
ro de 100 (3.000 – 2.900). Tal pérdida sería la misma en el caso de aplicar
la NIC 36, puesto que en este caso el precio de venta neto es superior al
valor de uso.

4. Cálculo de la pérdida por deterioro del activo cuanto éste está


valorado previamente por encima del precio de adquisición o
coste de producción

Aunque en la normativa española actual no cabría hablar de activos


inmovilizados valorados por encima del precio de adquisición, salvo
que fuera autorizado por alguna disposición legal específica, en el
contexto de la normativa del IASB es factible que tal circunstancia se
dé, como ya se ha visto con anterioridad y en virtud de la aplicación
de la NIC 16. Por tanto, si se tratara de una pérdida reversible que
afecte a un activo revalorizado, no tendría sentido imputarla a resul-
tados, dado que hay parte de la revalorización que fue imputada
previamente a resultados y al patrimonio neto sin que la misma se
realizara íntegramente. Es por lo anterior, que la solución que ofrece
la normativa sería la de tratar la pérdida por deterioro como una dis-
minución de la revalorización practicada o, lo que es lo mismo,
como un cargo contra la reserva de revalorización, en la medida que
no exceda del importe previamente revalorizado. La parte que exce-
da del importe previamente revalorizado, será reconocida como un
cargo en la cuenta de resultados.

89
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

Ejemplo: Una empresa dispone de un inmovilizado cuyo valor en libros es de


3.200 unidades monetarias, tras la existencia de indicios de deterioro, el cálculo
del precio de venta neto y el valor de uso arroja unas cifras de 2.700 y 2.800 res-
pectivamente. Calcular la pérdida por deterioro, en los siguientes casos:
A Existe una reserva por revalorización de 400 u.m.
B Existe una reserva de revalorización de 100 u.m.
Solución:
La pérdida por deterioro será de 400 u.m. (la diferencia entre el valor en libros de
3.200 y el mayor valor entre el precio de venta neto y el valor de uso, 2.800). En
este caso la pérdida minorará directamente el valor contable del activo y la reser-
va por revalorización.
En este caso la pérdida será la misma. No obstante, el activo se minorará por 400,
se reducirá la reserva por revalorización por 100, y las 300 restantes irán directa-
mente contra el resultado ordinario.

5. ¿Qué ocurre cuando un activo no tiene identificado de forma


directa cobros y pagos atribuibles a su actividad?

No en escasas ocasiones ocurrirá que sea difícil encontrar un activo


concreto donde podamos calcular su valor en uso dado que los pagos
e ingresos que generen están afectos a un grupo de activos. Por tanto,
la normativa internacional prevé que si no fuera factible estimar el
importe recuperable de un activo individualmente, la empresa debe
proceder a determinar el importe recuperable de la unidad generado-
ra de efectivo a la que pertenece. Por tanto, la unidad generadora de
efectivo de un activo es el grupo más pequeño de activos que, inclu-
yendo al mismo, genere entradas de efectivo por su funcionamiento
continuado, que sean independientes de las entradas producidas por
otros activos o grupos de activos. La identificación de una unidad
generadora de efectivo implica la realización de juicios. Si no se
puede llegar a determinar el importe recuperable de un activo indivi-
dual, la empresa ha de proceder a identificar el conjunto más peque-
ño de activos que incluyendo al mismo, genere entradas indepen-
dientes de efectivo para su funcionamiento adecuado.

90
INMOVILIZADO MATERIAL

Ejemplo.

Una empresa minera posee un ferrocarril privado para transportar el mineral que
extrae. El ferrocarril sólo puede ser vendido por su valor como chatarra y, por sí
mismo, no genera entradas de efectivo por su funcionamiento continuo que sean
independientes de las entradas que corresponden a otros activos de la mina.
No es posible estimar el importe recuperable del ferrocarril privado, porque el
valor de uso del mismo no puede determinarse, aunque probablemente sea dife-
rente de su valor como chatarra. Por tanto, la empresa tendrá que estimar el
importe recuperable de la unidad generadora de efectivo a la que pertenece el
ferrocarril, esto es, la mina en su conjunto.

Ejemplo.

Una empresa de autobuses da servicio bajo contrato a un municipio que le exige


unos ciertos servicios mínimos para cada una de las cinco rutas separadas que cubre.
Los activos destinados a cada una de las rutas, y los flujos de efectivo que se derivan
de cada una de ellas, pueden ser identificados por separado. Una de las rutas opera
con pérdidas.
Puesto que la empresa no tiene la opción de suspender ninguna de las rutas cubiertas
por los autobuses, el menor nivel de entradas de efectivo identificables por el funcio-
namiento continuo, que son independientes de las entradas procedentes de otros
activos o grupos de activos, son las entradas de efectivo generadas por las cinco rutas
en su conjunto. La unidad generadora de efectivo para cada ruta es la empresa de
autobuses considerada como un todo.

En los casos en una unidad generadora de efectivo diera lugar a una


pérdida por deterioro, se minorarán los valores en libro de los acti-
vos incluidos en dicha unidad, prorrateando en función del importe
en libros de cada uno de ellos.

6. ¿Cuándo comprobar si procede la revisión de una pérdida


reversible contabilizada con anterioridad?

De acuerdo con la normativa internacional, la empresa debe evaluar al


término de cada ejercicio contable, si existe algún indicio de que la
pérdida por deterioro reconocida para los activos en ejercicios anterio-
res ya no existe o ha disminuido. Si encontrara tal indicio, la empresa
debería volver a estimar el importe recuperable del activo en cuestión.

91
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

En cuanto a los indicios, la normativa señala prácticamente las mismas


fuentes externas e internas considerados en el caso de pérdidas por
deterioro del activo, comentadas con anterioridad, y lógicamente con
un sentido inverso, pues se trataría en este caso de considerar el posi-
ble incremento del activo y no su disminución o pérdida.
Por otra parte, si existieran indicios de que la pérdida por deterioro, re-
conocida en ejercicios anteriores para un activo, ya no existe o ha dis-
minuido, esto puede indicar que la vida útil restante, que el método de
amortización o depreciación o que el valor residual necesitan también
ser revisados y ajustados de acuerdo con la NIC 16, incluso cuando el
indicio no lleve a la reversión de la pérdida por deterioro del activo.

7. Cálculo de la reversión de una pérdida reversible contabilizada


con anterioridad

Siguiendo la NIC 36, debe procederse a la reversión de una pérdida por


deterioro reconocida para el activo en ejercicios anteriores si, y sólo si, se
ha producido un cambio en las estimaciones utilizadas, para determinar
el importe recuperable del mismo, desde que se reconoció por última vez
la pérdida. Si este fuera el caso, el importe en libros del activo debe ser
aumentado hasta que se alcance su importe recuperable. Tal incremento
se designa como reversión de la pérdida por deterioro.
Por tanto, la reversión de una pérdida por deterioro refleja un aumento
en el potencial estimado de servicio del activo, ya sea por su utiliza-
ción o por su venta, desde el momento en que la empresa reconoció
por última vez la pérdida por deterioro del activo. La empresa está obli-
gada a identificar los cambios en las estimaciones que produce el
incremento citado en el potencial de servicio. Ejemplos de tales cam-
bios en las estimaciones, pueden ser los siguientes:
– Un cambio en la base de estimación del importe recuperable (por
ejemplo, si antes se calculaba a partir del precio de venta neto y ahora
se hace a partir del valor de uso, o viceversa).

92
INMOVILIZADO MATERIAL

– Si el importe recuperable se calculaba a partir del valor de uso, un


cambio en la cuantía o en las fechas de las estimaciones de los flujos
de efectivo futuros o en el tipo de descuento.
– Si el importe recuperable se calculaba a partir del precio de venta
neto, un cambio en las estimaciones correspondientes a los compo-
nentes de tal precio de venta o en los costes relacionados con la
enajenación o abandono.
El valor de uso de un determinado activo puede llegar a ser superior
a su importe en libros, simplemente porque el valor actual de los flu-
jos de efectivo futuros aumente a medida que éstos se encuentren
más próximos al momento presente. No obstante, el potencial de
servicio del activo puede no haber variado en absoluto. Por tanto,
una pérdida por deterioro no puede revertirse por causa del mero
paso del tiempo, incluso cuando el importe recuperable del activo
llegue a ser mayor que su importe en libros.
El nuevo importe en libros de un activo tras la reversión de una pér-
dida por deterioro, no debe exceder al importe en libros que podría
haber obtenido (neto de amortización) de no haberse reconocido la
pérdida por deterioro para el mismo en ejercicios anteriores. En este
caso, cuando los incrementos en el importe en libros que podría
haberse obtenido (neto de amortización o depreciación), de no
haber sido reconocida la pérdida por deterioro en ejercicios anterio-
res, son de hecho revalorizaciones del activo en cuestión.
En cuanto al registro contable, la reversión de una pérdida por dete-
rioro en un activo debe ser reconocida como un ingreso inmediata-
mente en la cuenta de resultados, a menos que dicho activo se con-
tabilice según su valor revalorizado. En este último caso se abonaría
directamente al patrimonio neto, aumentando las reservas por reva-
lorización. No obstante, y en la medida en que la pérdida por dete-
rioro del mismo activo revalorizado haya sido reconocida previa-
mente como un gasto en la cuenta de resultados, se reconocerá la
reversión como un ingreso del ejercicio.

93
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

Por otra parte, después de haber reconocido una reversión de la pér-


dida por deterioro, los cargos por depreciación (o amortización) del
activo deben ser objeto del ajuste correspondiente, con el fin de dis-
tribuir el importe en libros revisado del activo menos su eventual
valor residual, de una forma sistemática a lo largo de los períodos
que constituya su vida útil restante.

8. Principales diferencias entre la normativa contable española


y la norma internacional referidas al deterioro del Inmovilizado
Material

CONCEPTOS NORMATIVA
NIC 36
OPERACIONES ESPAÑOLA

Diferencia negativa entre el


valor de mercado y el valor
Diferencia negativa entre el
neto contable, siempre y
Pérdida por deterioro valor recuperable y el valor
cuando el valor en uso sea
neto contable.
inferior al valor contable o
valor en libros del activo.

Importe que se puede obtener


por la venta del mismo en una
transacción libre, realizada
No se define explícitamente
entre un comprador y un
Precio de venta neto en este caso, se identifica con
vendedor adecuadamente
el valor de mercado.
informados, una vez
deducidos los costes de
enajenación o abandono.

Valor de uso de un activo es


el valor actual de los flujos
Aunque no se define, podría futuros estimados de efectivo
inferirse de la normativa que que se esperan, tanto de su
Valor de uso sería el valor actualizado de funcionamiento continuado
los beneficios previsibles en el tiempo, como de su
asociados al activo eventual enajenación o
abandono al final de la vida
útil.

Se desarrollan cautelas para el


Cálculo del valor de No se desrrolla en nuestra
cálculo de los flujos de efecti-
uso normativa
vo y la tasa de descuento

94
INMOVILIZADO MATERIAL

CONCEPTOS NORMATIVA
NIC 36
OPERACIONES ESPAÑOLA
El mayor valor entre el precio
Valor recuperable del No se define en nuestra
de venta neto y el valor de uso
activo normativa
del activo

– Se registra como resultado – Se carga a la reserva de


extraordinario revalorización en el caso de
haberse valorado inicialmente
– Se crea una cuenta el activo por encima del
Registro de la pérdida
compensatoria de activo precio de adquisición o coste
por deterioro
(Provisión) de producción.
– Se carga al resultado – Se minora directamente la
ordinario. cuenta de activo.

La unidad generadora de
efectivo de un activo es el
grupo más pequeño de activos
que, incluyendo al mismo,
Unidad generadora de No se define ni se desarrolla genere entradas de efectivo
efectivo de un activo en nuestra normativa por su funcionamiento
continuado, que sean
independientes de las entradas
producidas por otros activos o
grupos de activos.

– Son considerados como


ingresos ordinarios aumentan-
Son considerados como do el valor en libros del activo
Reversión de pérdidas resultados extraordinarios al que afecte.
por deterioro positivos, minorando el – Si el activo está revaloriza-
importe de la provisión do, se minora la reserva de
revalorización y el valor en
libros del activo

95
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

VI. INFORMACIÓN A REVELAR EN LOS ESTADOS


FINANCIEROS

1. Información a revelar en los estados financieros referida


a la NIC 16

Las exigencias de la NIC 16 en lo que se refiere a cuestiones relacio-


nadas con la valoración de los elementos se concretan en lo siguien-
te:

1. Para cada clase de activos:


a) las bases de valoración utilizadas para determinar el importe
bruto en libros y, cuando hayan sido utilizadas varias, se deberá
desglosarse el importe bruto en libros que corresponde a cada
base de valoración en cada clase de elementos del inmovilizado
material;
b) los métodos de amortización utilizados;
c) las vidas útiles o los porcentajes de depreciación utilizados;
d) el importe bruto en libros y la amortización acumulada (junto
con el importe acumulado de las pérdidas por deterioro del valor
que le correspondan), tanto al principio como al final de cada
ejercicio;
e) la conciliación de los importes en libros al principio y fin del
ejercicio, mostrando:
– las inversiones;
– las enajenaciones o abandonos de elementos;
– las adquisiciones realizadas mediante combinaciones de nego-
cios;
– los incrementos o disminuciones, resultantes de las revaloriza-

96
INMOVILIZADO MATERIAL

– ciones llevadas a cabo en el ejercicio, así como las eventuales


pérdidas por deterioro del valor reconocidas en el ejercicio
periodo, o revertidas en el mismo, cuya contrapartida hayan
sido las cuentas de reservas por revalorización;
– las pérdidas por deterioro del valor reconocidas en la cuenta de
resultados,
– las pérdidas por deterioro de valor que hayan revertido y hayan
sido reconocidas en la cuenta de resultados;
– la depreciación;
– las diferencias netas de cambio surgidas en la conversión de
estados financieros de una entidad extranjera; y
– otros movimientos.
Relacionado con los aspectos anteriores, la empresa informará de la
naturaleza y del efecto del cambio en una estimación contable,
siempre que haya tenido una incidencia significativa en el ejercicio
actual o que vaya a tenerla en ejercicios siguientes. Más concreta-
mente, habrá de revelarse los cambios en las estimaciones en cuanto
a:
a) valores residuales;
b) costes estimados de desmantelamiento o traslado de los elemen-
tos que componen el inmovilizado material, así como de restau-
ración o rehabilitación de su emplazamiento;
c) vidas útiles; y
d) método de amortización.
Abundando sobre aspectos respecto a los cuales se ha revelado
información por cada clase de activos, cuando los elementos que
componen el inmovilizado material se contabilizan por sus valores
revalorizados, debe informarse de los siguientes aspectos:

97
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

a) las bases valorativas utilizadas para la revalorización;


b) la fecha efectiva de la revalorización;
c) si se han utilizado los servicios de un tasador independiente;
d) la naturaleza de cualquier índice utilizado para determinar los cos-
tes de reposición;
e) el importe en libros de cada clase de elementos del inmovilizado
material que debieran haberse incluido en los estados financieros
confeccionados según el tratamiento preferente; y
f) las reservas por revalorización, indicando los movimientos del ejer-
cicio, así como cualesquiera restricciones sobre la distribución de
su saldo a los propietarios.
Por otra parte, además de la información suministrada por clase de
activos, la empresa tendrá que informar sobre los elementos que com-
ponen el inmovilizado material que hayan sufrido pérdidas por deterio-
ro de valor.
Por último, la NIC 16 aconseja que las empresas incorporen en los
estados financieros la siguiente información:
a) el importe en libros de los elementos que se encuentran temporal-
mente fuera de servicio;
b) el importe bruto en libros de cualquier elemento que compone el
inmovilizado material que, aún estando totalmente depreciados, se
encuentran todavía en uso;
c) el importe en libros de los elementos que componen el inmoviliza-
do material que, retirados de su uso activo, se mantienen sólo para
ser enajenados o abandonados; y
d) cuando se utiliza el tratamiento contable preferente, el valor razo-
nable de los elementos componentes del inmovilizado material,
para los que el mismo sea significativamente diferente del importe
en libros.

98
INMOVILIZADO MATERIAL

2. Información a revelar en los estados financieros referida


a la NIC 23

La NIC 23 señala que en los estados financieros se debe revelar la


siguiente información:

– Las políticas contables adoptadas con relación a los costes por


intereses
– El importe de los costes por intereses capitalizados durante el
ejercicio, y
– El tipo de capitalización utilizado para determinar el importe de
los costes por intereses susceptibles de capitalización

3. Información a revelar en los estados financieros referida


a la NIC 36

En los estados financieros se debe revelar para cada clase de activos,


la siguiente información:

a) El importe de las pérdidas por deterioro reconocidas en la cuenta


de resultados durante el ejercicio, así como la partida o partidas
en las que tales cargos están incluidos.
b) El importe de las reversiones de anteriores pérdidas por deterioro
que se han reconocido en la cuenta de resultados durante el ejer-
cicio, así como la partida o partidas de la cuenta de resultados en
que tales reversiones están incluidas.
c) El importe de las pérdidas por deterioro reconocidas directamente
en las cuentas de patrimonio neto durante el ejercicio.
d) El importe de las reversiones de anteriores pérdidas por deterioro
reconocidas directamente en las cuentas de patrimonio neto
durante el ejercicio.

99
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

Adicionalmente, cuando se trata de una empresa que aplica la NIC


14 relativa a Información Financiera por Segmentos, debe proceder a
revelar, para cada uno de los segmentos que incluya en sus estados
financieros, la siguiente información:
a) El importe que corresponde a las pérdidas por deterioro reconoci-
das, tanto en la cuenta de resultados, como directamente en las
cuentas de patrimonio neto durante el ejercicio.
b) El importe correspondiente a las reversiones de pérdidas por dete-
rioro reconocidas anteriormente, tanto en la cuenta de resultados
como directamente en las cuentas de patrimonio neto durante el
ejercicio.
Por otra parte, si una determinada pérdida por deterioro o reversión,
o un conjunto de las mismas, que hayan sido reconocidas durante el
ejercicio y correspondan a activos individuales o a unidades genera-
doras de efectivo, son de cuantía significativa, en los estados finan-
cieros de la empresa en su conjunto, ésta debe proceder a revelar la
siguiente información:
a) Los sucesos y circunstancias que han llevado al reconocimiento o
reversión de la pérdida por deterioro.
b) El importe de la pérdida por deterioro reconocida o revertida.
c) Para cada activo individual: la naturaleza del activo y el segmen-
to al que pertenece.
d) Para cada unidad generadora de efectivo habrá que incluir una
descripción de la misma, así como la forma de agrupar los acti-
vos.
e) Si el importe recuperable del activo está constituido por el precio
de venta neto o su valor de uso.
f) En el caso de utilizar el precio de venta neto, los criterios utiliza-
dos para su valoración.

100
INMOVILIZADO MATERIAL

g) En el caso de utilizar el valor de uso, el tipo o tipos de descuen-


tos utilizados en las estimaciones actuales y en las efectuadas
anteriormente, en su caso.
Por último, en la norma se aconseja a las empresas revelar informa-
ción acerca de las hipótesis clave utilizadas para determinar, duran-
te, el ejercicio, el importe recuperable de los activos o las unidades
generadoras de efectivo.

BIBLIOGRAFÍA

ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE CONTABILIDAD Y ADMINISTRACIÓN


DE EMPRESAS, Serie Principios Contables (1981), Documento n.º
2: Inmovilizado Material. Principios Contables, septiembre,
AECA. Edición revisada en 1991.

Serie Principios Contables (1990), Documento n.º 15: Inversiones


Financieras. Principios Contables, junio, AECA. Edición revisada
en 1991.

CEA GARCÍA, J.L. (2001), Armonización contable internacional y re-


forma de la contabilidad española, Madrid: ICAC.

GINER INCHAUSTI, B. (1998), “Los nuevos retos de la armonización


contable en Europa”, Partida Doble, N.º 86, pp. 66-77.

GINER INCHAUSTI, B. y MORA ENGUÍDANOS, A. (2003), “La refor-


ma contable en Europa. Implicaciones para las empresas y profe-
sionales de la contabilidad”, Revista AECA, N.º 61, pp. 8-11.

GONZALO ANGULO, J.A. (2002a), “El camino de la reforma conta-


ble: un alegato a favor de las NIC y su adaptación en España”, po-
nencia presentada al X Encuentro de Profesores Universitarios de
Contabilidad, 30-31 Mayo, Santiago de Compostela.

101
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

GONZALO ANGULO, J.A. (2002b), “Las líneas básicas para abordar


la reforma contable”, El libro Blanco de la reforma contable.
Análisis y comentarios, número especial de Partida Doble, Nº
136, pp. 10-27.

GONZALO ANGULO, J.A. (2003), “Principales cambios que suponen


las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) res-
pecto al Plan General de Contabilidad (PGC)”, [en línea] 5cam-
pus.org, Contabilidad Internacional <http//www.5campus.org/lec-
ción/niff>, consultado en 21 de Noviembre de 2003.

GONZALO ANGULO, J.A y TUA PEREDA, J. (1988), Introducción a


la Contabilidad Internacional, Colección Monografías, N.º 14,
Madrid. Instituto de Planificación Contable.

INTERNATIONAL ACCOUNTING STANDARD BOARD (2002), “IASB


Chairman welcomes Australia’s move to adopt International
Accounting Standards by 2005”, Press Release, 3 de julio, http://
www.iasb.org.uk.

INTERNATIONAL ACCOUNTING STANDARD BOARD (2002),


Exposure Draft of Proposed Improvements to International
Accounting Standards.

INSTITUTO DE CONTABILIDAD Y AUDITORÍA DE CUENTAS (1991),


Resolución de 30 de julio de 1991, por la que se dictan normas de
valoración del inmovilizado material, BOICAC N.º 6, julio.

— (2000), Resolución de 9 de mayo de 2000, del Instituto de


Contabilidad y Auditoría de Cuentas, por la que se establecen
criterios para la determinación del coste de producción,
BOICAC N.º 42, junio.

(2002), Informe sobre la situación actual de la Contabilidad en


España y líneas básicas para abordar su reforma, ICAC: Madrid.

102
INMOVILIZADO MATERIAL

LAÍNEZ GADEA, J.A. (1993), Comparabilidad internacional de la in-


formación financiera. Análisis y posición de la normativa espa-
ñola, Madrid: ICAC.
LAÍNEZ GADEA, J.A. (1999), “Implicaciones de la diversidad contable
en el análisis internacional de la empresa”, ponencia presentada a
la V Jornada de Trabajo sobre Análisis Contable, Octubre, Cádiz.
LARRIBA DÍAZ-ZORITA, A. (1993): “Contabilidad del Leasing y del
Lease-Back”. Recogido en Comentarios sobre el Nuevo Plan
General de Contabilidad, ICAC, pp. 337-382.
LÓPEZ COMBARROS, J.L. (2003), “Principales aspectos de la refor-
ma legal de la contabilidad en España”, Revista AECA, N.º 64, pp.
4-5.
MARTÍNEZ CONESA, I. (1996), Marco conceptual de la
Contabilidad Financiera en España: Comparabilidad
Internacional, Madrid: ICAC.
MARTÍNEZ CONESA, I. y ORTIZ MARTÍNEZ, E. (2002), “Diferencias
‘casi’ reconciliables”, Revista de Bolsa de Madrid, Octubre, pp.
34-39.
MARTÍNEZ CHURIAQUE, J.I. (2001), “Valor razonable en las NIC.
Perspectivas en España”, Partida Doble, N.º 126, pp. 38-51.
PARKER, R. (1998), “Introduction”, en C. Nobes y R. Parker (Eds.):
Comparative International Accounting (5.ª ed.), London: Prentice
Hall Europe.
PULIDO ÁLVAREZ, A. (2000), “El fair value y la actualización de las
Directivas Contables”, Partida Doble, N.º 116, pp. 18-23.
TUA PEREDA, J. (1999), “¿Hacia el triunfo definitivo de las NIC?:
Influencia sobre las normas contables españolas”, Partida Doble,
N.º 105, pp. 32-51.

103
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA

UNIÓN EUROPEA (2002), Reglamento (CE) No 1606/2002 del


Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de Julio de 2002.

ZORIO GRIMA, A. y GARRIDO MIRALLES, P. (1999), La información


financiera en la Unión Monetaria Europea: tendencia hacia una
armonización internacional ante la globalización del mercado de
capitales. Madrid. Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas,
I Premio Carlos Cubillo Valverde, edición 1998, Madrid.

104

S-ar putea să vă placă și