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1. Apostar por uno mismo.

Si en vez de darnos apoyo nos criticamos no conseguiremos

avanzar. Tratarse a uno mismo con amor y amabilidad, es uno de los principios básicos de la felicidad.

2. Dar y recibir amor. El equilibrio entre dar y recibir amor alegra el corazón y hace más fácil el camino.

3. Regalarse tiempo. Poder estas cada día un rato con uno mismo, en silencio, en un espacio tranquilo,

permite conectar con la propia esencia y, con el tiempo poder cambiar lo que a uno no le gusta de su vida.

4. Agradecer lo que se tiene El sentimiento de gratitud eleva automáticamente el

estado de ánimo, Iniciar el día y acabarlo dando las gracias tiene un efecto transformador. La queja constante fortalece la oscuridad y la sensación de vacío.
El aprecio y el agradecimiento crean unidad y plenitud.

5. Observar la mente. Quizá estamos por ejemplo recogiendo la cocina o conduciendo y notamos un

leve malestar en el cuerpo o en el ánimo. Casi siempre va asociado a un pensamiento desagradable. Si tomamos conciencia de nuestros sentimientos y
creencias podremos empezar a cambiarlos.

6. Crear el hábito de perdonar. Por muy mala que haya sido nuestra infancia.

Por mucho daño que nos hayan hecho, siempre podemos elegir perdonar. El perdón no solo nos libera, también tiene el don de ensanchar nuestra
perspectiva de la existencia. Con el perdón, cada momento es un nuevo comienzo
7. Escoger bien las palabras. Cuando decimos una cosa y en realidad pensamos

otra no creamos bienestar ni en nosotros ni a nuestro alrededor. Las palabras solo tienen el poder de curar cuando salen del corazón.

8. Elegir el lado bueno de las personas. No se

trata de no ver lo que no nos gusta, pero sí de poner el énfasis en lo mejor de cada uno. Eso rebaja mucho la tensión en las relaciones.

9. Tratar bien al cuerpo. Alimentarlo de forma sana y equilibrada es la opción más inteligente.

Pero también es preciso dejar de menospreciarlo de buscarle “peros”, en vez de agradecerle que nos permita transitar por la vida. Ante el espejo, el cuerpo
necesita palabras dulces, caricias y agradecimiento en lugar de críticas.

10. Evitar juicios y reproches. Aunque no los emitamos en voz alta, como todos

estamos unidos a nivel inconsciente, los demás perciben de alguna manera lo que sentimos u opinamos de ellos. Los perros captan de forma instintiva
nuestro estado interior. Algo parecido les sucede a quienes nos rodean.

11. Desactivar “malos” sentimientos. Dejamos ir o entregamos

un sentimiento incomodo al permitir que esté presente sin condenarlo, juzgarlo, resistirse a él o tratar de modificarlo. De esta forma se acaba agotando.
Cuando conseguimos dejar ir un sentimiento reprimido, como por ejemplo la envidia, se desvanecen miles de pensamientos asociados a él.
12. Decir si a lo nuevo. En lugar de casi sin pensar decimos no a todo, sobre todo cuando nos

proponen participar en algo fuera de lo habitual, puede ser mucho más estimulante inclinarse por el sí. Abrirse a la vida trae recompensas.

13. Pedir ayuda. Participar en cursos y talleres, leer revistas y libros de crecimiento personal o iniciar alguna terapia

alienta, sin duda, nuestro bienestar.

14. Compartir lo que se aprende. Resulta gratificante reunirse con

personas afines que tengan la intención de expandir su conciencia y mejorar, para comentar los hallazgos respectivos.

15. Centrarse en los “para que” en vez de


los “porqués”. Dar vueltas, porque nos ha sucedido determinada cosa suele llevar a la ira, el victimismo o la culpa. El

para que, en cambio, abre horizontes ilimitados y esperanzadores. Si estamos dispuestos a explorar la vida, sin miedo a equivocarnos y a expresar nuestros
sueños, vivir se convierte en una agradable aventura. Buscar la felicidad no tiene sentido cuando somos felices recorriendo el camino.
15 estrategias para acercarte a la
felicidad:
Vivir con plenitud y serenidad está al
alcance de cualquier ser humano, no
depende de los demás ni de lo que nos
ocurre. Se trata de…
Una decisión personal.

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