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"Nunca imaginé que viviríamos en una casa así". Quien habla es el satisfecho nuevo
propietario de un apartamento en Chuao, una de las zonas más cotizadas de Caracas.
Después de años trabajando duro en el sector audiovisual y ahorrando gran parte de
los dólares que le pagaban por ello, Germán pudo lanzarse a la compra del apartamento en
el que sueña que él, su mujer y su hijo pasen los próximos años.
Son 3 dormitorios y 136 metros cuadrados en una planta alta de un edificio cuyo diseño
recibió premios de arquitectura cuando lo construyeron. Pero lo mejor, sin duda, es su
precio, impensable en la Venezuela anterior a la crisis.
Al principio lo estaban anunciando por unos US$200.000 ó 250.000, pero con el tiempo fue
bajando y bajando. Nosotros lo compramos por US$56.000", explica este comprador.
No muchos en la Venezuela actual pueden permitirse adquirir una casa en propiedad, pero,
como muestra el ejemplo de Germán, para los que sí pueden hay "muy buenas
oportunidades en el mercado".
"Yo he decidido quedarme en el país y espero que esa sea nuestra casa por un buen
tiempo".
Las casas, también las de lujo, están hoy a precios muy bajos en Venezuela.
Los dueños de un apartamento de 100 metros cuadrados en El Paraíso, otra zona residencial
de Caracas, piden US$36.000. Regalan los muebles y los electrodomésticos.
Por una vivienda de 150 metros cuadrados con 3 habitaciones en la urbanización Colinas
del Bello Monte, una zona residencial de Caracas, sus propietarios piden US$70.000. Han
rebajado mucho sus expectativas. Cuando la pusieron en venta el precio era de
US$250.000.
La emigración masiva ha dejado un país con menos gente y cada vez más casas vacías. Así,
los precios se han desplomado.
"En algunos casos el coste de construirlas es ya mayor que su valor en el mercado", añade.
Pérdida de confianza
El éxodo no es la única causa. "La caída del poder adquisitivo de los venezolanos, la falta
de créditos bancarios y la situación política, con acciones en contra de la propiedad privada,
han hecho que se pierda la confianza en el país", señala Orta.
Sin embargo, algo parece estar cambiando últimamente. Los problemas con la electricidad
de los últimos días han paralizado aún más la actividad, pero los profesionales del sector
habían detectado ya antes un fenómeno por el cual muchos vendedores se están echando
atrás, frustrando las transacciones de las que ellos obtienen sus comisiones. Lo llaman "el
efecto Guaidó".
Muchos confían en que, con su nuevo liderazgo, esta vez la oposición si logrará sacar a
Maduro del poder.
Orta cuenta que "ante las expectativas de cambio se ha parado la caída de los precios e
incluso se ve una leve subida".
"Mucha gente que se marchó del país y llevaba tiempo con sus casas en venta estaría
dispuesta a regresar".
Orta, sin embargo, matiza las expectativas, también para posibles compradores
foráneos: "Quienes hagan ahora una inversión en Venezuela pueden obtener mucha
ganancia, pero la subida no va a ser inmediata".