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NICOLAS

Un beso puede robar más que un corazón.

21 DE FEBRERO DE 2014
ROCIO SC.
Sinopsis
Karina Evans es una chica hermosa e inteligente,
luego de diez años regresa a su amado Timesong City
por la muerte de un ser querido.
Ella se sobrepone al dolor pero al entrar al instituto
TSC con su mejor amiga Emily y amigos de la infancia, por
azares del destino tiene un choque al entrar a clase de
física con un chico llamado Nicolás.
Nicolás le atrae demasiado, inconscientemente sin
conocerlo, incluso ha soñado con él. Pero, no es eso lo
más extraño que le pasa con el apuesto joven. Nicolás
guarda un secreto que no se puede ver a simple vista. Él
es un fantasma y ha perdido la memoria, Kari sin dudar
querrá ayudar a descubrir el pasado de Nicolás, con la
amiga de este, Lisa; pero no es solo el pasado de Nicolás
el que debe descubrir Kari para conocer la verdad y
liberar a Nicolás.
Índice:
 Capítulo I; El recuerdo perdido de Karina y el relato
de la abuela.

 Capítulo II; Hogar dulce hogar.

 Capítulo III; Reencuentro.

 Capítulo IV; Primer día de clases.

 Capítulo V; El Partido.

 Capítulo VI; Nicolás… Mi compañero.

 Capítulo VII; El pelirrojo.

 Capítulo VIII; Encuentro en el amanecer.

 Capítulo IX; ¿Crees en los fantasmas?

 Capítulo X; Extracurriculares.

 Capítulo XI; El anuario.

 Capítulo XII; Árbol genealógico.

 Capítulo XIII; Desdicha.

 Capítulo XIV; La cita.

 Capítulo XV; El cementerio.

 Capítulo XVI; El asilo.

 Capítulo XVII; La reunión.


 Capítulo XVIII: Bosque Mighty

 Capítulo XIX; La casa del bosque.

 Capítulo XX;
Dedicatoria:

A Griselda Constanza por animarme y


más que nada por darme la motivación para
terminar Nicolás (también a mi tía, las quiero).

A mi hermano que tiene una


imaginación tan grande como la mía.

A esa persona especial que aguanto mi


delirio de escritora; no diré quién...

Y claro está al lector que lea el libro


Gracias.
Capítulo I
Recuerdo perdido de Karina y El
Relato de la Abuela.

¿Crees en los fantasmas? Fue lo que mi


abuela pregunto una vez cuando vivíamos con ella.
Entonces vio mi rostro y dijo -claro que si-yo entonces
solo era una niña de casi siete años le hubiera creído
lo que fuera.

- Erase una vez –empezó a relatar- en un lugar


hermoso pero solitario muy alejado de las personas,
dos jóvenes amigos de toda la vida; que llegaban a
jugar en el bosque desde que eran niños. Él un año
mayor que ella. Andaban corriendo y muy alegres
como siempre exploraban la misma ruta de ese
bosque que les era tan familiar, pero sin saber cómo,
en su alegría no se dieron cuenta que habían
tomado una ruta distinta. Luego de darse cuenta
caminaron en varias direcciones, hasta que
encontraron un camino. No creían lo que miraban,
nunca la habían visto, ¿cómo había llegado eso ahí?
un corto camino de piedras adornado con flores
silvestres en los lados que llegaba a una casa
enorme escondida dentro de los árboles, a pesar de
no estar habitada por personas se miraba que
estaba muy bien conservada.

-¿Por qué nadie vivía ahí abuela?-pregunte


tímidamente sacándola de su relato-.

- Era obvio que no estaba habitada, porque


en ese bosque nadie vivía-dijo cambiando su vista
de mí al vacío momentáneamente- ni lo usaban
para acampar por los animales salvajes que
habitaban en él y las desapariciones que ocurrían;
siempre justificadas a que los lobos y los osos se
comían a las personas. Nadie entraba al bosque tan
adentro del mismo-tomo una pausa en mis ojos e
intento explicarme otra vez- El bosque era lo
suficientemente grande para perderse y en dado
caso que entraran y se perdieran difícilmente serian
encontrados a salvo con todos los peligros que se
encontraban en él.

En mi mente imagine la descripción de mi abuela, el


enorme bosque y peligroso casi de cuento de terror.

-Entremos –le dijo él a ella-será divertido. Ella


tan impactada por la casa no pudo decir
nada solo lo siguió.
Ellos no pensaron en las consecuencias – dijo
mi abuela seguido de un suspiro-.
-¿Y si está cerrada la puerta? –Al fin dijo ella.-
el prosiguió en el caminito que llevaba a la
puerta y sin mucha fuerza solo la toco y la
puerta se abrió con facilidad. –Está abierta-le
dijo-.

Al entrar en la casa observaron que era un lugar muy


ostentoso; el piso de madera color azabache
combinaba muy bien con el conjunto de muebles y
las paredes blancas, entraba iluminación por los
grandes ventanales, sin duda era una casa antigua
pero muy bien elaborada. A su derecha no muy
lejos unas escaleras que llevaban al segundo piso y
delante de ellos observaron la sala, realmente era
grande esa casa; increíblemente se miraba más
grande por dentro que por afuera. Y así continuaron
explorando la casa.

-Vamos hasta arriba, puede que se mire el rio


desde arriba- le dijo él.
-Con tantos arboles no creo-dijo ella-.

Subieron hasta la azotea y ciertamente se


encontraron con la vista hasta el rio. Era una vista
increíble, se podía ver claramente el camino por
donde habían entrado y unos metros más lejos el
enorme rio y su corriente tan fuerte que podría
arrastrar con facilidad a quien se callera en él. Se
quedaron observando el inicio del atardecer que
caía anunciando que el día estaba terminando y
entregando la más preciosa gama de colores que
habían visto. Ya era muy tarde tenían que irse antes
que anocheciera, los padres de ella se
preocuparían sino llegaban pronto, bajaron hasta la
estancia y él se apuró abrir la puerta ya era muy
tarde la haló y la volvió a halar pero no se abría.

-¡Deja de jugar Nicolás!-pidió ella.

-¡no estoy jugando esto no abre!

Entonces cuando menos lo esperaron se escuchó un


ruido y ella salto del susto.

-Es el viento-dijo el- tranquila.

Otra vez se escuchó el mismo sonido pero esta vez


más fuerte, se quedaron inmóviles en espera de
adivinar que era ese ruido, entonces empezaron a
escuchar unos pasos en el piso de arriba y sintieron
escalofríos al oír que los pasos se acercaban a ellos.

-¿Quien está ahí?- pregunto aterrada-.


-Espera aquí iré a ver. –le dijo-.

Antes de que el llegara a las escaleras vio como un


hombre bajaba poco a poco.
-Buenas tardes-dijo el sujeto bajando – ¿Les
puedo ayudar en algo?

-Buenas tardes-Respondió Nicolás


acercándose un poco más subiendo unos
cuantos escalones - no queríamos molestarlo
señor, lo que pasa es que encontramos la
puerta abierta y creímos que la casa estaba
vacía.

-¿Molestarme? para nada sean bienvenidos a


mi morada. Pero pasad a la sala, ¿les puedo
ofrecer algo?

-No gracias nosotros ya nos vamos-dijo ella


titubeando del miedo por este hombre-
Vámonos Nicolás.

-Sí, es cierto-dijo Nicolás- ya nos vamos, pero


gracias, adiós.

-Yo creo que no- Dijo el hombre en un tono


fuerte y tenebroso- Se quedaran conmigo
para la eternidad.

En un segundo este estaba en la puerta a la par de


ella, sin más ni menos ella quedo petrificada del
miedo viendo los ojos del hombre que hace un
segundo estaba delante de Nicolás en las escaleras
y ahora a la par viéndola directamente a los ojos.
Ella jamás había visto ojos como los de aquel
hombre, negros como la noche y tan profundos
como el mar, y si no fuera por el chico ahí hubiera
quedado, si Nicolás no la hubiera jalado del brazo
probablemente hubiera sido inconsciente del
tiempo, el lugar y el momento exacto donde había
caído en el hechizo de los ojos de este tipo, y
empezaron a correr por la casa buscando una
salida, más fue inútil se quedaron estancados en la
azotea eran conscientes de que estaban en peligro.
¿Quién era este hombre? ¿Cómo pudo llegar tan
rápido de un lado a otro? ¿Por qué no los quería
dejar ir? y lo más importante ¿Por qué este hombre
dijo que para la eternidad acaso era un tipo de
asesino que los mataría o los torturaría hasta la
muerte? Estaban asustados, sin salida en una casa
con un hombre que se había convertido en su
verdugo y captor.

Cuando de pronto Nicolás dijo: Tranquila ¿miras el


árbol? está muy cerca y probablemente si saltas
llegaras a él, así podremos salir.

-¿Estás loco? ¿Cómo vamos a saltar hasta


allá?- respondió en medio de la desesperación
y el miedo.
-Tienes que hacerlo no hay otra salida, vamos
tu primero tienes que hacerlo confió en ti.

- ¿Y si viene detrás de nosotros?-le pregunto-.

-No te preocupes yo lo detendré lo suficiente


para que puedas escapar.

-¿y tú?

-Iré detrás de ti, no te preocupes-.

Le dio su mejor sonrisa para darle un poco de


confianza y la ayudo a subirse al barandal y
escucharon el estruendo de la puerta de la azotea
que se abría con tanta fuerza como si una ráfaga de
viento la hubiera golpeado pero en lugar de viento
era una especie de sombra inmensa que salía de
ahí.

-Salta ahora-dijo Nicolás-Corre.

Ella salto de esa azotea y pudo llegar al árbol pero


sus manos no fueron lo suficientes fuertes para
sostenerse así que se resbalo y cayó en una rama un
poco más abajo pudo ver como Nicolás también
intento subirse al barandal a punto de saltar estaba
cuando la sombra lo rodeo y empezó a tomar la
forma del hombre de la casa sujetándolo del brazo.
-¡Nicolás! –Grito-.

-Corre ahora- grito Nicolás-.

Y así lo hizo como pudo bajo de ese árbol y


tropezando por todo el bosque iba corriendo y
encontró el camino que habían dicho con Nicolás
para regresar a su casa corrió como nunca lo había
hecho, sentía la adrenalina en las venas que le
había provocado todo esto. Saliendo de ese
inmenso bosque vio como el ocaso terminaba
cuando…

-¡Mamá que estás haciendo!-entro mi madre y


paro el relato de la abuela- no le cuentes esas cosas
la vas asustar.

-Tranquila hija- intento calmarla porque se


miraba muy enojada por alguna razón- Karina
es valiente.

-Pero ese no es el cuento para una niña.


Vamos Kari despídete de la abuela es hora de
dormir, mañana tenemos la mudanza
¿recuerdas?
-Si mamá. Adiós abuela. Hasta mañana.
-Buenas noches Kari, descansa-dijo la abuela
con melancolía.

Y así me llevo mi madre hasta mi cuarto esa vez. Me


acostó y me dijo:

-No creas en todo lo que te dice la abuela


Kari. A veces los abuelos nos intentan asustar
con cuentos de fantasmas.

-Entonces la sombra que dijo la abuela era un


fantasma-pregunte-.

-Si eso era, pero solo es un cuento que a mi


mamá le gusta contar para asustar un poco
antes de dormir, no te preocupes no era
verdad.

-Pero ella dijo que…

-No importa, Kari. Solo era un cuento de


miedo. Ahora descansa. Mañana será un día
largo.

Y esa fue la última noche que dormimos en esa


casa. Donde había permanecido casi siete años
desde que nací.

Al día siguiente aun teníamos mucho que empacar,


mi madre se levantó temprano y pude oír como lo
hacía un poco frustrada, la mudanza la estresaba
más a ella que a mí pero su trabajo lo exigía
teníamos que cambiarnos de ciudad, una más
grande donde la empresa de mamá iba poder
extenderse productivamente. Iba a extrañar todo ahí
mi escuela, mis amigos, la señorita Sol mi maestra, la
abuela y su gato Clementain. Un gato negro
pequeño muy travieso y juguetón que le habían
regalado a mi abuela en su cumpleaños número 87.
Era el peor cazador de la historia de los gatos y eso
lo sé porque ni los ratones le tenían miedo y él ni se
esforzaba por atraparlos. Todo me parecía triste
ahora que tenía que irme.

Sonó la alarma del mueble de mi cama diciéndome


que era hora de levantarme. Me levante y me
duche luego fui abajo ayudar a mi mamá.

-Buenos días mamá.


-Buenos días Kari-dijo sacudiéndose un poco-
¿Ya tienes listo todo lo que te vas a llevar?
-Ya casi-dije tomando un mechón de mi pelo
mala costumbre y signo de que estaba
mintiendo-.
-Mmm Karina -entendió mi mentira blanca-
tienes que hacerlo no queras dejar nada
¿verdad?
-No
-Entonces ve alistar tus cosas, en un rato subo
para ponerle nombre a las cajas.
-¿Y la abuela?-pregunte.
-Creo que aún está dormida no la molestes.
Sube a prepararte.

El día fue largo, pero estaba emocionada que


llegara la tarde mi madre dijo que si tenía listo todo
para las tres podría salir con mis amigos a
despedirme. Y así fue.

-¿Así que ya son las tres?-pregunto mi madre


cuando llegue con ella y la abuela a la sala.
-Así es.

-¿Ya empacaste todo? ¿No olvidas nada?


-Completamente todo mamá.

-Ok-suspiro- puedes ir y no tarden nos vamos


en dos horas ¿Ok?

-Si mamá, adiós abuela.

-Adiós Kari no te vayas muy lejos-dijo la abuela-


.

Salí corriendo en la bicicleta a toparme con


mis amigos, en el camino me topé con Andrés un
amigo del jardín de niños, él es un poco más alto
que yo no mucho en realidad, su pelo negro y sus
ojos verdes que le hacen juego a una sonrisa traviesa
y burlona. Andrés es un niño muy competitivo
siempre anda inventando competencias;
competencias que cualquiera puede ganar para ser
justos, le encanta correr en bicicleta ya que
normalmente siempre andamos en bicicleta. Y como
era de esperarse hicimos una competencia hasta la
casa de Emi.

Emily y yo somos muy unidas ella y su mamá


también se van a mudar con nosotras a la misma
ciudad, su mamá y la mía trabajan en la misma
compañía.

Sara la mamá de Emily o tía Sara como le


llamo es muy amiga de la mía, ellas también
estudiaron juntas y se conocen de toda la vida, han
tenido los mismos empleos e incluso casi se
embarazaron al mismo tiempo, excepto que Emilia
es más grande que yo por días lo que es inverso en
nuestras madres la mía es más grande que la de
Emi. Incluso mi madre ha admitido que mira en Sara
la hermana que siempre quiso y tía Sara ha dicho lo
mismo de mi mamá. Mi mamá y yo tenemos mucho
en común ambas somos hijas únicas, sin papás y
ambas tenemos una amiga de toda la vida que
consideramos como hermana.

En lo personal podría aceptar despedirme de


todo, de la casa, de esta ciudad, de las personas
que viven en la misma, de mi maestra, de mis
amigos e incluso hasta de mi abuela y el perezoso
Clementain, pero no de Emi ella es esa parte de mi
vida que jamás podría abandonar, incluso en
pensar en el cuento de mi abuela de cómo esa
chica dejo a su amigo no lo puedo entender.
¿Cómo pudo dejar a su amigo de toda la vida? Y
ahora que lo pienso nunca me dijo en que
terminaron esos jóvenes…. ¿Qué habrá pasado
con el chico y con ella?...

Faltaban tres casas para la de Emi y Andrés quiso


acelerar y pasarme pero no lo deje así que eche
todas mis fuerzas y pedalee lo más rápido que pude
y por una llanta le gane a Andrés.

-Te gane

-¿Qué te pasa Kari?-dijo en un tono


decepcionado- yo llegue primero.

-No es cierto, yo gane Andrés.

Bajamos de las bicicletas y llegamos a la


puerta de Emi. Saliendo ella estaba cuando vi
que detrás venia su mamá.

-Hola Emi, Hola tía Sara.

-Hola Kari, ¿Cómo estás? ¿Lista para la


mudanza?

-SI.
-Qué bien, llamo tu mamá y dijo que no se
tardaran mucho entre dos horas se van ¿de
acuerdo?
-Si-dijimos en sincronía con Emi- adiós.

Emi se montó en su bicicleta y nosotros hicimos


lo mismo fuimos una cuadra después a la casa de
Nora prima de Andrés y amiga nuestra, a pesar de
ser un poco estirada como su madre es una niña
muy buena y simpática un poco miedosa debo
admitir lo contrario de su hermano León, un niño dos
años mayor que nosotros y técnicamente el
responsable del grupo.

Al principio León no quería salir con nosotros


por tres razones: la mayoría de nosotros somos niñas,
en el grupo está su hermana menor y técnicamente
lo obligaban para ser niñero de Nora. Pero poco a
poco León también se empezó a divertir en nuestras
aventuras. En nuestros picnics en el bosque siempre
demostró ser el más responsable y valiente, incluso
cuando encontramos una serpiente y Nora se
desmayó del susto el aparto a la serpiente de
nosotros y asistió a Nora, desde entonces cuando
vamos al parque de juegos a orilla del bosque León
siempre está pendiente de que eso no vuelva a
pasar y si entramos a la villa del bosque él es el guía.

Llegamos a la casa Nora y León ya estaban afuera


esperándonos.
- ¿Una competencia hasta el parque?-sugirió
Andrés-.
-por supuesto-dijo León con una mirada de
que era de esperarse-.

Todos corrimos, yo ya estaba cansada por la


competencia que hicimos con Andrés hasta la casa
de Emi pero aun así les llevaba el paso a León y
Andrés, atrás venia Emi y de ultimo venia Nora. Era la
ultimas cuadras después de la vuelta solo era en
línea recta a unos metros del bosque Andrés se
adelantó a León solo por un poco tomo la vuelta
muy abierta y León la tomo muy pegada, yo
aproveche ese exacto momento y pase en medio
de los dos luego de haberlos pasado otra vez tome
todas las fuerzas y pedaleé muy rápido faltaba tan
poco y la victoria seria mía pero sorprendentemente
León y Andrés hicieron lo mismo me pasaron por
unos centímetros, necesitaba más potencia y me
agache un poco y con lo que tenía de fuerza
pedaleé todo lo que podía, increíble los pase.

-¡Sí! y Kari gana de nuevo- Les dije anunciando


mi victoria-.
-Bien hecho Kari-dijo Emi atrás apenas
llegando.

-Espérenme, no sean malos- se venía quejando


Nora atrás- porque no pueden andar en
bicicleta como gente civilizada parecen
salvajes.

-No te quejes, Nora-le reprendió León- tú


también intentaste correr muy rápido al
principio.

-Vamos Nora, no seas tan aguafiestas-le dijo,


Andrés-¿Empezamos el partido?

-Sabes que yo no juego-dijo Nora algo


molesta-.

-Lo sé- se rio de ella por un segundo- serás el


árbitro.

-Este bien, entonces Emi y yo y León y Andrés


como equipos-dije, eso era más-.

-¡Yo creo que no! –Dijo León- esta vez tú y yo y


Andrés y Emi.

-¿Pero porque?-quiso saber Emi-.

-¿Acaso tienes miedo de que dos niñas te


ganen León?- sugerí en tono de burla-.

-Por supuesto que no-intervino Andrés- Lo que


pasa es que me quiero enfrentar a León a ver
quién es el mejor.

-Bueno… siendo así-dijo Emi mirándome-.


-Está bien, entonces empecemos-concluí-.

Emi y yo fuimos porteras, León y Andrés se


pusieron en medio de la cancha pequeña del
parque. Nora se acercó y con una ficha en mano
pregunto qué cara querían para elegir quien
patearía primero León volteo a mí y con su mirada
me hizo la interrogante.

-Cara-dije sin pensarlo mucho.

Andrés estuvo de acuerdo en ser escudo realmente


a él no le importaba tener la ventaja de empezar
porque se creía autosuficiente para quitar la pelota
con facilidad y correr hasta la portería y anotar el
primer gol.

Nora lanzo la moneda al aire y esta giro por


unos instantes cuando la recibió con una mano y la
coloco sobre la otra dramáticamente la vio y dijo-
Cara- coloco la pelota en el suelo y se apartó de la
cancha lo más rápido que pudo al llegar al extremo
de esta dijo:

-Empiecen.

Ver a Nora de árbitro era muy entretenido a pesar


de no saber jugar puedo decir que es una gran
narradora le pone un gran entusiasmo y dramatismo
al juego casi tan bueno como el de los narradores
de los partidos reales.

-Y León empieza el partido se mueve por la


derecha pero Andrés le tapa el camino y da un giro
de 180 –empezó a relatar lo que pasaba enfrente de
nosotros como si se lo dijera a un público en
realidad- Corre para su propia portería y vuelve a
girar esquivando así a Andrés, pero Andrés no le
suelta y le logra quitar el balón, bruscamente se da
la vuelta y corre para la cancha enemiga, León
intenta hacer una maniobra defensiva pero no le
funciona y Kari está sola en la portería. Esto es lo que
resta el primer gol puede ser en estos momentos.
Andrés lanza con mucha fuerza parece ser un gol y
Kari salta por la pelota y detiene el balón en el aire
por poco era gol.

Kari patea la pelota a León, León corre para


la portería de Emi, Emi se coloca en posición
defensiva lista para detenerlo, Andrés corre detrás
de León pero está muy lejos no lo podrá alcanzar,
León lanza la pelota Emi salta y puede parar la
pelota. León marca Andrés, Emi lanza la pelota muy
lejos, Andrés y León corren detrás de ella y es un
¡saque! Andrés la saco, es de León, León se la lanza
a Kari en la portería, Kari la regresa al centro de la
cancha, pero esta vez Andrés la agarra primero
corre otra vez a la portería y León le quita el balón
dan media vuelta y siguen combatiendo por el
balón, ¡es un juego reñido señores! , León tiene la
pelota la lanza casi de media cancha a la portería,
¡Emi no la pudo alcanzar! y es un ¡Gol! El primer gol
del juego.

León corrió a mí y me abrazo estaba tan contento y


muy entusiasmado.

-¿Lista para salir? –me dijo-.

-Claro-respondí con entusiasmo-.

Salí al centro de la cancha me puse delante de


Andrés y empezamos a jugar. Nora empezó a relatar
de nuevo:

-Sale Kari de la portería, León entra, se topan


con Andrés en el centro de la cancha empiezan a
batallar por la pelota, Kari casi se la quita cuando
Andrés da media vuelta la tira a su propia cancha y
Emi se la lanza de una patada de regreso, esto
confunde a Kari, ¡Andrés está corriendo a la portería
y la lanza! León sale y lo detiene, León lanza de
inmediato la pelota a Kari, ¡Kari corre a la otra
portería y la lanza! esperen no la lanza continua,
sigue corriendo y burla a Emi, ¡Emi está en el suelo no
puede parar la pelota! Kari lanza y es ¡Gol!

-¡No!- oí decir a Andrés atrás de mi- No te


preocupes Emi aún les podremos ganar.
-Ok yo salgo ahora -dijo Emi.

-y sigue el juego – continuo Nora- Emi sale


Andrés lanza la pelota, Emi la agarra corre al centro
de la cancha Kari la intercepta pero Emi la burla,
parece que nadie puede parar a Emi, se acerca a la
portería ¡lanza! y León para la pelota, se la lanza a
Kari, Kari la agarra y corre a la portería contraria, está
corriendo, Andrés empieza a salir de la portería la
intenta receptar pero Kari no se lo acepta, Emi entra
y le arrebata la pelota, corre, Andrés vuelve a la
portería, Kari y Emi están corriendo a la portería de
León, Emi intenta dejar a Kari atrás pero no lo logra,
Kari le quita la pelota, la pelota la lleva Kari, Emi se
lanza, ambas pierden la pelota , está a punto de salir
de la cancha pero Kari la salva.

Emi está de pie no deja de interceptar a Kari,


Kari lanza un poco más lejos la pelota ambas corren
por ella, la patea Emi y sale de la cancha, ¡Saque!,
Kari baila la pelota en el aire, Emi cabecea la pelota,
la pelota está muy cerca de la portería de León,
León sale a buscarla pero Andrés también está
afuera! ambos chocan, la pelota aún está en juego!
Emi toma la pelota la lanza y Kari se interpone para
que no sea gol, Kari corre a la portería no hay
portero está libre, pero Andrés y Emi le llevan el paso
¡no tiene salida! Emi está enfrente le quita la pelota,
Andrés regresa a su portería y Emi corre a la
contraria, y ¡lanza! ¡Huy por poco, por poco la para
León! ¡Y es un Gol de Emi!

Emi y Andrés celebraron entonces, me acerco


a León y decidimos cambiar de lugar.

Ahora es Emi contra León-dice Nora- Kari y


Andrés están en la portería. Van 2-1, León lleva la
pelota, Emi lo detiene están luchando por la pelota,
se la quita a León, León no suelta a Emi está muy
cerca de ella, ¡Emi busca su segundo gol! Lanza la
pelota pero Kari la remata con un pelotazo y la
pelota vuela fuera de la cancha.

-Genial Kari la pelota se fue para el bosque-


dijo Emi un poco cansada ya.

-Iré por ella-se ofreció León-.

-No iré yo- le dije- yo la pateé yo voy por ella.


-Pero cayó en el bosque-dijo León
recordándome-.
-No muy adentro- le dije ya yendo por ella-.

Camine para el bosque y cuando empecé a


entrar a la villa vi la pelota, corrí hasta ella estaba
contenta que no tenía que buscarla mucho. Me
agache para recogerla pelota en eso estaba cuando
escuche una voz, era alguien que parecía estar
cantando. Una canción melancólica, me pareció
conocida esta triste canción ¿pero de dónde?
Entonces sentí una mano detrás de mí.

-Kari – era León- que bueno ya la encontraste.

-Si- conteste aliviada de que fuera el-.

-Vamos.

-Si- respondí-.

Seguimos caminando fuera del bosque pero antes de


salir por completo escuche la misma voz,

- ¿Escuchaste?-le pregunte a León-.

-No, ¿Qué cosa?

-Escuche como si alguien estuviera cantando.

-Mmm no, no escuche.

-Apúrate Kari!-dijo Emi- ya es tarde ya empezó el


atardecer, recuerda que nos dijeron que solo podíamos
irnos dos horas.

-Sí.

Seguimos el resto del partido, al final quedamos 3-


2, ganamos con León. Ya era muy tarde. No se
necesitaba ver un reloj para saberlo pero aun así nos
quedamos viendo los 5 al cielo en los columpios viendo
como el día se terminaba. Era tan triste para Emi como
para mi decirles adiós a ellos. Extrañaríamos estas
actividades con ellos pero bueno no teníamos de otra.

Nos empezamos a marchar de ahí, nos


montamos a las bicicletas y nos fuimos despacio como
si con eso frenaríamos el tiempo, la mudanza, la vida y
la despedida.

Primero vimos la casa de Nora y León, en ella


estaba parqueado el carro del padre de Andrés lo que
significaría que Andrés también pararía hasta ahí con
ellos y era hora de decir adiós a nuestros amigos.
Paramos y Nora corrió abrazarnos a Emi y a mí. Era raro
ver llorar a Nora pero esta vez lo estaba haciendo.

-Las extrañare mucho-nos dijo-.

-Nosotras también-le aseguramos-.

-Prometan que escribirán-nos pidió-.

-Lo prometemos-dijo Emi también con lágrimas en


los ojos-.

Cuando vi Andrés y León también estaban


conteniendo las lágrimas-.

Andrés corrió a abrazarnos. Seguido de León, León


abrazo a Emi y luego a mí. Pero como iba a extrañar a
León, no había pensado mucho en eso esta mañana.
En fin era hora de partir.
-Bueno chicos, es hora que nos vayamos-dijo Emi
muy triste-.

-No nos olviden –dijo Andrés tiernamente-.

-Aquí estaremos esperándolas-dijo León-cuando


regresen.

Nos dijimos adiós todos y Emi y yo seguimos. Llegamos a


la casa de Emi ella se bajó de la bicicleta en seguida
ahí.

- Te veo allá- le dije-.

-Si nosotras nos iremos en la mañana-me recordó-


.

-Sí, hasta mañana. Emi te espero allá-le dije y


seguí mi camino hasta mi casa-.

Regrese al camino de mi casa como si nada hubiera


pasado. El viento seco las lágrimas de mi cara, pero mis
ojos querían humedecerla de nuevo ante la despedida
de mis amigos. Llegue a mi casa me despedí de mi
abuela y nos fuimos con mi mamá dejando la ciudad
Timesong City atrás.
Capítulo II:
Hogar dulce hogar.

Siempre soñé con volver a Timesong City, este


hermoso lugar que desde que me fui parecía no
haber cambiado nada, imagine y anhele regresar
muchas veces desde mi partida. Siempre soñé como
sería mi regreso; tan luminoso y también acogedor,
tan único e inigualable sentimiento de felicidad que
tendría por estar en casa…

Claro todo ese hermoso sueño ahora no sería


más que una pesadilla, algo que nunca hubiera
esperado-nueve años después de mi partida-, la
inigualable alegría que sentiría, la sensación
acogedora que estaría al entrar a esa vieja casa de
la abuela había sido completamente remplazada
por la vil desagracia y desdicha, el dolor que ahora
sentía era simplemente devastador, nunca imagine
que regresaría a mi amada ciudad de la infancia
con un ataúd; en cuyas entrañas estaban ocupadas
con el reposo del cadáver de mi madre.

Había sido un viaje largo y agotador,


físicamente como emocionalmente estaba
agotada, había llorado en el hombro de mi amiga
desde que mi madre había partido de este mundo y
toda la noche en el velorio donde un pequeño
grupo de amigos cercanos de mi madre y Emi
habían estado acompañándome. Ahora me
encontraba lista para decirle un último adiós a mi
madre en el cementerio de Timesong City donde ella
siempre quiso que dejaran su cuerpo.

En estos momentos solo unos cuantos amigos


cercanos de nuestra pequeña familia incluyendo a
tía Sara y a Emi, dos hombres enterradores y mi
amada abuela estaban en este trago amargo
viendo el ataúd enfrente de nosotros al lado
derecho y al lado izquierdo el cárcava y en medio el
sacerdote.

El entierro había tomado su curso y el


sacerdote ya estaba entregando las palabras del
último adiós a mi madre en ese preciso momento
empezaron a bajar el ataúd a la bóveda; su nuevo
hogar donde reposaría de ahora en adelante.

Miraba con gran amargura cada centímetro


de descenso, cuando llego al tope sentí como si
nuevamente las lágrimas brotarían de mi rostro y
harían un rio en este fúnebre lugar lo que calcule
imposible ya que sabía que estaba más seca que un
desierto en el verano, poco a poco los sepultadores
empezaron a apalear la tierra y lo que calcule
imposible se volvió posible las lágrimas nuevamente
estaban en mi rostro, las manos arrugadas y débiles
de mi abuela me tomaron de los hombros para
darme apoyo y reconfortarme en estos momentos lo
único que podía hacer es intentar ser fuerte por ella
y por mí, solo nos teníamos la una a la otra; esa era
toda nuestra familia ahora. Seque mis lágrimas y
levante la cara intente confortarla de igual manera y
empezamos a marcharnos de ahí. Todo había
terminado la muerte de un ser querido marcaba el
fin de su vida pero no el olvido de esta persona,
amaba a mi madre y aun la amaría el resto de mi
vida siempre la recordaría no importa que.

Ayude con la puerta del auto a mi abuela ella


tomo asiento en el sillón del copiloto y yo me
apresure a tomar el volante.

-¿Segura que quieres ir al asilo abuela?- le


pregunte abrochando el cinturón de seguridad.

-Si…-soltó un suspiro- al menos claro que


quieras que vaya a casa contigo por un tiempo.

-No es necesario-no quería que se preocupara


por mí-.

-Entonces llévame al asilo-pidió con una nota


triste en su voz-.

Conduje hasta aquel lugar, la deje ahí y tome mi


rumbo para la casa. Ahora viviré en la vacía casa de
la abuela. La abuela lleva unos cuantos años en el
asilo de ancianos. Ella es muy feliz ahí. Tiene amigos
con quien hablar, atención médica y unas rutinas
distintas casi siempre. Fue duro volverla a ver en estas
condiciones.

Conduje lentamente a pesar de saber que Emi


y tía Sara estarían esperándome afuera de la casa
ellas habían decidido darnos un tiempo a solas con
mi abuela, tía Sara además se ofreció pasar unos
días conmigo para que no tuviera que vivir el duelo
sola. Veo como la vieja casa de la abuela está más
cerca de mí. Recuerdos de mi niñez inundan mi
cabeza -tantos años y sigue igual –pensé, la casa de
dos niveles color azul pálido con el pequeño patio
de enfrente, la puerta negra la enorme pestaña del
segundo piso y las ventanas que si mi vista no me
engaña tienen las mismas cortinas celestes con
encaje blanco y estampado a rayas que habían
cuando nos fuimos. Ellas ya estaban ahí, me
estacione y camine hasta ellas y abrí la puerta para
que entráramos.

*******Unas semanas después*******

Aun no muy distante de la muerte de mi


madre había empezado planear que sería de mi
vida, tendría que superar el duelo tarde o temprano,
ahora estudiaría en el instituto de aquí y luego
buscaría universidades si me era posible, conseguiría
un trabajo de medio tiempo y tía Sara luego de ser
muy persuadida por Emi la dejaría vivir por un tiempo
conmigo por lo menos estos dos años del instituto, tía
Sara además se había ofrecido ayudarnos con la
mudanza.

Empezamos a desempacar mis cosas en la


casa. No eran muchas cosas en realidad ya que la
casa de la abuela conservaba casi todo lo que tenía
cuando me fui, no íbamos a necesitar de mucho,
además que tendría que vender la casa de mi
madre que había heredado y los muebles que tiene
pero era algo a lo que tía Sara se ofreció, la casa de
la abuela sin embargo aún tenía la misma esencia y
características que recordaría mi vida entera; en la
sala con el piso de madera, los viejos sillones con
bordado de flores, la mesita de madera y los
electrónicos seguían en el mismo sitio.

Parecía como si el tiempo se hubiera detenido


aquí por diez años, a excepción de unas cuantas
decoraciones y nuevos cuadros en la pared, al
entrar a la cocina y había algunos que otros
electrodomésticos diferentes más recientes, no había
nada en la despensa más que comida enlatada. Si
bien nada estaba sucio estaba empolvado. Este era
mi hogar sin importar en las condiciones, no
regresaría, no podría aunque quisiera, el recuerdo de
mi madre y de mí viviendo felices me destrozaría.
-Ni modo, tendremos que comer sopa enlata.
–dijo tía Sara al ver la despensa vacía a excepción
de la comida enlatada.

-Si… o podemos pedir una pizza-dijo Emi

-Pizza-dijimos las dos con Emi en mutuo


acuerdo.

-Llamare ahora-dijo Emi ya marcando.

En realidad no estaba de ánimos aun para


comer pero no quería preocuparlas a ellas con mi
poco apetito, almorzamos y continuamos
desempacando. Nos pusimos de acuerdo con las
habitaciones Emi estaría en la que era la de
huéspedes y yo me quedaría en mi habitación pero
con la presencia de tía Sara dormíamos juntas.
Entonces dimos marcha a desempacar.

Mi cuarto esta tal como lo deje. La cama y los


muebles de la cabecera a los lados de ella viendo a
la ventana que conecta con la pestaña, el enorme
mueble de madera con un espejo en el centro
pegado en la pared del fondo y al otro lado un
escritorio ahora vacío donde solía hacer mis tareas.
Puse manos a la obra y empecé acomodar todo
mi lámpara de noche, mi ropa, mis marcos con fotos
que traía, libros en uno de los espacios del enorme
mueble. Sin notarlo la tarde había acabado estar
ocupada me ayudaba a tolerar mi tristeza.
-¿Ya terminaste?-pregunto Emi entrando a mi
habitación.

-Ya casi ¿y tú?

-Si ya termine. Tal vez sea hora de un


descanso. Porque no salimos a caminar.

-No estoy de humor para serte franca Emi…

-Lo sé Kari, es solo que debes distraerte un


poco… -se quedó pensando en silencio por un
momento-pero podemos hacer… -estaba diciendo
cuando un ruido paro su sugerencia de repente,
ambas saltamos del susto.

-¿Qué fue eso?-pregunto Emi aterrada.

-No lo sé.-dije tartamudeando- ¿Tía Sara?

-No ella salió a comprar la despensa.

Salimos de la habitación muy despacio


buscando de dónde provenía el ruido, hasta que lo
volvimos a escuchar un sonido más leve, que
aparentaba surgir de la sala. Bajamos lo más
silencioso posible las gradas. Vimos que una de las
cajas de la mudanza estaba caída de lado. Nos
asomamos más, y vimos cómo se movía algo dentro
de ella.
-¡Ahhhh! algo se mueve-grito Emi saltando
para las gradas-.

-Es Clementain-explique con la primera sonrisa


sincera en mi rostro desde que llegue aquí.

-Creí que Clementain se había perdido


cuando tu abuela se mudó al asilo-dijo Emi.

-Si yo también-dije tomando a Clementain en


mis brazos

-¡Que grande esta!

-¡Sí! Y viejo-reflexione-.

-Bueno yo creo que ya es tarde, es hora de ir


a dormir… ¡Con el tremendo susto que nos pegó
Clementain se me quito las ganas de salir!

-De acuerdo, vamos a dormir.

Escuchamos como el auto de tía Sara se


estacionaba en ese momento y entro con unas
bolsas viendo el gato en mis brazos pregunto-¿Qué
hacen?

-Nos dirigimos a dormir tía Sara-afirme el plan-.

-Si mamá-confirmo Emi-.

-¿Y ese gato?-pregunto-.

-Es Clementain-conteste-ha regresado.


Subimos corriendo con Clementain a la cuarto.

-¿Dormiremos con Clementain?-pregunto Emi


ya que con tía Sara en la casa ella se quedaba
conmigo-.

-¿Eh?-no me había dado cuenta que aún lo


tenía en mis brazos- Si creo que sí.

-De acuerdo….-no objeto Emi-.

Creo que Clementain le debió dar un buen


susto a Emi para que desistiera de salir… nos
acomodamos y acosté a Clementain en la cama.
Apague la luz y aun así la noche no es tan oscura
como había sido por 10 años.

Veo por la ventana abierta la luna de la noche


que pareciera darme la bienvenida a mi hogar que
me daba la sensación que las cosas mejorarían o se
acomodarían de alguna manera. Una espléndida
luna nueva que está en el profundo espacio exterior,
de pronto un escalofrió recorre en mi por alguna
extraña razón y no me siento sola. Es como si alguien
estuviera conmigo, observándome y noto que lo que
me aterra en realidad es que me siento cómoda con
eso.

Me acuesto y Clementain se vuelve acomodar


en la orilla de la cama. Y luego de este largo día
caigo en los brazos de Morfeo levemente.
Mi mente empieza a delirar… parece ser un sueño.
Todo parece muy antiguo, conozco el lugar mas no
la época, las personas pasan indiferentes a mi
presencia como si yo perteneciera aquí, ¿bueno que
me extraña, si al fin de cuentas solo es mi sueño?
Camino por la plaza y con mi mano tomo algo que
está sujeto a mi cuello, es el relicario que me dio la
abuela.

A lo lejos escucho un chico, me llama por mí


otro nombre:

-Ada…

Volteo a ver inmediatamente pero no veo a nadie…

-¡Ada!

Esta vez lo escucho más cerca ¿de dónde proviene


esa voz y quién es? no reconozco la voz. Entonces lo
veo pero muy borroso… ¡no sé quién es! se acerca a
mí y toma mi mano, ¿Quién es?

-¿Dónde andabas?-me pregunta.

No respondo intento ver su rostro pero es una laguna


en mi mente que no me deja verlo. Intento
preguntarle quien es pero la voz no sale de mi boca.

-Siempre me haces esperar- me dice en tono


algo molesto pero amigable - Pero bueno, ¿nos
vamos?
Me jala con amabilidad y ya no estamos en la
plaza, estamos en un sendero… me parece
conocido parece ser el sendero del bosque en
donde iba a jugar de niña solo que más alegre con
el canto de las aves y parece más nuevo de cómo
yo lo recuerdo.

Lo escucho cantar y es como una psicofonía


en el aire nada más, la canción es conocida y algo
me hace cantarla con él. Me siento feliz… con este
extraño, en este lugar un poco distorsionado de
cómo lo recuerdo, y creo que él también se siente
así. Empezamos a correr en el bosque jugando, es
como si lo conociera de toda la vida y ya hubiera
hecho esto anteriormente.

En un instante no lo veo ¿Dónde está? lo


busco pero es como buscar una aguja en un pajar,
solo que esta analogía se queda corta. Donde se
habrá metido este chico en este inmenso bosque.
Camino pero parece ser imposible estoy sola y
perdida. Me siento en el suelo desconsolada y algo
asustada el bosque ahora me parece hostil y gris hay
un silencio rotundo en todo el bosque, ¿Cuándo
dejaron de cantar las aves? nunca me había
asustado estar sola… Nunca tanto silencio fue tan
incómodo y poco confortante…

-¡Boooh!- Escucho cuando unas manos me


toman desde atrás. Me congelo en el instante y creo
estar perdiendo la cabeza porque una sonrisa se
desprende de mis labios…

-¡Kari despierta!-grita Emi saltando en mi cama-


ya es tarde.

A sí todo era solo un sueño…

-¿Qué pasa, Emi?

-Hoy si te gane, Kari-dijo Emi en tono triunfal-


¡me levante antes que tú!

-¿Qué horas son?

-Las 10:20.-respondió viendo al reloj que está


en la mesita de noche-.

-¡10:20!-dije brincando de la cama y botando


a Emi- tenemos que terminar de desempacar si
queremos ir a visitar a mi abuela y también hoy tu
mamá regresa a su casa.

-¡Auch!-dijo Emi para que notara que está en


el suelo-.

-¿Eh? ¿Qué haces ahí? –dije como si no lo


hubiera notado-.

-Tomando una siesta-dijo en tono sarcástico-.


Me reí y la ayude a levantarse. Bajamos a
desayunar tía Sara ya había preparado el desayuno.
Cuando note la ausencia de Clementain.

-¿Y Clementain?

-No me preguntes a mí, él durmió de tu lado


de la cama.

-¿Se habrá escapado otra vez?

-Lo dudo ha de andar por ahí. Ya aparecerá.

-Mmm supongo que si…

-Bueno chicas ya casi termino mi maleta- dijo tía


Sara entrando a la cocina- creo que me iré
temprano para descansar un poco.

-Sí mamá es buena idea-concedió Emily-.

-¿Ustedes que harán?-pregunto sospechando


del entusiasmo de Emily-.

-Iremos al asilo al terminar de desempacar lo


que falta- aclare-.

-Está bien- lo medito por un rato- es buena idea,


salúdame a tu abuela Kari.

-Sí.

Luego del desayuno tía Sara tomo su camino de


regreso, ella tenía responsabilidades que cumplir.
-Cuídense-nos dijo a las dos-.

Ella se abrazó fuertemente antes de partir con Emi y


luego conmigo “cuídate y cuida de Emi” pidió.

El resto de la mañana pasamos arreglando la


casa, desde desempacando hasta limpiando en
todos lados, realmente era cansado había mucho
que desempolvar pero por fin estábamos
terminando cuando empecé a recordar lo que
había soñado, no recuerdo mucho en realidad, no
todo el sueño pero si el relicario. Entonces corrí a
buscarlo.

Y ahí estaba donde lo deje.

Lo tengo desde que nací cuando mi abuela me lo


dio, se ha conservado desde hace muchos años, es
muy hermoso en forma de corazón con unas
incrustaciones de zafiros y en el centro el nombre de
Ada. Es justo como lo recuerdo y como lo soñé, la
verdad es que lo he tenido guardado por miedo a
perderlo pero creo que ya lo puedo usar sin ese
miedo.

Adoro el color azul del zafiro.

Emi apareció detrás de mí- ¡Por fin terminamos!

-¡Sí! creo que sería mejor si nos arreglamos


ahora.
-¡Qué bonito collar! Ya no te lo habías puesto.

-Sí creo que lo empezare a usar más.

-Luce con tus ojos… bien a prepararnos que se


nos hace tarde.

-¡Sí!

Empezamos alistarnos, aunque la verdad ya


estábamos exhaustas con todo el oficio que hicimos.

-¿Kari ya estás?

-Sí, Emi- respondí terminando-.

Nos subimos al auto encendimos el radio e


iniciamos la marcha, pasando por una intersección
donde había un semáforo que nos indicaba el rojo,
esperamos cuando note que una moto se paró a la
par nuestra.

Era un chico sin casco, muy concentrado en su


camino su pelo negro y vestido con un pantalón
negro y una chaqueta de cuero negra. Entonces me
di cuenta que no venía solo en otra moto también
había un chico muy semejante a este solo que su
pelo era un castaño muy oscuro. El semáforo era uno
de esos con cronometro, marcaban cuanto faltaba
para que fuera verde, y conforme los números se
reducían en el semáforo empezaron arrancar más
las motocicletas, se escuchaba el estruendo de las
motos subiendo la velocidad listas para avanzar a
toda velocidad, sin duda estos dos habían iniciado
una carrera.

Me emocione sin querer, el semáforo estaba a


punto de cambiar entonces paso a verde y las
motos salieron volando a toda velocidad y que bien
que yo no estaba manejando, porque ya estuviera
detrás de ellos corriendo a toda velocidad como si
fuera una carrera oficial de Nascar o algo así.

A Emi no le emocionaban tanto las carreras


como a mí. Incluso vi un signo de desaprobación en
su cara ante los dos muchachos que andaban en
las motos. Bueno, seguimos nuestro camino pero mi
curiosidad de quien gano persistió.

Llegamos al asilo y una señora en recepción nos


atendió, nos condujo hasta la habitación de mi
abuela. Entramos y ahí estaba mi abuela. Era una
habitación muy poco pintoresca a como le gusta a
mi abuela pero muy ordenada y organizada. Ella se
encontraba en una silla mecedora bordando algo.
Cuando noto nuestra presencia subió la mirada y
sonrió alegremente. Sus ojos azules como los míos se
le iluminaron de alegría. Y nos saludó caminamos
hasta ella devolviéndole el saludo.

La señora nos dejó solas, y mi abuela decidió


dar una caminata por el gran patio del asilo.
Hablamos y le contamos todo lo que habíamos
hecho estos días y que Clementain estaba en la
casa todavía todo esto parecía que la ponía muy
contenta aunque dijo que ella ya sabía eso. Por
alguna extraña razón dijo que Clementain prefirió
quedarse en la casa y no venirse con ella al asilo.
Pero que se escapa de día y vuelve en la noche.
Como si fuera un guardián.

Pasamos la tarde con ella escuchando sobre su vida


en el asilo, sus amigos, sus pasatiempos que había
tomado allí y compartiendo nuestros planes de
estudiar en la preparatoria de Timesong City. La visita
fue muy entretenida en realidad compartimos
también un poco con los ansíanos del asilo que eran
los más cercanos a mi abuela.

Participamos en unos de los juegos como ajedrez y


cartas todos ellos eran personas muy conservadoras
y con personalidades muy marcadas como la señora
Ester y Leticia quienes decían que se deleitaban de
ver a la juventud porque le recordaba a sus
juventud. El señor Enrique, un señor algo amargado a
mi parecer, prefirió solo observar y no decir casi
nada. El señor Marco, un señor muy entusiasta quien
jugó con Emi al ajedrez, se la paso sugiriéndonos
llegar más a menudo.

Hasta que llegó la hora de partir, nos despedimos de


la abuela y sus amigos. Y tomamos nuestro camino al
centro comercial. No queríamos cocinar de lo
cansadas que estábamos así que preferimos pasar
comprando algo. Emi estaciono y a punto de
bajarse estaba cuando la frene en seco.
Capítulo III
Rencuentro

-Espera-le dije.

-¿Qué pasa Kari?

-Allá adelante unos chicos se están peleando-


le explique-.

Subió su mirada un poco y era cierto vio como


un grupo de chicos se estaban peleando. Emi era
cobarde para las peleas y tal como lo pensé se
quedó helada del susto al ver a los chicos. Entonces
vi que se asomaba una patrulla de policía uno de los
chicos lo noto y grito que venía la policía dos de ellos
salieron corriendo y atrás de ellos este que les alerto.
De los dos chicos que quedaron uno como
adolorido en el suelo y el otro recostado tomando
aire recostado sobre un carro estacionado. No
pensé tanto y salí a ver si estaban heridos.

-Están bien- les dije mientras me acerque al


que estaba en el suelo.

-Si- respondió en una sonrisa que se convirtió


en una mueca de dolor él chico del suelo.
-Estamos bien-dijo seriamente el que estaba
de pie.

Yo me quedé sorprendida de lo que estaba


viendo, los dos chicos de las motos eran ellos. Ahora
un poco golpeados pero nada serio. Pude notar que
no tenían ninguna herida grave uno que otro golpe
en la cara que no pasaría de un moretón o
hinchazón.

-¿Quieren que llame a la policía o a alguien?-


pregunte aun preocupada de que los hubieran
asaltado.

-No es necesario-dijo el chico parado-no ha


sido nada.

-¿Los asaltaron?-pregunte sin entender por qué


no quería que llamara a la policía.

-¿Qué? –dijo el chico en el suelo ahora


levantándose y riendo un poco- ¡No! solo era una
pelea callejera pero no es nada.

-¿Solo era una pelea?-dije en un susurro


perplejo a mí.

-Mira te lo agradecemos pero no ha sido


nada, esos chicos solo buscan problemas pero no
eran unos asaltantes y no necesitamos que llames a
nadie-dijo el chico del cabello castaño oscuro en un
tono confortante.
Me quede viendo a estos dos y me di cuenta de que
realmente era lógico lo que decían, jóvenes
adolescentes peleando solo porque si en la calle sin
ningún motivo y huyendo de la policía por
represarías todo tomo sentido. Ya parados los dos
note que eran realmente altos el de pelo negro un
poco menos pero alto al fin de cuentas y tenían un
buen físico como el de jugadores de futbol o
corredores.

-Oye ¿estás bien? – dijo el de pelo negro


viendo que no hablaba y solo los miraba.

Entonces vi los ojos verdes que este poseía y una


sonrisa traviesa que yo conocía.

-¿Andrés?

Ambos se quedaron sorprendidos mirándome


boquiabiertos.

-¿Te conozco?-Me pregunto intrigado.

-Bueno yo… yo soy Karina.

Ahora si los había sorprendido a los dos, pero


para ser sincera Andrés también me había
sorprendido a mí. Nunca creí ver Andrés estar
involucrado en una pelea callejera.

-¿Kari?-dijo el de pelo castaño, que


deduciendo que me conocía juraría que es León-.
-Kari vámonos-dijo Emi desde el auto donde
nos habíamos estacionados ah de estar asustada
puesto que no dije nada solo me baje a ver si
estaban bien.

Los tres nos quedamos viéndonos por un instante


incrédulos del encuentro que habíamos tenido.
Hasta que Andrés se acercó a mí y me abrazo
fuertemente.

-Tiempo sin saber de ti- dijo muy feliz-.

-Lo mismo digo- le dije respondiendo el abrazo-


¿y tú León no me vas a saludar?

-Por supuesto- se acercó a mí y me dio un


cálido abrazo- te hemos extrañado mucho…

-¿Qué tal Emi?- Pregunto Andrés mientras me


abrazaba León.

-¡Dímelo tú!- le dije señalando al auto de


donde Emi no se había alejado de lo más mínimo-
creo que piensa que son unos pandilleros y
probablemente crea que me están secuestrando
ahora mismo.

-De ser así vamos con ella antes de que llame


a la policía- dijo León en un tono cómico-.
Caminamos hasta el lugar donde estaba Emi pude
ver en su cara un poco de miedo pero se hizo la
fuerte.

-¿Te recuerdas de mí, Emi?- dijo Andrés.

Emi intento buscar una respuesta en mi cara y al


parecer la encontró.

-¿Andrés? ¿León?- dijo muy sorprendida.

-Si-dijo confirmándolo León.

Ninguna de las dos podíamos creerlo de todos


los lados y de todas las formas en que nos habíamos
imaginado encontrarlos nunca habíamos planteado
una situación así.

-¿Pero qué les pasa chicas parece que han


visto a un fantasma?

-¡Casi! ¿Saben el susto que me han dado con


su riña muchachos? ¡Y peor aún! Tú, Kari ¿Cómo se
te ocurre bajarte a ver? ¡Se te ocurrió que pudieron
ser unos ladrones, asesinos o secuestradores en serie!
estaba preocupada. Pero en que estaban
pensando.

Emi tenía razón y la verdad yo también quería saber


que había cambiado en nuestra ausencia desde las
carreras de las motos hasta las peleas callejeras.
-Bueno es una larga historia…-dijo, Andrés.

-En otro momento se la contaremos, pero


díganos ustedes ¿Están de visita? ¿Cuánto tiempo se
van a quedar? –dijo León un poco entusiasta.

-Bueno viviremos aquí por un tiempo-explique-


venimos a estudiar aquí.

-¿Qué escuela?- pregunto curioso Andrés.

-En el instituto T.S.C. –explique, y fue como si se


le iluminara la cara con estas palabras-.

-¡Estaremos juntos otra vez!

-¿Enserio? ¡Súper! –dijo Emi.

-¿Tú también León?- pregunte tímidamente


esperando que sí.

-Si- dijo dándome su cálida sonrisa- pero en


noveno.

-Mmm es cierto León tu eres mayor que


nosotros.

Los cuatro caminamos por el centro comercial


hablando de todo lo que habíamos hecho estos
años, al parecer León se volvió capitán del equipo
de Futbol y Andrés estaba emocionado por su primer
año en el instituto T.S.C. al igual que nosotras dos,
según lo que nos dijo León Nora ya no salía con ellos
porque no le gustaba que la vieran con su hermano
y su primo. Al parecer había desarrollado una gran
pasión por la moda, el estilo y la superficialidad que
ya era característica de ella desde niña y se había
vuelto muy popular. Fue triste escucharlo pero
realmente no nos sorprendía mucho.

Después de unas horas regresamos al


estacionamiento y nos despedimos acordando
encontrarnos en el colegio al día siguiente ya que las
clases iban a dar inicio. Todo empezaba a encajar
poco a poco tal como lo sentí la noche anterior.

Nos fuimos para la casa ya era muy de noche.


Entrando a ella vimos que Clementain estaba en la
sala justo como dijo la abuela regresaba en la
noche. Nos fuimos directo a nuestros cuartos.

Al entrar a mi cuarto tuve una especie de esperanza


de seguir con mi sueño de ayer, volví a poner a
Clementain en la cama, apague la luz, me acosté y
el sueño empezó a llegar a mí.

Nuevamente estaba en la plaza esta vez empecé a


buscar al chico antes de que me llamara. Cuando lo
encontré tenía un diente de león en la mano me lo
entrego y se la acepte observe la flor por un
momento y con la otra me tomo de la mano y esta
vez no estábamos en el bosque sino en una tan
característica feria del muelle de Timesong City. Aun
no sabía quién era este chico, quería saberlo así que
le intente preguntar pero cuando hable otras
totalmente distintas palabras salieron de mi boca:

-¿A cuál subimos?- me asuste pues esto no era


lo que yo quería decir.

-No lo sé, que te parece la montaña rusa.

-Si- respondí de inmediato con una sonrisa.


Cuando estaba con este chico definitivamente algo
malo me pasaba…

¿Porque me estaba pasando esto? ¿Porque en estos


momentos del sueño solo podía sentirme feliz?

Caminamos para la montaña rusa y como en todos


los sueños perfectos no esperamos, casualmente en
este juego no había cola y de inmediato como si nos
estaban esperando empezó. Gritábamos y gritaban
los demás de miedo y emoción esos sentimientos
verdaderos cuando sientes la adrenalina por estos
juegos donde muestras la valentía y eso. Luego de
subirnos a varios juegos y de varios intentos fallidos
de intentar ver su rostro descansamos a la orilla del
muelle y nos sentamos a ver el atardecer que se
desplegaba me quede viendo al cielo por un
instante y sin ver sentí que él simplemente
desapareció otra vez. ¿Y ahora que se suponía que
iba a pasar? ¿era momento de despertar? no lo
creo ya lo hubiera hecho quizás si lo busco y lo
encuentro vuelva a sentirme feliz… baje mi mirada al
enorme rio que provenía del bosque y llegaba a este
muelle, el agua era transparente y podía ver mi
reflejo en él, cuando de repente una fuerza me
absorbió al rio y caí… intente y volví a intentar salir
para poder respirar pero el agua me jalaba… ¡me
estaba ahogando! sin fuerzas deje de luchar y jure
que estaba muriendo cuando su mano me sujeto y
me guio hasta la superficie. Ahora no solo la fuerza
que me ahogaba había desaparecido sino me
sentía segura nuevamente aun ahí sin salir del rio en
el que estaba a punto morir con solo sentir su mano.
Capítulo IV
Primer día de clases

El sueño fue desvaneciéndose… si ahora


flotaba solo era en las aguas de mis pensamientos.
Mi sueño a terminado y nuevamente siento como
parecía tan real, todas las emociones que vivo en mi
inconsciente se sienten reales… ¿es normal extrañar
a alguien que no conoces? al parecer si, si no lo es
entonces la única explicación es que me estoy
volviendo loca. ¡Si eso puede ser! que esté
perdiendo la razón. Incluso podría decir que me
estoy enamorando del chico de mis sueño, el chico
que solo es una alucinación de mi mente. Y el que
estoy completamente segura que no existe.

Siento como mis ojos se niegan abrirse y mi cuerpo a


moverse para salir de la cama, noto que ya es de
día, la alborada entra por mi ventana y ya
consciente de que es hora de levantarme me
motivo a hacerlo.

Es lunes mi primer día de clases. Me levanto y me


dirijo al cuarto de Emi, ella estaba aún dormida y
pienso pagarle con la misma moneda lo del día
anterior.
-¡Emi despierta!-grito saltando encima de ella.

-¿Qué hora es?- pregunta medio dormida.

-Ya es tarde, es hora de levantarse.

-Cierto, nuestro primer día de clases-


reacciona y ya bien consciente me dice- debemos
apresurarnos. Andrés y León nos estarán esperando
antes de que empiecen las clases.

-Si.

-A por cierto Kari…

-¿Sí?

Haciendo una fuerza me lanza contra el piso en


venganza por lo del día anterior.

-¡Auch!- me quejo riéndome de su venganza.

Ambas nos apresuramos alistarnos para ir al instituto.


Y pensando que hacer de desayuno ya que me
toca a mí hacerlo, termino de alistarme y bajo a la
cocina a preparar huevos, pan tostado y jugo de
naranja.

-Emi baja a desayunar- le grito desde abajo.

-Ya voy- responde.

Bajando estaba cuando miro como lucia mejor que


yo debo admitir, luce una falda con pliegues color
azul y una blusa de botones color rosa y zapatillas,
definitivamente si de crear un look se trata Emi es la
indicada. Su cuerpo la hace ver solo un poco mayor
de lo que es, su cabello liso y termino medio color
negro hace que resalten sus ojos verdes.

-Apresúrate que no quiero llegar tarde- le digo


cuando toma asiento.

-¿Qué tal me miro?

-¡Bien Emi! ahora ya come y nos vamos.

-Está bien…

Desayunamos rápido y nos fuimos en el auto. Al


llegar pude ver que en una de las bancas cerca del
estacionamiento estaban los chicos.

-Allá están los chicos- dijo Emi- ¿Quién será esa


chica?

-Tal vez Nora o la novia de León…-dije


observándola más detalladamente- es muy bonita.

-Ni tanto-dijo Emi un poco celosa-.

La chica que estaba con ellos realmente era bonita,


era rubia, pelo largo, con buen físico y con un estilo
en su ropa similar al de Emi.

-Hola Kari, Emi-dijo Andrés tan alegre como


siempre.
-Hola chicos- respondió, Emi.

-¿Emi? Qué bien te miras- dijo la rubia que si mi


instinto no me engaña es Nora.

-Gracias tú también…

-Nora- le recordó- por si no te habías dado


cuenta-.

-Cómo crees, Nora- ambas se dieron una


mirada de competitividad-.

-Hola, Kari- me dijo, Nora.

-Hola Nora, tiempo sin saber de ti.

-Lo sé, como ha pasado el tiempo…

-Y bien, que les parece si entramos-dijo León


sintiendo la vibra que se llevaban Emi y Nora-.

-Si- me apresure a decir antes de que pasara


otra cosa incomoda-.

-¿Tienen sus horarios?

-Si – respondimos todos.

-Está bien ¿Qué les toca?

-Biología- respondió Andrés-.

-A mí también -dijo Nora-.


Emi y yo nos miramos, ya que las dos sabíamos que
nos tocaban horarios distintos y solo teníamos 6
periodos entre semana iguales.

-A mí también- dijo Emi-.

-A mí física- concluí viendo a León-.

-De acuerdo, ¿qué te parece si dejamos a


ellos en el laboratorio de biología y luego te llevo a
tu clase?

-Sí.

Y así lo hicimos empezamos a caminar. Emi y Nora se


pasaron hablando de sus atuendos en todo la
trayectoria, Andrés y León de las pruebas para
meterse al grupo de Futbol y yo divagando en mi
mente observando los pasillos, ya que si algo tenia
este instituto era lo grande y antiguo que era.

Dejamos a los chicos en el laboratorio de biología y


seguimos caminando para la clase de física. Íbamos
en silencio cuando León se acercó un poco más a
mí.

-Nerviosa- me dijo poniéndome su mano en mi


hombro-.

-Para nada- le dije entregando una amistosa


sonrisa-.
- Te tocara con el señor Simmons, él es un
poco complicado pero si no le entiendes podría
ayudarte con clases de refuerzo.

-León gracias.

-Ya sabes no es nada, bueno te dejo que


tengo que irme a mi clase.

-Si adiós…

-Hasta luego.

Entre al salón y el Señor Simmons no había llegado


aún, ya habían estudiantes en el salón y busque un
pupitre vacío, solo había dos hasta atrás y uno hasta
el frente así que opte por el de hasta atrás. Me senté
en el que estaba a la par de la ventana. Sonó la
campana. Y un chico entro muy rápidamente. Se
sentó en el pupitre que estaba vacío a la par mía.

El señor Simmons entro detrás de él cerrando la


puerta. El señor parecía un poco estricto pero su
pelo desalineado me indicaba que era algo
desorganizado, sin decir nada escribió en el pizarrón
su nombre y el curso.

Entonces como todo un militar dio vuelta e intimido a


la clase a guardar silencio.
-Buenos días jóvenes-dijo en un tono serio- soy
el señor o profesor Simmons, yo soy el maestro de
física saquen su cuaderno y libro de texto.

Y sin decir nada más empezó a dar su primera clase,


como dijo León es algo complicado su método de
estudio pero todavía puedo comprenderlo bien.
Empezó a explicar sobre las leyes de Newton un
tema que ya había visto anteriormente.

De pronto me sentí observada lo que me hizo voltear


hacia la ventana, no había nadie que me pudiera
estar viendo lo que no era extraño porque no tenía a
nadie detrás de mí. El más próximo era el chico de la
par. A voltear iba cuando el señor Simmons me
hablo.

-¿Señorita está poniendo atención?- pregunto


en un tono molesto ¿habrá notado mi distracción?-.

-Si profesor Simmons.

-Si es así no tendrá ningún problema en


definirme la segunda ley de Newton.

-Eh... Si claro- tratando de recordar lo que vi el


año pasado dije- la segunda ley de Newton es la
fuerza que actúa sobre un cuerpo que es
directamente proporcional a su aceleración.

-Correcto… -dijo serio-.


Dándose la media vuelta el señor Simmons volvió
hasta el frente del salón. Ahora que ya tengo el
camino libre podría tal vez con mucha cautela
voltear a ver al chico de al lado. Está bien solo tengo
que girar la cabeza muy despacio y casual para el
lado y así poderlo ver…. Estoy a punto de llegar a
donde esta cuando toca la campana y doy un
ligero salto.

La clase termina y los demás se levantan de sus


asientos y empiezan a salir del salón y noto que el
chico también lo hace, estoy paralizada de mi
intento fallido cuando siento como el chico se
agacha y recoge algo del suelo…

-Ada esto es tuyo.-me dice devolviéndome el


lápiz que debió caer cuando di el ligero salto.

-¿Eh? Si supongo, gracias- digo viendo al lápiz


que aún está en la mano del chico.

-De acuerdo… Aquí te lo dejo.- dice dejándolo


en el escritorio por alguna razón no puedo pensar en
otra cosa más que en la pena que me causo todo
esto.

¡Espera! ¿Cómo me llamó? subo la mirada


buscándolo pero ya no está. No sé quién ha sido
pero ¿cómo supo que me llamo Ada?
Salí rápido del salón con la esperanza de encontrarlo
pero no logro ver a nadie. No es como si lo volviera a
ver lo reconociera ya que no lo pude ver pero tal vez
si lo escucho logre reconocerlo…

El instituto es demasiado grande dudo encontrarlo


hasta la próxima clase de física.

Camino un poco desolada en el pasillo rodeada de


personas pero aun así como si en mi mente el
planeta se hubiera vaciado por completo y el
inmenso mundo estuviera vacío solo para mí.

No sé quién sea este chico pero por alguna razón


sabe mi nombre y por otra extraña razón necesito
saberla.

-Hey Kari! – saluda Andrés.

-Hola Andrés…

-¿Qué tal física?

-Complicada como dijo León- dije tratando de


ocultar mi distracción-.

-Si me imagino… ¿te pasa algo?

-¿Eh no porque?

-Te miras un poco confundida tal vez hasta


asustada como si hubieras visto a un fantasma.-dijo
riéndose- es eso o realmente la clase de física está
muy difícil.

-Sí creo que si…-dije divagando en las


opciones que me dio- bueno te dejo porque me
toca Literatura.

-A mí también.- dijo muy contento ofreciendo


su brazo para que lo entrelazara con el mío- ¿nos
vamos?

-Si…

El resto del camino pasamos en silencio solo


caminando hasta el salón de la próxima clase.

Entramos y buscamos pupitres continuos para


quedar juntos. Nos sentamos y la profesora Eleonor
no tardo en entrar al salón; una señora grande y
con el aspecto conservador como sus ojos en recelo
cuando se tomó un momento para observar a la
clase. Luego de un momento el salón estaba en
absoluto silencio debido a la extraña o particular
conducta de la profesora Eleonor, entonces empezó
hablar su voz y sus expresiones eran como la de una
señora de la alta alcurnia, comenzó a dar algo sobre
el maravilloso mundo de la literatura intente
concentrarme en la clase pero algo en mi mente no
me lo dejaba hacerlo.
Es esa sensación de un lapsus mental donde en lo
único que puedes pensar es en nada. Realmente
quería poner atención pero no pude. El día fue
transcurriendo poco a poco las horas se me hicieron
eternas, no volví a tener otra clase con ese chico y
aunque no sé cómo es o quien es solo lo sé, esa
energía que sentí no la volví a sentir.

Al terminar la jornada de nuestro primer día, nos


despedimos de Andrés y León y nos subimos al auto,
Emi quiso conducir como siempre y mi mente estaba
tan dispersa que no tuve ningún problema con eso.
Encendió el auto y coloco el radio no tengo ni la
menor idea de que música estaba pasando solo
empecé a ver tras la ventana y me distraje en casi
todo el camino.

-Enserio fue tan malo tu día- Interrumpió mi


distracción al fin-.

-No realmente estuvo bien- dije intentando


parecer casual-.

-No te creo- me contradijo, observándome


más directamente cuando paramos en un semáforo-
¡te conozco! algo te pasa estas tan distraída.

-No te lo niego-admití en otro intento para


parecer casual- no sé qué me tiene distraída.
-¿El primer día fue mucho para ti?-intento
deducir-.

-No exactamente.

-¿Un chico?-dijo buscando cualquier razón


para saber que iba mal conmigo-.

-Algo así.

-¿Quién es?

-No lo sé.

-Mmm, ¿Es guapo?

-No lo sé.

-¿Cómo es?-Emi me tenía tanta paciencia


ahora, desde…-

-Emi realmente no lo sé.

-¿Entonces? –se forzaba por entenderme,


siempre lo hacía, ella creía fuertemente en el
método de catarsis para aliviar cualquier malestar
emocional que pudiera tener-.

-Tampoco lo sé, solo sé que me recogió mi


lápiz y me dijo Ada.

-Pero si así te llamas…-dijo en plena confusión-.


-Sí, pero nadie me dice así ¿cómo lo supo?, es
nuestro primer día aquí y al menos que lo conozca
del jardín de niños y él tenga muy buena memoria…
no sé.

-Déjame ver… -me echo otro medio vistazo ya


que seguía conduciendo- tienes puesto tu relicario.

-¿Y qué tiene que ver eso?- me dejo


confundida su observación.

-¡Todo!-lo dijo en tono de que era


extremadamente obvio- el relicario dice Ada.

¡Quede en shock si lo sabía pero lo había olvidado


completamente! Ahora todo tenía sentido (bueno
casi, aún faltaba porque me sentía observada). ¿Es
acaso que me estaba volviendo una paranoica, mi
estado hacia que hiciera un drama o agrandara
cualquier cosa que era del tamaño de una
hormiga?

-Se me olvido completamente-dije muy


sorprendida de lo observadora que era Emi-.

-Si supongo que solo tuvo que leer tu relicario y


por eso te dijo Ada.

-Sí creo… -dije ya más tranquila ya que era


muy razonable, dejemos a la paranoica solo exista
en mí y solo yo sepa que existe no hay razón para
seguirle dando razones para que se preocupe por
mí-.

La semana fue pasando, los días transcurrieron con


total normalidad a excepto de los misteriosos sueños
que parecían hacerse más reales con el tiempo… y
claro los sueños no eran los misteriosos en si sino el
chico que aparecía en ellos, cada vez ya no
parecían fantasías mías o ilusiones de mi mente, ni
esos sueños increíbles que parecen sacados de una
película de aventura y amistad sino más bien cada
día lo sentía como vivencias propias como si solo
fueran recuerdos de una vida que claramente no
viví.
Capítulo V
El Partido

Llego viernes y Andrés y León nos invitaron a


ver el primer partido del instituto que sería en la
cancha a la par del bosque donde jugábamos de
niños-el mismo bosque que aparecía en mis sueños
con bastante regularidad donde también jugaba
con ese chico- el partido seria después de clases.

Al salir del salón de historia que recibía con Emi quien


ya estaba más que emocionada, aunque no estaba
muy segura del porque a Emi no le emocionaba el
Futbol pero me dio miedo preguntarle por alguna
razón. Al parecer por lo que nos habían dicho el
campo lo habían arreglado y ahora actividades
como estas se hacían ahí.

-Listas-me asusto León por la espalda y


tomándome por la cintura.

-Eso creo…-le dije sobresaltada por el susto.

-Lo siento si te asuste-dijo León intentando


ahogar una risa y apartándose un poco de mí.

Caminamos para el estacionamiento nos íbamos a ir


por separado y nos encontraríamos haya en menos
de una hora. León era el capitán del equipo de
futbol del instituto, en estos mini-partidos se jugaba
con el hecho de escoger a los nuevos reclutas del
equipo compitiendo con cada sección y grado, así
no solo tendrían que pasar el examen de prueba
que hacen sino también tendrían que impresionar a
los miembros del equipo para ser aceptados.

Recuerdo muy bien lo bien que juega León y


conociendo como es Andrés dudo mucho que él no
haya mejorado en este tiempo, Andrés con su
espíritu competitivo y su alma de jugador nunca
dejaría que el tiempo pasara sin que el avanzara en
sus destrezas, realmente es muy apasionante verlos
jugar a los dos y será la primera vez que los vea jugar
desde hace muchos años.

Emi insistió en ir a la casa primero a cambiarse, su


competencia de estilo con Nora no había frenado
en toda la semana, ya se me estaba volviendo
insoportable. Emi y Nora también iban a competir
para entrar al equipo de porristas. Bueno claramente
no puedo estar del lado de ninguna de las dos así
que me eh apartado lo más que pude. Emi y yo
fuimos porristas en nuestro antiguo instituto cosa que
no volveré hacer, y por eso sé que le irá bien y a
Nora supongo que también.

Milagrosamente se cambió más rápido de lo que


había previsto subió corriendo al auto y esta vez yo
conduje ya que íbamos un poco tarde y Emi
conducía muy despacio. En cuestión de minutos
llegamos al bosque

-A mi parecer era innecesario usar el auto


podíamos haber usado las bicicletas.-dije
manteniendo mi postura que le había planteado
anteriormente a Emi.

-¡¿Kari crees que me subiría a una bicicleta


con esta falda?!-dijo en queja.

Era cierto no me había dado cuenta de lo que se


había puesto aunque quisiera sería imposible que se
subiera a una bicicleta con esa falda negra.

-De acuerdo… pudiste usar algo menos


llamativo-le dije en un tono maternal.

-Esto es guerra Kari-en su tono de chica


rebelde- no dejare que Nora me gane.

Deje pasar su comentario solo porque si, como dije


antes no quería involucrarme en esta guerra nada
sangrienta en las que las mujeres se meten, esa
guerra que suele ser más larga y dañina en mi
opinión llamada “la moda”. Incluso era cansado
verla desde fuera como no lo seria desde adentro.

Cuando bajamos del auto vi que muchas miradas se


centraron en Emi particularmente la de los hombres,
entonces vi lo impensable, algo que me dejo en
shock pero no tanto como a Emi… tuve que
esforzarme mucho para no reír, Nora se había puesto
el mismo atuendo que Emi a diferencia del color rosa
coral de la blusa que era solo unos tonos más débiles
que el rosa de Emi.

Ambas se dieron una mirada de shock tan graciosa


que al parecer solo yo disfrutaba, intente no reírme
me esforzaba al máximo pero una risa más
juguetona pulso mi botón de irresistible y me reí con
él, Andrés y León se habían dado cuenta al igual
que nosotras y también les había parecido gracioso.

Entonces dos miradas mortales se concentraron en


nosotros y nos dio una bofetada de seriedad, al
parecer a Emi y Nora no les causo tanta gracia
como a nosotros. Nadie dijo nada al respecto.

-¿Bueno quienes juegan hoy?-dije intentando


liberar tensión.

-Último año contra primer año-respondió León.

-¿Es decir que vas a jugar tu Andrés?

-¡Sí!-dijo muy alegre como siempre.

Nora, Emi y yo caminamos para adentrarnos a las


escaleras de metal que rodeaban la cancha,
realmente el lugar había cambiado un poco ahora
eran dos canchas una al lado de la otra, el parque
para niños seguía ahí aun con los columpios y a la
par de todo esto el enorme bosque, varios
estudiantes ya estaban ahí. Al parecer todos
estaban muy excitados por el primer jugo del
instituto,

Era un poco incómodo y estresante estar a la par de


Emi y Nora, ya estaba un poco desesperada cuando
apareció Lucy mi compañera de Biología, realmente
era más agradable estar con ella en esos momentos.
Lucy es una chica extrovertida muy peculiar en sí, en
lo poco que llevamos de conocernos he notado que
es una persona muy fantasiosa e inteligente.

-Por fin las encuentro-dijo cuándo se sentó a la


par mía-¿siguen en lo mismo?

-¡Como si eso fuera a cambiar pronto!-ambas


nos reímos cuando notamos que el partido iba dar
inicio.

El equipo de León se ubicó del lado derecho y al


contrario el equipo de Andrés. No conocía muy bien
al equipo de León pero si algunos del equipo de
Andrés, todos se miraban muy emocionados y
atléticos listos para jugar, la mayoría de estudiantes
se acomodaron en las bancas, los otros se
dispersaron alrededor de la cancha.

El calor de esa tarde era poco, seguro hoy era una


de esas tardes perfectas aquí en Timesong City
donde los niños salen a jugar y los adolescentes salen
de sus casas a dar paseos cortos.
El primer tiempo empezó y pasaban la pelota de un
lado al otro, realmente el equipo de León les estaba
dando una lección de futbol a los de primer año solo
tres chicos de primer año les podía seguir el paso a
estos entre ellos Andrés, Julio un chico de mi clase de
física y Héctor que estaba en mi clase de gimnasia.

El primer gol lo metió León. Todos celebraron un


momento. Y Héctor salió con la pelota buscando el
empate no lo consiguió, Raúl si no me equivoco se la
quitó limpiamente se la paso a otro chico cuyo
nombre no lo sé y este se la paso a otro pero Andrés
se la arrebato antes de que el otro la pudiera tomar.
Julio y Andrés se las estaban intercalando para evitar
perder la pelota, y cuando bloquearon a Julio
Andrés se la paso a Héctor. Todo se miraba muy
complicado y fascinante solo era el primer tiempo y
ya estaban dando todo de sí.

A pocos minutos de terminar el primer tiempo el


equipo de León echo otro gol, al parecer eran
menos los de ultimo año en las bancas porque la
mayoría se deprimieron durante ese suceso. Las
porristas le daban mucho ánimo al equipo de León y
al mismo León, no me había dado cuenta de lo
atractivo que les resultaba a las demás chicas del
instituto, nunca lo había visto de ese modo incluso
cuando lo vi en aquella tarde montado en su moto y
en frente del centro comercial cuando peleaba con
esos chicos no me percate de lo atractivo que era.
Lo seguí observando por un instante cuando se
acercaba a mí después de que habían pitado para
el fin del primer tiempo. Era casi imposible de lo poca
observadora que había sido y detrás de él venía
Andrés cuyo objeto de admiración había sido
también para las porristas.

-¿Que les pareció?-dijo León sentándose a la


par nuestra.

-¿Listo para empezar a perder?-Le intercedió


Andrés en un tono juguetón, era obvio que Andrés,
Héctor y Julio ya se habían cansado técnicamente
solo ellos habían jugado todo el partido lo cual era
de admirar.

-Si, al ritmo que van estaré esperándolos


sentados-le molesto León.

-¡No es justo León!-le reprendí- Andrés ha


estado constantemente cerca de anotar un gol.

-Bueno cerca no es lo suficiente para que


empecemos a perder.-me dijo en tono simpático

-Prepárate León-le advirtió Andrés- en este


segundo tiempo voy con todo.

Al parecer hay cosas que no cambian son


inmutables por ejemplo; la constante competencia
amistosa entre Andrés y León.
El receso termino era hora de continuar con el
partido. Al parecer la advertencia de Andrés iba en
serio porque no dieron oportunidad ni un minuto de
quitarles el balón a su equipo, realmente se estaban
esforzando mucho se aproximó mucho a la portería
y otro chico lo intercepto pateando la pelota fuera
de la cancha donde yo me encontraba, me
paralice un segundo la pelota se miraba justo en mi
dirección y con un golpe tan violento era seguro que
me noquearía. Cuando justo se desvió un poco y
golpeo a Lisa (la invisible) la chica cuya presencia
era como la de un fantasma, era difícil de
percatarse de ella ya que era muy silenciosa y no
llamaba mucho la atención, Lisa con solo una
semana de clases ya se había hecho fama de tener
mala suerte a pesar de ser casi invisible y justo como
ahora de todos a los que pudieron golpear la pelota
fue a Lisa. Todos se asustaron Lisa quedo
inconsciente del pelotazo, no fue hasta que a Lucy
se le ocurrió la idea de echarle agua encima para
despertarla ella reacciono de inmediato quejándose
del dolor.

-Lo lamento- se disculpó el chico que lanzo la


pelota que se encontraba cerca de ella, había una
disculpa sincera en su voz-.

Lisa parecía un poco aturdida aun-no importa- al fin


dijo devolviéndole el balón al chico.
Estaba preocupada por Lisa sin duda ese había sido
un gran golpe. Así que le ofrecí ir a caminar en lo
que se terminaba el partido dicen que un rayo no
cae dos veces en el mismo sitio pero ¿lo haría una
pelota? si la fama de Lisa y su mala suerte eran
cierta esto era posible.

El partido continuo, preferí caminar debajo del


espacio de las gradas por seguridad, Lisa realmente
era como un fantasma no hablaba ni siquiera
escuchaba sus pasos que eran tan silenciosos. Voltee
a verla solo para asegurarme que estaba a mi lado y
así lo confirme pero en ese momento ella paro su
andar completamente, creí que la había intimidado
cuando me di cuenta que realmente algo más le
había llamado la atención. Seguí la dirección de su
mirada que conllevaba al enorme bosque.

-¿Pasa algo?-le pregunte con curiosidad yo no


podía ver nada.

-No exactamente.- respondió con mucha


seriedad distinta a la chica tímida y silenciosa.

Intente seguir observando en el bosque más fue inútil


cuando me di cuenta Lisa había seguido su marcha
y ya me llevaba ventaja a lo que supuse que se
encontraba bien.

Mi madre decía que nada bueno ocurría en el


bosque y lo peligroso que era, a lo contrario de lo
que recuerdo de la parte del bosque donde
hacíamos caminatas de niños un lugar hermoso y
tranquilo con una vida silvestre como ninguna.

Para esto era mejor seguir corriendo a Lisa.

-¡Lisa!-le dije alcanzándola- ¿Te sientes mejor?

-Sí.

-¿Quieres hacer otra cosa?

-Entrar al bosque.

-Mmm está bien- no entendía muy bien pero


sentía una trampa en sus palabras- busquemos el
sendero.

-Sí.

Caminamos hasta el sendero, Lisa era tan directa en


su forma de hablar, realmente su comportamiento se
me hace sospechoso, pero supongo que como la
mayoría del tiempo se la mantiene sola no me
debería extrañar mucho su comportamiento algo
antisocial.

-Y ¿Te gusta el instituto?-intente entablar una


conversación.

-Sí.
-Eso es genial…- no me dio muchas
oportunidades-¿para qué quieres entrar al bosque?

-Hay alguien ahí.

-¿Un conocido me imagino?

-Sí.

-¿Familiar tuyo?

-No.

-¿Amigo?

Solo me dio una breve mirada, pero guardo silencio


¿eso que significaba?

-¿Del instituto?

-En teoría.

-Mmm entiendo-realmente no entendía nada-


¿Qué hace en el bosque?

Ignoro mi pregunta solo así no mas no dijo nada de


nuevo. Llegamos al sendero, ahora me estaba
preocupando realmente Lisa me estaba mostrando
una persona totalmente diferente a la que yo había
pensado, no conocía mucho de ella, no sabía nada
en realidad. ¿Y si realmente era una asesina
psicópata y me llevaba al bosque para matarme
donde nadie la viera? “paranoica”-recordé- Está
bien, está bien, estaba dejando volar mucho mi
imaginación y mi gran experiencia en películas.

-¿Dónde está la persona?

-No lo sé.-dijo perpleja.

-Si quieres la buscamos en el sendero… -no sé


por qué solo lo dije ¿Tal vez por amabilidad o porque
había un cierto imán que me atraía al bosque?

-No estoy segura, el debería estar aquí.

-¿Quedaron de juntarse aquí?

-No exactamente.-dijo buscándolo con la


mirada-.

-¿Cómo es él?

Le observe en busca de ver si me daba una


respuesta luego de un minuto pero en lugar de eso
solo siguió caminando en el sendero, a este punto no
sabía si seguirla o regresarme pero temí que algo
malo le pasara en el bosque así que la seguí.

-Lisa no creo que este más adentro- le aclare-


nadie anda en el bosque por lo peligroso que es.

-¿Acaso tienes miedo?-me miro directamente


a la cara.

-No. pero sé muy bien que nadie entra aquí.


-Nadie es una generalización de una realidad
inexistente-.

-¿Dices que personas viven aquí?

-No exactamente.

Lisa me estaba sacando de mis casillas con su


repuesta automatizada para no dar información,
pero bueno ahora ya estaba con ella muy adentro
del bosque y no debería dejarla sola.

-Está bien-dije ya calmada- ¿Cuál es el plan?

-¿Plan?

-Para encontrar a… a tu amigo.

-No hay ningún plan-concluyo pensando en


otra cosa-creo que debemos irnos mejor.

Y empezó a caminar de regreso, como si nada esta


vez ya no parecía la sombría Lisa parecía más bien
otra vez la chica tímida, con mala suerte y silenciosa
que había medio observado en el instituto. Se dio la
vuelta y me pregunto:

-¿No vienes Ada?

-¿Cómo me llamaste?

-Ada ¿Por qué?-pregunto tímidamente-¿No te


gusta?
-¿Cómo supiste que me llamo así?

- Tu relicario.

-¡Ah cierto!-se me había olvidado otra vez por


completo-Llámame Kari- le sugerí amistosamente.

-Mmm ¿no te gusta Ada?...-repitió la duda


pintada en su rostro-.

-Eh… bueno no es eso… lo que pasa es que no


estoy acostumbrada.

-Entiendo… tu llámame Lis algunas personas


me llaman así.

-Me parece justo… ¿Dónde vives?

-Afueras de la ciudad… en la casa Dolían.

-¿La casa Dolían? ¿La mansión Dolían?-dije


cuando caí en cuenta que era una enorme mansión
de una familia adinerada de Timesong City, muchas
etarias de terreno- ¿Por qué estudias en el instituto
de aquí entonces? –Considerando colegios privados
más cerca incluso si eso implicaba un corto tiempo
en dirección a otra ciudad o algún campus de
mayor nivel que el instituto TSC-.

-Me gusta más que otros lugares…

-Entiendo…
-Además no esta tan lejos-.

-Supongo que no…-

Seguimos hablando un poco en el regreso. Nos


apresuramos a salir del bosque pero cuando
llegamos al campo el partido ya había terminado 2-
3 gano el equipo de León, fue decepcionante por
Andrés pero me sentía feliz por León.

Lisa se apartó de mi cuando me uní a los chicos


quienes ya estaban reunidos cerca de las gradas
planeando ir al cine, aun había varios estudiantes en
el campo parejas, amigas, grupos de amigos y Lisa
se había desaparecido, ya no la miraba por ningún
lado.

Realmente Lisa era un poco inusual.

-¡Kari ahí estas!-dijo Emi- ¿dónde te habías


metido?

-Fui a caminar con Lisa.

-Ah ¿Lisa?- dijo Andrés intentando recordar


quién era-¿tal vez quiera venir con nosotros al cine?

-¿Dónde está?-pregunto León.

-No lo sé-dije volviendo a buscarla- estaba


aquí no hace un momento.

-¡Que niña tan rara!- dijo Nora-.


-Bueno será a la próxima-concluyo Emi-
vámonos.

Pasamos la tarde muy divertida, fuimos al cine y a


jugar videojuegos en las maquinas del centro y luego
a comer.

Estábamos regresando a casa, Emi manejaba y yo


sentía una sensación extraña, algo en la oscura
noche no iba bien. Fue así todo el camino. Esta
sensación me aturdía, me sentía observada no era
como las otras veces era como si alguien me
estuviera viendo intensamente lo que era imposible
porque no había nadie. Cuando bajamos del carro
un escalofrió atravesó todo mi cuerpo.

-¿Qué pasa?- pregunto Emi ante mi conducta.

-Nada-dije disimuladamente- Ah sido un día


muy largo.

-Creo que sí- concordó conmigo.

Era hora de dormir, la sensación se desvaneció por


completo al entrar a la casa. Ahora podía dormir
tranquila.

El sueño fue entrando en mí, mis ensoñaciones


empezaron a fluir.

Entonces me encontraba en una habitación


sentada en una mesa con nada sobre ella más que
un mantel negro y alrededor de ella o unas cuatro
personas que no se me hacían familiares; una
anciana con su pelo completamente blanco y una
que otra arruga que delataba su edad me
observaba completamente seria solo había un
asiento vacío cuando atrás de mí el ruido de una
puerta abriéndose y cerrándose se escuchó nadie
levanto la mirada y la persona rodeo la mesa.

-Llegas tarde-dijo la anciana quitando la mirada de


mí y posándola en la persona moví mi mirada junto
con esta mujer y para mi sorpresa era Lisa
sentándose en el asiento vacío.

-Supongo que sí-dijo Lisa indiferente.

Un silencio rotundo y una mirada de desaprobación


de la anciana inundo la habitación, a punto de
hablarle a Lisa estaba cuando mi sueño se cortó de
inmediato. Y por primera vez desde que llegamos
aquí no soñé con él…
Capítulo VI
Nicolás… Mi compañero

Llego el lunes dejando un fin de semana


“tranquilo”, fin de semana que pase con Nora, Lucy
y Hannah y por supuesto Emily, todas ellas soñadoras
de pertenecer al club de porristas. Según Emi y Nora
necesitábamos un fin de semana de chicas así que
ese fue mi fin de semana; no hicimos más que
comer, ver películas, hablar de cosas triviales como
las acrobacias que harán en la prueba para entrar
al grupo porristas o que color de base quedaba
mejor con su piel o cual era el mejor estilo de
zapatos al parecer el tacón mediano de aguja y
con punta redonda era el mejor, también hablaron
de algunos chicos del instituto al parecer clasificaron
a León como el más guapo y atlético; seguro fue
porque es el capitán de futbol eso fue algo en lo que
Nora no estuvo de acuerdo lo cual era de esperarse
ninguna hermana dice que su hermano mayor es
guapo.

Llegamos al instituto y Emily aparco en el lugar de


costumbre, íbamos un poco tarde así que nos
separamos de inmediato para ir a nuestros salones.
Hoy era lunes lo que significaba que tendría física en
la primera hora. Llegue lo más rápido que pude y por
un gran golpe de suerte vi que el señor Simmons
había sido detenido por el director, lo que me daba
el suficiente tiempo para entrar y a entrar iba
cuando un cuerpo choco conmigo. Mi sensación fue
tan rara ante el contacto.

-Lo siento -dijimos al mismo tiempo.

-Lo siento-le repetí levantando la mirada al


chico con quien choque.

-Yo también lo siento- dijo el mostrándome una


sonrisa amistosa-entremos antes que el señor
Simmons se dé cuenta.

-Si- pude decir asombrada por la sonrisa del


chico.

Me dejo pasar antes me apresure lo más que pude y


me coloque en mi asiento, y él se sentó en que
estaba vacío a mi derecha… ¿Entonces el chico de
la semana pasada era él? al parecer sí, pero no lo
había visto el miércoles ni el viernes que recibí física,
sin embargo el asiento se había mantenido vacío
hasta ahora.

Ahora pude voltear sin temor de ser descubierta al


fin de al acabo era relativamente normal verlo
gracias al choque de la entrada, voltee y lo pude
ver completamente. Era un chico caucásico, pelo
oscuro pero no negro; dirigió su mirada a mí y sus
ojos negros se conectaron con los míos, sonrió
nuevamente e inevitablemente yo también, esta
respuesta continua me aturdió un poco.

El señor Simmons entro cortando nuestra conexión,


se disculpó por su llegada de tres minutos tarde y
prosiguió a dar su clase. No me atreví a voltear de
nuevo e intente concentrarme completamente en
su clase pero andaba un poco aturdida

-Y ¿Qué dices quieres ser mi pareja?-me dijo


de repente.

-¿Perdón?- ¡¿exactamente que me está


proponiendo?!

-para el laboratorio que tenemos que hacer…-dijo


levantando una ceja de sospecha ante mi reacción.

Voltee al pizarrón y decía laboratorio en parejas ¡ah!


era eso, justamente hoy al señor Simmons se le
ocurre hacer un laboratorio de parejas así que su
pregunta era eso, regrese mi mirada a él y ahí
estaba observándome esperando algo.

-¿Entonces?-dijo ladeando su cabeza solo un


poco cuando no le daba una respuesta-supongo
que… ¿no?

Todavía no le había respondido a su pregunta. ¡Sí!


pensé de inmediato solo tenía que poner la palabra
fuera de mi boca, en eso se volteo Micaela que
estaba enfrente de el

-¿Quieres trabajar conmigo?-le pregunto a él-


¿eres nuevo verdad? soy Micaela, ¿y tú cómo te
llamas?

Me quede viéndola incrédula que se le haya metido


con tanta facilidad.

-Nicolás -le respondió simplemente.

Que se supone que debía hacer decirle que iba a


trabajar conmigo.

-¿Entonces empezamos a trabajar Nick?-le dijo


Micaela guiñándole un ojo.

-Lo lamento Micaela-le dijo cortésmente- ya se


lo había ofrecido a Ada solo que no me ha dado su
respuesta.

Ella me fulmino con la mirada a la espera de que


respondiera. Yo no sabía que decir en realidad
ambos me habían dejado boquiabierta.

-Señor Nicolás Brown, sino me equivoco-


interrumpió el señor Simmons- usted ha empezado
atrasado así que si le sugiero que trabaje con su
compañero Pablo Torres él le podrá ayudar regularse
en esta clase.
-Si-dijo dando una corta mirada hacia donde
se encontraba Pablo y pude ver que me vio
ligeramente antes de ponerse de pie.

-Bien vaya a juntarse con el.-dijo aprobando la


acción de Nicolás y se regresó momentáneamente
hablándonos a Micaela y a mí- ustedes dos pueden
trabajar juntas señoritas.

Era el colmo primero me quita a mi pareja y ahora


me liga a Micaela Stan así por así, pero ya lo había
dicho no podíamos hacer nada al respecto. No es
que tenga nada en contra de ella <todavía no
personalmente> pero solo el hecho de cómo se le
metió a Nicolás, algo me dice que no me agrada y
menos trabajar con ella.

Y por lo visto a Micaela tampoco le pareció en lo


absoluto la sugerencia del profesor Simmons ya que
nuevamente me fulminaba con la mirada otra vez,
sus ojos cafés no le daban ningún respiro a mi
humanidad, ella solo estaba furiosa por atravesarme
en su camino hacia Nicolás.

No había de otra empezamos a trabajar, vi que de


vez en cuando Micaela levantaba la mirada
brevemente hacia donde se encontraba Nicolás,
creo que solo se sentía tranquila de que Pablo fuera
hombre. Nora y Hannah mencionaron a Micaela el
fin de semana quien ya había estudiado con ellas
anteriormente al parecer la chica de pelo largo y
piel tersa era obsesiva con quien le gustaba y
siempre lograba su objetivo de salir con quien ella
quería.

Habíamos terminado el laboratorio y aun no


terminaba el periodo, sin querer mi mirada se dirigió
a donde se encontraba Nicolás, al parecer ellos
también habían terminado y hablaban
casualmente.

-¿Se conocen ya?-me pregunto Micaela


descubriéndome mirándolo, sus palabras no eran
una furia fulminante pero su tono de voz marcaba
una arrogancia total.

-No.

-¿Entonces porque te pidió que trabajaras con él?

-No lo sé.-voltee a verla brevemente y ella parecía


ofendida y confundida en mi cabeza imagine a
donde se dirigían sus pensamientos; su indignación
provenía de que Nicolás no la acepto rápidamente
cuando ella lo sugirió y su confusión tendría que ver
por qué no se lo pregunto a ella primero. En mi vida
he conocido personas como Micaela…

-Bueno supongo que solo fue amable-dijo


indiferente.
-Lo dudo- intente herir por primera vez el ego
de una persona, me reí ante este nuevo hecho para
mí, no contesto esto la debió enojar de alguna
manera.

Sonó la campana y Nicolás regreso a su asiento a la


par mía a recoger sus cosas pero en eso Micaela se
le atravesó cortándole el paso con su brazo.

-¿Cómo te fue en el laboratorio?-Le pregunto


para no dejarle escapatoria de hablarle y luego
retiro su delgado brazo para ponerse en el camino
con su cuerpo completo.

-Bien- fue simple nuevamente al responderle.


¿Era Nicolás un chico de pocas palabras?

-¿Enserio? es que has de ser muy bueno…-un


alago con algo oculto, presentí- ¿entonces no te
molestaría darme clases de reforzamiento?

Estuve en lo correcto.

-Realmente Micaela lo has hecho muy bien-


interferí- no creo que necesites reforzamiento.

Micaela ahora si me mataba con su mirada. Nicolás


solo vio el cuadro al que se sintió ajeno, no era con
él el asunto sino sobre él.
-Realmente no soy tan bueno-le explico-
deberías pedírselo a Pablo es un gran tutor, si no te
importa tengo que ir a mi otra clase.

-Por supuesto-dijo decepcionada moviéndose


a un lado para que pasara con toda libertad.

El chico realmente se debía de sentir incomodo


entre nosotras dos ya que no sonrió ninguna vez
después de la segunda vez que me sonrió a mí.

Yo también debía ir a mi siguiente clase así que me


levante y recogí lo más rápido que pude mis cosas
pero torpemente bote mi libro de literatura, Nicolás
no dejo que me agachara a recogerlo él lo hizo de
inmediato.

-Toma, Ada.

-¿Eras tú el de la vez pasada verdad?

-Si.

-Soy Ada Karina- me presente- pero puedes


llamarme Kari, aunque tú ya me llamas Ada…

-No sabía que te molestaba-reflexiono para sí


mismo.

-Solo me parece extraño-le confesé.

-Entiendo-su rostro no mostro ninguna señal de


sorpresa.
-¿Y porque entraste hasta ahora a estudiar?- le
pregunte caminando ya en el pasillo.

-Entre el lunes de la semana pasada, pero


tenía cosas que resolver…

-Entiendo…

Nos detuvimos cuando iba a entrar al salón de


literatura él me había acompañado hasta acá, su
rostro era inexpresivo y también observo el mío antes
de cambiar su mirada para el salón.

-¿También te toca literatura?-pregunte


emocionada

-No –me sonrió-gimnasia.

-Oh, qué bien… supongo que te veré después


Nicolás.

-Te lo aseguro.

Su promesa me dejo sin aliento y sentí un escalofrío


en mi espalda que recorrió toda mi columna
vertebral.

-Kari no entras-interrumpió Andrés.

-Si- respondí dirigiéndome al salón, él ya se


había marchado.

-¿Quién era él?-pregunto curioso Andrés.


-Mi compañero… Nicolás- respondí.

Nos ubicamos en nuestros asientos y el día siguió con


normalidad hasta la refacción, deduciendo que
Nicolás era nuevo estaría solo en la refacción al
menos que Micaela lo encuentre y se le pegue
como chicle mascado en el zapato de un peatón,
ya era costumbre que León, Andrés, Emi, Nora,
Hannah, Lucy y yo nos sentáramos en una mesa en
el patio trasero del instituto, ya que el lugar era muy
agradable y fresco además que en la cafetería
siempre estaba llena y había mucho ruido. En
ocasiones León y Andrés no se sentaban con
nosotras por estar jugando o en grupo de futbol.

Si encontraba a Nicolás en la cafetería cuando


compráramos el almuerzo estaba decidida a
invitarlo a sentarse con nosotros. Pero al entrar a la
única que vi fue a Micaela con sus amigas, no lo vi
por ningún lado…

Al salir a sentarnos a nuestra respectiva mesa lo vi en


una mesa esquinada bajo la sombra de unos
árboles, estaba sentado con Lisa. Ellos dos hablaban
de algo cuando se percataron de nuestra presencia
los dos voltearon, sus inexpresivas caras estaban
esculpidas en sus rostros, se vieron nuevamente y
ahora la plática parecía más discreta ya que Lisa se
recostó más en la mesa para estar más cerca del.
-Al parecer estas muy pendiente de Lisa-
comento en voz baja Emi solo para mí.

-Para nada- no estaba mintiendo así que no se


percataría de nada.

-Mmm lo pareces….

-¿Enserio? lo dudo…

La plática fue amena vi que Lisa y Nicolás se pararon


y se fueron juntos a algún lugar fuera de la vista del
público, así que Lisa y Nicolás eran algo…

-¿Vistes a ese chico?- le pregunto Nora a Emi.

-¡Si, que guapo!-contesto Emi-.

-¡Es mío yo lo vi primero!

-¡Ni se te ocurra Nora! – se alboroto Emi

-Chicas no se peleen al fin Kari ya les gano a


las dos- dijo bromeando Andrés. “gracias por
quemarme” pensé-.

Ahora sentía las miradas de mis acompañantes en


mí, esto era incómodo.

-¿Lo conoces Kari?- pregunto ansiosa Nora

-Es mi compañero de Física…


-¿Cómo se llama?-ahora me preguntaba Emi
emocionada.

-Nicolás-conteste.

-¡Nicolás!- ambas dijeron para sí mismas


intentando memorizar el nombre.

-No se emocionen-intercedió León-iba con Lisa


tal vez sean algo.

-¡Cómo hermano tal vez!-dijo Nora a la


defensiva

-Conocemos un poco sobre la familia de Lisa,


sé que ella es hija única.

-¿Primos?-dijo esperanzada Emi.

-Lo dudo, no hay semejanza entre los dos.-


hablo Andrés-.

-Novios-dijo Lucy- probablemente.

-Si eso creo-le apoyo Hannah-¿se miran bien


juntos no?

Me hundí en ese pensamiento, no pude seguir la


plática de mis amigos… eso sonaba razonable Lisa
era una chica muy bonita aunque un poco extraña,
nunca antes la había visto cerca de alguien más y
mucho menos hablándole a una persona.
Por alguna extraña razón volví a pensar en el sueño
del viernes, Lisa entrando en esa habitación,
sentándose en aquella mesa con esas personas y la
mujer mayor con su expresión de desaprobación.
Lisa de aquel sueño y Lisa de ahora no se miraban
tan diferentes en ocasiones se miraba una persona
segura de sí misma, directa y tenían su expresión
seria la cual no se dibujaba siempre, normalmente
en su rostro cuando la miraba tenía una mirada
dócil, tierna y tímida lo contrario de la vez que
anduvimos por el bosque, el sueño y ahora….

El receso termino era hora de regresar a dentro, Lucy


y yo empezamos a caminar al salón; me estaba
hablando de algo pero realmente no le estaba
poniendo mucha atención por suerte no se percató
de mi ausencia en la plática.

Ya era hora de sacar todas mis distracciones de mi


mente y poner ahora si mi completa atención a las
clases, el tema de hoy “música clásica” la profesora
Alice una señora ya entre los cuarenta o cincuenta
amante de la música dedico los siguientes cuarenta
minutos a poner sonatas de los representantes de la
música clásica, decidió que hiciéramos un trabajo
de la sonata que más nos gustara y buscáramos más
sobre su autor.
Sonó la campana declarando que ese periodo ya
había terminado y me encamine para mi última
clase.
Capítulo VII
El pelirrojo

Era hora de ir a gimnasia, esta clase no la llevaba


con nadie así que camine hasta el gimnasio que se
encontraba cruzando los campos del instituto, iba
directo hasta que un niño en el columpio llamo mi
atención.

-¡Hey tú!-me hablo- ¿puedes empujarme?

-No puedo… tengo que ir a clases-le conteste


indicándole el gimnasio.

-Solo una vez-suplico.

-De acuerdo-concedí-solo una vez…

Me coloque detrás del asiento del columpio y un frio


estremeció mi ser, sentía que el día se había vuelto
noche… una noche fría de esas congelantes que lo
único que te hacen desear es entrar a cualquier
lugar cálido que te abrigue y rompa el frio. Pero este
frio era distinto inexplicablemente era distinto, ignore
el repentino frio y proseguí a empujar al pequeño
pelirrojo, di un pequeño paso para atrás para tomar
más impulso y me lancé a empujar con todas mis
fuerzas, entonces algo extraño congelo mi ser, ya no
era el frio ahora era algo que me dejo sin respiración,
una especie de visión cruzo por mis ojos era el
pequeño pelirrojo jugando en el columpio solo
alejado de otras personas que no le ponían atención
de repente se escuchó unos disparos voltee a ver en
dirección del sonido y vi como en cámara lenta una
bala perdida se dirigía en mi dirección y solo me
atravesó como si yo fuera un fantasma la bala
prosiguió y paro justamente entre las cejas del
pequeño entonces él cayo del columpio, una mujer
se percató de lo que había ocurrido y grito
aterrorizada por este evento, una multitud corre
hasta el punto donde se encuentra el cuerpo y
alguien dice está muerto.

Regrese de nuevo a la realidad, mis manos


estaban donde las había puesto y el columpio vacío
estaba en el aire ahora venía hacia mi ¿Dónde se
había metido el niño que lo ocupaba? entonces mi
nula reacción hizo que no me quitara del camino de
regreso del columpio y me dio un fuerte golpe en mi
abdomen, técnicamente pare con mi cuerpo el
columpio de dicha no había nadie ahí sino este me
hubiera aventado más de lo que ya lo hizo, el golpe
hizo que me agachara del dolor intente olvidarlo y
con la mirada busque al niño aterrorizada baje la
mirada donde había visto el cadáver de la visión.

Solo subí ligeramente mi mirada para ver que unos


chicos me miraban extrañados de lo que me había
pasado, entre ellos estaba León que se acercaba
preocupado a mí.

-¡Kari! ¿Estás bien?

-Si… -dije intentando recobrar la compostura.

-¿Por qué empujaste el columpio y no te


moviste para que no te golpeara?

-¿Por qué el niño me lo pidió?-respondí

-¿Qué niño?-dijo completamente extrañado.

-El pelirrojo-explique-el que estaba jugando


solo.

-No he visto ningún niño Kari-respondió


confundido- aquí no hay niños.

Era cierto en el poco tiempo que llevaba en el


instituto no había visto andando a ningún niño en el
instituto, solo a estudiantes…

-Creo que te distes un fuerte golpe-me dijo


poniendo su mano encima de mi cabeza como los
viejos tiempos…-¿te llevo a la enfermería?

-No creo que sea necesario León…-replique-


tengo que ir a gimnasia.

Le dije, dando marcha a mi rumbo, ahí se quedó


parado… sentía su mirada en mí, y no lo culpaba yo
si fuera él también me observaría de la misma
manera, no tengo ninguna explicación para lo que
me paso, volví a dar un vistazo atrás con la
esperanza de ver al niño otra vez… más fue inútil, no
había nadie ahí excepto León quien observaba el
columpio con curiosidad entonces sus amigos le
llamaron y el regreso con ellos.

Quería saber que paso ¡Necesitaba saber! habrá


sido el producto de mi gran imaginación quien me
habrá hecho un juego. ¿Ahora mi propia
imaginación le gustaba jugarme bromas? Seré feliz si
es eso con solo saber que no he perdido la cabeza.

Al llegar la clase ya había empezado, la maestra


Kelly no le gustaba que llegaran tarde así que me
castigo corriendo 10 veces más que los otros, no me
dejo de ver en toda su clase y me gritaba cuando
hacia mal los ejercicios… estaba agotada al límite
por suerte el dolor hizo que no tuviera noción del
tiempo. Si hubiera podido hubiera salido arrastrada
del gimnasio hasta el parqueo para ir a casa pero
aún tenía un poco de dignidad que cuidar así que
con todo lo que quedaba de mi camine derecha
hasta el estacionamiento y me subí al auto
esperando a Emily.

Me recosté en el asiento y le mande un mensaje a


Emily diciéndole que ya estaba ahí para que no
perdiera el tiempo buscándome, baje la ventana
porque sentía mucho calor por el entrenamiento,
encendí el radio y cerré los ojos e intente descansar.

-¿Te pasa algo?-pregunto alguien de repente.

Abrí mis ojos nuevamente y era Nicolás quien me


hablaba…

-¿Te sientes bien?-pregunto de nuevo.

-Si…-dije sorprendida.

-Te miras algo cansada- su mirada fija en mí no


me decía mucho de lo que pensaba.

-¡Gimnasia fue mortal!-dije en un tono


dramático.

-Me imagino… -una media sonrisa salió de sus


labios.

Salí del auto y me coloque cara a cara con él. Solo


me observo sin decir nada.

-Es una buena canción-dijo escuchando mi


música ochentera que casi nadie escuchaba-.

-Lo sé-dije animada que la conociera-¿te


gusta ese tipo de música?

-Sí, es buena-dijo cuándo volteaba para ver a


otra dirección-

-¿Ya te vas?- le pregunte.


-Si…

Entonces su mirada cambio de dirección hacia unos


autos lejos de nosotros y la dirigió para otro lado
rápidamente.

-¿Pasa algo?-le dije volteando para donde él


había visto

-No nada-.

No le creí su expresión había cambiado cuando


volteo- a algo amenazante debo admitir- seguí
viendo en ese lugar y por un breve momento lo vi ahí
estaba el pequeño pelirrojo debajo del auto de un
estudiante aparentemente jugando a esconderse.

-¿Vistes eso?-le pregunte.

-¿Ver qué?

-El niño-le dije señalando el lugar donde lo


había visto.

-No veo nada-dijo observando aquel lugar


nuevamente.

-Creo que es mejor que me vaya. –dijo


repentinamente alejándose de mí a toda prisa, algo
me decía que me había mentido que tal vez si lo
había visto pero no estaba segura o pensó que
había perdido la razón y mejor huyo por cualquier
cosa…

Empecé a caminar hacia aquel auto donde lo había


visto y el viento soplo fuerte en el llevaba una frágil
risa juguetona de un niño, ahora si estaba segura era
ese niño pelirrojo, camine deprisa antes de que
alguien me mirara otra vez haciendo algo extraño,

-¿Dónde estás?- demande saber-¿sal de


dónde estés?

Sentí una presencia que corrió detrás de mí y brinque


de la repentina presencia, ahora la risa venia de mi
espalda otra vez gire nuevamente y ahí estaba el
pelirrojo riendo de tal vez las reacciones que causo
en mí.

-¿Quién eres?-le pregunte.

Entonces otra ráfaga de aire cruzo entre nosotros y el


niño desapareció con ella. Ahora no solo no lo
miraba, ni lo escuchaba sino tampoco lo sentía. Tuve
que ordenar mis pensamientos antes de moverme,
ahora estaba más que aturdida no asustada pero si
aturdida.

-Kari ¿Qué haces ahí?-dijo Emi desde atrás.


Esto me parecía más un déjà vu sobre el incidente
en el columpio con León, no le podría decir me
miraría igual de extrañada que León.
-Nada-.

-Solo creí ver algo-.

-¿Qué cosa?

-No lo sé.

-Supongo que no fue nada.

Nos fuimos a casa y nos repartimos las tareas que


teníamos que hacer, hacer limpieza tranquilizaba mi
mente y la apartaba de ese niño, la corta tarde se
fue volando y el tiempo se esfumo la noche ya había
caído. Para antes de la cena ya había terminado
mis actividades pendientes así que empecé a
cocinar.

-¿Kari?-dijo Emi desde la puerta de la cocina.

-¿Si?

-Tengo que ir a casa de Nora-me informo-se


llevó mi libro.

-¿A esta hora?

-No tardare nada-dijo-lo prometo ¿sí?

-Está bien pero no te tardes, ya va a estar la


comida.

-Si mamá-dijo en burla.


No pude evitar reírme de su comentario así que no le
tome importancia. Me encontraba sola en la casa
con Clementain que recién llegaba de su aventura
del día, a veces me pregunto que hace en el día,
cazara ratones, tendrá una gata por ahí a la cual va
a visitar, tal vez ¡hasta familia! quizás tendría gatitos
parecidos a él y a la madre de sus crías, quien sabe
tal vez solo pasa el día acostado en alguna parte si
de algo tienen fama los gatos son de perezosos y no
creo que Clementain sea la excepción.

-¿Cómo estuvo tu día?-le pregunte


acariciándole la cabeza, como si él pudiera
responder, de repente la habitación se congelo otra
vez ese frio intenso, Clementain se erizo y gruño a
algo que estaba en la salida de la cocina no
necesitaba voltear para saber que era ya lo había
visto en dos ocasiones hoy. Pero moví mi mirada
para poderlo observar y ahí estaba el pelirrojo riendo
muy feliz.

-¿Qué quieres?-le pregunte. Y a la vez


Clementain se colocó en posición de ataque como
si fuera a cazar a su presa.

-Vengo a despedirme-dijo su voz de niño-y


agradecerte.

-¿Por qué?

-Por liberar mi alma.


-No entiendo explícate- exigí.

-Necesitaba que alguien jugara conmigo, pero


por años nadie lo hizo y por eso eh venido
agradecértelo.- sonrió de oreja a oreja.

-¿Jugar?-dije incrédula-.

-¡Me tengo que ir!-dijo muy contento.

-¿A dónde?-le pregunte.

-Ah donde deben ir los que no están vivos-me


explico.

De un momento a otro se acercó, estaba justo a


unos centímetros de mí y vi en sus oscuros ojos que
estos se estaban volviendo claros en ellos había
alegría y felicidad muy diferentes a lo que había visto
en mi visión del medio día. Se le miraba tan contento
y me arrodille a su nivel para tenerlo cara a cara lo
que el tomo como una invitación para abrazarme.

Entonces igual al medio día otra visión cruzo por mis


ojos pero esta vez era una escena completamente
distinta; una fuerte luz y en ella una mujer con otro
niño agarrados de la mano y al frente ellos el
pelirrojo tomado de mi mano este contacto causo
que viera la vida del pelirrojo pasar frente a mis ojos,
el niño pelirrojo era huérfano, su mamá y hermano
que estaban enfrente de nosotros habían muerto por
una enfermedad y lo dejaron solo en este mundo, el
empezó a divagar por el instituto en busca de
alguien que jugara y cuidara de él pero nadie le
hacía caso.

Sentía su tristeza como si fuera mía ahora la


escena de su muerte regresaba pero ya no lo
miraba desde un lado ahora era como si yo fuera él,
sentía envidia de las demás personas presentes en
ese momento que se encontraban ahí por el día de
la competencia de tiro al blanco todas ellas con
alguien en este mundo que les hacía compañía me
sentía dolida, sola y abandonada, veía a la señora
que gritaría cuando viera el cadáver, entonces el
disparo se hoyo y sabiendo lo que iba a pasar quería
moverme de la trayectoria de la bala más fue inútil
el cuerpo de él estaba quieto en ese columpio
como si esperara a la misma muerte. la bala cayo y
yo sentía el dolor del disparo en mi rostro, el dolor era
inmenso, la sangre brotaba y la vida se escapaba
de mi cuerpo, como lo vi al medio día la señora grito
y las personas se acercaron , el mismo señor dijo que
había muerto y las imágenes cambiaron
repentinamente, ya no era el mismo día era otro
tiempo, el pelirrojo hacia lo que hizo hoy pedir que
lo empujaran pero las personas no lo escuchaban él
les hablaba, gritaba y lloraba por su atención más
era inútil el ya no estaba vivo y nadie lo miraban ni lo
podía escuchar.
Empecé a ver que él no había entendido que
ya no estaba vivo y su existencia era desolada y
olvidada, aun sentía como si fuera él sentada en ese
columpio entonces alguien lo empujo, alguien se fijó
en él y él no sabía quién era. ¿Otro fantasma quizás?
cayendo en cuenta de su inexistencia.

-Ven a jugar conmigo cuando quieras- le dijo.


Esa voz me parecía familiar…

Eso le causo un alivio a su dolor por fin no iba a estar


solo… pero extrañaba mucho a su madre y a su
hermano quería ir con ellos a toda costa pero no
sabía qué hacer.

Entonces el recuerdo fue el de esta mañana. -¿Hey


tu puedes empujarme?-dijo a otra yo que se
encontraba enfrente de él y paso lo que había
hecho al medio día, cuando me arroje sentí mi alma
desvanecerse en el aire por la dicha de tener la
atención de alguien. Ahora entendía que tal como
había dicho solo vino a agradecerme, su alma había
sido liberada, soltó su mano de la mía y corrió hasta
su madre y hermano y la luz se desvaneció como la
niebla cuando sale el sol. Otra vez me encontraba
en la cocina arrodillada y las lágrimas brotaron de
mis ojos el niño se había ido con su familia y ahora
después de tanto tiempo era feliz.
Capítulo VIII
Encuentro en el amanecer

Mis lágrimas no paran, mi ajeno dolor no cesa,


es tan cruel e injusto el destino y la existencia tan
desdichada en la soledad y en la penumbra del
olvido.

Solo saber que ahora él era feliz y que por fin se


había reunido con su familia aliviaba mi sufrir, al
parecer esta especie de visión o alucinación y este
vínculo que había formado con él me había
transferido todo el dolor, sufrimiento y soledad que
había sentido. ¿Cómo sino tuviera suficiente con el
mío?

Forcé a mis ojos a ya no llorar, me acurruqué


abrazando mis piernas fuertemente, ‘no es mi dolor’
me recordé ‘todo está bien’ intente calmarme y
parecía funcionar me tranquilice poco a poco, Emi
volvería en cualquier momento y explicarle eso sería
difícil, incluso hasta me creería loca, tenía que
calmarme antes de su regreso. Entonces escuche
como la puerta sonó de repente. Alguien estaba
tocando bruscamente.
Me levante, pase mis manos intentando ocultar mi
llanto y corrí a la puerta, al abrirla me sorprendí ya
que era Lisa vestida completamente de negro con
una expresión fría y muy seria.

-¿Lisa?-dije completamente extrañada por su


visita.

-Hola, Kari-saludo bajando la vista a


Clementain que se encontraba ya en mis pies-bonito
gato…

-Gracias, ¿te puedo ayudar en algo?-pregunte


con curiosidad.

-Solo pasaba por aquí…

-¿Gustas pasar?

-Si-dijo pasando-¿estás sola?

-Si-respondí-¿Por qué?

-¿Dónde está Emily?

-Fue a casa de Nora.

-Ya veo

Eh de estar perdiendo la cabeza porque casi juro


que Clementain y Lisa se están hablando con la
mirada, él la miraba fijamente y ella gesticulaba
cautelosamente de manera de que no se notara, de
ser imposible juraría que tenían una conversación.

-¿Te gustan los gatos?-pregunte.

-No exactamente-contesto.

-Creí que vivías lejos de aquí-dije indicándole


asiento en el sofá.

-Solo un poco-dijo tomando asiento.

-¿Y qué haces aquí?-indague.

-Ya te dije solo pasaba.- volvió a ver a


Clementain- ¿me regalas un poco de agua?

-Si-dije desconcertada- Vamos Clementain es


hora de tu comida.

Quise llevármelo solo por curiosidad pero Clementain


no se movió ni un solo centímetro.

-Está bien-dije entendiendo que no quería-


atiende a la visita.

Entre lentamente a la cocina en espera de escuchar


algo, era tonto pensar que Lisa hablaría con
Clementain o el con ella, ya que desde que llego
no hace nada más que verlo. Me apresure por lo
que venía y regrese. Lisa ya estaba de pie y
Clementain seguía en el mismo lugar…
-Tu agua-recordé entregándole el vaso.

-Gracias-tomo un sorbo largo- creo que ya es


tarde, me voy. Gracias por el agua.

Empezó a caminar a la puerta cuando Emi llego.

-¡Oh Lisa!-dijo muy sorprendida Emi-No sabía


que estabas aquí.

-Hola Emily-saludo deteniendo su marcha- solo


estaba de paso.

-De acuerdo…- dijo mirándome buscando una


respuesta de lo que pasaba.

-Buena noche. –se despidió y agarro marcha


hacia su auto- hasta luego Kari.

-Adiós…-dije viendo como encendió el auto y


se marchó.

-De acuerdo… ¡eso fue raro!-comento Emi


cuando por fin quedamos solas.

-Dímelo a mí.

-¿Qué quería?

-Nunca me lo dijo-reconocí-solo dijo que


estaba de paso.

-¿Y Clementain?-pregunte notando su


ausencia.
-¿Clementain? Mmm no lo eh visto.

-Estaba hace un momento aquí.

-Se habrá escondido por la presencia de Lisa-


dijo.

-No se quedó todo el tiempo viendo a Lisa.

-Solo es un gato que esperabas Kari.

Termine de hacer la comida y cenamos luego


busque exhaustivamente a Clementain por toda la
casa mas no la encontré, ya estaba cansada había
sido un extraño y largo día.

Cosas buenas y cosas malas que pasaban por mi


cabeza, incluso podría hacer una lista. Mmm vamos
a ver número uno cosa mala me topé con un niño
que resultó ser un fantasma o algo así <no sé muy
bien que fue eso>, cosa buena número uno tuve dos
golpes de suerte sucesivos esta mañana al entrar al
instituto, cosa mala numero dos la profesora Kelly
exprimió hasta la última gota de mi por llegar tarde,
cosa buena numero dos gracias a eso pude
“hablar” con Nicolás, cosa mala número tres el
mismo “fantasma” deposito o yo me adueñe de
todo el dolor del niño pelirrojo en mí y cosa buena
número tres pude liberarlo de alguna manera
gracias a eso.
Ahora tenía que dejar de pensar en todo eso… tenía
que dormir mañana será otro día para seguir
perdiendo la cabeza.

“Perder la cabeza”… ¿los locos se dan cuenta


cuando pierden la cabeza en el proceso o cuando
ya no la tienen?

Como un rompecabezas mi sueño se fue armando


de a poco esta vez me encontraba en un rio muy
tranquilo, estaba flotando boca arriba viendo la luz
atravesando por los árboles, escuchando el
armonioso canto de la fauna que se encontraba en
ese bello lugar, una cálida y sutil luz solar tocaba mi
cara, la brisa era refrescante y la corriente del agua
extremadamente relajante pero de repente todo
cambio el rio se había vuelto violento y muy fuerte
intente nadar más fue imposible me estaba
ahogando, ¡no podía respirar! con todas mis fuerzas
batalle con la corriente pero era una guerra perdida,
jamás había nadado en aguas tan violentas parecía
como si fuera un rio completamente diferente me
jala a sus profundidades entonces vi una sombra o
especie de silueta que parecía ser de otra mujer del
miedo volví a intentar salir pero en eso la corriente
me jalo de nuevo y mi cabeza golpeo brutalmente
con una piedra y fui perdiendo el conocimiento
sentía como el poco aire que había retenido o
intentado tener desapareció, mis pulmones
empezaron a llenarse de agua y mis ojos a
cerrarse….

Me levante de golpe estaba hiperventilando, por un


momento realmente todo mi cuerpo sentía como se
ahogaba incluso mi cabeza dolía como si realmente
me hubiera golpeado, observe al reloj y eran las tres
de la mañana, entonces un bulto negro paso
corriendo de un lado a otro de mi habitación a la
ligera encendí la luz de la mesa de noche y
entonces Clementain subió a la cama.

-¡Gato tonto!-exclame- ¿sabes que me has


dado un gran susto?

Clementain solo se acostó al borde inferior de la


cama viendo a la ventana, mi susto no le importaba
en lo absoluto.

No sabía que hacer era muy tarde para dormir y


muy temprano para levantarme. ¿Qué se hace en
estas ocasiones? no tenía ni la menor idea… así que
me levante y me puse ropa para salir a correr. Un
pants y una sudadera porque había algo de frio en
realidad solo caminaría un poco para despejar mi
mente, sería lo mejor que podría hacer en estos
casos caminar solo caminar… desconozco la
distancia y el tiempo que caminaría pero de alguna
manera tenía que sacar estas ideas de mi cabeza
estaba perdiendo la cordura, sin hacer ruido salí de
la casa, estaba aún oscuro pero no lo suficiente
podía ver claramente todo. Tome mi rumbo para el
campo cerca del bosque me haría
aproximadamente treinta a cuarenta minutos
caminando a mi paso.

A esta hora no había mucho movimiento, todo era


tranquilo, realmente caminar me estaba
funcionando despejo mi mente e hizo que me fijara
en los pequeños detalles de alrededor, divague en
cosas vanas como que árbol era más alto, hice
juegos de memoria recordando cada color de las
casa por las que pasaba, hice una lista de los
vecinos del vecindario de los que llegue a conocer y
de los que recordaba, cuando pase enfrente de la
casa de León, no pude evitar parar y ver hacia su
casa, conocía esa casa desde pequeña cuando
llegábamos con Emi a jugar muñecas con Nora, en
ese entonces empezamos a relacionarnos más con
Andrés y León, por su puesto a León no le gustaba al
principio pero intentábamos jugar toda clase de
juegos donde todos podíamos participar.

Seguí mi marcha y ahora ya había dejado de hacer


listas y juegos de memoria, ahora intentaba con
esfuerzo identificar cualquier olor proveniente de mi
camino, sentía un olor muy sutil a pasto con roció de
mañana, un poco de madera, esta mañana la flora
del lugar entregaba un exquisito olor muy
concentrado en flores silvestres, era casi inexistente
sentir estos olores siempre, realmente para
identificarlos se tenía que tener mucha
concentración. Pero quien le pondría atención a
esto era una idea trivial y absurda, claro ese quien
seria yo a las tres de la mañana luego de
despertarme por una pesadilla.

Poco a poco fui llegando al bosque y no había


nadie ahí, fui a una de las bancas a sentarme por un
momento cuando vi a lo lejos una especie de silueta
en el bosque… pensé en marcharme
inmediatamente pero no lo hice, no estaba segura
de lo que miraba así que me asome a la entrada del
bosque para estar segura…

-Hola… -dije para ver si había alguien, nadie


contesto todo se miraba vacío di un paso adentro
del bosque y de repente todo cambio, ahora todo
era más semejante como se presentaba en mis
sueños. Sentía escalofríos de lo que pasaba, estaba
completamente segura de que no estaba dormida y
eso significaba que mi poca cordura se había
extinguido ahora alucinaba.

Pensé nuevamente en marcharme pero quería saber


que pasaba así que seguí caminando en el sendero
del bosque, no me importo y ni pensé en el riesgo
que presentaba; perderme, encontrarme con un
desconocido peligroso, toparme con un animal
salvaje, nada solo seguí caminando.
Al poco tiempo que llevaba de estar caminando en
el bosque escuche una voz a lo lejano, alguien
estaba cantando una vieja canción…

-Hola- repetí- ¿hay alguien aquí?

-Hola-contestaron al fin-.

Voltee a donde me habían respondido, mis ojos no


creían lo que miraban era Nicolás quien estaba
parado justo a unos escasos metros de mí.

-¿Nicolás? ¿Qué haces aquí?-pregunte


desconcertada-.

-¿Tú que haces aquí Karina? -me reprendió


con otra pregunta- ¿no sabes lo peligroso que es
este bosque? no debes andar sola y a esta hora.

-¿Tu qué haces aquí Nicolás?-pregunte


nuevamente para que no me regañara-.

-Yo vivo aquí- dijo y por alguna razón note algo


triste en su voz-.

-No lo sabía…

-Es mejor que te vayas- dijo muy serio-El bosque


puede ser peligroso.

-¿Entonces porque vives aquí?-pregunte-.


-No tengo opción… - poso una mirada muy
seria y fría en mi- vamos te acompañare hasta la
salida… ¿Eran sus padres algún tipo de
guardabosques?

Se aproximó a unos centímetros de mí pero no


demasiado con su mano me indico el camino de
regreso y solo empecé a caminar despacio cerca
de él sin ningún reproche ni nada, me sentía como
una niña traviesa y a él el adulto que me reprende
por mis malas acciones.

-¿Y a tu opinión que es lo que lo hace tan


peligroso?- le pregunte para quitar el absoluto
silencio de nuestra parte ya que para mí seguía
siendo como en mis sueños muy pintoresco y claro
con las aves cantando.

-¿Iras hoy al instituto?-ignoro mi pregunta-.

-Si ¿Porque?

-Por nada, es solo que es raro que una chica el


día martes que tiene que ir a estudiar se levante en
la madrugada a caminar en el bosque.

-Sí, supongo que es raro- me reí con el ante mi


comportamiento poco lógico. “Estas perdiendo la
cabeza” me recordé- ¿Y qué hay de ti, eres un chico
que vive en el bosque y se levanta en la madrugada
a sacar a su compañera de física, un día martes que
tiene que ir al instituto?

-Sí creo que también es raro -se rio ante mi


argumento-.

La conversación era muy amena, era interesante y


divertido hablar con Nicolás, me sentía muy cómoda
y extrañamente podía sentir como si ambos
estuviéramos acostumbrados a estas charlas del uno
con el otro.

A unos metros del fin del sendero paramos en un


instante y nos quedamos viendo mutuamente a los
ojos, sentía que de alguna manera sus ojos oscuros
atravesaban mi ser y mi tiempo se congelo en este
momento, de repente escuche un ruido de tras de
nosotros, salte viendo que había sido y no pude ver
nada, regrese mi mirada a Nicolás quien estaba
repentinamente aterrado observando en esa
dirección como si pudiera ver algo que yo aún no, di
otra vista y a lo lejano miraba una especie de
sombra y no estaba segura si era mi imaginación
pero sentía que se aproximaba, ahora si estaba
congelada del miedo.

-¡Kari corre!-me dijo Nicolás-.

Faltaba muy poco para salir completamente del


bosque cuando vi como una especie de sombra nos
estaba rodeando, entonces sentí que Nicolás freno
su marcha y yo voltee a ver que le había pasado y
sin tocarme extendió su mano hacia delante y me
expulso en una especie ráfaga de viento o energía
fuera del bosque.

Entonces inmediatamente volteo e hizo lo mismo con


la sombra al lado opuesto quien se dispersó casi al
instante como yo al salir del bosque, continuamente
a esto Nicolás se dio la vuelta y me miró fijamente.

-¡No intentes entrar al bosque!-ordeno- ¡vete a


tu casa!

-¿Nicolás que pasa?- pregunte aterrada.

-No te preocupes-me calmo-Todo estará bien.

Entonces su silueta empezó a ponerse borrosa hasta


desaparecer. Tuve que calmarme antes de intentar
pararme de donde me había dejado la ráfaga
después de expulsarme justo a unos centímetros de
la entrada del bosque. Desde afuera y en esta
posición el bosque había tomado una apariencia
tenebrosa y lúgubre.

Mi mirada no dejaba de ver en el bosque como si él


mágicamente fuera aparecer de nuevo, no sabía
qué hacer, tenía muchas preguntas aún no estaba
segura si todo había sido una ilusión como me
pareció al inicio cuando entre al bosque. Por más
que le di vueltas al asunto nada tenía sentido,
insegura de mi decisión tome rumbo hacia mi casa
antes de que Emily se despertara y notara mi
ausencia. Con más deprisa que antes camine hasta
llegar, Emily no se había levantado y camine
directamente hacia mi cuarto, puse el seguro en la
puerta y me desplome en el piso no podía pensar en
nada más que en todo lo que había visto.
¿Exactamente que había sido eso?

La alarma de mi mesita de noche sonó, ya eran las


seis y tenía que empezar a alistarme para ir al
instituto. No estaba segura si iba a ir luego de lo que
pasó pero tenía que hacerlo. Tenía que hacerlo para
ver a Nicolás, tenía la pequeña esperanza de
encontrarlo ahí y ver que nada de lo que imagine
paso, que realmente había perdido la cabeza. ¡Me
niego a creerlo! solo fue un juego de mi mente, una
ilusión.

Me aliste e intente relajarme lo más posible para


disimular todo lo que se supone que había pasado,
Emily grito desde abajo que ya había hecho el
desayuno, baje no antes sin tomar una respiración
honda por cualquier cosa.

-Buenos días-dijo Emily-.

-Buenos días- no quería entablar una


conversación así que solo empecé a comer como si
tenía mucha hambre.
-¿Te levantaste con gran apetito hoy?

-Eso parece-le dije de manera casual-.

-Eso es bueno…

Terminamos de arreglar todo, salimos de la casa y


nos subimos al auto. Emily no arrancaba por alguna
extraña razón.

-¿Qué pasa?- le pregunte ansiosa.

-Tu cinturón.

-Si es cierto, lo siento. – me lo abroche y


tomamos nuestro rumbo para el instituto.

Desde que nos bajamos eche una mirada a todo mi


alrededor en búsqueda de Nicolás mas no lo
encontré… nos topamos con los demás y como
teníamos algo de tiempo empezaron a hablar de
algo a lo que no le preste la más mínima atención-

-¿Te sientes bien?- pregunto León en tono bajo


solo para que yo lo escuchara-.

-Sí.

-¿Qué buscas?-pregunto, al parecer era mala


disimulando o León era muy observador.

-Nada en realidad.
Entonces vi a Lisa cuando la vinieron a dejar, ella
bajo del auto y sintió mi mirada a lo que apresuro su
paso en para entrar al edificio.

-¡Lisa!-le grite corriendo hacia ella.

-¿Qué pasa Kari?-pregunto tímidamente-.

Reaccione lo que había hecho así que intente


calmar mi ansiedad.

-Nada en realidad. Hola-dije saludándola-.

-Hola- respondió confundida-¿Sucedió algo?

-Mmm ¡No nada!-exclame.

Quería preguntarle que sabía de Nicolás pero no


hallaba la manera de hacerlo…

-Es sobre Nicolás- dijo de repente.

-¿Qué sabes de él?-pregunte sorprendida de


que haya adivinado lo que le quería preguntar.

-¿Qué quieres saber?

Todo empezando como es que vive en el bosque,


como me expulso de ahí sin tocarme, que era la
sombra esa y porque después se desvaneció así por
así y podrías continuar con quien es, y que era el -
pensé-.
-Nada en realidad-ahora seria yo la que le
diera respuestas automatizadas- ¿Cómo sabes que
te iba a preguntar por él?

-Micaela lo hizo ayer era de esperarse que


alguien más lo haría.

-Entiendo- dije odiando a Micaela por acosar


a Lisa para sacarle información de Nicolás, claro lo
que yo estaba haciendo era completamente
diferente- ¿Es decir que no lo conoces?

Pude ver duda en su mirada antes de contestar,


como si ella también quisiera saber lo que sabía de
él.

-Solo un poco… ¿y tú Kari hay algo que sabes


de él?

-Nada en realidad.

Las clases terminaron y no lo vi por ningún lado, en


otra ocasión que me encontré con Lisa le pregunte
nuevamente por él no lo había visto tampoco, ni
Emily ni Nora al parecer ese día se ausento.

Ahora si estaba preocupada y asustada, su ausencia


era prueba de que si paso algo esta madrugada.

Luego de llegar a casa aproveche que Emily saldría


con Nora de compras, yo me excuse diciendo que
no quería ir porque tenía que repasar física, ellas por
su parte insistieron hasta que se aburrieron y se
fueron.

Como Emily se llevó el auto tome mi bicicleta y di


marcha al bosque, estaba decidida encontrar a
Nicolás pasara lo que pasara. Me apresure a
caminar hacia el sendero cuando alguien me tomo
del brazo antes que entrara. Me di la vuelta al
instante y me sorprendió lo que estaba viendo.

-¿Lisa que haces aquí?

-Deteniéndote de que cometas una locura-


explico muy seria-.

-¿De qué estás hablando?

-De entrar al bosque, es peligroso aun de día.


¿Te has puesto a pensar si te pierdes y llega la
noche?

-Solo caminare por el sendero-mentí-.

-No mientas, sé que iras a buscar a Nicolás.

-¿Cómo lo sabes?

-Es una larga historia.

-Solo quiero asegurarme de que este bien…

De un momento a otro sentí como una avalancha


de escalofríos atravesó mi ser, Lisa cambio su vista de
momento hacia el sendero y yo la seguí, ahí estaba
el parado al pie del bosque mirándonos a las dos.

-¡Nicolás!-Dije aliviada de verlo-.

-Sabía que regresarías… ¡te dije que no


intentaras entrar al bosque!

-Solo quería saber si estabas bien…

-Los dejare solos… -dijo Lisa de cuya presencia


me había olvidado.

Se marchó sin decir nada más. Ahora solo


estábamos él y yo en ese lugar.

-¿Qué fue lo que paso esta mañana?-


pregunte-.

-Es una larga historia…

-Adelante tengo tiempo-interferí antes de que


decidirá no decirme-.
Capítulo IX
¿Crees en los fantasmas?

-¿Crees en los fantasmas?- me cuestiono-.

-¿Fantasmas? ¿Me dirás que la sombra de la


mañana era un fantasma?

-Exacto.

No sabía que decir, en toda mi vida no considere la


existencia de algo no vivo, un fantasma por ejemplo.
Mi madre era una mujer escéptica ante el tema,
vagamente recuerdo una historia de mi abuela
hace muchos años y mi imaginación no prestaba
atención a esas fantasías. Claramente podría decir
que no pero en vista de los últimos acontecimientos
no tenía otro argumento mejor, yo misma había
experimentado un suceso inexplicable al cual le
había dado la misma explicación. El pelirrojo aun
divagaba en mi cabeza y no sabía si mi cabeza lo
había inventado todo.

-¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que es un


fantasma?-pregunte.

-Porque yo-tomo una ligera pausa- yo soy un


fantasma.
Mi cerebro se congelo con su última oración. ¿Podría
ser cierto? ¿Nicolás un fantasma?

-No luces como un fantasma… -dije negando


su afirmación-.

-Solo porque eh logrado plasmarme en este


mundo terrenal.

Me desplome en el suelo intentando hallarle un


sentido a sus palabras, el intento acercarse a mí pero
sus manos estaban en el aire completamente
presionadas como si fuera rehén de alguna barrera
mágica que no le permitía salir del bosque…

-¿Estás bien?-pregunto preocupado-.

Sin decir nada me levante despacio y coloque mis


manos enfrente a las de él comprobando si existía tal
barrera, no sentía ninguna barrera pero si sus frías
manos, el escalofrió recorrió completamente mi
cuerpo pero… conocía estas manos y la sensación
que estas me provocaban no el frio sino el
confortamiento y la estabilidad, pertenecían aquel
chico de mis sueños, que día a día fue apareciendo
desde que vivo en Timesong City… lentamente
bajamos las palmas solo un poco y entrelace mis
dedos con los de él aun el aire.

-Eres tu-le dije viéndolo a los ojos- ¿Eres tu


quien aparece en mis sueños?
Esta pregunta le sorprendió de tal manera que no
dijo nada solo me miraba. Moví solo un centímetro
mi mano hacia mi dirección ahora sentía la barrera
que había imaginado que paro a Nicolás, la barrera
no paraba mi cuerpo pero si mis manos que estaban
entrelazadas a las de él. La barrera existía, así como
el existía. Ya no era solo el chico de mis sueños sino
que también era un fantasma esto no podría ser más
extraño.

Di un paso adelante y él lo permitió que entrara al


bosque. Solté una de mis manos y la aproxime a su
cara; lo miraba, escuchaba y sentía… con eso como
podía creer que él era un fantasma.

-¿Quién eres Nicolás?

-No lo sé… realmente esa es la historia que


quisiera recordar…

-¿No lo sabes? ¿Nada?

-No, nada. Solo sé que llevo mucho tiempo


así…

Caminamos de la mano hacia adentro para que


nadie nos mirara, a unos metros de la entrada
paramos en una vieja banca que se encontraba ahí
desde hace muchos años.

-Mi único recuerdo de mi pasado es el


atardecer de algún día… y que me llamo Nicolás.
-¿Cómo supiste que estabas muerto?

-Por Helen Dolían… Ella intento liberarme de


alguna manera hace años mas no pudo.

-¿Dolían?-dije recordando el apellido en Lisa.

-La abuela de Lisa

-¿Ella intento liberarte?-dije confundida-.

-Conocí a Helen cuando ella era joven, ella


caminaba recolectando flores en el bosque cuando
me encontró divagando perdido en el bosque, en
ese entonces yo no podía materializarme como
ahora así que para ella fue fácil entender que no era
una persona viva. Intento muchas cosas, más no
funciono, en todo el proceso aprendí a canalizar mi
energía para ser una persona sólida, eso mucho
antes de que naciera Lisa. Ella es una médium al
igual que Lisa por eso pude conectarme muy bien
con las dos.

-¿Lisa es una médium?

-Sí, el don fue heredado de su abuela. –dijo


soltando mi mano y tomando espacio entre
nosotros-.

-¿Qué hay de la sombra de la mañana que


nos persiguió?
-Es irónico como sé más de su vida que de la
mía, tengo su memoria pero no la mía… -dijo con
tristeza- Su nombre es Saúl Black, es un hombre que
ha existido tal vez más del doble de tiempo que yo.
En su vida fue un hombre trabajador y amoroso.
Tenía una esposa e hija pequeña a la cual amaba
más que a nada en este mundo, él siempre
trabajaba y daba todo de el por su familia. Hasta
que un trágico día lo perdió todo y quedo solo en
este mundo.

-¿Qué fue lo que paso?

-Un día la esposa e hija decidieron salir de


picnic, ya que era un día soleado y aparentemente
perfecto. El prometió alcanzarlas cuando terminara
los pendientes de la casa que llevaba construyendo
por varias semanas. Era la casa que tanto había
anhelado con su esposa donde viviría y vería crecer
a su hija, y donde posteriormente a eso el
envejecería agradecido de todo lo que había
realizado en su vida al lado de su mujer.

El tiempo fue transcurriendo y el absorbido por su


trabajo no se percató que ya era tarde, el día
soleado había cambiado, ahora era un día muy
nublado y la lluvia había empezado a caer de
repente. Sabía que su esposa estaría molesta por
dejarlas plantadas así que tomo dos paraguas y dos
abrigos y se encamino al rio donde las encontraría.
Llego de bajo de la gran lluvia al lugar y todo lo que
pudo ver fue la canasta del picnic y la manta
sujetada a la raíz de un árbol, el nivel del agua había
subido mucho y la corriente era cada vez más
fuerte.

Asustado empezó a correr rio abajo pensando lo


peor, los rayos no paraban de caer y la lluvia cada
vez se hacía más fuerte. Pasaron unas cuantas horas,
la noche había caído, solo una tuene luz de luna
alumbraba su camino, exhausto por su búsqueda no
dejaba de buscarlas por todo el bosque y cerca del
rio, cuando observo flotando en el agua una
pañoleta roja de su hija, se metió al rio y la extrajo sus
ojos se llenaron de lágrimas al tenerla en sus manos,
no se rindió, guardo la pañoleta en su pantalón y
siguió, no mucho tiempo paso cuando vio un
extenso cabello oscuro atorado en las raíces de un
árbol.

Entro nuevamente al rio y le dio vuelta al cadáver


dueño de ese cabello y con sus manos lo apretaron
contra su cuerpo, el cadáver de su esposa a la que
tanto amaba estaba todo lastimado tenía un golpe
fuerte en la cabeza y no se percató de la sangre
que había en el agua hasta que él estuvo ahí. –
Miriam- exclamo con lamento y ojos llorosos. No soltó
el cuerpo en lo absoluto por un prolongado
momento, sabía que nunca encontraría a su hija
pero el seguiría buscándola pasara lo que pasara.
Desenredo el cabello de su esposa y extrajo el
cuerpo del rio, lo llevo a su casa.

Al entrar por la puerta cargando el cuerpo en sus


brazos le dijo- ¿recuerdas cuando hice esto cuando
nos casamos?- la llevo a su habitación, en donde la
seco y cambio, peino su largo pelo y la acomodo en
la cama de manera que ella quedara sentada. El
tomo asiento delante de ella en una silla, la miro por
un largo tiempo hasta que voltio a la ventana a ver
la despejada luna, se aproximó al enorme ventanal y
con un dolor pensó en su hija.

–Volveré pronto- le prometió y volvió a salir a


buscarla con una lámpara… busco por varios días
seguidos sin descanso, no había comido ni dormido
en lo absoluto, no encontró nada. Hasta que una
noche entro a su casa después de tanto tiempo,
corrió a la habitación principal que era la suya y se
acercó al cuerpo de su esposa y le dijo- cariño
nuestra bebe salió de viaje pero volverá pronto.- le
aseguro. Y beso su boca, -es hora de dormir- la
acostó y él se acostó con ella en su lugar derecho
de la cama como siempre lo había hecho en todo
su matrimonio.

-¿El la beso?- me aturdí-¿Ella no estaba


muerta?
-Así es… él le dio vida en su mente, a la
mañana siguiente hizo todo lo que hubiera hecho
con normalidad, hablaba a su esposa, se mantenía
en su habitación, el tiempo siguió transcurriendo y su
mentalidad fue decayendo cada vez más, un día
llego un amigo del pueblo preocupado por su
ausencia. Toco y toco la puerta pero él no abrió e
incluso le tapó la boca a su esposa y le dijo que no
hiciera ruido nada para que no se diera cuenta de
que estaban ahí. Luego de eso mando una carta a
este señor inventando una historia de un gran viaje
para que no los molestaran más. Se preguntaba a sí
mismo y a su esposa de cuando acabaría el viaje de
su hija. Como puedes ver perdió la razón.

-¿Cómo sabes todo esto?

-No lo sé. Como te digo no recuerdo nada de


mi vida, pero sé que Black y yo tenemos una
conexión de alguna manera. Puedo recordar todo lo
que fue de su vida pero después de que murieron su
esposa e hija todo se hace confuso. No sé si son
recuerdos o imaginaciones suyas.

-¿Y, cómo murió?

-Hablaba solo, andaba de un lado a otro


dentro de su casa, su desesperación cada vez fue
más fuerte, hasta que un día bajo al sótano y estuvo
ahí por siete días sentado en el suelo pensando en
que podía hacer, la noche del séptima día un
demonio se le apareció.

-¿Un demonio?-no entendía lo que decía en


realidad.

-Un espíritu maligno con atributos especiales.


Dones por decirlo de otra manera.

-¿Cuál era el don de este?

-Detectar victimas fáciles. Black fue un blanco


fácil todo el tiempo, su psicosis lo mantuvo en una
especie de estabilidad emocional para no decaer
en el suicidio. Hablo con el demonio un largo tiempo,
entonces el demonio le prometió concederle dos
cosas que él quisiera.

-¿Qué le pidió?

-Como su cordura no era buena, lo primero


que le pidió fue que la casa fuera siempre perfecta
tal como el que la habitaba quisiera.

-¿Es decir que la casa existe todavía?

-Así es.

-¿Dónde?

Se quedó pensando en que responderme.


-Aquí en el bosque. Es la razón por la que él no
ha dejado el bosque después de tanto tiempo.

-¿Él tiene que ver con las desapariciones? –


pregunte con escalofríos.

-Sí.

-¿Cuál fue la segunda cosa que pidió?

-Que volviera su hija.

-¿Y… volvió?

-Él le prometió que volvería. Pero a cambio él


tendría que hacer un ritual para que ella volviera. El
demonio le pidió que hiciera un ritual a él. Tomo
cuatro espejos y los coloco desde cuatro ángulos
distintos, siguiente a esto hizo un circulo y en el
coloco unos puntos en los que después trazo unas
líneas formando una constelación de lo cual no se
percató nunca. El demonio dijo que necesitaba unos
ojos para que la hija pudiera ver el camino a casa
pero estos no tendrían que ser los suyos. Y debían
estar en el ritual el señor tomo su escopeta y una
navaja y salió a buscar un animal pero solo pudo
encontrar un venado, lo mato y llevo consigo todo el
cadáver al sótano, extrajo los ojos con cuidado y los
metió en el círculo, tomo también tres velas y las
coloco en la orilla de este círculo formando un
perfecto triangulo. El demonio complacido dijo que
solo faltaba que él se pusiera en el círculo y diera su
sangre completamente, porque su sangre llamaría a
los de su sangre. Tomo la navaja y se hizo cortes en
las muñecas y la garganta, se acostó dentro del
circulo extendiendo las manos y cerró los ojos, sentía
su propia sangre abandonar su cuerpo pero también
sintió algo más desprenderse de él, su alma. Su alma
abandono centímetro a centímetro su cuerpo. Los
cuatro espejos que estallaron en sincronía, las tres
velas se apagaron simultáneamente cuando su
sangre se derramo completamente y los dos ojos de
venado habían cambiado de un color negro a un
color completamente blanco habían formado al
fantasma, se asustó a sí mismo al verse fuera de su
cuerpo y por fin después de tanto tiempo tuvo un
momento de lucidez, se dio cuenta de todo lo que
había pasado y lo que había hecho pero ya no
había vuelta atrás.

-¿Qué paso después?

-Siguió siendo lo que es hoy en día, un


fantasma. Un peligroso y psicópata, fantasma. Que
sale de la casa de noche y divaga por el bosque
buscando energía y victimas para pagar la deuda
de las muertes que le debe al demonio y a si
encontrar a su hija.

-¿Cómo obtiene la energía?


-Creo que ya te asuste demasiado por hoy-dijo
con una media sonrisa-.

-Pero tengo curiosidad-replique-.

-La toma de las personas vivas.

-¡Oh!-exclame sin poder decir más-.

-No te preocupes no te hará nada-prometió-


No importa que, cuidare de ti.

-¿Por qué no fuiste hoy al instituto?

-La energía es algo difícil -explico- en la


mañana utilice mucha para sacarte del bosque y
alejarlo a él, no pude materializarme por mucho
tiempo. Y sin ella no puedo salir del bosque ya que al
igual que él estoy atado, no importa cuánto tiempo
permanezca fuera el bosque siempre me succionara
a él nuevamente. Es como un imán enorme que
atrae a uno más pequeño.

-¿Y tú?- pregunte con escalofríos…

-¿yo que?- pregunto confundido.

-También tomas la energía de otras personas-.

-Ah…-suspiro desalentado volteando el rostro


para otro lado- sí.

-¿Y esto daña a las personas?


-Depende-tardo un momento de decir lo
demás- de cuanta energía absorbas de la persona.

-¿Qué pasa si se absorbe demasiado?...

-La persona probablemente muera…

La tensión se había vuelto algo incomoda, cuando


volvió a ver mis ojos vi algo que lo asusto y
nuevamente cambio la mirada.

-¿Qué sucede?

-Hay distintas formas de tomar la energía de los


demás-explico- una de ellas es estar lo
suficientemente cerca de esa persona y tener algún
tipo de contacto…

-¿Es decir, que has absorbiendo la mía?-


pregunte-.

-Intente no hacerlo-dijo tomando una ligera


distancia-intento rechazarla lo más que puedo la
tentación de hacerlo porque puede ser muy
peligroso.

Nos quedamos en silencio nuevamente, el me


miraba fijamente tanto que empecé a sentirme
nerviosa, sin poderlo evitar mis mejías se enrojecieron
y tuve que bajar mi mirada.

-¿Qué sucede?- me pregunto sutilmente.


-Solo me pregunto porque me miras tanto… -
dije encontrando sus ojos negros-.

-¿Kari que has soñado conmigo? –Pregunto de


repente-.

Me congele en el instante, yo misma me había


delatado con ese pequeño secreto mío. No
necesitaba verme en un espejo para saber que mi
cara se estaba poniendo de un color rojo por la
vergüenza. Quite mi vista de sus profundos ojos de
noche y vi hacia el suelo.

-Bueno-vacile por un momento- realmente han


sido sueños extraños.

-¿Qué tan extraños?-pregunto curioso- ¿A mí


como el fantasma que soy?

-No, en lo absoluto.-me sorprendió la manera


en que lo dijo- Nada se asemeja a lo que me has
dicho… por alguna extraña razón te eh soñado sin
conocerte desde que vine a Timesong City… Es
como si te hubiese conocido de alguna vida
pasada.

-¿Qué tu y yo nos conocimos?

-Si-dije más apenada-.

-¡Qué envidia!-respondió-.
-¿A qué te refieres?

-Me refiero a que me gustaría saber cómo


hubiera sido si tan solo quizás-suspiro-tu y yo nos
hubiéramos conocido. Me gustaría soñar y vivir en
ese mundo ideal, rodeado de fantasía donde los dos
estemos en las mismas condiciones como iguales, y
no como la realidad es.

Levante mi mano y la aproxime a su rostro pero él se


alejó.

-Lo siento-.

-No te preocupes. –Respondió-Es solo que no


quiero tomar más de tu energía...

-¡Oh!... cierto- dije recordando lo que me


acababa de decir sobre el contacto-¿Por qué un
fantasma decide ir a un instituto?

-En realidad no fue una decisión


concretamente-dijo recordando algo- fue más una
necesidad.

-¿Necesidad? ¿Por energía?...

-No. Necesitaba verte…

-¿A mí? ¿Por qué?


- Puedo garantizarte que no eh soñado
contigo, pero la primera vez que te vi pude jurar que
te conocía.

-Creí que no recordabas nada de tu vida.

-Y así es no recuerdo nada de mi vida. Sin


embargo me pareciste tan familiar.-frunció el ceño-
un día andaba caminando fuera del bosque,
vagando por esta pequeña ciudad cuando
escuche a una persona llorar en una casa… no es
como si no hubiera escuchado antes llorar a alguien,
pero no pude evitarlo y me acerque a la casa, seguí
el sonido y al ver atreves de la ventana del segundo
piso ahí te vi por primera vez, eras tú la que lloraba
en la oscuridad de la habitación… cuando vi tu
rostro sin saber cómo ni porque lo sentí tan familiar,
tan conocido y único. Seguí llegando los siguientes
días, me acercaba a la ventana y te miraba triste. A
pesar que miraba que estabas acompañada miraba
tanta tristeza y soledad en tus ojos.

-Si lo sé-confesé- aun con compañía me sentía


sola.

-Entonces quise acércame a ti, la soledad que


ambos sentíamos era la misma. Lisa me dijo que era
mala idea pero como sentía conocerte de alguna
forma tal vez podrías ayudarme a recordar mi
pasado.
-¿Cómo?

-No lo sé… Ella cree que tal vez tengas alguna


relación con mi pasado.

-¿Es eso posible?

-No lo sé, creo que no. Pero si recuerdo mi


pasado tal vez encuentre la forma de liberarme…

-¿Entonces como lo haremos?

-¿Hacer qué?

-Hacer que recuperes tu memoria.

-¿Me ayudarías a recuperarla?- dijo


sorprendido-.

-No te ayudaría-dije muy seria viendo su cara


confundida- te ayudare.

-¿¡Donde empezamos!?-pregunte con


entusiasmo.

-Empezaremos llevándote a tu casa-dijo


observando al cielo- ya es muy tarde y es posible
que él salga en cuanto oscurezca. Es más fuerte en
la noche.

Empezamos a caminar a la salida juntos.

-¿Él puede salir del bosque también?


-Si… pero solo en noches especiales… -
aseguro-no te preocupes.

-¿Tú puedes salir ahora?

-Lamento haber tomado tu energía-dijo


disculpándose- no ha sido mi intención… Cuando
nos tomamos de la mano era imposible detenerla.
Así que sí, tengo la suficiente para llevarte lejos, a tu
casa.

-Entonces no esta tan mal-dije para quitar su


culpa- tómala cuando quieras.

Esto no le cayó en gracia, vi un gesto de disgusto en


su rostro, así que solo guarde silencio.

Al salir del bosque Lisa nos estaba esperando


sentada debajo de la sombra de un árbol. Esta tarde
Lisa lucia algo diferente a lo normal, no solo su
expresión facial era distinta sino que su vestuario
también vestía completamente de negro, una botas
largas, pantalón ajustado y blusa completamente de
negro; su cabello corto y castaño estaba sujeto en
una coleta haciéndola lucir más adulta y seria. Al
vernos se puso de pie y se acercó a nosotros.

-¿Y bien?-pregunto con cautela-.

-Nos ayudara a investigar quien fui-respondió


Nicolás-.
-¿Estás seguro de involucrarla en esto Nicolás?

-Si-respondió firmemente Nicolás-.

-De acuerdo- dijo Lisa con una cara de


arrogante-¿Karina estás segura de querer esto?

-¿No veo por qué no hacerlo?-Respondí-¿Tu si


Lisa?

-La peligrosa cercanía que pueda surgir entre


ustedes dos es una de ellas-dijo-pero ya que estamos
en esto los tres podremos investigarlo más pronto.
Pero debes de saber de los riesgos del contacto
físico…

-Ya le explique-la interrumpió Nicolás-.

-Haberse tomado las manos ha sido mala


idea-regaño Lisa- Desde hoy quiero que haya una
distancia prudente entre ustedes dos.

-Lis, ya pareces como una madre, sabias -dijo


en broma Nicolás-.

Lisa se puso roja, al parecer había algo en ella que


no había observado hasta este momento, a Lisa le
gustaba Nicolás. Como había cambiado su rostro
cuando Nicolás le dio su observación, la manera en
que lo protegía, lo ayudaba y celaba en este
momento. Sin duda Lisa y Nicolás habían hecho
algún tipo de conexión en todo este tiempo que se
conocían y a ella le gustaba sin lugar a dudas… la
cuestión era si ella era consciente de este hecho y
más importante aún si Nicolás se había dado cuenta
también.

-Bueno creo que es todo por hoy- dijo Lisa


viendo al cielo- llévala a su casa, necesito hablar
contigo así que esperare aquí.

-Claro-respondió Nicolás-.

-Adiós Kari-se despidió Lisa sentándose


nuevamente donde estaba-nos vemos mañana.

-Adiós Lisa…

Tomamos la bicicleta y en lugar de montarnos en


ella solo la arrastramos por el camino. Íbamos
caminando en silencio cuando me vi en la
necesidad de preguntarle a Nicolás sobre Lisa.

-¿Tu y Lisa son muy unidos?

-Si, como te he dicho antes conozco a Lisa


desde hace mucho tiempo. En realidad desde que
era un bebe-dijo con ternura- Helen Dolían la
presento a mi unos meses después que nació.

-¿Y Lisa siempre ha sido cómo es?

-¿A qué te refieres?-pregunto levantando una


ceja.
-Bueno… como explicarlo, eh notado que Lisa
tiene un carácter muy cambiante, normalmente se
muestra sumisa y tímida y otras tiene una presencia
fuerte y directa.

-Es un reflejo de su habilidad con lo


sobrenatural. Puede sentir las presencias negativas
como las positivas… además ella es un conjunto de
maravillas…

-¿Ah sí?-dije un tanto celosa-¿Cómo cuáles?

-Es divertida, amable, confiable, realista, una


persona tímida sin duda pero con la suficiente fuerza
para defender sus creencias y un gran amor por la
naturaleza, entre otras cosas… te darás cuenta
mientras se vayan conociendo.

-Si eso creo…

-¿Y qué hay de ti?

-¿Qué hay de mi sobre qué?

-¿Qué hay de tu vida?-dijo como si fuera


obvio-.

-No sé por dónde empezar… -admití- ¿Qué


quieres saber?

-¿Por qué te mudaste a Timesong City?


-Hace muchos años yo viví aquí-explique- y
cuando murió mi mamá, ella siempre quiso que su
cuerpo se enterrara aquí… entonces me quede en
esta ciudad.

-¿Cómo murió?

-Fue un accidente automovilístico… esa noche


estaba lloviendo mucho, el camino era poco seguro
y su auto patino hasta impactar un poste-dije
conteniendo mi tristeza lo más que pude-ella murió
inmediatamente.

-Lo lamento-dijo con culpa-.

-No, está bien… es algo que voy superando


poco a poco.

-¿Y qué hay de tu padre?-cambio el tema-.

-Nunca lo conocí, él se fue antes de que yo


naciera… nunca supe nada de él.

-¿Y Emily?-.

-Emily es mi mejor amiga. Ella y yo crecimos


juntas, nuestras madres también fueron amigas…
optaron por carreras iguales, trabajaron y se
volvieron socias de una empresa de publicidad, y
cuando falleció mi mamá la madre de Emi nos
acompañó por un breve tiempo pero no podía dejar
su trabajo por mucho así que se regresó y Emily se
quedó a vivir conmigo.

-¿Timesong City es una ciudad pequeña


porque quedarse aquí?

-Siempre ame este lugar. Mis más felices y


viejos recuerdos son aquí. Tenía amigos, conocía el
lugar, mi abuela vive aquí y siempre había soñado
con regresar y formar mi vida aquí.

-Entiendo…. ¿tu abuela vive con ustedes?

-No ella vive en un asilo, disfruta estar ahí con


los de su edad. Es realmente feliz ahí. Algún día te
llevare para la que conozcas… es una persona muy
grande pero con un espíritu de joven aventurera.

-¿Lo prometes?

-¿Qué?

-Llevarme a conocerla.

-¡Sí! claro… te caerá muy bien.

La charla siguió siendo amena todo el resto del


camino, hablamos del instituto y muchas cosas más,
hasta llegar a casa.

-Bueno es aquí, pero eso ya lo sabes verdad -


dije riéndome de la pena porque él me había visto
llorar-.
-Si –dijo-Lo siento. Te prometo que solo fue por
esos días…

-Está bien –dije despreocupada-¿y gustas


pasar?

-Creo que por hoy no… hay personas adentro


–Voltee a ver y ahí estaba el auto estacionado, Emi
ya había vuelto y no me había dado cuenta de eso-
además creo que a Lisa no le gustara si la hago
esperar mucho…-agrego.

-Lisa-por supuesto otro piquete de celos se


apodero de mi- tienes razón te está esperando.

-Cierto-dijo aproximándose más a mí, por un


momento imagine esas películas donde el chico
lleva a la chica a su casa, caminan juntos hasta la
entrada, se paran en la puerta y antes que ella entre
él le roba un beso de los labios, esto era muy
parecido a eso… excepto que aquel chico no era
un fantasma, me acerque un poco a él en respuesta
a la cercanía pero dijo-Creo que es mejor que
entres, te veo mañana Kari… -dijo y se dio la vuelta y
empezó a caminar de regreso.

-Espera- le grite-.

-¿Qué sucede?

-¿Iras mañana al instituto?


-Si-dijo con una sonrisa en sus labios- te veo
haya. ¡Hasta mañana!

-¡Hasta mañana!-le respondí-.

Me quede observando su partida… él se desvaneció


luego de unas casas. Cuando la puerta detrás mía
se abrió y me jalo para adentro de la casa.

-¿Qué?-exigí saber-.

-¿Cuéntalo todo?-Dijo Nora

-No es justo Kari yo lo vi primero.-protesto Emi.

-¿De qué están hablando?

-De tu y Nicolás-explico Nora con decepción-.

Me asuste, que habían visto ellas… habían visto


desvanecerse en el aire a Nicolás.

-Explíquense-ordene-¿Qué vieron?

-Que estaban en la puerta….-dijo Emi


apenada- oímos cuando le hablaste y luego él se
marchó.

-Ah… si es que salí a caminar y me lo encontré,


hablamos de física y me acompaño hasta la casa…
nada mas-explique omitiendo detalles.

-¿Solamente?-dijo escéptica Nora-.


-Si… les había dicho que estábamos juntos en
física.

-¿Y te explico lo de Lisa?-pregunto Emi-.

-¡Explicar! ¿Sobre Lisa? ¿A qué te refieres?-


estaba algo confundida.

-¡Si son novios o no!-dijeron unánimemente-.

-Ah!.. Eso yo creo que no.

-De acuerdo-dijo Nora-.

-Eso significa que está disponible-interrumpió


Emi-.

-¡No es así!-dije molesta, lo cual llamo ambas


atenciones- Creo que entre él y Lisa puede haber
algo aunque no sean precisamente novios.

-¡Ah por favor!-dijo decepcionada Emily-.

-Ni modo-se resignó Nora- A veces las cosas


son así.

Eran sorprendentes las emociones que causaba


Nicolás con las demás chicas… El sin duda era muy
atractivo, su físico era ideal y perfecto al de un chico
de 17 años probablemente pasaría de 18 si él
quisiera, vestía de negro siempre y aunque su
vestimenta no era llamativa atraía la atención de
ellas. Sus brazos no tenían músculos exagerados
pero definidos completamente, tenía un torso semi-
delgado como si en vida hubiera sido muy atlético,
era alto y su rostro contenía muchos detalles como
su mentón varonil y la alineación de su cara que lo
hacían ver aritméticamente perfecto, sus ojos
oscuros traspasaban los de cualquiera a pesar de lo
negro que eran en esa oscuridad se encontraba
cierta luz, era la luz de su alma; era un alma
transparente y buena, sus labios eran los ideales para
aquel rostro tan perfecto y su pelo de azabache,
despeinado y juguetón culmina su aspecto físico con
algunos mechones de su pelo que caen en su rostro
siempre, no era mucho ya que su pelo no era largo
pero lo suficiente para que unas cuantas puntas del
pelo tocaran sus cejas.

Pero también había detalles invisibles que no se


pueden apreciar en su físico que podría decir de él,
como el caballero que era puesto que es muy
educado, amable, protector, sincero, gentil. Su
oscura apariencia no mostraba eso. De no haberlo
tratado probablemente solo lo categorizaría como
apuesto. Tal y como Nora y Emily lo hacen. La noche
paso lentamente tenía mucha información que
procesar… le di vueltas al asunto hasta que termine
completamente dormida.

-La luna esta hermosa-reflexione en voz alta,


estaba viendo el cielo en una terraza que no
conocía.
- Lo se… esta noche es perfecta-me contesto
Nicolás-.

-Pero hay un poco de nubes y casi no se miran


las estrellas-dije

-Tonta-dijo obligándome a voltear con su


mano en mi rostro-el cielo no es lo que hace esta
noche perfecta.

-¿Ah no? ¿Entonces qué?

-Estar contigo Ada-.

Nos miramos uno al otro, era Nicolás sin duda pero


ahora en lugar de ojos negros los tenia verdes,
¿realmente era Nicolás? era exactamente igual a él,
se aproximó a mí, nuestras manos se entrelazaron…
inconsciente cerré mis ojos y nuestros rostros siguieron
aproximándose cuando la puerta de la terraza se
abrió brutalmente, un humo negro empezó a surgir
de está y Nicolás se interpuso entre la especie de
humo y yo.

-Aléjate de ella-ordeno-.

Pero esta en lugar de eso empezó a integrarse en un


sitio enfrente de Nicolás, estaba tomando una forma,
yo estaba paralizada del miedo.

-¡Ada corre!-ordeno Nicolás-.


De la sombra que aún no se había terminado de
formar salieron dos brazos, que tomaron a Nicolás
por el cuello y lo azotaron contra el suelo… Él estaba
muriendo y yo no sabía qué hacer, Nicolás quedo
completamente inconsciente o muerto no podría
saber con exactitud y ahora la sombra se movía
hacia mí.

-¡Aléjate!-ordene pero no lo hizo-.

Con su mano estirada hacia mi roso mi rostro y una


ola enorme de escalofríos me atravesaron…

-Hija-dijo una voz mortífera, en un intento de


alejarme caí por encima de la barandilla de la
azotea y estaba cayendo desde el segundo nivel
hasta que desperté por el golpe

-Todo era un sueño-me recordé.


CAPITULO X
Extracurriculares

El sueño había dejado una catástrofe en mis


pensamientos… me dolía la cabeza, tenía sueño y
me sentía cansada. Solo deseaba ahogar el
recuerdo en mi cabeza, me levante rápido e intente
disimular el mal humor.

Al bajar a la cocina Emi ya estaba haciendo el


desayuno y estaba muy emocionada y alborotada.

-Te ves muy mal-comento-.

-Tuve un mal sueño-conté-.

-¿Quieres hablar de eso?

No, no quería hablar de eso pero últimamente me


había alejado de Emi…

-No ha sido nada-dije de la mejor manera-


¿Qué harás hoy?

-¡Como que qué hare hoy!-me reclamo-


“elección de extracurriculares” te dice algo, tienes
que acompañarme ¿recuerdas?
-Es que pensaba ir a la biblioteca hoy-recordé-
.

-¡Kari! Tienes que acompañarme… -pidió- estoy


nerviosa.

-Lo harás bien Em-la anime- yo aún tengo que


decidir a qué voy a entrar.

-¿Porque no entras a las animadoras conmigo


y las demás?

-Tengo cosas que hacer…-reflexione-además


estoy pensando entrar al club de ajedrez.

-¡Ajedrez!-empezó a dramatizar- ¿ahora dar un


jaque es más divertido que estar con tu mejor
amiga? ¿Desde cuándo el ajedrez se volvió más
divertido que yo?

-Emily-dije seriamente-.

-¿Qué?-dijo confusa-.

-En lugar de porristas deberías de entrar al club


de drama se te daría divino-.

-Muy graciosa-dijo en cautela-come y calla.

Puso un plato en frente de mí y saco un jugo del


refrigerador… no se había enojado pero realmente
quería que la acompañara.
-¿Entonces qué harás hoy?-pregunto cuando
íbamos en el camino-.

-Dudo mucho poder ir a verte-confesé-lo


siento.

-Lo entiendo-dijo decepcionada-¿entonces?

-No lo sé Em, tengo que entrar a algo fácil que


no absorba mucho tiempo si quiero trabajar de
medio tiempo.

Y ayudar a Nicolás a investigar su vida pasada…

-Entiendo-.

-Estas muy comprensiva hoy, Emi…-comente-.

-Somos mejores amigas Kari, nos conocemos


desde que nacimos prácticamente… te conozco y
sé que andas en algo-afirmo y yo me congele-pero
sé que me lo dirás cuando lo creas conveniente.
Desde que murió tía Lía has cambiado mucho y te
entiendo, cuando quieras hablar solo dímelo.

-Gracias, Emi.

Al llegar nos dirigimos a donde estaban León y los


demás. Pero no me quede mucho con ellos y
camine a física. Al entrar vi Nicolás en su asiento
viendo a la ventana. Micaela estaba hablando con
una amiga pero viendo sin disimulo a Nicolás. Me
dirigí a mi asiento pero antes de que me sentara
Micaela se acercó peligrosamente a Nicolás…
peligrosamente no por la habilidad de Nicolás de
robar la energía sino peligroso por mí, porque podría
arrastrarla si intentaba algo con él, como lo hace
con todos aquellos que les gusta.

-Nicolás-dijo muy alegremente y le coloco una


mano en el hombro-¿Qué harás hoy?

Nicolás se ladeo un poco para quitarle su mano con


educación.

-¿Por qué Micaela?

-Hoy estrenan una película y quiero ir a verla-


explico-¿Qué dices?

-Que vayas a verla-sugirió Nicolás de manera


amable-no te quedes con las ganas.

-No me refería a eso tontito-dijo Micaela


ahogando más de algún insulto en su mente me
imagino- me refería a que ¿si quieres ir conmigo esta
tarde a ver la película luego del instituto?

-Lo lamento Micaela-se disculpó- tengo cosas


que hacer.

-Ah entiendo-respondió Micaela-.


Solo se dio la vuelta. Y en su cara vi como su ego
cayó al piso, seguramente nunca la habían
rechazado y su ego no lo soportaría. Nicolás volteo a
verme cuando ya estaba en mi asiento luego de su
breve charla con Micaela. Una sonrisa se salió de mis
labios sin saberlo… el me miro extrañado y podía ver
la pregunta en su cabeza.

El señor Simmons entro antes de que él y yo


pudiéramos hablar de algo. Otra vez toco un
ejercicio en parejas y Pablo se acercó muy rápido y
feliz a Nicolás, al parecer ellos habían hecho muy
bien el anterior laboratorio y Pablo quería su
compañía. Ni loca iba a trabajar otra vez con
Micaela. Nunca. Me niego. En eso Micaela tomo la
mano de Pablo y lo obligo a trabajar con ella. Solo le
dijo-trabaja conmigo-y Pablo no se negó pero volteo
a ver a Nicolás para ver si estaba de acuerdo.
Nicolás solo se limitó asentar la cabeza… era como si
ellos se hubieran hecho amigos con solo una clase…

-Entonces creo que hoy trabajaremos tú y yo-


dije antes que alguien más se metiera-.

-Claro-respondió-.

Durante el transcurso del periodo Micaela coqueteo


sin titubeo o vergüenza con Pablo, era como si ella
quisiera causarle algún celo a Nicolás o darle una
lección por rechazarla. Pablo era un chico tímido, a
cada insinuación de Micaela el solo se ponía rojo y
tartamudeaba alguna respuesta.

Trabajamos muy rápido y estábamos en plena


conversación cuando de repente Micaela se da la
vuelta e interrumpe abruptamente.

-Hoy son las pruebas de animadoras-comento


para Nicolás-¿vendrás a verme?

-Claro-respondió Nicolás-.

¿Claro? ¿Qué demonios significa claro? Si Nicolás


estuviera vivo lo mataría. Micaela vio mi cara y
felizmente se dio la vuelta. Nicolás deslizo una
mirada hacia mí y yo solo la esquive.

En eso sonó el timbre y apresure a tomar mis cosas e


irme de ahí.

-Espera-dijo Nicolás en el pasillo-¿pasa algo?

-No.

-¿Segura? ¿Te miras molesta?-sugirió-.

-Si-.

-¿Si estas molesta o si estas segura? O quizás


sea que estés segura que está molesta-bromeo-.

Solo le di una mirada seria y su alegría se detuvo. O


por lo menos las bromas. Me acompaño en silencio
hasta el salón y solo me dijo-te veo luego-al
despedirse. En clase medite mi comportamiento, no
está bien que me ponga así… él y yo es algo que
jamás podría suceder. Porque él no existe
realmente… puedo verlo, sentirlo, incluso tocarlo
aunque no deba pero no puedo estar con él,
porque solo es un sueño que se deshará en la
mañana, no puedo enamorarme de Nicolás es
como lanzarme de un avión sin paracaídas. No
puede gustarme y no puedo celarlo, no entrare al
club fan Nicolás… al cual varias habían entrado sin
saber. Decidí que lo dejaría pasar, ya no me
importara más si hay una, dos, tres, cuatro o un millón
que se derritan con él, yo no sería una de ellas. Quite
todo pensamiento que podría tener de él e intente
poner atención a la clase… “intente” es un hermoso
termino que todos empleamos justamente porque
no logramos lo que queremos.

Era momento de elección de extracurriculares, no


había decidido a que entraría. Así que solo camine
donde habían varios stands de información sobre
cada club o taller a excepción de los deportivos o
académicos como teatro o lectura.

-Entra al club de canto-dijo una chica con una


voz armoniosa-.

-Ven y enamórate de la fotografía –dijo un


chico alto con pelo largo y una cámara en manos.
Seguí caminando entre ellos y la multitud de
estudiantes que se inscribían a los talleres… un par
de chicas pasaron frente de mía gritando ¡teatro!
Estaban emocionadas que como amigas iban a
entrar en el club. Pensé en Emi y las demás… tal vez
yo podría entrar a la prueba de porristas y estar con
ellas… luego mi mente fue arruinada con un horrible
pensamiento “Micaela” me recordé ella también
hará la prueba. Entonces eso fue un rotundo no para
mi cabeza. Por Em iría al gimnasio a darle ánimos y
luego seguiría buscando un taller. Aunque tenga
que ver a Micaela nuevamente lo haría por mi
amiga.

-Emi-la sorprendí por atrás- ¿ya van a


empezar?

-Viniste-dijo muy animada-en una hora.

-¿Harás la prueba Kari?-pregunto Nora-.

-No-dije en risa-solo les quería desear buena


suerte, tal vez venga dentro de una hora a verlas.

-Aun no decides a que entrar verdad-dijo


Lucy-.

-Aun no-concedí-pero en esas estoy.

Vi extrañada a Micaela cuando me vio, le


desagrado verme aquí y con la mirada busco a
alguien más…
-¿Han visto a Nicolás?-dije sin poder retener mi
pregunta-.

-¿A Nicolás?-dijo extrañada Hannah- mmm


creo q no Kari.

-¿Por qué?-pregunto Nora-¿vendrá a ver la


prueba?

-Así le dijo a Micaela-conté-.

-Ag, Micaela-reflexionaron las chicas viendo a


la mal humorada chica que no había encontrado a
Nicolás-.

-Bueno creo que entonces vendré en una


hora… -dije-les veré al rato.

Camine entre los talleres pero ninguno me llamaba


la atención a decir verdad, pase delante del club de
drama y la curiosidad se sumergió en mí.

Había varias personas aquí, a su mayoría mujeres.


Este era uno de los salones más grandes del instituto
era un auditorio en realidad, se hacían dos obras
todos los años con el fin de general presupuesto
extra para el baile de fin de curso Mercy Scott
estaba en la puerta entrando a futuros miembros y
pidiendo que tomaran asiento y Wendy Maphie
atrayéndolos a los asientos de adelante, no quería
estar tan cerca así que me senté en una de las sillas
más cercanas a la puerta. Mercy cerró la puerta y
las luces se apagaron todos hicieron silencio
absoluto por el susto y uno que otro murmureo se
desato entre los estudiantes, un reflector se encendió
apuntando al escenario y una señora que había
visto antes empezó a dramatizar.

-“¡Ser, o no ser, es la cuestión!-estaba


recitando Shakespeare, Hamlet específicamente-
¿Qué debe más dignamente optar el alma noble
entre sufrir de la fortuna impía el porfiador rigor, o
rebelarse contra un mar de desdichas, y
afrontándolo desaparecer con ellas? –Y con esta
hizo su cuerpo estremecer-Morir, dormir, no despertar
más nunca, poder decir todo acabó; en un sueño
sepultar para siempre los dolores del corazón, los mil
y mil quebrantos que heredó nuestra carne, ¡quién
no ansiara concluir así! Morir... quedar dormidos...
Dormir....tal vez soñar.”

-Eso es espeluznante-dijo alguien a la par mía-.

-¡Ah!-grite y tape mi boca lo más rápido


posible y me agache, todos voltearon a ver quién
había sido. La Sra. Mildred encarga del curso de
actuación busco el origen del grito y al no
encontrarlo solo una reverencia al público dejo y su
actuación concluyo, las luces se apagaron
completamente oscuro se quedó, algunos
estudiantes empezaron a aplaudir y otros a
comentar la actuación.
-¿Qué haces aquí?-me queje-.

-Tenía curiosidad por lo que elegirías-confeso-


¿así que teatro he?

-Solo era una opción-dije molesta por haberme


asustado-.

Las luces se encendieron y pude ver más claramente


a Nicolás quien había cambiado su vista de mi hacia
adelante, la Sra. Mildred había empezado a dar
información sobre el taller.

-¿No tienes que estar en otro lado?-me queje-.

-Déjame pensar-se quedó en silencio


simulando que lo reflexionaba- creo que no.

-Como sea- le dije marchándome para darle


la espalda-.

-¿Por qué tan molesta?-pregunto siguiéndome-


.

-¿Por qué le dijiste que irías a verla si estas


siguiéndome?

-¿De qué?-se detuvo considerando el motivo


de mi enojo- ¡ah esto es por Micaela!

Solo seguí caminando como si no estuviera ahí.


-¿Nunca te han rechazado dos veces el mismo
día cierto?-dijo en ironía-.

-¿A ti si?

-No lo sé-dijo indiferente-no podía hacerle eso,


sería un golpe a su ego de mujer…

-¿Entonces iras?

-Es lo más seguro-dijo despreocupado- Me


gusta cumplir mi palabra Kari.

Me quede viéndolo fijamente y entonces subió la


mirada a un reloj que había en la pared.

-¿Qué?-quise saber-.

-Llego tarde a mi compromiso-.

Rodee los ojos.

-Entonces no pierdas el tiempo-le dije


seriamente y seguí mi marcha en el pasillo-.

Nicolás no me asustaba en lo absoluto pero tenía el


don de hacer que me alejara de él. Llegue a la
puerta del fondo del cuarto nivel en ella había un
letrero que decía “club de ajedrez”, no estaba
segura si entrar o no pero me parecía una buena
idea, nadie de los que conocía estaba aquí y
tendría este tiempo donde nadie me prestaría
atención y a lo sumo tendría que jugar un par de
juegos nada más.

Abrí la puerta y 9 cabezas giraron en mi dirección-


está bien, esto no era lo que esperaba- en esta
habitación de grandes ventanales por donde la luz
del sol se filtraba en medio de las cortinas negras y
las paredes eran de un azul cielo y uno que otro
cuadro de piezas de ajedrez, solo habían muebles
pegados a las paredes con libros, dos sillones viejos
con diseño de cuadros viendo a la ventana y 5
mesas de juego donde habían colocado tableros
con las piezas ya puestas, pero las nueve cabezas
que me miraban perplejos estaban concentrados en
solo una-solo eran hombres-dos chicos estaban
agarrados de las manos aparentemente jugando
guerra de pulgares.

-Hola-dije tímidamente-¿el club de ajedrez,


cierto?

El chico más alto que tenía su mano atada con la


del otro se soltó y camino hacia mí.

-Sí, soy Derek-dijo presentándose-coordinador


del club. Ellos son Billy, Juan, Bryan, Marcos, Tomas,
Eliot, Fred y Sami.

Dijo presentándome a cada uno de ellos.


-Soy Kari-dije presentándome cuando con su
brazo me aproximo a todos ellos-no quería
interrumpir solo pasaba a ver cómo era el club.

-Bienvenida a club-dijo Sami tomando mi


mano-.

-Gracias-dije lo más cordial posible-.

-¿Cuánto tiempo llevas jugando?-pregunto


Tomas-.

Sin saber cómo me sentaron en una de las sillas que


rodeaban a la mesa.

-Nunca he jugado en realidad-explique, a


decir verdad solo dos veces en las cuales había
estado completamente perdida- pero me gustaría
aprender…

-Yo te enseño-dijeron al mismo tiempo Juan y


Eliot-.

-Discúlpalos-hablo Derek-no se unen muchas


chicas al club. Yo te enseñare.

Eso era más que obvio viendo a mí alrededor.

-Gracias.

Todo me salió al revés no quería tener atención y


ahora tenía a dieciocho ojos viéndome. El tiempo
fue pasando todos ellos al final resultaron siendo muy
amigables y cordiales conmigo. Las ocurrencias de
Juan, el enamoradizo Marcos o el creativo Bryan
fueron los que más me apoyaron cuando jugué
contra Derek luego de la milésima vez que me
explico paso por paso las reglas, movimientos y
posibilidades del ajedrez. El pesimista Billy decreto al
inicio de mi primer juego “perderás”, la esencia de
cada uno de ellos la llevaban a flor de piel y su
atención fue irritante a un inicio luego se volvió
acogedora. No me arrepiento de haber entrado,
toda mi molestia se esfumo lo más bello fue cuando
todos se pusieron a jugar y nos quedamos solo Derek
y yo me sentía más tranquila él era amigable sin
duda y de ultimo año. El tiempo corrió y al sonar la
última campana me despedí de todos y corrí al auto
ya que Emi me estaba esperando. Y me mataría si la
dejaba esperando mucho tiempo. Pero al doblar la
esquina del segundo nivel alguien choco contra mí y
muchos periódicos flotaron en el aire.

-¡Ay!-se quejó- porque no te fijas por donde


vas.

-Lo siento Lisa-dije levantándola y ayudando a


recoger todos los periódicos-.

-No importa-dijo molesta y luego de una pausa


me informo- mañana iré con Nicolás al cuarto del
anuario pare revisar si el en su otra vida estudio aquí.
-¿Puedo ir con ustedes?-pregunte-.

-Está prohibido-advirtió- solo los del anuario y


periodismo pueden estar ahí.

-¿Nicolás y tu están ahí cierto?

-Sí.

-Igual manera me gustaría acompañarlos….

-¿Solo quiero saber una cosa?-mantuvo una


seriedad inigualable por un segundo-¿Por qué te
molestas con todo esto?

-Nicolás es mi amigo-afirme-quiero ayudarlo.


¿Y tú?

-¿Qué?

-¿Por qué te molestas con todo esto?

-Esa pregunta no tiene lugar aquí Kari-


respondió fríamente-conozco a Nicolás desde hace
tanto… él y yo siempre hemos estado juntos y así es
como acordamos estar siempre… juntos.

Las palabras de Lisa eran más un golpe de realidad


que una confesión, el amor de Lisa al parecer oculto
para ella misma era fácil de ver… ¿acaso Nicolás
podría verlo también? Estuve tentada a
preguntárselo directamente pero un mensaje de Emi
avisando que se iría con Nora me limito.
-¿Pasa algo?-pregunto-.

-Te ayudare a llevarlos a su lugar, ¿Por qué


sacaste tantos periódicos?-pregunte-es algo de
iniciación o algo por el estilo.

-Intentaba ver si había algún reportaje o


información que nos diera algún indicio o algo sobre
Nicolás… no sé qué tanto te conto Nicolás pero él y
mi abuela se conocen desde hace mucho tiempo.
Nicolás tal vez esté llegando a sus cien años de
existencia.

Eso me hizo reflexionar de cuán grande era Nicolás y


todo lo que había transcurrido en su “vida”.

Al llegar a la biblioteca la bibliotecaria despego su


vista un instante de su lectura para ver que
llevábamos y la regreso casi de inmediato.
Caminamos a una esquina donde había una mesa
en forma de L pegada a la pared encima de esta
unos estantes con fechas de años que partían desde
1903.

-¿Desde 1903 esta este instituto?-pregunte


asombrada-.

-No exactamente-afirmo Lisa- en 1903


empezaron a crear en este instituto el periódico
escolar para tener más informados a los alumnos de
todo el caos que estaba a su alrededor.
-Ya veo-dije sorprendida-.

-Bueno hay que ordenarlos por fechas-


concluyo Lisa-.

-¡¿es que no los tienes ordenados?!-exclame-.

-Los tenía hasta que chocaste conmigo-.

Ni modo, empezamos a ordenarlos por año y a


colocarlos. A casi de terminar nuestra faena Lisa me
dejo sola porque tuvo que contestar el teléfono. Me
apresure a colocarlos lo más rápido posible. Cuando
tome el periódico lo vi, era él. No estaba loca, no
estoy perdiendo la razón, ¡es el! Mis manos
temblaban del asombro, tuve que dar más de dos
miradas a la foto, no porque dudaba sino porque
quería reafirmarlo cuantas veces sea posible. Unas
lágrimas quisieron derramarse y mi corazón danzo
lento. “bala perdida mata a niño en el instituto”
decía el enunciado. El pelirrojo. Una foto demasiado
grafica para esta época de él estaba debajo de
este enunciado no era la foto que una persona
susceptible podría ver ni siquiera una persona con
estomago de hierro, el lugar era tal y como lo había
visto ya en mis visiones que había tenido cuando me
lo encontré. Esto había pasado hace tan solo tres
décadas aproximadamente.

-¿Qué pasa señorita?-dijo una voz femenina y


algo ronca-.
Brinque del susto, la bibliotecaria había entrado a ver
lo que hacía en este espacio.

-¿Qué es eso?-pregunto colocándose bien sus


gafas-.

-Solo un periódico-explique-.

-Déjame ver-exigió-.

La señora ya mayor echo un vistazo a la portada y


tuvo casi la misma reacción que la mía no pude
detenerme a preguntarle si lo conoce.

-¿Sabe quién es?

-No-suspiro- pero estuve presente cuando


murió.

Dijo con sus ojos llenos de melancolía, así que intuí


que ella había sido la mujer que grito.

-Ese día nunca se borrara de mi mente-


reflexiono en voz alta para ella- ya lo había visto ahí
sentado antes del accidente. Solo me pregunto si
¿estará bien donde sea que este?

Un gran impulso en mí se encendió, quería decirle mi


experiencia pero me tomaría como loca.

-Yo-empecé a decir cuando a entrada de Lisa


nos interrumpió las dos volteamos a verla y ella se nos
quedó viendo con cautela.
-¿Pasa algo?-pregunto-.

-Apresúrense a terminar debo cerrar la


biblioteca-pidió la bibliotecaria-.

-Si-dije en un tono bajo dudosa que me haya


escuchado-.

Y así lo hicimos, Lisa estuvo trabajando en silencio y si


he de apostar diría que estaba pensando sobre lo
que había ocurrido, no estaba segura si contarle
sobre el pelirrojo o no ya que era un secreto que ni
Emily lo sabía. No quería que las personas pensaran
que había perdido la cordura así que preferí callar lo
ocurrido.

-¿Dónde está Nicolás?-pregunte cuando


íbamos en el pasillo-.

-En el bosque-respondió desalentada-.

-¿Así que ya era su toque de queda?

-Así es-respondió insípidamente- necesitamos


encontrar una pista, o algo que nos dé un indicio de
su pasado.

Vi en los ojos de Lisa preocupación sin entender el


motivo solo camine a su lado hasta el
estacionamiento. Conducía pensando ¿Cuál sería el
motivo porque a Lisa le preocupaba tanto?
Había pequeños detalles en relación con Lisa y
Nicolás que seguían siendo un misterio. Entonces
algo evidente cruzo por mi cabeza; hay cosas que
nunca voy a comprender en su totalidad, siempre va
a ver un misterio, algo oscuro y oculto en las cosas,
detalles que ya sean relevantes o no se mantendrán
enterrados como un tesoro en lo desconocido, el
reto en esto estaba en ver quien era capaz de
atreverse a encontrar el tesoro.

Cuando el pasado de Nicolás se aclare y recuerde


quien es, él se ira. Entonces el tesoro que esconderé
del mundo serán mis recuerdos con él. Será todo lo
que tendré de él y todo aquello que no estaré
nunca dispuesta a perder.

Al llegar había ruido dentro de la casa y en el umbral


de la puerta Clementain se encontraba sentando
como si estuviera esperándome.

-Vamos a dentro Clementain-le dije al abrir la


puerta.

Nora y Emily estaban muy animadas y felices. Sin


duda había sido un gran día para ellas…
Capitulo XI
El Anuario

-¿Mamá?-pregunte adormitada en la
oscuridad de la noche-.

La ventana se encontraba abierta y el frio era


estremecedor.

-¿Cómo es que estas aquí?

Pregunte sumamente confundida.

-Cariño este bien-dijo ignorando mi


pregunta, acariciando mi pelo como solía hacerlo-
.

¿Qué hace mi difunta madre en mi habitación a


media noche? Sus ojos estaban llenos de ternura,
su voz era dulce como siempre y la media sonrisa
en sus labios me decían que estaba preocupada,
sino supiera que está muerta esto me asustaría.

-¿Estoy soñando?-pregunte-.

-Vengo advertirte cariño-dijo preocupada


realmente-aléjate del fantasma, es peligroso. No
te acerques a él.
-¿A qué te refieres?-pregunte en medio de
mi confusión-.

-Mantente alejada y todo estará bien-


prometió-No confíes en él.

¿Nicolás era peligroso?

-Es hora de irme-dijo en tristeza- mi pequeña


todo estará bien.

-¡Mamá! No te vayas-suplique-no me dejes


sola.

-Es hora de marchar lo siento Kari-respondió-.

-¡Mamá!-grite cuando ella estaba en el


balcón- ¿Por qué me dejas sola de nuevo?

-Lo siento Kari-se disculpó-pero recuerda que


siempre estaré contigo… no estás sola.

Me volvió a dar la espalda y su silueta


desapareció.

-¡Mamá!-volví a gritar- ¡Mamá!....

-Kari despierta-me pidió en la oscuridad


absoluta-¡Kari!

-¿Emi?-dije en medio de la confusión-.


-Solo es un sueño-me dijo mi amiga
abrazándome para tranquilizarme- no pasa nada,
cálmate.

Voltee a ver en varias direcciones y tal como en mi


sueño había frio y la ventana estaba abierta ¿Qué
había pasado?

-¿Qué paso?-pregunte-.

-Te escuche gritar y vine a ver que te


pasaba-contesto Em, preocupada como nunca la
había visto- ¿Tuviste una pesadilla?

Solo asenté con la cabeza, no estaba segura mi


cabeza daba vueltas, despertarme de esa manera
había sido como dar cien vueltas en un mismo
punto.

-Gracias Em, ya estoy bien-dije luego de un


momento para calmarla-.

-De acuerdo-me respondió soltándome-


¿Quieres que me quede contigo esta noche?

Dude tanto en responder que ella se respondió


sola diciendo que sí, se encamino a cerrar la
ventana y volvió.

-La verdad que no tengo sueño Emi.


-Entiendo-dijo ladeando la cabeza-¿Qué
quieres hacer a media noche?

Levante los hombros en respuesta estaba abierta a


cualquier cosa en ese momento.

-¿Películas y helado?-propuso-.

-Claro.

Nos encaminamos a la sala y ella saco el helado


de la nevera, cambiamos los canales de la
televisión hasta encontrar algo decente que ver.
Solo había una comedia romántica que nos llamó
la atención a ambas así que decidimos ver eso.

-¿Es buena idea comer helado con este


frio?-pregunte congelándome luego de la primera
cucharada de helado en mi boca.

-Por supuesto-dijo en plena tembladera-.

-No entiendo porque todas las novelas


románticas tienen que ser así-dije criticando la
película cuando los protagonistas se dieron el
primer beso- el mundo se ha organizado para
hacernos creer que el amor existe y es
correspondido.

-¿El felices por siempre no te complace Kari?


-Es solo la gran mentira-argumente-¿Cuántos
de nosotros realmente conoceremos a nuestra
pareja ideal y nos enamoraremos?

-Muy pocos-concedió Emily- pero eso es lo


que lo hace tan bello ¿No crees?

-Solo lo hace más interesante-supuse-.

El día en el instituto se hizo eterno, esperaba


ansiosa la hora en infiltrarme con Nicolás y Lisa en
la sala del anuario. En Timesong City no hay
muchos centros educativos en realidad el instituto
TSC era el más solicitado, entre los pocos que hay
y el más antiguo. Si Nicolás estudio en su vida
debió estudiar en este. El timbre sonó y yo ya le
había avisado a Emily que no me iría a casa con
ella, Lisa se ofreció llevarme.

-¿Y Nicolás?-pregunte delante de la puerta


blanca del salón del anuario-.

-Del otro lado abriendo-.

Y la puerta se abrió él estaba del otro lado… “Es


peligroso” fue lo único que se me vino a la cabeza
cuando lo vi. Lisa paso de largo por la puerta y yo
titubee al entrar.

-¿Te sucede algo?-pregunto confundido-.


-No-dije buscando a Lisa para ubicarla entre
los dos-.

Nicolás se puso detrás nuestra y eso me puso algo


incomoda, -solo fue un sueño- me limite a
recordar.

-Son muchos-dijo Lisa viendo lo que los tres


mirábamos-.

-Cada uno empiece con una década-dijo


Nicolás y así lo hicimos-.

Tomamos anuario por anuario, las agujas del reloj


dieron su marcha y solo el tic tac sonaba en la
habitación, todos estábamos trabajando en
silencio no podíamos hacer ruido por si alguien
pasaba por el pasillo, cada uno se ubicó en
distintos puntos de la sala.

Constantemente las hojas de los anuarios eran


pasadas una tras otra, solo se detenían cuando
encontrábamos a alguien sumamente parecido,
Lisa y yo levantábamos la vista a Nicolás y él la
subía con una tensión en su rostro, pero luego de
verlo nos dábamos cuenta que solo eran
parecidos. Así corrió el tiempo minuto tras minuto,
anuario tras anuario.

-Kari-llamó Lisa- ven.


Nicolás se quedó pasmado y yo me acerque, Lisa
tenía el anuario en sus manos y me quede
paralizada al ver la foto. Ambas miramos a Nicolás
y luego nuevamente a la foto, repetimos la
acción, Nicolás se empezó acercar.

-Es muy parecido-empezó a decir Lisa-.

-Pero no es-concluí-.

-Tom Norton fue un estudiante de 1893-leyo


Lisa- Lo siento Nicolás no eres tú.

Nicolás se limitó asentar la cabeza y siguió


revisando el anuario que miraba. Yo también
regrese a mi lugar y ya había terminado otra
década, así que era hora de tomar otra. 1920
nada. 1921 nada. 1922 nada. 1923 nada. ¿1925?,
me levante a buscar 1924 pero no lo encontré por
ningún lado.

-¿Pasa algo Kari?-pregunto Nicolás-.

-No está 1924.

-Tenemos mucho que ver aun-interfirió Lisa


cuando Nicolás se levantó ayudarme-sigue con el
siguiente.

-¿No se te hacer raro que no esté?-pregunto


Nicolás hacia Lisa-.
-En efecto-respondió-pero no tenemos
mucho tiempo ya.

-Creo que tendré que continuar-le dije a


Nicolás-

Y ambos volvimos a nuestro lugar. Seguimos


buscando en silencio. Teníamos pilas de anuarios a
nuestro alrededor.

-Nada-dijo Lisa decepcionada-.

Termine el que estaba viendo. Nada coincidía con


Nicolás. Las personas parecidas no concordaban
con el nombre o algún rasgo facial, capilar o
corporal.

Volví a ver al estante de los anuarios, tal como los


periódicos los anuarios estaban ordenados en
muebles con espaciadores que limitaban por
décadas, cada división tenía diez placas con el
año específico donde era el lugar de cada
anuario. 1920, 1921,1922, 1923, “1924”, 1925, 1926,
1927, 1927, 1928 y 1929. ¿Por qué tener el espacio
de 1924 sino pondrán nada ahí? Unos pasos me
sacaron de mis pensamientos.

-Alguien viene-dijo Nicolás y desapareció-


escóndanse.

Solo su voz pude escuchar y Lisa me jalo de mi


chaqueta.
-Apresúrate-ordenó Lisa-¿Qué esperas?

Los anuarios empezaron a moverse uno a uno y a


colocarse. ¿Nicolás los está colocando?, Lisa y yo
nos escabullimos detrás de un sillón negro que
estaba en la habitación. Nos quedamos
paralizadas, el sonido de una manija abriéndose
sonó. Quien sea que era estaba entrando. Lisa
coloco su dedo en la boca en señal de que no
hiciera ruido en lo absoluto.

-Está vacía-dijo un hombre, el profesor


Simmons si no me equivoco-creí haber escuchado
algo.

La puerta se volvió a cerrar, dejamos unos minutos


de espacio suficiente donde se escuchaban los
pasos del señor alejándose hasta ya no
escucharlos y me permití respirar con libertad,
había estado tan cerca. Al salir del escondite
Nicolás estaba en el sillón individual delante de
este para tres personas.

-¿Qué hacían ahí?-bromeo-.

-Jugando-dijo sarcástica Lisa-.

Vi alrededor de la habitación todos los anuarios


estaban en su lugar otra vez así que volví a ver el
espacio vacío 1924.
-¿Por qué poner el espacio de 1924 si no
habrá nada ahí?

-¿Para tener algo simétrico?-sugirió Lisa-.

-¿Por qué no poner cualquier otro libro?-


pregunto Nicolás-.

-No lo sé-reconoció Lisa- Nicolás ya es tarde.

-Sí, hora de irme-dijo-pero primero veré que


no haya nadie para que puedan salir.

Y desapareció de nuevo.

-Andando-dijo Lisa-.

-¿Cómo nos avisara si no lo podemos ver?

-Lo sentiremos.

Una corriente de aire corrió entre nosotras y era la


señal para Lisa, empezamos a caminar lo más
rápido posible, alejarnos y fingir que nunca
estuvimos en esa habitación. Hasta que llegamos
al estacionamiento.

-Gracias-dijo la voz de Nicolás en el viento un


tanto decepcionada- Las veré mañana.

Y sin necesidad de verlo supe que se marchó.

*****
El fin de semana había llegado, Lisa, Nicolás y yo
estábamos decepcionados de nuestra
investigación sin ningún resultado. No teníamos ni
idea de donde más buscar. No había ningún
indicio que nos diera alguna pista.

Me levante temprano sin ningún razón en


particular, Emi todavía dormía y teníamos dos días,
varias tareas y muchas cosas por hacer por
delante este fin de semana. Cuando alguien toco
la puerta, al abrir la puerta me di la sorpresa de
ver a Nicolás.

-¿Sucedió algo?-pregunte sin ocultar mi


preocupación-.

-No-dijo aun confundido- ¿No puedo visitarte


sin ningún motivo?

-No es eso-respondí-es extraño ¿Enserio no


sucede nada?

-Bueno no creí que te molestara…. –dijo con


una silueta de incomodidad en su rostro- Es solo
que…. –divago unos segundos sin decir lo que
quería que yo escuchara- ¿Sigues molesta
conmigo?

-¿Molesta?-me confundió— ¿Molesta


porque?
-No lo sé…-mintió-solo siento que has estado
extraña conmigo desde lo de Micaela….

Ah… “Micaela”. Se me había olvidado


absolutamente, tenía mejores cosas en mente. Es
peligroso recordé con pánico y tristeza.

-No-fue lo mejor que pude decir-.

-Bien…-susurro en un suspiro de conformidad-


.
El árbol genealógico
Capitulo XII

El tiempo transcurría en el instituto y que


mejor para recordarnos que no tenemos nada de
la investigación que un trabajo de biología sobre
nuestro “árbol genealógico”, Nicolás compartía
esa clase conmigo gracias a un “misterioso”
cambio de horarios y claro por misterioso digo que
Nicolás entro a la oficina y cambio un poco su
horario, así que ese viernes cuando la profesora
dijo: La tarea es sobre su familia, me preocupe y
por inercia vi a Nicolás quien parecía inmutable
viendo a la ventana.

Al salir del último curso del viernes, él camino sin


decir nada a mi lado hasta el casillero.

-¿Iras a ajedrez?
-Eso creo-le dije- ¿tú que harás?
-Le enseñare a Lisa andar en motocicleta-.

¡Ah la motocicleta! La brillante idea de Lisa para


subirle el ánimo a Nicolás, rebatí mil veces la idea
¿Qué demonios haría un fantasma con una
motocicleta? Me preocupe sin razón cuando se
subió a ella por primera vez y la arranco, me
abofetee mentalmente recordando que él está
muerto de igual forma si se caía no pasaba nada,
y luego brinco mi corazón cuando unos cuatro
metros después de que el empezara andar se
callera “¿te dolió?” quise preguntar, pero Lisa y el
solo se rieron y yo solo respire profundo… Él siguió
practicando toda la tarde. Al parecer la
motocicleta era como los demás objetos, la
materialización de Nicolás era muy efectiva, él en
el día era completamente sólido como yo, Lisa o
cualquier otra persona viva pero aun así ¿eso es
una tontera? ¿Cierto? Ver a un fantasma en una
motocicleta en una moto me lo parecía a mí por
lo menos.

Una vez Nicolás quiso explicarme mejor el método


de materialización ya que la energía no es
materia, pero sigue el principio “la energía no se
crea ni se destruye solo se transforma”, a
diferencia que para que ocurrieran pasaron otras
cosas no tan científicas difíciles de explicar y
recordar. Pero quitando todo eso Nicolás se le
miraba tan feliz… tan vivo cuando estaba subido a
ese monstruo llamado motocicleta. ¡Punto para
Lisa! No era una competencia –declarada al
menos-. Pero Nicolás no podía estar divido en dos,
era Lisa o yo. Cuando los tres estábamos juntos
una de las dos se mantenía distante y en silencio
normalmente.
-Claro diviértanse-me despedí-.

-Hasta pronto-respondió- ¿haremos algo


divertido mañana?

-No-creo-creo que hare tareas-.

-¿Biología?

-Y física, matemáticas-dije en un tono más


cansado del que creí entender-y no te olvides de
literatura.

- ¡Cuanta diversión!-dijo-no lo olvido.

-Bueno llegamos tarde-le recordé-.

-Si-dijo- ¿Entonces mañana para la tarea de


física?

-¿Sin que Clementain te re-mate?-bromee

<No del todo, a Clementain no le agrada


Nicolás>-.

-Sería lo más ideal.-dijo riendo un poco-


Adiós, Kari.

*****

Ya en casa sola-Emi estaba con Nora en una


práctica- decidí empezar con las tareas excepto
física. Dos horas pasaron sin parar. Me estire por el
cansancio y proseguí con biología. Mmm ¿Cómo
hare un árbol genealógico sino se mucho de mi
familia? Esta mi abuela y mi madre, pero ¿Quiénes
más conformaron mi familia? ¡Oh por Dios extraño
tanto a mi madre! Podría llamar a tía Sara –
siempre la llamo cuando me siento sola, me ayuda
a llenar el vacío momentáneamente-ella sabría un
poco sobre mi familia. Incluso sobre mi padre…
nunca pregunte para no incomodar a mi mamá
pero ahora podía preguntar sin remordimientos, tía
Sara sabría quién es sin lugar a dudas. Tome mi
teléfono y marque rápidamente.

-¿Bueno?-respondió tía Sara-.

-Hola tía…

-Hola Kari-dijo cariñosamente y aún más


maternalmente-¿Qué tal están?

-Bien, estamos muy bien-respondí aliviada de


escucharla- Emi esta en práctica de porristas
ahora…

-¿Y tú?-pregunto-¿Qué haces?

-Un poco de tarea-estaba desistiendo de


preguntarle-Tía necesito preguntarte unas cosas…

-Te escucho-dijo intensamente-.

-Bueno veras… en el instituto nos dejaron un


trabajo de árbol genealógico…
-Aja-dijo para que continuara-.

-Y me preguntaba-estaba a punto de desistir


completamente, fingir que se había cortado la
llamada y tirar lejos el celular y luego inventar otra
excusa para tía Sara- ¿Qué sabes sobre mi padre?

El silencio fue rotundo, me tense al no escuchar


nada pero espere alguna señal de vida, solo un
profundo suspiro de tensión y nada de sorpresa.

-Sabía que tarde o temprano ibas a


preguntar-dijo en un tono que no sabría decir que
fue, ¿Algún tipo de te lo dije al aire?-se lo dije a tu
madre, Lía-dijo como si se estuviera refiriéndose a
ella-Kari algún día preguntara, es raro que no lo
haya hecho ya….

Recordó con nostalgia y rio un poco para quitar


un poco de tensión pero yo solo escuchaba tan
atenta que no pude regresarle la breve risa.

-¿Qué quieres saber Kari?-pregunto a la


espera de 1000 preguntas-.

-Bueno-dije sin un índice del cuestionario que


quería decirle en un minuto- creo que su nombre
me gustaría saberlo… todo… supongo que quiero
saberlo todo, tía.

-Thomas Scott-respondió lentamente-.


-¿A qué edad se conocieron con mamá?-.

-Bueno, mmm déjame recordar-pensó un


poco- a los 17, él era dos años más grande que tu
madre.

Mi madre me había concebido a los 25 años,


siempre me dijo que fui lo que más amo pero ella
se sentía muy joven aun… a tía Sara le había
pasado lo mismo con Emi, solo que Emi no tendría
que hacer todas estas preguntas. Ella sabía bien
quienes habían sido de su familia,.. Su padre, el
padre de Emi; Julián Bonet había fallecido cuando
Emi tenía cuatro años, hay fotos que comprueban
eso, incluso yo tengo fotos con él, supongo que el
lleno algún tipo de vacío paterno si es que existió
ese espacio en mí en algún momento. Además Emi
tenía a su abuela paterna a solo unos 5 u 8
kilómetros de Timesong City, siempre que quisiera
saber sobre su familia paterna podría ir con ella…

-¿Qué fue lo que paso con él?-dije


esperando a que explicara lo que ya sabía; que
murió o nos abandonó… en el fondo esperaba
que murió-.

-Bueno este tema es difícil Kari-dijo para


intentar no dañar mis sentimientos- él se fue… a
poco tiempo del embarazo de tu madre.
-La señora Eleonor-dio una pausa-siempre
negó que su hijo las había abandonado….

-¿Eleonor?-interrumpí, era ese el nombre de


mi abuela paterna y al parecer el de mi maestra
también-¿Eleonor qué?

-mmm-pensó-Eleonor Theodore.

La verdad cayó como granada sin aviso y letal.

-Está viva ¿Verdad?-dije afirmándolo-.

-Si…-dijo en cuestión si se lo pregunte o no-


no sé qué fue de ella, pero creo que si…

Yo sabía que fue de ella…

-¿Porque mi madre nunca me la presento?-


dije exigiéndole respuestas, ya juzgándola, como si
ella fuera mi madre y no su mejor amiga, como si
mi madre hubiera encarnado en tía Sara y ella me
tendría que dar respuestas ahora-.

-Bueno Kari-dijo en pena-cuando se fue tu


padre, tu madre quedo muy dolida, todo el amor
que se habían jurado prometer había quedado en
el viento y este había arrastrado las palabras en un
una ventisca… quiso desaparecer todas las
conexiones hacia él, incluyendo a Sra. Eleonor…
-Pero no era justo-dije sollozando en enojo-
tenía derecho a conocerla… ella pudo hablarme
de mi padre…

-Y es por eso que tu madre no lo hizo-explico-


no quería que sintieras la ausencia de alguien que
nunca iba a volver.

-¡¿Cómo sabían que no iba a volver?!-dije


molesta-.

-Bueno-dijo de la mejor manera- No lo hizo.

Ya nada amortiguo esas palabras, era cierto. El


nunca volvió, nunca.

-Cuando alguien se va-dijo meditando las


palabras, buscando las correctas-más bien,
decide irse deja atrás todo, no mira atrás, no
retrocede. Y las personas que se quedan atrás
tienen que hacer lo mismo… seguir su camino,
recordar que existe un pasado, un presente y un
futuro.

-El futuro son las oportunidades que la vida


te ofrece, el pasado las que aprovechaste y
perdiste y el presente las que tomas, eliges,
decides y exprimes o no-dijimos simultáneamente-
El tiempo representa oportunidades.

-Lo sé-concedí- mi madre lo solía decir.


-Pero no solo oportunidades Kari-dijo en
consuelo-sino que también decisiones, tu padre
tomo una decisión y tu madre tomo otra. No sé si
tu padre lo eligió para bien o para mal pero si sé
que tu madre lo hizo pensando en ti.

-¿Cómo abandonarnos pudo ser una decisión


para bien tía?-dije-¿en que nos ayudaría mi padre
dejándonos?

-Él…

-¿Qué?

-Él tenía un problema-su voz era tan


cautelosa como caminar en un piso lleno de
vidrios rotos- un problema con las apuestas.

No hable, ahora debía escuchar…

-Cuando estuvo con tu madre dejo de


apostar pero… -paraba cada vez que sentía que
sus palabras me lastimarían-siempre sospeche que
se fue con otra mujer con dinero para seguir
apostando… o eso creía un “amigo” suyo.

-¿Qué mujer?

-Una joven rica que vivía a las afueras-¿la


familia Dolían? ¿Firstchet? ¿Clownter? ¿Paris?
Mentalice a las familias cerca de Timesong City
pero que no viven estrictamente en la ciudad
porque sus grandes residencias son de propiedad
privada y no se “mezclan”- o eso fue lo que se
pensó cuando la chica huyo de la casa de sus
padres, luego la familia entera se mudó a
Europa… para tu madre y para mí fue una clase
de confirmación...

Deje de pensar en responsables… ahora entendía


porque mamá no me hablo de él.

-No sé si debamos estar teniendo esta


platica Kari-se lamentó- no sé si sea la manera
adecuada también.

-Estoy bien.-dije conteniendo cualquier


lagrima bipolar que pudiera salir de mí, estaba
enojada, triste, me sentía abandonada pero feliz
de saber ya un poco de mi origen…

-¿Que más sabes sobre mi familia paterna?-


pregunte fingiendo normalidad-.

-Mmm creo que tu abuelo se llamaba igual


que tu padre…-su voz estaba un poco inquieta- la
señora Eleonor adopto una niña unos años más
grande que tu… ella técnicamente seria tu tía,
pero no recuerdo su nombre.

Lleve mi mano suelta a la cara y eche mi pelo


para atrás, para quitarlo de mi frente y tome un
profundo respiro; demasiado necesario.
-Gracias tía-dije simulando tranquilidad-.

-De nada-tomo un momento de silencio-


¿necesitas saber algo más?

-Bueno-recordé que también tenía familia


materna que sí estuvo conmigo-no creo poder ir a
ver a mi abuela… ¿sabes cuál fue el nombre de mi
abuelo? Mi madre no lo mencionaba mucho… no
recuerdo haberlo escuchado de niña.

-Tu abuelo…-pensó en voz alta…


ciertamente en mi familia la figura paterna era
algo desconocido-¡Nicolás Norton!-dijo
entusiasmada de recordar- Si no me equivoco…

Realidad desplomándose en mi planeta en 3, 2…


1; ¡Boom!

-¿Nicolás? –no pude evitar decir el nombre-


Nicolás… Nicolás Norton.

-¡Sí! ¿Por qué?-dijo extrañada-.

-¿Cómo lo sabes?-quise saber-.

-Tu abuela nos hablaba mucho de él…

-¿Lo conociste?-pregunte esperanzada de


estarme equivocando en lo que se me había
cruzado por la mente-.
-No-dijo decepcionada-el murió cuando tu
abuela estaba embarazada…

-¿Cómo murió?

-Es complicado Kari…

-¡Tía quiero saber!

-¡Es que es una locura!-me dijo negándose


rotunamente- No quiero hablar mal de tu abuela
Kari… es solo que ella fue un poco más creativa en
la explicación de por qué desapareció el padre
de tu mamá…

-¿A qué te refieres?-me dejo perdida


completamente-.

-Es sobre una vieja historia, de fantasmas.

-¿Qué?- solo “fantasmas” tenía significado


para mí-.

-Cuando tu madre y yo nos conocimos;


ambas teníamos una muy corta edad… éramos
vecinas-explico- mi madre rechazaba a tu abuela
pero le agradaba Lía... Cierta vez en los párvulos
nos hicieron hablar sobre nuestros padres… Yo
nunca le había preguntado a tu madre sobre su
papá así que me lleve una gran sorpresa cuando
Lía empezó a relatar esa vieja historia que tu
abuela invento…
-¿Qué historia?

-¿Enserio no la recuerdas?-pregunto
incrédula- Creí que tu abuela te la había contado
sobre cómo según ella había muerto su esposo…

Intente hacer memoria pero la información en mi


cabeza no entraba ni salía, las vías neuronales
habían quedado obstruidas gracias a la masiva
información que estaba recibiendo.

-¿Y qué sucedió con mamá?-quise saber-.

-Bueno empezando con que varios niños


quedaron traumados-dijo desalentada-y otros se
rieron de ella y la maestra le castigo por decir
mentiras… al principio tu madre realmente creía
en ese cuento pero cuando creció se enojó
mucho con tu abuela y se sintió mal por haberle
creído… así que se negó hablar de tu abuelo.

Quede sorprendida.

-¿Kari? ¿Sigues ahí?-pregunto después de


que no hice ruido alguno-.

-Si sigo aquí-respondí- Tía Sara ¿tú recuerdas


la historia?

-Mmm-intento hacer memoria- no en su


totalidad.
-¿Básicamente de que trataba?-tenía que
eliminar cualquier posibilidad que lo relacionara
con Nicolás. ¿Es que acaso existía la posibilidad de
que fuera cierto? ¿Era Nicolás mi abuelo?

-Bueno… creo que básicamente hablaba de


que habían entrado al bosque Mighty-así se
llamaba el bosque al cual estaba encarcelado
Nicolás- y una especie de “sombra” o algo así
había matado a tu abuelo.

-Entiendo-dije sumamente vacía sin emoción


alguna- tía Sara gracias por todo, pero me he
quedado sin batería…

Mentí.

-Está bien, si quieres hablar solo llámame -


pidió- siempre estoy disponible para ti. Saluda a
Emi por favor.

-Claro-respondí-Adiós.

Colgué y deje caer el teléfono. Pose mi rostro en el


cuaderno donde había anotado los nombres que
conocía ahora de mi familia, me permití ver el de
mi padre y abuela y note que aún no escribía el
de mi abuelo… de igual manera no necesitaba
escribirlo “Nicolás Norton” como podría olvidar o
confundirlo. Hablar con mi “tía” me había sacado
de muchas preguntas que había tenido desde
niña… ahora ¿Cómo elimino las otras?

Corrí hasta la alcoba de mi abuela, hasta ahora se


ha mantenido completamente cerrada desde que
ella se fue. Ella había dejado algunas cosas fotos y
documentos que no le servirían en asilo, según
como ella me había contado.

Al girar la llave en cerrojo de la puerta temblé.

Su cuarto era oscuro a comparación con los otros,


tenía un tapiz de estrellas, lunas y corazones… la
cama estaba extendida pero algo me decía que
tenía bastante polvo en sima, al costado había un
ropero. El ropero era grande, de madera, de un
color rojizo, de dos puertas y en una de ellas
miraba mi reflejo en el norme espejo que se
encontraba en la puerta derecha. Antes de
empezar a inspeccionar el ropero eche un rápido
vistazo a la habitación en general. Había una mini-
biblioteca en la esquina y un sillón individual
pegado a la pared en dirección a la cama, solo.

Abrí el ropero esperando hallar algo, pero solo


habían unos viejos vestidos colgados en cerchas,
unos botines negros y un sombrero negro…
vagamente recuerdo a mi abuela con un vestuario
similar en mis recuerdos de niña, de cuando
íbamos a colocarle flores a mi abuelo… intente
recordar más la imagen pero estaba muy borrosa.

Busque entre los cajones y por todas partes del


ropero y nada. Lo cerré desalentada y al salir iba
cuando mi vista se quedó perdida en la estantería
de libros de mi abuela. 1924.
Desdicha
Capitulo XIII

Lágrimas. Ya no quiero llorar. ¿Es que acaso


es normal que una persona pueda llorar
desoladamente por tanto tiempo? Ya era de
noche y seguía en el suelo con la espalda semi-
recostada a la mini-biblioteca. Página 42 foto de
la segunda columna y tercera fila nombre Ada
Evans y arriba de este nombre una fotografía de la
juvenil chica de esa época que en unas cuantas
décadas seria mi abuela, pagina 53 última fila en
la cuarta columna de las fotos de los estudiantes
de ese año; Nicolás Alexander Norton y arriba del
nombre; el retrato de Nicolás serio, gentil e
inolvidable; el bello rostro de alguien que no
envejeció con el tiempo aun dos generaciones
después de él; dolorosamente mi abuelo. Y para
ser precisos de que se conocían una foto en
blanco y negro de los dos jóvenes juntos, felices...

Es insólito pensar que me gusta mi abuelo…

Pero una posibilidad se abrió ante mis ojos. Quizás


la naturaleza que me atrae a Nicolás era
realmente lo que las personas le dicen “la sangre
llama”. Nicolás se sintió atraído hacia mi desde el
día que me vio; lastima, empatía, soledad… quizás
amor; el amor que siente un abuelo hacia su nieta
sin necesidad de que ninguno de los dos lo supiera
realmente.

También empezaba a entender mis sueños desde


que llegue… algo muy retorcido y maligno me
había mostrado la verdad todo este tiempo; cada
cosa encajaba, en mi recapitule los supuestos
sueños que había tenido ahora les daba un
significado realmente habían sido recuerdos
vividos de mi abuela y Nicolás. ¿Cómo había sido
eso posible? No lo sé. Y en este punto realmente
no estaba segura si me interesa saberlo.

El teléfono sonó, me desprendí de lo que sentía en


ese momento y me moví a contestar, cerré la
puerta del cuarto y lo deje casi intacto como
estaba a diferencia que había restado un anuario
y la foto que se encontraba dentro de este y
sumado a cambio lágrimas en el suelo.

-¿Hola?-

-Buenas noches, ¿Con la señorita Karina


Evans?

-Ella habla-dije secando cualquier rastro


húmedo de mi rostro-.
-Señorita Evans, le hablo del asilo de
ansíanos “eterna vida”-la preocupación me
invadió-la razón se debe a que su abuela se ha
puesto grave en la tarde… está estable ahora.

-¿Qué le ocurrió?

-Ha sufrido un desmayo muy extraño-quiso


explicar-nunca le había pasado y es por eso que
notificamos el incidente. ¿Quiere Ud. Venirla a ver
mañana?

-¿Puedo ir ahora?

-Debido a que es muy tarde, lamento decirle


que no. Además su abuela ya está descansando y
hay alguien a tanto de ella.

-Entonces mañana será-no lo pensé dos


veces-iré mañana, cualquier cosa manténgame
informada, por favor.

-Por su puesto.-concluyo-buena noche.

-Adiós-.

Y colgué.

-Ya llegue-grito Emi-¿estás en casa?

Oía su voz aproximándose, sabía que me vería


demacrada ¿Qué hago? ¿Puedo contarle todo a
mi amiga? Me sentía como si lo necesitase.
-¿Qué sucede?-pregunto cuando estuvo
frente mía-.

-Mi abuela se ha puesto mal-le explique-.

-¿Qué sucedió?-pregunto muy preocupada-.

-Se ha desmayado-le conté, lo que sabía-


mañana iré a verla al asilo.

-Lo siento Kari-dijo abrazándome-todo estará


bien, no te preocupes. Mañana iremos a primera
hora ¿de acuerdo?

-Si-.

-Creo que debes descansar-dijo retirando el


teléfono de mi manos-.

-Solo déjame hacer una llamada-pedí


extendiendo mi mano para que me lo devolviera-.

-¿A quién?-pregunto-.

-Necesito hacer una llamada…

-Está bien-dijo dejando el teléfono en mis


manos de nuevo-.

Emi se empezó a marchar para dejarme


privacidad.

-¿Hola?-respondió Lisa-.
-Lisa, soy Kari necesito hablar contigo es
urgente.

-¿Qué ocurre?

-Descubrí quien es Nicolás-afirme-.

-¡¿Qué?!

-No puedo hablar mucho-voltee a ver si Emi


estaba cerca-Emi está en la casa.

-¿Está bien que vaya a tu casa?

-¿Estas cerca? –pregunte para medir el


tiempo en que tardaría Emi en dormirse-.

-Sí.

La manera en que lo hizo me obligo a llenarme de


duda.

-¿Dónde?

-Por el bosque.

-Difícil de explicar.

-¿Nicolás está a tu lado?

Contuve el aire, no estaba lista para explicarle


porque la unión que sentíamos el uno por el otro,
difícilmente lo haría con Lisa.
-No.

Me relaje.

-Llevare una excusa para llegar-se le ocurrió-


llegare pronto.

-Ok.

Colgué. Emi se encontraba en la cocina.

-¿Qué haces?-pregunte al borde de la


puerta-.

-Un poco de café-ni siquiera me miro-


¿Quieres?

-Sí.

-¿Qué tal tu tarde?

-Hice un poco de tareas-comente-¿y la


tuya?

-Fue cansado-su voz lo comprobaba-¿Estás


bien?

-Sí.

-¿Te pasa algo?

-No.
-¿Por qué mientes Kari?-se dio la vuelta y me
miro-.

-No estoy mintiendo-me defendí-.

-Lo haces-señalo mi postura y el mechón de


mi mano-cada vez que mientes tomas ese
mechón.

Joder. Emi me conocía bien.

-¿Qué fue lo que paso?-pidió saber-.

-Hable con tía Sara-le dije lo que ocurría-


Hablamos sobre mi padre… y demás familia.

-¿Qué?-dijo preocupada-.

-Te manda saludos.

-Al fin preguntaste sobre el-dijo sorprendida-.

-Abandono a mi madre cuando estaba


embarazada…

-¿Quieres hablar de eso?-sugirió-.

-No Emi, no quiero hablar de eso-dije irritada-


no eres una psicóloga eres mi amiga, yo no soy tu
paciente.

Se mantuvo callada por un minuto y se volteo a


seguir haciendo café.
-Lo siento-me disculpe sin sentirlo-Es solo que
así me tratan desde que murió mi mamá.

-Nunca fue la intensión-concluyo- Creo que


me voy a dormir.

Y dio marcha a su cuarto con su café entre las


manos. Hasta que tocaron la puerta. Emi se paró
completamente y abrió.

-¿Lisa?-dijo sorprendida-.

-Hola, Emily-saludo-.

Emily no le iba a dejar pasar sin ninguna excusa,


así que me adelante para hacerle pasar.

-Hola Lisa-salude-¿Gustas pasar?

Emi solo se movió para que Lisa entrara, cerró la


puerta y bebió un poco de café.

-¿Qué haces tan tarde aquí?-pregunto Emi-.

-Se desinflo una llanta de mi moto-esa era la


escusa- y tuve que parar. Espero no
molestarlas.

-Para nada-seguí el juego-.

Emi no se movía, ni comento nada. Solo nos vio en


sospecha de nuestras intenciones, un segundo
después empezábamos a creer que nunca se iría
hasta que emprendió la marcha.

-Me voy a dormir-informo-Buenas noches.

-Buenas noches-respondimos-.

-Bien, dímelo todo-pidió Lisa-.

-Espera un momento-Emi no era tan rápida y


estaba sospechando- ahora vuelvo.

Lisa se quedó en el sillón. Subí por el anuario y la


foto, era hora de contarle a Lisa todo lo que había
sabido en las últimas horas. Emi me sorprendió, no
está espiando en lo absoluto. Su puerta estaba
cerrada y sus luces apagadas.

Al bajar no dije nada más que mostrarle el anuario.


Ella quedo sorprendida de verlo, lo tomo y empezó
a buscar a Nicolás. Me limite a que lo encontrara
solamente.

-Nicolás Alexander Norton-concluyo cuando


encontró su foto- ¿Cómo lo encontraste?

-Hay más-le tome el anuario y busque la foto


de mi abuela- Ella es mi abuela… estudio el mismo
año que Nicolás. Y más que eso, ellos se conocían.

-¿Cómo lo sabes?
Tome la foto escondida en la parte final de
anuario y se la mostré. Su sorpresa era tan grande
que no cabía en sus ojos.

-Y…-continúe-.

-¿Hay más?-me interrumpió-.

-Creo que Nicolás es mi abuelo-.

Se quedó muda. Sus ojos completamente en


blanco y muy abiertos.

-¿Qué? ¡Estás loca!-.

-Estuve investigando sobre mi familia-explique- yo


no conocía nada sobre mi abuelo así que le
pregunte a mi tía y me dio el nombre, luego fui a
buscar alguna prueba y encontré el anuario.

La acides estaba en cada palabra dicha, odiaba


la idea de pensar que fuera mi abuelo.

-Lo lamento mucho-dijo Lisa-.

-¿A qué te refieres?

-Sé que sientes algo por el-afirmo con


desagrado-y esto no debe ser fácil para ti. Solo
estoy imaginando como va a reaccionar Nicolás
cuando se entere…
-Me gustaría que no se enterase-pedí-
Digámosle que encontré el anuario y ahí
descubrimos su verdadero nombre pero aun no le
mencionemos que puede ser pariente mío.

-¿Es que dudas?-pregunto-si es así ¿porque


no vamos con tu abuela y ella nos lo confirme?

-Ya lo había pensado-conteste a secas-pero


hoy se puso mal y no sé qué tenga… ¿Cómo le
preguntaría de cualquier forma? Tengo que
esperar a que se recupere para siquiera
mencionarle a Nicolás.

-¿Y qué le diremos a Nicolás?

-Que contrataremos a un investigador u otra


escusa-la mire fijamente a los ojos-pero aun no le
puedo decir…

-Entonces hagámoslo-propuso-Contratare a
un investigador, con su nombre podría investigar
algo de él.

-De acuerdo-

-Bueno es hora de irme-dijo mirando el reloj y


volviendo a revisar la foto-Tú decides el momento
en que lo haremos…

-Sera mañana en la tarde-finalice-después


que regrese de ver a mi abuela.
-Está bien.

Y así quedamos. Lisa estaba sorprendida de la


revelación de esa noche y más aun de mi manera
inflexible y segura de hablar… tal vez “segura” no
era un adjetivo adecuado, pero me limite a no
pensar más.

La noche era tan fría y fue fácil dejar caer mi


cabeza en la almohada…

-¿Abuela?-pregunte-¿Por qué venimos aquí?

Era yo de niña con unas flores blancas en mano…

-Venimos por un amigo.

-¿Cómo se llama tu amigo?

-Nicolás.

-No lo veo-dije intentando ver a las


profundidades del bosque sin ningún logro…-.

-Ni yo tampoco desde hace mucho tiempo-


admitió con tristeza- ¿escuchas eso Kari?

-No-dije intentando percibir cualquier sonido


que apareciera-.

-¡Es el! –dijo entusiasmada-.

-¡No lo escucho abuela!-cruce los brazos-.


Ella empezó a ladearse en el viento, bailaba con
el alma de una bailarina certeramente y hábil
pero muy lentamente, casi era como un vals…
¿bailaba sin música? No, puse más atención en el
sonido del viento, las aves y cualquier otro sonido
que provenía del bosque… era como una
melodía, la combinación del sonido y su distorsión
que le provoca la mezcla del todo hacían una
sinfonía.

-¿Qué es ese sonido?-dije al entender lo que


escuchaba-.

-Una psicofonía-su cuerpo se detuvo al


hablar- es Nicolás.

La alegría se resaltaba en su rostro al pronunciar su


nombre. Volví a ver a las entrañas del bosque y el
sonido paro, la luz se volvió una profunda
oscuridad y desperté.
La cita
Capitulo XIV

Ya había pasado más de un mes desde que


descubrimos el nombre completo de Nicolás y un
poco de su misterioso pasado aun oculto para él,
Lisa había mantenido su palabra y ninguna de las
dos menciono a mi abuela y además si contrato al
investigador privado, quien no había avanzado
nada... Mi abuela estuvo mal unos días y poco a
poco se ponía mejor pero la enfermera Wendy
(enfermera del asilo) pidió que hasta que estuviera al
cien por ciento no recibiera ni malas noticias o algo
que la perturbara, ahora la visitaba casi todos los
sábados al salir del trabajo; trabajo que no me
encantaba pero sin duda no podía quejarme o mi
jefe Steven se enojaría. Había conseguido un trabajo
de medio tiempo en un local de comida mexicana
en el centro comercial, ¿la especialidad del día?
Tacos picantes; era la especialidad del día y la
especialidad de toda la semana.

Ahora Lisa y Nicolás se habían unido a mi


grupo de amigos, había sido difícil y raro al principio,
pero poco a poco se nos hizo habitual hacer cosas
todos juntos, Nicolás se acoplo rápido siempre
manteniendo el contacto físico con cualquiera al
margen.

Sin querer me había acercado a Nicolás cada vez


más, el me acompañaba casi todos los turnos; toda
la tarde hasta que tenía que irse al bosque o mejor
llamado cárcel. Me preocupaba lo que sucedía de
noche ahí, Nicolás se encontraba cada día más
tenso y no solo él, sino que Lisa se encontraba más
estresada por alguna razón. Al finalizar mi turno,
León venia siempre por mi

Era miércoles nos tocaba examen en física estaba


tranquila; Nicolás y yo habíamos estudiado en mis
tiempos libres en la tarde, estuvimos resolviendo
ejercicios y técnicamente habíamos resuelto la
mayoría... Al entrar vi a Nicolás en su asiento y
Micaela le hablaba; ella seguía intentando algo con
Nicolás cada vez que tenía oportunidad pero
Nicolás siempre la trataba fría y cortésmente para
mantenerla alejada lo más posible…

-Hola-salude al estar en mi asiento-.

-Hola-respondió Nicolás y Micaela se limitó a


ignorarme-.

Nicolás le estaba enseñando un rápido repaso a


Micaela. Abrí mi cuaderno para asegurarme que si
estudie y recordé que no habíamos podido hacer un
ejercicio. Al buscar el ejercicio irresuelto me sorprendí
al verlo hecho. En la esquina superior se encontraba
una pregunta ¿Quieres salir conmigo? Sorprendida
voltee a Nicolás, el me miro raro y se acercó a ver en
mi cuaderno.

-Veo que resolviste el problema-dijo


indiferente-y alguien te ha invitado a salir.

¿Qué? ¡No había sido el! Vi los números y los


compare con los otros ejercicios de al lado que
hicimos juntos él y yo; tenía razón, no había sido él.
Ayer Nicolás se sentó en la esquina con el cuaderno,
al irse lo dejo en esta parte porque no pudimos
hacerlo y él iba deprisa… el único que estuvo ahí
después de Nicolás fue León.

León había resuelto el problema y ¿Me había


invitado a salir? Estaba realmente confundida ahora.
Si había sido León ¿Qué le diría ahora? ¿Sí? ¿No?
¿Pregúntame en otro momento? Era uno de mis
mejores amigos… no estaba segura de poder
rechazarlo… aunque en algún tiempo debí admitir
para mí; me sentía muy atraída a él ¿sentía lo mismo
ahora? No me dio tiempo de pensarlo claramente,
el señor Simmons entro con los exámenes en mano,
creo el orden en el salón y empezó a repartirlos.

-¿El señor Brown-se refirió al apellido falso de


Nicolás- compartió con Ud. la respuesta del ejercicio
9?
-Ella lo resolvió sola, señor.-respondió Nicolás-.

-Entiendo-dijo entusiasmado-cualquier duda


que tenga puede volverme a buscar señor Brown.

Nicolás había ido a consultar el ejercicio.

Saque todo de mi mente, me concentre en lo que


tenía enfrente; 10 ejercicios que hacer en media
hora. Empecé a resolver uno a uno, revisándolo dos
veces para asegurarme; estudiar con Nicolás me
había servido completamente. De reojo vi a Nicolás,
se encontraba igual que yo no parecía costarle… fui
la tercera en terminar; al darle mi examen al señor
Simmons, él lo vio superficialmente.

-Bien hecho-me animo-.

Salí triunfal, con mi libro en mano y emocionada.

-Hola Kari-saludo León-¿Cómo te fue?

¡Esto no debería estar pasando! Me queje


mentalmente; ahora era un piensa rápido. León se
miraba nervioso aunque intentaba no moverse lo
hacía. Tenía sus manos ocultas en la espalda, hoy
llevaba una bonita chaqueta de cuero, me
recordaba la primera vez que lo vi al regresar a
Timesong City; cuando conducía en su moto. A
diferencia que su pelo en esta ocasión estaba muy
arreglado.
-León, hola-respondí-me fue muy bien…

-Me alegro-respondió asentando la cabeza


con ganas de decir algo-¿lograste ver el ejercicio
resuelto?

¡Había sido el! Lo sabía… podía intentar correr ahora


pero él era un jugador de futbol me alcanzaría en un
abrir y cerrar de ojos.

-Sí, gracias-controle el pánico-.

La puerta unos centímetros tras mía se abrió.

-Sabes me preguntaba si-dijo nervioso


mostrando lo que ocultaba-¿te gustaría salir
conmigo?

-¿Qué?-dije sorprendida de que pasara-.

-¿Quieres salir conmigo?

Nicolás dio paso a otro lado rápidamente, él había


sido el que había salido…

-León somos amigos desde hace mucho


tiempo y…

-Me dirás que no-interrumpió, cambio su vista


para el suelo-

-Si León-me miro triste-quiero salir contigo.


Su mirada cambio rotundamente, me sonrió aun
nervioso pero en proceso de relajarse. Tome la rosa
bicolor que tenía oculta en su manos y la observe
completamente; era blanca por fuera y un rojo
intenso por dentro y más en su centro.

-Nunca había visto una rosa así-le dije-.

-Es muy rara-dijo en risa-igual que tú.

-¿Acaso me acabas de llamar rara?-me queje-


.

-Lo raro es bueno.

Lo mire escépticamente y se acercó.

-Nada es raro sino que todo es hermosamente


desconocido.

Sonreí a su filosofía.

-¿Soy hermosamente desconocida?-dije


retándolo a decirme rara otra vez-.

-No tu-concluyo-sino todo lo que te conforma


para que seas así… podría verte toda una vida y
siempre encontrar un misterio oculto en tus ojos.

Me sonroje y deje de verlo.

-Y es simplemente fascinante-concluyo-.
-Vámonos León -pidió un chico al final del
pasillo-.

Solo lo vio y regreso su atención a mí.

-¿Te veo después del trabajo?-pregunto-.

-Si-dije aun sonrojada-.

Empecé a caminar en la dirección opuesta a la de


él, rumbo a mi casillero; vi un chico de pie delante
de él… Nicolás.

-¿Qué haces en mi casillero?-quise saber-.

-Esperándote-dijo irritado-.

-¿Sucede algo?-intuí-.

-Nada.

-¿Qué tienes?

-¿Saldrás con León?

-¿A qué viene tu pregunta?

-Creo que no deberías salir con el…

-¿Por qué?

Sus ojos se fijaron en mí.

-Me estas asustando-dije aterrada-¿Por qué?


-Bueno… te lo diré-dijo desconsolado-no tengo
ninguna razón por la cual no debas salir con él.

-¿Entonces?

-Te podría inventar cualquier excusa-apretó los


labios frustrado-arruinar su imagen, corromper todo
aquello que crees bueno de él, hacer de él el villano
más retorcido y siniestro de la historia… y no solo de
él, sino de cada hombre con el que te tropieces
pero la verdad es que no puedo. No tengo ninguna
razón en mente para darte que te parezcan
aparentemente aceptable pero tengo en mi
corazón un sin fin de emociones que me dicen que
no podría verte con cualquiera…

-No entiendo a qué viene todo esto-me


moleste, abrí el casillero y deje el libro y la flor ahí, de
un golpe lo volví a cerrar y me voltee a verlo de
nuevo-No tienes ningún derecho sobre mí. Y
conozco a León desde hace mucho, jamás creería
cualquier cosa negativa que me digieran de él.

-¿Tanto lo quieres?-me cuestiono-.

-Tanto lo conozco-respondí-¿Qué pasa


contigo?

¿Era su lado paternal (aunque fuera mi abuelo), el


que hacía que me hablara así?

-Pasa- me arrincono-que estoy celoso.


Celoso. ¿Cuántas veces los celos habían pulsado en
mí? ¿Cuántas veces había visto a Nicolás con Emi o
Lisa o Micaela o Nora o Lucy o Hannah o cualquier
otra y sentido algo similar?…

-Sé que no tengo derecho-resoplo-que solo


soy un alma vacía que se infiltro entre la vida y la
muerte. Muerto pero vivo. Viviendo estando muerto.
Causando una catástrofe en mis emociones…
enamorándome de ti. ¡Semejante estupidez la mía!
Pensar que nuestro imposible se haría posible con
solo desearlo…

Sus ojos penetraron los míos, su mano alcanzo un


mechón en mi cabello. Titubeo mi mirada y él lo
noto.

-Pero está bien sé que no soy más que un


fantasma que no ha hallado su lugar y aunque creí
haberlo encontrado en ti-suspiro-ya entendí que no
es así.

-Nicolás-dije cuando empezó a marcharse-


¡Nicolás!

Pero hizo caso omiso a mis palabras y siguió


caminando, me mantuve firme al piso; por más que
quiera correr a él no podía, era aceptable que el
pensara de esa manera… no yo. Yo sabía la verdad,
el no.
Me permití descansar en el tiempo que aun tenia
libre en un escritorio de la biblioteca y con mis ojos
cerrados vagabundee en mi imaginación, un
montón de caminos por los que divagaba
libremente era la idea central de mi creatividad,
una utopía para mí, quise hallarme sola alejándome
de lo que me hacía sentir; para bien o para mal, solo
quería dejar de sentir, alejarme de la realidad... pero
aun así, mi mente me traiciono, al final del camino
observe una silueta ya conocida… pare en mi
mente. No era el lugar indicado para desviarme de
la razón.

-¿Te pasa algo?-pregunto Emi-.

Ya había pasado tiempo desde que Emi me hizo esa


pregunta, mi agresividad de la vez pasada le había
molestado mucho y se había limitado a dejar que
me desatara emocionalmente cuando quisiera, ella
había dejado de ser mi confidente desde hace
bastante tiempo…

-Si-suspire al verla- León me invito a salir…

Emi no fue rápida en ocultar una desilusión. Por


primera vez me di cuenta de que no había sido tan
observadora; Emi se interesaba en León. Eso me hizo
un nudo en la garganta… no debí decirle eso a mi
amiga casi hermana.
-No sabía que te gustaba-afirme-creí que
Nicolás te gustaba…

-No me gusta León, me desilusiona que eso te


decepcione-respondió, pero no sabía si lo decía en
serio o no-¿Cuál es el problema?

-Emi, nunca te lo he dicho pero…

¿Podía confiar en mi amiga?

-Te gusta Nicolás.

-¿Cómo lo sabes?

-Es semi-obvio, -se burló-y también le gustas…

Me sorprendió.

-Y ahora estas confundida, porque siempre has


querido a León ¿cierto?-confirme su hipótesis-bueno
creo que deberías salir con León, experimentar tus
emociones.

-¿Experimentar mis emociones?

-¡¿Cómo sabrás lo que sientes si solo lo


sientes?! ¡Debes distinguir tus sentimientos!

Quede perdida.

-No estoy diciendo que juegues con ellos-


aclaro-estoy diciendo que evalúes por quien estas
enamorada y por quién no. Dos personas te pueden
gustar pero solo uno te puede enamorar.

-¿Y si me enamoro de alguien que no puedo


tener? ¿Qué sucede si me enamoro y pierdo?

-Las personas son aire. No se tienen aun


teniéndolos al alcance, a tu alrededor hay aire pero
¿realmente todo ese aire es tuyo? Si lo respiras sí,
pero si contienes la respiración no. Somos seres
propensos a tener y perder aire. No te preocupes
nunca te faltara aire.

Comprendí lo que decía…

-Gracias Emi.

-Nada de gracias-reprendió sin motivo-saldrás


con León y te divertirás ¿entiendes?

-Entiendo.

****

Ya al final de mi turno, sabía que León vendría por mí


como siempre. Estuve ansiosa y tentada a
arreglarme un poco pero eso solo me pondría más
nervioso.

-¿Lista?-pregunto al llegar puntualmente a mi


hora de salida-.

-Lista-respondí-.
Ofreció su brazo para que entrelazara el mío y
caminamos al estacionamiento.

-¿Tu motocicleta?-pregunte sorprendida-.

-A Emily no le gusta la motocicleta-explico-


pero me dijo que a ti si… así que decidí traerla.

-De acuerdo-dije animada-¿A dónde iremos?

-¿Qué te parece la feria del muelle?-ofreció-.

-Perfecto.

Luces de colores, niños corriendo seguidos de sus


padres, vendedores y demás se encontraban en la
feria, muchos juegos mecánicos y un ambiente muy
agradable y activo.

-¿Siempre se mantiene así?-quise saber-.

-No, lo que sucede es que ya pronto caerán


las vacaciones de verano, entonces se hace una
cuenta regresiva en la feria para que los estudiantes
celebren.

-¿Enserio? ¡Increíble!

-La primera noche de vacaciones esto estará


muy lleno-explico-normalmente todos los estudiantes
del instituto vienen a celebrar y convivir aquí o a la
playa.
Llegamos al centro de la feria y me tomo de la
mano.

-¿Y bien? ¿A qué nos subiremos primero?

Ladee mi cabeza buscando una atracción y


empezamos nuestra travesía, juego tras juego. Con
León no tenía que fingir felicidad; era feliz. Nada se
atravesaba en mi cabeza más que vivir lo que
estaba viviendo, los bajones y subidas de la
montaña rusa, los giros de la rueda de la fortuna, los
golpes de los carritos chocones y demás sensaciones
de los otros juegos de habilidad y entretenimiento
mecánico. Paramos para descansar un poco,
compramos churros y nos sentamos en una banca
en la orilla del muelle levemente alejado del ruido y
de las personas.

-Sabes, ¿Nunca me dijiste porque estabas


peleando el día que te vi por primera vez, es decir,
cuando regrese?

Se rio.

-¿Qué es tan gracioso?

-¿Por qué quieres saber?

-Me dio curiosidad-admití-nunca creí


encontrarte así.
-Bueno veras… uno de los chicos de esa noche
quería con Nora-explico-Nora lo había rechazado
pero el insistía una y otra vez, como su hermano
tenía que darle un alto al chico.

-Nunca me lo imagine-admití con sorpresa-


León no has cambiado nada.

Observe feliz.

-Pero tú si-respondió- desde que llegaste aquí,


te noto distinta. ¿Fue por tu mamá?

-Sí.

-¿Cómo paso?

-En un accidente de auto-respondí mirando en


otra dirección -.

-Lo lamento.

-Gracias-quería cambiar el tema pero no sabía


cómo-este es un lugar muy tranquilo.

Comente al ver a mí alrededor. Me acerque al


borde del muelle y observe al cielo recordando otra
noche que fuera igual de tranquila a esta. No la
halle. O por lo menos últimamente eran aburridas
pero no tranquilas, me había divertido mucho con
León; pero ninguna duda se había disipado. León se
acercó a mí, tomo mis hombros con sus manos y
luego rápidamente me abrazo. No dijo nada, no hizo
nada. Solo me dio lo que necesitaba; alguien en
quien desahogarme.

El momento paso… me aleje un poco pero seguía


unida a él, sus brazos aún estaban en mí y lo mire
directamente a los ojos. Me miró fijamente de igual
manera y se aproximó despacio como si pidiera
permiso para entrar en mi alma. Me aterre. Pero sus
labios encontraron los míos, mi corazón pálpito en
taquicardia, sus labios encontraron espacio en mí,
como él había encontrado un espacio en mi
corazón desde hace ya bastante tiempo.

Al apartarse nuevamente no pude verle


directamente otra vez, me escondí en su pecho y el
suspiro.

-Lo siento-se disculpó-no debí pasarme.

-No es eso-asegure-.

-Es por Nicolás.

Él lo sabía.

-¿Cómo lo sabes?

-Digamos que soy buen observador.

-Es solo que no sé qué es lo que siento-


explique- Estoy confundida.
-Está bien-me aparto e hizo que lo mirara
levantando mi barbilla en su dirección- no me
importa. Entenderé lo que me digas. Te esperare lo
que necesites hasta que dejes de estar confundida.
Y cuando ese momento llegue y si te decides por mí;
me harás muy feliz… pero si tu decisión no soy yo; lo
entenderé y seré feliz si eso te hace feliz.

Acepte lo que me dijo y le abrace nuevamente.

-Sabes…-me dijo luego de un momento-Emi


me matara si no te llevo antes de las once.

Busque mi celular y vi la hora, luego se la mostré a él.

-11:00-dijo-soy hombre muerto.

Me reí.

-Será mejor que te lleve si quiero sobrevivir.

-Si-me divertí de la hora límite que se había


impuesto por Emi, normalmente es algo que yo haría-
.

Al llegar a la casa, había una luz en la sala


probablemente la televisión, y de ahí todo estaba
oscuro.

-Gracias por todo León-le dije entregándole el


casco-.
-De nada, Kari-lo recibió-¿Tal vez lo podamos
volver hacer?

-Sí, claro.

Le bese la mejía en despido y me apresure a entrar a


la casa, la moto se arrancó solo un instante después
y él se fue.
El Cementerio
Capitulo XV

Tal como pensé, la televisión estaba


encendida. Emi y Nora estaban en el sofá
completamente dormidas. Había frio y ellas estaban
destapadas, así que subí por unas chamarras, cogí
las más gruesas y bajando las escaleras estaba
cuando note que la atmosfera de la sala era
diferente… el frio no era congelante sino tétrico, un
escalofrío recorrió mi espalda por completa, abrace
las chamarras como si pudieran ser un escudo. A la
luz de la televisión note que una especie de humo
negro empezaba a filtrarse por debajo de la puerta,
ahogue un grito en la garganta y solté las chamarras
en las escaleras y baje a buscar cualquier cosa que
me diera un hilo de esperanza; encontré una
escoba. Al momento de tener la escoba en mis
manos la especie de humo parecía formarse en un
punto frente de la puerta, ya había visto esta
especie de humo… el fantasma del bosque. Sus
brazos empezaron a formarse o tomar forma por lo
menos y batí la escoba como si esto le fuera a hacer
algún daño pero en lugar de eso una de las manos
de la sombra solo lo sostuvo y agarro con fuerza;
intente con toda mi fuerza que lo soltara más fue
inútil. Esto era tan parecido a una pesadilla pero era
peor a eso. Era la realidad.

-¡Para!-me ordeno-.

Lo hice en el momento que solté la escoba y caí al


suelo. Termino de formarse y la tiniebla oscura que
parecía humo se disipo.

-¡Nicolás!-dije en un alivio de terror-.

-¿Qué intentabas hacer?-dijo confundido con


la escoba en su mano-.

-Tu… ¿Qué haces aquí es de noche? ¿Por qué


no te formaste más rápido? ¡Me has asustado! ¡¿Por
qué me asustas?!-grite en susurros recordando que
Emi y Nora estaban al lado nuestro-.

-No me forme rápido porque no puedo-susurro


de la misma forma-me has visto desaparecer nunca
aparecer. No quería asustarte y estoy aquí porque
hay problemas.

Se quedó viéndome y algo lo molesto.

-¿Hasta ahorita has llegado?-Dijo al ver que


estaba completamente vestida y arreglada- ¡Sabes
qué horas son! No son horas para que andes en la
calle.

-No eres mi papá -le dije al sacarle la lengua-.


-Y tú no eres una niña malcriada-me señalo de
forma de regaño- te he dicho que hay problemas.

-¿Problemas?

-El hecho de que este aquí es prueba de ello.

-¿Qué sucede?

-Black está haciendo un alboroto-explico


soltando la escoba-está buscando víctimas, yo lo
estoy frenando pero es demasiado fuerte, temo que
este fuera de mi alcance.

Me asuste de sus declaraciones.

-¿Entonces qué haces aquí?

-Clementain me lo pidió.

-¿Qué?

-Clementain también es un guardián del


bosque.

-¿Cómo es eso posible?

-Es un espíritu de una víctima de Black... Es una


larga historia…

-Acórtala-pedí-.

-Hace unos años Black se alboroto de igual


manera. Su frenesí fue imparable-recordó-yo estaba
haciendo lo mismo que estoy haciendo ahora,
frenándolo. Pero de igual manera no era tan fuerte
ni rápido en la noche como lo es el. Cuando estaba
extrayéndole el alma a su víctima no lo hacía en el
bosque sino que a unas casa de aquí, corrí y lo jale a
mí; eso interrumpió su extracción y el alma quedo en
el aire, Black me empujo e intento tomarla de nuevo
pero en ese momento Clementain estaba muy
cerca cuando todo sucedía y el alma de la víctima
decidió meterse en el cuerpo del gato, Black lo dejo
pasar y lucho contra mi e iba perdiendo justo
cuando salió el sol y fuimos succionados por el
bosque otra vez. Luego Helen secuestro a
Clementain y le ofreció la vacante de guardián de
día.

-Tienes razón… es una larga historia, necesitare


que me la cuentes más tranquilo después-pedí-
¿Dónde está Clementain ahora?

-Muy cerca de aquí-me alejo de la sala-sé que


es mucha información para asimilar pero por favor
ven conmigo, necesito llevarte a un lugar seguro.

-¿Qué hay de Emi y Nora?

-Clementain vendrá a cuidarlas-me calmo-


pero necesitamos que estés en otro lugar ahora
mismo.
-¿Entonces porque no me puedo quedarme
aquí?

-Necesito que vengas conmigo.

Volví a tomar las chamarras y tape con mucha


cautela a Emi y a Nora, no quería despertarlas. Al
salir de la casa vi a Nicolás montado en la
motocicleta.

-Por obvias razones, comprenderás que no


llevo un casco conmigo-Explico-.

-No importa-me subí y me di cuenta de lo que


tenía que hacer, agarrarme de el- entonces ¿tengo
que sujetarme de ti?

-Si-dijo sin volverme a ver-hay algo que no te


he dicho… esta noche, yo también absorbí energía.

-¡Mataste a personas inocentes!

-Solo la suficiente energía sin llegar a tanto-


corrigió-estarán exhaustos en la mañana, nada
grave… ¡para enfrentarme a Black lo necesitaba! Así
que puedes sujetarte de mí sin ningún peligro. ¿De
acuerdo?

No respondí, de mí se escapó un suspiro y lo abrace


de la cintura para que diera marcha, ya en el
camino note que no tenía encendida las luces.
-¿Por qué no enciendes las luces?

-No quiero llamar la atención.

-¿Y si chocas con alguien por la imprudencia


de no encender las luces?

-Es demasiado noche… no hay personas


despiertas… Creo.

Deje de preocuparme por un momento y me di


cuenta de lo que estaba haciendo… abrazando a
Nicolás. Nunca lo había hecho. Nunca había sentido
su cuerpo de esta manera… solo aquella vez que
choque con él en la puerta cuando entraba a física
y la otra vez en el bosque donde tome sus manos y
me confeso que era un fantasma. Era como abrazar
un árbol o algo así, alrededor de él siempre
encontraba una temperatura fría. Sin importar las
razones que hicieron este suceso posible me permití
abrazarlo, algo en mi me decía que las cosas no
iban a durar y mi mente me obligo a no
acostumbrarme a algo que tal vez solo viviría una
vez. Las sensaciones de la experiencia son únicas e
irrepetibles…

-¿El cementerio?-pregunte cuando llegamos-.

Una puerta de rejas se abrió, parado a la esquina de


esta se encontraba un hombre vestido tal como se
vería un guardián del cementerio. Sus labios torcidos
en disgusto y sus ojos petrificantes nos observaron
pasar. Nicolás no hizo comentario alguno solo siguió
su marcha con la moto, pero aquel hombre murmuro
malhumorado; algo que no escuche con claridad…
unos metros después Nicolás freno y baje enseguida.

-Es por aquí vamos-pidió bajándose de la


misma manera-.

Pasamos varios caminos rodeados de tumbas, a


nuestro alrededor las cosas estaban en silencio y
calmadas… al pasar por un árbol me tropecé con
una rama y Nicolás extendió sus brazos para
sujetarme.

-Silencio-me ordeno-si haces ruido se podrían


despertar… algunos residentes.

-Lo siento-me queje-.

Al doblar a la esquina de la recta que seguimos vi al


fondo una de esas construcciones grandes en forma
de casa que hacen para enterrar juntos a varios
miembros de una familia, la construcción era divina;
propia de un estilo gótico… Nicolás cada vez se
acercaba más a ese lugar y yo me empezaba a
ponerme nerviosa de lo que encontraría dentro de
esa casita… ¿sería Nicolás capaz de dejarme
encerrada en una tumba por mi protección? Toco
la puerta negra, no hubo respuestas… volvió a tocar.
-¿Quién es?-pregunto una voz femenina-.

-Sabes quién es-chispeo Nicolás-abre Ester, no


tengo mucho tiempo.

La puerta se abrió enseguida y una señora de


hermosa cabellera blanca, alta, vestida con un
largo vestido negro pero elegante abrió, era algo
mayor en apariencia pero en su rostro no se
mostraba vejez alguna. Ladeo su extenso y espeso
cabello y se cruzó de brazos.

-¿Cuéntame querido?-sonó su voz suave y


femenina-.

-Necesito que me hagas un favor.

Los ojos color miel de la señora se posaron de Nicolás


a mí que me encontraba escondida detrás de su
espalda.

-¿Está viva?-se sorprendió- Hola cariño, ¿Qué


necesitan?

-Que la cuides, volveré por ella al amanecer.

-De acuerdo-no dijo nada más y se hizo a un


lado para que pasara a la pequeña casita-.

Nicolás me animo a pasar.

-Volveré pronto.
Se esfumo en mis ojos pero seguí su trayectoria de
regreso…

-Entra, no te comeré-se rio Ester-Por lo menos


ya no ahora, deje el canibalismo hace un tiempo.

En su rostro se marcó una sonrisa de cortesía. Su


manera de hacerme sentir cómoda era…. No tenía
definición para ese comentario. La casita no era más
grande por dentro, tenía unos cuadros exóticos y
extraños, muy oscurantista… habían dos sillas al
fondo de una esquina con una mesita en medio y
una tetera en ella, dos tazas hacían juego con esta.
En la otra esquina había un pequeño mueble con
libros… en el techo una tenue luz, lo suficientemente
brillante para alumbrar adentro pero opaca para
que no saliera de este pequeño cuarto. En las
paredes un papel tapiz con calaveras y cruces, esto
era raro. Y uno que otro mueble en lo que quedaba
de espacio pero no en el centro para tener
movimiento en la “habitación”.

-¿Aquí vives?

-¡oh no!-se rio de la idea-que locura, este es mi lugar


privado para leer… y recibir visitas. Me encargo de
que el cementerio este tranquilo al mismo tiempo.

-Es que harán mucho alboroto-propuse-.

-En realidad no-dijo luego de pensarlo-siéntate.


Me mostro una de las sillas que estaban a la par de
la mesita.

-¿Te?

-No gracias-le sonreí con esperanza de no


enojarla-.

-Así que tú eres ella-me observo como si fuera


algo que examinar-.

-¿Perdón?

-Nicolás me hablo de ti.

-¿Enserio?... ¿Él viene mucho aquí?

-Antes lo hacía-reconoció-cuando no iba al


instituto.

-¿y Lisa también viene aquí?

-No realmente… solo Nicolás.

La puerta volvió a ser tocada.

-¡Nicolás!-dije en voz alta-.

-No-dijo Ester viendo a la puerta con


desagrado-dos molestias… ¡Adelante!

Dos fantasmas entraron atravesando la puerta, no


eran como Nicolás, sus figuras eran casi perceptibles
y no se escuchaba sus pasos solo sus risas juguetonas
en lugar… en realidad los dos chicos eran muertos,
su presencia era distinta a la de Nicolás o a la del
pelirrojo. Su palidez y sus ojos abiertos
completamente sin necesidad de parpadear;
miraban a Ester con entusiasmo. Parecían no notar
mi presencia en lo absoluto o simplemente no les
importaba.

-¿Qué quieren?-pregunto Ester en un tono


irritada-.

-El guardián del cementerio vio entrar a


Nicolás con una viva-dijo en pleno éxtasis de
curiosidad el más bajito-

-¿Nicolás está aquí?-pregunto el chico alto


con lentes y por primera vez volteo a verme -.

-No, no está aquí-dijo Ester y se levantó a


buscar algo-.

-Es ella-pregunto curioso el de lentes y el otro


me volteo a ver de igual manera-.

-Si es ella-dijo Ester dándonos la espalda-pero


no puede verte así que no molestes.

-¿Si no puede verme…-quiso saber el bajito-Por


qué no deja de hacerlo?

Ester se dio la vuelta cambie la vista a ella ya que


había sido muy ruidosa.
-¿Puedes verlos?

-¿No debería?-me asuste-.

-Solo en caso de que fueras una médium-


razono-Nicolás lo sabía y por eso te trajo. ¿Las demás
también lo sabrán?

-¿A qué te refieres?

-Pon atención-me exigió-¿Cuéntame has visto


otro fantasma antes? Claro está que no incluimos a
Nicolás, ni a Black y mucho menos a estos dos.

-Bueno una vez a un pelirrojo.

-¿Cómo sabias que era un fantasma?-exigió


saber-.

-Me dio las gracias por “liberarlo”.

-¿Nicolás sabe esto?-me pregunto-¿le


contaste a él o a Lisa sobre esto?

-No-dude en responder-pero en esa ocasión


Clementain estaba ahí y Nicolás me conto que el
gato….

-Entonces Clementain le conto a Nicolás-


concluyo-entiendo.

Se sentó como si hubiera descubierto la respuesta de


un acertijo difícil…
-Es sorprendente-concluyo en un tono
agotado-siete médiums se han reunido… esto podría
marcar el fin de Black. Las cartas han acertado otra
vez.

-¡Vaya un médium!-dijo en sorpresa y


entusiasmo el bajito- es un gusto conocerte.

Asenté la cabeza y no quería ser descortés pero


necesitaba que me explicara exactamente a qué se
refería Ester.

-¿A qué te refieres con las cartas, Ester?

-En este cementerio, hay todo tipo de


personas-conto-una gran diversidad de vidas con
distintas historias… en una de las reuniones que
tuvimos las 6 del consejo apareció un fantasma muy
peculiar. Normalmente los fantasmas vienen a
nosotras porque podemos verlos pero este venía con
una tarea. Era una bruja, ella había habitado el
bosque y por lo tanto su espíritu descansaba en él,
dijo que las cartas habían hecho que viniera a
nosotras porque necesitaban ser leídas. Al leerlas nos
explicó que siete médiums se reunirían; y que la
séptima en unirse encerraría el alma de Black para
siempre y así las almas que este tomo y están en su
poder se liberarían para que fueran al descanso
eterno.
Me quede boquiabierta. Era muy confuso y
enredado.

-¿Crees que soy la séptima?

-Dime tu si conoces a otra médium que no


conozca yo-replico-esto es demasiado complicado.
Necesitamos una reunión de emergencia… con
todo el caos de Black. Sentirá tu presencia y buscara
matar a una médium para no ser sellado…

-Pero Nicolás está controlando a Black.

-Si-afirmo-pero Nicolás no podrá controlar a las


almas que obedecen a Black. Las almas que el hurto
fueron convertidos en sus esclavos.

-¿Creí que solo tomaba su energía?

-Así es cuando solo le interesa su energía-el


silencio macabro se marcó entre nosotras-hay
ocasiones donde extrae el alma y las vuelve en sus
títeres.

-¡¿Entonces no hay manera de pararlo?!-dije


aterrada-.

-Necesitara mucha más energía si piensa


sacarlos-reflexiono-no te preocupes, entre menos
victimas hayan menos oportunidades tendrá. Y en
eso está trabajando Nicolás.
Ester se levantó de su asiento y tomo un abrigo.

-Tengo que salir-me dijo-ustedes dos ¡cuiden


de ella! No la pierdan de vista, o Nicolás hará que lo
paguen.

Los fantasmas mostraron un rostro asustado de las


palabras de Ester y dejaron su tensión de lado
cuando Ester se fue.

-Porque todas las médium son tan terroríficas-


pregunto el alto-.

-Segura que eres una médium-dijo el bajito-no


das tanto miedo como Lisa o Ester.

-Ester dijo que Lisa no venía aquí.

-Tal vez a este lugar, pero a veces acompaña


a Nicolás cuando viene.

-¿Acaso hay un problema entre Lisa y Ester?

-Quien sabe-respondió el bajito- me llamo Toe.

-Y yo Calen-respondió el alto-.

-Soy Kari. ¿Qué más saben de Black?

-No sabemos nada-respondió Toe-somos


muertos no participamos en problemas de los vivos.

-Jamás hemos visto a Black-conto Calen-Ester


no permite que nadie salga del cementerio…
Me decepcione, quería más respuestas y ninguno de
ellos dos me las darían.

-Sabes que sería divertido-dijo Toe a Calen-


llevarla al jardín.

-¿Qué jardín?-pregunte-.

-Si sería divertido-respondió Calen-.

-¿Alguien me escucha?-quise saber-.

-Pero Ester nos matara si se entera que la


sacamos-dijo Calen-.

-Tonto-Toe golpeo la cabeza de Calen-ya


estamos muertos.

Enserio eran molestos estos dos chicos.

-No tenemos nada que perder-respondió Toe-


más que escondernos por algún tiempo…

-Vamos al jardín Kari-pidió Calen-.

-Sera divertido-apoyo Toe-.

-No sé, si Ester este de acuerdo…

-Volverás antes que vuelva-dijo Calen-nadie se


enterara.

Toe me empujo desde atrás. Y no tuve más remedio


que aceptar. Anduvimos en los oscuros caminos del
cementerio, pise el suelo con máximo cuidado
recordando lo que me dijo Nicolás de no hacer
ruido. Llegamos hasta un muro de espinas que
parecía como una malla muy alta y espesa para
que nadie pasara por ahí.

-Es una lástima-dije animada-creo que yo no


podre pasar… bueno chicos regresemos.

-Podrías pasar por aquel agujero-señalo Toe, a


una esquina de la malla de espinas donde se
encontraba un espacio pequeño pero lo
suficientemente grande para que yo pasara-solo
tienes que arrastrarte.

-Es increíble-susurre molesta, cuando empecé


arrastrarme-.

Al pasar el muro con sumo cuidado y despacio, del


otro lado pude observar un jardín de rosas blancas,
eran demasiado bellas para ser de verdad.

-¡Son hermosas!-exclame-.

Al momento Toe y Calen se colocaron a cada lado


mío.

-Podrías tomar una rosa-sugirió Toe, divertido-.

-No estoy segura de que sea buena idea.

-Hazlo por Calen-insistió-es para su madre.


-Si-rogo en inocencia Calen-hoy es su
cumpleaños.

-¡¿y porque no la tomas tú?!

-El jardinero nos cortaría las manos si tocamos


una-advirtió Calen-.

-¿Y cómo saben que no me hará nada?-quise


saber-.

-Tienes razón-dijo Toe-no lo sabemos. Ni modo,


hay que sacrificarse por el equipo, andando.

-Yo no voy.

-No seas cobarde-dijo Calen-.

-¡Sí! No seas cobarde-apoyo Toe-.

-¡No soy cobarde!

-Demuéstralo-reto Calen-.

-No lo hare.

-Cobarde-dijo Toe y tocio para enojarme-.

-Está bien, se los demostrare.

Seguí arrastrándome para llegar al rosal más


cercano. Sus tallos eran completamente verdes y
largos, en el fondo sabía que no era buena idea
cortar una flor, incluso era un delito hacerlo siendo
tan bellas. Me arrodille para cortarla un poco más
arriba y no de tan abajo. Tuve problemas para
hacerlo, jale para doblarla pero en ese momento
una furiosa ráfaga de aire paso. Me apresure lo más
rápido que pude y me tire al suelo cuando otra más
violenta paso. Estaba helada; busque a Toe y a
Calen pero ya no estaban, me habían abandonado.
Más que eso me habían puesto una trampa y yo caí
en ella.

-¿Quién se ha atrevido?-una dramaturga voz


asesina grito- ¡que salga ahora!

Sin ganas y con mucho miedo me levante con la flor


en mano.

-he-e-e-he sido yo-temblé no solo en la voz- lo


siento.

El fantasma era oscuro y siniestro, su cabello castaño


se crispaba en su enojo. Su ropa de jardinero era
terrorífica, sucia y descuidada. Su apariencia física y
facial no era nada amigable.

-Lo lamento mucho-baje la cabeza-no ha sido


mi intensión molestarlo.

Cerré fuertemente los ojos en el afán de esperar que


esto fuera una pesadilla y me despertara pronto.

-Está bien-dijo una voz más calmada y


completamente desalentada-.
Subí la mirada al jardinero de nuevo, ya no era
siniestro y tenebroso, en su cara se marcaba la
tristeza y decepción.

-Ven conmigo-pidió-.

Camine detrás de él y vi el jardín de una mejor


manera. Parada se apreciaba mejor. Aun con la
rosa en mano la observe, ya no era la vivida flor
blanca que había escogido en lugar de eso estaba
seca y sin pétalos.

-¿Qué le sucedió a la flor?-pregunte asustada-.

-La mataste-constato al momento que se paró


en una especie de cuadro en el centro del jardín-.

-Lo siento-dije culpable-.

-¿Crees que disculpándote la volverás a


revivir?

-No-conteste aún más culpable-lo siento.

-Nada vuelve a ser lo que era antes.

-Lo sé.

Suspiro.

-Pero a veces las cosas pasan y cambian para


ser mejores de lo que eran.

-¿A qué se refiere?


Abrió un agujero en el suelo.

-Deposítala aquí-pidió-.

Hice lo que me dijo y eche la tierra que estaba a los


lados. Vi como la flor muerta empezaba a sanar, su
tallo volvió a ser verde y el capullo se formó
lentamente hasta abrirse en su punto más bello. La
flor era la más radiante de todas, la fragancia de
esta era más dulce a cualquiera que hubiera olido
antes.

-¿Cómo sucedió eso?

-El ciclo de las plantas.

-Cuando algo está mal se debe sacar lo mejor


de eso. En este caso fue volver a sanar lo que habías
herido.

-No lo volveré hacer-dije-lo prometo.

-Cuento con eso-dijo en empatía- ¿Pero qué


haces aquí niña?

-Toe y Calen-los delataría por lo que me


habían hecho-me trajeron aquí, querían la rosa para
su madre…

-¡Pero si son huérfanos!-aclaro el jardinero-pero


eso no es lo que quería saber. ¿Qué haces aquí
niña?
-Nicolás me trajo porque Black ha empezado
a cazar a sus víctimas. Y tal vez yo sea un médium.

-Sé que lo eres-corrigió el-de otra forma no


podrías verme.

-¿Usted sabe de Nicolás y Black?

-Yo fui en el tiempo de Black-comento-a decir


verdad él y yo fuimos amigos.

-¿Quién es Ud.?

-Soy Edward Dolian…

-¿Dolian?

-Soy el padre de Emilia Dolian, abuelo de


Helen Dolían, bisabuelo de Margo Dolian y
tatarabuelo de Lisa Dolian.

-Han pasado cuatro generaciones desde que


Black existe.

-Y no solo eso. Yo fui el responsable de


encerrarlo en esa casa.

-¿Cómo es posible?

-Era muy joven cuando lo conocí, aun no tenía


a mi hija Emilia y trabaje en el inicio de la
construcción de la casa en la que el habita ahora. Él
era un hombre respetable y bueno, nos volvimos
amigos… conocí a su esposa y a su pequeña hija en
ese entonces… aun le faltaba mucho a la casa
cuando me llamaron para otra construcción, Black
me entendió y me dijo que hiciera mi trabajo, el
terminaría solo… los días pasaron en mi viaje y al
tiempo regrese a ver qué había pasado con mi
amigo… toque varias veces y llegue por el muchas
más pero nada, investigue lo que había pasado en
mi ausencia y busque algún rastro de ellos, solo
encontré a la pequeña Elizabeth...

-¿La hija de Black?-intuí-¿Qué sucedió con


ella?

-La encontré en una familia muy bondadosa…


la señora había dicho que habían encontrado a esa
niña a la orilla del rio inconsciente bajo la lluvia.
Habían pasado varios meses desde que había visto a
la pequeña niña pero algo en mi me decía que era
ella. Mas nunca dije nada a esa señora. Si era hija de
Black, él la estaría buscando desesperadamente.

-¿Elizabeth nunca dijo nada de su familia?

-Intente hablar con la niña-admitió-pero se


comportaba más tímida y parecía no recordar
absolutamente nada. Además esa familia no la
llamaba Elizabeth… Todo en ese momento me hacía
dudar…

-¿Entonces qué paso?


-Volví a intentar la semana siguiente a la casa
de Black. Como nunca hubo respuestas me escabullí
por la casa y vi lo que ocurría. El ya no era el mismo,
estaba poseído e intento atacarme; fue en ese
momento en que comprendí lo peligroso que era…
buscamos ayuda. Seis mujeres más de Timesong City
que habían visto divagar a Black me siguieron para
hacer un ritual para sellar su alma y así lo hicimos.
Primero le tendimos una trampa en su casa y luego
alrededor de todo el bosque por precaución. Pero
sabíamos que no podríamos evitar que alguien lo
suficientemente insensato entrara y le diera la
suficiente energía para soltarse cuando quisiera.

Luego de un tiempo se hizo realidad. Y las


desapariciones también se hicieron… con mucho
esfuerzo y manipulación hicimos que la menor
cantidad de personas entrara, exagerábamos el
triple de peligro. Pero el alcalde se le ocurrió hacer
senderos para disfrutar paseos por el bosque…
destruimos cualquier camino que pudieran llevar a
esa casa. Hicimos todo lo que estuvo a nuestro
alcance más fue inútil. Muchos años después todo se
salía de control no había forma de mantener cautivo
a Black, hasta que un día mi nieta Helen me dijo que
había encontrado a un chico, un alma perdida en el
bosque que había sido víctima de Black. Ella
realmente quería ayudar a ese chico, así que me
aproveche de la confianza que Helen y Nicolás
habían hecho para usar a Nicolás como guardián
del bosque. Por fin algo había funcionado.

-¿Quién fue Nicolás?

-Nadie más que yo supo esto-me lo dijo de


manera de guardarlo en secreto- fue un estudiante
del instituto al que ahora va mi tataranieta, Nicolás
era un joven que había perdido a sus padres solo un
año antes de su desaparición.

-¿Por esa razón nadie se preguntó por el


cuándo desapareció?

-Excepto una chica.

-¿Quién?-pregunte sabiendo la respuesta-.

-Ada Evans. Tu abuela sino me equivoco.

-¿Cómo lo sabes?

Tomo mi collar que cargaba en el cuello.

-Ella usaba el mismo collar. Y a decir verdad te


pareces mucho a ella…

-¿Entonces sabes si Nicolás es mi abuelo?

Él se sorprendió y en su rostro vi la confusión.

-No lo sé-concluyo-¡Me has sorprendido! Jamás


creí que eso pudiera ser posible. No recuerdo mucho
de lo último de mi historia… ya era muy viejo en ese
entonces.

-¿Qué te dijo Ada Evans?

-No lo sé. Ella era joven y yo muy viejo.me


contó la historia de cómo había muerto Nicolás
supongo… han pasado muchos años… al poco
tiempo después de que encontré a Ada Evans morí.
Toda la carga que había en mí se pasó a mi nieta
Helen. Nunca me entere de algún hijo de Ada.

-No puedo creer todo lo que me has dicho-dije


sosteniéndome la cabeza, -¿pero porque me lo has
dicho?

-Tienes que saber la verdad.

-¿Tienes idea de cómo llamo aquella familia a


la pequeña Elizabeth?

Solo negué con la cabeza.

-Ada-en mi familia mi tatarabuela, mi abuela y


yo habíamos tenido el mismo nombre-.

Mis ojos se abrieron absolutamente.

-La niña cuando la encontraron llevaba puesto


un collar; con ese nombre así que así la llamaron a
ella-tenía razón este collar había sido heredado-.
-¿Estás diciendo que soy descendencia de
Black?

-No lo puedo asegurar-admitió-pero cuando vi


aquella niña jure que era Elizabeth, nunca me fije en
los accesorios que llevaba ella o su madre pero si en
lo hermosas que eran… tú te pareces a ella. No es
coincidencia de que seas la séptima médium que
encerrara a Black definitivamente. Cuando sea el
tiempo la sangre te guiara a él y tú terminaras lo que
empezó hace mucho.

-¿Cómo lo hare?

-No lo sé-admitió-pero así fue dicho. Nadie


sabe todo lo que te dije; los cabos sueltos solo tu
abuela puede resolverlos…

Mi mente absorbió toda la información dicha, cada


cosa caía en su lugar o eso parecía.

-Qué bello amanecer…-dijo observando el


cielo-es hora de irme.

-No te vayas-pedí-¿Qué hare con todo lo que se


ahora? ¿Qué debo hacer?

-Es tu decisión…-se acostó-tampoco fue


coincidencia que fueras la primera en verme después de
mi muerte.

-¿Es decir que ninguno de tu familia te ha visto


antes?
-No había motivo para que lo hicieran-cerro los
ojos-pero siempre los estaré cuidando…

Y desapareció.

Las flores que formaban el jardín también se esfumaron


con el señor Dolian. Ahora solo eran ramas secas y sin
ninguna belleza que admirar, la tuene alborada empezó
a tocar el suelo y mi vista se perdió en la única flor en pie
y resplandeciente en aquel lugar. La flor que habíamos
plantado fue la única en sobrevivir.

A mi espalda escuche unas pisadas, al voltear vi a Nicolás


que estaba caminando hacia mí.

-Hola-dijo- ¿Qué haces aquí?

Mi boca se abrió pero ninguna palabra fue emitida…


¿por dónde debía empezar?

-¿Qué sucede?-dijo preocupado-.

-Nicolás-lo tome la mano-¿recuerdas que te


prometí que iríamos juntos a ver a mi abuela?

-Sí.

-Creo que llego el momento.


El Asilo
Capitulo XVI

-¿Estas bromeando?-quiso saber Nicolás


cuando íbamos en camino a mi casa-.

-No-respondí sujeta a su espalda-hay muchas


cosas que no te he dicho… pero mi abuela está
vinculada a todo.

-¿a qué te refieres?

-mi abuela puede ser la nieta de Black-.

Freno de inmediato. El semáforo se encontraba en


verde pero él había detenido la marcha. Por
suerte era muy temprano y todavía no había
muchas personas despiertas.

-¿Qué?

-es una larga historia-no había tiempo para


contarla-créeme tomo mucho tiempo…
apresúrate si las chicas se despiertan antes de que
lleguemos sospecharan que algo ocurre, Emi ya
sospecha no puedo darle más razones.

-¿Cuál es el plan?
-Fingimos que no pasa nada-improvise-y al
salir de clases nos iremos directo al asilo.

Llegamos a mi casa, me escabullí en silencio… Emi


y Nora dormían aun. No me había percatado que
estaba exhausta hasta que vi mi cama. Pero no
había tiempo para descansar, eran las cuatro de
la mañana. Nicolás se marchó a revisar el bosque
una vez más. Antes de irse al instituto. No sabíamos
si era buena idea hacerlo pero Lisa dijo que
debíamos hacerlo hasta las vacaciones y después
mentiríamos a los profesores sobre el traslado de
Nicolás para que nadie sospeche.

Me di la ducha más helada que he tenido en toda


mi vida. Para que la verdad se asentara en mi
cabeza… tendría que dar muchas explicaciones
hoy. Tenía que ordenar cada idea en mi cabeza.
Nunca había descubierto tantas cosas juntas. Todo
cayó como una tormenta sorpresa. Mi despertador
sonó. Me apresure a alistarme y bajar hacer algo
rápido de desayuno.

-Buenos días-dijo Emi al encontrarme en la


cocina-¿tan temprano estas despierta?

-Si ya se hace tarde para el instituto Emi-


respondí-levanta a Nora.

-Ya me levante-respondió adormitada Nora-


que nadie me levante.
-No sentimos-dijo Emi-ayer fue un día muy
cansado, entrenamos toda la tarde. ¿Qué tal tu
noche?

Bueno… vamos a ver; no he dormido nada,


probablemente me siento de la patada por no
corresponder a León al cien por ciento y el
pasado de mi familia es espeluznante.

-Buena.

-¿Qué tal tu cita con León?-quiso saber


Nora-.

-Bueno fue muy agradable…-la minimice-


vayan alistarse, el desayuno estará listo pronto.

-De acuerdo-coincidieron ellas-.

En el instituto me concentre en lo que haría frente


de mi abuela. Si entraría en seguida Nicolás o no…
o si él tendría que saber primero sobre nuestro
parentesco. Tendría que preguntarle a mi abuela
sobre su madre y sobre la historia de cómo murió
mi abuelo… además ella confirmaría si conoció al
señor Dolian cuando era joven y también del
porque no notifico la desaparición de Nicolás o si
lo hizo. Mi mente solo titubeo en esos
pensamientos cuando vi a la profesora Eleonor.
Cada vez que la veía o estaba cerca de ella;
recordaba que ella era mi abuela paterna; desde
que me entere no la enfrente ni tampoco le dije lo
que sabía. ¿Ella también lo sabía? Tenía que
saberlo conocía a mi madre. Yo solo tenía el
apellido de ella. ¿Cuántos Evans existen en
Timesong City? Era obvio que ella sabía la verdad.
Pero cuando ella se refería a mí solo me trataba y
miraba como una estudiante más, no había
ningún sentido de afecto de abuela en sus ojos o
en su voz. Es más a veces sentía que en cierto
sentido me ignoraba.

En el receso todo parecía normal. Todos estaban


hablando de diferentes cosas en la mesa. Yo tome
un libro para fingir interés en él y que nadie me
hablara. Al sonar la primera campana de aviso
todos tomamos nuestros rumbos a las diferentes
clases. Caminaba pensante atrás de Lisa y Nicolás
hasta que nos topamos con Micaela.

-Hola Nicolás-lo detuvo-.

-Hola Micaela-le respondió, Lisa solo se le


quedo viendo a la chica que nos paró-.

-Creo que no te he agradecido por


ayudarme la vez pasada en el examen de física-le
soltó al momento de plantarle un beso-.

Nicolás no la tomo en absoluto y quedo helado al


igual que Lisa y yo. Unos chicos pasaron
molestando a Nicolás por el repentino acto de
Micaela y siguieron su camino. Al breve tiempo de
estar así, Micaela se puso pálida seriamente.
Nicolás le retiro con sus manos pero la chica se
desmayó, el de inmediato el tomo en sus brazos y
Lisa corrió a ver el estado de Micaela. Me asuste
Micaela parecía muerta.

-Solo esta desmayada-tranquilizo Lisa- chica


tonta, esto ha sido peligroso. Hay que llevarla a la
enfermería.

-Yo la llevare-dijo Nicolás poniéndose en


camino con Micaela en sus brazos-.

-Estas seguro-quise decir ¿es seguro?-.

-Te acompaño-le dijo Lisa-te mandare un


mensaje cuando se despierte Kari, no te
preocupes.

Una hora más tarde mi celular vibro. Un texto de


Lisa que decía que Micaela estaba absolutamente
bien y no recordaba porque se había desmayado,
la enfermera concluyo que fue por falta de
comida que se encontraba débil. Eso me
tranquilizo. Y deje caer en mí un golpe de celos.
Besar a un fantasma era mortal. Pero Micaela
había besado a Nicolás lo que sí tuvo
consecuencias... pero aun así me daban celos.
¡Tonta! Tienes mejores cosas en que pensar. Me
recordé.
Las clases fueron eternas. Pero acabaron. Avise
que no iría al trabajo por problemas familiares y
antes de encontrarme con Nicolás tropecé con
Lisa otra vez.

-Nicolás me conto que irán a ver a tu


abuela-dijo mientras caminamos-.

-Creo que llego la hora.

-Sí, yo también lo pienso… a decir verdad…


si tomas mi opinión deberías decirle antes de que
mire a tu abuela.

-Ya lo había pensado-conteste-no te


preocupes le diré…

-Kari-me hablo Lisa-necesito que vayas con


Ester hoy.

-¿Por qué?

-Habrá una reunión a la que tienes que


asistir.

-De acuerdo-respondí-iré tan pronto pueda.

-Buena suerte-me sonrió para darme ánimos


y continúo sola por su camino-.

Al salir iba cuando alguien me llamo detrás de mí.


¿Es que acaso no podía salir del instituto tranquila?
-Kari, hola -me hablo León-¿te llevo al
trabajo?

-Hola… no voy al trabajo León-explique-iré a


ver a mi abuela hoy.

-¿Se encuentra bien?

-Sí. Creo que sí. Pero quiero ir a verla.

-Entiendo… -respondió-suerte.

Nos despedimos con un beso en la mejía y me


marche. Me subí a la moto de Nicolás y este dio
marcha rápidamente. Al estacionar en el asilo, mi
estómago se estremeció de los nervios.

-Nicolás, antes de entrar quiero decirte algo-


le dije al bajarme- mi abuela de niña me conto
una historia… no la recuerdo bien, pero trataba de
dos jóvenes que entran al bosque y un fantasma.

Los ojos de Nicolás me miraron serios, en su rostro


marcaba que toda su concentración se centraba
en mí.

-Se supone que esa historia dice que mi


abuelo murió en el bosque… mi abuela le dijo a mi
madre, que su padre se llamaba Nicolás Norton.

-¿Qué quieres decir?-dijo atónito-¿quieres


decir que tu abuelo soy yo?
-Así parece.

Lo perdí. Nicolás se perdió en su mente, su cara


solo mostraba confusión, no podía ni dudar que
fuera la misma expresión que yo tuve al saberlo
también. Saque la foto de mi mochila…

-Esta foto estaba en el anuario que te


enseñamos con Lisa. Mi abuela estudio contigo y
es por eso que encontré el anuario. Era de mi
abuela.

La tomo y no hablo.

-Eres idéntica a ella-me miro desilusionado-


ahora sé porque me parecías familiar.

-No estoy seguro de estar listo de verla-su voz


se quebró-lo siento, no entrare.

-Está bien-concluí-entrare sola. Necesito


saber varias cosas.

No había dado ni dos pasos cuando Nicolás me


freno tomando mi brazo.

-¿Sabes, nunca te vi como una nieta?-dijo un


tanto asqueado de sí mismo-.

-Yo tampoco como un abuelo-tome su mano


y la aparte de mi brazo-pero no lo sabíamos, no es
nuestra culpa.
Entre al asilo, una señora se quedó viéndome
extraña. ¿Cómo me veré ahora? Casi podía jurar
que me iba a preguntar si me sentía bien.

-Buenas tardes.

-Buenas tardes-respondió-.

-Hola-salude a la recepcionista-vine a visitar


a mi abuela ¿será posible que la mire?

-Hola señorita Evans-me respondió-claro, la


llevare a su habitación. La enfermera está en su
almuerzo y por eso su abuela se encuentra sola en
estos momentos. Pero si quiere hablar del estado
de su abuela puedo llamarla...

-No será necesario-la interrumpí-solo vengo


hablar con mi abuela…

-Magnifico-termino de guiarme-cualquier
cosa sabe dónde encontrarme.

-Gracias.

Abrí la puerta y ella se encontraba en una


mecedora, leyendo un libro. Me asuste… más que
eso me acobarde de lo que quería hacer.

-¡Kari!-me saludo-¿Qué haces aquí?

-Venia hablar contigo abuela…


-Claro pasa.

Camine a ella y la abrace, luego me senté en una


silla frente de ella.

-¿De qué quieres hablar?

-De varias cosas a decir verdad…

Ok… donde estaba mi lista mental.

-Hace un tiempo… me dejaron un trabajo de


mi árbol genealógico. Quería saber sobre mi
familia.

-¿Es sobre tu papá?

-No, no es sobre mi papá-suspire-hable de


eso con tía Sara…

-Entonces dime.

-Es sobre mi tatarabuela. ¿Quién era ella?


¿Cómo se conformaba su familia, en fin todo?

-Bueno algo que no sabes sobre mi madre-


respondió intentando hacer memoria-es que fue
adoptada por la familia Evans. De ahí adquirimos
el apellido.

-¿Cómo fue eso posible?


-No lo sé bien… Ella hablaba con orgullo de
sus padres adoptivos y de lo amorosos que habían
sido con ella.

-¿Y sus verdaderos padres?

-Ella tuvo una especie de accidente o algo


parecido que hizo que perdiera la memoria de
niña, por eso nunca los recordó. Al crecer ella se
enamoró perdidamente de un hombre de la
familia Evans; un pariente lejano, como era
adoptada no hubo problema en la familia que se
casara con él y así fue como mi padre me dio mi
apellido Evans y es por eso que yo solo tengo un
apellido para que las personas no pensaran mal
de la familia-explico-luego al poco tiempo que
nació tu madre él falleció.

-Abuela quiero que me cuentes la historia-


me detuve-aquella historia que me contaste de
niña…

-¿Cuál cariño?-me pregunto pero luego de


un momento lo supo-¿la historia de los jóvenes del
bosque?

-Si-pedí-nunca supe en que termino…

-¿En qué me quede la última vez?

-No lo recuerdo… pero me gustaría


escucharla desde el principio.
-Está bien-dejo el libro en una mesita-“Erase
una vez en un lugar hermoso y solitario, y peligroso
lugar muy alejado de las personas, dos jóvenes
amigos de toda la vida que llegaban a jugar en el
bosque desde niños; él un año mayor que ella.
Andaban corriendo y muy alegres como siempre
exploraban la ruta de ese bosque que les era tan
familiar pero sin saber cómo habían tomado una
ruta distinta. Luego de darse cuenta caminaron en
varias direcciones hasta que encontraron un
camino. No creían lo que miraban, nunca la
habían visto, ¿cómo había llegado eso está ahí?
un corto camino de piedras adornado con flores
silvestres en los lados que llegaba a una casa
enorme escondida dentro de los árboles.

-Entremos –le dijo él-será divertido.

Ella solo lo siguió.

-¿Y si está cerrada la puerta? –dijo ella.-

Él prosiguió en el caminito que llevaba a la puerta


y sin mucha fuerza solo el toco y la puerta se abrió
con facilidad. –Está abierta-le dijo-.

Al entrar en la casa observaron que era un lugar


muy ostentoso y muy bien elaborado. A su
derecha no muy lejos unas escaleras que llevaban
al segundo piso y delante de ellos observaron la
lujosa sala, realmente era grande esa casa, se
miraba más grande por dentro que por fuera.

-Vamos hasta arriba, puede que se mire el rio


desde arriba- le dijo él-.

-Con tantos arboles no creo-dijo ella-.

Subieron hasta la azotea y ciertamente se


encontraron con la vista hasta el rio. Era una vista
increíble se podía ver claramente el camino por
donde habían entrado y unos metros más lejos el
enorme rio y su corriente tan fuerte que podría
arrastrar con facilidad a quien se callera en él. Se
quedaron observando el inicio del atardecer. Ya
era muy tarde tenían que irse antes que
anocheciera los padres de ella se preocuparían
sino llegaban pronto, bajaron hasta la estancia y
él se apuró abrir la puerta, la haló y la volvió a
halar pero no se abría.

-Deja de jugar Nicolás-pidió ella-.

-¡No estoy jugando esto no abre!

Entonces cuando menos lo esperaron se escuchó


un ruido y ella salto del susto.

-Es el viento-dijo el- tranquila. No pasa


nada…
Otra vez se escuchó el mismo sonido pero esta vez
más fuerte se quedaron inmóviles en espera de
adivinar que era ese ruido, entonces empezaron a
escuchar unos pasos en el piso de arriba y sintieron
escalofríos al oír que los pasos se acercaban a
ellos

-¿Quien está ahí?- pregunto aterrada-.

-Espera aquí iré a ver. –le dijo y antes de que


el llegara a las caleras vio como un hombre
bajaba poco a poco.

-Buenas tardes-dijo el sujeto bajando – ¿Les


puedo ayudar en algo?

-Buenas tardes-Respondió Nicolás


acercándose un poco más subiendo unos cuantos
escalones - no queríamos molestarlo señor lo que
pasa es que encontramos la puerta abierta y
creímos que la casa estaba vacía.

-¿Molestarme? para nada sean bienvenidos


a mi morada. Pero pasad a la sala, ¿les puedo
ofrecer algo?

-No gracias, nosotros ya nos vamos-dijo ella


titubeando del miedo por este hombre- Vámonos
Nicolás.

-Si es cierto-dijo Nicolás, apoyando lo que su


amiga decía- ya nos vamos, pero gracias.
-Yo creo que no- Dijo el hombre en un tono
fuerte y tenebroso- Se quedaran conmigo para la
eternidad.

En un segundo este estaba en la puerta a la par


de ella, sin más ni menos ella quedo petrificada
del miedo. El sujeto se quedó viéndola
directamente a los ojos, ella jamás había visto ojos
como los de aquel hombre negros como la noche
y tan profundos como el mar y si no fuera por el
chico ahí hubiera quedado, si Nicolás no la
hubiera jalado del brazo probablemente hubiera
sido inconsciente del tiempo , el lugar y el
momento exacto donde había caído en el
hechizo de los ojos de ese tipo, y empezaron a
correr por la casa buscando una salida, mas fue
inútil se quedaron estancados en la azotea eran
conscientes de que estaban en peligro. Estaban
asustados, sin salida en una casa con un hombre
que se había convertido en su verdugo y captor.

Cuando de pronto Nicolás dijo: Tranquila ¿miras el


árbol? está muy cerca y probablemente si saltas
llegaras a él, así podremos salir.- buscaba
tranquilizarla y darle esperanzas-.

-¿Estás loco? ¿Cómo vamos a saltar hasta


allá?- respondió en medio de la desesperación y el
miedo-.
-Tienes que hacerlo no hay otra salida,
vamos tu primero tienes que hacerlo confió en ti.-
le animo-.

- ¿Y si viene detrás de nosotros?-le pregunto-.

-No te preocupes yo lo detendré lo suficiente


para que puedas escapar.- (de los ojos de mi
abuela empezaron a surgir lagrimas)-.

-¿y tú?-pregunto la chica-.

-Iré detrás de ti, no te preocupes- le dio su


mejor sonrisa para darle un poco de confianza y
la ayudo a subirse al barandal, pero se escuchó el
estruendo de la puerta de la azotea que se abría
con tanta fuerza como si una ráfaga de viento la
hubiera golpeado pero en lugar de viento era una
especie de sombra inmensa que salía de ahí.

- Salta ahora-dijo Nicolás-Corre.

Ella salto de esa azotea y pudo llegar al árbol pero


sus manos no fueron lo suficientes fuertes para
sostenerse así que se resbalo y cayó en una rama
un poco más abajo, pudo ver como Nicolás
también intento subirse al barandal a punto de
saltar estaba cuando la sombra lo rodeo y empezó
a tomar la forma del hombre de la casa
sujetándolo del brazo.

-¡Nicolás! –Grito-.
-Corre ahora- grito Nicolás-.

Ella no estaba segura si hacerlo o no pero empezó


a correr, tropezando por todo el bosque iba
corriendo y encontró el camino que habían dicho
con Nicolás para regresar a su casa corrió como
nunca lo había hecho, sentía la adrenalina en las
venas, el miedo saco eso de ella. Saliendo de ese
inmenso bosque vio como el ocaso terminaba
cuando freno. No quería dejar a Nicolás atrapado
ahí. Se dio la vuelta y vio como la sombra la
seguía, venia por ella. El miedo la acorralo y obligo
a salir completamente del bosque y vio que donde
el sol no pego dentro del bosque el fantasma se
detuvo. Si quería salvar a Nicolás necesitaba
ayuda. Corrió a una estación de emergencia. Los
policías se asustaron de verla.

-¿Cuál es la emergencia?-le pregunto el


oficial-.

-Mi amigo fue atrapado por una especie de


sombra-grito-.

Al policía no le agrado nada, se molestó mucho


con ella.

-Señorita esto no es un juego-le advirtió-no


tengo tiempo para creerle sus cuentos de miedo.
Por favor retírese.
-No estoy diciendo ningún cuento-se
defendió-mi amigo fue atrapado por un sujeto.

-¿Entonces vi al secuestrador? ¿Cómo era?

Se lo describió y el oficial empezó a tomar


nota hasta el momento en que ella dijo que se
formó del humo. El oficial perdió la paciencia. Él la
monto en una patrulla y de mala manera le pidió
su información. La llevo a su casa-mi abuela hizo
una cara de decepción- y le dijo a sus padres lo
que la chica decía. Sus padres no le creyeron
ninguna palabra… Nadie lo hizo. La insistencia de
la chica preocupo a los padres por lo que ellos
decidieron internar a su hija por un tiempo en un
hospital psiquiátrico… Fue discriminada como una
loca por sus propios padres y lo que más le dolió
en su encierro fue la duda y la certeza. No sabía
que le había pasado a su amigo, que le habían
hecho pero estaba segura que ya no estaba vivo,
la oscuridad lo había devorado.”

Mi abuela quito las lágrimas con sus manos


arrugadas dignas de su edad.

-Y eso es básicamente la historia cariño.

-¿Qué paso con la chica después?

-Tuvo una hija que amo y luego una nieta


que también adoro.
-¿La chica de la historia-mis palabras
tambalearon- eres tú?

Mi abuela lloro nuevamente… solo asentó la


cabeza… demasiado doloroso para admitir en voz
alta, la entendía. Nadie le había creído y había
pasado por mucho gracias a eso. Me acerque a
ella y le di apoyo.

-Está bien… no pasa nada abuela-quise


consolarla, ¿Estaba lista ella para lo que seguía?-
Abuela necesito saber la verdad… ¿Nicolás Norton
es mi abuelo?

Los ojos de mi abuela se abrieron de sorpresa.

-Nunca te dije que Norton era su apellido-


respondió-.

-Lo sé, tía Sara me lo dijo…

Sentí la presencia de Nicolás en mi espalda, mi


abuela levanto la vista y se palideció por
completo.

-¡Nicolás!-dijo aterrada observando al


fantasma que se aparecía delante de sus ojos-.

Al voltear a ver a Nicolás no podía entender su


expresión. Solo la miraba fijamente. Él había
escuchado toda la historia ¿Había podido
recordar algo?
-Kari déjame a solas con tu abuela-pidió
Nicolás-.

Estaba en medio de los dos. No entendía a


Nicolás y mi abuela estaba sumamente asustada.
La mano helada de mi abuela se colocó encima
de la mía que tomaba la otra.

-Déjanos solos por favor-pidió mi abuela-.

Muy despacio me levante de donde estaba y


camine confundida a la puerta. No me atreví a ver
atrás, solo camine fuera de esa habitación y cerré
la puerta. Me quede parada al lado de esta pero
no escuche nada. El silencio que provenía del
cuarto era absoluto.

-¿Sucede algo?-pregunto la recepcionista al


verme fuera de la puerta-.

-Mi abuela me pidió un momento a solas.

-La entiendo, siempre lo pide-dijo en


confianza la recepcionista-.

-¿Mi abuela pide que la dejen a solas?-me


sorprendió-.

La recepcionista me encamino a alejarme de la


puerta y me hablo en voz baja.
-Su abuela todos los días entra a su cuarto y
quiere un momento a solas-comento-a veces abre
un álbum de fotos y se pone hablar sola.
Entendemos que es por la edad y eso, así que se lo
permitimos normalmente.

-¿Qué es lo que dice cuando ve el álbum?

-No le sabría decir-dijo viendo al suelo-le


damos la privacidad que pide.

-Gracias-dije-.

-Si necesita algo llámenos- y ella se marchó-.

Me senté en el piso a la espera de que saliera


Nicolás o mi abuela y me explicaran que estaba
pasando pero nada… el tiempo pasó; los minutos
se alargaron más que sesenta segundos o por lo
menos para mí. Todo estaba bien, hasta que vi a
la enfermera correr hacia mi dirección. ¿Alguien
había tocado el timbre de alarma? La enfermera
correteo hasta la habitación de mi abuela y la
abrió en seguida. Entro apresurada y yo la seguí
asustada de lo que haya pasado. Mi abuela se
encontraba en el suelo agarrándose del pecho en
un estado de crisis, un álbum de fotos se
encontraba tirado a unos centímetros de ella.
Nicolás no se encontraba en la habitación. ¿Qué
es lo que había sucedido aquí?
-No puede estar aquí-me jalo una segunda
enfermera- tiene que retirarse por ahora.

Me saco de la habitación y la recepcionista se


acercó a tranquilizarme, mi mundo se desplomo;
en mi mente solo podía pensar “no te vayas
abuela”. Me acurruque en el suelo… tal vez traer
a Nicolás había sido muy imprudente de mi parte y
ahora perder a mi abuela seria el precio que
tendría que pagar. Parado a la par de la ventana
vi a Nicolás quien miraba preocupado a mi
abuela, en su rostro también veía tristeza y miedo...
¿miedo de perderla? Nadie lo vio. Eso podría decir
que él no estaba en su forma materializada. En
estos momentos solo yo podía verlo. Otra
enfermera, entro con unos aparatos y cerró la
puerta. Ya no pude ver más.

Las interminables horas pasaron como la cantidad


de veces que salían y entraban las enfermeras sin
decirme nada. Ya era de noche, había pasado
aproximadamente unos veintiocho minutos desde
que nadie salía de ahí y solo mis recuerdos
pasaban uno tras otro con mi abuela. Abrieron la
puerta y dos enfermeras salieron, atrás de ellas
venia la enfermera Wendy.

-¿Cómo está?-le dije cuando se paró


enfrente mía-.
-Ya está mejor-me explico y me extendió una
mano a mi hombro-está tranquila y estable.

-¿Puedo verla?

-Si-dijo con una sonrisa que se desvaneció-


pero está durmiendo ahora… no puedes quedarte
mucho tiempo con ella.

Me levante y con miedo entre a la habitación, se


encontraba acostada en su cama y al lado de
ella Nicolás estaba arrodillado a su lado
agarrando su mano. Cerré la puerta. Intente
colocar mi mano en el hombro de Nicolás pero
traspaso su cuerpo. Nicolás no había vuelto a su
otra forma, era el puramente fantasma ahora. Me
volteo a ver.

-Las enfermeras dicen que estará bien-me


dijo cuándo volteaba su rostro-que ya está
estable.

-Lo sé.

-No pude hacer nada por ella cuando se


empezó a sentir mal. Solo pude tocar el botón de
emergencia y ver como ella se retorcía del dolor.

Mi celular empezó a sonar, al ver la llamada vi que


era Lisa. Nicolás tenía que hacer, no podía
quedarse con ella ni yo tampoco.
-Es Lisa-le dije-ya es de noche Nicolás.

-No quiero ir-confeso-quiero quedarme con


ella…

Entendí a lo que se refería completamente.

-Sino vas Black matara más víctimas…

-Lo he recordado ¿sabes?-me silencio


rotundamente-recordé mi vida… Recordé. Se lo
debo a Ada, no puedo irme.

El celular sonó de nuevo.

-¿Lisa?

-¡Kari! ¿Dónde están?

-Nicolás no ira.

-¡¿Qué?!

Colgué. No podía hacer nada más.


Capitulo XVII
La reunión

Recordé que debía ir con Ester. Cuando la


enfermera me dijo que tenía que irme, me
acerque a mi abuela y le bese la frente. Nicolás se
mantuvo a su lado todo el tiempo. Pero fue algo
que la enfermera no vio, solo yo.

Lisa llamaba a cada momento luego que le dije


que Nicolás no iría. Supongo que se había metido
en un gran lio. Al salir del asilo tome la moto de
Nicolás y me marche lo más rápido que pude. Si
Nicolás no pararía a Black esta noche. Las
médiums tendrían que hacerlo. Fui a buscar a Ester
primero. Al entrar al cementerio tuve que soportar
al portero. Su aterradora mirada esta vez fue más
intensa. Corrí por el camino y llegue a la puerta de
Ester. Toque sin cuidado ni educación.

-¿Quién es?-grito Ester-.

-Soy Kari.

-¿Qué Kari?

-La amiga de Nicolás-conteste-estuve ayer


aquí.
-Vamos tarde cariño-dijo Ester al abrir la
puerta- vámonos.

-¿A dónde vamos?

-No preguntes y andando.

Ester llevaba un bolso en mano, hoy lucía un


pantalón oscuro y una blusa de encaje todo de
negro, aparentaba menos edad así, además que
caminaba mucho más rápido de lo que podría
imaginar. Atravesamos el cementerio caminando
en silencio; apenas le llevaba el paso. Luego de
que pasamos la última sección de tumbas,
seguimos por un camino de empedrado, al fondo
de este camino una casa de dos pisos con un
estilo clásico se encontraba. Ester me llevaba a
ese lugar. Estaba temblando, tenía frio y miedo.
Paso delante de mí abrió la puerta y me condujo
al segundo nivel de la mansión, todo estaba
oscuro apenas podía distinguir mis pasos en la
escalera de madera y era gracias al barandal del
que me agarraba. Una opaca luz se encontraba
en el pasillo del segundo piso.

-Por aquí-me guio Ester-.

La seguí y en la tercera puerta a la izquierda


entramos. No estábamos solas.

-Toma asiento-pidió una señora.


En ese momento me encontraba en una
habitación con poca luz, sentada en la mesa con
nada sobre ella más que un mantel negro en
centro de la habitación y alrededor de ella unas
cuatro personas que no creo haber visto antes,
Ester por el contrario no tomo asiento sino que se
paró detrás de mí. Esto era un Deja vú. Una
anciana con su pelo completamente blanco y una
que otra arruga que delataba su edad. Todo me
parecía sumamente familiar hasta que comprendí
había soñado con esto antes, la anciana me
observaba completamente seria. Solo había un
asiento vacío cuando atrás de mí el ruido de una
puerta abriéndose y cerrándose se escuchó nadie
levanto la mirada y la persona rodeo la mesa. Yo
sabía quién era.

-Llegas tarde-dijo la anciana quitando la


mirada de mí y posándola en Lisa, moví mi mirada
junto con esta mujer solo para comprobar que era
Lisa sentándose en el asiento vacío-.

-Supongo que sí-dijo Lisa indiferente como


me lo esperaba-.

Un silencio rotundo y una mirada de


desaprobación de la anciana inundo la
habitación. Esta vez no me despertaría y terminaría
todo, esto era la realidad y seguiría su curso.
-No importa-dijo la anciana-.

- ¿Qué sucede aquí, alguien podría


explicar?-pregunto otra mujer con lentes y
molesta-.

-Nicolás se revelo-hablo la anciana-.

-¡Eso no es cierto abuela!-contradijo Lisa-.

La anciana que se sentaba en la cabeza de la


mesa era Helen Dolian.

-¿Entonces como le llamas tu a lo que me


dijiste?

-Kari explicara que paso-Lisa y las demás


mujeres que se encontraban en la habitación se
quedaron a la espera de que hablara-.

-Nicolás… descubrió hoy su pasado-dije


para todas las presentes-mi abuela formaba parte
de él. Ella… ella está muy delicada, por eso
Nicolás no pudo dejarla sola.

-No tenemos tiempo para sentimentalismos,


niña-dijo una mujer ruda con su pelo recogido
perfectamente-.

-Clarín no hay necesidad de ser tan ruda-dijo


la mujer que aparentaba más edad en la
habitación-
-Estoy de acuerdo contigo Etna, pero Clarín
tiene razón las cosas son complicadas para
tomarlas a la ligera.

-¿Qué haremos?-la señora que me hizo


tomar asiento hablo pero dirigiéndose a Helen-.

-Tenemos que encerrar definitivamente a


Black.

-¡Sí! ¿Pero cómo haremos eso? es el


verdadero problema.

-Ya somos siete-dijo Ester a mi espalda


todavía-podremos hacerlo. Fue lo que la bruja dijo.

-Exactamente de qué consiste todo esto-


quiso saber la señora-.

-Haremos un ritual para encerrar a Black-dijo


la abuela de Lisa-pero necesitaremos unas cosas…
no podremos hacerlo hoy.

-¡Y que entonces Black haga lo que se le dé


la gana hoy!-Dijo molesta Clarín-.

-Lisa-hablo recio la abuela para silenciar otro


comentario que se pudiera dar-ve a donde se
encuentra Nicolás. No importa cómo, has que
detenga a Black… dile que ya falta poco, el será
liberado de esa obligación pronto.
-Si todas estamos aquí… ¿Quién está
parando a Black ahora?

-Clementain-dijo Lisa-me dijo que lo


distraería lo más que pueda, tenemos que ir al
bosque cuanto antes para intentar retenerlo por
esta noche.

-¡Tu!-señalo Clarín en mi dirección-ya que has


ocupado el lugar de Ester esta noche vendrás con
nosotras.

No entendía, hasta que me di cuenta que en la


mesa solo había seis asientos-.

-Ella no ocupo mi lugar, Clarín-dijo Ester-No


ocupe mi puesto porque necesitaba pensar, y
cuando estoy parada creo que se vienen más
ideas a la mente. La séptima banca sigue en
aquella esquina.

Señalo a un lado de la habitación con menos luz y


ciertamente se encontraba un asiento pegado a
la esquina.

-La última vez que tuvimos un séptimo


médium él no se sentaba con nosotras. Nos
ocultaba cosas y prefería más la privacidad- Ester
se acercó a la mesa – ¿o han olvidado a Edward
Dolian?
Lisa volteo la cabeza al lado contrario de Ester,
Helen no dijo nada y las demás tampoco.
¿Respeto o miedo? ¿Qué había producido Edward
Dolian en ellas?

Imagine al señor Dolian sentado en esa esquina,


en esa misma banca. Todas aquí sabían que él
había guardado información pero nadie sabía que
la noche anterior me la había contado a mí.

-Creo que esta plática está avanzando


mucho-dijo Lisa luego de un momento-Es la
primera de Kari y hemos hablado como si ella
estuviera al tanto de todo.

Las mujeres me miraban en recelo, Lisa había


dicho algo que nadie se había dado cuenta. Yo
entendía algunas cosas pero las otras no. Clarín
incluso me había dicho que detendríamos a Black
y yo no sabía en como seria eso.

-Bien-hablo Helen-Ester te encargaras de


explicarle todo a Karina en el camino, Lisa ve y dile
a Nicolás lo que te he dicho; luego se encontraran
con Ester, Clarín y Karina en el bosque, Etna te
quedas conmigo; tenemos unos preparativos que
hacer.

Todas se levantaron de sus asientos al momento


que mi teléfono empezó a sonar.
-¿Hola?-respondí-.

-Señorita Evans-era del asilo, la recepcionista


se escuchaba agitada-Disculpe que la interrumpa
tan tarde pero lamento informarle que su abuela a
fallecido.

-¡¿Que?!

-Estaba estable cuando se fue-explico-pero


luego de un rato todo empeoro. Lamento decirle
esto realmente.

Sollozo la señora por el teléfono. Colgué y caí


sentada en la silla de la impresión.

-¿Sucedió algo?-pregunto Lisa-.

-Mi abuela acaba de morir-al terminar de


decir eso no pude detener las lágrimas-.

¿Escuche el silencio que fue absoluto por un


momento o mis sentimientos silenciaron lo que
estaba a mi alrededor? Lisa coloco su mano sobre
mi hombro e intento darme apoyo, Ester hizo lo
mismo.

-¿Entenderás que esto modifica los planes?-


hablo Ester dirigiéndose a Helen-.

-Puedes irte-me dijo Helen-.


Tome mi camino de regreso a la moto, necesitaba
llegar al asilo.

Llegue lo más rápido que pude ¡como si eso


arreglaría algo! La recepcionista lloraba, una
enfermera describió como había sucedido a
grandes rasgos, Nicolás se encontraba en la
habitación en una esquina acurrucado en el suelo.
No dijo nada en todo lo que estuve ahí, solo
miraba hacia la cama donde se encontraba
tendido el cadáver. Me desplome. Había perdido
al único familiar que me quedaba.

-Sabemos que usted es su única familia-


hablo luego de un prolongado tiempo la
enfermera-pero necesitamos que un adulto firme
para empezar a preparar a su abuela…

-No sé si sea posible-dije en voz baja pero lo


suficientemente clara para que me entendiera-La
persona que se hace cargo de mí no vive en esta
ciudad, probablemente llegue hasta mañana si le
aviso ahora.

-De ser así no habrá otra opción…-pensó en


voz alta la enfermera-creo que usted puede firmar.
¿Falta poco para que cumplas la mayoría de
edad?

-Si-dije incapaz de seguir hablando-.


-De igual manera necesitare llamar al otro
número que tengo registrado que proporciono
usted recientemente ¿puede decirme de quien es
el numero?

-De la mejor amiga de mi madre… mi


encargada.

-Entonces te dejare el formulario aquí-dijo


colocándolo en la mesita de noche-Sé que es
duro para ti. Lo lamento tanto, hicimos lo posible.

Y se fue.

-¿Cómo paso esto Nicolás?

Pregunte sin voltear a ver dónde estaba.

-Él estuvo aquí-dijo luego de un rato, su voz


era rota-no pude detenerlo.

-¿Estás diciendo que él estuvo aquí?

-Todo paso tan rápido, Ada había vuelto en


si cuando apareció en la habitación intente
detenerlo y antes de que el llegara a ella y
pudiera hacerle algo… ella simplemente colapso.
No soporto verlo, le trajo viejos recuerdos… la
pesadilla con la que había vivido la encontró de
nuevo y esta vez; aunque no tomo su alma ni
energía se la llevo para siempre. Por segunda vez
perdí a mi mejor amiga.
Me acerque a Nicolás y me senté a su lado en esa
esquina fría y muerta.

-¿Ahora solo somos tu y yo?-dije sin saber lo


que significaba realmente-.

-Si-dijo tendiéndome su brazo-Ya te lo había


prometido y lo volveré hacer. Kari pase lo que
pase te protegeré de él. No dejare que me quite a
alguien que quiero nuevamente.

-Mi abuela se ha ido-observe a la cama-y


tenemos que detenerlo. Soy la séptima.

-¿Así que Ester te lo dijo?

-¿Si lo sabias porque no me lo dijiste?

-No estaba seguro. Clementain me conto


sobre Mat.

-¿Quién es Matt?

-El niño pelirrojo que ayudaste-me hizo


recordar-desde ese entonces Lisa y yo teníamos la
duda. Siento no habértelo dicho antes.

-Yo también siento no haberte contado


sobre mi abuela-dije completamente arrepentida-
creo que era tu derecho.

-Deja de llorar… te prometo que ella ya está


en un lugar mejor. Donde sea que este ahora ella
cuida de nosotros…-dijo Nicolás secando mis
lágrimas del rostro con su fría mano-.

-¿Si soy una médium porque no la puedo


ver?

-Porque ha cruzado al otro mundo para


descansar. Ni lo médiums pueden ver al que
quieran, las cosas no funcionan así por lo que se…

Me deje llevar con la idea de que mi abuela


estaba en paz, que no sufría y se encontraba bien
a donde sea que su alma se había ido.

El velorio se dio en una pequeña capilla del


asilo, la presencia de Nicolás no me dejo en
ningún momento; siempre estuvo a mi lado y a la
otra tenia a Emily. León llego con Andrés y Nora a
darme aliento, los amigos del asilo de mi abuela
con los que había compartido vivían su duelo de
igual manera… Lisa llego a principios del
amanecer, se miraba exhausta pero me
acompaño de igual manera como los otros. Estuve
en una calma irregular hasta que tía Sara llego,
ella se apresuró a llegar para apoyarnos y se
encargó de todos los trámites, fue mi centro, mi
apoyo y el pilar para que me sobrepusiera a todo.

Me ausente unos días del mundo. Mis amigos


vinieron día tras día. León me daba todo el apoyo
que podría darme. Emily incluso me mantuvo al
corriente en las clases haciendo mi tarea y
justificando mi ausencia con los profesores a mis
espaldas… no me habría dado cuenta si no fuera
porque a Lucy se le escapo en una de las visitas
que tuvo. Nicolás sin embargo había decidido
dejar de asistir; mi primer día de ausencia fue el
último de él., dijeron que se trasladaría de instituto
por problemas familiares y ya no volvió a salir del
bosque. Había hecho una promesa el dio su
palabra de no volver a dejar salir a Black, y ahora
lo hacía por tiempo completo. Clementain no
volvió a la casa tampoco. No tuve la oportunidad
de verlo y preguntarle tantas cosas… Tía Sara
estaba trabajando a distancia. Me daba
compañía tiempo completo pero esta noche se
tendría que ir… ella le costó mucho decírmelo
pero yo lo tome de la mejor manera que pude; le
dije que no se preocupara e incluso le prometí
asistir mañana a clases, aunque dentro de mi
decía que el instituto no será lo mismo sin Nicolás.
Por primera vez me atreví a ver las cosas que me
dieron en el asilo de mi abuela, todas las cosas
personales se encontraban en una caja blanca no
estaba segura de revisar y si era debido hacerlo.

-¿Qué haces Kari?-superviso mi tía postiza


cuando vio que tenía la caja en manos-.

-No sé exactamente lo que hay en esta caja-


aclare-hemos donado las prendas que había de
mi abuela en su closet del asilo y las que guardaba
en su cuarto pero no me he atrevido a ver que hay
en la caja.

Mire en la caja como si fuera un cofre de


recuerdos… sin tener la más mínima idea de lo que
podría encontrar me anime a abrirla.

-Te dejare sola-dijo mi tía cerrando la puerta


de mi habitación-.

Quite la tapa, había varios objetos en ella. Un


álbum de fotos, un diario y un espejo llamaron mi
atención. Recordaba el espejo, lo había visto
varias veces cuando era niña. Tome el álbum con
curiosidad la última vez que vi a mi abuela el
álbum estaba mezclado en mis recuerdos. Al
revisarlo encontré fotos viejas, de ella de joven y
algunos familiares que ni conocía. En el centro del
álbum aproximadamente se encontraban varias
fotos de ella y Nicolás. Mi abuelo recordé con
dolor. Al correr en las siguientes hojas había una
foto de un chico. Me llamo mucho la atención no
parecía como las otras fotos, sin duda era vieja la
foto pero parecía más la foto de un anuario… al
quitarla de su lugar vi que atrás decía “mi primer
amor” ¿Qué es esto? ¿No era Nicolás su primer
amor? Mi abuela nunca hablo de otro chico que
yo supiera. Seguí avanzando en busca de otra foto
de él pero nada. Solo este pedazo de retrato
estaba de este sujeto. Las demás hojas eran fotos
de mi madre, mías y de mi abuela; varios
momentos; cumpleaños, días festivos y otras fotos
que mi madre había tomado y enviado a mi
abuela. Revise la foto del chico y era
completamente desconocido para mí. Baje las
gradas y corrí hasta la cocina donde estaba tía
Sara con una taza de té en manos.

-¿Qué sucede Kari?-pregunto al verme-.

-¿Conoces a este chico?-le pregunte-.

-No-dijo viéndolo detenidamente- no lo


recuerdo, no sé quién es. ¿Por qué?

-Estaba en el álbum de mi abuela.

-Habrá sido un amigo de ella-dijo


gentilmente-.

-Atrás dice mi primer amor.

-¡Oh!-dijo sorprendida mi tía- debió ser


alguien importante para tu abuela. Ella era muy
hermosa igual que tú, seguro fue un pretendiente.

-¿Ella tenía muchos pretendientes?

-No que yo recuerde. A decir verdad no


recuerdo ninguno. Siempre fue una madre devota.

-Gracias tía-dije-.
Encaminándome a mí cuarto nuevamente.
Al llegar vi sobre la cama en donde estaba, el
diario. ¿Era prudente ver los secretos de mi
abuela? La prudencia no me detuvo, era un viejo
cuaderno con candado, busque el candado en la
cajita de madera y certeramente ahí estaba la
llave.

El diario era de verdad muy viejo. Su letra era


muy fina y hermosa. Empecé a leer poco a poco
empezaba con su primer día en el instituto,
hablaba de Nicolás y su experiencia estudiantil, sus
otras amigas y profesores. Al tiempo de seguir
leyendo mi atención se detuvo en un chico; el
misterioso chico de la foto del álbum supuse el
cual se llamaba Morris. Al parecer a Nicolás no le
agradaba porque era muy idiota dicho en
palabras de mi abuela.

Sin poder parar de leer seguí conforme me


llevaba su historia. Era como si ella me la estuviera
relatando en un fragmento leí “ Nicolás es mi
amigo y confidente pero este diario es aún
más cercano a mí , ya que no creo poder
confesarle a Nicolás sobre mi primer amor ”
ahora tenía claro que no se refería a Nicolás. Su
año escolar termino en el instituto y ella estuvo
muy contenta pero volvió hablar sobre su
misterioso amor “No puedo creerlo, mi último
día de clases llego, Nicolás y yo entraremos a
vacaciones. Y algo aún más sorprendente paso:
Morris al terminar el día me beso, quede
helada de la sorpresa , no sabía qué hacer y
al terminar de besarme no dijo nada y me
dejo sola , solo la confusión me acompaño
hasta que Nicolás me encontró en el salón
vacío, no pude decirle lo que había pasado.
¿Qué debía hacer? ”. Sus días transcurrieron y
relataba momentos que no pude evitar
preguntarme si eran esos los que yo soñaba y ella
describió. Hasta que llegue a una parte que
conocía muy bien. La historia donde Nicolás
pierde la vida en manos de Black. Me dolió
recordarlo de nuevo, empecé a llorar los
pensamientos escritos por mi abuela ahora
contenían dolor y angustia. Había sido tomada
como una loca, sus propios padres habían
pensado eso de ella. Había sido encerrada en un
manicomio por unos meses, odiaba ese lugar.
Escribió muchas veces “te extraño Nicolás, daría
todo por verte de nuevo” entre su estancia en el
manicomio escribió “¿Dónde estás Nicolás ?” “si
pienso en ti llorare y aunque evito hacerlo no
significa que te olvide” “si quiero salir de
aquí debo pretender que nada paso, dif ícil
decisión … te juro Nicolás que no es una
traición a tu memoria es solo que si sigo
encerrada aquí definitivamente me volveré
loca” Al poco tiempo de salir de ahí escribió “Hoy
volví a llorar por mi amigo. No pude dejarlo
de hacer al relatar la historia completa por
primera vez. No sé si el viejo que me visito
hoy me creyó o no pero me ayudo a desahogar
lo que llevaba dentro de mí . Si alguien se
enterara de que he hablado nuevamente del
fantasma del bosque seguro me encierran de
nuevo ¡no quiero volver ahí! Me suicidare si
es necesario para evitarlo” “debo guardar el
secreto sobre un bosque que guarda algo
maligno en él , mi mejor amigo se quedó a
vivir con él” las paginas siguientes eran similares,
hasta que algo nuevo se introdujo “Morris me
invito a salir…………..” “hoy Salí con Morris
fue mágico…………..” “¿Por qué me usa y se
deshace de mí?” “definitivamente lo odio, lo
odio y lo odio. Lo vi con una mujer hoy…
debería intentar que no me doliera pero me
duele . Cualquier intento que haga ahora es
un acto fallido.” “Me pide disculpas, no sé si
hablo enserio pero una parte de mi le creyó
completamente y la otra me odia a mí por ser
tan ilusa …” “Cada vez que me besa , pierdo
conciencia , mi razón grita diciendo que no,
pero mi alma es necia . Mi corazón se mofa
porque no pude evitar enamorarme de él”
“Querida razón ¿puedes largarte por favor? Sé
que me dijiste que no y yo desobedecí , a ti y
a mi mejor amigo… tanto tu como mi madre
pueden ya decir “Te lo dije” está bien .
Cualquier cosa no podría empeorar lo que
paso. Morris paso de ser el príncipe que salva
a la doncella a ser el monstro que aterra a
esta y usurpa a la princesa , ¿Cuántas veces
dije detente y el siguió? Lo inevitable pasó.
¿Cómo le diré ahora a mi madre? ¿Cómo me
levanto después de haber caído tan bajo en
las manos de un despiadado que ha robado
más que un corazón? Querido amigo tenías
toda la razón”…. “llevo tiempo sin ver a
Morris cara a cara , siempre se escapa como
un ladrón profesional”… “estoy perdida .
Hable con Morris hoy y le dije que estaba
embarazada . Se quitó toda la
responsabilidad . Dijo que me las viera como
pudiera , el jamás se hará cargo de un bebe
que no quiere ”.

Y entonces lo entendí Morris era mi abuelo. “La


bestia había usurpado a la princesa” mi abuela
había parafraseado lo que había pasado. El
embarazo tomo su curso en el relato de mi abuela
las cosas cayeron de una manera realmente difícil
a los meses de haber nacido mi madre “Morris
murió; no solo como padre , no solo como mi
amado, sino que murió definitivamente por
un accidente . A estas alturas solo puedo
hacer algo; perdonarlo.” Mi abuela escribía
cada vez más regularmente una que otra
ocasión sobre mi madre y mi tía adoptiva ,
“mi pequeña pregunta por su padre , no supe
que decir. Quisiera que su padre fuera un
hombre bueno, honesto y grandioso pero sé
que no es así , no le pude decir la verdad así
que querido amigo por favor perdóname por
usar tu nombre para llamar a un padre que
hubiese querido para mi hija , completamente
distinto al que fue .” …
Capitulo XVIII
Bosque Mighty

Estaba en Shock. Deje de leer. Ahora


entendía del porque “Nicolás Norton no era mi
abuelo” no tenía nada que ver con la sangre sino
con el deseo de una mujer por darle un mejor
padre a su hija.

Tocaron la puerta y eso me saco de mi


aturdimiento ¿Quién sería tan tarde? Me aproxime
las escaleras con mucho sigilo para no ser
escuchada, solo me asome a las gradas.

-Kari ¿Qué haces?-pregunto en voz baja Emi-


.

-Alguien toco la puerta-respondí-.

-¿Y?-las dos nos asomamos-.

Tía Sara se aproximó y abrió la puerta.

-¿Sí?-pregunto-.

No escuchamos la otra voz. Tía Sara solo se


impresiono del desconocido visitante y volteo a
ver en nuestra dirección. Caímos para atrás de
inmediato por ser descubiertas.
-¿Kari?-me llamo-¿puedes venir?

Emily yo nos vimos confundidas. Y me indico que


bajara.

-Voy enseguida-respondió Emily para


hacerme bajar-.

Camine poco segura sin tener algún motivo. Al


bajar las escaleras estaba mi tía parada y al ver en
dirección al sofá la profesora Eleonor Theodore se
encontraba sentada viéndome de una manera
rara.

-Alguien vino a verte-me explico-.

-Hola profesora Eleonor-abuela, recordé-.

-¿Se conocen?-dijo mi tía-.

-Es mi maestra… del instituto-explique-.

-Hola Karina, gusto en verte-saludo-he


venido a ver como estabas.

-Creo que las dejare solas por un momento-


comento mi tía y se fue a la cocina-.

-Iré mañana al instituto, no debió haberse


molestado.

-Quise ver personalmente que estuvieras


bien.
-¿Por qué?-pedí saber cuándo estuve más
cerca de ella-¿Por qué de pronto se preocupa por
mí?

-Bueno-razono sus motivos antes de decirlos-


porque eres más que una estudiante para mí… tal
vez no sabes pero-

-Usted es mi abuela-la interrumpí y se calló-


Lo sé. ¿Por qué esta aquí?

El silencio incomodo se sostuvo entre las dos.

-Sé que es difícil para ti ver a alguien que no


ha estado en tu vida hacer presencia de pronto
pero no sabía cómo acercarme a ti. Desde que
naciste tu madre decidió que no me relacionara a
ti, pero no quiero que estés sola. Sin tu abuela
debes sentirte realmente así-tambaleo al hablar-
eres mi nieta y si algún día me pudieras ver como
una abuela… es decir si necesitas a alguien para
hablar que no sea un maestro estaré ahí para ti.

No supe que responder.

-Es hora de irme-se levantó-.

-Señora Eleonor-hablo mi tía- puede volver


cuando guste.

Ofreció. No entendía porque de pronto era tan


amable y cordial tía Sara.
-Buenas noches-se despidió y salió de la
casa-.

-¿Qué?-dijo mi tía cuando se fue la señora


Eleonor-.

-¿Es enserio tía?-dije escéptica-“Puede venir


cuando guste”

-¡¿Qué?!-se defendió-es tu familia…. Aunque


nunca lo pareció es tu familia. No me mires así.
Terminare la cena y me iré, me sentiría mejor si hay
un adulto entre ustedes.

-¿Segura que no quieres que te acompañe


al instituto mañana?-pregunto tía Sara en la cena-.

-Segura-dije-no pospongas tus compromisos,


estaré bien. ¿Verdad Emily?

-Verdad-me apoyo Emi- mañana será el


partido, el ultimo antes de salir de vacaciones e
iremos a verlo.

-Estaba pensando…-dijo tía Sara-¿ya que


saldrán de vacaciones porque no me visitan y
pasan allá las vacaciones?

Nos quedamos viendo con Emi. Ella no quería o


eso me dejaba ver en su mirada y yo no podía, por
mucho que me había escapado o pospuesto las
cosas aún tenía una responsabilidad encerrada en
el bosque.

-¡Eso sería asombroso tía!-le incite-pero yo


aún tengo que trabajar.

Ella volteo a ver a Emily.

-Bueno la verdad-quiso inventar algo Emi-


habíamos hecho algunos planes ya mamá…

-Ya veo-dijo mi tía desolada- mis niñas ya no


quieren estar conmigo-había empezado un
chantaje-me siento tan sola a veces. Creí que ellas
querrían acompañarme aunque sea solo unos
días.

-Te prometo que pasaremos todas las fiestas


importantes contigo tía-le calme-pero estas son
nuestras primeras vacaciones como personas
independientes y tenemos diferentes compromisos.

-De acuerdo-dijo sin más remedio-.

Solo falta una semana más para que se terminen


las clases. La más difícil, de exámenes. Llegue
como dije, me sentía tranquila. Estos días
encerrada me habían calmado. Era viernes y me
sentía completamente aburrida, la señora Eleonor
paso por el pasillo sin voltearme a ver. El señor
Simmons me llamo para su espacio personal para
darme condolencias y sugerirme un buen
terapeuta por si lo necesitaba… Todos los
estudiantes seguían su horario y yo ahora solo
miraba un instituto vacío, lleno de estudiantes,
muchos profesores y un gran establecimiento. Era
vacío sin Nicolás. Cuando caminaba a mi último
curso vi a Lisa, no me hablo ni hizo nada solo
estaba caminando a la dirección opuesta. En su
cara se notaba el fastidio y cansancio,
seguramente había estado con Nicolás
últimamente.

Había algo que me tenía inquieta todo el día. El


partido. El juego seria en la cancha al lado del
bosque. A pesar de ser de día, eso me ponía
nerviosa. Mis amigos estarían ahí.

Llego la hora del partido. Todos los chicos se


aglomeraron en el campo, hoy el juego sería
diferente. Todos los equipos jugarían, de los dos
primeros que empiezan el partido; el primero que
echara el gol ganaba y el otro perdía
inmediatamente y se salía para que entre un
equipo nuevo y compitiera con el que echo el
gol. Esto iba a tomar mucho tiempo, los dos
primeros equipos eran tomados al azar de una
bolsa negra con papelitos con los nombres de
cada equipo.

Vi a Lisa caminando hacia el bosque. Y empecé a


seguirla.
-Lisa-le llame cuando estaba cerca-¿vuelves
a entrar al bosque como aquella vez?

-Esa vez Nicolás me había hablado de ti,


quería verte de cerca para ver si podía
reconocerte así que cuando te ofreciste a
caminar conmigo te traje pero él no estaba-se
recordó del primer juego-.

-Entiendo-le dije cuando estábamos en la


entrada del sendero del bosque- ayudare con lo
de Black, no se me ha olvidado. ¿Qué ha pasado
últimamente?

-Entremos antes que alguien nos mire y nos


siga-sugirió y caminamos solo un poco pero lo
suficientemente para estar escondidas de los
demás-Black ha sido encerrado en la casa, de día
él se mantiene en su habitación como siempre o
en el sótano. Todo estaba bajo control hasta que
soltó a las sombras.

-¿Qué son las sombras?

-Son víctimas que el mato y maneja como


títeres para poder obtener energía. Lo bueno
es que solo salen de noche.

-¿Y lo malo?

-No podemos detenerlas son demasiadas…


intentamos encerrarlas en espejos y objetos pero
no se puede; ellas solo son el espejismo de su alma
que se encuentra sellada en algún lugar de Black.
Para detener a las sombras debemos detener a
Black.

-Lisa-dije seriamente-¿Qué es lo que tengo


que hacer para detenerlo?

-Tenemos que encerrarlo en el sótano y


practicar un ritual como el que él hizo. Es algo
complicado en relación a los espejos pero no te
preocupes, te explicaremos como se debe hacer y
no estarás sola…. Necesito preguntarte algo
importante.

-¿Dime?

-Nicolás dijo que creías ser descendiente de


Black. ¿Cómo has llegado a esa conclusión?

-Cuando Nicolás me llevo al cementerio la


primera vez conocí a un amigo de Black….

-Mi ancestro-ella sabía la relación de su


familia y Black-.

-Él me dijo que la hija de Black no murió y


tuvo una hija que es mi abuela. Me conto varias
cosas a decir verdad…

-Sabes una vez creí verlo-se refería al señor


Dolían-pero también creí que fue mi imaginación.
Nunca se nos ha presentado a nosotras, eso
prueba que eres la séptima… hay algo más que no
te he dicho. Las demás saben de tu parentesco y
creen que tal vez nos pueda servir de señuelo si tú
le dices a Black que eres su hija.

-¿Qué?-dije sorprendida-él jamás creerá eso.

-Puede que lo haga Kari. Y si lo hace nos


servirá de mucho-se recostó en un árbol y me miro-
debo decirte algo más.

-¿Qué más?-dije asustada-.

-Nicolás no es tu abuelo-dijo-el al recordar su vida


me conto varias cosas y aseguro no haber tenido
una relación amorosa con tu abuela. Era muy
buenos amigos pero no la amaba de esa manera.

-lo sé.

El celular de Lisa vibro, y contesto de inmediato.

-Entiendo.-fue lo único que dijo y colgó-


debemos separarnos y ver que no haya nadie en
el bosque. Intenta salir de aquí antes del atardecer
o por lo menos encontrarnos a nosotras, las demás
vienen en camino. ¿Tienes tu celular?

-Si-dije tomándolo en mi mano-le mandare


un mensaje a Emily diciéndole que estoy
contigo para que no se preocupe.
-Buena idea-apoyo-decide para dónde
quieres ir.

Vi en varias direcciones e indique en silencio.

-Bien iré por allá-dijo señalando al lado


opuesto-intenta abarcar bastante espacio si te da
tiempo pero no corras riesgos si vez que empieza a
hacerse tarde busca la salida inmediatamente o
llámame.

-Sí.

Ambas caminamos fuera del sendero solas. No


tarde mucho tiempo en encontrar una pareja de
novios en el bosque siendo románticos. Tenía que
ahuyentarlos.

-¡Ah! Una serpiente-grite y los dos se


voltearon deprisa y salieron corriendo-.

Árbol tras árbol me acompañaba, mis pies


pisaban hojas secas, raíces y otras cosas. Fuera de
que este bosque era un lugar de terror me
empezaba a sentir cómoda en él. Podía escuchar
el sonido de la naturaleza y muy a lo lejano
escuchaba cuando todos los estudiantes gritaban
“gol” o “falta” o cualquier otro comentario típico
de un partido de futbol. Seguí caminando y el
sonido del partido dejo de escucharse.
Nunca había llegado a esta parte del
bosque. Había tanta tranquilidad a mí alrededor.
Oí a unos metros una corriente de agua. Sabía que
aquí había un rio pero nunca lo había visto.
Olvidando mi deber camine hacia él. Se miraba
tranquilo pero al meter una mano vi que tenía
bastante corriente. Escuche un siseo que solo
había oído en un zoológico. Una serpiente. No
tenía previsto eso. Me di la vuelta y una serpiente
estaba en la rama de un árbol, me asechaba y
siseaba. Inconscientemente me levante
lentamente, la serpiente lo tomo como un reto al
parecer, levanto su cabeza y sus ojos me
aterraron.

Di un paso para atrás al mismo tiempo que


ella se lanzó directo a mí, pero mi pie se tropezó
con una rama y caí de mala forma al rio, doble mi
dorso de manera de dar una vuelta a mi cuerpo y
este bajo hasta el suelo del rio.

Al estar bajo el agua solo en “aire” pude


pensar pero estaba siendo arrastrada y el agua
entraba en mí. Intente llegar a la superficie y tome
aire pero no me percate de un tronco de árbol
estaba caído formando una especie de puente
entre las dos orillas.

Mi cabeza se golpeó fuertemente contra el


tronco quitándome el aire que tenia ya que
nuevamente estaba bajo el agua. Otro tronco
estaba tirado de la misma manera e intente
agarrarme de él pero no podía subir mi cabeza o
sacarla fuera del agua por lo menos me resbale
nuevamente. Estaba perdiendo consciencia, el
poco aire que tenía en mis pulmones estaba
cesando. Cuando sentí la presencia de alguien
debajo de mí. Me asuste y empecé a agitarme
entonces sentí unos brazos tomándome, primero
me atrajo hasta el fondo del agua ¿Intentas
ahogarme?-me pregunte en mi terror interno-pero
luego me impulso fuera del agua y acerco a la
orilla.

Seguí la ruta del agua que estaba más


calmada ahora y al estar agarrada en la raíz de
un árbol, vi como una especie de espectro de una
mujer estaba en el rio. Tenía cerrados sus ojos y su
pelo ondeaba con la corriente. Vestía un vestido
azul y estaba descalza. No fue hasta ver bien la
imagen en que note que en su pálida piel habían
golpes también alrededor de su silueta estaba
rodeada de un tono rojizo en el agua, similar a la
sangre. La mujer siguió unos metros después hasta
que desapareció ante mis ojos. ¿Dónde estaba
ella ahora? ¿Dónde estaba yo ahora? Salí del
agua.

Mi ropa estaba empapada completamente,


había bastante aire y vi al cielo, aun no era el
atardecer pero había olvidado medir el tiempo. Al
sacar mi teléfono del bolsillo de mi pantalón era
obvio que estaría lleno de agua. No servía. ¿Qué
debería hacer ahora? Quise saber. Si seguía
caminando en contra de la corriente que me
había arrastrado tal vez llegaría al lugar donde
me caí pero no me percate en la dirección exacta
que me llevo a ese lugar. Podía intentar seguir mis
pasos pero eso también podría perderme. Si
seguía el camino en contra de la corriente, este
me llevaría fuera del bosque; estaba
completamente segura de eso pero no sabía
cuánto tendría que caminar para eso podría
tardarme varios minutos o incluso varias horas.
Estaba completamente perdida. Camine entre los
arboles buscando el sendero, sin estar segura en
qué dirección me dirigía solo divague con la
esperanza de encontrar a Lisa o a las otras mujeres
que venían en camino. El tiempo pasaba y
empecé a preocuparme de haber caminado en
círculos todo era muy parecido y no encontraba la
solución. La tarde se aproximaba ¿desde cuándo
el tiempo corre tan rápido? Era algo inútil, estaba
completamente exhausta con la ropa mojada,
solo mi pelo se había secado ya. Tengo que seguir
intentándolo me motive a mí misma. Camine sin
parar en línea recta, esto tenía que llevarme a
algún lugar.
La tarde se había quitado del camino pronto se
terminaría el atardecer y la noche marcaria su
presencia. Estaba empezando a temblar de frio y
miedo, bonita combinación dijo mi razonamiento.
Atormentada de lo que pasaría si no salía a
tiempo empecé a correr pero escuche una
melodía triste que me freno en seco y me atrajo a
caminar en medio de unos árboles. Mis ojos se
abrieron enormemente al ver a donde había
llegado. Unos metros más lejos de mí estaba la
casa. Un sendero de piedras me invitaba caminar
hacia ella, pero sabía que no debía hacerlo. Sin
embargo era algo inevitable como dos átomos
sumamente atraídos a formar una molécula. Di
cada paso lentamente como si fuera un campo
repleto de explosivos. ¿Nicolás se encontraría ahí
adentro? El sonido paro y mis piernas también lo
hicieron.

Tenía que terminar lo que había empezado, más


cautelosamente me propuse a seguir caminando
aun muerta de miedo me desvié de la puerta
hacia un ventanal. Aproxime mi rostro y su
presencia se mostró en un segundo. Nicolás. Su
rostro estaba aterrado pero lo ignore
inconscientemente y sonreí de felicidad al verlo.

Dijo algo que no escuche, movía sus labios pero el


sonido en ellos no estaba al alcance de mis oídos.
Coloque mi mano en la ventana y él se detuvo de
hablar. Decidida a entrar camine hacia la puerta
pero esta se abrió repentinamente y diversas
figuras oscuras se desplazaron alrededor de la
casa, estaban detenidas a unos pocos metros
alrededor de mí. Una mano helada tomo la mía y
me jalo hacia adentro de la casa. Atravesé la
puerta y nuevamente las sombras se disponían a
entrar, mi garganta se hizo una bóveda cerrada
donde ningún grito podía salir. Nicolás me
arrastraba al segundo piso por las escaleras de
caoba. Torpemente tropezaba porque él iba
deprisa y yo ni siquiera entendía que estaba
pasando. Me tiro dentro de una habitación y cerró
la puerta rápidamente. La pequeña habitación
rosa. Voltee a ver en mi entorno. Todo era rosa y
de niña. Nicolás se sostuvo a la puerta y me
miraba aterrado. Estaba en la boca del lobo.
La Casa del Bosque
Capitulo XIX

Todo había pasado muy rápido. Me levante


de donde había caído. Y eche otro vistazo a la
colorida habitación rosa. Muñecas, osos de peluche,
una pequeña cama, una ventana donde ya no
penetraba la luz del atardecer y un armario con
espejo donde podía verme, la perplejidad que me
confundía se desvaneció de mi rostro, había caído
en cuenta ahora. Efectivamente esto era malo.

-¿Estás bien?-pregunto en voz baja Nicolás al


acercarse a mí-.

-Si-dije aturdida y lo abrace-¿Qué fue lo que


pasó?

-Las sombras están rondando la casa en tu


búsqueda pero aquí no pueden entrar. Todo estará
bien. Las atrajiste como un imán, te dije que
corrieras.

-no te escuche-dije asentando todo-¿Por qué no


pueden entrar aquí?
-Black nunca entra. No pueden estar donde él
nunca ha estado después de que murió y creo a las
sombras.

-¿Por qué tú no eres una sombra?

-Porque mi alma no le pertenece-dijo


apartándome de él y fijando sus oscuros ojos en mí-
Cuando él me tomo para absorber mi alma aquella
tarde que me asesino luche para escapar, escape…
por Ada.

-¿No tienes miedo que la tome ahora?-


pregunte mortificada de lo complicado que estaba
todo-.

-Es que ya no la tengo-dijo suavemente para


tranquilizarme- mi alma ahora te pertenece a ti.

-Nicolás sé que no es el momento-dije


redactando mis ideas y emociones que danzaban
sin parar y formaban un tornado de confusión-pero
te extrañe tanto.

Y lo abrace nuevamente. El solo me tomo en sus


brazos y me sentí completamente protegida.
Escuche un suspiro y fue esa su respuesta, también
me había extrañado.

-Debo salir-me explico-pero tú no, tú quédate


aquí. No te pasara nada lo prometo. Debo decirle a
Lisa lo que está pasando. Con algo de suerte Black
no se dio cuenta.

-No te vayas-pedí y todo se estremeció-¡¿Qué


fue eso?!

-Esas son las sombras están realmente inquietas


pero insisto-hizo que lo viera-no te harán daño.
Digamos que este cuarto es el ojo de la tormenta.
No te preocupes, volveré pronto.

-¿Y si Black viene?

-Eso…-dejo la oración en el aire-no es


probable. Nunca entra por aquí. Kari no salgas
¿entiendes?

Asenté mi cabeza en aprobación, Nicolás me dio


una sonrisa de aliento y me beso la frente antes de
desvanecerse como el aire, tal como lo dijo Emi; las
personas son aire. Emi ¿Dónde estaría Emi? ¿Se
habrá marchado ya?

Las cosas se movían un poco, estaba paranoica en


cualquier momento alguien entraría aquí y
arrastrarían mi alma a la oscuridad. El tiempo corrió y
el miedo evito que bajara la guardia, me
encontraba escondida en la esquina de la
habitación deseando que Nicolás volviera mientras
que escuchaba crujidos y azotes de ventanas e
incluso puertas y todo eso sin mencionar el escalofrío
infernal que sentía cuando escuchaba a las sombras
pasar como ráfagas de viento. La peor noche de mi
vida. Nicolás me había ordenado quedarme aquí
pero no puedo hacerlo, mis amigos están a las
afueras del bosque ¿Qué pasara si ellas deciden
dejar de buscarme y salen? Me impulse a caminar a
la puerta y vi por debajo de la puerta si había algo.
Era la primera vez que estar en una casa
desconocida era terrorífico. El silencio se dispuso
luego de unos momentos. Sin tener la más mínima
idea de que hacer me arrastre en contra de mi razón
fuera de la habitación de princesa. Camine por un
pasillo oscuro guiándome de la pared. Mis ojos se
habían acostumbrados a la oscuridad que se formó
en el tiempo que cayó la noche y estuve en la
habitación. Encontré otras gradas y sigilosamente
subí los escalones que me llevaron a una puerta. Al
cruzar la puerta de la terraza que estaba en esta
casa me sorprendí de lo estrellado que estaba el
cielo. No había ruido aquí afuera. Busque una salida,
quizás unas escaleras de emergencia o algo que me
ayudara a bajar. Nada. Me acerque al barandal y vi
el frondoso bosque de una manera que no había
visto antes, las aves nocturnas hacían los sonidos de
la noche. La puerta que había cerrado en silencio se
estremeció brutalmente. Una de las sombras me
había encontrado y ya se lo que venía. Mi fin.
Corrí al otro extremo de donde estaba para intentar
huir dentro de la casa otra vez pero la oscura
neblina que parecía humo me acorralo y la figura
de un hombre me tenía tomada. Azoto en un
instante mi cuerpo contra el suelo, sus manos de
hielo me sostuvieron contra el piso. Mis piernas
pateaban para liberarse sin éxito en el aire. Me
empezaba a sentir débil como si mi vida se estuviera
escurriendo como agua entre las manos. Los ojos del
tipo me forzaron a verlo fijamente y una de sus
manos tomo mi garganta con demasiada fuerza.
¡Suéltame! Grite pero el grito solo estaba entre mis
adentros su mano no me dejaba gritar y ahora ni
respirar. Vi mi vida de repente, los momentos buenos,
malos y tristes. Todas las personas que habían sido
importantes en mi vida llegaron a mi mente. Mamá.
Fue la última imagen que llego y me detuve a ver
cada detalle del recuerdo. La mano del sujeto se
aflojaba en mi consciencia por lo menos ya no sentía
presión en mi cuello pero podía sentir como fuego
en los espacios donde habían estado sus dedos.
Entreabrí los ojos y vi el rostro de mi agresor. ¿Es
confusión lo que se encuentra en el fondo de su
pupila? ¿O es el reflejo de mi alma que huye de mi
cuerpo?

Otra silueta quito de encima a este, recuperaba mi


compostura en esos segundos donde Nicolás había
llegado a mi rescate, aun no podía caer. Observe al
lado Nicolás peleaba con la sombra agitadamente.
Pero la sombra le dio una patada y lo saco de su
camino no por muchos momentos ya que enseguida
lo sujeto del tobillo y le profundizo otro golpe en
seco. Intente hacer algo pero en este punto no sabía
qué hacer.

-Corre-dijo en su forcejeo Nicolás-.

Intente avanzar pero ellos estaban en la puerta, solo


podía saltar de la barandilla. No tenía el valor, la
oscuridad la hacía ver como un abismo sin fondo. Mi
mirada se petrifico en la batalla de los dos
fantasmas. Al lanzar nuevamente a Nicolás en otra
dirección el sujeto intento agarrarme de nuevo.
Nicolás intento detenerlo pero los pies del tipo se
hicieron humo solo sus manos estaban en mi
búsqueda y la mitad de su cuerpo estaba a medio
formar en esa neblina oscura. Se dirigía a mí, sin
ningún remedio cerré con fuerza mis ojos y me tire al
suelo cubriéndome con mis brazos.

-Hija-Soltó la voz escalofriante-.

Abrí los ojos al instante. Su palabra me quito el


aliento. ¿Era este el fantasma del bosque? ¿Era el
Black, quien me había confundido con su hija?

Nicolás se impuso delante de mí para apartarme de


él, y la sombra nuevamente lo golpeo arrojándolo al
otro extremo. Sin ninguna protección el sujeto
termino de formarse. Vi al señor y mi lengua muda no
intento ni moverse. La sombra se movió en mi
dirección y su frente estuvo a unos diez o cinco
centímetros de la mía. Quito una parte del pelo que
me caía en la cara y me vio con recelo.

-¿Eres hija de Lía?-pregunto- ¿Eres Kari?

Voltee a ver a Nicolás quien se encontraba donde


había caído y su mirada era de la misma confusión
que la mía.

-No temas-me pido endulzando su voz-nunca


te haría daño.

¿Acaso tiene amnesia a corto plazo? Hace unos


momentos me estabas quitando la vida.

-¿Quién eres?-mi asustada voz lo desconcertó-.

-Tu padre-su cara se ilumino, me mostro una


sonrisa de disculpas y al cerrarse un poco sus ojos
unas lágrimas brotaron-Nunca creí que llegara el día
en donde te vería, mi pequeña Kari.

-¿Cómo sabes mi nombre?-me aparte de el-


¡abandonaste a mi madre! Nos dejaste antes de que
yo naciera.

-Porque yo elegí tu nombre-dijo melancólico-


nunca abandone a tu madre…
-¿Entonces porque te fuiste?

-No fue mi decisión-frunció el ceño-ahora lo


recuerdo bien; fue ese hombre, el señor de esta casa
quien me capturo y me cegó de alguna manera. Me
volvió lo que soy ahora, me arrebato todo lo que era
y quien era.

Una ira absoluta domino mi mente, ya era suficiente;


Black arrebataba a todos a mi alrededor.

-¿Fue Black el culpable de que no estuvieras


conmigo-pregunte herida- papá?

Asentó la cabeza. Nicolás se empezó a desplazarse


hacia mi dirección pero mi padre se interpuso entre
él y yo.

-¿Quién eres?

-Un amigo de la familia-le dije


apresuradamente-.

Su guardia se aflojo solo un poco y Nicolás hizo igual.

-¿Pero qué haces aquí?-dijo mi padre-Si él te


encuentra te hará lo mismo que a nosotros.

-Te lo dije antes de irme ¡Tenías que quedarte


en la habitación!-Regaño Nicolás-.

Mi padre lo miro molesto.


-¿Cómo que habitación?-le lanzo una mirada
mortal-¡¿exactamente qué clase de amigo eres tú?!

-Soy el amigo de su suegra la abuela de


Karina-dijo Nicolás a la altura de mi padre; directo y
serio pero no de manera ofensiva o para hacerlo
enojar, y una sonrisa traviesa se formó en sus labios- y
quien sabe tal vez su futuro yerno. ¿Podría casarme
con su hija?

Los ojos de mi padre y los míos se abrieron como


platos. Bonito momento para hacer bromas Nicolás.

-Creo que te mandare al infierno-dijo decidido


mi padre-.

-No-pedí pero al intentar tomarle del brazo mis


manos traspasaron y el volteo a verme-.

-Él no es tangible Kari-dijo Nicolás- Debemos


sacarte de aquí, si las otras sombras te encuentran
no pasara lo mismo que paso con tu padre, su lazo
paterno fue lo que lo desencadeno de Black, un
gran golpe de suerte de que el haya sido la sombra
que te encontró y no una de las otras.

-Las otras se aproximan-dijo mi padre viendo la


puerta-debes marcharte, pero no por la casa si
entras de nuevo te atraparan.

-¿Entonces cómo?-dije aterrada-.


-Tendrás que saltar-dijeron unánime-.

Se dieron una rápida mirada de desagrado y yo


voltee a donde ellos querían que saltara.

-Intentare detenerlas lo más que pueda-


ofreció mi padre-.

-Creí que las sombras son indetenibles-dije


meditando su propuesta-.

-No pasaran de mi-respondió-ellas no acaban


de conocer a su pequeña por primera vez.

-y yo detendré a Black-dijo Nicolás- intenta salir lo


más pronto posible del bosque, las demás andan en
distintos puntos haciendo guardia porque hay
estudiantes todavía en el campo.

-Es hora de irte-insistió Nicolás- tu podrás


hacerlo.

Voltee a ver a mis dos “fantasmas de la guardia”, no


quería irme aunque la situación lo dictaba,
necesitaba decirle varias cosas a mi padre pero no
había tiempo alguno. ¿Volvería ver a Nicolás o a mi
padre después de esto? Suspire. Nada me lo
garantizaba.

Me subí en el barandal.
-Delante de ti hay un árbol-explico Nicolás-
como a un metro y medio, salta en esa dirección
con todas tus fuerzas no dudes y agárrate lo más
fuerte que puedas, luego corre entre los arboles lo
más recto posible, Lisa estará esperándote y luego
estarás a salvo.

-Puedes hacerlo mi niña-sus palabras de


aliento me dieron fuerza-te daremos un pequeño
empujón.

Sentí ambas manos de los dos en mi espalda.

-¡Ahora!-dijeron al mismo tiempo y salte-.

Sentí como una corriente me empujo como un


velero en el mar. Choque con una rama del dichoso
árbol y me sostuve a ella, luego me aproxime al
tronco y sin ver bien lo que hacía empecé a
descender. Sentía dos corrientes de aire a mí
alrededor en espiral en lo que bajaba por el ancho
tronco. Sentí la gloria al tocar el suelo y empecé a
correr como me lo habían indicado. Llevaba
corriendo tan solo unos metros cuando escuche
atrás mía unos sonidos brutales. Estaban peleando.
Intente no pensar en ello y obedecer las órdenes de
mi padre y de Nicolás. Confié en que sabían lo que
hacían. Otros metros más tarde mi consciencia de
los sucesos se hizo presente; porque estos fantasmas
no son como los que se aparecen y dicen “Bu”. Mis
piernas se tropezaron con un cuerpo suave y
pequeño y el mío se estrelló contra el suelo. Un
quejido felino salió del pobre animal con el cual
había chocado.

-¡Clementain!-me retorcí a ver si lo había


dañado-.

-Eso sinceramente dolió-dijo un espíritu que salió del


cadáver del pobre gato al cual nombre-.

-¡Te he matado!-dije asustada al ver su


pequeño cuerpo-.

-¡No!-dijo golpeándose la cabeza en signo de


que no había entendido nada- Yo Salí del cuerpo
para poder hablarte, no me entenderías si maullara
todo el tiempo.

-Clementain-dije anonadada-¿este eres tú?

-Clementain es el gato-dijo viendo al gato-mi


nombre es Drake. Y soy el alma que vive en el gato
por decisión propia.

-¿Tú lo decidiste?-dije asombrada-.

-Bueno no es tanto como mi decisión-


reconoció-no puedo irme hasta que Black se vaya.
Estoy como los demás.
-Pronto podrás irte-le dije desolada-como
todos los demás…

-Pero ahora te sacare de aquí-dijo decidido-


las ventajas de ser gato es que no necesitas luz para
andar en la noche.

El espíritu se metió nuevamente al gato y este se


reanimo y empezó a llevarme por un sendero
destruido entre los árboles, intentaba no pisarle la
cola así que iba despacio detrás de él. El maulló y se
detuvo, me jalo de la pierna de mi pantalón para
entrarme en el tronco de un árbol.

-¿Qué sucede?-pregunte en voz baja-.

Solo maulló y aproxime mis ojos fuera del refugio del


tronco. Mis ojos se abrieron enormemente al ver un
espectro de un venado sin ojos andando entre los
arboles con lentitud. Se escuchaban las pisadas de
sus patas y movía la cabeza como si tuviera los ojos
puestos en lugar de esos agujeros negros. Era el
animal más horrible que he visto en mi vida y me
tenía cautivada. Clementain digo Drake me halo de
nuevo para que me escondiera completamente en
el tronco de este enorme árbol. Los instantes pasaron
y Drake se empezó a mover despacio para afuera…
rodeamos el tronco vigilando que no hubiera nadie
asechándonos y tal fue nuestro susto que choque
con Lisa.
-¡Kari!-dijo alegre Lisa-estas bien, te di por
muerta. ¡¿Por qué no contestas tu teléfono?!

-Él se dio una pequeña ducha en la tarde.

-Bien hecho Clementain-felicito Lisa- Vámonos,


tenemos rodeado el perímetro para que nadie entre
ni tampoco salga pero hay dos puntos descubiertos.
Uno de ellos es la entrada al sendero que tú y
Clementain vigilaran y otro es cercano a ese pero yo
lo veré.

-¿Todavía nos quedaremos en el bosque?

-¡Claro que no! Tú te saldrás e iras con Emi y los


demás ellos están en una fogata que hicieron en el
campo.

-¿Qué hay de ti?-pregunte-.

-No soy fácil de asustar me quedare entre los


arboles vigilando. Clementain tienes autorización de
morder a cualquiera que quiera entrar…. Kari, Emi ha
estado va de llamar le he dicho que andábamos
haciendo senderismo con mi abuela y que pronto
llegaras con ellos.

-Gracias, Lisa.

-Por fin vamos tomando el control. Tenía miedo


de que las sombras los encontraran antes de que
Nicolás pudiera sacarte de ahí.
-Mi padre es una de las sombras-se detuvo en
impresión-el también ayudo a que saliera de ahí.

-¿Noche interesante he?-dijo asombrada-Estas


más enredada en este problema de lo que creí.

Llegamos al final del camino unos pasos más y


estaría fuera del bosque. Abrace a Lisa y le dije que
tuviera cuidado.

-Tú también. Por hoy mantente fuera ¿de


acuerdo?

-Sí.

Salí y en medio del campo se encontraba un grupo


de jóvenes. De lejos vi a mis amigos y sonreí al ver
que estaban bien. Corrí y abrace de sorpresa por
detrás a Emily.

-¡Kari! Has llegado-dijo contenta Emily-.

León también me tomo por sorpresa y me levanto


entre sus brazos.

-“Alguien está feliz”-comente-.

-“Alguien” gano el torneo del instituto.

-Felicidades-lo abrace fuertemente y me


voltee a ver a Andrés-lo siento mucho Andrés.
-¿De qué hablas? No habrían ganado si no
fuera porque fui parte de su equipo.

-Creí que era por grado y sección y subgrupos


que se formaron en el instituto.

-Si por eso jalamos a Andrés al equipo.

-Entonces ¡Felicidades a los dos!

Extendí el brazo para que Andrés se uniera al abrazo,


pero aun en medio de las buenas nuevas vi en
dirección al bosque y recordé mi traumatizante
experiencia que no se compararía al final de esta
historia de miedo.
Capitulo XX

Amanecí en mi cama, por primera vez en una


semana. Noche en noche hacia vigilancia en el
bosque. Daba la excusa de que estudiaba para los
exámenes con Lisa para mantenerme lejos de casa
a tales horas. A mi regreso Emily siempre estaba
dormida así que no se daba cuenta de cuando
entraba. Realmente era cansado pero el fin se
acercaba, la noche perfecta en condiciones
perfectas se aproximaba. Hoy. Al pasar el día y caer
la noche entraríamos en acción. Conocería por fin al
misterioso y maligno Black, mi tatarabuelo.

Al pensar en mi cansancio lo multiplicaba por


diez o cien cuando recordaba que Lisa daba su
energía para que Nicolás pudiera materializarse y
hacerle frente a Black. Los exámenes habían
terminado ayer y hoy no tenía excusa para
escaparme de casa, es mas a decir verdad los
chicos querían celebrar el inicio de vacaciones. No
tenía ni la menor idea de cómo me iba a escapar de
esa pero en algo tenía que pensar. Disfrute mi
almohada que se encontraba en mi cabeza, vi al
techo como si hubiera algo interesante que ver y
luego vi una foto que se encontraba en la mesita de
noche, en ella estaba mi mamá, mi abuela y yo.
Frente del portarretrato había depositado mi relicario
con mi nombre. Lo usaría hoy, ya que era la
carnada. Black había evaporado las sombras luego
de que estuve en esa casa con ellas mi padre. Era
una pena menos para todos y una tristeza más para
mí.

-¡Buenos días!-salto Emi encima de mí-.

-Buenos días Emi-la tire al lado mío-.

-Estas de buen humor.

-Y no es para menos. Por fin se ha acabado-


dijo aliviada-vengo a decirte que te apresures el
desayuno estará listo pronto.

-¿Has hecho el desayuno? Creí que me


tocaba a mí.

-He… bueno veras yo no lo he hecho hoy.

Me dio una punzada de curiosidad.

-¿Quién?

-León está cocinando apresúrate a arreglarte.


Saldré con Nora a desayunar.

-¿Me dejaras sola con él?

-Kari el no muerde-dijo poniendo los ojos en


blanco-espero. Más le vale que se comporte.
-Lo hará. Pero ¿Por qué hace esto?

-Creo que te ha visto más estresada que


nunca. ¡Quiere darte un detalle! ¿No es
encantador?-dijo con una sensibilidad extraña-
bueno yo me voy. No lo dejes esperando.

Me di un baño y me arregle como siempre. Cuando


cepillaba mi pelo recordé lo que Nicolás le dijo a mi
padre “¿Podría casarme con su hija?” La idea me
lleno e inflo mi corazón de felicidad y tristeza. Eso no
era posible pero me hacía feliz. Baje a la cocina y vi
un León cocinando como si fuera su propia cocina
con tanta naturalidad.

-¿Hola…-le sorprendí con la guardia baja-que


haces?

-¡Hola!-me recibió-preparo el desayuno.


¿Comemos ya?

-Claro-dije amistosamente-.

Sirvió y desayunamos hablando de varias cosas. Pero


luego de un rato me sentí mal de que el pudiera
tomar esto como una cita.

-León, yo…-como le digo para no hacer sentir


mal a mi amigo-.
-Tranquila no es un desayuno de cortejo-
aseguro-es el desayuno que te hace tu mejor amigo
que te quiere mucho.

Me lleno de ternura. Su respuesta.

-¿Eso significa que lo has elegido verdad?-dijo


sin levantar su mirada del plato-.

-Si…

-Vaya…. Creí que esto sería menos doloroso-


admitió y suspiro-.

-Lo siento.

-No lo sientes-me retracto- y eso está bien. En


la guerra y en el amor se gana y también se
pierde…. Si la mayoría pierde. Pero como te dije si
eso te hace feliz, también seré feliz. Amiga.

Acento la palabra amiga para hacerme sentir


cómoda.

-Vamos-le anime-debe haber alguien más. No


todos pierden, solo les falta ver a la persona.

-¿Lo dices con hecho pensado?

-No-mentí-No apostaría un ojo pero algo me


dice que esa persona está muy cerca.
-Bueno lo último que se pierde es la esperanza-
dijo viéndome sinceramente-te tomare la palabra.
No sé de quién hablas pero si esa persona existe solo
espero estar emocionalmente completo para ella.

Luego de pasar el día entero con mis amigos al


llegar la tarde me escape de ellos, dejándolos para ir
con las demás médiums. Al entrar a la casa de Ester
donde había sido aquella reunión vi a Lisa en la sala
tirada como un cadáver sobre el sofá.

-¿Te sientes bien?-pregunte-.

-Si-abrió los ojos -cansada pero bien.

-¿Volviste a darle energía a Nicolás?

-Si -confirmo- la necesitara hoy. Descansare en


el tiempo que tenemos.

Dos horas más tarde me encontraba en el sendero.


Con las demás mujeres fuertes. Ya había pasado la
hora en que Nicolás tenía que toparnos en el lugar
acordado pero en lugar de eso no se aparecía por
ningún lado.

-Nicolás no viene-dijo desesperada Helen-.

-¿Se le habrá olvidado?-dijo Ester-.

-Lo dudo-le respondí-él siempre es responsable.


-Algo está mal-comento Clarín-Debemos
buscarlo.

-Estoy de acuerdo-dijo Ester-debemos buscar a


Nicolás.

-Podríamos separarnos-planeo Lisa-.

-Pero nadie puede faltar al ritual para encerrar


a Black en el espejo-dijo Helen irritada- no importa
que, eso pasara con Nicolás o sin Nicolás.

-¡Empezaremos a buscarlo entonces!

-Kari-hablo Lisa por encima de las demás-esta


vez no te pierdas, te iras en el camino del sendero.
Fíjate bien en la hora cuando llegue el momento nos
uniremos y entraremos en la casa.

-Sí.

-Andando-dijo Helen sin más prolongación y


todas se dispersaron, empecé a caminar por el
sendero tal y como lo dijo Lisa-.

Ciertamente no había pierde. Sentía mariposas


en el estómago. No espera eso es lo que sientes
cuando estas “enamorado” sentía… ¡sentía una fiera
mítica en mi abdomen! Estaba muy nerviosa, no ver
a Nicolás me puso así. A un lado del sendero a lo
lejos vi una banca en ella se encontraba un hombre
vestido con un traje negro. Me puse nerviosa de
encontrar a alguien solo sentado en este bosque. Lo
mejor sería sacarlo de aquí.

-Hola-dije amistosamente y el caballero me vio


a los ojos-Señor sabe que es peligroso estar en este
bosque.

-Lo sé-respondió sin titubeo y me perdí en el


agujero negro de sus ojos, empecé a sentirme
mareada en verdad, tanto que perdí el equilibrio y
caí sentada, intente apartar la vista de los ojos del
señor pero caí en una especie de embrujo que lo
impidió-.

¿Dónde estoy? ¿Por qué mis ojos están cerrados?


¡Tengo que abrirlos! Un rosado pastel poderoso se
encontraba a mí alrededor. Conocía este lugar muy
bien. El cuarto de princesa rosa. ¿Cómo es que
llegue a la casa otra vez? Estoy sola. Me levante
precipitada de la pequeña cama rosa y vi sentado
en una silla al señor que encontré en la banca del
sendero.

-¿Cómo llegue aquí?

-Te has portado muy mal Elizabeth-dijo el


señor- sabes por cuanto tiempo te espere.

En el rostro de mi secuestrador daba miedo pero


causaba un efecto de ambivalencia en mí.

-¿Black?
-¿Desde cuándo mi propia hija me llama por
mi apellido?-pregunto-ha pasado mucho tiempo
Elizabeth.

Y sobo mi cabello con ternura. Quise alejarme de


inmediato pero me dio miedo. El creía que era su
hija esto podría ayudarnos a tenderle la trampa
fácilmente.

-Siempre que tengas esos ojos y ese collar te


reconoceré-afirmo-mi pequeña regreso a casa. Tu
madre estará muy feliz.

-¿Mi madre…?

-Ven conmigo Elizabeth-tomo mi mano y era la


misma sensación que tenía con Nicolás pero esta era
una sensación que quería rechazar con todas mis
fuerzas-.

Me llevo fuera del cuarto y me preocupe por las


sombras.

-¿Qué paso con las sombras?-quise saber-.

-Oh cariño las he eliminado.

-¿Por qué?

-Ya eran inútiles-dijo como si no fuera raro que


preguntara-una se revelo y tuvo que ser castigada.

Papá.
-¿Dónde está Nicolás?-pregunte sin ocultar mi
desesperación-.

-¿Quién?

-Nicolás-pare de caminar para que me mirara-


un chico alto de mi edad, que fue tu víctima.

Los ojos de mi tatarabuelo se volvieron oscuros y


malignos y toda la atmosfera alrededor de él se
volvió congelante.

-Me encargue de él.

-¿Dónde está?

-¿Cómo sabes de él?-dijo molesto e inquisitivo-.

-Es un chico que conozco-quise endulzar la


historia-me gustaría verlo…. Papá.

El aura de Black cambio nuevamente.

-Si te portas bien tal vez lo veas.

Me dio paso para la habitación, la cual parecía ser


la principal. Había una cama con cuatro columnas
que mantenían cortinas color rojo carmesí cerradas.

-Ahí está-me hizo acercarme a un lado de la


cama-salúdala.

Al ver el cadáver putrefacto de la esposa de Black


con un vestido azul en ese esqueleto que un día se
llamó cuerpo sentí más que una fiera dentro de mí,
mi estómago era débil o lo suficiente para no
soportar vomitar.

-¿Dónde está el baño?-pregunte resistiendo el


impulso de hacerlo ahí mismo-.

-Te vas por un largo tiempo-dijo molesto


nuevamente-¿y no le darás un beso a tu madre?

Él no me diría nada hasta que hiciera lo que me


pedía. Bloque toda consciencia de mi ser, expulse mi
asco en el espacio más recóndito de mi ser y deje
de ver, oler y respirar para besar el cadáver de una
mujer que lleva mucho, enserio mucho tiempo
muerta. Cerré los ojos y por una milésima de segundo
me imagine que en lugar del cadáver estaba
besando aquel espectro que me salvo en el rio solo
que en lugar de estar rodeada de sangre estaba
viva y se miraba viva. Abrí demasiado rápido mis
ojos cuando aún mis labios estaban en lo que era su
cabeza. Me aleje lo más que pude y volví a respirar
para evitar las náuseas que luchaban dentro de mí.

-¿Dónde está el baño?

-En el corredor dos puertas a la izquierda-me


dijo en el tono de lo más obvio del mundo-.

Salí precipitada al baño. Y aleje la imagen de mi


mente. Abrí del grifo del cual salió un pequeño
chorro de agua y me lo tire a la cara. ¡TRAQUILIZATE!
Black no podía sospechar nada, aun.

Saque el celular de mi bolsillo y llame a Lisa.

-¿Lisa?-susurre-.

-Kari ¿encontraste a Nicolás?-dijo


rápidamente-¿Por qué susurras?

-Black me atrapo y me trajo nuevamente a la


casa, cree que soy su hija Elizabeth -dije en medios
susurros en el suelo intentando aliviar mi asco-Creo
que le hizo algo a las sombras… y también a Nicolás.

Solloce. Y el silencio de Lisa se prolongó, ¿tal vez


escuche mal pero creí escuchar un sonido similar a
cuando intentan no llorar, y tragarse el dolor?

-Kari, te sacaremos de ahí-dijo Lisa,


definitivamente intentaba no llorar-sigue el plan,
llévale la corriente; as que crea que eres su hija.
Luego nos escabulliremos por el sótano y lo
encerraremos para siempre.

-Si-mitigue mi dolor de igual manera-.

-¿Elizabeth estas bien?-pregunto Black-.

-Es él-le susurre a Lisa-Si estoy bien, salgo


enseguida.
-Con mucho cuidado, Kari-dijo Lisa-no tengas
miedo. Eres más valiente y fuerte de lo que había
pensado.

Colgué. Me aferre a las palabras de Lisa. Tenía


mucho tiempo por delante que soportar. Al salir él
estaba en el pasillo. Temblé pero por primera vez
>creo< saque todo el coraje que tenía dentro.

-¿Por qué no tocamos unas piezas?-me dijo-.

Bajo a la planta y me llevo a otra habitación bien


iluminada donde se encontraba un piano. Había
unos cuadros en él. Retratos de una mujer
probablemente su esposa y una niña quizás
“Elizabeth”. Y otro de él me imagino pero mucho
más joven al lado de su esposa.

-Prefieres tocar tú primero-ofreció-.

-A decir verdad-tenía que inventar algo-se me


ha olvidado como tocar piano.

El frio otra vez se apareció.

-¿Podrías tocar algo tú?-endúlzalo un poco


más-papá.

Y funciono.

Se sentó en el banco negro del piano. Y la melodía


triste que me atrajo la vez pasada empezó a salir de
aquel bello instrumento. Prosiguió con otras melodías
reconocidas y otras tal vez inventadas. La luz de la
habitación ya no era tan fuerte significaba que el
tiempo estaba pasando y pronto esto acabaría. Me
había perdido en las melodías para perderme en el
tiempo y solo encontrarme cuando esto llegara a su
fin.

-Ya es tarde es hora de ir a dormir-declaro-.

-Podemos estar en tu habitación con mamá-mi


estómago se revolvió con esa palabra y la imagen
del cadáver-.

Él sonrió feliz y me ofreció su brazo para que


camináramos juntos. Nuevamente estuvimos ahí
pero esta vez me hizo leer un libro “Las mil y una
noches” Leí todo el tiempo que considere oportuno
para que les diera tiempo de tender la trampa a
Black. Me senté en un sillón individual y no levante
mis ojos ni sentidos del libro. Vi el reloj de pared,
increíblemente estaba funcionando.

-¿Papá?-dije cuándo el momento llego-¿me


he portado bien?

Él se quedó pensativo y sonrió.

-Sí.

-¿Puedo ver ya a mi amigo?


Pude ver que se debatía entre si hacerlo o no. Era
como si estuviera dividido en dos.

-Está en el sótano-dijo, perfecto- antes te daba


miedo ¿segura que quieres bajar?

-Sí.

Concedió la autorización para hacerlo y empezó a


caminar para bajar, abrió la puerta debajo de las
gradas en ella había otra puerta. Solo esperaba que
Lisa y las demás hayan hecho lo que tenían que
hacer. Me fije en el suelo, estaba un polvo blanco
esparcido alrededor de las gradas, Black parecía no
darse cuenta. Había un extraño olor de
putrefacción aquí también pero esta vez no me
afectaba tanto como antes porque había pasado
un largo tiempo al lado del otro cadáver.

El sótano era grande y tenía varios puntos donde se


podrían ocultar las demás esperaba que si
estuvieran ocultas porque yo moría de miedo.
Habían espejos quebrados los del relato de Nicolás
sospeche pero disimuladamente también habían
nuevos. Había una estrella dibujada de siete picos
algo grande en el suelo de un color poco visible.
Black no había hecho comentario alguno, estaba
completamente perdido en sí mismo.

-¿Dónde está Nicolás?-pregunte-.


Black saco un rectángulo de un mueble y sin siquiera
mirarlo lo mostro ante mí, era un espejo en él no se
encontraba mi reflejo sino el de Nicolás. Él estaba
atrapado en el espejo Black tiro el espejo y este
cayo rompiéndose en varios pedazos. El espectro de
Nicolás quedo liberado pero no era como solía ser
ahora él también era intangible completamente.

-¡Nicolás!-dije cuando su figura estaba tirada


en el suelo-¿Qué sucedió?

-Robo toda la energía que tenía-respondió-.

-Toma la mía-le ofrecí-.

Pero en un cerrar de ojos el espectro de Nicolás se


encontraba atado a la pared.

-¿Por qué le haces esto?-exigí saber-.

-El interfirió muchas veces en mis planes-dijo y


una risa malvada soltó de su ser- era tiempo de
atraparlo.

Sin que lo sospechara hice que caminara al centro


de la estrella y me coloque en mi posición.

-Ahora-grite-.

Las otras mujeres salieron de sus escondites y Black se


mostró molesto como tigre salvaje enjaulado. La
tiniebla se empezó a disiparse pero no a salir de la
estrella, esto no le agradaba nada. Helen empezó a
soltar un rezo en una lengua antigua. Era una parte
tan vital para este ritual Black empezó a empujar la
energía como olas agresivas de viento pero no
pasaba nada siempre y cuando todas no saliéramos
de la estrella. Conforme Helen decía el “rezo o
conjuro” el techo empezaba a cambiar. Se estaba
transformando en un espejo. Por un momento todas
miramos al espejo y Black inconscientemente subido
la mirada. ¡Ya estaba! Ahora podía ser capturado,
en donde se encontraba parado se miraba como su
niebla oscura y espesa empezaba a penetrar el
espejo. Helen estaba por terminar luego cada una
tenía que decir otro fragmento en español, el orden
era simple; con forme se habían unido en esta
travesía era su turno. Yo había sido la última y
terminaría con “y desaparece para toda la
eternidad” Lisa había terminado de decir su
fragmento cuando Black se agito y expulso como
una bomba de odio completamente letal y obligo a
todas a salir de la estrella, sus ojos eran negros y de
estos salían sangre, su cuerpo expiraba una gama
oscura y tenebrosa en todo su cuerpo, me miraba
con ira. Aún tenía una mano en esta estrella, vi a mí
alrededor y todas estaban inconscientes, solo
Nicolás que ahora si parecía un muerto miraba con
sus ojos de cristal y se encontraba agonizando. El
cayó de la pared y quedo junto a Lisa. En el espejo
ya estaba abierto el portal al inframundo solo tenía
que decir mi frase y esto acabaría.

-Y desaparece-grite levantándome y
colocándome en mi lugar con dolor el odio había
penetrado como millones de trocitos de vidrio en mi
piel-.

-¡Silencio!-ordeno la voz más oscura que había


escuchado jamás en mi vida-si lo haces Nicolás
caerá conmigo y ambos caeremos al inframundo
para siempre.

Me callo. No podía dejar que eso pasara.

Con su energía total que había venido adquiriendo


todos estos años de sus víctimas halo arrastrado
hacia la estrella a Nicolás.

-¡Déjalo en paz!-ordene-.

Nicolás intento agarrarse de Lisa quien seguía


inconsciente como las demás pero fue inútil, Black
era más fuerte. Lo tomo por el cuello.

-Una palabra más y será el primero que se


vaya.

Las lágrimas de desesperación empezaron a brotar,


tonta no es el momento. Vi a mí alrededor, estaba
sola.
-¡Déjalo ir!

-Desase el ritual.

-No se puede-confesé-Helen dijo que una vez


que se inicia se debe terminar hasta que el ente
desaparezca.

-Entonces tu querido Nicolás se ira conmigo-


dijo la parte más maligna de Black-.

-Debe haber una solución-llore, no dejaría que


eso le pasara a Nicolás-.

-El fin en una eternidad de tortura en el


inframundo-dijo-.

-Pero no es a Nicolás a quien quieres-le grite-es


a mí.

-¿Por qué quería a alguien que me ha


traicionado Elizabeth?

-No soy Elizabeth-le aclare-Soy tu tataranieta.

-Ahora no me importa-dijo sin piedad-Perderás


todo lo que te queda.

-Hay otra forma-recordé en desesperación-leí


en el libro del ritual que el ente puede escapar si
posee con el permiso de la persona su cuerpo.

Black descendió un poco a Nicolás.


-Dices que me darás tu cuerpo-se mofo-.

-Yo en lugar de Nicolás-finalice-.

-Kari no-dijo Nicolás en susurros por su


debilidad-.

-De acuerdo-dijo Black extendiéndome su


mano para cerrar el trato-.

-Tira a Nicolás fuera de la estrella primero-pedí-


.

-¿Y cómo sé que no me engañaras si lo hago?

-Podrías arrastrarlo nuevamente adentro, no


tengo forma de engañarte.

Empujo a Nicolás a otro espejo y este rápidamente lo


absorbió.

-¡Kari no lo hagas!-gritaba una y otra vez


encerrado-.

Estire mi mano en el momento que una luz


cegadora inundaba el sótano. El señor Dolían, la
esposa de Black, mi bisabuela si no estoy mal, mi
abuela y mi madre estaban presentes. Todas tenían
la apariencia con la que habían muerto pero
destellaban en luz. El espíritu de mi abuela estaba
lanzándose a impedir que nuestras manos se unieran
pero una milésima de segundo llego tarde.
Mi palma fría por el miedo y la suya
congelada por la muerte se habían unido ya y no
había vuelta atrás. Mi abuela atravesó como todo
fantasma lo haría nuestra unión. Ahora yo estaba
perdida. El señor Dolían, la mujer que era la esposa
de Black, mi bisabuela y mi madre se colocaron a la
espalda de Black y empezaron a halar al demonio
que sujetaba mi mano pero este estaba pegado en
nuestro contacto físico como si hubieran fundido
nuestras manos. Mi abuela se les unió y el demonio
se partió en dos, un alma destellante como los que
me ayudaban en estos momentos apareció, era la
imagen de Saúl Black mi tatarabuelo. Él se había
dividido en su parte maligna y esta era su parte
buena. Otro portal se abrió en la pared que estaba
frente mía pero este era como un túnel de inmensa
luz.

-No podemos hacer más-dijo el señor Dolían-es


hora de irnos, nuestra misión ha terminado.

Vi como las almas de mis seres queridos y la del señor


Dolían empezaban a rejuvenecerse conforme era
absorbidos, era como si todo pasara en cámara
lenta. El demonio con el que me había entrelazado
gruño al ver que la parte buena y libre de odio de mi
tatarabuelo fue el primero en desvanecerse en ese
túnel de luz, seguido por mi bisabuela y el señor
Dolían quienes ya aparentaban su clímax de
juventud y adultez. Me quede boquiabierta de la
apariencia de mi bisabuela y mi abuela era como
verme en un espejo, mis abuelas levantaron la mano
en despido y mi madre también rejuveneció de igual
manera. Ella soltó unas lágrimas antes de empezar a
entrar a la destellante luz.

-Te amo-grito-.

La bestia o demonio como denominaba ahora era


una gama sin estructura humana que expiraba
completamente odio pero aun seguíamos atados y
no había solución. Era una doble contradicción que
me expulsaba y me atraía hacia él.

-¡¿Qué esperas para terminar el ritual y acabar


con esto de una vez?!-exigió saber- o debo
motivarte una vez más con tu amigo Nicolás.

-¡Una cosa más!-le exigí de igual manera-¿Qué


pasara con las sombras que has convertido en tus
esclavos?

-Hablas de estas.

De las paredes las sombras con formas humanas


empezaron a salir. Vi la sombra de mi padre entre
ellas.

-Serán liberadas-se rio-o tal vez no.

Era ahora o nunca.


-Y desaparece-dije rápidamente-dentro de mi
cuerpo para toda la eternidad.

El aura maligna de Black entro por mi cuerpo


mientras él se negaba en un grito de ultratumba, se
terminó de completar el sello, en lugar de mandarlo
al inframundo como se había planeado cambie la
frase por una selladora en el cuerpo de un vivo tal y
como lo leí en el libro de Ester en la última semana.
Ahora en mi mano derecha en la cual había
cerrado el trato solo había quedado la estrella que
había en el suelo tal como un tatuaje. El portal del
techo se cerró y las sombras también empezaron a
destellar y empezaban a caminar hacia la luz.

-Gracias, pequeña -dijo mi padre-nos has


liberado, es hora de decir adiós.

Las lágrimas salieron de sus ojos y en su rostro se


marcaba una sonrisa. Lloraba de felicidad me
imagino porque su sonrisa subió en sus pupilas.

-No habría podido pedir una hija mejor-se


empezó a absorber en la luz pero sin dejarme de ver-
por cierto la propuesta de aquel chico… si tú lo
quieres es un si para mí. Por favor no llores, me llegó
la hora e iré con tu madre y siempre estaremos
contigo… Estoy orgulloso y aunque nunca estuve
contigo, te amo por cada segundo y respiro que has
tenido, y te amare diez veces más por todos los que
tendrás… Cuídate mi pequeña Kari.

Y se marchó. Pero el portal aún no se cerraba,


alguien no había atravesado aun. Nicolás. Corrí al
espejo que lo mantenía cautivo y lo lance contra el
suelo su alma también resplandeció de inmediato y
estaba en mis brazos, imposible, se miraba más
hermoso de esta manera, sus ojos ya no eran negros
y su presencia era cálida y acogedora.

-Te diría que te esperaría toda una vida-


comento con una media sonrisa-pero la verdad es
que no la tengo. Kari todo este tiempo que
estuvimos juntos fueron hermosos, extrañare tus ojos y
tus sonrisas y todos los detalles que vienen de ti.
¿Suena muy mal si te digo que te cases conmigo en
estas condiciones?

-Pero debes irte-le dije con todo el dolor que


me provocaba la idea-.

-Pero algún día caminaremos juntos de nuevo


y ni la muerte nos podrá separar…-se rio-eso te lo
asegura alguien que ya murió.

Se levantó y lo deje de ver, no quería que se fuera


pero no dejarlo que lo hiciera era egoísta, se arrodillo
enfrente de mí y me beso. Mi corazón se paró,
acelero, volvió a parar y se estremeció como nunca
lo había hecho. Dejo de besarme y me abrazo y
sentí su fuerza apretándome contra él en su abrazo,
también lo abrace. Pero su alma se empezó a
desvanecer y se escapó entre mis dedos otra vez.

-Te amo-grito cuando se iba-.

-Nicolás, acepto-le grite en promesa de vernos


de nuevo-.

Sonrió.

-Hasta la próxima vida.

Y todo se oscureció.

Mire a mi alrededor era la única en pie pero me


sentía vacía como si solo fuera un cadáver. El beso
robo más que mi corazón, esos segundos de unión
hurtaron más que un órgano vital de mi vida,
pensamientos, conciencia, alma. ¿Cuánto más
puede quitar una unión de labios?

Me permití llorar en silencio en la oscuridad del


sótano por un momento, cuando roce el dorso de
mi mano para secar mis lágrimas no puede evitar
voltearla para ver la marca. Ahora no estás sola. El
hablo dentro de mí. Pero la fuerza fue más grande
esta vez.

-Ahora no estoy sola y tú no saldrás-le hable-


míralo como quieras pero ambos ganamos.
Pero por cuanto tiempo podrás soportarme. Él se
rio.

-Tranquilo demonio-le ordene-te soportare el


tiempo que sea necesario.

*****

Diez años han pasado. Diez años han pasado.

-Diez años han pasado-dijimos juntos mi demonio y


yo-.

-Y todo es como debería ser. Timesong City


nunca fue tan segura, nada de desapariciones
extrañas ni fantasmas acabando con vidas
inocentes-le conté al demonio cuando me tome un
respiro en el cumpleaños número cinco del hijo de
Emily y León- Pero que bella pareja hacen esos dos.

Tus amigos no saben de mí. Todos ellos tienen una


vida y tú me tienes a mí, ya estarás feliz por haber
decidido encerrarme en tu cuerpo.

-Si a decir verdad estoy feliz de haberlo hecho-


volví hablar con el demonio-mira al pequeño bebe
de Nora y su esposo. Y ni hablar de la pequeña
Valeria hija de Andrés y Lisa.

¿Y qué hay de ti? estas sola-provoco el demonio-


como puedes ver la felicidad de los demás y no
importarte la tuya.
-En primera, parte de mi felicidad es ver felices
a las personas que amo-corregí- y en segunda;
como tú dijiste el día que te selle en mi “ahora ya no
estoy sola”.

Se rio con gran burla para “nuestros adentros”.


¿Ahora me dirás que te gusta mi compañía?

Bueno mi tatarabuelo te creo por la soledad y


dolor de perder a su familia, eres toda esa energía
negativa de odio que se formó en el… y aunque yo
no te forme, has quitado ciertamente mi soledad y
con respecto a perder a mi familia bueno eres el
lado bipolar malo de mi tatarabuelo eso te hace mi
tatarabuelo malo pero mi tatarabuelo malo que
tengo. Y aun esta la familia de mi padre por lo
menos mi abuela Eleonor y no te olvides de la tía Lía.

El demonio razono mis palabras.

-Además ves lo que yo veo-indique viendo a la


fiesta-ahí también tengo una familia. No estamos
solos tú y yo. Desde que formas parte de mí; mis
amigos se han vuelto nuestros. Y hablo de todos;
incluyendo a Toe y Calen aunque molesten y lleguen
a desesperarme a veces.

Jóvenes molestos-coincidió mi demonio-¿y qué crees


que por compartirme todo eso te dejare de torturar
en pesadillas y demás?
-Disfruta la fiesta-le recordé-es un cumpleaños.
Además sé que no dejaras de hacerlo porque es tu
naturaleza pero recuerda que cuando yo deje de
existir tu iras al lugar al que perteneces
inmediatamente. ¿No querrás regresar al manicomio
una temporada verdad?

El demonio se estremeció mentalmente, eso había


sido un gran castigo para él… y un poco para mí
también. Ahora este era nuestro vals la tortura
mutua.

*****

“Es hora-comento el demonio-fue un placer


torturarnos y acompañarnos toda un vida”

-Lo mismo digo-dije viendo el techo de mi


habitación por última vez cuando cerré los ojos. Mi
mente se llenó de luz y camine por el portal que vi
aquella vez-...

-¿Nicolás?-dije corriendo de alegría cuando lo


vi recibiéndome en la resplandeciente luz-.

-¡Hola Kari!-saludo y me recibió entre sus


brazos-Ahora estaremos juntos para siempre.

Y me beso.
Fin.

¿?

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