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El caso Rumimaki: Los graves conflictos

de la Justicia Militar con el debido


proceso
24/03/2011
Carlos Rivera
El año pasado algunos efectivos de la Policía Nacional protestaron

públicamente por la lamentable situación económica por la que atraviesan los

policías desde hace un buen tiempo atrás. En esas circunstancias el Sub Oficial

3ª PNP Richard Germán Ortega Quispe, que en ese momento laboraba en el

establecimiento penal de Yanamilla (Ayacucho), hizo declaraciones ante un

medio televisivo de Huamanga, las cuales fueron reproducidas en el Canal N.

Inmediatamente después el sub oficial fue detenido y procesado ante la justicia

militar por los delitos de conspiración del personal militar policial, contra la

seguridad institucional en la figura de desobediencia y contra el servicio de

seguridad, en la figura de abandono de puesto. El Juez Militar Policial de Lima

el mismo día que abrió proceso (11 de febrero de 2010) dictó mandato de

detención contra Ortega Quispe. Hasta el día de hoy el policía está privado de

su libertad.

Se supone que el proceso iniciado contra Ortega Quispe tenía la calidad de

proceso sumario (para todo entender veloz), pero recién el 19 de octubre de

2010 el Tribunal Superior Militar Policial de la II Zona Judicial de la PNP pudo

dictar sentencia en la cual lo condenó a 3 años de pena privativa de libertad.

¿Sobre la base de qué prueba? Sobre la base de un vídeo (el de la entrevista)

que jamás pudo ser visto en el juicio oral.

Si bien dicha sentencia fue anulada por el Tribunal Supremo de Justicia Militar

Policial, por el hecho evidente de que no existen pruebas que demuestren de

manera seria y objetiva que el sub oficial Ortega Quispe ha cometido los delitos
por los cuales continúa siendo procesado, lo cierto es que correspondía que la

máxima instancia del fuero militar lo absuelva. Pero eso no ha ocurrido y el

Tribunal Supremo ha ordenado un nuevo juicio oral.

El nuevo juicio oral

El nuevo juicio oral debió realizarse el pasado miércoles 2 de marzo, pero lo

cierto es que no se llevó a cabo y el procesado sigue preso. ¿Por qué razón?

Porque el nuevo juicio estaba a punto de ser realizado por el mismo tribunal

que el año pasado ya lo condenó. Entonces valdría preguntarse ¿para qué un

nuevo juicio con los mismos jueces? Eso es una violación al principio de

imparcialidad. Entonces se suspendió la citación y a esperar una nueva fecha.

Las violaciones al debido proceso

Pero, además, hay tres asuntos particularmente relevantes que dan cuenta de

gruesas transgresiones al debido proceso en este caso.

La primera es la medida de detención contra Ortega Quispe. El artículo 320º del

Código de Justicia Militar Policial señala textualmente que, “El imputado

permanecerá en libertad durante todo el proceso salvo delito grave o que

existiere peligro de fuga o cuando su libertad ponga en riesgo la efectividad de

la investigación”. En el presente caso el juez ha emitido un auto de apertura del

proceso en el simplemente no fundamenta por qué razón dicta detención contra

el procesado. No menciona cuál es el delito grave. No dice una palabra sobre

si existe un peligro de fuga y no dice nada sobre si la libertad de Ortega

perjudicaría la investigación.

La segunda es la referida a la actividad probatoria. Es un principio fundamental

del derecho procesal penal que no puede existir condena sin prueba y en este

proceso lo único cierto es que la Fiscalía Superior Militar Policial no ha

presentado ninguna evidencia y consecuentemente no ha desarrollado ninguna


actividad probatoria encaminada a demostrar los 3 tres delitos por los que ha

acusado al sub oficial de 3ª de la PNP.

La tercera está referida a la imputación formulada en relación al delito de

conspiración. El artículo 68º del nuevo Código de Justicia Militar Policial tipifica

este delito y prescribe que se comete cuando “El militar o policía que tomare

parte en una conspiración de dos o más personas para cometer delitos de

rebelión o motín….” Pero pareciera que los jueces del fuero militar no se han

percatado que el tipo penal exige para la realización del delito del concurso de

por lo menos 2 personas (efectivos policiales o militares), pero Ortega Quispe

dio declaraciones solo. ¿Entonces con quién conspiró? La respuesta en: con

nadie. Entonces tenemos un serio problema con el título de la imputación

formulada por la Fiscalía Militar Policial y aceptada por los magistrados del fuero

militar.

Este caso no hace más que dar cuenta, de la manera más objetiva u puntual,

las muy serias y casi eternas incongruencias y desencuentros de la justicia

militar con las garantías fundamentales del debido proceso. Esto no puede

continuar. Pero mientras tanto el ciudadano Richard Ortega Quispe detenido.

Nada ha cambiado.

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