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Integrantes:

González Delgado Morella

González Alava Ana

Macías Mendoza Pierina

Moreira Murillo Fátima

Muñoz Intriago Nadia

Villacís Bonilla Eduardo

Curso:

5to Nivel “A”

Tema:

Maslow
Cuestiones relativas a la naturaleza humana

Maslow tenía una visión humanista y optimista de la personalidad. Se concentró en


la salud psicológica y no en la enfermedad, en el desarrollo y no en el estancamiento, en
las virtudes y el potencial y no en las debilidades o las limitaciones. Creía decididamente
en nuestra capacidad para moldear nuestra vida y sociedad.
Pensaba que somos capaces de dar forma a nuestro libre albedrío incluso frente a factores
biológicos y de constitución negativos. Escribió:

la realidad de la injusticia e inequidad biológicas: que algunos niños nazcan sanos y


otros enfermos, algunos inteligentes y otros tontos, algunos hermosos y otros feos... y
no podemos hacer nada al respecto. Está determinado. Es una limitación al libre
albedrío. [Pero todo el mundo tiene] un enorme margen para su libre albedrío, para su
responsabilidad y para ser un agente activo, y no un juguete de la vida. Existe un
enorme margen para poder ayudarme, en lugar de desistir y hundirme, para hacer lo
mejor que pueda, en lugar de lamentarme... Lo que yo haga con mi dotación genética
y mi cuerpo defi nitivamente será más importante que mi herencia genética. (Citado
en Hoffman, 1996, pp. 64-65.)

Todos gozamos de libre albedrío para decidir la mejor manera de satisfacer nuestras
necesidades y actualizar nuestro potencial. Tenemos dos opciones: crear un yo que se
actualiza o abstenernos de buscar ese estado supremo de logro. En conclusión, somos
responsables del grado de desarrollo de nuestra personalidad.
Aun cuando las necesidades de la jerarquía de Maslow son innatas, las conductas
para satisfacerlas son aprendidas. Por lo tanto, la personalidad depende de la interacción
entre herencia y ambiente, de las variables situacionales y personales. Maslow no lo dijo
explícitamente en sus escritos, pero al parecer es partidario de la singularidad de la
personalidad. Los motivos y las necesidades son universales, pero la forma en que se
satisfacen estas últimas varía de un individuo a otro, porque es algo que se aprende. Ni
siquiera la conducta de las personas autorrealizadas es idéntica, no obstante que
comparten algunas cualidades.
Maslow admitió que las experiencias de la niñez temprana favorecen o inhiben el
desarrollo del adulto, pero no aceptaba que somos víctimas de esas experiencias. Tenemos
más potencial del que sabemos para manejar nuestra vida y nuestra sociedad, y seríamos
más felices y productivos si aprendiéramos a hacerlo. Al sostener que la autorrealización
es la meta suprema y necesaria, Maslow proyecta la idea de que, dadas condiciones
apropiadas, podemos alcanzar el nivel óptimo de funcionamiento humano.
Argumentaba que la naturaleza humana es esencialmente buena, decente y amable,
pero no negaba la existencia del mal. Pensaba que algunas personas eran malas en
extremo y escribió en su diario: “al final de cuentas lo único que se puede hacer es
fusilarlas” (Maslow, 1979, p. 631). Sugirió que la maldad no es un rasgo heredado, sino
resultado de un ambiente inadecuado. La compasión de Maslow por la humanidad es
evidente en sus obras, y su optimismo se asoma en la idea de que todos somos capaces de
realizar nuestro vasto potencial humano.

La evaluación de la teoría de Maslow

El trabajo de Maslow referente a la autorrealización no comenzó como un programa


formal de evaluación e investigación de la personalidad. Inició su investigación debido a
su curiosidad por dos personas que le impresionaban: la antropóloga Ruth Benedict y el
psicólogo gestaltista Max Wertheimer. Los admiraba mucho y quería saber por qué eran
diferentes de otras personas que conocía. Tras observarlos cuidadosamente, llegó a la
conclusión de que compartían ciertas cualidades que los distinguían del individuo
promedio.
Después trató de medir esas características en otras personas. Los primeros sujetos de
su investigación fueron estudiantes universitarios, pero descubrió que sólo podía describir
como individuos autorrealizados a uno de cada 3 000. Decidió que las características de
la personalidad autorrealizada, ésas que había descubierto en Benedict y Wertheimer, no
aparecían en los jóvenes. Su siguiente paso fue estudiar a personas maduras y mayores.
Pero incluso en ese grupo descubrió que menos de 1% reunía sus criterios de la
autorrealización.
Entre las personas autorrealizadas que finalmente identificó había decenas de
individuos que clasificó como casos seguros o probables, parciales o potenciales. Algunos
eran contemporáneos de Maslow. Otros eran personajes históricos como Thomas
Jefferson, Albert Einstein, George Washington Carver, Harriet Tubman y Eleanor
Roosevelt. Maslow utilizó varias técnicas para evaluar sus personalidades. En el caso de
personajes históricos, reunió material biográfico y analizó los testimonios escritos en
busca de semejanzas de sus rasgos personales. En el caso de personas vivas, utilizó
entrevistas, asociación libre y pruebas proyectivas. Descubrió que muchas de ellas se
mostraban cohibidas durante los interrogatorios, por lo cual con frecuencia tuvo que
estudiarlas en forma indirecta, aunque no explicó cómo lo hizo.

El Inventario de Orientación Personal


Este instrumento es un cuestionario de autorreporte que contiene 150 pares de
afirmaciones y fue diseñado por el psicólogo Everett Shostrom para medir la
autorrealización. En cada par, los sujetos deben indicar cuál enunciado se aplica mejor a
ellos. El inventario se califica en dos escalas principales y en 10 subescalas. Las primeras
indican la competencia temporal, que evalúa cómo vivimos el presente, y la dirección
interna, que evalúa la medida en que nuestros juicios y valores dependen de nosotros
mismos y no de otros.

Investigaciones sobre la teoría de Maslow


En sus investigaciones Maslow no utilizó el estudio de caso, el método experimental
ni el de correlaciones. Los críticos han señalado que los métodos que utilizó para estudiar
a los individuos autorrealizados no eran rigurosos ni controlados. Maslow estaba de
acuerdo con ellos; sabía que sus investigaciones no cumplían con los requisitos de la
investigación científica y escribió: “Al tenor de las normas comunes para la investigación
de laboratorio, ésta simplemente no era una investigación” (1971, p. 42). Sin embargo,
dado que la autorrealización no se puede estudiar aplicando procedimientos científicos,
había dos opciones: esperar a que se diseñaran técnicas adecuadas o no estudiar el tema
en absoluto.
Maslow estaba demasiado impaciente para posponer su investigación, demasiado
comprometido con su idea de que podía ayudar a la humanidad. Escribió que no disponía
de tiempo suficiente para efectuar experimentos rigurosos. “Tomarían demasiado tiempo,
considerando los años que me quedan y la envergadura de lo que quiero hacer” (1979, p.
694). Se refería a su programa sólo como un conjunto de estudios piloto. Convencido de
que los resultados eran válidos, confiaba en que otros investigadores confirmarían su
teoría más adelante. Pensaba que para apoyar y justificar sus conclusiones –que
consideraba correctas– necesitaba recabar menos datos que otros teóricos.

Estudios correlacionales
El Inventario de Orientación Personal se ha usado mucho en investigaciones
correlacionales, donde las puntuaciones del inventario se correlacionan con otras medidas
de la conducta y la personalidad. Las puntuaciones que indican una mayor
autorrealización muestran relación positiva con varios factores: salud emocional,
creatividad, bienestar después de la terapia, logro académico, autonomía y tolerancia
racial. Otros estudios demuestran una correlación negativa entre las puntuaciones
elevadas en autorrealización y el alcoholismo, el internamiento por trastornos mentales,
el neuroticismo, la depresión y la hipocondría. Con base en la descripción de los
individuos autorrealizados que presentara Maslow, estos resultados apuntan en la
dirección esperada. Una investigación del Inventario de Orientación Personal aplicado a
mujeres de entre 19 y 55 años confirma la idea de que la autorrealización ocurre
gradualmente a lo largo del ciclo vital. Conviene recordar que esta investigación implica
estudios correlacionales y que no existe una medida independiente de la autorrealización
válida para correlacionarla con las puntuaciones del inventario. Ello no significa
necesariamente que éste mida de hecho la autorrealización, a pesar de que se correlaciona
bien con las variables que se supone que están asociadas con ella.

La necesidad de pertenencia

Esta necesidad sólo se puede satisfacer mediante la asociación con otras personas y,
sobre todo, siendo aceptado por ellas. En opinión de algunos psicólogos, se trata de un
impulso tan potente como las necesidades fisiológicas de alimento y agua. En un
estudio se hizo creer a 91 estudiantes de nivel superior que estaban interactuando con
otros en una sala de chateo y después estos otros usuarios los rechazaban y excluían.
Nadie contestaba sus mensajes, nadie respondía sus comentarios o preguntas. El resto
de los usuarios parecían absortos en una amistosa conversación por Internet, pero a los
sujetos del estudio se les había aislado socialmente. Después de esa experiencia, se
pidió a los sujetos que leyeran un diario, supuestamente escrito por un estudiante. A
continuación, se les indicó que anotaran el mayor número de actividades mencionadas
en el diario que pudiesen recordar. Los estudiantes cuya necesidad de pertenencia se
había visto frustrada por la experiencia en Internet recordaban muchos más eventos
sociales que aquellos cuya necesidad había quedado satisfecha en la sala simulada de
chateo. Los investigadores llegaron a la conclusión de que la insatisfacción de la
necesidad de pertenencia influye en una actividad cognoscitiva como el recuerdo y el
tipo de hechos que se rememoran (Gardner, Pickett y Brewer, 2000). En otro estudio se
hizo creer a 43 estudiantes de nivel superior que habían sido excluidos o rechazados por
los miembros de una sala de chateo. Éstos mostraron niveles más bajos de autoestima,
control y pertenencia que aquellos a los que no se les dijo que fueron aislados. Los
sentimientos negativos se presentaron en un plazo de ocho minutos a partir de que se les
dijo que estaban excluidos.

La autoestima

La investigación apoya la idea de Maslow de que las personas que tienen mucha
autoestima también se consideran valiosas y están seguras de sí mismas. Se sienten más
competentes y productivas que aquellas que tienen poca autoestima. Además, funcionan
mejor en muchas situaciones. En un estudio con universitarios que buscaban empleo,
los que tenían mucha autoestima recibieron más ofertas y los reclutadores les dieron
evaluaciones más favorables (Ellis y Taylor, 1983). En otro estudio se comprobó que
los sujetos con mucha autoestima encaraban mejor los problemas de la pérdida de
empleo (Shamir, 1986). Además, se percibían con calificaciones sustantivamente más
altas en habilidades intelectuales, afabilidad y moral, y como más extrovertidos que los
que tenían poca autoestima
La autoestima también puede afectar la precisión de los recuerdos. En un estudio se
proporcionó a un grupo de estudiantes de nivel superior realimentación sobre su
personalidad, en parte favorable y halagadora y en parte desfavorable y nada
halagadora.
Los que tenían mayor autoestima recordaban la realimentación favorable con mucha
más precisión que los que tenían poca autoestima. Por el contrario, estos últimos
recordaban mejor la retroalimentación desfavorable (Story, 1998). Análisis de otros
aspectos de este concepto indican que los sujetos que tienen un sentido inestable de
autoestima no poseen un yo tan sólido como aquellos cuya autoestima permanece
constante en casi todas las situaciones. Estudios de gran escala que implicaron a más de
400 000 sujetos revelaron que los niveles de autoestima eran altos en la niñez,
disminuían en la adolescencia y volvían a elevarse en la edad adulta. Luego empezaban
a disminuir en la edad madura y la vejez, descendiendo finalmente a los mismos niveles
de la adolescencia. Otras investigaciones han demostrado que los adolescentes negros
tienen más autoestima que los blancos. También se observó que cuando ésta era elevada
se correlacionó con las tasas de delincuencia en una muestra de adolescentes
norteamericanos de origen mexicano.

Teoría de la Autodeterminación

Esta teoría se inspira en la esencia de la teoría de la autorrealización de Maslow, la


cual postula que existe una tendencia innata a expresar nuestros intereses, ejercitar y
perfeccionar nuestras capacidades y potencialidades y superar los desafíos. La
autodeterminación se facilita gracias a la motivación intrínseca; por ejemplo, realizar una
actividad por el interés y el reto que supone. (La motivación extrínseca implica efectuar
una actividad por una recompensa externa, como el elogio, un ascenso o una mejor
calificación.) Existe una semejanza fundamental entre los conceptos de motivación
intrínseca y autodeterminación y la descripción de la autorrealización que presenta
Maslow. Ambos se refieren a la realización de los propios talentos y capacidades que
ofrecen una satisfacción interna en lugar de una recompensa externa. La teoría de la
autodeterminación especifica tres necesidades básicas y establece que la persona sólo
podrá alcanzar el estado de bienestar después de satisfacerlas.

1. Competencia. La necesidad de sentir que uno es capaz de dominar tareas difíciles.


2. Autonomía. La libertad de basar el curso de acción propio en los intereses,
necesidades y valores personales.
3. Afinidad. La necesidad de sentir una estrecha conexión con otros.

Las investigaciones han demostrado que la satisfacción de las tres necesidades


anteriores, y el correspondiente enfoque en la motivación intrínseca, guardan una relación
positiva con la elevada autoestima y la autorrealización.

Reflexiones en torno de la teoría de Maslow


Las críticas a la teoría de Maslow giran en torno a sus métodos de investigación y a la
ausencia de datos de apoyo tomados de experimentos. La muestra de personas de la cual
se derivaron los datos, de las cuales menos de la mitad fueron entrevistadas, es demasiado
pequeña para generalizarla a toda la población. La forma en que Maslow acumuló
información acerca de los sujetos autorrealizados es poco sistemática y vaga. No describió
cómo interpretó los resultados de las pruebas ni cómo analizó los materiales biográficos;
tampoco explicó cómo la asociación libre y las entrevistas lo llevaron a identificar a las
personas autorrealizadas. Sin embargo, como señalamos en el caso de otros teóricos, la
debilidad de la metodología científica no es exclusiva de este caso.
Maslow seleccionó a sujetos que admiraba con base en sus criterios de
autorrealización. No especificó los criterios en ese momento y más adelante admitiría que
es difícil describir la autorrealización con exactitud. Toda la lista de características es
fruto de las interpretaciones clínicas de los datos, por lo cual la filosofía y los valores
morales personales pueden haber influido en ellas. Por lo tanto, las descripciones de hecho
podrían reflejar el ideal de Maslow para un individuo valioso que goza de salud mental.
Otras críticas se centran en la definición de varios conceptos: metanecesidades,
metapatología, experiencias cumbre y autorrealización. El empleo que hizo de esos
términos no siempre es congruente y a veces es ambiguo. Los críticos preguntan por qué
se supone que la autorrealización es innata. ¿Acaso no podría ser una conducta aprendida,
el resultado de una combinación especial de experiencias de la niñez? Maslow se defendió
de esas críticas diciendo que su teoría no contaba con gran apoyo de investigaciones de
laboratorio, pero era válida en términos sociales, clínicos y personales, y escribió: “Ha
encajado muy bien en la experiencia de la mayor parte de la gente y con frecuencia les ha
brindado una teoría estructurada que les ayuda a comprender mejor su vida interior”
(Maslow, 1970b, p. xii). En parte debido al optimismo y a la compasión de Maslow, su
teoría, así como el enfoque humanista en general, fue muy popular en las décadas de 1960
y 1970. En esos años se sentaron las bases de una escuela formal del pensamiento. Se
fundaron revistas y organizaciones relacionadas con la psicología humanista y en la
American Psychological Association se creó una división especializada en ella. Hoy en
día, los intereses de los psicólogos humanistas están registrando una resurrección en el
movimiento de la psicología positiva (por ejemplo, véase Diener, Oishi y Lucas, 2003).
Así pues, el legado de Maslow ha perdurado más de 40 años, pasando de un siglo a otro.
Como pionero de la psicología humanista, atrajo a admiradores y discípulos entre los
estudiantes y los profesionales que se sentían decepcionados de los enfoques conductista
y psicoanalista de la personalidad y de la psicología. Pocas teorías han tenido un impacto
tan profundo en otros ámbitos. Las ideas de Maslow han sido de gran utilidad para
profesores y orientadores, líderes de la iniciativa pública y privada, profesionales de la
salud y muchas personas que tratan de lidiar con las dificultades de la vida diaria. Maslow
hizo un llamado para que la psicología respondiera a los problemas de la sociedad
moderna. Insistió mucho en que la supervivencia de la civilización dependerá de nuestra
capacidad para desarrollar plenamente nuestro potencial y llegar a la autorrealización.

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