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El autor destaca que el término cambiando no se trata solo del cambio de Cambiemos que
propuso el actual gobierno. Si no se trata de muchos cambios que se vienen sucediendo en el país
desde la recuperación de la democracia (1983). Cambios que no necesariamente han generado
nuevos debates. Trata de las euforias y decepciones políticas. Es un término usado en gerundio
porque implica que mantiene abierta la posibilidad, la expectación e incluso que todo lo que se
esté viviendo puede serlo más y mejor (al igual que lo malo). Esta en gerundio porque es una
expansión inacabada.
El autor continua, y expresa que la Argentina se está haciendo. Retoma para ello lo dicho por
Ortega y Gasset: que la vida argentina es eso, ser promesa. Pero nunca realizaciones acabadas,
siempre trabados en potencialidades que no se realizan. De esta manera el gerundio viene a
representar en la Argentina un hacer, pero un hacer sin base firme en la cultura política, un hacer
sin bases solidas e inamovibles. Destaca el autor que desde una perspectiva histórica
democrática contemporánea hubo un hacer en el marco de un ensayo-error en donde el
aprendizaje social y político no necesariamente sedimenta o afirma la enseñanza. Se ensaya, se
fracasa, se vuelve a cero.
Es en ese contexto donde la política argentina vive esa ambigüedad adolescente, la del gerundio
haciendo, pero también la del gerundio cambiando, instalada en un cotidiano y eterno hoy. La
política argentina ofrece espectáculos al modo de un dèjavu con sobrecarga del pasado o bien
con exceso de presente, pero con poco proyecto de futuro (entendido este último como
propuestas y desarrollos concretos).
CAPITULO.7: En el duelo de siglos, gano el siglo XXI: el autor destaca que uno de los
cambios reales de cambiemos fue que logro un triunfo democrático inobjetable desde la
competitividad electoral.
En el siglo XX la derecha no pudo construir una opción electoral exitosa a nivel nacional, y el
Pro constituye un punto de inflexión en esa historia. Ese quiebre se da por la caída del sistema de
partidos ya en 1999-2001 donde empezaron a surgir alternativas novedosas. El kirchnerismo fue
el primero a escala nacional, y el Pro como oferta electoral en Bs As ensancha su visibilidad a
partir de una estrategia efectiva que uso para lidiar con el tiempo y la opacidad de los otros
partidos. Tanto CELEBRITIES como OUTSUDERS a partir de una asociación con foco liberal,
conservador en diferentes puntos del país, y otros con algo de peronismo residual en Bs As y
después la unión de la UCR, la coalición cívica, fueron quienes le dieron vida a cambiemos.
Cambiemos tuvo una particularidad y es que puso fin a las mediaciones políticas que se
asentaban en un tipo de relato de lo nacional-popular con un discurso propio, donde la figura del
líder encarna interés del pueblo, pero con poca capacidad de escuchar a ese pueblo. Esto
claramente, no se puso en práctica solo al momento de ganar, fue un planteo que se vio ya en la
campaña electoral. En los gobiernos anteriores, se veían escenarios frontales, líderes arriba y
votantes abajo, y Macri empezó a usar tablones circulares donde hablaba de igual a igual a los
asistentes, a su misma altura, y expuesto a los 360 grados. Esta es una táctica dice el autor, y la
acumulación de tácticas hace una estrategias. Y eso hizo cambiemos. Su campaña no fue
destacada pero si fue persistente. Además se baso en el uso intensivo de las herramientas más
actuales de la comunicación política, haciendo una apuesta fuerte y exitosa a partir de
convocatorias por redes sociales. La comunicación política es una actividad que trabaja sobre la
agenda, para impactarla, para crearla, mucho más en una campaña electoral. Esto actúa como un
destapador de temas o bien como un proceso en el que se jerarquizan los temas en el momento
electoral. A partir de esto, afloraron varias enseñanzas:
Primero, que las inercias no ganan. Esto haciendo referencia a que lo que pudo haber funcionado
en otra oportunidad no necesariamente sea efectivo en nuevos contextos. Por otra parte, que no
es tiempo de rigideces. Tampoco es época de líderes omnicomprensivos, que son todoterreno,
que se las saben todas. Sino más bien, es tiempo de flexibilidad para adaptarse a los cambios a
cada rato.
El autor destaca una característica moderna en los procesos electorales es que el voto se vuelve
fluctuante. Y no solo fluctúa, sino que además puede tener resultados dispares según el nivel de
decisión del que se trate, incluso en un mismo turno electoral.
Otra enseñanza que dejo el proceso electoral es que el siglo XXI, necesita campañas para el siglo
XXI. En relación a ello, la campaña de cambiemos fue justamente que no hubo ningún hito. No
hubo eslóganes. Porque los propios candidatos son el mensaje, el eslogan, la imagen. Estas
campañas son articuladas en sus diferentes planos. Con equipos que se van ensamblando y
situaciones novedosas, llenas de actores y proveedores como profesionales. Cambiemos combino
varias agencias de publicidad y digitales. Fue una campaña MULTIPANTALLA. Fresca, y en
modo de reality, apelando a la autenticidad, sin excesos de producción. Son prácticas cotidianas
en la comunicación política caracterizadas por ser planeadas para introducirse en la agenda,
inducirla y reproducirse; y será el ciudadano quien juzgue la presencia o falta de sensibilidad. En
el caso de las redes sociales, cambiemos propuso un nuevo eje de discusión pública que giro
hacia visibilizar entornos micro sociales, donde la política es vista como tema de discusión en la
vida cotidiana. Lo que antes CFK lo hacía en su campaña televisiva, apelando a las historias de
vida, el PRO y Cambiemos lo hicieron con la excusa de sus caminatas y visitas a los vecinos que
indican que la representación de la vida cotidiana están resultando de mayor importancia en la
comunicación política. La puesta en escena de la cotidianeidad busca identificar la conexión con
el elector de una manera cada vez más personalizada y menos generalizada, apareciendo puntos
en común en grandes grupos de ciudadanos.
La virtud de Macri, fue la escucha estratégica entendiendo que la sociedad deseaba descansar un
rato de un modelo de pura confrontación. Lo hizo transmitiendo un sendero discursivo en el que
apostaba a las expectativas de optimización personal, done explicitaba cuales eran los aspectos
negativos que había que superar.
Otro de los elementos de Cambiemos fue la idea del “hombre común”, la estrategia se sostuvo
en el tiempo y se consolido (pese a estar vinculado a un apellido de grandes fortunas). Otro dato
de la última campaña es que el género sigue siendo una variable pendiente en la Argentina,
donde las mujeres no fueron parte de todas las ofertas electorales.