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maginemos que colocamos un huevo en el vértice superior de una
pirámide. Ahora pensemos que tiramos un corcho en el nacimiento de un río.
Podremos saber en qué dirección caerá el huevo o en qué punto del río
acabará el corcho una vez hayamos observado el resultado. Sin
embargo, ¿podríamos predecirlo? Si bien con el resultado final se pueden
elaborar numerosos modelos respecto como el experimento ha terminado de
un modo u otro, existen una gran cantidad de variables que pueden o no influir
en el resultado final.
Existe una teoría que indica que la naturaleza y el universo en general no
siguen un modelo previsible, denominada como la teoría del caos.

Planteamiento general de la teoría del caos


La teoría del caos es, más que una teoría, un paradigma que supuso en su
momento una revolución científica, al reflejar que muchos sistemas hasta
ahora considerados deterministas y previsibles tienen severos límites en dicha
previsibilidad. Es decir, que no eran tan útiles como se creía a la hora de
predecir eventos futuros. Esto es importante, ya que uno de los fundamentos
de la ciencia consiste en la capacidad de eliminar incertidumbre sobre lo que
pasará.
Iniciada por Henri Poincaré como precursor y popularizada gracias al trabajo
del matemático y meteorólogo Edward Lorenz, la teoría del caos se ha
utilizado en campos como las matemáticas y la meteorología para explicar
la inexactitud y la dificultad para obtener resultados previsibles de la realidad.

El efecto mariposa
Esta teoría es ampliamente conocida por lo que se viene a denominar el efecto
mariposa, según el cual “el débil golpe de las alas de una mariposa puede ser
la causa de un huracán a miles de millas de distancia”. Se indica de este modo
que la existencia de una variable concreta puede provocar o alterar otras,
influyéndose progresivamente hasta obtener un resultado fuera de los
esperado.
En síntesis, podemos considerar que la teoría del caos establece que
pequeños cambios en las condiciones iniciales crean grandes diferencias
respecto al resultado final, con lo que una gran mayoría de los sucesos y
sistemas no resultan totalmente predecibles.
Es importante tener en cuenta que a pesar de las apariencias, el caos al que se
refiere esta teoría no implica una falta de orden, sino que los hechos y la
realidad no se ajustan a un modelo lineal. Sin embargo lo caótico no puede ir
más allá de ciertos límites. El huevo que mencionamos en la introducción solo
puede no caer o caer en cualquier dirección. Dicho de otro modo las
posibilidades son múltiples pero los resultados limitados, y existen
predisposiciones a que los fenómenos se sucedan de determinada manera,
predisposiciones conocidas como atractores.

La teoría del caos en la Psicología


La teoría del caos inicialmente se ideó de cara a explicar la existencia de
divergencias en los resultados de la aplicación de modelos matemáticos,
meteorológicos o astrológicos. Sin embargo, dicha teoría es aplicable a una
gran cantidad de disciplinas, incluyendo las vinculadas a las ciencias de la
salud y las ciencias sociales. Una de las disciplinas científicas en las que
dicha teoría tiene cierta aplicabilidad es la psicología.
La teoría del caos, como paradigma que concluye que pequeños cambios en
las condiciones iniciales puede generar una gran diversidad en los resultados,
puede servir para explicar la enorme diversidad que podemos encontrar en
cuanto a actitudes, puntos de vista, pensamientos, creencias o emociones. Si
bien por norma general la mayoría de las personas buscan sobrevivir y
autorealizarse de diferentes modos, existe una muy amplia variedad de
circunstancias que transforman nuestra conducta y pensamiento y
moldean nuestro modo de vivir la vida. Por ejemplo, vivir una vida
relativamente feliz y tranquila no asegura que una persona no desarrolle un
trastorno mental, al igual que sufrir un trauma severo puede no producir
trastornos posteriores.

Diferencias entre personas


Puede ser útil de cara a intentar explicar por qué algunas personas pueden
desarrollar fortalezas o problemas mentales que otras no. También puede
explicar porque determinados tratamientos no resultan eficaces en
determinadas personas aún cuando en la mayoría de la gente resultan
efectivas. O el porqué dos personas con los mismos genes y las mismas
experiencias vitales no reaccionen de igual manera ante un estímulo o evento
concreto.
Detrás de ello pueden estar diferencias de personalidad, capacidad
cognitiva, focalización de la atención en aspectos concretos, situación
emocional y motivacional en ese mismo momento u otros múltiples factores.
Asimismo, algunos procesos psicológicos como la ansiedad podrían ser
vinculados con la teoría del caos. Para muchas personas con ansiedad y
trastornos relacionados, no saber qué puede suceder ante su actuación en el
medio hace que nazca una profunda sensación de malestar, y con ella una
posible evitación activa de lo temido.
Dicho de otro modo, la incertidumbre que genera la dificultad para
establecer predicciones fiables, debido a las múltiples posibilidades de una
realidad caótica despierta la sensación de preocupación. Ocurre lo mismo con
trastornos como el obsesivo compulsivo, en el que la incertidumbre de que
pueda suceder algo temido debido a los pensamientos intrusivos induce
ansiedad y puede provocar el uso de compulsiones como medida de
protección temporal.

Pequeños detalles que cambian nuestro destino


Dentro de la psicología y de esta teoría, genética y cultura podrían ser
considerados como atractores, al producir una cierta tendencia a comportarse
de determinada manera. Pero esto no implica que todos nos comportemos
igual ni tengamos las mismas formas de pensar. Los patrones
comportamentales y hábitos también son atractores, cosa que puede explicar
el porqué en algunos casos de trastornos mentales hay recidivas.
Sin embargo, también existen remisiones completas de los síntomas, debido a
la introducción de nuevos elementos y reconstrucciones alternativas de
procesos internos disfuncionales. El simple hecho de cruzarse con alguien
por la calle o no hacerlo puede provocar efectos inesperados que nos
hagan comportarnos de modo diferente.

Grupos humanos y el efecto de la teoría caótica


Ocurre lo mismo en las organizaciones, sistemas en que múltiples elementos
se interrelacionan de diversos modos y con distintos objetivos. En el caso de
la empresa, es ampliamente conocido que hoy en día es imprescindible
que sea capaz de adaptarse a los cambios para que ésta pueda permanecer.
Sin embargo, dicha adaptabilidad debe ser constante, puesto que no es posible
preveer la totalidad de situaciones que pueden llegar a ocurrir. Deben ser
capaces de afrontar el caos.
Y es que puede haber una gran cantidad de variables que pueden afectar a su
funcionamiento y mantenimiento. El nivel de producción de un empleado
puede verse afectado por sus circunstancias personales. Los clientes y/o
proveedores de dicha empresa pueden retrasarse en sus pagos y envíos. Otra
empresa puede intentar adquirir la compañía o atraer a sus trabajadores. Puede
haber un incendio que destruya parte o la totalidad del trabajo
realizado. Puede aumentar o disminuir la popularidad de la empresa por
factores como la novedad o la surgencia de alternativas mejores.
Pero en cualquier caso, como hemos indicado anteriormente el hecho de que
la realidad sea múltiple y caótica no implica que sea desordenada. La teoría
del caos enseña que la ciencia en general debe ser adaptable y no determinista,
teniendo siempre en cuenta que no viable una previsión exacta y absoluta de
todos los sucesos.

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