Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
“Kleber Ramírez”
POLITICA
Profesor Participante
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………
Conclusión…………………………………………………………………...
Referencias Bibliográficas………………………………………………..
Introducción
Nacionalismo.
Peronismo.
Régimen político de carácter populista que fue implantado en Argentina
por Juan Domingo Perón (militar y político argentino, 1895-1974) durante su
presidencia del país, entre 1946 y 1955. "el peronismo se basaba en tres
principios fundamentales: la negación de la lucha de clases, la
independencia económica del país con respecto a los monopolios extranjeros
y la neutralidad internacional"
Desarrollismo.
Neoliberalismo.
Ante la crisis del Estado de Bienestar Keynesiano, se esgrimen distintos
tipos de diagnósticos. Triunfa la visión de la derecha que sostiene que la
intervención estatal desalienta al capital y quita incentivos al trabajo, lo que
perjudica la productividad, lleva a la baja de la inversión, y desencadena la
crisis y la inflación. Como salida para esta crisis, el neoliberalismo impuso un
retorno al viejo paradigma liberal, desmantelando los mecanismos de
intervención, regulación y protección del Keynesianismo. Las medidas
neoliberales están contenidas en el llamado Consenso de Washington, en el
que se resumen las propuestas que los organismos financieros
internacionales impulsaron a adoptar en los países periféricos: privatización
de empresas públicas, desregulación de la economía, flexibilización laboral,
estabilización monetaria, equilibrio fiscal, reducción del gasto público, y
reforma tributaria regresiva. La propuesta neoliberal se resume en la fórmula
conocida como Estado mínimo. Sus efectos económicos son recesivos. Pero
esto no es visto por sus ejecutores como un problema, sino más bien como
un paso necesario del funcionamiento espontáneo hacia un nuevo equilibrio
de mercado, que lleve el costo de los factores de producción hacia un nivel
tan bajo que motive a los capitales a invertir nuevamente. La propuesta
neoliberal se expandió mundialmente desde 1990, en un momento en que
caían los regímenes comunistas de Europa Oriental, desapareciendo de esta
manera el sistema social que durante más de 70años había puesto en
cuestión al capitalismo. La nueva configuración del poder mundial permitió
extender, simultáneamente, el régimen democrático constitucional a los ex
países comunistas. Era lo que se conoció como “democracia liberal de
mercado”, es decir, republicanismo político más neoliberalismo. Como los
países que iban adoptando el modelo neoliberal, no redujeron, sino que en la
práctica ampliaron sus déficits fiscales, esa brecha fue cubierta con
financiamiento de los organismos multilaterales de crédito, que al mismo
tiempo obtenían injerencia en las cuentas internas y en las decisiones
económicas locales. La deuda externa pasa así a ser el principal
condicionamiento político de las nacientes democracias de los países
periféricos. En este paradigma, la educación no cumple ningún papel
decisivo. Si bien recepta, teóricamente el postulado liberal original de
educación de la ciudadanía, en la práctica de las decisiones políticas, esta
cuestión es secundaria. Por el contrario, la política neoliberal en educación
prioriza: a) devolver al mercado aquellos “servicios” educativos que puedan
ser prestado como negocios en términos de empresa (privatización de la
educación); b) derivar los servicios educativos que dieran pérdida hacia los
estados locales; y c) apoyarse en el sistema de educación pública
subsistente para prestar asistencia social focalizada a la población más
afectada por el desempleo y la recesión que el propio modelo genera.
Ambientalismo.
La contaminación ambiental, el daño ecológico a la naturaleza, o el
desequilibrio de los sistemas sociales y naturales, según prefiera llamárselo,
adquieren dimensiones significativas a partir de la revolución industrial de
fines del siglo XVIII, y se torna insostenible desde la década de 1970. Se
generan entonces movimientos de protesta, conocidos como “verdes”, que
tienden a converger con nuevos movimientos sociales nacidos en la década
de 1960, en la lucha contra el racismo, el consumismo, el autoritarismo, la
guerra y el machismo. Si bien cada uno de estos movimientos sostiene una
reivindicación particular, tienen en común que todos se enfrentan, de una u
otra manera, a las estrategias dominantes del capitalismo global. El más
significativo de ellos es el movimiento ambiental. Pero también suelen
utilizarse otros nombres para referirlos, como alternativismo, altermundismo,
antiglobalización, etc. Cobraron presencia visible en las “contracumbres”
convocadas por oposición a las cumbres económicas mundiales del
capitalismo global. Pero no conforman un movimiento unitario. En el mejor de
los casos aspiran sin lograrlo aún a formar una red de organizaciones no
gubernamentales autónomas, cada una de las cuales, desde su lugar, y en
su ámbito específico, presentan lucha política y social contra este adversario
homogéneo mundial. En el caso argentino, este movimiento está conformado
por las organizaciones sindicales alternativas (CTA, CCC), las
organizaciones territoriales de desocupados, el movimiento de derechos
humanos, y las incipientes asambleas multisectoriales ambientales. De éstas
últimas, la más conocida es la de Gualeguaychú, por su enfrentamiento a la
instalación de las pasteras sobre el Río Uruguay. Pero también han surgido
organizaciones homólogas en todas las localidades donde se ha comenzado
a practicar, desde la década anterior, la minería a cielo abierto. Su visión de
la propiedad es sumamente holística: ningún ser humano puede reclamar
legítimamente el ejercicio un derecho individual que genere un daño
(contaminación) o un peligro sobre un bien colectivo, como es el ambiente.
En esta visión, los recursos naturales, dado su carácter limitado, son
reivindicados como bienes de todos, no susceptibles de apropiación ni
aprovechamiento individual. Reclaman entonces, del Estado, una efectiva
regulación de las relaciones sociales, a la que pretenden controlar mediante
el ejercicio de una democracia participativa, de base directa y asamblearia. Si
bien no es una corriente política definida, este reticulado organizacional
plural va delineando un conjunto de reivindicaciones políticas, que en todos
los casos denuncian, enfrentan y ponen en cuestión el accionar del
capitalismo global. Tienen un acercamiento notable con el neomarxismo y el
nacionalismo periférico. Muchos de estos movimientos han desarrollado sus
propias experiencias de educación alternativa y sus efectos pueden leerse en
las políticas educativas oficiales, que se ven obligadas a incorporar
dimensiones tales como el multiculturalismo, la inclusión social, la igualdad,
la educación ambiental, etc. Aunque su principal mensaje, no es fácilmente
asimilable por las instituciones oficiales: el aprendizaje a través de la acción y
la experiencia concreta de lucha contra la globalización capitalista.
El Modernismo.
El posmodernismo
De este breve análisis se puede concluir que el debate sobre los derechos
sociales, considerados en la actualidad derechos humanos fundamentales
estuvo dominado por las grandes diferencias ideológicas entre el capitalismo
liberal y el socialismo, un conflicto que residía en la supuesta supremacía de
los derechos civiles y políticos, por un lado, y en la de los derechos
económicos y sociales por otro. El Capitalismo es fundado por Adam Smith
(1776), y su principal planteamiento es la libre empresa, basado en una
economía de mercado, cuyos medios de producción son la tierra y el capital
en manos de los particulares, sin ninguna intervención del estado en el
ámbito económico, basado en la oferta y la demanda, y la libre competencia,
el cual ha ido evolucionado según cada época y sociedad dando lugar al
capitalismo creativo. En tal sentido sus aportes en el ámbito laboral,
parecieran limitarse a propiciar la aparición de una nueva clase trabajadora.
Por su parte el socialismo es fundado por Kart Marx (1847), caracterizado pro
la socialización de la producción y un control estatal total o parcial de los
medios de producción. Busca contrarrestar el egoísmo, limitando la libertad
en aras de la igualdad y la justicia social. Hoy en día se habla de socialismo
del siglo XXI. En tal sentido, pareciera que fuese el socialismo el que
realizará aportes significativos en el ámbito laboral y que se evidencian en la
reducción de la jornada laboral, en la protección de la maternidad, en la
regulación del trabajo infantil, y la libertad sindical. Por otra parte, el fin de la
guerra fría abrió una nueva fase en la globalización, emergiendo un
consenso acerca de su superioridad sobre los demás sistemas económicos,
cediendo ante el los bastiones de la economía mixta y socialista, la vieja
división ideológica de fuerte orientación económica ya no separo a sus
protagonistas. Todo lo cual marca una tendencia por parte de ambas
corrientes, de adherirse a los derechos humanos como vehículo para el
cambio progresivo en el ámbito político, económico y cultural.
Referencias bibliográficas