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UN PUEBLO CONFORMISTA, EL AMOR A LAS CADENAS

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO

CONSTITUCIÓN E INSTRUCCIÓN CÍVICA

Tutor: ARMANDO CAMEJO

Ana María Baquero Acosta Cód. 1911021348


Leine Marcela Romero Martínez Cód. 1911022286
Idalmis Palacio Herrera Cod. 1911023929
Valentina Vargas Vargas Cód. 1911024282
Valentina Bohorquez Gutierrez 1911023115

Febrero 2019
Introducción

“La dificultad de nuestra liberación procede de nuestro amor a las cadenas” Fiódor

Dostoyevski. ¿En qué momento triunfa nuestra tan anhelada democracia? Cuál es el factor

determinante para que, en esencia, sea todo aquello que describen los padres de la patria, y

sobre todo, ¿Nuestra democracia es sólo teoría? O lo que dice nuestra norma suprema, bendita

Constitución Política de 1991, hoy en pleno siglo XXI ¿es posible llevarla a la realidad?

Todos estos interrogantes surgen en cualquier mente pensante que logre ver la situación actual

de nuestro País y de la misma forma, le dé un vistazo a nuestra historia.


UN PUEBLO CONFORMISTA, EL AMOR A LAS CADENAS

Para iniciar a hablar sobre la importancia de la democracia, empecemos por definirla,

conocer cuál es su principal propósito y las diferentes maneras de practicarla.

Etimológicamente, la palabra Democracia viene del vocablo griego Demos=Pueblo y

Kratos=Poder. En síntesis: Democracia = El poder del pueblo. En una entrevista el politólogo

polaco-estadounidense Adam Przeworki dijo: “La democracia no es algo que se tenga que

definir en términos estándares para todo el mundo”, y quizás sea esa la razón por la cual

encontramos una cantidad de definiciones al término Democracia. Por ejemplo, El ensayista

estadounidense E.B White lo expuso así: “La democracia se basa en la suposición recurrente

de que más de la mitad de las personas tienen la razón en más de la mitad de las ocasiones”.

Así que, si es la democracia “El poder del pueblo” y conociendo que es difícil que muchas

mentes sean capaces de tomar una decisión unánime, debido a la gran variedad de

pensamientos y creencias, entonces nos preguntaríamos, ¿Cómo se ejerce?

Pues existen dos formas de Democracia, la directa y la participativa. En la Democracia

Directa los ciudadanos participan en la toma de las decisiones públicas sin intermediarios, es

decir, no se otorga el poder de decisión a una persona o un grupo específico de personas, sin

embargo, este tipo de democracia, es viable solo en comunidades pequeñas, donde todos los

involucrados se pueden reunir, discutir la problemática y tomar decisiones. En la Democracia

Participativa, en la cual los ciudadanos eligen a funcionarios para que los representen en la

toma de las decisiones que le convengan al pueblo, y es este el tipo de Democracia que

practicamos en nuestro país, en el cual, mediante las elecciones por medio de votación se
eligen nuestros representantes los cuales ganan mediante la voluntad de las mayorías.

(Democracia en Síntesis, pag. 6 y 7).

Al ser Colombia un país democrático, se infiere que el actual gobierno, es el resultado del

pensamiento y deseo político y social de más de un 50% de la población, y es que solo al tener

claridad de lo que significa realmente la democracia, seremos capaces de participar de ella de

forma autónoma.

Sobran las palabras para tratar de explicar cuál es su importancia en nuestro País y, de

hecho, en el mundo, pues su simple definición habla por sí sola. Pero, ¿y si mejor hablamos

sobre su verdadera aplicación en sociedad?, pues es ahí, pasando de la teoría a la práctica,

donde nuestra luchada democracia, muchas veces se queda solo en papel.

Y es que, como escribió en en su artículo de la Revista Semana Gabriel Bustamante

Sanchez: “Tu participas, yo participo, ellos deciden” (Revista Semana, párrafo 5). El pueblo

tiene el poder; pero no toma decisiones, y aunque parezca un poco extraño, y hasta

contradictorio, es la realidad en la que vivimos sumergidos en Colombia, un país en el que

elegimos gobernantes que no se caracterizan precisamente por buscar el bien común, y menos,

cuando de las clases sociales menos favorecidas se trata.

Es indudable que, a cada pueblo, municipio y ciudad de este País lo ataca una plaga que día

a día y mandato tras mandato toma cada vez más fuerza, y parece de nunca acabar: “La

corrupción”, esta es la manera por la cual muchos de nuestros gobernantes han llegado al

poder, pero es hora de que como ciudadanos, reconozcamos nuestra responsabilidad en la

corrupción, pues vivimos hablando y quejándonos de ella, pero, hemos pensado, ¿Somos

parte de la corrupción?, Como bien decía el filósofo Jean-Jacques Rosseau: “Si las

desigualdades económicas son tan grandes, siempre habrá alguien con suficiente dinero para
comprar el voto, y otro alguien dispuesto a venderlo”, es ahí donde radica el mayor problema

del país, en el pensamiento egoísta que nos caracteriza , dejar de exigir lo que se tiene derecho

para conformarse con la mezquindad del gobierno.

Pues tal y como lo plantea Zuleta en su escrito “Elogio a la dificultad”, somos unos

facilistas, conformistas, e iniciamos siendo parte de la llamada mermelada desde el momento

en que optamos por no informarnos, desde el momento en que prima el individualismo sobre

el bien común. El hombre tiene como necesidad fundamental, buscar oportunidades

crecimiento, pues desde el inicio de los tiempos, hemos sentido la necesidad de desarrollo y

progreso, así mismo, inician las divisiones, debido a que aún no hemos comprendido que el

poder no está en los gobernantes, el verdadero poder está en manos del pueblo, pero

oportunidad tras oportunidad, desperdiciamos este beneficio.

Y sí, por supuesto que hemos tenido oportunidad de cambio en nuestro país, pero seguimos

inmersos en la búsqueda del beneficio propio, y con el pensamiento de que por nuestro mérito

nunca lograremos nada, que siempre vamos a necesitar estar “apadrinados” para alcanzar ese

empleo para el que nos hemos preparado, o ese ascenso que luchamos a diario. Por todo la

anterior, podemos darnos una idea de por qué razón, Colombia es un país que, literalmente,

dice SÍ a la corrupción. El 26 de agosto de 2018 mediante un mecanismo de participación

ciudadana que se denominó “Consulta Anticorrupción”, –que es un ejemplo claro de las

oportunidades que nos da nuestra norma para tomar control de nuestro País– tuvimos la

oportunidad de votar “sí” o “no” a la corrupción, y como ya es de conocimiento de todo el

País, sabemos que, aunque no por mucho y con una votación extraordinaria, que incluso

supera la alcanzada por nuestro actual presidente, perdimos en nuestra lucha contra la

corrupción.
Sin embargo, luego de la mencionada consulta, y en medio del negativo resultado, sus

principales promotores, los miembros del partido Democrático Alianza Verde, nos dieron una

voz de aliento y sobre todo, nos dan una luz para el futuro en Colombia, pues nos hacen ver

con esto que: “Esta votación histórica es un mandato claro al Presidente Iván Duque y al

Congreso; tienen que auto reformarse, sancionar eficazmente la corrupción” así declaró la

Política Colombiana (Claudia López, min 6:57). a un medio de comunicación luego de

conocerse la histórica cifra con la que perdió el SI, dado que más de 11.645.000 votantes,

salieron a la urnas para alzar su voz en contra de los corruptos.

Es así que, todos los ciudadanos debemos entrar a realizar un trabajo introspectivo, pues el

cambio debe ser algo que surja del individuo y aporte a la sociedad, es por eso, que si los más

de 11 millones de votantes contra la corrupción, de verdad nos uniéramos, lograríamos un

verdadero cambio que permita parar con el daño que le hacen al país, desangrando nuestros

recursos, no solo cuando hablamos de los más de 50 billones anuales que se estima, son

arrebatados por los corruptos en Colombia, sino que están acabando con nuestros recursos

naturales, aun cuando Colombia es de los países más ricos en su biodiversidad, en definitiva,

no es algo de mayor importancia para nuestro gobierno y solo un ejemplo reciente, es

Hidroituago, esta palabra que se ha escuchado en todo el país desde abril de 2018, es un

proyecto hidroeléctrico que se lleva a cabo sobre el cauce del río cauca, y que hoy por hoy,

representa una crisis socio-económica y ambiental totalmente desastrosa para los habitantes

de los municipios Ituango y Puerto Valdivia - Antioquia (principalmente), y para el País en

general es una alerta de cómo estamos acabando con nuestros recursos naturales, y aunque de

momento no podamos visualizar el daño ambiental causado, sus consecuencias las veremos en

un futuro, probablemente, no muy lejano.


Sin embargo, hablando de la democracia en sí, lo anterior, son ejemplos de cómo nuestras

normas están hechas para darnos el poder como pueblo, y así mismo, de cómo no es llevado a

cabo con responsabilidad por nosotros mismos, ni mucho menos por los representes escogidos

para gobernar nuestro País, y es que tal como lo explica Noverto Bobbio (Lorenzo Córdova

Vianello, Pag, 52). “Hablar de democracia en general y sin distinción es un error, pues hay un

diferencia abismal entre lo que es el ideal democrático y la democracia real”. Pero, ¿y qué

cuando nuestro derecho a la autonomía, libertad y democracia se deja a un lado? ¿Qué,

cuando lo que hacemos es bufarnos de ella? ¿Qué, cuando lo vemos como un Derecho que

tenemos desde que el hombre llegó a la tierra?, es por esto por lo que debemos conocer cuál

es el proceso político y social por el que debió atravesar nuestro país para llegar hasta la

libertad democrática de la que hoy gozamos.

Por lo anterior, devolvámonos un poco en la historia. En 1989 un Movimiento estudiantil,

propuso que en las elecciones del 17 de marzo de 1990 en las cuales se votaba para elegir el

Senado, Cámara de Representantes, Asamblea Departamental, Concejo Municipal y

Alcaldes, se incluyera la opción de apoyar, o no, a la convocatoria de una Asamblea Nacional

Constituyente. Esta propuesta cuya principal motivación era el ajuste a la constitución de

1886, ya que la consideraban insuficiente para enfrentar los retos sociales y humanitarios por

los que atravesaba nuestro país, consistía en incluir un séptimo voto, en el que se solicitaría

una reforma constitucional mediante la convocatoria a dicha Asamblea, esta consulta es

conocida como “La Séptima Papeleta” aunque no fue formal, la participación fue de 2

millones de votos, lo que ocasionó que el gobierno aceptara una votación adicional en la

elecciones a la presidencia del 27 de mayo de ese año. Los representantes de esta Asamblea

Nacional Constituyente promovieron la constitución del 4 de julio de 1991, dando como


resultado aquella herramienta gracias a la que gozamos hoy en día de “Libertad y

Autonomía”, es esto un gran ejemplo de lo que un pueblo unido puede obtener, si nos

hacemos sentir, alzamos nuestra voz de protesta y peleamos por nuestros derechos, tarde o

temprano nos escucharan, y sí, tal vez no obtengamos el resultado que queremos, pero

quedara el precedente en la historia del país.

Pero, como dice Alvaro Jimenez, en su Artículo de la revista Semana “Perdimos. No

hay que endulzar el resultado”: “Un porcentaje bajo de participación, es el mayor

impedimento para tener una democracia sólida”. Se nos ha brindado una constitución que

empodera el pueblo Colombiano para que sea el dueño de su propio destino Político, que es

una cuestión que nos concierne a todos, pues más allá de partidos políticos, son nuestra

representación en las decisiones importantes de todos los ámbitos de nuestro País, pues van

desde el precio del huevo que compramos en la tienda de la esquina, hasta nuestros Derechos

fundamentales, ya que son los políticos que nos representan quienes deciden de una u otra

forma, el destino social, económico y hasta ambiental no solo de nosotros sino de las

generaciones venideras, ya que las decisiones de hoy, son el resultado de nuestro mañana.

En conclusión, nuestra democracia es, en teoría, un derecho que gozan los ciudadanos para

ser artífices de las decisiones importantes del País y que permite hacer de Colombia, el país

con el que se sueña y el cual heredar a las generaciones futuras, y pese a que, por la

corrupción no logremos disfrutar del mismo tal y como se plasma en las leyes, el País ha

tenido cambios políticos y sucesos históricos que nos dan una luz de aliento hacia el futuro,

para que en unos años y con ayuda de las generaciones venideras, podamos hacer de

Colombia el país democrático que merecemos y por el que lucharon nuestros antepasados,
pero sobretodo, ese que nos describe nuestra norma de normas y ley suprema: Bendita

Constitución Política Colombiana de 1991.

Referencias

● La Democracia, en Síntesis, Howard Cincotta, Estados Unidos, 2007

● https://scielo.conicyt.cl/pdf/polis/v13n37/art28.pdf

● https://es.calameo.com/read/000028645cf197d902e9a

● https://es.wikipedia.org/wiki/Hidroituango
● http://lozanogar.blogspot.com/2012/12/el-elogio-de-la-dificultad-en-el-
elogio.html?m=1

● https://elpais.com/internacional/2018/08/26/colombia/1535315276_191058.html

● Revista Semana, ¿Qué paso con la democracia participativa en Colombia?


26/04/2011. https://www.semana.com/nacion/articulo/que-paso-democracia-
participativa-colombia/238906-3

https://www.eltiempo.com/politica/congreso/datos-y-explicacion-de-la-consulta-
anticorrupcion-del-26-de-agosto-234948
● Revista Semana, Perdimos. No hay que endulzar el resultado 28/08/2018.
https://www.semana.com/opinion/articulo/analisis-de-la-consulta-anticorrupcion-
columna-de-alvaro-jimenez/581057

● La democracia ideal en el pensamiento de Noberto Bobbio y las democracias reales


en América Latina – Lorenzo Córdova Vianello

● Consulta anticorrupción: Claudia López FRACASA CONSULTA


ANTICORRUPCION - CLAUDIA LOPEZ ACEPTA DERROTA
https://www.youtube.com/watch?v=TRAHEwhXXF8
● Wikipedia, La encyclopedia virtual, La Septima Papeletea
● Lorenzo Cordova Vianello,52
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/5/2198/6.pdf

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