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Aunque las dataciones genéticas evidencien nuestros orígenes en colonias protistas, hasta
hace poco era asumido que un cambio de tales magnitudes debería ser efecto de la
aparición de nuevos genes en esos últimos eslabones coanoflagelados, sin embargo, el
paso de la vida unicelular y microscópica, a la vida multicelular y macroscópica, fue a causa
de un fenómeno diferente, la complejización, adaptación y expresión de genes pre-
existentes ya en aquellos protistos.
Una de las propiedades emergentes que define al Urmetazoo, y está presente en todos los
metazoarios que le descienden, es definitivamente, la unión celular adhesiva, mediante la
asociación de proteínas trans-membranales como Cadherinas y Cateninas; sin embargo,
no es la única propiedad que, a partir de allí, definiría a los metazoarios: factores de
transcripción genética, y la señalización intercelular, también han marcado estructuras,
fromas de vida o complejización anatómica en los animales, aun cuando en hallazgos
recientes, se demostró que tales factores no nacieron con el linaje de los metazoarios, sino
que se presentan de forma anticipada en el árbol filogenético.
A pesar del estrecho vínculo filogenético entre los linajes Metazoos y Coanoflagelados,
como grupo monofilético (Apoikozoa), recientemente se ha demostrado que ciertos
dominios proteícos, no hallan su origen evolutivo aquí, y, por el contrario, parecen haber
estado presentes en la historia evolutiva, desde el ancestro común que dio origen al grupo
Filozoa, que incluye a los Filastereos como grupo hermano de Apoikozoa. Si bien es cierto
que la divergencia del grupo de los animales, del resto de Filozoos, dio origen a cerca de
235 genes, respecto al resto de Holozoos, codificantes de complejos proteícos
absolutamente imprescindibles en la transición hacia la multicelularidad, como los
relacionados con los canales de transporte intercelular y los procesos de apoptosis, también
es innegable el aporte genético hallado en el tronco filogenético de Filozoos, y replicado
hasta los Metazoos. Recientemente, incluso, quedó demostrado tal aporte mediante el
estudio de grupos génicos en Capsaspora Owczarzaki, un Filastereo en el cuál se han
rastreado dominios proteícos muy similares a lo que cumplen funciones de trasducción de
señales celulares y, en cierta medida, de adhesión celular, fundamentales en el
ordenamiento de la multicelularidad, por ejemplo, los componentes principales de la
maquinaria de adhesión de integrinas, que en los Metazoos se utilizan para la unión de las
células a la matriz celular, además de varios componentes de glicoproteínas asociados a la
Distrofina, también empleado como sistema de adhesión a la matriz celular, están presentes
en este Filastéreo, Capsaspora.