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5 DE FEBRERO DE 2019
ENSAYO
ADITIVOS ALIMENTARIOS ¿ALGO PORQUE PREOCUPARSE?
Los conservadores se han utilizado desde hace muchos años atrás algunos
de ellos son la sal, el vinagre, los clavos, entre otros. Pero los alimentos que se
preparaban con estos conservadores no se consumían. todos los días como lo
vemos en la actualidad. En la actualidad se utilizan aditivos alimentarios que pueden
ser peligrosos, aceptables pero dudosos o naturales.
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Según la OMS algunos de los conservadores peligrosos son:
Los métodos para prolongar la vida útil de los alimentos deben basarse en el
conocimiento de los diferentes mecanismos implicados en el deterioro de los
alimentos. Entre más se conozcan los mecanismos implicados en el deterioro de los
alimentos, mayor será la capacidad para alargar su caducidad. Por lo tanto, lo
primero que se recomienda hacer para extender la vida útil de un alimento, es
preguntarse por las causas más frecuentes e importantes de su descomposición.
Una vez detectadas las causas de deterioro, deben conocerse y detectar los
factores que contribuyen a ese deterioro. Por ejemplo, se sabe que en unas galletas,
su principal deterioro se debe a que pierden textura. Los factores que contribuyen a
este deterioro serían una actividad de agua elevada y un exceso en la humedad
relativa de almacenamiento. Una vez detectados la causa de deterioro y los factores
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que contribuyen, deberán seleccionarse las tecnologías de conservación que
controlen esos mecanismos de descomposición.
Sin embargo aun a pesar de que los aditivos les alargan la vida útil a los
productos estos pueden provocar enfermedades tales como el botulismo y la listeria.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU. (1999), el botulismo es
“una enfermedad poco frecuente pero grave, causada por la bacteria Clostridium
botulinum, que puede entrar al organismo a través de heridas o por ingerirla en
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alimentos mal enlatados o mal conservados”. Mientras que la listeria o listeriosis,
causada por Listeria monocytogenes, “puede encontrarse en una variedad
de alimentos crudos, así como en alimentos procesados y hechos con leche no
pasteurizada y crecer incluso dentro de las temperaturas frías de un refrigerador”.
Una forma en que los consumidores pueden conocer la vida útil del alimento
que están adquiriendo, es buscando en la etiqueta del producto la fecha de
caducidad o la fecha de consumo preferente; ambas indican el fin de la vida útil del
alimento. Según la norma general de etiquetado (Real Decreto 1334/1999) la Fecha
de caducidad es la fecha a partir de la cual un producto no se debe ingerir, con el
fin de evitar problemas sanitarios y Fecha de consumo preferente es la fecha que
indica que después de esta fecha el contenido ya no ofrece toda su calidad al
consumidor. Aunque en la actualidad los consumidores demandan de productos
frescos, es muy difícil alargar la vida útil sin sacrificar la imagen de frescura del
alimento y en muchos casos, la caducidad de un alimento no puede ser alargada.
Una pregunta que puede surgir es: ¿Cómo detectar los conservadores? Mari
Carmen Vidal subraya que es "obligatorio" que las empresas indiquen en las
etiquetas qué aditivos llevan los alimentos. "Si no, es un fraude y debe penarse",
avisa. Estos se declaran con el nombre, o bien con código normalizado a nivel
europeo, que parte de la famosa 'E-', seguida de una numeración (generalmente
tres números).
"El primer número indica el tipo de aditivo, por ejemplo llevará el número '1'
si se trata de un colorante, el '2' si es conservante, o el '3' si es un antioxidante. El
segundo número en el caso de los colorantes significa color, mientras que en los
conservantes la familia química. Ya el tercero es un número de orden, para
diferenciar por ejemplo en el caso de que haya tres colorantes amarillos. Un 'E-903'
no significa que haya 903 aditivos alimentarios en ese producto, sino que se
corresponde con una numeración que identifica los aditivos", señala la catedrática
en nutrición, para sentenciar que estos códigos "son asépticos, no tienen ningún
misterio, y no ocultan cosas como a veces se piensa".
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"Si se utilizan en las dosis y productos autorizados no representan ningún
peligro para el consumidor. Es cierto que todas las sustancias a niveles altos pueden
ser perjudiciales. Pero la seguridad de un producto, sea lo que sea, está siempre en
la dosis. Lo que hay que exigir es que la cantidad que se ingiere no sobrepase los
límites de seguridad dictaminados por los estudios científicos y por la OMS y la
FAO", insiste la vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Nutrición
(SEN), María Carmen Vidal.
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Si bien los aditivos Alimentarios resultan ser beneficiosos para alargar la vida
de los alimentos que consumimos en nuestro día a día, también es una realidad que
estos pueden llegar a causar daños en nuestra salud. Los aditivos alimentarios
artificiales no son buenos para nuestro organismo.
Nosotros como consumidores debemos de exigir, debido a que al ser los que
adquirimos y consumimos estos productos tenemos el derecho a pedir por la buena
calidad de los productos que compramos.
Una alternativa viable para reconocer los aditivos en los alimentos que
consumimos como ya lo mencionamos, es simplemente informarnos y conocer que
es lo que estamos introduciendo en nuestro cuerpo, investigar un poco acerca de
estas sustancias y como reaccionan en nuestro organismo.
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Bibliografía;
Dergal, S. B., Rodriguez, H. B., & Morales, A. A. (1981). Química de los alimentos (p. 123).
Alhambra.
Beristain-Bauza, S. C., Palou, E., & López-Malo, A. (2012). Bacteriocinas: antimicrobianos naturales
y su aplicación en los alimentos. Temas selectos de ingeniería de alimentos, 6(2), 64-78.