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El liberalismo es una doctrina que se basa en la defensa de las iniciativas individuales y que

busca limitar la intervención del Estado en la vida económica, social y cultural.

EL Liberalismo Se trata de un sistema filosófico y político que promueve las libertades civiles y
que se opone al despotismo. La democracia representativa y los principios republicanos se
basan en las doctrinas liberales.

Aunque suele hablarse del liberalismo como un todo uniforme, es posible distinguir entre
distintos tipos de liberalismo. El liberalismo económico es el más difundido ya que es
defendido por las grandes corporaciones y los grupos económicos más fuertes. Se basa en
limitar la intromisión estatal en las relaciones comerciales, promulgando la reducción de los
impuestos y eliminando las regulaciones.

El liberalismo económico cree que, al no intervenir el Estado, se garantiza la igualdad de


condiciones y se establece un mercado de competencia perfecta. La falta de intervención del
Estado, sin embargo, no permite la ayuda social (se cancelan los subsidios, por ejemplo).

El liberalismo social, por su parte, defiende la libertad en las conductas privadas de los
individuos y en sus relaciones sociales. La legalización del consumo de drogas está avalada por
el liberalismo social.

El liberalismo político, por último, entrega el poder a los ciudadanos, quienes eligen a sus
representantes de manera libre y soberana. Los funcionarios estatales, por lo tanto, son
elegidos por el poder popular de la democracia. Cada una de estas doctrinas del liberalismo,
por supuesto, cuenta con variantes y defensores más o menos acérrimos de las libertades
promovidas.

Las principales características que definen el liberalismo son:


- La libertad del individuo como el valor supremo.

- El 'derecho natural' a la propiedad privada.

- El libre mercado como base del crecimiento económico y progreso social

- Y el Estado como garante de estos derechos.

Estas son las ideas más importantes que se desprenden de los autores liberales desde el siglo
XVII; destacando entre otros: Tomas Hobbes, John Locke, Adam Smith, Stuart Mill, David
Ricardo, etc...

PENSADORES DEL LIBERALISMO:


Ludwig von Mises (1881-1973).

Como exponente esencial de la Escuela Austriaca, Ludwig von Mises es uno de los pilares
fundamentales del pensamiento económico liberal y libertario contemporáneo. Influido desde
muy joven por la obra de Carl Menger, y particularmente por sus Principios de Economía
Política (texto que se considera como la obra fundacional de la Escuela Austriaca), fue alumno
de Eugen von Böhm-Bawerk en la Viena de principios del siglo XX. En 1912 publicó su Teoría
del Dinero y del Crédito, aplicando los principios de Menger al dinero y demostrando que la
abundancia de dinero en circulación tiene efectos redistributivos. En 1922, sólo unos años
después de la Revolución Rusa, demostró que el sistema económico socialista era inviable al
carecer de una mecánica autónoma de precios. Aportó argumentos irrefutables a favor de la
libertad económica en Liberalismo (1927), y desmontó las aproximaciones cientifistas y
matemáticas a la economía. En 1940 huye de Europa perseguido por los nazis y se instala en
los Estados Unidos, obteniendo una cátedra en la Universidad de Nueva York. En 1949 escribe
la obra clave del liberalismo libertario en economía: La acción humana, cuya influencia sería
capital sobre pensadores de la talla de Hayek, Rothbard y otros muchos. Von Mises colaboró
con Ayn Rand, y ella se esforzó en dar a conocer su obra.

Friedrich August von Hayek (1899-1992).

Hayek, discípulo privilegiado de Ludwig von Mises, es el economista liberal por antonomasia.
Fue el crítico principal de Keynes y desmontó su enfoque intervencionista de la economía.
Premio Nobel de Economía en 1974, desentrañó la fluctuación económica y conectó la
economía con las ciencias sociales explicando la interdependencia de la acción económica
humana con el entorno sociopolítico y cultural. La obra clave de Hayek es Camino de
servidumbre (1944), y más de medio siglo después de su primera edición conserva una
frescura y una vigencia realmente asombrosas. En un lenguaje al alcance de cualquier profano,
Hayek ofrece una lección magistral de economía y desmonta la idea tan extendida (y tan
nociva) de que la organización económica es planificable. Si la “acción humana” es el concepto
fundamental que aporta su maestro Von Mises, el “orden espontáneo” será la mayor
contribución de Hayek al pensamiento contemporáneo, al exponer la superioridad del “orden”
configurado por la libre interacción de millones de ciudadanos como agentes económicos,
frente a cualquier forma de planificación centralizada de la vida económica. Entronca así,
también, con pensadores como Frédéric Bastiat, que ya habían criticado (y alertado sobre) la
pulsión planificadora del Estado. En La fatal arrogancia (1988), Hayek alerta sobre la tan
habitual prepotencia de los gobernantes, que se creen capaces de planificar la economía como
si tuvieran a su disposición todos los datos de la ecuación económica, tan compleja que sólo
puede ser felizmente resuelta por la libre y múltiple acción de toda la sociedad civil. Hayek
fundó la Sociedad Mont Pèlerin, uno de los principales (y de los primeros) think tanks liberales
del mundo.

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