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Decreto 79-2000 DISTRIBUCIÓN DE CEMENTO
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Por último, el cuarto considerando establece: «Que es conveniente
transparentar el mercado del cemento, corrigiendo las distorsiones existentes
que encarecen dicho producto y establecer un impuesto que no afecte el precio
de venta al consumidor final, al eliminar dichas distorsiones.»
Esta norma contiene una característica vital, la cual radica en que la posibilidad
contributiva de cada sujeto pasivo de una obligación tributaria es única, aun así,
esta se exteriorice de distintas maneras, es decir que, aunque en un habitante
1Calvo Ortega, Rafael. Curso de derecho financiero I: Derecho tributario. España, Editorial Civitas,
2001, 10ma. edición, Pág. 52.
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susceptible a tributar manifieste varios índices de capacidad económica, estos
conforman un todo, es decir su patrimonio como totalidad.
Es este principio constitucional que determina que la carga pública debe de estar
determinada, de acuerdo con la capacidad económica personal de cada
contribuyente o responsable tributario, es el caso que el legislador deberá tomar
parámetros que hagan efectivo este principio, el cual contiene la limitante al poder
tributario del Estado.
Para Moschetti: «La capacidad contributiva es, en cambio, una aptitud global
revelada por algunos índices parciales que, son todas las manifestaciones directas
de una cierta disponibilidad económica y manifestaciones indirectas de una
disponibilidad económica global.» 2 Esta descripción atiende a la apariencia
económica. Se refiere a los índices de capacidad contributiva, estos que se han
enunciado en párrafos anteriores y a dichas manifestaciones indirectas existentes
en la economía global; dichas manifestaciones van adheridas al tema de capacidad
económica, el cual se analizará en su momento oportuno.
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idoneidad para contribuir a los gastos públicos.» 3 Prosiguiendo con la tendencia
económica de delimitar la capacidad contributiva, según Moschetti, se encuentra
que se puede idear como: «…Aquella potencia económica que debe juzgarse
idónea para concurrir a los gastos públicos a la luz de las fundamentales exigencias
económicas y sociales acogidas y dispuestas en la constitución.»4 Esta descripción
encuentra la idea de capacidad contributiva como la posibilidad de hacer frente a
las obligaciones tributarias, dependiendo dicha posibilidad a aspectos económicos.
Según Ahumada, siendo: «Capacidad contributiva el conjunto de valoraciones
subjetivas y objetivas que sirven para apreciar la manifestación externa de un hecho
económico imponible y previsto por la ley.»10
Existen diversos autores que tratan la materia, cuando definen la doble tributación
no se rigen a que no basta que la misma riqueza y el mismo sujeto económico sean
grabados dos veces, esto para que se pueda hablar de duplicación del tributo, sino
que se necesita que se grave dos veces este por el mismo título. Para analizar este
principio tributario y siguiendo la idea de Escobar, cabe distinguir algunos elementos
a la doble tributación como lo son:
Esto quiere decir es la identidad del hecho imponible (renta, capital y consumo)
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Al hablar del tema de doble tributación existen dos formas:
6Ibíd.
7Espasa Calpe. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. España, Editorial
Espasa Calpe, 1995, 21ra. edición. Pág. 172.
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exorbitante o confiscatorio, y en consecuencia, obra con institucionalidad cuando
tratándose de un gravamen directo, como que en principio no es trasladable por el
contribuyente a terceras personas, traer aparejado un desapoderamiento de más
del 33% de la utilidad, resultante de una explotación razonable o del valor del
capital» 8 , al analizar lo anteriormente citado que existe en la jurisprudencia del
tribunal argentino, cabe destacar dos características muy importante: La primera
trata que en la confiscación se da en los impuestos directos y la segunda que el
tributo debe grabar más del 33% de la utilidad, esto para que el tributo sea
considerado como confiscatorio, desde la perspectiva del ordenamiento jurídico
argentino.
Al respecto del carácter de confiscación del tributo, Escobar indica que: «Debe ser
valuado en función del sistema, es decir, de la carga tributaria o de los tributos en
su conjunto. Cabe al poder judicial en caso concreto, decir si un tributo es o no
confiscatorio.»10
8 Martín, José María y Guillermo F. Rodríguez Usé. Derecho tributario general. Argentina,
Edtorial Depalma, 1986. Pág. 110.
9 Escobar Menaldo, Rolando. óp. cit., Pág.12.
10 Ibíd.
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Siendo el principio de no confiscatoriedad, constituyente de una limitante al poder
tributario del Estado que se encarga de proteger al derecho de la propiedad,
garantía fundamental en todo estado democrático, no siendo excluyente para el
caso de Guatemala como ya se mencionó anteriormente la Constitución Política de
la República asegura la inviolabilidad de la propiedad privada, su libre uso y
disposición y prohíbe la confiscación en el artículo 41, el cual su parte contundente
De acuerdo con Vásquez Arriola: «Si bien existe la posibilidad de que un tributo sea
confiscatorio, no puede negarse la posibilidad de que esa misma confiscatoriedad
se dé ante tributos concurrentes. Más bien es cierto que la capacidad contributiva
se manifiesta de distintas formas, y ello da lugar a múltiples tributos, esto no significa
que se trate de capacidades contributivas en forma plural. Siempre es una sola y en
definitiva los tributos recaen sobre el mismo contribuyente afectando su
patrimonio.»11
11Vásquez Arriola, Iván Fernando. Análisis jurídico del acuerdo municipal No.005-2005
emitido por el consejo municipal de la Ciudad de Guatemala en relación al principio
constitucional de capacidad de pago. Guatemala, Universidad de San Carlos de Guatemala,
2006, Pág.23.
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reafirma en nuestra propia Constitución Política de la República de Guatemala en
su artículo 42 en el párrafo segundo: Se prohíben los tributos confiscatorios.» 12
Según Monroy Cabra por justicia se entiende: «En un sentido, indica la observancia
y la aplicación fiel de un derecho positivo. El derecho ha de salvaguardarse, ante
todo, contra interferencias arbitrarias y en otro sentido, se entiende que es el objeto
final del derecho.»1415
12 Ibíd.
13 Corte de Constitucionalidad, Gaceta No. 90, expedientes acumulados 2947 y 3108-2008,
sentencia de fecha 03 de diciembre de 2008.
14 Monroy Cabra, Marco Gerardo. Introducción al derecho. Colombia, Editorial Temis, 2006,
Pág.
15 .
16 Ibíd., Pág. 446.
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los habitantes de un país, concurran con sus tributos a satisfacer los gastos del
Estado; siendo que esta contribución debe ser igual para todos los que estén en
iguales capacidades contributivas.»17
17Luqui, Juan Carlos. La obligación tributaria. Argentina, Editorial Depalma, 1989, Pág. 116.
18Corte de Constitucionalidad, Gaceta No. 63 expediente 1233-2001, sentencia de fecha 5
de febrero del 2002.
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Se puede indicar que el principio de justicia y equidad tributaria se encuentra en la
Constitución Policía de la República de Guatemala, y que este trata un principio
fundamental en el derecho tributario, en el cual el legislador tributario debe de tratar,
que la carga tributaria que se impone a cada contribuyente o responsable tributario
en cada caso concreto, se acomode a la capacidad contributiva de estos, de manera
que este tenga las condiciones económicas para hacer frente al tributo sin que su
patrimonio se va disminuido y que su aporte al Estado sea un aporte conforme al
derecho.
El Estado por sí mismo no produce recursos suficientes para realizar todos los fines
propuestos por lo que debe de recurrir en forma coactiva a obtener del contribuyente
o del administrado, a través de los tributos ingresos suficientes que le permitan
cumplir con aquellos fines, también lo es que toda actividad administrativa del
Estado debe estar basada en ley como un medio adecuado para establecer y
consolidar el estado de derecho.
Las leyes ordinarias que desarrollan los principios constitucionales permiten regular
la actuación del Estado en el cobro de los tributos actividad que se ve
complementada con la aplicación de los reglamentos contenidos en las mismas
leyes. Por ello la estructura de las leyes, permite que los órganos encargados de
velar por el cumplimiento de las mismas, deban sujetarse a la forma como está
estructurada la ley de manera que no exista vulneración en la aplicación de las
mismas ni interpretaciones que sean contrarias a la ley.
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Antecedentes y objeto del impuesto
Naturaleza
Flores Valeriano, indica que, a los impuestos le son aplicables: «Los caracteres del
tributo ordinario del derecho público, y que en consecuencia es de naturaleza directa
y personal.»19 Dicha expresión es personal, debido a que no hace abstracción de la
persona natural o jurídica a la que pertenece el ingreso, antes bien, la contempla en
su particular situación contributiva; y es directo porque es difícil que el particular
afectado pueda trasladar su carga hacia otros sectores económicamente débiles.
Para Flores Polo, quién define que el impuesto directo es aquel tributo que; «Varía
según la renta o patrimonio del contribuyente, y en consecuencia es de naturaleza
estrictamente personal…»20
19 Flores Valeriano, Enrique. El Impuesto sobre la Renta, doctrina, legislación y práctica. Costa
Rica, Editorial Universitaria Centroamericana, 1984. Pág. 72.
20 Flores Polo, Pedro. Tributaria ’97 legislación, comentario, doctrina y jurisprudencia. Perú,
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No obstante, lo anterior, en relación con la naturaleza jurídica del Impuesto
Específico a la Distribución de Cemento, se puede concluir que; esté impuesto
pertenece al Derecho Público, porque el Estado lo crea, por ende, es una obligación
tributaria y por ser exigible coactivamente. Por otra parte, en el por tanto de la misma
Ley se establece: «En ejercicio de las atribuciones que le confiere el artículo 171
literales a) y c), y con fundamento en el artículo 239, ambos de la Constitución
Política de la República.»
El artículo 2, de la Ley regula que: «El monto del impuesto que se recaude por la
distribución de cemento, se destinará exclusivamente para el financiamiento de los
programas de vivienda popular.»
Período impositivo
Los sujetos pasivos que sean fabricantes deberán presentar, dentro del mes
calendario siguiente al del vencimiento de cada período impositivo, una
declaración del monto total de las operaciones realizadas en el mes calendario
anterior, incluso las exentas del impuesto y consignar en la misma forma los
demás datos que se señale en el reglamento utilizando los formularios que
proporcionara la SAT, al costo de su impresión. Juntamente con la
presentación de la declaración se hará el pago del impuesto resultante.
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El artículo 8 de la Ley del Específico a la Distribución de Cemento establece:
«Fecha en que se causa el impuesto. El Impuesto Específico a la Distribución
de Cemento, tanto el de producción nacional como el importado, se causa:
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a) Los reajustes y recargos financieros.
b) El valor de los envases, embalajes y de los depósitos constituidos por
los compradores para garantizar su devolución. Cuando dichos
depósitos sean devueltos, el contribuyente rebajará de su débito fiscal
del período en que se materialice dicha devolución el impuesto
correspondiente a la suma devuelta. El comprador deberá rebajar
igualmente de su crédito fiscal la misma cantidad.
c) Cualquier otra suma cargada por los contribuyentes a sus adquirientes,
que figure en las facturas.
El hecho imponible
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cinco (42.5) Kilogramos de peso o su equivalente. Cuando se distribuyan o se
importen bolsas de mayor o menor peso, a granel o “clinker”, se aplicará la
equivalencia respectiva a bolsa de cuarenta y dos punto cinco (42.5)
kilogramos.»
b) La no sujeción al impuesto
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instituciones, el impuesto se devenga en el momento en que se efectúa la
adquisición. El impuesto debe exigirse el día 15 del mes siguiente a la
adquisición. Si se expide una factura antes de esa fecha, el impuesto será
exigible en el momento de la expedición de esta factura.
El impuesto debe de ser cubierto por todas las personas individuales o jurídicas
que se dediquen a la producción o a la importación de cemento de cualquier
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clase, cuando el mismo se distribuya o venda en el territorio nacional, según
el artículo 6 Ley del Impuesto Específico a la Distribución de Cemento.
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de creación, modificación o supresión de tributos u otros ingresos, lo cual
responde con el carácter temporal y de simple concreción cuantitativa de la ley
del presupuesto anual; así también, porque de acuerdo a las características
propias del cuerpo normativo objetado – acto legislativo de aprobación del
presupuesto-, imposibilitan que en su emisión se puedan incluir aspectos,
temas o materias distintas a la expresamente delimitada por la Ley Orgánica
del Presupuesto, al no poseer la condición propia de precepto normativo
tendiente a normar actos jurídicos.»
Las exenciones
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Dado hecho que este impuesto se calcula como un monto monetario en
quetzales, de Q 1.50, por bolsa de cemento de 42.5 kg, el peso del impuesto
disminuye en momentos inflacionarios.
Es un impuesto fijo debido a que la Ley específica establece que este lo deben
pagar los fabricantes y los importadores de este producto y que el gravamen
se genera en el momento de la salida del producto de las bodegas de
almacenamiento de los fabricantes o al ingresar al país por la aduana
correspondiente, al ser importado.
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cuarenta y dos punto cinco (42.5) kilogramos o su equivalente cuando
se distribuya a granel o “clinker”, que despachó, vendió o utilizó durante
el mes; la aplicación de la tarifa del Impuesto Específico a la Distribución
de Cemento; y el total del impuesto a pagar. Juntamente con la
presentación de la declaración jurada, efectuarán el pago del impuesto
resultante, en los bancos del sistema o instituciones autorizadas para
recaudar impuestos. La declaración jurada constituirá a la vez, recibo
de pago.
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CONCLUSIONES
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RECOMENDACIONES
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Anexo
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INCONSTITUCIONALIDAD GENERAL TOTAL
EXPEDIENTE 145-2011
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD, INTEGRADA POR LOS MAGISTRADOS
ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE, QUIEN LA PRESIDE, MAURO
RODERICO CHACÓN CORADO, HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA, GLORIA
PATRICIA PORRAS ESCOBAR, JUAN CARLOS MEDINA SALAS Y CARMEN
MARÍA
GUTIÉRREZ DE COLMENARES: Guatemala, veinte de marzo de dos mil doce.
Se tiene a la vista para dictar sentencia, la acción de inconstitucionalidad general
total del Decreto 79-2000 del Congreso de la República, Ley del Impuesto
Específico a la Distribución de Cemento, promovida por la entidad Cementos
Progreso, Sociedad Anónima, por medio de su Gerente General y Representante
Legal, Jorge Alfredo Lemcke Arévalo. La accionante actuó con el auxilio de los
abogados Raúl Andrés Olivero Arroyo, Jorge Rolando Rosales Mirón y Cristina
María Villacorta Cabarrús. Es ponente en este caso la Magistrada Vocal IV, Gloria
Patricia Porras Escobar, que expresa el parecer de este Tribunal.
ANTECEDENTES
FUNDAMENTOS JURÍDICOS DE LA IMPUGNACIÓN
De lo expuesto por la accionante se resume: a) el diecinueve de diciembre de dos
mil, se publicó en el Diario de Centro América el Decreto 79-2000 del Congreso de
la República de Guatemala, Ley del Impuesto Específico a la Distribución de
Cemento; b) el mencionado Decreto contiene vicio de inconstitucionalidad, porque
viola los artículos 4, 239 literal a) y 243, de la Constitución Política de la República
de Guatemala, por las siguientes razones: i) el artículo 4 de la Constitución Política
de la República establece que “En Guatemala todos los seres humanos son libres e
iguales en dignidad y derechos
…”; considera que en el caso de la actividad de la construcción, el impuesto
específico a la distribución del cemento grava únicamente a ese producto de entre
todos lo que se utilizan en la construcción de viviendas, con lo cual se da un trato
diferente y desigual a la distribución del cemento con respecto a la distribución de
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bienes en general y, específicamente, de bienes involucrados en la industria de la
construcción, siendo injusto, discriminatorio, irrazonable y desproporcionado, por
estar dirigido puntualmente a un sector de la producción como lo es el cemento y
específicamente a su distribución; ii) el artículo 239 literal a) de la Constitución
Política de la República, regula que “Corresponde con exclusividad al Congreso de
la República, decretar impuestos ordinarios y extraordinarios, arbitrios y
contribuciones especiales, conforme a las necesidades del Estado y de acuerdo a
la equidad y justicia tributaria, así como determinar las bases de recaudación,
especialmente las siguientes: a) El hecho generador de la relación tributaria…”; en
base a lo anterior, considera que el Decreto es injusto, pues sin establecer razones
suficientes de su disposición, impone un gravamen obligatorio que recae sobre un
solo bien entre todos los involucrados en el desarrollo de viviendas; discriminatorio
porque no se señalaron causas de diferenciación basadas en justificaciones
razonables, que permitieran advertir la necesidad o conveniencia de clasificar la
imposición de un gravamen especifico y especial a la distribución del cemento, pues
no existen impuestos específicos para la distribución de otros productos dedicados
a la construcción; irrazonable, por no justificar la necesidad de gravar única y
exclusivamente a un insumo de entre todos lo que se ocupan en la construcción de
vivienda popular; y desproporcional, al imponer una carga adicional a un insumo
específico de entre todos los que se ocupan en el proceso constructivo, razón por
la cual genera una desproporción de éste frente a los demás; iii) el artículo 243 de
la Constitución Política de la República establece la prohibición de los tributos
confiscatorios y de la doble o múltiple tributación, lo que fue transgredido por la ley
impugnada, en virtud que el Impuesto al Valor Agregado con el Impuesto Específico
a la Distribución del Cemento, coinciden en el mismo hecho generador (por ser la
distribución y la venta hechos que se refieren a la permuta de bienes y ambos
pertenecen a una misma cadena de producción), en el sujeto pasivo (por ser pagado
materialmente por el último sujeto de la cadena de producción) y el período de
imposición (ambos se determinan con la emisión de la factura o de la póliza de
importación respectiva); por lo tanto, el Decreto impugnado viola el principio a la
doble tributación, pues existe coincidencia en los tres elementos que establece
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dicho artículo para que se determine tal provisión. Además, el Decreto impugnado
viola el principio de capacidad de pago, al utilizar como único parámetro para la
determinación de la base imponible del tributo controvertido una medida de
volumen, como lo es el kilogramo, sin tener en cuenta el valor, características y
calidad de cada uno de los productos cuya distribución se grava.
TRÁMITE DE LA INCONSTITUCIONALIDAD
No se decretó la suspensión provisional. Se dio audiencia por quince días comunes
al Congreso de la República de Guatemala, a la Superintendencia de Administración
Tributaria y al Ministerio Público, por medio de la Fiscalía de Asuntos
Constitucionales, Amparos y Exhibición Personal.
RESUMEN DE LAS ALEGACIONES
La Superintendencia de Administración Tributaria manifestó que en el presente
caso el accionante incumplió con los requisitos indispensables, pues aun cuando
denuncia la existencia de vicio que, a su juicio, afecta a la norma impugnada, no
cumple con el requisito exigido en las normas de la Ley de la materia, pues no se
hace argumentación particularizada y coherente que exprese en forma razonada y
clara los motivos en que descansa cada impugnación, ni las confronta con las
normas constitucionales que dichos preceptos pudieran vulnerar. Sin perjuicio de lo
anteriormente indicado, considera necesario desvirtuar los argumentos vertidos por
el accionante conforme a lo siguiente: de la supuesta violación a los artículos 4 y
239 de la Constitución Política de la República, se puede establecer que en su
manifestación más sencilla, la igualdad consiste en dar igual tratamiento impositivo
a los contribuyentes que se encuentren en igualdad de circunstancias o condiciones;
por lo que el Estado, haciendo uso adecuado de su poder tributario, afectó con un
impuesto determinados actos de un sector específico de la industria de la
construcción, y que tal afectación es de carácter general, por cuanto grava a todos
los distribuidores de esos productos por igual, en iguales circunstancias, de lo que
se deduce que dicha ley no violenta los artículos 4 y 239 de la Constitución Política
de la República; b) sobre la violación al principio jurídico de prohibición a la doble o
múltiple tributación, establecido en el artículo 243 de la Constitución Política de la
República se puede establecer que en el Impuesto al Valor Agregado y en el
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Impuesto Específico sobre la Distribución de Cemento se establecen hechos
generadores distintos, por cuanto que el primero grava la venta propiamente dicha
y el segundo grava la salida de los productos para su distribución, es decir, que el
impuesto a la distribución de cemento no grava la transferencia de dominio como
sucede con el Impuesto al Valor Agregado, por lo que no existe la doble tributación
argumentada. En este caso, ese reparto –del que se indicó anteriormente-, es el
que resulta gravado de conformidad con el Decreto impugnado, por lo que el hecho
de que consigne que el impuesto se genera a la fecha en que el producto sale de
las bodegas o lugares de almacenamiento, no debe entenderse que es la salida, la
que se está gravando; la inclusión de este supuesto en la ley, es únicamente para
precisar como punto de referencia una fecha cierta a partir de la cual debe
calcularse el monto del tributo, tomando como base la cantidad de producto que
salió de las bodegas o que ingresó al país, en el caso de la importación. Además,
en el evento que el consumidor final sea al mismo tiempo el productor y por ello
tenga que pagar ambas cargas, será porque asume una doble condición, la cual es
una incidencia que ocurre en el caso particular, ajena a la generalidad a la que
apunta la norma impugnada. Estas incidencias permiten comprender que son
cargas tributarias distintas que deben y son soportadas por sujetos pasivos
diferentes; y aún cuando concuerden los elementos del sujeto activo del tributo y el
período de imposición, la ausencia de aquella coincidencia anteriormente señalada
impide concluir que esté frente a una doble tributación que deba ser penalizada.
Derivado de lo anterior, se establece que no se da la relacionada doble tributación,
pues, en el caso del Impuesto al Valor Agregado, no existe identidad en el hecho
generador ni en el sujeto pasivo, pues el impuesto precitado es un tributo indirecto
que grava el consumo y la transferencia de propiedad de los bienes, recayendo la
obligación tributaria en el consumidor, siendo el vendedor simplemente un agente
receptor; por el contrario, el impuesto ahora objetado, es un tributo directo que grava
la acción de distribuir, recayendo la obligación tributaria en el distribuidor (productor,
fabricante o importador), independientemente que, conforme la actividad comercial,
el mismo sea trasladado nuevamente al consumidor, debido a que el obligado
directamente conforme las disposiciones legales respectivas es el distribuidor; c) en
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relación a la violación del principio de capacidad de pago, ésta no se da, puesto que
el Impuesto Específico a la Distribución de Cemento es un tributo justo y equitativo
acorde a los ingresos obtenidos por las empresas que se dedican a la producción e
importación de dichos productos, por lo que es justo y equitativo que contribuyan a
los gastos del Estado; el mandato constitucional obliga a aumentar su capacidad
para responder a las necesidades de la población; a contribuir a una mayor
capacidad para enfrentar turbulencias económicas internacionales; a generar
mayores posibilidades de crecimiento y empleo. La justicia no se concibe sin poder
obtener los recursos que permitan al gobierno efectuar inversiones en áreas muy
sensibles, que en este caso sirven para el financiamiento de los programas de
vivienda popular y que permitan mejorar la productividad y competitividad de los
guatemaltecos, no evidenciándose la inconstitucionalidad denunciada. B) El
Congreso de la República de Guatemala se apersonó dentro del presente
proceso, en el cual se reserva el derecho de pronunciarse con respecto de la
inconstitucionalidad planteada por la entidad accionante. C) El Ministerio Público
expresó: a) en el caso que se analiza, se determina que la finalidad del Congreso
de la República, al crear el Impuesto Específico a la Distribución de Cemento,
consiste en que el Estado obtenga recursos que le permitan cumplir con la
realización del bien común, establecer una nueva carga tributaria, haciendo
prevalecer el marco jurídico, captar fondos para destinarlos al fomento y subsidio
del financiamiento de los programas de vivienda para familias en condición de
pobreza y extrema pobreza, e implementar todas aquellas medidas que se
consideren necesarias para evitar el contrabando aduanero de cemento; b) el
examen del planteamiento de inconstitucionalidad establece que las
argumentaciones expuestas por la entidad accionante, reflejan desacuerdo con
que se haya dispuesto por el legislador gravar en forma especial la distribución
del cemento, empero no demuestra ni explica de manera jurídica que el contenido
material de las disposiciones impugnadas transgredan los principios de igualdad,
equidad y justicia tributarias contemplados en los artículos 4 y 239 de la Constitución
Política de la República, lo que conlleva a que debe respetarse la decisión del
legislador; c) en el mencionado Decreto no concurre la transgresión del principio de
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prohibición a la doble o múltiple tributación, puesto que no hay identidad en los
hechos generadores entre la Ley del Impuesto al Valor Agregado y la Ley del
Impuesto Específico a la Distribución del Cemento, en virtud que no existe identidad
en el hecho generador ni en el sujeto pasivo, pues el primero es un tributo indirecto
que grava el consumo y la transferencia de propiedad de los bienes, recayendo la
obligación tributaria en el consumidor, siendo el vendedor simplemente un agente
receptor; por el contrario, el Impuesto Específico a la Distribución del Cemento que
ahora se objeta de inconstitucional, es un tributo directo que grava la acción de
distribuir, recayendo la obligación tributaria en el distribuidor (productor, fabricante
o importador), independientemente que conforme la actividad comercial, el mismo
sea trasladado nuevamente al consumidor, puesto que el obligado conforme la ley
es directamente el distribuidor; y al no darse uno de los elementos que puedan
determinar la coexistencia de múltiple tributación entre los Impuestos Sobre la
Renta, el Convenio sobre el Régimen Arancelario y Aduanero Centroamericano, el
Impuesto al Valor Agregado y el Impuesto Específico Sobre la Distribución del
Cemento, no puede advertirse que en las disposiciones objetadas exista infracción
de la prohibición contenida en el segundo párrafo del artículo 243 de la Constitución
Política de la República de Guatemala; d) al utilizar como parámetro para la
determinación de la base imponible del Impuesto Específico a la Distribución de
Cemento, la medida de volumen, el kilogramo, no viola el principio jurídico de
capacidad de pago, pues a la base imponible se le aplica un elemento exterior que
es el tipo impositivo, que en este caso es de un quetzal con cincuenta centavos
(Q.1.50) por cada cuarenta y dos punto cinco (42.5) kilogramos, con lo cual se
atiende a la capacidad económica o capacidad contributiva del sujeto pasivo de
dicho impuesto, que es el distribuidor del producto.
ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA PÚBLICA
La accionante expresó que no son ciertos los argumentos de la Superintendencia
de Administración Tributaria y del Ministerio Público, respecto de la falta de
confrontación de la normativa impugnada con los artículos constitucionales
establecidos, pues en su escrito se indicó claramente los vicios de
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inconstitucionalidad violatorios de los principios constitucionales de igualdad,
equidad y justicia tributaria, señalando que la normativa es:
injusta, porque impone un gravamen sobre un solo producto de entre todos los
involucrados en el desarrollo de viviendas; ii) discriminatoria, por no existir
justificaciones razonables para darle un tratamiento diverso con respecto a otros
bienes involucrados en la construcción de viviendas al cemento; iii) irrazonable,
porque no se advierte la necesidad de gravar únicamente la distribución del cemento
con un impuesto específico, lo cual conlleva una desigualdad manifiesta sin razón;
y iv) desproporcionada, pues no resulta proporcionado que el Estado quiera grabar
única y específicamente el cemento para obtener ingresos para la construcción de
viviendas populares, pues si bien es cierto que constituye una obligación
fundamental del Estado fomentar la construcción de viviendas populares, también
es cierto que es un deber de todos los guatemaltecos contribuir a los gastos públicos
(literal d del artículo 135 constitucional), y no solamente de un sector específico
de la industria de la construcción. Los cuatro argumentos expuestos
anteriormente permiten determinar los motivos por los cuales se considera que el
Decreto 79-2000 del Congreso de la República, Ley del Impuesto Específico a la
Distribución de Cemento, viola los artículos 4 y 249 constitucionales, que regulan
los principios de igualdad, justicia y equidad tributaria. Solicitó que se declare con
lugar la Inconstitucionalidad General Total. B) La Superintendencia de
Administración Tributaria estableció que es evidente que la accionante cita los
preceptos legales que considera aplicables al caso, relaciona algunos derechos y
garantías constitucionales inherentes a la persona humana, así como otros
principios y derechos que establece la Constitución Política de la República; sin
embargo, es necesario destacar que el principio jurídico universalmente reconocido
de la supremacía de la Constitución Política, no puede invocarse solamente en
términos declarativos, por cuanto justamente esa indiscutible supremacía obliga a
que los señalamientos de inconstitucionalidad evidencien y prueben, en forma
concreta e indubitable, la violación de los preceptos constitucionales cuya
vulneración se denuncia. Tales transgresiones deben ser identificadas plenamente
ante la Corte de Constitucionalidad, evidenciando que se han producido y que
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lesionan los derechos fundamentales establecidos en la Constitución Política de la
República, ya sean de un particular o de la sociedad en general. En consecuencia,
si no se producen tales evidencias, los señalamientos habrán de discutirse en otras
instancias. En el presente caso, el accionante no cumple con esta preceptiva
fundamental, toda vez que realiza una interpretación más doctrinaria que legal y
constitucional de las disposiciones atacadas, lo que obliga a solicitar a la Corte de
Constitucionalidad que conduzca y mantenga este debate en el ámbito
estrictamente constitucional, sin permitir argumentos y aparentes fundamentaciones
que resultan ser casuísticos e inconducentes, para que no se desvirtúe el objetivo
de estas acciones que consisten en mantener vigente el marco del control abstracto
de la constitucionalidad. Solicito que se declare sin lugar la Inconstitucionalidad
General Total. C) El Congreso de la República estableció que emitió el Decreto
79- 2000, Ley del Impuesto Específico a la Distribución de Cemento, después de
que la iniciativa de ley recibida del Organismo Ejecutivo, cumpliera el trámite que
contempla la Constitución Política de la República y la Ley Orgánica del Organismo
Legislativo, cuidando de que este impuesto cumpliera con los principios
constitucionales de equidad y justicia tributaria, de igualdad y de generalidad, que
no fuera confiscatorio y que no incurriera en doble tributación; a pesar de ello la
accionante argumenta que el referido Decreto es injusto, discriminatorio, irrazonable
y desproporcionado, empero, lo que aduce dista mucho de los argumentos jurídicos
que se necesitan para confrontar una norma emitida por el poder legítimo del Estado
para su creación, y demostrar que esta contraviene las disposiciones de la
Constitución Política de la República. Aduce también la accionante que actualmente
las leyes que gravan la distribución son cuatro (Ley del Impuesto Específico a la
Distribución de Cemento, Decreto 79-2000 del Congreso de la República; el
Convenio sobre el Régimen Arancelario y Aduanero Centroamericano; la Ley del
Impuesto Sobre la Renta, Decreto 26-92 del Congreso de la República; y la Ley del
Impuesto al Valor Agregado, Decreto 27-92 del Congreso de la República); sin
embargo, sólo la Ley del Impuesto Específico a la Distribución de Cemento, Decreto
79-2000 del Congreso de la República, establece un gravamen a la distribución de
cemento; las otras normas legales con las cuales la accionante presupone doble o
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múltiple tributación rigen para eventos distintos, no relacionados con la distribución
de cemento, de tal manera que no se grava el mismo acto, son circunstancias y
hechos distintos de gravamen y por ello no existe doble o múltiple tributación. En
consecuencia, por las razones apuntadas, en su opinión, no existen las violaciones
que se denuncian, pues emitió el Decreto 79-2000 en uso de sus atribuciones
constitucionales y legales y con observancia plena de las disposiciones que las
normas citadas como violadas por el accionante, lo que evidencia la improcedencia
de la acción planteada. Solicitó que se declare sin lugar la Inconstitucionalidad
General Total. D) El Ministerio Público reiteró los argumentos vertidos con
anterioridad, en el sentido que el accionante no explica cómo el contenido del
Decreto impugnado en cada uno de los artículos que lo conforman, viola los
principios de igualdad, justicia y equidad tributaria, sino más bien señala criterios
puramente personales que exponen su parecer de que el impuesto es injusto,
discriminatorio, irrazonable y desproporcionado, sin embargo no realiza una
motivación de carácter eminentemente jurídico normativo que demuestre la
violación a los principios de igualdad, justicia y equidad tributaria contemplados en
los artículos 4, 239 y 243 de la Constitución Política de la República de Guatemala.
Solicitó que se declare sin lugar la Inconstitucionalidad General Total.
CONSIDERANDO
-I-
Al tenor de lo preceptuado en el artículo 267 de la Constitución Política de la
República y el artículo 133 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, dentro del sistema de garantías constitucionales que se
encuentra previsto en el ordenamiento jurídico guatemalteco figura la
Inconstitucionalidad de Leyes, Reglamentos y Disposiciones de Carácter General
como el instrumento que viabiliza un control directo, abstracto y reparador de
constitucionalidad, sobre las normas infraconstitucionales que conforman dicho
ordenamiento, cuyo conocimiento se ha encomendado con exclusividad a este
tribunal, como intérprete máximo y definitivo del contenido de la Ley Fundamental.
Es por ello, que corresponde a esta Corte conocer de las impugnaciones contra
32 | P á g i n a
leyes y reglamentos objetados parcial o totalmente de inconstitucionalidad, en aras
de tutelar el principio de supremacía constitucional.
-II-
En el caso sub judice la entidad Cementos Progreso, Sociedad Anónima formula
señalamiento de ilegitimidad constitucional sobre la totalidad del contenido de la Ley
del Impuesto Específico a la Distribución de Cemento, Decreto 79-2000 del
Congreso de la República, aduciendo que lo preceptuado en dicho cuerpo legal
colisiona con los lineamientos previstos en los artículos 4, 239 literal a) y 243, de la
Constitución Política de la República de Guatemala.
El estudio de escrito de interposición se colige que la postulante basa
fundamentalmente su pretensión de inconstitucionalidad en tres lineamientos
argumentativos: a) recoge los razonamientos relativos a la concurrencia de doble
tributación; b) viola el principio de igualdad, pues recae sobre un solo bien de entre
todos los involucrados en el desarrollo de viviendas, pues otros sectores de la
industria se verán beneficiados con la construcción de viviendas populares, por
parte del Estado; sin embargo, a éstos no se ha gravado con un impuesto específico
para el desarrollo del fin previsto (beneficiar a un gran número de guatemaltecos
que carecen o no disponen de la condiciones mínimas de una vivienda básica); y c)
no se respeta el principio jurídico de capacidad de pago, pues al utilizar como único
parámetro para la determinación de la base imponible del tributo controvertido una
medida de volumen, como lo es el kilogramo, sin tener en cuenta el valor,
características y calidad de cada uno de los productos cuya distribución se grava.
-III-
Como cuestión preliminar, es pertinente abordar lo señalado por la
Superintendencia de Administración Tributaria y el Ministerio Público, que son
partidarios de que la acción de inconstitucionalidad de mérito no sea examinada en
el fondo, arguyendo que ha sido planteada contra la totalidad de la ley, sin dirigir
concretamente su reproche y, por ende, el correlativo análisis confrontativo, a algún
(s) precepto en especial.
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Este Tribunal discrepa con esa interpretación excesivamente rigorista del tenor
literal de los artículos 135 de la ley de la materia y 29 del Acuerdo 4-89 de esta
Corte, puesto que si bien ha asentado reiteradamente que la observancia de lo
establecido en esas disposiciones le asigna al litigante la obligación procesal de
hacer acopio de una técnica argumentativa que desarrolle un razonamiento
ordenado, claro y puntual de la base jurídica en que descansa su pretensión, debe
acotarse que lo que se requiere es la debida singularización y sustento de los
motivos de ilegitimidad constitucional que aquél aduce, que pueden o no estar
particular y exclusivamente ligados a cada una de las normas impugnadas; es decir,
así como a una determinada disposición podría acusársele más de un vicio de
inconstitucionalidad, uno de ellos podría ser atribuible o devenir trascendente
respecto a más de una disposición, o inclusive a todas las que integran una ley
(pues puede ocurrir que, por la naturaleza de la materia que estén destinadas a
regular en su conjunto, se encuentren inescindiblemente relacionadas unas con
otras en cuanto a su contenido y fuerza normativa). De esa suerte, la mera
peculiaridad de que, tratándose de una acción de inconstitucionalidad incoada
contra la totalidad de un cuerpo normativo, no se hayan analizado por separado uno
a uno los artículos que lo conforman, acaso podría restarle eficacia a las
alegaciones esgrimidas (de no evidenciar convincentemente que, pese a ser
generales, resultan relevantes respecto a todas las normas que se reputan
viciadas); pero eso no significa que al planteamiento así formulado deba imputarse
el incumplimiento de un presupuesto de viabilidad que, por tanto, enerve el
conocimiento del fondo del asunto, como las referidas entidades lo han sugerido en
el caso que se examina. Consecuentemente, se accederá a realizar el estudio de la
cuestión sustancial sometida al conocimiento de este tribunal.
-IV-
En lo que respecta a la figura de la doble o múltiple tributación, esta Corte ha
resaltado en diversos fallos la obligación que el constituyente le impuso al Estado,
por una parte, de eliminar progresivamente los casos pre-constitucionales en que
se manifestara esa situación; y, por otra, de asumir las previsiones pertinentes para
que, en el marco de la política legislativa en materia tributaria, no se generen nuevos
34 | P á g i n a
supuestos de esa índole (criterio plasmado en pronunciamientos tales como el de
diez de mayo de dos mil, dictado dentro del expediente ochocientos veintinueve –
noventa y ocho y el de quince de octubre de dos mil dos, dentro del expediente mil
quinientos treinta y ocho – dos mil uno). Empero, la ponderación que en el plano del
control de constitucionalidad atañe a este Tribunal respecto al debido cumplimiento
del mandato constitucional antes descrito supone la verificación indubitable de que
en cada caso concreto sometido a su conocimiento sí se presenta la doble o múltiple
tributación que se denuncian. Para tal efecto debe partirse que una correcta
intelección del párrafo del artículo 243 del Ley Fundamental que refiere que “Hay
doble o múltiple tributación, cuando un mismo hecho generador atribuible al mismo
sujeto pasivo, es gravado dos o más veces, por uno o más sujetos con poder tributario
y por el mismo evento o período de imposición”, permite advertir que para que
concurran tales situaciones, de acuerdo con el análisis factorial de dicho párrafo,
deben concurrir, de manera inescindible, los siguientes elementos: a) que “un
mismo hecho generador” ocasione el pago de dos o más impuestos; b) que aquellos
impuestos que ocasionen “un mismo hecho generador”, deban ser pagados por un
mismo sujeto pasivo, en atención a que, de acuerdo a los límites fijados por el
legislador constituyente, en Guatemala solamente el Estado y las municipalidades
del país son sujetos con poder tributario; y c) que el pago de dos o más impuestos
generados por “un mismo hecho generador”, deba ser realizado por el “mismo sujeto
pasivo” en un mismo evento o período de imposición. La no concurrencia de alguno
de los elementos antes indicados, como es lógico, deriva en que no se genera la
doble o múltiple tributación constitucionalmente proscrita.
Situado en ese contexto, el análisis de esta Corte estima que en el artículo 1 de la
ley ibídem se encuentra definido el objeto del impuesto en cuestión de la siguiente
manera: “Se establece un impuesto específico que grava la distribución de cemento
de cualquier clase, tanto de producción nacional como importado, que se distribuya
en el territorio nacional, en bolsas a granel o „clinker‟”, poniendo de manifiesto el fin
general de que el acto afecto a dicho gravamen es la “distribución”, por lo que la
eventual coincidencia de esta actividad, con la venta – que es la aludida por la
postulante-, no es una situación que sea consecuencia directa y necesaria de la
35 | P á g i n a
regulación legal dispuesta por el legislador y, por tal virtud, no es reprochable al
sustrato normativo contenido en ella, de suerte que la misma no adolece de
inconstitucionalidad manifiesta que aconseje la procedencia de la acción
constitucional que se analiza, por lo que así debe ser declarado. En los mismos
términos se pronunció esta Corte, con ocasión de planteamientos semejantes, en
sentencias de seis de marzo, treinta y uno de julio y veintitrés de octubre de dos mil
tres, y veinticuatro de febrero y diez de marzo de dos mil cuatro, dictadas dentro de
los expedientes cuatrocientos cincuenta y cinco – dos mil dos (455-2002),
seiscientos cuarenta y uno – dos mil tres (641-2003), cuatrocientos cincuenta y seis
– dos mil dos (456-2002), acumulados cuatrocientos veintiuno – dos mil dos,
cuatrocientos cincuenta y tres – dos mil dos, seiscientos ocho – dos mil dos,
ochocientos dieciocho – dos mil dos y mil ochocientos seis – dos mil tres (421-2002,
453-2002, 608- 2002,818-2002 y 1806-2003), y seiscientos veintinueve – dos mil
tres (629-2003), respectivamente.
En el primero de los fallos enumerados se asentó, en el pasaje conducente del
apartado considerativo: “(…) El término „Distribución‟ conforme el Diccionario de la
Lengua Española significa: reparto de un producto a los locales en que debe
comercializarse, siendo este reparto, como lo afirma el accionante, el que resulta
gravado a la luz del Decreto impugnado, el hecho de que consigne que el impuesto
se genera en la fecha en que el producto sale de las bodegas o lugares de
almacenamiento, no debe entenderse que es la „salida‟, la que se está gravando; la
inclusión de este supuesto en la ley, es únicamente para precisar como punto de
referencia una fecha cierta a partir de la cual debe calcularse el monto del tributo
tomando como base la cantidad de producto que salió de las bodegas o que ingresó al
país en el caso de la importación. En ese sentido, la salida del producto, viene a
constituir solo el momento a partir del cual la carga impositiva que nos ocupa se
convierte en exigible a favor del fisco (…) Es este hecho –la Distribución- que es
objeto del gravamen y aún cuando pueda apreciarse que la salida del producto de las
bodegas, tiene incidencia en las finalidades comerciales que el reparto del producto
persigue, éste hecho –la salida-, legalmente, sólo cumple la función de
determinar el momento en que se generará la obligación a favor del fisco (…) trayendo
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a cuenta la relación tributaria que se genera entre el comprador y el Estado
conforme la Ley del IVA (sic) se advierte que este hecho es distinto del que se analiza,
aún cuando la comercialización se refiera a aquellos mismos productos gravados
por la Distribución, especialmente porque aquel impuesto lo pagó una persona
distinta del consumidor final. En el evento que el consumidor final sea al mismo
tiempo el productor, y por ello tenga que pagar ambas cargas, será porque asume
una doble condición, la cual es una incidencia que ocurre en el caso particular, ajena
a la generalidad a la que apunta la norma impugnada. Estas incidencias permiten
comprender que son cargas tributarias distintas que deben y son soportadas por
sujetos pasivos diferentes; y aún, cuando concuerden los elementos del sujeto
activo del tributo y el período de imposición, la ausencia de aquella coincidencia
anteriormente señalada, impide concluir que se esté frente a una doble tributación
que deba ser penalizada (…) desarrollo argumentativo que se refrenda en el presente
pronunciamiento.
En cuanto al principio de igualdad contenido en el artículo 4 Constitucional, se puede
decir que si bien es cierto que las leyes deben tratar de igual manera a los iguales,
también lo es, que esta Corte ha sido enfática al establecer que deben tomarse en
cuenta las diferencias que caracterizan a cada uno de los sujetos tributarios en
lugar, tiempo y modo en que han de aplicarse los tributos para determinar si
concurren las mismas circunstancias, pues de lo contrario, pueden y deben
establecerse diversas categorías impositivas. Así pues, se trata de que las mismas
condiciones se impongan los mismos gravámenes a los contribuyentes, pero ello no
significa que los legisladores carezcan de facultad de establecer categorías entre
ellos, siempre que tal referencia se apoye en una base razonable y responda a las
finalidades económicas del país, como en el presente caso en el que el Estado
haciendo uso adecuado de su poder tributario, afectó con un impuesto específico,
determinada actividad de un sector de la industria de la construcción de viviendas
como lo es el cemento; y tal afectación es de carácter general por cuanto grava a
todos los distribuidores de dicho producto por igual en iguales circunstancias, razón
por la cual no se advierte transgresión al principio de igualdad.
37 | P á g i n a
En relación con lo que argumenta el accionante en el tema de que no se respeta el
principio jurídico de capacidad de pago, se puede advertir que el Impuesto
Específico a la Distribución de Cemento, es un impuesto justo y equitativo acorde a
los ingresos obtenidos por las empresas que se dedican a la producción e
importación de dicho producto, por lo que resulta necesario citar el criterio
sustentado por esta Cote respecto al principio de capacidad de pago “…El principio
de capacidad de pago, debe cobrar efectividad mediante la creación de impuestos
que respondan de tal forma que a mayor capacidad contributiva, la incidencia debe
ser mayor y de esta forma, el sacrificio sea igual. Para lograr un sistema justo y
equitativo deben tomarse en cuenta las aptitudes personales y tomar en
consideración las diversidades individuales de acuerdo a la capacidad económica
personal de cada contribuyente; para esto el legislador, debe fijar los parámetros que
hagan efectivo este principio que limita el poder tributario del Estado, utilizando tarifas
progresivas que establezcan tipos impositivos mínimos y máximos, y a la vez,
establecer exenciones que excluyan de la tributación a determinados sujetos y a
determinados montos como mínimos vitales, y también debe contemplarse en la ley
la depuración de la base imponible, excluyendo del gravamen, los gastos necesarios
para poder producir la renta. El principio de capacidad de pago, también tiene como
presupuesto la personalización del mismo…”. (Expediente ciento sesenta y siete
(167-95), sentencia de veintiocho de septiembre de mil novecientos noventa y
cinco). Por lo que la normativa impugnada si guarda conformidad con el principio de
capacidad de pago, pues al utilizar como parámetro para la determinación de la
base imponible del Impuesto la medida de volumen, el kilogramo, ya que a la base
imponible se le aplica un elemento exterior que es el tipo impositivo, en este caso
de un quetzal con cincuenta centavos (Q.1.50) por cada cuarenta y dos punto cinco
(42.5) kilogramos, conforme lo dispone el artículo 5 de la ley impugnada, se atiende
a la capacidad económica o capacidad contributiva del sujeto pasivo de dicho
Impuesto; por lo que al establecer la base imponible de la bolsa de cuarenta y dos
punto cinco kilogramos de peso o su equivalente, tiene por objeto señalar que existe
congruencia entre los productos efectivamente distribuidos en el territorio nacional
y el impuesto declarado en ese concepto, y por tratarse de una forma de
38 | P á g i n a
determinación de la base imponible, no constituye con ello una contravención al
principio de capacidad de pago.
Por último, en el caso que se analiza, se determina que la finalidad del Congreso de
la República al crear el Impuesto Específico a la Distribución de Cemento, consiste
en que el Estado obtenga recursos que le permitan cumplir con la realización del
bien común, establecer una nueva carga tributaria, haciendo prevalecer el marco
jurídico, captar fondos para destinarlos al fomento y subsidio del financiamiento de
los programas de vivienda para familias en condición de pobreza y extrema pobreza,
e implementar todas aquellas medidas que se consideren necesarias para evitar el
contrabando aduanero de cemento. Del análisis del Decreto 79-2000 del Congreso
de la República, Ley del Impuesto Específico a la Distribución de Cemento, en
especial de su artículo 1 que contiene objeto de la misma, se advierte que no existe
la violación de los artículos 4 y 239 literal, a), y 243 constitucionales, pues al
examinar la norma cuestionada referente a la naturaleza, objeto y fines del tributo
que se paga por la distribución de cemento, se llega a la conclusión de que el
Estado, haciendo uso adecuado de su poder tributario, afectó con un impuesto
específico, determinada actividad de un sector de la industria; y tal afectación es de
carácter general por cuanto grava a todos los distribuidores de cemento por igual
en iguales circunstancias, por lo que no se advierte transgresión a los principios de
igualdad, equidad y justicia tributaria.
En conclusión, los elementos de convicción aportados en la acción de
inconstitucionalidad que se examina no conducen a esta Corte a establecer que el
cuerpo legal señalado adolezca de regulación que esté en franca contraposición
con los postulados constitucionales y, en tal virtud, el planteamiento de mérito debe
ser desestimado.
-V-
Conforme lo establecido en el artículo 148 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal
y de Constitucionalidad, cuando la inconstitucionalidad se declare sin lugar se
impondrá multa a los abogados auxiliantes, sin perjuicio de la condena en costas al
interponente. En el presente caso no procede condenar en costas a la accionante,
39 | P á g i n a
por no haber en este proceso sujeto legitimado para su cobro, pero sí es procedente
imponer multa a los abogados auxiliantes del planteamiento, por ser de rigor legal.
LEYES APLICABLES
Artículos citados y 267 y 272, inciso a), de la Constitución Política de la República
de Guatemala; 114, 115, 133, 140, 143, 148, 149, 163, inciso a), 183, 185 y 186 de
la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad; y 31 del Acuerdo 4-
89 de la Corte de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas, declara:
I) Sin lugar la acción de inconstitucionalidad general total del Decreto 78-2000 del
Congreso de la República, Ley del Impuesto Específico a la Distribución de
Cemento, promovida por la entidad Cementos Progreso, Sociedad Anónima, por
medio de su Gerente General y Representante Legal, Jorge Alfredo Lemcke
Arévalo. II) No se condena en costas a la accionante por la razón considerada en
este fallo. III) Se impone a cada uno de los abogados auxiliantes, Raúl Andrés
Olivero Arroyo, Jorge Rolando Rosales Mirón y Cristina María Villacorta Cabarrús,
una multa de un mil quetzales a cada uno, que deben pagar en la Tesorería de esta
Corte dentro de los cinco días siguientes de la fecha en que a dichos profesionales
se les notifique el contenido de este fallo; y que, en caso de incumplimiento de
pago, su cobro se hará por la vía legal correspondiente.
IV) Notifíquese.
40 | P á g i n a
JUAN CARLOS MEDINA SALAS CARMEN MARÍA GUTIÉRREZ DE
COLMENARES MAGISTRADO MAGISTRADA
ACLARACIÓN
EXPEDIENTE 145-2011
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, veinticinco de abril de dos mil
doce.
Se tiene a la vista para resolver la aclaración presentada por la Superintendencia
de Administración Tributaria, por medio de su Mandataria Especial Judicial con
Representación, Lesbia Maricela Ovalle Ovalle, de la sentencia dictada por esta
Corte el veinte de marzo de dos mil doce, planteada dentro del expediente arriba
identificado, formado por inconstitucionalidad general total, promovida por la entidad
Cementos Progreso, Sociedad Anónima, contra el Decreto 79-2000 del Congreso
de la República, Ley del Impuesto Específico a la Distribución de Cemento.
ANTECEDENTES
DEL PLANTEAMIENTO DE LA INCONSTITUCIONALIDAD GENERAL TOTAL: La
entidad Cementos Progreso, Sociedad Anónima planteó inconstitucionalidad
general total contra el Decreto 79-2000 del Congreso de la República de Guatemala,
Ley del Impuesto Específico a la Distribución de Cemento, publicado el diecinueve
de diciembre de dos mil, en el Diario de Centro América, por considerar que el
mencionado Decreto contiene vicio de inconstitucionalidad, porque viola los
artículos 4, 239 literal a) y 243, de la Constitución Política de la República de
Guatemala. Esta Corte en sentencia de veinte de marzo de dos mil doce, resolvió
que los vicios señalados en el planteamiento de la acción de inconstitucionalidad
que se examina, no conducen a establecer que el cuerpo legal señalado adolezca
de regulación que esté en franca contraposición con los postulados constitucionales
y, en tal virtud la declaró sin lugar.
41 | P á g i n a
DE LOS ARGUMENTOS DE LA ACLARACIÓN: La solicitante señaló: “…en el
numeral romano I) de la sentencia de veinte de marzo de dos mil doce, antes referida,
se indica que se declare sin lugar la acción de inconstitucionalidad general total del
Decreto 78-2000, del Congreso de la República, pero es el caso, que el Decreto
objeto de inconstitucionalidad es el 79-2000 del Congreso de la República, tal y como
se indica en las demás partes de la sentencia aludida…”.
CONSIDERANDO
I -De conformidad con el artículo 70 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, cuando los conceptos de un auto o de una sentencia sean
obscuros, ambiguos o contradictorios, podrá pedirse que se aclaren.
II -En el presente caso se establece que en el fallo aludido efectivamente se
consignó en el numeral romano I) de la parte resolutiva el nombre del Decreto como:
“Decreto 78- 2000 del Congreso de la República”, cuando lo correcto es “Decreto
79-2000 del Congreso de la República”, por lo que así debe constar en toda la
sentencia, y como se dispondrá en la parte resolutiva de este auto.
LEYES APLICABLES
Artículo citado y 265, 268, 272, inciso i), de la Constitución Política de la República
de Guatemala; 1º, 7º, 8º, 163, inciso i), 179 y 185 de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con fundamento en lo considerado y leyes citadas,
resuelve: I) Por ausencia temporal del Magistrado Héctor Hugo Pérez Aguilera se
integra esta Corte con el Magistrado Ricardo Alvarado Sandoval. II) Con lugar la
aclaración planteada por la Superintendencia de Administración Tributaria, por
medio de su Mandataria Especial Judicial con Representación, Lesbia Maricela
Ovalle Ovalle, de la sentencia dictada por esta Corte el veinte de marzo de dos mil
doce. III) En consecuencia, el nombre correcto del Decreto impugnado es Decreto
79-2000 del Congreso de la República, y así debe constar en todo el fallo
relacionado. IV) Notifíquese.
42 | P á g i n a
ROBERTO MOLINA BARRETO GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR
MAGISTRADO MAGISTRADA
43 | P á g i n a
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
1. Calvo Ortega, Rafael. Curso de derecho financiero I: Derecho tributario.
España, Editorial Civitas, 2001, 10ma. edición, Pág. 52.
2. Moschetti, Francesco. El principio de capacidad contributiva. España,
Editorial Institutos de Estudios fiscales, 1980. Pág. 263.