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CLASIFICACIÓN DE CONTRATOS
GRUPO No. 3
JOAQUIN AMILCAR MARTÍNEZ DE LEÓN
MANFREDO ORTIZ MALDONADO
QUETZALTENANGO, 30 DE MARZO DE 2019.
CAPITULO III
CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS
I. CONSIDERACIONES GENERALES
1. Introducción
Para abordar este tema es necesario tomar en cuenta que existen distintas
clasificaciones doctrinales de los contratos civiles, así como el Código Civil
guatemalteco, Decreto Ley 106 del Jefe del Gobierno de la República también
establece su propia clasificación, denominándole “División de los Contratos”1.
Por su parte expresa Vladimir Aguilar Guerra: “suele ser común en las
exposiciones doctrinales dedicar, con clara intención pedagógica o introductoria, un
apartado al tema de las distintas clases de contrato, pese a que probablemente
debería considerarse preferible, seguir el procedimiento de incardinar las categorías
contractuales al exponer el criterio que sirve de punto de distinción: la forma, para
la distinción entre contratos formales y no formales; el consentimiento para la
contraposición entre contratos consensuales y contratos reales; la libertad de
determinación del contenido contractual y la autorregulación de los contratantes
como causa genética de los contratos atípicos, etcétera..”2
1 División de los Contratos. Código Civil, Decreto Ley 106, Libro Quinto, Título V, Capítulo V,
artículos 1587 al 1592.
2
Aguilar Guerra, Vladimir: “El Negocio Jurídico”. Colección de monografías Hispalense, 6ª.
Edición, Guatemala, 2008, Página 129.
CUADRO SINÓPTICO DE CLASIFICACION DE LOS CONTRATOS3
3
Aguilar Guerra, Vladimir: “El Negocio Jurídico”. Colección de monografías Hispalense, 6ª.
Edición, Guatemala, 2008, Página 131.
II. CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS.
4
Aguilar Guerra, Vladimir: “El Negocio Jurídico”. Colección de monografías Hispalense, 6ª.
Edición, Guatemala, 2008, Página 158.
Esta clasificación de contratos toma como punto de partida para establecer
la distinción entre éstos, el perfeccionamiento de los mismos, según se produzca tal
perfeccionamiento mediante el consenso (simple consentimiento) o la datio rei
(entrega de la cosa). Atendiendo a la primacía del mero consentimiento como
elemento genético de los contratos, la mayor parte de los contratos tienen carácter
consensual. Hablar por tanto, de contratos consensuales significa sencillamente
que el contrato se perfecciona por el mero consentimiento contractual.5
En cuanto a los contratos reales, se está haciendo referencia a una limitada
relación de contratos para cuya perfección el Código Civil requiere, además del
mero consentimiento, la entrega de una cosa. La moderna doctrina, critica con razón
la existencia de la categoría de los contratos reales, por construir una pieza extraña
en el Derecho codificado.
Por su parte el artículo 1588 del Código Civil dispone: “Son consensuales
cuando basta el consentimiento de las partes para que sean perfectos; y reales,
cuando se requiere para su perfección la entrega de la cosa”6
5
Código Civil, Decreto Ley 106, Libro Quinto, Título V, Capítulo I, artículo 1518: “Los contratos se
perfeccionan por el simple consentimiento de las partes…”
6
División de los Contratos. Código Civil, Decreto Ley 106, Libro Quinto, Título V, Capítulo V,
artículo 1588.
forma genérica. Para sus análisis y consideración debe estarse a lo que hayan
establecido las partes.
Estos contratos han surgido como consecuencia de las necesidades de la
humanidad, los cuales se salen de la esfera del derecho positivo, pero que tienen
un uso constante en la vida cotidiana, dentro de la categoría de los contratos
atípicos se encuentran aquellos que tienen tipificación social, por estar socialmente
definidos y ser de significación conocida y firme. De consiguiente, la celebración de
un contrato atípico supone estructurar un modelo contractual que, en concreto, no
cuenta con una regulación supletoria ad hoc y es conveniente, por tanto, perfilar
muy cuidadosamente las reglas cláusulas contractuales para evitar imprevisiones
en la ejecución efectiva del contrato.
Es de subrayar, que los conceptos de tipicidad y atipicidad son relativos, pues
se miden en función del contenido que en cada momento posee el ordenamiento
jurídico. Contratos que hasta un determinado momento han sido atípicos, pueden
dejar de serlo y convertirse en típicos desde el momento en que su normativa es
recogida y fijada por la ley. Por citar un ejemplo se menciona el contrato de factoraje
que hasta el año dos mil diecisiete era un contrato atípico, que dejo de serlo en
virtud de haber sido acogido como contrato típico en la Ley de los contratos de
factoraje y de descuento, decreto número 1-2018 del Congreso de la República de
Guatemala, la cual nos proporciona la siguiente definición: “Por el contrato de
factoraje un vendedor o cedente, cede a favor de un factor, total o parcialmente uno
o varios derechos de crédito…”7
7
Ley de los contratos de factoraje y de descuento, Decreto número 1-2018 del Congreso de la
República, Capítulo I, artículo 2, inciso f.
8 procedente del latín: onus oneris, que significa carga.
automovilístico, la muerte (en el seguro de vida), etc. Aquí la realidad de una
prestación (el pago de la prima) se suele contraponer la eventualidad de otra (el
abono de la indemnización si ocurre el siniestro temido).
En resumen los contratos onerosos son sinónimos de contraprestación y
determinan el intercambio de prestaciones entre las partes intervinientes, de tal
modo que una persona se obliga a realizar una determinada contraprestación por
cuanto la otra parte también ha quedado obligada a su favor. Así, compraventa,
arrendamiento, permuta, etc.
Los contratos gratuitos significan que hay un empobrecimiento de un sujeto,
correlativo al enriquecimiento de otro (un ejemplo paradigmático sería la donación,
donde el bien donado circula de un patrimonio a otro, sin mediar un equivalente).
Por lo tanto, aquí una de las partes contratantes se enriquece u obtiene un beneficio
a consecuencia del contrato, sin asumir carga o contraprestación alguna. En
concretos contratos están presididos por la liberalidad y en donde no existe ningún
tipo de contraprestación como el contrato de comodato9, por citar un ejemplo.
El artículo 1590 del Código Civil dispone: “Es contrato oneroso aquél en que se
estipulan provechos y gravámenes recíprocos y gratuito, aquél en que el provecho
es solamente de una de las partes
En este sentido, el artículo 1591 del Código Civil regula: “el contrato oneroso
es conmutativo cuando las presentaciones que se deben las partes son ciertas
desde que se celebra el contrato, de tal suerte de que ellas pueden apreciar
inmediatamente el beneficio o la pérdida que les cause este. Es aleatorio cuando la
presentación de vida depende de un acontecimiento incierto que determina la
ganancia o pérdida desde el momento en que ese acontecimiento se realice”.
Los contratos formales son aquellos que deben observar ciertas formalidades
en la manifestación de la voluntad, de tal forma que si no lo hicieren, no serán
válidos. Al utilizar dicha expresión, no se pretende decir que unos contratos tienen
forma y otros no, pues todo contrato tiene que asumir necesariamente una forma
determinada (verbal, fax mediante gestos, documentos electrónicos, documento
público o privado). Lo que ocurre es que solo en algunos contratos, la forma asume
carácter de elemento esencial o estructural del propio contrato, a efectos de
determinación de la validez del mismo.
CLAQUE: Es el contrato por medio del cual “una entidad que se dedica a
contratos de representación o ejecución publica contrata a un grupo de
personas para que estas aplaudan en las representaciones o ejecuciones
públicas”13.
12 http://derechomx.blogspot.com/2012/08/contratos-formales-y-no-formales.html, 20 de marzo de
2019, 18:21 horas.
13 http://laslucrecias.blogspot.com/2014/10/1er-contrato-atipico.html, 20 de marzo de 2019, 19:04
horas.
14 http://www.estuderecho.com/documentos/mercantil2/00000099790975656.html, 20 de marzo de
Al respecto de estos tipos de contratos el artículo 1589 del Código Civil enuncia:
Son principales, cuando subsisten por sí solos; y accesorios, cuando tienen por
objeto el cumplimiento de otra obligación.
El criterio para distinguir los actos entre vivos y los de última voluntad radica
en que para producir sus efectos el acto jurídico requiera o no del fallecimiento del
otorgantes.
Son pues, actos entre vivos aquellos cuya eficacia no está condicionada a la
muerte de los otorgantes del acto, esto significa, que los contratos inter vivos son
aquellos que se regulan para que produzcan sus efectos en vida de las personas
intervinientes y sin que se tenga que esperar a la muerte de alguna de ellas.
Así son actos jurídicos unilaterales cuando basta para formarlos la voluntad
de una sola persona, es decir, crean obligaciones a cargo de una sola de las partes.
Citando como ejemplo: el préstamo mutuo que solo hace nacer la obligación del
prestatario de devolver la suma o la cosa prestada o el reconocimiento de una
obligación y la ratificación de un mandato.
En este contexto, el artículo 1587 del Código Civil indica: los contratos son
unilaterales si la obligación recae solamente sobre una de las partes contratantes;
son bilaterales, si ambas partes se obligan recíprocamente.