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Introducción
Históricamente, la entrevista clínica, ha sido propia del ejercicio del medico psiquiatra y del
psicólogo y tiene, en un sentido amplio, el objetivo de obtener información para establecer
la base de datos necesaria con la cual elaborar diagnósticos clínicos, establecer un plan
terapéutico, un tratamiento psico-farmacológico y evaluar la evolución, el proceso del
enfermar y del curar.
La entrevista no es un hecho que se agota a si mismo con la ultima pregunta sino que se
continua en un estilo de ?estar con?, donde, conocedores de la herida, estimulamos el
desarrollo del lado sano, porque sabemos que salud sin reconocimiento de la propia
dignidad no es tal.
Descripción de la entrevista
Las diferentes partes de esta guía para una entrevista suponen tres líneas de información: en
un primer nivel, preguntamos sobre aquellos datos patronímicos que hacen a una primera
presentación del paciente. Un segundo nivel investiga sobre el nivel de conciencia de su
propia situación, su vivencia de esta y de su entorno inmediato, así como algunos puntos
específicos tales como su manejo de la agresividad, la frustración o la impulsividad, etc. Se
incluye aquí un apartado para aquellos pacientes usuarios de drogas ya sean adictos a las
mismas o consumidores. El tercer nivel es de uso específico del entrevistador y refiere a
elementos generales de un examen psiquiátrico.
Una vez obtenidos los datos y evaluados se determina un diagnostico situacional, para
elaborar un plan terapéutico claro y posible en el tiempo que dure una internación que debe
ser revisado en la evolución semanal, evaluando también semanalmente hasta la evaluación
al alta.
Seria de interés que este nivel fuera realizado por todo el equipo de enfermería
especializado con lo cual se vería mas enriquecido por las distintas visiones de cada uno de
los miembros, así como supervisado por otros miembros del equipo de salud e integrado al
plan terapéutico general.
La vivencia de los vínculos familiares y sociales así como de la continencia de su entorno nos
puede aportar datos acerca de los recursos con que el paciente cuenta en el afuera y que
siente pueden favorecer o no la adhesión a un tratamiento.
La enfermedad genera dependencia y esta puede ser potenciada por la internación al punto
de entregar a otros, al hospital o al equipo técnico, toda la responsabilidad sobre su propia
existencia, corresponde al equipo técnico ayudarlo a mejorar, a darse cuenta, pero no
resolver toda su vida. Es necesario saber que espera el paciente de su internación o de los
técnicos para ajustar esta idea a la realidad de un tiempo y unas posibilidades limitadas por
la propia institución.
En el apartado referido a los pacientes usuarios de drogas se considera primero los datos
mas generales comunes a cualquier interrogatorio sobre el particular siendo de mayor
importancia para el manejo posterior: edad de inicio, droga de elección ( signos específicos
de abstinencia, etc.), vía de uso y modo (necesidad de paraclínica especifica para ETS, etc.),
episodios de sobredosis y mayor tiempo de abstinencia. En segundo lugar, los elementos
personales de la vivencia del consumo, la adicción, abstinencia y recaídas y su contexto. Y
finalmente de la droga para el paciente lo cual nos puede aportar información de aquello
que lo lleva a consumir y que es lo que debe ser sanado.
Un paciente que niega su enfermedad puede ser tan difícil en cuanto su manejo como uno
que actué una total aceptación de la misma: en ambos casos se requiere "leer entre líneas"
para descubrir los efectos, temores o angustias reales que no logra manifestar.
Se debe formular de forma clara, posible y realista, atenta a las posibilidades del paciente y
de modo suficientemente flexible para adecuarse cuando así lo requiere el dinamismo
propio de la materia con la cual trabajamos.
Consideraciones finales
La empatia, debe ser el lugar propio del entrevistador, por tanto, sea por las características
del paciente o de quien dirige esta se ve bloqueada o se hace imposible, se debiera desistir
de ella fijándola para otro momento, o derivándola a otro miembro del equipo.
La escucha debe no solo ser sincera y abierta sino real: no estamos realizando un mero
tramite administrativo sino estableciendo un vinculo, un encuentro con otro que además
esta en una situación de vulnerabilidad.
Quien realiza la entrevista no se encuentra en un nivel superior, por tanto debe ser conciente
de sus propias limitaciones y posibilidades para manejar aquello que surja del encuentro, así
como de sus propios sentimientos e ideas.
Según las posibilidades se debiera realizar la entrevista en un lugar cómodo, iluminado y sin
interrupciones.
El esquema que sigue es solo una guía, las preguntas se deben formular de modo que el
paciente no se siente invadido, y según el estilo que el entrevistador ha aprendido y
practicado de modo que sintiéndose cómodo con el haga que el paciente sienta igual. Debe
ser vivido siempre y necesariamente como un encuentro no como un interrogatorio.