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ORIGEN Y EVOLUCION DE LOS

IMPLANTES DENTALES
Los dientes no solo desempeñan una función masticatoria, también desempeñan
una papel social importante. Por lo cual el hombre desde sus inicios intento
recuperar los dientes perdidos a través de prótesis dentales e implantes de piedras
aloplásticas.

En la prehistoria, nos remontamos hasta el neolítico, en donde se encontró una


implantación necrópsica en el poblado de Fahid Suarda ubicado en Argelia. Se
había colocado un fragmento de la falange de un dedo en el alveolo del segundo
premolar superior derecho.

En la edad antigua, se encontró en la cultura Maya, una mandíbula con tres


fragmentos de concha de Sagaamote en los alveolos de los incisivos. Por los
estudios radiográficos se determinó que fueron introducidos en vida.

También en la Edad antigua, en Egipto se trasplantaban dientes humanos y


animales, se implantaron piedras y metales preciosos.

En la edad media, en el siglo X, Abulcasis escribió sobre reponer los dientes caídos
al alveolo mediante una unión con hilos de oro, refiriéndose a los reimplantes
dentales.

En la época de los cirujanos barberos, los trasplantes dentales como exigencia de


los nobles y militares de rango se pusieron de moda, usando como donantes a
plebeyos, sirvientes y soldados, estas prácticas fracasaron.
Ambroise Paré, en 1572 publica Cinq Livres de Chirurgie, que trata cuestiones de
cirugía bucal y Odontología en general. Además, invento el abrebocas, el gatillo y
el pelícano, trabajó en la reimplantación dentaria.

En 1633, Duval hizo muchas reimplantaciones, pero adoptaba la precaución de


extirpar la pulpa y sustituirla por plomo u hojas de oro.

En la edad moderna, Pierre Fauchard publica en 1728 La Chirurgie Dentiste ou


traité des dents, donde da aportes importantes de técnicas e instrumental para la
práctica de la cirugía bucal.

Los siglos XVII y XVIII se vieron intentos de trasplantes dentarios mayormente en


Francia, pero durante el Siglo XIX y principios del XX, se retrocedió por motivos
morales e higiénicos y decepción ante los resultados de la autotrasplantación.
A principios del Siglo XIX Maggiolo colocó los primeros implantes metálicos
intralveolares, un implante de oro en el alvéolo de un diente recién extraído.

En la edad contemporánea, Harris, en 1887, implantó una raíz de platino revestida


de plomo en un alvéolo creado artificialmente. También, Payne, presentó su técnica
de implantación en la que utilizó una cápsula de plata colocada en el alvéolo de una
raíz., Algrave en 1909 demostró el fracaso de esta técnica. En 1910 Greenfield
introdujo una cesta de iridio y oro de 24 quilates en el alvéolo. Se considera que
documentó las bases de la Implantología moderna en 1915. Aun la cuestión estaba
en encontrar el material indicado.

En la actualidad, Venable y Strock, en 1937 descubrieron un nuevo material, el


Vitallium (aleación de cobalto, cromo y molibdeno). Entonces surgieron dos
escuelas clásicas: Subperióstica del sueco Dahl y la Intraósea de Strock.

A partir de 1937 se llegó a la conclusión de que las aleaciones mejores toleradas


por el cuerpo humano eran el Vitallium, Tantalio y Titanio, se comprobó su ausencia
de toxicidad.

En los 50, Marzini usaba el Tantalio. Formiggini diseñó un implante intraóseo en


espiral, inicialmente de Tantalio y luego de Vitalio.

En los 60, en Suecia, el Dr. Brånemark y sus colaboradores descubrieron un


mecanismo de adherencia de un metal al hueso, y que el Titanio puede unirse firme
e íntimamente al hueso humano y que puede ser pilar de soporte de diferentes tipos
de prótesis. A esto se denomina Osteointegración.

En 1982, Brånemark presenta al mundo odontológico la oseointegración y su


implante de Titanio en forma de tornillo y así comienza la Era científica o Era de la
Implantología moderna.

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