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I. INTRODUCCION.

El suelo capa más superficial de la superficie terrestre que sostiene


a la vegetación, resultado de diferentes procesos de intemperismo y erosión.
Está caracterizado por un perfil de horizontes con rasgos distintivos e
identificables, originado por los cambios físicos y químicos del regolito.

Los factores que intervienen en la formación del suelo Material


parental, Clima , Topografía, vegetación y organismos, Tiempo.

La buena calidad física del suelo determina un ambiente adecuado


para el desarrollo de las raíces vegetales, además del ingreso y almacenamiento
óptimo del agua necesaria para el crecimiento de las plantas (Taboada &
Alvarez, 2008). El hombre a través del manejo agrícola o ganadero modifica la
calidad física del suelo.

La declinación de la calidad física tiene consecuencias graves en las


condiciones químicas y biológicas (Dexter et al., 2004). Las determinaciones
físicas pueden ser observaciones sencillas basadas en la experiencia de
reconocedores de perfiles de suelo, o requerir instrumental de diverso grado de
precisión. Los métodos para determinar propiedades físicas actualmente se
encuentran en un menor grado de estandarización que los de propiedades
químicas y además son menos conocidos. Una de las medidas más comunes
para conocer el estado físico de un suelo es la densidad aparente.

1. Objetivo General

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II. REVISION DE LITERATURA

2. Fisiografía e hidrografía

El BRUNAS presenta una fisiografía predominante de colinas altas


(clase 1 y clase 2), con relieve ondulado quebradizo, con pendientes que van de
20 a 80 %, con una hidrografía compleja, presentando quebradas que recorren
el área del BRUNAS, las mismas que se drenan al río Huallaga.

2.1. El Suelo: Origen de la textura del suelo:

Hay que considerar en primer término la roca madre; el suelo tendrá


indiscutiblemente una tendencia congénita a ser arcilloso, limoso, arenoso,
según que la roca sea arcillosa, limosa, o arenosa, en el caso de rocas
sedimentarias y sedimentos, o bien que sea capaz de producir esos elementos
en el curso de su alteración, si se presenta al estado de roca consolidada y
coherente. Esta tendencia puede ser favorecida o contrarrestada por la
evolución. El humus aparece normalmente con todos los factores que
condicionan su naturaleza (vegetación, clima, medio pedológico, etc.).

El suelo puede entonces enriquecerse con humus cálcico y


estabilizarse, o puede descalcificarse y ser lixiviado. En este caso, la proporción de
arcilla disminuye en la superficie y aumenta en la profundidad. El humus puede dar
lugar a migraciones capaces de transformar radicalmente la textura original, como por
ejemplo en la podzolización. Mientras se produce esta evolución, la alteración de la
roca madre puede continuar, puede enlentecerse y hasta detenerse. Todas estas
eventualidades influyen sobre la textura del suelo. Esta depende por lo tanto, en
grados diversos, de la naturaleza de la roca madre y de los procesos de evolución del
suelo. En resumen, la textura de un suelo será el resultado.
2.2. Composición mineralógica de las fracciones del suelo :

Desde el punto de vista mineralógico, existen ciertas relaciones


generales entre las fracciones granulométricas y los minerales que las
componen, de acuerdo a los principios ya vistos. A medida que las partículas
minerales disminuyen de tamaño, aumenta su superficie específica y también su
susceptibilidad a los procesos de alteración química.

En consecuencia, las diferencias de estabilidad de los minerales


serán un importante factor que determine el cambio en composición mineralógica
con el tamaño de partícula.

Estos cambios son particularmente marcados a medida que nos


aproximamos al tamaño de la fracción arcilla. Normalmente la composición
mineralógica de las fracciones arena y limo se considera separadamente de la
fracción arcilla. Esta distinción resulta de las diferencias marcadas en
composición mineralógica, y en consecuencia, los métodos usados para la
determinación de la mineralogía de la arena y limo por un lado, y de la arcilla por
otro. Fracciones arena y limo Las partículas de arena más bastas son, casi
siempre fragmentos de roca, sobre todo de cuarzo, existiendo además
cantidades variables de otros minerales primarios.

La composición mineralógica de estas fracciones sigue los principios


vistos anteriormente y varía para los distintos suelos según la roca madre y el
grado de meteorización. Fracción arcilla

En esta fracción se encuentran generalmente diversos minerales


secundarios. Convencionalmente se pueden clasificar en silicatos y no silicatos.
Los silicatos incluyen la caolinita, montmorillonita, illita, vermiculita y alofán, entre
otros. La variación que existe entre estos grupos de arcillas en plasticidad,
cohesión, adhesión, capacidad de intercambio catiónico y otras propiedades es
muy grande. Por eso, es un dato de considerable importancia el saber qué tipo
de arcilla domina en un suelo o cuáles coexisten. Los no filosilicatos incluyen:
cuarzo y otras formas de sílice (SiO2); óxidos e hidróxidos de hierro, tales como
hematita o goethita; óxidos e hidróxidos de aluminio tales como gibbsita; y
carbonato de calcio. Parte del material mineral de la arcilla de los suelos es
cristalino y parte amorfo.

2.3. Composición química de las fracciones del suelo

Desde el punto de vista general, la composición elemental de los


suelos varía de acuerdo a la naturaleza de la roca madre y los cambios
producidos durante la meteorización, acumulación de materia orgánica y
prácticas de manejo. Un factor importante es la movilidad relativa de los distintos
elementos, que determina pérdidas diferenciales durante los procesos de
meteorización y formación del suelo.

Así, el SiO2 es el constituyente más abundante en las rocas ígneas


y en la mayoría de los suelos, en cambio las bases, Ca, Mg, K y Na presentan
porcentajes más bajos en los suelos que en las rocas ígneas debido a su
remoción preferencial durante la meteorización.

Las fracciones del suelo no son uniformes en composición química,


como se puede deducir de las diferencias que presentan en composición
mineralógica. Debido a que el cuarzo (SiO2) es dominante en la arena y limo,
estas dos fracciones son, por lo general, inactivas químicamente. Incluso los
minerales primarios que pueden contener elementos nutrientes en su
composición química son, en general, tan insolubles como para hacer
esencialmente nula su asimilación, o muy a largo plazo.

Una excepción a esta regla general es la fracción de algunos limos


que contienen minerales de potasio, tales como las micas, las cuales ya se sabe
que abandonan el potasio, con suficiente rapidez para abastecer, al menos en
parte las necesidades de la planta. Químicamente las arcillas son silicatos
alumínicos que pueden tener F, Mg, Na, K, etc. en su estructura y tienen además
capacidad de adsorber y ceder una serie de iones.

Esto nos lleva al razonamiento lógico que las arenas, formadas esencialmente
por cuarzo, tengan menor contenido de nutrientes, y que la fracción arcilla tenga
más. Esto lo vemos en los datos obtenidos en el cuadro 2. Las relaciones
generales señaladas por estos datos son reales para la mayor parte de los
suelos, aunque puedan ocurrir algunas modificaciones.

BIBLIOGRAFIA

Taboada, M.A.; Alvarez, C.R. 2008. Fertilidad física de los suelos.2da Ed. Editorial
Facultad de Agronomía. Universidad de Buenos Aires.

DE BOODT, M. Soil physics. Gante, Bélgica, International Training Centre for Post-
Graduate Soil Scientists. 1965.

DE LEENBEER, L. Considerations critiques sur la valeur des resultats de la


determination de la porosité totale et de la distribución des pore du sol. Pedologie nO.
17:2. 1967. DOMINGUEZ, J.E. y LAZBAL, E. Evaluación del efecto del manejo anterior
del suelo sobre macroporosidad, densidad aparente y rendimiento del cultivo de papa.
Tesis Ing. Ag. Montevideo, Uruguay, Facultad de Agronomía, 1965.67 p.

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