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Tema 6

TEMA 6: LA PERSONA Y LA PERSONALIDAD. COMIENZO DE LA PERSONALIDAD


INDIVIDUAL. EL CONCEBIDO. EXTINCIÓN DE LA PERSONALIDAD INDIVIDUAL. EL
PROBLEMA DE LA PREMORIENCIA.
1. LA PERSONA Y LA PERSONALIDAD.
I. LA PERSONA
La palabra persona tiene su origen en las lenguas clásicas. El sustantivo latino ‘persona
personae’ derivó del verbo ‘persono’ que significa resonar. Se designaba con dicho nombre a la
máscara o careta que usaban los actores y que les servían al mismo tiempo para caracterizarse
y para ahuecar la voz y lanzarla hacia los espectadores. Por una serie de trasposiciones, se
aplicó la palabra persona al actor mismo, y luego a los actores de la vida social y jurídica, es
decir, a los hombres considerados como sujetos de derechos.
Desde un punto de vista jurídico se llama persona a todo ser capaz de derechos y obligaciones,
o lo que es igual, de devenir sujeto activo o pasivo en una relación jurídica. De Castro señala
que la persona es el hombre en su dignidad racional’
II. LA PERSONALIDAD
Si persona es todo ser capaz de derechos y obligaciones, por personalidad ha de entenderse la
aptitud para ser sujeto, activo o pasivo, de relaciones jurídicas. Se es persona, se tiene
personalidad.
La teoría iusnaturalista considera a la persona como atributo inseparable del ser humano, en
contra de las teorías formalistas que consideran la personalidad como atributo de Derecho.
III. EL DERECHO DE LA PERSONA
Es la parte del Derecho Civil formada por el conjunto de normas que directamente regulan la
situación (poderes y deberes= de la persona como tal persona, dentro del ordenamiento
jurídico privado.
Parece natural, dice de Castro, iniciar el estudio de las instituciones civiles por la persona, ya
que el Libro I del CC se titula ‘De las personas’
IV. LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD
Se suele definir como aquellos derechos que conceden un poder a las personas para proteger
lo esencial de su personalidad y sus más importantes cualidades (De Castro). Así, en nuestra
doctrina, los autores suelen distinguir los diferentes grupos:
a) Derechos relativos a la individualidad (como el nombre, domicilio, estado civil y raza,
patrimonio, etc.)
b) Derechos relativos a la existencia física (como la vida, i. física y la disposición del propio
cuerpo)
c) Derechos morales (la imagen, el secreto, el honor, los derechos de autor, etc.)
Como características de los mismos, se suelen señalar las siguientes:
- Esencialidad: Los derechos de la personalidad corresponden a toda persona, sin excepción
y sin necesidad de especiales requisitos y los tiene toda persona desde su nacimiento hasta
su muerte, como derechos innatos u originarios.
- Inherencia: Los derechos de la personalidad son inherentes a la persona, calificados por
ello de derechos personalísimos
- Indisponibilidad e imprescriptibilidad: Los derechos de la personalidad están fuera del
patrimonio de su titular, son derechos personales, no patrimoniales. No son generalmente
disponibles ni embargables ni expropiables. Tampoco son prescriptibles.

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El CC no contiene una expresa regulación de estos derechos, por tanto, con anterioridad a la
CE, solo por la vía penal o civil amparada el art 1902 era por donde se podía obtener una
protección general de los mismos.
La situación cambia tras la publicación de la CE y las leyes que han dictado en desarrollo a la
misma. El Título Preliminar de la CE lleva la rúbrica ‘De los derechos y deberes fundamentales’.
Y El art 10.1 señala que la dignidad de la persona, los derechos inviolables que e son
inherentes, el libre desarrollo e la personalidad, el respeto a la Ley y a los derechos d ellos
demás son fundamento del orden público y la paz social.
El desarrollo de la protección constitucional de los derechos de la personalidad se halla en
posteriores artículos: el derecho a la vida y a la integridad física y moral (art 15), el derecho a la
libertad ideológica y religiosa y de culto (art 16); el derecho a la libertad personal (art 17), el
derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen (art 18).
El estudio de estos derechos se lleva a cabo en los Temas de D. Constitucional y las vías para la
protección de los mismos en Temas de Derecho Procesal.
Poe otro lado, la tutela judicial comprenderá la adopción de todas las medidas necesarias para
poner fin a la intromisión ilegítima y restablecer al perjudicado en el pleno disfrute de sus
derechos, así como para prevenir e impedir intromisiones ulteriores.
2. COMIENZO DE LA PERSONALIDAD INDIVIDUAL.
I. IMPORTANCIA DE LA DETERMINACIÓN DEL MOMENTO EN QUE COMIENZA LA
PERSONALIDAD
Por una parte, hay razones de orden práctico: saber en que momento un nuevo ser sujeto de
derechos podrá heredarlos y en su caso transmitirlos. Hay también ideas de orden teológico:
señalar en que momento el alma se une con el cuerpo, a partir de que momento el feto puede
ser considerado como ser autónomo e independiente.
II. TEORÍAS PRINCIPALES
a) Teoría de la concepción: Se es persona desde el momento mismo de la concepción. El
inconveniente es la imposibilidad de determinar el tiempo de la concepción.
b) Teoría del nacimiento: Liga la adquisición de la capacidad jurídica al momento del
nacimiento con vida. En el derecho justinianeo los requisitos que debían acompañar al
nacimiento eran: 1) nacimiento efectivo, es decir, total desprendimiento del claustro
materno, 2) nacimiento con vida, 3) forma humana del nacido.
c) Teoría ecléctica: Pone el origen de la personalidad en el nacimiento, pero
reconociendo por una ficción derechos al concebido, o retrotrayendo los efectos del
nacimiento al tiempo de la concepción.
d) Teoría de la viabilidad: Exige para el reconocimiento de la persona no solo el hecho de
nacer esta viva, sino además la aptitud para seguir viviendo fuera del claustro materno.
Esta teoría fue exigida por los Códigos francés e italianos de 1865. Tiene su aspecto
negativo en la dificultad de fijar con exacta precisión las condiciones y signos de
viabilidad.
e) Conclusiones: Tanto en el terreno legislativo como en el doctrinal, la teoría del
nacimiento es la que esta mas en auge en los tiempos actuales. Los derechos que se le
atribuyen no suponen un reconocimiento de su existencia jurídica, ni implican ficción
alguna, pues son un caso de protección de intereses expectantes y futuros, que solo
por el nacimiento pueden convertirse en derechos definitivos.

III. DERECHO ESPAÑOL


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1) Evolución histórica
Las Partidas exigían únicamente el hecho del nacimiento con vida y figura humana. Las Leyes
de Toro impusieron que para que un hijo se tuviese por nacido debía nacer vivo todo, que
viviese 24 horas después de nacido y que recibiese el bautismo. El art 60 de la Ley de
Matrimonio Civil de 1870 suprimió el requisito del bautismo, y estableció que naciese con
figura humana, y que viviese 24 horas desprendida enteramente del seno materno.
2) CC antes de la reforma operada por la Ley 20/2011, de 21 de junio
El art 30 del CC antes de la reforma estableció: Para los efectos civiles, solo se reputará nacido
el feto que tuviere figura humana y viviere 24h enteramente desprendido del seno materno.
Esta primera formula de nuestro CC, lejos de dar una solución precisa al problema del origen
de la personalidad, parecía una amalgama de diversas teorías y sistemas existentes.
3) Requisitos legales del nacimiento
La redacción originaria del CC para considerar persona al nacido se precisaban dos
requisitos:
- Tener figura humana: Se trata de una fórmula popular que algunos autores han criticado
este requisito como inútil. No permite ser consideradas como personas:
 Los fetos acéfalos, bicéfalos, hemicéfalos, etc con deformaciones groseras y visibles, que
pueden subsistir incluso algunos días, cuya falta de figura humana evidencia la
imposibilidad de vivir.
 La inmadurez fetal, en los casos en que, sin producir la muerte biológica inmediata, la
misma falta de firma humana manifiesta su ineptitud para vivir.
 Los nacidos de hembra que no sean de raza humana, si fuera posible.
- 24h de vida extrauterina: es decir enteramente desprendido del seno materno. Su eficacia
era automática: si el feto sobrevivía las 24h, adquiría la personalidad, si no las cumplía, no
llegaba a adquirirla.
El plazo legal de supervivencia referido no significaba que hasta su total transcurso el
nacido no fuere persona. Al contrario, la personalidad se adquiría desde el mismo y
preciso instante del alumbramiento o parto siempre y cuando el nacido llegara a vivir
extrauterinamente 24 h.
A falta de estos requisitos el nacido tendrá la consideración de criatura abortiva. Según
el Reglamento del RC se entiende por criaturas abortivas las que no reúnen las
circunstancias exigidas para que un feto se repute nacido a los efectos civiles (art 171)
4) Momento del nacimiento
Albadalejo señalaba que el nacimiento para la ley anterior tenia lugar no a la salida del nuevo
ser nuevo ser del claustro materno, sino cuando se rompía el cordón umbilical.
5) El CC tras la reforma introducida por la Ley 20/2011, de 21 de julio
El art 30 de la actual Ley señala: La personalidad se adquiere en el momento del nacimiento
con vida, una vez producido el entero desprendimiento del seno materno.
Si bien la nueva ley del RC no entrará en vigor hasta el 30 de junio de 220, en la misma se
establece que la reforma del CC que se contiene en su Disposición Final Tercera entra en vigor a
partir del día siguiente de la publicación de la ley en el BOE.
Tras la reforme, se atribuye la personalidad del recién nacido desde el momento de su
nacimiento, entendiéndose por tal cuando se produzca el entero desprendimiento del seno
materno, lo cual se produce cuando se corta el cordón umbilical.
6) Prueba de nacimiento

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Constituye la prueba del nacimiento la partida de nacimiento ya que la inscripción en el
Registro Civil es el título legitimador de este hecho. Dicha inscripción da fe del hecho, lugar,
hora que acaece, sexo y en su caso filiación del inscrito (art 41 LRC).
7) Partos múltiples
El art 31 CC establece: la prioridad del nacimiento, en el caso de partos dobles, da al primer
nacido los derechos que la ley reconozca al primogénito.
Pese al tenor literal del CC, hoy día no existe en D. Privado un régimen jurídico especial del
primogénito, pues la situación jurídica de los nacidos es exactamente la misma.
3. EL CONCEBIDO.
El ser humano concebido y no nacido es llamado nasciturus. La regla según la cual el
nacimiento determina la personalidad llevada a sus ultimas consecuencias, implicaría la
imposibilidad de que los concebidos, pero todavía no nacidos pudieran adquirir derecho
alguno. En la práctica ha planteado problemas en el orden sucesorio.
Para evitarlo, el art 29 CC dice que el nacimiento determina la personalidad, pero el concebido
se tiene por nacido para todos los efectos que le sean favorables, siempre que nazca con las
condiciones que expresa el artículo siguiente’.
I. NATURALEZA DE LA PROTECCIÓN
El concebido no es persona ni tiene tampoco una personalidad especial o limitada.
Lo que hay es una situación interina o excepcional, en la cual una masa de bienes o un
conjunto de derechos, se encuentra en un estado de indeterminación transitoria de su titular.
Se trata de una situación de pendencia en la que puede llegar a ser titular definitivo el
concebido si nace y adquiere personalidad.
II. EXTENSIÓN DE LA PROTECCIÓN
En la esfera del Derecho público, se reconoce al meramente concebido una protección absoluta
e incondicional por lo que toca a su existencia, garantizándole la posibilidad de completar su
gestación y nacer. Por ello, se castiga el aborto que no sea espontáneo y las lesiones al feto. En
el Derecho privado solo se reconoce al concebido por el art 29 CC una protección relativa y
condicional.
Podemos encontrar aplicaciones concretas de los eventuales derechos del concebido en los
arts. 627, 964 y 959 y ss.
De estos, merecen una consideración especial las donaciones hechas a los concebidos y las
herencias a las que son llamados éstos.
a) Donaciones hechas a los concebidos
Art 627: Las donaciones hechas a los concebidos y no nacidos pueden ser aceptadas por las
personas que legítimamente los representarían, si se hubiere verificado ya su nacimiento.
b) Herencias a las que es llamado un concebido
El CC regula las precauciones que deben adoptarse cuando la viuda queda encinta (arts. 959-
967), refiriéndose en el art 959: los que tengan a la herencia un derecho de tal naturaleza que
deba desaparecer o disminuir por el nacimiento del póstumo. (Estos arts., aunque referidos a
la viuda, se aplicaran también a los supuestos de participación de un nasciturus en la herencia,
aunque la madre no sea viuda). En su beneficio, se suspenderá la división de la herencia que
pueda corresponderle y mientras dure la situación se proveerá a la seguridad y administración
de los bienes. La herencia permanece como patrimonio pendiente de la determinación de su
titular o titulares definitivos.
III. SITUACIÓN DE SUS RELACIONES JURÍDICAS ANTES DE NACER

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Los arts. 965 y 966 parece optar por la solución de esperar a que las relaciones produzcan sus
efectos tras el nacimiento al mandar que se suspenda durante la gestación la división de la
herencia y se provea a la administración y seguridad de los bienes. En cambio, el art 627 se
permite que las donaciones hechas al meramente concebido sean aceptadas por la persona
que le representaría de haberse verificado ya el nacimiento, lo que equivale a reconocer la
personalidad del concebido sin esperar a que se cumpla la condición de que parece depender.
IV. LEGITIMACIÓN PROCESAL
La LEC 1/2000, de 7 de enero, art 6.1. 2º, reconoce la capacidad para ser parte en los procesos
civiles al concebido no nacido, para todos los efectos que le son favorables.
4. EXTINCIÓN DE LA PERSONALIDAD INDIVIDUAL.
I. CAUSA DE EXTINCIÓN DE LA PERSONALIDAD: LA MUERTE
El CC establece en su art 32.1que la personalidad civil se extingue por la muerte de las
personas. Sin embargo, no destruye las ya constituidas y pendientes aún de cumplimiento pues
por el principio de la sucesión hereditaria, los derechos y obligaciones del difunto, salvo los
personalísimos, se transmiten a los herederos.
Los derechos personalísimos se extinguen por la muerte del sujeto, sin perjuicio de que sus
herederos puedan ejercer acciones en defensa de tales derechos de quien fue su titular. Los
derechos de obligación que sean intuitu personae también se extinguen por la muerte del
sujeto pasivo. En principio, los derechos de familia se extinguen por muerte de su titular
teniendo en cuenta que más que derecho subjetivo se trata de función.
Por el contrario, los derechos patrimoniales no se extinguen por la muerte del titular, sino que
se transmiten mortis causa.
II. EL MOMENTO DE LA MUERTE
Cuando sea preciso determinarla con exactitud, habrá de estar a lo dispuesto en el dictamen
facultativo.
El R.D 28 dic 2012, art 9.2 último párrafo: La muerte del individuo podrá certificarse tras la
confirmación del cese irreversible de las funciones circulatorias y respiratoria o del cese
irreversible de las funciones encefálicas.
III. PRUEBA DE LA MUERTE
Se prueba la muerte por el llamado asiento de fallecimiento. La prueba, y, por tanto, la
inscripción, ha de referirse al hecho de la muerte, la identidad del fallecido y el momento de la
defunción.
Pueden ocurrir varias situaciones:
a) El asiento normal de muerte requiere que haya cadáver. Se prohíbe el entierro ates de
que se practique el asiento de defunción, se expida licencia de enterramiento y hayan
transcurrido 24h desde la consignada en la certificación facultativa.
b) Si se encuentra el cadáver de una persona desconocida, antes de su enterramiento han
de hacerse constar todos los datos útiles para su posterior identificación
c) En supuestos excepcionales (cuando el cadáver hubiere desaparecido o se hubiese
inhumado), para practicar la inscripción será necesaria sentencia firme, expediente
gubernativo u orden de la autoridad judicial, que afirmen sin duda alguna el
fallecimiento, habiendo de procederse, en otro caso, a la declaración de fallecimiento.
Para acabar la extinción, señalar el Art 34: Respecto a la presunción de muerte del ausente y
sus efectos, se estará a lo dispuesto en el título VIII de este libro.
5. EL PROBLEMA DE LA PREMORIENCIA.

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Cuando varias personas llamadas respectivamente a sucederse perecen con ocasión de un
mismo siniestro, conviene determinar cuál ha muerto primero, pues el orden de los
fallecimientos puede modificar los derechos sucesorios de los vivos. Las soluciones: o
establecer presunciones de premoriencia, o acogerse a una presunción de comoriencia o
muerte simultánea.
La cuestión que primero preocupó fue la de la muerte de dos personas con recíproco derecho
hereditario.
El CC adopta la teoría de la comoriencia, al dispone en el art 33: Si se duda, entre dos o más
personas llamadas a sucederse, quién de ellas ha muerto primero, el que sostenga la muerte
anterior de una o de otra, debe probarla; a falta de prueba, se presumen muertas al mismo
tiempo y no tiene lugar la transmisión de derechos de uno a otro.
Se requiere:
1) Que las personas fallecidas estén llamadas a sucederse entre sí. De Castro dice que
esta expresión no debe interpretarse restrictivamente en el sentido de requerir de
forma necesaria que los comorientes sean recíprocamente herederos, sino que basta
con que la supervivencia de cualquiera de ellos conlleve la adquisición de una facultad
o derecho anteriormente ostentado por el otro,
2) Que exista duda sobre el momento del fallecimiento. Puede ser suficiente que se
ignore el momento de la muerte de solo una de ellas. Tampoco es preciso que la duda
surja porque do personas hayan fallecido de un mismo suceso.
Por último, hay que rechazar el hecho de la premoriencia cuando no sea objeto de especial
demostración: se trata de una presunción iuris tantum, que invierte la carga de la prueba en
favor de la conmoriencia, pero que puede destruirse por la prueba en contrario.

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