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La confusión de la responsabilidad social.

Por Sebastián Laguto (slaguto@gmail.com)


En el primer artículo de esta columna, me propongo aclarar ¿De qué
hablamos cuando hablamos de RSE?
Ésta es una pregunta central, ya que existe una larga lista de empresas que,
bajo el paraguas de una “supuesta responsabilidad social empresaria” han
conseguido que el concepto hoy no sea correctamente interpretado, y hasta
goce de cierto “descrédito”.
Según el parlamento europeo, la responsabilidad social de las
organizaciones es la responsabilidad que ellas tienen por los impactos que
generan. Esta definición es un tanto imprecisa, aunque rescato su valor por
lo sintética de la misma.
¿A qué me refiero con lo de imprecisa? El problema está en la afirmación de
que cada uno es responsable de sus impactos. Cuando en realidad el
concepto de impacto no debe ser considerado como el producto del
accionar de un único individuo (acto). De ser así, estaríamos hablando de
responsabilidad “individual” y no “social”. Los impactos, en cambio son
efectos (buenos o malos) que podemos verificar, producto del accionar de
un grupo de individuos de una sociedad (ya sea en forma coordinada o no).
Un impacto generado por nuestra sociedad, por ejemplo, puede ser la
inmensa isla de plástico detectada en el océano pacífico, o el hecho de que
todos los años se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos en
condiciones de ser consumidos, mientras cientos de miles de personas
sufren hambre o malnutrición. Ninguno de nosotros es individualmente
responsable de que ello ocurra, sin embargo, somos parte, ya que nuestras
acciones contribuyen a que esto ocurra.
Entonces, lo primero que tenemos que entender cuando hablamos de
Responsabilidad Social es que es justamente SOCIAL y no individual. Por lo
tanto, no podremos pensar en actuar de forma aislada para resolver dichos
impactos. La única forma de mitigar los impactos negativos y/o potenciar los
positivos, será actuar en forma conjunta con otros actores involucrados. Tal
vez éste sea el mayor problema que enfrentamos. Resulta difícil trabajar en
equipo, dejando de lado los intereses individuales por sobre los colectivos.
La mala noticia es que no tenemos tiempo para discutir estas cosa! El
mundo necesita cambiar su modelo de desarrollo actual! A tal punto que
Naciones Unidas a definido una serie de Objetivos para el Desarrollo
Sostenible (ODS), que esperamos alcanzar para el año 2030 si queremos
pensar en una sociedad con futuro y un planeta que de vida a las siguientes
generaciones de seres humanos.
¿Qué es entonces la Responsabilidad Social Empresaria? Es la forma que
deben encontrar las empresas para modificar la forma en la que hacen
negocios en la actualidad, considerando no solo sus resultados económicos,
sino también los resultados sociales y ambientales. Promoviendo bien
común en sus comunidades (internas y externas). Y todo esto solo podrán
hacerlo actuando mancomunadamente con sus grupos de interés
(proveedores, clientes, empleados, sociedad civil, etc.).
La Responsabilidad Social Empresaria es, entonces, una nueva forma de
gestión.
Tal vez por ello, y por los problemas mencionados al inicio del artículo,
hemos dejado de hablar de RSE y comenzamos a referirnos a ella como
Gestión de la Sustentabilidad.
¿Y cómo puede mi empresa hacer Gestión de Sustentabilidad? Eso será
motivo de la siguiente nota…

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