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MERCADO LABORAL ESTADOUNIDENSE

Obtener un trabajo en Estados Unidos puede ser fácil o difícil dependiendo de la condición legal, el nivel
académico, dominio del inglés, experiencia profesional y la situación real del mercado laboral.
En el año 2017, el desempleo en Estados Unidos cerró en 4,1%, una de las tasas más bajas desde el año
2001.
En los últimos tres meses del año 2017, se crearon en Estados Unidos un promedio de 192.000 nuevos
empleos. A esto se suman unos 200 mil nuevos puestos de trabajo creados en el primer mes del año 2018.
Estas cifras suponen un crecimiento muy positivo de la actividad laboral en Estados Unidos. De mantenerse
esta tendencia, se espera que durante el año 2018 el desempleo en Estados Unidos caiga por debajo del
4%.
Al haber más profesionales, técnicos y obreros desempleados, la competencia por los puestos de trabajo
es cada vez más retadora.
La fuerza laboral total de Estados Unidos se estima en más de 140 millones de trabajadores. La distribución
de las profesiones y oficios en Estados Unidos es:
 Gerencia y profesionales: 30%
 Técnicos, ventas y apoyo administrativo: 29%
 Servicios: 14%
 Manufactura, minería, transporte y manualidades: 24%
 Granja, agricultura y pesca: 3%

Si bien la economía se ha recuperado en su mayoría y el desempleo ha disminuido constantemente desde


la recesión del 2008, el mercado laboral estadounidense sigue siendo muy competitivo. Para los expatriados
altamente calificados les resultará más fácil encontrar empleo, aunque pueden enfrentar algunos desafíos
al buscar trabajo.
Aunque el mercado laboral estadounidense no tiene una escasez de trabajadores en general, sí presenta
un déficit en profesionales en áreas técnicas especializadas, por lo cual cada año más empleadores solicitan
el ingreso legal de inmigrantes altamente calificados, con la VISA H-1B.
Otra importante característica del mercado laboral en Estados Unidos es la presencia de inmigrantes, de
origen hispano, en su mayoría.
Actualmente, los inmigrantes representan cerca del 17% de la fuerza laboral total de Estados Unidos, y casi
un cuarto de estos inmigrantes son indocumentados.

Se calcula que sin el índice actual de inmigración legal e indocumentada, la fuerza laboral total
estadounidense se reduciría dramáticamente a lo largo de los próximos 20 años.
La incorporación progresiva de trabajadores inmigrantes se debe a que la generación conocida como “Baby
Boomers” se está retirando y la tasa de natalidad está disminuyendo. Con menos trabajadores nativos en
el mercado laboral, Estados Unidos depende más que nunca de los inmigrantes para hacer que crezca su
fuerza laboral
Muchos inmigrantes (que no tienen situación legal o tarjetas del seguro social) deciden aceptar trabajos en
la economía informal o subterránea, donde sus empleadores no registran estos egresos en los libros
contables. Este arreglo es ilegal, sin embargo, al gobierno se le hace muy difícil seguir rastro de todos estos
trabajadores.
Destaca la cantidad de extranjeros que han optado por crear sus propias compañías (grandes y pequeñas)
en Estados Unidos. Este país es uno de los que más fomenta la libre empresa. Algunos inmigrantes tomaron
la decisión de montar negocios propios por la imposibilidad de encontrar trabajo, otros han viajado al país
específicamente a fundar una compañía.
MERCADO LABORAL EUROPEO

Los 19 países de la eurozona, tomados en conjunto, recuperaron en la segunda mitad de 2017 el nivel de
empleo de antes de la crisis. Una parte importante del nuevo empleo es más precario, de menor valor añadido
y está peor remunerado.
Así, debido a las reformas del mercado laboral llevadas a cabo en estos años y a las políticas de austeridad
y devaluación salarial que se han aplicado con especial intensidad en los países del sur de la eurozona, el
crecimiento del producto está siendo absorbido por las rentas del capital. Los grandes grupos empresariales
multiplican sus beneficios y sobrepasan sus más altos niveles de rentabilidad de las últimas décadas
mientras los salarios reales experimentan un lento avance.

Las rentas salariales, pese al crecimiento económico y a que la tasa de paro efectivo de muchos países de
la eurozona se encuentra en mínimos históricos, pierden peso específico en la distribución del valor añadido
y por ende los abanicos salariales se abren, contribuyendo a incrementar la desigualdad social y la
inestabilidad política.
Una parte significativa, aunque relativamente pequeña, de las clases trabajadoras en empresas bien
conectadas con los mercados globales o con las nuevas tecnologías, mejora sustancialmente sus ingresos
salariales mientras otra parte, más numerosa, recibe salarios que no permiten superar una situación de
pobreza relativa. La mayoría mantiene sus salarios reales y su poder adquisitivo, pero no mejora su
situación, a causa del deterioro de la oferta de bienes públicos, y ha interiorizado la percepción de que las
nuevas generaciones no podrán mantener los niveles salariales ni las pensiones, derechos laborales,
bienes públicos o calidad en las condiciones de vida y trabajo que se habían logrado con mucho esfuerzo
y de los que habían disfrutado sus mayores.

Este es el tipo de reactivación económica que se inició a finales de 2013 y se ha fortalecido posteriormente,
especialmente a partir de 2015, gracias a la intensiva creación de empleo neto: algo más de 6 millones de
empleos en poco más de 3 años en el conjunto de la eurozona. Pero es una reactivación que descansa, y
no de forma coyuntural, en una presión sobre los costes laborales (los salarios no siguen el crecimiento de
la productividad del trabajo) y sobre el recorte de los bienes públicos, fenómenos que generan inseguridad
y han empeorado la calidad de vida y las expectativas de futuro de una parte significativa de la ciudadanía.

En España, la evolución del empleo durante estos años es algo diferente y reviste aspectos de mayor
gravedad. La pérdida neta de empleos fue mucho más intensa (más de 3 millones entre 2007 y 2013 para
una población empleada de 20,6 millones) y la recuperación posterior de empleos aún está 1,5 millones por
debajo de su nivel más alto de 2007.

La posición fundamental de la teoría económica que influye actualmente en la política laboral europea y en
las políticas laborales nacionales de muchos Estados miembros consiste en que, siempre y cuando no
hallen obstáculos en la regulación legal o en acuerdos colectivos, los mercados laborales funcionarán bien,
lo que dará lugar al nivel máximo de empleo y a un mejor estado del bienestar en general. Si los costes
laborales de los salarios o de otros aspectos bajan, o si a las empresas les resulta fácil despedir a
trabajadores no deseados (de forma colectiva o individual), el nivel de empleo debería subir y ser mayor
que en el caso de que los empleados con trabajo tengan derechos laborales y sociales y sueldos seguros
pero haya grandes cantidades de personas que sigan en paro. Es cierto que el empleo en un régimen
flexible es menos seguro, pero hay pruebas que indican que, en una situación en la que hay muchas
oportunidades laborales, los trabajadores se sienten seguros desde el punto de vista económico, aunque
tengan poca seguridad laboral de forma oficial en su puesto de trabajo actual
Una mirada a la evolución del empleo en los últimos 10 años, una vez superado el momento álgido de la
crisis (la tasa de paro de la eurozona alcanza su máximo del 12% en 2013), permite observar el alcance
cuantitativo de la creación de empleo neto desde este último año, los límites y contradicciones de la
reactivación económica que se ha producido en un aspecto tan sustancial como su impacto sobre el empleo
y la redistribución del empleo en función de la edad de los trabajadores afectados.

MERCADO LABORAL PERUANO

Cuando las autoridades diseñan política económica su gran objetivo es, en teoría, tratar de que la sociedad
en su conjunto tenga el mayor bienestar posible. Entre otras cosas, eso pasa por que las personas tengan
más empleos y de mejor calidad. Por ello, resulta clave para las autoridades tener una foto muy clara de
cómo está el mercado laboral y, en especial, el empleo formal.

No se trata de falta de información. De hecho, existen cuatro entidades distintas que reportan cifras sobre
el empleo en el país. La Sunat tiene datos de la planilla electrónica; el Instituto Nacional de Estadística e
Informática (INEI) reporta la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) y la Encuesta Permanente de Empleo
(EPE); el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo tiene la Encuesta Nacional de Variación Mensual
del Empleo (ENVME) y, finalmente, la Asociación de AFP reporta el número de nuevos afiliados al sistema
privado de pensiones, un indicador indirecto de empleo formal.

Las cifras de planilla electrónica de Sunat revelan que el número de trabajadores formales dependientes se
incrementó en 2,6% entre enero y marzo, y totalizó 4,6 millones de personas. En tanto, durante el verano
se registraron cerca de 105.000 nuevos afiliados a las AFP, lo que también reflejaría un mayor dinamismo
de la contratación formal.

Pero los datos del Ministerio de Trabajo y del INEI muestran una realidad opuesta. El primero informa que
el índice de empleo urbano en empresas de 10 o más trabajadores –utilizado como aproximación del
empleo formal– retrocedió 0,32% en el primer trimestre. En Lima Metropolitana la caída fue 0,48%, mientras
en las principales ciudades el descenso es marginal (0,06%).

Por su parte, el INEI indica que, en el ámbito nacional, el empleo formal al primer trimestre ha retrocedido
2,4%, para alcanzar a 4,2 millones de personas. En tanto, la informalidad laboral trepó 5,1% y hay 8,6
millones de trabajadores en esta situación. Más aun, en Lima Metropolitana se redujo el empleo adecuado
en 2,42%; mientras el subempleo se incrementa 5,6%.

 PROS Y CONTRAS

Mientras las cifras de empleo, según las últimas dos fuentes, eran negativas, los números de consumo
privado en el país han venido acelerando hasta crecer un 3,2% en el verano, según el Banco Central de
Reserva (BCR). Esto se condice mejor con las cifras de planilla electrónica o las de afiliación a las AFP que
con las encuestas del INEI y Ministerio de Trabajo.

Dado que las dos primeras son fuentes primarias de información y podrían considerarse como un censo de
la población que buscan estudiar, sería injusto compararlas con encuestas que se realizan sobre una
muestra, dice Hugo Ñopo, investigador principal de Grade.
“Todo trabajo estadístico muestral tiene su margen de error y siempre, frente a un censo, va a tener ese
margen”, comenta.

Sin embargo, esto no resta validez a los resultados de las encuestas. La Enaho, por ejemplo, es un sondeo
que se realiza a una muestra de 31.960 viviendas a lo largo del territorio nacional, un tamaño que la hace
representativa. Más aun, es importante recordar que, para gran parte de las investigaciones que se realizan
sobre condiciones de vida y diversos temas económicos, la Enaho es la fuente de información por
excelencia.
“Los trabajos estadísticos del INEI caen dentro de márgenes de error razonables porque tienen un equipo
asesor muy diverso, amplio e internacional que apoya en el seguimiento de estadísticas y garantiza que los
datos son fidedignos”, considera Ñopo.

En tanto, la encuesta mensual del Ministerio de Trabajo sondea a casi 6.000 firmas, de al menos 10
trabajadores, que operen en el ámbito urbano. Si bien los datos se reportan con, a veces, hasta 60 días de
rezago, es una encuesta que recoge la realidad en el ámbito nacional también.

Esta encuesta es clave porque recoge la realidad del empleo de características deseables y tiene menos
rezago que la planilla electrónica, señala Juan Carlos Odar, director ejecutivo de Phase Consultores. Agrega
que recoger la parte urbana es importante porque es ahí donde la pobreza creció el año pasado y la
incidencia del desempleo y subempleo es mayor.

La planilla electrónica, por su parte, recoge fielmente la realidad de un espectro reducido de trabajadores.
Si bien es posible ver los datos detallados incluso por individuo, solo se captura a aquellos trabajadores
dependientes que laboren formalmente en empresas formales (esto último es una redundancia necesaria,
dado que existe también empleo considerado informal en este segmento de compañías). En ese sentido,
la planilla electrónica es un censo, pero que abarca a menos del 33% de la fuerza laboral.

“Con la planilla electrónica es imposible computar una tasa de formalidad, porque solo ve un segmento del
mercado”, precisa Ñopo.

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