LA SIMULACIÓN 113
113. 2) l.A SIMULACIÓN EN CUAL"'\'TO A lA NATURALEZA DEL NEGOCIO. Los partíci­
CAPÍTULO III
LA SIMULACIÓN
I. Concepto. Grados. Características
108. CONCEPTO. Esta figura específica de la discordancia entre la voluntad real
(elernento intcrnÜ) y su declaración (elemento externo), consiste en el con­
cierto entre dos o más personas para fingir una convención ante el público,
con el entendido de que esta no habrá de producir, en todo o en parte, los
efectos aparentados; o en disfrazar, también 1nediante una declaración
pública, una convención realmente celebrada, con el ropaje de otro negocio
diferente; o en camuflar a una de las partes verdaderas con la interposición
de un tercero.
109. Los GRADOS DE s11ruucróN. En el preindicado concepto de la simu­
lación quedan insinuados los diversos grados que puede revestir: a)lasi1nula­
ción absoluta, y b) la shnulación relativa.
110. a) LA SIMULACIÓN ABSOLUTA. El concierto sin1ulatorio entre los partí­
cipes se endereza a crear la apariencia engañosa de un negociovacuo, sin con­
tenido real, ya que en la intención de los partícipes está llamado a no produ­
cir entre ellos ninguno de los efectos jurídicos simulados. Ejemplos típicos
de esta 1nodalidad son: el de las ventas de confianza, como la que el deudor le
hace a otro para disminuir sus activos patrimoniales, sustrayendo de la perse­
cución de sus acreedores el bien o bienes materia del negocio ficticio; y el de
la suposición de deudas que aumenten el pasivo y así desn1ejqren la posición
que en el concurso de acreedores tendrían quienes lo son en verdad.
111. b) l.,A SIMUL\CióN RELATIVA. Por contraposición a la figura antedicha
se ofrecen varias forrnas en que la simulación es relativa, ya que en estas sí
existe algún contenido negocial, aunque ocultado o dísitnulaclo tras una falsa
' gaciones emanados del contrato.se radican entre los cónyuges, sin pe1juicio
declaración pública, bien sea respecto de la naturaleza o las condiciones de
dicho contenido, o pien respecto ele la identidad de los verdaderos partícipes
� no se haya prestado al ocultamiento de su verclldero co1nprador, no se
en el negocio.
·. configura la simulación: existen dos actos reales, cad0 uno de los cuales pro­
112. 1) LA SIMULACIÓN EN CUANTO A LAS CONDICIONES DEL NEGOCfO. La de­
claración que los partícipes hacen para el público 110 es ficticia, corresponde
a un negocio realn1ente convenido, pero las condiciones de este se adulteran.
en aquella con fines diversos, v. gr., cuando el precio de la con1praventa se
disminuye para eludir el pago _de irr1puestos que serían 1nás gravosos de
declararse el precio verdadero.
pes acuerdan celebrar cierta convención; pero, por cualquier razón, deciden
disfrazarla con el ropaje propio de otro negocio distinto. Así, a la clonación
se le da la forn1a aparente ele una compraventa, o el 1nutuo prendario se
camufla con el disfraz ele una cotnpraventa con pacto de retroventa.
114 .. 3) LA SIMULACIÓN EN CUANTO A LA IDEI\'TIDAD DE L.<\S PARTES. En fin, la
declarac_ión pública acerca de la naturaleza del negocio y de sus condiciones
corresponde a una intención real; pero, de ordinario, para eludir prohibicio­
nes legales tocantes con la capacidad de las partes, se recurre a un operación
triangular, rnediantc la interposició11 de un testaferro u hombre de paja,
quien, sin tener interés en el negocio, se presta a desviar los efectos de este,
priIIlerarnente hacia sí, para luego trasladárselos, mediante otro acto, a quien
verdaderamente está llamado a recibirlos. Así, estando legahnente vedada la
compraventa entre cónyuges no divorciados o entre padres e hijos de fa1ni­
lia, se pretende eludir la nulidad consecuencial, desdoblando la intención
real por 1nedio de dos actos, en los cuales el testaferro actúa públicamente
como parte en el1os, cuando en verdad su papel es el de simpiepuentede enlace
entre las partes reales.
A este últin10 propósito es importante precisar, según ya lo ha hecho
nuestra Corte Supren1a, la distinción entre dos situaciones distintas, en las
cuales la interposición de persona puede in1plicar o no un caso de sitnula­
ción. Si existe connivencia entre las partes verdaderas y el testaferro para ocul­
tar la identidad de una de aquellas, hay simulación; pero si la operación obe�
dece a un acuerdo oculto entre el contratante secreto y su interpósito, sin que
el otro contratante haya participado en el ocultan1iento de aquel, no hay si­
mulación.
En el primer caso, como cuando uno de los cónyuges no divorciados
dice venderle al testaferro para que este, a su turno, le trasfiera la cosa ven­
dida al otro cónyuge, al desdoblarse la operación en dos actos con el consen­
timiento de las tres personas implicadas, hay una sitnulación que afecta, por
igual, a an1bas ventas. Así, establecida la simulación, los derechos y las obli­
de que dicho contrato pueda ser invalidado por est�1.r legalmente prohibido.
En el segundo caso, cuando el interpósito con1pra en su propio non1bre,
pero por cuenta y riesgo de otro que no desea figurar, znientras el vendedor
duce sus efectos propios. I-Iay una co1npraventa real y efectiva entre el ven­
dedor y el interpósito, y un mandato' entre este y quien le ha encomendado
la gestión de comprar, rnanclato que le impone al primero las obligaciones
del rnandatario, tales como las de traspasarle al 1nandante los beneficios del
contrato celebrado por su cuenta, la de rendirle cuentas de la gestión, etc.,
y, a la inversa, el n1andante debe rernbolsarle al 1nandatario las expensas