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ARTES VISUALES
EQUIPO:
CHINCOYA MARTÍNEZ EIRA ARELI
FRANCISCO LÓPEZ MAURICIO ANTONIO
GONZÁLES FLORES CARLOS ENRIQUE
LÓPEZ MARTÍNEZ AYDÉ
Platón describió en “La República” cuatro virtudes principales, así como la manera
en que un individuo puede lograrlas, siendo estas La Prudencia, la Fortaleza, la
Templanza y la Justicia. Por otro lado se le atribuye a Aristóteles el opúsculo
“Virtudes y Vicios”, tratado en el cual enumera las virtudes y los vicios
correspondientes a cada una de las tres partes del alma, conforme a la división
platónica. La riqueza de este texto es que en esta enumeración ofrece junto a
cada virtud o vicio, su causa, sus hechos y sus resultados, a la vez que otras
virtudes y vicios lo acompañan.
Las cosas buenas son signas de alabanza, mientras que las malas lo son
de reprobación. Las virtudes son las primeras dentro de las cosas buenas y
los vicios, la primera entre las malas. Dignas de alabanza son tanto las
causas de las virtudes, como lo que las acompaña, lo que sucede por ellas
y sus obras; vituperable es todo lo contrario.1
1
Aristóteles, Virtudes y Vicios. (Traducción) Discusiones filosóficas, Año 10 (14), 2009. Pp 135.
Posteriormente, otros filósofos y pensadores como Cicerón, Marco Aurelio,
Gregorio Magno y Tomás de Aquino admitieron la importancia de estas cuatro
virtudes y profundizaron en sus propiedades. Debido a esta importancia, también
fueron representadas con frecuencia en el arte. En algunas ocasiones, las cuatro
Virtudes Cardinales aparecieron unidas a las tres Virtudes Teologales, siendo
siete en total, en oposición a los Siete Pecados Capitales. En el siglo XVI, el
iconólogo Cesare Ripa, a través de su “Tratado de Iconología”, sistematizó toda
esta tradición, describiendo las virtudes minuciosamente a través de alegorías.
2
Tausiet, María. Alegorías. Imagen y discurso en la España Moderna. Pp. 13.
La función de la alegoría no es ocultar, sino revelar, y solo se utiliza
adecuadamente para lo que no puede decirse, o decirse tan bien, en
lenguaje literal.3
Si hay algo que resulte especialmente difícil de trasladar a las palabras es la vida
interior en su faceta moral y afectiva. El conflicto entre el bien y el mal o la batalla
entre virtudes y vicios se convirtió en un tema alegórico favorito en Europa a lo
largo de la Edad Media y la Edad Moderna, hecho que puede apreciarse tanto en
la literatura como en la historia del arte. En la Edad Moderna, las virtudes
encargadas de luchar contra los pecados capitales y, al mismo tiempo,
materializar los principales valores morales y religiosos, llegaron a tener su
máxima importancia en la civilización cristiana.
3
Citado en íbid, pp. 14.
El placer. Dos gorriones como símbolo del placer
El tema del placer puede ser interpretado de muchas maneras, sin embargo, este
se asocia más al placer físico y en concreto al placer sexual considerado como el
pecado más grave para el cristianismo, y debida a su importancia, este fue el
enfoque en la investigación de esta palabra.
De acuerdo con Cesare Ripa, la lujuria es representada como una mujer ostentosa
ensimismada en su arreglo y recostada sobre unos cojines, también como una
mujer sentada sobre un cocodrilo y con una perdiz, ave que se asocia con la
lujuria porque se cree que quiebra los huevos al querer satisfacer su deseo, y por
el mismo motivo los conejos adquieren la misma significación, otro símbolo de la
lujuria son dos gorriones acariciándose.
La sabiduría. Joven estudiando como símbolo de la sabiduría
Dentro del libro de Cesare de Ripa no encontramos un símbolo del pecado como
tal, pero si encontramos a la inequidad que nos dice “Podría comprenderse bajo
esta denominación el conjunto de todos los vicios” (RIPA 2007), estos vicios y
malas pasiones son lo que hoy conocemos como pecados. Y asá es como se nos
muestra la inequidad “Iniquidad se representa por los iconólogos bajo la figura de
una mujer fea y de aspecto aterrador, vestida de negro, cubierta la cabeza con su
manto, huyendo de la luz y rodeada de una serpiente que le desgarra las
entrañas; emblema de los remordimientos vengadores que atormentan al
criminal”. Esto es lo que nos lleva a elegir a la serpiente como elemento para
representar al pecado.
Chevalier nos da una muy interesante interpretación para este símbolo “Los
sueños de tumbas revelan la existencia de un cementerio interior: deseos
rechazados, amores perdidos, ambiciones desvanecidas, días felices que pasaron
etc. Pero esta muerte no es psicológicamente la muerte total. Prosigue una
existencia oscura en la tumba de lo subconsciente. El que sueños con muertos,
con cementerios o con tumbas, está en realidad buscando un mundo que encierra
aun alguna vía secreta para él; va allí cuando la vida no tiene salida, cuando
auténticos conflictos existenciales lo tienen prisioneros sin ofrecerle indicaciones”
(CHEVALIER 2009) Esto nos hace recordar mucho a una figura en expiación, en
busca del perdón o de una salida.
Por otro lado, Cirlot nos dice “Cuerpo material, lugar de las transformaciones y
símbolo del inconsciente.” (LAPORTA 2007) Este símbolo de transformación que
nos menciona Cirlot nos recuerda a la transformación del penitente en un expiado,
como un puente entre estos dos puntos.
La Templanza. Mujer que vierte agua de un jarro a otro con vino, como
símbolo de la templanza
El término templanza proviene del griego enkranteia, que a su vez tiene origen en
el adjetivo enkrantês, entendido como “dominio o poder sobre algo o alguien”.
Para los discípulos de Sócrates, enkranteia significaba poder sobre uno mismo,
sobre las propias pasiones e instintos, es decir, autodominio. Aristóteles
incorporará la templanza y su antónimo, la incontinencia, en su tabla de virtudes,
vicios y excesos.
Así, la templanza se muestra como una virtud necesaria que el buen creyente
debe desarrollar.
Para Santo Tomás, la templanza es una virtud que perfecciona el apetito inferior
(irascible y concupiscible). Nos dice que el apetito sensitivo concupiscible nos lleva
a buscar los bienes sensibles y a huir de los males sensibles, y nos puede
arrastrar hacia bienes sensibles contrarios al bien de la razón. La templanza
modera este apetito y nos ayuda a seguir queriendo el bien propuesto por la razón
4
Aristóteles, Op. Cit. Pp. 133-145.
a pesar de la atracción que podamos tener hacia un bien sensible contrario; nos
permite hacer el bien aunque una cosa nos guste o no nos guste.5
Sin embargo, los atributos utilizados en Italia, que son los que compiló Ripa en su
Iconología, son algo diferentes a los franceses: más simples, menos abundantes y
de más fácil interpretación. Ripa describe a la templanza como una mujer que
sostiene una rama de palma con la derecha y un freno con la izquierda. La palma
es una planta que nunca se dobla por más que se la someta a fuertes pesos,
levantándose siempre; y el freno hace referencia al dominio de las pasiones. Otros
5
Echegoyen Olleta, Javier. Filosofía Medieval y Moderna. Santo Tomás. Disponible en línea: https://www.e-
torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/SantoTomas/VirtudesMorales.htm.
Consultado en Abril, 2019.
6
Olivares Martínez, Diana (2015): "Virtudes simbólicas", Base de datos digital de Iconografía Medieval.
Universidad Complutense de Madrid. En línea: https://www.ucm.es/bdiconografiamedieval/. Consultado en
Abril, 2019.
atributos pueden ser un péndulo referido al equilibrio necesario entre el
movimiento y el reposo; un arco y unas flechas alusivos a la precisión requerida en
las buenas acciones; o incluso un elefante, porque se trata de un animal que
siempre ingiere la cantidad justa de alimento, sin rebasarla nunca.
Hans Sebald Beham (1500-1550) – El conocimiento de Dios y las Siete Virtudes Cardinales. Templanza,
(grabado).
7
Padilla Buñuel, Juan Ignacio (2017). Alegorías de las virtudes teologales y morales en portadas de iglesias y
capillas de Úbeda y Baeza: siglo XVI y primera mitad del XVII. Universidad de Jaén. Disponible en línea:
http://tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/5977/1/Memoria%20definitiva%20del%20TFM%20%20actualizada
%20%28Corregido%29%20%281%29.pdf. Consultado en Abril del 2019.
Hans Collaert, 1576. Sardanapalus en de matigheid (Temperantia). (Templanza).
La Fortaleza. La columna como símbolo de fortaleza
Para Santo Tomás, la fortaleza es una virtud que perfecciona el apetito irascible,
que es el responsable de la pasión hacia los bienes difíciles de conseguir o
audacia y de la pasión hacia los males difíciles de evitar o temor. La fortaleza
domina precisamente estas pasiones y nos ayuda a hacer el bien aunque alguna
otra cosa nos dañe o amenace dañarnos y nos dificulte la acción buena.10
Según Ripa, la Fortaleza, por su parte, se personifica como una mujer vestida con
armadura o con una túnica de color leonado, que se apoya en una columna
10
Echegoyen Olleta, Javier. Op. Cit.
11
Olivares Martínez, Diana. Op. Cit.
“porque de los elementos de un edificio éste es el más fuerte y el que sostiene a
los otros”. A sus pies suele aparecer un león, porque es uno de los animales que
mejor representa esta virtud. A veces también se muestra a la Fortaleza en actitud
de sofocar al león con una maza, significando su control sobre la temeridad y la
arrogancia. Otros atributos posibles son un escudo y una rama de roble, que
aluden a la capacidad de hacer frente a las pasiones y a la fortaleza del alma
respectivamente.
Según Collin de Plancy, «Bodin relata sin sonrojarse que en 1542 se vio
una mañana a ciento cincuenta hombres-lobo en una plaza de
Constantinopla.»
12
Chevalier, Jean, Diccionario de los símbolos, (Barcelona: Herder) 1986
También en La Biblia encontramos usos simbólicos del lobo:
Mateo 7:15
Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede
pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Mateo 26:42
Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas
palabras.
Mateo 26:44
Jesús sabía el castigo que implicaba pagar por los pecados de toda la humanidad,
a pesar de que su voluntad buscaba alguna manera distinta de pagar los pecados
de la humanidad, no pecó pues siempre buscó cumplir la voluntad de Dios por
sobre la suya, siendo ejemplo para los creyentes.
13
Ibídem
lictores, escoltas de los magistrados curules en Roma, la llevaban para demostrar
su autoridad y el castigo que recibirían los delincuentes. En el fondo de la imagen
vemos una pelea entre un oso y un león, esto vienen de una fábula, donde un
león, un oso y un perro fueron criados juntos y en harmonía, esto hasta que el oso
mata al perro y el león, debido a la severidad del crimen contra el compañerismo,
mata al oso como castigo.14
14
Ripa, Cesare. 1970. Baroque and rococo pictorial imagery. Nueva York. Dover Publications, Inc.