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Historia Cultural/José Cuauhtémoc Jiménez Ruiz.

9. Historia Cultural en México


Piccato, Pablo, “Conversación con los difuntos: Una perspectiva mexicana ante el debate
sobre la historia cultural”, Signos históricos, julio-diciembre, n. 008, México,
UAMetropolitana-Iztapalapa, 2002, pp. 13-41.

Pablo Piccato es profesor en el Departamento de Historia en la Universidad de Columbia,


Nueva York, donde trabaja desde 1997. Ha sido profesor visitante en universidades en
México, Argentina, Francia y Brasil. Hizo su licenciatura en historia en la Facultad de
Filosofía y Letras de la UNAM y su maestría en Estudios Latinoamericanos y doctorado en
Historia en la Universidad de Texas en Austin.
El debate tan enérgico que se ha generado a partir de la historia cultural, ha abierto en la
revista Hispanic American Historical Review una discusión sobre el método y la producción
de trabajos y de investigación de la nueva historia cultural que se produce en México por
principalmente historiadores estadounidenses; pero que de modo escaso y preocupante este
debate ha despertado poco en los historiadores mexicanos una pasión por la producción
nacional de historia cultural, es lo que nos dice Pablo Piccato, en este artículo. La descripción
de los argumentos del debate que la HAHR, que expone Piccato, van en relación a que los
historiadores de esta revista han defendido los postulados de la nueva historia cultural a partir
de su aplicación a sus trabajos en México, y que está discusión ha generado contrapartes, no
solo de los no partidarios de la historia cultural, sino también de los pocos historiadores
mexicanos que han trabajado historia cultural. Una de las partes de este debate es en relación
a crear una genealogía de historiadores desde los orígenes para delimitar quienes si son
culturalistas y quiénes no, tratando de crear una escuela historiográfica que no existe, esto
nos lleva a otro punto, muy socorrido y es en relación a la definición propia de historia
cultural y particularmente que es cultura. Sus defensores (de la HAHR) apoyarán una
definición más acercada a cultura como formas con carga de significación pero en relación a
reconstruir identidades, muy parecido al tipo de cultura trabajado por historiadores
nacionales. Dentro de la discusión, nos dice el autor también se hablará de categorías como
hegemonía y agencia, que son ampliamente utilizados por los defensores de la nueva historia
cultural, pero que los críticos dirán lo impreciso de éstos y otras categorías, su racionalismo
crítico y su cientificidad por sus categorías con valores subjetivos, su falta de objetividad
porque no hay posibilidad de verificar los resultados de la investigación etc., que mucho
tiende a delimitar a la disciplina y darle sus propios campos, pero sería también peligroso por
su naturalidad multidisciplinar, que aunque la historia es variada de por sí, perdería el sentido
de la profesión pues no abrían una unidad de análisis completo. Pero aquí entra otro punto
del debate que es la exhaustividad, donde en el caso mexicano, ha tenido mucha historiografía
sobre temas ya se encontraban en obras hace tiempo, por lo que rescatar está genealogía y
hacerla adoptiva, sin ser exhaustivo es importante para la historia cultural, pues los propios
defensores de la HAHR ven en los historiadores mexicanos interlocutores de esta nueva
historia y productores de un método y una categoría de análisis importantísima como lo es la
historia local. Aunque este intercambio, poco se puede lograr por el interés por lo nacional
como Cosío Villegas, o no nacional, simplemente otra historia más matria o microhistoria
como la de Luis González, aunque se ha visto historiadores mexicanos que dan afirmaciones
del debate en cuestión Sin embargo, este tiene muy poco peso en las cuestiones teóricas e
historiográficas en México, marcadas más por el marxismo y el historicismo. Pero aun así,
Historia Cultural/José Cuauhtémoc Jiménez Ruiz.
9. Historia Cultural en México
Piccato, Pablo, “Conversación con los difuntos: Una perspectiva mexicana ante el debate
sobre la historia cultural”, Signos históricos, julio-diciembre, n. 008, México,
UAMetropolitana-Iztapalapa, 2002, pp. 13-41.

estos ensayos y discusión de la HAAR en relación a la nueva historia cultural que sobre
México produce es un gran paso para la apertura a esta nueva historia pero ya en producción
nacional. Finalmente, en la segunda parte del texto, el autor nos hace énfasis en como la
corriente historicista (como la marxista) impulsó una tradición en la historia en México, y
dentro de sus representantes fue Edmundo O'Gorman, donde su práctica historiográfica
puede ayudará a entender el silencio de los historiadores hacia el debate de la nueva historia
cultural en México, como la hecha por la HAHR, pues si se critica que su proyecto iba en
relación a la cuestión de la cultura como grupo social (comunidad) y la identidad como la
verdadera ciencia de la historia vinculado al amor de los historiadores por su patria, la
cancelación de diálogo con los extranjeros y su anticientificismo, apostando más a la
reflexión filosófica y al patriotismo masculino. Está herencia historiográfica de O'Gorman
puede ayudar, nos dice Piccato, a entender esa vieja historia cultural, pero también al debate
de una nueva historia cultural de producción mexicana, comparada a la de la HAHR donde
se podrían precisar categorías de la historia cultural, atacar las contradicciones con la
genealogía filosóficas y aclarar el uso del concepto cultura y su alcance.

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