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Principales problemas ambientales de América

Latina
De acuerdo con ONGVitalis Latinoamérica, la región enfrenta importantes problemas ambientales,
determinados principalmente por los patrones de uso de sus recursos naturales, sistemas de producción, hábitos
de consumo de las poblaciones humanas y gobernanza ambiental.

Si bien estos problemas presentan algunas características comunes, su extensión e intensidad varía de país en
país, influenciados por diversas consideraciones sociales, políticas, económicas y culturales.

Entre los problemas ambientales más importantes de América Latina figuran:

 Deforestación de zonas boscosas silvestres y mal manejo de muchas áreas verdes urbanas y rurales.
 Incremento en el número de especies animales y vegetales amenazadas de extinción o con algún grado
de peligro.
 Contaminación y degradación de los suelos, incluyendo deterioro por erosión.
 Deterioro del ambiente urbano de las ciudades, en particular por contaminación del aire por elevados
niveles de emisiones atmosféricas y sonoras.
 Incremento del efecto invernadero y del cambio climático, con pocos avances en la región para mitigar
sus efectos y adaptarse a las modificaciones del clima.
 Débil gestión integrada de los recursos hídricos, que incluye despilfarro en los usos domésticos y
agrícolas, y contaminación de los cuerpos de agua por efluentes industriales, agrícolas y domésticos.
 Mal manejo de los residuos y desechos sólidos, incluyendo el inapropiado tratamiento de los
electrónicos.
 Incremento de la densidad poblacional con las subsecuentes consecuencias ambientales en el medio
natural.
 Poca conciencia ambiental de la ciudadanía. Los latinoamericanos, en general, no incluyen el tema
ambiental como un favor fundamental en su calidad de vida.

Los grandes desafíos ambientales de América Latina y el Caribe deben ser atendidos con prontitud para el
beneficio de la presente y futuras generaciones.

Una mayor cooperación y coordinación regional pudiera contribuir a la solución de muchos de estos problemas,
en la que los países con mayor experiencia y resultados aporten sus conocimientos a otras naciones,
enfocándose en la búsqueda de la sustentabilidad compartida.

La naturaleza no conoce de límites o fronteras políticas. De allí que en la medida que la salud ambiental de un
país se incremente, sin duda tendrá consecuencias positivas en otras naciones.

consumismo desmedido y su importancia en el ambiente

Hoy en día las personas tienen a su alcance todo tipo de productos y bienes para satisfacer sus necesidades,
desde las más básicas hasta las más sofisticadas. Sin embargo, este aparente beneficio supone un arma de doble
filo, ya que el consumo desmedido por una parte minoritaria de la población mundial está derivando en un
déficit de recursos. Por eso, en los últimos años se ha hecho necesario estudiar cómo consumimos y qué efectos
tiene este hecho en el medio ambiente y la sociedad. El modelo de economía en la sociedad actual ha venido
siendo lineal y se basa en la extracción de materias primas, manufactura y producción, distribución y compra y,
por último, desecho. Veamos las principales problemáticas en algunas de estas fases: Durante la extracción de
recursos naturales se obtienen materias primas y energía de la naturaleza para producir bienes y servicios.
Muchos de estos recursos no son renovables o se regeneran muy lentamente, lo que supone un problema doble:
por un lado estamos alternando los ciclos o la capacidad de regeneración de algunos recursos , como por
ejemplo el ciclo del agua. Y por otro lado estamos produciendo materias primas y energía de manera muy
contaminante; por ejemplo, con la quema de combustibles fósiles. Durante la elaboración se introducen
sustancias químicas perjudiciales que facilitan y aumentan la producción, se deslocaliza la producción a países
en vías de desarrollo que en muchas ocasiones incumplen mínimos legales y se generan subproductos
contaminantes o tóxicos. La sociedad de consumo pone en peligro el futuro del planeta #Vídeo Tweet Eliminar
el coste ambiental y social En la producción y distribución de los productos existe otra problemática: muchas
veces el precio de los productos no refleja su coste ambiental o social real (como los efectos de la
contaminación, o de la mano de obra barata) que afectan a la salud y calidad de vida de las personas. Estos
costes ambientales y sociales no repercutidos se conocen como externalidades negativas. En la fase de compra,
cabe destacar que el crecimiento está basado en la obsolescencia programada, es decir, en el consumo recurrente
de productos, con una vida útil cada vez más corta. Por último, la mayoría de los productos acaban desechados
en vertederos o quemados para su valorización energética. Los niveles de basura se han duplicado en los
últimos treinta años y su gestión constituye un problema en sí. Este modelo de consumo es insostenible a largo
plazo. La solución pasa porque estados, empresas y ciudadanos transformemos la economía. Los estados deben
incentivar la producción responsable y legislar para que las empresas produzcan de manera respetuosa y acepten
las externalidades de sus procesos. Los consumidores debemos exigir productos responsables y tomar
decisiones de compras informadas; y las empresas deben diseñar productos de manera responsable y cambiar el
modelo lineal de producción hacia uno circular en el que se reparen, reutilicen y aprovechen los productos
obsoletos.

Desarrollo sostenible

Se define «el desarrollo sostenible como la satisfacción de «las necesidades de la generación presente sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades». (Informe
titulado «Nuestro futuro común» de 1987, Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo), el
desarrollo sostenible ha emergido como el principio rector para el desarrollo mundial a largo plazo. Consta de
tres pilares, el desarrollo sostenible trata de lograr, de manera equilibrada, el desarrollo económico, el desarrollo
social y la protección del medio ambiente.

En 1992, la comunidad internacional se reunió en Río de Janeiro, Brasil, para discutir los medios para poner en
práctica el desarrollo sostenible. Durante la denominada Cumbre de la Tierra de Río, los líderes mundiales
adoptaron el Programa 21, con planes de acción específicos para lograr el desarrollo sostenible en los planos
nacional, regional e internacional. Esto fue seguido en 2002 por la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo
Sostenible, que se aprobó el Plan de Aplicación de Johannesburgo. El Plan de Aplicación se basó en los
progresos realizados y las lecciones aprendidas desde la Cumbre de la Tierra, y prevé un enfoque más
específico, con medidas concretas y metas cuantificables y con plazos y metas.

En 2012, veinte años después de la histórica Cumbre de la Tierra, los líderes mundiales se reunirán de nuevo en
Río de Janeiro a: 1) asegurar el compromiso político renovado con el desarrollo sostenible, 2) evaluar el
progreso de su aplicación deficiente en el cumplimiento de los compromisos ya acordados, y 3) abordar los
desafíos nuevos y emergentes. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, o Cumbre
de la Tierra de Río 20, se centrará en dos temas: 1) economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la
erradicación de la pobreza y 2) el marco institucional para el desarrollo sostenible.

La Oficina del Presidente de la Asamblea General continuará buscando formas de apoyar los esfuerzos
intergubernamentales sobre el desarrollo sostenible, incluido el proceso preparatorio de la Cumbre de la Tierra
de Río +20 y la aplicación de la Estrategia de Mauricio para la ulterior ejecución del Programa de Acción para
el Desarrollo Sostenible de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo.

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